Resumen "Todo Tiene Un Precio"
Resumen "Todo Tiene Un Precio"
Resumen "Todo Tiene Un Precio"
A lo largo de mi vida he escuchado ms de una vez a que existen ciertas cosas que
mueven el mudo, por ejemplo, he escuchado que lo hace el poder y el dinero, tambin
he escuchado que la tica, la esttica y la lgica, mi propuesta personal es que es el
dinero, el amor y el poder (el sexo por supuesto, est presente en los tres).
Sin embargo, este libro reduce todo a una cosa que mueve al mudo: Los precios. Se
afirma que todas las elecciones que hacemos vienen determinadas por los precios de las
opciones que se nos presentan en comparacin con sus beneficios.
Estas balanzas entre el costo y beneficio pueden ser claras, como al momento de hacer
cuentas por un cartn de cervezas, pero esos son los casos sencillos. Los complicados
empiezan en saber qu decisiones aparentemente emocionales como podra ser a dnde
ir o qu chica escoger, tienen un acto en el que se calcula un costo relativo.
Si bien las personas normales y corrientes con las que convivimos constantemente no
tienen que tomar estas decisiones conscientemente con precios reales, las personas que
dirigen grandes instituciones mundiales, como el pedazo de basura que Lawrence
Summers, en ese entonces presidente del banco mundial, , quien afirm en algn
momento que los pases ricos exportaran su basura a los pases pobres, ya que afirmaba
que si las personas de la basura moran o se enfermaban, las prdidas seran menores.
Considerando la capacidad que tienen los precios para determinar las elecciones de la
gente, resulta bastante sorprendente que los gobiernos no los utilicen ms a menudo
para guiar el comportamiento de los gobernados.
Un ejemplo claro que pone el libro en este caso es el de las campaas de salud pblica
en la que a travs de los precios se busca hacer que las personas dejen el tabaco, las
drogas o el alcohol, este control de las drogas, refleja el fracaso de las polticas para
impedir la entrada de drogas ilegales en el mercado estadounidense.
Pero tambin sugiere una posible solucin un precio lo bastante algo para que los jvenes
las dejen. En contraste con una guerra contra las drogas fallida, legalizar, regular y aplicar
impuestos a las drogas sera el mtodo ms efectivo para reducir el abuso.
Los precios explican muchas de las dinmicas distintas a lo largo de la historia humana.
Muchos de los avances en tecnologa del transporte que redujeron el costo de las
distancias permitieron la primera gran oleada de globalizacin econmica en el siglo XIXI.
La obesidad pandmica tena que ocurrir de una manera inevitable, pues los cuerpos
concebidos para sobrevivir en un entorno de escasa comida, y que se atiborraban
siempre que tenan oportunidad, se encontraban ahora inundados de caloras baratos
abundantes que les haba trado la tecnologa moderna.
Una de las mejores formas de comprender el poder de los precios consiste en visitar los
lugares donde a estos no se les permite ejercer su funcin, como es en el ejemplo que
plantea al libro, al viajar en Cuba, donde una persona que era inteligente le cobr diez
dlares por pasearlo por la ciudad en su coche todo el da.
Como ocurre con todo lo que explota, hay que manejar los precios con cuidado, ya que
manejarlos con torpeza puede acarrear consecuencias no deseadas. No todas las
estrategias enfocadas en los precios pueden responder como debera en un sistema
dinmico cultural.
Comprar bienes y servicios constituye una gran parte de la vida moderna. El mercado es
ese lugar donde los precios adquieren su definicin ms directa, determinada por una
transaccin voluntaria entre un comprador y un vendedor que esperan beneficiarse del
intercambio. Sin embargo, a pesar de la naturaleza rutinaria de la transaccin mercantil
normal, las interacciones de los consumidores con los precios son bastante complejas.
La gente que dirige la economa suelen suponer que la gente sabe lo que hace cuando
abre la cartera, que es capaz de calcular el beneficio que obtendr de cualquier cosa que
compre y evaluar si merece el dinero que se paga.
Este es uno de los principios fundamentales sobre los que se ha constituido la economa
clsica en los ltimos doscientos cincuenta aos, y a menudo resulta cierto y ha
proporcionado conclusiones profundas y de gran alcance sobre el comportamiento
humano, pero como axioma de la economa puede resultar muy mentirosa, como
cualquier comportamiento que quiera retomar premisas de la teora de la eleccin
racional.
En este sentido vale la pena repasar el origen de la teora de juegos como una
metodologa de la Teora de la Eleccin Racional y cmo se ha llegado a modelos
matemticos tan complejos como la Teora de Juegos.
La Teora de la Eleccin Racional es una teora normativa que indica a las personas cmo
elegir y actuar para conseguir sus metas y deseos de la mejor manera posible; se parte
de la hiptesis en que se puede explicar cmo actan las personas suponiendo que
cumplen con las reglas de la teora normativa. El enfoque de la Teora de la Eleccin
Racional debe ser visto ante todo como una til caja de herramientas que pretende
enriquecer el caudal metodolgico de la Ciencia Poltico.
Descartes dio cuenta que en el ser humano tiene una razn y la emocin que se pelan
por el control de las acciones del ser humano; Descartes es de los primeros en reconocer
que la razn es un instrumento de control de la conducta humana que se contrapone a
las pasiones.
Por su parte David Hume, dice que la razn no debe restringir a las pasiones, sino que
debe ayudarlas a que se realicen de la mejor forma; adems le otorga a la razn el papel
del mtodo para llegar a la verdad, a partir de la experiencia emprica. Hume piensa que
es un error el hablar de la lucha entre la pasin y la razn, y sobre todo pensar que la
razn es lo que hace hombres virtuosos.
Podemos afirmar que los dos filsofos coinciden en que la razn es el elemento principal
de la accin, es un mtodo de deduccin y clculo que la provoca o modifica, la diferencia
es que para Ren Descartes la razn es lo propio de la conciencia metafsica en s misma,
la causa primera, capaz de elegir entre bien y mal, o conveniente y contraproducente,
mientras que para Hume la razn no es parte o propiedad del espritu; la causa primera
son las pasiones y la razn es slo el medio para dirigirlas a su fin.
Con estas bases Adam Smith tiene una base de una teora en la cual los individuos obran
en su beneficio, pero a veces lo harn en beneficio de los dems, de forma altruista para
satisfacer su propio egosmo, ya que segn Adam Smith, el objeto de los individuos es
entonces perseguir sus propios intereses y el de la sociedad vendr por su propia inercia.
A partir de este momento la racionalidad ser una caracterstica propia de los individuos
que buscan maximizar su utilidad y habiendo pasado de la filosofa a la teora econmica,
Smith hereda la premisa de que los agentes racionales son egostas y buscar satisfacer
sus propios intereses.
Anthony Downs hace dos grandes aportaciones a las teoras de la eleccin racional, ya
que deja claro que se pueden prever las acciones que tomar un agente econmico si se
conocen sus objetivos y que plantea el concepto de racionalidad, como el proceso a
travs del cual se elige la mejor opcin para lograrlo.
Adems plantea que un hombre racional no se refiere a aquel cuyos procesos mentales
constan en una serie de proposiciones lgicas, al que carece de prejuicios o no se guan
por las pasiones, sino al que encuentra, despus de realizar un anlisis minucioso, la
opcin que le represente el camino ms sencillo y el mayor beneficio para lograr sus
objetivos.
No hay que confundir esto con el mero individualismo que caracteriza a los integrantes
de una sociedad, sino como un mtodo de anlisis que se realiza a travs de la
observacin de los componentes mnimos del hecho social; es as que sale una mxima:
La accin colectiva est compuesta de acciones individuales y desde ah debe
explicarse
La explicacin intencional pretende dar a los componentes del hecho social un social
protagnico en la accin colectiva, intentando explicar el fenmeno precisamente en las
intenciones que los individuos tienen de participar en el hecho social.
Por otro lado el individualismo metodolgico se refiere al mtodo por el cual la teora de
la eleccin racional intenta dar una explicacin a los fenmenos sociales, sosteniendo
que su estructura y sus cambios son explicables por sus componentes individuales. Al
asumir que los componentes del hecho social suman en igualdad de circunstancias en
una misma accin, basta dar una explicacin de esa accin, en el nivel fundamental del
hecho social.
La Teora de la Eleccin Racional centra su objeto de estudio en la racionalidad que tiene
una accin para lograr un objetivo sin importar si el agente lo logra o no; a partir de esta
lgica se establece un esquema procedimental para llegar a la accin siendo los
elementos que los componen, es decir, los deseos, la informacin, las creencias y la
accin, con los que se genera un interaccin del objeto de estudio de la Teora de la
Eleccin Racional.
Los deseos o preferencias carecen de una valoracin racional dentro de la TER, pueden
ser racionales o irracionales, puede existir un evento conocido que los produjo o no, el
hecho es que estn ah, y a partir de este punto inicia el proceso para tomar una decisin
racional. Para aplicar la teora se necesita saber qu se quiere lograr.
Las creencias incluyen las oportunidades que el agente cree disponibles, ya que se basan
en la informacin de la que dispone el agente. La idea de la informacin deber basarse
en una investigacin. Una vez que se forman las creencias, el agente evala cada una
de las opciones que cree disponibles y estrictamente llevar a la accin la opcin que
cree constituye el mejor medio de satisfacer sus deseos, considerando que le representa
un ahorro en los costos y la mayor gratificacin en los resultados.
A veces ni siquiera saben por qu desean ese objeto. Impulsados por un nmero
indeterminado de predilecciones que no identifican, son presa fcil de los dispositivos de
manipulacin desplegados por aquellos que quieren venderles algo.
Es en este espacio en el que se puede hacer vlida la teora de los insights que manejan
los publicistas. Se reconoce la importancia de tener un Insight del pblico objetivo, que
es un pensamiento que implica el descubrimiento de una nueva organizacin perceptiva
con respecto a un problema reflejando una nueva comprensin del mismo
Los precios nos ayudan a comprender esas lagunas cognitivas. Proporcionan una hoja
de ruta de las peculiaridades psicolgicas de la gente, de sus miedos, de sus inhibiciones
inconscientes. Los precios son capaces de decirnos cmo es realmente la gente.
Esto el autor lo comprueba con ejercicio sencillo de anlisis, en el que se aborda el tema
de las striptease. La lujuria es una explicacin razonable de la popularidad de este
servicio, lo ms prximo al sexo de paga que uno puede conseguir legalmente fuera de
las vegas.
Sin embargo, al parecer hay gradaciones ocultas que modulan nuestra disposicin a
pagar. En un sendero en el mbito de los tabla dance se descubri que las bailarinas de
estriptis que no toman la pldora anticonceptiva, ganaban mucho ms dinero en la fase
frtil de su ciclo menstrual.
Las teiboleras no pueden cobrar por el servicio de manera explcita, porque eso es ilegal,
por lo que tienen que vivir con base de propinas, impuestas generalmente por los
padrotes. Es probable que las bailarinas emanen un olor ms excitante cuando estn en
el momento culminante de la fertilidad. A lo mejor mueven las caderas con ms
entusiasmo o dicen cosas ms sociales.
El hecho es que las bailarinas que no toman la pldora ganan en unos promedio 354
dlares por noche, cuando estn en su momento de mxima fertilidad, a comparacin de
unos 90 dlares ms en los das anteriores a su periodo. Las bailarinas que toman la
pldora ganan menos dinero que las que no la toman, pero sus ganancias son mucho
menos sensibles al ciclo menstrual.
El valor ha cautivado a los pensadores al menos desde la antigua Grecias, pero entonces
el concepto era muy distinto al que tiene en la economa contempornea. Durante cientos
de aos el anlisis del valor comenzaba como una indagacin moral.
Aristteles estaba seguro de que las cosas tenan un precio justo y natural: valor
inherente que exista antes de llevar a cabo cualquier transaccin, y la justicia era el
terreno de dios. Esta es la justificacin que ha llevado a muchos epistemlogos a ubicar
a la economa en el terreno de la axiologa.
Pero el valor de un producto no es algo que viva en su interior. Es una cantidad subjetiva
determinada por el vendedor y la compra. El valor relativo de las cosas intercambiadas
es su precio relativo. Darse cuenta de ellos ha situado a los precios en su lugar. Legtimo
como indicadores de las preferencias humanas y guas de la humanidad.
Esta es parte de la esencia que Adam Smith plasma en La Riqueza de las Naciones,
en donde predicaba que la organizacin de la actividad debera ser confiada a las fuerzas
de oferta y demanda, correspondiendo al Estado funciones limitadas.
Adems Adam Smith propuso que el presupuesto del Estado fuera slo para el
mantenimiento de los servicios pblicos indispensables mientras los fisicratas defendan
la eliminacin total de los controles que haban proporcionado a la creciente intervencin
de la monarqua francesa en las actividades econmicas.
La institucin bsica del liberalismo fue la propiedad privada de los medios de produccin.
Los no forzados por Estado seran guiados por sus propios intereses. La competencia
que entre ellos se estableciera obrara en el sentido de evitar que las pretensiones
empresariales no atendieran a los intereses de la colectividad. El bienestar colectivo se
obtendra por la capacidad empresarial de los medios de produccin y no mediante la
intervencin estatal en el medio econmico
Guiados por el inters propio, los consumidores tambin tendran libertad de maximizar
su satisfaccin de consumo en funcin de sus rendimientos y la competencia sera la
contrapartida entre los intereses conflictivos de los productores y consumidores.
Sobre estas dos instituciones, que presuponen todava la no intervencin del Estado en
la economa, funcionaran libremente los flujos de produccin y de renta. La colectividad
dispondra de amplia libertad de accin para la negociacin y las tasas de remuneracin
de esos recursos seran fijadas por el mercantilismo libre de oferta y demanda.
De igual manera, el libre juego de las fuerzas del mercado determinara los precios sobre
los bienes y bienes y servicios, donde el inters propio de los consumidores, que siempre
desean maximizar su satisfaccin en funcin de sus niveles de rendimiento, debera
chocar con el inters de las unidades de produccin que objetan la maximizacin de sus
niveles de rentabilidad.
Es as que dos personas estarn dispuestas a intercambiar una cosa por otra siempre y
cuando el beneficio que perciban de poseer una unidad ms de lo que tienen sea al
mismo al valor igual de lo que cada uno intercambia. Esta ganancia, a su vez, queda
determinada por las cualidades que el comprador atribuye a sus productos.
Mientras que los productores pueden aumentar los precios si la demanda de sus bienes
crece ms deprisa que la oferta, la demanda disminuir si los precios aumentan. Pero
adems, los consumidores tambin pueden disear estrategias para que sus
necesidades y sus carencias se adecuen perfectamente a sus presupuestos.
Se puede llegar a pensar que si compramos algo a un precio determinado, para nosotros
debe valer al menos eso. El precio de mercado de cualquier cosa es la mejor
aproximacin que tiene el mundo del valor real de cualquier cosa para la sociedad.
Sin embargo, los gobiernos no pueden evitar poner precio a las vidas de sus ciudadanos
cuando asignan recursos entre prioridades enfrentadas. El simple hecho de asignar
presupuesto al departamento de bomberos otorga un valor implcito a la vida.
Cada vez que se aprueba una ley sobre el control de calidad o seguridad en el lugar de
trabajo el gobierno nos manda un mensaje en el sentido de que las vidas salvadas de
una lesin o la muerte mediante las nuevas regulaciones valen los costos impuestos en
productores, consumidores y contribuyentes.
Comparar los costos con los beneficios es indispensable en un mundo donde hay que
asignar fondos limitados a prioridades que compiten una con otra. Por otro lado,
inevitablemente pone en entredicho las creencias de la gente de lo que es razonable o
justo.
Es de lo ms natural que las sociedades intenten protegerse de los riesgos. Pero es fcil
pasarse de la raya cuando ignoramos los gastos que acarrea. Porque la verdad es que
no nos los podemos permitir. Aunque puede que no nos demos cuenta de lo que cuesta
protegernos, cuando insistimos en eliminar al menor riesgo, el precio puede llegar a ser
desmesurado.
Cuando no conseguimos explicar los costos y los beneficios de las polticas pblicas, a
menudo encontramos con que gastamos enormes cantidades en una intervencin que
salvar un puado de vidas al tiempo que desatendemos otras que proporcionaran ms
vida por ese dinero.
Si el gobierno ha de comparar costos y beneficios a la hora de evaluar las polticas
pblicas, la cuestin ms evidente es la forma en la que deberan evaluarse los seres
humanos, y aunque no seamos capaces de poner un precio a toda nuestra vida, pero
cada da ponemos un precio a los pequeos cambios que hacemos para modificar
nuestras probabilidades de morir.
A pesar de su atractivo democrtico esta medida tambin tiene sus problemas. Utilizar
las propias elecciones de la gente a la hora de determinar el precio que estamos
dispuestos a pagar para salvar vidas podra llevar a la sociedad por caminos sinuosos.
Los organismos de salud pblica prefieren medir el valor de vivir un ao ms antes que
el valor de toda una vida, pues asumen que todos vamos a morir tarde o temprano, y que
todo lo que se puede hacer es retrasar un poco la muerte, pero no impedirla.
Existe un problema al evaluar cunto es que valemos, y es posible que esos mtodos de
autoevaluacin ignoren el hecho que de las elecciones de las personas no son libres Si
hay que medir el valor de las personas por su voluntad de intercambiar dinero por
seguridad en el lugar de trabajo, habra que concluir que los negros se consideran ms
baratos que los blancos.
Segn eta medida, la vida en el mundo pobre es muy barato; de acuerdo a los estudios
que cita el libro, los habitantes de la ciudad de Mxico valoran sus vidas en un mximo
de 325 000 dlares, pero tendramos buenas razones para desconfiar esta valoracin, ya
que ms que reflejar una mayor ansia de riesgo entre otros pases, sugiere que los que
cuentan con menos oportunidades, suelen conformarse con menos.
Sin duda, algo a lo que es difcil y fcil ponerle precio es a la felicidad. Algunos tenemos
metas sencillas y cumplibles por las que diramos que la felicidad se puede comprar por
ejemplo, seguramente si yo pudiera comprar una Gibson SG Doubble Neck
probablemente sera ms feliz que nunca antes.
Sin embargo, los ricos tambin lloran, podemos pensar que el dinero da la felicidad. El
libo cita al filsofo enemigo de Hegel, Arthur Schopenhauer, quien afirma que el dinero
es la felicidad humana en lo abstracto; y por tanto, aquel que no es capaz de disfrutar de
la felicidad humana en lo concreto se dedica totalmente al dinero. Resulta muy
interesante que el libro utilice un argumento de autoridad para demostrar un punto,
cuando en realidad todo el sistema filosfico de Schopenhauer es mucho ms complejo
cuando se habla de la felicidad.
Es con una serie de reflexiones, realizadas por el mismo Schopenhauer, que podemos
notar ciertas reglas que segn l son necesarias para ser feliz, concepto que tena por
fundamento la prudencia y la tica. Dentro de su pensamiento, la felicidad tiene mucho
ms que ver con la paz interior, que con la exultacin o la dicha.
La definicin de una existencia feliz seria: una que, vista de una manera puramente
objetiva o segn un razonamiento frio y maduro, seria decididamente preferible a la no
existencia nos sentimos apegados por ella y por ella misma; pero no solo por temor a
la muerte; y de esto se sigue, a su vez, que quisiramos que fuese de duracin infinita.
Si la vida humana corresponde al concepto de semejante existencia es una pregunta a
la que mi filosofa responde negativamente... sin embargo, presupone sin ms su
afirmacin.
La dicha sera una especie de estado ideal de la pereza, o sea, no tener ninguna
preocupacin, ningn sobresalto. En cambio, la felicidad es fuerza vital, espritu de lucha
contra todos los obstculos que limiten la libertad y la autoafirmacin.
Ser feliz, entonces, es ser capaz de probar la fuerza vital, mediante la superacin de
adversidades y la creacin de modos originales de vivir.
Sin embargo, a pesar de su creciente popularidad, la creencia de que el dinero tiene poco
o nada que ver con la felicidad es engaosa. Se llega a afirmar que las personas que son
ricas, suelen ser ms felices que las que son pobres y esto se debe que el dinero
proporciona muchas de las cosas que mejoran el destino de la gente.
Los pases ms ricos generalmente son ms saludables y cuentan con una mortalidad
infantil menos y una mayor esperanza de vida. Suelen contar con un entorno ms limpio
y sus ciudadanos acostumbran a tener una educacin mejor y trabajos ms interesantes
y menos exigente fsicamente.
La gente ms rica suele tener ms tiempo libre, viaja ms y tiene ms dinero para disfrutar
de las artes. El dinero ayuda a la gente a superar sus limitaciones y a controlar sus vidas.
Ya antes dimos una definicin de lo que es la felicidad, pero si algo es seguro es que es
un concepto resbaladizo, una multitud de significados sin una definicin precisa y estable.
Muchos pensadores han de intentar definirlo.
Por ejemplo, Aristteles, la felicidad es la aspiracin mxima de todos los seres humanos.
La forma de alcanzarla, desde su punto de vista, es la virtud. Es decir que si se cultivan
las virtudes ms elevadas, se llegar a la felicidad.
Por su parte, Slavoj Zizek indica que la felicidad es un asunto de opinin y no un asunto
de verdad. La considera un producto de los valores capitalistas, que implcitamente
prometen la satisfaccin eterna a travs del consumo.
Pero tomando opiniones de un rea diferente, los psiclogos y los economistas que
estudian la felicidad coinciden en que lo que prefieren denominar bienestar subjetivo
que comprende tres partes: satisfaccin, sentimientos positivos y la ausencia de
sentimientos negativos.
Sin embargo, estas mezclas conceptuales de lo que es la felicidad puede ser difcil de
medir. La gente a menudo da una respuesta sustancialmente distinta a la misma
pregunta sobre si es feliz con su vida.
Si la felicidad es lo que busca la gente, no hace falta perder tiempo intentando imaginar
qu la hace feliz. No hay que mirar lo que hace. El hecho es que casi todo el mundo
decide trabajar y ganar dinero, y bajo esta perspectiva, el crecimiento econmico es el
resultado de nuestra bsqueda de bienestar. Este enfoque tiene sus limitaciones, a
menudo tomamos decisiones desconcertantes que no nos hacen ms felices, como
fumar, emborracharnos, etctera.
Somos incapaces de distinguir entre distintas opciones cuyas posibilidades de hacernos
felices sean ligeramente diferentes. A partir de unas pocas experiencias hacemos
extrapolaciones para llegar a conclusiones generales casi siempre equivocadas. Sin
embargo, sigue siendo generalmente cierto que buscamos lo que nos hace felices y
aunque algunas de nuestras elecciones no nos den la felicidad, otras s.
La felicidad no depende tan solo del dinero, por supuesto. La gente que no tiene
relaciones sexuales afirma ser menos feliz que los que s la tienen. Las personas ms
infelices de las zonas con mayor desempleo, mayor inflacin y mayor polucin. La gente
de derechas es ms feliz que la de izquierdas.
Es posible que el dinero no asegure la felicidad para siempre. Pero tal como lo expresa
Robert Frank, economista en Cornell: No hay un solo cambio imaginable que haga
mejorar ms tu vida en la escala de la felicidad que pasar del 5 por ciento inferior en la
escala renta al 5 por ciento superior
Existe un lmite a la hora de vincular dinero y felicidad. Deriva de uno de los rasgos
humanos ms caractersticos: nuestra capacidad de adaptacin. Las personas se
recuperan de cualquier pesar.
Algunos psiclogos incluso han sugerido que la felicidad es algo innato, determinado no
por los cambios en nuestro entorno sino por nuestra composicin gentica individual. Y
parece haber pruebas de que nuestros genes tienen algo que ver.
Pero si la felicidad se halla en nuestros genes, tendremos que responder a una pregunta
ms profunda que la de Bobby Kennedy Qu sentido tiene luchar por algo si nada va a
mejorar nuestra sensacin de bienestar? Eso dara un vuelco a la economa. Hace
algunos aos Easterlin escribi un ensayo titulado Alimentar la ilusin del crecimiento y
la felicidad, en el que expresaba de forma cruda la conclusin de toda una vida
estudiando la felicidad: mis estudios socavan la idea de que centrarse en el crecimiento
econmico sea lo ms conveniente para la sociedad.
Lo que ocurre es que tener una renta mayor importa menos cuando nuestra renta ya es
alta. Los economistas comprenden muy bien esta dinmica. Se denomina rendimiento
decreciente.
Los mexicanos tienen su mnimo de felicidad en los 41. La mediana edad puede ser un
punto de inflexin decepcionante. Es cuando por fin admitimos nuestras limitaciones y
archvanoslos planes largamente acariciados de ser una estrella de pop, hacernos ricos
en que llegamos a la cumbre de nuestras carreras profesionales y ganamos ms dinero.
Los americanos no siempre han trabajado ms que el resto del mundo. Oliver Blanchard,
el principal economista francs Del Fond Monetario Internacional, que pas gran parte
de su carrera profesional en Estados Unidos, afirma que Europa y Estados Unidos de
Amrica siguieron opciones diferentes cuando se hicieron ms ricos y ms productivos.
Los americanos decidieron utilizar su mayor productividad para ganar ms dinero y
comprar ms bienes y servicios. Los europeos lo gastaron en ms tiempo libre y en ms
tiempo dedicado a las tareas domsticas.
El precio del trabajo es algo difcil de medir sobre todo pensando en que hay etapas en
las que se vuelve ms caro o ms barato segn las etapas. La esclavitud y los trabajos
forzados fueron moneda corriente desde los imperios azteca e islmico desde la Grecia
y la Roma antiguas, desde la Europa feudal hasta la del sur de Estados Unidos antes de
la guerra de secesin.
Segn algunos criterios hoy podramos pensar que los mercados laborales se adaptaran
bien la coaccin y permitira a que los patrones ahorren dinero.
Slo cuando la poblacin lleg a un punto en que muchos trabajadores competan por un
empleo en una zona donde la tierra era escasa, los salarios se convirtieron en una
propuesta ms atractiva que la esclavitud para los propietarios.
Muchas dinmicas contribuyeron al declive del trabajo bajo coaccin. Los patronos
podran aumentar la produccin aadiendo ms eslavos baratos contaban con pocos
incentivos para invertir en tecnologas que ahorraran mano de obra.
Los trabajadores bajo coaccin no contaban con ningn incentivo para ser ms
productivos, pues tan slo proporcionaban un mayor excedente al amo.
Pero aunque la paga sea mejor, en muchos aspectos el mercado laboral es tan
implacable como siempre, y en otros puede ser incluso ms. Los salarios dependen de
dos cosas: de la productividad y de la oferta y la Y de la oferta y la demanda de
trabajadores con una capacidad determinada.
No creo que en ninguna nacin rica industrial haya un mercado laboral tan despiadada
do como el estadunidense. Las democracias sociales de Europa occidental cuentan con
muchas leyes que obligan a unos das de fiesta mnimo y a un mximo de horas de
trabajo.
A medida que las empresas los bancos y los fondos de inversin inmobiliaria que las
empresas los bancos y los fondos de inversin inmobiliaria de EU han crecido en tamao
es crucial para ellos poder a la mano al mejor ejecutivo, banquero o frente de fondos
posible. Lo EUA ha provocado una enorme competencia en el mercado por el talento
directivo y ha elevado los precios de los altos ejecutivos.
La pauta sigue la misma lgica darwiniana del sexo del elefante marino. Las hembras del
elefante marino suelen preferir a los macho capaces de someter a sus rivales a golpes
Los machos son capaces de someter a sus rivales, cosa que ocurre a pesar del hecho
de que cuando a grandes son ms fcil que se opacaban comando los tiburones y las
orcas.
Las empresas exhiben grandes paquetes salariales para atraer el talento al igual que los
elefantes marinos exhiben la grasa para atraer a las hembras, y sin embargo, es
improbable que los planes de remuneracin desproporcionado predican beneficios para
los accionista.
Por otra parte, los economicistas han aventurado diversas hiptesis para explicar estas
dinmicas. Algunos sugieren que el terreno qued nivelado por las instituciones surgidas
del New Deal. Incluyendo el salario mnimo, las protecciones laborales, y los programa
gubernamentales.
Los trabajadores que estn en las escalas ms bajos, tambin se han beneficiado de un
ligero aumento en su salario, pero los trabajadores que estn en medio, como los obreros
de la siderurgia y las empresas de automviles, han visto como su paga u congelada
disminua.
En una nueva economa exigirse que la gente cambiara de manera radical su idea de la
propiedad pero se a demostrado que si los creados se liberaran de los grilletes capillitas
representados por las compaas discogrficas, los estudios de Hollywood y otros
representantes de la pontificia corporativa que se quedaban con una buena parte de sus
ingreso, este nuevo paradigma poda funcionar para todo el mundo.
A los creadores ya no les resultara necesario esconderse detrs los muros de los
derechos de autor, erigidos para proteger la propiedad intelectual. La produccin de
bienes de informacin seria apoyada por el altruismo de los consumidores, de manera
muy parecida a la filantropa.
La msica es la punta del iceberg. En la ltima dcada casi todos los jvenes han llegado
a creer que las noticias tambin en una mercanca gratuita, disponible de inmediato
online. Google ha escaneado millones de libros descatalogas y los tribunales estn d
acuerdo pretende cerrar una inmensa biblioteca gratuita.
La revolucin de la informacin incluso ha sacado el antiguo modelo de medio de
comunicacin gratuito de la economa, es decir la televisin. Un programa de una hora
en casi todas las cadeneras televisivas implica normalmente cuarenta y dos minutos de
programa y ocho minutos de anuncios que supuestamente son los que paganos el
programa.
Incluye no solo las artes y las letras, sino tambin los estilos de vida, los derechos
fundamentales del ser humano, los sistemas de valor, las tradiciones y las creencias. Es
la expresin privilegiada de la identidad y creatividad humana en toda su diversidad, y
constituye un patrimonio inalienable para el conjunto de la humanidad.
Esta diversidad a que nos referimos, est fundada en una multiplicidad de caractersticas
que aseguran su riqueza y desarrollo. La diversidad cultural es la pluralidad de culturas
que coexisten en el mundo; implica, por un lado, la preservacin y la continuidad de las
culturas existentes y, por el otro, el respeto hacia las otras culturas.
La mundializacin es, ante todo, un proceso econmico, pero por sus efectos es tambin
un proceso cultural. Al propagar una nueva forma de economa basada en la competencia
que tiende a imponer un modelo comercial, induce nuevas formas de organizacin social
que confrontan y cuestionan las tradiciones y valores existentes.
La democracia parece haberse apropiado del mundo. Segn un informe, al final del siglo
xx el 63 por ciento de la poblacin mundial viva en regmenes democrticos mientras
que a finales del siglo XIX solo era el 12 por ciento. El gobierno da a los ciudadanos la
oportunidad de elegir a sus representantes polticos- puede significar, sin embargo, cosas
distintas en lugares distintos. Es un trmino que se utiliza igual en Estados Unidos, donde
las transferencias de poder entre partidos opuestos son rutina, y en Zimbaue, donde la
oposicin sigue siendo regularmente vapuleada hasta la sumisin.
La ubicacin de este trabajo implica en conocer como los precios de la cultura sirven para
poner el equilibrio al juego poltico y de cmo el anlisis del fetichismo de la mercanca,
concebido por Karl Marx en El capital, es una abstraccin de las relaciones de los
hombres, que es una relacin entre cosas.
El anlisis de Marx es oriundo de la economa poltica, pero, no obstante, alcanza el
dominio de la filosofa. La mercanca (y su fetiche) es una especie de mnada del
capitalismo.
El sujeto es un nuevo objeto en esa cadena (Adorno & Horkheimer, 1985: p.133). No va
al encuentro de s mismo, sino que se busca a travs de los productos. El sujeto se
constituye en su externalizacin. La extensin del tiempo y el espacio abstractos como
patrn de dominio se vuelve necesariamente contra el sujeto pensante: el correlato del
material abstracto es el yo abstracto. Sujeto y objeto se anulan en el mismo proceso. Es
evidente la anulacin de los sujetos: tanto de los sujetos-operarios, que son pura fuerza
de trabajo, como del sujeto-destinatario, que es slo un consumidor.
El valor de cambio, el lucro y los negocios toman cuenta del arte. No hay espacio para la
manifestacin del juicio esttico: el arte, en nuestro siglo, es objeto de diversin, de ocio.
El proceso industrial de la cultura quiere la naturalizacin de la cosificacin. Los negocios
y el lucro son principios de la industria cultural.
A pesar de que son mercancas, las obras de cultura son destinadas a la sensibilidad,
intuicin e imaginacin, ms all de la necesidad fsica. El trabajo artstico no es slo
demostracin de destreza tcnica, que tendra como finalidad el valor de cambio en el
mercado: l produce tambin la belleza. La produccin cultural no es siempre utilitaria y
no es solamente reflejo del mundo objetivo. La creacin artstica es ejercicio de la
capacidad humana de encontrar las formas sensibles de su tiempo.
Segn Marx, el mejor arte desempea la funcin cognoscitiva de penetrar a travs de las
nubes ideolgicas que oscurecen las realidades sociales. Adems, al materializar
grficamente esta relativa libertad frente al mero reflejo de las circunstancias externas,
las creaciones estticas podan desarrollar el deseo de una libertad mayor frente a una
sociedad deshumanizada y alienante.
Todo arte tiene capacidad para crear una necesidad de disfrute y educacin estticos
que la sociedad capitalista no puede satisfacer. Aunque cada vez cae en mayor medida
bajo la influencia del mercado, el arte se produce y consume en relativa autonoma y no
es idntico al trabajo fabril ni a una mercanca pura.
Los procesos artsticos y culturales no se reducen a la concepcin del trabajo enajenado.
En el arte, la superacin de la enajenacin es presente, levantando una perspectiva de
utopa, o de crtica de la realizacin de las facultades humanas, ms all de las
actividades de produccin econmica.
Su autonoma, por tanto, debe ser preservada. El arte funda la experiencia sensorial y
profundiza la percepcin del complejo histrico.
In embargo, aunque sea diversa en su destinacin (el uso, por tanto), la obra de arte se
mantiene en un puesto delicado: su destino es la belleza y la satisfaccin de la
subjetividad y, por eso, es un elemento de conformacin de lo imaginario. Pero ella puede
ser crtica, a despecho de que se desarrolle por medio de la industria cultural.
El capitalismo utiliza la cultura para amalgamar el todo social, pero ello no detiene el
dominio total del ato de creacin, aunque sea el detentor de los medios de produccin
del arte dominante. El conflicto de clases deja su seal en las obras culturales: eso puede
restituir el aspecto crtico del arte, an en su forma masificada.
El acceso a los bienes materiales y simblicos slo es posible para unos pocos grupos
sociales. Las clases populares tienen muchos lmites, que entran en conflicto con el
deseo que el propio mercado incentiva, pero del cual las condiciones econmicas no
permiten la satisfaccin.
Adems, la escuela alimenta una visin del mundo propia de la cultura erudita y de la
cultura masificada. El desprecio por la cultura popular es sensible. Por lo tanto, en el
Brasil no ocurre aquel acceso intensivo de las masas a la cultura industrial, sino tan slo
un acceso a una parte de ella.
Es as que se demuestra de una forma bizarra que la cultura s tiene un precio, como
muchas de los objetos intangibles e insondables. Sin embargo, no considero que sea un
buen libro.
La base filosfica de que todo tiene un precio y que todos podemos pagarlo, implicara
que existe dinero para todo. Comprendo el que autor no se refiere a los precios como
algo realmente econmico, pero al tomar en cuenta a la teora de la eleccin racional
como su principal fuente terica, considero que se pierden muchos aspectos de anlisis
y permite una visin poco clara y con argumentaciones de falacias que permiten hacer
parecer que todo tiene un precio, cuando en realidad, todo tiene un valor.