Wpa Spanish 2 2016
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World Psychiatry
REVISTA OFICIAL DE LA ASOCIACIN MUNDIAL DE PSIQUIATRA (WPA)
Edicin en Espaol
EDICIN ORIGINAL
Editor: M. Maj (Italy)
Editorial Board: D. Bhugra (UK), H. Herrman (Australia), R.A. Kallivayalil (India), A. Soghoyan (Armenia), M. Takeda (Japan),
E. Belfort (Venezuela), M. Riba (USA), A. Javed (UK/Pakistan).
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EDICIN ESPAOLA
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EDITORIAL
Los estudios de las consecuencias de los malos tratos a me- aspecto relevante de una nueva etapa asume prioridad, surgen
nores en el desarrollo son esenciales para mejorar la calidad de oportunidades para el crecimiento y la consolidacin. Las tareas
las decisiones clnicas, legales y de poltica para los nios que consisten en el desarrollo de la regulacin de las emociones, la
sufren malos tratos. Las decisiones en torno a la notificacin de formacin de relaciones de apego, el desarrollo de un yo aut-
los malos tratos a menores, retirar al nio del hogar, implementar nomo, la formacin de relaciones eficaces con compaeros y la
intervenciones que cumplan las necesidades psicolgicas espe- adaptacin escolar satisfactoria.
cficas de los nios que sufren malos tratos y la evolucin de la El establecimiento de una relacin de apego segura entre un
eficacia de estas intervenciones, son factores que necesitan una lactante y su cuidador representa una tarea primordial durante
base de datos slida y refinada sobre las secuelas que tienen los el primer ao de vida. La capacidad para el apego preferencial
malos tratos a menores sobre el desarrollo. Sin rigor en el dise- se origina durante las primeras experiencias de regulacin del
o y el mtodo se presentar el mito en vez del conocimiento afecto y las interacciones con el cuidador. Estas experiencias
como una gua para las acciones sociales1. paterno-filiales tempranas proporcionan un contexto para la or-
Mltiples desenlaces son posibles para los nios que sufren ganizacin bioconductual emergente de los nios. En concreto,
malos tratos, incluida la adaptacin sana2. Sin embargo, las se- el entorno paterno-filial previo al apego ayuda a configurar la re-
cuelas biolgicas y psicolgicas nocivas de los malos tratos a gulacin fisiolgica de los nios y los patrones bioconductuales
menores a menudo no solo dan por resultado consecuencias ad- de respuesta. Los tericos del apego han planteado que conforme
versas durante la infancia, sino tambin pueden iniciar una cas- procede el desarrollo, una relacin de apego segura proporciona
cada de desarrollo negativa que contina durante todo el curso la base sobre la cual explorar y, en ltima instancia, contribuye
de la vida3. De hecho, en congruencia con el concepto de multi- a la integracin de las capacidades neurobiolgicas, cognitivas,
finalidad, los nios que sufren malos tratos pueden avanzar a una afectivas y conductuales que influyen en relaciones presentes y
amplia gama de desenlaces psicopatolgicos4. El conocimiento futuras, lo mismo que en la comprensin del yo10.
de que existen mltiples vas hacia desenlaces manifiestos si- Los nios construyen modelos de trabajo interno de sus
milares (equifinalidad) y que existen diferentes desenlaces de la figuras de apego a partir de sus interacciones con sus cuidadores,
misma va (multifinalidad) puede contribuir a implementar refi- sus propias acciones y la realimentacin que reciben de estas
namientos importantes en la clasificacin diagnstica existente interacciones. Una vez organizados, estos modelos de trabajo
de los trastornos mentales4. interno tienden a operar fuera de la percatacin consciente y se
La literatura indica que la exposicin de menores a malos considera que son relativamente resistentes al cambio. Los nios
tratos aumenta el riesgo de muchos sntomas y trastornos psico- formulan sus conceptos de cun aceptables o no aceptables son
patolgicos en el curso de la vida, tales como depresin, trastor- ante los ojos de sus figuras de apego (es decir, su autoimagen)
nos por ansiedad, trastorno bipolar, esquizofrenia, trastorno por con base en su antecedente de interaccin con sus cuidadores
estrs postraumtico, trastorno de personalidad antisocial, snto- primarios. Expuestos a cuidados insensibles y patolgicos, los
mas interiorizantes y exteriorizantes y disociacin5-7 (vase tam- nios que sufren malos tratos desarrollan expectativas negativas
bin Morgan y Gayer-Anderson8 en este nmero de la revista). en relacin con la disponibilidad y la confianza en otros, as
As mismo, los malos tratos aumentan el riesgo de desenlaces como representaciones mentales del yo como incompetente y
deficientes en la salud fsica, tales como disfuncin inmunitaria, no valioso10.
obesidad, fibromialgia, inflamacin y diabetes. Los lactantes que sufren malos tratos tienen gran riesgo de
Una gran cantidad de investigacin realizada sobre los efec- establecer apegos inseguros/desorganizados con su cuidador
tos de los malos tratos y el descuido de menores se ha basado en primario11,12. Las conductas de malos tratos al parecer son las
una perspectiva organizacional del desarrollo9. Esta perspectiva conductas parentales ms atemorizantes que ubican a los nios
identifica una progresin de reorganizaciones cualitativas dentro en una paradoja no resoluble en la cual su figura de apego es
y entre los sistemas biolgicos y psicolgicos que procede a tra- simultneamente su fuente de seguridad y su fuente de temor.
vs de la diferenciacin y la integracin jerrquica subsiguiente. A travs de la influencia de Bowlby, un nmero creciente
Los tericos organizacionales conciben el desarrollo como de tericos e investigadores han conceptuado la organizacin
un fenmeno que comprende una serie de tareas relevantes a la del apego temprano como un factor crucial persistente para los
edad y la etapa. Aunque su relevancia puede menguar en rela- esfuerzos de adaptacin constante que realiza la persona. Sin
cin con aspectos nuevamente emergentes, las tareas permane- embargo, el apego, al igual que otras tareas importantes del
cen importantes para la adaptacin. Emerge un cuadro jerrquico desarrollo, contina diferencindose ms all de su perodo de
de adaptacin en el cual la resolucin satisfactoria de un aspecto ascendencia en el desarrollo. Una vez que se desarrolla el ape-
relevante de una etapa temprana aumenta la probabilidad del go, contina transformndose e integrndose con logros subsi-
ajuste satisfactorio subsiguiente 9. A medida que cada nuevo guientes como la autonoma y las relaciones con los compaeros
Desde principios de la dcada de 1950, la farmacoterapia y y los pacientes. Una encuesta reciente demostr que el nmero
las psicoterapias eficaces aunadas a las presiones ejercidas por de pacientes que deban hospitalizarse fuera del rea de su do-
la antipsiquiatra han impulsado una visin muy persuasiva de la micilio a causa de la escasez de camas locales se increment al
psiquiatra extrahospitalaria, en la cual la mayor parte de la aten- doble, de 1301 en 2011-2012 a 3024 en 2013-2014, con ocu-
cin psiquitrica se iba a proporcionar en el mbito extrahospi- pacin de camas tpica superior al 100%3. Slo los ms graves
talario. Se pensaba que las pequeas unidades psiquitricas en son ingresados y ha aumentado la proporcin de los que son
los hospitales generales podran ser suficientes, aunque algunos detenidos obligatoriamente a la vez que han disminuido los in-
pacientes internados en manicomios necesitaran atencin a ms gresos de voluntarios4. Se disponen de informes que indican que
largo plazo en alojamientos protegidos, principalmente porque a muchos pacientes que piden ser ingresados se les dice que no
haban perdido sus habilidades y su contacto con la familia. estn lo suficientemente enfermos para justificar su ingreso5.
En 1955, se contaba con unas 150.000 camas de hospitales Por otra parte, alrededor de una sexta parte de los pacientes
para enfermos mentales en Inglaterra. Hacia 2012 haba slo hospitalizados en la encuesta antes sealada se restablecieron
22.300 y para fines del ao pasado, 2000 ms haban desapa- lo suficiente para darse de alta, pero estaban languideciendo en
recido. Esta reduccin espectacular se ha visto favorecida por el hospital debido a que necesitaban un periodo ms prolongado
los avances en la atencin extrahospitalaria como el tratamiento de rehabilitacin residencial o estaban a la espera de albergue y
asertivo en la poblacin y el tratamiento de crisis en el domicilio. otros servicios en la poblacin.
De stos, el tratamiento de crisis en el domicilio ha tenido la ma- Durante al menos un siglo se ha sabido que ocurren fracasos
yor repercusin, lo que, en estudios controlados, ha demostrado espectaculares y escndalos hospitalarios cuando el personal se
ser un medio clnico y rentable para reducir la hospitalizacin1. preocupa demasiado por la burocracia, y experimenta demasia-
Desde luego, aun el tratamiento de crisis en el domicilio do desgaste o desapego con respecto a sus pacientes y otros
con mejor funcionamiento no puede atender sin riesgo todas las miembros del equipo de atencin mdica, para poder sentir y
crisis en el mbito extrahospitalario, de manera que en forma pa- demostrar la compasin y la atencin apropiada. Si bien por
ralela ha habido un esfuerzo continuado en abreviar la duracin fortuna estos fracasos espectaculares son infrecuentes, hay una
de la hospitalizacin para todos los que no se pueden atender en inquietud realista de que el personal que trabaja en entornos de
otras partes. La ltima manifestacin de esto ha sido la introduc- olla de presin hacinados, puedan desmoralizarse y sentirse
cin de las salas de tamizacin. Estas salas, con alta dotacin impotentes para combatir los problemas de conducta y atender el
de personal, tienen un mximo de duracin de internamiento de trabajo de oficina, dejando poco tiempo para las actividades te-
alrededor de siete das, y los pacientes son dados de alta a su raputicas con sus pacientes. Si bien las normas internacionales
domicilio (con el apoyo del tratamiento de crisis en el domicilio, recomiendan diversas actividades teraputicas de grupo e indi-
si es necesario) o trasladados a una sala de permanencia ms viduales que en conjunto alcanzan un promedio de un mnimo
prolongada en el hospital. Sin embargo, aqu existe un problema. de 2,5 horas al da por arriba del tiempo invertido en el contacto
Los pacientes que son trasladados a las otras salas en el sistema personal6, estas normas raras veces se cumplen. En una encuesta
de tamizacin tienden a ser los que presentan trastornos ms reciente de salas de pacientes agudos hospitalizados, detectamos
problemticos, con una desorganizacin grave de la situacin en que la actividad estructurada y los contactos personales directos
la poblacin y de las relaciones con el equipo extrahospitalario. contribuan con slo 4,5 horas por semana. Hubo una amplia va-
En uno de los pocos estudios en analizar la repercusin de in- riacin entre las salas y algunos pacientes refirieron no participar
troducir un sistema de tamizacin sobre la duracin global de la en ninguna actividad formal7.
estancia post-institucional, demostramos que la acumulacin de Existen varias publicaciones de normas y directrices res-
estos pacientes ms complejos con permanencias hospitalarias paldadas por la inspeccin y las iniciativas de mejora de la
prolongadas, pronto llenaban las otras salas, lo que efectiva- calidad voluntaria6, que si se siguen, ciertamente daran lugar
mente contrarrestaba cualquier ventaja econmica de la sala de a mejores normas de atencin. Asimismo, se dispone de inter-
tamizacin2. venciones basadas en destrezas especficas dirigidas a un mejor
La reduccin de las camas de hospitales agudos podra manejo de la violencia y el riesgo que estn respaldadas por
considerarse como un xito tremendo de la deshospitalizacin evidencia derivada de estudios controlados8, y se ha escrito
en el Reino Unido, si no fuera porque la demanda de atencin mucho sobre procedimientos simples vinculados al liderazgo
post-institucional ahora supera burdamente la oferta, lo que se eficaz que mejoran la experiencia de atencin del paciente en
ha acompaado de una tendencia creciente a la desmoralizacin el hospital general y que son aplicables igualmente al contexto
e insatisfaccin con el tratamiento entre el personal hospitalario psiquitrico9.
Existe una cantidad importante de investigacin que informa evidencia de relaciones entre diversas formas de adversidad en la infancia y psicosis, a travs de una
gama de experiencias que culminan en el trastorno. Esto se ha extendido en tiempos ms recientes para incluir estudios de efectos acumulados, de interacciones con
otros factores, de efectos especficos y de mecanismos biolgicos y psicolgicos putativos. En este artculo evaluamos esta investigacin y resaltamos los problemas
metodolgicos remanentes y las lagunas que atemperan, pero que no descartan, conclusiones en torno al rol causal de la adversidad en la infancia. Tambin evaluamos
la investigacin emergente acerca de los efectos acumulados, sinrgicos y especficos y sobre los mecanismos; y analizamos las implicaciones ms amplias de esta lnea
de investigacin para nuestra comprensin de la psicosis. Concluimos que el equilibrio actual de la evidencia es que las adversidades en la infancia sobre todo la expo-
sicin a mltiples adversidades que conllevan hostilidad y amenaza en algunas personas, contribuyen al inicio de las experiencias psicticas y los trastornos psicticos.
Palabras clave: Adversidad en la infancia, abuso en la infancia, experiencias psicticas, trastornos psicticos, efectos acumulados, interaccin geno-ambiental,
factores protectores.
En los ltimos 10 aos ha habido una actividad intensa de Las estimaciones parecen indicar que un gran nmero de ni-
investigacin en torno a la relacin entre la adversidad en la os est expuesto a tales situaciones y experiencias. En el Reino
infancia y la psicosis. En tiempos ms recientes esto se ha ex- Unido, por ejemplo, de acuerdo con las estimaciones, ms de
tendido a estudios que han tratado de explicar la naturaleza de 3 millones de nios (~28%) viven en pobreza (definida como
la relacin al analizar los efectos acumulados, las interacciones menos de un 60% del ingreso de un hogar promedio)3, ms de
con otros factores de riesgos (por ejemplo, genes), especificidad 3 millones de nios (~23% de los que viven en familia) viven
de efectos y mecanismos putativos. en hogares con un solo progenitor4, alrededor del 6% de los que
Para algunos autores, la evidencia acumulada inequvoca- tienen 0-10 aos de edad y cerca del 19% de los que tienen 11-
mente establece las experiencias difciles y desagradables en la 17 aos experimentan alguna forma de malos tratos graves, y
infancia que contribuyen a la aparicin de psicosis1. Para otros, cerca de 30%-40% experimentan alguna forma de acoso (lo que
la evidencia no es tan clara2. En debate, al menos en parte, estn incluye insultos, exclusin social, amenazas y lo que cada vez
las interrogantes fundamentales en torno a la naturaleza y la es ms frecuente ciberacoso) en un determinado ao5.
etiologa de la psicosis. As pues hay mucho en juego y est En trminos ms generales, las Encuestas Mundiales de
justificada una evaluacin ms detallada de la evidencia. Salud Mental de la Organizacin Mundial de la Salud (WHO)
En este artculo, primero resumimos y evaluamos crtica- estiman que para todos los pases, independientemente del gra-
mente la investigacin sobre las relaciones entre las adversida- do de desarrollo econmico la prevalencia de la exposicin
des en la infancia y la psicosis (incluidas las experiencias de gra- a por lo menos una adversidad en la infancia (que comprende
do leve, los estados de riesgo y los trastornos). Al hacer esto, nos prdida, malos tratos, adversidad econmica y enfermedades)
enfocamos sobre todo en aspectos metodolgicos remanentes y es del 40%, aproximadamente6. Es ms, las adversidades tien-
lagunas en la literatura, y en los estudios que han investigado den a presentarse de manera simultnea y a persistir en el cur-
ms a fondo la naturaleza de la interrelacin. Luego reflexiona- so del tiempo, a menudo con ciclos agravados de desventaja y
mos sobre las implicaciones ms amplias de esta investigacin vulnerabilidad, en los cuales una dificultad conduce a otras y
para nuestra comprensin de la psicosis. las complica. En consecuencia, muchos nios estn expuestos
a mltiples adversidades que persisten y se enrazan durante la
infancia y la adolescencia, a menudo con consecuencias de por
ADVERSIDAD EN LA INFANCIA vida. Por ejemplo, las Encuestas de Salud Mental de la WHO
revelaron que la mayor parte de las adversidades se correlacio-
La adversidad en la infancia es un trmino general que deno- naban en alto grado: de los que notificaron alguna, cerca de un
ta exposicin a una gama de situaciones o experiencias difciles 60% inform exposicin a mltiples adversidades6.
o desagradables, por lo general antes de los 16 aos de edad. Las
adversidades que se suelen evaluar en estudios de psicosis son
la pobreza del hogar, la separacin de un progenitor (es decir, PSICOSIS
desintegracin de la familia), muerte de un progenitor, descuido,
malos tratos (que comprenden emocionales, psicolgicos, fsicos En aos recientes se ha acumulado evidencia sustancial
y abuso sexual) y acoso por compaeros. que indica que las experiencias psicticas espordicas y no
perturbadoras (por ejemplo, alucinaciones fugaces, suspicacia Esta evidencia ha dado lugar a un crecimiento rpido de la
y paranoia, pensamiento mgico) son comunes en la pobla- investigacin en que se analizan factores de riesgo para estas
cin general (el metanlisis ms reciente seala una preva- experiencias, sobre la base de que nos pueden decir algo en torno
lencia de cerca del 7% en el curso de la vida7) y se relacionan a las causas putativas de los trastornos psicticos. Esto es parte
con la aparicin subsiguiente de trastornos psicticos y de de una tendencia ms amplia de la investigacin a enfocarse
otro tipo8,9. en fenotipos de psicosis ms tempranos (por ejemplo, estados
La experiencia de burnout profesional ha sido centro de atencin de gran cantidad de investigacin durante las ltimas dcadas. Se han creado medidas y diversos
modelos tericos y los estudios de investigacin de muchos pases han contribuido a comprender mejor las causas y las consecuencias de esta disforia especfica de
trabajadores. La mayor parte de esta investigacin se ha enfocado en las profesiones de servicios sociales, y sobre todo en la atencin sanitaria. La investigacin
sobre la experiencia de burnout profesional por los psiquiatras refleja gran parte de la literatura ms general por lo que respecta a fuentes y resultados de burnout. Sin
embargo, tambin han identificado algunos factores estresantes singulares que los profesionales de la salud mental afrontan cuando se las ven con pacientes difciles o
violentos. Los aspectos actuales de relevancia especfica para la psiquiatra son los vnculos entre el burnout y las enfermedades mentales, las tentativas para redefinir
el burnout profesional como simplemente agotamiento, y la escasez relativa de investigacin evaluativa sobre las posibles intervenciones para tratar o evitar el burnout
profesional. Dado que la meta de tratamiento del burnout profesional suele posibilitar a las personas para que reanuden su trabajo, para que tengan xito en el mismo,
la psiquiatra podra contribuir de manera importante a identificar las estrategias de tratamiento que seran ms eficaces para lograr esta meta.
Palabras clave: Burnout profesional, participacin en el trabajo, personal psiquitrico, atencin sanitaria, depresin, agotamiento, cinismo, medidas del burnout
profesional, intervenciones en el burnout profesional
Durante muchos aos, el burnout se ha reconocido como un que los primeros investigadores provenan del campo de la psi-
peligro ocupacional para diversas profesiones orientadas a las cologa social y clnica, gravitaron en torno a ideas relevantes
personas, por ejemplo, servicios sociales, educacin y atencin de estos campos. La perspectiva social utilizaba conceptos que
sanitaria. Las relaciones teraputicas o de servicios que tales implicaban relaciones interpersonales, es decir, cmo las perso-
profesionales establecen con los receptores, precisan un grado nas perciben a otras y responden a ellas; stas comprendan un
constante e intenso de contacto personal y emocional. Aunque inters desprendido, deshumanizacin, autodefensa y procesos
tales relaciones pueden ser satisfactorias y comprometidas, tam- de atribucin. Tambin planteaban conceptos de motivacin y
bin pueden ser muy estresantes. emocin (y sobre todo, hacer frente a la reactividad emocio-
Dentro de tales profesiones, las normas prevalecientes radi- nal). La perspectiva clnica tambin abordaba la motivacin y las
can en dejar a un lado el egosmo y poner en primer trmino las emociones, pero enmarcaba stas ms en trminos de trastornos
necesidades de otros; trabajar horas prolongadas y hacer lo que psicolgicos, tales como depresin. Los investigadores subsi-
sea necesario para ayudar a un cliente o paciente o estudiante; guientes provinieron del campo de la psicologa industrial-or-
hacer todo lo posible y dar todo de s. Por otra parte, los entor- ganizacional y esta perspectiva resalt actitudes y conductas de
nos organizacionales para estos trabajos estn configurados por trabajo. Tambin fue en este punto que el burnout se conceptu
diversos factores sociales, polticos y econmicos (como las re- como una forma de estrs por el trabajo, pero el enfoque princi-
ducciones en la financiacin o las restricciones normativas) que pal fue en el contexto organizativo y menos en las caractersticas
dan lugar a mbitos de trabajo con grandes exigencias y escasos fsicas del estrs experimentado.
recursos. En tiempos recientes, a medida que otras profesiones Lo que surgi de esta investigacin descriptiva fueron las
se han orientado ms hacia el servicio al cliente con gran tacto, tres dimensiones de la experiencia del burnout. La dimensin
el fenmeno del burnout se ha vuelto importante tambin para del agotamiento tambin se describe como burnout, prdida de
estos trabajos1. energa, agotamiento, debilitacin y fatiga. La definicin del ci-
nismo originalmente se llam despersonalizacin (dada la ndole
de las profesiones y servicios sociales), pero tambin se descri-
DEFINICIN DEL BURNOUT bi como actitudes negativas o inadecuadas hacia los pacientes,
irritabilidad, prdida del idealismo y aislamiento. La dimensin
El burnout es un sndrome psicolgico que surge como una res- de ineficacia originalmente se design como una disminucin
puesta prolongada a los factores interpersonales estresantes crnicos del logro personal, y tambin se describi como una merma de
en el trabajo. Las tres dimensiones clave de esta respuesta son un la productividad o la capacidad, baja moral e incapacidad para
agotamiento agobiante, sensaciones de cinismo y desapego al traba- la adaptacin.
jo y una sensacin de ineficacia y falta de logro. La importancia de
este modelo tridimensional es que claramente ubica la experiencia Evaluacin del burnout
de estrs individual dentro de un contexto social e implica el con-
cepto que tiene la persona de s misma y de otros. A medida que las caractersticas del burnout se identifi-
La investigacin inicial sobre el burnout fue de carcter ex- caron con ms claridad, el siguiente paso fue implementar
plorador y se bas principalmente en tcnicas cualitativas. Dado las medidas que podran evaluarlas. Se propusieron diversas
World Psychiatry (Ed Esp) 14:2 103
medidas, con base en diferentes suposiciones en torno al bur- Compromiso
nout, y muchas de ellas se basaban en la validez nominal de
los aspectos o afirmaciones de medicin. La primera medida Un avance importante al inicio del Siglo XXI, ha sido que los
del burnout que se bas en un programa exhaustivo de inves- investigadores han tratado de ampliar su comprensin del bur-
tigacin psicomtrica fue el Inventario de Burnout de Maslach nout extendiendo su atencin a su anttesis positiva. Este estado
(MBI)2,3. El MBI fue concebido especficamente para evaluar positivo se ha identificado como compromiso. Si bien existe
las tres dimensiones de la experiencia de burnout que haban un acuerdo general en que compromiso con el trabajo representa
surgido de la investigacin cualitativa previa. Se ha considera- un estado productivo y satisfactorio dentro del dominio laboral,
do la herramienta estndar para la investigacin en este campo existen diferencias en su definicin.
y se ha traducido y validado en muchos idiomas4. En cambio, Para algunos investigadores del burnout, la participacin se
otras medidas iniciales de burnout se enfocaban nicamente considera lo opuesto al burnout y se define en trminos de las
en la dimensin del agotamiento5,6. mismas tres dimensiones que el burnout, pero el extremo posi-
Esta diferenciacin entre las medidas que evalan varias tivo de esas dimensiones, ms que el negativo. Desde esta pers-
dimensiones del burnout y las que evalan la nica dimensin pectiva, el compromiso consiste en un estado de gran energa,
del agotamiento, persiste hasta nuestros das y refleja las dife- fuerte participacin y un sentido de eficacia14. Por implicacin,
rentes concentraciones del burnout. Por ejemplo, el Inventa- se evala compromiso mediante el patrn opuesto de puntuacio-
rio de Burnout de Bergen (BBI)7 evala tres dimensiones del nes en las tres dimensiones del MBI.
burnout: agotamiento en el trabajo, cinismo hacia el significa- Sin embargo, un enfoque diferente ha definido el compromi-
do del trabajo y la sensacin de inadecuacin en el trabajo. El so con el trabajo como un estado afectivo-motivacional persis-
Inventario de Burnout de Oldenburg (OLBI)8 evala las dos tente y positivo de satisfaccin, que se caracteriza por los tres
dimensiones del agotamiento y el desentendimiento del trabajo. componentes de vigor, dedicacin y absorcin. En esta perspec-
Otras medidas de burnout se enfocan slo en el agotamiento, tiva, el compromiso con el trabajo es un concepto independiente
aunque distinguen entre diversos aspectos del mismo. Por ejem- y distintivo, que no es lo opuesto al burnout (aunque est rela-
plo, la Medida de Agotamiento de Shirom-Melamed (SMBM)9 cionado negativamente con el mismo). Una nueva medida, la
distingue entre la fatiga fsica, el agotamiento emocional y el Escala de Compromiso con el Trabajo de Utrecht (UWES)15, fue
cansancio cognitivo; y el Inventario de Burnout de Copenhague desarrollada para evaluar este estado positivo y se ha realizado
(CBI)10 hace una diferenciacin entre el agotamiento fsico y el investigacin extensa en la ltima dcada16.
psicolgico. Sin embargo, contina el debate en torno a la relacin entre
Ha habido otros cambios y modificaciones de las medidas burnout y compromiso y un enfoque reciente ha consistido en
del burnout en el curso de los aos. Debido a que la inquietud utilizar la teora dialctica para sintetizar puntos de vista conflic-
inicial en torno al burnout surgi de las profesiones de aten- tivos sobre dos constructos, y desarrollar un modelo alternativo17.
cin al pblico, como los servicios de atencin sanitaria y los
servicios sociales, las medidas desarrolladas en la dcada de Modelos conceptuales
1980 tendan a reflejar la experiencia de estas profesiones. Ms
tarde, no obstante, otros grupos de trabajo se interesaron en la Ha habido diversos modelos conceptuales en torno al desa-
presentacin del burnout, pero tuvieron algunas dificultades para rrollo del burnout y su repercusin subsiguiente. Al principio, el
adaptar las medidas existentes a su situacin laboral. En el caso enfoque era en la relacin entre las tres dimensiones del burnout,
del MBI, la solucin fue el desarrollo de una Encuesta General que a menudo se describan en etapas secuenciales. Se presupona
que se poda utilizar con cualquier tipo de trabajo (MBI-GS)11. que inicialmente apareca el agotamiento en respuesta a altas exi-
No slo se revisaron diversos apartados para que fuesen neu- gencias y sobrecarga, y que luego esto desencadenara reacciones
trales en cuanto al trabajo, sino que se ampli la dimensin de de desapego y negativas a las personas y al trabajo (despersonali-
la despersonalizacin (que fue ms especfica de los servicios zacin y cinismo). Si esto continuaba, entonces la siguiente etapa
sociales) para hacer referencia a un desprendimiento negativo seran los sentimientos de inadecuacin e ineficacia (reduccin
del trabajo y que renombr cinismo, y la dimensin del logro de la realizacin personal o ineficacia profesional).
personal fue ampliada y se renombr eficacia profesional. Ms En tiempos ms recientes, los modelos de burnout se han
medidas de burnout recientes utilizaron trminos ms neutrales basado en teoras en torno al estrs del trabajo y la nocin de los
para la ocupacin desde el inicio. desequilibrios que desencadena la tensin. El primero de estos
Sin embargo, algunas medidas tambin aadieron algunas modelos fue el transaccional, que sirvi como el puente concep-
nuevas dimensiones al concepto del burnout. Por ejemplo, el tual entre las etapas secuenciales y los desequilibrios18. Sus tres
Inventario Espaol de Burnout consta de cuatro dimensiones: etapas son: a) factores estresantes en el trabajo (un desequilibrio
entusiasmo hacia el trabajo, agotamiento psicolgico, indolencia entre las exigencias del trabajo y los recursos individuales), b)
y culpa12. Sin embargo, algunos investigadores se interesaron en tensin individual del individuo (una respuesta emocional de
que la terminologa ms neutra significaba una prdida de los agotamiento y ansiedad) y c) adaptacin defensiva (cambios en
aspectos interpersonales especficos para los trabajadores de ser- actitudes y conducta, como mayor cinismo).
vicios sociales, de manera que desarrollaron una nueva medida Ulteriormente han surgido dos modelos de desarrollo de des-
de clase interpersonal13. Sigue siendo dudoso si esos elementos equilibrio entre las exigencias y los recursos: el modelo de Exi-
adicionales son componentes esenciales del agotamiento en s, gencias-Recursos en el Trabajo (JD-R) y el modelo de Conserva-
o si evalan experiencias o estados que a menudo acompaan a cin de Recursos (COR). El modelo JD-R se enfoca en la nocin
la experiencia del burnout. de que el burnout surge cuando los individuos experimentan
exigencias laborales incesantes y cuentan con recursos inadecua-
Una gran cantidad de investigacin indica que las expresiones dbiles de sntomas psicticos positivos (experiencias psicticas) pueden medirse en la poblacin
general y probablemente representan la manifestacin conductual del riesgo multifactorial (gentico y no gentico) distribuido para la psicosis. Las experiencias
psicticas son un fenmeno transdiagnstico: la mayora de los individuos con estas experiencias tiene un diagnstico de trastorno no psictico, sobre todo un
trastorno mental comn, en el cual las experiencias psicticas pronostican mayor gravedad de la enfermedad y respuesta ms deficiente al tratamiento. Algunas
de las personas con trastorno mental comn y experiencias psicticas acudirn a los servicios de salud mental cumpliendo criterios de alto riesgo clnico. Por
tanto, el tratamiento de la dimensin transdiagnstica de la psicosis en individuos con trastorno mental comn que cumplen criterios de alto riesgo clnico puede
mejorar el desenlace (lo que no se puede interpretar como prevencin de la esquizofrenia). Las experiencias psicticas subumbral son transitorias en casi un
80% de los individuos, en tanto que alrededor del 20% evolucionan para presentar experiencias psicticas persistentes y un 7% un trastorno psictico, con una
tasa de transicin anual del 0,5% al 1%. Por otra parte, la persistencia se relaciona con las exposiciones ambientales, sobre todo trauma en la infancia y, por otro
lado, con interacciones dinmicas de tipo red entre las experiencias psicticas propiamente dichas (por ejemplo, interacciones entre experiencias alucinatorias
e ideacin delirante) y entre las dimensiones de sntomas (por ejemplo, interacciones entre sntomas afectivos y experiencias psicticas, o interacciones entre
sntomas negativos subumbral y experiencias psicticas). El estudio de las experiencias psicticas est ayudando a dilucidar los mecanismos mediante los cuales
las influencias ambientales y genticas conforman la expresin transdiagnstica de la propensin a la psicosis, que es ms transitoria al principio pero que puede
volverse persistente con el tiempo y tarde o temprano dar origen a la transicin a un trastorno psictico.
Palabras clave: Experiencias psicticas, fenotipo expandido de psicosis, estados de riesgo ultraelevado, riesgo gentico, factores socio-ambientales, neurocognicin,
relevancia anmala, modelos en red de gravedad
Si bien no ha existido ningn consen- sis7, es decir, un fenotipo que comparte medidas para determinar el estado de
so universal sobre el concepto de psico- manifestaciones demogrficas, ambien- UHR y la existencia de experiencias psi-
sis desde que el trmino fue introducido tales, familiares y psicopatologicas7 y es cticas en s7.
por Canstatt en la literatura psiquiatrica1, tanto fenomenolgica como temporal- Existe evidencia de que la prevalen-
una de las aplicaciones comunes ha sido mente continuo con el trastorno psicti- cia de experiencias psicticas vara de
hacer referencia a fenmenos como deli- co clnico. En otras palabras aunque las acuerdo con el lugar y el grupo tnico.
rios y alucinaciones2. experiencias psicticas no son exclusivas, Nuevo et al.8, por ejemplo, informaron
Estos fenmenos se han considerado y pueden presentarse de manera indepen- considerable variacin en la prevalencia
caractersticas clave de trastornos psic- diente del trastorno psictico (continui- de experiencias psicticas en diferentes
ticos como la esquizofrenia por mucho dad fenomenolgica), estas experiencias pases utilizando datos de la Encuesta
tiempo y, un poco ms recientemente, pueden persistir con el tiempo en algu- Mundial de la Salud de la Organizacin
tambin se han referido como la dimen- nos individuos y pueden ir seguidas de Mundial de la Salud (WHO). As mismo,
sin de sntomas positivos3. Sin embargo, un trastorno psictico (continuidad tem- en un anlisis ms reciente de datos de
en los ltimos aos cada vez ha resultado poral)4. las Encuestas de Salud Mental Mundial
ms evidente que las experiencias psic- Esta continuidad de experiencias psi- de la WHO, McGrath et al.9 detectaron
ticas son comunes no solo en individuos cticas y trastorno psictico implica que, mayores estimaciones de prevalencia en
con trastorno psictico, sino tambin en en todas las etapas fenomenolgicas y el curso de la vida en pases con medianos
la poblacin general (es decir prevalencia temporales del fenotipo expandido de y altos ingresos que en los pases con ba-
de ~ 7%)4. Adems, aunque las experien- psicosis, los individuos pueden buscar jos ingresos. As mismo, se ha observado
cias psicticas asintomticas son transito- ayuda y clasificarse como cumplidores de que las experiencias psicticas son ms
rias en casi 80% de los individuos, alrede- criterios para un estado de riesgo ultraele- frecuentes en grupos minoritarios tni-
dor del 20% evolucionan para desarrollar vado (UHR)7. En individuos con UHR, cos4,10,11.
experiencias psicticas persistentes y un se han comunicado tasas de transicin El mtodo para evaluar las experien-
7% un trastorno psictico, con una tasa anual mucho ms altas, lo cual es expli- cias psicticas parece afectar a las estima-
de transicin anual por debajo del 1%4-6. cable principalmente por la seleccin para ciones de la prevalencia. En un metanli-
Se ha considerado que estos hallazgos la presencia de conducta de bsqueda de sis reciente se comunicaron estimaciones
indican un fenotipo expandido de psico- ayuda ms que por diferencias entre las de prevalencia notablemente ms altas
Desregulacin Alteracin
afectiva del desarrollo
Sntomas
positivos
Mana Sntomas
negativos
Depresin Desorganizacin
Figura 1. Porcentaje semanal acumulado de sujetos que recibieron servicios de atencin mdica en el ao previo a la muerte por suicidio, segn
el tipo de consulta.
de experiencias psicticas en estudios de estas experiencias (en vez de la deno- tanea de sntomas positivos, negativos y
basados en la autonotificacin en com- minacin incorrecta como un estado de desorganizados leves parece pronosticar
paracin con los que utilizaron medidas UHR) precisa atencin y puede ser be- una ulterior alteracin funcional y con-
basadas en entrevistas. Sin embargo, no neficiosa para el curso de la expresin de ducta de bsqueda de ayuda25.
se detect ninguna correlacin entre las psicosis2. Por consiguiente, la evidencia parece
estimaciones de la prevalencia y el nme- Sin embargo, las experiencias psic- indicar que las experiencias psicticas
ro de apartados utilizados4. ticas leves no solo son frecuentes en in- leves representan dos constructos subya-
dividuos con depresin o trastorno para centes: a) una distribucin de una expre-
ansiedad sino tambin pueden tener una sin fenotpica especfica de fenmenos
UN FENOTIPO TRANSDIAGNSTI- relacin causal con la alteracin afecti- psicticos atenuados (ideacin delirante y
CO DE TRASTORNO DE LA GAMA va, tales como ansiedad, sntomas de de- experiencias alucinatorias) y b) una serie
PSICTICA presin e hipomana13,20-24. En un estudio de relaciones fundamentales transfenot-
demogrfico de cohortes prospectivas picas entre dominios de psicopatologa
La mayora de los individuos con ex- alemn de 2524 adolescentes y adultos (positiva, afectiva, negativa, desorgani-
periencias psicticas tienen un diagnsti- jvenes24, se comunic una relacin do- zacin).
co actual, principalmente uno de trastorno sis-respuesta, que seal casualidad, entre Una serie bimodal similar de expre-
afectivo o por ansiedad12-18, lo que explica los grados de desregulacin afectiva (tan- siones fenotpicas generales, transdiag-
la relacin entre las experiencias psicti- to depresin como mana) y las experien- nsticas y especficas, se observa al nivel
cas y la ideacin y conductas suicidas19. cias psicticas. del trastorno psictico. En consecuencia,
Wigman et al17 informaron una prevalen- Existe ms evidencia de que las ex- hay evidencia creciente de un fenotipo
cia de experiencias psicticas ms de dos periencias subclnicas de sntomas nega- transdiagnstico de psicosis subyacente
tantos mayor en individuos con depresin tivos son (al menos) tan frecuentes como a la gama de la esquizofrenia y el tras-
o trastorno por ansiedad que en personas las experiencias clnicas de sntomas po- torno bipolar, con sntomas afectivos su-
sin estos trastornos. La existencia de ex- sitivos25,26. Adems, se ha observado que perpuestos y psicticos no afectivos27-29
periencias psicticas en individuos con los sntomas negativos y desorganizados (figura 1). El fenotipo transdiagnstico
depresin o trastorno por ansiedad suele leves son predictores de sntomas positi- de psicosis tiene continuidad a travs de
asociarse a un diagnstico ms desfavo- vos leves y pueden presentarse al mismo los grados de sntomas leves24,29,30 y clni-
rable y, por tanto, el tratamiento temprano tiempo que ellos, y la presentacin simul- cos27,28 y es respaldado adems por la falta
El objetivo de este estudio fue detallar la naturaleza y las correlaciones de los contactos para atencin mdica psiquitrica y no psiquitrica antes de la muerte
por suicidio. Llevamos a cabo una extraccin sistemtica de datos de registros de la Oficina del Forense Principal de Ontario para cada persona que muri por
suicidio en la ciudad de Toronto entre 1998 y 2011. Datos de 2835 muertes por suicidio fueron vinculados a datos administrativos de salud de las provincias para
identificar el contacto para atencin mdica durante los 12 meses previos al suicidio. Las subpoblaciones de fallecidos por suicidio con base en el antecedente y
el tipo de contacto para atencin mdica psiquitrica hasta la fecha de la muerte fueron calculados y se analizaron las covariables mediante un modelo de riesgos
proporcionales de Cox. De los fallecidos por suicidio, un 91,7% tuvo algn tipo de contacto para atencin mdica el ao previo a la muerte, un 66,4% tuvo un
contacto para atencin psiquitrica y el 25,3% tuvo slo contactos para atencin mdica no psiquitrica. El tipo ms frecuente de contacto psiquitrico fue una
consulta en atencin primaria ambulatoria (54,0%), seguida de una consulta psiquitrica ambulatoria (39,8%) y una consulta en el servicio de urgencias (31,1%),
as como una hospitalizacin psiquitrica (21,0%). La mediana de tiempo transcurrido desde el ltimo contacto psiquitrico hasta la muerte fue 18 das (rango
intercuartlico 5-63). El contacto psiquitrico se relacion en grado significativo con gnero femenino, edad de 25 a 64 aos, falta de un factor psicosocial estre-
sante, diagnstico de esquizofrenia o trastorno bipolar, tentativa de suicidio previa, mtodo de autointoxicacin y falta de una nota de suicidio. Las diferencias
significativas entre las subpoblaciones de fallecidos por suicidio, con base en el antecedente y el motivo de sus contactos para atencin mdica parecen indicar la
necesidad de dirigir las estrategias de prevencin de suicidio en los mbitos extrahospitalario y clnico. El predominio de los contactos para atencin psiquitrica
ambulatoria, a menudo cercanos a la fecha de la muerte, respaldan la importancia de concentrar los esfuerzos en integrar la evaluacin del riesgo y las vas de
atencin en toda la atencin clnica primaria y especializada sistemtica, y no slo en los contextos de atencin aguda.
Palabras clave: Suicidio, contactos para atencin mdica, anlisis basado en la poblacin, atencin primaria ambulatoria, atencin psiquitrica, estrategias de
prevencin del suicidio.
Al menos 800.000 personas en todo el mundo mueren por contacto con la atencin psiquitrica durante el ao previo a su
suicidio cada ao, con una tasa estimada de 11,4 por 100.000 por muerte10-15, y los servicios de salud mental especializados son el
ao1. El suicidio da por resultado prdidas personales y sociales punto de acceso ms frecuente en quienes tienen contacto con
devastadoras, con costos emocionales y econmicos inmensos2. atencin mdica psiquitrica8,14,16.
No existe un perfil especfico de una persona que muera por Se dispone de escasos datos exhaustivos sobre los factores
suicidio, y muchos factores interconectados pueden dar lugar a relacionados con algn contacto por la salud mental o con tipos
este desenlace trgico, pero las enfermedades mentales suelen de contacto psiquitricos especficos. Adems, si bien el tipo
ser parte central y estn presentes en ms de un 90% de los ca- ms frecuente de cualquier contacto para atencin psiquitrica
sos3,4. El riesgo absoluto de suicidio en personas que tienen un durante el ao previo a la muerte por suicidio es con los mdicos
contacto con los servicios de atencin psiquitrica especializada de atencin primaria16-19, slo una porcin de las consultas impli-
en el curso de la vida se estima en un orden del 6% al 7% en can una evaluacin de la seguridad de los pacientes o tienen un
hombres y del 4% al 5% en las mujeres5. enfoque psiquitrico documentado16,20,21, y son escasos los datos
Dentro del sistema de atencin mdica existen diversos en que se analiza el rol de los mdicos de atencin primaria en
posibles puntos de contacto diferentes antes de la muerte por la atencin a individuos con riesgo de suicidio8,14. Se ha comu-
suicidio. Se puede obtener acceso a la atencin psiquitrica a nicado que las mujeres y los adultos mayores tienen ms proba-
travs de la atencin primaria, los servicios psiquitricos am- bilidades de haber tenido contacto con un mdico de atencin
bulatorios, los servicios de urgencias o las unidades de atencin primaria o los servicios de salud mental antes del suicidio, pero
intrahospitalaria6-9. Los datos existentes parecen indicar que me- la mayor parte de los dems factores demogrficos y clnicos
nos del 50% de las personas que mueren por suicidio tienen un posibles no han recibido suficiente estudio8,14,22.
Caractersticas sociodemogrficas
Edad (media en aos DE) 47,0 16,5 50,4 20,5 41,0 14,7 27,19 2 < 0,0001
Edad (%)
24 aos 7,4 12,4 14,8 109,23 4 < 0,0001
25-64 aos 77,4 60,6 80,5
65 aos 15,2 27,0 4,7
Gnero sexual (% hombres) 64,9 79,6 84,7 79,12 2 < 0,0001
Estado conyugal (%)
Soltero/no disponible 54,6 49,6 65,3 25,46 4 < 0,0001
Divorciado, separado o viudo 20,8 19,3 17,4
Casado, incluido derecho comn 24,5 31,1 17,4
Circunstancias de vida (%)
Solo 44,2 37,8 48,3 22,54 4 0,0002
Familia/amigos 49,1 58,1 44,9
Otros 6,6 4,1 6,8
Factores estresantes recientes
Duelo (%) 5,6 5,3 6,8 0,74 2 0,6915
Empleo/econmico (%) 15,7 21,4 31,4 39,51 2 < 0,0001
Relacin (%) 8,2 8,9 9,7 0,9 2 0,6382
Conflicto interpersonal (%) 16,1 18,6 17,8 2,33 2 0,3116
Salud mdica (%) 10,4 20,7 4,7 64,39 2 < 0,0001
Polica/legal (%) 6,8 6,6 7,6 0,34 2 0,8454
Inmigracin (%) 1,0 0,8 x 3,12 2 0,2097
Cualquier factor estresante presente (%) 46,5 61,9 59,3 55,3 2 < 0,0001
Variables clnicas
Dignstico de trastorno bipolar (%) 8,6 1,4 x 55,28 2 < 0,0001
Diagnstico de esquizofrenia (%) 9,7 1,1 x 68,28 2 < 0,0001
Tentativa previa de suicidio (%) 36,6 12,2 8,9 201,03 2 < 0,0001
Diagnstico mdico (%) 34,1 41,9 9,3 83,96 2 < 0,0001
Detalles del suicidio
Mtodo de muerte (%)
Ahorcamiento 26,7 32,8 37,3 133,67 12 < 0,0001
Auto-intoxicacin 24,4 13,7 8,5
Cada/salto de altura 23,5 22,8 25,4
Colisin con metro/tren/automvil 8,8 4,1 5,1
Otros tipos de asfixia 6,9 8,5 11,9
Disparo 3,1 9,6 4,2
Otros 6,6 8,5 7,6
Lugar de la muerte (%)
En el propio domicilio 61,7 68,4 64,8 34,81 8 < 0,0001
Otra residencia 2,7 2,4 5,1
Espacio exterior 12,0 11,0 16,1
Metro/va del tren 7,8 3,5 5,1
Otros 15,9 14,7 8,9
Nota de suicidio (% afirmativo) 29,4 35,8 33,1 10,21 2 0,0061
Datos-x con N 5 que se han suprimido debido a lmites de privacidad; las diferencias significativas se resaltan en negritas
contacto psiquitrico, contacto solamente no psiquitrico o nin- modelos de ecuacin de estimacin generalizada con el fin de
gn contacto. evaluar las interrelaciones de cualquier contacto psiquitrico en
Se realiz luego la regresin logstica multifactorial para el ao previo al suicidio. Las variables que se evaluaron com-
cualquier contacto psiquitrico en el ao previo utilizando prendieron edad, gnero sexual, estado conyugal, circunstancias
de vida, tentativa de suicidio reciente y previa, diagnstico de Se obtuvieron los cocientes de riesgos instantneos ajustados
trastorno bipolar, diagnstico de esquizofrenia, diagnstico m- y no ajustados para las covariables iniciales. Este modelo tam-
dico reciente, mtodo de muerte, lugar de muerte y redaccin bin se aplic tomando en cuenta el ao de muerte como una
de una nota de suicidio. Se activaron los modelos con y sin ao covariable.
de muerte para evaluar una tendencia secular en los resultados y Para las personas con contacto previo, tambin se inform
se obtuvieron las oportunidades relativas brutas y ajustadas para la frecuencia de cada tipo de contacto para atencin psiquitrica
las variables independientes. como una media, una mediana y un rango.
Se describi tambin la proporcin de sujetos con cada tipo
especfico de contacto para atencin psiquitrica en los 12 me- Aprobacin tica y privacidad
ses previos al suicidio. Los contactos psiquitricos luego fueron
clasificados como agudos (consulta en el servicio de urgencias u El OCC otorg la aprobacin para este estudio y proporcio-
hospitalizacin) o ambulatorios (consulta psiquitrica ambulato- n un acceso completo a sus registros a fin de completar este
ria o de atencin primaria ambulatoria) y en anlisis bifactoriales estudio. El estudio fue aprobado por la Junta de tica de Inves-
se compar a sujetos con cualquier atencin psiquitrica agu- tigacin en el Centro de Ciencias de la Salud de Sunnybrook, en
da por contraposicin a aquellos con slo atencin psiquitrica Toronto, Canad. Hubo un apego completo a los procedimientos
ambulatoria. Los anlisis secundarios adicionales compararon de privacidad estrictos utilizados por la OCC y el ICES.
cuatro subgrupos de sujetos que tenan: a) una consulta psiqui-
trica intrahospitalaria o en el servicio de urgencias; b) consultas
psiquitricas en el servicio de urgencias pero sin hospitalizacin; RESULTADOS
c) consultas psiquitricas o de atencin primaria ambulatorias
por problema mental pero sin atencin aguda; o d) slo consultas De los 2835 individuos que fallecieron por suicidio, un total
y atencin primaria ambulatoria por problemas mentales. de un 91,7% tuvo algn tipo de contacto psiquitrico durante el
Para aquellos con un contacto psiquitrico previo, se calcu- ao previo a la muerte por suicidio. La mayora (66,4%) tuvo
laron la media, la mediana y los periodos categricos de tiempo un contacto psiquitrico y el 25,3% tuvo nicamente contactos
transcurrido desde el ltimo contacto psiquitrico hasta la fecha no relacionados con algn trastorno mental.
de la muerte para alguno y cada tipo de contacto psiquitrico. En la Tabla 1 se resumen los anlisis bifactoriales para los
Se gener una curva de tiempo a episodio para alguno y para tres grupos basndose en el contacto durante el ao previo a la
cada tipo de contacto psiquitrico. Estructuramos esto de una muerte por suicidio; a) sujetos con un contacto psiquitrico; b)
manera similar a los datos de Ahmedani et al8 a fin de facilitar sujetos con slo un contacto no psiquitrico; y c) sujetos sin
la comparacin entre la serie de datos. ningn contacto psiquitrico o no psiquitrico.
Luego analizamos el tiempo transcurrido desde el ltimo Todas las variables significativas fueron ingresadas en una
contacto psiquitrico (cualquier tipo) hasta la muerte por suici- regresin logstica multifactorial para cualquier contacto psi-
dio en sujetos que tenan al menos un contacto. La relacin entre quitrico en el ao previo. La Tabla 2 muestra los hallazgos
las covariables iniciales y el tiempo transcurrido desde el ltimo significativos de esta regresin. El contacto psiquitrico en el
contacto psiquitrico de cualquier tipo hasta la fecha del suici- ao previo se relacion significativamente con el gnero sexual
dio se model utilizando un modelo de riesgos proporcionales femenino, la edad de 25 a 64 aos, la falta de un factor psi-
de Cox para obtener cocientes de riesgos instantneos brutos y cosocial estresante identificado, diagnstico de esquizofrenia,
ajustados. Se evalu la suposicin de los riesgos instantneos diagnstico de trastorno bipolar, tentativa de suicidio previa,
proporcionales y se aadieron variables dependientes del tiempo mtodo de suicidio por autointoxicacin y la falta de una nota
al modelo bsico para el diagnstico mdico, el diagnstico de de suicidio. No hubo tendencias seculares importantes relacio-
esquizofrenia, las circunstancias de vida y el mtodo de muerte. nadas con algn contacto psiquitrico, a no ser por un efecto
Caractersticas sociodemogrficas
Edad (aos DE) 44,5 15,6 49,2 16,9 48,1 19,6 18,38 2 < 0,0001
Edad (%)
24 aos 9,8 5,4 13,0 75,75 4 < 0,0001
25-64 aos 79,4 75,6 65,5
65 aos 10,9 19,0 21,4
Gnero sexual (% hombres) 65,9 64,1 80,9 77,56 2 < 0,0001
Estado conyugal (%)
Soltero/no disponible 59,2 50,6 53,5 19,61 4 0,0006
Divorciado, separado o viudo 20,0 21,6 18,8
Casado, incluido derecho comn 20,9 27,8 27,7
Circunstancias de vida (%)
Solo 44,1 44,3 40,4 25,52 4 < 0,0001
Familia/amigos 46,9 51,0 54,8
Otros 8,8 4,6 4,7
Factores estresantes recientes
Duelo (%) 5,1 6,0 5,7 0,72 2 0,6992
Empleo/econmico (%) 14,1 17,2 23,8 30,79 2 < 0,0001
Relacin (%) 8,3 8,1 9,1 0,77 2 0,6804
Conflicto interpersonal (%) 14,7 17,4 18,4 4,59 2 0,1008
Salud mdica (%) 7,3 13,2 16,7 37,91 2 < 0,0001
Polica/legal (%) 6,8 6,8 6,8 0 2 0,9993
Inmigracin (%) 1,4 0,6 1,2 2,93 2 0,2309
Cualquier factor estresante presente (%) 41,4 51,0 61,2 72,37 2 < 0,0001
Variables clnicas
Dignstico de trastorno bipolar (%) 10,8 6,7 1,5 68,64 2 < 0,0001
Diagnstico de esquizofrenia (%) 13,4 6,4 1,4 103,72 2 < 0,0001
Tentativa previa de suicidio (%) 49,5 25,3 11,3 36,68 2 < 0,0001
Diagnstico mdico (%) 29,9 37,8 33,8 12,83 2 0,0016
Detalles del suicidio
Mtodo de muerte (%)
Ahorcamiento 25,1 28,1 33,9 144,21 12 < 0,0001
Auto-intoxicacin 24,1 24,7 12,4
Cada/salto de altura 25,7 21,6 23,4
Colisin con metro/tren/automvil 11,8 6,1 4,3
Otros tipos de asfixia 4,9 8,6 9,3
Disparo 3,1 3,1 3,9
Otros 5,3 7,9 12,7
Lugar de la muerte (%)
En el propio domicilio 52,7 69,6 67,5 87,73 8 < 0,0001
Otra residencia 2,8 2,5 3,0
Espacio exterior 13,6 10,6 12,3
Metro/va del tren 10,5 5,3 3,9
Otros 20,3 12,0 13,2
Nota de suicidio (% afirmativo) 24,6 33,6 35,1 27,13 2 < 0,0001
para el ao 2001 frente a 1998 (OR ajustada = 1,86; IC del 95%; Dentro del grupo que tuvo un contacto psiquitrico, el tipo
1,14-3,03; p = 0,014), que probablemente fue explicada por un ms frecuente de contacto fue una consulta de atencin primaria
cambio en la fuente de datos para las consultas en los servicios ambulatoria por un problema mental (54,0%), seguido de una
de urgencia en el ao 2000. consulta psiquitrica ambulatoria (39,8%), una consulta en el
a
Hospitalizaciones que siguieron inmediatamente a una consulta en el servicio de urgencias fueron excluidas cuando el diagnstico principal no estuvo
relacionado con algn problema mental o si al parecer estuvo directamente relacionado con el episodio de suicidio.
b
Utiliza el tipo de consulta que tiene el periodo ms breve antes de la muerte
servicio de urgencias por un problema mental (31,1%) y una tico de trastorno bipolar (HR ajustado = 1,935; IC del 95%:
hospitalizacin psiquitrica (21,0%). 1,634-2,291; p 0,0001), un diagnstico de esquizofrenia (HR
Los contactos psiquitricos tambin se dividieron en aten- ajustado = 1,531; IC del 95%: 1,270-1,846; p 0,0001), una
cin aguda (consultas en los servicios de urgencias y hospitali- tentativa de suicidio previa (HR ajustado = 1,768; IC del 95%:
zaciones) y atencin ambulatoria (consultas psiquitricas o de 1,596-1,958; p0,0001) y para las personas que fallecieron en
atencin primaria ambulatoria). La Tabla 3 muestra la compara- el hospital (HR ajustado = 1,891; IC del 95%: 1,168-3,060; p
cin entre los subgrupos que tuvieron acceso a alguna atencin = 0,0095).
psiquitrica aguda (N = 882), los que tuvieron acceso nica-
mente a la atencin psiquitrica ambulatoria (N = 1001) y los
que no tuvieron ningn contacto psiquitrico de algn tipo (N = DISCUSIN
952). El subgrupo de atencin aguda fue ms joven, tuvo menos
probabilidades de estar casado o de tener algn factor psico- A nuestro entender, este es el estudio ms extenso que se
social estresante identificado, ms probabilidades de presentar haya realizado hasta el momento, que informe de manera ex-
una enfermedad psiquitrica importante o tentativa de suicidio haustiva la naturaleza y las correlaciones de los contactos psi-
previa y menos probabilidades de morir en el domicilio o de quitricos y no psiquitricos antes de la muerte por suicidio en
haber redactado una nota de suicidio. una muestra basada en la poblacin. Un hallazgo clave es que
En la Tabla 4 se muestra el nmero de contactos psiquitri- de los 2.835 fallecidos por suicidio, un 66,4% tuvo un contacto
cos y el tiempo clasificado desde el ltimo contacto psiquitri- para atencin psiquitrica durante el ao previo a la muerte. Se
co (cualquiera, o segn tipo) hasta la muerte por suicidio. En identific un enfoque psiquitrico en un contacto con un mdico
la figura 1 se muestran los porcentajes semanales acumulados de atencin primaria como el tipo de contacto especfico ms
de sujetos que recibieron atencin psiquitrica (alguno y segn frecuente (54,0%), seguido en orden descendente de frecuencia
tipo) en el ao previo a la muerte por suicidio. por una consulta psiquitrica ambulatoria (39,8%), una consulta
El modelo de riesgos proporcionales de Cox revel que el psiquitrica en el servicio de urgencias (31,1%) y una hospi-
tiempo transcurrido desde el ltimo contacto hasta la fecha de talizacin psiquitrica (21,0%). Hubo una serie de diferencias
la muerte por suicidio es significativamente ms prolongado en sociodemogrficas, clnicas y especficas de suicidio asociadas
los hombres (cociente de riesgos instantneos ajustados, HR = al antecedente, tipo y fecha de contactos para atencin mdica
0,785; IC del 95%: 0,708-0,871; p 0,0001). Personas de 10 a antes del suicidio.
24 aos de edad (HR ajustado = 1,426; IC del 95%: 1,183-1,720; La probabilidad de cualquier contacto de atencin psiqui-
p = 0,0002) y fallecidos por suicidio sin un factor psicosocial trica se consider ms alta en este estudio que en las estimacio-
estresante identificado (HR ajustado = 0,759; IC del 95%: 0,634- nes previas10-15. Esto se explica mejor por nuestra inclusin de
0,908; p = 0,003). un mtodo validado para identificar un enfoque en la atencin
Se identific un tiempo ms breve desde el ltimo contac- psiquitrica dentro de un contacto con un mdico de atencin
to hasta la muerte por suicidio para las personas con diagns- primaria, sobre todo porque este tipo de contacto fue el ms fre-
60
40
20
0
52 48 44 40 36 32 28 24 20 16 12 8 4 0
Semanas previas a la muerte por suicidio
Atencin psiquitrica intrahospitalaria Atencin psiquitrica en el servicio de urgencias
Atencin psiquitrica ambulatoria Atencin psiquitrica en atencin primaria ambulatoria
Cualquier contacto psiquitrico Cualquier consulta
Figura 1. Porcentaje semanal acumulado de sujetos que recibieron servicios de atencin mdica en el ao previo a la muerte por suicidio, segn
el tipo de consulta.
cuente. Asimismo, nuestra muestra se deriv exclusivamente de temtica, en vez de visualizar las estrategias de prevencin de
un contexto urbano con barreras limitadas dentro de un modelo suicidio como nicamente relevantes en los entornos de atencin
de atencin mdica universal que promueve la centralidad de la aguda de alto riesgo. Tales estrategias debieran incluir la gua
atencin mdica primaria. Cualquier contacto por un trastorno basada en evidencia sobre la deteccin ms apropiada del riesgo
mental se correlacion de manera significativa y positiva con de suicidio en el contexto ambulatorio y vas de atencin para
el gnero femenino, edad de 25 a 64 al morir, falta de un factor los diferentes grados de riesgo1,46.
estresante psicosocial reciente identificado, diagnstico de tras- Nuestros resultados apoyan de manera indirecta datos fin-
torno bipolar, diagnstico de esquizofrenia, tentativa de suicidio landeses que indican que la prominencia de los servicios psi-
previa, autointoxicacin como mtodo de suicidio y la falta de quitricos ambulatorios es una variable clave del sistema de
una nota de suicidio. La edad, el gnero sexual y los efectos de salud mental que se asocia a tasas ms bajas de suicidio39. Sin
la esquizofrenia reproducen los hallazgos previos11-14,35, y en ge- embargo, la dificultad radica en la percepcin y la realidad de
neral los resultados mejoran nuestra comprensin de los factores que el suicidio sigue siendo un desenlace infrecuente, de manera
relacionados con el contacto para tratamiento antes del suicidio. que si bien muchas personas que mueren por suicidio procura-
Estos hallazgos tienen una serie de implicaciones. En primer ron atencin en contextos ambulatorios, la mayor parte de las
lugar, el hecho de que una mayora considerable de personas personas que reciben atencin ambulatoria no van a morir por
recibieron alguna forma de atencin psiquitrica definida en tr- suicidio. Detectamos que el grupo de fallecidos por suicidio que
minos ms generales habla de la gran oportunidad inherente a las tuvieron acceso nicamente a atencin psiquitrica ambulatoria
intervenciones de prevencin de suicidio en el mbito clnico. tena ms edad, ms probabilidades de ser solteros y de tener un
En segundo lugar, la mejor caracterizacin de la subpoblacin factor de enfermedad mdica estresante o un diagnstico mdico
que recibi atencin psiquitrica permite dirigir potencialmente concomitante, lo cual puede impulsar un enfoque ms mdico en
mejor las intervenciones para la prevencin de suicidio a travs las consultas en los servicios psiquitricos ambulatorios.
del contacto clnico36-38. El tratamiento psiquitrico claramente Existe un amplio consenso de que las iniciativas exhaustivas
ha demostrado reducir el riesgo de suicidios4,27,39-43; sin embargo, para la prevencin del suicidio se benefician de las interven-
se podra proporcionar una base ms slida para las intervencio- ciones basadas en los mbitos extrahospitalarios y clnicos36,47.
nes clnicas dirigidas mediante una mejor caracterizacin de los Para el 33,6% de las personas que no tuvieron un contacto para
grupos diferenciados segn tipo, frecuencia y tiempo reciente tratamiento psiquitrico en el ao previo, las medidas basadas en
de los contactos para atencin de problemas mentales antes del la poblacin, como la educacin pblica, las campaas anti-es-
suicidio44,45. En tercer lugar, nuestro hallazgo de que los tipos tigma, la autoayuda en internet, las lneas telefnicas de atencin
ms frecuentes de contacto ocurren en la atencin ambulatoria a crisis que capacitan a las personas de primer contacto, y la
refuerza considerablemente la importancia de disear e integrar restriccin de los medios de base amplia son primordiales40,47.
estrategias de prevencin del suicidio en atencin mdica sis- Si grupos especficos como hombres, jvenes y adultos mayo-
En el estudio prospectivo a largo plazo de Zrich volvimos a analizar la relacin hipottica entre los problemas de salud mental en las mujeres y la transicin hacia
las etapas menopusicas. Ciento sesenta y ocho mujeres de una cohorte demogrfica de una poblacin de Suiza fueron objeto de seguimiento prospectivo desde los
21 a los 50 aos. A la edad de 50, la presentacin de sofocos y sudaciones nocturnas y alteraciones del sueo fueron significativamente ms frecuentes en mujeres
premenopusicas y posmenopusicas. La irritabilidad y el nerviosismo se incrementaron slo en las mujeres perimenopusicas, pero esta relacin contribuy a
puntuaciones de rasgos de neuroticismo a los 30 aos. Las transiciones a la perimenopausia o a la posmenopausia no se relacionaron con cambios en las tasas de
prevalencia de episodio depresivo mayor o trastornos por ansiedad segn el DSM, o la evolucin de los sndromes psicopatolgicos segn se evalu mediante la
Lista de Cotejo de Sntomas 90 - Revisada. Las interrelaciones nulas persistieron cuando se efectu el ajuste con respecto a la duracin del periodo de reproduccin
o la edad a la que ocurri la menopausia. Antecediendo a los problemas de salud mental entre los 21 y los 41 aos, el aumento de las puntuaciones de rasgos de
neuroticismo a los 30 aos, y los problemas psicosociales concomitantes se relacionaron significativamente entre los 41 y los 50. Dependiendo del punto umbral
seleccionado, la dicotomizacin arbitraria de un desenlace de depresin continua produjo interrelaciones falsas con la transicin menopusica. Llegamos a la
conclusin de que los problemas de salud mental entre los 41 y los 50 aos probablemente no estn directamente relacionados con la transicin menopusica y
que las interrelaciones previamente comunicadas podran ser positivas falsas, debido a dicotomizaciones inadecuadas, sesgo de notificacin, ajustes mltiples no
revelados o sobreajuste.
Palabras clave: Menopausia, depresin, psicopatologa, positivos falsos, neuroticismo, problemas psicosociales
La transicin menopusica suele comenzar a mediados de y hormona luteinizante15, algunos estudios longitudinales bien
la dcada de los 40 y persiste en promedio hasta cinco aos. realizados no han revelado ninguna correlacin con las hormo-
La media de edad del periodo menstrual final (menopausia) en nas sexuales femeninas14,16. Por consiguiente, en la actualidad
pases occidentales es 50 aos, aproximadamente1. la literatura indica que no hay una relacin constante entre las
La transicin menopusica es una poca en la vida de una concentraciones circulantes de estradiol y FSH y la depresin3,17.
mujer que se caracteriza por diversos cambios fsicos y psicol- Un aumento de los sntomas afectivos se ha atribuido par-
gicos2. Las fluctuaciones y la disminucin de las concentraciones cialmente a los mltiples cambios psicosociales que a menudo
de hormonas ovricas pueden ocasionar sntomas fsicos como ocurren en la vida de las mujeres durante ese periodo, tales como
sofocos, sudaciones nocturnas, atrofia urogenital con incontinen- alteraciones en la estructura familiar, prdidas y transiciones
cia, sequedad vaginal, disfuncin sexual, osteoporosis y cambios de rol, sucesos estresantes en la vida y una falta de apoyo so-
metablicos. cial6,10,18,19. Adems, la relacin entre la transicin menopusica
Se ha considerado que la transicin menopusica tambin es y la depresin al parecer est muy influida por los trastornos
una poca de ms riesgo de problemas de salud mental, sobre todo mentales precedentes5,12,14. Esto implica que los sntomas depre-
depresin3,4. Aunque la mayor parte de los estudios de cohortes sivos durante la transicin menopusica podran representar la
prospectivas no han logrado revelar interrelaciones estadstica y presentacin repetida de trastornos preexistentes o reflejar una
prcticamente significativas entre las transiciones menopusicas vulnerabilidad general a la presentacin de problemas de salud
y los problemas de salud mental5-9 (vase tambin Vesco et al.10), mental durante sucesos estresantes en la vida1. En este sentido,
algunas investigaciones recientes han sealado que existe una aunque el rasgo de personalidad de neuroticismo se ha comu-
relacin. En estos estudios longitudinales, todos realizados en nicado una y otra vez como un factor de riesgo crucial para los
Estados Unidos, se ha comunicado que la transicin menopu- problemas de salud mental y la disfuncin psicosocial20-22, hasta
sica comprende un incremento del riesgo no slo de sntomas ahora en ningn estudio de la interrelacin psicopatologa-me-
de depresin11-13, sino tambin de trastorno depresivo mayor14,15. nopausia se ha incluido tal rasgo.
Aunque el aumento de los sntomas de depresin podra pa- Casi todos los estudios efectuados hasta el momento sobre
recer relacionarse con cambios hormonales durante la transicin este tema han adolecido de limitaciones importantes. En concre-
menopusica, sobre todo el descenso y la fluctuacin de las con- to, todos los estudios longitudinales que han comunicado una
centraciones de estradiol y los incrementos correspondientes en repercusin importante de la transicin menopusica sobre los
las concentraciones de hormona estimulante del folculo (FSH) sntomas depresivos, han abordado la depresin como una varia-
En la tabla 3 se muestran las interrelaciones longitudinales taron de 41 a 50 aos de edad, se muestran en la Tabla 4. De
entre el antecedente de menopausia y los sndromes psicopato- nuevo, los cambios en el antecedente de menopausia no se re-
lgicos. Ninguna puntuacin de sndrome aument o disminuy lacionaron con la evolucin de los trastornos mentales. Por el
en grado significativo en el curso del tiempo en relacin con el contrario, la vulnerabilidad psicopatolgica precedente, es decir,
antecedente de menopausia. Estos hallazgos nulos no se debie- la gravedad de los sndromes psicopatolgicos precedentes entre
ron slo a la falta de potencia estadstica, pues las magnitudes los 21 y 41 aos de edad, se asoci en grado significativo a todos
del efecto tambin fueron prcticamente insignificantes (d < 0,2 los sndromes. Cuando el neuroticismo segn se evalu a los 30
para todas). Las interrelaciones nulas persistieron despus del aos de edad fue incluido en el anlisis, explic del mismo modo
ajuste con respecto a la duracin del periodo de reproduccin o aumentos significativos en todos los sndromes psicopatolgicos
la edad a la que ocurri la menopausia. entre los 41 y 50 aos (p < 0,001 para todos). Los problemas
Las interrelaciones longitudinales entre estado menopusico, psicosociales concomitantes tambin se relacionaron con la evo-
covariables importantes y evolucin de los trastornos mentales lucin de todos los sndromes en el curso del tiempo, excepto
en el curso del tiempo a medida que las participantes aumen- para la ansiedad fbica. El avance de la edad se relacion en
grado significativo con la evolucin de la hostilidad, la sensibi- ficaron slo en las mujeres perimenopusicas. Sin embargo, la
lidad interpersonal y la ideacin paranoide. relacin entre irritabilidad-nerviosismo y la perimenopausia fue
La tabla 5 muestra cmo la seleccin de puntuaciones um- completamente explicable por el neuroticismo a los 30 aos, lo
bral especficas para la depresin dicotmica podra influir en que parece indicar que el sntoma fue desencadenado por esa
las oportunidades relativas. En relacin con la premenopausia, vulnerabilidad de la personalidad.
observamos un efecto significativo de la transicin a la perimeno- Nuestros anlisis longitudinales revelaron adems que los
pausia (OR = 1,57; p = 0,033) slo cuando el umbral de depresin cambios en el estado menopusico no se relacionaron con la
segn la SCL-90-R se estableci en 2,0. Para todos los dems evolucin de los sndromes psicopatolgicos o la prevalencia
puntos umbral (es decir, 1,5, 2,5 y 3,0), no se detect nin- del episodio depresivo mayor o los trastornos por ansiedad entre
guna interrelacin positiva estadsticamente significativa con la los 41 y los 50 aos de edad. Sin embargo, la evolucin de los
transicin a la perimenopausia. De hecho, cuando el umbral se sndromes psicopatolgicos se relacion con la vulnerabilidad
estableci en 3,0, las oportunidades relativas fueron negativas psicopatolgica antes de los 41 aos, as como al mismo tiempo
para la transicin a la posmenopausia, en comparacin con la que los problemas psicosociales. Este hallazgo resalta la impor-
fase premenopusica (OR = 0,29; p = 0,032), lo que indica que tancia de efectuar el ajuste para estas covariables, al estudiar el
quienes llegaron a la posmenopausia tuvieron menos riesgo de efecto de la menopausia sobre la salud mental. Notablemente,
depresin. Segn se seal antes, cuando se model la depresin cuando el neuroticismo, segn se evala a los 30 aos de edad,
como una variable continua, no se detectaron diferencias (p = se incluy en el anlisis, tambin pronostic de manera signifi-
0,255). Asimismo, todas las diferencias medias entre las fases de cativa un aumento de los trastornos mentales entre los 41 y los
la menopausia fueron prcticamente no significativas (d < 0,01 50 aos de edad. Este resultado indica que el neuroticismo es un
para todas), lo que indica que una falta de significacin estadstica marcador fiable de la vulnerabilidad persistente a los trastornos
no fue solo el resultado de una potencia insuficiente, sino ms mentales22,38 y es congruente con la evidencia emergente en torno
bien un resultado nulo y claro de ninguna significacin prctica37. a que el neuroticismo tiene una superposicin gentica sustan-
cial con la depresin, los trastornos interiorizantes e incluso los
trastornos mentales en general39-41.
DISCUSIN En algunos estudios longitudinales recientes se ha informado
que la presentacin de depresin se relaciona con la transicin
Este es el primer estudio extrahospitalario prospectivo que de la premenopausia a la perimenopausia11,13,15,42. Dos estudios
abarca 30 aos y que se enfoca en una amplia gama de proble- tambin han identificado ms sntomas en la fase posmenopu-
mas psicopatolgicos, psicosociales y fsicos que supuestamente sica, por contraposicin a la premenopusica11,14. Por otra parte,
se relacionan con la transicin menopusica. otros estudios longitudinales diversos no han detectado un incre-
A los 50 aos de edad, los sofocos y las sudaciones noctur- mento estadstica y prcticamente significativo en los sntomas
nas y los trastornos del sueo fueron ms frecuentes en mujeres de salud mental en relacin con la transicin menopusica5-9,43,44.
perimenopusicas y posmenopusicas que en las premenopu- Los factores metodolgicos probablemente explican mejor estas
sicas, en tanto que la irritabilidad o el nerviosismo se intensi- discrepancias entre los estudios.
University of Copenhagen, Denmark; 3Psychosis Research Unit, Aarhus University Hospital, Risskov, Denmark; 4Department of Clinical Medicine, Aarhus
University, Aarhus, Denmark; 5Centre for Health Sciences Education, Aarhus University, Aarhus, Denmark; 6Research Centre for Prevention and Health,
Department 8-85, Glostrup University Hospital, Glostrup, Denmark; 7Copenhagen Trial Unit, Centre for Clinical Intervention Research, Rigshospitalet,
Copenhagen University Hospital, Copenhagen, Denmark.
La esperanza de vida en pacientes con esquizofrenia se reduce 20 aos para los hombres y 15 aos para las mujeres en comparacin con la poblacin general.
Alrededor de un 60% de la mortalidad excesiva se debe a las enfermedades fsicas y predominan las enfermedades cardiovasculares. El estudio CHANGE fue un
estudio multicntrico, aleatorizado, con grupo paralelo, de superioridad, con anonimato para la evaluacin del criterio de valoracin, cuyo propsito fue evaluar
la eficacia de una intervencin dirigida a mejorar el riesgo cardiovascular y de esta manera potencialmente reducir la mortalidad. Un total de 428 pacientes con
trastornos de la gama de la esquizofrenia y obesidad abdominal fueron alistados y distribuidos centralmente de manera aleatoria en una proporcin de 1:1:1 a 12
meses de asesora sobre estilo de vida ms coordinacin del tratamiento ms tratamiento habitual (N=138), o coordinacin del tratamiento ms tratamiento habitual
(N=142) o solo tratamiento habitual (N=148). La variable principal fue el riesgo de enfermedades cardiovasculares a 10 aos evaluado despus del tratamiento y
normalizado a la edad de 60. En el seguimiento, la media del riesgo de enfermedades cardiovasculares a 10 aos fue 8,4 6,7% en el grupo que recibi asesora
sobre estilo de vida, 8,5 7,5% en el grupo con coordinacin del tratamiento y 8,0 6,5% en el grupo con tratamiento habitual (p=0,41). No detectamos efectos
de la intervencin para cualesquiera variables secundarias o exploradoras que comprendieron aptitud cardiorrespiratoria, actividad fsica, peso corporal, dieta
y tabaquismo. En conclusin, el estudio CHANGE no apoy la superioridad de la asesora sobre estilo de vida individual o la coordinacin del tratamiento en
comparacin con el tratamiento habitual para reducir el riesgo cardiovascular en pacientes con trastornos de la gama de la esquizofrenia y obesidad abdominal.
Palabras clave: Esquizofrenia, obesidad abdominal, estudio CHANGE, asesora sobre estilo de vida, coordinacin del tratamiento, riesgo cardiovascular, aptitud
cardiorrespiratoria, actividad fsica.
La brecha en la esperanza de vida entre pacientes con es- si se abordan de manera adecuada, podra mejorar la esperanza
quizofrenia y la poblacin general 20 aos ms breve para de vida para los pacientes con esquizofrenia.
hombres y 15 aos ms breve para mujeres1,2 es un problema En varios estudios clnicos12-14 se ha informado un efecto
importante para la salud pblica. Aproximadamente un 60% de de la modificacin del estilo de vida en esta poblacin, lo que
la mortalidad prematura en la esquizofrenia se debe a enferme- indica que son posibles la reduccin de peso y el cese del taba-
dades fsicas3 y las enfermedades cardiovasculares explican la quismo. Sin embargo, todava hay lagunas en el conocimiento
mayor parte de ellas4. actual. La seleccin de la variable ptima para los estudios di-
Diversos factores contribuyen a la aparicin temprana y fre- rigidos a reducir el riesgo cardiovascular sigue siendo difcil:
cuente de enfermedades cardiovasculares en esta poblacin, ta- la reduccin de peso o la prevencin del aumento de peso es
les como vulnerabilidad gentica5, efectos adversos metablicos la variable ms utilizada, pero la correlacin entre la reduccin
de los antipsicticos6,7, tratamiento insuficiente de la comorbi- de peso y la mortalidad contina siendo cuestionable15. Para
lidad somtica8 y estilo de vida no saludable9. De estos factores superar esto, se han propuesto variables sustitutivas compuestas
de riesgo, la medicacin con antipsicticos puede considerarse a fin de evaluar el riesgo de enfermedades cardiovasculares16.
parcialmente modificable, por cuanto la reduccin de las do- Asimismo, puesto que la patogenia de las enfermedades cardio-
sis o el cambio de las prescripciones solo da por resultado una vasculares es multifactorial, se necesitan estrategias para reducir
mejora moderada de los factores de riesgo metablicos10,11. El mltiples conductas de riesgo concomitantes17. Tambin estn
tratamiento insuficiente de la comorbilidad somtica y el estilo justificadas las intervenciones con seguimiento a largo plazo, ya
de vida no saludable son potencialmente modificables del todo y, que no hay motivos para creer que los cambios en los factores
El estudio CHANGE fue un estudio multicntrico, iniciado Asesora sobre estilo de vida
por investigadores, con financiacin independiente, aleatoriza-
do, con grupo paralelo, de superioridad y con evaluacin an- La asesora sobre estilo de vida se defini como la afiliacin
nima del criterio principal de valoracin. Los pacientes fueron a un miembro del equipo de CHANGE, ofreciendo una interven-
alistados de zonas de captacin bien definidas en dos ciudades cin basada en manual, ajustada, dirigida a la inactividad fsica,
danesas importantes (Aarhus y Copenhague). El protocolo del hbitos alimentarios no saludables y tabaquismo, y facilitando
estudio fue publicado en 2015 sin que se efectuasen cambios a el contacto con el mdico general del paciente para garantizar el
la versin original21. tratamiento mdico de los trastornos somticos concomitantes.
Los pacientes fueron elegibles si tenan 18 o ms aos de El marco terico de la asesora en el estilo de vida se bas en
edad, si haban recibido un diagnstico de esquizofrenia (F20), la teora de etapas de cambio25, entrevista motivacional26 y un
trastorno esquizoafectivo (F25) o trastorno por delirio persisten- mtodo asertivo adaptado al tratamiento asertivo extrahospita-
te (F22), de acuerdo con la ICD-10 segn se verific mediante lario27. Las entrevistas motivacionales son un mtodo que ayuda
los Esquemas para la Evaluacin Clnica en Neuropsiquiatra a los pacientes a expresar sus propios deseos de cambiar; el en-
(SCAN)22 y si tenan un permetro de la cintura (medido entre foque asertivo permite al personal ser respetuosamente activo y
la cresta iliaca y la costilla ms baja) superior a 88 cm para las persistente en el seguimiento e implementar servicios de mensa-
mujeres y 102 cm para los hombres23. jes breves, llamadas telefnicas, visitas a domicilio y reuniones
El cuidador habitual informaba verbalmente a los pacientes en la zona local. Estos mtodos fueron incorporados en cuatro
elegibles y, si aceptaban, se les remita al personal de investi- manuales con descripciones detalladas de las intervenciones que
gacin del estudio CHANGE por va telefnica o por correo abordaban cuatro estrategias: coordinacin del tratamiento, cese
electrnico. Se program una reunin inicial en el centro de in- del tabaquismo, alimentacin saludable y actividad fsica. Los
vestigacin, la clnica ambulatoria o en el domicilio del paciente. manuales se proporcionan en el documento que describe el pro-
A todos los participantes se les proporcion informacin verbal tocolo del estudio21.
y por escrito sobre el estudio. Se excluy a quienes comunicaron El asesor ofreca visitas a domicilio con exploracin siste-
una gestacin en curso o los que no pudieron proporcionar con- mtica de posibilidades de actividad fsica en la vida cotidiana,
sentimiento informado. Si el paciente aceptaba la participacin que fuesen realistas y atractivas para el paciente. Los cambios
en el estudio, firmaba una forma de consentimiento con conoci- en la alimentacin implicaban el anlisis concreto de los hbitos
miento de causa y se programaba una cita para la obtencin de alimentarios del paciente, la adquisicin de alimento y prcticas
los datos iniciales. de cocina, as como la identificacin de posibilidades econmi-
Excluidos (N = 85)
No cumplieron criterios de inclusin (N = 14)
Rechazaron participar (N = 41)
Otros motivos (N = 30)
Aleatorizados (N = 428)
Analizados sin imputacin (N = 120) Analizados sin imputacin (N = 120) Analizados sin imputacin (N = 127)
Analizados con imputacin (N = 138) Analizados con imputacin (N = 142) Analizados con imputacin (N = 148)
El criterio secundario de valoracin clave fue la aptitud car- coordinacin del tratamiento, y en un 2,5% en el grupo con
diorrespiratoria (la captacin mxima de oxgeno del paciente coordinacin de tratamiento en comparacin con el grupo con
se midi utilizando una prueba de ejercicio cardiopulmonar en tratamiento habitual. Dado que planebamos comparar los tres
bicicleta). Otros criterios secundarios fueron: volumen espira- grupos, redujimos nuestro nivel alfa a 0,05/3 = 0,0167. Permi-
torio forzado (medido con el espirmetro Easy-one), permetro tiendo una potencia del 90%, estimamos el alistamiento de 150
de la cintura, presin arterial sistlica (promedio de tres valores participantes para cada grupo con intervencin, un total de 450
medidos en el brazo derecho en posicin sedente, despus de 10 participantes. Este clculo se bas en una desviacin estndar
minutos de reposo y antes de la prueba en bicicleta), frecuencia del 5,9% de la puntuacin de riesgo de Copenhague, segn se
cardiaca en reposo, hemoglobina A1c, colesterol de las HDL y muestra en el estudio-Inter9924.
no-HDL y actividad fsica moderada y vigorosa autonotificada El anlisis del criterio principal de valoracin fue por inten-
(utilizando la Escala de Actividad Fsica)30. cin de tratar. Se utiliz imputacin mltiple para gestionar los
Los desenlaces exploratorios fueron: peso corporal, ndice datos faltantes. Las imputaciones se basaron en un modelo de
de masa corporal, triglicridos, protena C-reactiva de gran sen- regresin lineal con 100 imputaciones y 20 iteraciones. Como
sibilidad, tiempo autonotificado de sedentarismo30, tabaquismo predictores en el modelo de imputacin, seleccionamos variables
diario (utilizando la prueba de Fagerstrm para la Dependencia de una lista predefinida (edad, gnero sexual, puntuacin de la
a la Nicotina)31, alimentacin (utilizando la Puntuacin de Ca- Evaluacin Global de Funcionamiento, duracin de la enferme-
lidad Alimentaria)32, sntomas positivos y negativos (evaluados dad, dosis diaria de medicacin antipsictica en equivalente de
utilizando la Escala para la Evaluacin de Sntomas Positivos33 clorpromazina y centro de investigacin) y fueron predictores
y la Escala para la Evaluacin de Sntomas Negativos)34, cog- significativos de la variable de valoracin o predictores de deser-
nicin (evaluada con la Evaluacin Breve de la Cognicin en la cin (p < 0,05 en un modelo unifactorial). Estas variables, junto
Esquizofrenia)35, calidad de vida (evaluada con la Evaluacin con el valor inicial de la variable y el grupo de aleatorizacin,
Breve de Calidad de Vida de Manchester36 y el Cuestionario de fueron utilizadas como predictores para todas las imputaciones si
Cinco Dimensiones QOL)37, funcionamiento psicosocial (explo- tenan valores faltantes inferiores al 5%. Luego, las variables pre-
rado mediante la Evaluacin Global de Funcionamiento)38, salud dictoras con valores faltantes fueron imputadas simultneamente
percibida39 y estrs percibido40. junto con las variables del criterio de valoracin. Para el criterio
principal de valoracin, se imputaron los valores compuestos.
Anlisis estadstico Se utiliz el anlisis de la covarianza (ANCOVA) para cal-
cular cualesquiera diferencias significativas entre los tres grupos
Esperbamos que las intervenciones experimentales re- de intervencin, utilizando el valor inicial de cada medida y las
dujesen la puntuacin del riesgo de Copenhague en un 2,5% tres variables de estratificacin (gnero sexual, centro de investi-
en el grupo con CHANGE, en comparacin con el grupo con gacin y riesgo inicial de enfermedad cardiovascular) como co-
Edad (aos, media DE) 37,8 12,6 39,5 12,8 38,5 11,8 38,6 12,4
Gnero (femenino, %) 55,1 57,7 54,7 56,1
Estado laboral (sin empleo, %) 86,9 95,0 94,6 92,0
Viven en albergue con apoyo (%) 8,7 15,5 16,9 13,8
Evaluacin global del funcionamiento (media DE) 44,5 11,3 42,9 9,8 43,7 9,1 43,7 7,5
Riesgo de enfermedades cardiovasculares (alto, %) 5,8 7,0 5,9 6,3
Permetro de la cintura (cm, media DE) 113,7 15,8 115,3 14,6 114,8 14,2 114,6 14,8
ndice de masa corporal (media DE) 34,1 6,0 34,2 5,9 34,2 6,1 34,2 6,0
Presin arterial sistlica (mmHg media DE) 126,5 12,8 128,0 13,4 128,3 16,0 127,6 14,2
Colesterol de las HDL (mmol/l, media DE) 1,2 0,4 1,2 0,.4 1,2 0,4 1,2 0,4
Colesterol no HDL (mmol/l, media DE) 3,8 1,1 3,4 1,2 3,8 1,1 3,8 1,1
Hemoglobina A1c (mmol/mol, media DE) 39,1 8,7 38,3 9,1 37,7 9,5 38,3 9,1
Diabetes (%) 18,6 17,0 9,5 15,0
Hipercolesterolemia (>5 mmol/l %) 46,4 52,1 47,3 48,6
Hipertensin (>140 mmHg, %) 14,5 16,9 15,5 15,7
Aptitud cardiorrespiratoria (ml O2/kg/min, media DE) 17,3 4,6 17,4 5,8 17,4 6,1 17,4 5,5
Tabaquismo diario (%) 52,9 52,1 50,7 52,1
Dependencia de sustancia (ICD-10, %) 5,8 2,8 3,4 4,0
Alto consumo de alcohol (%) 8,0 8,5 4,1 6,8
Esquizofrenia (ICD-10, %) 90,6 91,5 83,1 88,0
Duracin de la enfermedad (aos, media DE) 17,2 11,3 18,6 11,0 16,7 10,4 17,5 10,9
Dosis diaria de antipsictico en equivalentes a clorpromazina 453,4 398,8 502,3 389,5 464,7 406,0 473,5 397,9
(mg, media DE)
Utilizacin de antidepresivo (%) 46,4 42,2 39,2 44,2
Utilizacin de estabilizadores afectivos (%) 8,7 13,4 9,5 10,5
Sntomas positivos (puntuacin global en SAPS, media DE) 2,2 1,6 2,3 1,6 2,0 1,7 2,2 1,6
Sntomas negativos (puntuacin global en SANS, media DE) 2,5 1,1 2,6 1,1 2,5 1,3 2,6 1,2
Cognicin (puntuacin compuesta en BACS, media DE) 231,3 51,3 221,5 45,5 222,7 51,5 225,1 49,6
CARE, coordinacin del tratamiento; TAU, tratamiento habitual; HDL, lipoprotenas de alta densidad; HbA1c, hemoglobina A1c; SAPS, Escala para la
Evaluacin de Sntomas Positivos; SANS, Escala para la Evaluacin de Sntomas Positivos; BACS, Evaluacin breve de la Cognicin en la Esquizofrenia.
El consumo de alcohol considerable se defini como >14 unidades de alcohol por semana para los hombres y >7 para las mujeres.
variables. Todas las distribuciones fueron evaluadas en cuanto a Los anlisis de sensibilidad comprendieron un anlisis de
su normalidad utilizando la inspeccin visual de los histogramas casos completos, eliminacin de los resultados atpicos (defi-
y los grficos Q-Q (cuantil-cuantil). Si no tenan una distribucin nidos como residuales normalizadas superiores a las tres des-
normal, las variables fueron objeto de transformacin logartmica, viaciones estndar), un anlisis por protocolo que defini como
y si no dio resultado, se utiliz una prueba no paramtrica. Para violacin del protocolo a participantes que no tuvieron un solo
las variables dicotmicas, llevamos a cabo regresiones logsticas contacto y un segundo anlisis por protocolo, que incluy a los
mltiples con el tratamiento habitual como referencia y las varia- participantes con un mnimo del 50% de reuniones personales
bles de estratificacin como covariables, despus de haber impu- planeadas en el grupo con CHANGE. Este segundo anlisis por
tado valores faltantes utilizando un modelo de regresin logstica. protocolo probablemente produzca sesgo de seleccin impor-
Todas las pruebas fueron bilaterales. Para el criterio principal tante, ya que el grupo con CHANGE incluira a los participan-
de valoracin, los valores de la p fueron ajustados con el mtodo tes con el mximo grado de motivacin. Por consiguiente, slo
de Bonferroni (nivel alfa=0,05/3=0,0167). Tuvimos varios cri- se consider significativo para informar resultados negativos
terios de valoracin secundarios exploradores y la correlacin de este anlisis.
de Bonferroni adicional habra sido demasiado conservadora,
ya que este mtodo exige presuponer una independencia entre
las variables, lo cual no era aceptable en nuestro estudio. Por RESULTADOS
consiguiente, los valores de la p para las variables secundarias
exploradoras se presentan sin ajuste y se interpretan de la ma- La Figura 1 ilustra el flujo de pacientes a travs del estudio.
nera siguiente: ningn efecto de la intervencin experimental si Entre diciembre de 2012 y mayo de 2014, 428 participantes
p 0,05; un posible efecto positivo si p < 0,05 pero > 0,001; un fueron asignados para recibir la intervencin de CHANGE (N =
indicio slido de un efecto positivo si p < 0,001. 138) o coordinacin del tratamiento ms tratamiento habitual (N
CARE, Coordinacin del tratamiento; TAU, tratamiento habitual; HDL, lipoprotenas de gran densidad; HbA1c, hemoglobina A1c.
Despus de imputacin mltiple. bAjustada para gnero, centro de investigacin y riesgo inicial de enfermedades cardiovasculares.
a
= 142), o tratamiento habitual solo (N=148). De acuerdo con el y un 15% tena diagnstico de diabetes. No hubo diferencias
protocolo, procuramos incluir 450 pacientes, pero tuvimos que entre los grupos de intervencin, aparte de una proporcin ms
detenernos antes, debido a la falta de remisiones. alta de participantes que vivan en albergues con apoyo (16,9%
La proporcin de retencin fue del 86,0% para la muestra frente a 8,7%) y una proporcin ms pequea que tena diabetes
como un todo. No hubo ninguna diferencia en las tasas de de- (9,5% frente a 18,6%) en el grupo con tratamiento habitual en
serciones entre los tres grupos (p = 0,68). Trescientos sesenta comparacin con el grupo con CHANGE.
y cinco participantes (85,3%) proporcionaron informacin que En el grupo con CHANGE, el nmero medio de reuniones
hizo posible un clculo del criterio principal de valoracin en personales fue 24,6 14,5; un 60,0% de los participantes acu-
el seguimiento. No hubo diferencias entre quienes desertaron y di a 21 o ms de las 42 reuniones personales planificadas; un
quienes concluyeron el estudio por lo que respecta a las carac- 97,8% tuvo al menos una reunin personal con su asesor. Los
tersticas metablicas o psicomtricas iniciales o el patrn de 73 fumadores cotidianos asignados al grupo CHANGE recibie-
medicacin, excepto que una proporcin ms pequea de los pri- ron una media de 11,2 9,3 sesiones enfocadas en el cese del
meros recibi tratamiento antidepresivo (30,0% frente a 46,0%). tabaquismo. Para el grupo como un todo, hubo una media de
La Tabla 1 muestra las caractersticas sociodemogrficas y 19,5 13,1 reuniones enfocadas en actividad fsica, 6,3 6,6
clnicas de los pacientes. Incluimos un poco ms de mujeres y en la coordinacin del tratamiento y 15,8 11,2 en alimentacin
la edad promedio fue 38,6 12,4 aos. A la mayora de los pa- saludable.
cientes se les diagnostic esquizofrenia (88,0%). La mayora no En la Tabla 2 se muestran los resultados de los criterios
tena empleo (92,0%) y una pequea proporcin viva en alber- principales y secundarios de valoracin. La media del riesgo de
gues con apoyo (13,8%). Hubo un 52,1% de fumadores diarios enfermedad cardiovascular a 10 aos normalizada para la edad
Peso (kg)
Media DEa 103,1 23,8 103,7 21,2 102,9 21,7 1,91 0,18
Media ajustada EEb 102,2 0,7 103,8 0,7 103,6 0,7
ndice de masa corporal
Media DEa 33,9 5,9 34,5 6,3 34,4 6,3 1,88 0,19
Media ajustada EEb 33,9 0,2 34,4 0,2 34,4 0,2
Triglicridos (mmol/l)
Media DEa 2,0 1,2 2,2 1,5 2,2 1,5 1,25 0,34
Media ajustada EEb 2,0 0,1 2,1 0,1 2,2 0,1
Hs-CRP (mg/l)
Media DEa 3,1 2,7 3,4 2,8 3,1 2,9 0,73 0,59
Media ajustada EEb 3,2 0,3 3,3 0,3 3,1 0,3
Tiempo de sedentarismo (horas/da)
Media DEa 9,9 3,6 10,5 3,4 9,9 3,5 1,23 0,36
Media ajustada EEb 10,1 0,3 10,4 0,3 9,9 0,3
Tabaquismo diario (s/no) 0,65 (CHANGE vs. TAU);
0,79 (CARE vs. TAU)
%a 49,0 49,0 50,0
% (ajustado)b 49,0 49,0 50,0
Ingesta de fruta (g/semana)
Media DEa 393,1 268,5 439,8 270,7 421,4 258,1 1,39 0,31
Media ajustada EEb 394,8 20,0 428,6 20,3 430,5 20,0
Ingesta de verduras (g/semana)
Media DEa 507,5 338,8 475,7 325,1 479,3 307,7 1,25 0,34
Media ajustada EEb 518,2 28,0 477,2 27,3 467,9 27,1
Ingesta de pescado (g/semana)
Media DEa 138,1 14,5 145,0 13,9 140,8 14,4 0,35 0,73
Media ajustada EEb 136,2 12,3 144,9 12,3 142,6 12,2
Ingesta de lpidos saturados (s/no) 0,08 (CHANGE vs. TAU);
0,33 (CARE vs. TAU)
%a 52,0 62,0 66,0
% (ajustado)b 55,0 59,0 65,0
Sntomas positivos (puntuacin global en SAPS)
Media DEa 1,7 1,6 1,7 1,6 1,8 1,6 1,44 0,29
Media ajustada EEb 1,6 0,1 1,6 0,1 1,8 0,1
Sntomas negativos (puntuacin global en SANS)
Media DEa 2,1 1,2 2,0 1,2 2,0 1,2 0,74 0,52
Media ajustada EEb 2,1 0,1 2,0 0,1 2,0 0,1
Cognicin (puntuacin compuesta en BACS)
Media DEa 244,3 50,1 235,8 50,2 242,0 49,5 2,54 0,12
Media ajustada EEb 238,8 2,2 239,0 2,2 244,1 2,1
Calidad de vida (puntuacin en MANSA)
Media DEa 4,7 0,8 4,7 0,8 4,7 0,8 0,74 0,52
Media ajustada EEb 4,7 0,07 4,8 0,07 4,7 0,07
fue de 8,4 6,7% en el grupo con CHANGE, 8,5 7,5% en el del tratamiento y 7,4 5,3% en el grupo con tratamiento habi-
grupo con coordinacin del tratamiento y 8,0 6,5% en el grupo tual (p = 0,46). Despus de descartar los atpicos, detectamos
con tratamiento habitual (F2.428=1,04, p=0,41). que fue de 7,9 5,2% en el grupo con CHANGE, 7,6 4,9%
Los anlisis de sensibilidad del criterio principal de valora- en el grupo con coordinacin del tratamiento y 7,1 4,1% en el
cin utilizando casos completos, o descartando los atpicos, no grupo con tratamiento habitual (p = 0,18). Despus de excluir
modific los resultados. Al analizar los casos completos, obser- a los participantes de CHANGE que tena menos de la mitad
vamos que la media del riesgo de enfermedades cardiovascu- de las 42 sesiones planificadas, observamos que la media del
lares a 10 aos normalizado para la edad fue 8,5 7,0% en el riesgo fue 8,6 7,7% en el grupo con CHANGE, 8,6 7,8%
grupo con CHANGE, 8,6 7,8 en el grupo con coordinacin en el grupo con coordinacin del tratamiento y 7,4 5,3% en
CARE, coordinacin del tratamiento; TAU, tratamiento habitual; Hs-CRP, protena C reactiva de gran sensibilidad; SAPS, Escala para la Valoracin de
Sntomas Positivos; SANS, Escala para la Valoracin de Sntomas Negativos; BACS, Evaluacin Breve de la cognicin en la esquizofrenia; MANSA,
Evaluacin Breve de la Calidad de Vida de Manchester; GAF, Evaluacin Global del Funcionamiento.
a
Despus de mltiples imputaciones. bAjustada segn gnero, centro de investigacin y riesgo inicial de enfermedades cardiovasculares.
Para las variables dicotmicas, se calcul una media de diferencia en los cocientes de riesgo utilizando los cocientes de riesgo en el grupo con TAU como
referencia.
La diabetes mellitus de tipo 2 (DMT2) es muy predictora de enfermedades cardiovasculares y puede tener repercusiones en la salud muy nocivas para las personas
con enfermedades mentales graves (EMG), es decir esquizofrenia, trastorno bipolar o trastorno depresivo mayor. Este metanlisis tiene como propsito: a) describir
las frecuencias combinadas de DMT2 en personas con EMG; b) analizar la influencia de variables demogrficas, enfermedades y tratamiento as como mtodos
de evaluacin de la DMT2, y c) describir la prevalencia de la DMT2 en estudios en los que se compara directamente a personas con cada diagnstico de EMG
especfico y muestras de la poblacin general. La prevalencia combinada de DMT2 ajustada mediante el procedimiento de recorte y llenado (trim and fill) en
438.245 personas con EMG fue del 11,3% (IC del 95%: 10,0% - 12,6%). En participantes sin antipsictico previo, la prevalencia de DMT2 fue de un 2,9% (IC del
95%: 1,7%-4,8%). No hubo diferencias significativas en los subgrupos diagnsticos. En un metanlisis comparativo se estableci que las personas con mltiples
episodios de EMG (N = 133.470) tuvieron significativamente ms probabilidades de presentar DMT2 que los testigos equiparables (N=5, 622,664): riesgo relativo,
RR = 1,85; IC del 95%: 1,45 2,37; p < 0,001. La prevalencia de DMT2 estuvo constantemente elevada en cada uno de los tres subgrupos diagnsticos principales
en comparacin con los controles equiparados. Se observaron prevalencias de DMT2 ms altas en mujeres con EMG en comparacin con hombres (RR = 1,43;
IC del 95%: 1,20 1,69; p < 0,001). El antecedente de mltiples episodios (por contraposicin a un primer episodio) fue el nico predictor significativo de DMT2
en un anlisis de metarregresin multifactorial (r2 = 0,52; p < 0,001). La prevalencia de DMT2 fue ms alta en pacientes a los que se prescribi antipsicticos,
excepto por aripiprazol y amisulprida. Es necesaria la deteccin sistemtica y el tratamiento interdisciplinario de la DMT2. Deben tomarse en cuenta los riesgos
de DMT2 que conllevan los medicamentos antipsicticos individuales al seleccionar las opciones de tratamiento.
Palabras clave: Diabetes mellitus, enfermedades mentales graves, esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno depresivo mayor, antipsicticos
Las personas con enfermedades mentales graves (EMG) de- todos los subgrupos diagnsticos principales de EMG, y es in-
finidas como esquizofrenia, trastorno bipolar o trastorno depre- suficiente la informacin en torno a la prevalencia de DMT2 en
sivo mayor (TDM) tienen un riesgo de muerte prematura dos personas con EMG a las que se prescribe diferentes clases de
a tres tantos mayor que el de la poblacin general1,2. Esta brecha medicamentos antipsicticos.
de mortalidad se traduce en un acortamiento de la esperanza de Los anlisis combinados a gran escala en la poblacin con
vida de 10 a 20 aos3,4 y al parecer se est ensanchando5. La EMG son relevantes, ya que hacen posible la investigacin de
causa ms importante de esta esperanza de vida abreviada son factores de riesgo para grandes nmeros de estudios y partici-
las enfermedades cardiovasculares (ECV)6. Los principales fac- pantes, y distinguen factores de riesgo para la DMT2 asociados
tores de riesgo son la utilizacin de medicacin antipsictica y a EMG especficas de los independientes de estas enfermeda-
un estilo de vida no saludable7 y estos riesgos se complican por des. La combinacin de datos sobre las principales categoras
los obstculos para el acceso a la atencin mdica8-12. diagnsticas permite la investigacin del efecto de las variables
La diabetes mellitus de tipo 2 (DMT2) es un factor de riesgo demogrficas (gnero sexual, edad, duracin de la enfermedad,
principal para ECV. Confiere un riesgo excesivo de aproximada- contexto de estudio, regin geogrfica) y tratamientos (sobre
mente dos tantos para la cardiopata isqumica, los principales todo estabilizadores afectivos y antipsicticos prescritos para
subtipos de accidente cerebrovascular y las muertes atribuidas trastornos psicticos y no psicticos). Si se observa la estratifi-
a otras causas vasculares13,14. La prevencin y el tratamiento de cacin del riesgo, esto podra guiar a los profesionales clnicos
la DMT2 exigen tenerlas muy en cuenta en el ejercicio clni- en la vigilancia y el tratamiento.
co, sobre todo en poblaciones con ms riesgo de enfermedades Dadas las lagunas antes sealadas en la literatura, llevamos
cardiovasculares y una mortalidad prematura concomitante15,16. a cabo un anlisis sistemtico a gran escala y un metanlisis de
Metanlisis recientes17-20 demostraron que todos los sub- las prevalencias combinadas de DMT2 en personas con esqui-
grupos diagnsticos de EMG tienen ms riesgo de presentar zofrenia o trastornos psicticos relacionados, trastorno bipolar o
DMT2 que la poblacin general. Sin embargo, en la actualidad TDM. Nuestro propsito fue: a) describir las frecuencias combi-
son inexistentes los datos metanalticos en que se comparan los nadas de DMT2 en personas con EMG; b) analizar la influencia
riesgos de DMT2 para diferentes diagnsticos psiquitricos. Por de variables demogrficas, de enfermedades y de tratamiento
otra parte, no se dispone de datos metanalticos que combinen as como mtodos de evaluacin de la DMT2; y c) describir la
Metanlisis Heterogeneidad
Prevalencia Valor de p para
Nmero combinada la diferencia Valor
de estudios de DMT2 (%) IC del 95% intergrupal I2 Q de la p
Diseo de estudio
Transversales 70 9,2 7,9-10,8 0,03 97,2 2504,2 < 0,001
Retrospectivos 43 12,3 10,3-4,8 99,3 6436,5 < 0,001
Prospectivos 21 8,5 6,2-11,5 98,7 1575,0 < 0,001
Basados o no basados en la poblacin
Basados en la poblacin 58 10,0 8,5-11,6 0,70 99,6 13491,3 < 0,001
No basados en la poblacin 76 10,4 8,9-12,2 84,6 486,0 < 0,001
Contexto de estudio
Mixto 37 8,7 7,1-10,5 0,26 99,5 7179,8 < 0,001
Intrahospitalario 37 11,3 9,3-13,8 93,5 553,7 < 0,001
Ambulatorio 36 11,5 9,3-14,1 97,1 1229,7 < 0,001
Poblacin 21 9,7 7,4-12,4 98,4 1221,7 < 0,001
Mtodo de evaluacin de la diabetes
Pruebas sanguneas 34 10,5 9,8-11,2 < 0,001 79,3 159,3 < 0,001
Autoinforme 26 9,3 8,8-9,8 97,4 980,9 < 0,001
Grficos y expedientes 53 13,0 11,0-15,2 99,5 11051,8 < 0,001
Mediana de ao de obtencin de datos
Antes del 2000 18 9,5 6,9-12,8 0,95 97,7 728,6 < 0,001
2000 o despus 116 10,2 9,0-11,6 99,1 13469,1 < 0,001
Diagnstico
Mixto 18 11,2 8,5-14,6 0,003 99,6 4011,7 < 0,001
Trastorno depresivo mayor 20 6,4 4,8-8,4 97,8 869,4 < 0,001
Trastorno bipolar 17 9,2 6,8-12,4 96,6 466,8 < 0,001
Gama de la esquizofrenia 22 11,8 9,0-15,2 99,0 5151,0 < 0,001
Solo esquizofrenia 57 11,5 9,8-13,5 94,7 394,2 < 0,001
Episodio
Esquizofrenia de primer episodio 14 4,0 2,5-6,2 < 0,001 62,2 34,4 0,001
Esquizofrenia de mltiples episodios 67 13,1 11,7-14,8 98,9 6011,1 < 0,001
Gnero sexual
Masculino 31 7,9 5,9-10,3 < 0,01 97,0 1037,5 < 0,001
Femenino 31 11,3 8,6-14,7 97,5 1239,8 < 0,001
Regin geogrfica
Norteamrica 58 12,5 10,9-14,3 0,007 99,0 6026,7 < 0,001
Europa 32 7,7 6,3-9,3 98,7 2486,6 < 0,001
Asia 28 10,6 8,5-13,1 93,1 393,9 < 0,001
Australia 5 9,2 5,7-14,5 90,6 42,7 0,034
Sudamrica 5 8,6 4,8-15,1 61,7 10,4 0,006
frica 2 7,0 3,1-15,0 86,6 7,5 0,65
Oriente Medio 2 10,2 4,8-20,3 0 0,2 0,33
Utilizacin de medicacin antipsictica
Sin antipsictico 10 2,9 1,7-4,8 < 0,001 78,0 41,0 < 0,001
Clozapina 9 15,5 11,0-21,3 38,4 13,0 0,11
Olanzapina 9 10,6 7,0-15,7 2,5 8,2 0,41
Risperidona 9 13,2 8,8-19,4 54,2 17,4 0,026
Quetiapina 7 16,0 9,9-24,7 0 2,5 0,87
Aripiprazol 3 6,7 1,5-25,0 0 0,3 0,87
Amisulprida 2 3,9 0,5-25,0 0 0,6 0,44
Antipsicticos atpicos 11 10,6 7,0-15,7 57,8 23,7 0,008
Las diferencias intergrupales significativas se resaltan en negritas. Para las variables dicotmicas, se calcul una media de diferencia en los cocientes de
riesgo utilizando los cocientes de riesgo en el grupo con TAU como referencia.
Nmero de
comparaciones IC del 95% Valor de p R2
informacin sobre la media de edad entre mujeres y hombres, y los antipsicticos se relacionaron con un aumento significativo
es posible que las mujeres con esquizofrenia tuviesen ms edad, en el riesgo de DMT2 en comparacin con los pacientes que
lo cual pudo haber confundido los resultados. nunca haban recibido antipsictico. Las variaciones en el riesgo
Nuestros resultados tambin demuestran que la prevalencia de anomalas de la glucosa son evidentes en la literatura, y el
de DMT2 fue ms alta en individuos con esquizofrenia de ml- mximo riesgo se relaciona con la clozapina, la olanzapina y la
tiples episodios en comparacin con las personas que tuvieron quetiapina en estudios muy bien diseados25,34,35. En el metan-
su primer episodio. El metanlisis actual se suma a la evidencia lisis actual, la quetiapina (y una tendencia para la clozapina) se
de que un diagnstico de primer episodio es un predictor singu- relacion con un riesgo aun mayor de DMT2 que la utilizacin
lar de una menor prevalencia de DMT2 independientemente de de olanzapina. Sin embargo, este hallazgo se debiera interpre-
la media de edad, un hallazgo que tambin result evidente en tar con cautela, ya que no se pueden excluir efectos de orden,
un anlisis reciente de las prevalencias de sndrome metablico por cuanto los pacientes que adquirieron un notable riesgo de
de pacientes con las mismas tres EMG principales33. Nuestros DMT2 o presentaron incluso DMT2 franca con un compuesto
resultados apuntan hacia la necesidad de adoptar un enfoque de de ms riesgo, como la olanzapina, podran haber cambiado a
preintervencin/intervencin temprana a fin de reducir el riesgo otro antipsictico, incluida la quetiapina, lo que puede llevar a
cardiometablico en personas con EMG. Se necesita ms investi- una atribucin incorrecta del riesgo.
gacin para explorar los mecanismos subyacentes a este aumento Por ltimo, como es de esperar, el autoinforme de los pa-
del riesgo de DMT2 con la transicin de la enfermedad desde un cientes gener numricamente las prevalencias de DMT2 ms
episodio inicial hasta un trastorno de mltiples episodios. bajas; la prevalencia de DMT2 fue significativamente ms baja
Nuestros datos confirman la evidencia previa de que la uti- en comparacin con los datos del anlisis de los grficos. Es pro-
lizacin de medicacin psicoactiva, como antidepresivos, litio bable que este hallazgo se deba al hecho de que en los estudios
y frmacos antipsicticos26, se asocia a una mayor prevalencia con anlisis de grficos, se efectu seguimiento retrospectivo
de DMT2. Con excepcin de aripiprazol y amisulprida, todos a los pacientes por un periodo ms prolongado, extendiendo el
Correccin
Se nos ha informado que en la bibliografa del artculo Compromiso del tratamiento de individuos que presentan enfermedades mentales:
anlisis y actualizacin, por Dixon et al, publicado en el nmero de febrero de 2016 de World Psychiatry, el autor de la cita bibliogrfica
8 se enunci incorrectamente. La cita correcta es Steward KD. Factors contributing to engagement during the initial stages of treatment
for psychosis. Qual Health Res 2012;23:336-47.