Comentarios de Lengua Espanola PDF

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 273

COMENTARIOS

DE LENGUA
ESPAOLA
F. MARCOS MARN
Caiedrtcu de la Universidad Autnoma de Madrid

COMENTARIOS
DE LENGUA
ESPAOLA

-/Jfilhambra
Primera edicin, 1983
Segunda edicin corregida, 1984
Reimpresiones, 1987, 1988

EDITORIAL ALHAMBRA, S.A., para la presente edicin


R.E. 182

Espaa:
28001 Madrid. Claudio Coello, 76

Mxico:
03100 Mxico, D. F.
Editorial Alhambra Mexicana, S. A. de C. V.
Amores, 2027. Colonia del Valle
Delegaciones en Espaa:
08008 Barcelona. Enrique Granados, 46
48014 Bilbao. Irua, 12
15005 La Corua. Pasadizo de Pernas, 13
18009 Granada. Pza. de las Descalzas, 2
28002 Madrid. Saturnino Calleja, 1
35003 Las Palmas. Toms Morales, 48
38004 Santa Cruz de Tenerife. General Porlier, 14
41012 Sevilla. Reina Mercedes, 35
46003 Valencia. Cabillers, 5
47013 Valladolid. Julio Ruiz de Alda, 10
50005 Zaragoza. Concepcin Arenal, 25
Representantes:
33006 Oviedo. Lord Book, Librera - Distribuidora
Baldomero Fernndez, 7
07010 Palma de Mallorca. D. Francisco Molina
Francisco Suau, 14

Distribuidor exclusivo en Argentina:


Distribuidora Yenny
Avda. Rivadavia, 3860
1.204 Buenos Aires

nc 13030120

ISBN 84-205-0959-0

Depsito legal: M. 27454-1988

Es propiedad del autor.


Reservados todos los derechos. Ni la totalidad ni
parte de esta publicacin pueden reproducirse,
registrarse o transmitirse, por un sistema de recuperacin
de informacin, en ninguna forma ni por ningn medio,
sea electrnico, mecnico, fotoqufmico, magntico
o electroptico, por fotocopia, grabacin o cualquier otro,
sin permiso previo por escrito del editor.
El prstamo, alquiler o cualquier otra forma de cesin
de uso de este ejemplar requerir tambin la autorizacin
del editor o de sus representantes.

Cubierta: Antonio Tallo


Composicin: Tordesillas, O. G., S.A.
Papel: Kanguros
Encuademacin: Gmez Pinto, S.A.

Impreso en Espaa - Printed in Spain


Selecciones Grficas Ctra. de Irn, km. 11.500 - Madrid (1988)
NDICE GENERAL

Captulos Pginas

Prlogo 1

1 Consideraciones generales y conceptuales 9


2 Textos cientficos 22
2.2. Texto 1, 24. Opcin A, 25. Caractersticas principales, 25. Las siglas
y acrnimos, 26. Anlisis sintctico, 28. Valor de la alternancia de los
tiempos, 31. Opcin B, 34. Colocacin y significacin de los adjetivos
del texto, 34. Anlisis sintctico, 37. Los helenismos y su importancia
en el vocabulario cientfico, 38. Valor del verbo copulativo en el texto,
40. 2.7. Texto 2, 41. Opcin A, 42. Caractersticas principales de los
textos cientficos, tal como aparecen en ste, 42. Pocos kilowatt, veinte
kilowatt. Comentario normativo, 43. Anlisis sintctico, 44. Tiempo y
modo verbal en el texto, 45. Opcin B, 46. Verbos regulares y verbos
irregulares en el texto, 46. Presencia y ausencia del artculo en el texto,
49. Las palabras de origen ingls (anglicismos) y su importancia en los
textos cientficos, 51. Anlisis sintctico, 53. 2.10. Texto 3, 54. Opcin A,
55. Anlisis sintctico, 55. Sustantivos abstractos en el texto, 56. Va
lores de un, una, 57. Los tiempos verbales en el texto, 59. Valores
de que en el texto, 59. La adjetivacin en el texto, 60. Modalidad enun
ciativa y modalidad interrogativa, 60. Funciones del lenguaje, 61. 2.11.
Texto 4, 64. Opcin, A, 65. Anlisis sintctico, 65. Observaciones nor
mativas, 66. Los helenismos, 67. Los adverbios, 67. Opcin B, 69. An
lisis sintctico, 69. La adjetivacin, 69. Formacin de palabras, 70.
Caracterizacin, 71. 2.12. Texto 5, 71. Opcin A, 72. Anlisis sintctico.
72. Funcin de los relativos en el texto, 73. Lenguaje cientfico y
tiempo verbal, 74. Sustantivos abstractos, 74. Opcin B, 74. Anlisis
sintctico, 74. Los adjetivos del texto, 75. Lenguaje apropiado y len
guaje figurado, 76. Caracterizacin, 76.

3 Textos informativos simples 78


3.1. Texto 6, 79. Opcin A, 80. Caracterizacin, 80. Adjetivacin. 80.
Lxico econmico directo y figurado, 81. La objetividad del infor
mador, 82. Opcin B, 83. Informacin y opinin, 83. Formas verbales
y perfrasis, 83. Anlisis sintctico, 83. Los usos de aunque, 86. 3.2. Tex
to 7, 87. Opcin A, 88. Lxico culto y lxico popular, 88. Anlisis sin
tctico, 88. Pronombres personales, 89. Narracin y comentario, tiem
pos verbales, 90. Opcin B, 90. Comentario normativo, 90. Anlisis
sintctico, 91. Retrica, 92. Informacin, comentario y literatura, 93.
4 Textos informativos con elementos icnicos 94
4.1. Texto 8, 95. Un texto sin representacin grfica extralingstica,
95. Opcin A. 96. Connotacin y denotacin, 96. Funciones de los ad
jetivos, 98. Verbos regulares e irregulares, 98. Anlisis sintctico ora
cional, 99. Opcin B, 100. Aspectos icnicos, 100. Estilo directo y estilo
indirecto, 101. Funciones de los adjetivos, 101. Anlisis sintctico, 102.
4.2. Texto 9, 103. Un texto con representacin grfica extralings
tica, 103. Opcin A, 104. Disposicin ideolgica e iconogrfica 104
Funciones del lenguaje, 105. Connotacin y denotacin, 106. Anlisis
sintctico, 107. Opcin B, 107. Icono y smbolo, 107. Texto publici
tario y noticia, 108. Publicidad y frases hechas, 108. Anlisis sintc
tico, 109. 4.3. Texto 10, 110. Un texto de sntesis, 110. Opcin A 111
VI NDICE GENERAL

Captulos Pginas

Disposicin ideolgica y noticia, 111. Connotacin y denotacin, 112.


La norma, 112. Los adjetivos, 113. Opcin B, 114. Disposicin ideol
gica y grfica, 114. Elementos conativos, 115. Anlisis sintctico, 116.
Los adjetivos, 117.

5 Un texto jurdico y administrativo 119


5.2. Texto 11, 120. Opcin A, 120. Caracterizacin, 120. Aspectos icni
cos, 121. Anlisis sintctico, 122. Funciones del lenguaje, 123. Opcin B,
123. Formas verbales, 123. Sustantivos abstractos, 124. Adjetivos, 124.
Consideracin normativa, 125.

6 Textos expositivos: entre la informacin, la narracin y el comen


tario 126
6.1. Texto 12, 126. Opcin A, 127. Oraciones de relativo, 127. Personales
tonos de tercera persona, 128. Construccin. adjetiva y valor lite
rario, 129. Verbos regulares e irregulares, 130. Opcin B, 130. Anlisis
sintctico, 130. La abstraccin, 131. Funcin de los adjetivos, 131. De
mostrativos e indefinidos. 132. 6.2. Texto 13, 132. Opcin A. 133. Pro
verbios y refranes, 133. Anlisis sintctico, 134. Objetividad y subje
tividad: el modo, 135. Semntica y colocacin de los adjetivos, 135. .
Opcin B, 136. Anlisis sintctico, 136. Morfemas verbales, 136. Los per
sonales, 137. Clasificacin del texto, 137. 63. Texto 14. 138. Opcin A. 139.
El texto informativo, 139. La sufijacin, 139. Anlisis sintctico, 140. El
artculo el, 140. Opcin B, 141. Anlisis sintctico, 141. Los adjetivos,
141. Funcin de los adjetivos, 142. Modalidad, objetividad y tiempo,
142. 6.4. Texto 15, 143. Opcin A, 144. Los relativos. 144. La narra
cin. 144. La aposicin, J45. Los nombres propios, 145. Opcin B. 146.
Anlisis sintctico, 146. Tiempos verbales, 147. Los artculos. 148. Fun
ciones del lenguaje, 148.

7 Textos literarios en prosa 150


7.1. Texto 16, 151. Opcin A, 151. Anlisis sintctico. 151. Colocacin
y semntica de los adjetivos, 152. Modos verbales, 153. Los relativos.
153. Opcin B, 154. Anlisis sintctico, 154. Morfologa verbal, 155.
Los personales: funcin y adecuacin a la norma, 155. Funcin de
los adjetivos, 156. 12. Texto 17. 156. Opcin A, 157. El dilogo narra
tivo, 157. Funciones del lenguaje, 158. Anlisis sintctico, 159. Morfo
loga verbal, 160. Opcin B, 160. Clasificacin de las oraciones. 160.
Pronombres de primera persona: funcin, 160. Elementos literarios.
161. Las preposiciones, 162. 73. Texto 18, 162. Opcin A. 163. Anlisis
sintctico, 163. Eufemismos y vulgarismos, 164. Los adverbios. 165.
El subjuntivo, 165. Opcin B, 166. Funciones del lenguaje, 166. El
gerundio, 166. El dilogo narrativo, 167. Pronombres de primera per
sona, 168. 7.4. Texto 19, 168. Opcin A, 169. Nivel lxico: eufemismos
y vulgarismos, 169. Los tiempos verbales, 169. Los personales, 171.
Opcin B, 171. Rasgos del habla'coloquial, 171. Coordinacin y yux
taposicin, 172. Pronombres de tercera persona, 173. 15. Texto 20. 173.
Opcin A, 174. Rasgos lingsticos de la parte narrativa, 174. Se
mntica y colocacin del adjetivo, 175. Pronombres interrogativos. 175.
Morfologa de los verbos regulares, 176. Opcin B, 176. Funciones
conativa y expresiva, 176. Formacin de palabras, 177. Anlisis sin
tctico, 177. Semntica de los sustantivos, 178. 7.6. Texto 21, 178. Op
cin A, 179. Anlisis sintctico, 179. Entonacin y puntuacin, 180.
Valor cnico de la V y la M, 181. Sufijos, 181. Opcin B, 182. Pre
sencia y ausencia del artculo, 182. El tiempo verbal, 183. Anlisis
sintctico, 184. La personificacin, 185.

8 Textos literarios en verso 186


8.1. Texto 22, 187. Opcin A, 188. Elementos fnicos. 188. Anlisis sin
tctico, 190. Adjetivos predicativos,-191. El verbo, 191. Opcin B, 192.
Acentos, 192. Anlisis sintctico, 193. Colocacin y significado de los
adjetivos, 194. Funciones del lenguaje 194. 82. Texto 23, 195. Op
cin A, 196. El nivel fnico, 196. La modalidad negativa, 197. Funciones
del lenguaje, 197. Anlisis sintctico, 198. Opcin B, 198. Nivel lxico-
semntico. 198. Anlisis sintctico, 199. Adjetivos predicativos, 199.
Verbos irregulares, 200. 83. Texto 24, 200. Opcin A. 201. Aspectos ico-
NDICE general Vil

Captulos Pginas

nicos, 201. Los adjetivos, 202. Anlisis sintctico, 203. Verbos irregula
res, 203. Opcin B, 203. Anlisis sintctico, 203. Las preposiciones, 204.
Presencia y ausencia del verbo, 204. Funciones del lenguaje, 205. 8.4. Tex
to, 25, 206. Opcin A, 207. No le toques, 207. Anlisis sintctico. 207.
Reiteracin lxica, 208. Presencia y ausencia del artculo, 209. Op
cin B, 209. Funciones del lenguaje, 209. que en el texto, 210. Los ad
jetivos, 210. Presencia y ausencia del verbo, 210.

9 Textos coloquiales y exteriores a la norma, de Espaa y Amrica. 212


9.1. Texto 26, 218. Opcin A, 218. Peculiaridades fonticas y grfi
cas, 218. El lxico, 219. Anlisis sintctico, 220. Verbos irregulares, 220.
Opcin B, 221. El ceceo, 221. Aspectos fontico-iiterarios. 223. Anlisis
sintctico, 223. Los adjetivos, 224. 9.2. Texto 27, 224. Opcin A, 225.
Las siglas, 225. Los diminutivos, 226. El estilo directo, 226. Caracteri
zacin, 226. Opcin B, 227. Funcin conativa, 227. Los adjetivos del
texto. 227. Anlisis sintctico, 228. El lxico, 228. 9.3. Texto 2S. 229.
Opcin A, 230. El seseo y otros rasgos fnicos del espaol en Am
rica, 230. Estilo directo y estilo indirecto, 232. Las perfrasis con ge
rundio, 233. Adverbios y locuciones adverbiales, 23-1. Opcin B. 234.
Las abreviaciones, 234. Anlisis sintctico. 235. Pasiva y pasiva re
fleja, 236. Los adjetivos, 237. 9.4. Texto 29, 237. Opcin A, 238. El voseo.
238. Funciones del lenguaje, 240. Tipo de texto literario. 240. Anlisis
sintctico, 241. Opcin B. 241. El texto v la norma hispnica, 241.
La sufijacin, 242. Los adjetivos, 242. Anlisis sintctico, 243. 9.5. Tex
to 30, 243. Opcin A, 245. Elementos del dilogo y caracterizacin de
ste, 245. La fontica, del texto y la norma hispnica, 246. Los pro
nombres, 247. Anlisis sintctico, 247. Opcin B, 248. El voseo, 248. La
extensin del espaol, 248. Dilogo y vulgarismo, 249. Anlisis sintc
tico, 250. 9.6. Texto 31, 250. Opcin , 251. Elementos del dilogo, 251.
La fontica en relacin con la norma hispnica, 252. Los pronom
bres, 252. Anlisis sintctico, 253. Opcin B, 253. El voseo, 253. Dilogo
y vulgarismo, 254. La extensin del espaol, 254. Tipo de texto lite
rario, los actuantes, 255. 9.7. Texto 32. 256. Opcin A, 256. Tipo de
texto, 256. Los pronombres, 257. Los tiempos verbales, 257. El texto
y la norma hispnica. 258. Opcin B. 259. El voseo. 259. Extensin del
espaol, 259. Anlisis sintctico. 259. Elementos propios del dilogo. 260.
Nota final 261
ndice de autores y materias 263
En memoria de Romn Ja-
kobson, desde el recuerdo de
La Prima Anglica.

E escog Yo a el de todos los


linages de Yrrael por sacerdote
para mi que subiese e se llegase
al mi altar, e me quemase y
encienso, e troxiese ante mi la
vestidura que dezides efoth.
(General Estoa, Re
yes, VIII.)
PRLOGO

0.1.1. Puede decirse que una de las caractersticas ms destacables,


si no la ms, de la escuela lingstica espaola es su preocupacin por
el texto. Ello ha llevado a defender durante muchos aos la necesidad
de la enseanza conjunta de la lengua y la literatura, en las ctedras de
grado medio y en los planes de estudios de las Facultades de Letras y Es
cuelas Normales, a postular como necesario en la formacin del profesor
el conocimiento del comentario filolgico, aunque no tuviera que explicar
gramtica histrica en sus clases de bachillerato, y a exigir a los opositores
de ctedras y agregaciones universitarias al menos un ejercicio prctico
sobre un texto literario, dentro de las materias lingsticas. Al sealar
estos rasgos y hablar de la escuela lingstica espaola debe resultar
evidente que no se trata de la que algunos quieren reducir a la llamada
escuela de Madrid, aunque tampoco quepa duda de que la obra de
Menndez Pidal, de Amrico Castro, de Dmaso Alonso y de Rafael La-
pesa est detrs de las aplicaciones prcticas que sus discpulos conti
nuamos defendiendo: en toda Espaa, desde Hierro a Menorca, se en
cuentran profesionales, procedentes de todas las universidades de la
patria, que hacen suyos postulados tan generales como los enunciados
arriba, aunque sus mtodos y estudios sean diferentes y varios.
0.1.2. Sin embargo, y paradjicamente, aunque esa idea aparezca
en todos los programas oficiales, en todos los planes de estudios, y en
todas las exposiciones pblicas, la realidad nos muestra que nuestros
alumnos sufren mayoritariamente unas enseanzas tericas, desconec
tadas de la realidad del uso del idioma, abstrusas y aburridas: ni tienen
gusto por la lectura, ni saben expresarse con variedad y correccin, ni
distinguen los distintos niveles del lenguaje, emplendolos con propiedad
y adecuacin a las distintas situaciones, ni gustan de la escritura, sea
en diarios, poemarios o meras cartas familiares. Para colmo de desdi
chas, cunde una peregrina mana de ensear lo que tan pomposa como
errneamente se denomina lingstica, que no pasa, por lo general,
de unas pretenciosas vestiduras pseudoestructurales o pseudogenerativas
con las que, en forma de una terminologa tan rebuscada .como intil,
se oculta una csmica vaciedad conceptual: vamos por modas, olvidan
do que la inmensa mayora de los alumnos de primaria y media no sern
nunca estudiosos o investigadores del idioma como tal; pero que todos
somos usuarios del mismo, responsables de un patrimonio cultural que
se extiende por todo el mundo y que ha producido una de las obras ms
importantes desde que el hombre existe: la literatura espaola.
0.1.3. Al no ser psiclogo, no puedo aclarar qu extraos mecanis
mos colectivos, qu ocultos sentimientos de culpa, hacen que los lin
gistas de un pas que nunca se ha distinguido por el elevado nivel de
COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

sus estudios tericos, ni en filosofa, ni en ciencias exactas o fsicas, ni


en lingstica, a la hora de escribir libros para muchachos en edad esco
lar se dediquen a rizar el rizo de la abstraccin, a presentar y discutir
definiciones de conceptos sobre los que los investigadores no se ponen
de acuerdo, abandonando la lengua que est ah, la del medio de comu
nicacin que nos informa a diario, la del lenguaje administrativo impres
cindible a lo largo de una vida en una sociedad moderna, en leyes, ins
tancias, informes, y dems muestras lingsticas del ajetreo burocrtico,
de la ciencia y la tcnica que sern el medio de trabajo de la mayora
de esos alumnos, de la publicidad y propaganda que nos acosan, de la
poesa que nos levantar el nimo y nos har tolerable, o ms soportable,
o ms bella, la existencia, o de las lucubraciones y abstracciones con
las que los cientficos de todas clases se adentran en el descubrimiento
y explicacin del misterio.
0.1.4. Como uno, indudablemente, no es un legislador omnisciente,
no va a pretender desde aqu remediar la complicada barahnda, inevi
tablemente entretejida con los intereses econmicos de autores y edito
res, sino que habr de limitarse a un blanco bien preciso y, al mismo
tiempo, muy relevante para la suerte de miles de muchachos.

0.1.5. El Curso de Orientacin Universitaria, evolucin del Curso


Preuniversitario, sntesis, a su vez, del examen final de Bachillerato, el
examen de Estado, el ingreso en las Facultades y Escuelas de Grado
Medio y los selectivos de Ciencias, se plantea como un curso intermedio
entre la Secundaria o Bachillerato y la Universidad. Con ello se acaba
de hundir el sistema tradicional espaol, que daba un ttulo universi
tario, el de Bachiller, como final de un primer ciclo que muchos cursaban
en los Colegios o Escuelas Menores, muy extendidos por el pas, antece
dente de los Institutos. Hace pocos aos todava, era el Rector de la
Universidad quien firmaba los ttulos de Bachiller Superior, como re
cuerdo de su rancio carcter universitario, que explica tambin por qu
se llaman catedrticos los de Instituto. Con la Ley general de Educa
cin, este sistema fue sustituido por un calco imperfecto del modelo
anglosajn que, en lo referente a nuestro asunto, situaba entre la Uni
versidad y el Instituto o colegio un Curso de Orientacin Universitaria,
una especie de preparatorio o Jnior Year, que haba de culminar con
un examen en la propia Universidad, la llamada selectividad: la orien
tacin se converta, por tanto, en seleccin, y se sumaba un nuevo cal
vario al penoso recorrido escolar de los espaolitos. Con el numerus
clausus implantado de jacto en parte de la Universidad, la psicosis se
lectiva entr en fase aguda, bien que con poca justificacin, pues los
porcentajes de suspenso en la selectividad son tan bajos que se cons
tituyen en el mejor ndice de que el sistema ni sirve como orientacin
ni sirve como seleccin.
0.1.6. La Lengua Espaola, por fin, tiene en este curso un rango de
materia comn y fundamental. La Ley, tericamente perfecta, en este
caso, dispone que se trate de un Seminario, y que se dirija fundamen
talmente al aljjmno como usuario. Sin embargo, la misma ley fija un
programa temtico en el que se incluyen unas nociones tericas que
obligan a deturpar el sistema de seminario establecido, porque los alum
nos slo han estudiado Lengua en primero del nuevo Bachillerato (Uni-
PRLOGO

ficado y Polivalente, BUP) y, tras dos aos sin volverla a estudiar, no


recuerdan nada de lo que saban, que, por regla general, tampoco era
mucho. Los profesores piensan entonces que deben volver a las ense
anzas de una asignatura terica de Lengua, para que los alumnos pue
dan hacer as los comentarios que parecen propios del carcter de semi
nario que tiene la asignatura en COU, y se torna al crculo vicioso:
la mayor parte de los alumnos, que sabe que no volver a estudiar eso
jamas, porque su vocacin los llama por caminos ajenos a la Lingstica,
e incluso a las Letras, se colocan en la paciente actitud de los que su
fren la clase de Lengua, y terminan de perder las escasas motivaciones
hacia la lectura y la escritura que el irracional bachillerato previo sin
decir nada de la escuela, ahora EGB hubiera podido inculcarles,
pese a todo.
0.1.7. Cinco cursos de coordinador de Lengua en la Universidad de
Valladolid y uno de la de Madrid, en la llamada Universidad Autnoma,
as como dos aos previos de examinador, en Zaragoza, y otro de cate
drtico de Instituto, en Madrid, junto a un proyecto de investigacin
pedaggica del Instituto de Ciencias de la Educacin de la Universidad
Autnoma de Madrid, precisamente sobre las dichas pruebas de acce
so, me han obligado a meditar sobre esta situacin, y a colaborar en
la bsqueda de soluciones. A lo largo de estos ltimos ocho aos he
corregido miles de ejercicios y he puesto centenares de pruebas (a una
media de ms de treinta por ao); tambin he redactado un manual
para este Curso y colaborado u organizado reuniones, simposios, cursi
llos o simples sesiones de comentario, para profesores, alumnos, o am
bos conjuntamente. Me parece llegado el momento de que esta expe
riencia pueda beneficiar a las personas de buena voluntad que se acer
quen a estas pginas.
0.1.8. Quisiera que el resultado de lo que anteriormente se ha dicho
fuera un libro de comunicacin con los profesores y, simultneamente,
til para los alumnos. En l he recogido todas las pruebas que vo mismo
prepar y puse para los exmenes de selectividad del curso 1981-82 en
la Universidad Autnoma de Madrid, y en el Tribunal de Extranjeros,
del que fui presidente ese ao, incluyendo las pruebas de reserva, que se
preparan siempre para imprevistos. Esta base constituye una aportacin
de material que, en s misma, no es importante, pues basta un poco
de paciencia para recoger todas las pruebas eme realmente se han pues
to en las dos convocatorias, y sumarle a ello el comentario personal
que cada profesor haga. Si incluyo mi propio comentario tras las prue
bas no es para dar ninguna leccin, ni para decir cmo se hace el co
mentario, ni mucho menos cmo tendran que hacerlo los alumnos, sino
para sealar qu aspectos me han parecido destacables a la hora de
hacer las preguntas, y qu considero est dentro del mnimo e.xigible,
cuando as lo indico. Cualquier profesional sabe bien que no hay rece
tas para el. comentario, y debe quedar bien explcito que, personalmen
te, creo que todos los mtodos son vlidos, siempre que se usen con
coherencia y sentido comn: es decir, sin mezclarlos y comprendiendo
sus lmites y fines. Vcmoslo desde el punto de vista del profesor, desde
el punto de vista del examinador y desde el punto de vista del alumno.
COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

0.1.9.1. El profesor se encuentra, ya lo hemos dicho, con que sus


alumnos no han vuelto a estudiar Lengua desde primero, tres aos atrs.
Puede que, en el mejor de los casos, de la mano de un profesor de Lite
ratura, que, especialmente en segundo, ha tenido que luchar con un pro
grama vastsimo, hayan hecho luego comentarios, predominantemente
literarios; puede tambin ocurrir que no hayan estudiado Literatura en
tercero, donde es optativa, y llevan as un ao completo sin acercarse a
la Lengua ni a la Literatura, es decir, un desastre.
0.1.9.2. Como punto de partida, en este caso, se impone la adver
tencia, bien sabida, por otra parte, de que no es lo mismo lo que el
profesor debe saber que lo que debe ensear, y que es peligroso pre
tender, pongamos por caso, que la predileccin personal por la escuela
de Londres, o Chomsky, o Fillmore, o Tesnire (evito, obviamente, citar
a los espaoles) se convierta'en un curso de Lingstica a la Londres,
Chomsky, etc., sencillamente porque no es el sitio ni el momento ade
cuados. Un tinte, una orientacin, por supuesto; una especializacin, una
insistencia, de ninguna manera. A diferencia de lo que ocurra hace slo
diez aos, existen hoy manuales suficientes para que el profesor site
sus gustos y conocimientos en relacin con la enseanza universitaria
y la aplicacin de los mismos en el mbito de los programas y textos
dirigidos al curso que ensea. En las respuestas a las preguntas con
cretas de los exmenes que constituyen la mayor parte de este libro ha
remos referencias tambin concretas a varios de ellos, en aplicaciones
precisas.
0.1.9.3. Hay una tercera consideracin en este apartado profesoral:
no se prepara a los chicos slo para que adquieran unos conocimientos,
sino tambin para que superen un examen. En consecuencia, es respon
sabilidad del colectivo de profesores asegurarse de una coordinacin
responsable y reiterada con la Universidad, en cada distrito, y partici
par, como examinadores, en la ejecucin de las pruebas, siempre en las
situaciones que la ley permite.

0.1.10.1. En los apartados dedicados al examinador diferenciaremos


dos tgrandes bloques: el coordinador como examinador, por un lado,
y los profesores como examinadores, por otro.
0.1.10.2. A lo largo del ao, el coordinador ha de asegurarse de que
los profesores y alumnos han sido informados suficientemente, a su
juicio, de lo que se espera de ellos: ste parece ser el mnimo exigible,
en su caso, y basta con una reunin para cumplir este requisito. No'
pretendemos exponer en este libro nuestra teora sobre la coordinacin
del COU, de modo que pasamos inmediatamente al problema que aqu
nos afecta de lleno: cmo poner los exmenes y cmo dar normas para
su correccin.
0.1.10.3. Cuando uno mismo corrige los exmenes que ha puesto,
no suele plantearse el problema de la objetividad y subjetividad en la
correccin. Cada cual sabe por qu ha puesto una pregunta determinada,
la relacin que tiene con la explicacin de clase o con las lecturas que
los alumnos deben hacer por su cuenta, y qu tipo de respuestas son
indicativas de algo aprendido. Cuando el examen que uno pone va a ser
corregido por treinta personas diferentes, es primordial buscar un crite
rio objetivo, es decir, objetivar al mximo la prueba. En algunas asig-
PRLOGO

naturas cabe la posibilidad de preparar un cuestionario amplio, e in


cluso imprimir las respuestas acertadas junto a otras errneas, para
que el alumno slo marque la respuesta buena, penalizando incluso la
contestacin errnea, para eliminar el factor de aleatoriedad en la res
puesta. Con la orientacin prctica que estamos dando al Seminario de
Lengua Espaola, es evidente que este mtodo, as, no sirve. Es funda
mental partir de un texto. No-obstante, cuando el alumno realiza un
comentario libre sobre un texto, es imposible garantizar la objetividad
de la correccin. El comentario libre, aclaremos en seguida, es una ex
celente prctica de clase, y hasta un buen mtodo de prueba interna;
pero se convierte en algo muy peligroso cuando lo corrige alguien aje
no, que puede no entender los miles de sobreentendidos que se gestan
cada ao en el interior de un curso medianamente armonizado. Por eso
hemos preferido, de modo todava experimental, dirigir parcialmente
el comentario, con dos series alternativas de preguntas, a partir del
mismo texto. Preparar el examen es as algo bastante ms difcil, mien
tras que corregirlo es ms objetivo.
0.1.10.4. En consecuencia, y a ello se dedica el equipo de investiga
cin del ICE de nuestra Universidad, conviene deslindar cuidadosa
mente lo que constituyen conocimientos tericos mnimos, sujetos a pre
guntas de estimacin objetiva, con carcter de cuestionario, de las apli
caciones prcticas y de los aspectos creativos que un seminario de Len
gua debe despertar.
0.1.10.5. El alumno es, indiscutiblemente, el beneficiario o la vc
tima de un sistema de enseanza, segn sea ste bueno o malo. En
nuestro caso, y de acuerdo con el planteamiento que venimos haciendo,
no cabe duda de que su situacin es, al menos, chocante: hereda los
vicios de un sistema imperfecto y parcial de enseanza de la Lengua,
est estudiando, de modo predominantemente terico, una asignatura
que no forma parte de sus futuros estudios, la est estudiando con un
profesor y un texto de una orientacin determinada a veces sin coor
dinacin real de seminario en el propio centro, se va a examinar de
ella en un lugar desconocido, le va a corregir el ejercicio un profesor
que no tendr con l otra relacin que la de corrector, y de la califica
cin que alcance pueden depender sus esperanzas de futuro en medida
mayor o menor, segn la universidad y la carrera que piense elegir. No
es extrao que el alumno llegue a la prueba en plena agona, y que su
rendimiento sea bajsimo: sin contar las notas de conferencia y de
comentario, el porcentaje de suspensos se multiplicara por dos o por
tres fcilmente.

0.1.10.6. Hay algunos puntos comunes a los tres grupos que acaba
mos de repasar: el descuido en que se tiene la base de los conocimien
tos de Lengua, especialmente la ortografa y la sintaxis elemental, y la
falta de costumbre de redactar y exponer con claridad, sin recurrir a
tics, sobreentendidos y tolerancia de un profesorado abrumado por las
horas excesivas de clase y el nulo incentivo econmico: nuestra socie
dad no estima la cultura, no paga a sus transmisores, no les exige,
porque no puede, a cambio de lo que les da, y, en consecuencia, el nivel
desciende progresivamente, ahora en razn geomtrica de la masifica-
COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

cin. No olvidemos un apartado importantsimo: con los precios actua


les de los libros y la situacin econmica general, es cada vez ms dif
cil que los. profesores y los alumnos dispongan de ms libros que los
de las bibliotecas escolares y pblicas, muchas de ellas mal dotadas, o
abiertas durante muy poco tiempo, o con un horario totalmente incom
patible con el docente (suponiendo tambin que despus de veintiuna
o treinta horas de clase, ms guardias-, ms reuniones, ms ejercicios
y evaluaciones, queden ganas de ir de bibliotecas).
0.1.10.7. No tengo ningn inters en disimular lo que me parece que
es el panorama apocalptico de nuestros estudios universitarios, por ce
irme al tema de este libro. Y no quisiera tampoco que se interpretaran
las referencias a la EGB y la Media como un deseo de echar balones
fuera y eludir la responsabilidad de la Universidad. A sta incumbe, la
preparacin de unos licenciados que salen ahitos de enseanzas tericas,
muchas veces sin haber hecho un solo comentario de texto, y que, por
una reaccin psicolgica bien conocida, arrojan sobre sus aumnos de
Bachillerato ese sobrante de erudicin terica y de mal digerida acumu
lacin de datos, porque carecen del sentido de lo que es mnimo e im
prescindible y lo que es complemento, porque no saben distinguir in
sisto entre lo que deben saber y lo que deben ensear. Sin embargo,
esta situacin no debe llevar al abatimiento, porque es evidente que la
sensibilidad hacia los problemas bsicos, como ortografa y sintaxis ele
mental, ha aumentado, y que se pueden alcanzar, con poco costo, solu
ciones relativamente sencillas.
0.1.11. Con la intencin de participar en la discusin y colaborar en
una didctica de la Lengua mejor pensada, acept, en la primavera de
1982, prestar mi colaboracin especialmente modesta en este caso
al proyecto de investigacin del ICE, advirtiendo con toda claridad que
mi lmite de convencimiento inicial me exiga defender un modelo de
prueba en el que tambin se midiese la capacidad creadora del alumno:
cmo redacta, cmo expone y cmo interpreta, con las tres posibilida
des que todo hablante tiene ante un contenido: asentir, disentir o mati
zar. Por ello prepar los ejercicios del curso 1981-82 dentro de estas ca
ractersticas, para que cada pregunta pudiera evaluarse cuantitativamente
igual que las restantes, de manera que, si una prueba tiene cuatro pre
guntas, cada una vale para el examinador hasta 2.5 puntos, como m
ximo, y si tiene tres, 3,33, tambin como mximo. Tambin me compro
met conmigo mismo a escribir un libro como el que ahora tengo entre
manos, esperando que pudiera ser parte de esa cura de humildad que
tan necesaria es cuando se juzga y califica a personas que, por. su edad
y estudios, han de saber menos que nosotros.
0.1.12.1. Para terminar esta introduccin presentadora, queremos in
dicar, rpida y esquemticamente, los pasos seguidos en los captulos
prximos del libro, como declaracin de intenciones de la que, no lo du
damos, se nos pedirn cuentas.
0.1.12.2. Parece obligado decir, en primer lugar, que los imperativos
de tiempo (tres cuartos de hora) de que dispone el alumno condicionan
prioritariamente el modelo de examen y las posibilidades de respuesta:
es difcil que un alumno escriba ms de un folio por ambas caras, in
cluso hay tribunales y universidades que no les permiten utilizar ms
PRLOGO 7

papel. Ya que nuestros exmenes parten de un texto, ello obliga a que


ese texto no sea demasiado largo, para no perderse en la lectura y la in
terpretacin: es fcil que el alumno tarde hasta un cuarto de hora en
leer el texto y las preguntas y comprender la relacin que las segundas
tienen con el primero; le quedan, por tanto, treinta o treinta y tantos
minutos para escribir sus respuestas. (Es lo primero que deberan tener
en cuenta los correctores.) En consecuencia, es imprescindible prescin
dir de todo lo que, en un comentario lingstico que va dirigido y guiado
por una serie de preguntas, es anecdtico, como el nombre del autor.
Por ello, no identificaremos ninguno de los textos que siguen muchos
de ellos presentes en cualquier antologa, o extrados de publicaciones de
amplia difusin, para evitar que profesores y alumnos centren su aten
cin en cuestiones marginales, como se trata de un texto de Unamuno,
autor de la generacin del 98, que se caracteriza por plantearse la cues
tin de Espaa tras la decadencia del Imperio, y hallar la sangre del
espritu espaol en Castilla y la lengua castellana. Observaciones de
este tipo consumen minutos y no aaden nada al texto. Creo, adems,
no ser persona sospechosa en estas lides, y espero que por ello se me
permita decir que, al analizar un texto, lo importante no es saber de
quin es, sino qu tipo de texto es y, en el plano histrico, a qu poca
corresponde, o por qu estilo o moda de expresin o contenido se carac
teriza. En fragmentos tan breves como han de ser, necesariamente, los
que aqu se utilizan, las dificultades de clasificacin aumentan hasta el
punto de que muchas veces las preguntas son un modo de ayudar a los
alumnos a identificar el texto. Naturalmente, y por parecerme antipe
daggico, jams he puesto preguntas de las llamadas de pega, ni he
tratado de engaar al alumno: estos jueguecitos pueden estar bien en
clase, pero no cuando los alumnos se enfrentan a un solo examen, del
que se hacen depender tantas cosas.
0.1.12.3. Los captulos que siguen al de conceptos generales llevan
una introduccin, en la que se abordan los aspectos comunes de este tipo
de textos, especialmente referidos, a los modelos que vienen despus: se
trata, por ello, de la informacin general de los aspectos bsicos. Como
esta obra no es un manual, ni ha de pretender sustituir a ninguno de
ellos, hemos podido, en cada caso, combinar la exposicin terica que
nos ha parecido conveniente con las remisiones oportunas a una biblio
grafa mnima, que no slo incluye los manuales, porque nova dirigida
slo al alumno, sino tambin obras de consulta ms amplias, si bien en
nmero reducido. La responsabilidad en esa seleccin de referencias es
algo asumido de entrada, no faltara ms.
0.1.12.4. Siguen al captulo introductorio, decimos, ocho ms, dedi
cados a distintos tipos de textos, y una conclusin sinttica. Hemos par
tido de los textos que ofrecen menos dificultades de elaboracin, espe
cialmente semntica y literaria, los cientficos, para pasar a los informa
tivos simples, los informativos con elementos icnicos, el nico caso
este ao de texto jurdico y administrativo, los textos expositivos
que se sitan entre la informacin, la narracin y el comentario, como
puente entre los primeros analizados y los literarios, que vienen a conti
nuacin, subdivididos en textos literarios en prosa y textos literarios en
verso, para concluir con un largo captulo dedicado a los que hemos lla
mado textos coloquiales y exteriores a la norma, en Espaa y en Amrica,
COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

fundamentales porque nos permiten insistir en ese carcter de usuario


que el alumno tiene, y que ha de reflejarse, en estos cursos, en su for
macin dentro de una sociedad que acepta, por necesidades de la comu
nicacin, unos modelos, unos estndares, una norma, en suma, con las
complejidades que esa norma (o esas normas) puedan tener, y con las exi
gencias convencionales que el usuario ha de conllevar. Como es lgico,
el orden adoptado podra haber sido el inverso, u otro cualquiera dife
rente, es irrelevante, puesto que cada ejercicio es, no ya autnomo, sino
independiente de los restantes, como que cada alumno slo realiza uno
por convocatoria. Quede claro, por tanto, que su agrupacin y ordena
cin en lo que sigue depende exclusivamente de nuestro arbitrio, y est
dirigida a su mejor explicacin para nosotros en lo que luego se
dice de ellos.
0.1.12.5. Movidos de la intencin de no dejar nada en el tintero, y
de llevar la bsqueda hasta sus ltimas consecuencias, hemos preferido
dedicar un espacio bien acotado de estas pginas a las respuestas concre
tas a las preguntas individuales (aunque, eso s, evitaremos repeticiones,
que se podran producir con cierta frecuencia, y ser enojosas, por el ca
rcter de solucionario que daran al libro, y que nos parece secunda
rio). Naturalmente, para no caer en los inconvenientes del solucionario
y no ser demasiado ad hoc, hemos incluido comentarios ms amplios,
e incluso referencias concretas a los errores que se cometen, o se pueden
y no se deben cometer. Con ello, pretendemos ofrecer, en lo que si
gue, un planteamiento general, unas observaciones tericas de detalle y
una aplicacin prctica y, por ende, concreta, con una finalidad primor
dial, contribuir a la discusin de la que habr de nacer si el proverbio
no es falso la luz que gue a la imprescindible mejora y reforma de
los estudios y pruebas de Lengua Espaola en las pruebas de acceso a la
universidad, hasta lograr un autntico Curso de Orientacin Universitaria.

0.1.12.6. A medida que la redaccin avanzaba, he visto cmo el con


tenido del libro se iba ampliando para incluir referencias ms amplias,
acotaciones bibliogrficas y otras ayudas varias. Por sugerencias de los
primeros lectores y crticos he atendido a lo que pudiera interesar en
el mbito universitario y en el de las Escuelas de Formacin del Profe
sorado de EGB, otrora Escuelas Normales. Desde mis primeras publica
ciones me he preocupado por el mundo del Magisterio y la enseanza
elemental, donde, obviamente, est la base de una enseanza mejor; la
generosidad de colegas, editores, parientes y amigos me ha permitido
estar al tanto de sus vaivenes, de modo que es difcil que no est pre
sente en mis trabajos.
Captulo

CONSIDERACIONES GENERALES Y CONCEPTUALES

1.1.1. Antes de comenzar el anlisis concreto de los textos que sir


vieron de pruebas para el examen de acceso a la Universidad en la ma
teria de Lengua Espaola, nos ha parecido conveniente insertar un
captulo sobre cuestiones previas, dedicado, en su mayor parte, a la
ortografa, principal de ellas, pues muchos de los ejercicios son elimi
nados por el criterio de las faltas de ortografa, o ven reducidas sus
calificaciones de modo notable. Como se ver en lo que sigue, aunque
defendemos que la ortografa es un criterio de correccin que hay que
mantener, esto no significa que no se pueda reformar la ortografa es
paola, y que no haya precedentes de esa reforma, la cual, en nuestra
opinin, es urgente, aunque no deba ser exagerada.
1.1.2. El problema ortogrfico, en buena parte, arranca del defecto
de suponer que la ortografa es algo hecho, eterno e inamovible: tiene
una ortografa perfecta, se dice, y perfecto, etimolgicamente, es lo de
finitivamente hecho, lo completamente terminado. Una persona culta
tiene una buena ortografa, porque es un rasgo de una cultura comple
ta; pero tener una buena ortografa, sin ms, no equivale a ser culto.
Nuestro sistema ortogrfico, en s, intrnsecamente, no es perfecto, es
decir, no est terminado para siempre, ni refleja sin ambigedades los
intrngulis fonolgicos del idioma espaol *. Es, por consenso de los his-
1 La ortografa dispone de una bibliografa amplia y de variado enfoque, que
podemos dividir en tres apartados: I. Obras generales o tericas; II. Obras his
tricas, y III. Obras aplicadas. En el apartado general podemos incluir: R. H. Ste-
ton, The phoneme and the grapheme, Ml. de Ling, et Phil. off. J. van Ginne-
ken, Pars, 1937, pp. 353-356; E. Pulgram, Phoneme and grapheme: a parallel,
Word, 7, 1951, pp. 15-20 (trad. esp.: Paralelo entre el fonema y el grafema, en
Comunicacin y cultura, Buenos Aires, Nueva Visin, 4972, pp. 203-210); E. Alarcos,
Representaciones grficas del lenguaje, AO, XV, 1965, pp. 5-58; Lidia Contreras,
Ortografa y grafmica, Esp. Actual, 23, 1972, pp. 1-7, y Grafmica, Actas del
Segundo Seminario de Investigacin y Enseanza de la Lingistica (Sociedad chi
lena de Lingstica), Instituto de Filologa de la Universidad Austral, Valdivia,
1972, pp. 119-122; S. Mariner, Diferenciacin grfica de lexemas, RSEL, 2, 1972,
pp. 1-15; y Manuel Alvar, Fontica, Fonologa y Ortografa, LEA, 1/2, 1979, pp. 211-
231. En el segundo apartado tendramos, por ejemplo, A. Rosenblat, Las ideas
ortogrficas de Bello, prlogo al tomo V de las O.C. de A. Bello, Caracas, 1951,
pp. IX-CXXXVIII; Abraham Esteve Serrano, Estudios de teora ortogrfica del
espaol, Murcia, Universidad, 1982; F. Marcos Marn, Lingstica y lengua espa
ola, Madrid, Cincel, 1975, par. 11.3; El Comentario Lingstico, Madrid, Ctedra,
1978, y Reforma y modernizacin del espaol (Ensayo de Sociolingstica Hist
rica), Madrid, Ctedra, 1979, par. 3.1 y 3.2; as como R. Sarmiento, Aportacin
a la historia de la Ortografa de la R..E., Mdulo 3, 3.a poca, nm. 2, pp. 29-41.
10 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

panohablantes, y necesidades de la cohesin universal del espaol, nor


mativo, aspecto fundamental para tratar en un seminario de lengua es
paola dirigido a los alumnos como usuarios.
1.1.3. La historia de nuestra lengua, como proceso de reforma y mo
dernizacin 2, es bastante ms expresiva. Nuestra lengua ha sabido siem
pre acomodarse a las necesidades derivadas de su carcter cultural y
plurinacional, y dotarse del instrumento ortogrfico adecuado, que ha
ido variando a lo largo de la historia. Analizar el problema actual pres
cindiendo de la experiencia histrica sera tan- errneo como abandonar
la ortografa a su suerte, y resignarnos al caos. Tngase en cuenta, ade
ms, que esa acomodacin de la lengua no se ha producido como gra-
tuitum de Deo munus, sino como resultado de la accin reformadora y
modernizadora de una serie de hombres, en varios procesos de lo que
ahora recibe el nombre tcnico de planificacin lingstica*. Una de las
facetas, o etapas, de la planificacin es, precisamente, la estandariza
cin de la lengua escrita, o sea, su normalizacin convencional, mediante
la eleccin entre variantes y la fijacin ortogrfica, para eliminar el po
limorfismo, tanto morfolgico como grfico. La ortografa es una nece
sidad natural, primaria o inmediata, dentro de esa convencin que es
toda lengua, con sus complejidades sociohistricas.
1.1.4. Nuestra exposicin, por tanto, arranca de dos premisas gene
rales y una histrica: las generales son que la ortografa es necesaria
y que es reformable, la histrica es que la ortografa espaola ha sufri
do ya, en varias ocasiones, ese proceso de reforma, lo que significa que
no le supone novedad alguna. Hay que aadir, con todo, una precaucin,
Ms propiamente del tercer tipo, puente con los dos anteriores, y recogedor de
amplsima bibliografa, es: J. Polo, Ortografa y ciencia del lenguaje, Madrid,
Paraninfo, 1974. Al tercer grupo pertenecen, inmediatamente, todos los tratados
de Ortografa; la normativa vigente se recoge en la Ortografa de la Real Aca
demia Espaola que incorpora las Nuevas Normas, Madrid, 1969. Pertenecen
a l, adems, todos los estudios y publicaciones que discuten estas normas, o
las propuestas de reforma ortogrfica, que son legin,' as como los tratados
de intencin didctica. Son trabajos clsicos los de M. de Unamuno, en el
t. IV de O.C., La raza y la lengua, Madrid, Escelicer, 1968, Julio Casares, en Nuevo
Concepto del diccionario de la lengua y otros problemas de lexicografa y gramtica
(Q.C., vol. V), Madrid, Espasa Calpe, 1941, y A. Rosenblat, Fetichismo de la letra,
en Nuestra lengua en ambos mundos, Barcelona-Madrid, Salvat, 1971, pp. .41-81.
Son modernos (y parecen efmeros) C. P. Otero, Letras I, Barcelona, Seix Barral,
1972, pp. 51-84, y, desde luego ms profundo, aunque excesivo, como diremos,
J. Mostern, La ortografa fonmica del espaol, Madrid, Alianza Universidad, 1981.
Para la didctica citaremos a Manuel Seco, Metodologa de la Lengua y la Lite
ratura Espaola en el Bachillerato, publicaciones de la revista Enseanza Media,
Madrid, 1962; en las publicaciones de la misma revista, por el Centro de Orienta
cin Didctica del Ministerio de Educacin Nacional, la Gua didctica de la Lengua
y Literatura Espaola en el Bachillerato, Madrid, 1957; Centro de Documentacin
y Orientacin Didctica de Enseanza Primaria, Lengua y enseanza, perspectivas,
Madrid, 1957; J. Iglesias Marcelo, Orientaciones para la enseanza de la Ortogra
fa, Vida Escolar, 139-140, 1972, pp. 67-72.
2 Cfr. F. Marcos Marn, Reforma, cit., esp. cap. III.
3 Decimos planificacin, mejor que planeamiento, que tambin se encontrar
en la bibliografa, porque el sufijo del primer trmino tiene carcter activo, frente
al resultativo-durativo del segundo: cfr. pacificacin, frente a apaciguamiento, y
el proceso de planificacin es esencialmente activo. En 1980 entregamos a Ed. Al-
hambra de Madrid un original sobre planificacin lingstica, para un volumen
coordinado por F. Abad y Antonio Garca Berrio, Introduccin a la lingstica,
1983, pp. 315-344.
CONSIDERACIONES GENERALES Y CONCEPTUALES 11

la necesidad de respetar la norma hispnica, que no coincide con la cas


tellana, y de tener en cuenta, por tanto, que la coexistencia de varios
sistemas fonolgicos, aunque no excesivamente diferenciados, dentro del
continuum de la lengua espaola, obliga a ciertas convenciones, en aras
de la unidad idiomtica hispanohablante, uno de nuestros bienes cultu
rales (o sea, tambin econmico) ms importantes.
La ortografa es, por otra parte, slo una de las facetas de la lengua
escrita, como se puede deducir con facilidad de este prrafo del discurso
pronunciado por Salvador Fernndez Ramrez al ingresar en la Real
Academia Espaola4:
Las relaciones entre palabra y escritura plantean innumera
bles problemas: polticos, estilsticos, ortogrficos, etctera. La
escritura, por ejemplo, debe-ser etimolgica o fontica? No em
pobrecemos nuestra representacin visual haciendo la escritura
demasiado escueta? No habra que haber salvado, digo yo, en
la nuestra, las formas venerables de la lengua griega? No es la
lengua literaria una lengua de gran cultura y no debemos recha
zar las insinuaciones de los que aconsejan hacer tabla rasa de lo
etimolgico? Sera hoy la lengua inglesa lo que es y lo que re
presenta con un alfabeto nivelado y atenido a un patrn vivo?
A cul? No es funcin de las lenguas universales refrenar en
lo que se pueda el avance diferenciador y hacer un patrn de s
mismas?

1.1.5. La ortografa, por tanto, no supone slo una relacin entre


estructura fnica y estructura grfica (en ese caso, la ortografa fonmi-
ca sera la nica posible), sino tambin entre universo cultural y estruc
tura grfica. La escritura no slo sirve de suplemento del habla, como
deca Rousseau, sino de recordatorio cultural. No deja de ser llamativo
que personas que se declaran partidarias de que, para recuperar una
lengua patrimonial, que hace ms de dos y hasta cuatro siglos que no
se habla en su familia, un nio vaya a la escuela elemental a aprenderla,
sean, en cambio, tan poco respetuosas con ese otro aspecto del patrimo
nio cultural espaol, mucho ms sencillo de aprender y conservar, que
es la ortografa. Lo coherente, parece, sera defender ambas cosas.
1.1.6. Postula Alarcos que los sistemas grficos son de inters para
la lingstica slo en cuanto estn en relacin con el sistema del lengua
je oral, puesto que la manifestacin normal y primaria del lenguaje es
la fnica. Estas condiciones que son, por otra parte, demasiado ruso-
nianas convienen al sistema espaol, en el cual la mayor parte de los
signos grficos corresponde a un fonema del sistema: para ello hay que
tener en cuenta, tambin, que de los dos postulados por el autor en su
Fonologa Espaola castellano y meridional, la ortografa trata de
representar el primero.
1.1.7. No es ste el lugar de repetir la lista de fonemas del espaol
y sus conocidas equivalencias grficass, por lo cual slo nos referiremos
4 Lengua literaria v norma lingstica, Madrid, 1960. El prrafo/ citado se en
cuentra en las pp. 34-35.
s Cfr., por ejemplo, F. Marcos Marn, Curso de Gramtica Espaola, Madrid,
Cincel-Kapelusz, 1980, par. 62.1.
12 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

a los casos problemticos. Indudablemente, la cuestin bsica radica en


que el usuario de la lengua conozca la norma convencional de la comu
nidad: la castellana, y sabemos todos que ah es donde, en efecto, estriba
la dificultad. El desprecio de la norma no procede de una postura de
superacin de la misma, sino de la imposibilidad de dominarla. Manuel
Alvar, entre otros autores, ha sealado este punto, y Antonio Machado,
en verso magistral, retrat en dos lneas cmo el despreciar lo que se
ignora va junto al sentimiento de la inanidad del hoy frente al ayer. La
generalizacin de la norma castellana, hija de circunstancias histricas,
es, en la actualidad, una situacin aceptada por el convencimiento de
que garantiza la unidad idiomtica, y por ello es beneficiosa para la co
munidad hispnica. Quienes esgrimen documentos de academias hispa
noamericanas en favor de reformas drsticas, olvidan dos cosas, que esos
documentos valen slo como frmulas de discusin y, por ello, salvo
excepciones regladas, como la filipina, han sido retirados por sus pre
sentadores y que la reforma es algo consustancial con nuestro sistema
ortogrfico, y parte de la vida diaria de la Real Academia Espaola, en
sensata paridad con sus hermanas de Amrica y Filipinas.
1.1.8. Vayamos a lo concreto, y por partes:
La representacin de las vocales es fonemtica, con una leve excep
cin que afecta a la letra , muda tras q o g, cuando van seguidas de
e, i, es decir, las vocales palatales; si, en la segunda grafa, se quiere in
dicar su pronunciacin efectiva, se colocan los puntos de la diresis so
bre esa u: antigedad, ambigedad, lingstica, como antiguo, ambiguo,
lengua, frente a hormiguero, guisa.
En las consonantes, la ms rechazada (y para su casi total supresin
tenemos el ejemplo italiano) es la muda, la h. Es intil la distincin
entre b y v, mientras est perfectamente hecha la distribucin entre z
y c, que no debiera ser conflictiva (za, ce, ci, zo, zu), y que lo es por
otra causa, por ser representacin de un fonema minoritario en el mun
do hispnico, la z, uno de los que diferencian la norma castellana de la
meridional, precisamente; lo que se discutira aqu no sera tanto el in
ters de mantener las letras zy c, sino la distincin entre z y s (que tam
bin implica a la x, en excepcin, por ejemplo). Algo parecido, aunque
menos grave, por el menor rendimiento de la oposicin, es decir, porque
existen menos pares de palabras diferenciadas por ese rasgo, es la distin
cin entre U/y (hallamos/hayamos).
Aunque ya sea habitual recurrir a ellos, no son stos los ejemplos
autnticos de nuestras dificultades grficas, sino por qu gemir o rugir,
pero tejer o viaje, por qu g+e,i = j, por qu c -f- a, o, u k = qu + e,
i, por qu unas veces x y otras s, unas veces c y otras ce, unas veces l
final de slaba y otras -r, unas veces -d y otras -z, unas veces -c y otras -g,
es decir, las grafas intercambiables y los grupos cultos. De poco valen
las reglas: est legislado que los terminados n -aje se escriben con /;
pues hasta el diccionario manual de la Academia ha tenido que recoger
garage, en las cartas de los restaurantes crece el potage, en las crnicas
de sucesos el chantage, y en las deportivas, el gol average. Est muy
claro por qu adicin, emparentado con aditivo, tiene una -c-, mientras
que adiccin, emparentado con adicto, tiene dos, -ce- (-c-, como -t-, -cc-
como -c-), sin embargo, las faltas son generales. .Con la x la gravedad
CONSIDERACIONES GENERALES Y CONCEPTUALES 13

viene de otra parte!: los espaoles generalizamos excesivamente, adver


timos tienden a la pronunciacin -s, por ejemplo, en excepto, e incluso
en examen, mientras que en Amrica es muy general -ks-. Cuando la
grafa es -xc-, como en excepcin, si los americanos no pronunciaran -/es
diran / esepsin / frente a nuestro / escepcin /, la diferencia es notoria
y la x imprescindible.
La -s final de palabra, aspirada en muchas zonas lingsticas y per
dida en otras, como la -r y la -/, aunque con mayor rendimiento en la
morfologa, tambin puede ser discutible: Sera ms general escribir
loh rtoh? Una vez ms hemos de repetir lo dicho: hay una convencin,
un acuerdo en la norma castellana, y aunque la frontera entre -s conser
vada y -h aspirada, hace aos en La Mancha, hace menos en Vallecas,
y hoy ya en la calle de Raimundo Fernndez Villaverde, se coma cada
ao ms metros cuadrados hacia el norte de Espaa, el bien de todos
exige que se respete la -s en la escritura, todo lo dems sera anticipar
reformas que podran acabar siendo inconvenientes.
Por fin, no olvidemos tampoco un punto sustancial: la mayor parte
de las faltas de ortografa no son errores sencillos, sino hipercorrec-
ciones o ultracorrecciones, o sea, pasarse de listo aadiendo tpico
una c al lado de otra, donde no haca ninguna falta.
1.1.9. Se comprendera mucho ms fcilmente por qu, cclicamente,
se alzan voces reformadoras, si el espaol hubiera abandonado la reno
vacin de su ortografa, y siguiramos escribiendo caga, cibdat, quando,
estaua/estava, relox, priessa, bevir junto a vivir, y todas las formas
que seran la rplica de lo que es, por ejemplo, la ortografa francesa
en relacin con la historia de esa lengua. No se puede acusar, por ejem
plo, a la Academia de fuerza conservadora y reaccionaria, ni decir que
el sistema ortogrfico se mantiene por inercia, por tradicin. Quien
as hablara mostrara ignorar que la Academia, desde su primera publi
cacin, en 1726-39, del Diccionario llamado de Autoridades, ha reformado
la ortografa continuamente, al menos dos veces por siglo, y que estas
reformas son evidentes y profundas: no hay ms que comparar un
libro de 1700 y su edicin de 1805, pongamos, con la actual, una de las
obras de Caldern editadas en esos tres perodos, por ejemplo; el ejer
cicio podra llamarse mirar antes de opinar.
1.1.10. Reiteramos lo dicho en varios lugares: el espaol no slo
la ortografa ha pasado por tres grandes reformas, y est pasando,
precisamente ahora, por la cuarta. La primera reforma es muy prctica
y muy dirigida, se va gestando desde finales del siglo xi, y se plasma en
la obra de Alfonso X el Sabio (s. xm). Ah tenemos ya una muestra de la
primera ortografa de nuestra lengua: de acuerdo con el sistema fonol
gico medieval6, efectivamente; pero tambin respetuosa con el polimorfis
mo que caracteriza la morfologa castellana hasta, aproximadamente, el
siglo xv, y, por supuesto, nada rgida: se diferencia cuidadosamente degir
bajar de dezir decir; pero se puede escribir estaua o estaya (varian
tes grficas, pronuncese estava), eminas o emjnas, y hasta diol o diole,
cibdat o ciudad, bevir y vivir incluso viver, como apuntbamos an-
* Cfr. Reforma, cit.. cap. III, par. 1 y 3. Vid. et. Fernando Gonzlez Oll, El
establecimiento del castellano como lengua oficial, Bol. R. A. ., LVIII, iy/s.
pp. 229-280.
14 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

tes. La informacin que nos proporciona as es, indudablemente, mu


chsimo ms rica que la ofrecida por una simple transcripcin fonol
gica, ya que la lengua escrita no representa slo la fonologa.
1.1.11. La prdida del sistema fonolgico medieval y, en consecuen
cia, la progresiva fijacin del sistema clsico, supone una nueva reforma
en el siglo xv-xvi. Los eruditos se confunden al fijarse en que hay autores
que, de acuerdo con lo que dice la escuela, siguen diferenciando en la
escritura lo que ya no distinguen en la pronunciacin, manteniendo sepa
rados los dgrafos c / z, -ss- / -s-, x / j = g + e, i; se trata slo de un rasgo
culto, casi secundario, como seguir escribiendo hoy psicologa y mnemo-
tcnico, y junto a esos autores tenemos toda la muchedumbre de usuarios
que ya no han aprendido a mantener esas distinciones o que, como Santa
Teresa, no quieren sujetarse a ellas. La reforma clsica es entonces el
caos, el fin del cors ortogrfico? Slo aparentemente, y slo en lo
fonemtico. Debemos fijarnos en que ya se ha acabado lo de diol, viver,
cibdat, y en que si persisten algunas vacilaciones, como escuro, oscu
ro I obscuro, la ltima pareja va ganando pgina a pgina.
1.1.12. Tercera reforma: en 1714, la recin nacida Real Academia
Espaola se ha comprometido a publicar un Diccionario, una Ortografa
y una Gramtica. Cumplir los tres compromisos dentro de ese siglo.
No es ste el lugar de detallar las reformas ortogrficas concretas, estu
diadas por Ramn Sarmiento y Abraham Esteve Serrano y resumidas en
nuestra Reforma y modernizacin del espaol. La reforma ortogrfica, en
el xvtii, se realiza en tres grandes fechas, 1726, 1741 y 1763, acompaa
das todava de reformas menores: es una constante acadmica, que se
guir en el xix y en el xx. No hay que poner en duda la intencin de
la Academia, sino analizar los problemas que la reforma ortogrfica lleva
consigo.
1.1.13. Cuando, en un trabajo de planificacin lingstica, hemos de
dotar de ortografa a una lengua que jams se ha escrito, la solucin se
impone sola: una grafa fonmica es lo adecuado, con un grafema para
cada fonema. Sin embargo, en el caso del espaol, no slo tenemos
* textos desde hace ms de diez siglos, sino que tenemos textos de la
lengua de donde sali, el latn, para otros quince siglos, y podemos
conocer hasta el grupo itlico, y el celto-itlico, y el indo-europeo. La
historia pesa, e impone su tributo: l vacilacin entre etimologa y fono
loga, de la que seleccionaremos dos ejemplos bastante claros; la h- lati
na, inicialmente aspirada, era ya muda en la poca imperial romana;
en la Edad Media castellana, la h- latina no se escriba (la h- que se escri
be, a veces, en alternancia con /- es la aspiracin resultante de la /- inicial
latina), se escribe auer o aver, no haber (lat. habere), ovo, no hubo
(lat. habuit), y se escribe hijo junto a fijo porque en latn era filius. El
segundo ejemplo se refiere a la marca del copretrito de indicativo, que
era -ba- en latn; en castellano medieval la oclusiva latina representada
por -b- evoluciona a fricativa, y se escribe u = v. distinta fonolgicamente
de lo que se escriba b{oclusiva procedente de -p- intervoclica): lat. sta-
bam. cast. med. estava = estaua (fonolgicamente distinto de la- forma
inexistente en castellano medieval estaba). A fines del xv la h- procedente
de /- latina tambin deja de aspirarse, definitivamente, y es muda, al
mismo tiempo que se completa la prdida de la distincin representada
por u = v / b. A veces se escribe harina, a veces, arina (lat. faria), y
CONSIDERACIONES GENERALES Y CONCEPTUALES 15

pasa lo mismo con la h- latina originaria, a veces aver, a veces haber,


e igualmente, a veces S'taua, a veces estaba.
1.1.14. En la poca medieval eran pertinentes auer y estaua, en la
poca clsica ya no hay criterio universal; en el xvm la Academia se
encontr con dos posibilidades: aver y estava reflejaran una pronun
ciacin que ya no exista, y una fonologa de cinco siglos atrs; haber
y estaba, en cambio, reflejaban el sistema de la lengua madre, o sea, la
etimologa, y la Academia se inclin por este sistema. No en todos los
casos: puso h- donde nunca haba existido, como en huevo (lat. ouus),
hermano (lat. germanus), hielo (lat. gelum), mezcl rigidez y tolerancia,
para acabar, como sucede siempre, sin darse gusto ni satisfacer a todos.
Sin embargo, no cabe duda de que acept el reto y recogi la necesidad
social de mantener constante el impulso, no tanto de reformar como de
ir reformando la ortografa.
1.1.15. La historia de nuestra lengua nos ensea todava algo ms,
que, a nuestro saber y entender, no se ha dicho hasta ahora: aunque no
faltan los intentos de reformas extremas, en todas las pocas, patrocina
das incluso por grandes gramticos, como la de Gonzalo Correas, en 1630,
y otras, en germen, en Unamuno (por no citar intentos modernos como
el de Jess Mostern, tan reciente), esas reformas extremas nunca han
triunfado; la sociedad ha sabido hacer suyo todo cuanto la ortografa
tiene, adems de lo fontico o fonemtico, y ha desodo esas voces de
sirena. Y las ha desodo, como intentaremos probar en nuestro ltimo
apartado, justificadamente, porque las reformas extremas, que tanta
atencin prestan a un aspecto del problema, olvidan increblemente todos
los dems.
1.1.16. Ser partidario de la reforma ortogrfica es como un marbete
de progresa: en consecuencia, si una institucin o una persona apoya
la reforma, es progresista, y si, adems, se dan otras circunstancias tan
lingsticas como el pertenecer a un pas de cierto grupo, o ser exiliado,
ello da derecho a entrar en la categora de mito. Los mitos, por desgra
cia, no son verdad, aunque puedan reflejarla, y se deshacen como el rayo
de luna en e\ agua. Tienen en comn, empero, el deberse a la imagina
cin de los dems, no a pretensiones propias, y son, en consecuencia,
inocentes y, como inocentes, vctimas. Conviene, para salvarlos, anali
zarlos y rescatarlos. En lo que concierne a la ortografa tienen dos
nombres: Juan Ramn Jimnez y la Academia Cubana de la Lengua.
Indudablemente, son dos nombres muy respetables, razn de ms para
que no se usen en falso.
1.1.17. J. R. J. no fue, de ninguna manera, un reformador de la
lengua7, al faltarle lo esencial: voluntad lingstica de serlo. Fue, desde
luego, adems de su calidad de poeta, un gran modernizador del len
guaje. Basta leer el opsculo Mis ideas ortogrficas8 para darse cuenta
de que es una boutade de artista, donde se dicen cosas como: en l
estn escritas, como yo las escribo, todas las palabras que yo escribo

7 Nos hemos ocupado de ello en el Congreso Internacional Conmemorativo del


Centenario, La Rbida, 1981. Nuestra comunicacin, Juan Ramn Jimnez ante la
reforma del espaol actual, se incluye en el t. II de las Actas, Huelva, 1983,
pp. 403412.
8 Se public en la revista Universidad, de Puerto Rico, en 1953. Cfr. Isabel Pa
raso de Leal, Juan Ramn Jimnez. Vivencia y palabra, Madrid, Alhambra, 1976,
pp. 7-3.
16 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

como en l estn escritas. En 1916, y, al parecer, nunca antes, Juan


Ramn simplific su ortografa, con / en vez de g + e, i, reduccin de
algunos grupos cultos y de se a c (no velar), as como supresin de la
hache en la exclamacin oh. Tampoco se mantuvo este sistema grfico
en todas las ediciones de sus obras. Es indudable su sensibilidad al
problema ortogrfico; pero tambin es indudable su respeto irnica
mente matizado a la norma.
1.1.18. La interpretacin que se refiere a la Academia Cubana es, si
se quiere, ms esperpntica. En 19609, con ocasin del tercero de los
congresos peridicos de las academias, la de Cuba present una pro
puesta de simplificacin de la ortografa. Recordemos que la repblica
del Caribe se enfrentaba entonces con su gran campaa de alfabetiza
cin, en plena efervescencia revolucionaria, y antes de la llamada crisis
de los cohetes. Por otro lado, esa preocupacin no era nueva, como
estamos repitiendo hasta la saciedad, ni siquiera era nueva para las
academias hermanas: en 1956, en el II Congreso, celebrado en Madrid,
las academias de las repblicas de Argentina, de El Salvador y de Uru
guay haban presentado ponencias sobre la reforma ortogrfica. Es natu
ral, los congresos de las academias son para debatir problemas de gra
mtica, ortografa y diccionario. Verlo de otra manera, si no es malig
nidad, es ignorancia culpable. El II Congreso estuvo de acuerdo, natu
ralmente, en la reforma, aunque las Nuevas Normas de 1959 fueran un
resultado corto, experimental, y no definitivo. No se puede decir que
desde 1815 la Academia est en sopor ortogrfico, porque equivale a
desconocer la novena edicin de la Gramtica (1820), la duodcima del
Diccionario (1884) y las Nuevas Normas, amn de algunas pequeneces
de acentuacin, o la reunificacin de normas discrepantes, con Chile,
por ejemplo. Lo que no ha habido es una reforma comparable a la
del xvin, sencillamente porque no hace falta, como veremos en nuestro
apartado final.
1.1.19. Quienes propugnan una reforma extrema de la ortografa,
o defienden la libertad ortogrfica, parten de un error (del que, por
cierto, tampoco la Academia est totalmente libre): la creencia de que
la ortografa es reflejo de la fonologa, es decir, la confusin de la
ortografa con la escritura alfabtica. Los partidarios de la escritura
fonmica debieran, en pura lgica, serlo tambin de una completa re
presentacin prosodemtica, y postular el uso y la invencin de sig
nos que expresaran los matices ms importantes de las cualidades fsicas
del sonido, as como los distintos tipos de melodas, silencios y ritmos.
1.1.20. Mas la ortografa no es slo fonologa; debe responder tam
bin a las necesidades de la morfologa y la lexicologa, y ser coherente
con ellas, coherencia que va mucho ms all de los plurales y las segun
das personas verbales, extendindose a todo el sistema. La lengua escrita
tambin representa la semntica, ms all de la simple distincin de
homfonos, como a y ha, conservada incluso en italiano tras la reforma:
es un medio compensatorio, ya que la escritura est imposibilitada para
reproducir todos los matices y medios de que se vale la palabra hablada
para reducir ambigedades.

9 III Congreso de Academias de la Lengua Espaola, Actas y Labores; Bogot,


1961. pp. 174, 265-275.
CONSIDERACIONES GENERALES Y CONCEPTUALES 17

1.1.21. Teniendo esto en cuenta, con la certeza de que las reformas


extremas estn condenadas al fracaso, salvo circunstancias tan especia
les y tan poco deseables como el peligro de extincin que decidi al
IV Congreso de Academias, en Buenos Aires t0, a permitir el uso tem
poral de una grafa fonmica en Filipinas (in extremis), podemos ver
con otros ojos nuestra ortografa.
1.1.22. Es indudable que la b y la v no tienen ms razn de distincin
que la escritura etimolgica. La supresin de la v sera buena porque
evitara esas ufes que prodigan los semicultos, slo explicables natu
ralmente cuando las pronuncia un valenciano. En cuanto a la k, es un
problema falso, por su escassimo empleo, que siempre puede ser sus
tituido por qu o c. Tambin es falsa la dificultad de z, c resuelta con
el za, ce, ci, zo, zw: eliminemos excepciones escribiendo ceugma y cjel,
aunque no podamos evitar la nica excepcin, el nombre de la letra zeta.
Respecto a / y g + e, i, hay que tener en cuenta que el espaol, por razo
nes ocultas para nosotros, y con la excepcin juanramoniana, tiene re
pulsin por la / y prefiere g ante e, i. La solucin sera muy sencilla y
paralela a la de c y z: ja, ge, gi, jo, jtt as como la de c y qu: ca, que,
qui, co, cu, corresponde con la etimologa, y deja clara tambin la
norma complementaria, ga\ gue, gui, go, gu. LL / y deben conservarse,
pues es distincin de millones de hablantes, que, tericamente, hasta
podra revitalizarse, o transfonologizarse, como sucede dialectalmente.
1.1.23. En cuanto a la h, hay que matizar: la que procede de h latina
slo tendra que conservarse en ha y hay, para evitar un homgrafo
repetido con la preposicin a, y por congruencia, respectivamente. Sin
embargo, los paradigmas lxicos exigen que se conserve la que procede
de g o de /- inicial latina.
Es incoherente

huevo-vulo-ovario, con su oposicin h / cero,


lo coherente sera

uevo-vulo-ovario, los tres sin h (y lo mismo para


hielo-glido-helado, .
donde la h indicara que hay otras palabras de la familia lxica que llevan
consonante inicial, en este caso g).
Con este criterio, son coherentes
hambre - famlico
hijo - filial
con consonante inicial, y seran incoherentes
ambre - famlico
ijo - filial,
sin y con consonante inicial, respectivamente.
Actas y Labores, Buenos Aires, 1966, pp. 170-173, 566-567.
18 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

1.1.24. Respecto a c-s, tan difcil en zonas de seseo, es decir, en la


mayor parte del dominio lingstico hispano, tambin los paradigmas
lxicos, al tener en cuenta los procedimientos de derivacin, explican
la distincin:

contencin - contento
atencin - atento

muestran alternancia c /1, frente a

intensin - intenso - intensivo,

slo con s.

1.1.25. En los llamados grupos cultos, la reforma podra apoyar, a


veces, una grafa de sonora:

recebcin - recibir - recibo


concebcin - concebir - concebido

son ms coherentes que los correctos actuales recepcin y concepcin.


En lo que se refiere a -ce-, la regla es sencilla, por la correspondencia
con -ct- en pares como

abstraccin - abstracto
reduccin - reducto.

1.1.26. La necesidad de mantenimiento de las consonantes finales


de palabra no slo depende de la rentabilidad morfolgica, muy grande
en la -s, grande en la -r y menor o inexistente en -/, -d, -z, -j: la distincin
debe ensearse y mantenerse para dar razn de los paradigmas del tipo

sol - solana
ciudad - ciudadana
reloj - relojero.

1.1.27. La regularizacin de la ortografa slo por razones fonol


gicas llevara a que se perdiera la relacin paradigmtica fundamental
en morfologa y lexicologa (adems de ser fonolgicamente incompleta
si es slo fonmica y no prosodemtica). Los hablantes empezaran a
operar, ante pares como rel - relojero, pensando que el radical es rel
y el sufijo es -jero, del mismo modo que en el -bus de autobs, microbs,
etctera, no piensa ya nadie en la desinencia latina de dativo y ablativo
plural de mnibus (literalmente para todos). Es verdad que hay tros
como ley - legal - legislar (cuyo ltimo par abona la grafa gi mejor que
ji; pero que, en su primer elemento, est diferenciado); no obstante,
aqu cuenta un hecho definitivo: no existe ninguna norma, *en el mundo
hispnico, que abone leg en vez de ley, o leyl, leyislar; la evolucin
fontica se ha cumplido y nos encontramos con una diferencia fonol-
CONSIDERACIONES GENERALES Y CONCEPTUALES 19

gica constitutiva de un cambio, distinto de las diferencias parciales, dia


lectales o temporales.
Es nuestra opinin, en suma, que la reforma y la enseanza de la
ortografa han de vincularse, adems de a la fonemtica, a la morfologa
y la lexicografa: explicando la relacin de hacer con factitivo o fctico
y de stos con faccin se da cuenta de la alternancia f/h, como de -ct-f-cc-,
contrito da cuenta de contricin, receso de recesin y afecto de afeccin.
Las peticiones de remedios desaforados ms son hijas de la ignorancia
que de la necesidad. Al analizar la ortografa espaola hemos querido
hacer ver cmo su complejidad, que es dificultad, es tambin riqueza, y
que no es solucin en la lengua lo que depende slo de uno de los siste
mas, olvidando los otros.

1.2.1. En dos ocasiones anteriores me he referido a la sintaxis ele


mental, de la que pasamos a ocuparnos. Al corregir los ejercicios se ob
serva inmediatamente que casi todos los alumnos han sido sometidos a
la penosa tortura de sealar todas las relaciones gramaticales mediante
diagramas arbreos. Slo una ignorancia supina explica la interpretacin
de que eso es ensear gramtica generativa. Los diagramas arbreos
no son ms que un mtodo de representacin: el tipo de anlisis se
observa en las etiquetas o marbetes que se colocan en cada nudo, y en
las reglas que explican cmo se relacionan los distintos elementos, es
decir, sus funciones y valores. Llamar al primer sintagma nominal que
uno se encuentra SNi, al segundo SN2, al tercero SNj, al cuarto SN4, y as
sucesivamente (demostrando el mismo exceso de imaginacin que los
romanos cuando llamaban a sus hijos Primus, Secundus, Tertius, Quar-
tus...), no pasara de ser lo mismo que decir los eventos consuetudina
rios que acontecen en la ra, en vez de lo que pasa en la calle, si no
fuera porque de ah a los dislates de algunos enterados se pasa pronto.
Con este criterio es sencillsimo resolver uno de los problemas ms
complicados de la sintaxis espaola, el del adverbio y los circunstanciales
(los circunstantes en general), diciendo, tranquilamente, que se trata
de SN4; algo as como si un entrenador de ftbol dijera que el defensa
derecho es el jugador que lleva el nmero 2: basta con poner los nmeros
de las camisetas segn el orden alfabtico de los jugadores para que
el nmero 2 ya no corresponda necesariamente al defensa derecho. Natu
ralmente, hay un modelo de estructura gramatical, en el que se asigna
un orden a cada elemento de la estructura, en el que el adverbio y los
circunstantes ocupan el cuarto lugar, dentro de los destinados a construc
ciones con ncleo nominal; pero sera necesario explicar detalladamente
ese modelo para que el anlisis fuera coherente. Al no hacerlo as (ni
falta que hace), se confunde la estructura terica con la real, y los alum
nos no ven el papel de un adverbio en una oracin intransitiva (porque
no hay tantos ncleos nominales, al faltar el objeto directo, que ocupa
la casilla SN2 de la teora), o se lan en las de predicado nominal, donde
siguen sin salirles las cuen.tas.
1.2.2. A cambio de este batiburrillo, los alumnos han olvidado lo que
es el sujeto y lo que es el predicado: basta con poner el sujeto tras
el verbo, testigos, cientos de ejercicios, para que lo confundan con el ob
jeto directo. Si el verbo va acompaado de un pronombre reflejo, no
suelen saber cul es su sujeto (porque ya no les vale el errneo, aunque
20 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

generalizado, mtodo de hacer preguntas al verbo, y confunden sujeto y


objeto directo). Parece mentira, pero la mayora de los alumnos ignora
que para determinar el sujeto basta con ir poniendo los sustantivos del
texto en plural, si estaban en singular, o en singular, si estaban en plural:
cuando, al hacerlo as, es obligado cambiar el nmero del verbo en esa
frase, es que el sustantivo cuyo nmero hemos cambiado es el sujeto.
As, en me gusta este libro / me gustan estos libros, los sujetos respecti
vos son libro y libros; la determinacin del objeto directo por la prono
minalizacin y la pasiva, y la del objeto indirecto por la pronominaliza-
cin, tampoco se conocen. As, tenemos repercusiones en la norma: lo
correcto en castellano es que, en construcciones como haba muchos alum
nos, haber est usado como impersonal, y muchos alumnos es el objeto
directo: los haba (los, pronombre acusativo plural, indica el objeto di
recto, salvo en los complementos de distancia, medida, peso y precio,
como se sabe). Ntese que la forma haban muchos alumnos, que, desde
el punto de vista de la norma es incorrecta, se construye de modo muy
distinto: haber ya no es impersonal, su sujeto es muchos alumnos, que,
al ser plural, exige el verbo en plural. Lo que ha ocurrido es, desde el
punto de vista de la construccin, que se ha pasado de una estructura
impersonal a otra personal. Desde el punto de vista de la historia, lo que
sucede es que esa construccin, propia de las hablas catalanas y de su
zona de influencia, se ha pasado al castellano de los hablantes bilinges,
primero, y unilinges, despus, extendindose gracias a radio y televisin,
favorecida por la tendencia propia del castellano vulgar, que tiende a
evitar la impersonalidad. Se dice tambin que en las zonas donde los
alumnos son lestas, lastas, es decir, no distinguen etimolgicamente los
pronombres tonos, es imposible que distingan el objeto directo del indi
recto por el mtodo de la pronominalizacin: nada ms falso; basta con
pronominalizar ambos, el indirecto, al ir junto al directo, se convierte
en se. De dicho modo, le dije a Juan que viniera se pronominaliza como
se lo dije, donde se = le (= a Juan), objeto indirecto, por tanto, y lo
equivale a que viniera, objeto directo. Como tendremos ocasin de ver
en alguno de los textos que siguen, otra gran desconocida es la diferencia
entre el objeto directo (o implemento) y el complemento preposicional
(o suplemento): en pienso en la noticia, pienso en ella, en la noticia y
en ella son complementos preposicionales, mientras que en pens su
respuesta, la pens, su respuesta y la son objetos directos; la diferente
pronominalizacin (en ella / la) es un indicador seguro de estos valores.
1.2.3. La realidad va ms lejos. Los ejercicios indican que muchos
alumnos no saben diferenciar un sustantivo ni un adjetivo, ni siquiera
de un verbo: se les pide que sealen los verbos irregulares de un texto
y sealan los sustantivos abstractos de fenmeno, es decir, los derivados
de verbos, y, a veces, ni eso. En estas condiciones parece claro que te
mos que dejarnos de rboles, no andarnos por las ramas, y ensear a
los muchachos los primeros pasos: no es normal ensear a andar a los
nios en una pista olmpica, y no debe ser normal ensear los aspectos
ms discutibles y novedosos de la investigacin lingstica actual (suma
mente importante) a alumnos que desconocen lo elemental.
1.2.4. Aunque es posible que, en las pginas dedicadas a los textos,
incluyamos alguna presentacin variada, sin mayores pretensiones, que
remos indicar aqu que aplicaremos un sistema gramatical sencillo y con
CONSIDERACIONES GENERALES Y CONCEPTUALES 21

hondas races en lo tradicional, expuesto por nosotros ampliamente en


otro lugar u, y que arranca de una triple consideracin, semntica, mor
folgica y funcional (sintctica), en torno a las partes de la oracin, o
desde ellas. Por ello propondremos una caracterizacin experimental de

+
Cocns/ta>eH-Vriables ?Nexos
las ocho partes, como se refleja en el cuadro adjunto. Sobre ste adver
timos que los signos (H ) no indican trminos, respectivamente, mar
cado y no marcado, sino positivo/negativo, en relacin con el rtulo o
etiqueta que figura sobre cada columna. En la semntica, la condicin
de constante se refiere a significacin propia en cada caso, mientras que
la de variable indica la significacin ocasional, referencial o anafrica,
G
nero
Fo
rgma O
y se separa tambin la posibilidad de servir de nexo. En la sintaxis, los

neutra O
tres rangos quieren decir en la juncin y en el nexo (nexus), no en la
oracin, donde el tema es ms complejo, por la posible existencia de
nexos dependientes, en los que pueden integrarse otras de estas tradicio
Numero 22-1*>
nales partes de la oracin.
JO

.persona Fteormadpioferal
O

SINTAXIS

renciad (trminos)

PARTES DE
LA ORACIN
.2c '
"O
-ife
e g 8
a,. </> H 2

Sustantivo + - + - + - - + - - -

Adjetivo + - + + + - - - + + -

Pronombre - + + + - + + +

Artculo - - + + + - - + + - -

Verbo + - - - + + + - + - -

+ 4-
Adverbio

Preposicin +

Conjuncin +

No queremos formular ningn tipo de apriorismos, porque los anli


sis sintcticos que constituyen una de las preguntas de cada serie, sobre
cada uno de los textos, nos darn materia suficiente para presentar dis
tintas posibilidades y discutir las varias opciones.

11 Nos referirnos especialmente a nuestro Curso de gramtica espaola, Ma


drid, Cincel-Kapelusz, 1980. Este libro completa y modifica, con cambios sustan
ciales, un ensayo previo. Aproximacin a la gramtica espaola, Madrid, Cincel,
1972, que debe consultarse en las ediciones y reimpresiones que siguen a la tercera,
de 1975, sustancialmente ampliada y corregida.
Captulo 2

TEXTOS CIENTFICOS

2.1.1. Nos ocuparemos en primer lugar de estos textos porque poseen


unas caractersticas muy precisas, que se observan, adems, inmediata
mente '. Las preguntas, en consecuencia, van orientadas en ese sentido,
pudindose dividir en tres partes: en primer lugar tenemos (ocupe o no
ese lugar en la formulacin) una pregunta dedicada a anlisis sintctico
de un fragmento del texto; se trata de una pregunta que, de un modo
u otro, aparece en todos los ejercicios y que, en el caso de los textos
cientficos, puede ponerse en relacin con la caracterizacin general, que
constituye la segunda parte del cuestionario, a la que tambin se llega
gracias a la pregunta o preguntas concretas que constituyen la tercera
parte del cuestionario. As, en la opcin A del texto 1, por ejemplo, el
alumno arranca de lo que sabe acerca de los textos cientficos, es decir,
de un conocimiento terico, para realizar inmediatamente la aplicacin
de esos rasgos al texto que sirve de base a las preguntas. Puesto que,
desde el punto de vista del lxico, la palabra relevante, en la faceta semn
tica del texto, es la palabra lser, se coloca inmediatamente despus una
pregunta sobre las siglas y los acrnimos en el espaol actual, que no
debe plantear dificultades en su aplicacin o comprensin, puesto que
el propio texto dice que lser es un acrnimo. El anlisis sintctico de
las cuatro primeras lneas proporciona como resultado la sencillez de
construccin del texto, expositivo y didctico, y todo ello se completa
con la pregunta final, ya preparada por el anlisis sintctico, la cual se
orienta, fundamentalmente, a la diferenciacin entre una parte de expo
sicin y definicin, con predominio de los tiempos de presente, y una
parte de carcter histrico o narrativo, que se remonta a los orgenes
y desarrollo de la tcnica del lser, para dar al lector una perspectiva
adecuada.
2.1.2. Se podra decir as que los textos cientficos responden a un
modelo de sintaxis sencilla o no especialmente compleja, de semn
tica que tiende a que cada significante se corresponda con un solo signi
ficado, en las palabras especficas o fundamentales, es decir, una termi
nologa monosmica, de lxico con procedimientos especficos de forma
cin terminolgica, entre los que destacan, frente a otros textos, los helc-
1 Cfr. Samuel Gili Gaya, El lenguaje de la ciencia v de la tcnica, en Pre
sente y futuro de la lengua espaola, II, Madrid, OFINES, 1964, pp. 269-276. En
el III y el IV Congreso de Academias se prest especial atencin al lxico tcnico
y cientfico, con ponencias interesantes de Alfredo Bateman y Julio Palacios, res
pectivamente.

22
TEXTOS CIENTFICOS 23

nismos y cultismos, los prstamos y las siglas o acrnimos, es decir, una


importancia notable de los procedimientos diversos de prstamo y crea
cin. En lo que concierne a la morfologa y la sintaxis, se ofrece una
adjetivacin predominantemente especificativa, y pospuesta, una presen
cia notable de sustantivos y verbos, con los segundos en tiempos de
presente en posiciones especializadas, como las definiciones, llegando con
frecuencia hasta la intemporalidad o universalidad. Todo esto favorece
las oraciones copulativas, donde el verbo ser vincula inmediatamente un
sujeto y un predicado (un trmino y su definicin o equivalencia), las
relaciones sintcticas causales y condicionales, as como el tipo de lxico
especializado al que ya nos hemos referido.
2.1.3. El lenguaje de la ciencia y la tcnica se apoya en una funcin
lingstica subsidiaria, es decir, posible a partir de la funcin represen
tativa, la funcin metalingstica, sobre el lenguaje ordinario: usa la
lengua para explicarse (como se ve con claridad en la explicacin de la
palabra lser). Dado que tiene un carcter reservado o limitado, pues
no se dirige a toda la comunidad, sino a la parte de ella que, al haber
recibido una preparacin especfica puede estar en condiciones de enten
derlo, ha de adecuarse a esa exigencia. Para ello, y partiendo de la base
del lenguaje ordinario, el lenguaje cientfico responde a un acuerdo entre
sus usuarios, siendo, por ello, convencional. Puesto que tiene que trans
mitir conocimientos de manera precisa y rigurosa, ha de evitar la ambi
gedad, y por ello indicbamos arriba que debe preferir y hasta exigir
signos monosmicos, es decir, con una correspondencia biunvoca entre
significante y significado. Esta razn explica la abundancia y necesidad
de continuas definiciones, que vayan precisando el contenido que corres
ponde a cada expresin, y la aparicin constante de signos que indican
el empleo con funcin metalingstica (vid. 2.10.8, infra) de la forma
lxica que marcan, as las comillas dobles, las 'comillas simples', la
cursiva o bastardilla, la negrita, las VERSALES y las versalitas, entre
los tipos de letra. Al ser las metas especficas del discurso cientfico la
precisin y la claridad, es requisito imprescindible la coherencia termi
nolgica: una vez que se ha empleado un trmino en un sentido, o con
un valor definido, es preciso mantenerlo. El grado extremo del lenguaje
unvoco, ms que monosmico, es el lenguaje formalizado, del que las
matemticas, en sus distintos modelos de lenguaje, nos ofrecen los tipos
ms logrados. La base gramatical del lenguaje de la ciencia y de la tc
nica, por lo dems, es la misma del lenguaje ordinario, de manera que
el escritor cientfico usa, por decirlo as, la misma gramtica que el
hablante ordinario, o que el que escribe otro tipo de textos. Por esta
razn, el autor de textos cientficos y tcnicos debe tener, al redactar,
los mismos ideales de adecuacin y elegancia que caracterizan a los otros
tipos de discurso. Es falso, y nocivo, pensar que el discurso cientfico
no requiere una preocupacin de estilo, de dominio de la redaccin: en
la historia de la lengua espaola ha habido cientficos muy notables, en
todas las pocas, como el doctor Laguna, don Diego de Torres Villarroel,
Jorge Juan, el padre Sarmiento, don Andrs Piquer, el doctor Maran
o don Julio Rey Pastor, que se han caracterizado tambin por una clara
vocacin de estilo, y que han llegado a utilizar una lengua modlica, a
convertirse en autoridades del idioma. La claridad no est reida con
la elegancia.
2. Comentarios de Lengua Espaola
24 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

2.1.4. Hay, tambin, en el discurso cientfico, unos requisitos de


construccin. El autor literario puede intercalar narracin, descripcin
y dilogo; cambiar de tercera a primera o segunda persona, empezar
su texto ex abrupto o in medias res, o sea, saltarse el orden lgico de
los acontecimientos, volver atrs o adelantarse, y nada de ello le est
permitido al cientfico, aunque le quepan algunas posibilidades estructu
rales, analtica, sinttica o paralela, analizadas en otro lugar2. Los ele
mentos constituyentes del discurso cientfico se ordenan dialcticamente
en una tesis, una anttesis y una sntesis, que se pueden desplegar como
un planteamiento (tesis), una serie de limitaciones o restricciones al
mismo, que pueden incluir la consideracin histrica de los intentos
precedentes, la postulacin de esa tesis como un teorema, que precisa
una demostracin, esta demostracin, con respuesta a las posibles obje
ciones (anttesis) y unas conclusiones, afirmativas o negativas. En un
fragmento breve, como los que ofrecemos, lo normal es que no quepa
materialmente el proceso completo.

TEXTO 1

2.2.

Una de las caractersticas principales de la radiacin lser


es su intensidad. La palabra lser es un acrnimo formado
con las iniciales de la definicin inglesa a que ese concepto
remite: amplificacin de la luz por emisin estimulada de ra
diacin. La amplificacin genera una cascada de fotones (cuan
tos de radiacin electromagntica en un haz estrecho). Desde
los das de su invencin, en la dcada de los cincuenta, se pens
ya en el aprovechamiento de los intensos haces de lser para
aportar grandes cantidades de energa a los materiales en pro
cesos industriales. La idea se ha convertido en un tcnica des
arrollada.

Opcin A
1. Caractersticas principales de los textos cientficos, tal como se re
flejan en ste.
2. Las siglas y acrnimos y su papel en el espaol actual.
3. Anlisis sintctico desde el principio hasta radiacin (ln. 5).
4. Valor de la alternancia de los tiempos de presente y de pasado en
el texto.

Opcin B
1. Colocacin y significacin de los adjetivos del texto.
2. Anlisis sintctico a partir de desde (ln. 6) hasta el final.
2 Cfr. F. Marcos Marn, El comentario lingstico, cit., cap. II.
TEXTOS CIENTFICOS 25

Las palabras de origen griego (helenismos) y su importancia en


el vocabulario cientfico.
Valor del verbo copulativo en el texto.

OPCIN A

Caractersticas principales

2.2.1. La primera caracterstica de este texto, que lo configura como


texto cientfico, es que sus elementos lxicos fundamentales, configu
rados como signos, es decir, como asociacin de expresin y contenido,
no son propiamente signos lingsticos, porque son unismkxn, es de
cir, estn empleados con un valor que excluye toda ambigedad. Las
palabras radiacin, lser, intensidad, acrnimo, amplificacin, emisin,
estimulada y radiacin, e incluso la frase metafrica cascada de fotones,
as como energa y proceso, no tienen el valor amplio del lenguaje
corriente, sino un uso especfico, restringido, limitado precisamente al
lenguaje tcnico y cientfico. Intensidad, por ejemplo, no es aqu grado
de energa de un agente natural o mecnico, de una cualidad, de una
expresin, etc., segn la definicin del diccionario acadmico, sino una
propiedad fsica, que corresponde a la mayor o menor amplitud de
onda producida por una vibracin (y ahora habramos de definir am
plitud y onda, del mismo modo, y as sucesivamente, hasta que todo el
lenguaje fuera monosmico, es decir, artificial, claramente diferenciado
del lenguaje humano, natural, polismico).
2.2.1.1. Notamos tambin en el texto que, pese a lo sealado ante
riormente sobre los condicionamientos semnticos de su lxico, no tien
de hacia la frmula, sino que introduce elementos propios del lenguaje
ordinario, en un deseo claro de aumentar la comprensin del lector.
Se trata de un texto de divulgacin cientfica, no dirigido a especialistas,
sino a un pblico que sin ser el gran pblico basta con que sea
culto, y no necesariamente especializado. Por esta razn aparecen en
el texto rasgos de los textos humansticos, como veremos al ocuparnos
de los tiempos verbales, en la cuarta pregunta (2.2.4).
2.2.1.2. Tambin es indicativa de este tipo de textos la presencia de
definiciones, gracias a la frmula de equivalencia, expresada lingsti
camente mediante la construccin copulativa con ser: una de las ca
ractersticas... es su intensidad, la palabra... es un acrnimo..., o
mediante la frmula del discurso directo en la representacin grfica,
o sea los dos puntos, como definicin inglesa...: amplificacin.... Es
tos rasgos tienen una inmediata incidencia en la sintaxjs, en la estruc
tura de la frase, con prrafos cortos, lmites oracionales bastante pre
cisos, incluso netamente cortados, escasa presencia de modificadores,
y carcter predominantemente especificativo de stos cuando aparecen,
como se ve en los adjetivos inglesa, estimulada, desarrollada, especifi
cativos pospuestos; pero tambin en los antepuestos, como analizare-
26 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

mos al comentar la primera pregunta de la opcin B. Algunos de estos


adjetivos, como estimulada y electromagntica pertenecen incluso a esta
jerga tcnico-cientfica, es decir, tampoco son signos lingsticos pro
piamente dichos.
2.2.1.3. Con mucha frecuencia, cuando estamos ante un texto de
carcter tcnico sobre todo y cientfico, tenemos que referirnos a
su adecuacin o inadecuacin a la norma. Aqu convienen dos obser
vaciones; la primera es reiterarnos en lo ya dicho, a saber, que en la
historia de la lengua espaola son muchos los autores cientficos que
han unido su maestra en el manejo de su medio de expresin con el
dominio de los conocimientos de su especialidad; la segunda es que,
desgraciadamente, parace haber una opinin generalizada entre los cien
tficos de nuestro tiempo, segn la cual la labor de los humanistas
sera de soporte de la expresin cientfica, que es lo nico importante
para el progreso segn ellos, lo cual querra decir que la labor de
las humanidades se reduce a ensear a los cientficos a dominar el
medio de expresin, y a simplificar ste para hacerlo cada vez ms apto
para la transmisin de conocimientos cientficos y tcnicos: las huma
nidades se convertiran as en mtodos o tcnicas auxiliares de la cien
cia. Por otro lado, aunque sean muchos y muy notables los cientficos
que dominan la expresin lingstica, no cabe duda de que en estos
textos se registran, en gran medida, contravenciones de la norma, y
que, en un anlisis de caractersticas, puede ser importante sealarlo,
cuando se presente. Nuestro texto es, en este punto, bastante cuidado;
podemos, empero, sealar tres construcciones discutibles: la primera
es el empleo del adjetivo inglesa en la frase definicin inglesa; puesto
que lo que se quiere decir es que la palabra lser est formada por las
iniciales de las palabras que componen su definicin en ingls, debera
usarse la frase prepositiva y decir definicin en ingls, lo importante
no es que la definicin sea inglesa, sino que la frase est en lengua
inglesa, en ingls. La segunda construccin es aportar grandes canti
dades de energa a los materiales en procesos industriales, donde en
procesos industriales resulta ambiguo: no se sabe si modifica a mate
riales o al infinitivo aportar (al cual modifica realmente), la ambigedad
se deshara, bien con una coma antes de en procesos (he aqu la im
portancia de un uso adecuado de la puntuacin), bien llevando en pro
cesos..., preferiblemente entre comas, hasta la posicin siguiente al infi
nitivo aportar: aportar, en procesos industriales. La tercera observa
cin es ms discutible, y se refiere al una de en una tcnica desarrollada,
si no tiene el valor de delimitacin y concrecin, dentro de su actuali
zacin imprecisa, el artculo una sobra; debe decirse se ha convertido
en tcnica desarrollada.

II

Las siglas y acrnimos

2.3.1. La palabra lser y el que se diga de la misma que es un


acrnimo permiten hacer una pregunta sobre siglas y acrnimos, en
relacin con la intencin global de este conjunto de cuatro preguntas
TEXTOS CIENTFICOS 27

llamado opcin A: la caracterizacin del lenguaje cientfico a travs


del texto3.
2.3.1.1. La sigla, segn el Diccionario de la Real Academia, es la
letra inicial que se emplea como abreviatura de una palabra. Los ejem
plos ms antiguos seran SPQR (Senatus populusque romanus, o sea, el
senado y el pueblo romano) e INRI (Iesus Nazarenus Rex Iudaeorum,
Jess Nazareno, rey de los judos). La sigla es, por tanto, la inicial y
el conjunto de siglas que forman un rtulo o denominacin, como aca
bamos de ver. El acrnimo sera la palabra formada con las iniciales de
otras, como lser (light amplification by stimulated emission of radia-
tion). De este modo, la sigla conserva como caracterstica su peculiar
forma grfica, mientras que el acrnimo se convierte en una palabra
ms de la lengua, escrita con minsculas y ms fcilmente adaptable a
las modificaciones morfolgicas (nmero, p. ej.). No obstante, esta di
ferencia es muy terica, y se ve desmentida frecuentemente por la reali
dad, que hace difcil el establecimiento de la distincin entre sigla y
acrnimo. Hay siglas que, por su uso frecuente, dejan de escribirse con
todos sus elementos en mayscula, y pasan, como nombres propios,
a escribir con mayscula la inicial solamente: Otan, Nato. A veces la
variacin es aleatoria: RENFE: Renfe. A ello hay que aadir las abre
viaciones silbicas, llamadas muchas veces siglas, por extensin de la
significacin del trmino, como BANESTO (BANco ESpaol de Cr-
diTO), que pueden funcionar como los acrnimos y confundirse con
ellos, como hifi (high fidelity, alta fidelidad, en traduccin que simple
mente calca la construccin inglesa). La forma hifi, con minscula,
sera equiparable a acrnimos como lser y, admitiendo la definicin
amplia de acrnimo como palabra formada con slabas y letras de
una serie de palabras, estara en el mismo grupo que lorn (long range
avigation) o radar (radio fetecting and ranging).
2.3.1.2. No hay, pues, una perfecta diferenciacin entre sigla, acr
nimo y abreviatura, aunque pueden establecerse ciertas diferencias b
sicas. Nos interesa ms sealar que el incremento del lxico mediante
siglas puede afectar de modo importante la morfologa espaola. Tra-
dicionalmente, la representacin del plural en siglas se hace duplicando
la inicial, EEUU es Estados Unidos, NBAAEE es Nueva Biblioteca de
Autores Espaoles, aunque esta prctica va cayendo en desuso. A veces
hay adaptaciones adecuadas de gnero y a veces no: se dice la SAM
seala Mariner y no los SAM, a pesar de tratarse de los Sindicatos
Agrcolas Montaeses. Las abreviaciones propiamente dichas, es decir,

3 En lo que sigue recogemos y resumimos el apartado 3.6. del cap. III de Re


forma y modernizacin del espaol, cit. Cfr. tb., especialmente, Vidal Alba de Die
go, Marcas, abreviaciones y siglas en el lenguaje publicitario, Prohemio, 4/3,
1973, pp. 349-378; Manuel Casado Velarde, Creacin lxica mediante siglas, RSEL,
9/1, 1979, pp. 67-88; Jan Jurista, Algunos aspectos de las siglas y abreviaturas en
el espaol moderno, Zbornik Filozofickey Fakulty Univerzity Komenskho (Bra-
tislava), XXII, 1970, pp. 85-92; Rafael Lapesa (coord.), Comunicacin y lenguaje,
Madrid, Karpos, 1977; Sebastin Mariner, Diferenciacin grfica de lexemas,
RSEL, 2, 1972, pp. 1-15; Ambrosio Rabanales, Las siglas: un problema de fonolo
ga espaola. Boletn de Filologa de la Universidad de Chile (BFUCh), XV, 1963,
pp. 327-342; Manuel Seco, El lxico de hoy, en la compilacin citada de R. La-
pesa, pp. 181-201; M. Sergio Serrn, Las siglas en el espaol del Uruguay, Letras
(Instituto Pedaggico, Caracas). 28, 1972, pp. 79-103.
28 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

el resultado de acortar una palabra suprimiendo su terminacin, han


ampliado notablemente el nmero de sustantivos femeninos terminados
en -o: moto, radio, foto, cuando no han dado lugar, en la lengua
vulgar, a curiosas evoluciones: as, de la moto, por un falso corte, unido
al sentido idiomtico que hace ver como masculino las palabras termi
nadas en -o (que se analiza como morfo masculino aunque, propiamente,
no lo sea), se pasa a el amoto y de ah a un amoto, mi amoto nuevo.
2.3.1.3. El fenmeno no es nuevo. Los primitivos cristianos se reco
nocan por el dibujo de un pez: la palabra griega para 'pez', ijzs, con
tiene las iniciales de la frase Iess Jrists Ze Uis Sotr, que significa
Jess Cristo de Dios Hijo Salvador, el dibujo del pez era as un picto-
grama que serva de clave de una sigla mediante la cual se remita a
una profesin de fe comn. Es nueva, sin embargo, la difusin extraor
dinaria de este procedimiento, que ofrece la ventaja de ser universal,
pues muchas siglas son comunes en varios idiomas, en los cuales los
hablantes pueden no saber exactamente a qu palabras corresponden
en su lengua originaria. As, muchos hispanohablantes (y tambin anglo-
hablantes) emplean las palabras lser o radar sin saber qu frase abre
vian. Dmaso Alonso ha llamado a nuestro siglo, con un juego de pala
bras, un siglo de siglas, y le ha dedicado un poema significativo. Se
alemos, por ltimo, que no siempre se leen igual las siglas: las posi
bilidades van desde la lectura de corrido, como en inril hasta la alter
nancia con la lectura deletreada, como en RIP (rip o erre i pe).

III

Anlisis sintctico

2.4.1. El tipo de anlisis del texto que se puede hacer aqu se basa
en una sintaxis elemental y es, fundamentalmente, un anlisis de super
ficie, o sea, de su estructura patente. Nos conformamos con sealar las
principales funciones de los elementos que componen las oraciones cuyo
anlisis sintctico se pide, al hilo de lo cual podremos hacer algunas
observaciones de carcter pedaggico, que pueden incluir la adverten
cia sobre los principales errores posibles.
2.4.1.1. El fragmento cuyo anlisis se pide est dividido en dos
partes claras, desiguales:
1. Una de las caractersticas principales de la radiacin lser
es su intensidad.
2. La palabra lser es un acrnimo formado con las iniciales
de la definicin inglesa a que ese concepto remite: amplifi
cacin de la luz por emisin estimulada de radiacin.
El nmero 1 corresponde a una oracin copulativa, aseverativa afir
mativa. Consta de un sujeto (una de las caractersticas principales de
la radiacin lser), una cpula expresada por el verbo ser en tercera
persona del singular del presente de indicativo, y un predicado nominal
(su intensidad). Algunos alumnos pensaron que el sujeto era caracters
ticas principales, lo cual es imposible, por ir en plural, mientras que el
TEXTOS CIENTFICOS 29

verbo, en forma esx va en singular: el sujeto concierta en nmero con


el verbo. No cabe pensar en ese tipo de anacoluto, o ruptura de concor
dancia formal que se llama la concordancia ad sensum o por el sentido,
ya que existen dos elementos en singular, una (determinado por la cons
truccin que sigue al nexo de las caractersticas principales, deter
minada a su vez, con el mismo nexo, por la radiacin lser) e inten-,
sidad. Podemos decir que el ncleo del sujeto es una (a quien caracte
rizamos as como partcula anafrica, sustitua, de tipo pronominal)
porque toda la frase que lo tiene como ncleo (y que consta, como sabe
mos, de ese ncleo, de un adyacente modificador expresado por una
frase prepositiva introducida por de, modificado a su vez por otra frase
prepositiva introducida por de) es lo que se llama el tema, es decir, ex
presa lo que se considera como ya sabido o, si se quiere, lo que no
aade nada a lo que ya sabamos, mientras que intensidad es algo que
no sabamos previamente, es lo que se aade a nuestro conocimiento
anterior, es el rema. Por eso es posible que algunos hayan pensado que
caractersticas podra ser el sujeto; pero no lo es porque no cumple una
condicin sintctica, la de concordancia, es el ncleo del tema, que no
es lo mismo. Si expresramos ordenadamente lo que sabemos, tendra
mos las caractersticas en primer lugar, segn este orden:

La radiacin lser tiene varias caractersticas


primer tema primer rema, pasa a tema
en la oracin lgicamente siguiente

Una caracterstica, entre las principales, es la intensidad


segundo tema segundo rema

(Hemos simplificado el anlisis, que requerira una etapa previa y


otra intermedia, al menos.)
Caracterstica, por tanto, sera el ncleo del sujeto latente o profun
do, del sujeto semntico (en un determinado concepto de semntico):
al hacer ahora un anlisis de superficie, de lo patente, tenemos que
sealar la funcin de sujeto de una. Esto implica, naturalmente, que
el ncleo del predicado nominal es intensidad, que va acompaado del
determinante su.
i
Sujeto: Una de las caractersticas principales de la radiacin lser
ncleo frase prepositiva frase prepositiva
(C. Determinativo) (C. Determinativo)

2.4.1.2. El nmero 2, en cambio, es mucho ms complejo, incluso


superficialmente:

La palabra lser es un acrnimo formado con las iniciales


de la definicin inglesa.

Sera la oracin principal (o la suboracin principal, si entendemos


el conjunto como una sola oracin, que abarca varias suboraciones).
Es tambin una oracin copulativa, aseverativa afirmativa.
30 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

Sujeto: La palabra lser, constituido por el determinante la (mor


folgicamente un artculo), el ncleo palabra (morfolgicamente un sus
tantivo) y el modificador lser, con funcin metalingstica como
sealan las comillas. Al ser lser otro sustantivo, la modificacin que
realiza sobre palabra recibe el nombre de aposicin. Como no hay pau
sa entre ambos, es una aposicin unimembre.
Cpula: es.
Predicado nominal: un acrnimo formado con las iniciales de la
definicin inglesa (-{-la proposicin de relativo y la aposicin que vere
mos luego).
El predicado nominal es muy complejo. Su ncleo es el sustantivo
acrnimo, que lleva como determinante el artculo un y como modifi
cador a formado, un participio cuyo valor de adjetivo queda resaltado
porque el complemento que lleva, a su vez, no lleva el nexo por que
esperaramos si conservara su carcter verbal (pasivo que requiere un
agente introducido por esta preposicin), sino el nexo con, propio de
los complementos de adjetivo. La frase prepositiva con las iniciales
tiene su ncleo en el sustantivo iniciales y va modificada por otra frase
prepositiva, complemento determinativo del sustantivo ncleo, la defi
nicin inglesa, con ncleo en definicin, acompaado de un determi
nante, el artculo la, y un modificador, el adjetivo inglesa.
Estos modificadores, adems, se prolongan en una construccin que
separamos de acuerdo con el criterio superficial de que consta de otro
verbo en forma personal: a que ese concepto remite. Se trata de una
suboracin intransitiva, aseverativa afirmativa, cuyo sujeto es ese con
cepto (ese es un determinante, dectico, demostrativo, del ncleo, el
sustantivo concepto), y cuya frase verbal consta de un ncleo, expresado
por el verbo remite, que rige, mediante el nexo a, un complemento
preposicional o suplemento (cfr. 2.6.2.4 y 2.6.4.3), el relativo que, con una
doble funcin, la de suplemento (equivalente a ella, anafrico de defi
nicin) y la de nexo, que une esta suboracin a la precedente, de la que
forma parte, como adjetiva o de relativo (equivalente a la cual).
Nos queda la expresin amplificacin de la luz por emisin estimu
lada de radiacin, precedida, no lo olvidemos, de los dos puntos. En un
anlisis superficial, insistimos, podramos decir que forma parte del
predicado nominal, como una aposicin de definicin. Amplificacin
sera el ncleo de una frase nominal que rige una frase prepositiva, de
la luz, con ncleo en luz y otra, por emisin estimulada, con ncleo en
emisin (con estimulada como modificador), el cual rige a su vez otra
frase prepositiva, con ncleo en radiacin. Un anlisis ms profundo
nos dira que en la base est una estructura que podramos expresar
como la definicin es 'amplificacin...', donde toda expresin des
empeara el papel de predicado nominal. Tambin cabe pensar en un
verbo performativo (como un verbo de decir) y suponer una etapa ms
profunda que la que tenemos, que expresaramos por algo as como:
la definicin dice (o reza) amplificacin....

2.4.2. El anlisis sintctico esbozado anteriormente ofrece, por tan


to, varias posibilidades de profundizar, recomendables en clase, pero
inconvenientes en el ejercicio escrito segn el modelo actual, con sus
limitaciones de tiempo. Por eso recomendamos la frmula ms super-
TEXTOS CIENTFICOS 31

ficial, con indicacin somera del tipo de relaciones entre los ncleos,
y las funciones desempeadas por los distintos elementos, aclarando,
eso s. en caso de duda o vacilacin, por qu se toma ese camino, en
vez de otro que se ve, y se seala, como posible.
2.4.3. Este esquema de relaciones sintcticas refuerza lo que ha
bamos dicho en 2.2 sobre las caractersticas del lenguaje de estos tex
tos, si bien nos lleva a aadir una caracterizacin adverbial importante,
que slo aparentemente se presentan estos textos como de estructura
sencilla, pues bajo sta puede quedar recubierta una compleja estruc
tura lgica, obviada muchas veces por los procedimientos ortogrficos
que sirven para expresar la funcin metalingstica o el estilo directo
que corresponde a las definiciones: las comillas, el subrayado, o los
dos puntos introductorios. En este sentido, los anlisis modernos de
estructuras textuales, adems de distinguir varios niveles de estructu
ras, recurren a conceptos, como los de tema y rema, que aqu hemos
simplificado como la informacin conocida y la informacin apor
tada, respectivamente.

IV

Valor de la alternancia de los tiempos

2.5.1. Para determinar el valor de los tiempos de presente y de


pasado en este texto debemos partir de una consideracin terica previa.
Consideraremos que los tiempos verbales significan fechaciones en la
lnea del tiempo, es decir, a diferencia de autores como Weinrich, de
fenderemos que tienen relacin con lo que llamamos tiempo. Expresan
esa relacin en torno a tres momentos temporales absolutos, el pasado,
el presente y el futuro. El pasado es el tiempo que ya se ha cumplido,
el presente el tiempo del ahora, y el futuro es el tiempo que ha de venir.
Gramaticalmente entendemos el presente como algo que no es slo pun
tual (un punto entre el pasado y el futuro), sino como un perodo
situado entre pasado y futuro, que puede tener toda la amplitud que
queramos darle. Por ello es posible incluso que sea atemporal, es decir,
que valga para todos los tiempos, o quede fuera del tiempo; esta razn
lo convierte en el tiempo de las afirmaciones permanentes (Dios es),
las habituales (voy todos los das a la biblioteca), o las definiciones cien
tficas (el cuadrado de la hipotenusa es igual a la suma de los cuadrados
de los catetos) Por esta razn, el presente aparece en el discurso cien
tfico y tiene un lugar claramente delimitado en l.
2.5.1.1. Empleamos los tiempos del pasado para comunicar la ex
periencia anterior. Como el pasado es ya historia, porque ha ocurrido,
se subdivide en ms tiempos gramaticales que el presente y el futuro.
As, junto al pretrito, que expresa de modo absoluto el tiempo pasado,
tenemos el copretrito (cantaba), que expresa simultaneidad con el pre
trito, o el antepretrito (hube cantado, haba cantado), que expresa
accin anterior a la del pretrito. Los tiempos del pasado, por la gran
variedad de matices temporales que expresan, son los indicados para
contar; son los tiempos propios del discurso histrico. Simultneamente,
32 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

hemos de tener en cuenta que el pasado implica tambin anterioridad


al presente y que, a los tiempos de pasado hemos de aadir un tiempo
relativo al presente, el antepresente (he cantado). Este tiempo sirve de
unin entre presente y pasado, y se refiere a un desarrollo temporal
que llega hasta el presente. Conviene advertir, adems, que es un tiempo
mucho ms usado en Espaa (salvo en Galicia y Asturias, con parte
de Len) que en Amrica, por lo que su empleo puede servir tambin
para la caracterizacin geogrfica de un texto.
2.5.1.2. Harald Weinrich4, preocupado por las diferencias que deli
mitan el uso de un sistema temporal tan rico como el espaol, ha agru
pado los tiempos en dos mundos: unos expresan el mundo comentado,
y son tiempos del comentario; otros expresan el mundo narrado, y son
tiempos de la narracin. He aqu el esquema de los dos grupos tem
porales:
Grupo temporal I Grupo temporal II

(mundo comentado) (mundo narrado)


canta cant
cantaba
lia cantado hubo cantado
haba cantado
acaba de cantar acababa de cantar
cantar cantara
habr cantado habra cantado
va a cantar iba a cantar

La aparicin en un texto de un tiempo de la columna I significa, por


tanto, que ese texto es un comentario, mientras que el uso de los tiem
pos de la columna II corresponde a una narracin. Dentro de una
narracin pueden incluirse prrafos de comentario, y viceversa; pero
el anlisis conjunto de las formas verbales empleadas en un texto es lo
que nos indicar a qu grupo pertenece en conjunto. Tambin hay que
tener en cuenta que, por razones estilsticas, es decir, marginales al
uso habitual de la lengua, aunque dentro de ste, puede emplear un
autor un tiempo de una de las columnas en vez de un tiempo de la
otra: el ejemplo tpico es el llamado presente histrico, uso del presente
para expresar el pasado, en vez del pretrito; con l se pretende acercar
la narracin al lector u oyente: al decir Coln sale del puerto de
Palos en lugar de sali, intentamos presentar ese momento como
si se desarrollara ante nuestros ojos (se busca el mismo efecto, en una
pelcula, cuando un personaje empieza a contar algo, y la imagen pasa
a mostrarnos esa accin que se nos narra, con imgenes).
2.5.2. En el verbo espaol se expresa formalmente de modo con
junto el tiempo con el aspecto. El aspecto es una categora gramatical
que, para el espaol, expresa si la situacin verbal (es decir, lo que el
verbo expresa) es una accin acabada, o una accin en desarrollo, in
acabada: la accin acabada se expresa con la forma del aspecto perfec
tivo, la inacabada con el imperfectivo. La forma perfectiva tpica en
4 Estructura y funcin de los tiempos en el lenguaje, Madrid, Gredos, 1968
(1.a ed. alemana, 964).
TEXTOS CIENTFICOS 33

espaol es el pretrito (cant); porque la accin propiamentes termi


nada, en una lengua como el espaol, que no tiene indicadores formales
(morfos) de aspecto, slo se puede expresar vinculada al tiempo pasado.
2.5.2.1. Hay que tener en cuenta, al mismo tiempo, que junto al
aspecto, que es una categora gramatical, existe una categora semntica,
el modo de accin, que se refiere a la significacin propia del verbo,
la cual puede implicar que la accin tenga que completarse para reali
zarse (como en abrir o cerrar), o que se realice en su desarrollo (como
andar, nadar), junto a otros matices posibles, siempre en el terreno
semntico (iteracin, reiteracin, hbito, y dems).
2.5.3. La consideracin conjunta de aspecto (gramatical, expresado
junto con la forma temporal) y modo de accin (semntico, expresado
en la base del verbo) explica por qu el antepresente (he cantado, mal
llamado 'pretrito perfecto' puesto que no es ni 'pretrito' ni 'perfecto')
no tiene aspecto perfectivo. Lo que ocurre es que cuando el verbo tiene
un modo de accin perfectivo, la significacin conjunta de la forma
verbal es perfectiva: en he abierto la puerta lo que hace que la accin
de abrir sea perfectiva, est terminada, no es el uso de haber -f participio,
sino que abrir tiene un modo de accin perfectivo; se abre algo cuando
queda abierto tras realizar la accin verbal. En cambio, en he andado
muchos caminos nada hay, gramaticalmente, que seale que se ha ter
minado de andar: para expresar esa accin como terminada tenemos
que usar anduve, que s une al tiempo pasado el aspecto perfectivo.
2.5.4 Revisemos ahora las formas verbales que aparecen en el frag
mento. Como presentes tenemos es (dos veces), remite, genera; todos
ellos corresponden a definiciones o acciones intemporales, todos ellos
podran ir acompaados de adverbios como siempre, o normalmente.
El pasado se expresa por pens y ha convertido. Dominan los tiempos
del comentario (los presentes ms ha convertido) frente a la nica mues
tra de tiempo de la narracin (pens), lo cual conviene con todas las
caractersticas de texto cientfico que tiene este fragmento.
2.5.4.1. Todava hay una diferencia, la que separa pens de ha con
vertido, el aspecto. Pens tiene aspecto perfectivo, indica que la accin
de pensar qued terminada en el pasado; en cambio, ha convertido
no tiene aspecto perfectivo, la accin de convertir no ha quedado ter
minada, sino que se prolonga hasta el presente. Se trata de un matiz
importante, porque la mayora de los gramticos espaoles (no as los
hispanoamericanos) no seala adecuadamente este hecho.
2.5.4.2. La alternancia de los tiempos de presente y pasado se con
figura en el texto de un modo muy preciso: el pasado est expresado
por un pretrito (perfectivo), pens, que nos lleva a un punto temporal
alejado (los das de su invencin); entre el pasado y el presente pe sita
ha convertido (neutro desde el punto de vista aspectual, por la capacidad
de combinar aspecto y modo de accin diversos), que expresa una situa
cin verbal iniciada en el pasado que llega hasta el presente (y puede
continuar hacia el futuro); los presentes aaden una caracterstica nueva,
la de su carcter intemporal, es decir, la validez de la predicacin
para cualquier momento temporal, siempre que se cumplan las premisas
que% se sealan. Este encadenamiento de las situaciones verbales para
concluir en una afirmacin general es caracterstico del discurso cient-
34 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

fico, y confirma todas las indicaciones que venimos haciendo desde el


principio de nuestro anlisis.
2 5.5. Damos aqu por concluida la explicacin de la opcin A. No
suponemos, naturalmente, que un alumno haya dicho en tres cuartos
de hora lo que nosotros llevamos ya expuesto en doce folios mecano
grafiados; pero ya indicamos nuestra idea de no convertir este libro en
un solucionario. Hgase, si se desea, el ejercicio de copiar a mano los
prrafos 2.2.1, la segunda mitad de 2.2.1.3, parte de 2.3.1.1, los esquemas
de 2.4.1.1, 2.4.1.2 y 2.5.4.2 y se ver que es posible hacerlo en ese tiempo.
Eso no significa que consideremos que esos puntos sean la concreta
respuesta a las preguntas, porque no nos lo queremos plantear as.

OPCIN B

2.6.1. La necesidad de agilizar el contenido del libro, y de no alcan


zar un nmero de pginas monstruoso, nos lleva a huir de la reiteracin.
Como, por otro lado, el ndice de materias ha de permitir una bsqueda
rpida de las referencias cruzadas, sealaremos cundo hemos optado
por no repetir. Tambin, en este deseo de evitar la monotona, queremos
advertir que no siempre desarrollaremos en primer lugar la opcin A,
porque, con frecuencia, se han pensado las dos simultneamente al cons
truir el ejercicio, y no son raras las ocasiones en que se ha pensado
primero la B.

Colocacin y significacin de los adjetivos del texto

2.6.1.1. Llamamos adjetivo calificativo atributivo a aquel que se


refiere a un sustantivo, modificndolo directamente. La unidad que se
forma recibe el nombre de juncin. En la juncin el sustantivo es el
trmino primario, y el adjetivo, el secundario o adjunto. Funcionalmente,
pues, el adjetivo es un adyacente, modificador de un sustantivo, cuando
se trata de un adjetivo calificativo, como en libro interesante, familia
numerosa, grandes elogios, donde tenemos tres ejemplos de juncin.
2.6.1.2. Los ejemplos anteriores muestran tambin que la frase inte
grada por un sustantivo y un adjetivo admite, en espaol, un orden
alternativo: grandes obstculos obstculos grandes. Algunas gramticas
dicen que el adjetivo antepuesto es explicativo y pospuesto especifica
tivo; pero esto no es verdad. El adjetivo explicativo es el que insiste
en una cualidad contenida en la significacin propia del sustantivo, o
que presenta como propia del sustantivo, tomando el conjunto de ele
mentos que el sustantivo designa, mientras que el adjetivo especificativo
sirve para expresar que del conjunto designado por el sustantivo se
separa una parte, caracterizada por la cualidad que el adjetivo expresa.
Si yo digo
las tristes noticias me asustaron
TEXTOS CIENTFICOS 35

puedo interpretar que todas las noticias eran tristes y que, por ello, el
adjetivo triste, explicativo, se limita a destacar una condicin, un rasgo
de significacin (semntico), propio del sustantivo noticias: las noticias
pueden ser tristes o alegres, nuestro ejemplo toma el sustantivo noticias
en conjunto, y afirma que tristes es una cualidad que se atribuye a todo
ese conjunto de noticias.
2.6.1.3. Si decimos

las palabras amables consuelan al triste


usamos amables para especificar que del conjunto de palabras slo
tomamos las que tienen la cualidad de ser amables, y que no nos inte
resan las palabras que no son amables. Si, en el caso del explicativo,
podamos suponer que todas las noticias eran tristes, en el caso del
especificativo lo que suponemos es que hay algunas palabras que son
amables y otras que no lo son, las que consuelan al triste son slo las
amables. Con la explicacin consideramos la totalidad del referido
del sustantivo, con la especificacin separamos un subconjunto.
2.6.1.4. Hay un tipo de adjetivo explicativo que expresa una cuali
dad constante y caracterizadora del sustantivo, su rasgo tpico. Este
adjetivo recibe el nombre de epteto. En los ejemplos
hierba verde, blanca nieve,
verde y blanca, respectivamente, expresan las cualidades propias y carac
tersticas de la hierba y de la nieve, son eptetos de estos sustantivos.
2.6.1.5. Los calificativos, en sntesis, se refieren a una cualidad del
sustantivo: los especificativos son restrictivos, y los explicativos, glo-
balizadores e insistentes; los primeros diferencian subconjuntos dentro
del conjunto referido por el sustantivo, los segundos se refieren al con
junto como tal.
2.6.1.6. En lo que se refiere a la colocacin del adjetivo y el sustan
tivo, en el interior de la juncin, estamos ante una situacin compleja.
Si bien es cierto que los adjetivos explicativos prefieren la colocacin
antepuesta y los especificativos la pospuesta, esta colocacin no es obli
gatoria, como se ve en nuestro anterior ejemplo hierba verde, donde
verde es un explicativo, epteto, y va pospuesto. Para juzgar adecuada
mente la colocacin de adjetivo y sustantivo y su valor, debemos tener
en cuenta hasta cuatro factores:

a) La construccin latina originaria.


b) El significado de los adjetivos, su semntica.
c) El contexto gramatical.
d) Las preferencias estilsticas y literarias de la poca.
2.6.1.6.1. En lo que se refiere a la construccin latina originaria,
la historia de la lengua nos dice que el orden normal latino era adjeti
vo + sustantivo (magna iniuria, 'gran injusticia'), salvo si el sustantivo
era monoslabo (como res en res noua, 'cosa nueva'), o el adjetivo pro
ceda de nombre propio, en cuyo caso se impona la posposicin del
adjetivo (como ocurre con el adjetivo Romanus en Senatus Populusque
36 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

Romanus, 'el Senado y el pueblo romano'). Dejando aparte algunas


frmulas, expresiones fijas, cuando se inverta este orden se realzaba
el adjetivo, por intensificacin semntica y estilstica. En el paso a las
lenguas romances o romnicas, derivadas del latn, como castellano,
cataln, gallego-portugus, francs, italiano, etc., la situacin se va in
viniendo, hasta llegar a la actual, en la que ya hemos sealado cmo la
preferencia es que el orden habitual, sin realce del adjetivo, sea sustan
tivo + adjetivo (injuria grande), mientras que con realce del adjetivo
tenemos el orden adjetivo + sustantivo (gran injuria). El conocimiento
de estos aspectos es vlido en la historia de los estilos literarios, porque
hay pocas, como el siglo xv, en las que se busca el modelo formal lati
no, repitiendo el esquema de colocacin.
2.6.1.6.2. La semntica de los adjetivos, como punto de vista lin
gstico, no estilstico, determina diferencias importantes, hasta permi
tirnos constituir cuatro grupos:
2.6.1.6.2.1. Los adjetivos valorativos son los que ms se prestan
a la valoracin emotiva, subjetiva; en ellos, consecuentemente, es ms
frecuente la anteposicin, aunque se posponen con mucha frecuencia
(no obligatoriamente) cuando son especificativos. P. ej.: un hombre
bueno, mal negocio, muchacha atractiva.
2.6.1.6.2.2. Los adjetivos descriptivos se prestan menos a la antepo
sicin; cuando son especificativos van pospuestos de modo muy mayo-
ritario; pero tambin s posponen cuando son explicativos. Las diversas
posibilidades de invertir el orden son claras en ejemplos como agua
fra, tonos graves, vestido azul, blanca barba. Se "trata de cualidades
objetivas en s, en las que poco puede hacer la apreciacin subjetiva.
Sin embargo, como fijacin de una cualidad, tenemos aqu algunos ep
tetos, como hierba verde o blanca nieve, a los que ya nos hemos referido.
2.6.1.6.2.3. Los adjetivos de relacin o pertenencia rara vez van de
lante del sustantivo. La diferencia entre sustantivo y adjetivo en este
grupo puede llegar a ser mnima: filsofo es sustantivo en un filsofo
alemn y adjetivo en un alemn filsofo; alemn, por su parte, es, res
pectivamente, adjetivo y sustantivo en los mismos ejemplos. A veces,
como sucede en ejemplos como seccin administrativa, diligencia mu
nicipal, el nico orden posible es la posposicin.
2.6.1.6.2.4. El cuarto grupo est integrado por los adjetivos cuasi-
determinativos, frecuentemente antepuestos, ya que su valor los apro
xima a los actualizadores o determinantes: la prxima temporada, las
sucesivas pginas, ejemplos en los que tambin es posible la posposicin.
2.6.1.6.3. El contexto influye tambin en la eleccin del orden de
los elementos dentro de la juncin. Por ello, es difcil que se antepongan
varios adjetivos coordinados, aunque no falten ejemplos, rebuscados,
corno el estril y mal cultivado ingenio mo. Tambin requieren pospo
sicin los grupos con complementos intercalados que prolongan la mar
cha de la frase; un libro ms grueso que este.
2.6.1.6.4. La sensibilidad al contexto est ligada a las preferencias
estilsticas, que constituyen el ltimo aspecto por considerar. Determi
nadas pocas, por motivos diversos, favorecen o reducen la anteposicin.
As pues, el latinizante siglo xv favorece el orden formal latino adjeti
vo -f- sustantivo, el cual coincide con las preferencias de esta poca por
los sintagmas no progresivos, es decir, por la andadura lenta de la frase,
TEXTOS CIENTFICOS 37

en la que no avanza nuestro conocimiento del texto con cada nuevo ele
mento, sino que todo va remansndose en un amplsimo crculo, que se
cierra al final. Otro motivo que favorece la anteposicin es la bsqueda
de los rasgos semnticos esenciales, reflejo del arquetipo platnico,
como sucede en el siglo xvi. En todas las pocas, la poesa se presta ms
que la prosa a la anteposicin del adjetivo.
2.6.1.7. Interpretando, en sentido amplio, y por las razones que el
anlisis sintctico de la opcin A nos marc, que los participios pueden
analizarse como adjetivos en este texto, tendramos las combinaciones
siguientes:
caractersticas principales
acrnimo formado
definicin inglesa
emisin estimulada
radiacin electromagntica
haz estrecho
intensos haces
grandes cantidades ^
procesos industriales
tcnica desarrollada

2.6.1.7.1. De los diez ejemplos, slo en dos hay anteposicin del


adjetivo. En ambos casos, a pesar de la anteposicin, se trata de adje
tivos especificativos (los haces que son intensos y las cantidades que son
grandes), como en los ocho restantes. El empleo de adjetivos especifica
tivos y el predominio de la posposicin caracterizan el lenguaje cient
fico. Prescindiendo del participio formado (porque slo por razones de
contexto, sus complementos, estara ya justificada la posposicin), te
nemos los siguientes adjetivos: son vaorativos los dos antepuestos,
intenso y grande; descriptivo sera estrecho; inglesa, estimulada, elec
tromagntica, industrial y desarrollada son adjetivos de relacin o per
tenencia, mientras que principales es cuasideterminativo. En el caso de
interpretar que intenso est en el texto como expresin de una cualidad
objetiva, sera descriptivo. Recordemos que hemos sealado ya la limi
tacin fundamental de los textos cientficos: que sus elementos lxicos
no son signos lingsticos, sino que estn aparte, por el carcter mono-
smico en que se basa en ellos la relacin entre expresin y contenido.

II

Anlisis sintctico

Desde los das de su invencin, en la dcada de los cincuenta,


se pens ya en el aprovechamiento de los intensos haces de
lser para aportar grandes cantidades de energa a los materia
les en procesos industriales.
2.6.2.1. Primera oracin, aseverativa afirmativa, impersonal (con se
como expresin del morfema de impersonalidad) del tipo de pasiva
refleja impersonal (por el carcter de medialidad del se). Es intransi-
38 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

tiva, aunque el verbo pens lleva un complemento preposicional o suple


mento: pens en ello (en el aprovechamiento ...industriales). Incluye
una proposicin de infinitivo, de carcter final, transitiva, con Objeto
Directo en grandes cantidades de energa, con Objeto Indirecto (a los
materiales en procesos industriales), como confirma la pronominaliza
cin: para aportarlas a los materiales (las O. D. = cantidades); para
aportarles grandes cantidades (les, O. I. = materiales); para aportrselas
(se, O. I. - les ante las) (las, 0. D.).
2.6.2.2. Esta oracin est plagada de circunstanciales: desde los das,
en la dcada, en procesos. A propsito del ltimo cabe la observacin,
que ya apuntamos al ocuparnos de la opcin A, de que se trate de una
construccin normativamente discutible, o de que, en vez de ser un
circunstancial (aditamento) sea un complemento determinativo de ma
teriales (la equivalencia sera materiales de procesos industriales). Esta
hiptesis no nos convence; pero sera tericamente posible, dentro de
la situacin marginal respecto a la norma en la que se mueve ese final
de la oracin: aunque la preposicin introductoria de los complementos
determinativos, su ndice funcional, sea predominantemente de, tambin
aparecen otras preposiciones, como en t con limn, avin a reaccin,
caballo con alas. Completa la reflexin sintctica la referencia a los
abundantes determinativos: de su invencin, de los cincuenta, de los ...
haces, de lser, de energa.
2.6.2.3. El tratamiento que hemos dado al infinitivo, como propo
sicin incluida en el bloque oracional, de carcter sustantivo, es, por
supuesto, una posibilidad de anlisis, dentro de una lnea tradicional y
funcional, no es exclusivo ni excluyente.
La idea se ha convertido en una tcnica desarrollada.
2.6.2.4. La oracin anterior es la segunda. Es una oracin simple,
aseverativa afirmativa. Su sujeto es la idea, mientras que el predicado,
se ha convertido en una tcnica desarrollada, tiene alguna complicacin
mayor. Convertirse es un verbo pronominal, en el que se desempea
el papel de un falso objeto; cuando el verbo no es pronominal es tran
sitivo (convierto algo O.D. en otra cosa), cuando es pronominal es
intransitivo. Puesto que el elemento estructural que sigue a la preposi
cin en es imprescindible, se trata de un suplemento, o complemento
preposicional (en ella). Es interesante hacer notar que el verbo con
vertir (no reflexivo o pronominal) es uno de los pocos que admite un
implemento y un suplemento conjuntamente: le convirti la estatua en
escayola. Es un verbo tetravalente, pues admite' sujeto, implemento,
complemento y suplemento.

III

Los helenismos y su importancia en el vocabulario cientfico


2.6.3. Ya hemos sealado cmo el lxico tcnico y cientfico exige
una gran precisin en la relacin entre expresin y contenido. Esta exi
gencia se refleja fundamentalmente en el lxico, por la necesidad im
periosa que tienen los escritores cientficos de ir creando nuevas voces,
TEXTOS CIENTFICOS 39

o adaptando palabras existentes. En esta tarea, existen los medios in


trnsecos, como la derivacin y composicin, de acuerdo con las pautas
de la propia lengua, las innovaciones extremas, como la invencin de
formas lxicas (como gas y kodak), o procedimientos intermedios, entre
la innovacin y la tradicin, como son los prstamos, es decir, el uso
en espaol de una palabra procedente de otro idioma. A grandes rasgos,
podemos dividir los prstamos en dos grupos, aquellos que proceden
de lenguas clsicas (griego y latn), y los de lenguas modernas (sobre
todo, galicismos, del francs, y anglicismos, del ingls; histricamente,
tendramos que colocar aqu los arabismos, de tanta importancia entre
los siglos xi y xv). Aqu nos interesa un tipo de prstamo de lengua
clsica: los helenismos o palabras procedentes del griego 5, diferenciados
de los prstamos del latn, o cultismos, caracterizados, sobre todo, por
su evolucin fontica peculiar, distinta de la general castellana.
2.6.3.1. Los helenismos se han introducido en espaol por muy di
versas vas: directamente del griego, por medio del latn, por medio del
rabe, o por medio de las lenguas modernas, francs e ingls especial
mente. Unas veces solos, como acrnimo, electromagntica; otras en
combinacin con una palabra latina (televisin, del griego tele, Mejos',
y el latn visione), constituyen la base del lxico-tcnico tradicional y
del lxico cientfico anterior a la revolucin cientfica y tcnica del
siglo xix. A partir de est fecha, se introducen, como televisin, citado,
sobre todo por medio del ingls y el francs.
2.6.3.2. Tras unos primeros helenismos, nombres de accidentes geo
grficos y de asentamientos humanos, muchos de ellos perdidos, hay
una gran cantidad de ellos trados por medio del latn. Destacan de
stos, en relacin con el lxico de la tcnica y la ciencia, los de la
botnica, muchos introducidos en la lengua comn, como cima y tallo,
regaliz y esprrago. A un tipo de lengua especial corresponden los hele
nismos eclesisticos del cristianismo, desde iglesia o parroquia, dicesis,
abad, mrtir, o bautizar. En medicina tenemos helenismos tradiciona
les, desde el antiguo nombre del mdico, fsico, hasta el del estmago,
la citica, el catarro, o la dieta. En muchos casos podemos hablar de
autnticas races prefijas y races sufijas, es decir, palabras griegas que
se usan como primer o segundo elemento, respectivamente, en nume
rosos compuestos, muchos de ellos hbridos: tele- sera una raz prefija
en telmetro, telepata, telekinesia, o en los hbridos televisin y, por
falso anlisis, telediario, teledeporte. El rabe, como decamos antes,
ha servido tambin para introducir numerosos helenismos en la lengua
de todos los das, como es el caso de arroz, atn, acelga o zumo. Con
esta transmisin se inicia un tipo que se ir generalizando, el del prs
tamo por va intermedia: del veneciano, el francs o el provenzal.
2.6.3.3. La conquista de Bizancio por los turcos cierra las comuni
caciones directas con el griego. Sin embargo, la base helnica del lxico
de las ciencias seguir con vitalidad, y sern los pueblos modernos
quienes, a partir del diccionario y no de la lengua hablada, irn creando
la terminologa comn a la ciencia y a la tcnica occidental. En estas
palabras es ms perceptible la caracterstica bsica de las palabras cien-
5 >Cfr. Manuel Fernndez Galiano, Helenismos, en Enciclopedia Lingistica
Hispnica, Madrid, CSIC, II, 1967, pp. 51-77.
40 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

tficas, la correspondencia biunvoca de significante y significado, que


produce alteraciones en la semntica de los helenismos: son muchos
los helenismos castellanos en los que el significado ha variado respecto
al timo griego, es decir, la palabra castellana no significa lo mismo
que la griega de donde procede: acracia, nodo, bacteria, bartono, c
todo, ciberntica, cloro, energa, estoma, higiene, tnico, plstico, din-
mico,*o tcnico/a.
2.6.3.4. Tienen especial importancia los elementos estructurales del
griego que pasan a las lenguas occidentales, y, especialmente, al caste
llano. Adems de los que hemos llamado races prefijas y sufijas, estn
los prefijos y sufijos autnticamente griegos, muy abundantes en estos
textos: prefijos como para- o meta-, los sufijos -ema, -ismo, -asis/-iasis,
-osis, -tico o -ico. En los verbos, sufijos como -izar vuelven a estar en
boga, permitiendo, en conjunto, una capacidad de formacin de termi
nologa realmente apabullante.
2.6.3.5. Precisamente por ello es importante el control del helenis
mo cientfico: gracias a l se pueden formar derivados, compuestos,
realizar cambios de categora gramatical, crear formas hbridas y lograr
todo tipo de adaptaciones. El resultado, sin una medida, es una jerga
incomprensible, que no es griega salvo en la forma, ms o menos re
mota, y que se aleja del habla comn, provocando una sensacin de
rechazo hacia lo esotrico.

IV

Valor del verbo copulativo en el texto

2.6.4. Esta pregunta qued parcialmente contestada, en las respues


tas de A, en lo que se refiere al valor temporal del presente, en oposicin
al pasado y al futuro, a su valor aspectual, imperfectivo, a su uso intem
poral en las definiciones, y a los problemas acerca del sujeto y el pre
dicado nominal, en el anlisis sintctico.
2.6.4.1. Resumiendo todo ello, podramos decir que el verbo copu
lativo aparece con la forma es, que corresponde a la tercera persona del
singular del presente de indicativo de ser: tiempo presente, valor in
temporal, aspecto imperfectivo.
2.6.4.2. Desde un punto de vista sintctico podemos considerar que
la funcin de los verbos atributivos (ser y estar) y la de los predicativos
(los restantes) es la misma, puesto que el espaol exige la presencia de
una forma verbal en cualquiera de las dos construcciones. Sin embargo,
la estructura sintctica es diferente. La oracin atributiva consta de un
sujeto + verbo copulativo + predicado nominal, es decir, exige un pre
dicado nominal, expresado por un adjetivo generalmente o sea, lo que
algunos gramticos llaman un sintagma adjetivo o frase adjetiva, aunque
tambin puede expresarse por un sustantivo. En nuestro texto, su inten
sidad y un acrnimo, los dos predicados nominales que aparecen, son
sustantivos. . ,.
2.6.4.3. Un verbo predicativo, en cambio, puede expresar un predi
cado unido slo a un argumento, su sujeto, como sucede con el verbo
salir, o hasta cuatro argumentos, su sujeto, su implemento (que corres-
TEXTOS CIENTFICOS 41

ponde al Objeto Directo), su complemento (Objeto Indirecto) y su suple


mento (el Complemento preposicional):
Jess les convirti el agua en vino
sujeto complemento verbo implemento suplemento

2.6.4.4. Como expresin de una relacin directa entre su sujeto y su


predicado nominal, el verbo copulativo puede expresar una igualdad o
una identidad (en este caso se utiliza el verbo ser) o un resultado o cua
lidad transitoria, y en este caso recurrimos a estar, que es tambin el
verbo de unin entre su sujeto y una cualidad adquirida. Adems, cuan
do el predicado nominal es un sustantivo, como sucede en este texto,
slo puede utilizarse ser.
2.6.4.5. As, pues, a los caracteres sealados en 2.6.4.1. tenemos que
aadir ahora que el ncleo del predicado nominal es sustantivo en los
dos ejemplos del texto, lo cual obliga a que el verbo copulativo sea ser.
El verbo ser tiene un valor esencial, y establece una equivalencia entre
sujeto y predicado. Esta caracterstica es importante para su uso en los
textos cientficos, donde puede tomar el valor de la expresin de igual
dad ( = ). Por ello es adecuado para las expresiones formulaicas, del tipo
lser es un acrnimo / lser = acrnimo,
siendo su presencia en el texto, y el modo en el que la construccin se
emplea, un rasgo ms entre los que caracterizan el lenguaje de los textos
cientficos y tcnicos.

TEXTO 2

2.7.

Qu gama de potencia define a los lseres duros? Operan


stos en el intervalo que va desde pocos kilowatt hasta varias
decenas de ellos. De momento, slo los equipos experimentales
y de laboratorio superan los veinte kilowatt. En las industrias
se emplean lseres duros en procesos pesados: soldadura de oleo
ductos y de partes de automviles y tratamiento trmico de su
perficies de cigeales y paneles de cilindros de grandes motores
diesel. La aplicacin endurece la superficie incrementando as la
resistencia al desgaste. La mayora de los lseres duros son de
dixido de carbono que operan en el modo continuo.

Opcin A

1. Caractersticas principales de los textos cientficos, tal como apare


cen en ste.
2. Pocos kilowatt, veinte kilowatt, comentario desde el punto de vista
de la norma: fontica y morfologa (gnero y nmero).
42 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

3.. Anlisis sintctico desde La aplicacin (ln. 8) hasta el final.


4. Tiempo y modo verbal en el texto: presente y objetividad.

Opcin B

1. Verbos regulares y verbos irregulares en el texto: caractersticas mor


folgicas.
2. Presencia y ausencia del artculo en el texto.
3. Las palabras de origen ingls (anglicismos) y su importancia en los
textos cientficos.
4. Anlisis sintctico desde el principio hasta veinte kilowatt.
2.7.1. Los textos que comentamos a continuacin giran en torno a
las mismas cuestiones bsicas que el ya comentado. Se introducen, na
turalmente, preguntas nuevas, que van completando las imprescindibles
referencias al programa, adems de los dos ncleos: el anlisis sintc
tico y la caracterizacin del texto. No reiteraremos aquello de lo que ya
nos hemos ocupado, aunque s iremos aadiendo notas tericas cuando
la pregunta nos site ante una nueva cuestin de este tipo.

OPCIN A

Caractersticas principales de los textos cientficos,


tal como aparecen en ste

2.7.1.1. Recapitulemos las principales exigencias del discurso cient


fico, ya expuestas (par. 2.1):
Terminologa especfica, con asociacin entre significante y significa
do (expresin y contenido) en correspondencia biunvoca, es decir, mo-
nosemia en las palabras claves: as, potencia, o las frases, lseres duros,
modo continuo, no significan todo lo que podran significar en la lengua
ordinaria, sino que tienen un uso restringido, limitado. Adems, abundan
en el prrafo los trminos propios de un campo de aplicacin tcnica:
cigeales, cilindros (vase cmo no se trata de la figura geomtrica de
bases circulares, sino de una pieza de automvil), dixido, carbono, has
ta prstamos sin variacin formal, como kilowatt, o la propia palabra
lser.
Predominan en el texto los elementos nominales, sustantivos y adjeti
vos, sobre los verbos. Los adjetivos son especificativos, y predomina la
posposicin sobre la anteposicin, con lo cual, el estilo tiene una notable
apariencia de frialdad y objetividad. (Puede notarse que la anteposicin
del adjetivo grandes, en grandes motores diesel, no implica prdida de
su valor especificativo, pues se refiere a los motores diesel que son gran
des, no a todos ellos, el carcter de compuesto que tiene motores diesel
TEXTOS CIENTFICOS 43

obsrvese que diesel es invariable supone una restriccin contextual


que favorece la anteposicin del adjetivo, descriptivo en este caso.)
Los verbos, como veremos con detenimiento en la cuarta pregunta,
que es expansin de sta, estn en presente de indicativo, es decir, en
modo y tiempo de objetiva representacin de la realidad. La andadura
sintctica es sencilla, cortada por abundantes pausas, con claro predo
minio de la lnea meldica enunciativa. La pregunta que encabeza el
texto es de carcter didctico, es un artificio para introducir la explica
cin que sigue. Este rasgo indica que al carcter cientfico del texto se
une un matiz de divulgacin. No es un texto cientfico puro, sino de di
vulgacin cientfica, o de enseanza de la ciencia.
El lxico, de acuerdo con lo sealado, ofrece cultismos, incluso en
compuestos, como oleoductos, acrnimos, como lser, helenismos, como
trmico, o dixido, germanismos, como diesel que debera ir acentuado
si siguiera la norma espaola, o anglicismos, como kilowatt.

II

"Pocos kilowatt, veinte kilowatt". Comentario normativo

2.7.2. Ya hemos sealado que kilowatt es un anglicismo. En la terce


ra pregunta de la opcin B se nos pide que hablemos de los anglicismos,
y habremos de dejar la cuestin para entonces. Ya hemos tenido ocasin
de sealar, en cambio, cmo en el texto no se observa la norma en diesel,
donde por ser palabra llana o paroxtona que termina en / debiera escri
birse un acento sobre la primera e. Al analizar la ltima oracin del texto
veremos tambin cmo su sintaxis se descuida en ocasiones hasta el bor
de del anacoluto, o sea, de la ruptura de la concordancia.
2.7.2.1. La pregunta referida a la fontica, al tratarse de un texto
escrito, implica indefectiblemente a la grafa. El castellano, desde las
reformas de la Academia, en 1726, no admite dos consonantes dentales
iguales juntas, y menos en posicin final de palabra: cuando vemos una
grafa -tt, como aqu, sabemos inmediatamente que esa palabra no pue
de ser castellana. Fonticamente, la pronunciacin reforzada que esa gra
fa supone tampoco es posible en una lengua como la nuestra, que debi
lita la consonante en posicin implosiva, es decir, final de slaba o de
palabra. La grafa w, por su parte, es poco frecuente en castellano, y
corresponde siempre a palabras extranjeras, prstamos, ms o menos
antiguos (de Wenceslao a wolframio). La norma dice que se lee como
grafa v (es decir, como /b/) cuando procede del alemn, y como u cuan
do procede del ingls. Aqu, en una lectura espaola en Hispanoam
rica podra variar este punto, no se respeta esa norma, pues el lector
espaol leera kilovat (es decir, kilobt) y no kilout. Sin embargo, la
voz es lingsticamente inglesa. La grafa k, por ltimo, es tambin muy
escasa en la escritura espaola.
2.7.2.2. Es interesante la puntualizacin morfolgica, kilowatt es un
sustantivo, que aparece en dos ocasiones, en ambas como ncleo, acom
paado de sendos modificadores, ambos cuantitativos de pluralidad, in
definida y concreta respectivamente. A pesar de ello, no se emplea nin
gn morfo, es decir, ninguna expresin formal externa correspondiente
44 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

al morfema de nmero. La palabra aparece como un sustantivo invaria


ble. La norma castellana es tambin clara en ese sentido: Puesto que
termina en consonante posicin donde slo tendra que aparecer una
t debera tener la forma kilowates, con -es como morfo de plural. De
seguir la norma inglesa tendra que ser kilowatts, con el morfo -s para el
mismo morfema. El hecho de no respetar ninguna de las dos normas
es frecuente en los prstamos y significativo. Constituye una amenaza
para la establilidad de los sistemas morfolgicos, pues rompe los pa
radigmas.
2.7.2.3. En lo que concierne al gnero, la concordancia nos indica
que en castellano es masculino, pues el adjetivo tiene la forma pocos,
masculina. Los prstamos terminados en consonante se asimilan con
ms facilidad al masculino que al femenino, tal vez porque la conciencia
del carcter femenino de la -a est bastante viva en el hispanohablante
medio, pese a las notables listas de excepciones, formadas sobre todo
por cultismos. La falta de concordancia en la lengua de origen, salvo en
singular con el pronombre neutro it (ms bien inanimado, para nues
tro objeto), constituye un peligro ms, por falta de una solucin etimo
lgica. Se introduce una fuente de imprecisiones y alteraciones en caste
llano, con este trmino y otros parecidos, que se convierten en peligros
concretos para la lengua, contra los cuales la norma debe imponerse,
regularizando su uso y construccin.

III

Anlisis sintctico

La aplicacin endurece la superficie, incrementando as la


resistencia al desgaste. La mayora de los lseres duros son de
dixido de carbono que operan en el modo continuo.

2.7.3. Esta seccin del texto est dividida en dos oraciones comple
jas que se separan por un punto. Todas las oraciones y proposiciones o
suboraciones que aparecen son enunciativas afirmativas.
2.7.3.1. Tenemos, en primer lugar, una oracin transitiva, con suje
to, la aplicacin, verbo personal, endurece, e implemento, la superficie.
La transformacin pasiva, la superficie es endurecida por la aplicacin,
nos permite comprobar, claramente, esta disposicin elemental. La es
tructura oracional se completa con una expresin circunstancial, un adi
tamento, con matiz semntico modal y valor temporal de simultaneidad
al mismo tiempo y del mismo modo que endurece incrementa la resis
tencia al desgaste. La expresin de la simultaneidad de la situacin
verbal corresponde al gerundio, forma verbal no personal, transitivo,
cuyo objeto directo es la resistencia. La frase la resistencia al desgaste
nos permite, por su parte, que observemos un tipo de determinacin me
nos frecuente que el sintagma prepositivo introducido por la preposicin
de; al desgaste es un complemento determinativo de resistencia, y va
regido por la preposicin a, cuyo matiz de finalidad es adecuado para la
expresin de modificaciones nominales con este matiz.
2.7.3.2. La clusula final contiene una oracin atributiva, la mayora
TEXTOS CIENTFICOS 45

de los lseres duros son de dixido de carbono, que lleva una modifica
cin expresada por una proposicin de relativo, con la que acaba el frag
mento. Veremos primero la atributiva.
2.7.3.3. El sujeto de son, verbo copulativo, es la mayora, modifica
do, a su vez, por el complemento determinativo expresado por la frase
prepositiva de los lseres duros, introducida por de. Como predicado no
minal tenemos, superficialmente, una frase prepositiva tambin introdu
cida por de: de dixido de carbono. El anacoluto, o ruptura de la estruc
tura sintctica, es, en este caso, tan visible, que se refleja en la anfora
del relativo que viene luego. La construccin normal, en este caso, dado
el relativo que luego aparece, tendra que ser, son lseres de dixido
de carbono que operan.... De este modo, lseres sera el antecedente
expreso de que, mientras que, en el texto, que tiene que ir a buscar su
antecedente hasta el sujeto lseres, que aparece antes.
2.7.3.4. Las construcciones del tipo, son de dixido, forman parte de
las estructuras bsicas del espaol. Si"las consideramos superficiales, en
su estructura patente, tenemos que determinar la posibilidad de que, des
de la equivalencia adjetivo = de + sustantivo, ocupen el lugar de un
predicado nominal, como complementos preposicionales de un verbo co
pulativo. Seran la construccin que, en las oraciones atributivas, corres
ponde al suplemento de las predicativas. Al considerarlas de modo ms
profundo, en cambio, considerando su equivalencia semntica, vemos que
son la expresin aparente de un complemento determinativo referido a
un predicado nominal que no se expresa porque es idntico al sujeto:
mejor dicho, tiene el mismo referido que el sujeto; en este chico es de
Madrid, equivalente a este chico es madrileo, de Madrid modifica a un
chico no expresado, en algo similar a este chico es un chico de Madrid;
si digo yo soy de Madrid no puedo decir yo soy un yo de Madrid, sino
que tengo que recurrir a rasgos semnticos ms generales, como yo soy
un hombre de Madrid, yo soy una persona de Madrid, donde hom
bre y persona tienen el mismo referido que yo.
2.7.3.5. La suboracin de relativo, que operan en el modo continuo,
es intransitiva, su sujeto es que, cuyos problemas de anfora hemos se
alado en el prrafo 2.7.3.3, el verbo es operan, mientras que en el modo
continuo es una frase prepositiva en funcin de aditamento, para expre
sar una circunstancia modal, con un cierto matiz situacional, que explica
el uso de la preposicin en.

IV

Tiempo y modo verbal en el texto

2.7.4. Ya hemos dicho que el tiempo de todos los verbos del texto
escritos en forma personal es el presente, y el modo, el indicativo. He
mos sealado tambin, y va dicho explcitamente en la formulacin de
la pregunta, que con ello se logra una objetividad, es decir, una presen
tacin objetiva del contenido del texto.
2.7.4.1. Ya hemos hablado, en el comentario del texto 1, de cmo el
espaol distribuye el tiempo real en tres tiempos verbales absolutos,
que corresponden a las tres grandes reas, del pasado, presente y futuro.
46 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

Tambin queda dicho cmo el presente puede tener valores de intempo


ralidad, o de situacin verbal habitual. El uso del presente intemporal,
propio del discurso cientfico, aparece en nuestro texto, donde est claro
que operan, define, endurece, expresan situaciones verbales definitorias,
que constituyen rasgos permanentes de los procesos que desarrollan, en
cualquier tiempo, o siempre, mientras que superan o son se refieren a
un presente limitado en el tiempo (el primero lleva incluso la precisin
temporal con el aditamento de momento, es decir, por ahora).
2.7.4.2. El verbo espaol diferencia tambin, claramente, dos modos,
indicativo y subjuntivo. Los modos se utilizan de acuerdo con exigencias
funcionales y emnticas. De acuerdo con las funcionales, la aparicin
del modo marcado, el subjuntivo, puede ser exigida por una construccin
determinada, por ejemplo, como dependiente de un verbo de volicin
(quiero, deseo, ordeno... que venga, no que viene). Segn la semn
tica, el modo es una nocin, y puede verse calificado por la actitud del
hablante hacia lo que dice. La subjetividad, la eventualidad o la suspen
sin de la afirmacin caracterizan al subjuntivo, sin olvidar que tam
bin exigen partculas que implican, por su parte, el uso del subjuntivo,
como ocurre con para que (utilizada para una finalidad, algo visto como
futuro, irreal por ello). El uso del subjuntivo supone un inters mayor
del hablante por la accin expresada, mientras que en el indicativo se
constata objetivamente la realidad o irrealidad de un acontecimiento, li
mitado a su perspectiva temporal.
2.7.4.3. Una consideracin resumidsima del modo nos situara ante
varios aspectos que condicionan o pueden condicionar su uso: el prime
ro es, naturalmente, que la lengua posea una diferencia formal en el ver
bo, es decir, morfolgica, que permita expresar esos valores modales
(como en espaol canto/cante), que haya partculas o condicionamientos
sintcticos (sintagmticos) que obliguen al empleo de un modo y no de
otro (como para que, con la cual es imposible canta y necesario cante).
Otros factores, como la alteracin del orden de palabras, o la entonacin,
tienen una incidencia mayor o menor, segn las lenguas. Debe quedar
claro, finalmente, que la llamada subordinacin no implica necesaria
mente el subjuntivo en espaol, puede aparecer el indicativo en muchos
casos, por ejemplo, en completivas del tipo veo que viene, dice que lo
har, condicionales, si quera lo haca, y un largo etctera.
2.7.5. La opcin A, que acabamos de exponer, nos ha permitido in
sistir en la caracterizacin de los textos cientficos que nos ocupa en
este captulo, al mismo tiempo que nos ha ofrecido la ocasin de aplicar
estos datos en un anlisis ms limitado de un texto concreto.

OPCIN B

Verbos regulares y verbos irregulares en el texto


2.8.1. A lo largo de la evolucin de la lengua, los verbos se han visto
sometidos a tendencias fonticas, como el resto de los componentes del
TEXTOS CIENTFICOS 47

idioma. Sin embargo, la amplitud del paradigma verbal, compuesto por


gran nmero de formas, ha impuesto muchas restricciones al cambio
fontico, actuando como regularizador analgico en la mayora de los
casos. Esto ha producido una aparente regularidad, que es sincrnica,
y que corresponde a la accin regularizadora de la analoga, que es sin
crnica, no a lo que hubiera resultado de haber actuado el cambio fon
tico libremente. As, escrib es el resultado de la analoga del presente
escribo y el infinitivo escribir, porque, de haber evolucionado a partir del
perfectum latino tendramos escrise (de scripsi). La regularizacin anal
gica no se ha producido en varios casos, en los que ha actuado el cambio,
y por ello nos encontramos en los llamados verbos irregulares; esta
irregularidad debe entenderse, pues, como irregularidad sincrnica, en
la mayora de los casos, pues la evolucin es diacrnicamente regular.
Los verbos pueden ser, aunque raramente, irregulares totales, con dife
rencias entre sus temas de presente, pasado y futuro, como ser, ir, caber,
o, ms frecuentemente, irregulares parciales, es decir, mostrar irregu
laridades en un tema, o en varias formas, y no en todas. Como el cri
terio de irregularidad que aplicamos en el anlisis es sincrnico, puede
que en un texto aparezca una forma sincrnicamente regular de un verbo
irregular (irregular en otras formas, naturalmente), en este caso se debe
caracterizar el verbo como irregular, aunque la, forma del texto sea
regular. Por ejemplo, gemimos es una forma regular del verbo gemir,
el cual, sin embargo, es irregular; en nuestra clasificacin del verbo
diremos, en consecuencia, que es irregular, pese a tener formas re
gulares, basta con la existencia de una irregularidad, en cualquier forma,
para catalogar al verbo como irregular.
2.8.1.1. Tambin vale la pena insistir sobre el hecho de que la regu
laridad o irregularidad de un verbo es una cuestin fontica, y no gr
fica. El verbo escoger es regular, a pesar de tener la forma escojo,
porque ese cambio de g en / es una necesidad grfica, para respetar la
pronunciacin, ya que, de mantener la grafa, tendramos escogo, cuya
lectura sera distinta: para mantener el fonema tenemos que cambiar
la grafa; el fonema /x/ se transcribe por g en escoger y por ;' en escojo,
si escribimos escogo esa g no representa el fonema /x/, sino el fone
ma /g/, que no es el de escoger. Taer / ta es regular porque aunque
escribiramos tai no variara la pronunciacin, que siempre sera
ta. En luzco, la consonante intercalada es la c, con sonido k, pues la z
es la grafa que corresponde aqu a la grafa c de lucir (segn la distri
bucin complementaria za, cet ci, zo, zu).
2.8.1.2. Las irregularidades pueden agruparse por temas, haciendo
caso omiso de los tiempos compuestos, con la salvedad de que tambin
el participio (como puesto de poner, en vez de ponido, que no existe)
puede ser irregular. Para el estudio de la irregularidad podemos esta
blecer tres temas: presente, pretrito y futuro.
Al de presente pertenecen los presentes de indicativo y subjuntivo
y el imperativo. En teora, pertenecera tambin el copretrito o pre
trito imperfecto, pero este tiempo es regular, salvo en los irregulares
absolutos, como ir y ser.
Al de pretrito pertenecen el pretrito de indicativo, el de subjuntivo
(tambin llamado imperfecto), as como la forma en regresin del fu
turo hipottico o futuro de subjuntivo.
48 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

Al de futuro pertenecen los futuros de indicativo y los pospretritos


(condicional o potencial).
2.8.1.2.1. Irregularidades del tema de presente.
1) Diptongacin de la vocal radical acentuada:
apretar aprieto
morder muerdo

2) Adicin de consonantes (infijo velar):


venir ven-g-o
lucir luz-c-o

3) Alternancia de consonantes:
hacer hago haces haga
que puede ir acompaada de inflexin de la vocal:
caber quepo cabes quepa
4) Cierre de la vocal palatal radical y diptongacin de la velar:
gemir gimo
morir muero

2.8.1.2.2. Irregularidades del tema de pretrito.


1) Cierre de la vocal radical, se trata del fenmeno 4 del presente,
pero, en este caso, sin diptongacin de o en ue y con menor fre
cuencia del cierre de o en u. La vocal radical es tona:

gemir gimi
morir muri

2) Pretritos fuertes. Se llaman as los pretritos cuyo acento va en


la vocal del radical, es decir, son rizotnicos. Los pretritos con
acento en el morfo, arrizotnicos, son los pretritos dbiles o re
gulares (com):
tener tuve
poner puse

Estos pretritos, como se ve en los ejemplos, suelen tener alteracio


nes consonanticas, generalmente del tipo -uve / -ube, -use, -upe.
2.8.1.2.3. Irregularidades del tema de futuro.
1) Prdida de vocal protnica interna (en el interior de palabra, la
vocal anterior al acento):

caber cabr cabra


TEXTOS CIENTFICOS 49

2) Prdida de vocal y consonante:


hacer har
3) Prdida de vocal y aumento de consonante:
tener tendr
2.8.1.3. Distribuiremos los verbos del texto en dos columnas, espe
cificando la irregularidad de los irregulares:
Regulares Irregulares

definir ir (total)
operar endurecer (infijo velar, presente)
superar ser (total)
emplear
incrementar

II

Presencia y ausencia del artculo en el texto

2.8.2. Para llegar al concepto de artculo tenemos que pasar por el


de dexis, palabra griega con la que designamos, literalmente, una seal
que sirve para colocar en el espacio y en el tiempo una sustancia se
mntica. Esto quiere decir que los decticos actualizan, son actualiza
dores.
2.8.2.1. La misin fundamental del artculo consiste en actualizar
al sustantivo. Los artculos son actualizadores vacos, ya que no tienen,
por su parte, sustancia semntica. Corresponde al artculo el la actuali
zacin identificadora, mientras que el artculo un es el actualizador
vaco cuya actualizacin no es identificadora. Supone esto que un sus
tantivo puede hallarse en dos estados; en el virtual contiene toda su
sustancia semntica sin que sta se limite por una aplicacin concreta:
perro es un sustantivo virtual, no actualizado; a esa expresin se asocia
un contenido que comprende a todos los perros y todos los rasgos que
hacen que un perro sea perro. Sin embargo, para aplicar perro a la
realidad concreta de un ser de este conjunto de animales o de varios
seres del mismo conjunto tenemos que actualizar el sustantivo, pre
sentarlo como un sustantivo actual, colocndolo en un aqu y un ahora
gracias al artculo, y decir el perro, los perros, un perro, unos perros.
2.8.2.2. Cuando el sustantivo, en singular, no va acompaado de
ningn artculo, ni de ningn otro actualizador (cuantificador, posesivo,
demostrativo o indefinido), estamos seguros de que es un sustantivo
virtual, conceptual, categrico. Cuando va en plural, en cambio, aun
que no lleve un actualizador independiente, el sustantivo est siempre
actualizado, por la actualizacin que supone la consideracin del n
mero, la cuantificacin que todo plural lleva consigo, por el hecho de
ser plural, es decir, por incorporar la precisin de ms de uno. Los
nombres propios, por otra parte, tampoco llevan artculo en espaol.
50 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

aunque pueden aparecer con l en ciertos dialectos sociales, o en cons


trucciones con claro valor anafrico: la Toledo del Rey Sabio (= aquella
Toledo). No aparece el artculo ante ttulos o encabezamientos, ni en
enumeraciones, distribuciones o anttesis, proverbios, lenguaje publici
tario y telegrfico, o en usos metalingsticos, en los que el sustantivo
no actualizado va tomado como un signo que se refiere a s mismo como
signo lingstico, es decir, usando la lengua para hablar de la propia
lengua.
2.8.2.3. Hemos citado hasta aqu circunstancias de orden semntico.
Algunas construcciones sintcticas favorecen la ausencia de artculo,
como son la de predicado clasificador, que categoriza (Luis es investi
gador), o la de aposicin-comentario: Las Indias, refugio y amparo de
los desesperados de Espaa (Cervantes). Tambin la designacin de ca
tegora explica la ausencia de artculo ante objeto directo, en casos como
tiene coche, necesita asistente, a los que hay que aadir el objeto di
recto que designa realidades no numerables: echar sal, tener miedo
(donde hay tambin una unidad lxica = temer, como en dar pena =
= apenar). La falta de referencia a realidades individuales, distinta
mente identificables, explica la falta de artculo ante trmino de prepo
sicin: en invierno, a mano, de piel, de propina, de pie, en ristre. La
resistencia es mayor si es sujeto, aunque un calificativo puede redu
cirla: viene mal tiempo6. '
2.8.2.4. En el texto, gama, potencia, laboratorio, soldadura, trata
miento y dixido son sustantivos que aparecen sin artculo en singular.
La mayor parte de ellos son trmino de preposicin, una de las restric
ciones sintcticas sealadas anteriormente. Semnticamente se trata, de
trminos abstractos, porque el concreto laboratorio, en la expresin de
laboratorio, se asimila a los abstractos, los cuales son ms proclives a
su empleo como virtuales que los concretos. Los sustantivos que apa
recen en plural sin actualizador. lseres, procesos, oleoductos, partes,
automviles, superficies, cigeales, paneles, cilindros y motores, no
llevan actualizador expreso exento, pero incorporan un cuantificador,
es decir, un actualizador de nmero, en el plural: todos ellos podran
ir acompaados por las formas los o unos sin alterar notablemente el
texto, especialmente en el segundo caso. Los sustantivos con artculo,
actualizados con actualizador exento, toleraran ir acompaados de ad
jetivos como concreto, p. ei.: la aplicacin (concreta) endurece la su
perficie (concreta), o conocido (la mayora conocida).
2.8.2.5. As tenemos en el texto las diferentes posibilidades amplia
mente representadas: sustantivo virtual en singular, sin actualizador, en
circunstancias habituales de ndole semntica o sintctica, sustantivos
actualizados, con actualizador exento (artculo el, no aparece un), o
incluido en la cuantificacin del nmero. La abundancia de sustantivos
sin actualizador, o en plural sin artculo, contribuye a dar al texto un
carcter categorial, primero, y general, despus, muy adecuado para la
formulacin de afirmaciones de carcter cientfico, muy frecuentemente
esenciales y generales.

6 Resumimos del Curso de Gramtica Espaola, cit., cap. 12. Cfr. R. Lapesa,
Dos estudios sobre la actualizacin del sustantivo en espaol, Bol. de la Comi
sin Permanente de Academias, 21, 1975, pp. 14-31. (Cfr. 2.10.1.1.)
TEXTOS CIENTFICOS 51

III

Las palabras de origen ingls (anglicismos) y su importancia


en los textos cientficos

2.8.3. Al comentar el texto primero (2.6.3) tuvimos ocasin de ha


blar de los helenismos y de resaltar cmo muchos de ellos (as como
bastantes cultismos de origen latino) no han entrado en castellano di
rectamente desde las lenguas de origen, sino por medio de otras len
guas: el rabe, en la Edad Media, y el francs e ingls en las pocas
moderna y contempornea. En nuestros das es el ingls, sin duda al
guna, la lengua que nos proporciona mayor nmero de prstamos, cuyo
estudio ocupa ya buen nmero de pginas7.
2.8.3.1. A grandes rasgos, podemos dividir las palabras que se in
troducen en el espaol a partir del ingls en tres tipos: palabras clsicas
(del latn y el griego, o hbridos, como el ya repetido televisin), pala
bras de otras lenguas (generalmente exticas, como las de Extremo
Oriente, o algunas de los indios de Amrica del Norte: as tenemos
pijama, del persa, o kimono, del japons) y, por ltimo, las palabras
propiamente inglesas, que penetran, a su vez, bien directamente, como
pster y bacon (bacn, beikon), bien por medio de otras lenguas, espe
cialmente del francs, caso de camping y, tal vez, de club y esmoquin.
Conviene por ello separar cuidadosamente las nociones de timo inme
diato y timo ltimo. El timo inmediato es la palabra de la qu se toma
inmediatamente el prstamo; el timo ltimo es la palabra de la cual,
en ltimo lugar, al fin de la cadena evolutiva, por las diversas lenguas,
procede la palabra espaola (en nuestro caso). Por ejemplo, el castellano
pijama (en Hispanoamrica, frecuentemente piyama) procede del ingls
pyjamas (timo inmediato) y ste, a su vez, del persa pae 'pie' + yamah
'ropa', paeyamah es el timo ltimo, en consecuencia.
2.8.3.2. Los anglicismos presentan problemas" fontico-ortogrficos,
morfolgicos, sintcticos, semnticos y lxicos o lexicolgicos. Introdu
cen sonidos que corresponden a fonemas de los que carece el espaol,
grafas que no son corrientes en nuestra lengua, como k y w), o que no
se emplean en determinadas posiciones (como la b de club o pub), o
grupos combinados en forma diferente, o con distinta distribucin sil
bica, como -ng o s+cons. En kilowatt tuvimos ocasin de referirnos a
estos extremos (2.7.2). Las alteraciones morfolgicas pueden afectar
tambin a los valores de las formas verbales: la relacin entre el pre
sente / read, 'leo', y el perfecto I've read no es la misma en ingls v en
espaol, donde la segunda forma inglesa equivale a veces a he ledo
y a veces a le.

7 Cfr. Chris Pratt, El anglicismo en el espaol peninsutar contemporneo, Ma


drid, Gredos. 1980. Este libro incluye una completa resea crtica de la bibliogra
fa ms importante, as como valiosas observaciones sobre el prstamo. Puede
objetrsele una actitud de principio en favor del anglicismo, de acuerdo con la
lengua materna del autor y la actitud histrica hacia el prstamo de dicha lengua;
por eso deben manejarse con cuidado sus comentarios sobre la normativa pen
samos, sobre todo, en los alumnos de iniciacin en la universidad.
52 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

2.8.3.3. En lo que se refiere a la sintaxis, los puntos fundamen


tales subrayados por Chris Pratt corresponden a dos tipos: las construc
ciones espaolas que ya existan, pero que aumentan su frecuencia por
que en ingls son ms usuales, y las innovaciones. Las estructuras sin
tcticas que se desarrollan a partir de estructuras espaolas tradiciona
les son, entre otras, la pasiva, el posesivo, pasar con +- persona, pagar
por + ^servicio', o el aumento de la anteposicin del adjetivo. En otros
casos, como en el aumento de ello, no es siempre tan claro el anglicis
mo. A veces se trata de la revitalizacin de los usos antiguos. De la
larga lista de innovaciones dada por Pratt, recogemos algunas y remiti
mos a su libro para las restantes:
Empleo de preposiciones desacostumbradas: difcil a hacer (debe
mos pensar tambin en el galicismo creciente de a + infinitivo, y en
que no faltan en espaol los adjetivos cuyo complemento se introduce
por a, desde la lengua antigua, Jorge Manrique nos dice de su padre
que era benigno a los sujetos, ni tampoco los sustantivos, el mismo
padre era a los bravos y daosos un len.
Usos indebidos del artpulo indeterminado: en los ttulos, Una intro
duccin a...; en la aposicin, La Bella Durmiente, un cuento tradicional,
ejemplos en los cuales deben suprimirse un y una (cfr. 2.8.2.3.).
A partir del aumento de las construcciones ;con gerundio, que debe
ran considerarse en el apartado anterior, se pasa a usos nuevos, como
estar siendo.
Aumento notabilsimo de la partcula no ante un sustantivo o, ante
puesta, en respuestas breves, donde lo tradicional es la posposicin:
t no va cediendo terreno al anglicismo no t.
2.8.3.4. En el lxico y en la formacin de palabras es indudable,
e impresionante, el influjo ingls: todos los campos reciben anglicis
mos, aunque sean especialmente visibles los de la ciencia y la tcnica.
En este campo, por lo que se refiere a nuestro texto, es llamativa la
alteracin semntica sufrida por palabras cuyo timo inmediato es in
gls y el timo ltimo latino o griego, unida a la tendencia del lenguaje
tcnico a la moriosemia: se llega al final a una jerga en la que es impo
sible descubrir el valor de la palabra, a menos de conocer la terminolo
ga de esa ciencia o tcnica, pues ni sabiendo espaol, ingls, latn o
griego se puede saber el valor preciso de duro en la expresin lseres
duros, por poner un ejemplo del texto. En lo que concierne a la forma
cin de palabras, los verbos en -izar (ms que -ificar), los adjetivos en -al,
los sustantivos en -ismo e -ista, y los esquemas del tipo transformar,
transformacin, transformacional, transformatorio y transformativo,
para la gama de verbo, sustantivo y adjetivo, son tpicas ampliaciones
de esquemas causadas por el anglicismo que se une a las necesidades
de sustantivos abstractos que caracterizan la lengua cientfica, y que
llevan, incluso, a aumentar el paradigma verbal, punto de partida de la
cadena, con la continua creacin de verbos nuevos: presionar, optimizar,
explosionar hasta el aburrimiento.
TEXTOS CIENTFICOS 53

IV

Anlisis sintctico

Qu gama de potencia define a los lseres duros? Operan


stos en el intervalo que va desde pocos kilowatt hasta varias
docenas de ellos. De momento, slo los equipos experimentales
y de laboratorio superan los veinte kilowatt.
2.8.4. El texto se divide en tres partes: la primera de ellas est
limitada por las indicaciones grficas de la interrogacin (...?). La
segunda llega hasta el punto escrito detrs de ellos, y la tercera hasta
el final. Presenta este texto, en consecuencia, la novedad de incluir una
oracin interrogativa directa, la primera, con la peculiaridad de que
la respuesta en el texto es la oracin de operan, en lugar del sustantivo
que exige la formulacin de la pregunta, en la que el adjetivo qu, inte
rrogativo, acompaa a un sustantivo, gama. Este detalle nos permite
insistir en una caracterstica semntica, o semantosintctica, que la pre
gunta est formulada como recurso estilstico, para lograr una alternan
cia en las curvas meldicas del texto, haciendo as ms ligera su lec
tura, es superflua, puesto que toda la informacin que aporta se repite
en la oracin afirmativa enunciativa de operan. El redactor poda haber
dicho, simplemente, los lseres duros operan en el intervalo (= en la
gama de potencia) que va desde pocos kilovatios hasta varias decenas
de ellos. El nico ahorro del texto, tal cual lo tenemos, es el que per
mite la anfora de stos ( = los lseres duros).
2.8.4.1. La primera oracin es interrogativa, afirmativa, transitiva.
El ncleo del sujeto es el sustantivo gama, al que acompaan el inte
rrogativo qu y el determinativo potencia, en sintagma prepositivo intro
ducido por de. La construccin define a los lseres duros, aparentemente
sencilla, con definir como ncleo del sintagma predicativo, y lseres como
ncleo de la frase nominal que lo implementa (el Objeto Directo), ofre
ce la peculiaridad de la preposicin a ante un objeto directo que no
tiene el rasgo semntico de persona (ni el de individuacin). Cuando
en estas construcciones los verbos llevan preposicin a siempre, ante
cualquier tipo de Objeto Directo, personal o no, estn en el lmite entre
las construcciones de implemento y las de suplemento, o complemento
preposicional, por la obligatoriedad de la preposicin. Se consideran de
Objeto Directo porque el sustantivo que ocupa esta posicin, o es su
ncleo, pasa a ser sujeto, en caso de pasiva, o se pronominaliza mediante
forma de acusativo, y no de preposicin + caso trmino: los lseres
duros son definidos por una gama de potencia..., ... los define.
2.8.4.2. La segunda clusula comprende la oracin de operan y la de
va. La primera sera la principal, en trminos tradicionales, y la se-
guna la proposicin adjetiva o de relativo. Las dos son activas, enun
ciativas, afirmativas e intransitivas. El sujeto de operan es el demos
trativo stos y el de va el relativo que, cuyo antecedente es el adita
mento (circunstancial de lugar, en este caso) intervalo. Las dos frases
prepositivas que siguen a va, regidas por desde y hasta, son tambin
54 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

aditamentos (tambin circunstanciales de lugar). La ltima oracin,


cuyo verbo es superan, es activa, enunciativa afirmativa y transitiva.
El sujeto es equipos, modificado por el adverbio de modo slo, el adje
tivo experimentales y la frase prepositiva de laboratorio; veinte kilowatt
es el objeto directo, o implemento de superan; de momento es un adi
tamento, expresa una circunstancia temporal.

2.9. El anlisis de este segundo texto nos ha permitido insistir en


la caracterizacin de los textos cientficos, obligndonos a precisar una
buena cantidad de cuestiones tericas, de varios tipos. Reduciremos la
amplitud del comentario en los textos cientficos que completan este
captulo, para que no resulte desproporcionado, aunque debemos hacer
la salvedad de que, al habernos impuesto un orden lineal de redaccin,
es necesario destinar mucho del espacio de los captulos primeros a
temas comunes a todos los textos.

TEXTO 3

2.10.

Podemos llegar a entender la clula cancerosa? Dado que


nadie sabe todava cmo controla su crecimiento una clula nor
mal, puede parecer desvaro cualquier intento por descifrar las
reglas anormales que dirigen el crecimiento de una clula can
cerosa. Pero la historia de la biologa resea muchos casos en
los que el estudio de las anomalas ha arrojado luz sobre los pro
cesos normales de la vida. Los recientes descubrimientos en la
investigacin del cncer han aportado otro ejemplo clamoroso
de lo que venimos diciendo. Por vez primera, los estudiosos
han podido vislumbrar un esbozo, ms o menos difuso, de los
sucesos que inducen el crecimiento de un tumor.

Opcin A

1. Anlisis sintctico desde el principio hasta cancerosa (ln. 5).


2. Sustantivos abstractos en el texto.
3. Valores de un, una en el texto.
4. Los tiempos verbales del texto en relacin con las caractersticas
del lenguaje cientfico.

Opcin B

1. Valores de que en el texto.


2. La adjetivacin en el texto, funcin y significado.
3. Modalidad enunciativa y modalidad interrogativa, explique su valor
en el texto.
TEXTOS CIENTFICOS 55

Este texto es un texto cientfico en el cual, sin embargo, se dan va


rias funciones del lenguaje, cules, dnde y por qu?

OPCIN A

2.10.0.1. La caracterizacin del texto, en esta opcin, arranca del


anlisis sintctico. Este reitera las constantes sealadas en los dos tex
tos comentados anteriormente, introduciendo, como es natural, nuevas
preguntas. En los textos cientficos, la abstraccin, el artculo, los tiem
pos del indicativo, el verbo ser o los verbos copulativos, la moda
lidad del enunciado y la adjetivacin son las constantes sobre las cuales
se construyeron las preguntas, adems del anlisis sintctico, o la pre
gunta sintctica que nos parece imprescindible en cualquier texto.

Anlisis sintctico

Podemos llegar a entender la clula cancerosa? Dado que


nadie sabe todava cmo controla su crecimiento una clula nor
mal, puede parecer desvaro cualquier intento por descifrar las
reglas anormales que dirigen el crecimiento de una clula can
cerosa.

2.10.1. Parece aconsejable, en esta ocasin, reordenar el texto de


forma progresiva, para apreciar la dimensin exacta de las relaciones
oracionales, que se escalonan en cinco oraciones y suboraciones:
a) Podemos llegar a entender la clula cancerosa?
b) Cualquier intento por descifrar las reglas anormales (c) puede
parecer desvaro
c) que dirigen el crecimiento de ua clula cancerosa
d) dado que nadie sabe todava
e) cmo controla su crecimiento una clula normal
2.10.1.1. La oracin a es una interrogativa directa, cuya modalidad
estudiaremos en 2.10.7, y su inters para las funciones del lenguaje en
2.10.8. Aqu nos limitaremos a sealar que es una pregunta sin respuesta
efectiva, ya que se trata de una pregunta de s o no, adverbios que
no aparecen en la respuesta. El ncleo verbal est constituido por una
perfrasis de poder + infinitivo, en la que poder desempea el papel
de auxiliar. No hay .que descartar el influjo del anglicismo sintctico
en esta construccin (ing. may). La preposicin a introduce un comple
mento preposicional, o suplemento (sustituible por a ello, no por le ni
por lo); el infinitivo entender es el ncleo de ese suplemento y va im
plementado a su vez por la clula cancerosa (Objeto Directo, sustituible
por la).
3. Comentarlos de Lengua Espaola
56 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

2.10.1.2. La suboracin b (la principal tradicional) es enunciativa


afirmativa, activa y semiatributiva. Lleva incrustada una suboracin de
relativo o adjetiva, c, y rige la causal d, de la cual, a su vez, depende
la completiva e.
2.10.1.2.1. La Frase Nominal sujeto est integrada por los siguien
tes elementos:
Intento es el ncleo, precedido del actualizador cualquier, que es
aqu un cuantificador, y seguido de una frase preposicional compleja,
como complemento determinativo. La preposicin introductoria es por,
otro ejemplo de la posibilidad de construir estos determinativos con
preposiciones distintas, no slo con de. El ncleo de esta nueva frase es
el infinitivo transitivo descifrar, cuyo objeto directo es la Frase Nomi
nal siguiente, constituida por el ncleo reglas, el modificador adjetivo
anormales y toda la suboracin de relativo c.
2.10.1.2.2. La Frase Predicativa consta de la perfrasis puede parecer
(con poder como auxiliar, igual que en a, lo que refuerza la posibilidad
de anglicismo sintctico coadyuvante). Al ser parecer un verbo semico-
pulativo, el sustantivo desvaro es un complemento predicativo refe
rido al sujeto a travs de este ndice verbal; la pronominalizacin con
lo es comn al implemento y al predicado nominal o complementos
predicativos, parecer es un verbo intransitivo que no admite pasiva.
2.10.1.3. La adjetiva c es mucho ms sencilla. Que es el sujeto, cuyo
antecedente es reglas; dirigen es un verbo transitivo, implementado por
crecimiento, modificado por el complemento determinativo de una c
lula cancerosa. Es enunciativa, afirmativa, transitiva.
2.10.1.4. La suboracin d es una casual, enunciativa, negativa, ac
tiva y transitiva. El nexo dado que es una gramaticalizacin de un parti
cipio 4- un que fsil, que puede remontar a un relativo, es decir, de un
participio absoluto que rega una completiva (la cual puede remontarse a
una adjetiva). En castellano esta construccin gramaticalizada como per
frasis conjuntiva, que introduce aqu una causal, equivale, pues, a por
que. El sujeto es el pronombre nadie, cuantificador universal negativo
referido a personas, siempre trmino primario, ncleo. Su peculiaridad
sintctica es que, pospuesto, exige la aparicin del adverbio de negacin
ante el verbo: dado que no sabe nadie todava. En cuanto a todava,
es un aditamento, que expresa una" circunstancia temporal. El imple
mento de d es e.
2.10.1.5. Por ltimo, tenemos e, interrogativa indirecta, activa y
transitiva, con un matiz semntico modal. Sintcticamente es el im
plemento de d, es una completiva de Objeto Directo. Su sujeto es una
clula normal, con ncleo en el sustantivo clula; controlar es un verbo
transitivo, implementado por su crecimiento (la pronominalizacin da
ra cmo ella lo controla).

II

Sustantivos abstractos en el texto

2.10.2. Los sustantivos abstractos se refieren a objetos que slo


tienen independencia mental, o que se piensan slo con independencia
TEXTOS CIENTFICOS 57

mental. Se oponen a los concretos, y se dividen en dos grupos, divididos


a su vez en otros dos:

Abstractos

cuantitativos no cuantitativos

numerales indefinidos de fenmeno de cualidad

De los cuantitativos, son ms concretos los numerales (par, docena,


que no se deben confundir con uno, dos) y menos concretos los indefi
nidos (montn, puado, que tampoco deben confundirse con los pro
nombres indefinidos). Los abstractos de fenmeno proceden de verbos,
y son fundamentales en el lxico cientfico (abundancia, de abundar;
crecimiento, de crecer). Los de cualidad proceden de adjetivos (belleza,
de bello; malicia, de malo).
2.10.2.1. En el texto se distribuyen de este modo:
Los de fenmeno, junto con el verbo de donde proceden8, son:
crecimiento, de crecer
desvaro, de desvariar
intento, de intentar
regla, de regular, reglar
historia, de historiar
caso, de caer
estudio, de estudiar
proceso, de proceder
vida, de vivir
descubrimiento, de descubrir
ejemplo, de eximir
investigacin, de investigar
esbozo, de esbozar
suceso, de suceder.

Los de cualidad son mucho ms escasos: anomala, de anmalo, es claro;


no lo es tanto biologa, porque bilogo ha pasado a sustantivo, y para
el adjetivo tenemos un derivado, biolgico.

III

Valores de "un, una"

2.10.3. Ya hemos tenido ocasin de decir que un, como artculo,


es un actualizador vaco, sin sustancia semntica, y que realiza un tipo
8 Para expresar el verbo de donde proceden usamos el resultado castellano
del verbo latino. As, caso no procede realmente del verbo caer, ni ejemplo de
eximir, por poner los dos ms llamativos: las palabras latinas de las que proceden
son las que, por su parte, proceden de los verbos latinos que han originado los
castellanos caer y eximir.
58 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

d actualizacin no identificadora. Uno, una pueden ser tambin pro


nombres indefinidos, o nombres del nmero que designa la unidad.
Como artculo, el plural de un es cero, pues basta la mera cuantifica
cin del nmero plural para actualizar el sustantivo.
2.10.3.1. Rafael Lapesa (en el primero de los trabajos recogidos en
el citado en nota 6, supra) ha puntualizado acertadamente las razones
por las que un, una debe ser considerado artculo, frente a las opiniones
de Amado Alonso, primero, y Emilio Alarcos, despus. Puesto que varias
gramticas elementales han procedido, sin ms, a suprimir un de la se
rie de artculos, introduciendo un desconcierto lamentable, nos parece
obligado detenernos en ello. El argumento basado en el silencio de los
gramticos antes de Port Royal no slo es inoperante, ni siquiera es
cierto. Me comunica amistosamente el doctor Manuel Taboada, de la
Universidad de Santiago de Compostela, que Correas, no en el Arte Gran
de, como hemos dicho todos, sino en el pequeo, habla de artculo
indefinido, en los trminos y con el desarrollo que M. Taboada expondr
en publicacin prxima. Esto puede hacer innecesario el argumento de
qu. los gramticos ingleses, poco conocidos en Espaa, distinguan ya
su artculo a/an de su numeral one. Que el sea tono y un tnico no sig
nifica gran cosa, pues es frecuente el testimonio histrico de cambios
de formas tonas a tnicas y viceversa, en lo que coincide la geografa
dialectal espaola, que muestra, por ejemplo, cmo los llamados pro
nombres tonos son tnicos en muchos lugares. En su relacin con
otros actualizadores, otro de los argumentos esgrimidos, coinciden el
y un en su incompatibilidad con los indefinidos algun(o), ningun(o)
o, en la lengua moderna, con el posesivo antepuesto. El y un son mutua
mente incompatibles, lo cual puede interpretarse por su estrecha afi
nidad (como la de un y algn, tambin incompatibles) y no por contra
diccin, aunque el, la y un, una, como miembros de una oposicin bila
teral, son contradictorios entre s. Es importante considerar que, mien
tras el indefinido uno puede ser ncleo de una frase nominal que imple-
mente a un verbo transitivo, el artculo no puede ocupar esa posicin:
no podemos decir ley el ni ley un, en vez de ley el libro / un libro,
tampoco es equivalente ley uno, porque ese uno no corresponde al
determinante de la frase un libro, sino a un cuantitativo, numeral o in
definido. La funcin de un no es cuantitativa, y tampoco consiste en
indicar la especie de un sustantivo.
2.10.3.2. En el texto tenemos una clula normal, una clula can
cerosa, un esbozo y un tumor. En las cuatro ocasiones se trata de ar
tculos, dos femeninos y dos masculinos. No se trata de numerales, por
que la actualizacin de los sustantivos a los que acompaan no es
cuantificadora (un, una no se oponen a dos, tres, etc.) y no se trata de
indefinidos, porque el actualizador carece aqu de sustancia semntica.
Al poner los ejemplos en plural, las formas correspondientes carecen
de artculo o llevan el artculo las: son imposibles, sin cambio de sen
tido, indefinidos como cualesquiera o algunos, en vez de un, -a.
TEXTOS CIENTFICOS 61

mos por proposicin, en este caso, la estructura propiamente gramati


cal, sintctica, o semantosintctica, mientras que la modalidad sera un
componente ms amplio, que asegurara la expresin lingstica de la
actitud del hablante hacia la proposicin. As tendramos una modalidad
objetiva, enunciativa, en la que el hablante constata lo que se expresa
en la proposicin, afirmndolo o negndolo (afirmativa o negativa), una
interrogativa, en la que se pregunta sobre la proposicin (total), o sobre
un elemento de la misma (parcial), una imperativa, que pertenece a la
funcin apelativa, ms que representativa, a la que corresponde el man
dato, y otra optativa o desiderativa, a la que corresponde el deseo. To
das ellas se manifiestan en la entonacin, con las correspondientes
curvas distintas. Tambin, de modo que vara segn las distintas lenguas,
hay distintos procedimientos gramaticales para"expresar la modalidad:
partculas, como los adverbios de frase en espaol (afirmacin, nega
cin, duda, deseo), los distintos modos verbales de lenguas muy ricas
en flexin, como el griego y el antiguo indio, o los diferentes morfemas
independientes, como en chino.
2.10.7.1. En el texto predomina la modalidad enunciativa, que es,
en general tambin, afirmativa, aunque en un caso, el de nadie sabe, la
enunciativa es negativa, como tuvimos ocasin de sealar en 2.10.1. En
dos casos hay modalidad interrogativa; en uno de ellos es directa y to
tal, por lo que la hemos llamado pregunta de s o no: Podemos legar
a entender la clula cancerosa?, y en otro es indirecta y parcial, cmo
controla su crecimiento.... En el segundo caso, a diferencia del primero,
la pregunta no se responde con un simple s o un simple no, sino me
diante la explicacin del control del crecimiento de una clula normal.
2.10.7.2. Como veremos al ocuparnos de la ltima pregunta, en 2.10.8,
esta distribucin de la modalidad en el texto est ligada a la presencia
de distintas funciones del lenguaje. Todo el fragmento arranca de una
pregunta, la interrogacin inicial, total, a la que, como va hemos avan
zado, no se contesta realmente: la respuesta que se deduce del texto
es algo as como ahora no, pero maana tal vez s. Este uso de la
modalidad interrogativa es claramente didctico y conviene especial
mente a los textos cientficos y tcnicos expositivos y de enseanza
o divulgacin, matiza el tipo de texto; es un recurso dialctico para
mantener la comunicacin con el lector, interesndolo ms directamente
en lo que se dice.

IV

Funciones del lenguaje

2.10.8. Al preguntarnos qu hacemos con el lenguaje o para qu


sirve el lenguaje estamos preguntndonos por las funciones del mismo.
Esta pregunta es fundamental, porque el lenguaje tendr que tener cier
tos rasgos, segn las funciones que le competan: si necesitamos un co
che de carreras, no nos sirve un utilitario de dos cilindros, del mismo
modo que para el trnsito ciudadano, para el que los dos cilindros bas
tan, nos sobra mucho con un frmula uno. Ahora bien, del mismo modo
que lo que caracteriza a un automvil, funcionalmente, es decir, lo que
62 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

le hace funcionar, es una serie de elementos mecnicos que componen


su estructura (motor, transmisin, ruedas), en el lenguaje tambin hay
una serie de elementos estructurales (fonemas, tonemas, morfemas, sin
tagmas, oraciones) constitutivos, e internos. Mediante estos elementos el
lenguaje funciona; como estos elementos son internos, esta funcin es
interna. El lenguaje sirve tambin para referirse a un mundo externo,
de manera que lo utilizamos para expresar ese mundo exterior: cuando
hay adecuacin entre la expresin lingstica y el mundo exterior habla
mos de verdad, y cuando no la hay lo hacemos de falsedad; la verdad y
la falsedad, com&'condiciones veritativas, positiva y negativa, respectiva
mente, se refieren al mundo exterior, son condiciones externas, su expre
sin es una funcin externa del lenguaje. En lo que sigue hablaremos de
las funciones internas del lenguaje, estructurales, lingsticas, y no nos
ocuparemos de las funciones externas, que son funciones lgicas. Con
viene advertir que algunos autores, como Garca Calvo, al hablar de la
funcin declarativa, la llaman lgica; esta terminologa es inadecuada,
porque no es una funcin externa, sino de categorizacin conceptual, que
corresponde a la representativa que ahora veremos, siendo, por ello, lin
gstica.
2.10.8.1. Desde este punto de vista, hay tres funciones primarias, que
arrancan de la construccin de un modelo, de un rganon, en el que el
fenmeno acstico concreto (desde el punto de vista del emisor y del
receptor) se eleva a la categora de signo, en la que se combinan la for
ma de la expresin y la forma del contenido, en funcin de tres tipos de
relaciones: la que mantiene con objetos y relaciones, en virtud de la cual
es smbolo o representacin, la que mantiene con el receptor, en virtud
de la cual es llamada o apelacin, y la que mantiene con el emisor, por
la cual es sntoma, indicio o expresin. Los trminos expresin, ape
lacin y representacin sustituyen con ventaja a los que Karl Bhler
haba empleado en 1918 al formular esta teora. Las tres primeras fun
ciones, en consecuencia, sern la expresiva, o manifestacin del emisor,
la apelativa, o repercusin en el receptor, y la representativa, o repre
sentacin del objeto.
2.10.8.2. Para la primera funcin, la expresiva o de sntoma, no es
preciso el interlocutor. Se trata de la manifestacin de algo interno del
emisor: dolor, sorpresa, alegra o simple presencia. Esta expresin de
sensaciones primarias puede realizarse por diversos procedimientos lin
gsticos, como interjecciones, tacos, frases exclamativas sin represen
tacin conceptual (aqu tendra inters judicial el anlisis de algunas su
puestas blasfemias, que se dicen sin intencin ofensiva alguna), y ciertos
procedimientos sintagmticos, como el orden o distribucin de los com
ponentes oracionales, la entonacin, o la alteracin de elementos fnicos
en el conjunto (erres excesivamente vibrantes, o guturales, etc.)
2.10.8.3. Por la segunda funcin, la apelativa o conativa, se busca el
receptor, y no la simple expresin de sensaciones o sentimientos del emi
sor. El vocativo y el imperativo son las expresiones gramaticales de esta
segunda funcin, en la frase nominal y en la verbal, respectivamente. Con
ellos van las frmulas asimilables, como el subjuntivo hortativo, -el infi
nitivo de mandato o prohibicin (entrar, no fumar), la negacin del fu
turo o el propio futuro afirmativo, con intencin exhortativa, la perfra
sis de infinitivo con la preposicin a (a callar), o la entonacin.
TEXTOS CIENTFICOS 63

2.10.8.4. Mientras que la funcin apelativa busca un interlocutor,


pero no exige una reaccin lingstica al estmulo lingstico (la respues
ta a no fumar puede ser slo el hecho fsico de la abstencin, o de apagar
un cigarrillo), la tercera funcin, la representativa o simblica exige la
reaccin lingstica del interlocutor, por lo que supone que emisor y
receptor comparten un cdigo comn, en el que se categoriza el mundo
objetivado de forma mutuamente inteligible. Al permitir la comunica
cin objetiva, esta funcin provoca sensaciones y reacciones lingsticas:
es l de la conversacin ordinaria, del intercambio lingstico habitual,
la que permite distribuir el tiempo en presente, pasado y futuro, o dis
tinguir los modos, o los rganos, o un morfema de otro por la diferencia
de uno o varios fonemas: intervienen todos los procedimientos de la
lengua.
2.10.8.5. Si desarrollamos estas tres funciones, hacia el objeto refe
rido, hacia el receptor o hacia el emisor, tenemos tres funciones secun
darias, postuladas por Romn Jakobson, desde la consideracin de que
en torno al mensaje se relacionan cuatro elementos: emisor, receptor,
asunto y cdigo. Haciendo intervenir el asunto abrimos una puerta a las
funciones externas, por lo que se puede discutir la consideracin lin
gstica de lo relacionado con l. En cualquier caso, en un planteamiento
pedaggico, resulta imprescindible incluir las tres funciones secundarias,
que se refieren al canal de transmisin de la comunicacin, al propio
cdigo o hasta el mensaje como tal, y son funciones analticas, que su
ponen la representativa.
2.10.8.6. La primera de ellas es la funcin ftica o de contacto, refe*
rida al canal de comunicacin entre emisor y receptor. Con ella se veri
fica si la comunicacin se est desarrollando, si hay canal, se comprueba
que la comunicacin no se ha roto. Corresponde a expresiones lingis
ticas muy variadas, que van desde los humm del telfono, o los ejem
con los que nos hacemos notar a otras personas en el proceso comuni
cativo, a las preguntas introducidas por motivos de transmisin, las
conversaciones cuyo objeto es simplemente mantener el canal abierto,
o llamar la atencin del receptor hacia ese canal.
2.10.8.7. En la quinta funcin empleamos medios lingsticos para
hablar del cdigo. Es la funcin metalingstica (vid. 2.1.3.), estrictamen
te analtica. La empleamos para aclarar o 'pedir aclaracin sobre el sig
nificado o la funcin de un elemento del cdigo: no s qu significa
bazuqueo, el sujeto es nosotros, en es una preposicin, bibliogra
fa es un compuesto de origen griego.
2.10.8.8. Citando enfocamos el mensaje como tal hacemos uso de la
funcin potica, aadida por Jan Mukarovsky en 1936. En.ella lo funda
mental es el lenguaje en s, como mensaje, con su centro en s mismo,
con la tendencia a la motivacin de la relacin entre expresin y conte
nido en cada signo, para lo cual se potencian.una serie de elementos que
estn ah, pero que se desatienden en la normal relacin entre formas
de todo signo lingstico, se trata de elementos de sustancia, que pasan
a ocupar un lugar fundamental, como las repeticiones de sonidos (alite
raciones), las semejanzas (ecos). Esta funcin, que culmina en la obra
literaria, en la que existe una finalidad de belleza y una potenciacin
mxima de estos recursos, con el desarrollo de las dos tcnicas caracte
rsticas, la de combinacin y la de seleccin, no est ausente del lenguaje
64 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

ordinario, donde apreciamos favorable o desfavorablemente la combina


cin de fonemas que constituyen, por ejemplo, un nombre propio, o la
seleccin de un nombre entre otros, al nacer un nio, o poner nombre
a un barco, un parque, o crear un eslogan publicitario.
2.10.8.9. El texto se inicia con una interrogacin, dirigida al recep
tor, lo que supone una funcin apelativa. Mas, como esta pregunta no
arrastra una respuesta efectiva, pues ya dijimos que se trata de una pre
gunta de s o no, adverbios que no aparecen como respuesta por ninguna
parte, hemos de pensar, atinadamente, que se trata de una pregunta cuya
funcin principal es el mantenimiento de la disposicin del canal de
comunicacin, algo as como preguntar al lector si todava sigue ah. La
funcin predominante es la representativa, pues el texto es, fundamen
talmente, una exposicin razonada sobre un obieto. la clula cancerosa.
Podramos aadir, finalmente, que se puede atisbar la funcin potica en
la alternancia entre interrogativa directa al principio e indirecta con
cmo, y en la seleccin lxica, con intencin de evitar, en lo posible, el
lenguaje abstruso de la ciencia: desvaro, clamoroso, podran ser mues
tras lxicas de esta intencin.
2.10.8.10. La combinacin de estos rasgos supone, claramente, la
confirmacin del carcter cientfico del texto, dentro de la parcela de
la divulgacin: los caracteres excesivamente rgidos v secos del lenguaje
de la ciencia se suavizan y difuminan con la aparicin minoritaria de
otros elementos, tanto generales, en las diversas funciones del lenguaje,
como particulares, en la variada seleccin de constituyentes.

TEXTO 4

2.11.

Se supone con excesiva facilidad que las consecuencias fisio


lgicas y sociales del uso de la cocana son proporcionadas a su
popularidad y a su importancia econmica. En realidad, las im
plicaciones mdicas y psicolgicas del uso ocasional o prolon
gado de la cocana slo se han empezado a determinar reciente
mente. En 1975, el Instituto Nacional para el estudio del Abuso
de la Droga dio comienzo a un proyecto de investigacin con
miras a definir los efectos farmacolgicos de la cocana en el ser
humano. Desde entonces, numerosos investigadores se han ocu
pado de los varios aspectos y campos cientficos relacionados con
la cocana, incluyendo una detallada descripcin de los efectos
de la droga en el hombre.

Opcin A

1. Anlisis sintctico desde el principio hasta econmica (ln. 3).


2. Comentar, desde el punto de vista de la norma, desde el principio
hasta recientemente (ln. 6).
TEXTOS CIENTFICOS 65

3. Las palabras de origen griego (helenismos) y su importancia en el


vocabulario cientfico, con relacin al texto.
4. Los adverbios en el texto. Tipos y funciones.

Opcin B
1. Anlisis sintctico desde En realidad (ln. 3) hasta recientemente
(ln. 5).
2. La adjetivacin en el texto: colocacin y valor semntico.
3. La formacin de palabras en el texto, procedimientos que se emplean.
4. Caracterizacin del texto como muestra del lenguaje cientfico enca
minado a la divulgacin.

OPCIN A

Anlisis sintctico

Se supone con excesiva facilidad que las consecuencias fisio


lgicas y sociales del uso de la cocana son proporcionadas a su
popularidad y a su importancia econmica.
2.11.1. La estructura de este prrafo es mucho ms sencilla de lo
que su apariencia hace suponer; dos componentes oracionales, enuncia
tivos y afirmativos:
Sujeto: la completiva introducida por que, la cual se prolonga
hasta el final, tiene la funcin de sujeto de supone.
Predicado: el verbo supone va .. jompaado de un se que expre
sa el rasgo de medialidad (es decir, participacin del sujeto
como actor y paciente de la situacin verbal) en la forma de una
pasiva refleja impersonal, en la que el agente de la suposicin
se difumina en la expresin mediante ese se (cfr. 2.12.1). Con
excesiva facilidad es un aditamento que expresa una circunstan
cia modal.

2.11.1.1. Estas construcciones presentan el enrevesado problema di


dctico de la determinacin del sujeto. En nuestro ejemplo, basta con
suprimir la estructura oracional de la completiva eliminando el que
y el verbo son para comprobar que es inmediata la necesidad de poner
en plural el verbo suponer: las consecuencias fisiolgicas... se suponen,
lo cual indica el carcter de sujeto que hemos asignado a la completiva.
2.11.1.2. La completiva, por su parte, tiene la siguiente estructura:
Sujeto: las consecuencias, modificado por la coordinacin fisio
lgicas y sociales y el complemento determinativo del uso, rec-
66 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

tor, a su vez, de otro sintagma preposicional del mismo tipo.


de la cocana.
Verbo copulativo: son.
Predicado nominal: proporcionadas, que rige, a su vez, dos com
plementos determinativos, introducidos por la preposicin a,
como complementos del adjetivo, y mutuamente coordinados,
a su popularidad y a su importancia econmica. El carcter de
adjetivo de proporcionadas se comprueba al intercambiarlo con
otro adjetivo inequvoco, por ejemplo, con proporcionales, en
esa frase.

II

Observaciones normativas

2.11.2. Como tuvimos ocasin de comentar en la caracterizacin ge


neral de los textos cientficos, en stos es fcil que nos encontremos con
ejemplos de prosa de excelente calidad; pero tambin, como consecuen
cia de las malas traducciones, podemos encontrarnos con ejemplos en
los que se bordea peligrosamente la frontera de la norma.
2.11.2.1. El fragmento seleccionado, aparentemente, no presenta gran
des faltas contra esta norma. Empezando por la puntuacin, podran
ponerse comas antes y despus de con excesiva facilidad. La sintaxis,
en cambio, es un espejo fiel del original, seguramente escrito en ingls
(o pensado de acuerdo con los moldes de la sintaxis inglesa. Aunque ca
rece de anglicismos flagrantes, se observa un uso desproporcionado de
construcciones que tambin existen en espaol, si bien no de modo tan
abundante, o tan concentrado en unas pocas lneas (cfr. 2.8.3, supra).
En este sentido tendramos que sealar el aumento de ser, a costa de
estar, como consecuencia de la traduccin demasiado simple del verbo
copulativo ingls: en lugar de son proporcionadas podramos decir estn
proporcionadas, pues no se trata de algo esencial ni habitual, sino de
una suposicin que, segn se desprende del prrafo, no parece acertada.
Es discutible, por supuesto, esta precisin, que hacemos para llamar la
atencin sobre esas alteraciones de nuestra sintaxis, aparentemente leves,
tras las cuales puede esconderse una importante evolucin del uso. (Para
los adjetivos, cfr. 2.11.6.)
2.11.2.2. Mayor inters tiene el empleo de la pasiva refleja con se,
en dos ocasiones, para expresar impersonalidad en ambas: se supone
y se han empezado a determinar han empezado a determinarse. Se
trata tambin de construcciones espaolas; sin embargo, su concentra
cin, junto con el carcter de impersonalidad, ms la complejidad que
supone la perfrasis con el infinitivo, en el segundo caso, nos hacen pen
sar ms en la abundante pasiva inglesa. Es una muestra ms del cre
cimiento de construcciones autctonas como consecuencia del influjo
exgeno. Por ltimo, el adverbio slo es expletivo en espaol, y corres
ponde a una traduccin literal del ingls just, muy probablemente. Lo
mismo parece poder decirse del aditamento en realidad, tambin posible
traduccin de in fac o really. En cuanto al lxico, implicacin es una
traduccin evidente de implication, que, de verdad, significa complica-
TEXTOS CIENTFICOS 67

cin; como consecuencia del uso ingls, el cultismo espaol implicacin


ha adquirido una nueva acepcin, ya muy frecuente.

III

Los helenismos

2.11.3. En un apartado anterior (2.6.3) presentamos los helenismos


y sealamos su importancia en este lxico cientfico, desde un punto de
vista terico en general. Posteriormente (2.8.3), tuvimos ocasin de pre
cisar cmo muchos de ellos se han introducido en espaol por medio de
otras lenguas modernas, de manera que el helenismo sera el timo re
moto, ltimo, mientras que el timo inmediato sera la palabra inglesa
o francesa (o de otra lengua moderna, claro est). Nos limitaremos aqu,
para no repetir lo ya dicho, a la lista de helenismos, con indicacin de
algunas de sus peculiaridades lexicolgicas, sobre las que volveremos
en 2.11.7.
2.11.3.1. Fisiolgicas, econmicas, psicolgicas y farmacolgicas son
los cuatro helenismos del texto. Son cuatro adjetivos formados con el
sufijo culto -ico, agregado a un compuesto, en cada uno de los casos. El
esquema lxico es, en todos ellos, morfema lxico + morfema lxi
co + morfema derivativo -I- morfemas gramaticales, expresado todo por
los morfos correspondientes, p. ej.: psico + lg + ic + o 4- s.
2.11.3.2. Podramos aadir a ello el uso de un sufijo de este tipo
en cocana, cuya base lxica, coca, no es griega, sino que procede del
quechua peruano.

IV

Los adverbios

2.11.4. Esta categora morfolgica, a la que los griegos llamaban


adicin al verbo y tambin receptculo universal, ha sido, tradicio-
nalmente, el cajn de sastre donde entraban todas las formas invariables
que no eran ni preposiciones ni conjunciones, es decir, simples nexos.
Sin embargo, aunque categora invariable, ciertos adverbios tienen al
gunas peculiaridades morfolgicas que impiden considerar esta invaria-
bilidad del mismo modo que la de preposiciones y conjunciones. Funcio-
nalmente, se ha dicho que son modificadores de otros modificadores
(adjetivo y verbo), trminos terciarios, en la teora de los rangos de
Jespersen, lo cual tampoco es del todo exacto. En cuanto a la semntica,
por ltimo, los hay de significacin plena o de significacin vaca, me
ramente referencial y anafrica.
2.11.4.1. Segn Serge Karcevskij, es un determinante de marca cero;
no tiene ni reccin ni concordancia. Para convertirse en adverbio, una
palabra pierde los valores formales propios de la categora nominal a la
que perteneca antes, o los de la categora verbal, en el caso de lenguas
que pueden formar adverbios a partir de verbos. Aunque esta caracteri
zacin formal de Karcevskij sea negativa, el adverbio es una palabra com-
68 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

pleta: En su estructura asocia dos tipos de valores, el semntico y el


formal (negativos), por lo que se distingue de las palabras incompletas o
partculas (preposiciones, conjunciones, partculas propiamente dichas e
interjecciones). Funcionalmente, la condicin de modificador de modifi
cadores, o de dependiente de otros dependientes, no es admitida como
definitoria por la crtica actual. Podemos decir que hoy se piensa ms
que su funcin es una incidencia a una relacin, ms precisamente, a la
relacin que existe entre el predicado y cualquiera de sus argumentos.
Para autores como ngel Lpez Garca, en su Semntica Dinmica, lo ca
ractersticamente adverbial es la interferencia del adverbio en la relacin
entre dos elementos oracionales, uno de los cuales es la expresin del pre
dicado, es decir, el verbo, el adverbio no se refiere al sujeto, al verbo
o a los distintos complementos, sino a las relaciones que existen entre
ellos.
2.11.4.2. La categora adverbio tiene una compleja relacin con la
que Emilio Alarcos Llorach ha llamado aditamento. Para este autor, los
adverbios son signos mnimos, autnomos, con funcin de aditamento, lo
cual implica, desde luego, que slo una parte de los adverbios tradicio
nales encaja en esta nueva categora adverbial, ms restringida y precisa:
Clases de signos o sintagmas autnomos nominales, caracterizados por
funcionar como aditamento y presentar inmovilidad genrica y numrica
(frente a los otros nombres). Esto quiere decir que el adverbio es un
nombre con funcin exclusiva y especfica, inmovilizado en gnero y n
mero. La funcin de aditamento es desempeada por trminos margina
les al predicado, al cual encuadran o matizan, que se caracterizan por
tres rasgos:

a) En caso de supresin no tiene que dejar restos pronominales en la


oracin, a diferencia de lo que ocurre con los suplementos (2.6.2.4):
en hablaban de tu libro, de tu libro es un suplemento, que debe de
jar un resto pronominal: de l, mientras que en vinieron de Sevilla,
de Sevilla es un aditamento suprimible, sin que precise dejar como
resto un pronombre: no se dice vinieron de ella, sino un adverbio,
vinieron de all, opcional y no imprescindible.
b) Pueden aparecer varios en la misma oracin, lo que no ocurre ni
con el complemento, ni con el suplemento o el implemento, sin ne
cesidad de coordinacin: Esta maana (1) vinieron de Sevilla (2) con
la abuela (3).
c) Tienen una gran movilidad de orden en el interior de la oracin:
Vinieron esta maana con la abuela de Sevilla; de Sevilla vinieron...

2.11.4.3. En su relacin con la sustancia semntica, podemos dividir


los en dos grandes grupos:
a) Situacionales. Encuadran lo enunciado, situndolo en las dos gran
des esferas de lugar y tiempo.
b) Nocionales. Estos pueden dividirse en dos subgrupos, segn afecten
al ncleo del predicado, al de algn elemento (matices de modo o
cantidad), o se refieran a toda la oracin, expresando conformidad
de lo enunciado con la realidad, con uno de estos tres valores posi
bles, afirmacin, negacin o duda. Estos tres ltimos tienen peculia-
TEXTOS CIENTFICOS 69

ridades, en lo que se refiere a la expresin de la modalidad, sea


lada en 2.10.7.

2.11.4.4. En el texto aparecen los adverbios slo, recientemente y


entonces. El primero es nocional de modo, los otros dos son situaciona-
les de tiempo. Formalmente, slo es uno de los llamados adverbios
cortos, es decir, un adjetivo fosilizado en forma masculina, distinguido
grficamente por el acento, en este caso. Entonces nos muestra la com
patibilidad del adverbio con la preposicin desde, que puede acompaar
a los aditamentos. Recientemente es un situacional de tiempo formado
sobre las pautas de los modales (lo que explica la convivencia en la nor
ma hispnica con recin, adverbio corto evolucionado). Los tres tienen
funcin de aditamento, al igual que una serie de frases preposionales,
como con excesiva facilidadx o en realidad.

OPCIN B

Anlisis sintctico

En realidad, las implicaciones mdicas y psicolgicas del uso


ocasional o prolongado de la cocana, slo se han empezado a
determinar recientemente.

2.11.5. Se trata de una oracin enunciativa afirmativa. Lo ms inte


resante es el ncleo del predicado, se han empezado a determinar; se
trata de una perfrasis incoativa (indicadora de comienzo de accin), for
mada por empezar a (el auxiliar) + infinitivo. La peculiaridad es que el
se da al infinitivo un valor medio-pasivo, propio de la pasiva refleja
(cfr. 2.11.1), junto con un carcter de impersonalidad, pues no se nos
dice expresamente cul es el sujeto real, el agente, de la situacin verbal
expresada por determinar. El sujeto funcional, es decir, el sujeto pacien
te de la pasiva refleja, s est expreso, y consta de una gran cantidad de
elementos en torno al ncleo implicaciones; las es el determinante, me
dicas y psicolgicas, en coordinacin copulativa expresada por y, son sus
modificadores directos, uso es el ncleo del sintagma prepositivo, que
acta como complemento determinativo del sujeto, y lleva, por su parte,
dos adjetivos modificadores, en coordinacin disyuntiva expresada por
o, ocasional o prolongado, as como un nuevo complemento determinati
vo, de la cocana. En realidad, slo y recientemente, tienen funcin de
aditamento (cfr. 2.11.4.2).

II

La adjetivacin
2.11.6. Esta pregunta se refiere a los adjetivos como modificadores
en la frase nominal, por lo que no nos extenderemos sobre su uso predi-
70 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

cativo, como predicado nominal (proporcionadas). La teora pertinente


ha sido expuesta en 2.6.1., por lo que pasaremos a la enumeracin y cla
sificacin de los calificativos atributivos.
2.11.6.1. La adjetivacin del texto es muy abundante: incluyendo el
participio relacionados tenemos diecisis adjetivos, de los que slo cua
tro van antepuestos, si bien todos, antepuestos y pospuestos, son especi
ficativos. La anteposicin de numerosos y varios se explica por su carcter
de cuantificadores, cuasi-determinativos, si no queremos considerarlos
determinativos sin ms. Excesiva y detallada son valorativos: en su ante
posicin podemos ver el influjo adicional del anglicismo, que favorece
la anteposicin, reforzando esta tendencia de los valorativos, muy fre
cuentemente antepuestos en los textos cientficos (ms que en los otros
textos). De los pospuestos, prolongado es descriptivo, y los dems son
de relacin. La presencia de once adjetivos de relacin, junto con las
coordinaciones entre adjetivos, contribuyen a la posposicin del adjetivo
en el texto, aunque es muy significativo que los valorativos, especifica
tivos, repetimos, se antepongan.

III

Formacin de palabras

2.11.7. El texto tiene una amplia muestra de los dos procedimientos


ms usuales de formacin de palabras, la derivacin (unin de un mor
fema lxico y un morfema derivativo, sufijo o prefijo, o varios) y la com
posicin (unin de dos morfemas lxicos). La composicin aparece siem
pre con un sufijo, es decir, como composicin 4- derivacin, siempre
refirindonos al texto, por ello hablaremos de compuestos, en psicolgico
y similares. La conciencia de compuesto en estas palabras, por otra par
te, es muy relativa, porque no se trata de morfemas lxicos que tengan
una existencia independiente, hasta el punto de que autores como Manuel
Seco hablan de races prefijas y sufijas: morfemas como el de psico se
ran un prefijo ms, una raz prefijo.
2.11.7.1. Se forman sustantivos por sufijacin, sobre todo con -idad
(tres: iac\\-idad, popu\-ar-idad, realidad) y con -na (uno: coca-na). N
tese que popularidad es un sustantivo formado mediante -idad sobre un
adjetivo, el cual, a su vez, se ha formado con el sufijo -ar sobre un sus
tantivo. Tambin se forman sustantivos por prefijacin y sufijacin, aun
que conviene tener en cuenta que la mayora de los hablantes debe de
haber perdido la conciencia del prefijo en alguno de estos ejemplos:
con-secue-ncia im-porta-ncia
zm-plica-cion-es m-vestiga-c/d/2 de-scrip-cin
in-vestiga-dor-es

2.11.7.2. Se forman adjetivos por composicin ms sufijacin con


-ic- en cuatro casos, fisio-lg-\c-a-s, eco-nm-\c-a, psico-lg-\c-a-sy farmaco-
/og-ic-o-s. Por derivacin se forman con -al (tres: soci-al, ocasion-a/ y na-
cion-al), con -ic (md-i'c-a-s), con -an (hum-aw-o), con -os (numer-os-o-s) y
con -fic (cient-fic-o-s).
TEXTOS CIENTFICOS 7)

IV

Caracterizacin

2.11.8. Se nos pide la caracterizacin del texto como ejemplo o mues


tra del discurso cientfico y, adems, encaminado a la divulgacin. Lo
primero es algo que hemos ido sealando en los distintos apartados
del comentario: en 2.11.2 sealamos las posibles desviaciones respecto
de la norma, en relacin con el anglicismo (2-8.3) y Su presencia ms
frecuente en un texto cientfico. En 2.11.3 nos ocupamos de los helenis
mos, refirindonos, igualmente, a su caracterizacin como elemento de
la jerga cientfica, remitindonos a 2.6.3 y, para la distincin entre timo
inmediato y timo remoto, al apartado de anglicismos. En 2.11.6 hemos
tenido ocasin de ocuparnos de la adjetivacin, para sealar cmo la
posposicin y la especificacin, as como el predominio absoluto de los
adjetivos de relacin eran rasgos del lenguaje cientfico. A partir de los
datos de la formacin de palabras, que acabamos de exponer en 2.11.7,
podemos apuntar tambin una preferencia por procedimientos cultos de
formacin del lxico, como el empleo de compuestos griegos de los que
se derivan adjetivos con sufijos cultos, o la abundancia de sufijos cultos
para formar derivados, incluso la presencia de derivados en -al, como
uno de los casos de derivacin para los cuales sealamos posible refuer
zo anglicista, en el apartado correspondiente.
2.11.8.1. La segunda parte, es decir, el carcter de divulgacin, est
advertido en la pregunta como una ayuda suplementaria al alumno. Con
cierta frecuencia empleamos este medio de ayuda indirecta: precisamos
en las preguntas algn aspecto del texto, con objeto de que el alumno
est preparado para ver algo ms que los caracteres primarios. A prop
sito del texto anterior, en 2.10.4 y en 2.10.8 sealamos cmo algunos ras
gos, como las preguntas fticas o las alternancias de tiempos verbales
del comentario, hacia el pasado, estn en la lnea de los escritos de di
vulgacin. Lo mismo sucede cuando se introducen elementos narrativos,
como el pretrito dio, en nuestro texto. La riqueza de la adjetivacin,
especialmente la valorativa y la descriptiva, en un texto cientfico, tam
bin indica su carcter de divulgacin, que contrasta con el rigor y la
aridez del razonamiento cientfico puro.

TEXTO 5

2.12.

Las serpientes de cascabel no fallan el golpe cuando se lan


zan contra sus, presas, ni siquiera de noche, en que la oscuridad
las protege. El calor, es decir, la radiacin infrarroja emitida por
la vctima de sangre caliente, gua el ataque. La radiacin es cap
tada por un sistema extraordinario de que disponen las serpien-
72 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

tes de cascabel para ver en una regin del espectro electro


magntico donde los animales generan su propia energa radiante.
Los.ojos infrarrojos de la serpiente de cascabel son sus ro
setas termosensibles, un par de cavidades profundas que se abren
a los lados de la cabeza, por debajo y delante de los ojos.

Opcin A
1. Anlisis sintctico del segundo prrafo (desde Los ojos).
2. Funcin de los relativos en el texto.
3. Lenguaje cientfico y tiempo verbal, su reflejo en el texto.
4. Sustantivos abstractos en el texto.

Opcin B
1. Anlisis sintctico desde La radiacin (ln. 4) hasta radiante (ln. 7).
2. Los adjetivos del texto: colocacin y valor semntico.
3. Lenguaje apropiado y lenguaje figurado: por qu se ponen comillas
en ver y ojos? Relacin con lengua y metalengua.
4. A la vista de los datos obtenidos, caracterizacin del texto como tex
to cientfico.

OPCIN A

Anlisis sintctico

Los ojos infrarrojos de la serpiente de cascabel son sus fo-


setas termosensibles, un par de cavidades profundas que se abren
a los lados de la cabeza, por debajo y delante de los ojos.
2.12.1. Puesto que los elementos que aparecen en este texto se han
reiterado en los anteriores, ofrecemos un anlisis muy esquemtico:
Primera oracin: enunciativa, afirmativa, atributiva.
Sujeto: los ojos infrarrojos de la serpiente de cascabel.
Verbo copulativo: son.
Predicado nominal: sus fosetas termosensibles.
El predicado nominal lleva una aposicin, un par de cavidades pro
fundas, desarrollada en la segunda oracin, que ahora veremos. Una
aposicin es la modificacin de un sustantivo por otro, en este caso, fo-
setas por par. Puesto que hay pausa entre ambos, expresada por coma
en la escritura, hablamos de aposicin bimembre.
Segunda oracin: adjetiva, de relativo, enunciativa afirmativa.
Sujeto: que.
TEXTOS CIENTFICOS 73

Verbo: se abren.
Aditamentos: 1), a los lados de la cabeza; 2), por debajo, y
3), delante de los ojos.

Hemos sealado la forma pronominal completa, se abren, como ex


presin verbal. En 2.11.1 tuvimos ocasin de sealar cmo el uso del se
en la pasiva refleja confera a la situacin verbal un tinte de medialidad.
Esta medialidad, en la que el sujeto es agente y paciente de la situacin
verbal, simultneamente, caracteriza estos verbos pronominales de modo
completo. Aqu puede hablarse de un se medio, la expresin de un mor
fema de medialidad, que acompaa al verbo para indicar esa doble situa
cin de agente y paciente del sujeto, y para diferenciar este uso (la puer
ta se abre) del uso transitivo, no pronominal (la nia abre la puerta).
La definicin tcnica de este se sera, por tanto, morfo que expresa el
morfema de medialidad.
2.12.1.1. Los aditamentos 2 y 3, que van coordinados por la conjun
cin copulativa y, son los adverbios delante y debajo, regidos por la pre
posicin por, que no se repite en el segundo miembro, tras la conjuncin.
Al ir modificados, a su vez, por la frase prepositiva de los ojos, todo el
grupo por debajo y delante de se convierte en una locucin prepositiva,
para que ojos pase a ser aditamento. Este segundo anlisis, que slo
deja dos aditamentos, a los lados y ojos, respectivamente, aunque sea
ms sencillo, nos parece demasiado superficial.
2.12.1.2. Una ltima observacin, con la que anticipamos un detalle
que corresponde a 12.2.8, es la presencia del artculo un como introduc
tor de la aposicin de par. Aunque no se trate de una aposicin-comen
tario (cfr. 2.8.2.3), ya sabemos que estas construcciones se ven favorecidas
por el anglicismo sintctico (cfr. 2.8.3.3).

II

Funcin de los relativos en el texto

2.12.2. En el anlisis precedente hemos tenido ocasin de sealar la


funcin de sujeto de que en que se abren. Este relativo aparece en dos
ocasiones ms, como ncleo de las dos frases prepositivas en que y de
que, con funcin de aditamento (cfr. 2.11.4.2) en el primer caso, y de su
plemento, en el segundo. Estos dos ltimos ejemplos nos ofrecen una
muestra curiosa de fosilizacin notable del relativo, ya que esperaramos,
en ambos casos, la presencia de la forma el: en la que, del que. Esto indi
ca lo fcil que resulta el paso al adverbio, el cual aparece dado con la
forma de adverbio relativo donde, que introduce la ltima oracin del
primer prrafo, equivalente en el texto de en el que. Tambin es origina
riamente relativo cuando, usado en el texto como nexo conjuntivo, para
introducir una temporal, ya sin antecediente. (Para sustituirlo ya no po
dramos decir, p. ej., en el que, sino en el momento que, explicitando
el antecedente.) Los relativos tienen tambin la funcin de nexo, lo que
permite caracterizarlos, como ha hecho Ana M.a Barrenechea, como for
mas con una doble funcin en el contexto.
74 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

III

Lenguaje cientfico y tiempo verbal

2.12.3. Ya hemos tenido varias ocasiones de discutir las bases teri


cas de esta pregunta, y de ver varias de sus aplicaciones prcticas (cfr.
2.2.1, 2.5.1, 2.7.4, y 2.10.4). Todos los verbos del texto aparecen en pre
sente de indicativo, muchos son atemporales, fallan, gua, es captada, dis
ponen, generan, son, se abren, que se refieren a caractersticas genricas,
definitorias, del ofidio, quien dejara de pertenecer a esa especie si no
las poseyera. De hecho, se est hablando de la serpiente normal, no de
casos excepcionales con anomalas traumticas, por ejemplo. En otros
casos, protege, p. ej., se trata de situaciones habituales y, por ltimo,
el es de es decir corresponde a una frmula expresiva de la funcin
metalingstica (cfr. 2.10.8). Sabemos, tambin, que se trata de tiempos
del comentario (cfr. 2.5.1.2).

IV

Sustantivos abstractos

2.12.4. Al haber sido ya expuesto el planteamiento terico (2.10.2),


nos limitaremos a la clasificacin de los mismos: en par tenemos un
ejemplo del cuantitativo de nmero, oscuridad, calor, energa y cavidad
son abstractos de cualidad, mientras que los abstractos de fenmeno son
radiacin, regin, ataque, sistema y espectro. Podra suponerse razona
blemente que espectro en el uso cientfico (como signo cientfico, no
como signo lingstico), al tener un significado concreto (y mensurable)
fuera considerado como tal. Cavidad, originariamente abstracto, est
usado en el texto como concreto, al referirse a las fosas.

OPCIN B

Anlisis sintctico

La radiacin es captada por un sistema extraordinario de que


disponen las serpientes de cascabel para ver en una regin del
espectro electromagntico, donde los animales generan su propia
energa radiante.

2.12.5. Al responder a la segunda pregunta de la opcin A (2.12.2)


hemos sealado la funcin respectiva de los relativos que y donde. Po
demos considerar todas las formas verbales acompaadas de modifica-
TEXTOS CIENTFICOS 75

dores, o que rigen algn tipo de complemento, como predicados que lle
van sus argumentos y, de este modo, establecer cuatro estructuras de
tipo oracional; la tercera tiene como predicado un infinitivo, una forma
no personal, de modo que, de acuerdo con criterios ms tradicionales,
quien prefiera puede incluirla en la segunda y reducir las oraciones del
texto a tres; nosotros hablaremos de cuatro:

a) La radiacin es captada por un sistema extraordinario. Enuncia


tiva, afirmativa, pasiva. El sujeto es radiacin (paciente), el verbo
captar va en forma pasiva (es captada), por un sistema es el agente
de la pasiva.
b) de que disponen las serpientes de cascabel es una relativa, adje
tiva, cuyo antecedente es sistema. Es enunciativa, afirmativa, activa
y est usado en ella el verbo disponer como intransitivo, rigiendo
un suplemento, de que, segn su distribucin semntica (disponer
algo, transitivo, con implemento / disponer de algo, intransitivo,
con suplemento). Las serpientes de cascabel es el sujeto.
c) para ver en una regin del espectro electromagntico puede inter
pretarse como un aditamento (sentido de finalidad) de disponen,
con el mismo sujeto de ste, lo que permite su construccin en infi
nitivo. El resto es una frase prepositiva, con ncleo en regin, mo
dificado por el complemento determinativo con ncleo en espectro,
todo ello con funcin de aditamento (locativo).
d) donde los animales generan su propia energa radiante es un
modificador de regin, se trata de una relativa adverbial, enuncia
tiva afirmativa como las anteriores, activa, transitiva; el sujeto es
animales, y el implemento energa, acompaado de los modifica
dores radiante y propia.

II

Los adjetivos del texto

2.12.6. Tambin aqu remitimos a un prrafo anterior (2.6.1) para


la teora. Radiacin infrarroja, sangre caliente, sistema extraordinario,
espectro electromagntico, energa radiante, ojos infrarrojos, fosetas ter-
mosensibles y cavidades profundas nos ofrecen, pospuestos, los califi
cativos del texto, todos atributivos y especificativos. Adems de caliente
y profundas podramos considerar infrarrojo como descriptivo, y tal vez
termosensible, ya que el simple sensible lo sera. El problema, una vez
ms, es que el signo cientfico no es el lingstico, por la corresponden
cia biunvoca que establece entre expresin y contenido, que hace, por
ejemplo, que el sensible de termosensible no sea el sensible del
lenguaje ordinario. Extraordinario, valorativo en la lengua comn, puede
ser aqu simplemente descriptivo, y hasta cuasideterminativo, pues no
significa ms que fuera de lo ordinario, propio o caracterstico.
Electromagntico y radiante pueden considerarse adjetivos de relacin.
Propia, modificador de energa, es cuasideterminativo.
76 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

III

Lenguaje apropiado y lenguaje figurado

2.12.7. Las reservas expuestas en el prrafo anterior nos permiten


suponer que el lector es consciente de que el comentario de estos textos
se ha de basar, necesariamente, en el doble carcter convencional que
implican: por un lado la convencin lingstica, y por otro, adems, la
cientfica. Esto hace que su desarrollo sea un permanente juego de fun
cin representativa (lenguaje apropiado) y funcin metalingstica, que
recurre, incluso, a la retrica (lenguaje figurado). As, de modo figu
rado, se emplean los signos ver y ojos, cambiando la relacin entre ex
presin y contenido, alterando ste: los ojos d los que se habla son
unas fosetas termosensibles, mientras que ver es percibir la radiacin
infrarroja. Como ambas cosas se nos definen en el texto, empleando
incluso un es decir expresivamente metalingstico, slo podemos supo
ner que el autor recurre al lenguaje figurado con objeto de acercar
el contenido del texto al lector, de modo que ste no tenga dificultades
adicionales para comprenderlo. Esta caracterstica es tpica de los tex
tos de divulgacin, entre los que habremos de contar al nuestro. l
empleo de las comillas es una convencin, para seialar, dentro de este
tratamiento metalingstico, que precisamente esos trminos se emplean
figuradamente, no con su valor ordinario de discurso. Puede observarse
que las comillas slo han aparecido en las dos palabras en las que la
libertad del autor ha sido mayor, en las que ha utilizado el recurso
retrico de la metfora, y que hay otros casos, como el sensibles, que
tuvimos ocasin de sealar, en los que tambin es perceptible el uso
peculiar, monosmico, de la terminologa cientfica.

IV

Caracterizacin

2.12.8. Todo lo anteriormente expuesto, del mismo modo que en


los textos precedentes, nos permite no slo caracterizar el texto como
cientfico, sino como texto cientfico de divulgacin, y no excesivamente
conocedor o respetuoso de la norma lingstica hispnica, por sus nume
rosos anglicismos, ciertamente no demasiado graves. El uso del tiempo
presente, el modo indicativo, es decir, la situacin verbal del comentario,
el valor atemporal o habitual de estas formas gramaticales, la adjetiva
cin pospuesta, especificativa, sin adjetivos valorativos, la precisin con
que se separan los usos figurados, la seleccin del lxico, en el que
abundan los compuestos, helenismos y trminos tcnicos, con especiali-
zacin semntica, la sencillez de la construccin de los prrafos, y la
construccin progresiva del texto, en el que los elementos sucesivos van
determinando y aclarando a los anteriores, nos permiten clasificar este
texto entre los tpicos de divulgacin cientfica, de carcter biolgico,
si tenemos en cuenta el contenido. Quiz lo ms llamativo del mismo es
TEXTOS CIENTFICOS 77

cmo la funcin esttica, con el recurso retrico, complementa la meta-


lingstica y viene en ayuda de la representativa, predominante en un
texto cuya finalidad principal es la transmisin de conocimientos.
2.13.1. Llegamos as al final de los comentarios consagrados a los
textos cientficos, ms o menos especficos, pero todos unidos por su
carcter divulgador, el cual favorece su comprensin. Hemos tenido
ocasin de observar que en ellos lo ms llamativo es el empleo de los
tiempos verbales y la adjetivacin, as como un lxico peculiar, bien
determinado. Ello no impide que se puedan formular otras preguntas,
algunas de las cuales quedan reflejadas en lo que antecede. Tambin
es importante observar cmo, de modo muy secundario, en general, los
elementos extranjeros (barbarismos), sobre todo el anglicismo, van
penetrando en nuestra lengua moderna, apoyndose en posibilidades
que les ofrece la estructura del espaol, en buen nmero de ocasiones.
Hemos apoyado las consideraciones analticas en unos puntos de teora
que se han ido estableciendo de modo que no hubiesen de repetirse
despus, evitando la reiteracin intil. Puede que esta actitud obligue
al lector a un esfuerzo de revisin de los puntos en donde se ha tratado
o se va a tratar con mayor amplitud un punto terico, lo cual, dada la
ndole de esta obra, no es baldo.
Captulo

TEXTOS INFORMATIVOS SIMPLES

3.0.1. Dedicamos este captulo a dos textos periodsticos, caracte


rizados por su talante informativo, que hemos denominado simple por
que no se combina con ninguna clase de rasgos icnicos: no hay titula
res, distintos tamaos o tipos de letra, ni representacin grfica
alguna. Lo que buscamos al elegirlos para el examen es la distincin
entre la informacin, la orientacin de la noticia, la expresin objetiva
de la misma, y el empleo de elementos de otro registro ms elevado,
el literario, con los peculiares efectos que puede producir en textos como
los que siguen, en los que tambin ha de recurrirse, con frecuencia,
a frmulas y expresiones procedentes de la lengua hablada.
3.0.2. La misin principal de un diario o peridico es informar; sin
embargo, los poderosos intereses que financian la prensa hacen que la
noticia se manipule de un modo u otro, a favor o en contra de lo que sea.
Podemos sealar tres maneras de informar: la informacin escueta, apa
rentemente ms objetiva, y que es simple enunciado de la noticia; la
opinin, en la cual lo fundamental no es la noticia en s, sino precisa
mente el enfoque que se da al tratamiento de la noticia; y la informacin
propagandstica, que utiliza la noticia como pretexto para defender tesis
previas. Como es natural, es difcil encontrar textos puros, especial
mente de la primera clase; junto a la informacin se filtra la opinin,
de manera que caben diversos grados. En el texto 6 nos encontraremos
con una informacin escueta, en la- que la opinin del autor es muy
subsidiaria, aunque clara, mientras que en el texto 7 el componente
de opinin est mucho ms marcado, hasta el punto de influir en el
estilo de redaccin.

78
TEXTOS INFORMATIVOS SIMPLES 79

TEXTO 6

3.1.

Las ltimas cuentas realizadas en


el Atico di Madrid arrojan un
dficit de 1.018 millones de pese
tas, aunque los pagos apremian-
tes, de carcter urgente antes del
30 de junio, son de 188 millones de
pesetas. Para salir a flote ante esta
situacin, el club rojiblanco cuenta
como puntos de apoyo con des
contar ante entidades nanearas
las letras de los traspasos de Mar
cos y Julio Alberto al Barcelona,
las mensualidades de los socios, y
el adelanto de los abonos, aunque
la mitad de estos ltimosya fueron
avalados en su momento para soli
citar el polmico crdito de treinta
millones que mantiene la confusa
situacin en tomo a Alfonso Ca
beza.

Opcin A

1. El texto informativo, sus caractersticas. Aplicacin a la muestra an


terior.
2. La adjetivacin en el texto.
3. Lxico econmico directo y figurado en el texto: significacin y valor.
4. Objetividad de la informacin y postura del informador en este
texto.

Opcin B
1. Informacin y opinin en el texto que precede, su consideracin
desde el punto de vista periodstico.
2. Formas verbales y perfrasis en el texto.
3. Anlisis sintctico desde Para salir a flote (ln. 7) hasta el final.
4. Comente los dos usos de aunque en relacin con la informacin
global que el texto transmite.
80 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

OPCIN A

Caracterizacin

3.1.1. El texto informativo se caracteriza por su objetividad. En


consecuencia, debe emplear una serie de recursos internos (en la estru-
tura del texto) para referirse a un objeto externo claramente delimitado:
el contenido de la noticia. En el plano nominal, por ejemplo, la adje
tivacin no ser abundante y predominarn en ella los adjetivos espe
cificativos, generalmente pospuestos, de tipo descriptivo, de relacin o
cuasideterminativos (cfr. 2.6.1.); en el plano verbal, al estar en segundo
lugar las opiniones personales y los comentarios, predominan los tiem
pos del indicativo (cfr. 2.7.4), si bien, por la necesidad prctica de acer
camiento al lector, puede ser que un tiempo de la narracin sea susti
tuido por un tiempo del comentario: el pretrito por el presente, por
ejemplo (cfr. 2.5.1.2). En el contenido, la noticia se basa en hechos con
cretos, que se presentan del modo ms objetivo y exacto posible.
3.1.1.1. El texto 6 es un fiel reflejo de lo que venimos diciendo.
En el prrafo 3.1.2 estudiaremos la adjetivacin, pero ya podemos ade
lantar que se adeca a los rasgos dichos anteriormente. Acerca del ver
bo, el modo es el indicativo, y los tiempos son el presente y el pretrito,
para referirse, en general, a hechos pasados (son, cuenta y mantiene son
los nicos presentes empleados con esa referencia temporal; todos los
dems podran susituirse por pretritos sin que la significacin del texto
variara: lo nico que se producira sera una sensacin notable de ale
jamiento del lector). Aunque del lxico hablaremos en 3.1.3, hay que
sealar, de momento como ya se indica en el enunciado de la pre
gunta que la pretensin de objetividad se apoya en el manejo de las
cifras, a las que siempre se asigna el mayor grado posible de objetivi
dad: los nmeros cantan, se dice. "El texto est ordenado progresiva
mente, de manera que se ofrece en primer lugar una informacin cuan-
tificable, para acabar con la aclaracin de lo que esos datos suponen
para el club a quien corresponden.

II

Adjetivacin

3.1.2. Los nicos adjetivos valorativos del texto aparecen al final:


polmico crdito y confusa situacin, los dos van antepuestos y son
explicativos: no se trata de diferenciar un crdito polmico de otro
que no lo es, ni una situacin confusa de otra que no lo es tanto, o que
no lo es en absoluto. Sin embargo, para llegar a este valor explicativo,
los dos adjetivos han debido pasar por una cierta adaptacin semntica.
TEXTOS INFORMATIVOS SIMPLES 1

en especial el primero, puesto que los rasgos semnticos propios del


adjetivo polmico no parecen ser los ms fciles de combinar con el
sustantivo crdito, como sealaremos con ms detalle en el prrafo
siguiente. Se trata de un adjetivo de relacin, polmico, y otro descrip
tivo, confuso, que estn empleados como valorativos, tras su mutacin
semntica.
3.1.2.1. Los restantes adjetivos son especificativos, y corresponden
a los siguientes tipos: ltimas cuentas contiene un adjetivo cuasideter
minativo, antepuesto, como es habitual en esta clase, especificativo;
pagos apremiantes lleva el adjetivo especificativo pospuesto, de tipo
descriptivo, al igual que urgente en la frase estereotipada carcter ur
gente. El adjetivo rojiblanco, originariamente descriptivo, ha pasado,
por alteracin semntica, a ser de relacin (los rojiblancos son los
atlticos), especificativo, pospuesto. Tambin es de relacin, va pos
puesto, y es especificativo, el de entidades bancarias. Realizadas, espe
cificativo, pospuesto, es un participio usado como adjetivo.
3.1.2.2. Podemos sealar advirtiendo que este detalle ser impor
tante despus que la adjetivacin permite dividir el texto en dos par
tes: la primera, de mayor extensin, presenta un uso objetivo, no mar
cado, de la adjetivacin, mientras que la segunda, con los dos adjetivos
antepuestos finales, indica cmo la subjetividad del redactor se ha pre
sentado en el texto, sobrepasando la pretendida objetividad.

III

Lxico econmico directo y figurado

3.1.3. El lxico econmico es predominante en el texto; mas no todo


l tiene el mismo valor: hay una serie de elementos lxicos neutros,
como son los nmeros (1.018 millones, 188 millones), o las denomina
ciones de las partidas (letras para descontar ante entidades bancarias,
mensualidades de sus* socios y abonos), as como el sustantivo dficit,
o el participio avalados. En cuanto a las expresiones, arrojar un dficit
es metfora lexicalizada, vaca de connotaciones especiales; pero no
sucede lo mismo con salir a flote, donde "ya tenemos la connotacin de
'algo o alguien que se est ahogando o hundiendo', ni con puntos de
apoyo, que evocan la palanca con la que se har fuerza para enderezar
la situacin (la confusa situacin, precisamente). Al ocuparnos de los
adjetivos tuvimos ocasin de decir que polmico no parece ser un
adjetivo inmediatamente vinculable a un sustantivo como crdito.
En 3.1.8 veremos cmo el empleo de aunque, por dos veces, altera el
panorama econmico, suavizndolo.
3.1.3.1. Desde un punto de vista de la significacin hay que decir
que arrojar un dficit o presentar un saldo negativo significa que se
debe dinero; descontar una letra es presentar al banco un documento
(llamado letra de cambio, en el cual una tercera persona se compro
mete a pagar una cierta cantidad en un plazo de tiempo fijo) para que
el banco adelante esa cantidad, menos un descuento, es decir, un tanto
por ciento que se queda el banco como beneficio de esa operacin;
un aval bancario es un documento que se presenta al banco para asegu-
82 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA.

rar a ste (o a otro prestamista) que alguien nos respalda en la solicitud


del crdito, es decir, asegura que lo devolveremos, con el compromiso
formal de hacerlo por nosotros, en su caso. El valor de todas estas
afirmaciones es claro: se nos presenta a un club de ftbol, el Atltico
de Madrid, en una situacin econmica desesperada, con enormes deu
das, y con la necesidad de recurrir a todos sus medios econmicos,
presentes y futuros, para intentar afrontarlas.

IV

La objetividad del informador

3.1.4. La deplorable situacin econmica que hemos intentado acla


rar en el prrafo anterior es presentada en el texto con apariencia obje
tiva. Sin embargo, esta apariencia no corresponde a la realidad: el in
formador tiene una postura comprometida, no est de acuerdo con ese
estado de cosas, que califica de confuso, ni con el origen de una parte
de l, el crdito que califica de polmico. Es ms, presenta originaria
mente una cantidad exorbitante, 1.018 millones de pesetas, para recono
cer a continuacin que la deuda realmente urgente no llega a ser el
veinte por ciento de la misma, 188 millones. Hace, por dos veces, afir
maciones amplias que se ve obligado a reducir y precisar en ambos
casos, con el empleo de aunque, que se ver en 3.1.8, segn hemos
dicho.
3.1.4.1. Muy pocos elementos bastan para deshacer la pretensin de
informacin objetiva del texto, incluso con sus referencias numricas,
que tambin estn usadas parcialmente. El informador trata de contri
buir al escndalo, en una postura de oposicin al personaje llamado
Alfonso Cabeza, nombre con el que, significativamente, cierra el prrafo:
la presentacin de los hechos est manipulada para provocar una sen
sacin de desacuerdo y protesta en el lector. Naturalmente, el lingista
no tiene por qu entrar en las razones ticas de esta actitud, que puede
estar justificada; lo nico que puede hacer es sealar cmo una utili
zacin particular de recursos lingsticos concretos ha influido en el
mensaje, orientndolo, y advertir al lector contra esta manipulacin
lingstica, que no puede percibir con facilidad el lector ordinario. El
informador no tiene una postura neutral, sino en desacuerdo con la
situacin que constituye el cuerpo de la noticia. Digamos, por ltimo,
que no se ha valido de medios tipogrficos de ninguna clase para resal
tar ningn punto, y que la funcin lingstica representativa ha sido
la central, con pequeas incursiones de la funcin potica.
TEXTOS INFORMATIVOS SIMPLES 83

OPCIN B

Informacin y opinin

3.1.5. Esta pregunta est contestada, fundamentalmente, en el pun


to 3.1.4. Podra redactarse, en este caso, como inicial de esta segunda
opcin, a partir de los datos de interpretacin del lxico econmico y
su valor, ofrecidos en 3.1.3, para llegar a la misma conclusin: un len
guaje aparentemente objetivo, con una serie de datos que tambin lo
parecen, puede esconder una participacin concreta del redactor de la
noticia, quien dispone de medios lingsticos bastantes para llevar al
lector inadvertido hasta sus propias ideas.

II

Formas verbales y perfrasis

3.1.6. El verbo en el texto se presenta como formas simples o como


formas perifrsticas, esto es, combinaciones de un verbo en forma per
sonal con otro en forma no personal (infinitivo, gerundio o participio).
Las formas simples del texto son:
presentes de indicativo: arrojan, son, cuenta, mantiene.
infinitivos: salir, descontar, solicitar.
participios: realizadas.
Slo hay una forma compuesta, o perifrstica, la pasiva fueron avala
dos, en pretrito.
3.1.6.1. Esta pregunta tiene el propsito de hacer ver cmo el sis
tema verbal del espaol es, formalmente, un sistema mixto, en el que
coexisten formas simples y formas compuestas, y cmo la pasiva es una
forma compuesta de ser -f participio, con la finalidad de que se haya
tenido en cuenta este punto al abordar el anlisis sintctico que sigue.

III

Anlisis sintctico

Para salir a flote ante esa situacin, el club rojiblanco cuen


ta como puntos de apoyo con descontar ante entidades bancarias
las letras de los traspasos de Marcos y Julio Alberto al Barce
lona, las mensualidades de los socios y el adelanto de los abonos,
aunque la mitad de estos ltimos ya fueron avalados en su mo-
84' COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

ment para solicitar el polmico crdito de treinta millones


que mantiene la confusa situacin en torno a Alfonso Cabeza.

3.1.7. Tenemos dos suboraciones introducidas por para, con verbo


en infinitivo; la primera depend de cuenta y la segunda de fueron ava
lados. Cuenta lleva como suplemento, introducido por la preposicin
con, otra suboracin de infinitivo, la de descontar, que llega hasta
aunque. De la oracin dependiente de fueron avalados, con antecedente
en crdito, tenemos la suboracin de relativo, especificativa, introdu
cida por que, con verbo mantiene.

el club rojiblanco la mitad de estos lti


cuenta como puntos de apoyo mos ya fueron avala
dos en su momento

O,

para salir a flote ante descontar ante entida para solicitar el pol
esta situacin des bancarias las letras mico crdito de treinta
de los traspasos de Mar millones
cos y Julio Alberto al
Barcelona, las mensua
lidades de los socios y
el adelanto de los ab
nos

que mantiene la confu


sa situacin en torno a.
Alfonso Cabeza

aunque

3.1.7.1. El esquema anterior es una formalizacin de las estruc


turas superficiales, y no debe confundirse con un tratamiento de tipo
transformacional. Aclaracin ociosa para los entendidos, pero no para
todos los posibles lectores. Un anlisis ms profundo podra llevarnos,
por ejemplo, a separar de Oj todava otro elemento oracional, con el
esquema
TEXTOS INFORMATIVOS SIMPLES 85

para salir a flote ante descontar ante entida como puntos de apoyo
esta situacin des... abonos

3.1.7.2. Continuaremos nuestra descripcin de los elementos que


constituyen estas oraciones, sin penetrar en mayores profundidades:
O tiene el club rojiblanco como suje/o, cuenta es el ncleo del predi
cado, y como puntos de apoyo sera un circunstancial de modo1.
02 y O3 tienen el mismo sujeto de O (por ello pueden expresarse con
el verbo en infinitivo). O2 es intransitiva, lleva dos circunstanciales.
O3 es transitiva, va implementada por las letras, las mensualidades
y el adelanto, ncleos nominales del Objeto Directo coordinado,
modificados, a su vez, por complementos determinativos introdu
cidos por de.
La relacin entre O y O4 se expresa por aunque, de la que hablare
mos en 3.1.8.
O4 es una oracin pasiva, con la mitad como sujeto paciente, modi
ficado por el complemento determinativo de estos ltimos. Ntese
1 En 3.1.72 y 32.6 nos encontramos con construcciones con como. La duda,
en estos casos, radica en la interpretacin como aditamento (circunstancial de
concepto o rbrica), o predicado nominal. Estas construcciones son abreviacin
de comparativas introducidas por como y, en ese sentido, son aditamentos: el club
rojiblanco cuenta como puntos de apoyo con descontar las letras, etc., correspon
dera a un nivel ms profundo en el que la construccin d como se podra des
arrollar en algo parecido a como se cuenta con un punto de apoyo o, incluso,
con matiz final, para punto de apoyo. Sin embargo, en 32.6 tenemos Alonso no
es futbolista considerado como constructor, tambin analizable en como se con
sidera a un constructor, comparativa que permite insistir en la argumentacin
de aditamento, si bien aqu podramos sustituir tambin la construccin por otra
en la que desapareciera el como: no es futbolista considerado constructor, en
cuyo caso estaramos ante un complemento predicativo referido al sujeto Alonso
a travs del participio-adjetivo considerado, lo cual nos obligara a considerar el
como pleonstico, y a sealar en la pregunta 32.1 que ese como pleonstico no
est plenamente adecuado a la norma, aunque su empleo sea cada vez ms fre
cuente, como matiz que disminuye la responsabilidad del que emite la afirmacin.
86' COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

que el verbo va en plural por concordar con el sujeto por el sen


tido, ad sensum: la mitad significa que son varios, o sea, plural.
Os tiene el ncleo verbal en infinitivo; su sujeto es el mismo de 04,
solicitar es transitivo, va* implementado por el polmico crdito,
modificado por el complemento nominal o determinativo de treinta
millones y antecedente del relativo que, sujeto de 06.
06 tiene, lo acabamos de decir, el relativo que como sujeto; mantiene
es un verbo transitivo, cuyo Objeto Directo es la confusa situacin,
modificado por la frase preposicional introducida por en torno a,
que hace de complemento nominal y que, una vez ms, no va in
troducida por de, sino por toda una locucin preposicional.
Todas las oraciones y suboraciones son aseverativas afirmativas.

IV

Los usos de "aunque"

3.1.8. La conjuncin aunque se utiliza dos veces en el texto; en


ambas va tras comas y pertenece a oracin con verbo en indicativo,
son y fueron avalados, respectivamente. Su sentido es restrictivo y li
mitativo, reduce el alcance de lo afirmado en las oraciones anteriores,
las de los verbos arrojan y cuenta.
3.1.8.1. Es fcil darse cuenta de que muchos de nuestros alumnos
no saben interpretar las conjunciones, no identifican la relacin que
establecen; por eso conviene adiestrarlos en la recta comprensin y
en las dificultades de las mismas. Aunque es una conjuncin que pue
de introducir oraciones adversativas y concesivas. El criterio de dis
tincin es complejo, y no siempre seguro. Si se trata de adversativas,
la conjuncin que marca a una de las oraciones puede sustituirse por
pero. En el caso de aunque la dificultad es mayor, porque aunque
introduce los dos tipos; podemos apoyarnos entonces en que las adver
sativas se construyen en indicativo y las concesivas en indicativo y
subjuntivo: si la oracin de aunque va en subjuntivo, ser necesaria
mente concesiva. En nuestros ejemplos, desgraciadamente, va en indi
cativo; de modo que no se puede aplicar esta norma. El criterio ms
seguro, aunque no necesariamente cierto en todos los casos, es la pau
sa: las adversativas marcan la pausa (coma en la escritura) entre las
dos oraciones unidas por aunque, las concesivas no la marcan; si un
autor punta mal, hemos de corregir su puntuacin antes de deter
minar el carcter adversativo de un aunque. Semnticamente, la con
cesiva seala una condicin inoperante, que no impide la realizacin
de la accin verbal expresada por la oracin a la que se une.
3.1.8.2. Todos estos rasgos nos llevan a definir como adversativos
los usos de aunque en las dos muestras del texto: son dos oraciones
de indicativo, separadas por comas de la oracin a la que se unen;
equivale a pero en las dos ocasiones, y no indica una condicin inope
rante, sino una restriccin en el contenido de la oracin anterior.
TEXTOS INFORMATIVOS SIMPLES 87

TEXTO 7

3.2.

El partido contra Suiza fue un


tanto extrao porque Santama
ra, con los cambios que efectu,
le dio totalmente la vuelta al esti
lo de juego. Realmente anoche
vimos dos selecciones. A mi me
parece mejor la primera pero el
seleccionador quiso sacar a la
pasarela a casi todo el elenco.
Alonso no es elegante. A veees
parece que se desgalicha pero en
el centro del campo es una espe
cie de aduana. Alonso no es fut
bolista considerado como cons
tructor pero la mayora de los
contraataques se inician en una
jugada suya en la que ha hecho
valer su fuerza para apoderarse
del baln.

Opcin A

1. Comentar la alternancia entre lxico culto (p. ej., elenco) y lxico


popular (p. ej., desgalicha) para caracterizar el texto.
2. Anlisis sintctico desde el principio hasta elenco (ln. 9).
3. Pronombres personales en el texto: construcciones y funciones.
4. Tiempos verbales de la narracin y del comentario en el texto.

Opcin B

1. Comentar el texto desde el punto de vista normativo, considerando


tambin los acentos y los signos de puntuacin.
2. Anlisis sintctico del segundo prrafo (desde Alonso).
3. Metforas y otros usos retrico-literarios en el texto.
4. Caracterizacin del texto entre la informacin, el comentario y la
literatura.

4. Comentarios de Lengua Espaola


88 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

OPCIN A

Lxico culto y lxico popular

3.2.1. Es indudable que el texto pertenece a una crnica futbols


tica: a un partido Espaa-Suiza, exactamente. En este tipo de noticias
y comentarios deportivos, de carcter popular, esperaramos un lxico
de este mismo tenor, y nos encontramos con lo contrario. El texto est
plagado de elementos lxicos cultos, desde seleccin y seleccionador a
estilo, elenco, elegante, constructor, a los que habra que sumar, en una
perspectiva histrica, extrao y efectu. Desde el punto de vista fontico
y fonolgico llama la atencin la acumulacin de grupos consonanticos
llamados cultos, precisamente como ce o ct, as como el nmero
elevado de vocales atonas que hay en cada palabra, de mayor longitud,
por lo general, que la media del idioma. Esta seleccin no se debe al
azar: es deliberada, y supone una intencin esttica, vinculada a la sexta
funcin del lenguaje, de la que nos ocuparemos en 3.2.7y 3.2.8 (cfr. 2.10.8).
En el apartado del lxico popular tenemos un solo elemento indepen
diente, la palabra desgalicha, y varias locuciones o combinaciones de
palabras. Si nos atenemos al Diccionario Crtico Etimolgico, de J. Coro-
minas y J. A. Pascual, tenemos que suponer que el verbo desgalicharse se
ha formado a partir del adjetivo desgalichado (procedente del cruce de
desgalibado y desdichado, empleado generalmente en la forma esgalichao).
Las construcciones dar la vuelta del lxico tcnico de sastrera y pele
tera, para aprovechar como nuevo el lado vuelto de un tejido o piel
viejos, sacar a la pasarela del lxico de los modistos y los concursos
de belleza, por hacer que alguien camine por una pasarela para ser visto
ms detenidamente, o ser una especie de, en las que tanto pasarela
como especie seran palabras pertenecientes, por su origen, al estrato
culto del lxico, tienen un valor coloquial o popular, son expresiones des
gastadas por el uso, tpicas, que forman parte de un sector peculiar del
lxico, el deportivo; donde son inmediatamente comprendidas por cual
quier aficionado.

II

Anlisis sintctico

3.2.2. Por razones de espacio y claridad vamos a numerar las distin


tas oraciones independientes, o complejos oracionales, reorganizndolos:
O El partido contra Suiza fue un tanto extrao
O2 porque Santamara le dio totalmente la vuelta al estilo de juego
con los cambios
TEXTOS INFORMATIVOS SIMPLES 89

03 que efectu
04 Realmente anoche vimos dos selecciones
Os A m me parece mejor la primera
O pero el seleccionador quiso
O7 sacar a la pasarela a casi todo el elenco.

3.2.2.1. Para mayor claridad hemos separado la suboracin de infi


nitivo como O?, en vez de dejarla dentro de 06, por no estar su ncleo
verbal en forma personal. Todas las oraciones son aseverativas afirma
tivas y activas.

O es una oracin atributiva: el sujeto, el partido, lleva un complemen


to determinativo, contra Suiza, introducido por la preposicin contra;
fue es la cpula y un tanto extrao el predicado nominal.
02 es causal transitiva. Santamara es el sujeto, dio el ncleo verbal,
la vuelta, implemento, le... al estilo de juego, complemento, total
mente y con los cambios son dos aditamentos (cfr. 2.6.2.4 y 2.11.4.2).
03 es adjetiva de relativo, especificativa y transitiva. Que es el imple
mento.
04 es transitiva. Vimos es el ncleo verbal, el sujeto nosotros es un plu
ral sociativo (es presumible que muchos de los lectores no vieran el
partido), dos selecciones es el implemento, realmente y anoche son
aditamentos.
05 es atributiva, con ncleo verbal en parece, verbo que puede usarse
como atributivo. El sujeto es la primera, el predicado nominal se
llama en estas oraciones complemento predicativo, referido al suje
to, es mejor. A m... me es el complemento, objeto de inters en este
caso.

06 es adversativa transitiva: el seleccionador es el sujeto, quiso el n


cleo verbal y 07 el implemento.
O? es sustantiva, de infinitivo, su sujeto es el de 06. Es transitiva, a casi
todo el elenco es el implemento. A la pasarela es un aditamento.

III

Pronombres personales

3.2.3. Los pronombres que aparecen en el texto se encuentran en


estas construcciones: le dio la vuelta, a m me parece son dos construc
ciones de objeto indirecto duplicado: en el primer caso le duplica al es
tilo, y es pleonstico, pues bastara con decir dio totalmente la vuelta
al estilo; en el segundo, la lengua moderna exige que cuando se usa
la forma trmino de preposicin a m se emplee obligatoriamente la
forma tona me, la construccin es enftica2. La forma se aparece, por
su parte, en tres ejemplos del segundo prrafo, se desgalicha, se inician
y apoderarse (cfr. 2.11.1); en el segundo caso no puede hablarse ya de
pronombre personal, pues es una construccin plenamente gramaticali-
2 Pf1"- F- Marcos Marn, Estudios sobre el pronombre, Madrid, Gredos. 1978
especialmente el captulo IV. '
90 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

zada de pasiva refleja (equivale a son iniciados). El se de se desgalicha


tambin est gramaticalizado, como indicador de medialidad (cfr. 2.12.1),
a partir de un se intrnseco, formal. El de apoderarse tambin es formal,
de inters, y est gramaticalizado.

IV

Narracin y comentarlo, tiempos verbales

3.2.4. No repetiremos lasbasestericas de esta respuesta (cfr. 2.5.1.2);


el texto est claramente dividido en dos partes, con punto y aparte como
frontera, y esta divisin corresponde casi perfectamente a la distribucin
de tiempos de la narracin y del comentario. En el primer prrafo todos
son tiempos de la narracin, y todos pretritos, con la excepcin de pa
rece, tiempo presente y comentador. En el segundo prrafo todos los
tiempos pertenecen al comentario, sin excepciones, son todos presentes,
salvo ha hecho, nico tiempo referido al pasado, es un antepresente,
tambin forma verbal del comentario. En esquema, pues:

Comentario
Narracin
presente pasado

fue parece ha hecho


efectu es (3)
dio se desgalicha
vimos se inician
quiso

OPCIN B

Comentario normativo

3.2.5. Desde el punto de vista normativo el texto es un desastre:


inmediatamente llama la atencin que, tras el punto y aparte, la primera
palabra del segundo prrafo, Alonso, se escribe en el borde izquierdo de
la caja, en lugar de dejar un espacio igual al que precede, al principio,
a la palabra El. Faltan comas; en la lnea 2, ante porque, en la lnea 7,
ante pero (sera mejor un punto y coma), y lo mismo en las lneas 11
y 15, y no vendra mal ponerla en la lnea antepenltima, ante en la que,
para facilitar la respiracin del lector, aunque en este caso no sea im
prescindible. En cuanto a acentos, la Ortografa acadmica, en su edi
cin de 1969, par. 37, d, seala explcitamente que dio, forma verbal, no
lleva acento: el texto lo trae, luego es antinormativo. Otro acento que
sobra es el de se inician, que debe ser se inician, ya que iniciar se acen
ta como cambiar.
TEXTOS INFORMATIVOS SIMPLES 91

3.2.5.1. En el borde mismo de la aceptabilidad estn los usos de los


pronombres redundantes, especialmente el pleonstico le de le dio la
vuelta al estilo. La norma es ms tolerante con la redundancia de Objeto
Indirecto qu con la de Objeto Directo, y es construccin muy genera
lizada. La construccin enftica a m me, ante la imposibilidad de supri
mir el me se convierte en ms aceptable.

II

Anlisis sintctico

3.2.6. Al igual que hicimos en 3.2.2, reorganizamos las distintas ora


ciones. En este segundo prrafo, frente al primero, aparecen las aseve-
rativas negativas.

O Alonso no es elegante
O2 A veces parece
Oj que se desgalicha
O4 pero en el centro del campo es una especie de aduana
Os Alonso no es futbolista considerado como constructor
Oe pero la mayora de los contraataques se inician en una jugada
suya
O7 en la que ha hecho
Os valer su fuerza
09 para apoderarse del baln

O es una oracin atributiva: Alonso es el sujeto, es la cpula y ele


gante el predicado nominal. Aseverativa negativa, con no.
02 tiene a veces como aditamento, O3 como sujeto y parece como verbo
intransitivo.
03 es una reflexiva formal, con valor de medialidad, sujeto de 02, es
una completiva sustantiva introducida por que; el verbo pronomi
nal es se desgalicha.
04 es una adversativa introducida por pero, atributiva, con es como
cpula y una especie (con el C determinativo de aduana) el predi
cado nominal. En el centro (con el C determinativo del campo) es
un aditamento.
Os es otra atributiva, con Alonso como sujeto (lo era de O3 y O4, donde
no estaba explcito por estarlo en O), es como cpula, futbolista
como predicado nominal, modificado por el participio considerado,
el cual, por su carcter verbal lleva un aditamento (circunstancial
de concepto o rbrica) introducido por como, susceptible de anli
sis como comparativa latente, segn vimos en la nota 1, de este ca
ptulo. Aseverativa negativa, con no.
O es otra adversativa, tambin introducida por pero. La mayora es el
sujeto paciente (con el C determinativo de los contraataques), se
inician es el verbo en pasiva refleja y en una jugada suya un adita
mento.
O7 es una adjetiva de relativo, el antecedente de la que es jugada. El
92 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

relativo es un aditamento. El verbo ha hecho lleva como implemen


to la construccin de infinitivo Os.
Os es una construccin de infinitivo con sujeto distinto del verbo de
O7, de quien depende. El sujeto de O7, no expreso, es Alonso, el del
infinitivo valer es su fuerza. Se trata de una construccin causativa
en la que hacer tiene un valor de semiauxiliar modal, factitivo: pro
voca la realizacin de una accin.
O9 es una construccin de infinitivo con valor final, introducida por
para. Su sujeto es Alonso, y ntese que depende del grupo verbal
ha hecho valer, lo cual confirma la interpretacin de hacer como
semiauxiliar modal, con valor causativo o factitivo, en esa oracin.
El verbo apoderarse rige suplemento, del baln.

III

Retrica

3.2.7. Ya desde la primera pregunta (3.2.1) tenamos ocasin de se


alar cmo este texto, en el que esperaramos una lengua coloquial, se
sita dentro de una retrica particular, en un cdigo compartido por los
aficionados al ftbol. Dar la vuelta al estilo de juego, sacar a la pasarela,
ser una especie de aduana, o hacer valer en el sentido de 'imponer'
son metforas que proceden del lenguaje de la sastrera o la costura,
las dos primeras, el administrativo, la tercera, o que arrancan de un eufe
mismo, la cuarta: 'imponer' es demasiado fuerte, y se usa una forma
ms suave, con la seguridad de ser comprendido. Tambin es metafrico
el uso de constructor (tomado de otro campo laboral) para el futbolista
encargado de organizar el juego de su equipo desde el centro del campo.
En apoderarse del baln tenemos lo contrario de hacer valer: all, a par
tir de un trmino jurdico (en la frase hacer valer su derecho), se suaviza
el concepto 'imponer', aqu se usa apoderarse en lugar del simple jugar.
Desgalicharse, metfora hiperblica, es central, como veremos en 3.2.8.
3.2.7.1. Este ltimo uso nos ilustra sobre lo que es predominante en
estos textos, junto a las metforas, bastante ramplonas, que hemos visto:
la hiprbole. Comparar a los futbolistas con las modelos que pasan por
la pasarela, decir que se vieron dos selecciones, o que un jugador se
apodera de un baln por el simple hecho de jugarlo, es hiperblico, y
este recurso retrico es constitutivo del texto. No faltan otros tropos,
como la metonimia el centro del campo, para referirse a toda la zona
entre las lneas de medios, o la litotes (uso de la negacin para afirmar):
no es elegantex no es constructor, sirven slo para resaltar que, en opi
nin del periodista, es imprescindible, a lo cual tambin se alude con la
perfrasis metafrica de la aduana.
3.2.7.2. La alternancia entre tiempos de la narracin, que dominan
en el primer prrafo, todo l aseverativo afirmativo, y los tiempos del
comentario, nicos del segundo, en el que hay dos aseverativas negativas,
tambin forma parte de los recursos sintcticos literarios.
TEXTOS INFORMATIVOS SIMPLES 93

IV

Informacin, comentario y literatura

3.2.8. El texto tendra que responder a los esquemas informativos,


en principio, puesto que se trata de una crnica. A ello obedece el uso
del tiempo narrativo en el primer prrafo. Sin embargo, el abundante
empleo de los recursos retricos, la utilizacin de un tiempo del comen
tario en el prrafo primero el de la narracin y de tiempos exclusi
vamente del comentario en l prrafo segundo, nos indican que la sub
jetividad del comentarista se ha impuesto sobre la exigible objetividad
del cronista. Se ha querido adornar todo ello con unos ribetes cultos,
claramente perceptibles en el lxico (3.2.1), hasta llegar a la utilizacin
y acumulacin de recursos claramente literarios.
3.2.8.1. La consideracin de lo literario del texto nos lleva a dar un
paso ms: el texto ha sufrido un proceso de conversin en una forma
de pica, caracterizada por la presencia de un hroe: Alonso. Este hroe,
de acuerdo con los mitos caractersticos del juego3, se desarrolla desde
la paradoja; se nos dice hiperblicamente que parece que se desgalicha;
que se deshace, cuando es quien hace el juego del centro del campo, ador
nado con los atributos de fuerza, poder y seguridad, destacado sobre
los restantes jugadores por la reiteracin de su nombre, pasa a ocupar el
papel de protagonista, nuevo rasgo literario, innecesario por completo
en un texto que fuera puramente informativo. No se nos dice algo obje
tivo como: se debe destacar Alonso, quien, a pesar de su aspecto, es
el jugador imprescindible del centro del campo; no, esto es lo que de
duce el lector, y lo que hace que directivos tan acaudalados como igno
rantes fichen a un jugador que rinde en un esquema de juego y no en
otro. En este sentido, el texto llega a adquirir ribetes de propaganda,
de exaltacin de un producto para promover su adquisicin, lo cual re
basa nuestros objetivos al plantear esta pregunta. Nos interesa aqu,
esencialmente, hacer ver cmo los textos no son de una sola faceta, sino
que se pueden ver en ellos rasgos de distintos tipos y estilos, aunque
pertenezcan a registros que, en principio, -debieran ser muy diferentes y
estar muy alejados.

3 Cfr. Vicente Verd, El ftbol: mitos, ritos y smbolos, Madrid, Alianza, 1980.
Captulo 4

TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICNICOS

4.0.1. Al estudiar los signos, Charles Peirce define una clase de ellos,
los iconos, diciendo que son signos que poseeran el carcter que los
hace significativos, incluso si su objeto no tuviera existencia real, como,
por ejemplo, una raya de lpiz que representa una lnea geomtrica;
en efecto, la lnea geomtrica no existe, es una representacin de un
ente abstracto; pero el dibujo que representa esa abstraccin s tiene
existencia como signo: es un icono. El icono, por tanto, tiene como prin
cipal caracterstica la de que siempre significa algo, existente o no;
mientras que el smbolo necesita que exista un intrprete, el icono no:
si dibujo un animal inexistente, como el basilisco, o el unicornio, el di
bujo es un icono, aunque el animal no exista, y aunque nadie que lo vea
sea capaz de decir qu representa; icnico, por tanto, no significa
natural.
4.0.2. La comunicacin puede realizarse exclusivamente con signos
icnicos; pero, normalmente, hay una asociacin entre el icono y el sm-
bolo, signo arbitrario en el que hay una relacin arbitraria o convencional
entre expresin y contenido: los signos lingsticos corresponden, por lo
general, a la clase de los smbolos.
4.0.3. La iconicidad puede asociarse a los signos lingsticos de mu
chos modos: el ms extremo es cuando un icono se convierte en smbolo,
como sucede con frecuencia en los aeropuertos y estaciones de ferroca
rril, donde la silueta de un hombre, o de una mujer, est asociada aj
significado servicios de caballeros o .de seoras, un avin con el morro
hacia arriba indica la salida de pasajeros, mientras que el morro hacia
abajo indica la llegada, una silla de ruedas, los servicios para disminuidos
fsicos, etc. Cuando, como en el texto 9, aparece una oreja en un anuncio
para sordos, hay una iconicidad directa; sin embarco, existen otras ma
nifestaciones, mucho ms habituales, que conviene conocer. As, los dis
tintos tipos de letra, y sus tamaos, son elementos icnicos del texto:
cuando quiero llamar la atencin sobre un trmino o concepto lo sub
rayo o lo entrecomillo, y, al pasar a la imprenta, quien componga este
libro sabr que ha de poner en cursiva todo cuanto yo haya subrayado
en el original. En otras ocasiones, recurrir a un grfico, que puede ser
o no figurativo, y esto ser tambin un empleo de elementos icnicos.
Aclaremos este ltimo punto: si incluyo un grfico del aparato fonador,
por ejemplo, todos percibirn inmediatamente que s trata de un icono;
pero no es necesario que el icono sea un dibujo, y mucho menos un di
bujo figurativo; cuando construyo un grfico con llaves y lneas que
94
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICNICOS 95

unen los distintos elementos entre s, tambin eso es icnico, porque


expresa directamente unas relaciones entre los elementos en cierto
modo, algo queda de ello, incluso en los signos de puntuacin, iconos
originales, para marcar distintas pausas, que se han ido convirtiendo en
smbolos, a los que se asigna convecionalmente un valor determinado,
que se traduce en una normativa que regula su empleo.
4.0.4. Los tres textos que vamos a
analizar a continuacin nos muestran
tres empleos distintos del icono: en el
La izquierda logra primero de ellos, el texto 8, no hay re
que se prohiba presentacin grfica extralingstica (no
hay imgenes); en el segundo, s apa
un anuncio rece esa representacin, con un dibujo
de los empresarios anatmico; en el tercero se observa una
sntesis de los procedimientos, eliminan
andaluces do lo figurativo, que se reduce a un mero
adorno.
El Juzgado de Instruccin
nmero 1 de Sevilla decidi
ayer prohibir que vuelva a
publicarse* el anuncio de la
Confederacin de Empresa TEXTO 8
rios de Andaluca (CEA)
que haba sido impugnado
por socialistas y comunis 4.1.
tas, por considerarlo grave
mente injurioso y provocati Un texto sin representacin grfica
vo, informa Jos Aguilar. Al extralingstica
tiempo, se anuncia que el
presidente de la patronal
andaluza, Manuel Martin
Opcin A
Almendros, deber prestar
declaracin ante la autori
1. Connotacin y denotacin en el texto.
dad judicial. 2. Funciones de los adjetivos en el p
La publicidad objeto de rrafo que empieza El Juzgado de Ins
esta resolucin judicial in truccin...
clua, bajo la expresin Se 3. Verbos regulares e irregulares en el
fingen moderados, el dibujo prrafo que empieza La publicidad ob
de una manzana que soste jeto de: tipo de irregularidad.
na un puo igual al que sim 4. En ese mismo prrafo seale cuntas
boliza al partido socialista y oraciones o proposiciones hay, diga
de la que sale un gusano que de qu tipo son y por qu las clasifi
lleva inscritas en su cuerpo
la hoz y el martillo comunis
ca as. (No se detenga en todos y cada
tas. Debajo del dibujo figura uno de sus elementos, sino slo en los
la recomendacin Vota se que sirvan para clasificar.)
riamente y que nadie le equi
voque.
El titular del Juzgado n- Opcin B
rncro 1 dc'Sevillaordcn la
incautacin del original.del 1. El texto se refiere, en el prrafo penl
mencionado anuncio. timo, a un dibujo. Analcelo para esta
Pginas 18,19 y 20 blecer las diferencias entre icono y sm
bolo.
y COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

2. Estilo directo y estilo indirecto en el texto.


3. Funciones de los adjetivos en el prrafo que empieza La publicidad
objeto de...
4. Anlisis sintctico desde el Juzgado de Instruccin hasta Jos Aguilar.

OPCIN A

Connotacin y denotacin

4.1.1. Mediante los signos lingsticos nos referimos a objetos de la


realidad extralingstica. Estos objetos son los referidos del signo. (Nos
parece deseable que se introduzca en espaol el trmino referido para
designar aquello a lo que se refiere el signo, en vez de referente, que es
una mala traduccin del ingls referent) El referido del signo lings
tico libro es cada objeto compuesto por una serie o conjunto de hojas
escritas, normalmente de la misma medida, que se mantienen unidas
por uno de sus laterales. Cuando usamos la palabra libro, como signo
lingstico, con ese valor, decimos que estamos usando el significado
denotativo de libro. La denotacin, en el caso ms sencillo, segn Hr-
man, es el significado que seala el objeto al que se refiere la palabra.
Lo denotado es el referido, es decir, el objeto nombrado por una ex
presin.
4.1.1.1. La denotacin es una relacin entre una unidad lingstica
(el lexema 'libro', p. ej.) y un objeto (cualquier elemento del conjunto
de los libros). Gracias a ella sabemos que cuando entramos en una libre
ra y pedimos un libro no nos van a dar una vaca, ni medio litro de leche.
4.1.1.2. Sin embargo, en nuestro uso del lenguaje, al emplear los dis
tintos elementos lxicos (lexemas) por medio de las expresiones y pala
bras, estamos relacionando esos lexemas con los objetos extralingsti-
cos, desde luego, pero tambin estamos aadiendo a esa relacin que
hemos llamado de denotacin, una .serie de asociaciones secundarias,
aunque no menos importantes, a las que llamamos connotaciones. La
connotacin es el significado secundario asociado a una denotacin, como
matiz, valor suplementario o implicacin secundaria. Si, al ver un fajo
de billetes de mil pesetas, o una baraja, decimos algo as como ese li
bro s que me gusta, estamos aprovechndonos de la connotacin de
libro, y no de su denotacin (al fajo de billetes o a la baraja les falta
la encuademacin, constitutivo del 'libro'): nos valemos de que los bille
tes o las cartas parecen las pginas de un libro para, mediante la met
fora, imponer la connotacin, el significado secundario, sobre el signifi
cado primario de la denotacin. Ni que decir tiene que en el uso habitual
de la lengua estamos empleando constantemente las connotaciones sobre
las denotaciones: ya vimos que, en cambio, algunos tipos de textos,
como los cientficos, se caracterizan precisamente por buscar el predo
minio o la exclusividad de lo denotativo, de la denotacin, en sentido
amplio. Aclaremos, por ltimo, que estamos usando los trminos con-
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICNICOS 97

notacin y denotacin con un valor bastante amplio, para evitar la nece


sidad de precisar toda la terminologa adyacente.
4.1.1.3. El texto est lleno de elementos connotativos. Si comenza
mos por la denotacin, que es lo ms objetivo y fro, diremos que el
texto expresa que el Juzgado de Instruccin nmero 1 de Sevilla prohibe
un anuncio de la CEA, tras la impugnacin de socialistas y comunistas,
describe el anuncio y concluye con la orden de incautacin del original
del mismo. A partir de ah, toda la gama de asociaciones que constituye
la connotacin, con sus matices, se desarrolla en el texto.
4.1.1.4. Podemos analizar la connotacin en dos partes: el texto y
el dibujo. Empecemos por el primero: socialistas y comunistas, en los
titulares, se convierten en la izquierda, donde predomina el matiz de
oposicin a los empresarios, que son la derecha. La decisin tcnica
de un Juzgado se convierte en que la izquierda logra. Todo ello se resal
ta en los titulares, con la sobrevaloracin correspondiente, en especial,
porque los titulares pertenecen al tipo llamado titular objetivo, es decir,
el que presenta la noticia de forma aseverativa afirmativa. En la ordena
cin del texto que viene a continuacin, el elemento connotativo est
presente en la manera de redactar la noticia: primero se nos dice El
Juzgado... y luego se acaba con el informa... que, lgicamente, debie
ra haber ido al principio. No cabe duda de que el redactor del texto
periodstico simpatiza con la izquierda y no con los empresarios de la
CEA. Cabra preguntarse tambin si con esta sigla no se busca una nue
va connotacin de derechas, al asociarla a la CEDA, el partido de Gil
Robles, antes de la guerra civil. El conjunto del texto connota, adems,
una tensin preelectoral, en un ambiente de enfrentamiento.
4.1.1.5. En el dibujo (cfr. 4.1.5, infra), los elementos connotativos son
todava ms fuertes: el puo que sostiene la manzana es el mismo puo
que sostiene la rosa en el logotipo del PSOE; ntese que, aunque la ima
gen no sea idntica, es decir, la asociacin denotativa sea distinta, la
connotacin identifica ambos, a pesar de las evidentes diferencias entre
una manzana y una rosa. El gusano que sale de la manzana connota que
la manzana est podrida: podrida por el comunismo, cuyo es el emblema
de la hoz y el martillo que lo indica sin ambages. Hacer del comunismo
un gusano tampoco es una connotacin inocente. Todo el dibujo, con el
ofrecimiento de la manzana, tiene una connotacin bblica: la manzana
que Eva ofrece a Adn y que supone la expulsin del paraso. El elemen
to connotativo central es el engao, precisamente uno de los rasgos se
mnticos del verbo se fingen, que figura en la leyenda. Todo ello produce
una sobrecarga fuertemente negativa sobre la aparente moderacin, de
notativa, del vota seriamente y que nadie te equivoque: los elementos
connotativos analizados aadiran a esta leyenda algo as como si votas
a los socialistas no es serio, porque estn rodos por los comunistas y te
van a engaar, hacindote que pierdas el paraso en el que vives. Es
posible que en lo de seriamente haya una connotacin ms: el puo y
la rosa no debe de parecer un logotipo serio para ciertas personas, las
mismas que creen, o dicen creer, que votndolo se pierde el paraso y
que el termino moderados slo tiene una denotacin positiva. Por lti
mo y no puedo evitar decir, por desgracia, hay una connotacin ms,
en la propia eleccin del icono: sus inspiradores han elegido un modelo
muy sencillo y con varias pistas interpretativas, dejando al descubierto
?8 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAROLA

las limitaciones de su inspiracin y el bajo concepto en que tienen la


capacidad descifradora de los lectores; las alusiones son tan transparen
tes, que acaba resultando aburrido descifrarlas todas. (Ni he podido, ni
he querido, liberarme de mis propias connotaciones.)

II

Funciones de los adjetivos

4.1.2. Prescindiendo de adjetivos originarios, como socialistas y co


munistas, que son sustantivos en el texto, los abjetivos del mismo apa
recen usados como atributivosx referidos directamente al sustantivo, y
como predicativos, referidos a un sustantivo (o un pronombre) a travs
de un verbo. Vemoslos:

injurioso y provocativo son predicativos, referidos al objeto di


recto lo, a travs del verbo considerar. Se trata de lo que Alarcos
y sus discpulos llaman atributo del implemento. Equivale a as
lo consideran.
andaluza y judicial, en sus frases respectivas, son adjetivos de
relacin o pertenencia, usados como atributivos, referidos direc
tamente a patronal y autoridad.
Se podra aadir, aunque no es imprescindible, que la funcin de
socialistas y comunistas es la de agente, como veremos en 4.1.8.

III

Verbos regulares e irregulares

4.1.3. En el prrafo 2.8.1 tuvimos ocasin de exponer la teora que


afecta a este punto, de modo que pasamos al anlisis inmediato:
4.1.3.1. Son verbos regulares fingir (la alternancia finjo/finges es pu
ramente grfica, para mantener el sonido fricativo velar, jota), mode
rar, simbolizar, figurar, votar y equivocar (la alternancia equivoco/equi
voques es tambin grfica, para mantener el sonido oclusivo velar, k,
de la qu-).
4.1.3.2. Son verbos irregulares los siguientes:
incluir alterna la vocal y la consonante (i/y): incluyo/incluimos,
es un caso de epntesis de consonante palatal antihitica (entre
dos vocales que no forman diptongo);
sostener es irregular por epntesis de consonante velar y dipton
gacin: sostengo/sostienes, y de dental, sostendr;
salir es irregular por epntesis de consonante velar: salgo/sales;
inscribir es irregular por su participio fuerte (acento en el radi
cal) inscrito, no inscribido.
(No sealamos todos los rasgos; nos basta con mostrar la irregu
laridad.)
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICNICOS 99

IV

Anlisis sintctico oracional

4.1.4. Conviene advertir, para entender correctamente lo que sigue,


que en la oracin que sostena un puo, totalmente ambigua, el con
texto nos hace saber que un puo es el sujeto y que, el implemento (ob
jeto directo).

O La publicidad objeto de esta resolucin judicial inclua el di


bujo de una manzana bajo la expresin
02 Se fingen moderados
03 qu,e sostena un puo igual a
04 el que simboliza al partido socialista
05 y de la que sale un gusano
Oe que lleva inscritas en su cuerpo la hoz y el martillo comu
nistas
O7 Debajo del dibujo figura la recomendacin
Og Vota seriamente
O9 y que nadie te equivoque
4.1.4.1. Todas las oraciones son aseverativas, las ocho primeras, afir
mativas, y la ltima, negativa, con la peculiaridad de que, al antepo
nerse el indefinido negativo nadie al verbo, no hace falta emplear el ad
verbio de negacin. Todas son activas, aunque la segunda tiene un se,
que expresa medialidad.
4.1.4.2. La primera es transitiva (el dibujo es el implemento), la se
gunda es intransitiva, impersonal, con un se reflejo impersonal de valor
medio y un complemento predicativo, moderados (aditamento atributivo,
en la terminologa de Alarcos y su grupo). La segunda es, tambin, una
oracin en estilo directo, indicado por la cursiva, que, superficialmente,
funciona como aposicin de expresin. La tercera es una adjetiva de
relativo, introducida por el sujeto que, referido a su antecedente manza
na. La cuarta tambin es de relativo, con antecedente en puo, al que se
refiere anafricamente el, ncleo modificado por el adjetivo que sim
boliza al partido socialista. Es tambin adjetiva de relativo, coordinada
con O3 el mismo antecedente, manzana la quinta, intransitiva como
la cuarta. Oe tambin es adjetiva de relativo, con antecedente en gusano,
transitiva, con la hoz y el martillo como implemento, al que se refiere
el complemento predicativo inscritas (atributo del implemento) a travs
del verbo lleva. La sptima es intransitiva, mientras que la octava y la
novena, que reproducen el estilo directo, como la segunda, tienen una
peculiaridad interesante: superficialmente se tratara de una coordina
cin que sirve de aposicin a recomendacin, sin embargo, la novena va
introducida por un que exhortativo, procedente de un que completivo
dependiente de un verbo de 'decir' (performativo), algo como te digo
que votes seriamente y que nadie te equivoque, que ha roto la estruc
tura coordinada paralela al cargarse de matiz final: para que nadie te
equivoque. Volveremos a este problema en 4.1.6.
100 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

OPCIN B

Aspectos icnicos

4.1.5. A tenor de lo que dijimos en 4.0.1, distinguimos el icono del


smbolo en que el primero no necesita intrprete, y el segundo, s. No
vamos a volver al anlisis del dibujo, que realizamos en 4.1.1.5. Lase,
pues, lo que all decimos, antes de proseguir. El dibujo del puo con
la rosa es un smbolo del Partido Socialista Obrero Espaol (PSOE),
y es smbolo porque la simple unin de un puo con una rosa no sig
nifica, por s misma, partido socialista. (En realidad, el puo y la
rosa es el logotipo del socialismo, no slo del PSOE.) Hace falta que
alguien nos diga que ese logotipo corresponde a los socialistas, y no a
la asociacin de floricultores, pongamos por caso. La base del dibujo
es icnica, como no puede ser menos: el puo cerrado simboliza la fuer
za de la unin, y la rosa es el contrapunto amable y esperanzador a la
hosquedad del puo; como icono es ambiguo, como smbolo es positivo,
porque culmina en esperanza. El gusano que sale de la manzana per
tenece a otra clase de signos, es un indicio: un indicio de que la man
zana est podrida. Los indicios, como clase, son los signos ms difciles
de definir, hasta el punto de que lo ms sencillo es decir que lo que no
es un icono ni un smbolo es un indicio. En relacin con el intrprete,
que es el criterio que estamos usando, los indicios no requieren intr
prete, son independientes de que alguien los interprete o no, pero son
dependientes de la situacin: un gusano en una manzana es indicio de
que est podrida, mientras que en un anzuelo es indicio de que se va
a pescar. Por razones socioculturales, la manzana es tambin smbolo
de la fruta prohibida, que causa el castigo de Dios. Las dos leyendas
que acompaan al dibuio insisten en el carcter de smbolo que sus
autores quieren que predomine, un contra-smbolo, diramos, la versin
podrida y negativa del logotipo socialista. La relacin con el intrprete
parece clara: una persona que no estuviera enterada de que los gusanos
son animales repugnantes para los miembros de una cultura en la que
ss sabe que indican que una manzana est podrida, y en la que la man
zana simboliza el fruto prohibido, no tendra por qu ver nada inju
rioso y provocativo en el anuncio; esa sera, por ejemplo, la opinin
de un marciano que no hubiera visto nunca manzanas, ni gusanos, ni
odo hablar de Adn y Eva. Queda, finalmente, otro logotipo: el smbolo
del partido comunista; la hoz y el martillo tambin requieren un intr
prete que nos asocie esa expresin con el contenido partido comunista,
ya que, en s mismo, la unin de los dos instrumentos de trabajo no tiene
por qu significar, natural y exclusivamente, eso (podra significar, por
ejemplo, asociacin de segadores y zapateros, pongamos por caso); es la
asociacin convencional con el significado de partido pomunista lo
que convierte a los dos instrumentos cruzados en smbolo del mismo.
(Recurdese al gitano que estaba dispuesto a afiliarse si se quitaba la
herramienta de la bandera.)
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICNICOS 101

II

Estilo directo y estilo indirecto


4.1.6. Al referirnos a algo que se ha dicho anteriormente, podemos
repetirlo utilizando exactamente las mismas palabras, y entonces se
trata de un estilo directo, o podemos contarlo con nuestras propias
palabras, en cuyo caso se trata del indirecto. El estilo directo suele ir
precedido de un verbo de 'decir', y de dos puntos, y puede o suele ir
en cursiva, o entrecomillado, o precedido de guin y aparte; el indi
recto va precedido de que, y constituye, por tanto, una completiva expl
cita. En un anlisis profundo, naturalmente, se trata de dos completivas,
de dos sustantivas, pues lo mismo es: Dijo: iremos maana que dijo
que iremos (o iramos) maana. A partir de este ejemplo simple (directo
en el primer caso, indirecto en el segundo), se observa ya que el se
gundo requiere una mayor elaboracin, pues el hablante debe precisar
si el tiempo verbal es posterior al presente, lo que hara usar iremos,
futuro, o si es posterior al pasado, lo que llevara a usar el pospretrito
iramos. Caben, adems, frmulas intermedias de redaccin: en el estilo
indirecto puede suprimirse el que cuando el verbo de 'decir' se pospone,
como ocurre en el texto, en el primer prrafo: primero se dice lo que
ha informado J. Aguilar y luego se nos rjice que informa Jos Aguilar.
El estilo directo, en cambio, se introduce directamente, en cursiva y sin
los dos puntos previos en Se fingen moderados y Vota seriamente y que
nadie te equivoque. Precisamente en este segundo ejemplo hemos po
dido sealar cmo se introduce el que caracterstico del estilo indirecto,
pero con un matiz final, exhortativo, que lo permite en el estilo directo
(como cuando decimos que te vayas, que estudies).
4.1.6.1. Cabe tambin otra interpretacin, aunque habra que sea
lar, entonces, una mala puntuacin: podra pensarse que el primer p
rrafo es una reproduccin, en estilo directo, de lo que informa Jos
Aguilar, o sea, el equivalente de Jos Aguilar informa.... En ese caso,
la puntuacin correcta obligara a entrecomillar todo lo que Jos Agui
lar informa (se supone que es cita textual, reproduccin exacta de sus
palabras). El prrafo final, orden la incautacin..., corresponde al
desarrollo extremo y final del estilo indirecto, la nominalizacin; la
situacin verbal se expresa mediante un sustantivo, un abstracto de
fenmeno. Los tres grados seran: a), orden: incatense..., estilo di
recto; b), orden que se incautaran, estilo indirecto, y c), plena no
minalizacin, como en el texto, prueba concluyente de que la estructura
ms profunda comn a los tres tipos es un sustantivo.

III

Funciones de los adjetivos


4.1.7. Tambin aqu debemos referirnos a puntos tericos previa
mente aclarados, en este caso en 4.1.2. Veamos, sin ms dilacin, los
adjetivos del prrafo:
102 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

judicial es un adjetivo de relacin, con funcin atributiva, mo


dificador de resolucin;
moderados es un participio usado como adjetivo de relacin,
con funcin de complemento predicativo referido a un sujeto
que no se explcita, en \una construccin impersonal refleja,
con se, en la que solo se indica expresamente que se trata de
un plural.
igual es originariamente un adjetivo valorativo, aqu muy gra
maticalizado, equivalente al comparativo como, con funcin de
atributivo, modificador de puo;
socialista es un adjetivo de relacin, tambin atributivo, mo
dificador de partido;
comunistas, lo mismo, modificador de hoz y martillo, por lo
que va en plural.

IV

Anlisis sintctico

4.1.8. Aunque no se dice, se entiende que lo fundamental es, como


en 4.1.4, la distribucin en oraciones, y la puntualizacin de los ele
mentos ms significativos:
Ot Informa Jos Aguilar
V Sujeto

se entiende que el resto del prrafo es una sustantiva, completiva de


la primera, compuesta por una pluralidad de suboraciones.
O2 El Juzgado de Instruccin nmero 1 de Sevilla decidi ayer
C. Determin. aposicin C. Determ.
Sujeto V Adit.
O3 prohibir (la separamos por claridad, es el implemento de decidi)
O4 (implemento de prohibir, sustantiva, completiva, por tanto)
que vuelva a publicarse el anuncio de la Confederacin de Empresarios
nexo v. auxi. C. Determinativo C. Det.
verbo, se pasivo r. sujeto
de Andaluca (C E A)
C. Det. aposicin
sujeto (continuacin)

05 (adjetiva, de relativo, antecedente en anuncio* pasiva)


que haba sido impugnado por socialistas y comunistas
v. aux.

sujeto verbo agente


TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICNICOS 103

00 (de infinitivo, causal, transitiva)


por considerarlo gravemente injurioso y provocativo
modificad.

nexo v O.D. C. Predicativo del O.D.

O7 (pasiva refleja, con se)


Al tiempo se anuncia
Aditamento v.

Os (sustantiva, completiva, sujeto de 07)


que el presidente de la patronal andaluza Manuel Martn Almendros
nexo C. Determinativo aposicin

sujeto
deber prestar declaracin ante la autoridad judicial
aux
modal

v. implemento aditamento
Todas las oraciones son aseverativas afirmativas.

TEXTO 9

42.

Un texto con representacin grfica extralingstica

El quequiera or, que oiga.


General ptica habla de sus audfonos
Xja mayora dalasptiwaa qu* attudiari aa difiooltad auditiva, Valiaqaaa. 4>
do ojea bita. aa porqu* no quiaran. moatraodola ta .^n|f^ j^wi fa audlfosoa
y aqual qua, atpiianrto Ua Inniraotanaa da
Ropunciin U ayud qu* puadaa, tu madioo Ototofo.majara* adaptaa aa
araatailaa loa olllana avaooaa eaaa particular.
da la taGBOtada>
No aala notara;
Ea OnonULORICA Matra todo quadara aa aaerato
Oabaata atpacialiaada ana oatad j OBVtO PTICA.

Opcin A
1. Disposicin ideolgica del texto en relacin con la disposicin ico
nogrfica.
2. Funciones del lenguaje en el texto.
3. Connotacin y denotacin en el texto.
104 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

4. Anlisis sintctico desde La mayora de las personas hasta no quie


ren (primera columna).

Opcin B

1. Relacin y diferencia entre iconos y smbolos a partir del texto.


2. Relacin entre texto publicitario y noticia, a partir del texto.
3. Las frases hechas, su utilizacin en la publicidad.
4. Anlisis sintctico de:
El que quiera or,jque oiga. General ptica habla de sus audfonos.

OPCIN A

Disposicin Ideolgica e iconogrfica

4.2.1. El texto est constituido por una composicin simtrica en


la que se combinan los elementos icnicos y los lingsticos. En es
quema que calca el de la noticia periodstica:

A) Lnea superior, de trazo ms grueso


B) subttulo con la* referencia propagandstica concreta
icono 1.a columna 2.a columna Logotipo texto
(oreja) textual textual y y
lnea de logotipo
texto

C D E F G

Para facilitar nuestra descripcin hablaremos de las lneas A y B y de


las columnas C, D, E, F, G.
4.2.1.1. Slo la columna C es puramente icnica: la representacin
de la oreja nos indica inmediatamente que se trata de algo relacionado
con la audicin. En las lneas A y B y en las columnas D y E slo se
utilizan procedimientos de refuerzo icnico de rasgos grficos: el tipo
de letra mayor corresponde a la lnea A, que lleva tambin la carga
ideolgica mayor, y el mayor esfuerzo imaginativo de todo el anuncio,
como veremos en 4.2.3, 4.2.6 y 4.2.7. A partir de la lnea A el texto
va en disminucin, hacia abajo y hacia la derecha, como se comprueba
en el logotipo de Philips que aparece en el ngulo inferior derecho,
donde se distingue a duras penas incluso en el original del peridico.
Las columnas P y E transmiten el contenido informativo anunciado en
la lnea B (habla de), y utilizan los mismos procedimientos de ampliacin
del tipo de letra en iniciales y nombre del comercio, para llamar la
atencin. El establecimiento, General ptica, se escribe en 'VERSAL en
todas las columnas en que aparece (D, E, F). La columna F insiste en
el nombre del establecimiento, que aparece en logotipo, subrayado por
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICNICOS 105

una frase nueva alusiva a la audicin, y la columna G proporciona la


direccin del establecimiento, as como la indicacin de que la casa
Philips participa de alguna manera en el mismo, o est relacionada
de algn modo con l.
4.2.1.2. Si reproducimos el esquema, teniendo en cuenta el anlisis
precedente, el resultado ser algo como:

advertencia general de que se trata de la audicin


un establecimiento, General ptica, habla de sus aparatos
imagen de dos columnas sobre Lcgotipo y Informacin
insistencia la audicin y G.O. frase de adicional
con motivo insistencia
directo: una
oreja

4.2.1.3. El texto se basa en la insistencia: las dos lneas y las cuatro


primeras columnas contienen referencias a or, la audicin, el odo. El
establecimiento que se anuncia lo hace en una lnea y cuatro columnas
(en G mediante su direccin). Incluso aqu hay un principio de simetra:
la columna C alude al odo y no a G.O.; la columna G da la direccin
de G.O*. y no alude al odo. Tanto el esquema ideolgico como el icnico
son simples, el mensaje se percibe sin ninguna dificultad.
4.2.1.4. Este anlisis de lo inmediato del anuncio correspondera a
la primera lectura del mismo: la que realiza, por ejemplo, el lector del
peridico que no tiene problemas de audicin y no lo necesita. Una
segunda lectura corresponde a quien tiene problemas auditivos. Esta
persona leer el anuncio y encontrar, como veremos en 4.2.3, que la
propuesta contiene tres elementos: ltimos avances de la tecnologa,
tratamiento individualizado y secreto. El elemento de secreto o discre
cin es el predominante, por lo cual se impone, hasta el punto de que
toda esa informacin, que es lo importante del anuncio, queda en la
letra menor, que slo leern los interesados (y algn curioso).

II

Funciones del lenguaje

4.2.2. Ese doble plano que acabamos de ver est expresado lings
ticamente gracias a las distintas funciones que el lenguaje tiene, y que
expusimos en 2.10.8. Predomina la relacin entre el mensaje y el recep
tor, que corresponde a la funcin apelativa y conativa: primero hay
una ilamada general, el que quiera or, que se concreta en una segunda
persona, usted. Existe, especialmente desarrollada en la lnea B y en
las columnas D, E y G, una relacin entre el mensaje y el emisor, que
corresponde a la funcin representativa, as como una reiteracin del
canal de comunicacin, o relacin mensaje-contacto que corresponde a
la funcin ftica, con una interesante expresin icnica, el refuerzo de
las maysculas iniciales de cada prrafo, que son la expresin grfica de
algo as como un oye, oye reiterado. La funcin potica que corres-
106 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

pnde a la relacin del mensaje con el propio mensaje est expresada,


por un lado, en la disposicin del texto, que quiere ser simtrica, como
expresin artstica, y en el uso de rimas como or-vivir, o de refranes
y proverbios adaptados a los fines referenciales del texto.

III

Connotacin y denotacin

4.2.3. A partir de las bases tericas que expusimos en 4.1.1., podemos


sealar que la denotacin del mensaje es una informacin del tipo si
tiene problemas auditivos acuda a este establecimiento que est en este
sitio, y donde tendr a su disposicin aparatos modernos y personal
adecuado. No hace falta pensar mucho para darse cuenta de que un
anuncio que se limitara a eso, en la misma letra que todo el resto del
diario, no sera visto por casi nadie, y no cumplira su funcin esencial:
atraer al pblico. Por ello tienen que funcionar los mecanismos conno
tativos, tanto en el plano icnico como en el verbal.
4.2.3.1. En el plano icnico existe tambin connotacin: el hecho
de que se vea una simple oreja desnuda tiene su importancia: los anun
cios de las casas de aparatos pticos o acsticos se dividen en dos
clases: los que muestran el audfono o los que no lo muestran. En el
caso de la gafa o las lentillas todos las muestran o indican, en el caso
de las lentillas, que lo importante es no verlas. Con los audfonos no
ocurre as, precisamente porque una parte de los afectados de sordera
cree que su enfermedad tiene connotaciones negativas; estas connota
ciones tambin se daban para los usuarios de gafas (basta con pensar
en los eptetos gafotas, gafitas, cuatro ojos y dems), y se luch
contra ellas insistiendo precisamente en la esttica de la gafa, y en sus
posibilidades de embellecer o personalizar un rostro. Por supuesto, en
el caso de los audfonos esto es ms difcil; por ello, la tcnica del anun
ciante es precisamente ofrecer la oreja sin el molesto aparato, para
perder esa connotacin de defecto. En el mismo plano icnico, la pre
sencia del logotipo de Philips tambin forma parte de las connotaciones
de seriedad y respeto que caracterizan al anuncio, y que se expresan,
lingsticamente, en el tratamiento de usted. Los presuntos usuarios
del audfono son, generalmente, personas de edad madura, lo que acon
seja el tratamiento de usted, como ms corriente y neutro; en los anun
cios de gafas, por contra, abunda el t.
4.2.3.2. Lingsticamente, adems de lo ya indicado en relacin con
lo icnico, hay dos connotaciones importantes, la de la volicin y la del
secreto, y otra menos clara, la de la seguridad que da el mdico, no se
trata de un mero establecimiento comercial, sino de un centro cientfico,
lo cual arrastra connotaciones 'ms positivas. La connotacin volitiva
es reiterada: el que quiera, es porque no quiere, renuncian, con predo
minio de la negacin, con lo cual se insiste en el carcter negativo de
la renuncia a un beneficio, para as lograr que el lector, por s mismo,
deduzca el beneficio del aparato que se le vende. La del secreto, por su
parte, incide en esa connotacin negativa de los defectos del odo, en la
defensa de la esttica, gracias a un aparato que no se le notar.
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICNICOS 107

IV

Anlisis sintctico

4.2.4. El fragmento que vamos a analizar es, en esta ocasin, bre


vsimo, porque tiene peculiaridades dignas de comentario:
La mayora de las personas que no oyen bien, es porque no quieren.
Formalmente, hay tres oraciones:
O la mayora de las personas es
02 que no oyen bien
03 porque no quieren
Las tres son aseverativas y activas; la primera, afirmativa, y las dos
restantes, negativas. Los tres verbos estn usados como intransitivos,
aunque or y querer son transitivos.
4.2.4.1. Lo ms llamativo es la primera oracin, por el especial uso
predicativo de es. La forma es, sin predicado nominal, est usada como
un pro-verbo que sustituye a una forma verbal con su modificador de
modalidad: la oracin significa la mayora de las personas (dentro de
las que no. oyen bien) no oyen bien.... Superficialmente, la concordan
cia gramatical del verbo es con el sujeto la mayora no va acompaada
de coherencia semntica: de la mayora no se puede predicar simple
mente que es. El verbo ser es un simple sustituto verbal, para evitar la
repeticin del no oyen bien de la segunda oracin. Esta 02 es una adje
tiva, de relativo, especificativa, que es el sujeto, y bien un aditamento,
semnticamente expresin de una circunstancia modal. La ltima ora
cin es una causal, cuyo sujeto es personas, C. Determinativo de mayo
ra en la primera oracin, y antecedente del que de la segunda, impone
su concordancia en plural por el sentido, aunque tambin sera posible
una concordancia en singular, con referencia a mayora.
4.2.4.2. Naturalmente, en una interpretacin ms completa, hay que
considerar que en el texto analizado hay un anacoluto. Rafael Lapesa
me enva amablemente esta puntualizacin: empieza con La mayora
jde las personas que no oyen bien como sujeto; pero contina como si
hubiera dicho Por lo que no oye bien la mayora de las personas a quie
nes eso ocurre es porque no quieren. Estamos de acuerdo en que el
sujeto de es tiene que ser una subordinacin en que haya referencia a
causa.

OPCIN B

Icono y smbolo

4.2.5. Para la teora general remitimos a 4.0.1. y 4.1.5. Sobre su


aplicacin al texto se debe sealar que la diferencia radica en que el
icono es independiente de la existencia de un intrprete, mientras que
el smbolo, por la relacin arbitraria que existe entre su expresin v su
contenido, requiere intrprete. Es inmediata la percepcin de la foto
grafa de la oreja como un icono; tcnicamente podemos decir que la
108 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAROLA

columna C es un icono. En la representacin escrita tambin hay un


componente icnico: el distinto tamao de las letras corresponde a su
relevancia mayor o menor; aquello sobre lo que se quiere llamar la
atencin se escribe en tipo de letra mayor. Es simblico, por supuesto,
todo signo lingstico utilizado en el texto, ya que el signo lingstico
se define por la asociacin arbitraria de una expresin y un contenido.
Tambin son simblicos los logotipos de G. O. y de Philips, en los que
hay que aclarar que el hecho de llevar inscritas las leyendas General
ptica y Philips no hace que dejen de serlo, porque para esas leyen
das hace falta un intrprete, que, en este caso, es cualquier persona
que sepa leer y escribir.
II

Texto publicitario y noticia


4.2.6. Dentro de los textos informativos se encuentran algunos tex
tos que transmiten conjuntamente informacin y publicidad o propa
ganda. Estos textos ofrecen la actuacin conjunta d distintas funciones
del lenguaje, como vimos en 4.2.2, y tienen un fuerte componente con
notativo, que sealamos en 4.2.3. El anuncio que comentamos tiene como
componentes informativos la noticia de que existen aparatos que per
miten mejorar la audicin, sin grave dao esttico y social, el nombre
y la direccin del establecimiento que los vende, y el control mdico
de los mismos. Ah acaba la noticia, que coincide con lo que sealamos
sobre el significado denotativo. El componente publicitario, pese a ser
superior en extensin, se apoya sobre unos rasgos objetivos suficientes,
expresados, adems, con bastante sobriedad, como vimos al relacionar
la disposicin ideolgica del texto con la iconogrfica, en 4.2.1. La noti
cia se convierte en publicidad tanto por la referencia a un estableci
miento concreto como por la insistencia con que se llama al lector:
podramos resumirlo diciendo que la noticia mantiene al lector como
tal lector, mientras que la publicidad lo que busca es que el lector deje
de serlo para convertirse en cliente. Para ello apela a la segunda per
sona, usted, la introduce en el mundo de la confianza y la relacin
directa, mediante el secreto, y le hace depender su mejora de su propio
deseo, en lo que previamente hemos "considerado como su volicin. Utili
za para ello procedimientos de varios tipos, incluso retricos, como la
litotes, o afirmacin mediante la negacin: la mayora de las personas
que no oyen bien es porque no quieren; si usted quiere or bien de
ducimos^ le basta con querer hacerlo, para lo cual y ah est la
finalidad prctica de la publicidad lo nico que tiene que hacer es
acudir al establecimiento de la casa anunciante, que le ofrece esta serie
de garantas...

III

Publicidad y frases hechas

4.2.7. Para mejor conseguir su objetivo de captar al lector, trans


formndolo en consumidor, la publicidad se vale de todo tipo de pro-
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICNICOS _109

cedimientos para reforzar el prestigio de lo que ofrece. Una de estas


fuentes de prestigio es la tradicin o la antigedad. En el plano de los
objetos, este prestigio se logra mediante la expresin de esa antigedad,
sin ms: tal banco es de confianza porque tiene ciento veinticinco aos;
ese caf es de fiar porque tiene setenta aos; nuestros abuelos se lava
ban ya con tal jabn, o beban tal agua embotellada, y as sucesiva
mente. En el plano lingstico, hay una frmula que corresponde a
la antigedad del objeto: el sabor aejo que proporcionan los prover
bios y refranes, extrados de la cultura colectiva. Nuestro anuncio, que
se apoya en el proverbio querer es poder, aunque no lo enuncia como
tal, usa la frmula paralela or es vivir, idntica estructura, infini
tivo 4- cpula + infinitivo, y recurre a una reminiscencia evanglica en
los titulares del anuncio (lnea A): el que quiera or.... Esta seleccin
est de acuerdo con el tono general del anuncio, dirigido a personas
mayores, capaces de reconocer inmediatamente tanto la pista del refrn
como la de la adaptacin de la cita evanglica. Al mismo tiempo, como
tuvimos ocasin de sealar en 4.2.4, la situacin se disloca, con ruptura
de la cohesin semntica, en el empleo de la frmula con ser, en lugar
de la reiteracin del verbo. La frmula la mayora de las personas...
es... supone una aseveracin mucho ms directa y exacta que la ex
presin coherente y completa de todos los elementos que debieran inte
grar el texto. Adems, hay una serie de esquemas sintcticos de menor
relieve que tambin contribuyen a ese carcter de estereotipo propio
del texto, como son los pares de sustantivo y adjetivo: ltimos avances,
gabinete especializado, caso particular, o el eufemismo dificultad au
ditiva.

IV

Anlisis sintctico

4.2.8. El texto para analizar es tambin muy breve, porque, al igual


que el analizado en 4.2.4, presenta algunas peculiaridades que invitan
ms al comentario que al anlisis. La primera parte,
El que quiera or, que oiga

tiene en primer lugar una adjetiva de relativo, cuyo sujeto, el que, no


tiene antecedente expreso, aunque necesariamente ha de referirse a per
sona. Estas construcciones pueden analizarse como una unidad, como
sucede con l cual, equivalente a quien, otro relativo que tampoco exige
la presencia de un antecedente (nos referimos a quien, por supuesto).
Quien y el que, en estos usos, suponen la presencia del cuantificador
universal, todo. El verbo querer, en quiera or est empleado como
semiauxiliar, como verbo modal, del infinitivo or, como se comprueba
al realizar la sustitucin y la pronominalizacin: no se mantiene el
sentido si, considerando or como implemento, pronominalizamos en el
que lo quiera, debemos decir el que quiera hacerlo. Toda la propo
sicin de relativo sirve de sujeto a que oiga, una sustantiva, completiva,
dependiente de un verbo de 'decir' que no est explcito (un verbo per-
110 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

formativo, como informo que, digo que), en construccin -que ad


quiere un valor exhortativo, exhorto a todo el que quiera or a que
oiga.
4.2.8.1. La segunda parte, General ptica habla de sus audfonos,
aseverativa afirmativa, como la precedente, tiene G. O. como sujeto;
el verbo hablar, usado como intransitivo, lleva un complemento prepo
sicional o suplemento (cfr. 2.6.2.4 y 2.7.3) de sus audfonos.

TEXTO 10

4.3.

Un texto de sntesis

Somos una Compaa Internacional


lider mundial en nuestra actividad
Queremos abrir nuevos mercados muy especiales,
y por ello estamos buscando

UnaMm
mcuA
Si Vd. tiene una acusada personalidad.
SI entre sus principales cualidades estn la facilidad
para relacionarse y grandes dotes de persuasin.
SI su presencia es agradable y posee un nivel cultural -
medio.
Si dispone de tiempo para dedicacin completa, de
carnet de conducir y vehculo propio.
SI tiene deseos de superarse e inters por conseguir
un brillante porvenir profesional.

A VD. PODEMOS OFRECERLA


Un puesto de trabajo de nivel directivo, especialmen
te pensado para una mujer como Vd.
Salarlo fijo de 900.000 pesetas brutas anuales.
Afiliacin a la Seguridad Social desde el primer da.
Interesantes comisiones, incentivos, kilometraje y g
otros beneficios socialos, aparte. 3
Interesadas,escribir urgentemente al Apartado de Co- ?
rreos 53.325 de Madrid, indicando referencia y tello- 5-
no de contacto. ^

Opcin A

1. La disposicin ideolgica del texto en relacin con la noticia perio


dstica.
2. Connotacin y denotacin en el texto.
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICNICOS 111

3. A Ud. podemos ofrecerla, Interesadas, escribir urgentemente: comen


tar estas construciones desde el punto de vista de la norma.
4. Adjetivos, su funcin y clasificacin semntica en las lneas 7-15.

Opcin B
1. Aspectos grficos del texto en relacin con la disposicin ideolgica.
2. Elementos de la funcin conativa.
3. Anlisis sintctico desde Si tiene deseos (ln. 14) hasta una mujer
como Vd. (ln. 18).
4. Adjetivos, su funcin y clasificacin semntica en las lneas 17-22.

OPCIN A

Disposicin Ideolgica y noticia

4.3.1. El texto tiene una parte de noticia, de informacin que se


presenta como objetiva, y una parte de oferta. La parte de noticia, que
es la puramente denotativa, como veremos en 4.3.2, informa de que se
trata de una compaa internacional, que abre nuevos mercados, busca
una candidata a un puesto de trabajo que exige carnet de conducir y
vehculo propio, ofrece un salario concreto y una serie de beneficios
sociales y econmicos. A esto hay que aadir que el texto gira en torno
a la palabra especial: se busca una mujer especial para abrir mercados
especiales, es decir, aunque no se exprese de este modo, para realizar
un trabajo especial; los rasgos, es decir, lo que define como especial a
la mujer y al trabajo, se explicitan en una serie de puntos, divididos en
dos partes; la primera dedicada a lo que se pide que sea la solicitante,
y la segunda a lo que se ofrece. Como lo que se destaca es que se
busca una mujer muy especial, la parte dedicada a analizar lo que se
considera mujer especial es ms detallada que el resto.
4.3.1.1. Relacin, persuasin, agrado, cultura e independencia para
los desplazamientos son las caractersticas que configuran a esa mujer
que debe abrir mercados muy especiales, as como deseo de superacin
y ambicin. Estos dos ltimos puntos.son tambin rasgos propios de
la compaa, que tambin desea superarse y expandirse. El texto, en
suma, puede dividirse en tres partes: presentacin de la compaa,
rasgos que deben caracterizar a la solicitante elegida y oferta de trabajo.
Se cierra con un apartado de pura informacin, en el que se dan nor
mas acerca del modo de ponerse en contacto. Todas estas partes van
marcadas grficamente de modo preciso, como diremos en 4.3.5. La
noticia, es decir, la existencia del puesto de trabajo y sus caractersticas,
est totalmente alterada para presentarse en forma de oferta. Se quiere
actuar sobre el lector para que se convierta en solicitante. Esta actua
cin supone una variante sobre el sistema normal de la publicidad, que
112 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

intenta, como hemos dicho, convertir al lector en consumidor: lo que


se consumir aqu no es un bien, sino un servicio.

II

Connotacin y denotacin

4.3.2. Hemos resumido, en el apartado anterior, lo que se puede


considerar denotativo en el texto. (Para las bases tericas, cfr. 4.1.1.)
Los elementos connotativos priman marcadamente, pues todo gira en
torno a lo especial. Se insiste as con expresiones como una mujer
como usted, una preocupacin por el femenino que lleva a contravenir
la norma, como veremos inmediatamente, en 4.3.3. Al leer el anuncio
nos damos cuenta de que no se busca una mujer especialmente tmida,
o casera, sino, al contrario, una mujer emprendedora, agresiva, mo
derna, habituada a las relaciones sociales, ambiciosa e independiente.
Aunque corresponde a la primera pregunta de la Opcin B, no podemos
evitar decir aqu que el maquetador del anuncio, al prepararlo para
la imprenta, nos da una idea del tipo de mujer que imagina, con esas
curvas que adornan las iniciales de una mujer muy especial, los ras
gos de las propias letras, y la insistencia en el muy especiales. La im
presin que da es lo que ahora se llama sofisticado y antes se lla
maba simplemente cursi.
4.3.2.1. Se deslizan tambin en el texto otras connotaciones, como
las que corresponden a la ambicin: puesto directivo, salario relativa
mente alto, teniendo en cuenta que se ofrecen comisiones, incentivos
y dietas. Los adjetivos, como tendremos ocasin de estudiar en 4.3.4,
corroboran todas estas impresiones; de ellos siempre se desprende algn
matiz de grandeza, brillantez o incremento. Creo tambin poder decir
que una persona relacionada con el medio interpreta tambin con rapi
dez, por pura connotacin, ya que no s dice nada de ello, que lo fun
damental del trabajo es vender, y muy probablemntee vender un pro
ducto femenino, as como que no debe ser demasiado fcil vender ese.
producto, porque la pildora est demasiado dorada, como se dice co
rrientemente. Una ltima connotacin que se nos desprende es la de
una rapidez que parece excesiva, y da cierta superficialidad al texto:
estamos buscando, dedicacin completa, escribir urgentemente. Hay tam
bin una connotacin respetuosa, no confianzuda, en el uso de usted
como frmula de tratamiento: se guardan las distancias. El conjunto
de datos, unido a su empleo desacertado de la lengua, lleva tambin
a la impresin de que se trata de un redactor pretencioso y semiclto.

III

La norma

4.3.3. Las dos construcciones que vamos a comentar estn fuera de


la norma. La primera de ellas es incorrecta, desde este punto de vista;
lo segunda, ms que incorrecta, es propia de otro tipo de cdigo, que
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICNICOS 113

no coincide con el de la norma ordinaria; podramos decir, desde sta,


que tambin es incorrecta, y no estara mal; pero no sera del todo
exacto.
4.3.3.1. A Ud. podemos ofrecerla es descaradamente antinormativa
en el empleo de la como Objeto Indirecto (complemento). Lo correcto
y admitido es le, tanto para el masculino como para el femenino. Aqu
ha sido el deseo de insistir en que se trata de un trabajo para mujeres,
exclusivamente, el que ha provocado este uso incorrecto, y antietimo
lgico, que llamamos lasmo. El esquema correcto etimolgico de los
pronombres tonos en espaol es: le para Objeto Indirecto, masculino
o femenino, y, para Objeto Directo (implemento), lo masculino y neutro,
la femenino. La norma tolera tambin le, en singular, para implemento
personal, pero nada ms.
4.3.3.2. Tambin puede considerarse muy marginal, tericamente,
aunque en la prctica est muy extendido, el uso de la construccin
redundante: a Ud. ...la, con reiteracin o duplicacin del complemen
to.,Se trata de un uso pleonstico, puesto que con podemos ofrecerle
se dira lo mismo. La duplicacin tiene un valor de insistencia, clara
mente.
4.3.3.3. La construccin Interesadas, escribir urgentemente est fue
ra de la sintaxis habitual, y pertenece a lo que se llama lenguaje tele
grfico, pues procede del uso corriente en los telegramas, donde se su
primen palabras para que resulten ms baratos: se pagan por palabras,
como sabemos. Los anuncios por palabras tambin se pagan de ese
modo, y de ah ha venido una costumbre (es posible que inicialmente
fuera una corruptela) del lenguaje publicitario, que emplea el estilo tele
grfico, aunque no se pague por palabras, sino por espacio. Simple
mente con usar el subjuntivo hortativo, escriban, en vez del infinitivo
escribir (que est en contradiccin con el tono que se pretende dar al
anuncio), se habra mantenido el anunciante dentro de la norma.

IV

Los adjetivos

4.3.4. De acuerdo con la teora que ya hemos expuesto y aplicado


en varios lugares, podemos clasificarlos as:

acusada personalidad: atributivo, pasa a ser valorativo por alteracin


semntica, especificativo en anteposicin forzada.
principales cualidades: atributivo, originariamente cuasideterminati
vo ('primeras') pasa a valorativo ('mejores'), especificativo, fcil an
teposicin.
grandes dotes: atributivo, valorativo, especificativo, fcilmente ante
puesto, mxime con sustantivo determinado por una frase prepositiva.
agradable: predicativo, referido a presencia por el verbo ser, predi
cado nominal.
nivel cultural medio: atributivos, especificativos, el ser dos favorece
la posposicin. El primero es de relacin, el segundo, descriptivo con
posible evolucin semntica a valorativo.
114 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

dedicacin completa: atributivo, especificativo, es frase hecha, con


posposicin obligatoria en ese sentido, en el que completa pasa a te
ner un valor de adjetivo relacionante.
vehculo propio: atributivo, especificativo, posposicin normal en un
adjetivo de relacin o pertenencia.
brillante porvenir profesional: atributivos, especificativos. El prime
ro, de origen descriptivo, evoluciona semnticamente a valorativo, ma
tiz semntico con el que est usado aqu; el segundo, de relacin, se
emplea pospuesto habitualmente: se trata de una frase estereotipada,
con orden generalmente invariable.

4.3.4.1. El anlisis que precede nos permite sealar que en el texto


hay una serie de frmulas en las que el orden de los elementos est es
tablecido, y una tendencia a la anteposicin, totalmente innecesaria, que
se puede sumar a los otros rasgos que han ido caracterizando al autor
del texto como una persona semiculta, pretenciosa y superficial, que
se dirige a un tipo de personas similares, y que maneja muy burdamente
los resortes lingsticos del espaol.

OPCIN B

Disposicin ideolgica y grfica

4.3.5. En 4.3.1. tuvimos ocasin de ver cmo el texto se divida en


dos partes: la informacin objetiva del puesto de trabajo y la exigencia
de las candidatas, a las que poda aadirse, como apndice, el apartado
final, con la informacin sobre la direccin a la que deban escribir para
entrar en contacto. La disposicin grfica es ms compleja, aunque esta
complejidad no contradice lo fundamental del contenido del texto. En
esquema sera la.siguiente:

A dos primeras lneas en negrita presentacin


B una lnea en redonda objetivos
C una lnea que culmina en negrita introduccin a
D centro del anuncio, en negrita, cur- tema
siva, tipo mayor, y con adornos
E cinco apartados precedidos de pun- cualidades de la
to negro, en redonda, nueve lneas candidata
F una lnea en versal negrita oferta
G cuatro apartados precedidos de pun- concrecin de la
to negro, en redonda, con la cifra oferta
900.000 en negrita, seis lneas
E tres lneas en redondo, precedidas apndice con la in-
de una palabra en negrita. i formacin comple
mentaria
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICNICOS 115

Todo ello puede concretarse en:

A,B,C : presentacin (solicitud)


D : tema: una mujer especial
E : desarrollo del tema
F : concrecin de la oferta
G : desarrollo de la oferta
H : eplogo
4.3.5.1. El esquema es simtrico: 1), la empresa se presenta; 2), so
licita una mujer especial; 3), especifica en qu consiste ser una mujer
especial; 4), oferta; 5), especifica esa oferta, y 6), concluye diciendo
dnde se puede materializar el contacto. A los puntos 2 y 4 corresponde
la mayor insistencia grfica:
UNA MUJER ESPECIAL
A VD. PODEMOS OFRECERLA

entre ambos, es decir, en lo que corresponde al punto 3 (apartado E, an


tes) se sita lo que grficamente es el centro del espacio e ideolgica
mente lo ms importante: si no se renen las condiciones especificadas
en este apartado no se puede solicitar la plaza. Los puntos 2 y 4, por
tanto, llaman inmediatamente la atencin, pero en ello no se hace ms;
lo importante queda entre ambos, como centro ideolgico y centro gr
fico, y se convierte en la definicin del tema, es decir, de la mujer
especial.
4.3.5.2. Tras ello, tenemos que considerar que los otros puntos rele
vantes reciben el adecuado refrendo grfico: la importancia de la em
presa se resalta con el empleo de la negrita; la cuanta del salario,
900.000 pesetas, del mismo modo, as como el hecho de que se busca, y
la llamada de atencin a las interesadas, para indicarles dnde escribir.
Los distintos apartados de las condiciones y la oferta se marcan con
sendos puntos negros que preceden.
4.3.5.3. En suma, es evidente que el anuncio est perfectamente
trabado, y que todos sus elementos estn explicitados. Ahora bien, el
modo de explicitarlos es redundante, puesto que bastara con seis apar
tados ideolgicos simples, en vez de los ocho que numeramos de la A
a la H, seis apartados que corresponderan a las seis divisiones gr
ficas: es fcil establecer la correspondencia entre los apartados ideol
gicos y los grficos, como hemos hecho; pero esa correspondencia no es
perfecta: el maquetado es mejor que la redaccin.

II

Elementos conatlvos

4.3.6. Mediante la funcin conativa del lenguaje usamos ste para


expresar la relacin entre el mensaje y el receptor. En el apartado
anterior hemos tenido ocasin de sealar la distribucin ideolgica de
nuestro texto, de la que tambin nos habamos ocupado en 4.3.1. Ahora
11 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

desarrollaremos aquellos aspectos en los cuales se busca asegurar que


se permanece en contacto con el receptor, es decir, que el canal est
libre y la comunicacin se transmite sin solucin de continuidad.
4.3.6.1. Los elementos fundamentales empleados para la funcin co-
nativa son los tres Vd., especialmente el segundo central, realzado por el
tipo de letra y por la colocacin en uno de los dos lugares relevantes
del texto, el interesadas que precede el apndice y, muy especialmente,
los puntos que preceden a las condiciones de la mujer especial (cinco)
y a las de la oferta (cuatro). Estos puntos tienen el valor de reiteraciones
de y...y, simplemente para indicar que luego viene otro, y vendr otro,
y as hasta el final. En este sentido, el texto es tambin bastante reite
rativo y montono, pues los recursos bsicos son grficos. Como recurso
lingstico, adems del Ud. apelativo, est el uso repetido de si tras cada
punto, en las lneas 7 -15; ntese que hubiera sido bastante fcil repro
ducir este esquema en la oferta; pero, como ocurre con la disposicin
ideolgica, la mayor carga del anuncio se encuentra entre los puntos 2
y 4, en donde se ha puesto ms cuidado; lo dems se considera secun
dario y no se presenta del mismo modo que el sector central del anuncio.

III

Anlisis sintctico

Si tiene deseos de superarse e inters por conseguir un bri


llante porvenir profesional, a Vd. podemos ofrecerla un puesto de
nivel directivo, especialmente pensado para una mujer como Vd.
4.3.7. Sintcticamente, lo ms importante del prrafo es la cons
truccin condicional: la condicin aparece en primer lugar, como pr-
tasis, O, y lo condicionado en segundo, O2, como apdosis:
O Si tiene deseos de ... e inters por ...
O2 a Ud. podemos ofrecerla un puesto de trabajo ... pensado
para...

Las dos oraciones son aseverativas afirmativas, activas y transitivas.


La relacin entre las dos se presenta como real, aunque lo condicionado
est matizado por la presencia de un verbo modal, semiauxiliar, po
demos.
4.3.7.1. La primera oracin no lleva explcito el sujeto Ud. El ver
bo tiene va implementado por deseos e inters, cada uno de los cuales
lleva un complemento determinativo formado por una frase preposi
cional (introducida por de o por) cuyo ncleo es un infinitivo: supe
rarse y conseguir; el primero lleva un se intrnseco, reflexivo formal,
como objeto, mientras que el segundo es transitivo y va implementado
por porvenir, al que modifican los adjetivos brillante y profesional.
4.3.7.2. La segunda oracin tiene como sujeto un nosotros impl
cito en la desinencia de podemos; como hemos adelantado, podemos
es un verbo modal, semiauxiliar, y ofrecer es el ncleo del grupo ver
bal. Ofrecer es transitivo; pero su implemento (objeto directo) no es,
TEXTOS INFORMATIVOS CON ELEMENTOS ICNICOS 117

como parecera por la forma del pronombre, a Ud. ... la, porque ese la
debiera ser le, de acuerdo con la norma, que impone dativo pronomi
nal para el complemento (objeto indirecto): a Vd. ... la es el comple
mento, pleonstico, redundante, con dos elementos. El implemento es
puesto, modificado por un complemento determinativo, introducido por
de (de trabajo, a su vez con otro complemento determinativo, de nivel
directivo), y por un participio en funcin de adjunto, es decir, usado
como adjetivo, pensado. Por su condicin de verbo, pensado va acom
paado de un aditamento adverbial, especialmente, y de otro, con valor
de circunstancial de finalidad, en la frase preposicional que introduce
para. A su vez, este para una mujer como Vd. contiene el elemento
como Ud., al que corresponde, en una estructura ms profunda, tal
como usted es, es decir, una comparativa de igualdad, cualitativa, no
desarrollada en la estructura patente o superficial. En el anlisis de
la estructura superficial tenemos que considerarlo un aditamento.
4.3.7.3. Es posible que se pueda objetar que en unas ocasiones
separamos las suboraciones de infinitivo, y que aqu no lo hemos he
cho, o que sealar la posibilidad de un anlisis ms profundo y no
llevarlo a sus ltimas consecuencias es quedarse a medio camino. He
mos elegido este criterio por razones en parte metodolgicas (la gra
mtica es una abstraccin, y cada gramtico elige el grado de abstrac
cin que desea) y pedaggicas (este libro no va dirigido a lingistas,
aunque sera un honor contarlos entre sus lectores; no queremos esqui
var la dificultad; pero tambin estamos convencidos de que hay solu
ciones intermedias que no son necesariamente falsas).

IV

Los adjetivos

4.3.8. Por las razones aducidas en 4.3.4, procedemos a su examen:


nivel directivo: atributivo, especificativo, de relacin, normalmente
pospuesto.
pensado: como participio y modificador de puesto lo hemos tenido
en 4.3.7.2.
salario fijo: atributivo, especificativo, de relacin, pospuesto.
pesetas brutas anuales: atributivos, especificativos, de relacin (en
el caso de brutas tras su evolucin semntica a la acepcin admi
nistrativo-econmica), normalmente pospuestos, y ms en el contex
to, en el que pesetas va precedido de nmero, y anuales especifica
todo lo que precede.
seguridad social: atributivo, especificativo, de relacin, pospuesto.
primer da: numeral ordinal, determinante, antepuesto en forma
apocopada.
interesantes comisiones: atributivo, especificativo, usado como valo
rativo, por evolucin semntica (buenas), antepuesto.
otros beneficios sociales: otros es indefinido, categora generalmente
diferenciada de los calificativos; sociales es especificativo, de rela
cin, en funcin atributiva, normalmente pospuesto, y ms en este
contexto, en el que la presencia de otros impide su anteposicin.
118 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

4.3.8.1. A diferencia de lo sealado en 4.3.4, aqu los adjetivos son


predominantemente de relacin y van pospuestos. Es significativo, y sim
ple, que la nica anteposicin excepcional es la del valorativo, referido
a las condiciones econmicas, una muestra ms de los burdos recursos
empleados por el redactor. Comparado con la adjetivacin de 4.3.4, este
prrafo resulta mucho menos subjetivado y realzado, y se amolda a las
condiciones objetivas de lo que el texto tiene de noticia, como sealba
mos en 4.3.1.
Captulo 5

UN TEXTO JURDICO Y ADMINISTRATIVO

5.1. Vamos a considerar el lenguaje administrativo como una varian


te del lenguaje jurdico, puesto que slo disponemos de un texto de este
tipo, entre los correspondientes al curso 1981-82. Podemos decir, en pri
mer lugar, que, del mismo modo que el lenguaje tcnico y cientfico, el
lenguaje del derecho y la administracin ha de ser preciso y exacto,
y evitar la ambigedad; pero, mientras que la lengua de la tcnica recurre
a una formalizacin sumamente abstracta, a un conjunto de frmulas y
a los nmeros y expresiones inequvocas de funciones y relaciones, el len
guaje jurdico y administrativo tiene que acudir a otros procedimientos,
que se concretan, fundamentalmente, en la afirmacin de que el lenguaje
del derecho se caracteriza por una gran explicitud, por la mencin expl
cita de todos los supuestos, considerandos y referencias necesarias. Uti
liza tambin un gran nmero de expresiones fijas, y las llamadas frmu
las jurdicas, a veces de gran arcasmo: en este sentido puede ocupar
una posicin marginal respecto a la norma.
5.1.1. L. Calvo1, dentro de una interpretacin amplia del trmino
estilo, seala como los rasgos ms destacados del administrativo los si
guientes: solemnidad, correccin o urbanidad, objetividad, homogenei
dad, claridad y concisin, advirtiendo que, por exceso acumulativo, se
manifiestan en muchas ocasiones los vicios contrarios, es decir, que los
autores de este tipo de textos incurren en redundancias y nfasis, oscu
ridad, subjetividad y verbosidad. Podemos aadir que, debido al carcter
apresurado que toman muchas veces estos textos, a la constante produc
cin de los mismos por una burocracia infatigable, y la escasa prepara
cin lingstica de sus autores, las faltas, desviaciones y errores se acu
mulan, constituyendo con frecuencia una muestra de una jerga tcnica
muy alejada de la lengua comn. Esto, como dijimos al hablar del len
guaje de la ciencia, no tendra por qu ser as: en nuestros textos jur
dicos y entre los cultivadores del derecho en Espaa se encuentran al
gunas de las mejores muestras de nuestra prosa escrita de todos los
tiempos, apoyadas precisamente en lo que debiera ser su nota esencial:
la claridad y la concisin.

1 Luciana Calvo Ramos, Introduccin al estudio del lenguaje administrativo.


Madrid, Gredos, 1980.

5. Comentarlos da Lengua Espaola 119


120 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

TEXTO 11

5.2.

RESOLUCIN de 26 de abr de ciembre de 1S81 (BOPV, de S de di lucin* en el iBoleln Oficial del Pul'
ciembre), por la que se convocan loa Vasco., para las reclamaciones a que
1982, de la Viceconsejera de Edu concuos generales de traslados para hubiere lugar, debindose hacer constar
cacin, por la que se publica la ad cubrir vcenles existentes en centros ca en la instancia de reclamacin loe si
judicacin provisional de destinos ttale de educacin preeacolar y gene guiente* eilremue:
de los tomos consorte y voluntario ral bitsica, 1. Apellidos, nombre y destino.
obtenidos en el concurso general, Esta Viceconsejeria ha dispuesto: 2. Convocatoria o convocatoria)
restringido y de preescolar, en el por las que participa (Ministerio de
I. ADJUDICACIN DE DESTINOS Educacin y Ciencia, Generalidad de
Pas Vasco, en el Cuerpo de Profe Catalua fo Departamento de Educa
sores de Educacin General Bsica, A) Aieaaxados votanUxiameote:
cin del Gobierno Vosco).
convocado por orden de 4 de di Primara. Publicar la adjudicacin 3. Concurso o concunos en que
ciembre de 1981 (BOPV S de di provisional de destinos de loa turnos toma parte.
consorte y voluntario obtenidos por los 4. Turno o turnos en que solicita.
ciembre). concursantes de entre los incluidos en 6. Territorio por que solicita y
Urna. Sra.: eos solicitudes. Se concede un plazo de numero de Registro ds Personal
Do conformidad con lo dispuesto en quince das naturales, a partir del si
el nmero 40 de la Orden de 4 de di guiente al de la publicacinds esta reso

Opcin A
1. Caracterizacin del texto y divisin en apartados.
2. Aspectos icnicos del texto.
3. Anlisis sintctico desde lima. Sra. (col. 1) hasta ha dispuesto: (col. 2,
ln. 7).
4. Funciones del lenguaje en el texto.

Opcin B
1. Anlisis de las formas verbales del apartado primero (cois. 2 y 3).
2. Substantivos abstractos en la primera columna.
3. Colocacin y significacin de los adjetivos en la primera columna.
4. Consideracin normativa del texto.

OPCIN A

Caracterizacin

5.2.1. El texto est constituido por un ttulo, un prembulo, ambos


completos, y una parte del apartado I, concretamente, el subapartado A
en su artculo 1., del que se explicitan cinco puntos.
5.2.1.1. El ttulo comprende desde RESOLUCIN hasta el punto y
aparte, es decir, todo lo que, en la primera columna, est compuesto en
negrita y en tipo mayor. En l se concretan el carcter o rango del texto
(una resolucin es de rango inferior a una orden ministerial, inferior
UN TEXTO JURDICO Y ADMINISTRATIVO 121

a un decreto; inferior, a su vez, a una ley), la fecha, el organismo


de donde emana y el contenido del mismo, resumido. En nuestro texto,
como se refiere a una disposicin legal anterior, se nos dice el rango
(orden) de sta, su fecha y el rgano en que se public (el Boletn Oficial
del Pas Vasco, en este caso).
5.2.1.2. El prembulo comprende desde lima. Sra., en la primera
columna, hasta ha dispuesto, en la segunda. A partir de ah empieza la
disposicin, de la cual slo tenemos una parte del apartado I, dividido,
a su vez, en varios subapartados (slo tenemos parte de A), subdivididos
en artculos. Cada artculo (aqu slo tenemos el primero) puede dividirse
en varios puntos (en este texto tenemos cinco puntos de ese artculo pri
mero). Esta complejidad permite que las posteriores referencias inter
nas, muy abundantes en estos textos, se hagan de modo muy preciso, a
la unidad concreta que se quiera sealar.
5.2.1.3. El prembulo consta de una direccin, que nos indica que
se enva a una directora general (a quien corresponde el tratamiento de
Ilustrsima), un cuerpo del mismo, donde se refiere a la ley que se des
arrolla en esta disposicin de menor rango, y termina con la frmula de
la disposicin legal. El apartado primero est dedicado a la adjudica
cin de destinos, el subapartado A a los destinos alcanzados voluntaria
mente y el artculo primero a los datos que se deben indicar en las
reclamaciones que se puedan hacer contra lo dispuesto en estaresolucin.
5.2.1.4. El texto se caracteriza, en suma, por una disposicin muy
trabada, que se puede apreciar perfectamente, a pesar de su carcter frag
mentario. Contiene una gran cantidad de nombres propios, que pertenecen
a organismos o entidades administrativas, siglas (BOPV), fechas, y predo
minio de sustantivos, infinitivos y frmulas de se -f tercera persona (se
publica, se concede), as como adjetivos especificativos pospuestos,
entre los que abundan los de relacin (consorte, en la segunda columna,
vasco, en todo el texto), y abundantes complementos determinativos
circunstanciales de varias clases, lo cual est de acuerdo con el carcter
de precisin que impregna el escrito.

Aspectos icnicos

5.2.2. Corresponde a la divisin anterior una clara distribucin c


nica: de diversos modos se seala la distincin entre el ttulo, en negrita
y tipo mayor, como ya hemos dicho, y. el prembulo. El apartado I se
separa del resto porque est en negrita y en tipo VERSAL; el subaparta
do A est en negrita, pero no versal, sino de caja baja, y cada uno de los
artculos va separado y precedido de la frase artculo.... El texto se
dispone en columnas iguales, en las que se busca una alternancia entr
los distintos tipos de letra y los distintos espacios que se dejan, para que
el lector perciba inmediatamente las divisiones: ntese, en este sentido,
cmo el apartado I est separado del resto, de modo muy perceptible
por mayor espaciado arriba y abaje. '
5.2.2.1. Con frecuencia creemos que los aspectos icnicos de los
textos slo aparecen cuando hay grficos, dibujos y similares; nada ms
122 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

falso: los buenos linotipistas y compositores de imprenta saben muy bien


que los textos impresos requieren una presentacin cuidadosa, con deta
lles como evitar que coincida una fila de blancos perpendiculares dentro
de una pgina, que parece partirla en dos, o que una lnea acabe pgina
con una letra, o una palabra, especialmente si es muy corta. Los espacios
que separan las columnas tambin deben ser proporcionados, para que
el texto tenga una mnima apariencia esttica, incluso dentro de un papel
y un formato tan poco esttico como el de un boletn oficial.

III

Anlisis sintctico

lima. Sra.: De conformidad con lo dispuesto en el nmero 40


de la Orden de 4 de diciembre de 1981 (BOPV de 5 de diciem
bre), por la que se convocan los concursos generales de tras
lados para cubrir vacantes existentes en centros estatales de edu
cacin preescolar y general bsica. Esta Viceconsejera ha dis
puesto.

5.2.3. Debemos separar del texto el lima. Sra., vocativo, del que
volveremos a cuparns en 5.2.4. Hecho esto, sealaremos que la mala
puntuacin del escrito (aspecto normativo para considerar en 5.2.8) pro
voca una separacin artificial de los componentes de la primera ora
cin (O), en un fragmento en el que no hay ms que dos. Se debe es
cribir correctamente, por tanto: Esta Viceconsejera (sujeto) ha dis
puesto (ncleo del predicado, al que siguen los aditamentos) de confor
midad con lo dispuesto... diciembre); se trata de una oracin asevera
tiva afirmativa, activa y transitiva, cuyo implemento est formado por
todos los apartados que siguen, dentro del documento.
5.2.3.1. La segunda oracin es la adjetiva de relativo introducida por
por la que, cuyo antecedente es orden. Es una oracin de pasiva re
fleja, con se como indicador de la pasiva, tambin aseverativa afirmativa,
con concursos como ncleo del sujeto. De ella depende, en funcin de
aditamento, una construccin de infinitivo, con matiz final, transitiva,
cuyo implemento es vacantes, modificado por existentes, que, por su
condicin de participio, lleva un aditamento, en centros estatales, modi
ficado, a su vez, por un complemento determinativo compuesto por un
ncleo, educacin, con dos adjetivos modificadores coordinados, el se
gundo especificado, adems, por otro adjetivo, bsica.
5.2.3.2. El rasgo caracterstico de la sintaxis de este fragmento me
nor es la presencia de elementos mal distribuidos, con un vocativo y un
ncleo del predicado de una oracin disooiado del resto de sta por una
pausa, adjetivos que actan como participios de presente, ncleos verba
les, y una gran abundancia de complementos determinativos, aditamen
tos y adjetivos especificativos, que pueden ser especificados a su vez.
Todo ello configura un prrafo tedioso y sobrecargado.
UN TEXTO JURDICO Y ADMINISTRATIVO 123

IV

Funciones del lenguaje


5.2.4. Lo ms destacable en el texto es la relacin que se establece
entre el lenguaje y el objeto, es decir, la funcin representativa. A par
tir de esta funcin bsica, el texto est escrito para transmitir un con
tenido fundamental, objetivo, tenemos otras varias. La funcin apelati
va, que expresa la relacin entre el mensaje y el receptor, est expresada
claramente por el vocativo lima. Sra. El vocativo es una construccin
especfica para la funcin apelativa, en el plano nominal, como el impe
rativo lo es en el verbal. Los distintos puntos, apartados y subapartados
estn ligados a la funcin ftica: el autor se asegura de que el canal de
comunicacin est abierto, y lo mantiene limpio mediante una minu
ciosa distribucin de las partes. Tambin se usa el lenguaje para la re
lacin del mensaje con el cdigo, propia de la funcin metalingstica:
hay continuas referencias internas, referencias a la ley que desarrolla,
a su fecha y publicacin, es un autismo propio de los textos legislativos
y sus disposiciones administrativas. Ni siquiera falta, aunque parezca
mentira, la funcin potica, mediante la cual el mensaje se relaciona
consigo mismo: el redactor es consciente de que est redactando un
texto legal, y que hay ciertos usos propios de este tipo de textos, como
el empleo del futuro hipottico de subjuntivo, entre otros arcasmos, y
escribe, en la tercera columna, hubiere lugar.

OPCIN B

Formas verbales

5.2.5. El catlogo de las mismas, con los ms generosos criterios de


inclusin, contiene, para las columnas 2 y 3, las siguientes: se convoca,
cubrir, existentes, ha dispuesto, alcanzados, publicar, obtenidos, inclui
dos, se concede (no contamos partir en a partir de), siguiente (col. 2) y
hubiere, debindose, hacer, constar (no contamos siguientes, sin valor
ni funcin verbal en el texto), participa, toma, solicita y, otra vez, so
licita, diez formas no personales frente a ocho personales (7:3 en la co
lumna 2). El empleo de las no personales de modo preferente sirve para
insistir en el carcter de virtualidad y abstraccin que predomina en
estos textos, que pretenden sentar principios generales, por lo que re
curren con enorme frecuencia a los infinitivos (4) igual que a las cons
trucciones con se, donde se enmascara el sujeto (3, que se pueden unir
al impersonal hubiere). Slo hay un gerundio, frente a dos participios de
presente con valor verbal: existentes y siguiente. La razn de esta dis
tribucin puede estar en que el redactor sabe que los gerundios son
peligrosos desde el punto de vista de la norma, porque se puede con-
124 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

travenir fcilmente en situaciones de posterioridad, pero isnora que tam


poco son aceptables, en este criterio normativo, que discutiremos en
5.2.8, las construcciones en las que los adjetivos en -nte, que proceden
de participios de presente, toman valor verbal y llevan complementos
como si fueran formas verbales.
5.2.5.1. Slo una vez, en hubiere, para indicar la contingencia, apa
rece el subjuntivo. Predomina el indicativo, por tanto, con seis ejemplos.
El tiempo presente es el que enmarca las formas personales, en las que
slo una vez se utiliza el antepresente, ha dispuesto, para referirse a un
pasado que se ve en su proyeccin hacia el presente. En cambio, en las
formas no personales, contamos con tres participios de pasado con va
lor verbal, con lo cual se insiste en la referencia al pasado, pero sin com
promisos temporales y mucho menos aspectuales concretos, sino
como referencia de situacin temporal. La columna tercera aporta una
gran cantidad de concreciones con presente de indicativo; sin ella la
ausencia de formas verbales personales sera mucho ms llamativa. Tam
bin es caracterstica la tercera persona del singular, en todas las formas
personales del texto.

II

Sustantivos abstractos

5.2.6. Si eliminamos destino v nmero, que estn usados en sus acep


ciones concretas de lugar y cifra, nos auedan todava ocho abstrac
tos, a los que se aadira, como noveno. Viceconsejera, convertido en
nombre propio. (Para la teora, cfr. 2.10.2.) La mavora son abstractos
de fenmeno, es decir, procedentes de verbos: resolucin, educacin, ad
judicacin, turno, concurso y orden (como lo seran destino y nmero,
en sus acepciones propias). Proceden de adjetivos, y son abstractos de
cualidad, por tanto, conformidad, viceconsejera y preescolar. No hay
abstractos de cantidad.

III

Adjetivos

5.2.7. Los adjetivos (cfr. 2.6.1) se distribuyen, en la primera colum


na, del siguiente modo:
adjudicacin provisional: atributivo, de relacin, especificativo, pos
puesto normalmente.
turnos consorte y voluntario: atributivos, el primero adjetivacin l
xica (es decir, completa), de relacin, especificativos, pospuestos nor
malmente.
concurso general, restringido: atributivos, especificativos, de relacin,
normalmente pospuestos, como los anteriores.
Pas Vasco: atributivo, especificativo, de relacin, pospuesto normal
mente.
UN TEXTO JURDICO Y ADMINISTRATIVO 125

Educacin General Bsica: atributivos, especificativos, de relacin,


pospuestos normalmente.
Ilustrsima Seora: atributivo, especificativo, valorativo, antepuesto
en frmula fija.

5.2.7.1. Se puede observar que los adjetivos que no son de relacin,


especificativos, son muy raros en estos textos y que incluso cuando apa
recen se encuentran, con frecuencia, dentro de frmulas en las que el
orden ya est rgidamente fijado, como sucede en el tratamiento Urna.
Sra., nica excepcin a los adjetivos de relacin, especificativos pospues
tos, que caracterizan esta parte del escrito.

IV

Consideracin normativa

5.2.8. En 5.2.3, supra, tuvimos ocasin de sealar cmo la mala pun


tuacin separaba el verbo del resto de la oracin. La mala puntuacin
es tambin responsable, por ejemplo, de que en la columna primera se
diga que el concurso general es restringido y de preescolar. La preposi
cin en, en la primera columna, se reitera y sirve para mltiples tipos
de relaciones, que se podan haber separado con para, dentro, o nexos
similares. Ya hemos adelantado que el empleo de los participios de pre
sente como verbos, que rigen sus propios complementos, se encuentra
en el texto y es contrario al uso aceptado como correcto, a la vez que
sealbamos su posible causa. Aadamos ahora que, en el punto 5, se
dice territorio por que solicita, en lugar de territorio por donde, don
de, por el que, o para el que: obsrvese que, en este ejemplo, la falta de
redaccin hace ininteligible el texto. El rasgo dominante del redactor es
la ultracorreccin propia de los semicultos: para evitar caer en lo que
considera un error cae en el error contrario; as, en el deseo excesivo
de precisin, al no saber que el plural es el trmino marcado de la opo
sicin de nmero, pero que, por definicin, el plural incluye al singular,
reitera singulares y plurales en convocatoria o convocatorias... concur
so o concursos... turno o turnos, donde hubiera bastado el singular,
como trmino no marcado de la oposicin de nmero, o hubiera podido
emplearse el plural, en el supuesto de que la mayor parte de los afec
tados participara o solicitara en varias instancias, y aplicndolo, por
extensin, a los que slo lo hicieran en una. Este vicio, exceso de preci
sin, se extiende marcadamente en el espaol actual y en esta jerga ad
ministrativa de escasos recursos gramaticales. Los errores y la mala re
daccin caracterizan, pues, el texto.
Captulo

TEXTOS EXPOSITIVOS: ENTRE LA INFORMACIN,


LA NARRACIN Y EL COMENTARIO

6.0.1. Este captulo est destinado a los textos humansticos en sen


tido amplio, hasta el punto de incluir tambin un texto literario, en el
que se presenta un comentario informativo, que nos servir de puente
hacia los comentarios literarios que seguirn. Dos textos humansticos
de anlisis, un texto informativo de comentario y un texto literario con
presentacin de comentario informativo constituyen, por tanto, el cuer
po del captulo.
6.0.2. No podemos evitar, por esto, el temor de que el lector crea
encontrarse ante un captulo miscelneo, sin justificacin interna. No es
as: las preguntas mostrarn cmo vamos atendiendo a aspectos dife
renciados, en bastantes ocasiones, de los que nos han ocupado hasta
ahora. La colocacin de los adjetivos, por citar uno de los temas recu
rrentes, obedecer ahora a razones ms estilsticas, y ser tratada desde
esa,ladera. La abstraccin se contemplar como fenmeno, para discutir
ms el tipo de formacin que los ejemplos concretos que la muestran,
la modalidad y la variacin de los nexos ocuparn un espacio relativa
mente superior al que han tenido hasta ahora, e iremos sealando los
rasgos que permiten clasificar un texto concreto de este tipo cuando res
pondamos a la pregunta especfica sobre ello.
6.0.3. En un curso regular, o en una lectura de textos mltiples,
como la que se puede hacer de este libro, se puede advertir que entra
mos en otro grado de dificultad. No se trata de que estos textos sean
ms difciles, por supuesto, sino de que el tipo de dificultad especfica
ha variado. Incluso nuestra relacin personal con ellos es sensiblemente
distinta: sentimos un tipo de enriquecimiento personal que se diferencia
del que proporciona la objetividad cientfica o la noticia. Hasta conside
rndolos en trminos de manipulacin, en parangn con los publicitarios,
son diferentes.

TEXTO 12

6.1.

Un entendimiento claro, capaz y exacto, abarca el objeto en


tero; le mira por todos sus lados, en todas sus relaciones con lo
que le rodea. La conversacin y los escritos de estos hombres
126
ENTRE LA INFORMACIN, LA NARRACIN Y EL COMENTARIO .127

privilegiados se distinguen por su claridad, precisin y exacti


tud. En cada palabra encontris una idea, y esta idea veis que
corresponde a la realidad de las cosas. Os ilustran, os conven
cen, os dejan plenamente satisfechos; decs con entero asenti
miento: S, es verdad, tiene razn. Para seguirlos en sus dis
cursos no necesitis esforzaros; parece que andis por un ca
mino llano, y que el que habla se ocupa de haceros notar, con
oportunidad, los objetos que encontris a vuestro paso.

Opcin A
1. Oraciones de relativo, su funcin.
2. Personales tonos de tercera persona. Adecuacin a la norma.
3. Valor literario de las construcciones del tipo Un entendimiento cla
ro, capaz y exacto.
4. Verbos regulares e irregulares desde La conversacin hasta tiene ra
zn (ln. 3-8).

Opcin B
1. Anlisis sintctico desde La conversacin (ln. 3) hasta las cosas
(ln. 6).
2. La abstraccin en el texto.
3. Los adjetivos, funcin.
4. Valor de los demostrativos e indefinidos en el texto.

OPCIN A

Oraciones de relativo

6.1.1. A lo largo de este libro estamos empleando el trmino oracin


en sentido amplio, indicando con el trmino suboraciones que se trata de
una estructura sintctica predicativa, agrupada en torno a un verbo, n
cleo del predicado, e incluida en una unidad ms amplia, la oracin com
pleja. Por eso hemos hablado de suboraciones de relativo, porque stas
no pueden construirse, normalmente; como oraciones independientes,
sino que deben integrarse, al menos, en otra frase ms amplia, en la
cual desempea una funcin el antecedente del relativo, precisamente.
Tambin, por ese motivo, hemos llamado proposiciones a las suboracio
nes de relativo. Hemos especificado, en otros casos, que se trataba de
adjetivas de relativo, para diferenciarlas de las otras adjetivas posibles,
las de participio, separadas por nosotros en varios lugares, por razones
didcticas, para explicar con ms detalle el carcter verbal del partici
pio y su capacidad de presentarse, en la estructura superficial o patente,
como un predicado capaz de rodearse de sus propios argumentos.
6.1.1.1. En el texto aparecen tres relativos: lo que, el que y que. En
128 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

los dos primeros tenemos una estructura claramente diferenciada res


pecto del tercero. Lo que, con funcin de sujeto de rodea, va precedido
de una preposicin con, mediante la cual se expresa la relacin que une
a toda la suboracin de relativo con el sustantivo relaciones, al cual mo
difica. No hay, en este ejemplo, un trmino concreto que sirva de ante
cedente al relativo, fuera del propio lo. Hay que pensar, en consecuen
cia, que la estructura lo que debe analizarse en dos partes, un antece
dente lo, como ncleo o trmino primario (equivalente de aquello) y un
modificador que, como modificador o adjunto del ncleo lo, es decir,
lo funciona como un sustantivo y que como un adjetivo.
6.1.1.2. El origen de el que es el mismo, aunque el grado de cohesin
es mayor: puede analizarse como equivalente a aquel que, y en ese caso
el sera el ncleo que funcionara como un sustantivo, y que el adyacen
te, adjunto, en funcin propia del adjetivo, o puede analizarse tambin
como equivalente d quien, como un compuesto ya fundido, escrito en
palabras separadas, el + que, por pura tradicin grfica.(como sucede
con el cul, inseparable ya en sus dos componentes grficos, indepen
dientemente). Su funcin en la suboracin de habla es la de sujeto.
6.1.1.3. En cuanto a que, es implemento de encontris, ltimo verbo
del fragmento analizado, y su antecedente es objetos. Los tres relativos
tienen una doble funcin, por un lado la que desempean en sus oracio
nes respectivas, donde pueden ser sujeto, implemento, etc., y por otro
lado la de nexo, al unir dos suboraciones entre s. Respecto a la funcin
que desempean las suboraciones a las que pertenecen, ya hemos dicho
que la primera, con lo que le rodea, es un complemento determinativo
referido a relacin; el que habla es sujeto de se ocupa, mientras que
que encontris a vuestro paso es un modificador, especificativo, de ob
jetos. Slo la ltima suboracin, en consecuencia, es propiamente adje
tiva, a menos que admitamos que lo y el en las dos primeras son ncleos
(sustantivos) y los dos que siguientes introducen una frase que fun
ciona como un adjetivo especificativo: se es el nico modo de tratarlas
como adjetivas.
6.1.1.4. Una advertencia final: el que de esta idea veis que corres
ponde no es un relativo: se trata simplemente de que el sujeto de co
rresponde, esta idea, se ha adelantado, y no aparece en su lugar propio,
que sera veis que esta idea corresponde. Este que es completivo.

II

Personales tonos de tercera persona

6.1.2. En esta ocasin se trata de una pregunta muy concreta, cuyas


bases tericas han sido afirmadas en 2.11.1, 2.12.1, 3.2.3 y 4.3.3.1. No nos
ocuparemos especialmente del se de se distinguen, puesto que ya no se
trata de un tipo de personal, el reflexivo, sino de la expresin (morfo)
que corresponde a un morfema gramatical medio-pasivo, con el que se
indica la doble participacin del sujeto en la situacin verbal, como agen
te v paciente parcial.
6.1.2.1. Le mira y le rodea son las dos frases que contienen ejem
plos de personales tonos de tercera persona. Se trata de dos ejemplos
ENTRE LA INFORMACIN, LA NARRACIN.Y EL COMENTARIO 129

de le, en singular, con funcin de implemento u objeto directo. En estas


condiciones, el uso correcto etimolgico exigira lo; la presencia de le
constituye una muestra de lesmo y, al tratarse de verbos que en latn
regan acusativo como objeto directo, es decir, de construcciones norma
les o generales, este lesmo es antietimolgico, tratndose, por ende, de
un uso anmalo.
6.1.2.2. El lesmo es, por tanto, el uso de le con funcin de imple
mento. Ahora bien, desde el punto de vista de la norma, existe una tole
rancia: se permite el uso de le como implemento cuando se refiere a
persona masculina, en singular. Tenemos que buscar, por tanto, el refe
rido de estos dos casos de le. El referido es el objeto: no se trata de una
persona, luego el lesmo, adems de antietimolgico y anmalo, ser in
correcto, desde el punto de vista de la norma actual de la Academia.
Vamos a finalizar puntualizando que esto no ha sido siempre as, y que
histricamente la Academia ha tenido preferencia por el lesmo, la cual
explica su reiteracin en los buenos escritores de los tres ltimos siglos,
que siguen una tendencia propia de Castilla y Len, distinta de la norma
aragonesa y andaluza, que es tambin la de Amrica, favorable a la eti
mologa. De acuerdo con esta norma surea se habra escrito en el texto
lo mira y lo rodea.

III

Construccin adjetiva y valor literario

6.1.3. La finalidad de esta pregunta es hacer ver cmo, adems de


las razones semnticas y de distincin entre especificacin y explicacin
que se dan generalmente como las fundamentales para la colocacin del
adjetivo (cfr. 2.6.1), hay tambin razones de orden contextual y razones
literarias, que pueden ser determinantes.
6.1.3.1. El texto nos ofrece la frase nominal un entendimiento cla
ro, capaz y exacto, en la cual tres adjetivos coordinados por la copula
tiva y (omitida entre el segundo y el tercero) se refieren al sustantivo
entendimiento. Ntese que no se refieren al conjunto semntico o de
significacin formado por el sustantivo y el adjetivo anterior, o los dos
adjetivos anteriores en el caso de exacto, sino slo al sustantivo: se
trata de un entendimiento que es claro, v capaz, y exacto. Salvo en pocas
muy marcadas, como el siglo xv, o estilos muy concretos, como el gon-
gorismo, el espaol rechaza, por razones de estructura sintctica, la an
teposicin de varios adjetivos coordinados que se refieren a un mismo
sustantiv: escribir algo como un claro, capaz y exacto entendimiento,
fuera de esas pocas concretas, slo puede interpretarse como una bro
ma, o como una falta de gusto, de sentido de la medida, y un error de
construccin o de esttica, en todo caso. La preferencia y esto es lo
destacable no es slo resultado de una imposicin sintagmtica: la
frase puede construirse en espaol, no es agramatical; sin embargo, re
cibe inmediatamente las connotaciones sealadas. Esto significa que ope
ran unos factores de orden diferente de lo puramente lingstico, que
condicionan la escritura, y que aqu tenemos una muestra concreta de
ellos.
130 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

IV

Verbos regulares e irregulares

6.1.4. Los verbos que aparecen en el fragmento marcado y que clasi


ficaremos segn la teora expuesta en 2.8.1, son los siguientes:
distinguen: regular, la alternancia distingo-distingues es mero recurso
ortogrfico para mantener el sonido g;
encontris: irregular, diptongacin, encontrar-encuentro;
veis: irregular, pretrito: vi, participio: visto, gerundio: viendo, tiene
alternancia e/i, diptongacin (tb. en viera,-se,-re) y part. fuerte;
corresponde: regular;
ilustran: regular;
convencen: regular, la alternancia convenzo-convences es slo grfica;
dejan: regular;
satisfechos: irregular, alternancia de consonante velar e interdental
en el presente: satisfago-ees, aqu ya fontica, no slo grfica, futuro
sincopado: satisfar, participio fuerte: satisfecho, perfecto en , satis
fice, fuerte;
decs: irregular, cierre de la vocal radical: decir-dices, alternancia de
velar e interdental en el presente: digo-ees, tema de perfecto con fri
cativa velar: dije, futuro sincopado: dir;
tiene: irregular, infijo velar: tengo, diptongacin: tienes, pretrito
fuerte: tuve, futuro sincopado con d epenttica: tendr.

OPCIN B

Anlisis sintctico

La conversacin y los escritos de estos hombres privilegiados


se distinguen por su claridad, precisin y exactitud. En cada pa
labra encontris una idea, y esta idea veis que corresponde a la
realidad de las cosas.

6.1.5. Los ncleos del predicado, se distinguen, encontris, veis y


corresponde, todos verbos en forma personal, nos permiten sealar que
en el texto hay cuatro oraciones, en el sentido amplio del trmino.
O, desde La conversacin hasta el punto primero. El sujeto tiene dos
ncleos coordinados por la copulativa y: conversacin y escritos, y
lleva un complemento determinativo introducido por de, una frase
prepositiva cuyo ncleo es hombres. Se distinguen es una forma pa
siva refleja y, finalmente, desde por hasta exactitud tenemos l agen
te de la pasiva, formado por tres ncleos en coordinacin copulativa:
ENTRE LA INFORMACIN, LA NARRACIN Y L COMENTARIO 131

claridad, precisin y exactitud. Cabe la interpretacin de que desde


por hasta el final no sea el autntico agente (que sera entonces un
por nosotros, no expreso), en cuyo caso sera un aditamento, ex
presin de una circunstancia causal: a causa de su claridad.... El
uso de la pasiva refleja nos inclina a la primera de las dos soluciones,
aunque es imposible descartar la ltima con argumentos sintcticos.
02, el predicado encontris tiene un sujeto vosotros implcito en la ter
minacin verbal, un implemento, una idea, y un aditamento en cada
palabra.
O3 aparece superficialmente mezclada con elementos de O4, como ya ad
vertimos en 6.1.1.4. Es una coordinada copulativa, con el mismo su
jeto de O2, veis como ncleo del predicado y O4 como implemento.
O4, que esta idea corresponde a la realidad de las cosas es una com
pletiva de objeto directo de Oj. Su sujeto es esta idea; el ncleo del
predicado, corresponde lleva un complemento, a la realidad de las
cosas, pronominalizable por le. Ntese que corresponder, cuando si
gue su rgimen etimolgico, lleva un suplemento introducido por con.
6.1.5.1. Todas las oraciones son aseverativas afirmativas, la primera
es pasiva y las restantes activas y transitivas.

II

La abstraccin

6.1.6. En el prrafo 2.10.2 sealamos los tipos de sustantivos abs


tractos. Aqu vamos a aadir una observacin formal: algunos sustanti
vos abstractos, como idea, no tienen una marca formal de abstraccin,
mientras que otros, como precisin, s la tienen. La pregunta no se dirige
slo a la finalidad de listar los sustantivos abstractos, sino que pretende
tambin hacer notar cmo la abstraccin puede expresarse por otros pro
cedimientos: por ejemplo, en la lnea cuatro tenemos los abstractos cla
ridad, precisin y exactitud; se trata de tres abstractos de cualidad, pro
cedentes de adjetivos, y esos adjetivos, casi exactamente, son los que
aparecen como tales en la lnea primera, cuando se dice que el entendi
miento del que se habla tiene las cualidades de claro, capaz y exacto.
Claro y exacto son los adjetivos que corresponden a los sustantivos abs
tractos claridad y exactitud, mientras que entre capaz y precisin hay re
lacin semntica, no formal. Este procedimiento, digamos de paso, per
mite al autor introducir una variable estilstica.
6.1.6.1. Los sustantivos abstractos son muy abundantes. Entendi
miento, relaciones, conversacin, escritos, idea, asentimiento, razn, son
abstractos de fenmeno; claridad, precisin, exactitud, realidad, verdad
y oportunidad, son abstractos de cualidad.

III

Funcin de los adjetivos


6.1.7. Los adjetivos tienen funcin atributiva en un entendimiento
claro, capaz y exacto, objeto entero, hombres privilegiados, entero asen-
132 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

timiento, y camino llano. El participio satisfechos, usado como adjetivo,


tiene funcin predicativa en os dejan plenamente satisfechos, donde
se refiere al objeto directo (implemento) os, por medio del verbo dejan,
como complemento predicativo del objeto directo (atributo del imple
mento).

IV

Demostrativos e indefinidos

6.1.8. Puesto que nosotros consideramos que un es artculo, aunque


no tendramos inconveniente en admitir que el puede analizarse con los
demostrativos y un con los indefinidos, las dos clases a las que pertene
cen por su origen y por muchos restos funcionales, parece preferible,
por abreviar y por claridad, eliminar los usos de el y un. Caso lmite es el
de lo que y el que, donde cabra pensar que lo y el son todava ms de
mostrativos que artculos; pero ya los hemos tratado en 6.1.1, lo cual
nos exime de reiterar aqu lo dicho.
6.1.8.1. Los demostrativos en estos hombres privilegiados, esta
idea, son demostrativos de primera persona, decticos, en referencia ana
frica a algo inmediatamente dicho, y con funcin de determinantes. Son
actualizadores llenos, que expresan una relacin de distancia con la pri
mera persona, sin cuantificacin. Su actualizacin es identificadora: en
el texto se refieren a unos hombres concretos, que identifican como los
dotados de entendimiento claro..., y precisamente a esa idea que se
encuentra en cada palabra.
6.1.8.2. Los indefinidos pueden considerarse de modo amplio, con
inclusin de los cuantitativos, o de modo restringido, excluyndolos. Se
trata siernpr de actualizadores llenos, con sustancia semntica, sin re
lacin con las personas gramaticales, y que realizan una actualizacin no
identificadora, a diferencia de los demostrativos. Para no complicar al
alumno con distinciones, puede admitirse la consideracin conjunta de
cuantificadores y no cuantificadores (cuantitativos e indefinidos, propia
mente dichos).. En el texto aparecen en todos sus lados, todas sus
relaciones, expresin del cuantificador universal, y cada palabra, dis
tributivo.

TEXTO 13

6.2.

Para terminar con la vulgar filosofa condensaaa en la repu


tada mxima quien mucho abarca poco aprieta, en contraposi
cin al no menos acreditado el saber no ocupa lugar, sanos
lcito hacer una comparacin vulgar. El entendimiento inquisiti
vo es como un arma de combate. Si en ella se labra un solo filo,
tendremos una espada tajante. Si dos, el arma podr cortar to-
ENTRE LA INFORMACIN, LA NARRACIN Y EL COMENTARIO 133

dava, aunque menos eficientemente; pero si le sacamos tres o


cuatro, la agudeza de los filos ir disminuyendo hasta convertirse
en inofensivo cuadradillo. Una bayoneta podra, en rigor, cortar
todava; mas para ello, precisa formidable energa motriz; mien
tras que una daga bien afilada resulta terrible aun en las manos
de un nio.

Opcin A
1. A partir de los dos ejemplos del texto, hablen de las caractersticas
del lenguaje proverbial, y de los refranes.
2. Anlisis sintctico desde una bayoneta hasta un nio.
3. Objetividad y subjetividad en el modo verbal.
4. Adjetivos hasta tajante (ln. 6): clasificacin semntica y colocacin.

Opcin B
1. Anlisis sintctico desde El entendimiento inquisitivo (ln. 4) hasta
tajante (ln. 6),
2. Morfemas verbales desde Si en ella (ln. 5) hasta cuadradillo.
3. Funcin de los pronombres personales del texto.
4. Clasificacin del texto segn su contenido y caracteres lingsticos.

OPCIN A

Proverbios y refranes

6.2.1. Un proverbio o refrn trminos que podemos tomar como


sinnimos expresa, de forma condensada, una actitud vital, algo que
refleja el sentimiento colectivo-de la comunidad, aunque, como vemos
en el texto, abundan los refranes opuestos o contradictorios (siempre
concordables con un cierto esfuerzo de imaginacin y deseo de acuerdo).
Los refranes son cosa del pueblo, hechos del folclor, y, por ello, en el
texto se habla de vulgar filosofa. Son generalizadores y, en general,
como ha sealado Emilio Garca Gmez, a pesar de que se diga que son
pequeos evangelios, o tengan apodos similares, la actitud que predo
mina en ellos es muy practicona y apegada a la tierra hasta la mezquin
dad, lo cual los diferencia de cualquier tipo de espiritualidad, no slo
la evanglica. Este rasgo es comn en todas las lenguas.
6.2.1.1. Desde el punto de vista de su forma, su extrema condensa
cin y su pervivencia como frmulas fijas, arcaizantes, los hace diferen
ciarse de la norma, e incluso reflejar normas periclitadas. Su rasgo de-
finitorio, de acuerdo con lo dicho, es la concisin. Con mucha frecuencia
prefieren la expresin nominal a la verbal, puesto que predomina el con
cepto sobre la accin; entre las estructuras ms corrientes tenemos:
134 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

Supresin de la cpula:
Ao de nieves, ao de bienes.
Virtualidad, expresin sin artculo:
Quien a buen rbol se arrima, buena sombra le cobija.
(Ntense el anacoluto debiera ser a quien, y el lesmo.)
Supresin de verbo:
La mujer y la sardina, su lugar en la cocina.
Expresin imperativa de la condicin, para lograr efecto ms directo:
Dime con quin andas y te dir quin eres.
6.2.1.2. Se caracterizan, en lo que concierne a su estructura compo
sitiva, por ser bimembres, generalmente, como el primero de los dos del
texto, con una relacin lgica en la que el segundo miembro es conse
cuencia del primero. Nuestro segundo ejemplo es una muestra tpica de
los enunciados apodcticos, que no admiten refutacin.

II

Anlisis sintctico

6.2.2. El texto est formado por tres oraciones separadas por punto
y coma. Las partculas ms y mientras que expresan una relacin adver
sativa, a la que la segunda une un matiz temporal.
O, Una bayoneta es el sujeto, podra es un auxiliar modal de cortar,
ncleo del predicado; en rigor y todava son aditamentos. La oracin
es enunciativa afirmativa, con un matiz contingente de probabilidad,
activa e intransitiva.
02, tiene el mismo sujeto de O, aqu no expreso. Precisa es el ncleo
del predicado, implementado por formidable energa motriz; para
ello es un aditamento (circunstancial de finalidad, no confundir con
el objeto indirecto o complemento). Es una oracin coordinada ad
versativa con la anterior, activa, transitiva, tambin aseverativa afir
mativa.
03, tiene como sujeto una daga, modificado por afilada, bien tiene el
valor de indicador de grado superlativo, igual que muy. El verbo
resulta est usado como atributivo, terrible es un complemento pre
dicativo referido al sujeto por medio de resulta. Lo que sigue es un
aditamento. La oracin es tambin coordinada adversativa (el valor
de coincidencia temporal de mientras se ha difuminado), intransiti
va, activa, aseverativa afirmativa.
ENTR LA INFORMACIN, LA NARRACIN Y EL COMENTARIO v 135

III

Objetividad y subjetividad: el modo

6.2.3. Desde el punto de vista de las formas verbales, el texto presen


ta un predominio del indicativo. Slo una vez aparece el subjuntivo, en
la forma sanos. Este subjuntivo tiene valor de exhortacin, la funcin
predominante es la apelativa, lo que lo sita en el plano del imperativo
(cfr. 2.7.4, 2.10.8 y 4.2.2). En el indicativo se distinguen claramente hasta
tres actividades: las afirmaciones intemporales de abarca, aprieta, no
ocupa, propias de los proverbios y refranes, o de es, propia de la afir
macin que quiere hacer el autor. La segunda actitud es la de la condi-
cionalidad, vista como posibilidad que se va a cumplir en el futuro, es
decir, como realidad futura (se labra..., tendremos..., podr; sacamos...,
iremos..., podr). La tercera, con podra, expresa un matiz potencial-even
tual, que tiene poca relacin, tanto con el indicativo del texto anterior
como con el subjuntivo de sea. Se seala aqu una contingencia proba
ble, una afirmacin con la que el autor no desea comprometerse defini
tivamente, como ha hecho con los casos anteriores. El texto acaba con
otro presente intemporal, resulta.
6.2.3.1. La subjetividad del autor se ha marcado con el empleo del
subjuntivo sanos, donde se incluye en el afijo, dentro de un plural de
modestia auctoris, y tambin en el podra, preferido al tambin posible,
estructuralmente, puede, con el cual habra hecho una presentacin ob
jetiva del hecho enunciado. Esta triple distincin, en la que no parece
prudente profundizar aqu, nos pone en guardia sobre la distincin de
los modos en espaol, y nos seala la posibilidad de admitir una triple
distincin modal, en vez de la ms sencilla y habitual de indicativo y
subjuntivo.

IV

Semntica y colocacin de los adjetivos

6.2.4. En e fragmento acotado, los adjetivos son los siguientes:


vulgar filosofa condensada: el primero es un adjetivo de relacin,
especificativo, su anteposicin es forzada y lo lleva al cambio de su
semntica, pasando a ser valorativo (matiz peyorativo). El segundo
es un participio, que conserva su valor de ncleo verbal con argu
mentos dependientes de l, y que tambin especifica, en este caso
al conjunto vulgar filosofa.
reputada mxima, -el adjetivo antepuesto es valorativo explicativo:
no se trata de distinguir una mxima de otra. Estos rasgos favorecen
la anteposicin.
lcito es un adjetivo de relacin, predicativo, pospuesto al verbo.
comparacin vulgar: especificativo, pospuesto, aqu con pleno valor
semntico de adjetivo atributivo valorativo.
136 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

entendimiento inquisitivo: de relacin, especificativo, normalmente


pospuesto.
solo filo: solo tiene aqu un valor cuasideterminativo, que explica
su anteposicin, aunque sea especificativo. Se opone a los numerales
posteriores.
espada tajante: descriptivo, especificativo, normalmente pospuesto.

OPCIN B

Anlisis sintctico

El entendimiento inquisitivo es como un arma de combate.


Si en ella se labra un solo filo, tendremos una espada tajante.
6.2.5. El texto se separa en dos partes por el punto. La primera
es una oracin atributiva y la segunda est constituida por el perodo
condicional que tiene si se labra como prtasis y tendremos como ap-
dosis. Se trata de una condicin presentada como real. Las dos partes
son aseverativas afirmativas.
6.2.5.1. Entendimiento es el ncleo de la frase nominal sujeto de es:
va acompaado del determinante el y el adjunto inquisitivo. La cpula
de la oracin atributiva es no lleva un predicado nominal expreso, pues
como un arma de combate es un aditamento (valor comparativo y mo
dal). Un anlisis ms profundo nos permitira postular un predicado
nominal que expresaremos por algo, y una suboracin introducida
por como: el entendimiento... es algo como es un arma de combate.
Algunos gramticos defienden la interpretacin de la frase introducida
por como en funcin de predicado nominal. Ntese, contra esta inter
pretacin, que no es pronominalizable por lo, sino por como ello o como
eso. (Vase 6.2.8 para la distincin entre la comparacin y la metfora,
en la que, sin como, arma sera predicado nominal.)
6.2.5.2. El perodo condicional tiene en la prtasis un ncleo del
predicado, se labra, que es una pasiva refleja impersonal, es decir, sin
agente; un solo filo es el sujeto paciente. El sujeto de la apdosis es
nosotros, implcito en la desinencia verbal, es una oracin transitiva,
con una espada tajante como objeto directo. La primera persona del
plural tiene un cierto matiz impersonal, de difusin del sujeto.

II

Morfemas verbales

6.2.6. Estudiaremos aqu los morfemas gramaticales, expresados por


medio de indicadores llamados morfos. As, la r de tendremos o podr
es un morfo que expresa el morfema de futuro, -mos es un morfo de
primera persona del plural. Los morfos se llaman tambin formantes.
ENTRE LA INFORMACIN, LA NARRACIN Y EL COMENTARIO 137

6.2.6.1. En las lneas indicadas son los siguientes:


se labra: se expresa el morfema de voz medio-pasiva; la -a final es
la vocal temtica. El tiempo-aspecto y la tercera persona se expresan
con un indicador cero. Labr- representa el morfema lxico.
tendremos: ten- expresa el morfema lxico; -re- el tiempo-aspecto
de futuro, y -mos la persona nmero. En cuanto a la d, cabe inter
pretar el grupo -dre- como una variante de -re- (alomorfo), mejor que
interpretar la d como variante de la vocal temtica, e, representada
aqu por cero.
podr: pod- representa el morfema lxico; la vocal temtica es cero;
-ra- representa el morfema de tiempo-aspecto futuro y cero a la per
sona-nmero. La vocal temtica tambin es cero.
sacamos: sac- representa el morfema lxico, -a- la vocal temtica,
cero el tiempo-aspecto de presente y -mos la primera persona del
plural.
ir: i- representa el morfema lxico, la vocal temtica es cero, -r
corresponde al tiempo-aspecto de futuro, cero a la persona-nmero.
disminuyendo: disminu- representa el morfema lxico; yendo el ge
rundio. La vocal temtica es cero.
convertirse: convert- representa el morfema lxico; -i- es la vocal
temtica, -r- el infinitivo, y se la voz medio-pasiva.

III

Los personales

6.2.7. Nos, ella, le y ello son los personales del texto, pues ya hemos
aludido varias veces al carcter de indicador gramatical de se, plena
mente gramaticalizado, con otro valor, por tanto. Nos es propiamente
un dativo o complemento tico, al que llamaremos, para simplificar,
complemento (objeto indirecto) en la construccin sea lcito, donde l
cito es el predicado nominal. Ella es trmino de la preposicin en, con
funcin de aditamento en la predicacin cuyo ncleo es se labra. Le es
complemento (objeto indirecto) de sacamos y ello, trmino de la pre
posicin para, aditamento de precisa (circunstancial de finalidad, que no
se debe confundir con el complemento u objeto indirecto). (Cfr. 2.11.1,
2.12.1, 4.3.3 y 6.1.2.)

IV

Clasificacin del texto

6.2.8. Al responder a las siete preguntas anteriores hemos visto


cmo se trata de un texto muy elaborado, desde el punto de vista gra
matical, en el que aparecen una variedad de recursos gramaticales, desde
los diversos tiempos y modos verbales, hasta la pluralidad de enlaces
sintcticos, el recurso a otros cdigos, como el de los refranes y frases
proverbiales, la colocacin literaria del adjetivo, o el juego entre la obje
tividad y la subjetividad del autor. Todo ello nos sita en el umbral
138 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

mismo de la lengua literaria, aunque falta ese desvo de la norma comn


que, para nosotros, es constitutivo de la literatura. La presencia de abs
tractos, en el mismo centro del tema, que es el entendimiento inqui
sitivo, as como la limitacin de ciertos recursos retricos, por ejemplo
la comparacin con como preferida a la metfora, nos llevan a clasifi
carlo como texto humanstico. Se trata de los refranes citados, dentro
de un tipo de lenguaje especulativo, por medio del cual se expresa la
meditacin, reflexin, consideracin o examen de un tema u objeto, por
lo cual es de tipo terico. Puesto que la idea fundamental aparece al
principio del texto, el esquema del mismo es analizante, la frase clave
es, por tanto: quien mucho abarca, poco aprieta. Es un tesis ramplona,
que se sustenta en una redaccin mediocre.

TEXTO 14

6.3.

En China Popular, las mujeres, sobre todo las mujeres j


venes, trabajan, y ni el matrimonio ni la maternidad representan,
como ocurre con frecuencia en Occidente, ceses prolongados o
definitivos en su actividad laboral. A trabajo igual, el salario es
igual en ambos sexos, pero los puestos superiores estn ocupa
dos mayoritariamente por hombres. La enseanza es mixta. La
propaganda remacha diariamente el papel activo de la mujer en
la construccin del socialismo, es decir, anima de formas diver
sas a su incorporacin en todos los campos del trabajo, pone
como ejemplos a las muchachas de hierro soldadoras, pica
doras, peones, de tal y tal distrito.

Opcin A

1. El texto informativo, sus caractersticas, reflejadas en el texto an


terior.
2. Lxico del texto: formacin de palabras, sufijacin.
3. Anlisis sintctico desde el principio hasta actividad laboral (ln. 4).
4. Valores del artculo el, la, en el texto.

Opcin B

1. Anlisis sintctico desde A trabajo (ln. 4) hasta mixta (ln. 6).


2. Colocacin y caractersticas semnticas de los adjetivos en el texto.
3. Funcin sintctica de los adjetivos en el texto.
4. Modalidad enunciativa, objetividad y tiempo verbal en el texto.
ENTRE LA INFORMACIN, LA NARRACIN Y EL COMENTARIO 139

OPCIN A

El texto informativo

6.3.1. Una primera diferenciacin que cabe hacer en los textos in


formativos es la que separa los que pertenecen al mundo de la narra
cin de los que pertenecen al del comentario: los primeros usan los
tiempos y perfrasis de la expresin narrada del mundo; los segundos,
en cambio, los de la comentada (cfr. 2.5.1.2. y 3.2.4). Nuestro texto per
tenece al mundo del comentario, como sealaremos ms pormenoriza-
damente en 6.3.8. Metodolgicamente, conviene advertir que no se debe
al azar la disposicin simtrica de las preguntas 6.3.1 y 6.3.8. Esta pri
mera supone la apreciacin inicial sobre el texto, a partir de la cual se
va a trabajar; la ltima, por el contrario, recoge la sntesis de todas
las observaciones hechas sobre el texto previamente, agrupadas en torno
a la enunciacin de la objetividad en un tiempo o en unos tiempos
verbales conocidos.
6.3.1.1. Los textos informativos son textos bsicamente periodsti
cos: a partir de un tema central, previamente enunciado, se proporcio
nan al lector los datos de que dispone el autor (esquema analizante) o,
al contrario, se ofrece una serie de datos, de los cuales se extrae una
conclusin (esquema sintetizante). El tema del prrafo es la mujer
trabajadora en China Popular, el esquema es analizante y la redaccin
se presenta de forma objetiva, con aportacin de datos concretos: sala
rio, enseanza, maternidad, hasta el acceso o profesiones duras. Apa
rece la subjetividad del autor (en este caso autora) en tres ocasiones:
la referencia a Occidente, que parece implicar que quien escribe es occi
dental, el pero, y el es decir aclaratorio. Por lo dems, el contenido in
formativo es muy superior al de las observaciones personales, y se
ofrece muy condensado.

II

La sufijacin

6.3.2. Este procedimiento de formacin de palabras es muy emplea


do en el fragmento elegido, en las formas populAR, materNDAD, fre-
cueNCIA, prolongaDOS, definiTIVOS, actIVIDAD, laborAL, salARIO,
superlORES, enseaNZA, propagaNDA, actIVO, construcCIN, sociA-
LISMO, incorporaCIN, soldADORAS, picADORAS. No inclumos las
formas en -mente, que pueden considerarse compuestos o .derivados,
segn el criterio que se adopte, ni las formas verbales empleadas como
tales verbos, para no alargar la lista, que tiene un valor indicativo de la
capacidad de reconocimiento de sufijos que tiene el alumno.
140 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

6.3.2.1. A veces se acumulan varios afijos para formar un deriva


do, como ocurre en mater-n-idad, act-iv-idad, soci-al-ismo, sold-ad-oras,
pic-ad-oras. Evitamos anlisis ms complejos, como el de incorporacin,
que supone una previa formacin del verbo incorporar, por entender
que, en este nivel, son excesivos.
6.3.2.2. Puesto que hemos prescindido de los verbos (que se forman
aadiendo sufijos del tipo -ar, -er, -ir, -ear, -izar, -ecer y similares), se
alaremos a continuacin que uno de los sufijos, -IOR, sirve para indicar
que la forma en cuestin es un adjetivo, en grado comparativo, es un
indicador morfolgico del adjetivo (ms exacto sera decir que es un
'resto' de indicador morfolgico, pero innecesariamente complicado).
De los restantes, los en -ar, -do, -tivo, -ivo o -al forman adjetivos; los
dos en -ador forman nombres que pueden ser, indistintamente, sustanti
vos o adjetivos de relacin, y los restantes forman sustantivos, origina
riamente abstractos, aunque, en el caso de salario, por ejemplo, puedan
luego pasar a concretos.

III

Anlisis sintctico

6.3.3. Las oraciones se articulan en torno a tres verbos en forma


personal: trabajan, representan y ocurren. Las tres son aseverativas,
afirmativas la primera y la ltima, negativa la de representan. Son acti
vas, la primera intransitiva, la segunda transitiva y la tercera intransi
tiva e impersonal.
O sujeto las mujeres,^modificado por la expresin parenttica especi
ficativa, entre comas. En China Popular es un aditamento.
02 coordinada copulativa negativa con la anterior, sujeto coordinado:
l matrimonio y la maternidad; desde ceses hasta el punto es el
implemento, que incluye dos modificadores adjetivos (adjuntos) en
coordinacin disyuntiva expresada por o y un complemento deter
minativo introducido por en.
03 modal, con un matiz comparativo, aunque faltan los antecedentes
tal (que llevara una comparativa) o as (que llevara una compara
tiva modal). Con frecuencia y en Occidente son aditamentos.

IV

El artculo "el"

6.3.4. El artculo l es un actualizador vaco, es decir, sin sustancia


semntica. Esto quiere decir que sita al sustantivo al que acompaa
en un lugar y un tiempo, un aqu y un ahora, sin aadirle ninguna nota
de cuantificacin, o relacin con las personas gramaticales, ni otro ma
tiz semntico cualquiera. Su actualizacin es identificadora, lo que sig
nifica que se utiliza con un sustantivo que previamente ha sido intro
ducido por el actualizador presentador un, o por otro determinante, en
ciertos casos, o que el sustantivo se encuentra en situacin consabida,
ENTRE LA INFORMACIN, LA NARRACIN Y EL COMENTARIO 141

es decir, que hay suficiente informacin contextual que indica que el


sustantivo actualizado est identificado, y el artculo puede indicarlo
as mediante su forma el, opuesta a un. Es importante esta considera
cin, que supone que operamos con un sistema de dos artculos, el
identificador el y el no identificador, un.
6.3.4.1. En el texto se usa las en las mujeres a partir de una situa
cin consabida, no hace falta decir que China es un pas y que en todos
los pases hay mujeres. Tiene un valor de generalidad, a la que se aade
la cuantificacin expresada por el plural: el artculo no es cuantificador,
pero el plural s lo es. Vase la diferencia entre esa generalidad plural,
que equivale a la cuantificacin 'alguna' o 'muchas' y que podra equi
valer a la universal 'todas', y la generalidad de 'el matrimonio' o 'la
maternidad', donde el artculo sirve para presentar una situacin como
real, no virtual. En el salario tenemos, en singular, otra generalizacin
universal. Abunda y predomina el uso en situacin consabida, sin pre
sentador previo, la enseanza, la propaganda, la construccin, el socia
lismo, que requiere, a veces, una expresin aclaratoria del uso metalin
gstico (cfr. 2.10.8 y 4.2.2), como las comillas en muchachas de hierro.

OPCIN B

Anlisis sintctico

6.3.5. El texto est formado por tres oraciones, entendiendo el tr


mino en sentido amplio, como venimos haciendo. La primera y la se
gunda estn coordinadas por la adversativa pero; la tercera es indepen
diente. Las tres son aseverativas afirmativas. La primera y la tercera
son atributivas, mientras que la segunda es un buen ejempo de pasiva
con estar y agente, introducido por la preposicin por.
O el sujeto es salario, el predicado nominal igual, a trabajo igual y
en ambos sexos son aditamentos.
O2 los puestos superiores es el sujeto paciente, por hombres el agente
y mayoritariamente un aditamento.
O4 la enseanza es el sujeto, y mixta el predicado nominal.

II

Los adjetivos

6.3.6. Este apartado se refiere a su semntica, mientras que el pr


ximo lo hace a su sintaxis. Los mantendremos separados por razones
didcticas.
Popular es un especificativo de relacin, normalmente pospuesto.
Jvenes tiene los mismos valores que el anterior.
142 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

Prolongado es especificativo descriptivo, normalmente pospuesto, al


igual que los de relacin definitivo y laboral, o igual, mientras que supe
riores, que podra ser valorativo o descriptivo, es aqu, como en el len
guaje administrativo en general, al que se refiere, un ejemplo ms de
relacin especificativo pospuesto. Tampoco activo est tomado en su
sentido valorativo figurado, sino que es una muestra ms de especifi
cativo de relacin, igual que diversas. Soldadoras v picadoras pueden
interpretarse como adjetivos de relacin que especifican a muchachas,
aunque nosotros preferiramos considerarlos sustantivos en aposicin.
6.3.6.1. Puede decirse que, de acuerdo con el carcter informativo
y objetivo del texto, predominan los adjetivos de relacin, especificati
vos, aunque destaca el hecho de que la adjetivacin es numerosa.

III

Funcin de los adjetivos

6.3.7. La inmensa mayora de los objetivos del texto (todos los reco
gidos en el prrafo anterior) tienen funcin atributiva, es decir, se re
fieren directamente al sustantivo. En dos ocasiones, adems, los adje
tivos tienen funcin predicativa, o sea, se refieren al sustantivo a travs
de un ndice verbal, que es, en ambas ocasiones, la cpula es: se trata de
es igual y es mixta.
6.3.7.1. La brevedad de la respuesta anterior impone una nota me
todolgica: esta presunta debe verse en relacin en la anterior, y dentro
del lmite fatal de los tres cuartos de hora de que dispone el alumno
para su comentario. Nosotros, naturalmente, no estamos limitados por
el tiempo, ni nos limitamos a presenta^ comentarios del tipo de los
ledos en los exmenes, porque ello no justificara este libro. Sin embar
go, en ocasiones, la limitacin de origen se debe mantener, para no
cometer el error de tomar el texto slo como pretexto (creemos que
en la enseanza de la lengua el texto acaba teniendo siempre algo de
pretexto).

IV

Modalidad, objetividad y tiempo

6.3.8. Ya anunciamos en 6.3.1 que esta pregunta estaba orientada


a la consideracin global final del texto, desde las respuestas previas.
La modalidad enunciativa es claramente perceptible en el carcter ase-
verativo de las oraciones que lo componen. (Cfr. 2.10.7 v 2.11.4.3.) La
objetividad est claramente indicada por el uso exclusivo del modo
indicativo, que no se" ha alterado ni siquiera por motivos sintcticos,
como pudiera haber sido la concordancia temporal de las subordinadas.
En cuanto a los tiempos, repetimos lo dicho en la opcin A. sobre el
uso exclusivo del tiempo del comentario por excelencia, el presente de
indicativo. Slo una precisin: el uso de estar como auxiliar de la pasiva
(que podemos aceptar convencionalmente) supone, por el carcter per-
ENTRE LA INFORMACIN, LA NARRACIN Y EL COMENTARIO 143

ceptivo de estar, que la accin es anterior al presente, aunque se exprese


en duracin hasta l, rasgo que corresponde al antepresente; por eso
puede decirse que estar equivale a haber sido (no de modo exacto e
intercambiable, necesariamente). Seguimos en los tiempos del comenta
rio, en cualquier caso.
6.3.8.1. Ahora estamos en mejores condiciones que al principio para
sealar, con todo rigor, el carcter informativo, analizante y objetivo
del texto, y su pertenencia a un gnero amplio de periodismo que po
dramos denominar el ensayo periodstico o ensayo informativo,
caracterizado por el predominio de la objetividad, expresada en el verbo
por el indicativo y en el adjetivo por la posposicin y la pertenencia
a la clase semntica de los de relacin, y del comentario, que el verbo
expresa en los tiempos correspondientes.

TEXTO 15

6.4.

Para empezar dir que nada tiene que ver la atmsfera que
voy a presentar con Gig, la clebre novela de Colette, escritora
de ciudad, campo, amores contrariados y gatitos de esos medio
idiotizados que las porteras suelen querer ms que a los seres
humanos. Voy a hablar de Chez Gig, un restaurante italiano
cuyo estilo empieza a darle una nueva fisonoma a cierta zona
del barrio Latino, y que, sin ser mejor ni peor que otros res
taurantes de los alrededores, se llena, noche a noche, rompien
do la maldicin que pareca existir sobre el local que ocupa.

Opcin A
1. Los relativos en el texto.
2. Caractersticas de la narracin en el texto, su reflejo en las formas
verbales y pronominales.
3. La aposicin y su valor en el texto.
4. Funcin en el texto de los nombres propios.

Opcin B
1. Anlisis sintctico desde Voy a hablar (ln. 5) hasta el final.
2. Tiempos verbales en el texto.
3. Los artculos en el texto.
4. Funciones del lenguaje en el texto.
6.4.0.1. Este texto nos introduce en el lenguaje literarjo, en su
faceta narrativa. Empiezan a destacar los personajes, los actuantes
(trmino que debe desterrar al galicismo actantcs, que no tiene sentido
en espaol, donde tenemos el verbo actuar y no existe el verbo actar).
144 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

La informacin que nos transmite no est en funcin de algo externo


al relato, sino del relato mismo, que va configurando tanto su propio
universo como su propio cdigo, con predominio de la funcin potica,
y con claros rasgos de la literatura.

OPCIN A

Los relativos

6.4.1. Las formas que aparecen son que y cuyo. (Cfr. 2.4.1.2, 2.12.2
y 6.1.1.) El primero aparece en: que voy a presentar como implemento
de presentar, con valor anafrico y antecedente en atmsfera; es im
plemento de querer en que las porteras suelen querer, tambin anaf
rico y con antecedente en gatitos; es sujeto de se llena en y que... se
llena, anafrico, referido a restaurante; tambin sujeto, ahora de pare
ca, en que pareca existir, y, por ltimo, implemento de ocupa en
que ocupa; en estos dos ltimos usos tiene como antecedentes respec
tivos a maldicin y local. Se usa en cinco ocasiones, como relativo com
pletamente fosilizado, a pesar de que poda haber alternado con el cual
o el que. En una ocasin, en el ejemplo gatitos de esos medio idiotiza
dos que..., acompaa como adjunto al ncleo esos, complemento deter
minativo de gatitos, a la vez que es implemento de querer, como queda
dicho.
6.4.1.1. En todos los casos, como todo relativo, adems de su fun
cin en la oracin a la que pertenece tiene funcin de nexo; pero en este
ejemplo se advierte con toda claridad la posibilidad de que toda la
oracin de relativo, como equivalente de un adjetivo, funcione como
adjunto de un ncleo: habra que analizar de esos medio idiotizados
que las porteras suelen querer ms que a los seres humanos como una
frase preposicional compuesta por un ncleo, esos, modificado por me
dio idiotizados y todo ello modificado a su vez por la proposicin de
relativo introducida por que. En todas las construcciones de este texto,
digamos por ltimo, introduce proposiciones adjetivas especificativas.
6.4.1.2. En cuanto a cuyo, contrasta la pobreza del uso de que con
la presencia de este relativo, poco frecuente en la lengua hablada. Cuyo
es un relativo que slo se emplea habitualmente como adjunto, como
modificador de un sustantivo en una fase nominal. As aparece en el
texto, donde modifica a estilo. Como cualquier otro relativo, por su
puesto, funciona como nexo entre dos oraciones.

II

La narracin

6.4.2. Lo fundamental es que se trata de una narracin en primera


persona. Dir, voy a presentar, voy a hablar son -las formas verbales
que reflejan esa narracin en primera persona. La eleccin de la per-
ENTRE LA INFORMACIN, LA NARRACIN Y EL COMENTARIO 145

frasis, en los dos ltimos ejemplos, concuerda tambin, por su carcter


ms coloquial, con la narracin en primera persona. Esta narracin da
paso al comentario, con presencia de tiempos del comentario (cfr. 2.5.1.2)
a lo largo del texto. La narracin en primera persona, en sntesis, per
mite una transicin en el uso de los tiempos, en la que favorece la
ruptura de los esquemas temporales para la narracin y el comentario,
de manera que estos tiempos se introducen en la misma, con la conse
cuencia de que se logra un mayor acercamiento al lector. Este carcter
ms coloquial incide tambin en las formas pronominales, en las que
encontramos un se indicador de impersonalidad (el narrador huye de
la atribucin a un sujeto concreto) y un le complemento de dar, en re
dundancia con a cierta zona. El efecto de contraste es notable: el autor
anuncia que ser un narrador en primera persona, para, inmediata
mente despus, introducir un comentario en tercera persona, con los tiem
pos del comentario y no los de la narracin. Las formas pronominales
que aparecen son de tercera persona, lo que crea efectos de acercamiento
y alejamiento combinados.

III

La aposicin

6.4.3. Llamamos aposicin, en sentido amplio, a la modificacin de


un substantivo por otro. En el texto los ejemplos son:
Gig, la clebre novela
Colette, escritora de ciudad
Chez Gig, un restaurante italiano.
6.4.3.1. En todos ellos hav pausa antes del substantivo en aposicin,
lo que significa que la aposicin es bimembre. Se trata de explicaciones
que se adjunta al ncleo nominal. En el texto, las tres aposiciones van
determinadas por tres procedimientos distintos, la primera por el ad
jetivo clebre y la frase prepositiva de Colette; la segunda slo por la
frase prepositiva, de ciudad, que se prolonga en una serie de elementos
coordinados: campo, amores contrariados y gatitos... humanos; y la
tercera, adems del adjetivo italiano, va especificada por la proposicin
adjetiva de cuyo. Esta especificacin, en el caso de la tercera, permite
el uso del artculo un ante el substantivo modificador.

IV

Los nombres propios

6.4.4. Destaca en el texto una serie de nombres propios, de dos


tipos: Gig y Colette son antropnimos, es decir, nombres de persona,
mientras que Chez Gig y barrio Latino son dos topnimos, o nombres
de lugar. En todos los casos se trata de nombres no espaoles, ms
precisamente, de nombres referidos al francs y al italiano, con el rasgo
comn, por tanto, de latinos.
146 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

6.4.4.1. La pregunta no va dirigida a la funcin gramatical de estos


nombres, que en el texto aparecen como aditamento (con Gig), com
plementos determinativos (de Colette, del barrio Latino), o suplemento
(hablar de Chez Gig). Se trata de saber la funcin que desempean
en la narracin, en el relato. Se produce con ello una nueva ruptura,
paralela a la que ya hemos comentado a propsito de narracin y co
mentario en 6.4.2, porque el topnimo Chez Gig sirve para designar al
primer actuante del relato, al protagonista, lo cual constituye una figura
llamada prosopopeya, es decir, atribuir cualidades de seres animados
a los inanimados y abstractos, y nos introduce claramente en un mundo
de ficcin que caracteriza la obra literaria. El resto del relato, natural
mente, puede variar esta consideracin, pero aqu operamos exclusiva
y necesariamente slo con los datos que el fragmento nos proporciona.
6.4.4.2. El nombre propio supone una individuacin, ligada a la
personificacin; en consecuencia, su aplicacin confiere un relieve a
quien lo lleva, permitiendo su ascenso hasta ocupar un puesto de pro
tagonismo.

OPCIN B

Anlisis sintctico

Voy a hablar de Chez Gig, un restaurante italiano cuyo es


tilo empieza a darle una nueva fisonoma a cierta zona del barrio
Latino, y que, sin ser mejor ni peor que otros restaurantes de los
alrededores, se llena, noche a noche, rompiendo la maldicin
que pareca existir sobre el local que ocupa.
6.4.5. El texto es excesivamente largo para permitir un anlisis
pormenorizado en el tiempo disponible en el examen de acceso a la
universidad. En otros casos hemos advertido que conviene limitarse a
expresar las relaciones entre las oraciones; pero aqu, lamentablemente,
no se ha hecho esta precisin. Procederemos, por ello, a una ordenacin
de las oraciones, para analizar luego sus elementos.
O Voy a hablar de Chez Gig, un restaurante italiano
02 cuyo estilo empieza a darle una nueva fisonoma a cierta zona
del barrio Latino
03 y que se llena noche a noche
04 rompiendo la maldicin
05 que pareca existir sobre el local
O que ocupa
O7 sin ser mejor ni peor
Os que otros restaurantes de los alrededores.
6.4.5.1. Hemos roto las normas tradicionales del anlisis, con la con
sideracin separada del gerundio en Ot, del infinitivo en O7 y de una
ENTRE LA INFORMACIN, LA NARRACIN Y EL COMENTARIO 147

suboracin sin verbo en Og. Consideraremos que esta ltima oracin


es una oracin implcita, en un tratamiento que no desea profundizar
demasiado.
6.4.5.2. Tambin tenemos que sealar que Oj es una falsa coordina
da, pues se trata de una adjetiva de relativo, lo que hace que el y prece
dente sea meramente expletivo, sin funcin de unir elementos del mismo
rango. O2, O3, O5 y 06 son oraciones de relativo, cuyo carcter hemos
analizado en 2.4.1.2 y 6.4.1. En 6.4.2 hemos sealado e sujeto de primera
persona para voy a hablar, y la condicin de futuro colonial de la per
frasis ir a + infinitivo. De las aposiciones nos ocupamos en 6.4.3.
6.4.5.3. Vale la pena destacar aqu el carcter concesivo de O7, donde
sin ser es el equivalente de aunque no sea, relacin concesiva (aunque)
con subjuntivo (sea), y valor negativo de la preposicin sin que corres
ponda al no de la correspondiente expresin verbal. En cuanto a la
oracin implcita, sin verbo, Os, esta realizacin en superficie es muy
comn en las comparativas, cuando son segundo miembro de una com
paracin cuyo verbo ya se ha expresado en la anterior, especialmente
si se trata de la cpula ser, como en este caso: la expresin explcita
sera que son otros restaurantes....
6.4.5.4. Adems de esto, se puede sealar el uso de la pasiva refle
ja impersonal en O3, se llena, y el valor de aditamento de O4, donde
el gerundio lleva un implemento, la maldicin, sirviendo toda la cons
truccin para expresar una circunstancia temporal concomitante de la
accin principal. A pesar de la pobreza de la relacin expresada por
que, sealada en 6.4.1., las relaciones sintcticas son muy complejas,
las ms complejas que hemos visto hasta ahora, en los textos estudia
dos. Este rasgo tambin permite caracterizar la obra literaria, aunque
no le sea exclusivo.
6.4.5.5. Como rasgo de sintaxis coloquial o dialectal, marginal en
relacin con la norma, tendramos el pronombre redundante le, que du
plica el complemento a cierta zona, referido a la perfrasis incoativa
empieza a dar.

II

Tiempos verbales

6.4.6. Ya hemos dicho que, a pesar de presentarse el texto como una


narracin, los tiempos verbales son lo> del comentario. Dir, voy a
presentar y voy a hablar expresan el futuro, todos los restantes son
de presente, excepto pareca, nico tiempo del mundo narrado en todo
el fragmento, y nico que se refiere al pasado. Tambin es destacable
que el aspecto verbal en todo el prrafo sea imperfectivo, es decir, que
las acciones se presenten como no terminadas.
6.4.6.1. De acuerdo con lo conocido, los prc~entes se presentan como
habituales, como en la perfrasis de hbito suelen querer, en perfrasis
incoativas, para indicar el comienzo de una situacin verbal, empieza
a dar, o, sin perfrasis, para la accin continuada, reiterativa, en se
llena. La riqueza en la expresin de los matices es, por ello, notable.
148 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

III

Los artculos

6.4.7. Podemos remitirnos a 2.8.2, 2.10.3, 6.1.1 y 6.3.4 para las consi
deraciones tericas con las que deberamos iniciar este comentario. Una
vez recordadas, lo primero que hay que sealar es el valor de actualizador
presentador del artculo un, en un restaurante italiano. En un texto en
el que predominan la situacin consabida y la generalidad (las porteras,
el barrio Latino, la maldicin, el local), resulta mucho ms llamativo
que precisamente el elemento que se va a convertir en eje del relato,
segn se nos anuncia explcitamente, sea el nico que necesite presenta
cin y, en consecuencia, el nico destacado y diferenciado del resto.
Tambin es importante la ausencia del artculo, dejando la actualizacin
slo al cuantificador de plural, en el caso de amores y gatitos, y de la
virtualidad del sustantivo, sin actualizar, en la locucin distributiva no
che a noche.
6.4.7.1. Junto a estos rasgos generales, que corresponden al uso rei
terado y comn de los artculos, destaca en el texto el empleo del actua
lizador identificador con carcter enftico, para introducir el substantivo
modificador de otro en aposicin: no es lo mismo decir clebre novela
que la clebre novela, como se dice en el texto; el artculo tiene aqu la
funcin de poner de relieve la singularidad del sustantivo. De los ele
mentos tratados como nombres propios, slo el barrio Latino lleva ar
tculo, por su carcter hbrido, donde el primer elemento, el sustantivo,
se trata como un apelativo, incluso en la grafa.

IV

Funciones del lenguaje

6.4.8. En la disposicin inicial del texto, con su empleo de la primera


persona, hay una funcin apelativa,- que se reitera en el uso de voy a
tras el punto medial, con lo cual tenemos un claro indicio de un in
ters por comprobar que el canal comunicativo est abierto, es decir,
una funcin ftica. Predomina en el texto la funcin representativa,
pues se nos transmite un contenido comunicativo, que adems es com
plejo, y rico de matices, como hemos podido precisar en los puntos
precedentes.
6.4.8.1. Esta funcin representativa nuclear sirve de soporte a las
dos funciones secundarias que se desarrollan, la metalingstica y la
potica. La funcin metalingstica se manifiesta en el uso y anlisis de
los nombres propios, incluso en la distincin formal de Gig, en cursiva,
y Chez Gig, en redonda, con la que se diferencian la novela y el restau
rante. La funcin potica se manifiesta de dos maneras: combinada con
la metalingstica .es central en el anlisis literario negativo de Co
lette y su novela. Referida exclusivamente al propio texto tiene dos pers
pectivas: la formal radica en la eleccin de nombres propios extranje-
ENTRE LA INFORMACIN, LA NARRACIN Y EL COMENTARIO 149

ros, que tuvimos ocasin de comentar, con sus peculiaridades diferen-


ciadoras. Desde el punto de vista interno, no cabe duda de que toda la
complejidad en el empleo de los procedimientos lingsticos, el cambio
de perspectiva temporal con el uso del comentario, las variadas per
frasis, el uso del aspecto imperfectivo para referirse al presente y al
pasado, y los distintos matices que presiden la seleccin de los artculos,
o la alternancia entre adjetivos y proposiciones adjetivas, no son sino
manifestaciones de una intencin esttica, de un inters por el texto
como tal, definidora de la funcin potica. Hay, en consecuencia, un
elevadsimo nmero de elementos que caracterizan este texto como li
terario, y que nos permite pasar a los dos prximos captulos, en los
que estos rasgos sern fundamentales.
Captulo

TEXTOS LITERARIOS EN PROSA

7.0.1. En el ltimo texto del captulo anterior veamos cmo la


voluntad esttica del autor intervena modificando las normales relacio
nes entre los elementos lingsticos de textos y el mensaje mismo. Em
pleaba para ello la funcin potica del lenguaje, por medio de la cual
configuraba su propio estilo, lo que nos permite, de acuerdo con Miguel
ngel Garrido, en su Introduccin a la Teora de la Literatura ', hablar de
una funcin estilstica.
7.0.2. En los textos que comentaremos ahora aparecen nuevos ele
mentos de la estructura del mensaje, como el dilogo y el monlogo
personal, al mismo tiempo que se multiplican los puntos de vista, re
partidos entre el autor o narrador y los personajes o actuantes. La
propia construccin del entramado sintctico textual tambin ofrece
peculiaridades importantes, como la presencia mucho ms frecuente del
estilo directo, la dexis mostrativa, en presencia o ad oculos mostrar
o indicar algo que el interlocutor pueda ver, la alternancia de las tres
personas, con los pronombres correspondientes, el imperativo, la mul
tiplicidad de la comunicacin lingstica, en suma.
7.0.3. Adems, la lengua literaria, aun siendo bsicamente la lengua
comn, permite a sus usuarios una serie de desvos que la caracterizan
y que obligan a introducir variantes especiales en el anlisis: pueden
ser variantes formales, como la utilizacin de la afirmacin para afirmar
(cfr. 4.2.6.), o la irona y la metfora, con subsiguientes alteraciones
del contenido, al alterarse la relacin dentro del signo, y variar los
rasgos semnticos del significado del mismo. Por ello podemos pre
guntar cules son los elementos literarios que caracterizan un texto,
por qu lo definimos como dilogo narrativo (vase, de paso, cmo
se orienta indirectamente al alumno, en la formulacin de la pregunta),
o cmo determinados elementos del nivel lxico (p. ej., eufemismos y
vulgarismos) dan un tono peculiar a un fragmento dado. Los aspectos
normativos y hasta los icnicos completan las posibilidades informativas
y didcticas de este tipo de textos.

1 Madrid, SGEL, 1975. Como introduccin al comentario estilstico-literario, nos


parece muy recomendable el captulo dedicado a El uso literario del lenguaje,
tambin de Miguel ngel Garrido, en el Curso de Lengua Espaola. Orientacin
Universitaria, de editorial Alhambra, Madrid. Cfr. tambin M. Ariza, J. Garrido y
G. Torres Nebrera, Comentario lingstico y literario de textos espaoles, Madrid,
Alhambra, 1981.

150
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 151

TEXTO 16

7.1.
Quien ms se adelant en esto fue el propio amo de la casa,
el seor don Alvaro Roldan, que era muy tentado de la risa. En
varias ocasiones, hallando a Juanita sola, la requiebro con ms
fervor que chiste y finura, y Juanita, que vea en aquel caballero
sujeto a propsito para descargar su mal humor, le responda
siempre con feroz desabrimiento o con sangrienta burla. Y como
don Alvaro ni por sas se desengaase y se atreviese un da a
dar a la muchacha una palmadita en la cara, ella le dijo:
Las manos quietas, seor don Alvaro.

Opcin A
1. Anlisis sintctico desde Y como (ln. 6) hasta el final.
2. Colocacin del adjetivo en el texto y significado.
3. Explique las diferencias de uso de los modos verbales en el texto.
4. Funcin de los relativos en el texto.

Opcin B

1. Anlisis sintctico desde En varias ocasiones (ln. 2-3) hasta sangrien


ta burla.
2. Verbos regulares e irregulares: morfemas de los regulares y tipo de
irregularidad de los irregulares.
3. Pronombres personales del texto: funcin y adecuacin a la norma.
4. Funcin de los adjetivos en el texto.

OPCIN A

Anlisis sintctico

7.1.1. Lo primero que llama la atencin en este texto es que la con


juncin copulativa y, palabra inicial del fragmento que analizamos, no
pertenece a la oracin de como, sino a la del verbo dijo. Hecha esta
advertencia, podemos indicar cules son las oraciones que encontramos:
O Y ella le dijo
02 Las manos quietas, seor don Alvaro
03 Como don Alvaro ni por sas se desengaase
O* y se atreviese un da a dar a la muchacha una palmadita en la
cara.

6. Comentarios, de Lengua Espaola


152 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

7.1.1.1. Tenemos una oracin dominante, principal, en la termi


nologa tradicional, que es O, coordinada copulativa con la anterior
(y Juanita le responda): ella es el sujeto y le el objeto indirecto de
dijo. El implemento u objeto directo de dijo es toda la oracin O2, en
estilo directo. Se trata de una oracin implcita, sin verbo expreso, con
funcin primordial conativa: los elementos presentes son el implemento
las manos y su atributo quietas, a los que sigue un vocativo cuyo ncleo
es seor, modificado por la aposicin unimembre (sin pausa medial)
especificativa don, ncleo, a su vez, modificado por Alvaro, en otra apo
sicin unimembre, tambin especificativa. Ntese la diferencia entre la
especificativa, con su efecto reforzado, seor don Alvaro, y lo que
habra sido la explicativa seor, don Alvaro.
7.1.1.2. O3 y O4 son, entre s, coordinadas copulativas, de manera que
es el nexo como, antepuesto a la primera de ellas, el indicador de 'su
condicin semntico-sintctica comn. Como introduce causales antepues
tas, que no pueden ir introducidos por que ni porque, en las que se
expresa una causa patente (cfr. 7.1.3). Las dos son aseverativas, negativa
la primera y afirmativa la segunda. El sujeto comn, explcito en la
primera, es don Alvaro. En O3 podemos interpretar se desengaase como
una pasiva refleja, cuyo agente sera por sas; sin embargo, dado el ca
rcter de locucin adverbial de por sas y la ambigedad de la relacin
expresada por la preposicin por que introduce tanto al agente como
al instrumento o causa, podemos interpretar el se formal que acom
paa a desengaase y atreviese como un se gramatical, indicador de me
dialidad, con valor semntico de afecto, en el primer caso, y de voluntad,
en el segundo. O4 tiene un carcter ms complejo, pues lleva como adita
mento un da y como suplemento toda una proposicin de infinitivo, con
dar como ncleo, a la muchacha como objeto indirecto o complemento,
una palmadita como implemento u objeto directo, y en la cara como
aditamento (aqu locativo).

II

Colocacin y semntica de los adjetivos

7.1.2. Prescindiendo de propio, que est tomado como determinante


identificador, con prdida de su condicin de calificativo relacionante
(es igual a mismo), y aparece antepuesto por ese carcter determina
tivo, tenemos en el texto una marcada tendencia a la anteposicin lite
raria, explicativa, con insistencia en uno de los rasgos semnticos propios
del sustantivo, sin intencin diferenciadora o especificadora. Esto ocurre
con mal humor, feroz desabrimiento o sangrienta burla, todos ellos va
lorativos, por evolucin semntica en el caso de los dos ltimos, vincu
lada a una figura retrica: la hiprbole o exageracin. Los dos partici
pios usados como adjetivos, en construccin predicativa, as como el
adjetivo sola, segn veremos en 7.1.8, van tras el verbo copulativo o el
trmino al que se refieren, en posicin neutra, sin destacar. Tanto las
alteraciones semnticas como el orden en que aparecen (de acuerdo con
la teora expuesta antes, cfr. 2.6.1 y 6.1.3) son caractersticas de un texto
literario con un cierto gusto por la ampulosidad. Varias est usado como
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 153

un cuasideterminativo, si no determinativo pleno, normalmente antepues


to con facilidad o exclusivamente.

III

Modos verbales

7.1.3. En el texto se usa el indicativo junto al subjuntivo, adems de


las formas no personales, infinitivo, gerundio y participio, que no pueden
considerarse propiamente modos, y de las que no nos ocuparemos aqu
(aunque del infinitivo dar lo hemos hecho en 7.1.1, del gerundio hallando
lo haremos en 7.1.5 y del participio tentado en 7.1.8; del otro participio,
quietas, nos hemos ocupado en 7.1.1 y nos ocuparemos de nuevo en 7.1.8).
El indicativo se emplea en adelant, fue, era, requiebro, vea, responda
y dijo, mientras que el subjuntivo aparece en las dos coordinadas depen
diente del nexo causal como, tal cual hemos explicado en 7.1.1.2. La
razn fundamental del empleo del subjuntivo en el texto, en consecuen
cia, es de ndole sintctica o contextual: hallarse en unas suboraciones
causales antepuestas introducidas por como, lo cual obliga al empleo del
subjuntivo, aunque la situacin descrita, como sucede en este caso, sea
real. Ntese que la conjuncin como, por s misma, no obliga al empleo
del subjuntivo, es la circunstancia doble semanto-sintctica la que as
lo exige.
7.1.3.1. Adems, es de inters aadir que el giro como + subjunti
vo -se tiene un marcado carcter literario y que, dentro de este tipo de
escritos, est dominado por connotaciones de carcter clasicista, pues
intenta calcar un tipo de contruccin temporal latino (el de cum con sub
juntivo.)

IV

Los relativos

7.1.4. En el texto se encuentra una forma quien, inicial, sin funcin


de nexo; hay tambin dos que relativos, que era y que vea, donde, ade
ms de su funcin dentro de su oracin, tienen tambin la de nexo, unien
do esta oracin con la anterior, en la que se incluye. La forma quien
tiene funcin de sujeto de se adelant, a su vez, toda la proposicin
de relativo es predicado nominal, unido por fue al sujeto el propio amo,
al cual se refiere quien, con referencia catafrica, ya que amo no es ante
cedente, sino consecuente, por ir en frase posterior a aquella en que
aparece el relativo.
7.1.4.1. Las dos formas de que tambin se refieren a persona, como
el quien recientemente tratado, con referencia anafrica, pues tanto don
Alvaro como Juanita, sus referidos respectivos, aparecen antes en el
texto. Ambos tienen la funcin de sujeto en sus respectivas oraciones,
proposiciones adjetivas ambas, de tipo explicativo, que funcionan como
adjuntos de los antecedentes, don Alvaro y Juanita.
154 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

OPCIN B

Anlisis sintctico

En varias ocasiones, hallando a Juanita sola la requiebro con


ms fervor que chiste y finura, y Juanita, que vea en aquel
caballero sujeto a propsito para descargar su mal humor, le
responda siempre con feroz desabrimiento o con sangrienta
burla.

7.1.5. No vale la pena, en este fragmento, separar las construcciones


de gerundio o infinitivo, que pueden tratarse dentro de la oracin ms
amplia a la que pertenecen. La primera de ellas, hasta finura, tiene el
mismo sujeto de las anteriores, el amo de la casa, que no se explcita;
requiebro es el ncleo del predicado, la el implemento, los otros elemen
tos son aditamentos, de los que destacaremos el que tiene como ncleo
al gerundio hallando, el cual lleva como implemento u objeto directo a
Juanita, que, por su parte, lleva un atributo o complemento predicativo,
el adjetivo sola; el aditamento con ms fervor que chiste y finura es una
construccin comparativa, de cantidad, con que como introductor del
trmino de comparacin, chiste y finura.
7.1.5.1. La segunda parte del fragmento se une a la primera por me
dio de la conjuncin y, en coordinacin copulativa. Juanita es el sujeto,
y responda el ncleo del predicado de la oracin que engloba a la de
relativo, con verbo vea, donde est incluido el infinitivo descargar:
Juanita le responda siempre con feroz desabrimiento o con sangrienta
i 7 3 4 5
burla.

1. Sujeto.
2. Complemento (objeto indirecto).
3. Ncleo del predicado.
4 y 5. Aditamentos, el segundo en coordinacin disyuntiva, con
nexo o.

7.1.5.2. La relativa tiene que como sujeto, vea como ncleo del pre
dicado, implementado por sujeto a propsito para... humor (la proposi
cin de infinitivo .es complemento determinativo de sujeto, su ncleo
del predicado es descargar, mientras que su mal humor es el implemen
to del infinitivo); en aquel caballero sera un aditamento.
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 155

II

Morfologa verbal

7.1.6. Conviene advertir que en este tipo de preguntas no se espera


que los alumnos contesten exhaustivamente (dentro de un ejercicio com
pensado, en el que respondan a todas las preguntas), sino que contesten
de modo que se vea que saben hacer el anlisis y ver las irregularidades.
Las enumeraremos esquemticamente (0 es el signo de cero):
adelant- morfema lxico; 0 vocal temtica; -- tiempo aspecto; 0 n
mero-persona.
fue, irregular con irregularidad extrema o total, con alternancia de
morfema lxico: ser, soy, fui, sido, era.
era, irregular, de ser, como el anterior.
tent- morfema lxico; -a- vocal temtica; -do participio.
hall- morfema lxico; -a- vocal temtica; -ndo gerundio.
requiebro debe entenderse como forma de un verbo regular requie-
brar (en vez de requebrar), de requiebro, y no como irregular con
diptongacin, porque la diptongacin se da en la tnica cuando es
irregular; as, pues:
requiebr- morfema lxico; 0 vocal temtica; -- tiempo-aspecto, 0 n
mero y persona.
vea, irregular, pretrito vi, viera, participio visto.
descarg- morfema lxico; -a- vocal temtica; -r infinitivo.
respond- morfema lxico; -i- vocal temtica (neutralizacin de E/I);
-a- tiempo-aspecto; 0 nmero y persona.
desenga- morfema lxico; -a- vocal temtica; se tiempo-aspecto (y
modo subjuntivo); 0 persona y nmero.
atrev- morfema lxico; -ie- vocal temtica (neutralizacin de E/I), res
to como el anterior.
dar, irregular, doy, di, diera, dado.
dijo, irregular, decir, digo, dices, dijo, dicho.

III

Los personales: funcin y adecuacin a la norma

7.1.7. Como sujeto aparece ella, en ella le dijo; la es forma de acu


sativo pronominal, objeto directo de requiebro. El dativo le es comple
mento (objeto indirecto) en sus dos ejemplos, le responda y le dijo. Se
configura as un esquema:

Sujeto ella
Dativo le
Acusativo la

incompleto porque el texto no ofrece todas las posibilidades, pero coin


cidente con la norma, a la que se adeca.
156 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

IV

Funcin de los adjetivos

7.1.8. Hemos podido sealar en 7.1.2 qu adjetivos aparecen en el


texto y cul es la relacin entre su significado y su colocacin. Tambin
hemos adelantado algo respecto a su funcin, en ciertos casos al menos.
Empecemos por los predicativos: tentado, sola y quietas. Tentado es un
participio con funcin de predicado nominal, por referirse a don Alvaro
a travs de la cpula era. Cabe la posibilidad, muy formal, de interpretar
era tentado como una pasiva y de la risa como agente de la misma; no
sera errnea esta interpretacin, que da otro matiz al texto, pero s muy
forzada. Sola y quietas son complementos predicativos referidos a los
objetos directos a Juanita y las manos, respectivamente (atributos del
implemento).
7.1.8.1. Los restantes adjetivos tienen funcin atributiva, y se unen
directamente a los sustantivos a los que modifican: propio, varias, mal,
feroz y sangrienta.

TEXTO 17

7.2.

Me arrim al quicio del portaln de esta casa, que hace mu


cha sombra... empuj para adentro, y vi que se abra... Oh, qu
gusto! Suerte como ella!... Los gitanos suelen dejarlo abierto,
sabe?... ntreme despacito, como un soplo de viento, y me fui
escabullendo, pensando que si me vean los gitanos era perdi
da... Pero no me vieron los condenados. Dorman como cestos,
y el perro se haba salido a la calle. Bendita sea la perra que
fue la causante de que saliera!... Pues seor, me fui colando por
el patio como una babosa, y para entre m deca... Pero dnde
me meto yo ahora? A quin le pido yo que me esconda?

Opcin A
1. El texto es un dilogo narrativo: qu elementos lo caracterizan.
2. Funcin expresiva, conativa y ftica, en el texto.
3. Anlisis sintctico desde ntreme despacito (ln. 4) hasta era perdi
da (ln. 5).
4. Perfrasis verbales y tiempos hasta condenados (ln. 6).

Opcin B
1. Clasificacin de las oraciones, segn su modalidad (enunciativa...),
desde el principio hksta Sabe? (ln. 4).
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 157

2. Funciones de los pronombres de primera persona en el texto.


3. Elementos literarios en el texto.
4. Las preposiciones en el texto: su valor.

OPCIN A

El dilogo narrativo

7.2.1. Hemos definido el texto como un dilogo narrativo porque en


l se nos presenta una narracin contada por un personaje a un interlo
cutor o un grupo de interlocutores. La existencia del dilogo supone que
tenemos un yo y un t. El yo es, por tanto, el primer elemento configu-
rador de un texto dialogado; pero tambin puede serlo de una narra
cin en primera persona. Para comprobar que se trata efectivamente del
dilogo que se indica debemos buscar el t, o su correspondiente plural,
el vosotros y, en el caso de que no aparezcan, ver si hay otros elementos
textuales, como puede ser la presencia de la funcin conativa o apelativa,
o de la funcin ftica, que nos indiquen que, efectivamente, el hablante
se dirige a un interlocutor y hay, por ello, dilogo.
7.2.1.1. No tenemos que suponer que el pues seor implique, ne
cesariamente, que la protagonista se dirija a un seor; puede tratarse
de una exclamacin, sin ms. El valor de esta exclamacin hemos de
verlo en 7.2.2. Ahora nos cabe sealar que sabemos que se trata de una
protagonista porque nos dice de s misma era perdida, en femenino.
Hay un ndice lxico indudable de la presencia del interlocutor, el Sabe?
que viene tras las dos primeras exclamaciones: se nos informa con l
de dos cosas, de que se trata de un interlocutor, cuyo sexo no se aclara,
y de que es persona de respeto, a la que se trata de usted. Podemos su
poner esto, adems, por la ignorancia que esta persona ha de tener, a
juicio de la protagonista, sobre la costumbre de los gitanos de dejar
abierta la puerta de la casa, costumbre que ella, en cambio, conoce muy
bien, pues nos dice suelen.
7.2.1.2. Con lo anterior basta para demostrar que se trata de un di
logo. Qudanos decir qu elementos lo configuran como narrativo. La
respuesta est en los tiempos del verbo que emplea la protagonista: se
trata de tiempos del mundo narrado, con los que se van entremezclando
exclamaciones y comentarios que entrecortan y retienen la narracin; la
estructura bsica se compone de tiempos de la narracin, como veremos
en 7.2.4, de modo que el fragmento perdera todo su sentido si suprimi
ramos esas frases, mientras que los tiempos del comentario o las excla
maciones podran suprimirse sin hacer perder el hilo del relato. Hay que
decir, por ltimo, que las dos oraciones finales, entrecomilladas, desde
Pero hasta el final, reflejan un tipo especial de dilogo, el monlogo
interior, con el cual el protagonista exterioriza sus pensamientos, de for
ma ms viva y dramtica que la registrada por el llamado narrador om-
158 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

nisciente, conocedor de todo aquello que sus personajes piensan, y repe


tidor de lo mismo al lector.

II

Funciones del lenguaje

7.2.2. A pesar de que el texto est construido con la intencin de


transmitir un contenido (funcin representativa) y de hacerlo de acuer
do con ciertos cnones literarios (funcin potica), resaltan otras fun
ciones ms abiertamente expresadas: la expresiva, la conativa y la fti
ca. (Cfr. 2.10.8, 4.2.2 y 6.4.8.)
7.2.2.1. La funcin expresiva, de relacin del mensaje con el emisor,
tambin llamada emotiva, aparece de modo muy marcado en las excla
maciones, que no van dirigidas a ningn interlocutor, como Oh, qu
gusto! Suerte como ella! Bendita sea la perra...! hasta las interroga
ciones del monlogo interior, Pero dnde...? hasta el final, en las
cuales la protagonista no pide a ningn receptor externo a s misma que
le d una respuesta. Fuera de ellas, tambin se manifiesta, menos mar
cadamente, en la eleccin de eptetos, como condenados, o de expresio
nes: dorman como cestos. Tambin funciona, de algn modo, expre
sivamente, la exclamacin suave pues seor, aunque no creemos que
sea sa su funcin principal.
7.2.2.2. Puesto que la funcin conativa se ocupa del receptor y la
ftica del contacto, nada tiene de extrao que ambas se combinen. La
expresin ms clara de la funcin apelativa o conativa es la que nos per
mite saber quin es el interlocutor, como veamos antes, es decir, la de
la interrogacin Sabe?. Al mismo tiempo, es necesario indicar que
quien habla no tiene mucho inters por la respuesta de ese interlocutor,
pues sigue su narracin sin importarle si ste sabe o no, con lo que la
pregunta pasa al rango de interrogacin retrica, cuya respuesta no es
necesaria, y en cuyo caso, tambin, lo ms importante no sera la rela
cin con el interlocutor, sino el contacto en s mismo, es decir, la fun
cin ftica. Esta funcin se expresa, grficamente, por los puntos sus
pensivos que interrumpen el fragmento, y que estn ah con la exclusiva
misin de informarnos de que la charla sigue, y la interrupcin es slo
pasajera. (Podemos adivinar con ellos que el personaje que habla es pre
sa de gran excitacin.) El pues seor entra tambin en estas manifes
taciones de la funcin ftica: no desvela quin sea el interlocutor, slo
sirve para tomar contacto de nuevo, tras la pausa inmediatamente pre
cedente.
7.2.2.3. Tambin los elementos morfolgicos pueden tener una fun
cin peculiar, y expresar con claridad una de las funciones del lenguaje:
el despacito de ntreme despacito no es neutro, est usado con la in
tencin de captar la simpata del interlocutor, en una funcin claramente
conativa, sin que ello impida, subsidiariamente, la manifestacin de la
emotividad del personaje: el contexto, empero, nos indica que la prota
gonista debe justificar su presencia en esta casa, y que el diminutivo
tiende a insistir en su situacin desvalida. Un valor similar podra tener
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 159

la construccin redundante de objeto indirecto, a quien le, en la lti


ma interrogacin.

III

Anlisis sintctico

7.2.3. La parte seleccionada para el anlisis sintctico es breve, lo


que no le impide tener bastante inters, por ello la descompondremos
minuciosamente:

O ntreme despacito
02 como un soplo de viento
03 y me fui escabullendo
04 pensando
Os que era perdida
06 si me vean los gitanos.

7.2.3.1. Todas las oraciones del texto son aseverativas afirmativas.


La primera y la tercera tienen en comn el uso del me: se trata de un
reflexivo formal, un falso objeto directo, puesto que no implementa al
verbo, sino que tiene un valor gramatical, que puede ser el incoativo
(comienzo de accin), o el de movimiento (incluso durativo), pero que,
en todo caso, corresponde a un uso con verbos que significan vida exte
rior. Obsrvese la diferencia con el me de 06 que es el implemento de
vean y se convierte en su sujeto en caso de pasivizacin (si yo era
vista por ellos).
7.2.3.2. Otro rasgo por resaltar es que del gerundio pensando, cuya
funcin es la de aditamento referido a las coordinadas O y O3, dependen
Os y O, que constituyen un perodo condicional, cuya condicionante es
O (prtasis) y cuya condicionada (apdosis) es Os: ambas constituyen
tambin el implemento (objeto directo) del gerundio, por lo que su es
tructura comn es la de una completiva, introducida por que. Os nos
ofrece un uso arcaizante de era perdida, correspondiente al soy perdido,
donde ser ocupa el lugar que ahora tendra estar. La locucin se ha man
tenido, con su total ambigedad entre copulativa-atributiva, con perdida
de predicado nominal, y pasiva, con ser en el papel de auxiliar de perder.
El sujeto de 06, digamos por ltimo, es los gitanos.
7.2.3.3. En O2 tenemos un caso de oracin implcita, en la que falta
el ncleo del predicado, borrado cuando coincide con el de la oracin
anterior, en la estructura de la comparativa (con un matiz modal): tan
despacio como entra un soplo de viento. En O falta el antecedente tan
y en O2 no se repite el verbo entrar. Se trata de una comparativa de
igualdad, cuantitativa. El diminutivo despacito, aditamento en O, lleva
consigo la idea del primer elemento de la comparacin.
160 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

IV

Morfologa verbal

7.2.4. Este apartado se dedica a exponer las perfrasis verbales y los


tiempos, como refuerzo de la caracterizacin de dilogo y narracin que
dimos en 7.2.1. Tenemos formas simples en pretrito en arrim, empuj,
vi, entr y vieron, en copretrito en abra y vean, y en presente en hace
y sabe. Hay varias perfrasis; dos de pasado, me fui escabullendo com
bina el pretrito con el gerundio, mientras que era perdida constituye
un caso especial, al que nos hemos referido ya en 7.2.3.2. Perfrasis de
presente es suelen dejar.
7.2.4.1. El anlisis rpido de las formas verbales arroja en total nue
ve, que corresponden al mundo narrado, y tres, que lo hacen al mundo
comentado, lo cual confirma la afirmacin inicial de este comentario,
en el sentido de que el texto es aparentemente un dilogo, dentro del
cual se esconde una narracin.

OPCIN B

Clasificacin de las oraciones

7.2.5. La pregunta nos pide que el criterio de esta clasificacin sea


la modalidad. Tenemos ejemplos de tres tipos de ella: la aseverativa
afirmativa, dentro del esquema enunciativo, la exclamativa y la inte
rrogativa. Son aseverativas: Me arrim al quicio del portaln de esta
casa, que hace mucha sombra, empuj para dentro, y vi que se
abra, as como Los gitanos suelen dejarlo abierto. Las dos exclama
tivas son oraciones implcitas, sin ncleo del predicado, sin verbo, Oh,
qu gusto! y Suerte como ella!. La interrogativa, por ltimo, es
Sabe?. La ortografa, en este caso, constituye un auxiliar suficiente
para la clasificacin, al tratarse, en todos los casos, de exclamaciones
e interrogaciones directas, reproduccin textual de las palabras de la
protagonista.

II

Pronombres de primera persona: funcin

7.2.6. Ya tuvimos ocasin de comentar, en 7.2.3.1., algunas de estas


funciones. Empecemos ahora por la de sujeto, que corresponde a la
forma vo, dos veces expresa, sujeto de meto y pido, respectivamente,
y las dos veces pospuesta, por tratarse de una interrogacin. La otra
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 161

forma tnica es m, que se usa como trmino de preposicin en el sin


tagma nominal para entre m, en el cual destaca la acumulacin de dos
preposiciones, rasgo vulgar, contra la norma.
7.2.6.1. La forma ms usada en el texto es la tona me, que puede
ser implemento (objeto directo), complemento (objeto indirecto) o bien
un reflexivo formal o gramatical, es decir, un falso objeto. Tenemos
ejemplos de me como reflexivo formal en me arrim, ntreme, me fui,
repetido, y me meto, en construccin de vida exterior y de movimiento,
en todos los casos. De me como implemento tenemos me vean, me
vieron y me esconda. No hay ejemplos de me con funcin de comple
mento.

III

Elementos literarios

7.2.7. El primer elemento literario del texto es la presencia de una


protagonista, que acta como narradora en primera persona, por el
ardid de incluir la narracin en un dilogo. Con ello se consigue una
triple distribucin del tiempo: el de la narracin, es decir, cuando ocu
rrieron los hechos narrados, el de la conversacin en la que esos hechos
se cuentan, y el del lector; se logra con ello aproximar al lector al di
logo, alejando los hechos que se cuentan en la parte narrativa. La pro-
tagonsta encargada de todo ello es descrita indirectamente en el texto,
por su propio estilo, que la diferencia: se trata de una persona que
emplea un lenguaje con rasgos exteriores a la norma,^como la duplica
cin por un pronombre, la acumulacin de preposiciones; pero que, al
mismo tiempo, tiene remedos arcaizantes, a veces propios de su habla,
como en era perdida y otras veces achacables al autor de la obra lite
raria, como sucede en ntreme, con posposicin del pronombre tono
para evitar iniciar con l frase tras pausa.
7.2.7.1. Se nos describe adems la situacin como una peripecia
dramtica, es decir, como en una representacin de la vida: exclamacio
nes, interrogaciones, incluidas la retrica y la del monlogo interior
de la protagonista, entrecortamiento (puntos suspensivos), oraciones im
plcitas, abundancia de elementos sobreentendidos, como hemos ido se
alando en las respuestas anteriores, lo que nos exime de hacerlo aqu.
La reiteracin de la forma me marca una clarsima insistencia en la
afectacin de la protagonista, las funciones del lenguaje sealadas en
7.2.2 son otra muestra de ello.
7.2.7.2. En el relato tenemos un primer actuante, la protagonista, y
un segundo, que suponemos por las indicaciones que nos da el texto
sobre el interlocutor. Los gitanos y el perro aparecen como meros cir
cunstantes, pues no intervienen en la accin. Se trata del conocido es
quema del obstculo salvado para encontrar refugio en una situacin
desesperada. (Advirtamos que slo se juzga a partir del fragmento, sin
preocuparnos ahora por el resto de la obra, de la que suponemos que
el texto para comentar es slo una parte.)
7.2.7.3. Formalmente se debe sealar que la reiteracin del me es
una manifestacin de recursividad. La alternancia entre esquemas to-
162 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

nales enunciativos, interrogativos y exclamativos, puesta de manifiesto


en 7.2.5, es un factor rtmico, que se debe combinar con las interrup
ciones que sealan los puntos suspensivos.
7.2.7.4. En el apartado de figuras retricas destacan la comparacin
y la hiprbole. En la construccin es notable el hiprbaton, es decir,
la alteracin del orden normal sintctico. La comparacin es ms pro
saica que la metfora, y pide menos esfuerzo imaginativo del lector;
el texto la prodiga: como un soplo de viento, como cestos, como una
babosa. Se trata de comparaciones hiperblicas, desmesuradas en rela
cin con la realidad de la accin que lleva a cabo la protagonista. En
las figuras de pensamiento, como alocuciones tenemos los apostrofes
exclamativos, y como preguntas la interrogacin retrica y el monlogo
final, con predominio de las afectivas sobre las semnticas.
7.2.7.5. Desde el punto de vista de la dialctica retrica, todo el
texto no es sino una conciliacin y una preparacin para captarse la
benevolencia y obtener la ayuda del interlocutor. Este es el sentido de
la funcin conativa, del diminutivo, de la presentacin hiperblica de
la realidad, que llega al nfasis. Al mismo tiempo se caracteriza a un
personaje que incurre en solecismos, arcasmos, acumulaciones e hipr-
batos, preferentemente del sujeto, incluso fuera del esquema interroga
tivo, donde es ms fcilmente explicable.

IV

Las preposiciones

7.2.8. Uno de los solecismos de la protagonista es su mal uso de


las preposiciones, en el caso de la duplicacin para entre, ya sealada.
El fragmento no es especialmente rico en usos preposicionales: la ma
yor parte de ellas tienen un valor de direccin predominante: al quicio,
para (= hacia) adentro (otro solecismo), a la calle, para entre m, in
cluso cuando son imprescindibles, como ante el complemento en a quin.
El valor de lugar, ahora por donde, se da tambin en por el patio, con
lo cual se constituye en el caracterstico. La preposicin de aparece en
tres ocasiones: del portaln, de est casa, en las cuales expresa una
relacin de vinculacin fsica, de pertenencia real o efectiva, y de que
saliera, donde expresa una relacin lgica, objetiva, con la peculiaridad
sintctica de que introduce toda una proposicin completiva, que sa
liera, como modificador de causante (equivalente, en un nivel ms pro
fundo, de 'que caus').

TEXTO 18

7.3.

Y el sereno y otros hombres... que dnde me habra metido,


que por aqu, que por all... y que me buscaran para llevarme
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 163

a la Galera y al patbulo... Yo que o esto contro! me voy co


rriendo, escurriendo, pegadita a la pared, buscando la sombra,
hasta que me entr por esta calle de las Amazonas sin que
nadie me viera. Toda la gente all, y por aqu ni una rata. Yo
iba preguntando a qu santo me encomendara, y buscaba un
agujero donde meterme, aunque fueran los de la alcantarilla.
Pero no caba, por mucho que me estirara no caba, Seor...!
Y dolindome el brazo, y soltando sangre de la herida!, mal ajo!

Opcin A

1. Anlisis sintctico desde el principio hasta patbulo (ln. 3).


2. Nivel lxico: eufemismos y vulgarismos.
3. Los adverbios en el texto.
4. Formas del subjuntivo en el texto: su valor.

Opcin B

1. Funciones del lenguaje en el texto, desde Pero no caba (ln. 9).


2. Funciones del gerundio en el texto.
3. El texto es un dilogo narrativo: qu elementos lo caracterizan.
4. Funciones de los pronombres de primera persona en el texto.

OPCIN A

Anlisis sintctico

7.3.1. La peculiaridad sintctica del fragmento seleccionado es, sin


duda, el gran nmero de oraciones implcitas, es decir, que en su estruc-
tra patente o superficial no tienen un verbo que exprese el ncleo del
predicado. Es cierto que los puntos suspensivos son una clara indica
cin grfica de que algo se ha suprimido en la redaccin, y no lo es
menos que los lectores pueden fcilmente suplir los elementos verbales
que faltan.
7.3.1.1. El prrafo empieza por la conjuncin copulativa Y, que lo
coordina, aparentemente, con otro anterior. El sereno y otros hombres
es el sujeto de un verbo no expreso, que hemos de suponer de los
llamados performativos, como 'decir', 'gritar', 'exclamar' y similares,
porque las proposiciones siguientes van introducidas por* la partcula
completiva que, y funcionan como implementos de esta primera, es
decir, son completivas de objeto directo.
7.3.1.2. Que dnde me habra metido es completiva, como hemos
14 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

dicho, e interrogativa indirecta2, como se marca, ortogrficamente, con


el acento del interrogativo relativo dnde. El me es un reflexivo formal,
falso objeto, como veremos en 7.3.8.
7.3.1.3. Que por aqu, que por all son dos completivas tambin
de tipo implcito, aunque el verbo se ha borrado en esta ocasin por el
de la primera proposicin completiva, es decir, me habra metido:
no se repite, por ser perfectamente comprensible la estructura sin nece
sidad de hacerlo patente. Por aqu y por all tienen funcin de adita
mento.
7.3.1.4. La ltima completiva, coordinada copulativa (y) con las an
teriores, tiene me como implemento e incluye una proposicin de infi
nitivo, final, cuyo ncleo es llevar, implementado por me, y con a la
Galera, etc., como aditamento. Se trata de dos construcciones transi
tivas, en suma.
7.3.1.5. Esta abundancia de construcciones implcitas trata de repre
sentar el habla ordinaria, con sus pausas, sus incoherencias y sus rup
turas de perodo, a la vez que caracteriza la situacin de un personaje
como de nerviosismo e inquietud.

II

Eufemismos y vulgarismos

7.3.2. En el nivel lxico se completa la caracterizacin del personaje


a la que aludamos en el prrafo anterior. La protagonista (es una
/nujer porque dice de s misma pegadita) tiene una expresin entre
comada y desgarrada. Pese a ello, en el fragmento no se observan unos
vulga-ismos muy marcados: sintcticamente habra que sealar la ca
rencia de verbos, que vimos en el anterior anlisis, la reiteracin de la
cpula y, o de la conjuncin completiva que, y la vaguedad de los dec-
ticos por aqu, por all. En el nivel lxico es vulgar o rstico (y arcai
zante) el uso de entr en construccin pronominal; me entr, en vez
de me met o entr, y tambin la comparacin estereotipada como
una rata.
7.3.2.1. Los eufemismos son palabras o expresiones que sustituyen
a otras que no se pueden decir o, sobre todo, escribir, porque sobre
ellas existe una prohibicin tcita, un tab social. Por regla general
se trata de trminos que no significan nada, y que guardan un parecido
fontico y rtmico con las palabras nefandas que sustituyen. En el texto
aparecen dos: contro y mal ajo. No debemos suponer que el escritor
quiera decir que la protagonista dijo esos eufemismos; hay un acuerdo
social por el que el escritor y el lector se entienden, como si mediara
un guio de complicidad entre ambos. Cualquier hispanohablante en
tiende sin dificultad qu dijo realmente la protagonista. Esta conven
cin nos informa tambin sobre el carcter literario del relato, pues en
l es donde se guardan estas convenciones, y nos dice tambin que se

2 Cfr. Ignacio Bosque, Sobre la interrogativa indirecta, DICENDA. Cuadernos


de Filologa Hispnica, Madrid, ed. Universidad Complutense, I, 1982, pp. 13-34.
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 165

trata de un texto no demasiado moderno, ya que la novela actual no


respeta estos tabes, inofensivos, por otra parte.

III

Los adverbios

7.3.3. Debe entenderse que para la caracterizacin de los adverbios


remitimos a 2.11.4, donde nos ocupamos de ellos. Nos corresponde aqu
hacer una clasificacin de los que aparecen, tras su identificacin. Con
sideramos que los adverbios se dividen en dos grandes grupos, concep
tuales y pronominales. De los conceptuales, tenemos por dos veces el
adverbio no, que pertenece a la clase de los que afectan directamente
a la oracin (como indicadores de modalidad); conceptual de cantidad
es mucho, mientras que el resto de los adverbios del texto son prono
minales.
7.3.3.1. Dentro de los pronominales, tenemos una buena represen
tacin de varios subgrupos. Dnde, con acento, es interrogativo-exclama-
tivo, mientras que donde, sin acento, es relativo de lugar. Aqu, all y
all son demostrativos de lugar.

IV

El subjuntivo

7.3.4. En dos ocasiones anteriores, 2.7.4 y 6.2.3, nos hemos referido


al subjuntivo con algn detalle. Debe suponerse, una vez ms, que nos
remitimos a esos puntos para no repetir la teora introductoria y que,
en consecuencia, slo nos ocuparemos ahora de las tres formas con
cretas que aparecen en el fragmento que analizamos. Se trata de viera,
fueran y estirara. En los tres casos nos las habernos con pretritos de
subjuntivo en -ra.
7.3.4.1. En los dos primeros casos el uso del subjuntivo est deter
minado sintcticamente, sin impone a la completiva que me viera el
modo subjuntivo3. Esta preposicin puede sustituir al adverbio no y,
en construcciones oracionales, equivale a y no, siempre que se hable
de la misma actividad; mientras que y no ira seguida del pretrito
vieron, la completiva negada por sin expresa el incumplimiento de la
situacin verbal de ver en subjuntivo. En aunque fueran se trata de una
concesiva, en relacin, dentro del perodo concesivo (expresin de con
dicin inoperante), con el copretrito buscaba. La concordancia tempo
ral y el hecho de que la construccin se refiera al pasado, siendo por
ello inoperante por definicin, al no haberse cumplido ya, imponen el
subjuntivo. Recurdese que las concesivas se diferencian netamente de
las adversativas en que las segundas no pueden llevar verbo en subjun
tivo, mientras que las primeras s.
3 Cfr. Ignacio Bosque, La preposicin sin, Lingstica Hispnica (Kansai,
Japn), 3, 1980, pp. 71-85.
16 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

u't*?' En por mucho aue me estirara, en cambio, hay una opcin


del hablante, poda haber dicho, perfectamente, por mucho que me
estir no cupe. Al emplear el subjuntivo se introduce un factor de
subjetividad, que nos aparta de la consideracin de la accin como real
o no, para situarnos en la apreciacin de la persona que la narra, con
vertida en eje del relato. La dimensin virtual o esencial de 'estirar' se
acrecienta desde la perspectiva del subjuntivo.

OPCIN B

Funciones del lenguaje

7.3.5. Hemos seleccionado una parte de este texto para hacer ver
cmo las funciones del lenguaje pueden facilitarnos tambin alguna
informacin extratextual, que necesitaremos en 7.3.7. (Para las bases
tericas, cfr. 2.10.8, 4.2.2, 6.4.8 y 7.2.2.) Hemos seleccionado tres exclama
ciones. La ltima, mal ajo!, tiene una funcin puramente expresiva
o emotiva. Las otras tienen un contenido y son, por ello, representativas
o referenciales, carcter que no es en ellas el fundamental, sin embargo.
La primera exclamacin, adems de tener una funcin representativa,
de transmisin de un mensaje, tiene una funcin, ms destacada, de
relacin de ese mensaje con el emisor, lo cual corresponde a la funcin
expresiva o emotiva. La segunda, en cambio, Y dolindome...!, tiene,
en primer lugar, una funcin ftica, expresada por los puntos suspen
sivos y el y, lo cual nos indica que hay un contacto que se quiere man
tener, y luego, sobre la funcin emotiva, que indudablemente perma
nece, una funcin conativa: se quiere relacionar el mensaje con el recep
tor, al que se apela; se busca la simpata del receptor, mediante la
insistencia en los detalles, el dolor y la sangre, que pueden mover su
piedad.

II

El gerundio

7.3.6. Esta forma nominal tiene en espaol una gran cantidad de


valores y algunas dificultades de construccin, desde el punto de vista
de la norma. Su funcin sintctica es la de aditamento, y as aparece
en el texto. A partir de ella puede encontrarse dentro de construcciones
fijas, en perfrasis, del tipo estar + gerundio, o ir + gerundio. Esta se
gunda construccin es la que predomina en todo el texto: voy corriendo,
escurriendo, buscando, iba preguntando, donde vemos, por un lado',
cmo se combina el valor imperfectivo del gerundio, expresin de ac
cin en su duracin, con el carcter imperfectivo del auxiliar ir, en los
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 167

tiempos presente, voy, y copretrito, iba. A esos valores temporales hay


que aadir que el gerundio suele expresar una circunstancia concomi
tante y, por ello, tiene parcialmente un valor modal. Este valor aparece
ms claro en los ejemplos dolindome y soltando, que forman parte de
una oracin implcita, en la que no est expreso el verbo, el cual puede
suplirse por cualquier verbo de estado, cuya funcin sera la de auxiliar
de los gerundios; al expresarse slo stos nos encontramos con una
insistencia en el carcter durativo de las situaciones verbales de doler
y soltar sangre, muy adecuadas para la funcin predominante conati
va que hemos sealado en el prrafo anterior.

III

El dilogo narrativo

7.3.7. Al comentar el texto anterior, en 7.2.1, sealamos las carac


tersticas que, en general, configuran un texto como dilogo y narracin
simultneamente. En este caso, para la determinacin del dilogo nos
falta la referencia directa al interlocutor: no hay un t, ni equivalentes.
Los decticos nos proporcionan, sin embargo, suficiente informacin
complementaria: el esta de esta calle o el aqu de por aqu ni una
rata, en contraposicin a los all y all referidos al teatro de los acon
tecimientos, son ndice bastante de que hay un interlocutor, al que la
protagonista le cuenta lo que pasa; no se trata de un simple monlogo
dialogado. Es evidente que el Seor de las exclamaciones finales no se
dirige a ese interlocutor, sino que es puramente exclamativo, y no nos
ayuda en nuestra pesquisa; ahora bien, ya hemos sealado cmo en la
penltima exclamacin predomina una funcin conativa, que trata de
mover a compasin precisamente a ese interlocutor que no se mani
fiesta.
7.3.7.1. La alternancia entre los tiempos del comentario, que corres
ponden al dilogo, y los de la narracin, no es tan clara como en el
texto anterior, debido a que, al haber gran nmero de oraciones impl
citas, sin verbo, nos faltan precisamente esas formas c'aracterizadoras.
Sin embargo, junto a los tiempos narrativos, como el pretrito y copre
trito, o los pospretritos como buscaran, y antepospretritos, como
habra metido, que permite matizar perfectamente el tiempo del mundo
narrado, ante la escasez que no ausencia, cfr. voy de los tiempos del
mundo comentado (cfr. 2.5.1.2 y 3.2.4), tenemos la evidencia de esas
formas de gerundio especialmente en la exclamacin final que su
ponen una referencia indudable a una accin que se contempla hasta el
presente, o en el mismo presente, y que se sita en la rbita del comen
tario. La narracin, en suma, predomina, pero no como lejana y obje
tiva, sino como un hecho con incidencia inmediata en el nimo del inter
locutor. Esa narracin, por otra parte, arranca de un narrador en pri
mera persona, de un yo, elemento inicial del dilogo, cuya expresin
lingstica analizaremos en la pregunta siguiente.
168 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

IV

Pronombres de primera persona

7.3.8. Desde el hecho conocido de la narracin en primera persona,


catalogaremos ahora las distintas funciones de los pronombres que se
refieren a la misma. La forma tnica yo aparece en su papel de sujeto
en dos ocasiones, de modo explcito, yo ...me voy, yo iba. No aparece la
forma tnica, trmino de preposicin, m.
7.3.8.1. La forma tona me, que puede ser implemento, comple
mento o reflexivo formal, falso objeto, aparece numerosas veces en el
texto. En me buscaran, llevarme, me viera, se trata de un implemento,
un objeto directo. En dolindome el brazo tenemos un tipo especial de
complemento (en este caso tal vez no un equivalente exacto de un objeto
indirecto): se trata del llamado dativo simpattico o posesivo, porque
equivale a un posesivo, mi brazo. En el resto del prrafo tenemos
reflexivos formales o gramaticales, es decir, falsos objetos. Podemos,
tal vez, admitir para me encomendara un valor propiamente reflexivo,
aunque discutible. En el resto, se trata de construcciones cuasi-reflejas,
de las que me habra metido, me voy, me entr, meterme o me estirara
son reflexivos de vida exterior, de movimiento.

TEXTO 19

7.4.

Pues ver usted... le tir con la navaja en semejante parte,


y en semejante otra, con perdn, y si no me desapartan, la
mecho... La mitad del pelo de ella me lo traje entre las uas,
y estos dos dedos se los met en un ojo... Total, que me la
quitaron; y quisieron asujetarme; pero yo, braceando como una
leona, me zaf, tir el cuchillo, y sal a la calle, y de una carre-
rita, antes que pudieran seguirme fui a parar a la calle del
pen. Luego volv pasito a paso..., o ruido de voces..., me
agazap. La Roma y Virginia chillaban, y la ta Gerundia de
ca: Ha sido Andar, ha sido Andar...

Opcin A
1. Nivel lxico: eufemismos y vulgarismos.
2. Valor de los tiempos verbales en el texto: cmo lo caracterizan.
3. Funciones de los pronombres de primera y segunda persona, en el
texto.
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 169

Opcin B
1. Rasgos del habla coloquial en el texto.
2. Coordinacin y yuxtaposicin en el texto.
3. Funciones de los pronombres de tercera persona, en el texto.

OPCIN A

Nivel lxico: eufemismos y vulgarismos

7.4.1. Los vulgarismos lxicos aparecen ms claros en este texto que


en el anterior (cfr. 7.3.2), hasta el punto de que el propio autor nos indi
ca mediante la cursiva el carcter anormal de uno de ellos: desapartan.
Podemos considerar dos tipos de vulgarismos, los que se separan de la
norma y los que corresponden a expresiones vulgares, desde el punto de
vista sociolgico, es decir, a los niveles de menor capacidad econmica
dentro de la sociedad, o a las clases y grupos marginados. En el primer
grupo tendramos el desapartan citado, por 'separan' o 'apartan', y asu-
jetarme por 'sujetarme', que tienen en comn el refuerzo mediante un
prefijo de una de las formas posibles en la norma. El uso de ta para
persona de edad, independientemente del parentesco, tambin es vulgar,
como lo es, en otro plano, el del artculo ante ese mismo sustantivo, la
ta, el de apodos, como la Roma, y el de artculo ante ese apodo. En
cuanto a las expresiones vulgares, podemos considerar dentro de ellas
la forma la mecho, pues el verbo mechar no se usa normalmente como
sinnimo de acuchillar a una persona. Zafarse, por 'soltarse' o 'escapar
se', amn de ser un arcasmo y de estar bastante extendido, no puede
considerarse voz de uso general.
7.4.1.1. Los eufemismos en el texto son de tipo mostrativo, no lxi
co: en semejante parte, y en semejante oir; se hace preciso recurrir a
la acotacin que nos proporciona la frmula con perdn para suponer
que esas partes no son nombrables entre personas de buenas maneras,
al menos segn la narradora, en lo cual podemos ver una indicacin del
autor para hacernos notar que esas expresiones eufemsticas iran acom
paadas del gesto que sealara la parte o partes concretas.

II

Los tiempos verbales

7.4.2. Nos hemos referido numerosas veces a los tiempos verbales


en los
iub comentarios
cuincmcunjs que anteceden
ameceuen (especialmente
^especiamenie en 2.2.1,
z.z.i, 2.5.1,
z.3.1, 2.7.4,
z.7.4,
0.4 2.12.3
2.10.4, 2.12.3 V 3.2 ^ y
y 3.2.4, xr a
su
e" morfologa
mr\yr*Af\ewii en
an 6.2.6).
A O A\ Sabemos
CnV.Aw.A ^.^._n_4.___
perfectamente x^
podemos notar si la accin se presenta como terminada (as-
que en ellos podei
170 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

pecto perfectivo o no (aspecto imperfectivo)' y si se refieren al mundo


comentado o al mundo narrado, adems de cmo siten la propia situa
cin verbal en el eje temporal.
7.4.2.1. El texto se compone de una narracin bsica, en la que apa
recen los pretritos tir, traje, met, quitaron, quisieron, zaf, tir, sal,
fui, volv, o, agazap, todos ellos indicadores de accin terminada en el
pasado, y los copretritos chillaban y decan, pasados imperfectivos am
bos. Estos son los tiempos de la narracin, dominantes en el texto, como
se ve.
7.4.2.2. Junto a ellos aparecen los tiempos del comentario, por un
lado el futuro ver, ligado al interlocutor por el usted explcito, que nos
asegura que se trata de un dilogo; por otro lado tenemos los presentes
desapartan y mecho, que se emplean en una condicional que se presenta
como real en el pasado, atrados al presente por la posibilidad que tiene
este tiempo verbal de extender su empleo a cualquier tiempo morfol
gico, presentado como imperfectivo a pesar de que la accin se des
arrollara en el pasado y estuviera acabada en la realidad para comple
tar la sensacin de proximidad de los hechos. Es un comentario en el
interior de la lnea narrativa. Por ltimo, el antepresente ha sido, reite
rado en una frase en discurso directo (en boca de la ta Gerundia), re
produce un comentario de sta, referido a una accin pasada vista desde
el presente y con repercusin en ste. Debe notarse que la presentacin
de la accin como acabada depende del valor semntico de ser, y no del
tiempo verbal: el antepresente no tiene, necesariamente, aspecto perfec
tivo, ya que le corresponde la modificacin secundaria de anterioridad
y n la primaria de aspecto. En el esquema podemos ver la divisin
entre modificadores primarios y secundarios.

Modificadores primarios Modificadores secundarios

I
Prosecucin Anterioridad Duracin
M
p ha hablado est hablando
P No-pasado habla ha estado hablando
R
F habr hablado estar hablando
hablar
E habr estado hablando
C
haba hablado estaba hablando
T Pasado hablaba
haba estado hablando
I
V habra hablado estara hablando
hablara
O habra estado hablando

PER
(hubo hablado) estuvo hablando
FEC Pasado habl (hubo estado hablando)
TI
VO
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 171

El texto incluye tambin una forma de subjuntivo condicionada sin


tcticamente, en pasado, en concordancia temporal con el pretrito y
los tiempos de la narracin: pudieran.

III

Los personales

7.4.3. Es sabido que los pronombres llamados de primera y segunda


persona son los autnticamente personales, pues con la llamada tercera
persona lo que hacemos es referirnos a un objeto, considerndolo como
tal, es decir, como trmino de referencia en el dilogo entre el yo y el
t. Por este motivo, aunque la forma usted (con la que la protagonista
se dirige a su interlocutor) sea formalmente de tercera persona, con-
cuerde con la tercera persona de los verbos y se pronominalice en ter
cera persona (p. ej., le repito a usted), aqu la consideraremos como
nico ejemplo de segunda persona, en funcin de sujeto de ver, en tra
tamiento de respeto, pues corresponde al interlocutor, es decir, al t del
esquema del dilogo.
7.4.3.1. Para la primera persona, tenemos una muestra explcita de
la forma yo, como sujeto, en yo... me zaf; carecemos de ejemplos de la
forma tnica trmino de preposicin, m, y disponemos de ejemplos de
varios usos de me. Me aparece en funcin de implemento u objeto di
recto en me desapartan, asujetarme y seguirme. Como complemento u
objeto indirecto lo encontramos en me lo traje (donde es un tipo de
dativo tico) y me la quitaron. En me zaf y me agazap tenemos sendos
ejemplos de reflexivos formales o gramaticales, falsos objetos, que co
rresponden a verbos pronominales de vida exterior, de movimiento, el
me en ambos est gramaticalizado, como expresin de la participacin
del sujeto como agente y paciente, con valor de medialidad.

OPCIN B

Rasgos del habla coloquial

7.4.4. Desde el punto de vista fontico-grfico, los puntos suspensi


vos se utilizan para indicarnos que la conversacin se interrumpe, se
producen pausas, suspensiones del relato, rupturas de la curva tonal, en
suma. Es un intento mnimo, pero vlido, de representar las variaciones
tonales de la lengua hablada. El uso de las formas yo y usted, comenta
das en el prrafo anterior, nos atestigua sin dudas que se trata de un
dilogo entre una mujer y otra persona a la que sta trata con respeto.
La expresin total, para introducir un resumen de lo narrado, as como
172 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

el uso de los diminutivos, carrerita, pasito a paso, o la alternancia entre


coordinacin y yuxtaposicin, que veremos en el apartado prximo, tam
bin es rasgo caracterizador del habla coloquial, igual que el uso del
que narrativo en que me la quitaron, propio de una narracin en forma
oral. Desde el punto de vista lxico tendramos que repetir aqu lo que
hemos dicho a propsito de los eufemismos y los distintos tipos de vul
garismos, como contrarios a la norma, o como estereotipos sociolings-
ticos, en 7.4.1. Debe tenerse en cuenta, como ha sealado William Labov4,
que hay una evaluacin social que nos permite hacer una triple clasifi
cacin de los elementos lingsticos que intervienen en el cambio, dentro
de una lengua: los indicadores son rasgos lingsticos incrustados en
una matriz social, que muestran diferenciacin social segn la edad o el
grupo social; pero que no muestran ningn esquema de cambio de estilo
y parecen tener poca capacidad evaluadora. Los marcadores o marcas,
en cambio, estn estratificados tanto social como estilsticamente: la pro
nunciacin de la -d- en los participios en -ado y en -ido (sobre todo en
los segundos, en los primeros no en todas las regiones) es un ejemplo
suficiente de esta clase. Los estereotipos son formas socialmente mar
cadas, que la sociedad etiqueta especialmente. El autor, al poner en
cursiva formas como desapartan nos est indicando un estereotipo.

II

Coordinacin y yuxtaposicin

7.4.5. Acabamos de referirnos al hecho de que la alternancia entre


la coordinacin y la yuxtaposicin contribuye a la caracterizacin del
habla coloquial. La conjuncin coordinante mayoritaria es y; el texto
slo ofrece un caso de la adversativa pero (muy correctamente situado
tras punto y coma), frente a ocho ejemplos de y. Adems, la conjuncin
copulativa se omite en series coordinadas, como me zaf, (y) tir el cu
chillo y sal. Podemos considerar el y reiterativo o de insistencia (ftico)
en y si no me desapartan, donde hubiera bastado punto y coma, o punto,
antes del si; el uso de y se adeca a la intencin de dar viveza a la narra
cin, reforzada con el uso del presente para el pasado, que tuvimos
ocasin de comentar en 7.4.2.
7.4.5.1. Tambin hay reiteracin de y en la segunda parte del texto,
tras la adversativa pero que lo divide: y sal, y de una carrerita; la fun
cin predominante es tambin la ftica, y la intencin es la de dar ca
rcter de continuidad al relato. Sucede lo mismo en los dos usos finales;
al decir y la ta Gerundia, en vez de usar el punto y coma, se quiere in
sistir en el carcter de accin colectiva de los tres personajes.
7.4.5.2. Para la consideracin de la yuxtaposicin tenemos que pres
cindir de la ausencia de conjuncin tras los puntos suspensivos, pues
esas pausas o entrecortamientos slo permitiran esperar conjuncin en
caso de insistencia o con funcin ftica predominante, en la primera
parte. En la segunda, en cambio, podemos suponer que los puntos antes
4 Socioinguistic Patterns, Oxford, Basil Blackwell, 1978 (1.* ed., Pensilvania,
1972), p. 314.
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 173

de o y me agazap corresponden a pausas ms breves. Nos autoriza a


ello tanto el cambio de ritmo tras la condicional, o el usted, al principio
del texto, como el total del tercer ejemplo, as como el uso de las ma
ysculas en esos dos casos. Las minsculas de o y me parecen indicar,
dentro de la pobreza de la lengua escrita para la expresin de esos ma
tices, que la pausa es menor y que slo se ha suprimido el equivalente
de una conjuncin. Podra decirse lo mismo tras usted, y en ese caso
la respuesta es que falta, en efecto, una conjuncin que, aunque lo ms
exacto sera suponer algo como ver usted que le digo que..., con un
verbo performativo. En todo caso, la segunda parte nos permite inter
pretar esos puntos suspensivos y la ausencia de conjuncin, es decir, la
construccin yuxtapuesta, como un intento del autor por transmitir ma
yor puntualidad al relato: como si una cmara enfocara, de pronto, tres
puntos diferentes de la escena.

III

Pronombres de tercera persona

7.4.6. El uso de los pronombres de tercera persona en el texto se


adeca a la norma y a la etimologa. De la forma tnica ella tenemos un
ejemplo, como trmino de preposicin, de ella, equivalente del posesivo,
favorecido en la lengua coloquial para evitar la ambigedad de su (que
puede ser de l, de usted, etc.). La forma le aparece con la variante
se, obligatoria ante una forma de acusativo pronominal en se los met
(se = a ella) con funcin de complemento u objeto indirecto. Esta
funcin tiene siempre, de acuerdo con la etimologa y la norma, la for
ma de dativo le: le tirx mientras que las formas de acusativo, lo y la,
tienen funcin de implemento u objeto directo: la mecho, la quitaron,
lo traje, o el plural los, en los met, con la misma funcin de implemento.

TEXTO 20

7.5.

El ao 1866 un buque negrero iba perseguido por un buque


crucero. Lleg a un islote, cerca de las playas cubanas, y arroj
ciento ochenta negros. El buque negrero y el crucero dejaron la
isla. Sabis qq sucedi? Los pobres negros no podan poner
los pies en la tierra esponjosa, no podan ni siquiera extenderse
para descansar; aqulla era una verdadera cruz de espinas. To
dos murieron de hambre.
Cul sera el espanto, seores diputados; cul sera el horror
de su agona? No tenan qu comer, y para beber no tenan ms
que agua del mar, no tan amarga como la clera de los hombres.
174 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

Opcin A

1. Rasgos lingsticos que caracterizan la parte narrativa del texto.


2. Los adjetivos, su colocacin y clasificacin semntica.
3. Pronombres interrogativos, su funcin.
4. Verbos regulares del texto, distintos morfemas.

Opcin B

1. Elementos lingsticos de la funcin conativa y expresiva.


2. Formacin de palabras: sufijos y otros afijos en el texto.
3. Anlisis sintctico desde No tenan qu comer hasta el final.
4. Clasificacin semntica de los sustantivos, desde aqulla era una ver
dadera cruz de espinas hasta el final.

OPCIN A

Rasgos lingsticos de la parte narrativa

7.5.1. El texto est claramente dividido en dos partes, incluso gr


ficamente. En la primera, que ocupa el primer prrafo, hay un inciso no
narrativo, la interrogacin Sabis qu sucedi?. Se trata de una pre
gunta retrica, para la que no se espera respuesta, y sirve slo como
pretexto del narrador para engarzar su historia, y realzar el relato,
aumentando la curiosidad del lector por el desenlace, mediante el arti
ficio de la pregunta que rompe el hilo.
7.5.1.1.0. Desde un punto de vista lingstico, la narracin arranca de
un circunstancial temporal, sin preposicin, el ao 1866. A partir de
ah corresponde a los tiempos verbales la expresin de la temporalidad
del relato, y de su duracin. As, mientras que la perfrasis iba perse
guido expresa que la accin, pasada, no ha concluido, desde el punto de
vista del relato, los pretritos ponen a continuacin el contrapunto
de su aspecto perfectivo, que en este caso llega a ser puntual: se pre
sentan una serie de hechos en la crudeza de lo que pas realmente:
lleg, arroj, dejaron, sucedi. Tras ello, los imperfectos o copretritos
se encargan de expresar la duracin de la escena en ese pasado, gracias
a su aspecto imperfectivo: no podan (reiterado), era, y remata con el
macabro perfectivo, murieron.
7.5.1.1. Tras el punto y aparte, el segundo prrafo se inicia con una
nueva interrogacin retrica, bimembre, a la que siguen, tambin en es
tructura bimembre, dos nuevos copretritos, idnticos, ambos negados:
no tenan. Concluye el texto con una expresin atemporal, sin expresin
verbal alguna, en la construccin implcita que veremos en 7.5.7. El dec-
tico aqulla contribuye tambin al distanciamiento temporal de los he-
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 175

chos relatados, por lo que su eleccin, frente,a las opciones esta y esa,
no se debe al azar, sino al clculo de la expresin narrativa y los efectos
de mostrar con distanciamiento, que se combinan en este dectico o mos-
trativo indicador de la mayor distancia respecto a quien habla.

II

Semntica y colocacin del adjetivo

7.5.2. Si aplicamos la teora ya expuesta sobre el adjetivo (cfr. 2.6.1


y 6.1.3) tendremos, para empezar, una preferencia por los adjetivos de
relacin, atributivos, especificativos, pospuestos, como es normal: buque
negrero, buque crucero, playas cubanas. El adjetivo descriptivo negro
est aqu usado, por evolucin semntica, de carcter metonmico, como
sustantivo, en un proceso en el que ha tenido que pasar por adjetivo de
relacin, previamente. Tras el nuevo uso de negrero, como antes, tene
mos pobres negros, con pobres como valorativo explicativo, antepuesto
normalmente. El adjetivo verdadera es especificativo de la frase com
pleta cruz de espinas; a pesar de ser especificativo, distinguidor, se an
tepone por el carcter valorativo que tiene en el texto, y que permite la
insistencia, as como por razones contextales, para quedar ms prximo
al ncleo nominal, cruz. Por ltimo, el adjetivo descriptivo amarga, en
grado comparativo, con el adverbio tan, y negado por el adverbio no,
con valor de prefijo separable, como veremos en 7.5.6, va normalmente
pospuesto, por razones sintcticas, contextales (es difcil anteponer no
tan -f adjetivo, excesivamente enftico). La litote no tan equivale semn
ticamente a menos, el valor de la construccin comparativa, en conse
cuencia, es de una comparacin de inferioridad, y la construccin atri
butiva tiene carcter explicativo. As, pues, aunque la forma sea de
comparativa de igualdad (tan... como) su valor, por el no, es de infe
rioridad (menos... que). (Cfr. 7.5.6.1.)

III

Pronombres interrogativos

7.5.3. Aunque se haya negado la condicin de interrogativo de qu,


tnico, entendemos que no hay suficientes razones para justificar esa
propuesta, y lo seguiremos considerando como tal. En qu sucedi, don
de toda la proposicin es implemento de sabis, qu es el sujeto. En
qu comer, implemento de tenan, es, en cambio, el implemento u ob
jeto directo del infinitivo. Por lo que respecta a cul, las dos veces que
aparece en el segundo prrafo tiene la funcin de predicado nominal. En
los cuatro casos se verifica la exactitud de la definicin de los interro
gativos, desde el punto de vista semntico, como pronombres que se
preguntan por el contenido de la funcin que desempean.
176 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

IV

Morfologa de los verbos regulares

7.5.4. Analizaremos ahora los morfos que expresan los distintos mor
femas de los verbos regulares, de acuerdo con lo expuesto en 6.2.6.
lleg: lleg-, morfema lxico; 0 vocal temtica, -- morfo del morfema
de tiempo pretrito, aspecto perfectivo; 0 nmero-persona.
arroj: arroj-, morfo que expresa el morfema lxico, el resto como
el anterior.
dejaron: dej-, morfema lxico; -a- vocal temtica; -ro- tiempo aspecto,
con los valores de los anteriores; -n nmero plural, tercera persona.
sucedi: suced-, morfema lxico; -i- vocal temtica (neutralizacin
de E/I), -- tiempo-aspecto, como en los anteriores; 0 nmero-per
sona.
extender: extend-, morfema lxico; -e- vocal temtica; -r infinitivo, ex
presin virtual o esencial de la situacin verbal.
descansar: descans-, morfema lxico; -a- vocal temtica; -r infinitivo.
comer: com-, morfema lxico; -e- vocal temtica; -r infinitivo.
beber: beb-, morfema lxico, resto como en el anterior.

OPCIN B

Funciones conativa y expresiva

7.5.5. Las reiteraciones no podan, no podan ni siquiera correspon


den a la funcin expresiva o emotiva. Este procedimiento se intensifica
en el segundo prrafo, con nuevas reiteraciones en estructuras bimem
bres: cul sera, cul sera; no tenan qu, no tenan ms que. Cinco
veces se repite el adverbio no, a las que debemos aadir el uso de ni,
copulativa negativa. Los tres ltimos acentos del prrafo final recaen
sobre tres oes. En el lxico, la adjetivacin pobres, el cuantitativo todos,
o la alternancia espanto/horror corresponden tambin, como amarga y
clera, a la funcin emotiva, que, en la formacin de palabras, se expre
sa en el sufijo -ote.
7.5.5.1. La funcin apelativa o conativa est directamente presente
en las interrrogaciones, por retricas que sean, con las cuales, como
hemos dicho, se intensifica la trgica emocin del relato, y .en la men
cin explcita de los interlocutores, en el vocativo seores diputados,
que es precisamente la expresin paradigmtica de esta funcin. En con
junto podemos decir que, dentro del tono retrico del discurso parla
mentario al que el frgmento corresponde, las funciones conativa y expre-
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 177

siva son las dominantes, y a ellas estn subordinados los recursos lin
gsticos.

II

Formacin de palabras

7.5.6. Prescindiendo de los sufijos que tienen valor dentro de un


paradigma morfolgico, como -ado, -ido de los participios, o -ar de los
infinitivos, y similares, nos fijaremos especialmente en los tipos de for
macin de palabras por este procedimiento de la derivacin por afijos.
El sufijo -ero aparece aqu en numerosos adjetivos: de relacin, como
negrero y crucero, o valorativos, como verdadera. Otro sufijo que forma
adjetivos es -oso, presente en esponjosa. El apreciativo -ote tiene valor
fundamentalmente diminutivo en el sustantivo islote, sin que falte el
matiz peyorativo, adecuado a la funcin emotiva, como hemos sealado.
7.5.6.1. En cuanto a la prefijacin, tambin tenemos algunas mues
tras: el prefijo per- conserva su valor durativo intensificador en perse
guido; ex- conserva, por su parte, el valor de indicador de punto de ori
gen en extenderse. A veces hay prefijo etimolgico; pero los hablantes
ya no tienen conciencia de la derivacin, tal ocurre con sucedi o espanto,
en los cuales hace falta consultar un diccionario etimolgico para saber
que se encuentran los prefijos sub- y ex-, respectivamente. Mayor es esta
distancia en el caso de dejar, donde el cruce del prefijo de- est todava
menos presente en la conciencia lingstica. De los prefijos negativos,
tenemos des- en descansar, aunque lo ms llamativo, como anticipamos
en 7.5.2., es la prefijacin con not la cual llega incluso a alterar valores
morfolgicos, como la comparacin. Este no, que convierte el tan amar
ga en un menos amarga, corresponde auna figura retrica, la ltote(s)
(cfr. 4.2.6), con la cual expresamos un concepto mediante la negacin
de su contrario. La negacin, en este caso, afecta al grado del adjetivo,
aunque, en trminos de significado, tambin podramos expresar esa afec
cin mediante el antnimo lxico, que, en el caso de 'amargo', es 'dulce':
en ese sentido, no tan amarga como equivale a ms dulce que.

III

Anlisis sintctico

7.5.7. Tambin hemos anticipado, en este caso, lo fundamental, es


decir, el tratamiento desde no tan amarga hasta el final, si bien pode
mos aadir alguna observacin, todava. El prrafo est dominado por
la modalidad aseverativa negativa, cuya importancia en la ecuacin sin-
tacto-semntica ya ha quedado sealada en el prrfo anterior. La voz
es la activa.
7.5.7.1. Al hablar de los interrogativos diurnos ya que en no tenan
qu comer, au comer es el objeto directo de tenan, y qu, por su par
te, el objeto directo o implemento de comer. Sigue una copulativa intro
ducida por y, que incluye una proposicin de infinitivo, de finalidad, con
178 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

valor de aditamento. El implemento de este segundo no tenan es todo


lo que sigue, desde ms que hasta el final. En este anlisis, muy superfi
cial, pero suficiente en niveles introductorios, desde no tan amarga has
ta el final tendramos una adjetivacin explicativa, comparativa, con
el trmino de comparacin expreso, clera, y modificado por el comple
mento determinativo de los hombres.
7.5.7.2. Podemos apuntar tambin slo apuntar un anlisis ms
profundo. En l tendramos que ver en ms que un valor adversativo
(equivalente a sino): en ese caso, no tenan llevara un implemento
implcito de negacin absoluta ('nada'), al tiempo que ms que introdu
cira una adversativa implcita, cuyo verbo no se expresa (sera el mismo
'tenan' precedente, pero ahora afirmativo). Por ltimo (aunque caben
anlisis ms complejos, como la consideracin de no tan amarga como
una adjetiva implcita, con verbo existencial 'ser', no expreso), con
sideraramos como la clera de los hombres como una comparativa im
plcita, con la cpula existencial 'ser' tambin implcita, algo del tipo:
como es amarga la clera de los hombres.

IV

Semntica de los sustantivos

7.5.8. En el fragmento seleccionado, todos los sustantivos que apa


recen son nombres comunes, es decir, apelativos. De ellos son abstractos,
de fenmeno (cfr. 2.10.2, 6.1.6), hambre, espanto, horror, agona y clera.
Los concretos genricos, que corresponden a sustantivos que se pueden
contar, estn usados como individuales, y son cruz, seores, diputados,
mar y hombres. Espinas, aunque sea propiamente un sustantivo genrico
(pues cabe la expresin individual una espina, dos espinas) est usado
en el texto como nombre de materia, es decir, expresin de una realidad
que no se puede contar, aunque s medir. Propiamente de materia es el
sustantivo agua.
7.5.8.1. Lo que ms llama la atencin es la abundancia de abstractos
de fenmeno. Si a ello sumamos el hecho de que los infinitivos, en cuan
to sustantivos verbales, que expresan la situacin verbal en su virtuali
dad, es decir, considerada en su esencia, son tambin de fenmeno, ten
dramos que el nmero de stos se acrecienta, y explica la frialdad de
la exposicin de los datos terribles que se manejan, y que contribuye
a proporcionar esa sensacin de espanto, horror, y repulsa, que el ora
dor busca.

TEXTO 21

7.6.

Ante el ocaso que enrojeca los balcones con tanta desespera


cin, daban ganas de gritar: Fuego! Fuego!
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 179

En el rincn de un jardn, junto a la tapia, quedaba nieve de


haca das. Las veletas parecan querer hablar por seas, y en
vez de norte o sur, parecan remover letras con otro sentido ms
grave, la V y la M, sobre todo, como iniciales vagarosas de la
Vida y la Muerte. Las vallas de esos solares cansados de esperar
que ya languidecen, parecan borradas de tanto como se tamba
lean. Darn razn! Darn razn!, pona en los carteles que
se alzaban sobre ellas. Locura s qu.

Opcin A
1. Anlisis sintctico desde el principio hasta haca das.
2. Comentar la entonacin y la pronuncien de ese mismo fragmento.
3. Valor icnico de la V y la M en el texto.
4. Sufijos del texto.

Opcin B
1. Presencia y ausencia de artculo en el texto.
2. Caracterizacin del texto segn los tiempos verbales.
3. Anlisis sintctico desde Las vallas (ln. 7) hasta el final.
4. Semntica: la personificacin como recurso en el texto.

OPCIN A

Anlisis sintctico

7.6.1. Cuando el comentarista tiene ante s un texto magnfico, como


ste, y lo primero que tiene que hacer con l es un anlisis sintctico
parcial, no se siente nada inclinado a proeeder a un despiece oracional,
sino a tratar de realizar un anlisis en el que no se pierda la dimensin
de conjunto de todo el escrito: ese ir ms all de la realidad que impreg
na todo el fragmento quiere contagiarse a la propia consideracin lin
gstica o, al menos, a su presentacin.
7.6.1.1. El texto comienza con la frase preposicional ante el ocaso,
semnticamente un circunstancial de lugar-tiempo, donde es inseparable
la nota temporal de la cada de la tarde de la nota locativa del lugar del
espectador; funcionalmente se trata de un aditamento de daban. La pre
sentacin funcional y semntica del ocaso es la de un elemento secun
dario, un circunstante; sin embargo, el autor convertir ese circunstante
en actuante inmediatamente despus, al hacerlo sujeto de la proposicin
de relativo, gracias a la referencia anafrica del relativo que, sujeto for
mal de enrojeca. Esta conversin en actuante se prolonga en el adita
mento con tanta desesperacin, circunstancial modal cuyos rasgos semn
ticos convienen a una accin de sujeto animado: la importancia de este
180 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

detalle se precisar en 7.6.8. El implemento u objeto directo de enroje


ca es balcones.
7.6.1.2. Tras la proposicin adjetiva de relativo volvemos a la ora
cin a la que pertenece ante el ocaso: el sujeto de daban, que est usado
como verbo intransitivo, con el valor semntico de 'entrar', es ganas,
como se comprueba con la alternancia de nmero (daba gana / daban
ganas)5. Ganas lleva como complemento determinativo toda una propo
sicin de infinitivo, con ncleo en gritar, transitivo, cuyo implemento u
objeto directo est expresado en construccin directa, tras los dos pun
tos, fuego, fuego.
7.6.1.3. El prrafo siguiente empieza con otro aditamento, en el rin
cn, al que sigue el complemento determinativo de un jardn; viene a
continuacin un inciso, tambin locativo, con funcin, asimismo, de adi
tamento. El ncleo del predicado modificado por esos aditamentos es
quedaba, intransitivo, cuyo sujeto, nieve, lleva como complemento de
terminativo la construccin haca das. Esta construccin, formalmente,
est compuesta por un verbo impersonal, usado como intransitivo, y un
aditamento, expresin de circunstancia temporal, das6. En realidad, este
haca das est lexicalizado, y equivale a construcciones como varios
das, muchos das, y similares.

II

Entonacin y puntuacin

7.6.2. Lo ms llamativo es el uso de los signos de admiracin que


corresponden a las cuatro exclamaciones del texto. Desde el punto de
vista tonal, la exclamacin supone un ascenso de la curva, seguido de
un brusco y rpido descenso. Con todo, no son las exclamaciones, en
nuestra opinin, lo ms significativo de la puntuacin, sino slo uno de
sus extremos: el texto se mueve entre unas cotas mnimas de ritmos
tonales, marcadas por los incisos, como junto a la tapia, sobre todo, que
van entre comas.
7.6.2.1. Si seguimos la entonacin y la puntuacin desde el principio,
nos llama la atencin, en la primera nea, la ausencia de coma ante el
5 Estas construcciones son complicadas. Algunos hablantes aceptan construc
ciones como daba ganas de gritar, pronominalizable como las daba, en las que
ganas es implemento. Creemos aue hay aqu una distinta seleccin de rasgos se
mnticos de 'dar'. En construcciones como daban ganas de gritar, daban tiene el
valor de 'entraban', mientras que en daba ganas de gritar, con verbo en singular
y ganas como implemento, tiene el valor de 'produca' o 'provocaba'. La norma
pide preposicin en estas construcciones; pero tambin se encuentran ejemplos
de me da la gana gritar, pronominalizable como me la da, donde gritar sera el
sujeto y gana el implemento. (Cfr. dar vergenza en el Diccionario de dudas de
la lengua espaola, de Manuel Seco, Madrid, Aguilar.)
6 Aqu no debemos dejarnos engaar por la pronominalizacin. Los comple
mentos de distancia, medida (en el lugar y el tiempo), peso y precio se pronomi-
nalizan con las formas pronominales de acusativo; pero no son implementos, sino
aditamentos. Las construcciones en las que el verbo se hace personal y el adita
mento pasa a sujeto, del tipo * hacan das, tan frecuentes en el castellano de ca
talanes y levantinos, en general, son incorrectas: se debe decir, como en el texto,
haca das, impersonal.
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 181

relativo que. La adjetiva se presenta as como especificativa, lo cual es


innecesario, porque no se distingue ese ocaso de otro. Tenemos que bus
car la explicacin, mejor, en que una pausa tan pronto habra roto el
ritmo del prrafo, que est perfectamente trabado: un lento ascenso
hasta la leve pausa de desesperacin, marcada por la coma, una pausa
mayor indicada por los dos puntos, con un descenso tambin mayor de
la curva, y luego dos rpidos ascensos y descensos, como dos estampidos,
en las dos exclamaciones, a las que sigue larga pausa.
7.6.2.2. En la segunda parte, por un error de puntuacin comn, la
coma se escribe ante y en vez en lugar de y, en vez. Por lo dems, hay
alternancia de pausas breves, comas, y pausas largas, puntos. Las comas
permiten la intercalacin de los incisos aludidos, cuyo nivel tonal es ms
bajo que el normal del prrafo. Al final, en cambio, las dos exclamacio
nes no sirven de realce sonoro de la terminacin, sino que el texto se
prolonga en lenta ascensin, seguida de descenso ante la pausa de ellas,
tras la cual asciende lentamente en locura, para dispararse en s qu,
dos acentos seguidos, deliberadamente expresivos. (Para qu, cfr. 7.6.7.)

III

Valor icnico de la "V" y la "M"

7.6.3. El planteamiento del enunciado excluye deliberadamente el va


lor simblico de v (vida) y m (muerte). En la consideracin propiamente
icnica lo inicialmente llamativo es el carcter de letras maysculas
(versales) de la V y la M, tanto aisladas como en las iniciales de Vida y
Muerte. Se trata, naturalmente, de diferenciarlas de un modo fsico.
7.6.3.1. Lo que tenemos que preguntarnos a continuacin es el por
qu de esta diferenciacin en dos letras aisladas. Hay, por supuesto, un
valor simblico claro; pero no nos compete aqu tratarlo. Lo que nos in
teresa, en cambio, es la clave que el autor nos da sobre esas letras: nos
habla de veletas. Las veletas, como sabemos, llevan las letras iniciales
de norte, sur, este y oeste, o sea, de los puntos cardinales: en el texto
la V y la M sustituyen a las letras de las veletas normales, para provocar
en el lector la imagen de que est viendo veletas que giran con la V y
la M, como iniciales de la Vida y la Muerte, nicos puntos que sealan.
7.6.3.2. Incluso l mismo no sabemos hasta qu punto consciente
mente cae presa de la magia de estos iconos, en la eleccin del califi
cativo vagarosas, cuya inicial es otra v. Los elementos icnicos son pre
dominantes en el texto: el rojo de los cristales del ocaso, el blanco de la
nieve, las letras de las veletas, los carteles de las vallas, con su mensaje
de razn y locura. En el centro de todo ello, la V y la M, maysculas,
dan cuenta de la existencia.

IV

Sufijos

7.6.4. El sufijo -ecer del primer verbo, enrojecer, tiene valor incoa
tivo, indica comienzo de accin. El mismo sufijo se encuentra en parecer,
]82 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

donde ya no hay conciencia de derivacin, y en languidecer. El sufijo


-ear del verbo tambalear sirve para formar verbos frecuentativos o itera
tivos. Aqu se trata de un iterativo, expresa una accin que se compone
de momentos repetidos.
7.6.4.1. Los sustantivos aparecen con los sufijos -cin de nombres
de accin, abstractos, en desesperacin, o -ar en solar. Locura es un abs
tracto de cualidad, formado con el sufijo -ura. Los sufijos apreciativos
-eta, de veletas, y -el, de carteles, no conservan su valor diminutivo origi
nario, son simples morfemas derivativos. El sufijo -al, de. adjetivo, apa
rece en inicial, adjetivo usado como sustantivo. Del mismo tipo, forma-
dor de adjetivos, es -oso, en su forma femenina y plural en vagarosas.

OPCIN B

Presencia y ausencia del artculo

7.6.5. Consideramos como artculos, como ya dijimos (cfr. 2.10.3),


las formas el y un. Al hablar de su presencia o ausencia (cfr. 2.8.2), he
mos de suprimir, en primer lugar, los sustantivos que aparecen con otro
determinante y que, en consecuencia, no pueden llevar artculo, por ra
zones puramente gramaticales, y quedarnos con los casos en los que la
presencia o ausencia del mismo responde a una intencin del redactor.
As, eliminamos tanta desesperacin, otro sentido, esos solares.
7.6.5.1. Separamos a continuacin los sustantivos que no llevan ar
tculo, pero van en plural: en este caso se trata de sustantivos actuali
zados por el cuantificador de nmero que el plural lleva consigo, por el
hecho de serlo. Se trata de una actualizacin no identificadora; pero
el sustantivo est actualizado: as tenemos ganas, das, seas, letras, ini
ciales.
7.6.5.2. El artculo el, actualizador vaco, identificador, aparece en
el ocaso (presentado anteriormente, en texto que no est; o en situacin
consabida), los balcones (lo mismo que el anterior, ms la cuantificacin
plural), el rincn (donde tiene una misin identificadora claramente pre
dominante, precisamente all, con valor dectico), la tapia (situacin
consabida, es normal que los jardines tengan tapia), las veletas (si no se
han mencionado antes, hemos de suponer de nuevo la situacin consabi
da), la V y la M, la Vida y la Muerte (singularidad, hasta el valor meta-
lingstico, V, M, Vida, Muerte). Las vallas y los carteles esta
ran de nuevo en situacin consabida, algo propio de los solares men
cionados.
7.6.5.3. Al carecer de lo que precede a este texto, (ni siquiera sabe
mos si le precede algo), podemos sospechar que varios de los sustantivos
que llevan artculo el han aparecido antes. Eso, sin embargo, no es ne
cesario: el artista est expresando una puesta de sol desde un punto fijo,
que lo enmarca todo: ante l se ofrece la ciudad como en un cuadro con
movimiento, l no hace ms que tomar los elementos del cuadro (de
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 183

ah el valor dectico abundante en el texto, expresado por artculos o


pronombres) y transformarlos en su visin particular. Desde el punto de
vista de la actualizacin identificadora, sin embargo, presenta como sus
tantivos identificados aquellos que lo son para l, porque los est vien
do desde su punto de observacin.
7.6.5.4. La actualizacin no identificadora es clara en un jardn, don
de se nos seala que no nos era conocido, con un claro valor presentador.
La ausencia de artculo, en singular, corresponde a los sustantivos no
actualizados, tomados, por ello, en sentido virtual, conceptual, categri
co. De este modo, fuego, nieve, razn y locura tratan de expresar la esen
cia de esos conceptos, desprovista de cualquier relacin con el tiempo
y el espacio, es decir, considerada en s misma. En el caso de norte o sur,
en cambio, es preferible pensar que ese uso esencial es metalingstico,
es decir, que esos trminos estn usados como palabras, no como signos,
y que deberan ir subrayados o entrecomillados: no se habla del norte
o del sur, sino de las palabras norte y sur, cuyas iniciales llevan las
veletas; el referido es un objeto lingstico, una palabra, no un objeto,
real o considerado real, extralingstico.
7.6.5.5. El juego de presencia y ausencia de artculo, as como la
variacin entre el y un permite establecer un triple plano: los conceptos
esenciales que lo informan todo, razn y locura, los colores que corres
ponden a esos extremos, expresados por los objetos, fuego y nieve, cons
tituyen- el plano ltimo, conceptual. En medio tenemos los iconos, las
representaciones concretas, que no necesitan intrprete, que valen por
que estn ah, es decir, la vida y la muerte, la V y la M, son palabras.
En el plano ms inmediato tenemos los objetos que componen el cuadro
visible, los que estn ah, los balcones, un jardn, las vallas, los carteles,
el mundo de lo concreto, identificado o no. De l arranca el autor para
llegar a lo conceptual, a los sustantivos virtuales.

II

El tiempo verbal

7.6.6. El enunciado de las formas nos proporciona la siguiente lista-


enrojeca, daban, quedaba, haca, parecan (repetido tres veces), pona,
alzaban, copretritos, son los ms empleados (siete tipos y diez usos)!
Hay, adems, dos presentes, languidecen y tambalean, y dos futuros
darn (repetido).
7.6.6.1. Lo primero que llama la atencin es que predomina el tiem
po narrativo, pero el aspecto es imperfectivo, al no aparecer el pretrito.
Este hecho se combina con el carcter de accin que se inicia o se reitera
en momentos sucesivos de los presentes, y se abre a la incgnita del
futuro en darn, tiempo que consideramos fuera de la discusin del as
pecto, al ser, por definicin, el tiempo que no ha llegado.
7.6.6.2. El mundo narrado predomina; pero es un mundo que se nos
presenta en su duracin, por lo cual admite el paso al presente: haremos
notar que la construccin parecan borradas de tanto como se tamba
lean no es aceptable en la lengua ordinaria, corresponde a una licencia
de la lengua literaria, y nos indica que el autor quiere precisamente ha-
7. Comentarios de Lengua Espaola
184 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

cer ver eso: que el pasado se funde con el presente, y con el futuro, que
los tiempos se mezclan y el tiempo no existe.

III

Anlisis sintctico

Las vallas de esos solares cansados de esperar que ya langui


decen, parecan borradas de tanto como se tambalean. Darn
razn! Darn razn!, pona en los carteles que se alzaban
sobre ellas. Locura s qu.

7.6.7. Hasta borradas llega la primera estructura oracional. El su


jeto, las vallas, se prolonga en su complemento determinativo, de esos
solares, cuyo ncleo lleva un adjunto, el adjetivo cansados, el cual, por
su condicin de participio, rige un infinitivo, introducido por de, con
valor de complemento determinativo del adjetivo (o aditamento del ver
bo que el participio expresa, ambas posibilidades se dan), tras ello,
cansados lleva otro adjunto, en forma proposicional esta vez, la adje
tiva de relativo cuyo sujeto es que y el ncleo del predicado languidecen,
con el aditamento ya, de valor puntual, aunque es imposible saber si el
que lleva como antecedente a vallas. Las vallas es, por su parte, sujeto
de parecan, y borradas un complemento predicativo referido al sujeto
por medi del verbo. "
7.6.7.1. A continuacin, hasta el punto, de introduce una construccin
causal, cuyo primer elemento es una implcita, de tanto, sin verbo (el
verbo suprimido es el que se expresa en forma personal a continuacin,
'tambalearse'). La implcita constituye el primer elemento de una com
parativa cuantitativa, cuyo segundo miembro es como se tambalea, don
de se es un reflexivo formal. En un nivel ms profundo, por tanto, da
oracin sera de tambalearse tanto como se tambalean.
7 612 Vienen luego las dos exclamativas idnticas, transitivas, con
razn 'como implemento u objeto directo. Ambas tienen una funcin
metalingstica, y por ello constituyen el sujeto de poma. (Es como
si dijramos que en los carteles estaba puesto el letrero darn razn ).
En los carteles, aditamento de pona, lleva como adjunto una propo
sicin adjetiva de relativo, con sujeto que, se como reflexivo formal
integrado en el verbo pronominal se alzaban, y sobre ellas como adita-
7 6.7.3. La ltima oracin es implcita y enftica. Nos parece pre-.
ferible una interpretacin en la cual qu es relativo, no exclamativo, y
no debe llevar acento: lo lleva porque es la ltima palabra y el autor
la ha enfatizado arbitrariamente; n ese caso sera algo como lo que
s darn es locura, con locura como sujeto y lo que s darn (relativa,
con lo que como implemento u objeto directo) como predicado nomi
nal. Caben naturalmente otras interpretaciones, a partir del hecho indu
dable de que locura es el elemento explcito, verosmilmente el sujeto,
al menos psicolgico. Si pensamos en locura s que darn, locura sera
el implemento u objeto directo de darn, naturalmente.
TEXTOS LITERARIOS EN PROSA 185

IV

La personificacin

7.6.8. El recurso retrico fundamental del texto es la personifica


cin, como variante de la figura llamaba prosopopeya, definida como
la atribucin de cualidades de seres animados a los inanimados o abs
tractos. As, indicbamos ya en 7.6.1 que el ocaso aparece como sujeto
animado de enrojecer; la mismo puede decirse de las veletas, que parecen
querer hablar y remover letras. Los solares estn cansados de espe
rar, y esos solares (o las vallas, si ste es el antecedente del relativo
que) languidecen. Alzarse los carteles, en cambio, aunque tenga el
mismo mecanismo, est introducido en la lengua comn, lexicalizado.
7.6.8.1. Predomina en el texto un deseo de ruptura con la realidad,
el tiempo se mezcla, lo esencial prevalece y la distincin entre lo inani
mado y lo animado se borra: la locura se impone sobre la razn, y todo
el mundo aparece, ante este observador, como un caos, en el que slo
conserva sentido lo que se presenta como icnico, sin necesidad de
intrprete, la V y la M, la Vida y la Muerte, convertidos as en smbolos
centrales, por encima de la realidad.
Captulo 8

TEXTOS LITERARIOS EN VERSO

801. Los cuatro textos que comentaremos en este captulo tienen


carcter de textos cerrados, frente a la mayora de los comentados ante
riormente, que son fragmentos de obras ms amplias. Es cierto que
hemos visto tambin textos completos, sobre todo los informativos pu
blicitarios; pero incluso stos se situaban en un contexto mas amplio,
el del peridico o, mejor, el de la pgina de peridico, que impone
sus propias reglas grficas. Con el poema no ocurre eso: aunque sea
verdad que se incluye en el universo de su autor, y que amplia su sen
tido en la.referencia a ese mundo mayor, permite tambin la considera
cin aislada, y es hijo de un momento separado en la produccin del
poeta por mucho que ste haya podido retocarlo y corregirlo.
80 2 Comentar un texto nos dice Jorge Urrutia' signitica sa
ber qu se pretende con el comentario. Para m, comentar un texto no
es sino una prctica de lectura y, por tanto, dejar claro el significado
de los elementos (signos) que conforman el texto, para poder extraer
un sentido ltimo. Se refiere con estas palabras al comentario literario,
y a la consideracin global, con todos los elementos disponibles. Nues
tra ambicin es ms limitada, porque no debemos olvidar el punto de
partida un tipo de ejercicios concretos ni el de llegada la tina-
lidad metodolgica y didctica de nuestro trabajo. Con todo el comen
tario de textos literarios en verso, especialmente al tratarse de poemas
completos, nos permitir acercarnos ms que ningn otro a ese obje
tivo mximo: la extraccin del sentido ltimo.
80 3 Si bien, como veremos, tampoco faltan en los textos poticos
los componentes icnicos, lo ms llamativo (lo caracterstico, para el
pblico en general) es el elemento fontico, que tiene su propia ciencia,
la Mtrica. Aunque no podremos atender a todas las Posibilidades del
anlisis fnico, y nos limitaremos a referencias que puedan localizarse
en resmenes de" lo fundamental2, nos parece que la enseanza de estas
tcnicas y el descubrimiento de sus valores expresivos es imprescindible
para la formacin de los estudiantes, y quiz mas en este nivel^ ele
mental o no especializado que en los niveles superiores. Si pensa
mos en el Curso de Orientacin Universitaria (salida, que no meta, o no
i J Urrutia, Ceta: La Familia de Pascual Duarte, Madrid. SGEL, 1982. p. 134.
2 Un resum4n mnimo, pero claro y suficiente, se encuentra en el apndice III,
MBdSS^t^iiiast deWfa S. Salazar Ramrez coF. Marcos Ma
rni Metodologa del espaol como lengua segunda, Madrid, Alhambra, 1983 (publi
cado en diciembre de 1982), pp. 130-143.
186
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 187

nica meta, de este libro), es evidente que la mayor parte de sus estu
diantes no volver a ocuparse de estas cuestiones. Si en el caso de la
lengua en general esto es grave, no menos grave es pensar que, a partir de
ese ao, dependern de sus recuerdos cuando lean poesa y que el gusto
que desarrollen en este momento de su formacin ser fundamental para
toda su vida.
8.0.4. Se agudiza ms en estos textos el alejamiento de las normas
gramaticales generales: los esquemas de la gramtica ordinaria, y de
la teora, se rompen frecuentemente, como nuestros anlisis sintcticos
pondrn en claro. Por ello conviene decir aunque el lector atento ya
lo sabe que la perspectiva lingstica desde la que enfocamos estos
fenmenos es la del desvo, o sea que consideramos que las estructuras
de la lengua literaria (mejor, de la lengua literal3) pueden analizarse
y explicarse a partir de las reglas de la gramtica, en el sentido ms
moderno del trmino. Esta postura nos parece adecuada pedaggica
mente y no queremos que nos comprometa ms que en ese terreno.

TEXTO 22

8.1.

LA GIRALDA

Giralda en prisma puro de Sevilla,


nivelada del plomo y de la estrella,
molde en engaste azul, torre sin mella,
palma de arquitectura sin semilla.
Si su espejo la brisa enfrente brilla,
no te contemples ay, Narcisa! en ella;
que no se mude esa tu piel doncella,
toda naranja al sol que se te -humilla.
Al contraluz de luna limonera,
tu arista es el bisel, hoja barbera,
que su ms bella vertical depura.
Resbala el tacto su caricia vana.
Yo mudejar te quiero y no cristiana.
Volumen nada ms: base y altura.

3 Cfr. Fernando Lzaro Carreter, Estudios de Potica, Madrid, Taurus, 1976,


esp. pp. 9-75 y Estudios de Lingstica, Barcelona, Crtica, 1980, esp. cap. 6, 8 y 10.
Las importantes implicaciones de la discusin estn patentes en Ignacio Bosque,
Ms all de la lexicalizacin, en Boletn de la Real Academia Espaola, LXII
1982, pp. 103-158. Vid. ahora Miguel ngel Garrido Gallardo, Estudios de Semitica
Literaria, Madrid, C.S.I.C, 1982.
188 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

Opcin A
1. Elementos fnicos que caracterizan este tipo de texto literario.
2. Anlisis sintctico del segundo cuarteto.
3. Adjetivos predicativos en el texto.
4. Presencia y ausencia.del verbo, valores del tiempo verbal, en el
texto.

Opcin B
1. Valor estilstico de la distribucin de acentos en el texto.
2. Anlisis sintctico de los dos tercetos.
3. Colocacin y significado de los adjetivos atributivos del texto.
4. Funciones del lenguaje en el texto.

OPCIN A

Elementos fnicos

8.1.1. El timbre, la cantidad y la intensidad son los elementos o


propiedades fsicas del sonido que mayor incidencia tienen en los tex
tos en verso. Nuestra primera consideracin del texto que comentamos
nos muestra que consta de un ttulo, destacado, en letra distinta, La
Giralda, y catorce lneas que terminan en palabras en las que se repiten
varias veces los mismos sonidos a partir de la ltima vocal acentuada:
-illa se repite en las lneas primera, cuarta, quinta y octava; -ella, en la
segunda, tercera, sexta y sptima; -era, en la novena y dcima; -ura, en
la undcima y decimocuarta, y -ana, en la duodcima y decimotercera.
Las lneas cortadas convencionalmente cada cierto nmero de slabas,
o cada vez que se llega a una parte de la cadena fnica (como sos
-illa, -ella, -era, etc., que acabamos de ver) reciben el nombre de verso.
Esas terminaciones iguales que se repiten cada cierto nmero de versos
son un efecto de timbre, llamado rima. Nuestro texto tiene catorce ver
sos, de rima llamada consonante, total o perfecta, porque se repiten,
a intervalos regulares, todos los 'sonidos qu ocupan la posicin final
de verso, tras el ltimo acento del mismo.
8.1.1.1. Desde este punto de vista, l distribucin de la rima en esta
composicin en verso es: -illa, -ella, -ella, -illa, -illa, -ella, -ella, -illa; -era,
-era; -ura, -ana, -ana, -uro. La disposicin grfica los distribuye en
4 -j. 4 -j- 3 + 3.
8.1.1.2. El componente de cantidad, en la mtrica espaola, inter
viene en la longitud mayor o menor de los versos. Todos los del texto
tienen once slabas, son endecaslabos, una vez que hemos aplicado los
principios de la mtrica espaola: por ejemplo, sinalefa, o fusin de
dos vocales de slaba final e inicial de palabra en una sola slaba, como
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 189

en Giraldaen, plomoy, laestrella, y varias ms. Estos versos se llaman


de arte mayor y se representan en el esquema con una mayscula. Si
damos la misma mayscula a los versos que tienen igual terminacin, el
esquema que obtenemos es el siguiente, dividido en 4,4,3,3, como indica
la representacin: ABBA ABBA CCD EED.
8.1.1.3. La composicin tiene cinco rimas distintas; pero los dos
primeros grupos de cuatro versos se distribuyen las mismas rimas. De
bemos saber ahora que los versos se agrupan, generalmente (en especial
cuando se construyen con rimas), en estrofas, de acuerdo con ciertos
esquemas. Cuando los versos de arte mayor se agrupan con el esque
ma ABBA constituyen un cuarteto, mientras que tres versos de arte
mayor agrupados constituyen un terceto: el texto tiene dos cuartetos
y dos tercetos, la combinacin de estas cuatro estrofas tiene un nom
bre especial, se llama soneto; el texto es un soneto.
8.1.1.4. Sabemos ya que el texto es un soneto, una de las compo
siciones de mayor prestigio dentro de la literatura espaola, y de ma
yor inters, pues expresa en catorce versos un contenido completo,
generalmente dividido en dos partes: los cuartetos suelen ser el plan
teamiento, y los tercetos la conclusin, solucin o tesis obtenida a partir
de los datos de los cuartetos.
8.1.1.5. En este apartado fnico, sin embargo, lo que nos interesa
es la construccin formal de la estrofa. En este sentido, hemos de
notar que los tercetos tienen en esta composicin un esquema que no
es el ms empleado: constan de dos versos de igual rima, CC, EE, se
guidos de un verso impar que rima con el otro impar del segundo ter
ceto: D.D. Se trata de un pareado (dos versos) y un verso que encadena
el primer terceto al segundo. El esquema supone una innovacin sobre
el ms frecuente CDECDE, de tres rimas alternas, o CDCDCD, de dos
rimas alternas.
8.1.1.6. La rima es un elemento caracterstico, y preciso, por ser
un elemento recurrente, es decir, que se repite con un esquema fijo.
Mas hay tambin elementos de timbre que desempean un papel impor
tante: el sexto acento del primer cuarteto recae en vocal velar, en los
cuatro versos. Las consonantes laterales (7, 11) y vibrantes (r, rr), segui
das de la sibilante s, se reiteran frecuentemente a lo largo del texto, en
aliteraciones, caracterizando netamente el predominio de timbres, como
es evidente en al contraluz de luna limonera, o s su espejo la brisa
enfrente brilla (en el primer ejemplo se reitera la slaba l).
8.1.1.7. El factor de intensidad es el aportado por los acentos. Ten
dramos que ocuparnos ahora de ellos; pero, como se es el objetivo de
la primera pregunta de la opcin B, remitimos a los lectores a'8.1.5.
8.1.1.8. Podemos decir anticipando el contenido de ese prrafo
8.1.5. que, desde el punto de vista fnico, el texto se caracteriza por
un factor fundamental de recurrencia: los versos tienen la misma lon
gitud, once slabas (cantidad), se reiteran los mismos segmentos fnicos
en lugares determinados por la rima, y se agrupan determinados sonidos
en lugares precisos, con aliteraciones (timbre), al mismo tiempo que
los acentos recaen en lugares tambin prefijados estructuralmente (in
tensidad). La preferencia por la acentuacin central grave (o, ) en la
slaba sexta de los cuatro primeros versos sera un factor de tono. En
este sentido es llamativa la frecuencia de la acentuacin en las vocales a
190 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

central, i, u, extremas o cerradas. Si las rimas con no rompieran el


esquema, el soneto dara la impresin de estar escrito con las tres voca
les del rabe clsico4.

II

Anlisis sintctico

8.1.2. El punto y coma divide el texto en dos partes, y nos impondr


algunas limitaciones a la hora de la interpretacin. La primera parte
est constituido por un perodo condicional, cuya apdosis es negativa:
O Si su espejo la brisa enfrente brilla tiene la brisa como sujeto; brilla
es el ncleo del predicado, y est usado como transitivo, causativo
(= 'hace brillar'); su espejo es el implemento u objeto directo, en
frente es un aditamento.
02 no te contemples ay, Narcisa! en ella es una reflexiva propia;
el te es el implemento u objeto directo de contemples, que lleva un
sujeto t, implcito en la terminacin del verbo, idntico. A ese su
jeto se dirige el vocativo, en forma de exclamacin entre guiones,
como inciso. En ella es un aditamento.

8.1.2.1. Si a continuacin viniera una coma, nos inclinaramos a in


terpretar'el que siguiente como final, 'para que'. El punto y coma nos
hace pensar en ese que como introductor de una completiva dependiente
de un verbo de volicin, implcito, algo as como quiero que, deseo
que, pido que....
03 que no se mude esa tu piel doncella, toda naranja al sol. El sujeto
es esa tu piel doncella toda naranja, se mude es la forma verbal,
con un se formal, gramaticalizado, indicador de pasiva refleja. Al
sol es un aditamento que se prolonga en
04 que se te humilla, adjetiva de relativo, cuyo sujeto es que, el verbo
se humilla es un reflexivo formal y te el complemento: en esta oca
sin se observa que complemento no es siempre el equivalente exacto
de objeto indirecto, a menos que tomemos el segundo trmino en
sentido muy amplio; en este caso ese te corresponde a lo que en
trminos tradicionales es un dativo tico, en una interpretacin, e
incluso a lo que sera un dativo de direccin, si lo interpretamos
como se humilla ante ti, lo.cual es perfectamente posible, pues
no hay que olvidar que el sol, al ponerse, se humilla ante la torre,
enhiesta.

8.1.2.2. Vale la pena insistir en la vinculacin del verso, sobre todo


el de ocho o ms slabas, con la oracin gramatical: en el texto tenemos
cuatro versos y cuatro estructuras oracionales; las dos primeras tienen
4 Naturalmente, no pretendemos decir que el autor estuviera imitando la fo
ntica rabe, pues slo la rima bastara para destruir ese aserto. Es una coinci
dencia parcial, que produce esa sonrisa o escalofro de las bromas de la Na
turaleza.
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 191

los lmites oracionales coincidentes con los del verso, mientras que la
tercera se prolonga en el cuarto verso por una adjetivacin, toda naran
ja, explicativa, tras coma.

III

Adjetivos predicativos

8.1.3. El soneto tiene dos adjetivos que se refieren a un sustantivo


(representado aqu por un pronombre) a travs de un ndice verbal,
lo que los caracteriza como predicativos (cfr. 2.6.1 y 6.1.3). Los dos son
de relacin y se encuentran en el penltimo verso: mudejar y cristiana
se refieren a la Giralda por el pronombre anafrico te, implemento u
objeto directo de quiero, a travs de esta forma verbal. Son, en conse
cuencia, complementos predicativos referidos al objeto directo, o atri
butos del implemento.

IV

El verbo

8.1.4. La pregunta se refiere a dos aspectos: el tiempo verbal y la


ausencia del verbo en el texto. La consideracin del primero es bsica
para el secundo, luego empezaremos por ella.
8.1.4.1. Todos los verbos del texto estn en tiempo presente, tiempo
del mundo comentado, por tanto. Este presente no es puntual, sino, en
general, continuo y. en algunos casos, habitual: la condicional si... brilla
se interpreta sin dificultades como cuando brilla, cada vez que bri
lla. Este uso confiere al texto un carcter esencial, resaltado por el uso
de la cpula ser, intensificado por el procedimiento de eliminar la ex
presin verbal, haciendo que el texto sea, en buena parte, una sucesin
de oraciones implcitas, sin verbo.
8.1.4.2. El soneto empieza con un cuarteto en el que no hay ningn
verbo, y termina con un verso sin verbo. Esto, naturalmente, no es
casual, sino deliberado empeo del poeta. Los referidos en ambos casos
son uno solo: la torre. Como nombre propio del objeto individual, aparece
sin artculo en la primera palabra del poema. Como sustantivo virtual,
esencial, categrico, se reduce al apelativo volumen, que inicia el ltimo
verso. Es lgico, el prisma Duro es volumen nada ms; base y altura.
La supresin del verbo no ha consistido slo en hacer desaparecer una
forma concreta: ha ido ms lejos: la forma verbal concreta se hace
innecesaria. No necesitamos, no echamos de menos ningn verbo en el
primer cuarteto. AI final, nada aadira un eres a la condensada ex
presin del sustantivo solo.
8.1.4.3. Por Otro lado, cuando el verbo aparece, con mucha frecuen
cia con relativa frecuencia, al menos, ha sufrido alguna transforma
cin importante: brilla se hace transitivo v causativo v eouivale a hace
brillar; se mude se refiere al cambio de la piel quemada; depura
toma un sujeto inanimado, arista, cuando sus rasgos semnticos piden
192 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

un sujeto animado para el uso transitivo; resbala, como antes brilla,


se hace transitivo y causativo, para equivaler a hace resbalar. Si a
ello aadimos la expresin de es y la presencia de la volicin en quiero,
junto a las exhortaciones no te contemples, que no se mude, veremos
que el poeta ha contrapuesto dos valores ntidos: la presencia del ver
bo, explcito, est ligada a la accin y la participacin (causa, volicin),
mientras que la ausencia est ligada a la esencia. lias formas verbales
estn ligadas a la realidad, a la existencia; su ausencia se vincula con
el ideal, con la depurada forma de la torre, con el abstracto y la geo
metra.

OPCIN B

Acentos

8.1.5. Al ocuparnos de las propiedades fsicas del sonido, en 8.1.1, re


mitimos el tratamiento de la intensidad a este apartado. Por las pecu
liares reglas mtricas del espaol, que aade una slaba mtrica cuando
el verso termina en palabra aguda y la resta cuando acaba en palabra
esdrjula, todos los versos llevan el ltimo acento en la penltima
slaba mtrica. Segn esa slaba se configura el eje rtmico. En nuestro
soneto, como todos los versos son endecaslabos, todos llevan el ltimo
acento en la slaba dcima. Los restantes acentos se distribuyen en el
resto del verso, y caracterizan, en el de once slabas, diferentes tipos de
endecaslabo.
8.1.5.1. Los esquemas acentuales de los versos del soneto son los
siguientes:

1.: 2-4-6-10, todos los acentos en slaba par. El acento en par y


en sexta lo caracteriza como eneaslabo heroico.
2.: 3-6-10, la combinacin 3-6 es propia del endecaslabo mel
dico.
3.: 1-4-6//7-10, la combinacin 1-6 es propia del endecaslabo
enftico; la acentuacin en slabas seguidas, 6-7, no es anti-
rrtmica por ir separada por la pausa central del verso.
4.: 1-6-10, endecaslabo enftico puro.
5.: 3-6-8-10, meldico.
6.: 1-4-6-8-10, plantea un problema de interpretacin: si entende
mos que el ay ante la pausa lleva un acento fundamental,
se trata de un endecaslabo enftico; pero si los acentos fun
damentales son los de 4-8, sera un endecaslabo sfico. La
primera respuesta es ms probable.
7.: 4-8-10, endecaslabo sfico.
8.: 1-4-6-10, enftico.
9.: 4-6-10, heroico.
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO "193

10.: 2-6//7-10, heroico, la pausa medial impide la consideracin an-


tirrtmica del acento 6-7, como en 3..
11.: 3-4-8-10, sfico, debe debilitarse el acento en 3, para evitar la
ruptura de ritmo par.
12.: 2-4-8-10, sfico.
13.: 1-3-6-9-10, predomina el carcter enftico sobre el meldico.
14.: 2-4-6//7-10, heroico, la combinacin 6//7 como en 10 y 3..

8.1.5.2. La combinacin de endecaslabos es bastante homognea:


hay cinco enfticos, cuatro heroicos, tres sficos y dos meldicos; pero
dos de los enfticos tienen un esquema acentual mixto, con elementos
meldicos, en un caso, y sficos en otro. Los acentos que cortan el
ritmo estn siempre justificados por ir tras pausa, e introducen un
elemento enftico como primer acento del segundo estico (segunda par
te) del verso. Hay un ligero predominio de la acentuacin enftica,
acorde con el carcter de apostrofe del soneto en conjunto.

II

Anlisis sintctico

8.1.6. Los los tercetos nos ofrecen mayor nmero de versos que
de oraciones, y una predileccin marcada por los elementos nominales
sobre los verbales, que se trasluce incluso en una oracin implcita, la
ltima.

O Al contraluz de luna limonera, tu arista es el bisel, hoja barbera,


es una oracin atributiva, aseverativa afirmativa. Tu arista es el
sujeto, es, la cpula; el bisel, predicado nominal, lleva una aposi
cin, bimembre, explicativa, con pausa, hoja, modificada por el
adjetivo barbera; al contraluz es un aditamento, determinado por
la frase prepositiva de luna limonera.
02 que su ms bella vertical depura es una adjetiva de relativo, cuyo
sujeto, que, tiene como antecedente bisel, al que sirve de adjunto
toda esta proposicin. El implemento de depura es su ms bella
vertical.
03 Resbala el tacto su caricia vana tiene la pecularidad de que resbala
est usado como transitivo y causativo. El sujeto es el tacto y el im
plemento u objeto directo su caricia vana.
04 Yo mudejar te quiero y no cristiana tiene un anlisis, ms superfi
cial, con yo, sujeto; quiero, verbo transitivo, y te, implemento, mo
dificado por los complementos predicativos (atributos del implemen
to) coordinados mudejar y no cristiana. Un anlisis ms profundo
nos hace ver en y no cristiana una coordinada copulativa implcita,
y no (te quiero) cristiana, con supresin de los elementos repre
sentados entre parntesis, que estn presentes en la primera parte.
05 Volumen nada ms: base y altura, separada por punto de la anterior,
no parece que pueda interpretarse como un elemento dependiente
de quiero, un nuevo atributo del implemento: (te quiero) volu
men..., sino que, de acuerdo con esa pausa mayor, habr que bus-
194 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

car una interpretacin diferente. Proponemos una simple estructura


atributiva, de acuerdo con nuestra interpretacin esencial de la au
sencia de verbo, y especialmente de cpula, en 8.1.4. Seran as dos
implcitas, cuyos predicados nominales estn patentes: (eres) volu
men nada ms: (eres) base y altura.

III

Colocacin y significado de los adjetivos

8.1.7. Nos ocupamos ahora de los calificativos atributivos, unidos


directamente al sustantivo. Previamente precisaremos que el sustantivo
doncella en piel doncella es originariamente una aposicin, y no lo con
sideraremos como adjetivo, mientras que naranja, originariamente sus
tantivo, es aqu un adjetivo de color, descriptivo. Es discutible si el
nivelada inicial del segundo verso puede considerarse de pleno valor
adjetivo, por tratarse de un participio en contruccin implcita, sin ver
bo. En todo caso sera un explicativo, descriptivo, normalmente pos
puesto. Tras estas precisiones, nos quedan los adjetivos:
prisma puro: valorativo, especificativo, normalmente pospuesto.
engaste azul: descriptivo, especificativo, normalmente pospuesto.
piel doncella, toda naranja: descriptiva, explicativa, frecuentemente
pospuesto.
luna limonera: de relacin, explicativo (no parece aceptable supo
ner que quiera el autor diferenciar una luna de otra), habitual-
mente pospuesto.
hoja barbera: de relacin, especificativo, normalmente pospuesto.
bella vertical: valorativo, especificativo, antepuesto por nfasis.'
(Vertical es aqu sustantivo, la vertical.)
caricia vana: valorativo, explicativo, la posposicin, en posicin de
rima, se debe, sobre todo, a razones de composicin.

8.1.7.1. La adjetivacin, en un texto potico, no es excesiva, y est


hbilmente combinada con la aposicin y la sustantivacin de adjetivos
(vertical) o la adjetivacin de sustantivos (doncella, naranja) en diver
sos grados. Predomina la posposicin, lo cual refleja un deseo de huir
del nfasis y buscar la simplicidad; la excepcin, bella vertical, coincide
con el adjetivo que expresa la cualidad ideal, definitiva, de la torre, la
belleza de su verticalidad, otra vez geometra.

IV

Funciones del lenguaje

8.1.8. Al terminar 8.1.5, decamos que todo el soneto es una apela


cin, un apostrofe a la torre. La funcin apelativa-conativa est en la
raz misma del texto. A la vez, hemos sealado una bsqueda de lo
esencial, que se resuelve incluso en soluciones sintcticas, desde las
TEXTOS LITERARIOS EN VEPSO 195

oraciones implcitas a la adjetivacin, a lo cual podemos aadir la pre


sencia directa del poeta, yo: tendramos con ello el empleo expresivo-
emotivo del lenguaje. Ests dos funciones y la funcin potica predo
minan sobre la referencial: son ms fuertes las relaciones del mensaje
con el emisor (expresiva-emotiva), con el receptor (apelativa-conativa) y
con el propio mensaje (potica) que con el objeto (representativa) o el
contexto (referencial).
8.1.8.1. La funcin potica tiene en el texto una expresin preferen
temente recursiva: reiteracin de rimas, de nmero de slabas por verso,
de acentos, hasta de tonos, y reiteracin de construcciones sintcticas,
implcitas, de trminos geomtricos y arquitectnicos, de procedimien
tos de expresin de lo esencial. La prosopopeya bsica, la humanizacin
de la torre, para convertirla luego en pura geometra, obliga a romper
el cdigo habitual, a emplear el mensaje por el mensaje. En este sentido
aparecen elementos propios de la funcin metalingstica: el mensaje
altera el cdigo, en relacin directa y, as, brilla y resbala se hacen
causativos y transitivos, o verbos que requieren un sujeto animado para
su empleo transitivo lo toman inanimado.
8.1.8.2. Del empleo de todos los recursos analizados se desprende
la conclusin de que tal acumulacin ha sido deliberada y conducente
a un fin esttico. No es obstculo que usos similares se den con obje
tivos de otro tipo, incluso comerciales, como en la publicidad. Podemos
aceptar, como parece claro, que es mejor hablar de lenguaje literal que
de lenguaje literario; pero, en este caso, nadie niega la finalidad arts
tica, el uso potico de la funcin potica: no llegaramos a decir que
la forma es el mensaje; pero no olvidamos que la forma es geometra,
y ste es el punto y sntesis ltimos del poema.

TEXTO 23

8.2.

T y tu desnudo sueo. No lo sabes.


Duermes. No. No lo sabes. Yo en desvelo,
y t, inocente, duermes bajo el cielo.
T por tu sueo, y por el mar las naves.
En crceles de espacio, areas llaves
te me encierran, refluyen, roban. Hielo,
cristal de aire en mil hojas. No. No hay vuelo
que alce hasta ti las alas de mis aves.
Saber que duermes t, cierta, segura
cauce fiel de abandono, lnea pura,
tan cerca de mis brazos maniatados.
Qu pavorosa esclavitud de isleo;
yo, insomne, loco, en los acantilados,
las naves por el mar, t por el sueo.
196 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

Opcin A

1. El nivel fnico: recurrencias (reiteraciones, aliteraciones...).


2. La modalidad negativa: la negacin, su valor en el texto.
3. Las funciones del lenguaje en el texto.
4. Anlisis sintctico del primer terceto: versos 9-11.

Opcin B

1. El nivel lxico-semntico: recurrencias (repeticiones, sinnimos, et


ctera, su valor).
2. Anlisis sintctico de los versos 5-8, inclusive.
3. Adjetivos predicativos en el texto.
4. Verbos irregulares en el texto: tipo de irregularidad.

OPCIN A

El nivel fnico

8.2.1. La recurrencia o reiteracin fnica, con repeticin de sonidos


(aliteracin), ms marcada es, naturalmente, la rima, de la que ya tu
vimos ocasin de ocuparnos en 8.1.1. El texto se compone de catorce
versos, sin ttulo, con cinco rimas, en las que se repiten los sonidos -abes
(= -aves, puesto que B = V), -elo, -ura, -ados, -eo, con el esquema
ABBA ABBA de dos cuartetos, seguidos de un pareado CC y un serven-
tesio DEDE. Sin embargo, estos ltimos seis versos no se agrupan en
pareado 4- serventesio, como parece a primera vista, sino que constitu
yen los dos tercetos del soneto, y se. ordenan CCD EDE, con la rima D
que los enlaza.
8.2.1.1. El texto est marcado por las reiteraciones fnicas: hay
aliteracin de t en t, t, t, t, t, te, ti, t, t, formas referidas a la
segunda persona, con predominio de la recurrencia t. Otra slaba recu
rrente es no, que aparece cinco veces. Como consecuencia de las recu
rrencias lxicas que veremos en 8.2.5 se producen tambin aliteraciones;
as la de 5 en los dos primeros versos, como un siseo que instara el
silencio: desnudo sueo, no to sabes. Duermes. No, No lo sabes. Yo en
desvelo, que se arrastra en sueo... sueo... sueo, o la de vibrante ml
tiple en encierran, refluyen, roban; o la de /, en contacto con a, alce...
las alas; slo de vocal, la , en el verso trece, yo, insomne, loco. Et
efecto musical es innegable: la recitacin del soneto en voz alta es im
prescindible para su comprensin, en la que el papel de la fontica es
esencial.
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 197

II

La modalidad negativa

8.2.2. Hemos sealado ya, en el nivel fontico, y volveremos a ello


en el lxico, cmo se ha destacado el empleo de la slaba no, que corres
ponde al adverbio de negacin. No es ste, sin embargo, el nico proce
dimiento de negacin empleado en el soneto, aunque sea el ms visible,
o el que se ve antes. Respecto al empleo de no, hay que apuntar que
aparece en dos ocasiones entre puntos, como nica expresin de una
oracin implcita, de la que slo aparece el adverbio negativo. Al sepa
rarla los puntos del resto, hemos de insistir en este carcter, frente al
valor de insistencia o reiteracin, pleonstico, que sera predominante
en el caso de que la separacin se hubiera marcado por medio de
comas. La construccin de toda una oracin con la sola expresin no
supone una negacin esencial, universal; se niega la existencia del ob
jeto, de modo apodctico, es decir, sin admitir contradiccin. El no lo
sabes o el no hay vuelo que vienen a continuacin son simples
matizaciones de esa negacin universal previamente enunciada.
8.2.2.1. Los prefijos negativos constituyen el segundo procedimiento
de negacin: desnudo, desvelo, inocente, insomne, cada uno de ellos se
aplica una vez al amante y una vez a la amada, los de la amada, desnudo
e inocente, no conservan valor negativo para l hablante; podemos decir
que la plena negacin por prefijos afecta al amante. El juego conceptual
es claro: t duermes, yo en desvelo; t duermes, yo insomne, en con
traposicin de actitudes, de donde se obtiene una conclusin lgica, que
no est explcita: t duermes, no lo sabes; yo, en desvelo, lo s. El eje
de la negacin traspasa el poema y le da sentido.

III

Funciones del lenguaje

8.2.3. Las funciones emotiva (yo) y conativa (t) constituyen la base.


Las reiteraciones de los pronombres v la negacin corresponden a la
funcin ftica (cfr. 2.10.8. 4.2.2, 6.4.8, 7.2.2, 8.1.8), y la funcin potica
es predominante, por encima de la representativa, pues el mensaje es
fundamentalmente la expresin, la valoracin de la sustancia amorfa,
habitualmente no conformada y conformada aqu en los dos planos, el
de la expresin y el del contenido, aunque la expresin sea lo ms inme
diato, y el desencadenante de todos los efectos. .
8.2.3.1. La caracterstica esencial de la funcin potica en el texto
es la recursividad. En 8.2.1 hemos analizado este aspecto en la sustancia
y la forma de la expresin, anunciando que en 8.2.5 lo haramos en el
contenido. Aqu es fundamental adelantar algo, y sealar, resumidamen
te, lo dicho antes. La recursividad no consiste slo en la reiteracin f
nica; ste no es sino uno de sus aspectos, como la reiteracin lxica,
duermes, duermes, no, no, etc. Hay en el soneto todo un entramado con-
198 COMENTARIOS D LENGUA ESPAOLA

ceptual, expresado por medio de procedimientos lxicos, como el no,


exentos, o afijos, como des- o in-, o por alternancias de lexemas, desvelo,
insomne, que conduce a un constante moverse entre la amada inmvil
y el amante insomne, mientras en el mar las naves ponen la nota de
movimiento, y de color. Por la funcin potica el lector aprende que
sueo se equipara a 'mar' y que la amada, en su sueo inmvil, viaja,
como las naves, mientras el poeta permanece esclavo de la quietud, en
el insomnio de la conciencia, diramos, utilizando la conclusin lgica
obtenida en 8.2.2.1.

IV

Anlisis sintctico

8.2.4. Toda la estructura sintctica arranca de una oracin cuya ex


presin patente es un infinitivo, saber, que lleva como objeto directo,
o implemento, en forma de completiva introducida por que, todo lo que
viene detrs. Desde el punto de vista sintctico-semntico, est claro
que el empleo del infinitivo corresponde a la intencin de esencialidad,
pues ya sabemos que el significado de esta forma no personal es el del
verbo virtual, esencial, sin las limitaciones de la actualizacin del yo s.
8.2.4.1. La completiva tiene su sujeto explcito, t; duermes es el
ncleo del predicado, intransitivo; cierta y segura son dos complemen
tos predicativos referidos al sujeto, que se prolongan en las aposiciones
cauce y lnea, con sus modificadores, para terminar con el aditamento
introducido por la frase prepositiva tan cerca de convertida en locucin
equivalente a una preposicin.

OPCIN B

Nivel lxico-semntico

8.2.5. Este punto est enfocado como contrapartida del anlisis f


nico llevado a cabo en 8.2.1, en busca de los elementos determinantes
de la funcin potica.
8.2.5.1. Tenemos en primer lugar las recurrencias lxicas expresadas
mediante la reiteracin, es decir, con la simple repeticin de las pala
bras: No lo sabes. No. No lo sabes. No. No hay vuelo; duermes, duermes,
duermes, o sueo, sueo, sueo; son las ms" simples, y las menos sig
nificativas.
8.2.5.2. Es ms interesante, porque supone una mayor intervencin
del poeta, y una eleccin de trminos, la recurrencia basada en la repe
ticin de rasgos semnticos, en distintos lexemas o elementos lxicos, en
diferentes palabras, con inclusin de sinnimos o casi sinnimos. Ten
dramos as la relacin entre desvelo, esclavitud, brazos maniatados,
insomne y loco, por una parte, e inocente, cierta, segura, cauce fiel, lnea
pura, por otro. En otro sentido, el de lo transparente e inasible, tee-
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 199

mos cielo, espacio, areas, aire, vuelo, alas, aves, que se pueden rela
cionar con dos elementos interrelacionados, por su parte, hielo y cristal.
8.2.5.3. Por ltimo, sin agotar todas las posibilidades, concluimos
con la ms compleja, la reiteracin de un esquema sintctico, con inver
sin simtrica de los elementos: es lo que constituye un quiasmo, por
la forma de la letra griega chi (qui), parecida a nuestra x; en esquema,
A, B, B, A:

por tu sueo, por el mar (v. 4)


X
por el mar, por el sueo (v. 14)
con que terminan, respectivamente, el primer cuarteto y el soneto.

II

Anlisis sintctico

8.2.6. Alternan en estos cuatro versos una primera parte con predo
minio de las situaciones verbales, una segunda con predominio de im
plcitas, sin verbo, y una tercera de construcciones normales. La prime
ra llega hasta roban, la segunda hasta No., y la tercera hasta el final.
8.2.6.1. La primera oracin llega hasta encierran: empieza por el adi
tamento, con complemento determinativo en crceles de espacio, el su
jeto es areas llaves, te el implemento u objeto directo, y me el comple
mento, que corresponde, una vez ms, mejor a un dativo tico que a un
objeto indirecto. Refluyen y roban tienen el mismo sujeto que encierran,
y el mismo implemento, son los ncleos del predicado de las dos oracio
nes siguientes, con las que acaba la primera parte.
8.2.6.2. La segunda parte, de oraciones implcitas, tiene una primera
ms larga, de la que est patente el sustantivo hielo, seguido de la apo
sicin cristal, con su complemento determinativo de aire, y una frase
prepositiva en mil hojas, que podra ser un aditamento', y tambin otro
complemento determinativo, del grupo cristal de aire. En cuanto a no,
ya lo hemos interpretado como negacin'de la predicacin existencial
en 8.2.2.
8.2.6.3. La ltima parte se inicia con la negativa impersonal transi
tiva, con hay como ncleo del predicado, y vuelo como implemento u
objeto directo, modificado por una proposicin adjetiva de relativo, in
troducida por que, sujeto de alce, implementado por las alas, objeto di
recto, que lleva el complemento determinativo de mis naves. Hasta ti es
un aditamento.

III

Adjetivos predicativos

8.2.7. En el verso tercero, inocente (t... duermes inocente), y en el


verso noveno, cierta y segura (duermes t, cierta, segura), son comple-
200 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

mentos predicativos referidos al sujeto a travs del verbo, que es duer


mes en todos los casos. En el verso decimotercero tenemos una construc
cin implcita, es decir, sin verbo patente, yo, insomne, loco, en la cual
podemos ver los adjetivos como predicativos, en funcin de predicado
nominal con una cpula implcita: yo (estoy) insomne, loco, en los acan
tilados, mejor que como adjetivos atributivos, referidos directamente
al yo, en la interpretacin yo, insomne, loco, (estoy) en los acantilados.

IV

Verbos irregulares

8.2.8. De acuerdo con la teora resumida en 2.8.1, podemos sealar


los siguientes rasgos:

sabes: s, sabes, sepa, supe, sabr, irregularidad total, en el presen


te (inflexin de vocal, contraccin, y consonante sorda en el sub
juntivo), en el pretrito, fuerte, y en el futuro, sincopado.
duermes: dormir, duermo, durmi, diptongacin en el presente y
cierre en el pretrito, que afecta a la vocal radical.
encierran: encerrar, encierro, diptongacin en el presente.
refluyen: refluir, refluyen, refluy, consonantizacin de la vocal te
mtica en el presente y el pretrito.
hay: forma especial de haber (+ el antiguo adverbio y 'all'), verbo
irregular total, haber, he haya, hubo, habr, contraccin en el
presente de indicativo, consonante palatal en el de subjuntivo,
pretrito fuerte, y futuro con sncopa.

TEXTO 24

8.3.

PERFECCIN

Queda curva4 bis el firmamento,


Compacto azul, sobre el da.
Es el redondeamiento
Del esplendor: medioda.
Todo es cpula. Reposa,
Central sin querer, la rosa
A un sol en cnit sujeta.
Y tanto se da el presente
Que el pie caminante siente
La integridad del planeta.
4bs Tomamos este texto de Guillen del Tesoro breve, editado por Guillermo
Daz-Plaja; en las ediciones de Cntico se lee curvo. El comentario, en este caso,
vara, pues queda sera ncleo verbal y curvo un predicativo.
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 201

Opcin A

1. Es costumbre que cada verso se inicie con una mayscula llamada,


por ello, versal. Comente ste y otros aspectos icnicos del texto
anterior.
2. Valor y colocacin de los adjetivos del texto.
3. Anlisis sintctico de los versos 5, 6 y 7.
4. Morfologa de los verbos del texto: irregularidades.

Opcin B

1. Anlisis sintctico de los cuatro primeros versos.


2. Las preposiciones del texto: su valor.
3. Presencia y ausencia del verbo en el texto.
4. Funciones del lenguaje en el texto.

OPCIN A

Aspectos icnicos

8.3.1. A diferencia de los textos vistos en el captulo cuarto, no es


mucho lo que se puede decir de este texto desde el punto de vista icni
co, y se refiere, mejor, a la disposicin. Por ello, para aclarar el sentido
de la pregunta, hemos introducido la nota sobre la denominacin de las
letras VERSALES, as llamadas por la costumbre de emplearlas al inicio
de cada verso.
8.3.1.1. La misin principal de los elementos icnicos de este texto
es la de informarnos de que se trata de un poema, es decir, de una com
posicin que consta de varios versos. Para ello, en primer lugar, nos
seala, de modo claramente diferenciado del poema que lo sigue, un
ttulo, compuesto en tipo diferente, es decir, con indicador perceptible,
sin necesidad de intrprete, de esa diferencia. En segundo lugar, cada
una de las lneas que siguen, bajo el ttulo, se inicia por una letra versal,
aunque la lnea precedente no acabe en punto ni en otro signo de pun
tuacin que obligue a empezar con mayscula. El sentido de la indicacin
es claro: la inicial de verso tiene sus propias reglas, independientes de la
ortografa convencional. Ahora bien, esa es nuestra interpretacin, lo ic
nico acaba en el hecho de que se usa un tipo de letra diferente, es decir,
que se establece una diferencia entre la letra inicial de cada lnea y el
resto. Nosotros sabemos que cada lnea es un verso, pero eso no es ya
icnico, sino simblico, responde a nuestra manera convencional de repre
sentar los versos.
8.3.1.2. Por ltimo, observamos que el texto no responde a la manera
normal de escribir, sino que las lneas se cortan y son ms breves que las
202 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

lneas normales de un texto cualquiera, que las lneas que escribimos


ahora, por ejemplo. Ah acaba lo icnico, en esa diferencia, expresada
porque el texto del poema empieza y acaba lejos de los bordes de la pa
gina, lejos del lmite de la caja, como se llama tcnicamente al espacio
que se destina a la impresin en un libro. Se trata, con estas observacio
nes, de expresar de qu modo la escritura del verso va por caminos distin
tos de los de la prosa, y tiene sus propios medios diferenciales de repre
sentacin, en los que se han producido, a veces, notables diferencias
histricas: el empleo de las maysculas para iniciar un verso era funda
mental cuando los textos poticos se copiaban seguidos, como si se tratara
de prosa; entonces, el artilugio de usar la versal cada vez que empezaba
un nuevo verso, ayudaba al lector a darse cuenta del cambio. Cuando
se generaliz la costumbre de escribir la poesa en versos separados en
distintos renglones, se mantuvo la costumbre de usar la versal en la posi
cin inicial de verso. Actualmente, hay poetas que siguen esta costumbre,
como el autor del texto que comentamos, y otros que no.

II

Los adjetivos

8.3.2. Llama inmediatamente la atencin el hecho de que el texto


tiene pocos adjetivos. El primero de ellos, queda, adiunto de curva, con
el valor de quieta, es un adjetivo descriptivo, explicativo, antepuesto
porque toma valor de epteto, destaca como esencial del firmamento la
quietud de la curva. Lo mismo sucede en compacto azul, donde compacto,
tambin descriptivo, y atributivo, ms que especificar a azul insiste en una
cualidad que se considera esencial. Ntese que, propiamente, no se podra
rechazar la interpretacin especificativa, algo como el firmamento es una
curva que est queda y un azul que es compacto, pero ello, entendemos,
alterara notablemente la intencin del poema, por lo cual preferimos in
terpretar los adjetivos como explicativos.
8.3.2.1. No sucede lo mismo en pie caminante, donde nos parece que
caminante tiene intencin especificativa: el pie que camina siente la
integridad del planeta, el que no camina no la siente. Se puede objetar,
sin embargo, que caminante, tambin en uso atributivo, es un adjetivo de
relacin, y debe ir pospuesto: contextualmente es imposible el caminante
pie, o sumamente forzado. La solucin para expresar el carcter explica
tivo del adjetivo existe, sin embargo, y no la ha usado el poeta: con poner
caminante entre comas se hubiera indicado claramente que se tomaba
como explicativo.
8.3.2.2. Nos quedan por considerar dos adjetivos; el primero de ellos
es central, que est usado como predicativo, referido al sujeto, la rosa,
a travs del verbo reposa. Lo normal habra sido la posposicin; al estar
rosa en posicin de rima, la argumentacin sobre el orden pierde fuerza;
no obstante, creemos que la posicin de central, al principio del. verso y
antes del sustantivo al que se refiere, obedece a una intencin de destacar
ese trmino. En cuanto a sujeta, tambin referido a rosa, preferimos la
interpretacin como atributivo; la posposicin es normal en un adjetivo
de relacin y la falta de coma nos obliga a pensar en el carcter especifi-
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 203

cativo del adjetivo: no es imaginable que un poeta que se muestra tan


minucioso haya olvidado una coma, su ausencia debe ser deliberada, o
as tenemos que interpretarla.

III

Anlisis sintctico

8.3.3. Tenemos, en primer lugar, una oracin independiente, cuyo


sujeto es todo, la cpula es y el predicado nominal cpula, se trata de
una atributiva. A continuacin tenemos una nueva oracin, cuyo sujeto,
la rosa, va modificado por el adjunto sujeta, adjetivo que lleva un comple
mento introducido por a, como sucede con cierta frecuencia en el caso de
los adjetivos, a un sol, con el complemento determinativo en cnit, como
modificador de ste. El verbo es reposa; el sujeto lleva un complemento
predicativo, central, como hemos visto en el prrafo anterior; en cuanto
a sin querer, la puntuacin, de nuevo, nos impide considerarlo como adita
mento, por lo que hemos de considerarlo como complemento determina
tivo del adjetivo central. No se trata de que la rosa repose sin querer,
sino de que es central sin querer.

IV

Verbos irregulares

8.3.4. Segn lo expuesto en 2.8.1, procedemos a enumerar los verbos


y sus irregularidades, por temas:

es: irregular total, con alternancia de base, ser / era / fui.


da: irregular total, en el presente doy, d, y daba, en el pretrito di.
siente: de sentir, diptongacin en el presente, siento, inflexin en
el pretrito, sinti.

OPCIN B

Anlisis sintctico

8.3.5. El poema comienza por una oracin implcita, sin verbo: los
elementos explcitos son el firmamento, sujeto, queda curva y compacto
azul, predicados nominales, sobre el da, aditamento. Esto quiere decir
que no se ha expresado un verbo copulativo, de cuya ausencia nos ocu
paremos en 8.3.7.
8.3.5.1. A continuacin tenemos una atributiva explcita, cuya cpu
la es une el predicado nominal, el redondeamiento modificado por el
204 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

complemento determinativo del esplendor, con un sujeto que no se


expresa en esa oracin, pero que suponemos que corresponde a un ello,
en referencia anafrica a todo lo anterior. Del mismo modo, todo lo es
crito hasta aqu, en el poema, es el sujeto implcito del predicado nomi
nal medioda, nico elemento explcito de la ltima oracin, otra impl
cita, en la que tampoco est expresada la cpula.
8.3.5.2. La estructura es, en consecuencia, simtrica: implcita, atri
butiva, implcita; pero las tres con valor atributivo, pues los elementos
que hemos de suponer en las implcitas nos indican que falta la cpula.

II

Las preposiciones

8.3.6. Al precisar, en 8.3.3, los distintos tipos de complementos, he


mos tenido que referirnos al tipo de relacin que las preposiciones esta
blecen: sin y a, en sin querer y a un sol, introducen los complementos
de los adjetivos central y sujeta. Sobre, en sobre el da, introduce un
aditamento, mientras que de y en introducen complementos determina
tivos, de sustantivos, en del esplendor y en cnit, respectivamente.
8.3.6.1. En un planteamiento bsico, como el que nos ocupa, hemos
de sealar tan slo dos puntos: el primero es que las preposiciones no
estn limitadas en sus usos, como pretende una pedagoga falseadora;
el complemento de los sustantivos no slo se introduce con de, como he
mos visto muy a menudo en todos los tipos posibles de textos, en ste
mismo tenemos de y en para esa funcin. La preposicin a tiene, adems
de sus muchos valores y de su empleo caracterstico como introductora
del objeto directo personal individualizado, un empleo preciso como in
troductora de complemento de adjetivos.
8.3.6.2. El segundo aspecto se refiere a los valores de contenido de
las preposiciones. Sin expresa una modalidad negativa, sobre y en apa
recen en su caracterstico uso locativo, de circunstancia, mientras que
de y a son fundamentalmente relacionantes.

III

Presencia y ausencia del verbo

8.3.7. En los comentarios de textos poticos hemos observado, con


gran frecuencia, en relacin con los otros textos, la ausencia del verbo,
y la del verbo copulativo o atributivo, sobre todo.
8.3.7.1. Anteriormente, en 8.1.4, a propsito de un soneto, tuvimos
ocasin de sealar la diferencia entre la atribucin con cpula implcita
y la atribucin con cpula explcita. Ahora esta dcima (el poema es una
dcima) nos permite reiterar esa diferencia, cuyos aspectos tericos no
repetiremos.
8.3.7.2. En el anlisis sintctico de los primeros versos veamos cmo
alternaba una construccin sin cpula, con cpula, sin cpula. En el res
to del poema estn presentes los verbos, con una nueva atributiva, ahora
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 205

con cpula explcita, todo es cpula. Los otros verbos, reposa, se da y


siente tienen en comn el rasgo de que no expresan movimiento: el rasgo
que domina en todo el fragmento es el de la quietud, como expresa el ad
jetivo queda, al principio. Podemos ir ms lejos; el movimiento corres
ponde a un grupo nominal: pie caminante. La quietud se intensifica con
la quietud del tiempo: se da el presente, donde se da equivale a ser o es
tar y el presente expresa con claridad esa detencin del tiempo.
8.3.7.3. Con ello podemos volver a la afirmacin que ya hicimos
en 8.1.4. La expresin de la atribucin mediante oraciones implcitas,
sin cpula, corresponde a la intencin de esencialidad, que no se quiere
ver matizada n; siquiera por las simples formas como es o, all, eres.
Cuando la forma de ser est patente, se expresa la existencia: todo es
cpula, todo existe como cpula, es el redondeamiento, todo existe
como redondeamiento.

IV

Funciones del lenguaje

8.3.8. En relacin con los anteriores, el texto presenta dos noveda


des, la ausencia de la funcin conativa o apelativa, y la presencia de la
funcin metalingstica.
8.3.8.1. El punto de partida, naturalmente, es la expresin, mediante
la funcin emotiva o expresiva, del yo del poeta. En todo el texto hay
una relacin constante del mensaje con el emisor. La funcin represen
tativa o referencial tienen importancia, porque el mensaje del texto es
importante para el emisor, para el poeta. Los aspectos formales, que
existen, como veremos inmediatamente, se subordinan a la unidad con
ceptual. El mensaje en s mismo, es decir, la relacin del mensaje con
sigo mismo, realizada por la funcin potica, es importante, y aqu ad
quiere sentido la primera pregunta, que nos haca ver cmo el poeta era
cuidadoso con los aspectos icnicos de la distribucin, cmo respetaba
la versal en cada verso, y cmo se situaba, deliberadamente, en una
tradicin formal. A ello hay que aadir, naturalmente, la adecuacin
a una forma estrfica, la dcima, con su exigencia de rimas, llevada al
detalle de buscar esas rimas entre clases morfolgicas distintas: reposa,
rosa; sujeta, planeta; presente, siente, con lo cual resalta el no haberlo
hecho as en los otros dos pares de rimas.
8.3.8.2. En uno de esos pares, el de da, medioda, est usada la
funcin metalingstica, al relacionar el mensaje con el cdigo. De este
modo, hay que entender que la palabra medioda es la que condensa,
la que contiene, todos los rasgos distintivos de lo que se ha dicho an
tes en el texto. Para mayor abundamiento, el poeta emplea hasta los
dos puntos de la equivalencia, como si nos dijera: habis visto todo
lo que he dicho del firmamento y del redondeamiento (precisamente la
otra pareja de rimas), pues todo eso se resume en una sola palabra,
todo eso no quiere decir ms que medioda. Hay ms, en el propio
ttulo, perfeccin, hay una funcin metalingstica clara, lo que se nos
dice es que ese ttulo resume o contiene lo que se va a desarrollar en los
diez versos que siguen. Este deseo de expresin conceptual, este nuevo
206 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

conceptismo, si queremos llamarlo as, tan distinto de lo que hemos


visto hasta ahora, aprovecha al mximo las posibilidades de construc
cin, la ausencia de verbo y la expresin nominal concentrada.

TEXTO 25

8.4.

EL POEMA

No le toques ya mas,
que as es la rosa!

II

Arranco de raz la mata,


llena an del roco de la aurora.
Oh, qu riego de tierra
olorosa y mojada,
qu lluvia qu ceguera! de luceros
en mi frente, en mis ojos!

y III
Cancin ma,
canta, antes de cantar;
da a quien te mire, antes de leerte,
tu emocin y tu gracia;
emnate de ti, fresca y fragante!

Opcin A

1. Juan Ramn, poeta andaluz, escribe no le toques: comntelo desde


el punto de vista de la norma.
2. Anlisis sintctico de la tercera estrofa.
3. La recursividad en el texto: procedimientos de reiteracin lxica.
4. Presencia y ausencia del artculo en el texto: su valor.

Opcin B

1. Funciones del lenguaje en el texto.


2. Valores y funciones de que en el texto.
3. Funcin y tipo semntico de los adjetivos del texto.
4. Presencia y ausencia del verbo en el texto: su valor.
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 207

OPCIN A

"No le toques"

8.4.1. En un captulo anterior, 6.1.2, tuvimor ocasin de referirnos


al fenmeno del lesmo, uso del pronombre tono de tercera persona le
en funcin de objeto directo, y dijimos tambin que hay una tolerancia
de las instituciones normativas (Academias) cuando se trata de un pro
nombre referido a persona masculina, en singular, como consecuencia
de la larga tradicin literaria lesta. La forma etimolgica, desde el pun
to de vista histrico, y correcta, desde el normativo, sera la toques, si se
refiere a la rosa, y lo toques, si se refiere al poema.
8.4.1.1. Hemos indicado aqu que el texto es de Juan Ramn (Jim
nez), poeta de Moguer, en la provincia de Huelva, porque esa precisin
era necesaria; el habla de Huelva, como la andaluza, en general, man
tiene, para los pronombres tonos, los usos etimolgicos s: le para da
tivo, indistintamente masculino o femenino, con funcin de complemen
to u objeto indirecto, lo para acusativo masculino y neutro, la para acu
sativo femenino, ambos en funcin de implemento u objeto directo.
8.4.1.2. El uso de le en el poema (si no se debe a un corrector de la
imprenta, que todo puede pasar) estara en contra del sistema natural
juanramoniano, y de la norma actual, aunque no de la norma de su
poca, mucho ms favorable al lesmo. Habra que tener en cuenta tam
bin otro factor, el de la posible ultracorreccin o hipercorreccin: el
deseo de evitar la forma la, asociada al lasmo (cf. 4.3.3.1), o uso de
la como dativo, en vez del correcto y etimolgico le, aunque aqu lo
correcto habra sido usar esa forma la, precisamente; pero bien, como
acusativo.

II

Anlisis sintctico

8.4.2. Los verbos de toda la estrofa (salvo mire y las formas no


personales) estn en imperativo, por lo que la modalidad exhortativa
o imperativa caracteriza a casi todas las oraciones. El texto, adems,
se inicia con un vocativo, al que se refieren anafricamente todos los
sujetos de los imperativos, t, que estn implcitos en la forma verbal.
8.4.2.1. Tras el vocativo cancin ma, el verbo canta constituye el
primer ncleo del predicado, que se completa con el aditamento antes
de cantar. Sigue luego una estructura ms compleja, que podemos des
componen en

s Cfr. nuestros Estudios sobre el pronombre, Madrid, Gredos, 1978.


208 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

02 da tu emocin y gracia
03 a quien te mire, antes de leerte.

La segunda oracin tiene da como ncleo del predicado, implementado


por el doble objeto directo coordinado, tu emocin y tu gracia. A quien
te mire es una proposicin de relativo en funcin de complemento u ob
jeto indirecto de da, dentro de la cual quien es el sujeto, mire el ncleo
del predicado y te el implemento. Antes de leerte es un aditamento, que
hemos incluido en O3, pero que podramos separar, con su ncleo verbal,
leer, y su implemento te.
8.4.2.2. Queremos hacer notar que la oracin de quien no es ad
junto de ningn sustantivo, por lo cual sera errneo llamarla adjetiva.
A menudo se identifican las oraciones o proposiciones de relativo y las
adjetivas, y se dice adjetiva o de relativo; debe tenerse en cuenta que
esto slo es verdad cuando el relativo introduce una proposicin que
funciona, toda ella, como adjunto de un sustantivo, mientras que, en
ejemplos como el que ahora comentamos, se trata, en todo caso, de una
relativa sustantiva, pues toda ella funciona como funcionara un sus
tantivo, es decir, como trmino primario, con funcin de ncleo, no de
adjunto.
8.4.2.3. La oracin final tiene como ncleo verbal emana; tenemos
que pensar en te como un objeto directo, pues la construccin reflexiva
propia es ms enftica, en este caso, que una reflexiva formal, de mo
vimiento, de las que hemos visto tantas en comentarios anteriores. De
este modo fresca y fragante seran atributos del implemento, comple
mentos predicativos referidos al objeto directo, mientras que, si consi
deramos te como un reflexivo formal, del tipo de los falsos objetos,
los dos adjetivos seran predicativos referidos al sujeto (t, no expreso).
De ti es aditamento.

III

Reiteracin lxica

8.4.3. Como es habitual en la poesa juanramoniana, especialmente


a medida que avanza su obra, la reiteracin de trminos formalmente
idnticos se reduce, mientras que se acenta la de sinnimos o empa
rentados semnticamente.
8.4.3.1. Las reiteraciones ms formales se encuenran en la tercera
estrofa, en la que, de todos modos, el sujeto t no est directamente
presente, si bien aparecen otras cuatro formas pronominales de segun
da personas, t (dos veces), te y ti. Antes de se repite en la misma estrofa,
en la cual se encuentra tambin la reiteracin de formas del mismo
radical, un tipo de poliptoton: cancin, canta, cantar.
8.4.3.2. Ms frecuente y abundante es la reiteracin por. sinnimos
o formas lxicas con las que se comparte un rasgo semntico: rosa y
mata, roco y lluvia con el adjetivo mojada, o los adjetivos olorosa, fres
ca, fragante, que aluden tanto a la rosa como a la tierra tras la lluvia,
o finalmente, ceguera, luceros, ojos, mire, leer, que vincula las dos
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 209

estrofas finales. Este recurso, a falta de otros, deliberadamente rechaza


dos aqu, como la rima, confiere un ritmo semntico a todo el texto.

IV

Presencia y ausencia del artculo

8.4.4. De acuerdo con las consideraciones tericas expuestas en 2.8.2


y 7.6.5, sealaremos los distintos valores relacionados con las distintas
posibilidades de empleo de los artculos en el texto.
8.4.4.1. Digamos en primer lugar que, en lo que concierne a la ac
tualizacin, la forma luceros est actualizada por la cuantificacin plu
ral, de modo que en ella persiste la condicin de actualizacin no iden
tificadora. En otras ocasiones es la construccin la que impide la pre
sencia del artculo: de raz es forma lexicalizada, a partir de la conside
racin virtual de raz, naturalmente, pero ya claramente distinta de las
construcciones libres de la raz o de una raz. Las exclamaciones qu
riego, o qu lluvia, qu ceguera, exigen tambin que el sustantivo no
vaya actualizado por actualizador antepuesto, y el artculo slo admite
esta posicin, tanto para el como para un (uno de los rasgos comunes
que abonan la condicin de artculo de ambas formas). Puesto que
cancin est actualizado por el ma pospuesto, no queda ms sustantivo
sin actualizar que tierra, cuyo valor virtual es inmediato.
8.4.4.2. Esto significa que en el texto predomina la actualizacin:
la rosa, la mata, la aurora, el roco, incluso la identificadora relacionada
con las personas gramaticales, cancin ma, tu emocin, tu gracia, mi
frente, mis ojos. Slo cabe una interpretacin; el poeta llega a la ex
tensin a la generalidad a partir de la individualidad concreta, expre
sada por los determinantes.

OPCIN B

Funciones del lenguaje

8.4.5. En la estructura general, y en el recurso a formas de expre


sin como el vocativo y el imperativo, es manifiesta la importancia de
la funcin apelativa-conativa, de relacin del emisor con el receptor
(cfr. 2.10.8, 4.2.2, 6!4.8, 7.2.2 y 8.1.8); la segunda estrofa, dominada por
el yo, es ms claramente de carcter expresivo-emotivo. La funcin
representativa es importante, e incluye un aspecto metalingstico: todo
el texto es una definicin del poema, segn el poeta. No se trata de una
definicin tcnica, sino potica, y por ello la funcin potica ha de estar
presente, con su expresin fundamental mediante el ritmo semntico,
como hemos sealado en 8.4.3.2. Formalmente, el predominio de las
exclamaciones y los imperativos seala inequvocamente su carcter de
210 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

manifestacin y sntoma, aunque todo ello est distribuido de acuerdo


con la funcin potica. La conciencia de lo demasiado conceptual (el
aspecto metalingstico aludido) incita a recargar los procedimientos
expresivos, y los aspectos marginales, como veremos a propsito de la
adjetivacin, en 8.4.7. Por ltimo, la numeracin, incluido el y III final,
tiene un claro valor ftico.

II

"que" en el texto

8.4.6. Aparecen dos tipos diferenciados: el primero es el que de la


primera estrofa, conjuncin, que introduce una causal, y que tiene, por
tanto, el valor de porque. Los otros tres estn en la segunda estrofa
y son exclamativos. En estos tres casos aparecen como adjuntos de un
sustantivo, riego, lluvia, ceguera, respectivamente, dentro de construc
ciones implcitas, sin verbo, que analizaremos en 8.4.8. La diferencia
grfica es clara, pues el exclamativo lleva acento. Tambin hemos te
nido ocasin de comentar, en 8.4.4, que la combinacin de exclamativo
y sustantivo impide la presencia de artculo junto a ste, con lo cual
la exclamacin tiene un sentido virtual, esencial, sobre un contenido
que se presenta como no actualizado.

III

Los adjetivos

8.4.7. En el poema aparecen cuatro adjetivos en dos grupos coor


dinados por la conjuncin copulativa y: olorosa y mojada, fresca y fra
gante. Los cuatro son descriptivos. Los dos primeros tienen funcin
atributiva, modifican directamente al sustantivo tierra, y hemos de in
terpretarlos como especificativos, en colocacin pospuesta, como es ha
bitual. Los dos ltimos tienen funcin predicativa, y se refieren al im
plemento te (o al sujeto t, si no admitimos la construccin refleja
propia, como advertimos en 8.4.2) por medio del verbo emana. Tam
poco aqu la colocacin est marcada especialmente, pues aparecen colo
cados detrs del sustantivo al que se refieren. Otro adjetivo, llena, tam
bin descriptivo, en funcin atributiva, referido a mata, es explicativo.

IV

Presencia y ausencia del verbo

8.4.8. Todas las situaciones verbales corresponden a un verbo ex


preso, incluso la afirmacin existencial y esencial de la rosa, con la
cpula es, excepto la segunda parte, la exclamativa, de la estrofa II.
La presencia del verbo es, en consecuencia, definitiva, por lo que, a
diferencia de lo que hemos sealado para el texto anterior, y para el
TEXTOS LITERARIOS EN VERSO 21T

texto 22, en el poeta predomina la intencin de partir de lo concreto


y especificado, del mismo modo que en los sustantivos, donde tambin
predominaba la actualizacin sobre lo virtual, segn hemos dicho en 8.4.4.
8.4.8.1. Esta afirmacin adquiere mayor fuerza cuando vemos que
es precisamente la segunda parte de la estrofa II el punto de confluen
cia de los sustantivos sin actualizador, en la construccin exclamativa,
y la oracin sin verbo, que hemos definido como grado sumo de virtua
lidad verbal. En este caso, el verbo suplido sera una forma de existen
cia o percepcin, algo como hay o incluso siento, como consecuen
cia de la situacin verbal expresada por arranco. La supresin del verbo
obliga a concentrar toda la significacin en la expresin nominal, que
es esencial por la falta de actualizacin, y est potenciada por los ex
clamativos. Esta interaccin, en el centro mismo del poema, refuerza
la conclusin de 8.4.4, en el sentido de que, a pesar de la abundancia
de actualizaciones, la intencin final es la de llegar a la generalidad,
como corresponde a una definicin, propsito globa del poema.
Captulo

TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA,


DE ESPAA Y AMRICA

9.0.1. En este captulo recogemos una serie de textos espaoles y


americanos en los cuales se trata de reproducir la conversacin, y se
es el sentido que tiene aqu el trmino coloquial, o bien se registran,
por escrito, rasgos que se apartan del uso espaol que se considera
normativo, o del uso normal espaol, castellano.
9.0.2. Como se ve en el prrafo anterior, nos ha sido fcil precisar
el sentido de coloquial, aunque haya sido de modo amplio, mientras
que no nos ha sido posible hacer lo mismo en lo concerniente al trmino
normal, en torno al cual hemos hablado de dos cosas diferentes, al
menos, lo que los hablantes no consideran correcto o aceptable, y lo
que no es propio del espaol de Espaa, entendido, bsicamente, como
uso general del castellano norteo (frente a los usos llamados dialec
tales, como el andaluz o el canario, extremeo o murciano, clasifica
ciones, como sabemos, excesivamente simples desde el punto de vista
tcnico).
9.0.3. Como varias de las preguntas que se formulan sobre los textos
siguientes son comunes y una de ellas, precisamente, se refiere a la norma,
nos parece preferible exponer con algo de detalle unas consideraciones
introductorias, a las que remitiremos en cada pregunta concreta, evitando
as repeticiones enojosas.
9.0.4. Hay que partir, como es habitual as lo recoge L. F. Lara,
de dos precisiones que matizan el Goncepto de norma: la primera de
ellas, la filosfica, es la que nos advierte de que la palabra norma se
usa para designar lo que debe ser y tambin para designar lo que
es; la segunda, la lingstica, segn E. Coseriu, nos dice que la norma es
la realizacin colectiva del sistema, para precisar, en otro lugar2, que

1 Como visin de conjunto, asequible, en una publicacin de pblico amplio,


y con abundantes notas con bibliografa, cfr. Manuel Alvar Lpez, La norma lin
gstica, en Revista de Bachillerato, cuaderno monogrfico 9, suplemento del n
mero 22, abril-junio, 1982, pp. 3542. Para la consideracin general de la norma
hispnica sigue siendo bsico el'trabajo de J. M. Lope Blanch, El concepto de
prestigio y )a norma lingstica del espaol, en Anuario de Letras, Mxico, 10, 1972,
pp. 29-46. Como resumen terico vase Luis Fernando Lara, El concepto de norma
en Lingistica, Mxico, El Colegio de Mxico, 1976. En la lingstica espaola ha
ejercido una influencia notable el libro de E. Coseriu, Sistema, norma y habla,
recogido en Teora del Lenguaje y Lingstica General, Madrid, Gredos, 1962, p
ginas 11-113.
2 E. Coseriu, Sincrona, Diacrona e Historia, Madrid, Gredos, 19732, p. 138, n. 32.
212
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 213

La distincin entre sistema y norma puede asemejarse, hasta


cierto punto, a la que en la lingstica americana se establece
entre los pattern [esquemas] 'productivos', como el del plural
ing. en -s y los 'fijados' o 'limitados', como el de ox-oxen (...).
Slo que, para nosotros, la norma no abarca solamente lo 'fo
silizado', sino todo lo establecido y comn de las realizaciones
lingsticas tradicionales, en tanto que el sistema abarca las
'posibilidades', las directrices y los lmites funcionales de la rea
lizacin, es decir, la tcnica misma del hacer lingstico. En el
caso de ox-oxen [buey-bueyes] el hecho de norma no es la forma
oxen como tal (que, en cuanto posibilidad funcional, no es me
nos sistemtica que oxes), sino el hecho de que en este caso la
realizacin tradicional es, precisamente, oxen y no oxes.

9.0.5. Cuando hablamos de normativo o adecuado a la norma, ha


blamos de aceptacin general y uso comn (lo que es) y de obligato
riedad de empleo o prohibicin de uso (lo que debe ser), dentro de
las posibilidades que ofrece el sistema lingstico. Se supone que, dentro
de estas posibilidades, la comunidad elige una, con intencin de impo
nerla a todos los hablantes. Esta eleccin supone dos partes: por un
lado, tenemos la imposibilidad sistemtica, lingstica, que nos impide
decir yo cabo o he escribido, y seala como nica solucin yo quepo
o yo he escrito, respectivamente. Por otro lado, tenemos la imposibili
dad convencional, regulada socialmente, que nos impide decir, como
frmula aceptada, me se ha perdi, y nos obliga a decir se me ha per
dido. En este segundo caso intervienen dos tipos de factores, los geogr
ficos, que declaran preferibles las formas de ciertas regiones y recha
zan las de otras, y los institucionales, cuando la lengua dispone de or
ganismos que sancionan el uso correcto o incorrecto. Ambos factores
pveden y suelen combinarse. As, en el ejemplo me se ha perdi, se
rechaza en la lengua general, en la norma, esta construccin, que es
general en amplias zonas de Espaa, y se prefiere se me ha perdido,
que es dominante en otras, en las cuales, sin embargo, hay hablantes
que tambin dicen me se ha perdido; en este segundo caso, son las
instituciones, como la escuela, primero, y la Real Academia Espaola,
o la Comisin Permanente de Academias, las que imponen la forma
se .me ha perdido, nica que se considera propia de todo el espaol,
y obligatoria en la lengua escrita, salvo que se trate de reflejar un habla
local o social diferenciada.
9.0.6. Podemos decir, por ello, que una primera norma depende
siempre del acuerdo tcito de los hablantes. Sin embargo, en las socie
dades complejas, como la nuestra, es imprescindible fijar ese criterio,
para lo que se recurre a un segundo criterio, que se considera ms auto
rizado: el de autoridad, basado en los buenos escritores y hablistas.
Arranca del criterio del buen uso, que se apoya en argumentos del tipo:
el uso de tal autor autoriza esa construccin. Este criterio de autoridad
es un criterio de tipo culto, de prestigio, en cuyo apoyo tenemos obras
como los llamados Diccionarios de Autoridades, que existen en caste
llano desde el Tesoro de Sebastin de Covarrubias, de 1611, y que tienen su
mejor exponente en el primer diccionario de la Real Academia, el lla
mado precisamente de Autoridades, publicado entre 1726 y 1739, en seis
214 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

volmenes, y convertido luego, abreviado, en el diccionario acadmico


actual, sometido peridicamente a reformas y mejoras. Tambin se sus
tenta el criterio de autoridad en las gramticas del uso, o los dicciona
rios de dudas, como el de Manuel Seco para el espaol. Su inconveniente
principal puede estar en la dependencia de ciertas modas, pues hay
gran cantidad de escritores cuyo prestigio es tan grande como efmero,
mientras que otros slo ven reconocida su vala con el transcurrir del
tiempo. Tambin se objeta a este criterio su carcter extralingstico,
lo cual carece de importancia, ya que este tipo de norma del deber
ser es extralingstico igualmente.
9.0.7. El criterio de autoridad puede completarse, como sucede en
Espaa y en otros pases, con la autoridad de una institucin que asuma
el papel de arbitro en la aceptacin y determinacin del buen uso. En
el caso de nuestra lengua se encomienda este papel a las Academias
de los distintos pases hispanohablantes, creadas a partir de la pauta
de la Real Academia Espaola, fundada en 1713 y cuyos estatutos fue
ran aprobados en 1714. La Academia, contra lo que muchos creen, no
es una institucin encargada de ensearnos qu hemos de decir en cada
caso, o de autorizar el empleo de las palabras de origen extranjero, ni
siquiera de inventarse otras nuevas, en caso de necesidad; su papel es
tomar la responsabilidad de sancionar, con la inclusin en su dicciona
rio, o en su gramtica, tal o cual forma lxica o construccin que
considere aceptada por la comunidad de hablantes, y extendida al m
bito general. La ventaja indudable de esta institucin es que sus deci
siones son fruto de un trabajo corporativo y pblico, y proceden de los
acadmicos, cuya autoridad est relacionada con su prestigio personal,
como e.-critores y cientficos. Adems, la labor de todas las Academias
de los pases hispanohablantes se coordina gracias a su organismo espe
cial, la Comisin Permanente, que sirve de enlace entre todas las Aca
demias. En el panorama cultural espaol, donde no sobran instituciones
eficaces, es natural respetar una institucin tan laboriosa y productiva
como la Academia, cuyas comisiones y publicaciones, o el relieve nacio
nal de sus actos pblicos, testimonian una vitalidad y una adecuacin
a los tiempos innegables, aunque, por supuesto, vaya ms despacio de
lo que algunos quisieran.
9.0.8. Parece bastante claro, despus de lo dicho hasta aqu, que
una palabra, una expresin, o un texto completo, pueden estar fuera
de la norma por tres razones combinables entre s, de carcter his
trico, social, o geogrfico. Tenemos elementos anormales de tipo his
trico en el caso de arcasmos, que han perdido su posicin en el uso
general, o en el de variedades completas, como sucede en el judeo
espaol, reflejo del espaol de fines del siglo xv, donde tienen vigencia
construcciones que ya no se usan en el espaol general, y donde se
combina con razones geogrficas, es decir, de diferencias de usos lin
gsticos en distintas regiones. Esta distincin geogrfica se asocia co
mnmente con las diferencias de dialecto, y se dice por ello que hay
un dialecto andaluz en Espaa, o correntino en la Argentina, y as suce
sivamente. Las diferencias por razones geogrficas son importantes, y de
ese modo lo veremos en nuestros textos, pero se combinan con el factor
histrico, que ya hemos recogido, y con el social: los hablantes utilizan
niveles lingsticos distintos segn el estrato social ms minucioso que
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 215

clase al cual pertenecen, y distintos registros segn el tema, los inter


locutores y la situacin comunicativa, en suma. Los rasgos de la lengua
de los jvenes, de los delincuentes, o de ciertas profesiones, pertenecen
a este aspecto social.
9.0.9. Para no alargar excesivamente este apartado, terminaremos
con el problema concreto que el espaol presenta: la existencia de una
norma castellana, por una parte, y de una norma hispnica, por otra,
no necesariamente coincidentes, y vinculadas a las especiales caracte
rsticas de una lengua de difusin mundial.
9.0.9.1. Sabido es que la variante que ha triunfado en la lengua
literal ha sido el castellano norteo, es decir, el habla de Madrid (hasta
hace cincuenta aos caracterizada demogrficamente por el origen nor
teo dominante en las gentes de la inmigracin). Sin embargo, la lengua
hablada en todo el dominio tiene rasgos predominantes de la llamada
norma de Sevilla, o espaol atlntico, como el seseo, el empleo etimo
lgico de los pronombres tonos, o la tendencia, no general, a la aspi
racin de -s final de slaba o palabra, es decir, en posicin implosiva.
Otros fenmenos, como el yesmo, vinculados a la norma surea tradi-
cionalmente, son de tipo general.
9.0.9.2. En estas circunstancias, se ha tenido que imponer una inte
ligente poltica de tolerancia, en los dos sentidos: la Academia orga
nismo competente ha reconocido que el sistema etimolgico de los
pronombres tonos, por ejemplo, es el preferible, pero tolera el lesmo
(cfr. 6.1.2), rasgo norteo, por su predominio en la lengua escrita, sobre
todo literaria. Igualmente, recomienda la distincin s/z, pero acepta la
confusin, seseo, en las regiones que siguen la norma surea, con la
realizacin s (no con la realizacin z). La realidad, es decir, lo que es,
impone esta norma hispnica, ms amplia, sobre el prestigio general
y aplicacin menor de la norma castellana, ms restringida. Hablar
bien no es patrimonio de ninguna regin o clase econmica, sino de las
personas cultas de todo el dominio lingstico espaol, que procuran
atenerse a esa norma hispnica unificadora, para evitar el grave peligro
cultural de la fragmentacin del espaol en variedades diferenciadas e
incomprensibles. La ruptura de esa norma puede deberse a ignorancia,
para lo cual est la escuela, o a una intencin deliberada, para expresar
el rechazo de los modelos sociales o de cualquier tipo; a la sociedad,
en este ltimo caso, corresponde la labor de determinar hasta qu punto
est decidida a mantener unos criterios, incorporar los de quienes los
rechazan, o alterar parcialmente sus leyes.
9.0.10. Hemos repetido, en los prrafos anteriores, expresiones liga
das a la expansin del espaol. Esta pregunta, con frmulas como la
de extensin de nuestra lengua, y equivalentes, se repite en varios ejer
cicios; el conocimiento de su respuesta es necesario para la adecuada
situacin de casi todos los textos que inclumos en este captulo.
9.0.10.1. El espaol (con el nombre oficial de castellano) es la len
gua oficial de Espaa, lo que supone la Espaa peninsular, las Islas
Baleres, Ceuta y Melill, en el Norte de frica, y las Islas Canarias. En
este Estado se hablan tambin otras lenguas, como el vascuence, el
cataln, el gallego, y variedades lingsticas como el astur-leons, el ara
gons o el araes, cada una de ellas con sus peculiaridades y problemas
constitutivos (el ms importante es la discusin sobre el carcter de
8. Comentarios de Lengua Espaola
216 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

lengua valenciana de la variedad del cataln hablado en la regin de


Valencia). Este contacto lingstico provoca problemas de bilingismo,
y conflictos lingsticos que se reflejan tambin en la lengua escrita,
con interinfluencias, prstamos y alteraciones, de distinta importancia.
9.0.10.2. Fuera del mbito espaol, una primera razn de expansin
de nuestra lengua se encuentra en la expulsin de las comunidades ju
das en 1492. Estos judos son los sefardes que quiere decir 'espao
les' o 'hispnicos', pues Sefarad es el nombre hebreo de Espaa, en el
sentido latino de Hispania y hablan una variedad arcaica llamada
judeoespaol. Hasta la segunda guerra mundial eran importantes en
Turqua, Rumania y los Balcanes, as como en el Norte de frica, espe
cialmente Marruecos. Tras la guerra emigraron muchos a Israel, e in
cluso a los Estados Unidos, Canad y Amrica del Sur, perdiendo parte
de ellos su variedad lingstica o integrndola en el espaol general.
9.0.10.3. Inmediatamente despus, por orden cronolgico, hemos de
situar la expansin del espaol hacia Occidente, por toda Amrica, y
luego hacia Oriente, a Filipinas. En Amrica el espaol es lengua oficial
en Mxico, en Amrica del Norte, y se ha extendido a los Estados Uni
dos, donde la ciudad de Nueva York, con ms de un milln de hispano
hablantes, es una de las primeras ciudades de nuestra lengua, y donde
se ha constituido recientemente la Academia Norteamericana de la Len
gua Espaola. Dentro de los Estados Unidos, los estados de Florida, en
el Caribe, y los del Medio Oeste, en especial Texas y Nuevo Mxico
(pronuncense Tejas y Nuevo Mjico), hasta California, tienen importan
tes minoras de hispanos, los llamados chcanos, que han obligado a
leyes de cooficialidad lingstica y de enseanza del espaol en la es
cuela.
9.0.10.4. En el Caribe y Centroamrica estn Cuba, Santo Domingo,
Puerto Rico, Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua, Costa Rica
y Panam, adems de las islas menores del Caribe, donde el castellano
alterna con otras lenguas. Esta alternancia se da tambin en el gran
estado del Sur, el Brasil, de lengua oficial portuguesa, pero donde, por
ser su variedad portuguesa anterior a la evolucin del portugus penin
sular en el siglo xvni, es muy fcil la intercomprensin con los caste-
llanohablantes, hasta el punto de que la televisin brasilea, por ejem
plo, incluye en sus programas entrevistas y reportajes con hispanoame
ricanos de lengua espaola, sin doblajes ni subttulos, por la facilidad
con que el pblico los comprende. Al mismo tiempo es importante des
tacar la penetracin del portugus de Brasil en los pases limtrofes,
como Paraguay, Bolivia o Per, gracias a la colonizacin brasilea de
las zonas amaznicas y fronterizas en general.
9.0.10.5. En Amrica del Sur, toda la costa del Pacfico habla espa
ol: Colombia, Ecuador, Per, Chile, a las que hay que aadir Bolivia,
sin costas, como Paraguay, y la Amrica Atlntica del Sur, Argentina,
Uruguay, Venezuela. Como consecuencia de la pertenencia a la Repblica
Argentina de un sector de la Antrtida, tambin esta zona desrtica, he
lada, cae dentro del dominio de la lengua espaola, terico, en este caso.
9.0.10.6. La situacin de Filipinas es muchsimo ms grave: como
consecuencia de la derrota de Espaa en 1898, los Estados Unidos se
establecieron en los islas, donde poco a poco fueron desalojando el es
paol, en favor del ingls. Con la independencia definitiva, tras la se-
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 217

gunda guerra mundial y el fin de la ocupacin japonesa, la ms impor


tante de las lenguas de las islas, el tagalo, se convirti en lengua oficial,
con el nombre de filipino, mientras que el ingls segua siendo la lengua
de la ciencia y la relacin con el mundo exterior. En estas condiciones,
el espaol ha dejado restos en lenguas mixtas, y en un ncleo de pobla
cin reducido, que sigue fiel a la conciencia de Hispanidad. No hay que
olvidar que Filipinas desempe un papel fundamental en los intentos
espaoles de acercarse a China y Japn, con fines religiosos y comercia
les, desde el siglo xvi y que tuvo durante siglos una especial relacin con
Hispanoamrica, especialmente con Mxico.
9.0.10.7. La nacin hispanohablante ms joven es la Repblica de
Guinea Ecuatorial, nico pas hispanohablante fuera de Espaa donde la
norma, en general, no es la surea, sino la de Madrid (con algunas con
cesiones), bsicamente. Guinea Ecuatorial tiene una parte de su terri
torio en el Continente y otra en la isla de Bioko (antes Fernando Poo)
cuya capital, Malabo (antes Santa Isabel) es la capital administrativa,
ademas de algunas islas menores. Junto al espaol y las lenguas ind
genas se habla un criollo portugus, y una lengua mixta de base inelesa,
el piclun (pidgin-English).

--T^ Difusin de la lengua espaola


1 Espaa peninsular, Baleares, Ceuta y Melilla. 2. Espaa insular atlntica
Islas Cananas). 3. Mxico, Amrica Central, Insular y Amrica del Sur. 4. Is
las Filipinas. 5. Sefardes. 6. Repblica de Guinea Ecuatorial. 7. Nueva York
8. (zona rayada) California, Tejas, Nuevo Mjico, otros estados del Medio
Ueste-y Florida (estados de la Unin con minoras hispanohablantes). 9. An
trtida, Argentina.
218 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

TEXTO 26

9.1.

Segua yo con seis aos, y ceceaba como un tocino. Y en el


Instituto haba veladas literario-musicales en las que el nico
que intervena del grado elemental era yo. Porque a las profe
soras les caa en gracia mi ceceo de campero andaluz. Y as me
hacan aprender poesas. Y luego en las veladas literario-musi
cales sala yo recitndolas en el escenario. Con la que tena ms
xito era con la de ezta fabulilla zalga bien o mal me ha ocurrido
ahora por cazualidad. En cambio, los chiquillos manchegos se
cachondeaban de que, al hablar, yo dijera laz cozas zon azi. Y
yo haca todo lo posible por pronunciar la ese, y decir que lasss
cosasss sson asss. Pero trabucaba en un trabalenguas y no haba
forma.

Opcin A
1. Comentar las peculiaridades fonticas y grficas del texto.
2. El nivel lxico: caracterizacin del texto.
3. Anlisis sintctico desde Y en el Instituto hasta campero andaluz
(ln- 1-4). , . . ....
4. Verbos irregulares en el texto: caractersticas de su irregularidad.

Opcin B
1. El ceceo: su localizacin y su relacin con la norma.
2. Aspectos fontico-literarios del texto (recurrencias o reiteraciones
fnicas, aliteraciones, etc.).
3. Anlisis sintctico desde En cambio (ln. 8) hasta asss (ln. 11).
4. Colocacin y valor de los adjetivos en el texto.

OPCIN A

Peculiaridades fonticas y grficas

9.1.1. Todas ellas afectan a la distincin entre la s v la z: cuando se


escribe ezta, zalga y cazualidad se quiere registrar el fenmeno fontico
llamado ceceo. Lo mismo ocurre en laz cozaz zon azi, frase construida
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 219

adrede para acumular en ella sibilantes, eses, que se pronuncian como


interdentales y se escriben como zetas, para reflejar la pronunciacin
ceceante. En cambio, en lasss cosasss sson asss la reiteracin de la s en
la grafa representa el esfuerzo de correccin del hablante, alargando sus
eses, para evitar el ceceo.
9.1.1.1. La pregunta terica sobre el fenmeno fontico llamado ce
ceo se desarrolla en 9.1.5, por lo que remitimos-a ese apartado, para
completar lo que llevamos dicho. El texto, en todo caso, nos ofrece al
gunos datos ms. El primero de ellos es el nombre concreto del fen
meno, ceceaba, y el segundo es la consideracin social del mismo, en dos
aspectos. El primero de ellos se refleja en la sinestesia cecear como un
tocino: lo que un tocino tiene de ceceoso es metalingstico, se refiere a
su c, grafa que corresponde a la pronunciacin interdental. El segundo
se expresa de dos modos diferentes: caer en gracia y cachondearse. Caer
en gracia implica una actitud de tolerancia, positiva, mientras que ca
chondearse supone una actitud de burla, negativa. El contexto nos hace
saber que se trata de un nio de seis aos, aparentemente de origen
andaluz (parece contraponerse campero andaluz a chiquillos manchegos),
y ello provoca la actitud de proteccin de las profesoras, actitud que no
es compartida por los compaeros, los chiquillos manchegos. El ceceo
se presenta en el texto como algo exterior a la norma, gracioso, y rela
cionado con una regin geogrfica. Naturalmente, con la informacin
que el texto facilita, cabra pensar que lo de campero andaluz es una
comparacin, que el nio no es andaluz, sino que cecea por su edad
(rasgos externos de tipo social), y que se relaciona con Andaluca por la
vinculacin comn del ceceo y el andaluz, con lo que vuelve a intervenir
el elemento geogrfico.

II

El lxico

9.1.2. La utilizacin de las formas lxicas, palabras y locuciones,


nos permite diferenciar dos niveles: el del narrador culto y el del na
rrador nio; el narrador culto, a su vez, emplea una serie de trminos
neutros, sin connotaciones especiales (cfr. 4.1.1) junto a otros rebusca
dos, marcados. El narrador nio emplea resueltamente formas coloquia
les, de registros inferiores. Se trata, evidentemente, de un desdobla
miento, pues es el mismo narrador en todos los casos; tenemos que ver
el cambio de registro, en consecuencia, como un cambio de perspectiva.
9.1.2.1. Desde la perspectiva neutra del narrador objetivo se intro
ducen las frmulas generales del relato, especialmente la introduccin,
con la comparacin con- un tocino, y la conclusin, con el trabalenguas,
que veremos de nuevo en 9.1.6. Desde la perspectiva del narrador s
insertan tambin otros trminos marcados, porque el escritor, entende
mos, hace suya la perspectiva de las profesoras: por eso distingue caer
en gracia, que refleja esta actitud, de cachondearse, que se refiere a la
tercera perspectiva. En esta segunda encaja perfectamente la frase, reite
rada, veladas literario-musicales, que resulta una perfecta cursilera, en
220 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

justa correspondencia con la actitud de sacar a escena a un recitador


infantil ceceoso. .
9.1.2.2. La ltima perspectiva es la del narrador infantil, matizada
perfectamente en el relato por diversos medios, que empiezan con la rei
teracin de la copulativa y, rasgo de estilo tpico de las narraciones
contadas por nios: y en el Instituto, y as, y luego, y yo, donde la con
juncin es superflua. En el plano lxico, adems del cachondeaban, ya
dicho, tendramos el uso de poesas por poemas', o la expresin sala yo,
y la referencia anafrica la de seguida del primer verso de la fbula.

III

Anlisis sintctico

9.1.3. Podemos separar en el texto hasta cuatro unidades distintas:


O Y en l Instituto haba veladas literario-musicales, es una falsa co
pulativa, pues la y inicial es superflua, como acabamos de decir, es
una oracin aseverativa afirmativa, transitiva e impersonal; es decir,
no tiene sujeto, y expresa con veladas literario-musicales el objeto
directo o implemento de haba: obsrvese que la pronominalizacin
es con la forma de acusativo que corresponde al implemento, las ha
ba, y que el verbo va en singular, mientras que veladas va en plural,
lo cual indica claramente que no se trata del sujeto. Hay dos adita
mentos, el primero es en el instituto y el segundo toda la proposicin
de relativo siguiente.
02 se ordena del siguiente modo: en las que era yo el nico del grado
elemental. Se trata de una atributiva, con sujeto yo, en las que como
aditamento, y el nico, modificado por el complemento determinativo
del grado elemental como predicado nominal. Es una proposicin de
relativo. El predicado nominal se expande en otra proposicin de re
lativo, adjetiva, en funcin de adjunto,
03 que intervena, cuyo sujeto es que, tambin aseverativa afirmativa, in
transitiva.
04 es una causal, que debiera estar separada por coma y no por punto
de la anterior. Hay que suponer que el punto refleja las pausas ms
amplias de la narracin infantil, o de la perspectiva infantil del re
lato. Mi ceceo, con el complemento determinativo de campero anda
luz, es el sujeto. Caer en gracia, como unidad lxica, corresponde a
una estructura de verbo 4- suplemento (o complemento preposicio
nal). A las profesoras es el complemento u objeto indirecto, que va
duplicado por un pronombre redundante de dativo, les, pleonstico.

IV

Verbos Irregulares

9.1.4. Enumeramos las formas que corresponden a verbos irregula


res, segn lo expuesto en 2.8.1.
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 221

Segua: seguir (en sigo-sigues no hay irregularidad en la conso


nante, sino grafa acorde con la pronunciacin), la irregularidad
est en el cierre de la vocal radical en i, lo mismo que en el
pretrito sigui.
haba: haber, irregular total, presente con prdida de consonante,
he; pretrito fuerte, hube, y futuro sincopado, habr.
intervena: intervenir, adicin de consonante en el presente, inter
vengo; diptongacin, intervienes; pretrito fuerte, intervine, y fu
turo sincopado, con adicin de consonante, intervendr.
era: ser, irregular total, con cambio de tema, soy, era, fui.
caa: caer, adicin de consonante y cierre de vocal en el presente,
caigo; consonantizacin en el pretrito, cay; fusin voclica en
el participio, cado, y en el copretrito, caa.
hacan: hacer, alternancia de consonante en el presente, con cambio
de timbre, hago, haces; pretrito y participio fuertes, hice, he
cho; futuro sincopado, har.
sala: salir, adicin de consonante en el presente, salgo, y en el fu
turo sincopado, saldr.
tena: tener, adicin de consonante en el presente, tengo; pretrito
fuerte, tuve; futuro sincopado, con d epenttica, tendr.
era: ser.
salga: salir.
dijera: decir, alternancia de consonante en el presente, con cambio
de timbre, digo, dices; cierre de la vocal radical, tambin en el
participio dicho, que es fuerte, como el pretrito dije. Futuro
sincopado, dir.
haca: hacer.
decir.
son: ser.
haba: haber.
Ntese que, en trabucar, trabuqu no es irregular, sino slo adap
tacin grfica, acomodada a la pronunciacin de la oclusiva
velar [k].

OPCIN B

El ceceo

9.1.5. Ya hemos expuesto, en 9.1.1., las grafas y las expresiones que


nos permiten sealar la existencia de ceceo en el texto, lo cual nos evita
repetirlas aqu, aunque seran, lgicamente, el inicio de la respuesta.
9.1.5.1. Desde el punto de vista descriptivo, el ceceo es un fenmeno
que consiste en articular un sonido interdental fricativo, o posdental fri
cativo (que es lo ms frecuente), en vez de una fricativa alveolar, s, o,
ms frecuentemente, dorsodental. Es decir, en vez del timbre siseante'
propio de la /s/, grafa s, percibimos el timbre ciceante propio de la /0/,
222 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

grafa z, <?'. Por eso se dice que los ceceosos convierten las eses en ze
tas, con una inadecuada referencia a la grafa, en vez de a la pronun
ciacin.
9.1.5.2. El ceceo puede ser un fenmeno individual o colectivo: como
fenmeno individual obedece a defecto o inmadurez de la articulacin,
y es frecuente en individuos aislados, o en nios que todava no dominan
sus recursos fonolgicos. Como fenmeno colectivo es un hecho dialec
tal, en especial de ciertas zonas andaluzas, y socialmente marcado por
la inaceptabilidad, frente al otro tipo de prdida de distincin entre s/z
y unificacin, el seseo, o pronunciacin como s. que goza incluso de la
autorizacin normativa, como rasgo de la norma hispnica (cfr. 9.0.10).
9.1.5.3. Hemos dicho antes que, ms que en una articulacin inter
dental, el ceceo consiste en una articulacin posdental, y que es ms
frecuente en los individuos que pronuncian la s como dorsodental. Ex
plicaremos ahora este punto. La articulacin castellana de la s es apico-
alveolar, el pice o punta de la lengua se eleva a los alvolos dentarios.
Esta s no es la general en el mundo hispnico, que prefiere una s coro
nal, con la corona de la lengua (parte de la lengua entre el pice y el
predorso, es decir, la lnea entre el estrechamiento de la lengua en su
acercamiento al pice y el dorso o cuerpo muscular de la lengua) en
contacto con los incisivos, o la s predorsal, con el predorso de la lengua
contra los incisivos. Cuando la articulacin es predorsal, puede ocurrir
que la punta de la lengua resbale hasta colocarse tras los incisivos, con
lo que su timbre deja de ser siseante y se hace ciceante, producindose
el tpico ceceo, con z posdental. Esta situacin, que se da espordica
mente en muchos seseos de s predorsal, es la que corresponde a una mo
dalidad dialectal o subdialectal andaluza; es un meridionalismo.
9.1.5.4. En el ceceo se dan los tres rasgos que pueden caracterizar
a un hecho exterior a la norma: histricamente se remonta a la prdida
de distincin fonoleica por el reajuste del sistema de sibilantes en los
siglos xv-xvi, que diferencia la norma de Madrid, con su zeta, de la de
Sevilla, que confunde s/z; socialmente el fenmeno es propio del habla
campesina, y se elimina en las grandes ciudades, como Sevilla, que opta
por el seseo, aunque la inmigracin moderna ha llevado a Sevilla a buen
nmero de pobladores de los alrededores, ceceosos. Geogrficamente, el
fenmeno se concentra especialmente, en las zonas costeras andaluzas,
hasta Almera, inclusive, desde Huelva, y afecta a toda la provincia de
Cdiz, a Sevilla, menos la capital y el Norte, casi todo Huelva y Mlaga,
y el Oeste de Granada, con algunos islotes en el interior. Los trabajos
del Atlas Lingstico de Andaluca muestran una distribucin ms com
pleja de la aceptada tradicionalmente, que no tiene objeto reproducir
aqu con detalle. La articulacin ceceosa es fluctuante, con timbre ci
ceante a veces poco marcado, y apariciones espordicas de s. Parece
encontrarse en retroceso ante el seseo, aunque es difcil precisarlo con
exactitud.
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 223

II

Aspectos fontico-literarios

9.1.6. Indudablemente, tendremos que referirnos aqu, en primer lu


gar, a todas las observaciones sobre las peculiaridades fonticas y gr
ficas que sealamos en 9.1.1, con la alternancia entre la grafa ceceosa,
para representar el ceceo del nio protagonista, y la reiteracin grfica
de las eses, para expresar su autocorrcccin. La aliteracin del sonido
ce, en ceceaba como un tocino, onomatopyica, por una parte, y sines-
tsica por otra (pues se utiliza la palabra tocino en relacin con el sen
tido de la audicin, y no con el del gusto o el del olfato, como sera ms
natural), corresponde tambin a este tipo de procedimientos. La eleccin
del diminutivo en illo para chiquillos es un rasgo andaluz en la caracte
rizacin del protagonista infantil. Por ltimo, la reiteracin del grupo
tr- en trabucaba y trabalenguas est de acuerdo con la intencin de pre
sentar una realizacin fontica difcil, al equipararla con el ceceo.
9.1.6.1. Parece claro que el texto se ha construido con una finalidad
humorstica, a partir de unos efectos fonticos determinados, aunque en
l hay ms elementos, como las connotaciones sociales presentes en el
escenario donde se desarrolla la accin, y hasta en la eleccin del tr
mino empleado: veladas literario-musicales. Se suma as un aspecto cos
tumbrista a ese humorismo bsico.

III

Anlisis sintctico

9.1.7. El fragmento que vamos a analizar comienza por la forma en


cambio, gramaticalizada con el valor de una conjuncin adversativa,
pero. Los chiquillos manchegos es el 6ujcto de se cachondeaban, verbo
pronominal con un se formal, falso objeto, que lleva como suplemento
(complemento preposicional) la proposicin completiva de que yo dije
ra... El sujeto de esta completiva es yo, el inciso al hablar, con verbo
en infinitivo, es un aditamento de dijera, con valor temporal, y laz cozaz
zon azi es una oracin atributiva que sirve de implemento a dijera, por
que est tomada como conjunto de formas lingsticas, es decir, gracias
a la funcin metalingstica. En s misma est constituida por el sujeto
laz cozaz, la cpula son y el adverbio azi con funcin de trmino secun
dario, como predicado nominal, equivalente a un adjetivo.
9.1.7.1. La segunda.parte del fragmento, a partir del punto, est cons
tituida por una oracin bsica, con sujeto yo, haca como ncleo del
predicado y todo lo posible como implemento u objeto directo, oracin
que se prolonga en dos construcciones de infinitivo coordinadas, con
funcin de aditamento y valor final. El primer infinitivo, pronunciar,
lleva como implemento la ese, mientras que el segundo, decir, lleva como
implemento una proposicin completiva, introducida por que, lasss co-
sasss sson asss, que se analiza igual que laz cozaz zon azi. Vale la pena
224 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

observar que la oracin de laz cozaz est en estilo directo en el texto,


sin partcula introductoria, mientras que lasss cosasss est en estilo in
directo, introducida por la partcula completiva que.
9.1.7.2. En la construccin haca por pronunciar y decir tenemos la
posibilidad de otro anlisis, que interpretara hacer en funcin de auxi
liar de una perfrasis hacer por + infinitivo, a partir de la consideracin
de por + infinitivo como suplemento. Aunque es posible combinar un
implemento y un suplemento, es raro, por lo que preferimos nuestra in
terpretacin anterior.

IV

Los adjetivos

9.1.8. Podemos decir, en primer lugar, que el adjetivo nico apare


ce en la frase el nico, sin sustantivo. En estos casos caben dos interpre
taciones, o vemos en el un indicador de sustantivacin (concepto morfo-
simctico), y consideramos nico como un sustantivo, que funciona como
ncleo, o, por el contrario (con una teora que deslinda la Morfologa
de ia Sintaxis), manteniendo para nico el carcter morfolgico de adje
tivo, sealamos que el grupo el nico tiene funcin de trmino primario.
Dentro del grupo nos cabe entonces la posibilidad de considerar el como
un ncleo, como si fuera un pronombre, o conservara su posibilidad
pronominal etimolgica de aparecer como ncleo. Lo mismo, con la for
ma lo, ocurre en lo posible.
9.1.8.1. Los adjetivos son escasos en el texto:

veladas literario-musicales
grado elemental
campero andaluz
chiquillos manchegos
9.1.8.2. En los cuatro casos se trata de adjetivos atributivos, de re
lacin, especificativos y pospuestos, es decir, sin ningn tipo de relevan
cia, en posicin neutra. La adjetivacin, por tanto, est empleada con
objetividad completa.

TEXTO 27

9.2.

Y deca HK-4, de Bogot: Un besito para la nena Florita.


Y Florita responda: Muchos besos y abrazos para don Oswal-
do. Y deca EA-7 AD, de Sevilla: Hola, Florita!, pequea, dn
de has estado metida tanto tiempo que no pude or tu linda voz?
Y don Hernando conectaba el emisor, sonriente, y acercaba el mi
crfono a los labios de la nia, y la nia deca: Estuve en Bur-
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 225

gos, en el colegio. Muchos besitos, don Augusto. Y todos tenan


una frase cariosa para Florita, y el viejo le deca a su hermana
Flora: Has visto cosa ms salada? Y pensaba que el mundo
era bueno y solidario y senta en la mdula de los huesos una vi
vificante calidez.

Opcin A
1. Las siglas: en el texto y en el lxico de nuestro tiempo.
2. Valor expresivo de los diminutivos, a partir de los ejemplos del texto.
3. El estilo directo, sus manifestaciones en el texto.
4. Caracterizacin del texto a partir de sus rasgos lingsticos.

Opcin B
1. Elementos de la funcin conativa, en el texto.
2. Adjetivos del texto: aspectos semnticos.
3. Anlisis sintctico desde Y deca EA-7 AD (ln. 3) hasta linda voz?
(ln. 4).
3. La formacin del lxico, desde Muchos besitos (ln. 7) hasta el final.

OPCIN A

Las siglas

9.2.1. En el texto aparece primero una sigla, HK-4; el contexto nos


hace saber que se trata de la matrcula de una emisora de radioaficiona
do. Lo ms llamativo es que se emplea esa sigla en vez de un nombre
propio, con su apellido, de Bogot, como si se tratara de una persona.
Morfolgicamente, la sigla es del tipo llamado alfanumrico, pues com
bina las letras y los nmeros. Semnticamente parece ser convencional,
es decir, que las letras se han asignado de acuerdo con una convencin
interna colombiana real o supuesta por el escritor y el nmero es
un datp de identificacin complementario. El procedimiento de forma
cin de la segunda sigla, la de Sevilla, es ms complejo, porque se inicia
con EA, rasgo identificador de las emisoras espaolas, seguido del n
mero de orden y de una nueva identificacin alfabtica, AD. El propio
texto nos aclara la identidad de los usuarios de las emisoras, HK-4 es
don Oswaldo, y EA-7 AD, don Augusto.
9.2.1.1. Los aspectos tericos de las siglas, y su papel en el lxico
espaol actual han sido expuestos, con indicaciones bibliogrficas,
en 2.3.1.
226 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

II

Los diminutivos

9.2.2. En el texto tenemos las formas de diminutivo besito, Florita,


besitos. En los tres casos el formante de diminutivo es -ito, forma gene
ral en el espaol moderno, que se ha unido directamente a la base lxica
en las tres ocasiones. .Aunque el punto de partida es que Florita es una
nia, de relativamente poca edad el texto nos informa de que habla
perfectamente y va al colegio, al parecer en una ciudad distinta de donde
est ahora, la nocin de tamao no parece tener ninguna importancia.
Lo predominante es la afectividad, de modo que los diminutivos del tex
to son diminutivos afectivos: el contenido nocional de la base lxica, del
lexema, puramente informativo, se marca con un signo de afecto, y con
ello, a la vez, individualizamos esa base, con un rasgo distintivo ms;
as, Florita tiene un rasgo diferenciador ms que Flora, y besito tiene
un rasgo del que carece beso.
9.2.2.1. Los diminutivos pueden ser nocionales, que expresan la idea
bsica de tamao, en sentido amplio, ponderativos, generalmente de ad
jetivos, que sealan un relieve especial en la cualidad que ponderan, o
activos, con predominio marcado de la funcin apelativa-conativa. En el
texto nos encontramos con el tercer tipo, el activo, en los tres casos.

III

El estilo directo

9.2.3. Como hemos tenido ocasin de ver a lo largo de los comenta


rios anteriores, sobre todo en muchos de los anlisis oracionales, se
llama estilo directo a la reproduccin de lo que dice uno de los interlo
cutores, exactamente con sus mismas palabras y en sus propios trminos.
En el texto, de acuerdo con la forma convencional de representacin,
se emplean los dos puntos para introducir este estilo, y se entrecomillan
las frases del texto que corresponden a la expresin en estilo directo:
Un besito... Florita, Muchos besos... Oswaldo, Hola... voz, Es
tuve.;. Augusto, Has visto... salada.

IV

Caracterizacin

9.2.4. Este texto no tiene ningn rasgo que no sea normativo, ni se


refiere a ninguna peculiaridad lingstica, fontica o no, ajena a la nor
ma. En l participan cuatro interlocutores; don Hernando y Florita, por
una parte, hablan con don Oswaldo y don Augusto. Como se trata de
un dilogo por medio de la radio, de una serie de comunicaciones entre
radioaficionados, se reproducen en estilo directo las cuatro frases de esta
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 227

comunicacin, ms una quinta que corresponde a lo que don Hernando


dice a su hermana Flora. Por estas circunstancias, a las que se aade el
hecho de ser una nia uno de los actuantes, es fcil caracterizar el frag
mento como un texto coloquial. A este tipo corresponde el uso del dimi
nutivo activo, la ausencia de verbo en los dos primeros ejemplos en
estilo directo, el sustantivo afectivo nena, o la construccin Has visto
cosa ms salada?, en la que cosa tiene el valor de un pronombre neutro,
frecuente en el coloquio, pero ajeno a la lengua escrita, donde se habra
usado el pronombre especfico, algo o nada.

OPCIN B

Funcin conativa

9.2.5. Mediante la funcin conativa empleamos el lenguaje, como


emisores, para establecer una relacin entre el mensaje y el receptor
"(cfr. 2.10.8, 4.2.2, 6.4.8, 7.2.2 y 8.1.8). En este texto es una funcin primor
dial, puesto que se compone de fragmentos de conversaciones, en los
cuales los interlocutores se dirigen unos a otros. Las frmulas del tipo
hola, los vocativos, como don Augusto, los saludos, un besito, muchos
besos y abrazos, la seleccin de trminos afectivos, como nena, o, muy
especficamente, el empleo del diminutivo activo, que tuvimos ocasin
de ver en 9.2.2, corresponden a esta funcin, que se refleja tambin en el
adjetivo pequea, usado como vocativo (cfr. infra).

II

Los adjetivos del texto

9.2.6. Enumeraremos los adjetivos del texto para analizar sus rasgos
semnticos, segn lo expuesto en 2.6.1 y 6.1.3, varias veces aplicado a
lo largo de nuestros comentarios. Como de costumbre, consideraremos
propiamente adjetivos los calificativos, por lo cual no consideramos al
gunas formas interesantes, como los cuantitativos, por ejemplo, muchos,
o tanto. No hay demasiados adjetivos en el texto, en el que predominan
los que se emplean en funcin predicativa sobre los atributivos.
9.2.6.1. La forma pequea est utilizada como sustantivo, en vocati
vo, y es originariamente un adjetivo descriptivo. Linda es un adjetivo
valorativo, igual que bueno. Salada, originariamente descriptivo, est en
el texto como valorativo, por alteracin semntica. Este tipo de trans
formacin afecta tambin a solidario, originariamente un adjetivo de re
lacin, usado aqu como valorativo, tambin..Vemos, pues, que hay una
tendencia a la alteracin de los rasgos semnticos de los adjetivos, con
virtindolos en valorativos, o acercndolos a este tipo. Igual sucede con
228 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

los tres restantes, sonriente, cariosa y vivificante. Cariosa, como adje


tivo que expresa una cualidad de 'agrado', puede considerarse propiamen
te valorativo. Con sonriente no es tan fcil llegar a esta conclusin,
aunque podra considerarse como valorativo que expresa una actitud
relacionada con el agrado. Ms difcil todava es el caso de vivificante,
que, a partir de una relacin, llega a significar, como en el texto, una
cualidad de intensidad, valorativa, por tanto.

III

Anlisis sintctico

9.2.7. El texto seleccionado, introducido por una conjuncin copu


lativa meramente expresiva, con funcin ftica predominante, tiene dos
partes claras, la primera es la narrativa y, la segunda, la que est repro
ducida en estilo directo.
9.2.7.1. El ncleo del predicado de la primera parte es deca, cuyo
sujeto es EA-7 AD, modificado por el complement determinativo de
Sevilla, que aparece como un inciso entre comas, pero no tiene funcin
de aditamento, porque no est regido directamente por el verbo, sino
por el sujeto. Todo lo que viene despus, hasta voz, en estilo directo, es.
el implemento u objeto directo de deca.
9.2.7.2. El estilo directo se inicia con la exclamacin hola, una inter
jeccin, y los vocativos Florita y pequea, el segundo, originariamente
un adjetivo, como hemos dicho en el prrafo anterior. A continuacin
tenemos una interrogativa con dos miembros: el primero va introducido
por el interrogativo dnde, en funcin de aditamento, como tanto tiem
po, con los que se interroga sobre las circunstancias de lugar y tiempo.
Has estado metida es el ncleo del predicado, que es preferible analizar
como una perfrasis, con haber y estar como auxiliares, y metida como
participio que representa al ncleo verbal, meter; el punto de partida
de esta construccin es un uso atributivo, con metida como predicado
nominal, la construccin, creemos, se ha gramaticalizado en ura perfra
sis, y as preferimos analizarla. Tanto es el primer miembro de una co
rrelacin que contina en el que introductor de la ltima suboracin,
consecutiva, cuyo sujeto yo va implcito en la forma verbal de primera
persona, pude. No es el adverbio de frase que expresa la modalidad ne
gativa de la oracin. El ncleo del predicado est constituido por la
perfrasis pude or, en la que el auxiliar es poder, y lleva como imple
mento u objeto directo la frase tu linda voz.

IV

El lxico

9.2.8. El procedimiento empleado para la formacin de elementos


lxicos en este fragmento es la derivacin, combinada con alteraciones
de los rasgos semnticos. En besitos no hay derivacin, porque no cam
bia el significado de la base, no hay ms que matizacin afectiva. Cuatro
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 229

de los elementos derivados son adjetivos: dos de ellos, salada y vivifi


cante, proceden de participios verbales, formados con los sufijos -ada
(femenino) y -ante, de participio de presente en el segundo caso, a partir
de un verbo derivado con el sufijo -ificar, desde el radical del verbo
vivir: viv-ific-a-7tte. Cariosa y solidario se han formado con dos sufijos
de adjetivo, culto el segundo, -osa, en la forma femenina, y -ario. Por
ltimo, el abstracto de cualidad, calidez, es una formacin especfica del
escritor, a partir del participio que pasa a adjetivo, clido, por medio
del sufijo configurador de sustantivos abstractos, -ez.

TEXTO 28

9.3.

El viejo se habitu a su voz y por las maanas se despertaba


pensando en doa Jacobita y en la meliflua voz de doa Jacobita.
Y un da doa Jacobita le dijo que era viuda reciente y luego, sin
ms, dijo: Cambio y don Hernando se encontr ante el mi
cro sin saber qu decir y, finalmente, dijo que la niebla se cer
na sobre el Pisuerga y haba una deficiente propagacin. Poco
a poco se fue enterando de que doa Jacobita era de Len y ha
ba emigrado a Cuba al casarse con un cubano haca ms de
cuarenta aos. Ms adelante le pregunt desde cundo haca
eses de las ees*y ella le dijo melodiosamente que su pronun
ciacin no era deliberada e ignoraba, por tanto, el momento en
que se produjo el cambio.

Opcin A

1. El seseo en el texto: otros rasgos fnicos del espaol en Amrica.


2. El estilo directo y el estilo indirecto en el texto.
3. Las perfrasis con gerundio, explquelas a partir de los ejemplos del
texto.
4. La modificacin adverbial: adverbios y locuciones adverbiales en el
texto.

Opcin B
1. El autor entrecomilla la palabra micro. Por qu? Explique el in
ters de estos usos para el estudio del habla coloquial.
2. Anlisis sintctico desde Poco a poco (ln. 6) hasta cuarenta aos
(ln. 9).
3. Pasiva y pasiva refleja: explicacin a partir de los ejemplos del texto.
4. Colocacin y semntica de los adjetivos en las seis primeras lneas.
230 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

OPCIN A

El seseo y otros rasgos fnicos del espaol en Amrica

9.3.1. Nuestro punto de partida han de ser algunas expresiones del


texto, que reflejan la reaccin de un espaol, castellano por ms seas,
ante fenmenos del espaol americano. Meliflua voz y melodiosamente
se refieren a la entonacin, y recogen la sensacin ante la cadencia de
las hablas del Caribe, pues el texto nos dice que doa Jacobita ha emi
grado a Cuba, y se ha adaptado a ese modo de hablar. Hacer eses de
las ees es una referencia directa, por medio de la terminologa grfica,
y no de la oral o auditiva, fontica, a la prdida de la distincin s/z,
cuando se resuelve a favor de la pronunciacin unificada como s. Este
fenmeno se llama seseo. La s se realiza como dental, dorsodental, o como
coronal, segn describimos los tipos, a propsito del fenmeno comple
mentario, el ceceo, minoritario, en 9.1.5. Hay tambin un seseo con s
apical, en el Pas Vasco, parte de Galicia y zonas de lengua catalana.
Mientras que el seseo apical no es aceptado por la norma, el seseo dorsal
o coronal, propio del Sur de la Pennsula Ibrica, Canarias y toda la
Amrica hispnica y Filipinas, adems del judeoespaol y, parcialmente,
Guinea Ecuatorial, est dentro de la norma hispnica.
9.3.1.1. Al considerar los rasgos fnicos en el espaol americano, te
nemos que partir de una observacin preliminar: el espaol que se habla
en Amrica no es homogneo, y no slo porque un mejicano no hable
igual que un argentino, o un boliviano que un cubano, sino porque en
el interior de los distintos pases se observan diferencias dialectales im
portantes. Un mexicano del interior, del altiplano, no habla igual que
uno de las selvas centroamericanas del sur, un colombiano de Bogot
tiene una fontica claramente diferenciada de Ja de otro de la costa, sea
atlntica o pacfica, tambin distintas. El argentino de Buenos Aires pro
nuncia, en ciertos casos, de modo diferente a como lo hace el andino,
o el de la pampa. El hablante de la provincia argentina de Corrientes
puede tener ms afinidad con un paraguayo que con un sureo, y lo mis
mo ocurre en el resto. Por eso es preferible hablar del espaol en Am
rica, y no del espaol de Amrica, porque lo segundo produce una falsa
impresin de unidad, y el espaol en Amrica no constituye una unidad:
se podra decir que el nico fenmeno fontico comn a toda Amrica
es el seseo, si no fuera porque esa perspectiva es falsa; es cierto que el
seseo es propio de toda Amrica, perc tambin se da en Espaa, y ni
siquiera supone que la s reciba el mismo trato en todas las zonas, en
unas se conserva y refuerza en articulacin tensa, en otras se aspira, en
otras se refuerza en posicin final. Adems, estas afirmaciones se hacen,
generalmente, a partir de la falsa impresin de que el espaolde Espaa
es una unidad, y en Amrica se rompe esta unidad, lo cual no es cierto,
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 231

?v
IC'nlf'.?rn?.\ : '. -.'.'-Vv^

* \^

I I zonas sin yesmo (conJ)


1.^^1 zonas de yesmo
Ev-Al zonas de zesmo
zonas de distincin
lzl<| y lyl

porque el espaol de Espaa no es unitario. Las dos visiones, la de la


unidad dialectal, por decirlo as, de Espaa, o la consideracin unitaria
de Amrica, estn equivocadas3.
3 Para la consideracin general vase el magistral resumen de Rafael Lapcsa en
la nueva edicin de su Historia de la Lengua Espaola, Madrid, Gredos, 19819, cap.
XVII. La tabulacin de los distintos tipos, de acuerdo con las descripciones pre
existentes, se encuentra en Melvyn C. Resnick, Phouological Variauts and dialect
Identification in Latin American Spanish, La Haya-Pars, Mouton, 1975.
232 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA.

9.3.1.2. El yesmo, fenmeno muy conocido en Espaa, donde tam


bin es progresivo, est extendido en Amrica, con variedad de resulta
dos, que se muestran en el mapa, donde hay que sealar, por ejemplo,
que el Paraguay, considerado zona que sigue distinguiendo U/y (la con
fusin de ambos es el yesmo), tiene brotes yestas, de tipo argentino,
por influjo de esta repblica, a travs de locutores, artistas y profe
sionales.
9.3.1.3. Entre los fenmenos fonticos que afectan a las consonantes
tenemos la aspiracin de -s final de slaba, implosiva, la asibilacin de
la vibrante mltiple (en vez de rr tenemos un sonido sibilante, fricativo),
la pronunciacin suave de la / (como h aspirada), la pronunciacin de b
como fricativa en el grupo Ib, la prdida de la -n final, nasalizando la
vocal anterior, o su realizacin como n velar, la confusin de l/r, implo
sivas, la>prdida de -d-, en -ado, la aparicin de un sonido v, distintas
pronunciaciones de la ch, con cambio de articulacin o paso a fricativa,
la / bilabial, no labiodental, la fricacin del grupo tr, pronunciado casi
como una ch, todos los cuales se dan en diversos grados en diversas re
giones, o se adscriben a ciertos estratos sociales dentro de unas zonas.
9.3.1.4. Las alteraciones afectan tambin a las vocales: en la altipla
nicie mexicana, por ejemplo, en la ciudad de Mxico, hay tendencia a no
pronunciar las vocales tonas, especialmente ante s. Otras veces se pro
nuncian sin vibracin de las cuerdas vocales, como vocales sordas, espe
cialmente en posicin final. En las zonas andinas de Ecuador, Pcm y
Bolivia, se confunden con frecuencia e/i, o/u, porque los hablantes de
quechua y aimara slo tienen, en estas lenguas, tres vocales. En la acen
tuacin, se observa en los Andes, desde el Ecuador a la Argentina, la
acentuacin llana o paroxtona, arroz, pajaro, propia del quechua. Todos
estos fenmenos, por supuesto, no son slo geogrficos, sino tambin
sociales: en los hablantes cultos disminuyen o desaparecen, y son ms
frecuentes en los analfabetos, hablantes de lenguas indgenas y ncleos
ms pobres de la sociedad.

II

Estilo directo y estilo indirecto

9.3.2. El estilo directo (cfr. 9.2.3) se utiliza en el texto en una sola


ocasin, en la frase Cambio. Se expresa entre comillas y precedido de
dos puntos tras el verbo decir, como mandan los cnones. El resto del
fragmento elegido se divide en una parte narrativa, y una parte en la
que se narra el dilogo por medio del estilo indirecto. En esta ocasin
se introduce la versin del narrador de lo que se dijo por medio de la
partcula que, y se adecan los tiempos verbales a las formas de la na
rracin. As, dijo que era viuda reciente corresponde, en estilo directo,
a dijo: soy viuda reciente; dijo que la niebla se cerna sobre el Pisuerga
y haba una deficiente propagacin es dijo: la niebla se 'cierne... y
hay..., en estilo directo. En el final del texto, le dijo melodiosamente,
etctera, ofrece un pronombre su que debe pasar a mi, en el estilo direc
to, dijo: mi pronunciacin no es.... En realidad, estas versiones no son
exactas, porque no hace falta una correspondencia, trmino a trmino,
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 233

en la relacin entre estilo directo e indirecto, puesto que el indirecto


reproduce el contenido de lo dicho por un hablante, pero interpretado
por el narrador. En este sentido, no hace falta creer que doa Jacobita
dijera textualmente mi pronunciacin no es deliberada, e ignoro, etc.,
lo cual, por muy melodiosa que fuera su voz, resulta inimaginable y astra-
cancsco, sino que se es el resumen del narrador, que corresponde a lo
que la buena seora dijo realmente. Por ltimo, en le pregunt desde
cundo..., tenemos una frmula introductoria ms ligera, aliviada del
que introductorio tras el verbo preguntar. En estas construcciones, me
nos formales, la proximidad con el discurso directo es mayor, lo que
sirve para agilizar la narracin, acercando la conversacin al lector, sin
necesidad de repetirle el dilogo en estilo directo.

III

Las perfrasis con gerundio

9.3.3. En el texto tenemos dos construcciones con gerundio, se des


pertaba pensando y se fue enterando. En el primer caso, el gerundio
tiene funcin de aditamento de despertar, y expresa, semnticamente,
una circunstancia concomitante, que se produce al mismo tiempo que la
accin principal: se despertaba y ya estaba pensando. En se fue ente
rando, en cambio, tenemos ya una gramaticalizacin de la construccin;
el gerundio es la parte de la construccin que expresa el ncleo verbal,
mientras que se fue expresa el auxiliar. Irse es una construccin prono
minal, con un se formal o gramatical, que expresa una accin que empie
za, tiene valor incoativo. La locucin adverbial poco a poco refuerza esta
interpretacin. A esa situacin verbal, incipiente, expresada por irse, el
gerundio aade su rasgo peculiar, el valor durativo, de modo que el con
junto significa que a partir de un momento se va desarrollando el cono
cimiento de don Hernando sobre las circunstancias de doa Jacobita. El
gerundio expresa la duracin.
9.3.3.1. Una vez caracterizado el gerundio como durativo, es fcil
sealar que las perfrasis de gerundio, es decir, la combinacin del ge
rundio con un verbo auxiliar, tienen valor de duracin explcita. La pe
rfrasis puede incluso presentarse como una modificacin secundaria
del verbo: las modificaciones primarias se presentan como conjuntos de
sufijacin (cant-a-ba-s), aadidos al tema, lexema o base lxica, mientras
que las secundarias son combinaciones de formas libres, o aadidas al
infinitivo (caso de cantar-). La perfrasis de estar ms gerundio es la gra
maticalizacin de esa modificacin secundaria de duracin explcita. Ade
ms, el gerundio aparece en combinaciones perifrsticas para-aspectuales,
con valor de modificador terciario, con asuncin* del carcter de ncleo
del grupo verbal as formado, mientras que el verbo en forma personal
pasa a ser auxiliar. De este tipo es el irse enterando del texfo. Con ge
rundio se construyen estas perfrasis si el verbo auxiliar es de los llama
dos de movimiento: ir, venir, seguir, andar, continuar. Semnticamente,
estas perfrasis arrancan de la idea de duracin explcita que, al ser
matizada por el auxiliar, se presenta como duracin explcita relativa.
234 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

IV

Adverbios y locuciones adverbiales

9.3.4. En el texto tenemos las siguientes formas: luego, ms, final


mente, poco a poco, adelante, cundo, melodiosamente, no, por tanto.
Las formas poco a poco y por tanto son locuciones adverbiales, en las
que se integran sendas preposiciones, a y por, respectivamente. La pri
mera combina dos cuantitativos idnticos, y pasa a tener valor modal,
en la segunda, a partir del cuantitativo tanto se llega a un valor modal-
consecutivo. Segn la teora que expusimos en 2.11.4, y la clasificacin
que all hicimos, ambas son conceptuales.
9.3.4.1. Los restantes adverbios se pueden clasificar, formalmente, en:
Primitivos: es compuesto adelante, y son simples luego, ms, cun
do y no.
Derivados de adjetivos: los dos terminados en -mente.
9.3.4.2. Aplicando ahora la distincin entre conceptuales y pronomi
nales, tendramos que no es un conceptual de duda que afecta directa
mente a la oracin, es un indicador de modalidad. Luego y finalmente,
son conceptuales que afectan indirectamente a la oracin, e indican
tiempo el segundo con un marcado matiz modal, propio de los en
-mente. Adelante, es tambin un conceptual de afectacin indirecta, de
lugar, mientras que melodiosamente lo es de modo, y ms de cantidad.
Cundo, por ltimo, es un pronominal interrogativo, de tiempo.

OPCIN B

Las abreviaciones

9.3.5. El autor entrecomilla la plabra micro, dndonos a enten


der as que se trata de una forma abreviada de la palabra micrfono.
Las abreviaciones, como las siglas, que no son sino un tipo especial de
ellas (cfr. 2.3.1.), caracterizan la lengua coloquial, porque favorecen la
comunicacin rpida y condensada: basta con decir micro para que el
interlocutor comprenda que se trata de un micrfono.
9.3.5.1. El auge de estas formas (pinsese en radio, moto, tele, cine,
auto, micro, bus, metro y tantas otras) puede tener una incidencia nota
ble en algunos aspectos morfolgicos del espaol. El ms llamativo de
ellos es el gnero: en espaol, las palabras femeninas terminadas en -o
son muy pocas, tradicionalmente, y muchas de ellas de empleo muy limi
tado (la nao, la seo, la parasemo, la testudo, la libido). Al aparecer for
mas de uso muy corriente, como la moto, la foto, la radio, el hablante
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 235

se encuentra con unos trminos disgregadores, que rompen esa vincula


cin inmediata de los terminados en -o con el masculino, ms evidente
que la de los terminados en -a con el femenino, puesto que hay muchos
masculinos terminados en -a.
9.3.5.2. Ante ello, el hablante tiene dos opciones: aceptar las termi
naciones femeninas en -o, que es la tendencia culta, o cambiar el gnero
de la palabra. As, casi todo el dominio lingstico del espaol dice el
radio, para el aparato (la radio puede ser la emisora, pero se prefiere
la estacin, frente al uso espaol que prefiere la radio (aunque el com
puesto es un radiocaset, ms frecuentemente que una). Otra solucin
se apoya en un falso corte del artculo; as la moto o la foto se hacen
masculinos, en la lengua vulgar, como el amoto o el afoto, de acuerdo
con la tendencia popular que se registra a lo largo de toda la historia del
espaol, y que trata de adecuar el gnero a la terminacin.

II

Anlisis sintctico

9.3.6. La primera oracin tiene como ncleo verbal la perfrasis se


fue enterando, y comienza por el aditamento poco a poco. El verbo
enterarse lleva suplemento, complemento preposicional introducido por
de. Este suplemento, en el texto, son las dos completivas que vienen a
continuacin, introducidas por que, y coordinadas copulativas por me
dio de la conjuncin y.
9.3.6.1. La primera de estas completivas tiene como expresin del
ncleo del predicado la frase preposicional de Len, unida al sujeto doa
Jacobita por la cpula era. Aunque de Len equivale semnticamente
a leonesa y algunos autores defienden su carcter de predicado nomi
nal, en una oracin atributiva, esta condicin no es tan clara; de Len
slo explcita una parte del predicado nominal, el ncleo del mismo est
implcito en los rasgos semnticos de doa Jacobita: doa Jacobita era
(una mujer) de Len. Otra posibilidad es considerar era como ncleo
del predicado, con lo cual la oracin no sera atributiva, sino predica
tiva, y de Len un aditamento; semnticamente se tratara de algo como
doa J. proceda de Len, naci en Len, y funcionalmente de una
construccin como no es aqu.
9.3.6.2. La segunda parte es de ms fcil interpretacin, pero de
mayor complejidad de construccin. El sujeto, que ya no est explcito,
sigue siendo doa Jacobita, el ncleo de predicado es haba emigrado; a
Cuba es un aditamento, que expresa direccin, y no debe confundirse
con un objeto directo o indirecto. Al casarse con un cubano haca ms
de cuarenta aos es otro aditamento (ahora circunstancia de tiempo)
que se divide en dos partes: el ncleo del predicado de la primera es
casarse, que rige el aditamento con un cubano, por una parte, y toda
la segunda parte, tambin como aditamento. Esta segunda parte consta
de un ncleo predicativo impersonal, haca y su aditamento, ms de
cuarenta aos.
236 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

III

Pasiva y pasiva refleja

9.3.7. Hemos de empezar confesando y tomando nota para futuros


ejercicios que esta pregunta estara mejor formulada y quedara ms
clara si rezara: explicacin a partir de los ejemplos de se + verbo en
forma personal y ser + participio que se encuentran en el texto. Su
objetivo es obligar a realizar el anlisis de estas formas, para determi
nar si se encuentra alguna de pasiva. Lo esencial de la pasiva es que
el sujeto formal, el que impone al verbo sus marcas de concordancia,
no es el agente. El agente puede, a su vez, estar o no expreso, incluso
ser indefinido o general, pero debe ser distinto del sujeto formal o
paciente.
9.3.7.1. Al aplicar este criterio a los tipos de se y ser del texto,
tenemos:

se habitu, pronominal, no pasivo.


se despertaba, como el anterior.
se encontr, mismo caso.
se cerna, igual, pronominal, no pasivo.
se fue enterando, perfrasis con verbo auxiliar ir, que es intransivo,
por lo que nunca puede ser pasivo.
casarse, tambin pronominal, no pasivo.
era deliberada, no es pasivo, porque deliberada est tomado como
adjetivo, y puede aparecer como tal en contextos claros, como
una comparacin, del tipo no era ms deliberada que es
pontnea.
se produjo, es el nico caso que podra interpretarse como pasiva
refleja, por el carcter inanimado del sujeto paciente, el cambio.
Si s piensa que lo mismo valdra para la niebla se cerna hay
que objetar que en este caso la niebla est considerada, literaria
mente, como un ser animado, pues cernerse exige ese sujeto.
9.3.7.2. Estos ejemplos demuestra/i que, salvo en los raros casos en
los que la construccin con se lleva un agente, sobre todo explcito, es
mucho ms adecuado interpretarla como una expresin de la media
lidad, y no como una voz pasiva. El valor medio consiste en que el
sujeto participa d la realizacin de la accin al mismo tiempo que es
objeto de ella, es decir, tiene una participacin doble, de actor y recep
tor. Cuando decimos que el viejo se habitu, no hay ningn agente
extemo que habite al viejo a nada, el viejo es el nico actuante como
protagonista; pero, al mismo tiempo, esa situacin verbal de* habituarse
afecta al mismo personaje, al viejo, que queda habituado. El efecto es
doble, activo y resultativo.
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA. Y AMERICA 237

IV

Los adjetivos

9.3.8. El adjetivo de relacin viejo, igual que cubano, como todos


los de esta clase, puede pasar fcilmente a sustantivo, y as est en el tex
to. En lo que concierne al resto, aplicando la teora conocida (cfr. 2.6.1
y 6.1.3), tenemos:

meliflua voz: descriptivo, explicativo, la anteposicin produce un


efecto de relieve muy marcado.
viuda reciente: cuasideterminativo, pero usado aqu con transfor
macin de rasgos semnticos, como de relacin, especificativo,
normalmente pospuesto.
deficiente propagacin: valorativo, especificativo, antepuesto para
aumentar el nfasis.
deliberada: est en funcin predicativa, como predicado nominal,
a diferencia de los atributivos anteriores. Su colocacin, tras la
cpula, es la habitual. Procede de un participio.
9.3.8.1. El texto no contiene muchos adjetivos (son ms importan
tes los adverbios, cfr. 9.3.4). No obstante, en la adjetivacin se observa
una tendencia a la anteposicin, incluso en un especificativo, que es
deliberadamente enftica, en busca de una caracterizacin de los perso
najes, en el caso de meliflua, o de imitacin de la retrica artificiosa de
los boletines meteorolgicos y otros textos administrativos, en el caso
de deficiente. El fragmento es demasiado corto y no permite exagerar las
conclusiones, pero los escasos datos son suficientemente claros, y pre
cisos.

TEXTO 29

9.4.

Dolores (a Robustiana): Mira, hijita ma. Si hay agua caliente,


cbame un mate de hojas de naranjo. Ay, Dios mo!
Robustiana: Bueno (antes de hacer mutis). Rudecinda! Quers
vos un matecito de toronjil? Es bueno pa la ausencia!
Rudecinda: Tmalo vos, Bacaray! (A Prudencia.) Ladi el cue
ro!... (Toma otra plancha, la refriega sobre una chancleta en
sebada.) Coloradas las planchas! Uff! Qu temeridad!...
(Pausa. Prudencia plancha tarareando. Rudecinda trabaja por
enfriar la plancha, y misia Dolores suspira quejumbrosa.)
238 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

Opcin A

1. El voseo. Su caracterizacin en el texto.


2. Funciones del lenguaje en el texto.
3. Tipo de texto literario: sus caractersticas formales, valor de las aco
taciones.
4. Anlisis sintctico de la ltima acotacin.

Opcin B

1. El concepto de norma hispnica: caracterizacin del texto en rela


cin con este concepto.
2. Lxico: sufijos del texto, su valor.
3. Clases y funciones de los adjetivos en el texto.
4. Anlisis sintctico de las dos primeras lneas.

OPCIN A

El voseo

9.4.1. Aunque no se trata de un fenmeno general, el voseo es la


diferencia ms llamativa entre los sistemas verbales y pronominales
de la norma general y los de las zonas del Ro de la Plata y Cono Sur,
as como el Noroeste de Amrica del Sur y Centroamrica hasta el sur
de Mxico, a veces como forma exclusiva, a veces como forma de alter
nancia con el tuteo, segn puede verse en el mapa adjunto. Desde el
punto de vista histrico es un arcasmo, que se remonta al uso de la
forma vos para segunda persona del singular, en el espaol general,
hasta finales del siglo xvi, aproximadamente. Socialmente su considera
cin vara segn las zonas: es general en Argentina y Uruguay y domi
nante en el Paraguay, aunque aqu no exclusivo, mientras que en Chile
depende de factores mixtos geogrficos y escolares y en Centroamrica
es rasgo social, predominantemente.
9.4.1.1. Las formas que corresponden a este fenmeno son las si
guientes: en los pronombres, vos es sujeto y trmino de preposicin,
vos decs, viene con vost mientras que te es forma comn de dativo y
acusativo, para las funciones de implemento y complemento, y en las
construcciones pronominales como falso objeto, mrchate, ndate, vos
te quedas, te lo digo a vos, te mir.
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 239

9.4.1.2. En el verbo hay cuatro tipos, con las siguientes desinencias


en las tres conjugaciones:

Tipo A: -ais -eis -1S

Tipo B: -ais -1S -1S

Tipo C: -as -es -1S

Tipo D: -as -es -is


-1S (desinencias tonas)
240 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

Es caracterstico el imperativo, sin -d, con acento en la ltima vocal de


la forma verbal: sentte, prate (ponte de pie), ndate (vete), en la
primera de estas formas, al no haber acento en la primera slaba, tam
poco hay diptongo.
9.4.1.3. En el texto aparecen formas de imperativo como mira, c
bame, tmalo, ladi ('ladea'), y de presente, quers vos. Esta forma nos
indica que estamos en la zona del Ro de la Plata, que es del tipo C.

II

Funciones del lenguaje

9.4.2. El texto se establece como un dilogo, de modo que en l se


emplea el lenguaje en funcin apelativa-conativa, al dirigirse un inter
locutor a otro; esto no impide que a veces uno de los personajes em
plee expresiones o exclamaciones que suponen simplemente la relacin
entre el mensaje y el emisor que caracteriza a la funcin expresiva o
emotiva, como veremos en 9.4.8.2, y en toda la segunda parte del parla
mento de Rudecinda, desde coloradas a temeridad. Expresiones como
mira, que enlazan el texto con lo anterior, tienen una clara funcin
ftica. (Cfr. 2.10.8, 4.2.2, 6.4.8, 7.2.2, 8.1.8, 9.2.5.)
9.4.2.1. Los personajes, en su comunicacin, transmiten un conte
nido; hay una relacin mensaje-objeto o mensaje-contexto propia de la
funcin representativa o referencial. Esta funcin est mucho ms mar
cada en las acotaciones, entre parntesis, del autor, en las cuales se nos
proporciona una informacin objetiva sobre la posicin y actitud de
los personajes. El autor se vale tambin de la funcin metalingstica,
en la relacin del mensaje con el cdigo, pues emplea una serie de
formas que son ajenas a la norma, como medio y con objeto de carac
terizar lingsticamente a sus personajes. Como parte de una obra tea
tral debe haber una relacin del mensaje con el propio mensaje, carac
terstica de la funcin potica, que la brevedad del fragmento no per
mite apreciar debidamente, aunque, en su expresin retrica, es evi
dente en la disposicin, en la construccin, con unos personajes que
hablan por s mismos y un autor que acota y describe la situacin, como
veremos en el punto siguiente.

III

Tipo de texto literario

9.4.3. Disponemos de los siguientes elementos para caracterizar la


obra: est en prosa, se indican al margen los nombres de los personajes
que van a hablar, se colocan entre parntesis unas observaciones sobre
lo que est ocurriendo, como acotaciones del autor. Los personajes ha
blan unos con otros en un dilogo, aunque hay tambin exclamaciones
y reflexiones personales, en voz alta. Todos estos rasgos externos coin
ciden con las caractersticas formales de la literatura dramtica, de
modo que hemos de suponer que el texto pertenece a una obra de tea-
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 241

tro, al parecer destinada a la representacin, por el carcter concreto


de las acotaciones.
9.4.3.1. Las acotaciones de las obras de teatro pueden ser, a veces,
partes narrativas que complementan la accin, y que suponen una in
tervencin del autor como personaje paralelo, como ocurre en La Ce
lestina, o en el teatro de Valle-Incln, aunque lo ms general es que
sean indicaciones concretas para la representacin. En el texto tienen
ese valor, son acotaciones escnicas: el director o montador de la obra,
en el escenario, tiene esa ayuda del autor, que le hace ver cmo imagina
la representacin de esa misma obra: hay indicaciones secuenciales,
antes de hacer mutis, de accin, toma otra plancha, plancha, trabaja
por enfriar, o rtmicas, pausa. Todas ellas estn hechas como comen
tarios, por lo que aparecen los tiempos del mundo comentado, espe
cialmente el presente.

IV

Anlisis sintctico

9.4.4. Esta ltima acotacin se inicia con la oracin implcita a la


que corresponde la expresin pausa, probable implemento de un tipo
(hay una) pausa. Tenemos a continuacin una aseverativa afirmativa,
intransitiva, con sujeto Prudencia, verbo plancha y aditamento tara
reando, a la que siguen dos coordinadas copulativas, tambin asevera
tivas afirmativas. El sujeto de la primera es Rudecinda, el ncleo del
predicado es la perfrasis trabaja por enfriar, el objeto directo o im
plemento es la plancha. En la iiltima oracin, misia Dolores es el sujeto;
suspira es el ncleo del predicado y quejumbrosa un complemento pre
dicativo referido al sujeto.

OPCIN B

El texto y la norma hispnica

9.4.5. Este apartado supone unas nociones tericas que hemos des
arrollado previamente: la de norma y norma hispnica, en 9.0.1; la de
extensin del espaol en el mundo, en 9.0.10; la de fontica del espaol
americano, en 9.3.1, con referencias a 9.1.5, y la de voseo, en 9.4.1.
9.4.5.1. Tambin hemos tenido ocasin de referirnos, a propsito
de la funcin metalingstica, en 9.4.2, al uso que hace el autor de pecu
liaridades que son externas a la norma, incluso a la norma hispnica.
La grafa, por supuesto, al ser la normativa, no refleja el seseo, que ha
de ser general en los hablantes. Refleja, en cambio, la tendencia a des
hacer el hiato, formando diptongos, propia de todo el espaol vulgar,
no slo en Amrica, sino tambin en Espaa, ms llamativa para los
242 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

espaoles, en el texto, porque se combina con el voseo, en la forma


ladi, por ladea, que corresponde a la forma normativa ladead. (Ladi
el cuero es echa el cuerpo a un lado.)
9.4.5.2. El voseo, ya comentado, es el gran rasgo morfolgico, ajeno
a la norma hispnica, que caracteriza el texto. Remitimos a 9.4.1 para
las distintas formas, y sealamos aqu el carcter importante que tiene
este fenmeno, y el riesgo que supone para la unidad del espaol, por
el rango general que tiene en algunas zonas. Aunque no se^ pueda consi
derar propio de la norma hispnica, no hay duda que en Argentina,
Uruguay, e incluso en el Paraguay, tiene carcter de norma local, con
vertido en indicador geogrfico, sin ningn tipo de consideracin social
negativa.
9.4.5.3. Por ello no slo hemos de decir que el texto se sita dentro
de la norma hispnica, ms amplia que la castellana, sino que va ms
lejos, y apunta a una norma local, regional, en la que tambin se inclu
yen vulgarismos, como la ruptura del hiato, que ya se utilizan como
estereotipos, para indicar el estrato social bajo de los personajes que
intervienen.

II

La sufijacin

9.4.6. Diferenciaremos en el texto los sufijos meramente apreciati


vos, que no suponen cambio semntico de la base lxica o lexema, y los
sufijos realmente derivativos. Tenemos ejemplos de los primeros en
hijita, matecito, ambos diminutivos: el primero se forma sobre la base
lxica, directamente; el segundo con el infijo -c- sobre un sustantivo,
mate, terminado en -e. Ambos son diminutivos activos (cfr. 9.2.2).
9.4.6.1. La derivacin propiamente dicha aparece en toronjil, au
sencia, chancleta, ensebada, coloradas, temeridad, tararear, y quejum
brosa, en lo que concierne a los sufijos. Chancleta es, en principio, un
apreciativo, bsicamente diminutivo, de chancla, aunque ha perdido el
carcter diminutivo para constituirse en un derivado (como pauelo
de pao). Ensebada y coloradas son dos participios, de ensebar y colo
rar, respectivamente, el segundo de los cuales tiene ya pleno valor de
adjetivo, con cambio semntico, pues no designa cualquier color, sino
el rojo. Los sufijos -il, -encia e -idad forman sustantivos; el sufijo -oso/-a
forma adjetivos.

III

Los adjetivos

9.4.7. Los ejemplos de adjetivos del texto, de acuerdo con los cri
terios ya conocidos (cfr. 2.6.1, 6.1.3) se distribuyen del siguiente modo:
9.4.7.1. Son atributivos los adjetivos caliente, descriptivo, especifi
cativo, normalmente pospuesto, ensebada, con los mismos rasgos que
el anterior.
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 243

9.4.7.2. De los predicativos, el nico que no lleva expreso el ndice


verbal es coloradas, descriptivo, predicado nominal de la oracin impl
cita, coloradas las planchas. Bueno, en el primer prrafo de Robustiana,
aparece dos veces, la primera como adverbio, la segunda como adjetivo
predicativo, predicado nominal referido a el mate, explcito en ora
cin anterior, por medio de la cpula es. Quejumbrosa es otro descrip
tivo, complemento predicativo del sujeto, como vimos en 9.4.4.

IV

Anlisis sintctico

9.4.8. La primera lnea del texto empieza con la indicacin del per
sonaje que habla, Dolores, y la acotacin de que lo hace a Robustiana.
El conjunto constituye una implcita, con un verbo de 'decir' no ex
preso, del que depende, en funcin de implemento, todo lo que dice
Dolores. As, Dolores sera el sujeto y a Robustiana el complemento
u objeto indirecto. La oracin siguiente tiene mira como ncleo del
predicado; t sera el sujeto implcito en los rasgos morfolgicos de
ese imperativo, e hijita ma sera una aposicin bimembre (cfr. 6.4.3)
a ese t.
9.4.8.1. A continuacin viene un perodo condicional. La condicin
aparece en primer lugar, como prtasis, introducida por si, en una
impersonal, cuyo ncleo verbal es hay, con agua caliente como imple
mento u objeto directo. La condicin se presenta como real, con la
prtasis con verbo en indicativo y la apdosis o condicionado con verbo
en imperativo: ceba es el ncleo, me un complemento u objeto indirecto,
el objeto directo o implemento, un mate, va modificado por el comple
mento determinativo de hojas, modificado igualmente por de naranjo.
9.4.8.2. Por ltimo, en Ay, Dios mo tenemos una interjeccin, es
decir, en este caso, una exclamativa implcita, sin verbo, iniciada por
una interjeccin formal, a la que sigue el vocativo Dios mo. El texto
tiene as tres componentes distintos: la acotacin inicial, escnica, de
forma implcita; la oracin de mira, puramente apelativa y ftica; la
interjeccin final, emotiva, y, en el centro, un perodo condicional, qLie
es el encargado de la expresin de la funcin representativa (cfr. 9.4.2).

TEXTO 30

9.5.

Parece medio manitico; aurita, cuando iba dentrando me


top con l y ni las geas tardes me quiso dar... Otro ya les
hubiera intimao el desalojo, como se dice. Qu persona tan cum
plida y de genos sentimientos! Oh, no te pongas colorada, Pru
dencia! No lo hago por alabrtelo... Che, decime, tenes noticias
244 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

de Aniceto? Dicen que est poblando en el Sarand pa casarse


con vos. Se jugar esa carrera? Hum!... Lo dudo, dijo un pardo
y se qued serio... Ah! Eso s! Como honrado y trabajador
no tiene reparo; pero qu quers, se me hace que no haran gea
yunta.

Opcin A

1. Elementos propios del dilogo que aparecen en el texto y caracte


rizacin del mismo.
2. Comentar la fontica del'texto desde el punto de vista de la norma,
en relacin con el concepto de norma hispnica.
3. Clase y funcin de los pronombres en el texto.
4. Anlisis sintctico desde el principio hasta se dice (ln. 3).

Opcin B
1. El voseo, su caracterizacin en el texto.
2. La extensin del espaol en el mundo: comentario desde las carac
tersticas del texto anterior.
3. Dilogo y vulgarismo en el texto: su caracterizacin.
4. Anlisis sintctico desde Ah! Eso s! (penltima lnea) hasta el
final.

9.5.0.1. Los tres textos que se analizan a continuacin, con los que
termina este captulo, constan de dos series de cuatro preguntas, como
casi todos los anteriores, con la salvedad de que estas preguntas son
casi siempre las mismas. Slo varan, como es natural, los elementos
de los textos y, por supuesto, las frases que se deben analizar sintcti
camente. Esta puntualizacin, quizs innecesaria para el lector en ge
neral, es conveniente para los alumnos y profesores del Curso de Orien
tacin Universitaria, as como para las personas que se interesan por
la didctica, la evaluacin y los distintos tipos de pruebas;"por ello que
remos hacer algunas consideraciones.
9.5.0.2. La tarea de preparar treinta y dos textos, con dos series de
cuatro preguntas en cada uno de ellos, todos y todas de una dificultad
aproximada, y que permitan una correccin bastante objetiva, es, de
suyo, difcil. Una de las soluciones posibles es encargar a distintas per
sonas la preparacin de las pruebas, con el inconveniente de que resul
tara muy difcil, en ese caso, asegurar un equilibrio entre todas ellas.
Otra solucin, ms equilibrada, es repetir las mismas preguntas en los
textos del mismo tipo, como se ha hecho parcialmente en los numerados
como 30, 31 y 32. Mas entonces se llega a otro peligro mayor: el carcter
de preguntas estereotipadas que toman algunas de las cuestiones gene
rales y la proliferacin de solucionarios; peligro del que.hemos hecho
todo lo posible por huir cuando redactbamos este libro, ya desde su
organizacin y planteamiento, abrindolo' a los alumnos de las Escuelas
Normales y de las Facultades, as como a las personas que, por cualquier
razn, deseen ver algunos modos de comentar, adems de a los alumnos
preuniversitarios.
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 245

9.5.0.3. A la hora de redactar los comentarios de estos textos, la


ventaja y el inconveniente de los mismos (haz y envs de la misma hoja,
como de costumbre) son patentes: referencias a cuestiones generales pre
vias, reiteracin (evitada aqu con el sistema de referencias cruzadas),
preguntas demasiado generales, por un lado, y plantilla correctora idn
tica, con mayores garantas de objetividad, por otro. La solucin no es
sencilla; pero no parece pasar por la reiteracin de estos modelos. Es
cierto que hay muchas preguntas repetidas en los textos analizados has
ta ahora; sin embargo, se trata de aplicaciones prcticas, que requieren
un anlisis directo en cada caso, como sucede con los adjetivos, o los
pronombres tonos, y no de teoras generales, como la norma hispnica
o el voseo, o la extensin del espaol en el mundo.

OPCIN A

Elementos del dilogo y caracterizacin de ste

9.5.1. Los pronombres y verbos que aparecen con formas de segun


da persona, y que analizaremos ms despacio en 9.5.5, como no te pon
gas, decime, tenes, no haran (se entiende ustedes) muestran con toda
claridad que el texto es parte de un dilogo, en el que un personaje habla
a Prudencia de otros tres: uno de ellos parece medio manitico, el
otro es una persona cumplida y de buenos sentimientos, segn el per
sonaje que habla, mientras que el tercero, Aniceto, es el novio o enamo
rado de Prudencia. Podemos deducir que Prudencia y Aniceto son jve
nes, y que habla una mujer, que interviene en el casamiento o en los
proyectos de casamiento de Prudencia, en favor de esa persona cum
plida y de buenos sentimientos, pues le dice: No lo hago por alabr
telo. Tambin se ve que la persona de buenos sentimientos est en
posicin prepotente, pues podra haber pedido a Prudencia y su familia
que desalojasen, es decir, que abandonaran algo, presumiblemente una
casa y unas tierras. El que parece medio manitico ser, en consecuen
cia, un familiar de Prudencia, verosmilmente ms viejo.
9.5.1.1. En el texto se combinan formas diversas del dilogo, como
la exposicin directa, aseverativa, o la interrogacin, muestra tpica de
la funcin apelativa. Hasta las exclamaciones son ms apelativas que
emotivas, se hacen en funcin de la interlocutora, de Prudencia, no del
personaje que habla. La forma che, cuyos orgenes son muy discutibles
y que, en ciertas zonas, est muy probablemente emparentada con el
pronombre guaran de segunda persona, es tpicamente apelativa o cona
tiva. Tambin abundan los elementos expresivos de la funcin ftica,
como hum, ah, o el mismo qu quers, cuyo valor interrogativo es nulo.
9.5.1.2. Este fragmento de dilogo permite tambin una caracteriza
cin del personaje que habla, segn veremos en el prximo apartado y
en 9.5.7, sobre todo. Se trata de un personaje que utiliza en su discurso
una variedad lingstica con abundantes rasgos exteriores a la norma,
246 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

dialectalmente perteneciente a una variedad campesina del habla de la


zona sur de Amrica, y de un medio rural.

II

La fontica del texto y la norma hispnica

9.5.2. Lo primero que debemos decir es que, al emplear una grafa


muy prxima a la normativa, se enmascara una de las caractersticas
fundamentales del texto, el seseo (cfr. 9.3.1), rasgo general en una zona
que usa vos como pronombre de segunda persona con las formas decime
y quers. Debe entenderse, por tanto, que todo lo que est escrito con c
y z se lee como si lo estuviera con s. Esto sita el texto fuera de la norma
castellana, de modo que el trmino de referencia ha de ser ms amplio,
la norma hispnica (cfr. 9.0.1).
9.5.2.1. Si analizamos las formas concretas que el texto nos muestra,
veremos tambin que el texto tompoco cabe en la norma hispnica, sino
que su mbito se restringe. No cumple aqu hablar del voseo (ya lo hare
mos en 9.5.5), sino de la fontica:

aurita por ahorita supone la reduccin del hiato ao (escrito aho)


a diptongo, lo cual es un vulgarismo general.
dentrar por entrar, con una d- prottica, tambin es vulgarismo
general.
geas y genos con velarizacin de la labial inicial, b, ante el dip
tongo ue es tambin un vulgarismo general.
intimao por intimado, prdida de -d- del participio, es vulgarismo
general.
decime por decidme tiene dos aspectos; fonticamente es la prdida
de -d final del imperativo, vulgarismo muy extendido; morfo
lgicamente corresponde al voseo, que restringe ms la forma,
que no se refiere a una segunda persona del plural, sino del
singular.
pa por para es otro vulgarismo general.
Las formas tenes y quers son ms importantes por su morfolo
ga, al ser formas de voseo; ahora bien, fonticamente tambin
se diferencian, tanto de los singulares tienes y quieres, como
de los plurales tenis y queris.
9.5.2.2. En resumen, si prescindimos de los rasgos fonticos unidos
a la caracterstica morfolgica del voseo, la fontica del texto corres
ponde a un espaol vulgar; si aadimos el rasgo del seseo, esa limita
cin es mayor. Al combinar todo con el tipo de voseo que muestra el
texto, queda claro que se trata de una representacin de una manera
vulcar de hablar el espaol en la Repblica Argentina. La representacin
es muy general, y slo permite una caracterizacin tambin muy general
e imprecisa.
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 247

III

Los pronombres

9.5.3. Los pronombres aparecen en el texto en las siguientes oca


siones:

me top: pronombre de primera persona, personal, es un reflexivo


formal, o falso objeto, de tipo tico.
rae quiso dar: personal de primera persona, en funcin de objeto
indirecto o complemento de dar.
les hubiera intimao el desalojo: personal de tercera persona, ob
jeto indirecto o complemento de intimar.
se dice: se indicador de pasiva refleja, impersonal.
te pongas colorada: personal de segunda persona. Reflexivo for
mal, falso objeto directo, de accin involuntaria. Forma tona
de voseo.
lo hago: acusativo de tercera persona, implemento u objeto di
recto.
alabrtelo: te es personal de segunda persona, de voseo, objeto in
directo o complemento de alabar. Lo es acusativo de tercera
persona, objeto directo o implemento del mismo infinitivo.
decime; personal de primera persona, objeto indirecto o comple
mento de dec.
casarse: personal de tercera persona, reflexivo formal, falso objeto.
se jugar: se, indicador de pasiva refleja.
lo dudo: personal de tercera persona, acusativo, objeto directo o
implemento de dudo.
se qued: personal de tercera persona, reflexivo formal, falso ob
jeto directo, de accin interior.
se me hace: se es indicador de pasiva refleja, y rae, objeto indi
recto o complemento de hacerse. Al lexicalizarse el grupo, y con
el valor de 'parecer', la combinacin se + rae se convierte en
indicador de medialidad en la primera persona.
9.5.3.1. Los ejemplos anteriores corresponden a los pronombres to
nos. Las formas tnicas aparecen como trmino de preposicin; la de
tercera persona, con l, en funcin de aditamento de top; la de segun
da, de voseo, con vos, de aditamento de casarse.
9.5.3.2. Otro es un indefinido, en funcin de ncleo, o trmino pri
mario, sujeto de hubiera intimao.

IV

Anlisis sintctico

9.5.4. Podemos sealar en este fragmento las siguientes oraciones


y suboraciones:

9. Comentarlos do Lengua Espaola


248 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA .

O Parece medio manitico: aseverativa afirmativa, atributiva, con pa


rece, verbo semiatributivo, como cpula, y medio manitico como
complemento predicativo referido al sujeto (l) implcito en la forma
verbal.
O: aurita me top con l: aurita y con l son aditamentos; top es el
ncleo del predicado. El sujeto, 'yo', est implcito en la forma verbal
y en el reflexivo formal rae (cfr. 9.5.3). Es una aseverativa afirma
tiva, formal refleja.
03 cuando iba dentrando: otra aseverativa afirmativa, temporal, funcio
na como aditamento de O2.
04 y ni las geas tardes me quiso dar: coordinada copulativa, negativa,
con O2. El sujeto es el de O, 'el'; el ncleo del predicado est
formado por la perfrasis quiso dar, con querer como auxiliar. Las
geas tardes es el implemento u objeto directo, y rae el comple
mento u objeto indirecto.
05 Otro ya les hubiera intimao el desalojo: aseverativa afirmativa, com
pletiva de un verbo de pensamiento implcito (creo que) otro... El
sujeto es otro, el ncleo del predicado la forma compuesta hubiera
intimao, implementado por el desalojo, objeto directo, les es objeto
indirecto o complemento.
06 como se dice: aseverativa afirmativa, pasiva refleja impersonal, fun
ciona como aditamento de Os, con valor modal. Ntese claramente
la funcin metalingstica, para referirse a la frmula jurdica del
desahucio.

OPCIN B

El voseo

9.5.5. En el prrafo 9.4.1 y en el mapa correspondiente hemos se


alado los tipos y extensin del voseo americano. El del texto, con sus
formas quers, tenes, corresponde al tipo C o rioplatense. Hay suficien
tes formas pronominales y verbales para reconstruir sus rasgos princi
pales: te para la forma tona, no te pongas; vos para la forma tnica,
casarse con vos, en los pronombres. En el verbo, tenemos presente de
indicativo, quers, imperativo, decime y subjuntivo no te pongas.

II

La extensin del espaol

9.5.6. El texto nos ofrece tres claros datos, dos explcitos y uno de-
ducible de los anteriores. Explcitos son el vulgarismo y el voseo, del
cual se deduce que se trata de un texto seseante, pues no hay voseo
fuera de las zonas de seseo. Por lo que concierne a los rasgos vulgares,
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 249

todos ellos son generales en el dominio lingstico del espaol, como


tuvimos ocasin de puntualizar en 9.5.2. El voseo es de tipo C, como
acabamos de ver en 9.5.5, y el seseo es general en los modos y zonas que
sealamos en 9.3.1 y 9.1.5.
9.5.6.1. Desde el punto de vista didctico, como ya sealamos en
9.5.0, debemos recordar que sta es una pregunta de tipo general, en
su primera parte, y remitir a 9.0.10 y el mapa adjunto para completar
su respuesta. No cabe duda de que la explotacin ms racional de los
datos del texto, en clase, por ejemplo, sera la insistencia en el carcter
comn de buena parte de los vulgarismos en todo el territorio espaol,
para mostrar cmo su diversidad es bastante reducida.

III

Dilogo y vulgarismo

9.5.7. La primera parte de este apartado, con los rasgos caracteri-


zadores, se encuentra en 9.5.1, lo que nos exime de repetirlos aqu. Re
cordemos, en sntesis, que se trata de parte del discurso de una per
sona mayor, presumiblemente una mujer, a otra ms joven, Prudencia.
El personaje que habla queda caracterizado por una serie de rasgos
vulgares. En lo que concierne a la fontica, los hemos recogido y co
mentado en 9.5.2, para concluir que se trataba de rasgos del espaol
general, en el nivel o registros vulgares, y que no aportaban nada espe
cial, fuera de lo vinculado fonticamente a la morfologa del voseo. En
consecuencia, podemos dedicar este apartado a otros aspectos.
9.5.7.1. En la morfologa, adems del voseo, debe resaltarse que la
segunda persona del plural, en tratamiento unificado, sin distincin de
familiaridad y cortesa, como en singular, es (ustedes) haran. Este rasgo
es propio del llamado espaol atlntico, es decir, Canarias y Amrica,
aunque tambin se registra, con cierta variacin de subsistemas (ustedes
os sentis), o sin ninguna, en Andaluca Occidental.
9.5.7.2. En el lxico nos encontramos con formas interesantes, es
pecialmente en la fraseologa. Empezando por lo ms simple, tenemos
ese che, tpico rioplatense (distinto, con seguridad, del che valenciano,
en Espaa) que, en la zona del Paran hay que relacionar con el gua
ran, lengua india, que la Repblica del Paraguay considera hoy como
una de sus dos lenguas nacionales, junto con el espaol. El adjetivo
cumplida, en el sentido de 'completa' es un arcasmo, al igual que
poblando 'viviendo y labrando en un lugar, para ocuparlo', o top por
'encontr'.
9.5.7.3. En las frases encontramos una mezcla de elementos intere
santes. Primero aparece esa vulgarizacin del trmino jurdico intimar
al desalojo, en la cual el desalojo se ha convertido en objeto directo.
Luego nos encontramos con tres expresiones mucho ms locales y carac
tersticas. La primera corresponde a una zona caballar, se jugar esa
carrera, donde jugar ocupa el lugar de correr, por la mayor importancia
que tiene el juego de las apuestas sobre lo puramente deportivo. La
segunda, lo dudo, dijo un pardo y se qued serio, requiere mayor expli
cacin: un pardo es un mestizo, prototipo de la sandez o la tontera.
250 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

El refrn dijo un pardo y se qued serio sirve para suavizar, como dicho
gracioso, la fuerza del lo dudo anterior. Finalmente, no haran gea
yunta es una metfora de la vida campesina, en el sentido de 'no hacer
buena pareja'.
9.5.7.4. Estas notas confirman lo que hemos repetido en diversos
prrafos anteriores, sobre el carcter vulgar del prrafo, su ubicacin
como muestra del habla de una zona argentina, el medio rural, y el
carcter rstico del personaje en cuya boca se pone.

IV

Anlisis sintctico

9.5.8. El fragmento seleccionado empieza por una oracin implcita,


expresada por la interjeccin ah!, seguida de otra exclamativa impl
cita, eso s!, que constituye un refuerzo afirmativo del que slo est
patente el sujeto eso. A continuacin hay una aseverativa negativa, con
sujeto (l) implcito en la terminacin verbal del ncleo del predicado
tiene, cuyo implemento u objeto directo es reparo. Como honrado y
trabaj-ador es un aditamento, de tipo modal. La conjuncin adversativa
pero coordina lo anterior con se rae hace (cfr. 9.5.3) que preferimos
interpretar como pasiva refleja, cuyo sujeto es lo que sigue, desde que
hasta el final, y me su complemento u objeto indirecto, con valor se
mntico de carcter tico. Que no haran gea yunta es una comple
tiva, sujeto de se hace, como hemos dicho, aseverativa negativa, con
sujeto (ellos) implcito en la terminacin del ncleo del predicado,
haran, y gea yunta como implemento u objeto directo.
9.5.8.1. Atrs se nos ha quedado el inciso qu quers (mal puntua
do, pues debiera ir entre comas); se trata de una exclamativa, con quers
como ncleo del predicado y qu como implemento u objeto directo.

TEXTO 31

9.6.

Martiniana (desde adentro izquierda): Ave Mara Pursima! (Con


otro tono.) Sin pecado concebida! Apiate no ms, Martinia
na, y pasa adelante! (Apareciendo.) Jess, qu recibimiento!
Ni que juera el rey de Francia!... Ay, cmo vienen todos!...
(Saludando.) Reverencias! Qudense sentaos no ms! Los
perdono!
Rudecinda: Ay, comadre! Cmo le va! La conoc en la voz!
Martiniana: Dejuramente; porque ni me haba visto... Cre mes-
mamente que el rancho se hubiera vuelto tapera...
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA , 251

Opcin A

1. Elementos propios del dilogo que aparecen en el texto.


2. Comentar la fontica del texto desde el punto de vista de la norma,
en relacin con el concepto de norma hispnica.
3. Clase y funcin de los pronombres en el texto.
4. Anlisis sintctico de las dos ltimas lneas.

Opcin B

1. El voseo, su caracterizacin en el texto.


2. Dilogo y vulgarismo en el texto, su caracterizacin.
3. La extensin del espaol en el mundo. Comentario desde las carac
tersticas del texto anterior.
4. Tipo de texto literario. Los actuantes. Caractersticas de estos textos.

OPCIN A

Elementos del dilogo

9.6.1. En esta ocasin, a diferencia de lo que ocurra en el texto 30,


est claramente marcado que se trata de un dilogo entre dos mujeres,
Martiniana y Rudecinda, cuyos nombres nos llevan a un medio rural,
reforzado este dato por la referencia concreta al rancho. El autor nos
indica en las anotaciones los cambios de tono y la presencia del per
sonaje de Martiniana en el escenario, en el que, lgicamente, ya estaba
Rudecinda.
9.6.1.1. Respecto al contenido, se trata de frmulas de saludo, en
su casi totalidad, de manera que las funciones apelativa y conativa
(cfr. 2.10.8 y 9.2.5) dominan claramente. Las exclamaciones, por tanto,
no son manifestaciones emotivas, sino que se dirigen al receptor. Debe
tenerse en cuenta que todo el parlamento de Martiniana est lleno de
irona, y no cabe duda de que este personaje tiene aqu un papel gra
cioso: ella misma se contesta a su propio saludo, diciendo el Sin pecado
concebida con que se responde al Ave Mara, y ella misma, tambin, se
invita a apearse, con un apiate. Las frases como qu recibimiento o qu
dense sentaos se refieren a que nadie se levanta ni sale a recibirla.
9.6.1.2. Entre los personajes existe familiaridad, puesto que se tratan
de comadre, pero no excesiva, pues se tratan de usted, como se ve en
el dilogo en singular entre Rudecinda y Martiniana. En plural la nica
forma posible es ustedes. El voseo (cfr. 9.6.5) slo lo emplea Martiniana
para dirigirse a s misma.
9.6.1.3.. El dilogo, en consecuencia, se ve desde dos ngulos: en su
primera intervencin, que es la aparicin en escena del personaje, como
252 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

se ve en las acotaciones, Martiniana parece hablar consigo misma (se


saluda y se responde, se invita a apearse), pero todo eso va dirigido a
llamar la atencin de las personas de la casa sobre su presencia. Luego
viene ya el dilogo real, entre Martiniana y los personajes del escenario,
de los que slo sabemos, por el texto, que hay al menos uno, Rudecinda.
9.6.1.4. Vamos a tener ocasin de sealar el carcter rstico de los
personajes en 9.6.2 y 9.6.6, y otras caractersticas literarias en 9.6.8;
aqu, en cambio, diremos solamente que las interrogaciones aparecen en
el texto con puntuacin exclamativa, lo que parece responder a la inten
cin del autor de marcar un exceso de fuerza y vivacidad en el dilogo.

II

La fontica en relacin con la norma hispnica

9.6.2. Al aparecer una forma de voseo en el texto, junto con otras


caractersticas que ahora veremos, no cabe duda de que se trata de
un texto de una zona del espaol donde no hay distincin entre s y z,
que la grafa no recoge, pues se atiene, en este aspecto, a la ortografa
normativa. El texto debe leerse con seseo (cfr. 9.3.1) y comentarse te
niendo en cuenta esta caracterstica.
9.6.2.1. En los rasgos fnicos podemos distinguir los vulgarismos
generales, como la reduccin del hiato ea al diptongo i, en apiate
(donde se mezcla o combina con el fenmeno morfolgico del voseo,
que no es del caso), la prdida de -d final en el imperativo (tambin
combinado con el voseo), la prdida de -d- en el participio sentaos, o la
vacilacin del timbre de la vocal inicial en mesmamente por misma
mente.
9.6.2.2. Rasgo ms especfico es la aspiracin de la /- inicial en juera
por fuera. Este rasgo es general entre los campesinos argentinos y fre
cuente en la clase popular, aunque se da tambin en otros muchos lu
gares. Nos basta con la referencia a la Argentina por el voseo, y por la
expresin tapera para designar un rancho abandonado, ruinoso.
9.6.2.3. El seseo supone ya una situacin fuera de la norma caste
llana, aunque dentro de la norma hispnica (cfr. 9.0.1). Los vulgarismos
y regionalismos apuntados nos permiten sacarlo tambin de esta norma
y limitarlo, geogrficamente, a la zona del Ro de la Plata, y socialmen
te, a la clase campesina.

III

Los pronombres

9.6.3. Los que aparecen en el texto son personales, de los siguientes


tipos:
Apia/e: reflexivo de segunda persona, es un falso objeto directo de
apear, gramaticalizado como indicador de medialidad (cfr. 2.12.1,
3.2.3, 9.3.7).
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 253

Qudense: reflexivo formal de tercera persona, falso objeto, usado


en tratamiento plural de segunda persona.
Los perdono: acusativo plural de tercera persona, objeto directo
o implemento de perdono, referido tambin a la segunda, por
el tratamiento.
le va: dativo de tercera persona, referido tambin a la segunda, en
tratamiento de respeto (usted), complemento u objeto indirecto
de va, matiz semntico tico.
La conoc: acusativo de tercera persona, tambin en tratamiento
de respeto, implemento u objeto directo de conoc,
me haba visto: primera persona, implemento u objeto directo
de ver.
se hubiera vuelto: reflexivo formal, en verbo pronominal de deve
nir, falso objeto, indicador de medialidad.
9.6.3.1. A ellos hay que aadir el cuantitativo todos, que expresa
cuantificacin universal, y est empleado en funcin nuclear, como su
jeto de vienen.

IV

Anlisis sintctico

9.6.4. Las dos lneas seleccionadas se abren, en una consideracin


muy formal, con una implcita, cuyo sujeto es Martiniana, el personaje
que habla, el verbo sera dice, replica o similar, y todo lo que viene
luego, en estilo directo (cfr. 9.2.3), sera una completiva en funcin de
implemento de ese verbo implcito de decir.
9.6.4.1. El parlamento de Martiniana se inicia con otra implcita,
de la que slo est explcito el aditamento dejuramente (formado sobre
de juro), como refuezo afirmativo, efectivamente me conoci en la
voz. La causal que introduce porque, aseverativa negativa, se coordina
con esa implcita que precede; el ncleo del predicado es haba visto,
con el implemento u objeto directo rae. Cre mesmamente tiene como
ncleo cre, mesmamente es un aditamento; el objeto directo o imple
mento de cre es la completiva que introduce que, hasta el final, cuyos
elementos son los siguientes: hubiera vuelto es el ncleo del predicado,
en el cual debe englobarse el se formal, indicador medial gramaticali
zado. As, este complejo toma carcter atributivo, y une el sujeto el
rancho al complemento predicativo tapera.

OPCIN B

El voseo

9.6.5. Hemos de repetir aqu lo dicho en el texto anterior, remitien


do, para la introduccin terica de este apartado, a 9.4.1 y 9.5.5. Hemos
254 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

tenido ocasin de comentar que los personajes se hablan de usted y


que Martiniana slo usa el vos hablando consigo misma.
9.6.5.1. Este hecho produce un solo uso pronominal, y dos verbales,
ambos en imperativo. La forma de pronombre que aparece es el pro
nombre tono, te. Los imperativos son apiate y pasa, cuyas peculiarida
des fonticas quedaron comentadas en 9.6.2.

II

Dilogo y vulgarismo

9.6.6. Al igual que en el texto 30, y como ya sealamos en 9.5.0, la


reiteracin de la pregunta que-gua el comentariao obliga a una remi
sin a los prrafos pertinentes, para evitar repeticiones enojosas. En
9.6.1. y 9.6.2 hemos recogido los elementos caracterizadores del dilogo
y los elementos fonticos implicados. En 9.6.5 acabamos de hacer refe
rencia al voseo.
9.6.6.1. Aqu nos corresonde un anlisis de los elementos que que
dan, con objeto de perfilar la caracterizacin. Los saludos iniciales o]e
Martiniana, con el Ave Mara, nos llevan a un ambiente religioso formal,
arcaizante, y popular o rstico. Del contexto se desprende, por antfrasis,
es decir, por lo contrario de lo que se dice, que Rudecinda ni se levanta
ni hace ninguna reverencia, lo que indica en sus palabras que se burla
de una situacin social distinta, superior, de la que hace una parodia.
La referencia al rancho, la forma tapera, en un sentido tpico riopla-
tense (Argentina y Uruguay), el apearse del caballo, todo eso es propio
de un ambiente rural argentino, como la expresin dejuramente, o los
otros rasgos fonticos (juera) y morfolgicos (voseo). El autor trata
de representar un cuadro de costumbres, la llegada a un rancho de una
persona que recibe un trato entre confianzudo y respetuoso, ni propia
mente de respeto, ni familiar del todo.

III

La extensin del espaol

9.6.7. Como ocurra en 9.5.6, el texto nos ofrece tres datos concretos
precisos, dos explcitos, el voseo y el vulgarismo, y otro implcito, el
seseo, que contribuyen a una situacin general. Adems, en este caso,
tenemos el rasgo de la aspiracin, en juera, que limita mucho ms su
extensin, especialmente en el aspecto social del uso, que se restringe
a las clases populares y al uso descuidado, el adverbio dejuramente y
la voz tapera. Ello nos lleva, en conjunto, al espaol de Argentina, en
el mbito rural. *
9.6.7.1. La advertencia de 9.5.6.1 es vlida aqu, en la remisin a
9.0.10 para los aspectos tericos, as como el mapa. En lo que concierne
a la explotacin en clase, parece posible aadir ahora algunas peculia
ridades de la zona, que se puede delimitar ms claramente y, en niveles
ms especializados, la utilizacin del libro de Resnick, Phonological Va-
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 255

riants, ya citado, para recoger los usos en los distintos lugares de


Amrica.

IV

Tipo de texto literario, los actuantes

9.6.8. Se trata de una obra dramtica, de ambiente rural, lo que


nos lleva a un teatro costumbrista. El autor marca los personajes que
intervienen, indicando sus nombres antes de lo que dicen, y seala con
sus acotaciones, entre parntesis, lo que cada uno de ellos hace o ha de
hacer, como auxilio para la representacin. Todo ello es convencional
y tradicional en este tipo de obras.
9.6.8.1. Ms inters, pese a que la mayor parte de los rasgos son
generales, ofrece la representacsin de peculiaridades del habla de los
personajes, con la presencia del voseo en escena, o las alteraciones fon
ticas a las que nos hemos referido en varios lugares, especialmente
en 9.6.2. Al usar la ortografa convencional, estos rasgos quedan difu-
minados y alguno, como el seseo, desaparece. Sin embargo, es intere
sante la intencin de representar el habla real.
9.6.8.2. Pasemos ahora a los actuantes, tipos o clases de personajes.
En las obras literarias nos encontramos una y otra vez con que se
repiten los mismos esquemas y los personajes realizan las mismas fun
ciones: un galn ama a una dama que le corresponde, pero se interpone
otro; al primer galn le ayuda un amigo, al segundo el hermano o el
padre de la dama. Una segunda dama, enamorada de uno de los galanes
complica la situacin. Este esquema, que se repite en innumerables
comedias del Siglo de Oro, y que da origen a varias obras de primera
fila, es, como se ve, sumamente simple. En Teora Literaria se han fijado
los modelos de actuacin, o estereotipos de participantes, en seis divi
siones o grupos. Ntese que .el actuante no es lo mismo que el actor:
este ltimo es un personaje concreto, identificado (Romeo, Don Qui
jote, Fortunata), mientras que el actuante es la clase, el tipo.
9.6.8.3. El primer actuante es el sujeto de la accin o proceso, el
hroe. Los restantes son el objeto de la accin o proceso, la fuente o el
remitente (el narrador, en la obra literaria, aqu, en una obra dram
tica, el dramaturgo, como autor de las acotaciones que ponen cada si
tuacin en escena), el destinatario es el receptor del mensaje y los dos
ltimos tipos son el ayudante, que colabora en la accin del hroe, y el
opositor, el traidor o antihroe, que se opone a la realizacin de la
accin que lleva a cabo el sujeto.
9.6.8.4. El fragmento dramtico elegido es demasiado pequeo, y
no nos permite sealar el papel que los dos personajes desempean
en el conjunto de la obra. Parece relativamente claro que Martiniana,
por el tinte jocoso de su actuacin, no se presta a ser hroe ni antih
roe. Decir lo mismo de Rudecinda, a partir de su nombre y del. escaso
parlamento que tenemos, sera demasiado atrevimiento, seguramente
motivado por el conocimiento de la obra completa, Barranca Abajo,
de Florencio Snchez. Como aplicacin pedaggica podemos sugerir la
256 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

lectura de la obra completa y la determinacin de la funcin de cada


uno de los personajes.
9.6.8.5. Como representacin del dilogo dramtico, el texto es con
vencional y tpico, con indicacin de los personajes, acotaciones conci
sas referidas exclusivamente a la representacin, y bsqueda de la ca
racterizacin de los tipos por s mismos, por su actuacin en escena,
que incluye el lenguaje.

TEXTO 32

9.7.

Robustiana: Che, Prudencia! Quers seguir pisando esta ma


zamorra? Me canso mucho. Yo hara otra cosa cualquiera.
Prudencia: Psala vos con toda tu alma. Tengo que acabar esta
pollera.
Robustiana: Que sos mala! Llmala a mama entonces o a Ru
decinda.
Prudencia (volvindose, a voces): Mama!... Rudecinda! Vengan
a servir a la seorita de la casa, y triganle un trono para
que est a gusto.

Opcin A
1. Tipo de texto literario. Los actuantes. Caractersticas de estos textos.
2. Clase y funcin de los pronombres en el texto.
3. Valor de los tiempos verbales, en relacin con los llamados tiempos
del comentario y con las funciones del lenguaje.
4. Comentar brevemente el texto en relacin con el concepto de norma
hispnica.

Opcin B
1. El voseo, su caracterizacin en l texto.
2. La extensin del espaol en el mundo, comentario desde las carac
tersticas del texto anterior.
3. Anlisis sintctico de las dos ltimas lneas.
4. Elementos propios del dilogo que aparecen en el texto.

OPCIN A

Tipo de texto

9.7.1. Antes de caracterizar el texto sealaremos, como hemos ad


vertido previamente, en 9.5.0, que la pregunta de tipo general sobre los
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 257

actuantes queda incluida en 9.6.8, por lo cual no reiteramos aqu lo que


all se dice.
9.7.1.1. La caracterizacin del texto a partir de sus aspectos forma
les es sencilla. En el mismo hay tres partes: en la primera situamos
los nombres de los personajes, que figuran al margen, Robustiana y
Prudencia, cuyos parlamentos se incluyen en estilo directo (cfr. 9.2.3)
a continuacin. Esas mismos parlamentos en estilo directo constituyen
la segunda parte, el dilogo. El tercer lugar lo ocupan unas observacio
nes descriptivas, entre parntesis, llamadas acotaciones. Esta distribu
cin de personajes, dilogo y acotaciones es caracterstica de una obra
dramtica, representacin en el escenario de acciones humanas.
9.7.1.2. La accin que se desarrolla en escena es de tipo costum
brista, situada en un ambiente rural rioplatense. As lo indican los tr
minos mazamorra (plato tpico argentino que se hace con maz blanco
partido y hervido; se entiende que Robustiana est pisando el maz),
pollera, falda, americanismo general del Sur, el voseo, quers, y el
uso de ustedes para el plural como forma nica, sin distincin de tra
tamientos.

II

Los pronombres

9.7.2. Separaremos en primer lugar los actualizadores, en funcin de


adyacentes a un sustantivo, como los demostrativos esta, repetida, o los
indefinidos otra y cualquiera, el posesivo tu o el cuantitativo, de cuan
tificacin universal, toda.
9.7.2.1. Los personales son de varios tipos:
rae canso: primera persona, tono, reflexivo formal, falso objeto.
Yo hara: primera persona, tnico, sujeto, expreso por nfasis, para
hacer resaltar la contraposicin entre Robustiana (yo) y Pru
dencia (vos).
Pisa/a: tercera persona, acusativo, implemento u objeto directo de
pisa.
vos: segunda persona, familiar, sujeto de pisa, enftico. Indicador
del tratamiento llamado voseo (cfr. 9.7.5, infra).
llama/a: acusativo de tercera persona, femenino, como en psala.
Objeto directo o implemento de llama, es intensificador, re
dundante, con a mama, al que se refiere catafricamente.
Volvindose: reflexivo formal de tercera persona, falso objeto.
trigan/e: dativo de tercera persona, complemento u objeto indi
recto de traigan.

III

Los tiempos verbales

9.7.3. Todos los tiempos del texto pertenecen a la expresin del


mundo comentado (cfr. 2.5.1.2 y 3.2.4). Tenemos presentes, como quers
258 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

o sos (de ser, forma de voseo, cfr. 9.7.5), imperativos, como psala, sub
juntivos exhortativos en presente, como vengan, traigan, y un pospre
trito, hara, con el valor de preferira hacer.
9.7.3.1. La presencia de numerosos imperativos y subjuntivos hor-
tativos indica con claridad que la funcin apelativa o conativa est muy
marcadamente presente en el texto, lo que se corrobora con llamadas
como che o vocativos como Prudencia, mam o Rudecinda. El gerundio
volvindose contribuye a la presentacin de la accin que se desarrolla
delante del espectador en el tiempo de ste (cfr. 2.10.8, 4.2.2, 6.4.8, 7.2.2,
8.1.8, 9.2.5 y 9.4.2 para las funciones, y 2.2.1, 2.5.1, 2.7.4, 2.10.4, 2.12.3
y 7.4.2.2 para el tiempo).
9.7.3.2. Lo que todo ello quiere decir es que el predominio de la
accin sobre el contenido conceptual es absoluto. Apenas hay transmisin
de contenidos conceptuales, con lo que la funcin representativa se re
duce al mnimo.

IV

El texto y la norma hispnica

9.7.4. No hay elementos fonticos peculiares, destacados en el texto.


Los rasgos americanos y, especficamente, argentinos, nos permiten, sin
embargo, sealar en l un fenmeno que no es aparente, el seseo. El autor
es respetuoso con la ortografa convencional y escribe c y z distintas de s,
pero los restantes datos lingsticos del texto nos indican que los per
sonajes, sin ningn gnero de duda, sesean (cfr. 9.3.1).
9.7.4.1. El seseo, exterior a la norma castellana, nos obligara a re
currir al concepto de norma hispnica (cfr. 9.0,1), mas los otros rasgos
del texto, que lo caracterizan como argentino o, al menos, del llamado
Cono Sur, nos obligan a reducir su mbito ms, y a presentarlo como
muestra de un habla regional, con elementos peculiares que no corres
ponden a la norma hispnica.
9.7.4.2. Todava tendramos dentro de esta norma el uso del plural
nico ustedes, con prdida de distincin entre tratamiento familiar
y de cortesa. El voseo, sin embargo, como caracterizaremos en 9.7.5,
queda fuera de esta norma, y limitado a lo regional. Este hecho tiene
su importancia, porque supone la deliberada intencin de utilizar en la
lengua literaria, en esta obra teatral, unos usos lingsticos que son
restringidos, y se apartan visiblemente de la lengua general. Es cierto
que el voseo es un arcasmo, pero un arcasmo abandonado por las am
plias zonas hispanohablantes que quedan fuera de su rea, o reducido
a indicador de clase social, sin prestigio, en otras regiones.
TEXTOS COLOQUIALES Y EXTERIORES A LA NORMA, DE ESPAA Y AMERICA 259

OPCIN B

El voseo

9.7.5. No necesitamos repetir aqu los conceptos tericos bsicos,


presentados en 9.4.1 y aplicados en 9.5.5 y 9.6.5. El texto es muy ilus
trativo en los usos de estas formas.
9.7.5.1. En el plano verbal, las formas quers y sos nos bastan para
situar este tipo en la zona C, rioplatense. La forma sos, ms llamativa,
es el equivalente de sois, diacrnicamente, usada en el tratamiento fa
miliar por eres. Los imperativos pisa y llama, con prdida de la -d final,
corresponden a esta caracterstica.
9.7.5.2. En las formas pronominales, no tenemos sino la forma vos,
como sujeto enftico de pisa.

II

Extensin del espaol

9.7.6. Tras la obligada referencia a 9.0.10, al mapa correspondiente,


y al mapa del voseo que corresponde a 9.4.1, donde se tratan las cues-
tiens tericas pertinentes, no nos queda ms que, de acuerdo con lo
advertido en los dos textos anteriores, apuntar algunas posibilidades
de explotacin, que podran ser, en este caso, la cohesin lingstica de
la zona rioplatense, la progresiva reduccin de reas a partir del seseo,
ustedes para segunda persona del plural, voseo, con reduccin a la
zona C y, en el lxico, del empleo ms amplio de pollera, hasta Bolivia
y Chile, hasta el uso ms restringido de mazamorra. La finalidad de este
ejercicio es hacer ver cmo los elementos comunes son mucho ms im
portantes y fundamentales que los diversificadores, y cmo el espaol
tiene unos elementos de fuerte cohesin, que debemos defender y con
servar.

III

Anlisis sintctico

9.7.7. En el fragmento seleccionado tenemos, en primer lugar, el


nombre de Prudencia, sujeto de una implcita, con verbo de. decir, a la
que serviran de aditamento el gerundio volvindose y la frase prepo
sitiva a voces y de implemento todo el discurso directo que sigue al
punto y guin.
9.7.7.1. La parte del dilogo empieza con dos vocativos, mama y
Rudecinda, a los que siguen dos exhortaciones con verbo en presente
260 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

de subjuntivo y una final. Todas las suboraciones del prrafo son afir
mativas. La primera de ellas tiene como ncleo del predicado vengan,
que rige un aditamento cuyo ncleo, a su vez, es el infinitivo servir, en
construccin final, implementado por a la seorita, objeto directo, mo
dificado por el complemento determinativo de la casa.
9.7.7.2. La conjuncin copulativa y une vengan y traigan y sus subora
ciones respectivas. Traigan rige como complemento u objeto indirecto
a le y como objeto directo o implemento un trono. La oracin final,
introducida por para que funciona como aditamento de traigan; su n
cleo es est, en funcin predicativa; a gusto es un aditamento.

IV

Elementos propios del dilogo

9.7.8. Hemos tenido que referirnos, en distintos puntos, especial


mente en 9.7.3, a los elementos del dilogo que aparecen en el texto.
El primero de ellos, el ms llamativo, es, sin duda, la indicacin del
propio autor, al destacar ante cada parlamento el nombre del personaje
que habla. Viene a continuacin el uso de Jos pronombres y formas ver
bales de segunda persona (cfr. 9.7.2 y 9.7.5), seguidos de los vocativos,
como Prudencia, Mama, Rudecinda, utilizados para llamar a personajes
de escena y de fuera de ella, los imperativos, propiamente dichos, y las
formas exhortativas en subjuntivo, nicas posibles en plural, en una
zona lingstica en la que la forma vosotros ha desaparecido de la len
gua hablada, en la cual slo se emplea ustedes.
9.7.8.1. Aparece adems la exclamacin apelativa tpica del Ro de la
Plata, el che, o la partcula que en que sos mala, con valor ponderativo,
introduciendo una completiva sin verbo explcito que la rija. Como tu
vimos ocasin de. sealar en 9.7.3, la funcin apelativa o conativa es
la bsica del texto, de manera que los elementos caractersticos del
dilogo, hasta las frmulas sintcticas nimias, como la redundancia pro
nominal de llmala a mama, estn bien presentes.
NOTA FINAL

Al llegar al trmino de este trabajo quedan todava muchas cosas


que debieran estar en las pginas precedentes y que faltan. Parte de esta
falta ser deliberada y consciente; parte, como en toda obra humana,
obedecer a las limitaciones y errores propios. Se presenta como un
libro til, o sea, con pretensin de ser til; pero dejando bien claro, a
lo largo de todo l, que se trata de una aplicacin, desde un punto de
vista concreto, y no de un solucionario.
Cuando, por una u otra razn, a lo largo de la vida, se han realizado
centenares, tal vez millares, de comentarios, es evidente que no existe un
mtodo, que slo hay aproximaciones diversas, ms o menos completas,
generales, globalizadoras o profundas. En este libro se sigue una lnea
de concepcin de la gramtica firmemente anclada en la mejor tradicin
espaola (en el amplio sentido lingstico que abarca a todo nuestro
dominio lingstico comn), reelaborada dentro de una concepcin fun
cional que tiende a mantener, en lo posible, las diferencias entre Morfo
loga y Sintaxis. No se olvida, en ningn momento, la aportacin im
prescindible de la gramtica generativa, aunque no se hacen intentos
especficos de experimentacin en este campo, porque no se considera
adecuado en un libro como ste, escrito pensando en personas que no se
van a dedicar a la lingstica y que necesitarn conocer bien los meca
nismos y las posibilidades de la lengua espaola.
Qui autem auscultare nolet, exsurgat foras,
Vt sit ubi sedeat Ule qui auscultare uult.

Madrid, da de los Santos Inocentes,


1982

261
NDICE DE AUTORES Y MATERIAS *

Los nmeros remiten a los prrafos en los que se expone teora sobre el
concepto en cuestin.

abreviacin, 9.3.5.
abreviatura, 2.3.1.1; 2.3.1.2.
abstraccin, vid. sustantivo abstracto.
acotacin, 9.4.3.
acrnimo, 2.3.1.1; 2.3.1.2.
actualizacin, vid. artculo.
actualizador vaco, 6.3.4.
actuante, 6.4.4; 9.6.8.2.
aditamento, 2.6.2.2; 2.11.4.2.
adjetivo, 2.6.1; 6.1.3; calificativo, 2.6.1.1; 2.6.1.5; cuasideterminativo, 2.6.1.6.2.4;
descriptivo, 2.6.1.6.2.2; epteto, 2.6.1.4; 2.6.1.6; especificativo, 2.6.1.2-2.6.1.6;
explicativo, 2.6.1.2-2.6.1.6 passim; de relacin o pertenencia, 2.6.1.6.2.3; va
lorativo, 2.6.1.6.2.1.
adverbio, 2.11.4; situacional, nocional, 2.11.4.3; locucin adverbial, 9.3.4.
Alarcos, E., 1.1.6; cap. 1, n. 1; 2.10.3.1; 2.11.4.2; 4.1.2.
Alba de Diego, V., cap. 2, n. 3.
Alfonso X el Sabio, 1.1.10.
Alvar Lpez, M., 1.1.7; cap. 1, n. 1; cap. 9, n. 1.
anacoluto, 2.4.1.1; 2.7.2.
anglicismos, 2.7.2; 2.8.3; contra la norma, 2.11.2.
antepresente, 2.10.4.
apedictico (enunciado), 6.2.1.2.
apdosis, 7.2.3.2.
aposicin, bimembre, 6.4.3; unimembre, 2.4.1.2.
Ariza, M., cap. 7, n. 1.
articulo, presencia y ausencia, 2.8.2; 7.6.5; un, una, 2.10.3; 6.1.8; el que, 6.1.1;
6.1.8; el, 6.3.4.
aspecto verbal, 2.5.2; 2.5.3; 2.5.4.1.
atribucin con cpula explcita, 8.1.4; 8.3.7.
atribucin con cpula implcita, 8.1.4; 8.3.7.
aunque, 3.1.8; adversativo, concesivo, 3.1.8.1.
autoridad (criterio), 9.0.6; 9.0.7.

Barrenechea, A. M?, 2.12.2.


Bateman, A., cap. 2, n. 1.
Bosque, I., cap. 7, n. 2, n. 3; cap. 8, n. 3.
Bhler, K., 2.10.8.1.

Calvo Ramos, L., 5.1.1.; cap. 5, n. 1.


cantidad, 8.1.1.

* Elaborado por Celia Villar Rodrguez.

263

10. Comentarios de Lengua Espaola


264 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

Casado Velarde, M., cap. 2, n. 3.


Casares, J., cap. 1, n. 1.
ceceo, 9.1.5.
comentario (tiempos del comentario), 2.5.1.2; 2.10.4; 6.3.1; 6.4.2.
complemento, 2.6.4.3; 2.11.4.2.
connotacin, 4.1.1.2; 4.23.
Controras, L., cap. 1, n. 1.
Coro minas, J., 3.2.1.
Correas, G., 1.1.15; 2.10.3.1.
Coseriu, E., 9.0.4; cap. 9, n. 1, n. 2.
Covarrubias, S., 9.0.6.
cultismo, 2.6.3.

dexis, vid. artculo.


deixis mostrativa ad oculos, 7.0.2.
demostrativos, 6.1.8.1.
denotacin, 4.1.1.1; 4.2.3; significado denotativo, 4.1.1.
desvio, 6.2.8; 8.0.4.
dilogo (elementos), 9.5.1; 9.7.8.
dilogo narrativo, 7.2.1; 7.3.7.
Daz Plaja, G., cap. 8, n. 4 bis.
diminutivo, 9.2.2.

endecaslabo, enftico, heroico, meldico, sfico, 8.1.5.1.


ensayo informativo, 6.3.8.1.
espaol atlntico, 9.5.7.1.
estereotipo, 7.4.4.
Esteve Serrano, A., cap. 1, n. 1; 1.1.12.
es/z'/o directo, 4.1.6; 9.2.3.
estilo indirecto, 4.1.6; 9.3.2.
estrofa, cuarteto, terceto (soneto), 8.1.1.3; 8.1.1.4; serventesio, 8.2.1; dcima,
8.3.8.1.
timo ltimo, 2.8.3.1.
timo inmediato, 2.8.3.1.
eufemismo, 7.3.2; 7.4.1.
expansin del espaol, 9.0.10.

Fernndez Galiano, M., cap. 2, n. 5.


Fernndez Ramrez, S., 1.1.4.
figuras, antfrasis, 9.6.6.1; hiprbole, 3.2.7.1; litotes, 4.2.6; 7.5.6.1; metfora,
3.2.7; metonimia, 3.2.7.1; perfrasis metafrica, 3.2.7.1; personificacin, 7.6.8;
poliptoton, 8.4.3.1; prosopopeya, 6.4.4.1; quiasmo, 8.2.5.3.
fontica del espaol en Amrica, 9.3.1; 9.6.2.
forma verbal, perifrstica, 3.1.6; simple, 3.1.6.
formacin de palabras, derivacin, composicin, 2.11.7.
funcin atributiva del adjetivo, 6.3.7.
funcin predicativa del adjetivo, 6.3.7.
funciones del lenguaje, 2.10.8; 4.2.2; 6.4.8; 7.2.2; 8.1.8; 9.2.5; 9.4.2.

Garca Calvo, A., 2.10.8.


Garca Gmez, E., 6.2.1.
Garrido, J., cap. 7, n. 1.
Garrido Gallardo, M. A'., 7.0.1; cap. 8, n. 3.
gerundio, 7.3.6; 9.3.3.
Gil Gaya, S., cap. 2, n. 1.
Gonzlez Oll, F., cap. 1, n. 6.
Guillen, J., cap. 8, n. 4 bis.
NDICE DE AUTORES Y MATERIAS 265

habla coloquial, 7.4.4.


helenismos, 2.6.3; eclesisticos, tradicionales, 2.6.3.2.
Horman, H., 4.1.1.

Iglesias Marcelo, J., cap. 1, n. 3.


implemento, 2.6.2.4; 2.6.4.3; atributo del implemento, 4.1.2.
indefinidos, 6.1.8.2.
indicador, 7.4.4.
informacin, escueta, 3.0.2; propagandstica, 3.0.2.
intensidad, 8.1.1.
irregularidad fontica, vid. verbos irregulares.
irregularidad grfica, vid. verbos irregulares.

Jakobson, R., 2.10.8.5.


Jesperson, O., 2.11.4.
Jimnez, J. R., 1.1.16.
Jorge Juan, 2.1.3.
Jorge Manrique, 2.8.3.3.
juncin, vid. adjetivo calificativo.
Jurista, J., cap. 2, n. 3.

Karcevskij, S., 2.11.4.1.

Labov, W., 7.4.4.


Laguna, Dr., 2.1.3.
lasmo, 4.3.3.1.
Lapesa, R., 2.10.3.1; 4.2.4.2; cap. 2, n. 3, n. 6; cap. 9, n. 3.
Lara, L. F., 9.0.4; cap. 9, n. 1.
Lzaro Carreter, F., cap. 8, n. 3.
lesmo, 6.1.2; 8.4.1.
lenguaje, administrativo, 5.1; jurdico, 5.1.
Lope Blanch, J. M., cap. 9, n. 1.
Lpez Garca, A., 2.11.4.1.

Machado, A., 1.1.7.


Maran, Dr., 2.1.3.
marcador o marca, 7.4.4.
Marcos Marn, F., cap. 1, n. 1, n. 2, n. 5; cap. 2, n. 2; cap. 3, n. 2; cap. 8, n. 2, n.5.
Mariner, S., cap. 1, n. 1; 2.3.1.2; cap. 2, n. 3.
medialidad, vid. se medio.
modalidad, 2.10.7; enunciativa, interrogativa, imperativa, optativa o desidera-
tiva, 2.11.4.3; 6.3.8.
modo verbal, 2.5.2.1; 2.5.3; 2.7.4; 2.7.4.2; 2.7.4.3; 6.2.3.
monlogo interior, 7.2.1.
morfema verbal, 6.2.6.
Mostern, J., cap. 1, n. 1; 1.1.15.
Mukarovsky, J., 2.10.8.8.

narracin (tiempos de la narracin), 2.5.1.2; 3.2.4; 6.3.1; en primera perso


na, 6.4.2.
narrador omnisciente, 7.2.1.
nombres propios, 6.4.4.
norma, 9.0.2; 9.0.6 passim; 9.0.8: norma castellana, norma hispnica, 9.0.9:
9.5.2.
266 COMENTARIOS DE LENGUA ESPAOLA

opinin. 3.0.2.
oracin implcita, 7.3.1.
ortografa, 1.1.1; 1.1.27 passim.
Otero, C. P., cap. 1, n. 1.

Palacios, J., cap. 2, n. 1.


Paraso de Leal, I., cap. 1, n. 8.
partes de la oracin, 1.2A.
Pascual, J. A., 3.2.1.
pasiva refleja, vid. se pasiva refleja.
Peirce, Ch., 4.0.1.
performativo, vid. verbo performativo.
Piquer, A., 2.1.3.
planificacin lingstica, 1.1.3; 1.1.13; cap. 1, n. 3.
Polo, J., cap. 1, n. 1.
Pratt, C, 2.8.3.3; cap. 2, n. 7.
preposicin, 8.3.6.
presente intemporal (atcmporal), vid. tiempo verbal.
prstamos, 2.6.3; prstamo de va intermedia, vid. helenismos.
pronombre, relativo, 2.4.1.2; 2.12.2; 6.1.1; redundancia pronominal, 3.2.3; 4.3.3.2;
personal, 7.4.3.
proposicin, 2.10.7.
prtasis, 7.2.3.2.
proverbio, 6.2.1.
Plgram, E., cap. 1, n. 1.

que, completivo, conjuncin adversativa, conjuncin causal, conjuncin com


parativa, concesiva, consecutiva, copulativa, disyuntiva, en locucin conjun
tiva, exhortativo, conjuncin final, 2.10.5; relativo, 2.4.1.2; 2.10.5; 2.12.2.

Rabanales, A., cap. 2, n. 3.


referido, 4.1.1.
refrn, 6.2.1.
relativo, anfora, catfora, 7.1.4; el que, 6.1.1; oracin, 6.1.1.; 8.4.4.2; vid. pro
nombre,
rema, 2.4.1.1; 2.4.3.
Resnick, M. C, 9.6.7.1; cap. 9, n. 3.
Rey Pastor, J., 2.1.3.
rima, 8.1.1.
Rosenblat, A., cap. 1, n. 1. .
Rousseau, J. J., 1.1.5.

Salazar Ramrez, M? S., cap. 8, nt 2.


Snchez, F., 9.6.8.4.
Sarmiento (Padre), 2.1.3.
Sarmiento, R., cap. 1, n. 1; 1.1.12.
se medio, 2.12.1; 9.3.7.
se pasiva refleja, 2.6.2.1; 2.11.1; 2.12.1; 9.3.7.
Seco, M., cap. 1. n. 1; 2.11.7; cap. 2, n. 3; cap. 7, n. 5; 9.0.6.
ser de + sustantivo, 2.7.3.
Sergio Serrn, M., cap. 2, n. 3.
seseo, 9.3.1.
siglas, 2.3.1.
signo, icono, 4.0.1; 4.0.3 passim; smbolo, 4.0.1; 4.0.2; indicio, 4.1.5.
sinalefa, 8.1.1.2.
sintaxis (generalidades), 1.2.1; 1.2.4.
NDICE DE AUTORES Y MATERIAS 267

Steton, R. H., cap. 1, n. 1.


suplemento, 2.4.1.2; 2.6.2.1; 2.6.2.4; 2.6.4.3; 2.11.4.2.
sustantivo, abstracto, 2.10.2; 6.1.6; actual, 2.8.2.1; 2.8.2.2; concreto, cuantitativo,
de cualidad, de fenmeno, no cuantitativo, numeral, 2.10.2; virtual, 2.8.2.1.

Taboada, M., 2.10.3.1.


tema, 2.4.1.1; 2.4.3.
terminologa monosmica, 2.1.2; 2.1.3; 2.2.1; 2.7.1.1.
texto cientfico, 2.1.1; caractersticas principales, 2.2; construccin, 2.1.4; len
guaje, 2.1.3; 2.4.3; sintaxis, 2.1.2.
texto coloquial, 9.0.1.
texto humanstico, 6.0.1; caractersticas, 6.2.8.
texto informativo, caractersticas principales, 3.1.1; comentario, 6.3.1; con ele
mentos icnicos, 4; lxico, 3.1.3; objetividad, 3.1.4; 3.2.8; simple, 3.0.1; titu
lar objetivo, 4.1.1.4.
texto literario, 7.0; elementos literarios, 7.2.7.
texto potico, 8.0.
texto publicitario, 4.2; 4.2.6; lenguaje telegrfico, 4.3.3.3.
tiempo verbal, 2.2.1; 2.5.1; 2.7.4; 2.7.4.1; 2.10.4; 2.12.3; 7.4.2.2.
timbre, 8.1.1.
Torres Nebrera, G., cap. 7, n. 1.
Torres Villarroel, D. de, 2.1.3.

ultracorreccin, 5.2.8; 8.4.1.2.


Unamuno, M. de, cap. 1, n. 1; 1.1.15.
Urrutia, J., 8.0.2; cap. 8, n. 1.

verbo, copulativo, vid. tiempo verbal y 2.6.4; irregular, 2.8.1; performativo,


2.4.1.2; pronominal, vid. se pasiva refleja; regular, 2.8.1; tetravalente, 2.6.2.4
(gramtica de valencias); volicin, 2.7.4.2.
Verd, V., cap. 3, n. 3.
versal, 8.3.1.
verso, 8.1.1.
voseo, 9.4.1; 9.4.5.2; 9.5.5; 9.6.5; 9.7.4.2.
vulgarismos, 7.3.2; 7.4.1.

Weinrich, H., 2.5.1; 2.5.1.2.

También podría gustarte