El Contraste de Hipotesis
El Contraste de Hipotesis
El Contraste de Hipotesis
INTRODUCCIN
En el ltimo cuarto del siglo XX, tras el inicitico artculo
de Carol Buck en 1975,1 se ha producido un debate entre los
epidemilogos acerca de la aplicabilidad o no de las ideas del
filsofo austro-britnico Karl Popper (1902-1979) a la teora y
prcticas epidemiolgicas y a la teora de la inferencia estadstica. El debate ha florecido fundamentalmente en el mbito
anglosajn, aunque tambin ha llegado al latinoamericano2-5 a
pesar de la clarividente reflexin de Karhausen: "Algn da
los historiadores de la medicina escribirn la historia de la
epidemiologa del siglo XX y se preguntarn por qu varios
buenos cientficos llegaron a ser presa de una misteriosa y
reverencial fascinacin por las ideas de Karl Popper".6
En los ambientes epidemiolgicos el nombre de Popper
ha conseguido adherirse a dos grandes ideas:1) que el contraste de hiptesis estadsticas estndar (en adelante, contraste de hiptesis), el de Neyman y Pearson, pero tambin
la prueba de significacin de Fischer, es esencialmente
popperiano, incluso, que Popper ha dado un marchamo
cientfico y filosfico a tal contraste de hiptesis; y 2) que
Popper ha regalado a la ciencia el impagable mtodo crtico
que postula la humildad y la bsqueda continua de la verdad y el sometimiento constante de nuestras convicciones
a la crtica racional implacable.
Este trabajo pretende desmontar tales grandes ideas y
mostrar, en primer lugar, no solo que Popper no se ocup,
pudiendo haberlo hecho, del contraste de hiptesis en su sentido moderno (parte 1), sino que en realidad el contrate de hiptesis es radicalmente antipopperiano (parte 2) y, en segundo
lugar, destacar, en una excursin necesariamente poltica y general, la cara reaccionaria y oculta de Popper y el papel que su
filosofa desempea en una investigacin mdica desnaturalizada y en manos de los grandes grupos farmacuticos.
52
EL CONTRASTE DE HIPTESIS
ES ANTIPOPPERIANO
"... existe un consenso sobre el grupo de convenciones que gobiernan los procedimientos de la inferencia estadstica. Esas convenciones para el contraste de hiptesis acuerdan bien con los requerimientos de Popper [nfasis mo] de falsabilidad de una hiptesis a priori. Una
hiptesis debe ser claramente formulada antes de ser contrastada y el objetivo es rechazar la hiptesis nula de no
diferencia".13
Seguramente ms inters que demostrar que Popper
no se ocup de modo directo del contraste de hiptesis, es
comprobar si realmente la filosofia popperiana es compatible o es aplicable como fundamento terico del contraste
de hiptesis . Hay cierta legitimidad en pensar que la lgica
popperiana es de aplicacin a la lgica de las pruebas de
hiptesis. No solo Susser, que no es popperiano, reconoce
esa compatibilidad. Tambin Maclure, como ya se ha sealado en el apartado anterior, que adems ha propuesto adaptar conceptos epidemiolgicos7, 4, 15 y tcnicas estadsticas
(anlisis multivariado,16 meta-anlisis17 a una perspectiva
popperiana. Senn, un epidemilogo que, por su parte, ha
intentado hacer lo mismo con los ensayos clnicos, escribe:
"Es tentador afirmar inmediatamente que el punto de vista
popperiano [...] conduce lgicamente a asociar el sistema
de la inferencia estadstica con la prueba de hiptesis clsico
y que es incompatible con la inferencia bayesiana.18
Esta similitud filosfca de Popper-contraste de hiptesis, al menos en la mayoritaria interpretacin frecuentista,
porque en la bayesiana, con pretensiones claramente
inductivistas, es clara la contraposicin, queda an ms
de manifiesto si se leen las frases escritas en 1935, justo el
ao de publicacin de La lgica..., por Fischer, el inventor de las pruebas de significacin estadstica, que Rivadulla recoge en su clarificador Probabilidad e inferencia
53
cientfica19 "...con un comentario entre incrdulo y admirado: interesante es la coincidencia -ignoro si conocida por
ambos- entre Fischer y Popper en relacin con los aspectos lgicos y metodolgicos de los test experimentales.19
Escribe Fischer". Habra que tener en cuenta que la hiptesis nula nunca resulta probada o establecida en el curso del
experimento, pero s posiblemente refutada. Se puede decir
que todo experimento se plantea a fin de dar a los hechos
una posibilidad para refutar la hiptesis nula".11 Y ms adelante: "como en todo caso el experimento es capaz de refutar, pero nunca de demostrar esta hiptesis, podemos decir
que el valor del experimento aumenta cuando permite refutar ms fcilmente la hiptesis nula".11
Pues bien, a pesar de todo lo hasta ahora expuesto, lo
que se va a mantener aqu es que no es posible aplicar, si no
es de un modo trivial, y por lo tanto inservible, la metodologa popperiana a las pruebas de hiptesis, puesto que su
origen, estructura, objetivos, tcnicas y consecuencias son
totalmente distintos.
No muy lejos de esta conclusin parecen que se encuentran Susser y Pearce (ver ms adelante), pero no se
atreven a dar el paso definitivo, porque la similitud formal
del contraste de hiptesis con los requisitos popperianos
es innegable y de gran fuerza. Como se puede observar en
la figura 1, en el contraste de hiptesis se parte de una
hiptesis, la hiptesis nula (Ho) de la que se deduce una
distribucin de probabilidad cuyas consecuencias se con-
C o n tra ste
e sta d stic o
H ip te sis
N u la
H ip te sis
D e d uc c i n
D e d uc c i n
C o n sec u e nc ia s
C o n tra ste
C o n tra ste
D a to s d e la e x p erie nc ia
D a to s d e la e x p erie nc ia
C o m p atib ilid a d
N o se re c h az a l a H o
P ero n u n ca se ac e p ta H o
N o c o m p a tibilid a d
S e re ch a z a la H o
C o m p atib ilid a d
N o se re c h az a l a hip te sis
p er o nu n ca se a ce p ta
d ef in itiv a m e nte;
S olo se co rro b o ra
p ro v ision a lm e n te
54
N o c o m p a tibilid a d
S e re ch a z a la
h ip tesis
poltica y en la subversin como remedio, utiliz el ya popular trmino sociedad del espectculo34, 35 para caracterizar
nuestro tipo de sociedad abierta, que dira Popper, pero
con otros parmetros bien distintos. El espectculo del que
habla Debord no es tanto el abuso de un mundo visual
[como] una visin del mundo que se ha objetivado.34 p. 4
Utilizando un potente detournement o trastoque intencional de una cita ajena, tan de su gusto, afirma: el espectculo
es el capital en un grado tal de acumulacin que se transforma en imagen.34 p. 11 Y en brillante frmula escribe: el mundo
a la vez presente y ausente que el espectculo hace ver es el
mundo de la mercanca dominando todo lo que es vivido.34 p. 12
Efectivamente se trata de un refinamiento del totalitarismo,
cuya caracterstica tpica es el dominio totalitario de lo mercantil y, paralelamente, en la natural asimilacin por parte de
la gente de una forma de vida desnaturalizada como la
mejor de las vidas posibles. Tambin podra traerse aqu
a Foucault 36-38 a despecho de las neutralizaciones
neoposmodernas de su pensamiento. En todo caso, lo que
ocurre es que no existe mayor legitimacin que la que emana de un estado democrtico o, similarmente, de la poblacin de un mtodo crtico. No en vano otro totalitarismo
disfrazado de nuestros das, la medicina basada en la evidencia, utiliza tambin su critical appraisal como santo y
sea... pero esto es harina de otro costal.
Cuando todo se puede decir, la dictadura es el
consenso
Pintada en una calle de Lavapis
b) El "todo vale" popperiano o el "todo vale para
quien lo tiene todo".
La aportacin de Popper a la filosofa de la ciencia
tiene su mayor logro poltico en hacer efectiva la mxima
del todo vale. Dicha mxima se aplica en sentido estricto
a una filosofa de la ciencia en las antpodas de lo
popperiano, al denominado anarquismo metodolgico
de Feyerabend,39 que propugna la eficacia y pertinencia
del pluralismo en el mtodo cientfico. Popper, sin embargo, defiende un nico mtodo cientfico, el hipottico deductivo, al que trata de salvar a travs de una abigarrada puesta en escena de notas, apndices, comentarios y notas de notas. (La repetitiva llamada de atencin ma acerca de esta caracterstica de la escritura
popperiana, de la que, por cierto, el propio Popper es
consciente: [en la Lgica de la investigacin cientfica
recog] tantos argumentos (repitindome a menudo, mucho me temo);40 y bromea con que se han hecho distinciones irnicas entre Popper0, Popper1, y Popper2 [para
denotar etapas contradictorias],40 tiene su razn de ser,
aparte de constituir una queja de lector, en denunciar
dicha tcnica de escritura, consciente o no, en tanto que
forma parte de una estrategia, tambin vieja, a la que
podra aplicarse las palabras del gran historiador de la
filosofa Francois Chatelet: "estoy convencido de que
las majaderas del pensamiento mayoritario y la falsedad
Contraste estadstico
Origen de la hiptesis
Ejemplo de hiptesis
Estructura del contraste
Metodologa o tcnica del contraste
Contraste Popperiano
No importa, cualquiera vale (especulacin, datos previos, etc)
Mecnica newtoniana versus teora de la relatividad
Hiptesis positiva que se pone a prueba, independientemente de otras posibles hiptesis en competencia, pudiendo ser compatible parcialmente
El contraste consiste en comprobar la compatibilidad de las predicciones resultantes de la hiptesis
con los datos de la experiencia.
No es un procedimiento estandarizado, sino un
procedimiento complejo de continua puesta a prueba.
58
El conocimiento humano es sin duda el mayor milagro de nuestro universo. Constituye un problema cuya solucin no es inminente y no creo
en absoluto que este volumen sea siquiera un pequeo paso hacia dicha solucin. No obstante, espero haber conseguido iniciar una discusin
que ha estado empantanada en cuestiones preliminares durante siglos (25 p. 9).
Pero no importa el que nazcamos o no con algunas ideas innatas en nuestro cubo [smil de la mente vaca antes de nacer] -ms en el caso de
los chicos inteligentes y menos en el de los retrasados.25 p. 66
Summary: Contrary to what is common in the appreciation of the contrast of statistical hypotheses as
essentially false, and following the popperian logics of the contrast of hypotheses/scientific theories, 3
theses tried to be proved: (1) that Popper himself did not consider the contrast of hypotheses in the
current technical sense, in spite of certain erroneous interpretations and and some texts of his own in
which a confused vocabulary is used; (2) that the contrast of hypotheses cannot be assimilated by Popper's
contrast neither in its structure nor in its objectives and consequences; in fact, what it finally pursues is
to affirm a positive hypothesis, the H1, something radically antipopperian, and (3) that the popperian
"critical rationalism" really hides behind its apparent common sense and antidogmatism a "general and
methodological totalitarism" subtle as the democratic neototalitarism of which it is a part and of an
"everything is worth for those who have it all", an ethical, scientific and political aliby for the present
absolute power the pharmaceutical industry has on medical decisions.
Subject headings: EPIDEMIOLOGIC METHODS
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
1 Buck C. Popper's philosophy for epidemiologists. Int J Epidemiol
1975;4: 159-68.
2 Moravia A. Sobre el origen de los criterios causales de Austin
Bradford Hill. Bol Of Sanit Panam 1992;113:243-7.
3 Ayres JR. O problema do conhecimento verdadeiro na
epistemologia. Rev Sade Pblica 1992;26:206-14.
4 Banegas JR, Rodrguez F, Rey J. del. Popper y el problema de la
induccin en epidemiologa. Rev Esp Salud Pblica 2000;74:32739.
5 Miguel F. La fascinacin por Popper en la epidemiologa contempornea. Rev Esp Salud Pblica 200;74:323-5.
6 Karhausen LR. On the logic of causal inference (letters). Am J
Epidemiol 1987;126:556-7.
7 Maclure M. Popperian refutation in epidemiology. Am J
Epidemiol 1985;121:345-50.
8 Popper KR. La lgica de la investigacin cientfica (1935, 1958).
Madrid: Tecnos; 1994. p. 39.
9 Goodman SN. p values, hypothesis test and likelihood:
implications for epidemiology of a neglected historical debate.
Am J Epidemiol 1993;137:485-96.
1 0 Neyman J., Pearson E. On the use and interpretation of certain
test criteria for purposes of statistical inference. Biometrika
1928;20:175-240.
1 1 Fisher R. The desing of experiments. Edinburg: Oliver and Boyd,
1935. p 16 y 22.
1 2 _____. Statistical methods and scientific inference. Edinburg
and Boyd, 1956.
1 3 Susser M. Falsification, verification and causal inference in
epidemiology: reconsiderations in the light of sir Karl Popper's
philosophy. En: Rothman KJ. Causal inference. Contraste de
hiptesis. Chesstnut Hill, Boston: ERI, 1988:33-57.
1 4 Maclure M. Refutation in epidemiology: why else not? En:
Rothman KJ. Causal inference. Chesstnut Hill. Boston: ERI,
1998:131-8.
1 5 _____. Taxonomic axes of epidemiologic study designs: a
refutationist perspective. J Clin Epidemiol 1991;44:1045-53.
1 6 _____. Multivariant refutation of aetiological hypothesis. Int J
Epidemiol 1990;19:782-7.
1 7 _____. Demostration for deductive meta-analisys: ethanol intake
and risk of myocardial infarction. Epidemiol Rev 1993;15:32851.
59
60
RESUMEN: La ciencia podra caracterizarse sintticamente como una actividad de bsqueda permanente de la verdad. La falsificacin, la fabricacin y el plagio, comnmente identificados como faltas ms ostensibles de conducta en la ciencia, son su
anttesis. Aunque la prevalencia de estas malas conductas como expresin aberrante
del quehacer cientfico es difcil de estimar motivado, entre otras causas, por la dificultad de su diagnstico, nadie duda de la conveniencia de su prevencin. En Cuba,
donde la formacin cientfica es una prioridad social que se orienta igualmente a la
competencia tcnica y a la integridad tica, la enseanza se transforma en educacin
porque no implica solo transmisin de conocimientos, sino tambin formacin de hbitos. En este artculo se intenta definir algunas conductas impropias y se propone un
marco para su diagnstico y acciones preventivas.
DeCS: CIENCIA/tica; PLAGIO.
INTRODUCCIN
La ciencia podra caracterizarse sintticamente como
una actividad de bsqueda permanente de la verdad. La
falsificacin, la fabricacin y el plagio -comnmente identificados como las faltas ms ostensibles de conducta en la
ciencia- son, por tanto, su anttesis. Las ciencias biomdicas
y biosociales, en las que los recursos para el control
intersubjetivo son ms escasos y menos eficaces que en
las ciencias formales y en otras ciencias naturales ms desarrolladas, son particularmente vulnerables a las consecuencias de las conductas impropias o incorrectas.
Aunque la prevalencia de estas malas conductas como
expresin aberrante del quehacer cientfico es difcil de
estimar debido, entre otras causas, a la dificultad de su diagnstico, nadie duda de la conveniencia de su prevencin.
En Cuba, donde la formacin cientfica es una prioridad social que se orienta igualmente a la competencia tcnica y a la integridad tica, la enseanza se transforma en
educacin porque no implica solo transmisin de conocimiento, sino tambin formacin de hbitos.
El presente artculo intenta definir las conductas cientficas impropias, y propone un marco conceptual para un
diagnstico etiolgico y un esquema o programa de accin
1
2
3
preventivo, con dos componentes: uno de prevencin secundaria a cargo de los comits de tica de la investigacin,
y otro de prevencin primaria, que debe ser parte obligada
de nuestro trabajo educativo como actores de la educacin
superior en el pas.
LA NATURALEZA Y LA PREVALENCIA
DE LA CONDUCTA CIENTFICA IMPROPIA
O INCORRECTA
Al plagio, la falsificacin y la fabricacin como manifestaciones por excelencia de malas conductas, algunos han
aadido prudentemente otras desviaciones con respecto
a los cnones aceptados de la prctica cientfica, al proponer o ejecutar la investigacin o al divulgar sus resultados1 a lo que otros han reaccionado arguyendo que en esta
ltima categora podran ubicarse, impropiamente, los trabajos innovadores o creativos en el campo de la ciencia.2-3
De cualquier modo, al margen de las dificultades que
se asocian siempre a los intentos de definir conceptos, es
claro que en la actividad cientfica afloran conductas impropias que van ms all de sus tres expresiones ms burdas, y
61
que entre ellas sobresalen por su frecuencia los modos intencionadamente sesgados de divulgar los resultados de la investigacin; por ejemplo, la ocultacin de los problemas asociados a los datos mismos o a su recoleccin, la publicacin
selectiva, la interpretacin tendenciosa de los estudios con
escasa potencia o sensibilidad, la censura editorial de los
resultados negativos o contrarios a las expectativas, la publicacin repetitiva, y las atribuciones indebidas de autora.4,5
No deben confundirse el error y la conducta impropia,
aunque esta ltima suele vestir el disfraz del primero para
intentar pasar inadvertida o conseguir impunidad. El error es,
paradjicamente, uno de los ms eficaces recursos de la ciencia para su permanente autocorreccin; la conducta impropia involucra siempre una intencionalidad de falsa representacin o, de falsa apropiacin. Hacia el extremo de la mala
conducta se agrupan las conductas tendenciosas y hacia el
extremo opuesto, las buenas prcticas cientficas, que incluyen al error involuntario como uno de sus recursos ms frecuentes y ms fecundos. Hacia el centro, la falta de rigor.
En un estudio realizado en universidades norteamericanas, Swazey et al6 reportaron que el 9 % de los estudiantes y miembros del personal facultativo confesaron tener
conocimiento directo acerca de conductas plagiarias entre
sus colegas. Cuando en la propia encuesta se incluyeron
otras manifestaciones de este tipo (atribucin indebida de
autora, uso inadecuado de los fondos para la investigacin, violaciones de las medidas de seguridad, etc.) el porcentaje ascendi a 50 % de los profesionales. En otro estudio efectuado por Shapiro y Charrow, publicado en, JAMA
(1989)7 y que involucr un trabajo de autora entre alrededor de 2 000 investigadores, se report una disminucin de
12 a 7 % en la comisin de faltas de conducta en el trabajo
cientfico. No hay duda de que estas cifras son alarmantes,
aunque exhiban una tendencia favorable.
Para emplear una analoga epidemiolgica, lo grave de
las conductas impropias cientficas, particularmente en el
campo de la investigacin biomdica, no es solo su prevalencia, sino su letalidad. Uno de los casos ms elocuentes y
de mayor impacto real y potencial para el prestigio personal
e institucional, la seguridad de los pacientes y la credibilidad de la ciencia ante la opinin pblica, es la fabricacin
de resultados en un ensayo teraputico contra el cncer
auspiciado por el propio gobierno norteamericano y denunciado en publicaciones relativamente recientes de rganos bien reconocidos.8-10
No tenemos conocimiento acerca de ningn intento en
Cuba por cuantificar la magnitud de las expresiones
inapropiadas en la conducta cientfica.
gundas, las presiones sociales o institucionales por la publicacin,13 los patrones distorsionados de competencia personal o institucional, el control o monitoreo ineficientes de
la actividad cientfica14 y la falta de un trabajo educativo o
incluso, las influencias perniciosas que ejercen los investigadores ya consagrados en sus colaboradores ms jvenes con sus prcticas cientficas irresponsables o, en ocasiones, abiertamente fraudulentas.
En sociedades diferentes a la nuestra, los factores econmicos tienen una funcin muy importante como estmulo
a la mala conducta. El investigador no es ajeno a las angustias sociales de la lucha por la subsistencia; gran parte de
su tiempo debe dedicarla al trmite de recursos para la investigacin, que es cada vez una actividad ms costosa y
tambin ms sujeta a consideraciones de costo-utilidad en
el ms estricto sentido econmico y no siempre tico. No es
fcil vislumbrar cmo podra revertirse esta tendencia.
La competencia y las presiones por la publicacin figuran entre las causas ms invocadas de la mala conducta
cientfica.13 tampoco resulta fcil concebir una estrategia
que minimice los efectos perjudiciales de estos factores, ya
que ellos son, por otra parte, dos de los elementos que
hacen de la ciencia la actividad respetada y productiva que
es en la actualidad. Nuestra sociedad no es ajena a los efectos positivos ni a los negativos de estos factores. A qu
causas pueden atribuirse las urgencias de muchos profesores e investigadores en vsperas de una evaluacin, una promocin de categora o una campaa de la institucin para
llenar de carteles la sede del prximo frum o para cubrir el
tiempo de la prxima reunin cientfica? Se debe trabajar para
un evento o aprovechar las circunstancias del evento para
dar a conocer los resultados del trabajo cientfico? Si para
procurarse un lugar de privilegio en falsas emulaciones basadas en burdos criterios de contabilidad simple, se estimula o
se transige con una produccin de baja calidad. no se est
elevando la mala conducta al rango institucional y a la vez
estimulando a otros a que hagan lo mismo y contribuyan as a
perpetuar el fraude y la autocondescendencia? Dos medidas
se imponen como parte de una estrategia consciente: anteponer la calidad a la cantidad y erradicar definitivamente el hbito de la publicacin honoraria.
Summary: Science may be synthetically characterized as an activity of permanent search for the truth.
The falsification, fabrication and plagio commonly identified as the most ostensible misconducts in
science are its antithesis. Although the prevalence of these miconducts as an aberrant expression of the
scientific work is difficuct to be estimated ove, among other things, to the difficulty to have their diagnosis, there is no doubt about the convenience of their prevention. In Cuba, where the scientific education
is a social priority oriented to the technical competence and to ethical integration, teaching turns into
education belause it implies not only the transmission of knowledge, but also the formation of habits.
This article to define some misconducts ana proposes a framework for their diagnosis and preventive
actions.
Subject headings: SCIENCE/ethics; PLAGIARISM.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
1. Gunsalus CK. Institutional structure to ensure research integrity.
Acad Med. 1993;68:S33-S38.
2. Schachman HK. What is misconduct in science? Science
1993;261:148-9.
3. Buzelli DE. The definition of misconduct in science: a view from
NSF. Science 1993,259:584-5.
4. Bailar JC. The real threats to the integrity of science. Chron
Higher Educ 1995;B1.
5. Chalmers I. Underreporting research is scientific misconduct.
JAMA 1990;263:1405-8.
6. Swazey JP. Anderson MS, Lewia KS. Ethical problems in academic
research. Amer Scientist 1993;81:542-53.
7. Shapiro MF, Charrow RP. Scientific misconduct in investigational
drug trials N Engl J med. 1985;312:731-6.
8. Pellegrino ED. Character and the ethical conduct of research.
Accountab Res 1992;2:1-11.
9. Rennie D. Breast cancer:how to mishandle misconduct. JAMA
1994;271:1205-7.
64
10. Angel M, kassirer JP. Setting the record straight in the breast
cancer trials. N Engl J Med 1994;330:1448-150.
11. Royal College of Physicians. Fraud and misconduct in medical
research: causes, investigation and prevention. London, England.
Royal College of Physicians,1991.
12. Kassirer JP. The frustrations of scientific misconduct. N Engl J
Med 1993;1634-6.
13. Angel M. Publish or perish: a proposal. Ann Intern Med
1986;104:261-2.
14. Danforth WH, Schoenhoff DM. Fostering integrity in scientific
researcg. Acad Med 1992;67:351-6.
15. Edsall JT. Specific inappropriate acts in the publication process.
Am J Obstet Gynecol 1996;174:1-9.
Recibido: 15 de junio del 2003. Aprobado: 18 de junio del 2003.
Dr. Jorge Bacallao. Instituto de Ciencias Bsicos y Preclnico Victoria de Girn. Ave 31 y 146. Cubanacn, municipio Playa, Ciudad
de La Habana
INTRODUCCIN
La educacin en valores es un proceso continuo que
comienza con la atencin y educacin del nio en la familia
y se extiende hasta la Universidad, y llega a la educacin
posgraduada.
Para el profesional de la salud no slo es importante
recibir una educacin rica en valores que coadyuve al fortalecimiento de su formacin humanstica, sino tambin comprender en su totalidad el proceso de la valoracin que
subyace en la relacin profesional de la salud-paciente.
1
2
65
paciente, como resultado del desarrollo alcanzado en la esfera de la ciencia y la tcnica en el sector de la salud.
DESARROLLO
En el desarrollo filogentico de las formas psquicas
del reflejo al igual que la conciencia, y como uno de sus
componentes, surge la valoracin. La relacin selectiva con
el mundo circundante es un rasgo de toda la materia viva,
en el hombre esta adquiere una dimensin diferente, una
dimensin humana, que se basa en la valoracin consciente de la realidad.
La conducta de los animales se encuentra predeterminada genticamente, o es el producto de reflejos condicionados formados bajo la coincidencia, en tiempo o en espacio,
de dos o ms estmulos, uno de los cuales necesariamente
posee una significacin biolgica vital directa para l; en
ellos est ausente la concientizacin de la relacin entre sus
necesidades y los objetos y fenmenos de la realidad, lo cual
constituye una condicin necesaria de toda valoracin.
Una condicin indispensable en la formacin de la valoracin es la presencia de la conciencia y autoconciencia,
la comprensin del lugar ocupado por el sujeto en el mundo
de las cosas y de su relacin con este mundo.
A.N. Leontiev seala que: "en la sensibilidad de los
animales no se diferencian las propiedades externas de los
objetos de su capacidad de satisfacer unas u otras necesidades."2 El reflejo valorativo de la realidad surge con el
advenimiento de la conciencia en el proceso del trabajo
social. El trabajo, la actividad prctica de los hombres dirigida a la produccin de los bienes materiales, constituye el
factor fundamental bajo cuya influencia surge no slo la
conciencia en su integridad, sino tambin la valoracin como
uno de sus componentes.3
"El surgimiento tanto del trabajo como de la conciencia
(incluido su componente valorativo) es el resultado de un
largo y complejo proceso de intercondicionamiento, en el
cual el papel rector pertenece al trabajo como forma
cualitativamente nueva de interrelacin con la naturaleza,
basada ya no slo y no tanto en la adaptacin al medio,
como en su transformacin en correspondencia con los fines y necesidades del hombre".3
El hombre en la medida que realiza sus fines, valora su
actividad y sus resultados, y establece una correlacin entre estos ltimos con los fines anteriormente propuestos.
La presencia de determinadas necesidades constituye
la base de la relacin prctica del hombre con el mundo que
le rodea y el motor propulsor de su actividad. La posibilidad
de elegir entre infinitas variantes de accin dentro de esta
misma relacin, constituye una expresin de su capacidad
valorativa y de su libertad individual.
A.M. Korchunov seala que: "La valoracin es un componente inseparable de la conciencia formado bajo la influencia de la prctica. La prctica en su desarrollo no slo
engendra el ser funcional de las cosas, su significacin, su
valor, sino que forma tambin la capacidad subjetiva, con
ayuda de la cual se define el valor de las propiedades naturales y de los factores sociales".4
Ante la gran dimensin social del hombre, y como consecuencia de las dismiles relaciones humanas en que este
participa, surgen determinadas preguntas como: cul es el
sentido de la vida ?; cul es el sentido de la vida del profesional de la salud?
Qu significado tiene decir que el hombre es libre en
sus propias decisiones?; puede el hombre disponer libremente de s mismo, escoger un comportamiento en determinadas circunstancias? Poniendo el ejemplo del diagnstico
de la muerte enceflica, a travs de que va se llega a un
consenso en relacin con el momento de retirar los aparatos a ese paciente?
La real y adecuada respuesta a todas estas interrogantes que se enmarcan en situaciones diferentes que
devienen de la complejizacin de la actividad humana, slo
es posible en los marcos de la valoracin, ante la presencia
de un pensamiento axiolgico que sea capaz de responder a
la problemtica del hombre, sin alejarlo del contexto social
en que se desarrolla y de su propia esencia.
En el contexto sociocultural se establece una integracin de la ciencia con la vida social y un nexo entre esta
ltima y los problemas de la civilizacin, que influyen de
una forma positiva o negativa en la solucin o agravamiento de estos problemas, lo cual conduce, como resultado de
ello al despertar de una conciencia valorativa sobre el trabajo del conocimiento cientfico y sobre el valor de la propia ciencia.
Un elemento importante dentro de todo sistema social
lo constituye el desarrollo de la actividad cientfica, que
recibe a su vez la influencia de otros elementos del sistema
social como son: la economa, la poltica, la religin, el arte y
la propia ciencia como ingrediente de la cultura.
Todo este proceso conduce a la formacin de un determinado sistema de valores que impera en la sociedad y que
est presente tambin en la ciencia.
Surge la siguiente interrogante: es posible que las ciencias mdicas desarrollen su objeto de estudio fuera de los
marcos de la valoracin, atendiendo a que su objeto de
estudio constituye la prevencin y curacin de la enfermedad y la preservacin y promocin de la salud?
Cada ciencia, en su desarrollo, genera un cmulo de
problemas a resolver que implican un proceso valorativo de
anlisis y una posicin diferente ante la solucin de cada
uno de ellos. Podemos deducir de ello que los problemas
generados al hombre por las llamadas ciencias tcnicas,
nunca sern iguales a los generados por las ciencias
humansticas. No obstante, la solucin de los problemas
vinculados con las ciencias tecnolgicas si se deshumaniza
y se basa solamente en dar una respuesta tcnica, nunca
ser una adecuada respuesta y ella en s misma generar
nuevos problemas que de mantenerse con este mismo corte, nunca sern solubles del todo.
Juan Cesar Garca en su libro" Pensamiento social
en Salud en Amrica Latina ", define a la medicina, como:
y metodolgica, sin embargo, orientaciones valorativas diversas dentro de esta, se traducen en objetivos diversos
que alcanzan resultados diferentes.
Existen varios planos de anlisis de los valores, uno de
ellos se presenta a travs del sistema objetivo de valores
que constituye la parte constitutiva de la propia realidad
social; otro se manifiesta a travs del proceso de
subjetivacin, concienciacin y formacin de valores, que
a su vez constituye la forma en que el sistema de valores se
refleja en la conciencia. Y el ltimo es el sistema de valores
instituidos y reconocidos oficialmente, de los cuales emana
la ideologa oficial, la poltica interna y externa, las normas
jurdicas (derecho) y la educacin formal estatal o
institucionalizada.
Mucho se habla de la crisis de valores que caracteriza
la existencia de la humanidad en la poca actual, esta crisis
se define como conmociones sociales en perodos de transicin de la sociedad que origina cambios, los cuales pueden ser progresivos, regresivos y de reacomodamiento. La
respuesta a la pregunta de por qu se producen esas crisis,
reside en que la causa de ellas est en la ruptura significativa que se da entre los sistemas de valores pertenecientes a
los tres planos anteriormente sealados.
Los sntomas que identifican esa crisis se manifiestan
ente la perplejidad e inseguridad de los sujetos sociales
acerca del verdadero sistema de valores, surge la duda de
qu considerar valioso y qu considerar antivalioso. A veces se la atribuye valor a lo que hasta el momento se consideraba indiferente o antivalioso, y se produce as un cambio de lugar de los valores en el sistema jerrquico subjetivo, donde se le otorga mayor prioridad a valores tradicionalmente ms bajos y viceversa.
Es por eso que el mdico o profesional de la salud tiene
que partir del reconocimiento, en primer lugar, del conjunto
de valores que imperan en ese mundo concreto, en el cual
cada ser posee ciertas formas peculiares de valorar la realidad que le rodea y que, en algunos casos, no coincide plenamente con el conjunto de valores sociales imperantes en
esa sociedad, pero que sin embargo, mediatiza la relacin.
Se hace indispensable, a la hora de analizar las dismiles
problemticas que surgen en el marco de la relacin anteriormente mencionada, desarrollar una cultura axiolgica que
permita solucionar stas con un adecuado grado de aceptacin por parte de los implicados.
Una forma de corroborar lo anteriormente sealado lo
constituye el anlisis de diferentes problemas inmersos en
el proceso salud-enfermedad.
Analicemos el caso de la calidad de la atencin mdica
a travs de la relacin mdico-paciente.
A travs de esta relacin, la calidad de la atencin mdica puede parecer difana y clara en un anlisis simple e
inicial del problema.
Cada persona, atendiendo al grado de desarrollo cultural que posee, interioriza determinados patrones de valoracin que le permiten establecer determinadas expectativas
en relacin con la calidad de la atencin mdica. El grado de
desarrollo de esas expectativas puede ser infinito atendiendo al proceso de formacin de valoraciones que reflejan
68
La complejizacin de las relaciones sociales en la esfera mdica constituye un resultado del amplio desarrollo cientfico-tcnico introducido en ella.
A raz de los aos 70, con el surgimiento de la biotica,
se acrecenta la necesidad de una regulacin jurdica de estos principios mediante normas de obligatorio cumplimiento que, a su vez, fortalecen y sistematizan estas formulaciones.
La biotica como ciencia fue fundada por Van
Rensselaer Potter, onclogo, profesor de la Universidad de
Wisconsin.
La biotica ha recibido varias definiciones como son:
- Ciencia de la supervivencia: examen y redimensionamiento tico de las relaciones humanas (interpersonales
y sociales).
- La tica mdica en que se suman otros principios como
son los de Autonoma y Justicia, vista a la luz de un
nuevo paradigma en el que actan el Paciente y la Sociedad en la toma de decisiones clnicas.
- Estudio sistemtico de la conducta humana en el proceso
salud-enfermedad vista a travs de los principios morales.
El objeto de estudio de la biotica es la salud humana y
la vida en general. Su contenido est dado por discusiones
clnicas, hechos clnicos ms valores.
La biotica tiene 2 direcciones de desarrollo: la ampliacin de su objeto de estudio (extensin a problemas sociales vinculados con la salud, ambientales y relacionados con
los animales de experimentacin), y la fundamentacin terica filosfica y tica, que establece las bases generales que
orientan el desarrollo de la reflexin biotica en determinada sociedad o cultura.
Esto implica un cambio de paradigma en el anlisis de los
problemas de salud, entendiendo por paradigma al estado que
caracteriza la conciencia de determinada comunidad cientfica.
As hay una variacin en los paradigmas mdicos
biomdicos en mdicos sociales, donde los paradigmas
biomdicos conceptualizan los procesos biopsquicos humanos como procesos naturales, y los mdicos sociales
conceptualizan los procesos biopsquicos humanos como
procesos sociales histricos donde entra a formar parte la
valoracin.
A travs del derecho mdico se regula la actuacin del
facultativo y sus relaciones con el resto de la sociedad, en
forma de principios generales como el de la buena fe, equidad, legalidad y justicia, lo cual es posible partiendo del
carcter humano inherente a la medicina que implica una
relacin estrecha con el derecho. En toda sociedad, el hombre y su integridad constituyen uno de los bienes de mayor
proteccin legal. El Estado, a travs de leyes y normas, protege al menos de una forma terica, los derechos individuales
de los ciudadanos, como son el derecho a la vida y a la salud.
(Artculo 49 de la Constitucin de la Repblica de Cuba).
El propio desarrollo de la medicina lleva implcito un
vnculo cada vez mayor con la esfera del Derecho. Esto se
explica atendiendo a que el acto mdico, que hasta hace
69
de las condiciones en que fue formulado, sino de su materia. De aqu deviene el reconocimiento de que la determinacin de la justeza de un precepto es una cuestin filosfica
y exige la presencia de una axiologa jurdica.
Es muy importante el reconocimiento de que una norma ser considerada vlida u obligatoria, si ella establece
prescripciones valiosas de acuerdo con un cuadro
axiolgico objetivo. Al conjunto de las normas que poseen
validez en sentido axiolgico, Garca Maynes lo denomina
derecho justo o derecho intrnsecamente vlido.
La relacin entre el grado de cumplimiento de las normas jurdicas y su grado de justeza, radica en que en la
medida en que los destinatarios consideren que las normas
son justas, as ser el grado de cumplimiento de las mismas,
y viceversa; si se consideran dichas normas injustas, se
tender hacia la desobediencia y el desacato. Slo a travs
de la valoracin que realiza el destinatario de dicha norma
acerca de lo justo o no de la misma, es que sta se har
mayor o menor eficaz, atendiendo al grado de aceptacin y
cumplimiento que l realice con relacin a ella.
De este modo, a travs del proceso de valoracin se
vincula la justeza de la norma, su grado de cumplimiento y
su eficacia, que constituye el elemento fundamental en el
anlisis de las normas en el derecho mdico.
Cabe reconocer lo acertado de la valoracin realizada
por este autor con respecto a la relacin entre derecho natural y derecho positivo, presente en la filosofa del derecho. La necesidad de la presencia de una filosofa del derecho o de una axiologa jurdica para delimitar la justeza o no
del Derecho por parte del autor, constituye uno de sus principales mritos. El precepto justo para Maynez es el objetivamente vlido, y la validez del mismo consiste en el contenido de la norma. Se reafirma el carcter valorativo de la
misma de acuerdo con un cuadro axiolgico objetivo.
El reconocimiento del derecho justo o intrnsecamente
vlido atendiendo a su sentido axiolgico, debe constituir
el punto de partida en el anlisis del derecho mdico. La
solucin legal ante determinado dilema mdico nunca podr ser una solucin formal exenta de valoracin. Cada caso
especfico en la esfera mdica requiere de una valoracin
particularizada de los condicionantes que requieren de una
solucin. Esta es la explicacin lgica racional de por qu
un mismo problema no tiene una similar aceptacin jurdica
en todos los pases o momentos histricos concretos. Aqu
intervienen un conjunto de factores ticos, morales, culturales, religiosos, ideolgicos y hasta polticos, atendiendo
a la idiosincrasia del pas en cuestin, que reflejan la diferencia en cuenta al sistema de valores imperantes en cada
sociedad y su particularizacin concreta atendiendo al caso
en cuestin. Otro elemento que se deber tomar en cuenta
es el condicionamiento relativo e histrico concreto que
poseen los valores y que varan atendiendo a exigencias
epocales, lo que implica un cambio de estos al nivel social e
individual particularizado en el individuo concreto.
Una vez ms se manifiesta la necesidad de un enfoque
axiolgico en el anlisis de los dilemas mdicos, que no
podrn ser nunca los mismos, atendiendo al carcter humano presente en la relacin mdico paciente.
Cada dilema mdico lleva implcito una respuesta
que no siempre coincide y que por ello no necesariamente debe considerarse como injusta. Aqu actan los
factores ya anteriormente mencionados que influyen en
la conformacin de valores de cada regin o poca histrica. Un ejemplo lo constituye la consideracin del
momento de la muerte. En su ponencia al I Simposio
Internacional de Muerte Enceflica, el doctor Daniel
Wickler plante que "... el momento de la muerte se localiza en el acontecimiento de la prdida total e irreversible
de la facultad cognitiva del yo...". Este punto de vista
ha sido interpretado como una propuesta fascistoide en
favor del exterminio y en contra de la identidad personal
de los dementes y los que se encuentran en estado
vegetativo. 6
En nuestro pas se considera que una persona en
estado de muerte enceflica est muerta, el planteamiento
del diagnstico de muerte enceflica tiene su
fundamentacin en el Decreto no. 139 de 1983, que es el
Reglamento de la Ley de Salud.
Todos estos elementos tericos se han tomado en cuenta a la hora de disear el Programa de Filosofa y Salud que
se imparte en la actualidad en las especialidades mdicas.
Se ha partido de la integracin de los contenidos filosficos con los problemas mdicos y salubristas que se manifiestan a travs de contenidos tales como:
- La concepcin dialctico-sistmica de la actividad.
- Problemas del sentido de la vida.
- Medicina e ideologa.
CONCLUSIONES
La estructuracin del pensamiento axiolgico sirve como
base para el estudio y desarrollo de la teora de los valores
y responde tambin a la necesaria fundamentacin terica
(filosfica y metodolgica) de la reflexin biotica.
Para tomar decisiones frente a los dilemas ticos es preciso contar con una teora basada en principios, modelos y
valores que proporcionen una adecuada metodologa sobre
la cual el profesional de la salud puede regular su actuacin.
Slo bajo un condicionamiento axiolgico es posible
comprender cabalmente la relacin mdico-paciente. Su
creciente complejidad determinada por el propio desarrollo de las Ciencias Mdicas exige un pensamiento
valorativo.
Summary: The humanistic orientation of the health professional is the result of a process that should be
developed along his training in Higher Education and that's why it is necessary an axiological thinking
allowing him to understand the ideological basis of of his acting in his working activity to the light of the
demands of this time. The convulsive period embracing the last century of the existance of humanity has
been characterized by the caducity and crisis of many of the values (moral, aesthetic, religious, political,
etc) that were considered eternal and immovable in previous periods. This has been conditioned by the
presence of real and daily problems the society has to face and that have generated the appearance of new
values and the conformation of systems of opposed values that contrast themselves even at the international
level. As the own dynamics of the social development brought about the appearance of the axiological
thinking, it is increasingly necessary in the medical thought an axiological interpretation of the questions
approached in it and of the answers given to the problems arising in the health professional-patient relationship
resulting from the development attained in the spheres of science and technique in the health sector. The
teaching of values is a process that begins with the attention and education of the child in the family setting
and extends to the University. For a health professional it is not only important to receive an education rich
in values contributing not only to the strengthening of the humanistic formation, but also to understand
completely the process of asessment underlying in the health professional-patient relationship.
Subject headings: ATTITUDE OF HEALTH PERSONNEL; PHYSICIAN-PATIENT RELATIONS; ATHICS,
PROFESSIONAL/educacion; PROFESSIONAL PRACTICE/trends.
71
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
1. Ver: Frondizi Risieri. Pensamiento Axiolgico. Prlogo por
Fabelo Corzo, J. Ramn. Biblioteca Americana. Instituto
Cubano del Libro. La Habana. Universidad del Valle. Cali.
1993 p. X.
2. A.N. Leontiev: Actividad, conciencia, personalidad. Editorial
Politizdat, Mosc, 1977. p.151 (en ruso).
3. Ver: Fabelo Corzo, J.R. Prctica, conocimiento y valoracin.
Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1989. p.119-20.
72
INTRODUCCIN
La mayora de los anlisis sobre los efectos y las propuestas para enfrentar los problemas del crecimiento de la
poblacin, suelen encontrarse en el campo de la demografa, la salud pblica y la economa, pero escasean en el dominio de la tica. En este trabajo se ha escogido realizar las
reflexiones desde el campo de la tica, por permitir un anlisis ms abarcador y poder valorar las implicaciones colectivas, individuales, biolgicas, psicolgicas y morales de los
planteamientos de las dems disciplinas.
Las dimensiones que han tomado los problemas derivados del crecimiento de la poblacin, constituyen el primer indicador de que la respuesta de los gobiernos y los
logros obtenidos hasta el final de siglo no se corresponden
con los esfuerzos y buenas intenciones de los que buscan
Profesor Titular
73
RAZONAMIENTO
Desde que la especie homo sapien comenz a transformar su actividad adaptativa y de supervivencia, gracias a
su capacidad de producir para sus necesidades, que dio
origen a la actividad econmica, la cual se transform en
una nueva fuerza reguladora primaria de su crecimiento
poblacional, aparecieron nuevas regularidades. Esta actividad creadora del hombre hizo posible la aparicin de la cultura como conjunto material y espiritual de su creacin,
como un nuevo subsistema que se fue integrando a la naturaleza y aportando nuevas regularidades en el crecimiento
de su reproduccin, de forma contextualizada, para los distintos grupos dentro de esta especie.
La capacidad de proteger a su descendencia, con nuevas acciones inteligentes o aprendidas, que aadan eficacia a las conductas biolgicas heredadas, as como la transformacin de la actividad sexual, de medio de reproduccin
gobernado por ciclos hormonales, en medio de placer gobernado por presiones socioeconmicas, morales y psicolgicas, entre otras actividades, transformaron y diferenciaron radicalmente los deternminantes del crecimientro de
la poblacin humana.
Los acontecimientos sealados contribuyeron a transformar el ritmo natural de crecimiento poblacional humano
en un fenmeno exponencial, sujeto fundamentalmente a
regularidades econmicas, sociales y psicolgicas, que por
arbitrarias que nos pudieran parecer, siempre expresan una
necesidad, un sentido social y personal, que deben ser estudiados, en cada comunidad concreta.
Desde finales de siglo XIX prestigiosos mdicos y economistas (Virchow, Marx, Percival) dejaron constancia de
la relacin entre desempleo, marginacin, miseria y
superpoblacin, pero las posibilidades que ofreci el desarrollo economico y tecnolgico, hicieron olvidar estas verdades.
Dichas verdades y la realidad no podan pasar por alto
a experimentados especialistas que las estudiaban y reaparecieron con fuerza en el trabajo "Equidad y Transformacin Productiva" de la Comisin en Economa para Amrica
Latina que afirma: ... Se observa por lo tanto que, en general, los pases ms pobres registran los mayores ndices de
crecimiento demogrfico. A su vez, los niveles de fecundidad de los sectores en situacin de pobreza de los pases
de la regin son ms altos que los de los dems estratos."3
Los problemas que tienen su origen en regularidades
econmicas o actividades sistemticas y habituales del modo
de vida, son movidos por fuerzas generalmente oscuras
para la conciencia, y si se unen a fuerzas provenientes de
74
intereses ideolgicos, su probabilidad de solucin se entorpece y se hace desconcertante. Esta siuacin ha estado
afectando la solucin a los problemas de la reproduccin
humana y su crecimiento poblacional, con mayores daos
en comunidades y personas menos favorecidas por el desarrollo cultural y de la personalidad.
Ante el estudio de los problemas generados por el crecimiento de la poblacin en esta poca, no se puede partir
de la muy citada teora de Malthus ni de otros enfoques con
ms o menos aceptacin, pero que fueron concebidos cuando las conquistas de la ciencia, la tecnologa y la tica, no
haban ofrecido tantas posibilidades de entendimiento y de
lucha contra esos problemas.
Con alta frecuencia, los miembros de etnias indgenas
o campesinos sin tierras, por su baja escolarizacin y pobre
socializacin, no tienen otra alternativa que incorporarse a
las comunidades de marginados de las ciudades.4 Es reconocido que estos grupos tienen como caracterstica y como
consecuencia de sus condiciones de vida, la
reproductividad ms alta de la sociedad.5 Estos complejos
problemas no se solucionan con un programa para el control de su natalidad. Sera slo aspirar a repartir las mismas
necesidades y escasas posibilidades entre menos personas. Cmo se podra explicar la beneficencia y la nomaleficencia en este tipo de proyecto?
Enfrentar los problemas del crecimiento de la poblacin de las culturas menos favorecidas o en estadios ms
primitivos de la evolucin econmicosocial, es un problema muy delicado6 Solo podra intentarse subordinando el
relativismo cultural a principios ticos universales, tales
como la participacin y equidad de las mayoras, y el derecho al progreso social7 y no slo al desarrollo econmico y
tecnolgico, del que suelen quedar excluidos grandes grupos de desposedos.
La diversidad de la actividad social alcanzada, el grado
de desarrollo y progreso social y moral conquistado por la
comunidad o por la familia, es lo que hace posible detenerse
o no, a meditar acerca de las condiciones requeridas para
tener un hijo. Esa conducta es la expresin de un sentido,
no siempre consciente, y una actitud moral, que forman
parte de esa concepcin del mundo y actan en el plano
individual y familiar como variables que determinan la cantidad de hijos que se tienen.
La concepcin del mundo colectiva o individual, puede estar ms o menos cargada de tradiciones, prejuicios,
supersticiones, consideraciones tcnicas, principios morales, etc. que tambin actan como reguladores de la decisin de controlar o no la natalidad. Por todos esos motivos,
la concepcin del mundo de la poblacin y sus criterios
acerca de la familia y su reproduccin, deben ser educados
ticamente.
La miseria y la desesperacin por la carencia de recursos elementales para la vida de la familia no deben ser manipuladas como nico recurso motivacional para el control de
la natalidad. Al respecto opina Sen G. en sus comentarios
sobre la poltica de poblacin de la India, 2000. "Hay algunas medidas promocionales y motivacionales que suscitan
graves preocupaciones: Los aspectos ticos de recompensar
Summary: Events such as destroying food productions to maintain the high prices on the market, proposing
birth control programs in communities of undereducated people in return of economic benefits and the
diverse forms of women discrimination in all cultures in the era of the development of Biotechnology
applicable to food production have no ethical justification on analyzing the growth of the population
and its possible solutions. It is known that the highest index of growth corresponds to the population of
the Third World and to the poorest sectors of the developed countries, where undereducation,
unemployment, and a limited or null health assistance and social security are common, as well as other
difficulties generated by the unequal distribution of the gross internal product and the scarce possibility
of socialization to attain a way of life and a social participation consequent with the degree of development
achieved by humanity. The partial analyses of the population's problems, of gender and of reproductive
health, or the attempts made by means of punctual interventions to solve them, that on ocassions have
emerged from antievolutionist conceptions of the economic and juridical organization of society, do not
help to find a solution. An analysis from a bioethic and systemic point of view should overcome this
situation. The equitable access to resources to have a dignified life and the possibilites of appropriation
of the present culture through education that allow to attain a diversified social participation, are reflected
in a mediate way in the population's conscience and develop motivations for regulating natality that
would make disappear the fear to overpopulation.
Subject headings: POPULATION CONTROL/methods; POPULATION GROWTH; POVERTY; SOCIAL SECURITY;
ETHICS; EQUITY IN RESOURCES USE AND DISTRIBUTION.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
1. FNUAP. 1999. Estado de la poblacin mundial. Cap. 1, p.1 ONU.
Washington.
2. PNUD. 1997. Informe sobre desarrollo humano. Ed. MundiPrensa-Libro SA. New York.
3. CEPAL. 1992. Equidad y transformacin productiva. Un enfoque integrado. Santiago de Chile.
4. Prez, R. Y Gonzlez,U. Sobre la relacin entre la desviacin
social y las enfermedades infectocontagiosas. Rev. Cub. Hig. Epid.
15 (1) 1977. La Habana.
5. Cohen, M. Batt, M. Y Horn, P. Women street vendors. The road
to recognition. The Popular Council. Seed (20) 2000. New York.
75
OBITUARIO
RUTH RICE PUFFER
31 de agosto 1907- 2 de septiembre 2002
La doctora Ruth R. Puffer fue seleccionada con motivo del Centenario de la OPS Herona de la Salud Pblica de las
Amricas, como reconocimiento por sus notables contribuciones a la salud de los pueblos de nuestro continente.
Solo 12 relevantes personalidades alcanzaron esta alta distincin.
El sensible fallecimiento de la doctora Puffer antes de la fecha de la ceremonia de entrega del honroso reconocimiento le
impidi recibirlo personalmente.
Nuestra revista rinde tributo a esta notable personalidad de la salud pblica del continente, reproduciendo las pginas
que la Revista Panamericana de Salud Pblica le dedica en su nmero de noviembre del 2002, y aadiendo un documento
indito hasta hoy, que present a la doctora Puffer como informe de su consultora en Cuba, en 1974.
Los cubanos que conocimos a esta infatigable trabajadora de alto rigor cientfico, conducta tica ejemplar y excelentes
relaciones personales, la apreciamos por esas virtudes y por su ayuda al entonces todava joven sistema de informacin
de estadstica sanitaria de Cuba.
76
Las visitas preliminares a los principales colaboradores en el estudio de arteriosclerosis en varios pases latinoamericanos indicaron inters y apoyo a la investigacin recomendada por la conferencia de la OMS. Una propuesta se desarroll
para un proyecto de investigacin en varias ciudades en Amrica Latina, una ciudad en los Estados Unidos, y otra en el
Reino Unido, para estudiar las tasas de mortalidad muy altas de las enfermedades cardiovasculares en los dos pases
desarrollados y compararlas con las tasas bajas de Amrica Latina. El proyecto fue aprobado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH) de los Estados Unidos - primera vez que los NIH patrocinaban un proyecto internacional, multipases.
El objetivo primario fue proporcionar una cuenta exacta y equivalente de la mortalidad por causas en los adultos
de 15 a 74 aos de edad. La investigacin se realiz entre 1962 y 1964, con el doctor Daro Curiel quien fungi como co-investigador principal. Los resultados se publicaron tanto en ingls1 como en espaol,2 tambin fue propicio como
material para la enseanza. Los volmenes tambin fueron publicados como folletos cortos. Los resultados de la investigacin dejaron claro que realmente haba diferencias amplias de la mortalidad por enfermedades cardiovasculares que
no podan explicarse exclusivamente por las diferencias de la clasificacin. Muchos otros graves problemas, como
mortalidad materna, se revelaron mediante esta comparacin de la mortalidad por causas en reas ampliamente dispersas. Los resultados de la investigacin se han utilizado ampliamente y referenciados en la bibliografa cientfica.
El segundo proyecto importante , la Investigacin Interamericana Mortalidad de la Niez, se realiz con financiamientos
de la Agencia para el Desarrollo Internacional de los Estados Unidos. El plan fue recopilar los datos en todas
las defunciones menores de 5 aos de edad, en 13 lugares en Amrica Latina, uno en California y otro en
Canad. Los resultados apuntaron hacia problemas de salud significativos en Amrica Latina, incluidas las epidemias
desconocidas del sarampin, as como el conocimiento limitado, sobre lactancia en varias reas. Los problemas graves
de bajo peso al nacer y la carencia nutricional se dieron a conocer solo mediante un anlisis de causas mltiples. Las dos
condiciones estaban poniendo en peligro la supervivencia y obstaculizando el crecimiento y desarrollo de los nios
pequeos y probablemente de las futuras madres. La funcin de las enfermedades infecciosas como causas subyacentes de
muerte se aclar, con las enfermedades diarreicas como la principal causa, y el sarampin que era segundo en importancia. La accin sinrgica de las enfermedades infecciosas y la carencia nutricional necesitaba tenerse en cuenta en la
planificacin de salud.
En la investigacin de la mortalidad en la niez, el doctor Carlos Serrano sirvi de co-autor -se public en ingls3 y en
espaol4 en abril de 1973. El libro, as como otros documentos relacionados, han sido citados ampliamente por otros
investigadores. La investigacin motiv otros estudios encaminados a aumentar una mejor comprensin de los problemas
que se descubrieron. En la ciudad de Recife, en Brasil, por ejemplo, los investigadores que consideraban el resultado de
25 000 embarazos encontraron una elevada incidencia del bajo peso al nacer, especialmente entre las madres que
tenan menos de 20 aos de edad. Otros estudios realizados en Brasil, Chile y Mxico ayudaron a crear una mayor
conciencia acerca de la significacin del bajo peso al nacer en la mortalidad infantil en Amrica Latina.
El trabajo de la doctora Puffer en salud pblica -para la OPS y para otras organizaciones- fue resultado en parte de una
decisin que haba tomado mientras trabajaba en su grado de bachiller en matemticas en el Smith College, que est en
el estado de Massachusetts en los Estados Unidos. En su tercer ao en la escuela decidi que quera usar sus conocimientos de matemticas para una carrera diferente a la de ensear. Escribi cartas a varias personas que haban contratado
a los que trabajaban en el Smith College en matemticas y obtuvo un puesto en la Escuela de Salud Pblica de Harvard,
en Boston, Massachusetts, all trabaj con el profesor E. B. Wilson, quien imparti estadsticas demogrficas, durante el
verano de 1928, y luego regres al trabajo en Harvard despus que finaliz su licenciatura. Qued all hasta 1933,
cuando, con la recomendacin de profesor Wilson, acept el puesto de Directora del Servicio Estadstico del Departamento de Salud Pblica del estado de Tennessee, que est en la parte central del sur de los Estados Unidos. En su trabajo
en Tennessee particip en la administracin y tuvo responsabilidades de investigacin, una combinacin importante que
utiliz en su posicin en la OPS. En 1942 el profesor Wilson sugiri el retorno a Harvard para trabajar en un doctorado
en salud pblica. Para sus tesis us datos de investigacin que haba ayudado a recopilar durante varios aos en un
estudio de susceptibilidad familiar a la tuberculosis en el Williamson County-Tennessee. Haba trabajado en ese proyecto
de investigacin con el doctor Wade Hampton Frost, un profesor de epidemiologa en la Universidad Johns Hopkins,
Escuela de Higiene y Salud Pblica, que est ubicada en la ciudad de Baltimore, Maryland, en la costa este de los Estados
Unidos. Tambin realiz estudios de postgrado, en Hopkins en 1937-1938, y en Harvard (Ph.D.) en mayo de 1943. All le
fue otorgado el grado de Doctor en la Salud Pblica, sin tener un ttulo mdico, fue una excepcin a los procedimientos
usuales, que el Presidente de Harvard tuvo que aprobar . Ese grado, fue uno de los aspectos destacados de su vida y un
paso que condujo a muchas otras actividades y logros posteriores.
En la primavera de 1946, despus que haba regresado a su posicin en el Departamento de Salud de Tennessee, la doctora
Puffer fue invitada a que fuera a Santiago, Chile, para dar una serie de conferencias sobre estadsticas en la Escuela de Salud
Pblica, nueva all. Varios de los miembros del profesorado del programa haban estudiado en los Estados Unidos,
77
incluidos algunos que haban recibido adiestramiento sobre el terreno en Tennesse y que haban visto el enfoque de la
doctora Puffer de combinar la investigacin y la administracin. El viaje a Chile era el comienzo del trabajo en la salud
pblica internacional. Una de las personas en su clase fue doctor Abraham Horwitz, quin en 1959 sustituy al doctor
Fred Soper como Director de la Organizacin Panamericana de la Salud. Ella edit las conferencias que haba impartido
en Chile para un libro sobre estadsticas prcticas publicado en 1950 por McGrawHill Book Company. 6
Esa experiencia en Chile en 1946, as como una posterior de tres meses en 1950, le ayudaron a convencerse de que deba
aceptar una oferta para ser Jefa del Departamento de Estadsticas en la Organizacin Panamericana de la Salud. Empez
su trabajo a tiempo completo para la OPS en 1953 y sostuvo el puesto hasta 1970.
Despus de dejar su posicin en la OPS, la doctora Puffer sigui trabajando para la Organizacin como consultora, y
para otros grupos tambin. En 1981, por peticin de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional
(USAID), viaj a la India para trabajar en un informe sobre la mortalidad infantil y la niez, en ese pas. En 1982 particip
en una reunin de Naciones Unidas/OMS en Bangkok, Tailandia, donde present una ponencia titulada Experiencias
de la Organizacin Panamericana de la Salud usando las estadsticas de defunciones para Estudios Intensivos de
Mortalidad. El siguiente ao, tambin por peticin de la USAID, trabaj tres meses en Indonesia; visit diversos
programas estadsticos y recolect material para un informe sobre la mortalidad en la lactancia y la niez en ese pas.
Como seguimiento de la Investigacin de la Mortalidad en la Niez, la OPS les pregunt a la doctora Puffer y al doctor
Serrano si podan colaborar en un libro nuevo, sobre los modelos de peso al nacer. El texto resultante analiz los datos de
22 estudios de los modelos de peso al nacer de 15 pases en todo el mundo, en orden de evaluar la repercusin de los bajos
pesos al nacer, en la mortalidad infantil. El libro tambin trat los beneficios de la educacin sanitaria, los suplementos
alimentarios, la atencin prenatal y otros servicios de salud al reducir la prevalencia del bajo peso al nacer y la
mortalidad infantil. El texto ha sido un best-seller para la OPS, que est todava vendiendo el libro tanto en ingls 7 como
en las ediciones en espaol. 8
Adems de ser reconocida por la OPS este ao (2002), como uno de los Hroes de la Salud Pblica de las Amricas y como
ganadora del Premio Abraham Horwitz en 1978, la doctora Puffer ha sido honrada por algunas organizaciones. En 1970
recibi un grado honorario de doctor en ciencias del Smith College, donde haba realizado sus estudios de pregrado en
matemticas. En 1977 la Tennessee Public Health Association le concedi la Distincin del Centenario por Sobresaliente
y Dedicado Servicio en el campo de la Salud Pblica.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
1. Puffer RR, Griffith GW. Patterns of urban mortality: report of
11th Inter-American Investigation of mortality. Washington, DC.:
Pan American Health Organization; 1967. (PAHO Scientific
Publication 151).
2. Puffer RR, Griffith GW. Caractersticas de la mortalidad urbana:
informe de la Investigacin Interamericana de Mortalidad. Washington, DC.: Organizacin Panamericana de la Salud; 1986.
(OPS Publicacin Cientfica 151).
3. Puffer RR, Serrano CV. Pattems of mortality in childhood: report
of the Inter-American Investigation of Mortality in chilhood.
Washington, DC.: Pan American Health Organization; 1973.
(PAHO Scientific Publication 262).
78
ESTADSTICAS VITALES
Una mortalidad infantil notablemente baja, de 28,7 muertes por 1 000 nacidos vivos, se alcanz en Cuba en 1972. La tabla muestra las
tasas de mortalidad infantil por perodos de edad para 1971 y 1972. La tasa provisional de mortalidad infantil para 1973 es de 27,4. En
79
1972 la tasa de mortalidad neonatal de 19,2 fue dos veces superior a la tasa de mortalidad postneonatal de 9,5 por 1 000 nacidos vivos.
Estas tasas, as como la baja tasa de 1,0 por 1 000 habitantes para el grupo de edad de 1 a 4 aos, son muy favorables.
La tasa de natalidad para Cuba ha declinado en aos recientes desde una alta tasa de 36,3 por 1 000 habitantes en 19641 a la baja tasa
de 28,4 en 1972. Durante el perodo 1958 a 1972 se dirigieron esfuerzos para el mejoramiento del registro lo que fue evidente por el
incremento en la tasa de natalidad que pas de 27,3 en 1958 a 36,3 en 1964, seguida de una reduccin hasta la tasa baja de 1972.
Durante los aos recientes se ha prestado mayor atencin al registro de nacimientos y defunciones en edades tempranas de la vida. La
tabla muestra que ha ocurrido un incremento de la mortalidad neonatal de 17,6 en 1960, a 22,0 por 1000 nacidos vivos en 1971, seguido
de una reduccin hasta 19,2 en 1972. La tasa de mortalidad en el primer da de vida aument de 3,5 en 1960 a 7,5 en 1971, una tasa ms
del doble que la de 1960. Sin embargo, la tasa de mortalidad postneonatal declin de 20,4 en 1960 a 9,6 por 1 000 nacidos vivos en 1971.
Estos cambios son el resultado tanto de mejoramientos en el registro como de mejoramientos en las condiciones de salud.
TABLA 1. Datos seleccionados sobre estadsticas vitales a para 1971 y 1972 en Cuba
1971
No.
Poblacin estimada
Total de defunciones
Total de nacimientos
1972
Tasa
No.
Tasa
8 743 000 *
8 602 987
52 299
260 601
6,1
30,3
247 997
28,4*
Defunciones infantiles
9 355
35,9
7 129
28,7
Defunciones neonatales
-1 da
1-6 das
7-27 das
Postneonatal
1-4 aos
5 739
1 964
2 291
1 484
3 616
912
22,0
7,5
8,8
5,7
13,9
1,0
4 752
1 836
2 050
866
2 377
969
19,2
7,4
8,3
3,5
9,6
1,0*
a)
Las tasas de menores de 1 ao por 1 000 nacidos vivos; las dems por 1 000 habitantes.
* Estimados
Fuente: Tablas preparadas para OPS/OMS.
TABLA 2. Tasa de mortalidad infantila por grupo de edad, para cuatro aos en Cuba
Grupo de edad
1960
Menos de 1 ao
Neonatal (menos de 28 das)
-1 da
1-27 das
Postneonatal
(28 das-11meses)
38,0
17,6
3,5
14,1
20,4
1968
39,0
23,1
5,5
17,6
15,9
1971
35,9
22,0
7,5
14,5
13,9
1972
28,7
19,2
7,4
11,8
9,6
a)
Las leyes y reglamentaciones que entregaron la responsabilidad del llenado de los certificados de nacimiento y defuncin
a los hospitales constituyeron cambios legales importantes para el mejoramiento del registro de nacimientos y defunciones. La Resolucin No. 169 de 1967 del Ministerio de Salud Pblica incluye las siguientes indicaciones importantes para
el registro de nacimientos:
Primero: La inscripcin del nacimiento se practicar en las Oficinas del Registro del Estado Civil o en las instituciones
de asistencia mdica del Ministerio de Salud Pblica.
Segundo: Cuando el parto tuviere lugar en una institucin de asistencia mdica del Ministerio de Salud Pblica,
la inscripcin del recin nacido se practicar en la propia institucin, siempre antes del egreso del
recin nacido y dentro de un trmino mximo de 20 das posteriores al parto.
80
Tambin las instrucciones para llenar el modelo oficial de inscripcin de nacimiento de julio 16, 1971, incluyen en el certificado peso al
momento de nacer y ltimo ao de enseanza aprobada y el nmero de hijos vivos que ha tenido la madre. Este requisito de que el
certificado de nacimiento sea llenado en el hospital, siempre antes del egreso del recin nacido, es muy importante, as como el asignar la
responsabilidad del llenado al hospital, ms que a la familia.
De acuerdo con la Instruccin General No. 109 del Ministerio de Salud Pblica del 21 de enero de 1969, "Todo Certificado de Defuncin
o Defuncin Fetal (desde 1973 Perinatal), cualquiera que sea su origen o tipo, deber pasar obligatoriamente por un centro de registro o
recoleccin del Ministerio de Salud Pblica (hospitales o policlnicas). Este trmite es previo al del permiso de enterramiento".
Por lo tanto, el registro de defunciones es una responsabilidad del Ministerio de Salud Pblica. El original del certificado de defuncin se
trasmite al Ministerio de Salud Pblica, al mismo tiempo que una copia sirve para tramitar el enterramiento y para la oficina del Registro
Civil. Para las defunciones fetales se viene usando desde 1973 el Certificado de defuncin perinatal. Los certificados de las defunciones que
ocurren tanto en el hogar como en los hospitales del Ministerio de Salud Pblica deben ser registrados en policlnicos u hospitales del
Ministerio de Salud Pblica y los originales son transmitidos para su procesamiento y tabulacin al Ministerio en La Habana.
Los manuales para estadsticas de hospitales3 y para policlnicos4 incorporan instrucciones sobre el llenado de los certificados de
nacimiento y defuncin. Es as como el registro de nacimiento y defuncin se ha convertido en una responsabilidad del Ministerio de Salud
Pblica, lo que constituye un requisito esencial con lo cual los servicios de salud se aseguran la disponibilidad de datos bsicos para el
conocimiento de los problemas de salud y para planificar sus actividades.
En 1972 se estim que 93,8 por ciento de los nacidos vivos ocurrieron en instituciones,5 96,6 por ciento de los nacimientos vivos y
defunciones fetales registrados en el estudio perinatal,6 en 1973, ocurrieron en unidades con servicio de atencin mdica.
Un informe de Ros7 intitulado Calidad de Registro de Peso al Nacimiento provee datos sobre el incremento en prematuridad, de 5,8 por
ciento en 1963 a 9,9 por ciento en 1971, a partir de informacin disponible en las instituciones, lo que se debe, esencialmente, al
mejoramiento de la calidad del dato sobre peso al nacer. La variacin en las 7 provincias de Cuba, en 1971, fue de 7,2 por ciento de nacidos
vivos prematuros en Camagey a 10,8 por ciento en la Habana y 11,3 por ciento en Oriente Sur.
En otro informe Ros8 intitulado Indicadores del Servicio de Recin Nacidos ella destaca la importancia de analizar las defunciones segn
peso al nacer y das de vida y el uso de las proporciones de defunciones y nacimientos por grupos de peso para medir la calidad de los
servicios de recin nacidos. Para 5 servicios de hospitales cerrados de buena calidad de registros ella obtuvo la siguiente distribucin
de nacidos vivos por peso al nacer y las tasas de mortalidad respectivas por 100 nacidos vivos (defunciones en hospitales):
Peso en
gramos
Nacidos vivos
(proporcin)
Defunciones
por 100 nacidos vivos
500-1 000
1 001-1 500
1 501-2 000
2 001-2 500
Subtotal
2 500 y ms
0,4
0,8
2,2
8,5
11,9
88,1
90,6
60,3
20,1
2,6
12,9
0,4
Total
100,0
1,9
Tambin para tres servicios de hospitales cerrados ella obtuvo la siguiente tasa de mortalidad por 1 000 nacidos vivos (defunciones en
dichas instituciones) por edad al morir: - 1 da, 9,2; 1 da, 3,3; 2 y 3 das, 3,4; Total: 15,9.
En otras tablas de servicios de hospitales cerrados, en 1971, Ros mostr tasas bajas de mortalidad para nacidos con pesos de
1 000 g o menos y tasas de mortalidad bajas en el primer da de vida -lo que probablemente indica subregistro de defunciones en
las primeras 24 horas de vida y tambin deficiencia en el nmero de nacimientos de bajo peso. Su conclusin final fue: 3) Es
necesario que se haga un anlisis detallado de los indicadores de cada servicio por su equipo de trabajo comparando los mismos
con lo presentado como estructura patrn para este momento y que la misma puede variar, y buscar dnde estn las deficiencias para
81
superarlas..." Este es un uso refinado de la tasa de mortalidad en el primer da de vida y tambin de otros indicadores de la calidad del
registro de estos eventos vitales, en un todo de acuerdo con las definiciones de la OMS.
Con el fin de evaluar los procedimientos de registro se visitaron varios hospitales: "Amrica Arias ", "Enrique Cabrera" y
"William Soler" en La Habana, y el Hospital de Gines, y se hicieron tabulaciones manuales de los datos recolectados sobre
defunciones perinatales en el estudio internacional(OMS) para la Provincia de La Habana y la Provincia de las Villas y directamente del libro de partos en Gines. Fue evidente el marcado inters en la reduccin de la mortalidad infantil en todas las
instituciones visitadas y los procedimientos eran bien conocidos y seguidos por los estadsticos y administradores. La falta de
tiempo no permiti hacer visitas a reas rurales.
En las tabulaciones que hicimos de datos, de cuatro meses en La Habana y tres meses en las Villas, del estudio de mortalidad perinatal, la
tasa de mortalidad en el primer da de vida fue ligeramente menor que la esperada, 7,0 por 1 000 nacidos vivos en La Habana y 6,5 en las
Villas. Las tasas de mortalidad para la primera semana de vida fueron 13,8 y 18,6 en La Habana y las Villas, respectivamente. Las tasas
quizs sean mayores para todo el ao 1973. Dado que ambos programas de investigacin perinatal utilizan datos de 1973 es importante
estar seguros de que las tasas de mortalidad son del orden esperado, ello es de por lo menos 7,5 por 1000 nacidos en el primer da de vida.
Tan pronto como sea posible debieran hacerse tabulaciones de estas defunciones en el primer da y en la primera semana de vida, por
provincias, y debieran calcularse tasas de mortalidad para evaluar los procedimientos. La tasa de 9,2 por 1 000 nacidos vivos utilizada
como meta por Ros7 quizs no pueda obtenerse para todo el pas.
Tal como fue sealado en la Investigacin Interamericana de Mortalidad de la Niez, fueron encontradas defunciones no
registradas y se las incluy en todos los proyectos, con la excepcin del proyecto de California donde tal bsqueda no se llev a
cabo. En las investigaciones de mortalidad perinatal en Cuba son aconsejables tabulaciones exploratorias, por reas y provincias, para estar seguros de que el registro es lo ms completo posible. A travs del estudio de los procedimientos en uso y de la
documentacin disponible se estima que el registro de nacimientos y defunciones es prcticamente completo en Cuba. Un
comentario sobre este punto ser enviado a las Naciones Unidas recomendando la eliminacin de letras bastardillas para los datos
de Cuba en las tablas del Anuario Demogrfico. Las letras bastardillas indican que los datos de los registros civiles son incompletos o de confiabilidad desconocida.
Los programas de salud materno-infantil proveen leche para las mujeres embarazadas y para los nios. Tales programas pueden haber
tenido efecto sobre los pesos al nacer. Tambin la frecuencia de pesos bajos al nacimiento puede diferir en diferentes reas del pas. El
anlisis de los nacidos segn el peso al nacer para distintas reas de Cuba sera til en el estudio de este problema. (Tales estudios son
posibles ya que dichos datos son obtenidos en los certificados de defuncin desde 1971.)
En el hospital en Gines se estimula la lactancia materna y es ya un hbito generalizado con los recin nacidos en el hospital. Sin embargo,
no pudimos conocer la frecuencia y duracin de la lactancia materna en La Habana.. Se enviarn copias adicionales de El valor
incomparable de la leche materna, editado por Jelliffe, tan pronto se disponga de un nuevo tiraje de esta publicacin.
En todas las visitas e informes se hizo evidente los grandes esfuerzos que se llevan a cabo para reducir la mortalidad infantil. Se ha fijado
la meta6 de 20,0 por 1 000 nacidos vivos para la tasa de mortalidad infantil en 1980. Se da atencin prioritaria a la mujer embarazada que
presenta riesgo de tener un nio que puede morir. Los riesgos son similares a los establecidos por el estudio de la Academia Nacional de
Ciencias.9 Sin embargo, se llevan a cabo estudios sobre mortalidad perinatal en busca de mtodos de reducir la mortalidad, los que se
pasan revista brevemente en la prxima seccin.
INVESTIGACIONES DE MORTALIDAD PERINATAL
Dos grandes investigaciones de mortalidad perinatal proveern datos valiosos para el anlisis de los mltiples factores causales. El
estudio cubano de mortalidad perinatal incluye los siguientes datos para 3 perodos de tiempo.
1.
2.
82
Nacimientos, defunciones fetales tardas y defunciones en la primera semana de vida ocurridas en la primera semana de marzo de
1973. En este perodo se produjeron 4 435 nacidos vivos de 1 000 g. o ms y 107 defunciones perinatales (desde las 28 semanas de
gestacin hasta el final de la primera semana de vida), pero solo incluyendo defunciones con 1 000g. de peso o ms. De estas
defunciones 56 ocurrieron en la primera semana de vida y la tasa de mortalidad para este perodos fue de 12,1 por 1 000 nacidos
vivos.
Nacimientos de bajo peso al nacer, 1000-2429 gramos, ocurridos en el mes de marzo de 1973.
3.
Defunciones perinatales ocurridas en un perodo de 3 meses (marzo, abril y mayo de 1973). De las defunciones registradas en este
perodo 1 511 fueron informadas tambin en la investigacin, indicando por lo tanto solo una ligera deficiencia de 0,9 por ciento. De
las defunciones perinatales registradas 246 13,9 por ciento, fueron productos con pesos de menos de 1 000g. (defunciones fetales y
defunciones neonatales precoces) y por lo tanto no fueron incluidas en la investigacin. En la provincia de La Habana el
porcentaje fue mayor, 19,9 por ciento. El anlisis de este material recolectado en los tres perodos ser una importante contribucin
al conocimiento de los factores responsables de la mortalidad perinatal. En adicin a la gran cantidad de informacin obtenida en los
hogares acerca de la madre y su historia reproductiva, historia obsttrica y datos acerca del parto y de lo sucedido con todos los
nacimientos y defunciones fetales de 1 000g. y ms para la primera semana de marzo, se obtuvieron datos de autopsia prcticamente
para todas las funciones en el perodo de 3 meses (99,2 por ciento).
Los procedimientos para la investigacin se presentan en un documento, Investigacin de mortalidad perinatal. Metodologa.10 El estudio
de Cuba es similar en muchos aspectos a la bien conocida Encuesta de Mortalidad Perinatal Britnica, 1958, publicada en 2 volmenes
(11 y 12) en 1963 y 1969. El doctor Neville Butler, que dirigi la Encuesta Britnica, est sirviendo como consultor.
La cohorte de nacimientos ocurridos en la primera semana de la investigacin est siendo estudiada longitudinalmente y se podrn
establecer comparaciones con el estudio en la Ciudad de Nueva York sobre la mortalidad infantil en una cohorte de 142 017 nacimientos
vivos.
Hemos sugerido que en esta investigacin de mortalidad perinatal en Cuba se incluyan las tasas de defunciones tempranas (menos de 7
das) y no solamente las del perodo perinatal completo. Por muchos aos todava el registro de defunciones fetales ser incompleto en
muchas reas de las Amricas. Las comparaciones de tasas de mortalidad del primer da y de la primera semana de vida sern por lo tanto
muy valiosas.
La segunda investigacin es parte del estudio perinatal de la OMS. Se han recolectado datos de todas las defunciones perinatales y
nacimientos vivos para el ao 1973 y enviado copia a la OMS en Ginebra, incluyendo los de pesos al nacer de menos de 1 000 g. Debe
hacerse en Cuba tabulaciones y anlisis de esta valiosa informacin, tan pronto como sea posible. Las tabulaciones preliminares, por rea
y por provincia, permitirn evaluar la cobertura del registro. Si alguna evidencia indica una insuficiencia en cualquier rea, sera
aconsejable una investigacin local (como se hizo en la Investigacin Interamericana de Mortalidad de la Niez) y cualquier defuncin
descubierta debiera incluirse. Aunque esto no es probable que suceda, es aconsejable estar siempre alerta para reconocer omisiones, como
lo ha sealado Ros8, para poder estar seguros de que los datos son completos.
En el estudio cubano de mortalidad perinatal no se incluyeron las defunciones de la primera semana de vida, las defunciones
fetales y el denominador, nacimientos vivos, si el peso era de 1 000 g. o menos. Se considera que en Cuba la proporcin de
nacimientos vivos de bajo peso al nacer es 11,5 por ciento y en el ejemplo de los servicios de hospitales cerrados fue de 11,9 por
ciento. En la ltima experiencia de servicios hospitalarios cerrados, 20,7 por ciento de las defunciones neonatales precoces
fueron de nios cuyo peso al nacer fue de 1 000 g. o menos. En el proyecto de California, de la Investigacin Interamericana, 35,9
por ciento de las defunciones neonatales ocurridas en hospitales eran de nios que pesaban 1 000 g, o menos al nacer. Tambin
en el estudio de la Ciudad de Nueva York (Academia Nacional de Ciencias) 29 por ciento de las defunciones infantiles fueron de
nios en este grupo de bajo peso. Por dichas razones, en la bsqueda de causas de bajo peso al nacer puede resultar valiosa la
inclusin de estas muertes de nios de muy bajo peso. Como fue sealado en el estudio de la Ciudad de Nueva York se requiere
ms investigacin para determinar el riesgo a que est expuesta la mujer individual y orientarla hacia los servicios apropiados
que van a disminuir la probabilidad de que de a luz a un nio de bajo peso al nacer o no viable.
Est aumentando la evidencia de que la frecuencia de los nacimientos de bajo peso es relativamente alta en Latino Amrica (11,5 por ciento
en Cuba). Tabulaciones manuales hechas en maternidades en Recfe, San Salvador y la Ciudad de Mxico mostraron porcentajes del orden
del 12 al 15. Estas frecuencias son mayores que en Inglaterra y Gales (7,4 por ciento) y en pases de Europa de tasas bajas, como los Pases
Bajos y Suiza con tasas del orden del 5 por ciento. Reconocemos que difieren las opiniones acerca del valor de incluir estos nacimientos
y defunciones de muy bajo peso en estudios de mortalidad perinatal. Parece que la razn puede ser la falta de datos sobre peso al nacer
en muchos pases y el fracaso experimentado en distintos lugares al pretender adherirse estrictamente a las definiciones de OMS.
No solamente es alta en las Amricas la frecuencia de estos nacimientos de bajo peso, sino que tambin algunos de esos nios sobreviven.
Por ello no parece aconsejable excluir tales productos de bajo peso de las estadsticas y de la investigacin. Oportunamente enviaremos
a la OMS comentarios acerca de la magnitud del problema de los nacimientos de bajo peso al nacer debieran ser incluidos en nuestras
estadsticas oficiales.
83
COMENTARIOS Y RECOMENDACIONES
En el artculo preparado como referencia para la Reunin del Comit de Expertos para el Mejoramiento de Estadsticas Demogrficas de
Naciones Unidas13 se recomendaron 8 acciones especficas para el mejoramiento de los sistemas de registro. De hecho, en Cuba, casi
todas estas acciones han sido ya tomadas por el Ministerio de Salud Pblica. Estas incluyen: 1) el establecimiento de oficinas de registro
en los hospitales, entregando a los mismos las responsabilidades de la certificacin de nacimientos, defunciones y defunciones
fetales; 2) inclusin de peso al nacer, orden de nacimiento, edad de la madre y residencia en los certificados de nacimiento; 3) utilizacin
de las definiciones de OMS de nacido vivo y muerte fetal y programas educativos para el conocimiento de estas definiciones.
Las tabulaciones de nacidos vivos por peso al nacer, orden de nacimiento* y grupos de edad materna para tres aos, 1971, 1972 y 1973
debern proveer datos bsicos excelentes con respecto a prematuridad en Cuba. Un informe sobre los hallazgos de estas tabulaciones
sera valioso para el Boletn de la Organizacin.
Se sugiere tambin que se comparen los datos sobre defunciones neonatales precoces del estudio internacional de mortalidad perinatal,
con los hallazgos de unos pocos proyectos de la Investigacin Interamericana de Mortalidad de la Niez y que se publique un informe de
ello en el Boletn. Uno de los valores especiales de dicho informe sera el anlisis de la mortalidad del primer da y de la primera semana
de vida segn peso al nacer.
Dado que los certificados de defuncin, especialmente los que corresponden a muertes en edad temprana, son completados en hospitales
donde se dispone de resultados de autopsia, la calidad de la certificacin mdica en Cuba puede ser excelente, si es que todos los datos
clnicos y patolgicos se utilizan en el llenado. Los estudios sobre causas mltiples de defuncin, utilizando, dicha informacin, seran
valiosos para el conocimiento de la interaccin de causas. Ambos factores, agente y husped, son determinantes para el porvenir de cada
caso y esas interrelaciones pasarn a ser aun ms importantes en el futuro.
En Cuba se desarrollan cursos breves o seminarios especiales sobre estadsticas hospitalarias. En abril de 1974, se ofrecer un curso de
dos semanas para 40 obstetras y pediatras, y en 1975 para directores y subdirectores de hospitales. Sera til que se invitara a participar
de los mismos a un miembro del staff de OPS/OMS. Tales cursos seran recomendables en otros pases, para estimular la recoleccin y
estudio de datos sobre productos del embarazo, medicin de los problemas de la prematuridad y establecimiento de procedimientos en los
hospitales para el registro de nacimientos y defunciones.
La Escuela de Salud Pblica ha adiestrado a muchos tcnicos en estadstica (alrededor de 300) en cursos llevados a cabo en las
provincias. Este programa ha sido probablemente decisivo para alcanzar la cobertura total y la alta calidad del sistema de estadsticas
vitales. Tambin se preparan mdicos especializados en estadsticas para investigacin, a travs de cursos en la Escuela de Salud
Pblica, de una duracin de 3 aos. Este programa traer beneficios importantes en el futuro para la investigacin orientada hacia la
comunidad.
La octava recomendacin en el documento de referencia13 fue la de desarrollar estudios centrados en la comunidad para descubrir
permanentemente los problemas de salud y proveer soluciones. Ese tipo de investigacin centrada en la comunidad est siendo ya
desarrollada en Cuba y las perspectivas para la investigacin en el futuro son excelentes. La preparacin de mdicos especializados en
estadsticas y tcnicos en estadsticas, as como de trabajadores de salud en muchos campos, beneficia mucho a la investigacin centrada
en la comunidad que aporta conocimientos sobre los problemas de salud y su solucin y contribuye tambin a mejorar la calidad de las
estadsticas vitales.
AGRADECIMIENTOS
El Dr. Francisco Rojas Ochoa y la Lic. Eneida Ros, de la Direccin Nacional de Estadsticas del Ministerio de Salud Pblica de Cuba,
responsables del desarrollo del sistema de estadsticas vitales tan refinadas con que cuenta dicho pas, prestaron su ayuda en todas las fases de
las actividades, lo que hizo posible revisar el sistema en corto tiempo.
Dr. Jos Coll, Consultor Zonal en Estadstica de la OPS/OMS, acompa al Consultor responsable de este informe y ayud tambin en estas
actividades.
Se deja constancia y se agradece la cooperacin y ayuda brindada por el doctor Rojas Ochoa y la licenciada Ros y el doctor Coll.
* Ms tarde sera aconsejable incluir el nmero de defunciones fetales (en los certificados de nacimiento) para que el orden de nacimientos se
refiera al total de productos del embarazo, incluyendo tantas defunciones como nacimientos vivos.
84
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
1. Rojas Ochoa, F. La Estadstica en Obstetricia y Ginecologa.
(Typed report).
2. Alvarez VL, Snchez CR. Un aspecto de importancia en el anlisis de la mortalidad infantil. Rev. Cub. Pediat. 1972;44 (jul dic):71-84.
3. Ministerio de Salud Pblica, Direccin General de Estadstica.
Normas de estadstica para hospitales, de Cuba, 1972.
4. Ministerio de Salud Pblica, Direccin General de Estadstica.
Normas de Estadstica para Policlnicas, de Cuba, 1972.
5. Ministerio de Salud Pblica de Cuba, Direccin General de
Estadstica.Obstetricia, 1972.
6. La atencin materno infantil y la reduccin de la mortalidad
perinatal en Cuba. Informe de un grupo de trabajo del Ministerio
de Salud Pblica de Cuba para el Congreso del Instituto Mexicano
del Seguro Obrero, Mxico, enero 1974.
85
BREVE HISTORIA
Con el ttulo de Resumen de los Informes de los Estados Miembros, 1950-1953, apareci la primera edicin preparada para
la XIV Conferencia Sanitaria Panamericana, que se efectu en Santiago de Chile en 1954.1
La Conferencia aprob la Resolucin XXIV, en la que se declar que el Resumen "es un valioso documento para conocer las
condiciones de salud en las Amricas y para coordinar los programas de salubridad; que contiene informes estadsticos
sobre poblacin, mortalidad, morbilidad por enfermedades transmisibles, personal y organizacin de servicios de salubridad
y descripcin de algunos programas...".1
Recomend a los Estados Miembros que "alcancen un acuerdo para ampliar la informacin estadstica que deberan contener
sus informes a la prxima Conferencia Sanitaria Panamericana".1
La publicacin ha tenido diferentes denominaciones, inicialmente Resumen de los informes de los Estados Miembros; o
Resumen de los informes sobre las condiciones sanitarias en las Amricas.2 En 1966, Las Condiciones de Salud en las
Amricas, hasta 1998 en que se adopta el nombre actual La Salud en las Amricas. Este breve recuento tiene una clara
expresin cuantitativa que revela los progresos en la obra.
Se han publicado 13 informes cuadrienales, sin interrupcin. Hasta el cuadrienio 1961-1964 no rebasaban un volumen de 130
pginas. El de 1965-1968 alcanz 180 pginas. En las tres siguientes (1969-1980), el nmero de paginas creci de 230 a 391,
incluyendo el de 1973-1976, un anexo estadstico de 199 pginas.
La edicin de 1990 es la primera en dos volmenes, de 528 pginas el nmero I y 328 el II. La edicin de 1998 dedica 586
pginas al Volumen I y 490 al II. En la primera edicin en dos tomos el anexo estadstico (Vol. I) ocup 208 pginas.
Desde la edicin de 1994 se reduce el anexo estadstico, que ese ao se limit a 13 pginas. En la edicin 1998 se suprimi, y
fue sustituido por otras publicaciones.
En lo cualitativo, se reflejan los progresos a lo largo de la evolucin de la publicacin en la siguiente afirmacin del
prefacio de la edicin de 1998: "Las modificaciones de contenido y forma realizadas a lo largo del tiempo en esta publicacin
* Organizacin Panamericana de la Salud. Edicin 2002. Publicacin cientfica y tcnica No. 587. Dos volmenes. OPS. Washington D.C. 2002:
449+XXI y 623+XI.
86
son indicativos del esfuerzo que realiza la OPS para ajustarse a los cambios en el perfil de la salud de las poblaciones, a la
mayor complejidad de los sistemas y servicios de salud, al mejoramiento de la calidad y disponibilidad de la informacin en
los pases, a las caractersticas de la cooperacin tcnica entre los pases y a los adelantos tecnolgicos en la produccin y
procesamiento electrnico de datos".2
desastres, en Amrica Latina y el Caribe murieron aproximadamente 82 000 personas y casi 12 millones quedaron sin hogar,
con daos que totalizaron aproximadamente 45 000 millones de dlares.
De 1990 a 2000 se perdieron anualmente cerca de 37 000 km2 de bosques en Amrica Latina por la deforestacin, lo que
representa un valor anual medio de 0,5 % de la masa forestal. De continuar esta tendencia, para el ao 2010 se habr
desforestado el 5% de la cobertura de bosques.
El captulo VI "Prevencin de enfermedades", pone de relieve una vez ms que la inmunizacin sigue siendo la intervencin
en salud pblica ms prctica y eficaz en funcin de los costos. La cobertura de vacunacin a menores de 1 ao en la regin
de las Amricas ha aumentado gradualmente hasta alcanzar niveles superiores al 90 % para la mayora de los antgenos. La
Regin ha permanecido libre de transmisin autctona del poliovirus salvaje desde 1991, y desde 1980 la incidencia del
sarampin disminuy de 408 nuevos casos por milln de habitantes a dos nuevos casos en el ao 2000.
El captulo VII "Recurso y tecnologa para la salud", expone que la fuerza de trabajo en el sector salud representa un elevado
porcentaje de la poblacin econmicamente activa, y tiene una marcada participacin femenina, que en un contexto de crisis
de empleo se ve muy afectada.
Se aprecian grandes diferencias entre los pases en cuanto a disponibilidad de profesionales de la salud. El nmero de mdicos
varan de 58 a tres por 10 000 hab. entre Cuba y Bolivia. La media de la Regin es de 19,8 por 10 000 hab. Se observa una fuerte
concentracin en las ciudades de mayor desarrollo, y grandes diferencias territoriales al interior de varios pases. Otro tanto se
observa respecto al personal de enfermera, que oscila de uno por 10 000 hab. en Hait y Paraguay a 97 en los Estados Unidos.
Refirindose a la investigacin se define que las prioridades en este campo no deben ser una responsabilidad exclusiva de
expertos, sino una tarea eminentemente social, que involucre a diversos actores con intereses y percepciones, expresados en
un espacio que facilite la construccin de consensos. La creacin de este espacio es una de las funciones ms importantes
del Estado en materia de polticas de ciencia y tecnologa, para que estas se consoliden efectivamente como polticas
pblicas producto del debate pblico.
El captulo VIII "Caractersticas y tendencias de la cooperacin externa en Salud", explica cmo las cuestiones referentes a la
salud ha pasado al primer plano en la agenda de desarrollo en los ltimos aos. La mayor importancia dada a este campo se
debe, en parte, al empeoramiento de la situacin del SIDA en frica, pero tambin al reconocimiento cada vez ms generalizado de que la salud es una meta prioritaria por derecho propio, as como un insumo central para el desarrollo econmico y
la reduccin de la pobreza.
Sin embargo, la meta propuesta por Naciones Unidas en la dcada de los 70, de 0,7 % del producto interno bruto como
contribucin al desarrollo (ayuda oficial al desarrollo), solo lo cumplieron cinco pases, otros 20 contribuyentes no alcanzaron el 0,4 %, los del Grupo de los siete, solo 0,19 % y Estados Unidos 0,1 %.
Llama la atencin que en este captulo del libro no se menciona, no obstante un acpite titulado "Cooperacin externa en
casos de desastres", el Programa Integral de Salud (PIS) del Gobierno cubano, originado en ocasin de la catstrofe provocada por el huracn Mitch. A esto se hace referencia en el Volumen II, Captulo Cuba (pg. 214), cuando se informa que "ha
aportado 3 160 profesionales cubanos como parte del Programa Integral de Salud (71 % de ellos en seis pases de las
Amricas), que incluye la atencin mdica integral a la poblacin ms vulnerable en 13 pases del mundo".
En este ltimo espacio citado se da cuenta tambin de "que Cuba fund la Escuela Latinoamericana de Ciencias Mdicas, para la
formacin de mdicos que regresarn a su lugar de origen, en dicha Escuela se encuentran 3 313 estudiantes, procedentes de 23
pases de Amrica Latina y frica subsahariana. Tambin existe, en Santiago de Cuba, la Escuela Caribea de Medicina, que forma
234 estudiantes procedentes de Hait" (datos de 2001). Todos estos alumnos son becarios del gobierno cubano.
EL COMPLEMENTO
Qued dicho que la tendencia inicial de contenido estadstico de estas publicaciones cuadrienales cedi a un enfoque
ms integral de situacin de salud y sus tendencias. Los anexos estadsticos desaparecieron en 1998. Paralelamente, la OPS
ha ido publicando textos de enfoque exclusivamente estadstico, que son complemento indispensable de La Salud en las
Amricas. Se destacan las siguientes:
- Estadsticas de Salud de las Amricas, la mortalidad desde 1960. Pub Cient No. 537. Washington, D.C. 1991:462.
- Tendencias desde 1960 hasta 1990 y ltimos datos por edad, causa y sexo. Pub Cient No. 542. Washington, D.C. 1992:362.
88
- Mortalidad. Tendencia desde 1960 por grupos seleccionados de causa. ltimos datos por causa segn lista 6/61. Brechas
reducibles de mortalidad. Estimacin y proyeccin demogrficas. Poblacin, natalidad, fecundidad, mortalidad, esperanza
de vida. Pub Cient No. 556. Washington, D.C. 1995:387.
- Casos notificados de declaracin obligatoria. Numerosas ediciones.
- Indicadores bsicos. La edicin de 2002 es la octava. Presenta 58 indicadores por pases y resmenes subregionales.
COMENTARIOS FINALES
El costo de la edicin de 1994 super el milln de dlares, dice A. Cruz.4 Ms 100 dlares por ejemplar. Probablemente este
costo se haya duplicado ocho aos ms tarde. Parece mucho y, tal vez, suscite crticas. El que suscribe lo considera
justificado, por su utilidad, su pertinencia, por cubrir una necesidad cientfica de la enseanza y la investigacin, y tambin
de los servicios de salud.
Una opinin muy autorizada ya la expres el doctor Abraham Horwitz al escribir en Las condiciones de salud en las
Amricas, 1961-1964: "Este informe permite formarse juicio sobre las condiciones de salud en las Amricas, el pasado reciente
y el futuro inmediato. En la medida que los datos se perfeccionen ser posible formular de manera ms racional los programas,
destinar los recursos e invertir los fondos. En sntesis, acelerar el progreso".5 La opinin de Horwitz fue correcta, hoy se ha
avanzado en la direccin prevista por l.
Estas pginas se redactaban cuando tuvimos noticia del fallecimiento de una persona que contribuy de modo notable al
desarrollo de la serie de obras que comentamos, la doctora Ruth R. Puffer, Herona de la Salud de las Amricas, honor
merecido, que no alcanz a recibir formalmente en la ceremonia prevista. A esta profesional de altos merecimientos y persona
de gran calidad humana, siempre amistosa con nuestra salud pblica y los que trabajamos en ella, nuestro tributo pstumo.
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
1 Organizacin Panamericana de la Salud. Resumen de los informes
cuadrienales sobre las condiciones sanitarias en las Amricas. Pub
Cient No. 40 OPS/OMS. Washington D.C. junio de 1958:XI.
2 Organizacin Panamericana de la Salud. La Salud en las Amricas
Edicin de 1998. Vol. I. Pub Cient No. 569 OPS Washington,
1998: XI (prefacio).
89
EN BUSCA DE LA EQUIDAD
George A.O. Alleyne,1 En busca de la equidad es una recopilacin de discursos, seleccionado entre un nmero mucho mayor,
de los pronunciados por Director de la OPS entre 1995 y 2002. Prlogo de Judith Navarro, Jefa del Programa de Publicaciones
de la OPS y precedido tambin de un "Homenaje a George Alleyne", de J.C. Waterlow, de los Escuela de Higiene y Medicina
Tropical de la Universidad de Londres.
La amplitud temtica de los discursos incluidos en la seleccin es notable, entre otras cosas por la diversidad de pblicos a
que se diriga el orador. Los lugares en que se pronunciaron estn dispersos en el mundo. En los textos se trasciende las
fronteras de la salud, todo es pertinente en este vasto campo de accin social.
El contenido de los discursos encuentra cabida para asuntos como la salud y la sociedad, la reforma sanitaria, la promocin
de la salud, la asistencia humanitaria, la salud mental, los recursos humanos, la salud y los medios de difusin, la salud y la
seguridad nacional, la salud y la democracia, la funcin de las mujeres y el desarrollo humano.
El prlogo citado detalla algunas ideas vertidas en los discursos. As dice que Alleyne afirma que el desarrollo humano no es
ni ms ni menos que "un proceso de acrecentamiento de las opciones de las personas", y que "sin salud no puede haber
oportunidades de concretar las opciones y las elecciones que ofrece la vida". En otra parte de la obra seala Alleyne que "la
salud es una opcin vital que todos los seres humanos deben tener, del mismo modo que deben gozar de prosperidad y
libertad democrtica".
Los discursos ocupan 660 pginas del libro, que adems dedica XXVI a ndice, prlogo y homenaje, finalizando con 23
dedicadas al Curriculum Vitae del autor.
90
Lecturas: Recomienda artculos de revistas, u otras publicaciones recientes sobre temas de salud pblica o afines.
Libros: Presenta una sntesis y comentarios de libros
de aparicin reciente. No excedern estas presentaciones
de 1 500 palabras.
Gaceta: Reproduce documentos oficiales del sistema de
salud cubano, de organismos o acuerdos internacionales,
generalmente de carcter regulatorio.
Cartas: Publica cartas de los lectores, de contenido
cientfico, sobre los temas propios de la Revista. Incluye
discrepancias, objeciones, crticas adversas o laudatorias
de lo publicado en la Revista, advertencia de errores o datos complementarios. No rebasarn las 500 palabras. Sern
firmadas por su/s autor/a/es/as, que informarn su lugar de
trabajo y direccin postal y/o electrnica.
Esta estructura de conformacin de la Revista en secciones y subsecciones no ser una "camisa de fuerza". Puede, ocasionalmente, permitir la inclusin de un texto no descrito aqu, siempre que sea referido a la salud pblica, y
tenga calidad para ser publicado.
RCSP acepta anuncios, los cuales estarn sujetos a la
aprobacin del Comit Editorial, que cuidar del aspecto
tico de su contenido.
INSTRUCCIONES ESPECFICAS
Los trabajos propuestos para publicacin se aceptan
sobre la base de ser originales e inditos, que no hayan
sido publicados total o parcialmente, ni remitidos a otra
revista o medio de difusin, y que no lo sern sin la autorizacin de RCSP.
La seleccin del material destinado a la publicacin se
fundamenta en los criterios de: correspondencia con el perfil de la revista; oportunidad para el momento cuando se publica, calidad cientfica, claridad de la redaccin, originalidad,
actualidad, aplicabilidad ms all del lugar de origen, acatamiento de normas ticas (en especial sobre experimentos con
seres humanos y animales, aplicacin consecuente del consentimiento informado y confidencial respecto a la informacin personal) y coherencia en su estructura. Los trabajos de
investigacin debern tener el formato IMRYD (introduccin,
mtodos, resultados y discusin). La aprobacin o rechazo
para publicacin depende del proceso de seleccin.
RCSP (su Comit Editorial) se reserva la opcin de reproducir artculos u otros documentos previamente aparecidos en otras publicaciones.
Las opiniones de los autores son de su exclusiva responsabilidad y no deben que coincidir necesariamente con
las de RCSP.
La mencin de nombres comerciales, fabricantes o distribuidores de equipos o insumos, no implica que RCSP los
apruebe, recomiende o utilice.
Remisin de trabajos: se enviarn en un disquete de
3,5" con el texto completo, elaborado en Microsoft Word,
92
incluyendo tablas, figuras, cuadros y bibliografa, de acuerdo con las instrucciones para la presentacin del trabajo.
Se presentar igualmente una versin impresa. Se debe proteger adecuadamente el envo.
La direccin que se debe utilizar es:
Revista Cubana de Salud Pblica
Escuela Nacional de Salud Pblica
Calle I # 202 entre 11 y Lnea. 5to Piso.
El Vedado. La Habana 10400. Cuba
Puede hacerse la remisin por correo electrnico, siguiendo igualmente las instrucciones de presentacin. La
direccin es concuba@infomed.sld.cu
Se acusar recibo del envo.
Fuente de las instrucciones: estas instrucciones se
basan en general en las recomendaciones contenidas en
"Requisitos uniformes para preparar los manuscritos enviados a revistas biomdicas.", del Comit Internacional de
Directores de Revistas Mdicas (5ta edicin, 1997, revisados en 1999 y 2000). Estas pautas se conocen habitualmente como normas de estilo de Vancouver.
Idioma: RCSP publica en espaol, con resmenes en
ingls. La Revista recibir presentaciones en ingls, francs y portugus, de autores de esas lenguas maternas, y
advertir oportunamente al remitente si ser traducido y
sometido a arbitraje. No se debern traducir los ttulos de
referencias ni los nombres de instituciones, a no ser que
exista una traduccin oficial. Se evitar el uso de trminos
de otro idioma en el texto presentado.
Presentacin: tendr una primera pgina o pgina titular donde aparecer a) ttulo del artculo o documento, b) el
nombre de cada autor/a, c) filiacin institucional de cada
uno/a de ellos, d) nombre y direccin del autor/a responsable de sostener correspondencia con la Revista, e) nombre
y direccin del autor/a a que se deben solicitar separatas
del artculo o documento, o una declaracin advirtiendo
que no acepta facilitar separatas, f) apoyo financiero o de
otra naturaleza que sustenta el trabajo propuesto. Esta pgina no contendr ninguna otra informacin.
En la siguiente pgina, se escribir el texto del artculo
completo, y se incluirn al final tablas, figuras, cuadros y
referencias, en papel blanco no traslcido tamao carta (8
x 11 pulgadas, 216 x 279 mm), escritas a doble espacio. Los
mrgenes derecho e izquierdo sern de 1 pulgada o 25 mm y
el inferior y superior de 1 pulgadas 40 mm y la impresin
se realizar en una sola cara.
El texto y las tablas sern elaborados en Microsoft
Word, letra Arial tamao 12 puntos.
Las pginas se enumeran consecutivamente, desde la
titular, en el ngulo superior o inferior derecho.
Todo lo anterior, y otras partes que se describen a continuacin, se presentan en un original impreso y en un disquete 3,5".
Los originales aceptados se someten a un proceso editorial que puede, en caso necesario, producir cambios en el
texto, como condensar, suprimir o aadir tablas, figuras,
recuadros o anexos. La nueva versin se remitir al/los autor/es/as para su aprobacin.
Ttulo: El ttulo no exceder de 15 palabras. Debe describir el contenido de forma concisa, clara y especfica. No
se utilizarn siglas o abreviaturas. Se evitarn signos de
puntuacin que interrumpan la frase (punto, dos puntos y
parntesis).
Autora: El nombre/s y apellido/s del autor/a aparecer
slo en la pgina titular o primera, no en la que inicia el texto
del artculo. En esa pgina se incluir el nombre de la institucin donde trabaja/n, su rango acadmico o profesional
mximo (uno solo) y sin referirse a cargo/s que ocupan.
Del autor/a encargado de sostener correspondencia
con la revista y sus lectores se incluir su direccin postal,
correo electrnico, fax y telfono. En comunicacin separada se advertir a la revista cul(es) de estos datos pueden
divulgarse a los lectores.
Slo deben aparecer como autores quienes hayan participado directamente en la investigacin o elaboracin del
trabajo presentado, y puedan responsabilizarse pblicamente con su defensa. La mencin de otras personas como
autores, por amistad, reconocimiento, ayuda prestada o jerarqua en la organizacin, no es aceptable y constituye
una falta de tica.
El nmero de autores se limita a seis como mximo. Un
nmero mayor debe ser argumentado por escrito a la revista, explicando la contribucin especfica de cada uno al artculo.
Sobre estos aspectos de autora se sugiere consultar
los "Requisitos uniformes para preparar los manuscritos
enviados a revistas biomdicas".
El orden de aparicin de los autores/as es decisin
conjunta de estos/as. La revista los consignar en el orden
que los reciba.
Las personas que hayan contribuido al trabajo y no
sean autores, son los adecuados para ser mencionados en
los agradecimientos.
Los trabajos pueden publicarse con identificacin de
autora corporativa o institucional.
Los autores son responsables de reconocer y revelar
cualquier conflicto de inters financiero o de otro tipo en
relacin con el trabajo.
Resumen: Cada artculo se acompaar de un resumen
estructurado de unas 250 palabras, con la siguiente estructura: objetivos, mtodos, resultados y conclusiones.
El resumen no incluir ninguna informacin o conclusin que no aparezca en el texto. Se redacta en forma impersonal, sin abreviaturas, siglas, remisiones al texto, notas al
pie de pgina o referencias bibliogrficas.
II Libros y monografas
(16) Autor(es) individual(es)
Ringsven MK, Bond D. Gerontology and leadership
skills for nurses. 2nd. Ed. Albany (NY): Delmar
Publishers; 1996.
(17) Editor(es) o compilador(es) como autor(es)
Norman IJ, Redfern SJ, editors. Mental health care for
elderly people. New York: Curchill Livingstone; 1996.
(18) Una organizacin como autor y como editorial
Institute of Medicine (US). Looking at the future of the
Medicaid program. Washington: The Institute; 1992.
(19) Captulo de un libro
Phillips SJ, Whisnan JP. Hypertension and stroke. In:
Laragh JH, Brenner BM, editors. Hypertension:
pathophysiology, diagnosis, and management. 2nd ed.
New York: Raven Press; 1995. p. 465-78.
(20) Memorias de eventos
Kimura J, Shibasaki H, editors. Recent advances in
clinical neurophysiology. Proceedings of the 10th
International Congress of EMG and Clinical
Neurophysiology; 1995 Oct 15-19; Kyoto, Japan.
Amsterdam: Elsevier; 1996.
(21) Trabajos presentados en eventos
Bengtsson S, Solgeim BG. Enforcement of data
protection, privacy and security in medical informatics.
In: Lun KC, Degoulet P, Piemme TE, Rienhoff O, editors.
MEDINFO 92. Proceedings of the 7th World Congress
on Medical Informatics; 1992 Sep 6-10; Geneva,
Switzerland. Amsterdam: North-Holland; 1992. p. 1561-5.
(22) Reporte cientfico o tcnico
Publicado por una agencia financiadora o patrocinadora:
Smith P, Golladay K. Payment for durable medical
equipement billed during skilled nursing facility stays.
Final report. Dallas (TX): Dept of Health and Human
Services (US), Office of Evaluation and Inspections: 1994
oct. Report No. HHSIGOEI69200860.
Publicado por una agencia ejecutora:
Field MJ, Tranquada RE, Feasley JC, editors. Health
services research: work force and educational issues.
Washigton: National Academy Press: 1995. Contract No.
AHCPR282942008. Sponsored by the Agency for Health
Care Policy and Research.
(23) Tesis de grado
Kaplan SJ. Post-hospital home health care: the elderly's
access and utilization [dissertation]. St. Louis (MO):
Washington University; 1995.
(24) Patente
Larsen CE, Trip R, Johnson CR, inventors; Novoste
Corporation, assignee. Methods for procedures related
to the electrophysiology of the heart. US patent 5,559,076.
1995 jun 25.
III Otros trabajos publicados
(25) Artculo de prensa
Lee G. Hospitalizations tied to ozone pollution: study
estimates 50.000 admissions annually. The Washington
Post 1996 jun 21; Sec. A:3(col. 5).
Figuras: Incluyen grficos estadsticos, dibujos, esquemas, mapas y fotos. Se enumeran cada tipo por separado, consecutivamente, segn orden de aparicin. Las fotos
sern impresiones ntidas, esmaltadas, en blanco y negro,
generalmente 127x173 mm (5x7 pulgadas). Los ttulos y las
explicaciones detalladas en las ilustraciones forman parte
de las leyendas y no de las ilustraciones mismas. En las
fotos, indique siempre su parte superior y su nmero correspondiente por la parte de atrs con lpiz. No se aceptan
figuras en colores.
Recuadros: Su contenido es un texto resumido separado del cuerpo del artculo, generalmente encerrado en un
cuadro de lneas simples. Se forma con un ttulo, el texto y la
fuente. Se coloca en vecindad con el contenido afn del
texto del artculo, se enumeran consecutivamente segn
aparecen. Uso limitado.
Abreviaturas: Utilice slo abreviaturas estndares. No
se utilicen en el ttulo y resumen. El trmino completo representado por la abreviatura debe preceder a dicha abreviatura la primera vez que aparece en el cuerpo del texto, seguido
por la abreviatura entre parntesis. Una forma de abreviatura son las siglas. Se utilizan lo menos posible.
Unidades de medida: Se utilizarn las medidas del Sistema Internacional (SI), que se basa en el Sistema Mtrico
Decimal. De acuerdo con dicho Sistema, los smbolos de las
unidades no toman la terminacin del plural (5 km y no 5
kms), ni van seguidos de punto (10 ml y no ml.). En textos en
espaol, que es el que utilizamos en RCSP, los nmeros
decimales se expresarn mediante la coma decimal en vez de
punto. Las cifras deben agruparse en tros, dispuestos a la
derecha y a la izquierda de la coma decimal, y separados
entre s por un espacio simple.
Forma correcta:
12 500 350 (doce millones quinientos mil trescientos
cincuenta)
1 900, 05 (mil novecientos y cinco centsimas)
Forma incorrecta:
12, 500, 350 / 1. 900, 05/ 1. 900. 05
Agradecimientos: Incluya personas o instituciones
que contribuyeron de alguna forma, pero que no renen
criterios de autora, como los que han brindado ayuda tcnica, asistencia a la redaccin, apoyo financiero o material.
Arbitraje: una revista arbitrada es aquella que somete
la mayora de sus artculos a la revisin por expertos (rbi-
REFERENCIAS BIBLIOGRFICAS
1
2
96
OPS/OMS. Informacin general e instrucciones para la presentacin de textos para publicacin. Disponible en:
http:www.intranet.paho.org/dbi/es/guides_sp.cfm.Acceso
uo7.12.00.
Day RA. Cmo escribir y publicar trabajos cientficos. 2da. Edicin en espaol- Washington DC. OPS/OMS. 1996.