El Desvanecimiento de Las Esperanzas de Los Reyes Davídicos: Capítulo XIV
El Desvanecimiento de Las Esperanzas de Los Reyes Davídicos: Capítulo XIV
El Desvanecimiento de Las Esperanzas de Los Reyes Davídicos: Capítulo XIV
El desvanecimiento de
las esperanzas de los
Reyes davdicos
Durante un siglo Jud haba sobrevivido a la expansin premiada con el xito del
Imperio Asirio. Desde que Acaz haba perdido el derecho a la libertad de Jud por un
tratado llevado a cabo con Tiglat-pileser III, este pequeo reino soport crisis tras crisis
como vasallo de cinco gobernantes ms de Asira. Tratados, maniobras diplomticas,
resistencia, y la intervencin sobrenatural tuvieron una vital influencia en la continuacin
de la existencia de un gobierno semiautnomo cuando los reyes, tanto malvados, como
justos, ocuparon el trono davdico. Entonces, cuando Asira estaba aflojando su garra sobre
las esperanzas nacionalistas de Jud, dichas esperanzas surgieron una vez ms durante las
tres dcadas del reinado de Josas. La brusca terminacin de su liderazgo marc el
comienzo del fin para el Reino del Sur. Antes de que hubieran pasado 25 aos, estas
esperanzas empezaron a desvanecerse bajo el poder creciente del Imperio de Babilonia. En
586, a. C., las ruinas de Jerusaln fueron un recuerdo realista de la prediccin de Isaas de
que la dinasta davdica sucumbira ante Babilonia.
Supremaca de Babilonia
El pueblo de Jud entroniz a Joacaz en Jerusaln (II Crn. 36:1-4). Y el nuevo rey
tuvo que sufrir las consecuencias de la intervencin de Josas en los asuntos egipcios.
Gobern solo por tres meses, en el ao 609 a. C. (II Reyes 23:31-34).
Habiendo derrotado a Jud en Meguido, los egipcios marcharon hacia el norte hacia
Carquemis, deteniendo temporalmente el avance hacia el oeste de los babilonios. El faran
Necao estableci su cuartel general en Ribla (II Reyes 23:31-34). Joacaz fue depuesto como
rey de Jud y llevado prisionero a Egipto va Ribla. All, Joacaz, tambin conocido por
Salum, muri como haba predicho el profeta Jeremas (22:11-12).
Joacim 609-598 a. C.
Joacim, otro hijo de Josas, comenz su reinado por eleccin de Necao. No
solamente el faran egipcio cambi su nombre de Eliaquim a Joacim, sino que tambin
exigi un fuerte tributo de Jud (II Reyes 23:35), y por once aos continu siendo el rey de
Jud. Hasta que los babilonios desalojaron a los egipcios de Carquemis (605 a. C.), Joacim
permaneci sujeto a Necao.
Jeremas se enfrent con una severa oposicin mientras que rein Joacim.
Hallndose en el atrio del templo, Jeremas predijo el cautiverio de Babilonia para los
habitantes de Jerusaln. Cuando el pueblo oy que el templo iba a ser destruido 11, apel a
9
El ministerio de Jeremas durante el reinado de Josas no est registrado en Reyes ni en Crnicas. Sus
experiencias durante el reinado de Joacim sugiere que el despertamiento no fue genuino.
10
Ntese la traduccin de II Reyes 23-39, que a U luz de la arqueologa, preferiblemente debe decir: el rey
de Egipto fue hacia el rey de Asina Ver C J Gadd, The fall of Niniveth (Londres, 1923), p. 41. Tambin
Merril F. Unger, Archaeology and the Od Testament, p 282.
11
Esta pudo no ser la primera vez que Jeremas dej or tan ominoso mensaje (Jer. /-10) Mientras que vivi
los lderes polticos para matar a Jeremas (Jer. 26); no obstante, algunos de los ancianos
salieron en su defensa, citando la experiencia de Miqueas un siglo antes. Aquel profeta
tambin haba anunciado la destruccin de Jerusaln, pero Ezequas no le hizo ningn dao.
Aunque Uras, un profeta contemporneo, fue martirizado por Joacim por predicar el
mismo mensaje, la vida de Jeremas fue salvada. Ahicam, una figura poltica prominente,
apoy a Jeremas en aquella poca de peligro.
Durante el cuarto ao del reinado de Joacim, el rollo de Jeremas fue ledo ante el
rey. Mientras Joacim escuchaba el mensaje del juicio, rompi el rollo en pedazos y lo lanz
al fuego. En contraste con Josas -que se arrepinti y se volvi hacia Dios Joacim
ignor y desafi despectivamente las proftcas advertencias (Jer. 36:1-32).
Jeremas demostr de forma impresionante el portentoso mensaje ante el pueblo, y
anunci que estando bajo rdenes divinas, escondera su culto nuevo de lino en una
hendidura del ro Eufrates. Cuando qued podrido por la accin de las aguas y ya no serva
para nada, lo mostr al pueblo dicindole que de la misma forma Jehov aniquilara el
orgullo de Jud (Jer. 13:1-11).
En otra ocasin, Jeremas condujo a los sacerdotes y ancianos al valle del hijo de
Hinom, donde se ofrecan sacrificios humanos. Destrozando una vasija sacrificial ante la
multitud, Jeremas, valientemente, advirti que Jerusaln sera roto en fragmentos por el
propio Dios. Tan grande sera la destruccin que incluso aquel valle maldito sera utilizado
como lugar de enterramiento. No es de extraar que el sacerdote Pasur detuviese a Jeremas
y lo tuviese encerrado por una noche (Jer. 19:1-20:18). Aunque desalentado, Jeremas fue
advertido de la leccin aprendida en la alfarera, de que Dios tendra que exponer a Jud a
la cautividad con objeto de moldear la vasija deseada.
El cuarto ao de Joacim (605) fue un momento crucial para Jerusaln. En la
decisiva batalla de Carquemis, a principios del verano, los egipcios fueron dispersados por
los babilonios. Nabucodonosor haba avanzado lo bastante lejos dentro de la Palestina del
sur para reclamar tesoros y rehenes en Jerusaln, Daniel y sus amigos siendo los ms
notables entre los cautivos de Jud (Dan. 1:1). Aunque Joacim retuvo su trono, la vuelta de
los babilonios a Siria en el 604, y a Asqueln en el 603, y un choque con Necao en las
fronteras de Egipto, en el 601, frustraron cualquier intento de terminar con el vasallaje
babilnico. Ya que este encuentro egipcio no fue decisivo, con ambos ejrcitos en retirada
con fuertes prdidas, Joacim pudo haber tenido la oportunidad de retener el tributo. 12
Aunque Nabucodonosor no envi su ejrcito conquistador a Jerusaln durante varios aos,
incit ataques sobre Jud por bandas de pillaje de caldeos apoyados por los moabitas,
ammonitas y sirios. En el curso de este estado de guerra, el reinado de Joacim termin
bruscamente por la muerte, dejando una precaria poltica anti-babil-nica a su joven hijo
Joaqun.
La forma en que Joacim encontr la muerte, no est registrada ni en el Libro de los
Reyes ni en el de las Crnicas. El haber quemado los trozos del rollo de Jeremas precipit
el juicio divino contra Joacim, y su cuerpo qued expuesto al calor del sol durante el da y a
la escarcha durante la noche, indicando que no tendra un enterramiento real (Jer. 36:27-
32). En otra ocasin, Jeremas predijo que Joacim tendra el enterramiento de un asno y que
su cuerpo sera arrojado ms all de las puertas de Jerusaln (Jer. 22:18-19). Ya que no hay
relato histrico de las circunstancias de la muerte de Joacim, ni siquiera se menciona su
Josas el profeta no tuvo nada que temer.
12
D. J. Wisseman, Chronicles of Chaldean Kings (626-556 a. C.) in the British Museum pp.26-28
entierro, la conclusin es que este rey soberbio y desafiante de la ley de Dios, fue muerto en
la batalla. En tiempo de guerra, resultaba imposible el proporcionarle un enterramiento
honorable.
Joacim, tambin conocido por Conas o Jeconas, permaneci solo por es meses
como rey de Jerusaln. En el 597 los ejrcitos de Babilonia rodearon la ciudad. Dndose
cuenta de que sera intil toda resistencia, Joacim se rindi a Nabucodonosor. Esta vez, el
rey babilonio no se limit a tomar unos cuantos prisioneros y exigir una seguridad verbal
del tributo mediante la correspondiente alianza. Los babilonios despojaron el templo y los
tesoros reales. Joacim y la reina madre fueron tomados tambin como prisioneros.
Acompandoles a su cautiverio de Babilonia, se encontraban los oficiales de palacio, los
grandes cargos de la corte, artesanos y todos los lderes de la comunidad. Ni siquiera entre
aquellos miles, estaba Ezequiel. Matanas, cuyo nombre cambi Nabucodonosor por el de
Sedequas, qued a cargo del pueblo que permaneci en Jerusaln.
Sedequas 597-586 a. C.
Sedequas era el hijo ms joven de Josas. Puesto que Joacim fue considerado con el
heredero legtimo al trono de David, Sedequas fue considerado como un rey marioneta,
sujeto a la soberana babilnica. Tras una dcada de poltica dbil y vacilante, Sedequas
perdi el derecho al gobierno nacional de Jud. Jerusaln fue destruido en el 586.
Jeremas continu su fiel ministerio a travs de los angustiosos aos de aquel estado
de guerra, de hambre y de destruccin. Habiendo sido dejado con los estamentos ms bajos
del pueblo en Jerusaln, Jeremas tuvo un apropiado mensaje para su auditorio basado en
una visin de dos cestas de higos (Jer. 24). Los buenos higos representaban a los cautivos
que haban sido llevados al destierro. Los malos, que ni siquiera podan ser comidos, eran
las gentes que quedaron en Jerusaln. El cautiverio tambin les aguardaba a su debido
tiempo. Carecan del suficiente orgullo para haber escapado.
Jeremas escribi cartas a los exiliados de Babilonia, alentndoles a adaptarse a las
condiciones del exilio. No podan esperar el retorno a Jud en setenta aos (Jer. 25:11-12;
29:10).
Sedequas estuvo bajo la presin constantemente para unirse a los egipcios en una
rebelin contra Babilonia. Cuando Samtico II sucedi a Necao (594), Edom, Moab, Anin,
y Fenicia se unieron a Egipto en una coalicin anti-babilnica, creando una crisis en Jud.
Con un yugo de madera alrededor del cuello, Jeremas anunci dramticamente que
Nabucodonosor era el siervo de Dios a quien las naciones deberan someterse de buena
voluntad. Sedequas recibi la seguridad de que la sumisin al rey de Babilonia evitara la
destruccin de Jerusaln (Jer. 27)13.
La oposicin a Jeremas creca conforme los falsos profetas aconsejaban una
rebelin. Incluso confundan a los cautivos dicindoles que los tesoros del templo pronto
seran devueltos. Contrariamente al consejo de Jeremas, aseguraban a los exiliados la
pronta vuelta al hogar patrio. Un da, Hananas tom el yugo de Jeremas, lo rompi y
anunci pblicamente que de la misma forma el yugo de Babilonia sera roto dentro de
pasados dos aos. Asombrado, Jeremas continu su camino. Pronto volvi portador de un
mensaje de Dios, Mostr un nuevo yugo, pero de hierro, en vez de madera, anunciando que
las naciones caeran en las garras de Nabudoconosor donde no habra escape. Por lo que
13
Ntese que al leer Joacim en el versculo I, est considerado como un error de ti .inscripcin o del
escoba. Los versculos 3 y 12 confirman la lectura de Sedequas.
respecta a Hananas, Jeremas anunci que morira antes de que finalizase aquel ao, lo cual
se cumpli. El funeral de
Hananas fue la pblica confirmacin de que Jeremas era el verdadero mensajero
de Dios.
Aunque Sedequas sobrevivi a la primera crisis, ayud a los planes agresivos para
la rebelin en el 588, cuando el nuevo faran de Egipto organiz una expedicin hacia
Asia. Con Amn y Jud en rebelin, Nabucodonosor rpidamente se estableci en Ribla, en
Siria. Inmediatamente su ejrcito puso sitio a Jerusaln. Aunque Sedequas no quiso
rendirse, como Jeremas le haba aconsejado, intent hacer lo mejor en busca de una
solucin favorable. Anunci la libertad de los esclavos, que en tiempo del hambre, eran
ventajoso a sus dueos, al no tener que darle sus raciones. Cuando el asedio a Jerusaln fue
sbitamente levantado, al dirigirse las fuerzas de Babilonia hacia Egipto, los dueos de los
esclavos les reclamaron inmediatamente (Jer. 37). Jeremas entonces advirti que los
babilonios pronto reanudaran su asedio.
Un da, mientras se diriga a Anatot, Jeremas fue arrestado, apaleado y hecho
prisionero con los cargos de que era partidario de Babilonia. Sedequas mand llamarle y
en una entrevista secreta, Sedequas recibi una vez ms el aviso de que no oyese a
aquellos que favorecan la resistencia contra Babilonia, y a Nabucodonosor. Por su propia
peticin, Jeremas fue devuelto a la prisin, pero colocado en el cuerpo de guardia. Cuando
objetaron en contra los oficiales de palacio, Sedequas dio su consentimiento de que
matasen a Jeremas. Como resultado, los prncipes sumergieron al fiel profeta en una
cisterna, con la esperanza de que perecera en el fango. La promesa de Dios de liberar a
Jeremas fue cumplida cuando un eunuco etope le sac y volvi a llevarle al patio de
guardia. Pronto el ejrcito de Babilonia volvi a poner sitio a Jerusaln. Indudablemente
muchos de los ciudadanos aceptaron al hecho de que la capitulacin frente a
Nabucodonosor era inevitable. En ese momento, Jeremas recibi un nuevo mensaje. Dada
la opcin de comprar un campo de Anatot, Jeremas, incluso estando encarcelado, compr
inmediatamente la propiedad y tom especial cuidado en ejecutar la venta legalmente. Esto
representaba la devolucin de los exiliados a la tierra prometida (Jer. 32).
En una entrevista secreta final, Sedequas escuch una vez ms la voz suplicante de
Jeremas. La obediencia y la sumisin era preferible a cualquier otra cosa. La resistencia
solo traera el desastre. Temiendo a los lderes que estuviesen determinados a aguantar
hasta el amargo fin, Sedequas fall en dar su consentimiento.
En el verano del ao 586 los babilonios entraron en la ciudad de Jerusaln a travs de una
brecha abierta en sus murallas. Sedequas intent escapar pero fue capturado y llevado a
Ribla. Tras la ejecucin de sus hijos, Sedequas el ltimo rey de Jud, fue cegado y atado
con cadenas para llevarlo a Babilonia. El gran templo Salomnico, que haba sido el orgullo
y Ja gloria de Israel por casi cuatro siglos, fue reducido a cenizas y la ciudad de Jerusaln
qued hecha un montn de ruinas.
***