Programa Psicoterapia II 2017
Programa Psicoterapia II 2017
Programa Psicoterapia II 2017
FACULTAD DE PSICOLOGÍA
5° año - 2° Cuatrimestre
PROGRAMA DE PSICOTERAPIA II
INDICE
1. FUNDAMENTACIÓN 3
4. PROGRAMA GENERAL 10
4.1. OBJETIVOS 10
4.2. CONTENIDOS 10
6. BIBLIOGRAFIA GENERAL
7. MODALIDAD PEDAGÓGICA 25
9. RÉGIMEN DE CORRELATIVIDADES 27
Las psicoterapias de grupo, los abordajes vinculares, incluidos los de pareja y familia y otras moda-
lidades de encuentros multipersonales –acaso no encuadrados en el eje terapéutico-asistencial-
han sido considerados necesarios en el plan curricular de la carrera para la capacitación profesio-
nal del psicólogo.
Psicoterapia II está ubicada en el Área curricular de Formación Profesional Intervenciones en Psi-
cología, particularmente en el Eje temático: Intervenciones Psicología Clínica, tal como se estable-
ció en la última presentación a la CONEAU en el proceso de acreditación.
En la Resolución ministerial 343/09, respecto de las actividades profesionales reservadas a la pro-
fesión del psicólogo, en sus incisos 3 y 4 se estipula: “Prescribir y realizar acciones de evaluación
psicológica, psicodiagnóstico, pronóstico y seguimiento en los abordajes: individual, de pareja y
familia. Prescribir y efectuar psicoterapias individuales, familiares, grupales y de pareja”. La mate-
ria Psicoterapia II (Grupos) abarca un segmento específico de estas actividades.
Acerca de la noción de psicoterapia y la noción de clínica.
La denominación "psicoterapia" ha agrupado diversas prácticas; su significación ha sufrido impor-
tantes transformaciones en la medida que variaban los contextos de referencia y la hegemonía
teórica respecto de su fundamentación. La nominación de los diversos procedimientos de inter-
vención de la psicología fue condicionada por su cercanía o subordinación a ciertas disciplinas
hegemónicas. La pedagogía y la medicina alternaron en ese lugar; así el vocablo "psicoterapia"
pudo designar a los procesos de corrección del aprendizaje (re-aprendizaje), o una curación en-
tendida en términos médicos. En la medida en que la psicología fue constituyéndose en una disci-
plina con una cierta autonomía, fue distanciando sus procedimientos de la medicina y la psiquia-
tría, que ceñían las intervenciones psicológicas a la curación de una enfermedad mental.
Inscribimos este programa en la perspectiva que incorpora la renovación conceptual en curso
desde mediados del siglo XX. En ella se cuestiona la tradicional oposición sujeto/grupo, correlativa
de aquella otra individuo/sociedad con las que fueron matrizadas las así llamadas ‘ciencias socia-
les’. Como alternativa a estas corrientes y en el esfuerzo por conceptualizar los múltiples procesos
de subjetivación, se vienen produciendo alteraciones fuertes respecto de algunas de las certezas
teóricas que en su momento constituyeron el fundamento de la psicología como disciplina. Una
de ellas ha sido conmover la presuposición de un sujeto universal, al que se asume uno, origen y
fuente y que se postula como modelado secundariamente de acuerdo con problemáticas y pres-
cripciones epocales.
En consideración de ese sesgo, la perspectiva asumida para la formulación de este programa se
apoya en desarrollos realizados por pensadores contemporáneos como Cornelius Castoriadis,
4
Michel Foucault y Gilles Deleuze. Los conceptos instaurados por estos autores permiten visibilizar
-y entonces transformar en pensables- algunos fenómenos psicosociales que se presentan como
anomalías para las concepciones tradicionales; a su vez, han orientado la investigación acerca de
las formas y las fuerzas de la subjetividad y de los vínculos. Se han incluido también otros pensa-
dores (Guattari, Lazzarato, Lewkowicz, Berardi, Virno, Rolnik, Esposito) que permiten un abordaje
teórico que suplementa cierta clave de lectura en semiótica significante, en la medida que esta
tiende a orientar la intervención del psicólogo a la toma de conciencia, sea en el análisis de las
implicaciones institucionales o en la elucidación crítica de las significaciones sociales, y bajo el
reinado de la representación. La inclusión del registro de afectaciones corporales ha enriquecido
la perspectiva, lo que permite un incremento de dispositivos, procedimientos y concepciones
estratégicas.
Esta es una cuestión eminentemente conceptual, con decisivas improntas filosóficas; por ello no
podemos suscribir la tradicional dicotomía entre teoría y técnica, entre cuerpo teórico de una
disciplina y sus “aplicaciones”. Las concepciones según las cuales la teoría se colocaba en un plano
de superioridad y las técnicas o las prácticas se desprendían por ‘aplicación’ se muestran exte-
nuadas. En consecuencia, la experimentación y capacitación en dispositivos grupales lejos de ser
un área de ‘aplicación’ de saberes teóricos supuestamente consolidados, es campo y fuente de
desarrollos teóricos.
La fundamentación de la perspectiva teórica de este Programa en aportes de pensadores con-
temporáneos mencionados, como Castoriadis, Foucault, Deleuze y Guattari, permite concebir al
pensamiento inextricablemente unido al acto que hace ser, o al despliegue de una potencia, es
decir a una capacidad de hacer. En el enfoque que establecemos, entendemos el pensamiento
como parte de la operación que se produce. La elucidación del problema y los procedimientos de
intervención a implementar requieren –para producir una verdadera capacitación- un pliegue
reflexivo.
Se apuesta a capacitar a los estudiantes en el diseño de estrategias de intervención apropiadas
para cada situación que convoque al psicólogo, sorteando suministrar modelos o recetas de las
diversas tecnologías psicoterapéuticas. La noción de situación en la que inscribimos esta afirma-
ción no se refiere a un escenario descripto en exterioridad, que tanto abunda en los relatos socio-
lógicos o psicosociales sino a la concepción de la situación como aquello que sólo puede ser pen-
sado si se la constituye, como condición para poder operar en ella con potencia, bajo condiciones
contemporáneas de subjetivación.
La propuesta de la cátedra, resumida en la consigna "aprender clínica haciendo clínica", indica que
se trata de un dispositivo de capacitación en la construcción del oficio de psicólogo. Con lo dicho
queda explícita una perspectiva que inscribe al perfil profesional del psicólogo, menos como ex-
perto exterior a la situación que lo convoca y más en la posición de un agente entre otros en la
propia situación, que tiene un oficio en tanto saber hacer.
Rescatamos al respecto una diferenciación, postulada por F. Ulloa, respecto de la formación: “La
capacitación supone siempre una conceptualización de la práctica, la formación gira más en torno
a la especulación teórica”1, “la formación (…) necesita ir acompañada de (…) la capacitación que
proponemos como Comunidad Clínica. (…) es pues práctica organizada coherentemente, sin sal-
tearse las condiciones reales facilitadoras o adversas en que deberá ejercer su tarea el futuro clíni-
co”2.
La capacitación, al pasar por un habitar constituye toda situación clínica y no puede -ni debe pre-
tender hacerlo- abordarla desde afuera, tal como lo inducía la prescripción metodológica propia
del positivismo y el cartesianismo. Tal capacitación clínica supone no sólo una revisión de los pro-
cedimientos psicoterapéuticos vinculares más frecuentemente usados y los rasgos principales de
1
Ulloa, F. Novela Clínica psicoanalítica. Ed. Paidos, Buenos Aires, 1995, Pág. 76.
2
Ulloa, F. “Comunidad clínica” (Ficha de cátedra.)
5
esos dispositivos, sino especialmente un cierto entrenamiento en la detección de aquellas singu-
laridades que se presentan en la situación en la que se pretende intervenir y que guiarán cierta
estrategia. En la brújula de esta detección está el propio registro corporal de sus afecciones. La
noción de afección es bien lejana de las tan transitadas de vivencia o sentimiento; indica en la
filosofía de Spinoza -retomada por Deleuze- la capacidad de todo viviente de afectar y ser afecta-
do y en vez de oponerse al pensar racional constituye base indispensable de la construcción de
conceptos. El pliegue de estos registros en elaboraciones conceptuales contribuye a la promoción
de un profesional capacitado para la invención y el diseño de dispositivos adecuados ante cada
convocatoria y para implementar las operaciones clínicos en cada situación.
El perceptible agotamiento de la diferencia como separación de los que fueron denominados sa-
beres disciplinarios, como conjuntos teórico-técnicos suficientes en manos de un profesional ex-
perto, llevó a constituir equipos profesionales enfocados y nucleados en torno a los problemas a
resolver, antes que por su pertenencia a una u otra profesión. Una perspectiva transdisciplinaria
apuesta a la presentación de los no-visibles y en tanto tal, impensables de cada recorte discipli-
nar. Es la idea de caja de herramientas (Michel Foucault) es decir, un conjunto de nociones y re-
cursos técnicos provenientes de distintos campos de saber que puedan resultar de utilidad y que
van enriqueciéndose con diversas prácticas, en las que muestren potencia para operar y hacer
con eficacia. En la perspectiva que se inscribe este programa, se consideran tanto las herramien-
tas de pensamiento como la constitución del problema sobre el que se intervendrá, en la medida
que no se lo supone ya establecido, sino parte de la tarea de intervención, en tanto experien-
cia/experimentación.
El término 'psicoterapia' alberga variantes, opciones y polémicas. Algunas intervenciones psicoló-
gicas, tales como reinscripciones, resignificaciones, construcciones y demás operaciones psíquicas
son incluidas de pleno derecho, en la medida que se ponen bajo sospecha y revisión ciertas he-
gemonías de la “palabra” y la “escucha”. Algunas producciones de actos-pensamientos que se
mueven bajo otra lógica que la semiología de las estructuras significantes, son indispensables en
los procesos de subjetivación y se corresponden con las lógicas denominadas por Félix Guattari
como a-significantes, bajo una concepción de semióticas múltiples y entrelazadas.
Hemos retomado la noción de clínica trabajada en los años sesenta por Fernando Ulloa, replante-
ándola en las condiciones actuales. “Entendemos la experiencia que estamos realizando como
una oportunidad para inventar procedimientos eficaces para la clínica actual. Es por ello que ve-
nimos trabajando en la producción de herramientas que permitan a los estudiantes de la materia,
ya muy cerca de recibirse, una cierta capacitación como clínicos. Para esto último retomamos (…)
la experiencia de la comunidad clínica de Fernando Ulloa. La experiencia será coordinada con una
tecnología que hemos ido acuñando, que retoma el concepto de la comunidad pensante de ana-
listas, en diferentes grados de formación. El objetivo (…) es que cada uno de los integrantes de la
comunidad vaya trabajando y trabajándose, para constituirse en clínico, al compás del abordaje
de un problema habitual de la clínica actual. (…) hemos programado diferentes experiencias por
las que podrá atravesar el alumno”.3
Algunos vectores de la Comunidad Clínica vienen proporcionando ciertas bases para un posicio-
namiento subjetivo y algunos procedimientos apropiados. La comunidad clínica implica reciproci-
dad en la donación correlativa de torpezas y habilidades. La elucidación permanente de la subjeti-
vidad de los docentes, su responsabilidad en la co-producción de lo que padecen, ha constituido
un vector indispensable, especialmente en el ámbito de una supervisión sistemática de la conduc-
ción de sus comisiones, con el objetivo de alcanzar un mínimo de congruencia entre la propuesta
y sus efectos verificables.
La clínica que nos interesa experimentar y transmitir aquí es aquella que se produce en las nume-
rosas prácticas de intervención de las que suele participar el psicólogo, en especial aquellas que
no lo hace en forma aislada ni excluyente de otros profesionales, tales como antropólogos, histo-
3
Bozzolo, R: "Actualizaciones 2005". Ficha de cátedra
6
riadores, sociólogos, trabajadores sociales, psicólogos sociales, etc. En numerosas ocasiones la
interpelación al profesional psicólogo, la convocatoria o la demanda se producen desde un agru-
pamiento familiar, de trabajo o institucional. En otras, la consulta se realiza desde un individuo,
una persona, pero el abordaje del caso se realiza en forma multipersonal, mediante entrevistas
vinculares, o reuniones conjuntas o asambleas institucionales. Hay escenarios en los cuales el
operador “psi” ofrece una actividad pautada, con un dispositivo diseñado para una cierta expe-
riencia, esperando configurar un encuentro con otros, en una confluencia de deseos o apuestas.
Hay oportunidades en que la actividad amerita ser incluida en el dispositivo de la cura, otras en
los dispositivos de trabajo llamados institucionales, otras en los denominados abordajes comuni-
tarios, o eventualmente, configurar situaciones de encuentro, (que tradicionalmente formaron
parte de las actividades de promoción de salud). En otro momento, la práctica se podrá incluir en
las de rehabilitación, de peritaje, de aprendizaje o de re-socialización.
Estas experiencias bien variadas, que se caracterizan por la tramitación de conflictos, padeci-
mientos, sufrimientos, malestares, pueden también presentar, como formación sintomática, dis-
funciones en las tareas que se propusieron realizar, tanto los sujetos individuales como los agru-
pamientos consultantes. Hemos intentado hacer un listado no exhaustivo, pero suficientemente
extenso, para dar cuenta de la amplitud de los campos donde un profesional psi puede intervenir.
El campo grupal, vincular e institucional.
En los últimos años se ha podido constatar que los grupos en tanto dispositivos propuestos y con-
ducidos por profesionales fueron dejando el lugar prestigiado y central que tuvieron en décadas
pasadas: tanto en la asistencia psicoanalítica, como en las carreras de Psicología. Dicho despla-
zamiento y en casos exclusión, se justifica, para algunos colegas, en ciertas hegemonías teóricas.
En otros terrenos, por fuera de las prácticas asistenciales, hegemonizadas por la cura psicoanalíti-
ca, surgieron en los más variados ámbitos, no capturados por profesiones o disciplinas, numero-
sas actividades que se desarrollan bajo formas grupales. Algunas de ellas se inician alrededor de
sufrimientos comunes, con personas que han padecido alguna pérdida importante, un ser querido
o una situación laboral estable. Se agrupan también -en ocasiones en forma espontánea- los afec-
tados por situaciones de tipo social, migraciones, víctimas de violencia doméstica, y/o institucio-
nal. Muchos de estos agrupamientos implicaron la extensión del modelo de Alcohólicos Anóni-
mos, iniciado en los bordes de la psiquiatría, con algunas variantes de acuerdo a la característica
conductual que se aborda. Aquellas concepciones que entienden el psicoanálisis como centrado
en el sujeto individual, enfatizan dominantemente la función protésica del grupo en estos agru-
pamientos, resaltando el polo de la alienación, y desconfiando al extremo de la validación de
otros efectos transformadores.
Entre profesionales provenientes del trabajo social o de la psicología social, que intervienen en
calidad de operadores del campo, se tiende a subrayar la resolución concreta de problemas, la
acción cooperativa, la tan mentada resolución de necesidades, etc. La dificultad en la nominación
(“autoayuda”, “homogéneos”, de pares, etc.) habla de una transformación de los lazos (que
afrontan la constante tensión entre la disolución disgregante y la masificación globalizada) a la vez
que un agotamiento de los instrumentos del pensar de los expertos acostumbrados a pensar des-
de “modelos”. Constatamos que los saberes recortados en forma disciplinaria se muestran insufi-
cientes para dar cuenta de los procesos aludidos; para ello hemos incluido la problematización de
la denominada interdisciplina y los efectos en las subjetividades profesionales, que la constitución
del equipo calificado como interdisciplinario produce.
Los psicólogos se encuentran a menudo con la necesidad de comprender los dinamismos psicoló-
gicos propios y específicos de una institución o de un determinado grupo preformado, sea una
organización, una familia, un equipo o un grupo de amigos. Suele pasar que la tarea como psicó-
logos clínicos, psicoanalistas o psicoterapeutas de diferentes orientaciones se vea obstaculizada o
ayudada por estos dinamismos, en un actuar a tientas en la medida que no se tiene la información
y formación necesarias.
7
Esta asignatura aborda aquel campo al que Ulloa denominaba de la “numerosidad social”. Allí la
dimensión de los cuerpos, del espacio físico, de los movimientos y de lo escénico como constituti-
vo, son existentes no solo insoslayables sino materia misma de las operaciones. Cabe ponderar
que el dispositivo psicoanalítico clásico desplaza y hasta neutraliza estos elementos, y de este
modo torna invisibles esas dimensiones; consecuentemente las operaciones del psicólogo podrían
ser torpes, infundadas, carentes de la un inteligir necesario. Cierto forzamiento hacia el desfilade-
ro de la palabra y la representación, imprescindible para el dispositivo de diván, tiende a reducir
el encuentro al intercambio verbal asociativo; aquello que habilita una modalidad de trabajo pue-
de obstaculizar otras. En el dispositivo terapéutico individual clásico, toda provocación transfe-
rencial está forzada a transitar por la palabra; lo que no ocurre en los grupos, donde la(s) transfe-
rencia(s) trasmutan como investidura libidinal directa del otro, compañero, del coordinador, o del
terapeuta y pueden devenir ocasión de encuentro.
En la clínica asistencial, con frecuencia el profesional se ve demandado para el diseño de inter-
venciones que requerirían variedad de recursos, pero al encontrase pertrechado en forma estre-
chada con herramientas conceptuales y técnicas reducidas al trabajo individual de tipo verbal, cae
en procederes escasos de inventiva y de poca eficacia. A estos forzamientos teórico-clínicos se
suma el desaliento que provoca la falta de capacitación en el trabajo con la dimensión inconciente
de la grupalidad, la vincularidad y los organizadores fantasmáticos. En suma, cierta cultura de lo
inmediatez, propia de las condiciones actuales de existencia, ha ido produciendo un modo de
coordinación de grupos con un modelo alternativo más bien conductista y adaptativo, que termi-
na asimilando de este modo el trabajo grupal al modo de disciplinamiento reeducativo vigente en
los procesos de rehabilitación de las adicciones. El abordaje de familias, parejas y/o formas vincu-
lares diversas (madre o padre e hijos, abuelos y nietos, ex-cónyuges con o sin sus hijos, etc.), ha
abierto un campo de problemas al psicoterapeuta, con desacoples entre funciones tradicional-
mente anudadas (como la de la pareja conyugal y la parental), que requieren de una investigación
precisa, en cuanto a los encuadres más adecuados y las herramientas más efectivas.
Un aspecto de talles herramientas pasa por un conjunto de procedimientos grupales, basados en
experiencias largamente repetidas en nuestro país, que a la vez que utilizan cierta potencia de lo
grupal para el aprendizaje, sirvan para la transmisión en vivo y en forma experiencial de las di-
mensiones grupales del sujeto, de los procesos intertransferenciales, y de las modalidades de
trato, de operación y de conducción de tales aconteceres. Los procedimientos útiles en este caso
son especialmente una modificación pertinente del grupo operativo de aprendizaje, particular-
mente en el modo de lectura del acontecer grupal respecto de la dinámica y la devolución de esa
lectura bajo formas no necesariamente interpretativas, sino específicamente pedagógicas.
Las formas implementada implican una singularidad y a la vez se apoyan en una extensa generali-
zación dado los diversos usos por parte de quienes las han utilizado en las prácticas grupalistas
argentinas desde hace no menos de cuatro décadas. Por ello cabe abordar un cierto sumario de
las transformaciones sufridas por ellas4, y su correlación con sus respaldos teóricos, dado su con-
vergencia con los contenidos de la asignatura.
Las prácticas en la coordinación y supervisión de grupos operativos de aprendizaje están basadas
en un linaje: la concepción operativa de los grupos, con las alteraciones que implicaron en su
momento su intervención por el análisis institucional y por las concepciones de C. Castoriadis
respecto de la creación permanente de lo histórico-social y el papel inmanente de éste en la cons-
titución de la subjetividad. Actualmente, las contribuciones de Foucault, Deleuze y Guattari sobre
la producción de subjetividad, en el pasaje de las sociedades disciplinarias a las sociedades de
control, resuelven de otro modo, completamente inédito, ciertas ataduras estructuralistas y resa-
bios sustancialistas que arrastraba tal concepción del grupo operativo, en la medida que lo que
4 Bonano, O: Del grupo reflexivo a los procesos de subjetivación, trabajo presentado en PSICOLOGÍA SO-
CIAL EN ARGENTINA - 2° Congreso Nacional con participación Latinoamericana y III Encuentro Actua-
lización Teórica y Técnica, convocado y organizado por INSERCION, Asociación Civil - 18, 19 y 20 de
Agosto 2001 - Tandil - Buenos Aires – Argentina.
8
cuenta no es lo que es “el grupo” en tanto universal o sustancial, sino lo que lo grupal hace, cons-
tituye, deviene.
Ahora bien, los muy diversos tipos y tamaños de agrupamientos que pueden beneficiarse con
procedimientos de intervención que incluyan herramientas grupales, son agrupamientos de muy
diverso tamaño: en nuestro caso (la clase de trabajos prácticos, de alrededor de treinta integran-
tes y también el espacio teórico clínico) la tipología se acerca más al grupo amplio de Anzieu5
(aunque se conforman pequeños grupos en diversas ocasiones); el problema gira en torno a las
apuestas para que se constituya un común, si bien incluye la aprehensión de fenómenos de gru-
po, se centra en la capacitación conceptual y operacional. La red transferencial está torsionada de
tal modo por la institución docente que implica un obstáculo serio para que el coordinador-
docente ejerza efectivamente funciones de coordinación. Por último la así llamada “dimensión
institucional” lejos de ser "contexto", es materia misma de las subjetividades implicadas en el
agrupamiento.
Para la concepción operativa, la tarea es organizador principal del grupo. La proposición de la
tarea como un neutro organizador estructurante del agrupamiento es consistente con el horizon-
te problemático de la Psicología Social pichoniana (“la tarea es la marcha del grupo hacia sus obje-
tivos”) La dimensión instituida de la tarea y por lo tanto su sentido y significación política y subje-
tiva –en sentido estricto- ha sido no solo un invisible sino un impensable para la Psicología Social,
por su sujetamiento al funcionalismo y a un estructuralismo no elucidado.6
Pero sucede que el eje de la tarea en su generalidad, es el ombligo que conecta al agrupamiento
con la circulación social de prácticas y por lo tanto con significaciones sociales que nunca van a
poder reducirse a contenidos y procesos psíquicos. La prescripción impuesta al equipo de coordi-
nación de no reemplazar al agrupamiento en la gestión de su tarea y la definición de sus metas,
todavía deja en la invisibilidad que la dimensión de tarea está impuesta a las subjetividades por la
institución en la que el agrupamiento despliega sus actividades. Es la institución, su carta, su his-
toria y sus mitos quienes produjeron y saturaron las definiciones de tarea y por lo tanto los objeti-
vos y las necesidades supuestas. La tarea está instituida y esta dimensión institucional es precisa-
mente uno de los límites de la concepción establecida de los grupos operativos.
Tomando en cuenta ciertas vacancias de formación, en los distintos espacios de la cursada se
apunta a formar un psicólogo disponible y a la vez entrenado, abierto a la invención de dispositi-
vos y procedimientos de intervención, que colaboren con procesos colectivos de subjetivación al
servicio de expandir la vida, en los diversos modos de existencia que la contemporaneidad permi-
te y al mismo tiempo desvía, deforma y recaptura. El objetivo de las clínicas plurales es abrir nue-
vos posibles y acompañar el devenir, en cuanto tránsito de lo actual efectuado a lo posible.
La propuesta de este programa es a la vez teórica y profesional, ética y política, dado que se pre-
senta la problemática ética al interior de las prácticas clínicas.
5
Anzieu, D: “El trabajo psicoanalítico en los grupos amplios”, Cap. 4 de Primera Parte, en El grupo y el
inconciente, Biblioteca Nueva, Madrid, 1978
6
Bonano, O: “Algunas tesis sobre la tarea” en http://obonano.spaces.live.com/.
9
Psicología Clínica. Quehacer del psicólogo en el campo de la Salud Mental. Investigación, diagnós-
tico, prevención, promoción, asistencia y tratamiento. Diversos abordajes clínicos: individual, de
pareja, familiar, grupal en las distintas etapas evolutivas. Diferentes enfoques, abordajes y estra-
tegias psicológicas y psicoterapéuticas. Modelos y estrategias de intervención en diferentes tipos
de crisis.
Al formar parte de las asignaturas consideradas Clínicas, su tarea no es sólo trasmitir contenidos,
sino capacitar en clínica multipersonal denominada “vincular” y “grupal”.
Ubicación: 5° año - (Segundo Cuatrimestre)
Carga horaria semanal: 6
Carga horaria total: 96
Asignaturas correlativas para cursar
Finales rendidos: Neuroanatomía y Neurofisiología, Psicología Evolutiva II, Psicología Social
Cursadas aprobadas: Psicopatología I, Psicopatología II, Psicología Institucional
Asignaturas correlativas para rendir Finales rendidos: Psicopatología II, Psicología Institucional
Respecto a las materias correlativas precedentes:
Neuroanatomía y Psicofisiología: suministra información sobre el funcionamiento del sustrato
biológico cerebral propio de la especie.
Psicología Evolutiva II proporciona ciertas nociones tales como adolescencia, madurez y enve-
jecimiento, a la vez que acerca de la familia y lo transgeneracional, el concepto de “contrato
narcisista” (Piera Alaugnier) y de “pacto denegativo” (René Kaës);
Psicología Social proporciona algunas nociones sobre los modos de pensar el lazo social y lo
grupal, que son revisados en Psicoterapia II.
Respecto a las materias que deben estar aprobadas para poder realizar la cursada de esta asigna-
tura:
Psicopatología II: trabajar sobre los dispositivos y modos de intervenir en las configuraciones y
conflictos familiares y vinculares que se producen en ocasión de las patologías descriptas en
esa asignatura
Psicología Institucional: proporciona una perspectiva de nociones como la de “institución”,
“imaginario social”, “sociedad”, que son revisitadas para poder comprender los avatares de
una implementación clínica que las toma como sitio de operaciones.
Respecto de las asignaturas correlativas ulteriores:
Psicología Clínica de Adultos y Gerontes y o Psicología Clínica de Niños y Adolescentes recibirán a
los alumnos con cierta conmoción en la posición subjetiva de estudiante y con mayor disponibili-
dad para posicionarse como psicólogo en situaciones clínicas diversas.
4. PROGRAMA GENERAL
4.1. OBJETIVOS
Es objetivo general de esta asignatura capacitar a los estudiantes y entrenarlos en cierto grado
para un posicionamiento clínico, si se toma en cuenta que diversas operaciones clínicas incluyen
la dimensión psicoterapéutica vincular y/o grupal, pero no se reducen a ella. La idea rectora de
esta propuesta de capacitación es aprender clínica haciendo clínica.
Los objetivos específicos son:
un acercamiento a múltiples dispositivos y procedimientos empleados en la intervención
clínica.
la comprensión de las dimensiones grupales y vinculares presentes en diversas clínicas,
tanto en abordajes multipersonales como individuales.
la sensibilización y puesta en disponibilidad para el registro de afectaciones y el entrena-
miento en su elucidación.
posibilitar un cierto grado de lectura de los múltiples efectos de una intervención
habilitar cierto grado de autorización en la posición profesional y construcción de destre-
zas para el diseño de dispositivos singulares a configurar en cada situación clínica.
4.2. CONTENIDOS
I. DISPOSITIVOS CLÍNICOS EN LAS INSTITUCIONES Y EN LA COMUNIDAD
Diseño de dispositivos clínicos para actividades grupales en lo institucional y comunitario. Comu-
nidad trascendental y comunidad problemática. La composición de un común. El psicólogo en los
ámbitos de salud, educación, penales y otros. Elucidación de la implicación del profesional. Revi-
sión de la noción de “intervención” respecto del eje trascendencia/inmanencia. Posición subjetiva
del operador: animación y abstinencia. Agenciamientos, estrategias, procedimientos y operacio-
nes situacionales. Distinción entre programación previa y evaluación de las estrategias inmanen-
tes en los dispositivos clínicos.
Objetivos:
Elucidar la noción de 'comunidad', presente en las teorizaciones modernas.
Revisar las nociones de institución y situación, a la luz de los trastornos en la producción
de subjetividad ciudadana, en tanto sujeto de derechos y obligaciones.
Introducir los aportes del pensamiento contemporáneo acerca de los procesos inmunita-
rios en la constitución de lo común.
Introducir a la noción contemporánea de multitud y sus consecuencias en el campo psi.
Trabajar las lógicas presentes en las nociones de abstinencia e implicación. Visualizar los
efectos de intervención del posicionamiento subjetivo del operador psi.
Bibliografía obligatoria:
Bonano, O.: Lo grupal en el trabajo comunitario – Ficha de cátedra.
11
Bonano, O: (2008) “Sufrimiento psíquico en instituciones”, en El oficio de intervenir. Políticas
de subjetivación en grupos e instituciones. Editorial Biblos, Buenos Aires
Bonano, O y Bozzolo, R. (2007) “La nominación y las practicas actuales de análisis institucio-
nal”. Cuadernos de Campo nº 2 publicado por Campo Grupal, Octubre.
Bonano, Bozzolo, L´ Hoste: “Posición subjetiva e intervención institucional”. (Inédito) Ficha de
cátedra.
Bonano, Bozzolo, L´Hoste: “Elucidación y subjetivación” texto inédito. Ficha de cátedra.
Bozzolo, R. (2005). “Prácticas grupales y avatares institucionales”. Ficha de cátedra.
Deleuze, G. (1990): “¿Qué es un dispositivo?”. Conferencia de enero 1988, en el primer en-
cuentro internacional organizado por la Association pour le centre Michel Foucault, publicada
por du Seuil, Paris 1989, en el texto colectivo: Michel Foucault, philosophe, Barcelona, Gedisa
editores
Duschatzky, S. y Sztulwark, D. (2007). “Lo que puede una escuela”.
Labandeira, M. C. (2006) “Sólo hay encuentros” Campo Grupal nº 83.
Lewkowicz, I (2000) “El analista sin estado” Inédito. Ficha.
Lewkowicz, I, Corea, C y De la aldea, E. (1998) “La comunidad entre lo público y lo privado”
Publicado en “Campo Grupal Nº 2, Bs.As.1998.
Lewkowicz I.: “Escritos varios sobre comunidad, lo común y la subjetividad actual”. Inédito.
Lazzarato, M: “Por una redefinición del concepto ‘biopolítica’”, Publicado en la página
www.caosmosis.acracia.net
Lourau, R. (2001): “La lógica de la implicación”. Selección realizada por Gregorio Kaminsky de
Libertad de movimientos. Una introducción al análisis institucional. Buenos Aires. Eudeba.
Moratti Serricchio, M.F.: "Lo inmune y la producción de subjetividad. Una herramienta posi-
ble" – Ficha de cátedra.
Bibliografía de consulta:
Bozzolo, R. (2008). “Los vínculos y la producción de subjetividades”, en El oficio de intervenir.
Políticas de subjetivación en grupos e instituciones. Editorial Biblos.
Corea, C. y Lewkowicz, I. (2005) “La institución materna” en Pedagogía del aburrido. Paidós.
Deleuze, G. 1991 “Posdata a las sociedades de control”. en Christian Ferrer (Comp.) El lengua-
je libertario, Tº 2, Ed. Nordan, Montevideo,
Corea, C. y Lewkowicz, I. (2005) “Pedagogía del aburrido”. Paidós,
Fernández, A (1999) “Instituciones Estalladas”. EUDEBA.
Fernández, A. (2007): “Lógicas colectivas y producción de subjetividad”, tercera parte, cap.2,
en: Las lógicas colectivas. Imaginarios, cuerpos y multiplicidades. Buenos Aires, Editorial
Biblos.
Kaës, R. (1985) “Crisis, ruptura y superación”. Comp. Ediciones Cinco. Cap. 1. Págs. 7-80. Bue-
nos Aires
Kaës R. (1989) “Realidad Psíquica y sufrimiento en las instituciones”, en La institución y las
instituciones. Estudios psicoanalíticos. PAIDÓS, Buenos Aires.
Manero Brito, R. (1990) “Introducción al análisis institucional” Revista TRAMAS Nº 1, (UNAM-
XOCHIMILCO)- México.
Ventrici, G. (2008) “Las instituciones y los procesos de subjetivación”. En Cuadernos de Campo
nº 3, publicado por Revista Campo Grupal, Abril 2008, Buenos Aires.
Objetivos:
Introducir a "la" subjetividad como campo de problemas.
Comprender la necesidad de otras lógicas, presente en algunos pensadores contemporá-
neos.
Realizar una genealogía de los diversos modos de subjetivación.
Ubicar la psicología como disciplina y el psicoanálisis como tecnología de subjetivación.
Revisar la noción de trauma psíquico, en las actuales condiciones.
Bibliografía Obligatoria:
Agamben, G. (2009) “¿Qué es ser contemporáneo?” Artículo publicado en Clarín con fecha
21-03.09.
Bonano, O. (2014): "Dispositivos y agenciamientos grupales", en Cuadernos de Campo N° XV,
“Dispositivos Grupales”, publicación de la Revista Campo Grupal. Buenos Aires, Mayo 2014
Bonano, O. (2011); "Tres modos socio-históricos de producción subjetiva", Clase de Seminario
– Ficha de cátedra.
Bozzolo, R. (2008). “Los vínculos y la producción de subjetividades”, en El oficio de intervenir.
Políticas de subjetivación en grupos e instituciones. Editorial Biblos.
Bozzolo, R. (2008) “Condiciones Actuales de producción de subjetividad” ponencia en panel. II
Congreso de Configuraciones Vinculares. Ficha de cátedra.
Bleichmar, S.: "Entre la producción de subjetividad y la constitución del psiquismo".
Fernández Polanco, Aurora y Pradel, Antonio . "Una conversación con Suely Rolnik" , Publi-
cado en la Revista Re-visiones # Cinco, 2015 Universidad Complutense de Madrid, Madrid, Es-
paña
Guattari, F. (1996) “Acerca de la producción de subjetividad”, Cap. 1 de Caosmosis, Buenos
Aires, 1996, Editorial Manantial.
Guattari, F. y Rolnik, S. (2005) Capítulo 2: “Subjetividad e historia”, en Micropolítica. Carto-
grafías del deseo. (Ficha de cátedra y selección de fragmentos realizada por Juan Pablo Cata-
ni), Buenos Aires, Tinta Limón y Traficantes de sueños.
Hupert, P. “Sujeto, subjetividad, deslindes. ¿Sujeto sin subjetividad? El deslindamiento con-
temporáneo”. Notas al foro. FLUCTUAT Publicación de psicoanálisis.
Lewkowicz, I, (2003) “Suceso, situación, acontecimiento”. Inédito Ficha bibliográfica.
Lewkowicz, I. (2004) “La noción de subjetividad”. Inédito. Ficha bibliográfica.
Lewkowicz, I: (2002) "La subjetividad contemporánea. Entre el consumo y la adicción”. Publi-
cada en la Revista de la AAPPG. Ficha de circulación interna.
Bibliografía de consulta:
Berardi, F. (Bifo) (2003) “La fábrica de la infelicidad”. Cap. 1. Págs. 35 a 58. Editó Fabricantes
de sueños, Madrid.
Berardi, F. (Bifo). (2007). “La generación post-alfa”. Diálogo inicial, introd. y Cap. 1, págs. 35 -
72. Editorial Tinta Limón, Buenos Aires.
Castoriadis, C. (1983 y 1989) “La institución imaginaria de la sociedad” Cáp.7.Tusquets.
Corea C. y Lewkowicz, I (1999). “¿Se acabó la infancia? Ensayo sobre la destitución de la ni-
ñez”. Editó Lumen, Buenos Aires.
Hupert, P. (2007-2008) “La temporalidad de nuestra época” Selección realizada con artículos
de Campo Grupal Nos. 96, 98 y 99, Buenos Aires
Hupert, P. “Ciberespacialidad” (2006) , artículo de Campo Grupal nº 81.
Rolnik S. (2005) "Una nueva suavidad" en Micropolítica, Cartografías del deseo, pág. 413.
Buenos Aires. Ediciones Tinta Limón,
13
III. LA PSICOTERAPIA Y LA CLÍNICA
Las psicoterapias como prácticas más allá del binarismo individuo-grupo. Elucidación crítica de la
noción de Psicoterapia. Del modelo médico al psicoanalítico. El psicoanalismo y el control social.
Las prácticas clínicas, más allá del eje salud-enfermedad. Dispositivos de trabajo, posición subjeti-
va del psicólogo y procedimientos clínicos en condiciones de subjetividad contemporánea.
Objetivos:
Introducir el campo de la clínica y las psicoterapias.
Diferenciar a través de una sumaria genealogía, las intervenciones del psicólogo de la psi-
quiatría y la pedagogía.
Fundamentar la intervención clínica del psicólogo en situación, más allá de las trascen-
dencias postuladas por el eje salud y enfermedad.
Elucidar las condiciones actuales del ejercicio profesional.
Introducir la noción de posición subjetiva del profesional, en la intervención contemporá-
nea.
Problematizar la clásica división de las psicoterapias en “individual” y “grupal”.
Bibliografía Obligatoria:
Bonano, O.: Lo grupal en el trabajo comunitario – Ficha de cátedra.
Bozzolo, R, (2008) “Clínicas que desbordan la cubeta psicoanalítica” en El oficio de intervenir.
Políticas de subjetivación en grupos e instituciones. Editorial Biblos.
Bozzolo, R. (2008) “Macrocontexto: el agotamiento de una nominación”, en El oficio de inter-
venir. Políticas de subjetivación en grupos e instituciones. Editorial Biblos.
Bozzolo, R. (2002) “Fundamentación de la perspectiva de la cátedra” Ficha de circulación in-
terna.
Bozzolo, R. (2002) “Lugar y función del psicoanalista en el grupo”. Ficha de circulación interna.
Ulloa, F: (1962) “Comunidad Clínica” Ficha de circulación interna.
Ulloa F: (2008) “Innovaciones en el psicoanálisis” (fragmentos) Publicado en Imago Agenda N°
118 Abril 2008, Buenos Aires.
Ulloa, F., (1995) Fragmentos sobre mortificación y ternura en Novela Clínica Psicoanalítica.
(Págs. 238-241).Buenos Aires, Paidos.
Bibliografía de Consulta:
Bonano, O. (2008) “Sustracción, capacitación, composición. Una experiencia en La Plata”.
Ficha de cátedra.
Bozzolo, R. (2008) “Psicoanálisis Pensables e impensables”, en El oficio de intervenir. Políticas
de subjetivación en grupos e instituciones. Editorial Biblos.
Castoriadis, C. (1994) “Introducción” de Los dominios del hombre, año. Editorial Gedisa, Bue-
nos Aires
Corea, C. (2002) “La destitución de la comunicación y el agotamiento de la subjetividad peda-
gógica”. Clase dictada para FLACSO virtual. Ficha bibliográfica.
Ulloa, F., (1995) Novela Clínica Psicoanalítica. Buenos Aires, Editorial Paidós.
Ulloa, F: (2007) “En la numerosidad social hay algo de puesta en escena”, en Cuadernos de
campo Nº 2, publicación de Campo Grupal. Octubre. Buenos Aires.
Bibliografía obligatoria:
Anzieu, D. (1986) “El grupo y el Inconciente”. Segunda Parte, Cap. 10: Perspectivas teóricas: A)
panorama de la vida grupal inconciente y B) Teoría general del fantasma en los grupos. Ma-
drid, Biblioteca Nueva, 2ª. Edición,.
Bion, W: (1991) “Experiencias en Grupos”. Cap. Final “Revisión”, y fragmentos del Cáp.1 - Edi-
torial Paidós.
Bonano, O.(2000): "Del grupo reflexivo a los procesos de subjetivación"- Ficha de cátedra.
Bonano, O: (2013) “Producción de subjetividad del coordinador de grupos”, publicado en
Cuadernos de Campo grupal N° 14, Buenos Aires, Noviembre de 2013
Bonano, O: (2000) “La dimensión del apuntalamiento". Cap. 7 de Crisis del sujeto contempo-
ráneo, Biblioteca de Iniciación, Univ. Nac. De Lomas de Zamora.
Bonano, O: "Organizadores del Grupo". Ficha de cátedra.
Bozzolo, R. (2005). “Practicas grupales y avatares institucionales”. Ficha de cátedra.
Kaës, R: (1985) “El apoyo grupal del psiquismo individual”, en Temas de Psicología Social, Año
8, Nº 7, Ficha de circulación interna.
Kaës, R: (1992) “Apuntalamiento y Estructuración del Psiquismo”, En Revista Nº 3 y 4 del año
1991 y revista Nº 2, publicación de la AAPPG. Ficha de cátedra.
Kaës, R. (2000): “Las teorías psicoanalíticas de grupo”. Pág. 33 a 46 y Cap. 4, apartados IV, V y
VI (Págs. 111 a 122). Editorial Amorrortu. Buenos Aires.
Percia, M.; "Apuntes para una escucha psicoanalítica en situación de Grupo", en Notas para
pensar lo grupal, Lugar Editorial, Buenos Aires – Ficha bibliográfica.
Percia, M.; "Procesos identificatorios en la clínica grupal", en Notas para pensar lo grupal,
Lugar Editorial, Buenos Aires – Ficha bibliográfica.
Percia, M.: “Instalación política de los grupos (decepciones de Bion)”, en Vínculos y subjetivi-
dad en la era contemporánea. Revista de AAPPG, Tomo XXVII, Número 1, 2005, págs.191 a
232. Ficha de cátedra.
Manero Brito, R (2003). “Reflexiones sobre la práctica grupal” Revista TRAMAS Nº 21
(UNAM-XOCHIMILCO) México. Ficha de circulación interna.
Ventrici, G. (2006) “El grupo en tiempos de intemperie”. Revista de la AAPPG, nº 1, Volumen
XXIX. Buenos Aires.
Bibliografía de consulta:
Anzieu, D., Bejarano A., Missenard, A. y otros, (1978) “El trabajo psicoanalítico en los gru-
pos”. Introducción, caps. 2 y 10. Editó Siglo XXI
Bernard, M. y otros (1996). “Desarrollos sobre grupalidad. Una perspectiva psicoanalítica”.
Lugar Editorial, Buenos Aires.
Bonano, Bozzolo y L´Hoste (1993). “El apoyo grupal en la elaboración del trauma social”, en
“Tiempo Histórico y Campo Grupal, Masas, grupos e instituciones” compilación de Ana María
Fernández y De Brasi, Nueva Visión.
Bozzolo, R. (2008) “El grupismo como obstáculo”, en El oficio de intervenir. Políticas de subje-
tivación en grupos e instituciones. Buenos Aires, Editorial Biblos.
Fernández, A. (1989) “El campo grupal, Apuntes para una genealogía”. Buenos Aires, Edito-
rial Nueva Visión.
15
Kaës, R. y Anzieu, D. (1979): "Introducción" – Crónica de un grupo- Gedisa, Barcelona, Ficha
bibliográfica.
Kesselman, H, Pavlovsky, E. y Frydlewsky, L. (1984) Escenas temidas del coordinador de gru-
pos. Buenos Aires, Ediciones Búsqueda.
Kesselman, H., y Pavlovsky, E.: (2003) “Nuevos caminos en Psicodrama”, (Fragmentos) en
Actualidad Psicológica N° 307, Abril 2003, Buenos Aires.
Percia, M. (1991) “Notas para pensar lo grupal”. Buenos Aires, Lugar Editorial.
Grüner, E. (1993) “Retrato de grupo con historia” en Tiempo histórico y campo grupal. Bue-
nos Aires, Nueva Visión.
De Brasi, J.C.: (1993) “Psicología de las masas. La grupalidad en movimiento”, en Tiempo
histórico y campo grupal. Editorial Nueva Visión.
Bauleo, A, (1997) “Psicoanálisis y Grupalidad”, Cap. 2. Págs. 21 a 59, Buenos Aires, Editorial
Paidós.
Objetivos:
Problematizar los efectos de la presencia de numerosidad de cuerpos en los dispositivos
clínicos.
Introducir a los aportes del denominado psicoanálisis de los vínculos, en los abordajes de
situaciones vinculares diversas, parejas y familias.
Establecer las diferencias entre dispositivos técnico-profesionales y las intervenciones en
agrupamientos espontáneos.
Introducir los fundamentos de la modalidad psico-dramáticas de abordaje clínico.
Bibliografía obligatoria:
Aguirre, E. y Burkart, M. (2006) “Los vínculos actuales: confianza y amenaza”. Campo Grupal
nº 83., Buenos Aires.
Berenstein, I (2004) “Devenir otro con otro(s). Ajenidad, presencia, interferencia”. Buenos
Aires, Paidós.
Badiou, A., (2001) “El amor como escena de la diferencia”, conferencia en la AAPPG. Ficha
bibliográfica.
Berenstein, I. (2005) “El debate que propone la vincularidad”, Actualidad Psicológica, Buenos
Aires
Hurtado Atienza, S.(2005): Acerca del uso de técnicas psicodramáticas en el aprendizaje, Ficha
de cátedra-
Kaës, R. (1998) “La transmisión de la vida psíquica entre generaciones”, Revista de la AAPPG,
Nº 1 del año 1998, Buenos Aires.
Waisbrot, D. (2009) “El Edipo después del Edipo. Recorridos actuales en Psicoanálisis”, en Re-
vista de la AAPPG Nº 1
Bibliografía de consulta:
Amores, S. (2000): “Clínica del niño y su familia”. Bs. As.. Editó Distal.
Aulagnier, P. (1977): “La violencia de la interpretación”, Cap. 4, págs. 112-186. Buenos Aires,
Amorrortu.
Berenstein I.(2001): “Una visión personal del psicoanálisis de las configuraciones vinculares”
en Revista de la AAPPG Hermanos. Ficha de circulación interna.
16
Czernikowski, E. y otros (2003). “Entre hermanos. Sentidos y efectos del vínculo fraterno”.
Compilación Cap.: Gaspari, R. “Historias de hermanos: un relato clínico” Buenos Aires, Lugar
Editorial.
Duschatzky, S. (2007) “Maestros errantes. Experimentaciones sociales en la intemperie”. Pai-
dós, Buenos Aires.
Duschatzky, S. (2007) “La educación: una posibilidad en los pliegues del desfondamiento”.
Cuaderno de campo Nº 2, publicado por Campo Grupal.
Roudinesco, E. (2003) “La familia en desorden”. Editó Fondo de Cultura Económica.
Missenard, A. y otros, (1991) “Lo negativo”. Buenos Aires, Amorrortu.
Varios autores, 2004 “Pensamiento Vincular, Un recorrido de medio siglo”, Número extraor-
dinario de la Revista de la AAPPG, (Compilación). Buenos Aires
5.1. OBJETIVOS
Atravesar experiencias en situaciones grupales que habiliten una lectura clínica y un posiciona-
miento subjetivo con capacidad de intervención. Propiciar la capacitación clínica de los/as estu-
diantes para el diseño y coordinación de dispositivos grupales en ámbitos institucionales y comu-
nitarios.
Bonano, Bozzolo, L´Hoste: (2008) “La noción de trauma en la alteración permanente”. Cap. 2,
parte III, págs. 136 a 144, en El oficio de intervenir. Políticas de subjetivación en grupos e insti-
tuciones. Buenos Aires, Editorial Biblos.
Bonano, O. (2011); "Tres modos socio-históricos de producción subjetiva", Clase de Seminario
– Ficha de cátedra.
Bonano, O.(2014): "Dispositivos y agenciamientos grupales", en Cuadernos de Campo N° XV,
“Dispositivos Grupales”, publicación de la Revista Campo Grupal. Buenos Aires, Mayo 2014
Deleuze, G. 1991 “Posdata a las sociedades de control”. en Christian Ferrer (Comp.) El lengua-
je literario, Tº 2, Ed. Nordan, Montevideo.
Lazzarato, M: (2006) Cap. 2: “Los conceptos vida y de vivo en las sociedades de control” en
Políticas del Acontecimiento. Ediciones Tinta Limón. Buenos Aires,.
Lazzarato, M: (2006) Prólogo: “Multiplicidad, totalidad y política”, Págs. 27 a 42 en Políticas
del Acontecimiento, Ediciones Tinta Limón. Buenos Aires.
Lewkowicz, I: (2004) Prólogo y Cap. 1 de la Primera Parte “Del ciudadano al consumidor”,
Págs. 9 a 39 en Pensar sin estado. La subjetividad en la era de la fluidez. Editorial Paidos, Bue-
nos Aires,
-----------------------------------
C. Contextuar el binomio individuo-grupo como producción propia de la modernidad y la so-
ciedad de normalización. Problematizar ‘los grupos’ como campos de saberes interiores a
distribuciones disciplinares en el marco de estrategias de poder y regulación biopolíticas
d – Los vínculos bajo condición contemporánea.
Berenstein Isidoro: “Una visión personal del psicoanálisis de las configuraciones vinculares”
en Hermanos, Revista de la AAPPG.
Bozzolo, R. (2008) “Los vínculos y la producción de subjetividades”, Cap. 4 de Parte V, pág.
264 en El oficio de intervenir. Políticas de subjetivación en grupos e instituciones. Buenos Aires
2008, Editorial Biblos.
Fernandez, Ana María: (2007) Cap. 2, Tercera Parte “Lógicas colectivas y producción de subje-
tividad”, Págs. 271 a 283, en Las lógicas colectivas. Imaginarios, cuerpos y multiplicidades.
Buenos Aires, Editorial Biblos.
Bozzolo, R. y L’Hoste, M.: “Nuevas condiciones para el trabajo con grupos e instituciones”
Texto inédito. Ficha de cátedra.
18
Lazzarato, M: (206) “El acontecimiento y la política” (fragmentos del Cap. 1) en Políticas del
acontecimiento, Buenos Aires, Tinta Limón ediciones.
k - Genealogía de lo grupal.
Bonano, O (2000): "Del grupo reflexivo a los procesos de subjetivación"- Ficha de cátedra.
Bozzolo, R. (2008) “El grupismo como obstáculo”, en El oficio de intervenir. Políticas de subje-
tivación en grupos e instituciones. Buenos Aires, Editorial Biblos.
Fernández, A. (1989) “Introducción” en El campo grupal, Apuntes para una genealogía. Bue-
nos Aires, Editorial Nueva Visión.
--------------------------------------------
D. Producir un movimiento elucidatorio acerca de los modos de pensar ‘los grupos’ para carac-
terizar los diversos dispositivos que tales modos de pensar fundaron y qué lugar emplaza-
ron para lugares y funciones del psicólogo/a en los mismos.
En la corriente inglesa.
En la corriente francesa.
En la corriente argentina.
E. Disponer herramientas conceptuales para que los estudiantes problematicen las tensiones
entre el diseño de dispositivos grupales, su relación con los dispositivos socio-históricos y
los posicionamientos y procedimientos propios del oficio. Aportar a la construcción de he-
rramientas para el diseño de dispositivos de trabajo en y con grupos y comunidades y a la
adquisición de una destreza básica para la coordinación en tales dispositivos.
b - Dispositivos
Deleuze, G. (1989) “¿Qué es un dispositivo?”. Conferencia de enero 1988, en el primer en-
cuentro internacional organizado por la Association pour le centre Michel Foucault, publicada
por du Seuil, Paris, en el texto colectivo: Michel Foucault, philosophe. Ficha bibliográfica..
Fernández, A. (2007): “Un modo de lectura que rodea sin decir”, segunda parte, cap.2, en: Las
lógicas colectivas. Imaginarios, cuerpos y multiplicidades. Buenos Aires, Editorial Biblos.
Bonano, O: (2014) “Dispositivos y agenciamientos grupales”, publicado en Cuadernos de
Campo N° 15, Buenos Aires, publicación de Revista Campo Grupal.
6. BIBLIOGRAFÍA GENERAL
Para facilitar el acceso a textos, la cátedra ha elaborado unas 64 fichas con materiales
inéditos, compilaciones de fragmentos de textos ya publicados en libros o revistas, etc.
que se encuentran incluidos en la bibliografía obligatoria del Programa General y del Pro-
grama de Trabajos Prácticos, consignadas como tales. En todos los casos ha sido consig-
nada la fuente.
7Cristina Corea. Clase dictada en seminario de FLACSO: “La destitución de la comunicación y el agotamiento del sujeto
pedagógico”, año 2002.-
8 Roberto Esposito. Comunitas, Inmunitas y Bios. Bs As, AMORRORTU.-
25
caso en situación. Pensar incluye siempre partir de las afectaciones sufridas durante la experien-
cia y esta es una posición ética imprescindible en el diseño de los dispositivos docentes que apun-
tan a una capacitación clínica.
Para ello se programan diferentes espacios que llamamos experienciarios por los que podrá atra-
vesar el estudiante que curse esta asignatura:
la actividad de los Trabajos Prácticos
la asamblea y los pequeños grupos del Espacio Teórico Clínico (eTC),
la Jornada de Experiencia Grupal
los talleres como espacios colectivos de formación.
las prácticas intra cátedra (en talleres clínicos, en los TP y en la asamblea clínica del eTC),
RECURSOS DIDÁCTICOS
Asamblea clínica, dispositivo creado por Fernando Ulloa.
Crónicas de los distintos aconteceres grupales de los distintos espacios de la cursada, co-
pensadas por los distintos integrantes del agrupamiento.
Escenificaciones o dramatizaciones realizadas en los espacios de capacitación clínica: TP, Es-
pacio Teórico Cínico, para promover una cierta participación por parte de los estudiantes.
Relato y comentarios de prácticas, casos y situaciones clínicas
Situaciones vinculares y grupales co-pensadas (término que preferimos al de supervisadas)
Puntuaciones conceptuales por parte del docente a cargo de cada espacio.
Fichas bibliográficas para el estudio para diferentes unidades del Programa.
Respecto de la promoción sin examen: dada la relevancia que asignamos al encuentro del alumno
con el conjunto de la bibliografía que se produce en ocasión de preparar el examen final, NO dis-
ponemos del régimen de promoción sin examen
Promoción con evaluación parcial y examen final.
Para aprobar el curso lectivo los alumnos deberán cumplir con los requisitos que se establecen en
el REP, con las siguientes especificaciones:
Asistencia Obligatoria (85%) a los trabajos prácticas a cargo del Personal Docente Auxiliar.
Asistencia a la jornada de experiencia grupal, que se computará como un práctico.
Asistencia a los espacios de lectura simultánea. (una de las semanas del cuatrimestre, ac-
tividad explicada en el punto 5.3). Se computa como un práctico.
Aprobación de dos evaluaciones parciales que se tomará en el curso del semestre (un es-
crito grupal y domiciliario (puntuación mínima 4 y un escrito individual y domiciliario.
(puntuación mínima 4)
Promoción con evaluación parcial y examen final con presentación de tema especial. En el caso
de aquellos alumnos que opten por sostener su asistencia al espacio de los Teóricos, además del
cumplimiento de lo establecido en el punto anterior, se ofrece la posibilidad de rendir el final con
27
la presentación de un tema especial, que será evaluado por el Profesor a cargo de la asignatura
en el turno en que el alumno elija, bajo una modalidad dialógica. Se suministrará un instructivo
específico para la elaboración de tal tema especial.
9. REGIMEN DE CORRELATIVIDADES
Las normativas vigentes estipulan los siguientes requisitos para los cursos:
1. El alumno que desee cursar como regular una asignatura deberá tener aprobada, al inscribirse,
la cursada de la correlativa previa.
2. Para cursar la tercera correlativa (es decir la materia del año académico actual), el alumno de-
berá tener aprobado el examen final de la primera correlativa (en los turnos de exámenes que se
especifiquen desde la Secretaría Académica de la Facultad)
3. Asignaturas correlativas para cursar: Finales rendidos: Neuroanatomía y Neurofisiología, Psico-
logía Evolutiva II, Psicología Social. Cursadas aprobadas: Psicopatología I, Psicopatología II, Psico-
logía Institucional
4. Para rendir el final de la asignatura deben a su vez aprobarse los finales de: Psicopatología I y
Psicopatología II y Psicología Institucional.
Esta asignatura aún no ha realizado ninguna investigación regular académica, por carecer de do-
centes categorizados.
En la cátedra se realiza desde hace ya varios años, una tarea de investigación interna “La capaci-
tación del psicólogo en las actuales condiciones de producción de subjetividad”. Tal actividad se
realiza fundamentalmente en el cuatrimestre en el que la materia no trabaja al frente de alum-
nos. La metodología básica pasa por la supervisión sistemática de las comisiones de trabajos prác-
ticos, realizada por el docente a cargo de la materia, la recolección y revisión de crónicas de los
agrupamientos y la revisión de escritos producidos por los estudiantes –algunos de los cuales
alcanzan el valor de ensayos- Tales escritos van constituyendo el corpus de dicha investigación.
Desde el año 2003 los docentes de la cátedra han presentado y publicado en jornadas científicas
textos que pueden ser considerados avances de dicha investigación y que están integrados a la
bibliografía actual.
En el año 2017 se puso en práctica un Proyecto de Extensión, aprobado por la Secretaría de Políti-
cas Sociales de la UNLP, y que se desarrolla en el CENTRO COMUNITARIO DE EXTENSION: CCEU
RINGUELET, Proyecto: Cuidados y decisiones. Una apuesta colectiva en educación sexual integral,
Director: Osvaldo Bonano. Alrededor de 20 auxiliares docentes y adscriptos de diversa categoría
están insertos en este proyecto. Hay otros docentes y adscriptos que están inscriptos en otros
proyectos.