Nueve Cartas A Berta

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CINE Y TELEVISIN EN ESPAA APUNTES EXTRA

VISIONADO: NUEVE CARTAS A BERTA [EXTRADOS DE DOS


BLOGS]

1-APUNTES BLOG 1

Nueve cartas a Berta (1965) es el primer largometraje de Patino. Antes ha


realizado las prcticas obligatorias en el Instituto de Investigaciones y
Experiencias Cinematogrficas (para entendernos lo que entonces era la
Facultad de cine) donde ha estudiado junto a Francisco Prosper, Manuel
Summers, Miguel Picazo y Jos Luis Borau. Tambin ha hecho dos
documentales que l mismo produce junto con alguno de sus compaeros
de promocin.

La pelcula fin de carrera del Instituto de Cine deja ya entrever lo que


interesa a aquel joven nacido en un pueblo de Salamanca (Lumbrales) en
1930. Se titula Tarde de domingo y habla de la frustracin de una mujer que
se queda sola en su casa una tarde de domingo. Sola o encerrada (un
smbolo acaso de la propia Espaa?) mientras sus padres han salido a
pasear. Poco, o nada, tiene que ver ese corto de 29 minutos (donde por
cierto intervino como script Vctor Erice), con el cine que entonces se haca
en nuestro pas, incluso en la escuela. Por encima de su trasfondo socio-
poltico hay un premeditado intento de experimentacin. Se puede buscar
en ese sentido opresor, en la transmisin de un aburrimiento que sale de la
propia pantalla, ecos del cine de Antonioni. Filme brillante, desencantado,
triste y hermoso. Un dilema entre el fuera (la calle, las llamadas insistentes
de alguien al telfono) y el dentro (la casa). Slo la ventana, a la cual se
puede asomar la protagonista, para simplemente mirar, insina la existencia
y la dificultad de unir ambos mundos. Sin duda, y de forma concreta,
estamos ante un ejemplo de cine poltico porque detrs de ese aislamiento,
de la renuncia de una juventud, se desprende la propia opresin interna de
un rgimen represor.

Antes de rodar Tarde de domingo en 1960 (un dato curioso es que Carlos
Saura da el mismo titulo a su prctica fin de carrera), Basilio ha realizado al
menos otras dos prcticas en la escuela (El descanso y El parque), as como
un cortometraje titulado El noveno (en la produccin aparecen, entre otros,
los nombres de Mario Camus y Jos Luis Borau), de estructura bastante
clsica, sobre las fiestas de un pueblo salmantino, Sanfelices de los
Gallegos.
Al terminar su carrera, y presentar como prctica de fin de la misma Tarde
de domingo, realiza un nuevo cortometraje titulado Torerillos 61. Aqu
aparece ya claramente delimitada la personalidad del realizador: su filme
posee las caractersticas propias de su obra posterior. Me refiero, claro est,
al excepcional dominio del montaje, la utilizacin de diversos enfoques
narrativos, el uso de los medios de comunicacin como soporte-avance de
la historia e incluso, y eso es lo ms importante, la utilizacin de un tono
documental como camino para desarrollar la narracin. No es, ni mucho
menos, un documental al uso, ms bien se trata de mostrar y demostrar la
inexistencia del verdadero documental. Para Patino todo (ficcin o no
ficcin) se transforma en un documento. El documental no existe en cuanto
es imposible que el cine en general, y el arte en particular, se identifiquen
con una realidad. Eso no es ms que una falacia de la que se sirve cualquier
realizador para transmitir una serie de ideas sobre situaciones o hechos.

Torerillos 61 no hace ms que reflexionar sobre el tema que le interesa, con


la obsesiva presencia (como en todo su cine) de la voz en of a cargo de
Fernando Rey. Un mundo, el de unos torerillos decididos a triunfar, pero que
gran parte terminarn por fracasar, que no es muy distante del que luego se
presentar en ttulos como Queridsimos verdugos, Canciones para despus
de una guerra o Andaluca, un siglo de fascinaciny por supuesto, en sus
filmes de ficcin. Entre estos y aquellos no existe ninguna diferencia, como
demostrarn la excepcional La seduccin del caos, por no decir la
misma Madrid o Nueve cartas a Berta. Patino documenta el momento
presente a travs de sus falacias y juegos. Se trata de reflexiones en voz
alta sobre lo que ocurre. Su pensamiento focaliza la presencia de una
trgica realidad: la dura lucha por la existencia. Pero a costa de qu? Y por
qu? En la produccin de estos torerillos tambin se encuentran, entre
otros, Camus y Borau. Realmente este cortometraje se rod al mismo
tiempo que El noveno aunque tard dos aos en llevarse a cabo la
postproduccin. Y con esta pequea y magnifica obra comienza Basilio a
cosechar premios. As recibe el primero en el festival de cine documental de
Bilbao. Estuvo presente tambin el corto en los certmenes de Londres y
Oberhausen.

Desde el ao 1960 ha comenzado a realizar anuncios publicitarios, labor en


la que al menos continuar hasta los aos ochenta, para No-Do y su serie
imgenes en 1962 haba dirigido Versos a la Navidad, pero la expansin
del joven y vlido cine espaol en los aos 60 (y al unsono con otros
movimientos que aparecen en otras partes gracias al impulso de la nouvelle
vague) lleva a Patino a la realizacin de Nueve cartas a Berta en 1965.

Su primer largometraje despus de terminado tarda meses en estrenarse,


pero, entre otras cosas, la Concha de Plata que recibe en el festival de cine
de San Sebastin posibilita su estreno, que se produce primero de forma
tmida/limitada, y, despus, ante una aceptacin bastante superior a la
esperada (es, junto conCanciones despus de una guerra, la pelcula ms
vista de su director) logrando una exhibicin bastante normalizada, superior
a la de muchos filmes espaoles de aquel periodo. Ocurre, como siempre
pasar en el cine del buen director salmantino, que gusta mucho o se
aborrece. Patino no trata, incluso desde sus comienzo, de realizar un cine
acadmico, sujeto, por tanto, a unas determinadas reglas. Por el contrario
realiza pelculas rompedoras, innovadoras que buscan nuevas formas de
expresin artsticas.

Rodada en Salamanca fundamentalmente (y con algunas secuencias en


Madrid y en dos pueblos salmantinos, Arapiles y Valero de la Sierra) nos
cuenta la historia de un estudiante, Lorenzo, que vuelve a su ciudad
(Salamanca) despus de haber saboreado la libertad de fuera, al haber
pasado el verano en un campo de trabajo en el extranjero. All ha conocido a
Berta una chica hija de exilados espaoles. La amistad con ella tambin le
ha abierto a otros mundos.

Si alguien, que no ha visto la pelcula, piensa que estamos ante la historia


simple y llana de un estudiante, le dir que se equivoca totalmente.
No, Nueve cartas a Berta es un impresionante crnica de la Espaa de la
dictadura, de sus sometimientos y sus claudicaciones. Con Salamanca,
ciudad provinciana, dormida o soando con sus piedras doradas, como
fondo. Est rodada, como se haca en aquel tiempo, en blanco y negro, pero
la ausencia de color es esencial como reflejo de la poca. Las nueve cartas
que Lorenzo escribe a Berta son el eje narrativo y que sirven como mtodo
para reflejar algo evitando recurrir parcial o totalmente al flash-back, en
este caso le permite mostrar lo que no se ve (lo que ha ocurrido antes de lo
que estamos contemplando). Algo que ha despistado a algunos crticos al
ver su, ms compleja aunque no mejor, Octavia: dar la informacin
completa de los aos vividos por el protagonista a partir del presente.

Lorenzo realiza un viaje a ningn sitio. Busca ese lugar en el mundo que le
salve de la opresin, el aburrimiento, la frustracin. No lo encuentra. El
mundo, su mundo, est muerto, parado o, como mnimo, ralentizado.
Excelente la escena del casino, ese instante en que algunos personajes
aparecen estticos, como si fueran estatuas, una secuencia quiz inspirada
en El ao pasado en Marienbad. Como tambin son altamente
representativos de ellos las tomas a cmara lenta como sa que cierra
una de las cartas en la que se muestra a un personaje andando por la Plaza
mientras lee el ABC.
La pelcula presenta la lucha de un joven por evitar el inmovilismo al que
tratan de condenarle los otros. Es el intento de encerrar a alguien que desea
vivir: finalmente queda encerrado en su casa, obligado a renunciar a su
libertad, a su vida. El ambiente, los que le rodean, le han demostrado que
es preferible, que se vive mejor si uno acepta la vida tal como viene. No hay
que rebelarse. se, aqul, es el mejor de los mundos. Al menos se
emparenta con los dems. No est slo. Triste conclusin de un joven
dispuesto a encerrarse para siempre, a no ser capaz de irse lejos, de buscar
otros mundos menos opresivos.

Nuestro protagonista realiza tres viajes en el filme. El primero, que no


vemos, nos habla de una anterior estancia en el extranjero. El segundo lo
realiza a Madrid, donde Lorenzo contacta con dos tipos de jvenes: unos
religiosos, probablemente en la lnea del Opus, que asisten a una especie de
cursillo de cristiandad impartido por un cura simptico, de apariencia
abierta, pero pescador sibilino en aguas estancadas; otros en apariencia
inquietos, progresistas, pero que realmente reducen su rebelda a intiles
charlas de caf.

No entiendo como viaje el que realizan a un pueblo para divertir a los


habitantes del lugar: una especie de misin ldica de los estudiantes en
un estereotipo muy asumido en aquellos aos, por tanto, el tercer viaje es
para curar su desasosiego. Va a ver a su to, el cura que vive
tranquilamente en un pueblo de la sierra salmantina. Los paseos por el
campo y la conversacin con aquel cura clsico, simplista en oposicin al
cura cazador de talentos que conoci con anterioridad, le llevan a admitir
lo inadmisible: dejarse ganar por la tranquilidad, asumir el mundo como el
mejor en el que se puede vivir. Todo para nada. Ni importa la ausencia de
libertad, ni la realidad social que se vive. Slo hay que aceptar la
existencia, no meterse en jaleos, casarse con la novia de siempre, y olvidar
a Berta y todo lo que ella significa. Cambiar la inquietud por la quietud.
Vegetar en vez de vivir. Decir s a todo.

No es extrao que la ltima carta de forma irnica se titule Un mundo feliz


(cada carta va precedida de un dibujo antiguo, realizado por Jos Luis
Alcan, y en el inferior izquierdo de la imagen aparece el nmero y ttulo de
la carta). El final es el momento de hacer las paces con sus padres, su
novia. Todos sonren: el nio est curado. Un autobs le trae del pueblo y
le va a buscar su padre, un escritor frustrado por la guerra civil, alfrez
provisional y que asiste habitualmente a los actos que organiza el rgimen.
Le sonre en el encuentro, hablan, reconoce que su chico est cambiado.
Es una de las ms brillantes escenas de una excelente pelcula: ambos,
padre e hijo, caminan hacia la casa mientras la cmara en contrapicado
muestra los edificios (Iglesias, conventos) tan grandiosos como viejos de
los lugares por donde pasan. Se oye la conversacin de ambos mientras los
edificios parecen aplastarlos. Y es que la ciudad est aplastando a
Lorenzo: all, adems, el tiempo sigue parado. Qu mejor forma de
contarlo? Llega a casa. Todo son agasajos, abrazos. All quieta, casi
fosilizada, sigue su abuela: la representacin de lo caduco, pero siempre
presente.

Despus, finalmente, le veremos con su novia (como al principio, pero en


una actitud totalmente distinta) sentados al lado del ro. Ella tambin le
sonre. Puede estar tranquila. Berta y la inquietud que representa han
quedado atrs, muy atrs. Lorenzo, dcil, terminar su carrera, se casar
con ella (que adems es mona y con dinero), tendrn hijos Qu ms se
puede esperar de un mundo tan inmensamente bello? Qu ms da que
otros lo pasen mal? Es, acaso, su problema? El ro, siempre presente en
esta triloga como significando la vida que pasa, que continua
constantemente, les mira o en l se miran. Ms all se insina una falsa
primavera. El plano final niega el happy end y el beso hollywoodense,
mostrando un paisaje vaco de personas. Al fondo, uno de los puentes de la
ciudad. Por encima de ellos Salamanca. El porvenir de Lorenzo, como el de
su estudioso amigo, es claro: terminar la carrera y preparar unas
oposiciones que le sirvan para que siempre pueda saborear lo bueno de
una vida integrada en el sistema.

Las cartas de Lorenzo no suponen en realidad un dilogo con Berta. Son


reflexiones, pensamientos personales, preguntas sin respuesta, que se
plasman en unas cartas para un determinado destinatario pero que en
realidad se las hace a s mismo. Llamadas de socorro para encontrar su
identidad o entender el mundo en que a nuestro personaje le ha tocado
vivir. Un mundo hosco, lleno de miseria intelectual, encerrado en s mismo,
dormido en un sueo de eternidad. Parece un tiempo parado cuya vejez es
explicada por la presencia de los propios monumentos. Bellos, eso s, y
maravillosos, pero en los que no se puede encontrar ninguna respuesta.

La entrada en la Plaza Mayor de unos acompaantes del viejo profesor, que


ha vuelto de lejos para explicar su leccin, es uno de esos momentos
mgicos del cine Patino. Hay una ruptura y al mismo tiempo una emocin.
Con ello, igualmente, se explica la desorientacin de unos seres, el no saber
muy bien lo que definitivamente se desea. Ah, en ese instante, la cmara
descubre la bella plaza salmantina y existe un recrearse en su visin al
tiempo que el viejo profesor habla de la belleza y de la tranquilidad del lugar
y de la ciudad (tienen que darse cuenta de lo que es vivir en esta ciudad
Me dan ustedes envidia. Si supieran cunto se echa de menos), del tiempo
que no pasa al quedar suspendido en un pasado que sigue vigente.
Detrs de cada plano, de cada imagen de Nueve cartas a Berta est una
ciudad, el efecto que produce sobre los personajes. Una ciudad, que es
una determinada, pero que puede ser cualquiera. Reflejo de una Espaa en
un momento determinado: los aos 60. Sus calles, el deambular de los
personajes, las clases en la Universidad, las reuniones con los curas, las
gentes de los pueblos, la familia Espejos que reproducen la realidad del
momento. Intemporalidad en cuanto los problemas planteados son de
cualquier momento pero al mismo tiempo documento de un determinado
instante de la Historia de un pas (ste nuestro) pugnando entre el
conformismo y la necesidad de oxigenarse gracias a un movimiento
necesario. Se trata de pensar ms que decir, mostrar la importancia de una
revolucin o de un cambio. Finalmente todo ser intil y las cosas seguirn
constantemente en el mismo punto. Pesimismo trgico vivencial. No hay
salida ante el conformismo, ante la afirmacin constante de una muerte en
vida. Claudicacin ante la lucha. Lorenzo al final ser consciente de su
derrota. El ambiente le ha vencido. Siempre quedar unido al pasado, a una
existencia vulgar, repetitiva, como formando parte de la misma fosilizada
ciudad anclada en el tiempo.

Gran pelcula, cada vez ms viva, que abre la lista de los excelentes
largometrajes imperecederos de Patino. No se puede entender el cine
espaol sin su obra. Una de las ms ricas, sugerentes y tambin
desconocidas que ha puesto en pie nuestra cinematogrfica. Un filme que
inicia una triloga sobre la historia de unos seres que se preguntan sobre
ellos mismos, sobre su existencia en el mundo provinciano que desea
atraparles. Qu ser en el maana de Lorenzo? Nadie podr dudar que
ser un personaje gris en una ciudad hermosa. Su futuro ser una repeticin
del de sus familiares. Existe acaso alguna salida?

2-APUNTES BLOG 2
En 1965, Basilio Martn Patino dirigi esta obra maestra del cine espaol.
Decubr esta pelcula leyendo el libro de Jos Mara Caparrs Historia del
cine europeo. Despus de verla qued consternado por su calidad. Cuenta la
historia de un estudiante de Derecho -un jovencsimo Emilio Gutirrez
Caba-, que acaba de volver a su ciudad -esplendorosa Salamanca en todos
los planos- tras una temporada en el Reino Unido donde ha conocido a la
hija de un exiliado intelectual y de la cual se ha enamorado. Lorenzo lee en
off las nueve cartas que le manda a su amada mientras se deja llevar por la
inercia de su afianzada existencia -sus amigos, sus estudios, su novia...-.
Cada carta lleva un ttulo (La noche, Tiempo de silencio...), y estn
presentadas por un dibujo de corte medieval. La peli muestra el desencanto,
la angustia vital -tal como dice el to de Lorenzo, el fabuloso boticario de la
plaza mayor-, la inseguridad sobre el destino, y finalmente, la claudicacin
ante la imposibilidad de llevar a cabo los propios sueos.
Tcnicamente estamos ante una pelcula en blanco y negro con excepcional
fotografa de Luis Enrique Torn y con algunos recursos tcnicos que
recuerdan a a la nouvelle vague francesa, y ms concretamente a Godard y
su Al final de la escapada, tales como imagen congelada al final de una
secuencia y en otro orden la utilizacin de fotografas como planos
intercalados -si bien estas fotografas supuestamente las toma el
protagonista para enviarlas a Berta-. Resaltar la extraordinaria belleza de
Elsa Baeza -en el papel de la novia oficial de Lorenzo-, cuyo equivalente en
la nouvelle vague podra ser la musa de Godard, Anna Karina, pues ambas
poseen la misma belleza glida e inalcanzable. Ahora estoy leyendo un
ensayo de Cerralto sobre el cine de Vctor Erice y tengo que decir que he
constatado algunas similitudes entre las dos pelculas. Sin embargo Cerralto
no menciona en su anlisis de la peli de Erice, de 1973, estas Nueve cartas
a Berta como una posible inspiracin.
En primer lugar la fotografa, que recuerda a algunos cuadros de Vermeer e
incluso de Zurbarn, dos claras y reconocidas influencias de Erice; luego el
uso tcnico de la imagen congelada - en algn plano de El espritu, como
cuando Isabel salta sobre las llamas en la noche de San Juan, y tambin en
su primeriza obra, el tercer captulo de la obra colectiva Los desafos-, y del
intercalado de las fotografas -tambin en Los desafos, y no de un modo tan
claro en El espritu, donde simplemente Ana ojea el albm de fotos de sus
padres-. Tambin veo en el dicurso narrativo semejanzas como la voz en off
que lee las cartas -Lorenzo en Nueve cartas y Teresa a su antiguo amor, Job
parece leerse en el sobre que arde con destino a Nice, en El espritu-. Estas
cartas tambin sirven para ilustrar el desconsuelo y la desesperanza de
ambos -que ven casi imposible la reunin con el ser amado, expulsados
ambos por el franquismo, lejos de sus vidas-, y finalmente, el cese de las
mismas para concretar la resignacin y el abandono de esa persecucin de
lo deseado -Lorenzo deja de escribir y se arroja a los brazos de su novia y
Teresa tira al fuego la ltima carta escrita-.
Dos acontecimientos desembocan en esta decisin, en el caso de Lorenzo
un viaje a casa de unos familiares a un pueblo y en el caso de Teresa, la
prdida de su hija Ana que se extrava en el campo. Al final voy a hablar
ms de El espritu que de las Cartas, pero es que ambas obras relatan ms o
menos lo mismo -al menos en una parte importante de El espritu, al
margen de la experiencia personal de Ana -Torrent-, la gran protagonista de
la pelcula de Erice, es decir, la destruccin de las vidas a causa del
franquismo, el exilio de los no simpatizantes con el Rgimen, el drama
existencial de quien no encuentra su camino, adems de las herramientas
usadas en las dos pelis, ms simbolista y potico en el caso de Erice, ms
propio de la nouvelle vague y con mayor discurso verbal en el caso de
Patino.
En Nueve cartas existen multitud de detalles escnicos, tales como el cartel
de la pelcula documental de Buuel Tierra sin pan, o el del partido de ftbol
entre la U.D. Salamanca y el Real Madrid. Otro punto confluyente es la
llegada del cine a los pueblos. En El espritu es el motor de la pelcula as
como la clave del despertar de Ana, y en Nueve cartas la colaboracin de
Lorenzo con sus amigos para llevar el cine al pueblo de su prima, quien
convocar tambin a escondidas a su novia para intentar que Lorenzo no
siga pensando en su amor lejano. Este motivo lo retomar cuarenta aos
despus Zhang Yimou en su maravilloso corto para la peli colectiva A cada
uno su cine, y tambin Tornatore en los noventa para su El hombre de las
estrellas. Buscando ms analogas encontramos esos dibujos casi infantiles
de guerreros medievales, torreones, castillos, que quizs representen a la
ciudad salmantina y que encabezan cada carta a Berta, y en El espritu los
dibujos hechos por las nias protagonistas que abarcan todos los objetos
cinematogrficos empleados en el desarrollo de la trama (el reloj, la peli de
Frankenstein, el tren,...).
Por todo ello me sorprende que Cerralto no nombre a Nueve cartas a Berta
como una fuente de inspiracin clara para Erice, al menos en esta El espritu
de la colmena. La msica es otro elemento en comn de ambos filmes ya
que cuentan como autores a dos grandes compositores del panorama
contemporneo espaol. Carmelo Bernaola firma la enigmtica y cerebral
partitura para clave en Nueve cartas a Berta -y que recuerda al Falla del
concierto para clave-, mientras que es el vasco Luis de Pablo el compositor
de esa msica para flauta y guitarra tan misteriosa y hermosa en El espritu
de la colmena -con las mgicas variaciones de la cancin popular Vamos a
contar mentiras-.
Por ltimo comentar la forma de crnica que adopta en determinados
momentos la peli de Patino con planos de los carteles de los distintos
comercios, con nombres tan sofisticados como Pars y otras ciudades
europeas. Me llam mucho la atencin cuando Lorenzo va a Madrid y visita
en la calle Alfonso XII el portal donde anteriormente vivan los padres de
Berta, pues hace unas semanas yo pasaba precisamente por aquel lugar y
no pude evitar sacar unas fotos de algunas fachadas antiguas.
Tambin las dos pelis tuvieron que salvar a la censura. Comenta Patino en el
libro de Caparrs cmo al escribir el guin desconoca exactametne si
algunos pasajes pasaran o no el corte de la censura. Estas circunstancia
resaltan el valor de la pelcula, su atrevimiento tanto esttico como
narrativo queda doblemente realzado por los condicionantes del creador en
pleno Rgimen autoritario. Desde aqu no me queda ms que reivindicar
esta gran pelcula, Concha de Plata en San Sebastin en 1966, y animar a
todo amante del buen cine a disfrutarla. Yo lo hice y adems, me enamor
irreversiblemente de Elsa Baeza.

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