Psicologia Analítica

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CENTRO DE ESTUDIOS JUNGUIANOS EN

PSICOLOGA ANALTICA DE GUATEMALA

INTRODUCCIN AL PENSAMIENTO
DE C. G. JUNG
Introduccin
Leer la obra del mdico suizo Carl G. Jung (1875-1961) no es una labor fcil
porque a pesar de sus innovadores planteamientos, es un autor bastante
asistemtico. Sin embargo, durante las dos ltimas dcadas, es creciente el
inters que despierta su obra en Sur Amrica, especialmente en las
generaciones jvenes, lo cual se refleja principalmente en tres hechos: uno, el
proyecto en marcha de publicar su obra completa en espaol; dos, la inclusin
de su obra como asignatura en algunas universidades; y tres, la creacin cada
vez ms frecuente de institutos especializados en los que se da a conocer su
trabajo y en los que se imparte la formacin de terapeutas con orientacin
analtica. Este artculo responde a tal inters y describe los principales aportes
hechos por la psicologa analtica a la psicoterapia, as como la expansin de
esta escuela.
Su obra en espaol
La obra completa de Freud fue traducida al castellano por primera vez en 1922
(traduccin de Lpez-Ballesteros) y para esta poca dira el psicoanalista
chileno Jacobo Numhauser (1973) que Freud llegaba al pblico de nuestro
idioma con 30 aos de retraso, cuando el movimiento psicoanaltico ya haba
alcanzado una notable difusin en Europa y en Estados Unidos. Algo similar
puede afirmarse con referencia a la obra de Jung la cual comenz a traducirse
de manera sistemtica slo hasta 1999 (2), setenta y siete aos despus de la
traduccin de los trabajos freudianos, cuando tambin la psicologa analtica
presenta una considerable divulgacin en el resto del mundo.
Hasta este ao de 1999, los trabajos de Jung haban estado publicndose
desde los aos veinte al espaol en forma desordenada, por varias editoriales
latinoamericanas (Galn, 1999), con traducciones no siempre afortunadas (3) y
con ttulos que no se ajustan a los originales. Esto crea una enorme confusin
a la hora de hacer un inventario del material traducido. No obstante, es gracias
a tales esfuerzos desordenados que se conoce en el mundo de habla hispana,
as sea de manera deficiente, una tercera parte de los escritos junguianos.
Ingreso a las universidades
Con las asignaturas dedicadas a la psicologa analtica en las universidades del
mundo ha sucedido algo parecido a lo que pasa con el psicoanlisis, y es la

dificultad de que sus teoras tengan acceso a la academia. La excepcin


parece ser Estados Unidos, en donde hay muchos analistas que dictan sus
cursos tericos en universidades desde hace mucho tiempo. Por ejemplo, en la
Universidad de Berkeley se ensea Psicologa Junguiana desde 1977 (Sinz,
1991). No obstante, el ingreso al mundo acadmico ha ido en incremento en
los ltimos aos. En nuestro medio colombiano, ya se han dictado ctedras
sobre Jung en las facultades de psicologa de dos universidades privadas de
Bogot (la Universidad Javeriana y la Universidad de los Andes).

Creacin de centros de Psicologa Analtica


Pese a la tarda divulgacin de las ideas junguianas en las aulas universitarias,
fuera de ellas comenzaron a debatirse desde hace mucho tiempo, cuando Jung
aun estaba vivo. El primer Instituto Jung se cre en 1948 en Zurich con el
propsito de adelantar estudios e investigaciones de la psicologa analtica. A
partir de ese momento, se han multiplicado estos institutos por todo el mundo,
extendiendo sus objetivos a dar a conocer su teora y a entrenar a los futuros
terapeutas que ejercen con base en sus orientaciones.
La IAAP (International Association for Analytical Psychology) es una
organizacin internacional cuyos objetivos son la promocin y difusin del
estudio de la psicologa analtica, la organizacin de congresos y el
mantenimiento de altos niveles en el ejercicio de la profesin y en la conducta
tica de sus miembros (C.G. Jung Page, 2003). Existen en el mundo 60
sociedades de analistas que son miembros de esta organizacin y ms de
2.000 analistas de 28 pases en calidad de miembros individuales.
En Europa hay sociedades miembros de la IAAP en los siguientes pases, en
algunos de los cuales hay ms de una sociedad: Suiza (5 sociedades),
Alemania (5), Italia (5), Israel (3) y Francia (2). Austria, Blgica, Dinamarca,
Inglaterra, Holanda y Espaa, cada pas con una. En otros continentes existen
sociedades en Australia y Nueva Zelandia, Japn y Sur Africa. En el continente
americano, Estados Unidos es el pas en donde existen ms sociedades de
psicologa analtica autorizadas en el mundo: hay al menos 17 sociedades en
varios Estados de este pas. Tambin existen dos sociedades en Canad.
En Latinoamrica, el pas con mayor recepcin a las ideas junguianas ha sido
Brasil que cuenta con cuatro institutos aprobados por Zurich en tres de sus
principales Estados del sudeste del pas, Sao Paulo, Ro de Janeiro y Minas
Gerais. Venezuela y Uruguay tambin tienen sus centros aprobados. La IAAP
tiene adems una categora de membresa a los que denomina grupos en
desarrollo que constituyen agrupaciones en las que no existen miembros de la
IAAP, sino personas interesadas en divulgar la psicologa analtica; en esta
categora se encuentran: una asociacin de formacin en Argentina, un grupo
de desarrollo en Chile y una fundacin en Ecuador. Al hacer esta revisin,
resulta curioso que Colombia haya estado tan ajena a la influencia junguiana.
Naturaleza de la psicologa analtica

Conviene comenzar por hacer algunas precisiones. Al conjunto de


planteamientos tericos, analticos y metodolgicos formulados por Jung se le
denomina psicologa analtica, para diferenciarla de los postulados de Adler a
los que se denomina psicologa individual, y de los de Freud, que constituyen lo
usualmente llamado psicoanlisis. De otra parte, a la actividad de los analistas
de una y otra escuela se le suele llamar psicologa profunda, que hace
referencia a que unos y otros abordan el estudio del inconsciente (Stevens,
1994).
Divergencias entre Jung y Freud
Facilita entender las diferencias conceptuales entre Freud y Jung si antes se
adelanta un concepto junguiano que contribuye a aclarar la relacin entre las
obras y sus autores. Este concepto es el de los Tipos Psicolgicos. Jung
desarroll precisamente esta teora para tratar de explicar cmo era posible
que Freud, Adler y l mismo, pudieran tener explicaciones tan distintas
respecto de las neurosis. Esa cuestin lo llev a pensar que la percepcin de la
realidad y su consecuente conceptualizacin, est siempre mediada por la
ecuacin personal del autor, en la que el tipo psicolgico cumple una tarea
fundamental (Jung, 1943).
Su teora constituye un interesante esfuerzo por comprender la complejidad de
la personalidad humana y de ofrecer criterios de clasificacin que ayuden a
entenderla. Parte de considerar que los individuos nacen con una actitud
psicolgica introvertida o extravertida, dependiendo de si su inters natural es
por su mundo interior o por la realidad social que los rodea. As mismo, que el
ser humano puede orientarse en el mundo a travs de cuatro funciones
bsicas: el sentimiento, el pensamiento, la intuicin y la sensacin (4). No
obstante, en su teora las personas no utilizan estas funciones por igual, sino
que desarrollan ms una de estas funciones, dejan otra parcialmente
desarrollada, mientras que las otras dos permanecen en un plano
indiferenciado e inconsciente.
En el marco de esta teora, Freud y Jung posean una tipologa bastante
diferente, lo cual incidi en gran parte de su produccin terica. Jung tena
desarrollada, como funcin dominante, la intuicin, mientras que en Freud
primaba la sensacin. Estas diferencias en la ecuacin personal no parecen
haberse valorado lo suficiente a la hora de estudiar las divergencias entre
Freud y Jung. Los seguidores de uno y otro tendieron en las dcadas pasadas,
a resaltar las diferencias entre ambos. Sin embargo, con el paso del tiempo, los
seguidores de una y otra corriente han encontrado que no necesariamente se
trata de teoras contradictorias (Thompson, 1979; Samuels, 1999) sino que,
como se propone en este artculo, es posible analizar una buena parte de los
planteamientos de Freud y Jung como provenientes de dos tipos diferentes de
personalidad, condicionados por pticas unilaterales. Pueden analizarse
entonces como ejes extremos de un mismo espectro de posibilidades, y por
tanto, como visiones complementarias. Algunas de estas polaridades se
presentan a continuacin.

La libido como energa neutra: A diferencia de los primeros planteamientos de


Freud en los que entendi la libido como una energa psquica de carcter
sexual, la psicologa analtica mantuvo desde el comienzo que se trataba de
una fuerza vital neutra que, dependiendo de las circunstancias de cada ser
humano, poda manifestarse de diferentes maneras, una de las cuales poda
ser la sexual (Stevens, 1994).
Una psicologa de lo particular y de lo sano: Mientras que Freud planteaba un
enfoque clnico centrado en lo patolgico, Jung afirmaba que no era lgico
derivar lo normal de lo patolgico, sino que lo correcto era crear una psicologa
general del ser humano normal y tratar luego de comprender al enfermo a partir
del sano. En la misma lnea de pensamiento, rechazaba la tendencia de los
psicoterapeutas a tipificar y rotular los enfermos mentales pues estaba
convencido que cada caso era diferente y nico (Jung, 1935). De otra parte,
recomendaba a los terapeutas no ocuparse solamente de evaluar lo que
funcionaba de manera inadecuada en los pacientes, sino tambin determinar lo
que funcionaba satisfactoriamente, con el fin de comenzar a trabajar desde all
(Jung, 1993; Fordham, 1966).
Un inconsciente creativo: Otra evidencia de la perspectiva optimista de Jung
es que mientras que el inconsciente que conceba Freud tena un cariz
negativo, representado por todas las cosas reprimidas del individuo, el
inconsciente era para Jung tambin una fuente positiva que poda generar
grandes beneficios (Jung, 1992). Desde su ptica, el inconsciente a menudo se
muestra como una fuente inacabable de creatividad que puede ser transmitida
a la conciencia en forma de fuerzas de renovacin y de transformacin.
Un mbito transracional: Mientras que Freud se cea completamente al
mtodo cientfico basado en la racionalidad, Jung se interesaba por una
psicologa que exceda el lado racional del ser humano (Jaff, 1992;
Hochheimer, 1968). Senta un gran respeto por el mtodo emprico y lo
demostr varias veces, entre otros en sus experimentos de asociacin de
palabras (Jung, 2001); no obstante, siempre se neg a comprometerse con la
falacia del cientificismo, pues consideraba que era una forma de negar la
validez de todos los fenmenos no susceptibles de investigacin cientfica
(Stevens, 1994). Por el contrario, siempre mantuvo su mente abierta a los
elementos irracionales y acausales que la ciencia tiende a ignorar, pues
consideraba que al dejarlos de lado, se sacrifican aspectos esenciales de la
personalidad que impiden conocer al ser humano con todas sus paradojas.
Principio finalista: Otro aspecto que denota la mirada opuesta de los dos
autores es el nfasis puesto por Freud en el principio de causalidad, en tanto
que Jung insista en el principio finalista y teleolgico. Es decir, consideraba
que todas las actividades de la psique estn dirigidas hacia una finalidad (Jung,
1992). Esto incide en los aportes hechos por Jung al campo de la psicoterapia,
ya que algunas de tales contribuciones consisten en preguntarse no solamente
por las causas de los fenmenos psquicos, sino complementar esta mirada
con el interrogante sobre el propsito que persiguen.

Las anteriores son algunas de las principales posiciones contrarias que tenan
Freud y Jung, y ayudan a entender los principales fundamentos de la psicologa
analtica: la autorregulacin de la psique, el modelo de estructura de la psique,
el inconsciente personal, los complejos, el inconsciente colectivo y los
arquetipos.
Principios generales de la psicologa analtica
1. Los opuestos y la autorregulacin de la psique: Segn la teora junguiana,
para comprender la realidad del mundo, la psique entiende todas las formas de
vida como una lucha entre fuerzas antagnicas que generan tensiones, las
cuales, al resolverse, producen un desarrollo en el individuo (Progoff, 1967).
Jung estaba convencido, as mismo, que la psique es un sistema autorregulado
que se esfuerza constantemente por mantener el equilibrio entre tendencias
opuestas. De esta manera, cuando se produce una polaridad o unilateralidad
en el reino consciente de un individuo, su inconsciente reacciona de inmediato
en sueos, o fantasas, intentando corregir el desequilibrio que se est
produciendo (Jung, 1992).

2. La estructura de la psique: Se puede representar topolgicamente el modelo


junguiano de la psique como una estructura circular compuesta por tres partes,
una pequea seccin es la conciencia, una segunda capa ms grande es el
inconsciente personal, y luego est una inmensa porcin que constituye el
inconsciente colectivo. El yo esta situado en los lmites entre la conciencia y el
inconsciente personal. Segn su teora, este ltimo estara conformado por los
complejos mientras que el inconsciente colectivo lo estara por los arquetipos.
Entre los complejos y los arquetipos, Jung siempre vio una relacin funcional
muy estrecha, pues conceba los complejos como "personificaciones" de los
arquetipos.

Grfico 1. Modelo junguiano de la psique

3. El inconsciente personal: Para la psicologa analtica, el yo es el centro de la


conciencia y surge desde las primeras fases del desarrollo a partir del arquetipo
del si mismo, que es el verdadero centro de toda la personalidad. As que el yo
no es de ninguna manera el ente rector de la psique, sino apenas un complejo
ms, que tiene el nico privilegio sobre los dems complejos de poseer el
sentido de la identidad.
No obstante, el yo es un componente de gran importancia ya que da al
individuo la conciencia de existir y el sentimiento de identidad personal.
Estando el yo situado entre los dos mundos, el exterior y el interior, se explica
que una diferencia fundamental que se presenta entre las personalidades de
los individuos es que para unos lo externo es lo ms importante (los
extravertidos) mientras que para otros lo es su propio mundo interior
(introvertidos). El yo es adems el organizador de las cuatro funciones
psicolgicas ya mencionadas; eso significa que el yo es tambin el portador de
la personalidad.
El inconsciente personal es para la psicologa analtica el resultado de la
interaccin entre el inconsciente colectivo y la sociedad. Este inconsciente es
mucho ms amplio que el freudiano, pues no contiene slo lo reprimido sino
adems lo que no se piensa, lo olvidado, lo subliminal, lo presentido, etc. Como
se mencion, las unidades funcionales del inconsciente personal son los
complejos.
4. Los complejos: La psicologa analtica entiende los complejos de forma
diferente a como los comprenda Freud. En contraste con ste, Jung
consideraba que los complejos no eran algo patolgico, sino que representan
partes esenciales de la mente, estando presentes en todos los seres humanos,
tanto las personas sanas como las enfermas. Lo que ms llamaba la atencin
de Jung sobre los complejos era su autonoma, pues parecen actuar a veces
de manera independiente del yo y como si tuvieran una personalidad propia. En
estados normales, esta autonoma cobra vida propia para producir los lapsus
cotidianos, pero en estados alterados, esta autonoma puede manifestarse
como las voces y visiones alucinatorias que escuchan los esquizofrnicos,
como los espritus que controlan a los mediums en trance o como las
personalidades mltiples en casos de histeria. Consideraba que los complejos
son inevitables y provocan de manera normal los grandes estados de nimo,
tanto los sufrimientos como las grandes alegras, convirtindose en la
verdadera sal de la vida. Un complejo se vuelve enfermizo slo cuando se
piensa que no se lo tiene (Jung, 1968: 80).
5. El inconsciente colectivo: Jung deriv su teora del inconsciente colectivo,
de fenmenos psicolgicos que encontr en la psique de sus pacientes, los
cuales no podan ser explicados con base en la experiencia personal, fruto del
olvido o de la represin. Descubri adems que varios de estos contenidos
guardaban similitudes con temas mitolgicos y religiosos del pasado cultural de
los pueblos, sin que hubiera una referencia individual que los explicara. Eso lo
llev a pensar que se trataba de la influencia de componentes colectivos que
podan manifestarse de manera simblica en eventos especialmente intensos
de la vida de los individuos.

En sus primeras obras Jung dijo que el inconsciente colectivo estaba


conformado por "imgenes primordiales" que provenan de la historia pasada
de la humanidad. Para evitar que se malinterpretara su afirmacin en el sentido
de que las experiencias arquetpicas se podan "grabar" en la psique, en 1946
estableci una diferencia entre "arquetipo en s" y representaciones
arquetpicas.
6. Los arquetipos: De manera esquemtica podra pensarse en los arquetipos
en s como una especie de imgenes en potencia y de contenedores temticos
sin contenidos. Es decir, en s mismos, los arquetipos son slo tendencias y
entes potenciales (Progoff, 1967). Jung los defini como factores y motivos
que ordenan los elementos psquicos en ciertas imgenes... pero de tal forma
que slo se pueden reconocer por los efectos que producen (Jung citado por
Sharp, 1994: 29), en tanto las representaciones arquetpicas seran las
variaciones personales que se remiten a esas formas bsicas que son los
arquetipos en s (Jung, 1991a).
Estos planteamientos son completamente compatibles con el enfoque de los
etlogos como Lorenz, que sostiene que cada especie animal est dotada de
un repertorio de comportamientos (por ejemplo los comportamientos
especficos que desarrolla un ave para construir un nido) disponibles en su
sistema nervioso central, para activarse tan pronto como se encuentran los
estmulos apropiados en el entorno. Con los arquetipos sucede algo parecido.
Representan la posibilidad de que ciertas ideas, percepciones o acciones
sucedan ante determinadas circunstancias del entorno. De esta manera, los
arquetipos predisponen al ser humano a enfocar la vida y a vivirla de
determinadas formas, de acuerdo con pautas anticipadas previamente
dispuestas en la psique (Stevens, 1994).
Muchos de estos arquetipos se relacionan con situaciones tpicas de la
humanidad. Como el proceso de desarrollo interior es tambin un hecho tpico
del ser humano, son especialmente importantes los arquetipos de la
individuacin (5).
Aportes teraputicos de la psicologa analtica
La psicoterapia es muchas cosas a la vez: es teora, es mtodo, es tcnica, es
prctica y a la vez es interaccin e influencia interpersonal. Por eso, al hablar
de las contribuciones de la psicologa analtica al trabajo clnico es necesario
hacer alusin a conceptos, procedimientos y actitudes. Se deben tener
presentes las prevenciones que tena Jung al hablar de este tema, en el
sentido de evitar todo intento de estandarizar la psicoterapia (Jung, 1935).
El planteamiento de partida de la teraputica analtica es que la salud mental
responde a la adecuada relacin funcional que se establezca entre los
procesos conscientes y los inconscientes en el transcurso de la vida de un
individuo. En consecuencia, la prctica teraputica analiza esta relacin en las
personas y busca recuperar la sana comunicacin entre la conciencia y el
inconsciente mediante tcnicas que se han desarrollado con tal fin, para

aquellos casos en los que se presenta un funcionamiento inadecuado (Jung,


1993).
Jung afirmaba que no exista ninguna teraputica que fuera vlida para todos
los individuos, por lo cual procuraba prescindir de toda teora aprendida sobre
las neurosis al entrar en contacto con un paciente, para dejar que fuera la
experiencia la que dictara el camino teraputico a seguir. Esto prevena contra
los procedimientos estereotipados (Jung, 1935). Adems, que lo importante es
intentar comprender en cada caso individual, a travs de los sueos, las
tendencias curativas del individuo a fin de activarlas mediante una participacin
consciente y ayudar a que orienten la autocuracin (Jung,1968).
Los principales aportes terico-prcticos en materia teraputica podran
resumirse en los siguientes aspectos que constituyen algo as como el sello
particular en la forma de conducir el proceso teraputico.

1. Concepto positivo de la neurosis: Basado en el enfoque finalista, la


psicologa analtica aborda las enfermedades mentales y en particular la
neurosis, de una manera bastante optimista, ya que las concibe como intentos
de curacin con los que reacciona el organismo ante un estilo de vida
inadecuado. Una psicologa de la neurosis que slo vea lo negativo, lo
desbarata todo, porque no aprecia el sentido y el valor de la fantasa infantil,
es decir, creadora.... El hombre est enfermo, pero la enfermedad es una
tentativa de la naturaleza, que se propone curar al hombre. Podemos aprender
de la enfermedad muchas cosas tiles para nuestra curacin... (Jung citado
por Hochheimer, 1968: 76-98).
Para la psicologa analtica, todas las neurosis estn caracterizadas por la
presencia de conflictos que involucran complejos y disociaciones, los cuales
provocan regresiones y descensos del nivel mental. La causa suele ser una
deficiente adaptacin interna o externa que lleva a la persona a una regresin a
etapas infantiles.
No obstante, adems de las neurosis clnicamente determinables, Jung
descubri que una buena parte de estas enfermedades se manifestaba a causa
de la falta de sentido en la vida y correspondan en su mayor parte a personas
que se hallaban en la segunda mitad de la vida. En tales casos aparecen como
un momento crtico en la vida de una persona, en el que se enfrenta a la
disyuntiva entre dos estilos de vida. Generalmente se producen cuando el
individuo ha desarrollado una forma de vida que le ha significado el sacrificio de
potencialidades que se ven reprimidas, hasta que llega un momento en que
stas se rebelan y exigen que se las tenga en cuenta. Es decir, falla en ese
momento la adaptacin que haba operado hasta entonces y el conflicto se
hace evidente. La enfermedad pone a la persona contra la pared y la obliga a
tomar una decisin con respecto a su futuro, existiendo la posibilidad de
desarrollar un crecimiento personal que lo lleve a un estado de realizacin
mayor al que tena antes de la aparicin de la neurosis.

Es interesante el nfasis que hace la psicologa analtica en que el desarrollo


humano no se detiene en ningn momento, sino que contina de una manera
diferente hasta la muerte (Jung, 1991d). Algunos junguianos han realizado
sugestivos descubrimientos en los sueos de las personas que van a morir,
como si durante estas fases anteriores al deceso el desarrollo continuara y el
inconsciente estuviera preparando a la conciencia para este importante
momento (Hall, 1995; Von Franz, 1984).
En las neurosis de la segunda mitad de la vida, Jung no vea til el
psicoanlisis. Freud haba elaborado su teora de las neurosis partiendo de que
su causa se halla en un pasado remoto. Sin negar esta afirmacin, Jung
consider que la neurosis vuelve a construirse constantemente de nuevo, por lo
que no vea esencial remontarse al pasado en el tratamiento, sino que era
posible trabajarlo desde los sucesos del da de hoy, que actualizaban la
neurosis. Por el contrario, consideraba que el psicoanlisis era indicado, al
igual que la psicologa de Adler, para el tratamiento de las neurosis en nios y
adolescentes (Jung, 1935).
2. Etapas del tratamiento: La psicologa analtica de Jung distingue cuatro fases
por las que pasa un paciente en un tratamiento analtico: confesin,
explicacin, educacin y transformacin (Jung, 1935). En la etapa de confesin
se trata, como se hace en tantas prcticas sanatorias, de que el individuo tome
conciencia y reconozca ante el terapeuta todo lo escondido y reprimido que le
causa culpa y que lo lleva a alejarse del resto de la sociedad. Esta etapa lleva
implcita la aceptacin de la sombra que es el aspecto oscuro de nuestra
personalidad. En la etapa de la explicacin se ayuda al paciente a hacer
consciente la transferencia con el terapeuta, o sea la dependencia en la que
cae ste, al revivir la reprimida relacin familiar infantil con los padres. A
diferencia de la anterior etapa, en sta se trata de llevar a la conciencia
fantasas que nunca antes han estado all, mediante diferentes tcnicas, en
especial la interpretacin de sueos (Jung, 1935). En esta labor, el terapeuta
ofrece explicaciones del material, utilizando el mtodo interpretativo.
Luego, se presenta la etapa de la educacin, en la que hay una especie de
entrenamiento indirecto para que el paciente pueda continuar con su trabajo
teraputico de manera independiente. Este es un aspecto especialmente
importante en el que insisti Jung en toda su obra y es la posibilidad de que los
mismos pacientes pudieran continuar en un proceso de autoeducacin que los
llevara a convertirse en verdaderos sujetos sociales (Von Franz, 1982). Aunque
no exclua proporcionar conocimientos psicolgicos, la educacin se refera
fundamentalmente al aprendizaje a travs de la prctica teraputica, pero en
ambos casos se buscaba liberar al paciente de la dependencia y autoridad del
terapeuta lo ms pronto posible (Hochheimer, 1968).
Y finalmente est la etapa de transformacin. Esta etapa no parece haberla
recomendado Jung a todo el mundo, sino tan slo a aquellas personas que
pueden ms que el hombre medio (Jung, 1935:28-29). Esto se basaba en la
presuncin de que las tres primeras etapas enunciadas pueden conducir a la
normalidad, pero segn Jung hay personas para quienes el logro de una
adaptacin social normal a este mundo contemporneo con valores tan

cuestionables, no es de modo alguno satisfactorio, pues se pueden sentir


partcipes de una neurosis colectiva que est lejos de ser un objetivo
moralmente aceptable. As que esta cuarta etapa est dirigida a estas personas
y consiste en una transformacin tica ante la vida, que los conduzca a
encontrar sus propias metas en el plano moral. Representa realmente el
proceso de desarrollo llamado individuacin por Jung.
3. El proceso de individuacin: A pesar de la creencia de Jung de que sta es
una etapa exclusiva a un grupo de personas con un yo maduro y fuerte, este
aspecto ha sido uno de los ms revisados de su teora, tendiendo en la
actualidad las escuelas postjunguianas a considerar que la psique tiene un
proceso de evolucin natural que cualquier individuo puede incrementar,
cuando se hace conciencia de l. Para ello, se desarrollan una serie de
tcnicas, en especial el anlisis de los sueos.
El proceso de individuacin es una forma de maduracin y de autorrealizacin
de la personalidad, liderado principalmente por el si mismo. Se caracteriza por
la confrontacin de lo consciente con algunos componentes del inconsciente:
con la persona, la sombra, el nima, el nimus y el si mismo y la tarea bsica
consiste en diferenciar el yo de todos estos complejos, para lo cual ste se
debe relacionar objetivamente con todos ellos, evitando identificarse con ellos
(6).
El proceso conduce a una transformacin paulatina de la personalidad a
estadios de mayor adaptacin del individuo, tanto a su realidad externa como a
su realidad interna. Como resultado de este proceso, se produce un
completamiento del individuo, que lo aproxima con ello a la totalidad,
contribuyendo a hacerlo ms libre (Hochheimer, 1968).
El grado de dificultad de hacer conscientes los diferentes complejos suele ser
progresivo y puede observarse a travs de la serie de sueos. A continuacin
se describen los rasgos tpicos del trabajo clnico con estos complejos,
insistiendo en que la aparente secuencia es un poco arbitraria, ya que cada
individuo desarrolla su proceso de manera particular y nica (Von Franz, 1964).
4. El trabajo con la persona y la sombra: La persona y la sombra suelen ser,
por su cercana a la conciencia, complejos con los que trabaja la psicologa
analtica desde las primeras fases de un tratamiento. La persona representa la
mscara que debe utilizar el individuo en su adaptacin a la vida social
cotidiana. Son todos aquellos aspectos de la personalidad con los que los
individuos se adaptan al mundo exterior, los roles que desempean y que
resultan presentables y agradables para los dems (Jung, 1990a). Jung eligi
este nombre refirindose al trmino en latn que significaba la mscara que
usaban los actores del teatro antiguo. La sociedad exige que todo sujeto
represente un rol a manera de mscara en un teatro, como si el sujeto nunca
pudiera mostrarse a los dems con la totalidad de su personalidad. Aunque el
establecimiento de la persona es un recurso normal y necesario, existe el
peligro de que el yo termine identificndose con esa mscara y el individuo
sienta que no le es fcil saber quin es su yo y quin la persona (Evans, 1968).

El complejo de la sombra es el polo opuesto de la persona. En la medida en


que el yo tiende a desarrollar los aspectos ms fuertes de su personalidad y
embellece a esta ltima, los aspectos ms inadaptados para la sociedad, se
desechan al inconsciente en donde van formando la sombra (Bly, 1994;
Robertson, 2002). No slo se trata de aspectos socialmente negativos como la
envidia o la cobarda, sino que tambin pueden ser elementos socialmente
catalogados como positivos, pero que el individuo y su medio rechazan.
La interesante novela de R. L. Stevenson "El extrao caso del Dr. Jekyll y Mr.
Hyde", es el mejor relato que hay en literatura sobre la sombra (Sanford, 1991).
Ensea a no negar la existencia de los aspectos reprimidos porque stos van
creciendo y cualquier da pueden tomar vida propia como si se tratara de otro
ser dentro del individuo. El descubrimiento de la sombra es muy importante en
el tratamiento teraputico y representa un momento doloroso de
reconocimiento al que debe seguir la penosa y larga labor de autoeducacin
(Zweig y Abrams, 2001). Trabajar este complejo desde los sueos facilita la
tarea, ya que como deca Von Franz (1964), si es un amigo el que nos habla de
un defecto nuestro, lo ms probable es que no se lo aceptemos y le
respondamos que no tiene la autoridad moral para hacerlo, pero qu
podemos decir si son nuestros propios sueos los que nos estn haciendo el
reproche?
5. El trabajo con el nima, el nimus y el s mismo: El nima es el complejo
funcional que representa el aspecto femenino en los hombres, mientras que el
nimus es el complejo funcional que representa el aspecto masculino en las
mujeres. Este par de complejos autnomos son fundamentales en la
adaptacin social de los gneros, en la adaptacin sexual y tambin en la
atraccin hacia el otro sexo.
Acerca de este ltimo aspecto, hombres y mujeres no se sienten atrados por el
sexo contrario en general, sino por cierto tipo de personas. La explicacin de
esta atraccin parte de un enfoque que puede catalogarse como narcisista, ya
que parecera como si cada individuo, hombre o mujer, tendiera a enamorarse
de partes inconsciente propias, el nima y el nimus, proyectadas en los
dems. En la conformacin de estos dos complejos tienen una influencia muy
grande el padre y la madre del individuo, ya que son ellos el primer hombre y la
primera mujer que los nios y nias conocen (Jung, 1976, 1990a). De adulto, al
proyectar un hombre su nima, tender a enamorarse de personas parecidas a
la madre, y el proceso contrario suceder con las mujeres (Sanford, 1998).
Si posteriormente los complejos del nima y del nimus se logran enfrentar,
evitando identificar al yo con ellos e integrando en la conciencia sus rasgos, el
inconsciente revela en sueos un nuevo aspecto, el si mismo, representado en
una personalidad superior que adopta en el hombre los rasgos de maestro o
semidios, y en la mujer, los rasgos de la Gran Madre o la anciana sabia. El s
mismo puede definirse como el arquetipo de la totalidad y centro regulador de
la psique, oculto detrs de la personalidad total y encargado de llevar a la
prctica el proyecto de vida y de guiar el proceso de individuacin. Por eso,
Jung deca que su vivencia podra sentirse psicolgicamente como el Dios
dentro de nosotros (Jung citado por Sharp, 1994: 181).

Para terminar de hablar de la individuacin, habra que decir que el punto hasta
donde se desarrolle el proceso, depende de la disposicin del yo a colaborar
porque es ste el que decide y el que puede permitir que el s mismo se realice.
En otras palabras, el proceso de individuacin es real, slo si la persona se da
cuenta de l y lleva a cabo una conexin directa con l (Von Franz, 1964).
6. Disolucin de los complejos: De lo dicho hasta ahora, podra generalizarse
que ante un complejo cualquiera de los que acabamos de mencionar, un
individuo puede tener varias actitudes: ignorarlo, identificarse con l,
proyectarlo en los dems, o enfrentarlo (Jacobi, 1957). De estas distintas
actitudes, la primera es la menos deseable ya que puede dar origen a las dos
siguientes situaciones: a identificarse y a proyectarse. Slo el cuarto camino
puede realmente disolver un complejo. Esta disolucin consiste en hacerlo
consciente para tratar de descubrir los dos polos opuestos que siempre
esconde, de los cuales uno ha sido aceptado conscientemente por el individuo
y el otro ha sido reprimido.
La verdadera liberacin de un complejo consiste en conciliar los opuestos para
as desconectar al individuo de caer obligatoriamente en alguno de los polos
(Zweig y Wolf, 1999). La terapia en psicologa analtica debe buscar la
integracin de estos contrarios, para as liberar al individuo y que ste pueda
luego aceptar y responder al mundo, segn las circunstancias, sin caer en los
extremos.
La nica forma de lograr esta integracin de los contrarios es facilitando que la
persona vivencie nuevamente la situacin que origin el complejo, pero
hacindolo con todo el afecto y emocin que lo acompaaron y que haban sido
reprimidos. En otras palabras, como el complejo se inicia en medio de una
carga afectiva, su disolucin tambin se debe hacer en medio de la afectividad.
Para eso, existen tcnicas de las que luego se hablar, pero que en general,
tratan de identificar y dar voz a esos aspectos reprimidos que han estado en la
sombra por muchos aos.
7. La fuerza transformadora del smbolo: En psicologa analtica, el smbolo es
un elemento fundamental para el proceso teraputico, ya que opera como un
verdadero motor transformador de energa, que conduce a su vez a cambios
positivos en la personalidad de los pacientes. El smbolo es una mquina
psicolgica que transforma energa (Jung, 1992: 56). No se trata de negar la
elaboracin consciente y racional de los conflictos, pero la psicologa analtica
ha reconocido que los logros por este camino son limitados y que es necesario
complementar esta labor con la elaboracin simblica, la cual permite logros
imposibles de pensar por la nica va de la comprensin racional de los
problemas.
Tambin este concepto de smbolo utilizado por Jung es diferente al usado en
el psicoanlisis, pues en psicologa analtica se define como un objeto conocido
que representa un objeto desconocido (Frey-Rohn, 1993). La principal
diferencia con la perspectiva freudiana es que ese otro objeto desconocido
nunca podr ser comprendido a cabalidad y siempre deja la sensacin de

misterio. Una de las principales tcnicas para trabajar con los smbolos es la
interpretacin de los sueos.
8. Interpretacin de los sueos: Los sueos representan un campo
especialmente importante en el tratamiento psicolgico profundo. Para la
psicologa analtica los sueos no esconden ni disfrazan nada; la dificultad de
entenderlos se debe a nuestra incapacidad para entender el lenguaje simblico
que utilizan (Jung, 1993). Este enfoque tampoco concibe los sueos solamente
como mecanismos de realizacin de deseos, sino que los considera un
espontneo y til producto del inconsciente, para cuya interpretacin se
emplean principalmente dos perspectivas (Mattoon, 1980). La primera parte del
enfoque finalista y conduce a atender no slo a la causa y al por qu del sueo
sino tambin al propsito y al para qu ocurre un sueo determinado. Desde
este punto de vista, la interpretacin de un sueo puede entenderse como un
intento espontneo de la psique en la solucin de un problema. La segunda
perspectiva tiene en cuenta el principio compensador de la psique, para lo cual
se analiza un sueo tratando de verlo como una compensacin de las
situaciones conscientes que est viviendo el individuo en el momento
determinado en que suea (Jung, 1991c, 1992, 1993).
La psicologa analtica comparte con el psicoanlisis la utilidad de las
asociaciones libres del soante en la interpretacin, pero recomienda que el
terapeuta evite que tales asociaciones se alejen de las imgenes originales del
sueo, porque as se puede perder el significado especfico que el sueo
busca transmitir. En esto se diferencia de la interpretacin freudiana que no
tiene reparos en que las asociaciones libres se alejen del sueo inicial. Para la
psicologa analtica, este alejamiento conduce siempre a alguno de los
complejos del soante, lo cual siendo importante, lleva al sacrificio de perder de
vista el sentido particular que tiene un determinado sueo (Jung, 1992).
9. Mtodos auxiliares: Jung descubri que la imaginacin activa constituye una
alternativa del trabajo de los sueos. Consiste en llevar a cabo un dilogo que
combina lo racional y lo irracional, con complejos del teatro interior (Jung,
1990b). Para ello se puede tomar una imagen o escena de un sueo del
paciente o una idea que le hubiese venido a la imaginacin como punto de
partida para que lo utilizase el paciente como tema de la libre actividad de la
fantasa... (Jung, citado por Hochheimer, 1968: 116). Esta libre actividad poda
estar representada por muchas de las manifestaciones tradicionalmente
llamadas artsticas que eligiera el paciente, segn sus inclinaciones naturales;
el desarrollo poda tener lugar en forma dramtica, dialctica, visual, acstica,
en la danza, la pintura, el dibujo o la escultura (Hochheimer, 1968). Sin
embargo, Jung evitaba considerarlas obras de arte pues crea que eran algo
superior, ya que equivalan a una accin directa e independiente del paciente
sobre s mismo, ...el paciente puede hacerse creadoramente independiente.
No depende ms de sus sueos ni del saber de su mdico, sino que al tratar de
pintarse a s mismo, puede cambiarse a s mismo. Porque lo que pinta son
fantasas actuantes, aquello que acta en l... (Jung, 1935, 84-85). Luego de
la representacin de las imgenes es necesario llevar a cabo un trabajo de
interpretacin de ellas a travs de la comprensin intelectual y emocional, a fin
de lograr su integracin en la conciencia (Progoff, 1992).

10. Personalidad del terapeuta y contratransferencia: Para Jung la psicoterapia


es una labor difcil en la que cooperan dos personalidades totales: la del
terapeuta y la del paciente, otorgando mucha importancia a la personalidad del
primero y en ocasiones parece valorarla ms an que la tcnica que ste utilice
(Jung, 1991b). As mismo resaltaba la actitud abierta y comprometida que ste
deba tener, que responde al convencimiento que tiene la psicologa analtica
de que para poder ofrecer la mayor ayuda posible a otra persona, el terapeuta
debe darse por completo, sin mayores resguardos tcnicos. Por eso, se
prefiere la consulta cara a cara ms que la prctica del divn, en donde el
terapeuta queda tan seguro. Eso lo lleva a ser ms partcipe del proceso y
tambin a ser ms susceptible de sufrir tanto transformaciones negativas como
positivas, a partir de la interaccin teraputica (Eckhard, 2000).
La etapa de la individuacin demanda especialmente esta disposicin del
terapeuta a transformarse tambin a s mismo en la interaccin con el paciente.
Tan slo en la medida en que lo haga, lograr transformar a su analizado.
Como es de esperar de todo tratamiento psquico verdadero, el mdico ejerce
un influjo sobre el paciente, pero semejante influjo puede tener lugar cuando l
es influenciado por el paciente... El encuentro de dos personalidades es como
la mezcla de dos cuerpos qumicos: si tiene lugar la combinacin, ambos se
transforman (Jung, 1935: 30).
Todo esto tiene relacin directa con los conceptos de transferencia y
contratransferencia, los cuales varan tambin en Freud y Jung. Desde la
perspectiva de la psicologa analtica, la transferencia es un proceso
absolutamente natural y espontneo, por lo cual no puede ser producido de
manera artificial y voluntaria por parte del terapeuta (Jung, 1983). A pesar de
reconocer, al igual que el psicoanlisis, el gran valor de este fenmeno, Jung
fue relativizando su importancia con el correr del tiempo. En una de sus ltimas
obras dira: Cabe comparar la transferencia con aquellos medicamentos que
en unos actan como remedio y en otros como un verdadero veneno... y en
otros, por fin, es comparativamente inesencial (Jung, 1991: 23-24).
11. Evitar la dependencia del paciente: La psicoterapia junguiana tiende a
evitar la creacin de lazos de dependencia por parte de los pacientes, o cuando
menos a reducirla en la medida de lo posible. Por ello, se suele trabajar, en
promedio, con pocas sesiones semanales. Deca Jung, que en los casos
difciles tena bastante con tres o cuatro sesiones semanales, pero que, en
general, eran suficientes dos sesiones semanales y slo una cuando el
paciente estaba ya entrenado (Hochheimer, 1968). Consideraba que en el
tiempo restante, el paciente deba aprender a caminar por s mismo, con la
gua del terapeuta, descubriendo el sentido de los sueos.
Para contrarrestar la dependencia de los pacientes y fomentar su autonoma,
Jung lleg a proponer la conveniencia de que el tratamiento se interrumpiera
cada cierto tiempo, para dejar que el individuo volviera a lanzarse al agua de la
cotidianidad y a enfrentarse consigo mismo sin ayuda (Stevens, 1994). Es una
constante en Jung la idea de fomentar la responsabilidad personal de su propia
recuperacin y de impedir el alejamiento de la vida cotidiana. Una ventaja
secundaria de buscar la rpida independencia del paciente es que los

tratamientos resultan mucho menos costosos que los del psicoanlisis. Se


ahorra de este modo tiempo al mdico y al paciente, y dinero a este ltimo, que
aprende adems a apoyarse en s mismo en lugar de abandonarse
pasivamente a la direccin del terapeuta (Jung, citado por Hochheimer, 1968:
111).
12. Anlisis didctico: Es importante la propuesta de la psicologa analtica, hoy
aceptada en toda la psicologa profunda, de que los analistas lleven a cabo el
llamado anlisis didctico, o sea un proceso de anlisis de ellos mismos antes
de analizar a otras personas (Jung, 1935). Esta formacin responde a la
necesidad de que el mdico se transforme a s mismo para que adquiera la
capacidad de transformar al enfermo. Se considera que si el terapeuta padece
de una neurosis sin solucionar, representar una seria limitante para el
tratamiento ya que un analista slo puede dar lo que tiene y nada ms
(Guggenbhl-Craig, 1992). Este planteamiento hace parte de una propuesta
general en el sentido de que quienes tienen la responsabilidad de ensear
algo, deben siempre aplicar en carne propia lo que esperan que los dems
realicen. En los escritos dirigidos a los docentes hace esta misma
recomendacin y esta coincidencia no es accidental, ya que Jung vea que el
anlisis era realmente un proceso que se deba ensear, para que los
pacientes lo aprendieran y lo pudieran continuar por sus propios medios.
Se desea resaltar esta contribucin de Jung en sus debidas proporciones ya
que el requisito del anlisis didctico, que ahora resulta tan obvio, no lo era en
su tiempo. Esta exigencia, que es coherente con la actitud de respeto a los
pacientes que siempre caracteriz a Jung, contribuy a la humanizacin de la
ocupacin teraputica. Con esta perspectiva, l ensanch el horizonte de la
psicoterapia, enfatizando que lo importante no es el ttulo del profesional sino
sus capacidades humanas.
Otra recomendacin muy importante de este enfoque plantea que el anlisis
didctico sea realizado tanto por un hombre como por una mujer. La
justificacin es que si el terapeuta es de uno u otro sexo, la polaridad interior
masculina o femenina del paciente es activada, y es deseable para la
integracin psquica que esto se logre con ambos aspectos de la
contrasexualidad (Sinz, 1991).
Enfoques de la psicologa analtica
A pesar de que la teora de la psicologa analtica se ha desarrollado mucho en
las ltimas dcadas, es poco lo que se conoce sobre las actuales revisiones
que se hacen de las teoras originales de Jung. Dice unos de estos autores:
Nuestro respeto y dedicacin a las ideas de Jung no nos ha cegado ante el
hecho de que algunas de las cosas que dijo y escribi as como partes de su
teora clnica y cultural, necesitan ser revisadas (Young-Eisendrath y Dawson,
1999: 15).
Todas estas revisiones han conducido a la exploracin y descubrimiento de
nuevas ideas y mtodos en psicoterapia. Algunos autores han tratado de poner
orden en los caminos que han seguido estos desarrollos conceptuales. Quiz

quien ms se ha esforzado en este intento, a pesar de los esperados


cuestionamientos, es Samuels (1999).
Durante las dcadas de los cincuenta y los sesenta, podan identificarse en la
psicologa analtica dos escuelas claramente definidas: la escuela de Zrich,
con orientacin clsica, y la escuela de Londres, con orientacin evolutiva. No
obstante, en los aos setenta comenz a surgir una nueva escuela cuyo inters
se centraba en los arquetipos. De esta manera, en la actualidad existen estas
tres escuelas o enfoques en la psicologa analtica: la clsica, la evolutiva, y la
arquetipal (Samuels, 1999).
La clsica, sin dejar de evolucionar, ha tendido a mantenerse no muy alejada
de los planteamientos originales de Jung. Su nfasis est en el papel
fundamental del s mismo como regulador y promotor de la totalidad psicolgica
que busca el proceso de individuacin. Recuerda que el yo consciente es slo
una parte importante del s mismo, pero que el resto es lo inconsciente y que
por tanto el trabajo clnico busca conocer y hacer consciente tal material
mediante el anlisis de sueos, comportamientos, lapsus, sincronicidades,
entre otras manifestaciones (Hart, 1999).
La evolutiva est formada por autores interesados tericamente en el
desarrollo. El nfasis puesto por Jung en los procesos mentales de las edades
adultas, le alej del estudio del desarrollo infantil. El grupo de junguianos de
enfoque evolutivo vio este aspecto como una carencia por lo cual miraron hacia
el psicoanlisis, concretamente al grupo de clnicos y tericos londinenses que
hacia los aos 40 fundaron la escuela psicoanaltica de las relaciones
objetales (7) y comenzaron a realizar investigaciones apoyados en estas
teoras, construyendo todo un andamiaje terico de psicologa junguiana, que
se extenda hasta los primeros aos. No era difcil porque las imgenes
arquetpicas de Jung y los objetos parciales de Klein, a pesar de las
diferencias de lenguaje, se referan ambos a las relaciones tempranas del s
mismo; los dos eran estructuras psicolgicas profundas innatas, enraizadas en
las experiencias instintivas. Igualmente importantes fueron los hallazgos sobre
la prctica teraputica, ya que descubrieron que la elaboracin terica sobre
las etapas tempranas poda aplicarse a la contratransferencia, como respuesta
del terapeuta a las informaciones contenidas en las comunicaciones primitivas,
no verbales, de los pacientes (Solomon, 1999).
La arquetipal enfatiza en el valor fundamental que tiene el concepto del
arquetipo y en su utilidad en la exploracin de las experiencias imaginales
onricas o fantaseadas. Es, de las tres escuelas, la que menos desarrollos
clnicos ha tenido. Esta escuela, fundada a finales de los aos setenta, surgi
como reaccin principalmente a la aplicacin mecnica de los principios
junguianos y a lo que ellos consideraban como presupuestos metafsicos
injustificados. En la prctica clnica de estos psiclogos arquetpicos, el anlisis
consiste en una cura a travs de la visin tratando de hacer metafrico lo
literal y en volver imaginal lo real (Adams, 1991). En el corto tiempo que lleva
de existencia la psicologa arquetipal ha dado una perspectiva crtica revisionista del anlisis junguiano.

En la tabla siguiente se resumen las principales diferencias que Samuels


encuentra entre las tres escuelas, primero, en cuanto a las materias de nfasis
conceptual, y luego, a los aspectos de prioridad en la prctica clnica. En la
tercera columna se mencionan los principales representantes de cada escuela.
TABLA 1.- NFASIS
JUNGUIANAS
ESCUELAS
NFASIS
PRINCIPALES
CLSICA

TERICO-PRCTICO
TERICO

NFASIS

DE

LAS

ESCUELAS

PRCTICA
CLNICA
REPRESENTANTES

NFASIS
TERICO

NFASIS
PRCTICA
CLNICA

PRINCIPALES
REPRESENTANTES

1. S-mismo
2. Arquetipo
3. Desarrollo
de la
personalidad

1. Vivencias
simblicas del
S-mismo
2. Elaboracin
de la imaginera
3. Anlisis de
transferencia y
contratransferencia

Gerard Adler
Lilian Frey-Rohn
Barbara Hannah
Esther Harding
Jolande Jacobi
Aniela Jaffe
Marie Ann Matton
Marie Louise von Franz
Joseph Wheelwright
Marion Woodman

1. Desarrollo
de la
personalidad
2. S-mismo
3. Arquetipo

1. Anlisis de
transferencia y
contratransferencia
2. Vivencias
simblicas del
S-mismo
3. Elaboracin
de la imaginera

Michael Forman
Rose Mary Gordon
Andrew Samuels
Lambert Plant
W. Redfearn
H. Dieckman

1. Arquetipo
2. S-Mismo
ARQUETIPAL 3. Desarrollo
de la
personalidad

1. Elaboracin
de la imaginera
2. Vivencias
simblicas del
S-mismo
3. Anlisis de
transferencia y
contratransferencia

James Hillman y su grupo


concentrado en la revista
Spring, editada en Dallas,
Texas.

ESCUELAS

CLSICA

EVOLUTIVA

Fuente: El autor basado en Samuels (1999) y Sinz (1991).

Esta tabla es una presentacin esquemtica de algunos aspectos centrales y


puede constituirse en una herramienta til de debate conceptual sobre las

tendencias de divergencia en la comunidad junguiana y postjunguiana. Uno de


los aspectos ms polmicos de esta clasificacin es la inclusin de la escuela
arquetipal, pues muchos contradicen a su autor al autor de la propuesta,
afirmando que tal enfoque es marginal y no merece tal nominacin de
escuela. El debate, no obstante, permanece abierto.
Otra propuesta que hace Samuels (citado por Sinz, 1991)es la de identificar
algunas coincidencias entre las escuelas arquetipal y evolutiva frente a la
clsica, que resultan interesantes porque pueden tomarse como los principales
ejes en el desarrollo terico posterior de la ptica junguiana tradicional. Son
ellos:
1) Se encuentra que el concepto clsico de s mismo pone un nfasis
excesivo en su poder potencial, lo cual resulta un aspecto limitante
cuando se le vincula a la resolucin de un conflicto.
2) Se ha visto la necesidad de operacionalizar y bajar a tierra la idea de la
individuacin. De una parte, se analiza que es un proceso que se puede
iniciar en cualquier momento de la vida, an desde la niez, y no slo a
partir de la edad madura. De otra parte, que no es desarrollable slo por
personas especialmente evolucionadas, sino que an los
psicolgicamente dbiles son capaces de beneficiarse de este proceso.
3) Disminuir la importancia de la totalidad integradora como meta
psicolgica, pues se puede tomar esto como un culto a la perfeccin; lo
anterior permite rescatar los esfuerzos de logros menos perfectos pero
ms viables.
4) Las imgenes arquetpicas no tienen que ser necesaria y objetivamente
impresionantes, sino que su importancia est en la percepcin subjetiva
de cada individuo.
5) No hay una divisin clara entre el inconsciente personal y el inconsciente
colectivo.
Como material de discusin es interesante la clasificacin de las tres escuelas;
sin embargo, se corre el riesgo de exagerar las divergencias entre ellas y
subestimar las convergencias. Quizs sean ms tiles los esfuerzos que han
hecho otros autores por presentar los conceptos de la escuela clsica desde
una perspectiva integrada con la evolutiva y la arquetipal, con muy interesantes
resultados (Stevens, 1994).
Recientemente, Guggenbhl-Craig (citado por Kirsh, 2000), analista junguiano
muy respetado en Zurich, ha hecho un aporte a la discusin, mencionando que
a pesar de los diferentes caminos que han tomado distintos autores de la
comunidad junguiana, hay algunos aspectos que los mantienen unidos. El
primero es que todos ellos vienen de alguna manera de Jung y fueron
estimulados por l, lo cual constituye su identidad histrica original. En trminos
del autor todos somos los nietos o bisnietos de Jung, como si se tratase de
una gran familia extendida, y que pese a sus muchas diferencias, existe una
ascendencia comn. El segundo punto es que todos comparten una especie de
identidad ideolgica, llamada por el autor actitud trascendente caracterizada
por creer que detrs de todos los conceptos y teoras psicolgicos, existe otra
dimensin de la realidad que implica aspectos profundos de la psique y que se

relaciona con la nocin de individuacin. Al respecto, hay pocos positivistas


entre los junguianos. El tercero, que podra llamarse la tradicin chamnica,
es el inters de los junguianos por lo natural y psicolgicamente primitivo, que
los lleva a combinar esta sabidura con el uso ms sofisticado de lo psicolgico
en la tradicin cultural occidental con la conviccin de que lo curativo puede
sobrevenir de la tensin entre estas dos posturas (Kirsch, 2000).
Conclusiones
La psicologa profunda, entendida como la unin del psicoanlisis con la
psicologa individual y la psicologa analtica, ha sido bastante cuestionada en
los ltimos aos. El psicoanlisis dej de ser la novedosa teora que fue una
vez y no ha podido mantener las promesas de transformacin del individuo y de
la sociedad, que presagiaba. Aunque a la teora freudiana le corresponde la
parte ms fuerte de la desilusin, Jung y Adler tambin cargan con una parte
de la crtica (Kirsch, 2000).
Es imposible predecir qu suceder con la psicologa analtica en el futuro y si
en las prximas dcadas continuar una clasificacin de terapeutas que se
denominen junguianos. La primera razn son las diferencias vistas entre los
enfoques dentro de la comunidad junguiana (Spiegelman, 1990). La segunda
es que las teoras y prcticas de las antiguas escuelas psicolgicas se han
vuelto ms tolerantes y han buscado la comprensin mutua con otros
enfoques, lo cual ha provocado acercamientos insospechados. Si se analizan
las revisiones que ha hecho el psicoanlisis postfreudiano de buena parte de
las ideas originales de Freud, se encuentra que muchos de los nuevos
planteamientos tienen grandes semejanzas con los postulados junguianos
(Samuels, 1999). Por eso, algunos piensan que la psicologa analtica seguir
la tendencia actual y perder tambin su identidad separada para hacer parte
de un psicoanlisis genrico (Fordham, 1966), que tendr una imagen ms
integrada de la psique humana y en la que el enfoque junguiano del aspecto
creativo y benfico de la psique complementar la perspectiva
reconocidamente pesimista de la visin freudiana (Frey-Rohn, 1993). As,
aunque desaparezcan los junguianos como grupo diferenciado, lo ms seguro
es que no desaparezca el enfoque propuesto por Jung.
En este artculo se han presentado las ideas principales de la psicologa
analtica y algunas de las caractersticas de la psicoterapia que de ella se
derivan. Algunos de estos planteamientos pueden ser cuestionables y existen
algunas carencias y vaguedades en ella, como lo han sealado varios autores;
sin embargo, lo que no se puede negar es que se trata de formulaciones
novedosas que constituyen unos de los aportes ms notables e influyentes del
siglo XX. Se espera que esta mirada general a la psicologa analtica, que no
ha podido por razones de espacio profundizar en los aspectos presentados,
contribuya a la divulgacin de las propuestas junguianas y a la creacin de una
psicologa analtica en nuestro medio que enriquezca la labor teraputica y la
tarea investigativa en diferentes campos de las ciencias humanas, a partir de
las interesantes categoras mencionadas.

Referencia
Jung. C. G. (1981). The Collected Works of C. G. Jung. EEUU: Bollingen Series
XX. Princeton University Press.

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