El Profetismo en Israel

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El profetismo en Israel

El Profetismo enIsrael Javier Baln, fsc Material de apoyo para lamateria de Literatura Proftica y Sapiencial
El Profetismo en IsraelQu es un profeta?El nombre proviene del hebreo: NABIM, quesignifica el que habla en lugar de.... Por lo tanto, los profetas
sonquienes hablan en lugar de Dios.
El Profetismo en IsraelQuin es unprofeta?Por lo general, setiene la idea que elprofeta es unadivino, un futurlogoo un visionario, sinembargo, el
profeta esms que eso, elProfeta es unapersona escogida yllamada por Dios demanera especial paraser enviado a unamisin concreta en sunombre.
Los profetas no son seres inanimados en las manos en Israel El Profetismode Dios, sino personas que inspiradas por elEspritu, que han madurado a
travs de unaexperiencia espiritual excepcional, as, sonllamados para hablar a su pueblo en nombre deDios. Por ello en su predicacin encontramos
lasriquezas y limitaciones de una pocadeterminada, de un medio y de una historiapersonal que hizo de cada uno de ellos, un ser biencaracterizado e
individualizado, un ser nicocomprometido.
El Profetismo en IsraelCul es la misin del Profeta? Principalmente es ser voz viva en medio del pueblo, para recordar las promesas entre Dios y su
pueblo, para enderezar y corregir. Por tanto, la misin del profeta tiene una doble finalidad: ANUNCIAR Y DENUNCIAR.
El Profetismo en IsraelLa justicia social Este anunciar y denunciar comparte tambin un carcter social porque se realiza en medio delpueblo y en su
favor o bien, podramos llamarlo tambincomo justicia social.
El Profetismo en IsraelAcciones del Profeta Es por ello que el Profeta, por medio de la palabra, critica y denuncia la manera desviada de vivir, pero
tambin invita a la conversin, anuncia la salvacin y llena de esperanza a la comunidad de los creyentes.
El Profetismo en Israel Mensaje de los profetas Esta influencia se hallara en un gran hombre que un da se De este pequeo grupo levantara en la
familia De no lograr lo Sin embargo, la nacin de elegidos, vendra de David. Los profetasSalvar a la nacin de su anterior, anunciar que no destruida
del todo; una influencia que se anunciaron que del idolatra y maldad. la nacin sera los elegidos se extendera por toda la trono de la familia destruida.
salvaran. tierra y traera a Dios a nacera un vstago, un todas la naciones. retoo tan grande que sera en sentido especial "el Renuevo".
El Profetismo en Israel Pre- exilio Tres etapas del profetismo en IsraelPost- Exilioexilio
El Profetismo en Israel Ams Jeremas Oseas Profetas de laHabacuc Miqueas etapa del pre-exilio Proto- Nahm Isaas Sofonas
El Profetismo en IsraelEscenario de los profetas del Pre-exilio Esta poca tiene el matiz de ser la poca del esplendor proftico, el cual coincide con los
momentos ms crticos de Israel: la cada de Samaria, ao 722 a.C. y de Jerusaln, ao 587 a.C.
El Profetismo en Israel Ezequiel Profetasde la etapa del exilio Deuteo- Isaas
El Profetismo en Israel Escenario de los profetas del Exilio Es el momento de las grandes visiones y de la preocupacin por los ltimos tiempo.Ezequiel
y Deutero-Isaas son sus figuras ms representativas.
El Profetismo en Israel
El Profetismo en Israel En el ao 539 a. C. el rey Escenario de los persa Ciro, conquista a Babilonia y permiti que profetas del Post-exilio los judos
regresaran nuevamente a Jerusaln a reedificar la ciudad.En esa liberacin, el pueblo de Israel sale en tres diferentes grupos. El primero sale del 536 a.
C., despus de 70 aos de cautividad liderados por Zorobabel. Este primer grupo reedifica el templo.Ageo, Zacaras y Malaquas fueron algunos de los
profetas de ese tiempo.
El Profetismo en Israel La relacin del ser humano con Dios Mensaje central de los profetas La condicinLa fidelidad pecadoraa la Alianza del ser
humano
El Profetismo en Israel Un primer mensaje de los profetas es la centralidad en Dios, a lo largo de la vida de los profetas vemos cmo se destaca la
defensa que ellosLa relacin del hacen del monotesmo, al ser humano insistir en que Dios no hay con Dios ms que uno, y ese Dios es Yahvh, por eso
los profetas atacan duramente a los falsos dioses, a los dolos, a la absolutizacin de cualquier cosa que no sea Dios
El Profetismo en Israel Durante el exilio, el pueblo llega a dudar del poder de Yahvh, este ataque proftico contra los falsos dioses se hace ms patente
(Jer 10,1-16). An con esa duda, este Dios nico es el absolutamenteLa relacin del Santo, que merece todo el ser humano respeto y veneracin (Is 6,1 y
ss. ) con Dios Sin embargo, al mismo tiempo, es un Dios lleno de ternura y amor incansable para con su pueblo, como el esposo que ama a la esposa sin
lmites y se entrega a ella con pasin de enamorado. (Os2).
El Profetismo en Israel Qu es lo que se opone a Dios? Se contrapone la impureza del hombre, porqueLa condicin el pecado aleja al hombre
depecadora del Dios. Es por ello que el pecadoser humano es un atentado contra el Dios de la justicia (Ams) contra el Dios del amor (Oseas), contra el
Dios de la santidad (Isaas) .
El Profetismo en Israel Por lo tanto, la persona debe "buscar a Dios", es decir, debe practicar la justicia, portarse honradamente con losLa condicin
dems, vivir en sencillez ypecadora del humildad (Mi 6,8). Dios lo queser humano quiere, ms que sacrificios es lo que brota del corazn del hombre.
La verdadera relacin con Dios exige y lleva consigo una relacin coherente con los dems (Is 10,1-4; Ez 9,8-10).
El Profetismo en Israel Los profetas contemplaban cada situacin y cada hecho a la luz de Dios, eso fue lo que les daba la libertad y la valenta que
demostraron anteLa fidelidad a la los reyes y grandes del mundo. Alianza Los profetas se interesaron por la vida poltica y social de Israel, porque en
ella estaban comprometidos la fidelidad a la Alianza y el bien del pueblo.
El Profetismo en Israel Los profetas estaban convencidos de que la seguridad de Israel dependa, no de los pactos internacionales con lasLa fidelidad a
la potencias extranjeras, sino de Alianza la fidelidad del pueblo y sus gobernantes a la Alianza. Vemos que por ello, los que hablaban con esta libertad
deban tener un mal destino: la crcel, la condena o la muerte.
El Profetismo en IsraelMensajes para nuestro tiempo
El ProfetismoEn Israel en nuestra sociedad, no faltan profetas que con su palabra y su vida anuncian, impulsados por el Espritu, la salvacin de Dios al
mundo.
Son hombres yen Israel que creen El Profetismo mujeres en el mundo nuevo instaurado por Jess y luchan por promoverlo oponindose a toda clase de
injusticias y sin dejarse vencer por el desaliento ni por elmiedo a los poderosos y sabios de este mundo.
El Profetismo en IsraelGastan sus vidas y sus fuerzas en ayudara todas las personas, especialmente las ms necesitadas.
El Profetismo en Israel Un ejemplo de ello son los Hermanos de las Escuelas Cristianas(Hermanos Lasallistas), que forman y educan a los nios y
jvenes desfavorecidos de la sociedad.
El Profetismo en Israel
El Profetismo en IsraelReferencias consultadas Caminos de vida. (s.f.). Caminos de vida. Recuperado el 11 de Marzo de 2011, de Encuentros de
reflexin y formacin Bblica: http://www.caminosdevida.com.ar/biblia/B11.pdf Fries, H. (1999). Conceptos fundamentales de Teologa. Madrid:
Ediciciones Cristiandad. Martnez Fernndez, L. (1998). Los caminos de la teologa. Historia del mtodo teolgico. Espaa: BAC. Martnez Paredes,
D. (1973). Hunab Ku, sntesis del pensamiento filosfico Maya. Mxico: Orin. Rodrguez, E. (2001). Diccionario Enciclopdico. Madrid: Galaxia.
Ruiz de la Pea, J. L. (1991). El don de Dios: antropologa teolgica especial. Cantabria: Sal Terrae. Sociedad Bblica Catlica Internacional. (s.f.).
Sobicain. Recuperado el 3 de Marzo de 2011, de La Biblia: http://www.sobicain.org/introducciones.asp Stadelmann, L. (1993). Cntico dos Cnticos.
So Paulo: Loyola. Stam, J. (s.f.). Reflexiones cristianas. Recuperado el 2 de Marzo de 2012, de Renuevo de plenitud:
http://www.renuevodeplenitud.com/la-biblia-y-la-sexualidad.html Straubinger, D. J. (2007). La Biblia comentada. La Plata: Universidad Catlica de
La Plata. Wilton, N. (1985). Diccionario Teolgico. Buenos Aires: Caribe. http://www.portalplanetasedna.com.ar/curiosidades_8.htm
http://www.mercaba.org/Catequetica/P/profetas.htm
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PROFETAS DEL EXILIO
por Comit de Pastoral Bblico el 31/08/2011 17:45, en sin tema

DEPORTACIN A BABILONIA.
El "Reino del Sur" que tena como capital a Jerusaln, existi unos cien aos ms que el "Reino del
Norte", alrededor de 150 aos. En el ao 606 a. C., Nabucodonor, rey de Babilonia, atac a Jerusaln
por primera vez y se llev prisionero a un grupo de Judos. Entre ellos se encontraba Daniel el Profeta y
un grupo de jvenes. En el ao 597 a. C., Nabucodonosor hizo un segunda excursin y se llev otro grupo
de prisioneros del reino del Sur, el reino de Jud. Dentro de esos prisioneros estaba Ezequiel el Profeta.
Nabucodonosor hizo una tercera invacin llevndose al rey judo Sedecas y matando a sus hijos.
Tambin destruy el templo de Salomn y le prendi fuego a la ciudad llevndose a los ciudadanos ms
prominentes y dejando slo a los ms pobres. En Babilonia los judos serviran 70 aos. En ese tiempo
Daniel llega a ocupar una posicin prominente en el reino Babilnico. Tambin en ese ao, 586 a. C.
termin el reino Davdico hasta el da de hoy, y di comienzo al "tiempo de los gentiles".
Se consideran profetas del Exilio a Jeremas, Ezequiel, Daniel y quiz Abadas.
La meta principal de los mensajes de este periodo fue ayudar a Jud a comprender el propsito que Dios
tena al permitir el cautiverio, inspirar esperanza en una restauracin y elevar los ojos de los judos a la
glorioso oportunidad que los esperaba al regresar de la cautividad si eran fieles a Dios.
Jeremas entreg sus mensajes a los habitantes de Jerusaln y Jud antes y durante el comienzo del
cautiverio y Ezequiel dirigi a los exiliados en Babilonia. Daniel por su parte, fue enviado a la corte de
Nabucodonosor para comunicar la voluntad de Dios al gran monarca y conseguir su cooperacin con el
plan divino para el pueblo de Dios.
LOS PROFETAS DEL POST EXILIO
por Comit de Pastoral Bblico el 31/08/2011 17:52, en sin tema


REGRESO DE LOS JUDOS DE BABILONIA
En el ao 539 a. C. el rey persa Ciro, conquista a Babilonia y permiti que los judos regresaran
nuevamente a Jerusaln a reedificar la ciudad. En esa liberacin, el pueblo de Israel sale en tres diferentes
grupos. El primero sale del 536 a. C., despus de 70 aos de cautividad. Recordemos que Daniel fue
llevado cautivo en el 606 a. C. Sin embargo, fueron slo 50.000 personas las que quisieron regresar con
Zorobabel, el lder del primer grupo. Este primer grupo reedifica el templo. Ageo, Zacaras y Malaquas
fueron algunos de los profetas de ese tiempo.
Ageo y Zacaras animaron al pueblo a levantarse y construir el templo; Zacaras recibi una serie de
visiones apocalticas que describan el glorioso futuro que aguardaba a Israel durante la era de la
restauracin si eran fieles a Dios (Za 6, 15). Como un siglo despus vino Malaquas y con l el fin del
canon proftico del A. T.
En el ao 516 a. C. se complet el templo de Zorobabel, el cual es el segundo templo. El primero fue
destruido por Nabucodonosor y el segundo fue reedificado por Zorobabel. En el 516 a. C. el templo fue
dedicado, setenta aos despus que el primero fuera destruido en el 586 a. C.

20. Profetas: los profetas del post-exilio

En el ltimo nmero estuvimos centrados en el tema del segundo Isaas; es decir, en los captulos 40 al 55 donde
se nos mostraba todo el ambiente que se respiraba ya al final del destierro de Babilonia y todos los proyectos y
ansias de regresar a tierra israelita. Vamos a ocuparnos ahora del ambiente proftico que se vive ya en el regreso
en Jerusaln y, en general, en todo el pas. Nos vamos a ocupar de varios profetas, estos son: AGEO, ZACARIAS
I, ISAIAS III, MALAQUIAS, ABDIAS, JOEL Y ZACARIAS II.

Tengamos siempre presente una cosa muy importante: los profetas de Israel y el profetismo como tal, se
enmarcan en un contexto muy especial y muy definido: la monarqua. Quizs si no hubiera existido la monarqua
en Israel, el profetismo hubiera tenido otras caractersticas muy diferentes. No olvidemos esto para que podamos
entender ahora las lneas centrales de este comentario.

Ubicacin de la temtica proftica en el post-exilio: Una vez que regresan los israelitas del destierro babilnico
cabra preguntarnos para qu profetas si ahora no hay monarqua? Es apenas obvio que quienes regresaron del
destierro, de algn modo haban participado directa o indirectamente en la vida monrquica de Israel.
Recordemos que los desterrados no fueron propiamente los campesinos y desclasados del pueblo, sino los
miembros de la corte, los ms grandes de la clase sacerdotal y los ms ricos del reino. Muy probablemente los de
ms edad en el momento de la partida debieron morir en el cautiverio, ahora quienes regresan sern en su
mayora los que partieron siendo muy jovencitos, tal vez nios y por su puesto los nacidos en tierra babilnica.
Pues bien, entre muchos de ellos subsiste an el sueo de reconstruir Israel an en su estructura u organizacin
monrquica; es decir, la reconstruccin no se piensa slo en trminos de murallas y templo, sino de estructura
social y poltica.

En el ambiente que de describir, se mezcla tambin el sueo de los profetas: reconstruir un pueblo lo ms cercano
posible al corazn de Dios. Recordemos que en tiempos de la monarqua, antes de la destruccin, los profetas
fueron siempre la conciencia crtica de los monarcas y dirigentes religiosos de Israel. Ahora, cuando la
reconstruccin comienza a caminar, ellos mantendrn esa misma lnea y estarn ah dispuestos a reivindicar los
derechos del pueblo ante un sistema que apunta a retomar su antigua estructura.

Originalidad de este tiempo y de sus profetas. Ordinariamente les prestamos muy poca atencin a los ltimos
profetas del AT. En primer lugar, los grandes profetas copan toda nuestra atencin litrgica, y nuestra formacin
bblica. Adems, los ltimos profetas pertenecen a un perodo de historia muy poco conocido, oscuro, muy poco
estudiado y superficialmente tratado. Sin embargo, es interesante y apasionante ver cmo estos pequeos profetas
mantienen en el pueblo la esperanza, cmo se sirven de una historia dolorosa y del callejn sin salida en que sta
los coloc, para darle respuestas sabias al pueblo.

Sin embargo, con estos pequeos profetas avanz la teologa del AT. Se recuper la humildad histrica, se
relativizaron las instituciones tradicionales en las que se haba puesto tanta confianza, se aviv la necesidad de un
mesas que dijera la verdad definitiva, no tanto sobre principios teolgicos, como sobre la praxis ms cercana al
corazn de Dios y al remedio de las necesidades del prjimo. En este tiempo, como cosa original, no slo se
denunci el pecado contra el empobrecido, sino que se le lleg a dar al mismo un protagonismo definitivo para la
historia futura. Nos parece poco?

Veamos dnde est el valor de darle protagonismo al empobrecido. Muchas veces hemos credo que la gran
revelacin queda cumplida en los grandes profetas. En estas grandes figuras queda clara una cosa que nunca
cesaremos de agradecer: su valenta para denunciar los pecados de los grandes y los atropellos contra los
pequeos. Pero a sus pginas les falt ms claridad en explicitar el valor de lo pequeo en el plan de Dios.
Tenemos que entender que cada poca tiene reservada su propia intuicin. Esto lo decimos para no desvalorizar a
nada ni a nadie, ya que cada cosa cumple su misin y hace su propio papel. Esta es la verdadera historia. Por eso,
lo que quisiramos reivindicar, como lo ms importante de este perodo, no son sus grandes denuncias frente a la
injusticia (como en tiempos de antes del exilio), sino el papel y la importancia que le dan al empobrecido,
superior a la que le dieron al rey, al templo, a la ley, en orden a la futura restauracin del Israel hundido.

De acuerdo con esto, veamos cmo este grupito de profetas ubica al empobrecido en el centro mismo de su
ministerio con la clara conciencia de estar en lnea con lo que hemos llamado "el corazn de Dios".

La centralidad del pobre en los planes de Dios (Isaas III). Si leemos atentamente el pasaje de Is 61, 1-3a
podremos descubrir que este texto gira efectivamente en torno al empobrecido, pues dicho texto est dentro de un
captulo que es el ncleo central literario-teolgico de todo Isaas III. Todo el libro gira en torno al mensaje de los
captulos 60-62 que constituyen una especie de proclamacin de lo que es un pueblo plenamente redimido.

En el pasaje que nos ocupa (61,1-3a) hay varios tipos de personas que pertenecen a la misma constelacin social:
pobres... corazones desgarrados... cautivos... prisioneros... los que lloran... los que se echan ceniza... los de
vestido de luto... los de espritu abatido... Si recordamos el panorama socio-poltico que dejaron los babilnicos y
el que comenzaron a implantar los persas, vemos que hay coincidencia. Toda esta clase de gente son
empobrecidos, es decir, el residuo social que deja la opresin de ese tiempo y el que generan los imperios
poderosos. Todos ellos son el resultado de la destruccin de Jerusaln con sus prisioneros, del destierro con sus
cautivos, de los arruinados, desesperados, fracasados, desilusionados que quedaron de la catstrofe del 586 a.C.,
cuyos efectos siguen comprometiendo la libertad y an la misma existencia de Israel.

Is 61,2 propone, como remedio inmediato que habra que aplicar, la institucin de la que, de alguna manera, ellos
guardan memoria: el Ao Jubilar (Dt 15,1ss; Lv 25,1ss). Nehemas nos recuerda el sistema de empobrecimiento y
de esclavitud por endeudamiento que se estaba viviendo entonces. Y nos indica cmo el nico remedio de este
mal es el perdn total de las deudas (Neh 5,1-19).

Por todo lo anterior, vemos que el pobre del tiempo de Isaas III se encuentra en un verdadero crculo de muerte.
Esta situacin exiga un remedio radical. No haba otro remedio para tanta pobreza que declarar un Ao Jubilar
de perdn de deudas y de devolucin al pobre de los bienes que haba tenido que vender. La mejor noticia, la
"Buena Noticia" que se le poda dar al que todo lo haba perdido, era que l y su sociedad deban entrar en el
tiempo de un nuevo corazn -en el tiempo de la conversin- ya que todos podan recuperar los bienes necesarios
perdidos, porque todos deban devolverle a su hermano lo que, por cualquier motivo, le haban quitado. Y esta es
la misin que el profeta trae: decirle a su sociedad que lleg el ao del perdn, el ao en que se le hace gracia al
desvalido, el ao agradable a Yahveh, el tiempo de la nivelacin social y del respiro, el tiempo de la verdadera
solidaridad y fraternidad con el que, a pesar de una condicin social inferior, es mi hermano. Este anuncio es lo
que el profeta juzga como lo ms cercano al corazn de Dios. Y es precisamente para esta misin que l se siente
escogido y ungido por el Espritu de Dios.

La reconstruccin, a la hora de la verdad, la harn los empobrecidos (Ageo). Ageo habla del templo. No
importa. El templo en ese momento era el smbolo de la resistencia y de la esperanza. Por eso haba que colaborar
en su reconstruccin. Como es natural, los ricos e instalados de Jerusaln no acuden. Ageo les recrimina: "Es
tiempo acaso de que ustedes vivan en casas artesonadas, mientras el templo est en ruinas?" (1,4). La invitacin a
participar pasa a los pobres, con los que habr que hacer la reconstruccin, pese a su fracaso: "Ustedes han
sembrado mucho, pero cosechan poco; han comido, pero sin quitar el hambre; han bebido, pero sin quitar la sed;
se han vestido, mas sin calentarse y el jornalero ha metido su jornal en bolsa rota... Fjense en su situacin. Suban
a la montaa, traigan madera, reedifiquen el templo"... (1,6-8). Frente a la reconstruccin, el pobre es quien sabe
dar la cara.

La mujer, sujeto de derechos por ser hija del mismo Padre (Malaquas). El profeta Malaquas tambin aporta
lo propio en relacin al modo como el profetismo de los ltimos siglos ve a los pobres. El mayor argumento que
en favor de la liberacin de la mujer se puede invocar, en todos los tiempos, es ste de Malaquas: "No tenemos
todos nosotros un mismo padre? No un solo Dios que nos ha creado? Por qu nos traicionamos los unos a los
otros, profanando la alianza de nuestros padres?" (2,10). El tema que Malaquas aborda es el de los divorcios que
estn cometiendo los israelitas pudientes. Puesto que tener dos mujeres les resulta oneroso o conflictivo,
resuelven despachar la mujer israelita, para quedarse con la extranjera que les puede proporcionar ventajas
econmicas y de poder. Malaquas le recuerda a cada uno: "YHWH es testigo entre ti y la esposa de tu juventud,
a la que t traicionaste, siendo as que ella era tu compaera y la mujer de tu alianza" (2,14). Hombre y mujer
conforman un nico ser vital, lanzado hacia la bsqueda de la vida. No es que uno de los dos sea carne (lo
femenino: lo atractivo, lo peligroso, lo inferior, lo desechable) y el otro sea espritu (lo masculino: lo bueno, lo
superior, lo que decide), no. Los dos a la vez -hombre y mujer en unidad matrimonial- constituyen la unidad:
"No ha hecho l un solo ser, que tiene carne y aliento de vida? Y este uno, qu busca? Una posteridad dada por
Dios" (2,15). Para quien crea en el Dios de los oprimidos -el mismo en quien Jess de Nazaret pone su fe- no
habr mejor argumento, para el trato legtimo a la mujer, que pensarla siempre como hija del mismo Padre Dios,
con plenos derechos. Lo dems ser prolongar la opresin femenina, hacer que ella "siga cubriendo de lgrimas,
de llantos y de suspiros el altar de YHWH" (2,13).

Los pobres se aduearn del Espritu (Joel). Para estos profetas tardos, la historia del A.T. no dejaba de
presentarse como una historia llena de discriminacin. Con el deseo de proteger a Dios del pecado del hombre (en
lo cual se exalta la justicia de aquellos que, estando cerca Dios, no lo manchan con pecado), o con la buena
intencin de preservar de castigo a los impuros que se acerquen a Dios (en lo cual se exalta la pureza de los que,
estando cerca de lo sagrado, no son castigados), Israel sembr su historia de discriminaciones. Todo ser
considerado impuro no era apto para acercarse a Dios. Aqu caan pecadores de diversa ndole, pobres de muchas
clases, extranjeros de cualquier parte y, por supuesto, la mujer. En el sueo de la sociedad futura todas estas
discriminaciones desaparecen. No habr ninguna clase privilegiada, ni santa por oficio o por definicin humana,
sino que todos los seres humanos, sin discriminacin alguna, sern sujetos aptos para recibir el espritu: "Yo
derramar mi Espritu en toda carne. Sus hijos y sus hijas profetizarn, sus ancianos soarn sueos y sus jvenes
vern visiones. Tambin sobre los siervos y las siervas derramar mi Espritu" (3,1-2). Es decir, en el panorama
proftico de este tiempo est el quitar de la historia las barreras que marginan a los pobres: decirle no a la
discriminacin generacional, no a la discriminacin sexual, no a la discriminacin social.

El futuro Mesas vendr en forma humilde y pacfica, y no como monarca poderoso (Zacaras 9). En todo el
captulo 9 de Zacaras, es el mismo Dios quien habla y acta. Por boca de Dios promete el profeta que el Mesas
que vendr no tendr la arrogancia que han tenido hasta entonces los hijos de David. Esto rompe, casi
inexplicablemente las expectativas tradicionales. Por eso esta extraa profeca queda ah, como sueo utpico del
inconsciente colectivo, tan cansado de esperar lo imposible: que la monarqua llegue a ser efectiva defensora del
pueblo y que en realidad lo llegue a ser con la humildad del pobre y con la decisin de acabar con la violencia. El
da en que esto suceda, habr motivo para enloquecer de alegra: "Exulta sin mesura, hija de Sin, lanza gritos de
gozo, hija de Jerusaln! He aqu que viene a ti tu rey: justo l y victorioso, humilde y montado en un asno, en un
pollino, cra de asna... Ser suprimido el arco de combate y l proclamar la paz de las naciones" (Za 9,9-10). En
realidad, tiene que ser el mismo Dios quien haga este milagro. Pensar que lo puede hacer un monarca de la tierra
es pedirle que reniegue de la monarqua.

El futuro Mesas salvar al pueblo con su sufrimiento (Za 11-13). La imagen que nos presenta Zacaras II del
Mesas futuro, es maravillosa, desusada, sorpresiva, fuera del esquema tradicional. Desde el dolor inmenso que el
fracaso le ha dejado al pueblo, Zacaras II intuye al Mesas: es pastor fracasado (11,4-17), cuyo trabajo es pagado
con el salario mnimo: "Ellos pesaron mi jornal: 30 siclos de plata. Pero YHWH me dijo: chalo al tesoro del
Templo, esa lindeza de precio en que has sido valorado por ellos!" (11,12-13). Ese ser el precio de la venta de
Jess: Mt 27,3-10). El Mesas ser tambin como un pastor herido: "Herir al pastor y se dispersarn las ovejas, y
tornar mi mano contra los pequeos" (Za 13,7; cfr. Mt 26,31). Y ser tambin como un inocente "traspasado",
vctima de la locura del pueblo: "Mirarn a aquel a quien traspasaron, harn duelo por l como por un hijo nico
y lo llorarn como se llora a un primognito" (Za 12,10; cf. Jn 19,37). No estamos ya muy cerca de Jess de
Nazaret crucificado y traspasado? Qu se hizo el Rey glorioso, Hijo de David?

Un tiempo que pide hombres libres, sin deudas que los esclavicen (Nehemas). Nehemas era un personaje del
destierro, copero del rey, partidario de los persas y privilegiado de la corona. No era un profeta. Pero, en contacto
con sus hermanos oprimidos, vio su opresin, la denunci y honradamente quiso remediarla (Neh 5,1-19). Lo que
queremos contar de l es el acto proftico de un hombre honrado, as otras actitudes suyas sean discutibles.

Se trata de una comunidad juda que experimenta el hambre, que sufre la opresin de parte de sus mismos
hermanos, que cada vez van endeudando ms y ms al pueblo, hasta ahogarlo. Primero se endeudan por
conseguir el alimento: empean sus campos y vias (medios primarios de produccin) y sus casas (medios
secundarios). En segundo lugar, tienen que endeudarse para poder pagar el tributo imperial. Y para poder
satisfacer a estas dos clases de deudas, no hay ms remedio que entregar a los hijos e hijas como esclavos. Y para
colmo, estos jvenes deben trabajar como esclavos en los propios campos. Estos han sido empeados y no hay
forma humana de rescatarlos. Se siente el dolor del pueblo: "Siendo as que tenemos la misma carne que nuestros
hermanos y que nuestros hijos son como sus hijos, sin embargo tenemos que entregar como esclavos a nuestros
hijos y a nuestras hijas. Hay incluso entre nuestras hijas quienes son deshonradas!" (5,5).

Lo nico claro que tiene Nehemas es que esa cadena de la deuda eterna hay que romperla por alguna parte. Se
indigna, convoca y reprende a los notables y consejeros, congrega a una asamblea general, renuncia l el primero
a cobrar las deudas que le deben (5,6-10) y les solicita a los dems que hagan lo mismo: "Restityanles
inmediatamente sus campos, sus vias, sus olivares y sus casas, y perdnenles la deuda del dinero, del trigo, del
vino y del aceite que les han prestado" (5,11). Esta es la verdadera esperanza del pueblo que se enfrenta a un
futuro nuevo: que todo comience realmente de nuevo para todos, que el oprimido comience a respirar en la
igualdad de derechos y que la novedad del futuro no lo sea slo para unos cuantos -para los mismos de siempre-
sino que el empobrecido tenga esa otra oportunidad -quizs su ltima oportunidad antes de morir- de poder
comenzar de nuevo, en igualdad de circunstancias... Aunque haya sido un hecho aislado, no es este acto la mejor
entrada del pobre en un futuro digno? Jess de Nazaret, pocos siglos ms tarde, soar en lo mismo (Lc 4,19).

Hay, como podemos ver, muchos temas de reflexin y confrontacin a propsito de los profetas de este perodo
post-exlico. Ojal sepamos aprovechar estas lneas para analizar nuestra realidad y ver cmo podemos adecuarla
cada vez mejor al plan amoroso de Dios.

Como es nuestra costumbre, comparto el enlace donde podrn obtener los comentarios a cada percopa de los
libros mencionados aqu:

http://www.4shared.com/office/S6V-7_ZM/Profetas_postexlicos-comentari.html

(La fuente base para estos comentarios ha sido: Misioneros claretianos, Proyecto Palabra-Misin. Prefectura General de apostolado,
Roma, 1996).

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