Lettieri - Cap. 13 - Los Totalitarismos
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Los totalitarismos
Para la finalizacin de la Primera Guerra Mundial se haba extendido
la certeza de que la democracia era un sistema poltico muy imperfecto,
que haba florecido en algunos lugares con condiciones excepcionales
como los Estados Unidos, y que el conflicto internacional se haba llevado consigo. De hecho, durante el perodo de entreguerras, tampoco las
leyes del liberalismo econmico primaron dentro de una economa internacional que era presa de la desconfianza y el caos, lo que favoreci la
multiplicacin de economas protegidas, con una intervencin cada vez
mayor de los Estados nacionales. En realidad, este tipo de intervencin
del Estado en la economa, que combinaba la desconfianza con el odio
exacerbado al vecino, no era sino la consecuencia natural de la forma-
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I. El stalinismo
La comparacin entre la Revolucin Rusa y la Revolucin Francesa ha
sido un lugar comn entre los historiadores. Para la mayor parte de los
autores marxistas, la Revolucin Francesa habra marcado el triunfo de
las tendencias y valores de la burguesa a escala internacional, y significado la precondicin indispensable para otra revolucin, mucho ms radicalizada la rusa, que marcara la victoria definitiva del proletariado.
Esta interpretacin resulta bastante dogmtica puesto que, a la luz de los
procesos histricos del siglo XX, cabra preguntarse no slo cun definitiva ha sido esa victoria, sino si efectivamente el proletariado habra salido
victorioso en la experiencia.
Sin embargo, no han sido nicamente los marxistas quienes trataron
de vincular a ambas revoluciones. Por ejemplo, el historiador francs
Franois Furet ha establecido una comparacin similar, afirmando que
en tanto la Revolucin Francesa posibilit el triunfo de algunos valores
fundamentales para la fundacin de las sociedades modernas, como por
ejemplo la libertad, el sufragio universal, la igualdad, etc., la revolucin
en la Unin Sovitica no dej nada o mejor dicho dej muchas cosas,
pero todas ellas detestables, ya que ninguna sociedad actual difcilmente
podra imitarlas, ni tomarlas como modelo. Cul fue esa herencia? Un
partido nico, la prohibicin de la libertad de expresin y de reunin;
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bien ese desarrollo tena un lado muy positivo porque estimulaba una
generacin de bienes y de riquezas indita, ciertamente slo algunos gozaban de estos beneficios. Por este motivo, al agotarse las posibilidades de
expansin de las fuerzas productivas en el marco del sistema de produccin capitalista, ste debera derrumbarse, para ser reemplazado por un
sistema solidario, que hiciese hincapi en la igualdad entre los hombres
y que ya no precisase de un Estado, puesto que ste era definido como
una herramienta al servicio de la clase dominante. El socialismo, sistema
de una sola clase y por lo tanto, expresin de una sociedad sin clases, ya
que stas slo podan conformarse en la relacin con su antagonista, era
la utopa que se ofreca bajo un barniz presuntamente cientfico, que
traduca la matriz positivista de la poca.
Si bien el socialismo y el liberalismo reconocen una raz comn, en el
perodo de entreguerras aparecieron otras vertientes a la izquierda o derecha del liberalismo y del socialismo, que fueron esencialmente nacionalistas y autoritarias, y que tenan otras ideas del hombre, de la sociedad, de las formas que deba adoptar la relacin entre la sociedad y el
hombre, y entre el Estado y la economa.
Avanzando sobre el proceso histrico concreto, puede afirmarse que,
para los inicios del siglo XX, Rusia todava era una potencia militar muy
importante. Pero, a niveles econmico y social, era una de las sociedades
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tericas y su versin histrica concreta no impidi que quienes impulsaron el proceso revolucionario asumieron como propio ese marco de ideas.
En efecto, en algunos de sus trabajos tericos previos a la revolucin,
tales como El Estado y la revolucin o Qu hacer? Lenin aceptaba la idea de
Marx en el sentido de que el Estado era una herramienta de dominacin
de una clase sobre otra, pero, simultneamente, planteaba que la disolucin del Estado no podra ser inmediata. Por el contrario, durante algn
tiempo la Revolucin necesitara de la existencia de un Estado revolucionario, en cuyo seno se establecera un rgimen de Dictadura del Proletariado, cuya funcin sera la de sentar las bases de una nueva sociedad,
para recin luego desaparecer. De hecho, otra de las crticas que se le
hacen al rgimen sovitico es que, para 1990, el Estado todava no haba
desaparecido. Por el contrario, a lo largo de varias dcadas se haba verificado su consolidacin, el agigantamiento constante del Estado, con una
injerencia cada vez mayor dentro de la vida cotidiana de las personas y
de las estructuras sociales.
La Revolucin Rusa presenta numerosas contradicciones. Bsicamente, porque parece estar lidiando constantemente con ese universo terico
que oficialmente haba adoptado. As, los primeros datos econmicos
que reciban los revolucionarios respecto de las medidas que aplicaban
por ejemplo, la estatizacin de la banca, de los ferrocarriles y de la propiedad en lugar de generar un mayor bienestar en la sociedad, multiplicaban el hambre y miseria, aunque estos resultados intentaban disimularse con el argumento de que su causa radicaba en la accin de los
contrarrevolucionarios del Ejrcito Blanco, que combatan con fortuna
muy escasa al Ejrcito Rojo organizado por Len Trotsky. Cuando la contrarrevolucin ces en 1921, y con ella la etapa del comunismo de guerra, la alternativa que encontraron los revolucionarios consisti en adoptar
la Nueva Poltica Econmica (NEP), que en la prctica significaba reconocer el fracaso de sus iniciativas anteriores, dando marcha atrs en el
proceso de colectivizacin. La NEP planteaba la privatizacin de las pequeas y medianas propiedades, y la asignacin de un papel ms protagnico a la iniciativa individual. Esto gener una serie de contradicciones entre la dirigencia que monopolizaba el poder, a sangre y fuego.
Finalmente, tras la muerte de Lenin, interminables intrigas palaciegas
permitieron que Jos Stalin se encaramara en la direccin, a costas de la
organizacin de sangrientas purgas (matanzas) de opositores y competidores.
As las cosas, a diferencia de la Revolucin Francesa, la Revolucin
Rusa no puede ser considerada como la expresin de un proceso de
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principios del siglo XX, y que estaba a cargo del poder un grupo dirigencial que se presentaba como vanguardia y expresin de la voluntad de los
trabajadores organizados en soviets. Adems, la posibilidad de desafiar el
dominio de la burguesa y las condiciones de explotacin existentes en
las potencias de Occidente gener una gran atencin de los grupos que
estaban vinculados con los partidos y sindicatos socialistas o anarquistas.
La vanguardia dirigente de la revolucin tambin intent incidir en el
terreno internacional, auspiciando la creacin de partidos y de sindicatos comunistas en el resto del mundo, que deberan cumplir religiosamente las decisiones estratgicas que se adoptaban en Mosc, lo cual
expuso a estos partidos a la necesidad de realizar curiosas parbolas en
sus lneas polticas, segn cul fuera la lnea directriz adoptada por el
Comit Central moscovita, y justificaciones no menos fantasiosas para
retener a sus sorprendidos afiliados. Por ejemplo, los partidos burgueses
pasaron de ser enemigos del proletariado y de la revolucin en 1920 a
aliados privilegiados durante los aos 30, en vista del avance de las tendencias fascistas y nazis, que eran juzgadas como expresin de la barbarie y de los instintos ms rastreros del ser humano. Sin embargo, la celebracin del acuerdo entre Hitler y Stalin, en los inicios de la Segunda
Guerra Mundial, motiv una revalorizacin de los regmenes fascistas,
que sufrira a posteriori un nuevo paso atrs, en ocasin de la ruptura de
dicho pacto. En materia sindical, la dirigencia sovitica cre, en 1919, la
Tercera Internacional de los Trabajadores. Las Internacionales de Trabajadores anteriores haban sido mbitos democrticos de participacin de
trabajadores de distintas nacionalidades, pero esta Tercera Internacional
no lo fue. La Primera Internacional haba fracasado estrepitosamente a
fines de la dcada de 1860, a consecuencia de las rivalidades entre dirigentes obreros de distintas nacionalidades. La Segunda Internacional tuvo
una duracin ms extensa, e incluso lleg a fijar una slida crtica de la
Primera Guerra Mundial, a la que calific como un conflicto interburgus. La Tercera Internacional era una nueva organizacin de trabajadores que tena la particularidad de que, en lugar de generar un mbito
democrtico de participacin de trabajadores de distintos pases, cre
una burocracia controlada por la conduccin de la URSS, imponiendo
lneas de accin a los trabajadores que pertenecan a sindicatos comunistas de todo el mundo. En las consideraciones sobre las polticas ya no
jugaban un papel decisivo las condiciones y necesidades de la clase obrera de cada pas, sino la necesidad de consolidar la revolucin en la Unin
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La revolucin espartaquista
Hacia la finalizacin de la Primera Guerra Mundial, el xito de la
Revolucin Rusa provoc el pnico entre las clases dirigentes occidentales, que teman que su ejemplo se extendiera a sus propias naciones. Ms
an, teniendo en cuenta que debido a la situacin de guerra, los trabajadores, obreros y campesinos estaban armados. En ese contexto, las dirigencias occidentales tenan dudas sobre la continuidad de su obediencia
a las directivas impartidas por sus jefes, designados por autoridades que
manifestaban algn tipo de alianza con las clases propietarias, o si iban a
responder a sus intereses de clase, aprovechando la situacin excepcional de estar armados para darse sus propios jefes y llevar adelante un
proceso revolucionario. La respuesta que se le dio a esta cuestin constituy el punto de partida para el nacimiento del nazismo.
De acuerdo a los anlisis previos que se venan haciendo desde la
segunda mitad del siglo XIX en adelante, los tericos haban sostenido
que el lugar ideal para el desarroll de la revolucin proletaria no era
Rusia sino Alemania, donde a partir de 1870 se haba constatado un
fabuloso desarrollo de las fuerzas productivas y sociales. Era el lugar en
el que los obreros estaban mejor organizados sindicalmente, tenan mayor conciencia de clase y contaban con partidos de masas. Las dos potencias industriales ms importantes a fines del siglo XIX eran Alemania y
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tiendo la caracterizacin de Haenisch, no dud en convocar a los sectores reformistas, mayoritarios dentro de la socialdemocracia, para formar
parte del gobierno provisional, ofreciendo la chancillera a su mximo
lder, Friedrich Ebert. El reformismo socialdemcrata se haba negado a
imaginar una solucin para Alemania articulada en torno al concepto de
dictadura del proletariado, y era consciente de que la victoria de las
tendencias radicalizadas del socialismo significaba su propia declinacin
poltica. Por esa razn, desde un primer momento se haba opuesto al
programa espartaquista y, una vez iniciada la revolucin, haban debido
respaldarla de manera condicionada, para no quedar marginada del proceso histrico. Sin embargo, su interpretacin del proceso revolucionario era coincidente con la que hacan las fuerzas de la derecha poltica y
econmica, juzgndola como un emprendimiento que, manipulado apropiadamente, podra limitarse a corregir los aspectos ms obsoletos y reaccionarios del Imperio de los Hohenzollern, sin implicar un cambio drstico en la estructura social alemana. Adems, en caso de que el trazado
de un dique de contencin a las fuerzas revolucionarias resultase exitoso, los beneficios que los polticos reformistas podran extraer de ello
eran muy atractivos.
Por esa razn, mientras los revolucionarios se paseaban nerviosamente por las calles de Berln, intentando articular soviets y comits capaces
de sentar las bases del nuevo rgimen alemn, la burguesa alemana,
buena parte de la oficialidad y los polticos socialdemcratas reformistas,
y el centro autotitulado progresista y republicano, abordaban la tarea
de desarticular el movimiento revolucionario. Desde los sectores ms
conservadores se organizan grupos de choque callejeros, los anti-bolchevique, financiados por el gran capital germano, que descargan su
propaganda y su accin violenta sobre los revolucionarios. Desde la chancillera, la socialdemocracia presion a los independientes y a los espartaquistas para que abandonasen las imprentas expropiadas a los grandes
editores, donde publicaban su prensa diaria, recurriendo crecientemente al auxilio de los jefes militares leales y los grupos parapoliciales para
reprimir a los revolucionarios. Tambin se intent boicotear el funcionamiento de los soviets, mientras se confirmaban a todos los funcionarios
estatales heredados de la etapa imperial y dispuestos a colaborar con el
rgimen, a fin de consolidar la situacin. En el terreno laboral, los sindicalistas reformistas sumaban nuevos elementos de consenso, al firmar
acuerdos con las patronales que otorgaban reivindicaciones salariales para
los obreros.
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Frente a la ofensiva descargada, las fuerzas revolucionarias no consiguen resistir. Desde la URSS se juzga que los dirigentes espartaquistas
padecen de un infantilismo izquierdista que los coloca al borde del
abismo. En realidad, su limitada capacidad organizativa les impidi consolidar una slida fuerza poltico-institucional con la rapidez necesesaria, y se encontraron a menudo jaqueados entre las presiones de sus
bases y la ofensiva gubernamental y parapolicial. A medida que el rgimen provisional se consolida, la represin aumenta. Finalmente, el 15
de enero de 1919, se asiste a un bao de sangre planificado por la dirigencia socialdemcrata, que junto con numerosos revolucionarios annimos cobr la vida de Rosa Luxemburgo y Karl Liebknecht. Al da siguiente, el gobierno cierra el diario Bandera Roja. De a poco, el gobierno
se consolida, mientras los Consejos son despojados de su poder. Del 20
al 23 de enero se producen huelgas de protesta por el asesinato de Rosa
y Liebknecht. El 3 de marzo se declara la huelga general en Berln; pero,
finalmente, el gobierno declara el estado de sitio que continuar hasta
fines de ese ao.
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diera constituir una suerte de escudo protector que frenara la expansin del comunismo.
Sin embargo, los acuerdos que se firmaron en Versalles no respetaron
el espritu de las negociaciones secretas, ya que a Alemania se le expropiaron todas sus posesiones territoriales en el exterior, los territorios de
Alsacia y Lorena regin minera por excelencia, que Alemania haba recuperado durante la guerra franco-prusiana de 1870 retornaron a manos francesas, se le prohibi tener aviacin y se limit el nmero de
hombres de sus fuerzas armadas a 100.000, y adems se plante fijar en
el futuro una suma indeterminada en concepto de resarcimiento por
daos de guerras. La gran diferencia entre lo pactado previamente y lo
efectivamente acordado debe buscarse en que si bien las autoridades alemanas pudieron frenar a duras penas la revolucin espartaquista, su rgimen poltico se hundi. El emperador abdic, y los gobiernos provisionales se sucedieron, hasta que en 1919 se consigui fundar una repblica parlamentaria, la Repblica de Weimar, denominacin que haca referencia a la ciudad en la que se haban firmado los acuerdos que le dieron
origen. La Repblica de Weimar era extremadamente dbil. Sus polticos
eran cuestionados por todos lados, buena parte del ejrcito se puso en su
contra, los sectores obreros y conservadores los objetaban por igual. Con
este magro capital poltico, las nuevas autoridades debieron concurrir a
la mesa de negociaciones con Inglaterra y Francia.
Si bien Inglaterra sostuvo su tesis de un tratamiento blando y amigable hacia Alemania, los franceses no opinaban lo mismo, ya que queran
aprovechar la ocasin para vengar la derrota de 1870 y tambin pretenda
aprovechar los recursos de la economa alemana para financiar la reconstruccin de su propia economa, que haba salido muy maltrecha de la
guerra. Por ese motivo, existi una gran tensin entre las intervenciones
de los representantes franceses e ingleses, que a punto estuvo de derivar
en un conflicto de proporcin. Finalmente, Inglaterra decidi dar un
paso al costado, y Francia pudo imponer una lnea muy dura de sanciones sobre Alemania. Este momento fue clave. Porque a partir de all comenz la prdica de Hitler y de otros grupos nacionalistas que finalmente iban a coincidir en la formacin del partido nazi.
En 1919 se firmaron estos acuerdos, y a partir de 1922 Francia comenz a percibir los resarcimientos de guerra. Las disposiciones del acuerdo de Versalles establecan que no slo se podan abonar en metlico,
sino que parte del monto se podra entregar en produccin industrial.
Alemania pag la primera cuota, pero al ao siguiente se neg a hacerlo,
porque tambin la economa alemana se encontraba muy debilitada. Pa242
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despus de colocar a la sociedad alemana al borde del colapso, los franceses debieron volver a su patria con las manos vacas
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y definir cursos de accin. El nivel del conflicto social era muy elevado,
ya que a lo largo de la Primera Guerra se haban llevado adelante algunos
emprendimientos industriales importantes, que significaron un aumento de la poblacin obrera. Cuando termin la guerra, la condicin de
vida cay y aument la desocupacin, lo cual posibilit la difusin de la
idea de que si el rgimen parlamentario no daba respuestas, habra que
buscarlas por otro lado. Los sindicatos y los partidos de izquierda se
presentaban como una alternativa atractiva para los obreros.
Dentro de estos partidos de izquierda especficamente, dentro del
socialismo desarroll sus primeros pasos en la poltica el lder del inminente movimiento que se aprestaba a ejercer un protagonismo incuestionado en la escena italiana durante ms de dos dcadas: Benito Mussolini. Es interesante ver los perfiles de estos lderes carismticos. Hitler era
un pintor fracasado. Mussolini, por su parte, era un comediante frustrado. Ambos parecen haber canalizado esas capacidades artsticas bastante
limitadas, convirtindolas en herramientas muy apropiadas en el contexto de la organizacin y manipulacin de las masas. Mussolini surgi del
socialismo pero rpidamente rompi con el partido. Una vez concluida
la Gran Guerra, advirti que exista una vertiente para obtener un poderoso liderazgo poltico, consistente en explotar el temor que tenan las
clases medias urbanas, los sectores terratenientes campesinos y los campesinos en general respecto de la posibilidad de expansin del socialismo. All fue donde dio un giro drstico, de manera que de dirigente del
Partido Socialista se transform en un violento opositor. A partir de entonces, elabor un discurso que sintetizaba un afiebrado nacionalismo,
valores comunitarios y la recuperacin de la gloriosa tradicin de la Roma
imperial.
Contempornea a la figura de Mussolini fue la de un destacado intelectual, Antonio Gramsci, de extraccin comunista, quien provoc un
cambio notable en el mbito de las ideas polticas y de la cultura en
general. Marxista pero no dogmtico, su formacin se nutra de la tradicin socialista europea, del pensamiento clsico e, incluso, del liberalismo poltico, a travs de la obra de su maestro, Benedetto Croce. A diferencia de Lenin, Gramsci no alentaba la dictadura del proletariado, ni
tampoco descartaba la activa participacin de los campesinos en el frente nacional y popular sobre el que consideraba que debera sostenerse el
proyecto revolucionario. Si bien Gramsci construa su propia vanguardia
los intelectuales orgnicos sta no debera operar a travs del autoritarismo sino del prestigio y de su capacidad de aglutinamiento social,
considerado como un paso necesariamente anterior a la toma del poder.
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III. El nazismo
La presentacin en sociedad
La crisis alemana de 1923 implic el primer proceso de hiperinflacin del mundo capitalista. Los ndices de desocupacin fueron elevadsimos, y la depreciacin de la moneda lleg a un punto tal que los billetes fabricados en la Casa de la Moneda eran quemados cuando llegaban a
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La propaganda nazi
Muchos historiadores del arte observaron un punto muy interesante
ligado a las similitudes entre la propaganda nazi y la propaganda sovitica. Haba entre ellos una forma similar de intentar generar anexiones al
rgimen a travs de la ocupacin del espacio pblico, de la difusin de
mensajes, y de la instalacin de smbolos y figuras. A similitud del rgimen sovitico, el nazismo tambin se preocup de modelar las mentes de
los jvenes, entrenndolos para convertirse en el modelo de hombre
nuevo nazi, disciplinado, eficaz, deportista y patriota. Dos organizaciones, la Jungvolk y la Hitlerjugend entrenaban a los adolescentes en el manejo de las armas y la educacin fsica. Goebbels, encargado de la propaganda, utiliz todos los medios de comunicacin a su alcance para glorificar el rgimen y adoctrinar a la poblacin en el racismo pangermano. Se
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Racismo y genocidio
En el caso del nazismo, su ubicacin ideolgica requera de cierta
ingeniera especial, ya que se ubicaba en un punto intermedio entre la
extrema izquierda y el capitalismo, presentndose como crtico y enemigo de ambos, argumentando que ambos haban sido creaciones de la
comunidad juda. En realidad, lo que apuntaba a recuperar desde la
perspectiva de este mensaje era la idea de la comunidad de espritu, de
comunidad racial primigenia del pueblo alemn. Era la idea de que por
sobre los individuos haba algo superior, la comunidad tnica; es decir,
que exista algo que poda denominarse como la cultura alemana, producto del pueblo alemn, producto de una raz tnica y de una tradicin
comunes. Y por eso insista en un concepto fundamental: la pureza de la
raza. A partir de 1935 hubo persecuciones, golpizas, daos personales y
materiales que afectaron a miembros de la comunidad juda. Los judos
perdieron su nacionalidad alemana, el derecho a sufragar, se les impidi
ocupar cargos pblicos y ejercer las profesiones de mdico, veterinario,
farmacutico, empleado de banco y de ferrocarril, dentista, etc. A partir
de ese ao se estableci la poltica genocida de eliminacin sistemtica,
expropiacin de bienes y esclavitud. Imposible de ser ocultada, requiri
de la complicidad de la sociedad alemana, aunque muchos historiadores
hayan preferido hablar de ignorancia.
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Para el nazismo, antes de eliminar al judo, al otro, haba que sacarle hasta la ltima gota de sudor: arrancarle los metales de los arreglos
dentales, las propiedades, los depsitos y obligarlo a trabajar en condicin de esclavo hasta ser exterminado. La contrapartida del exterminio
fsico del otro era una poltica de impulso del crecimiento demogrfico
de los denominados alemanes puros. Para esto, se premiaba a los matrimonios entre alemanes y se impeda que los alemanes puros se casaran
con miembros de la sociedad que no tuvieran la misma condicin. Luego
se los premiaba por la cantidad de hijos que tenan. Esto premios que
podan ser en dinero, ascensos laborales o exenciones impositivas aumentaban cuanto ms hijos tuvieran. Por el contrario, a los alemanes
puros solteros se les aplicaba un impuesto para obligarlos a casarse. La
idea era que haba que privilegiar a aquellos que tenan que ver con la
construccin de la nacin y la raza alemana.
El nazismo se presentaba como una especie de justo medio entre el
comunismo y el socialismo, por un lado, y el capitalismo ms exacerbado, por otra. Se propona construir un modelo de sociedad que respetara
la individualidad de las personas combinndola con una matriz comunitaria de la que adoleca el capitalismo. Con esta correccin comunitaria, el Estado respetaba la propiedad privada. Porque era un Estado que
se haba levantado como garante de las clases propietarias y las clases
medias alemanas, tanto urbanas como rurales. No se haba presentado
como expresin de los sectores obreros, ni mucho menos tena lugar
dentro de su imaginario la nocin de clase social. La nica solidaridad
de un alemn era con su patria, razn por la cual el rgimen nazi intentaba cooptar a los obreros por medio de la difusin de smbolos nacionalistas y de mejoras en los niveles de empleo, instalando la nocin de
comunidad tnica o de comunidad de espritu. Es decir, a travs de
un discurso nacionalista que permita sintetizar a toda la poblacin de
alemanes, a travs de una poltica de Estado que garantizaba la propiedad privada, combinndola con una mayor redistribucin que posibilitaba una mejora en las condiciones de vida y de trabajo de los trabajadores alemanes.
El Estado alemn no nacionaliz la industria, sino que subordin a
las empresas al desarrollo de objetivos estratgicos y polticas de Estado,
beneficiando a los industriales con exenciones de impuestos, prstamos
y provisin de mano de obra servil. Esto se puede ver claramente en el
film La lista de Schindler. ste es un ejemplo muy claro de una persona que
es presentada como una especie de hroe por haber salvado a unos cuantos miembros de la comunidad juda, pero que en ningn momento
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