El Constructivismo Sudamericano
El Constructivismo Sudamericano
El Constructivismo Sudamericano
Dicho movimiento se caracteriza por ser muy abstracto, por lo que se recurre
generalmente a figuras geométricas y muy bien definidas.
CONSTRUCTIVISMO
En estos últimos tiempos, los movimientos artísticos que se han ido desarrollando están
siendo caracterizados por tener muy poca duración, ya que continuamente, gracias al
desarrollo de la tecnología y algunos otros aspectos externos que en cierta forma va
contribuyendo a una evolución mas rápida.
HISTORIA
Se sitúa a los artistas de ésta época, con un nuevo rol, por el hecho de retomar las
formas de las que solemos rodearnos, y crear nuevas obras.
Las obras que dan por inaugurado este movimiento son las construcciones en relieve de
Tatlin, elaboradas entre 1913 y 1917, para cuando en 1920 ya se comenzaban a integrar
otros artistas Alexánder Rodchenko, El Lissitzky, Naum Gabo y Antón Pevsner, entre
otros. En 1920 Gabo y Pevsner se dedicaron a la publicación en Moscú el Manifiesto
realista, donde se exponen los principios teóricos del nuevo estilo.
Vladimir Tatlin.
Relief
1914
Metal and leather on wood. 25" x 21".
Tatlin pasa de los bajorrelieves a unos metales más profundos, hasta llegar a sus
llamados "Contrarrelieves", que son formas de metal para ser colgadas. Es también una
de las figuras clave en la reorganización de las instituciones artísticas en el Estado
Soviético. Pronto se da cuenta de que el arte no cubre las necesidades del momento, y
decide acercarse más a los problemas cotidianos y de nivel social. Dicha idea se ve
bloqueada por la escasez de medios y materiales. Esto les hace diferentes al diseño
moderno europeo.
Como todo movimiento, este tubo diferentes etapas en las que se dividió, pero
esencialmente se trata de defender los ideales del utilitarismo, la funcionalidad y
abstracción; aunque su momento más brillante se remonta a las tres primeras décadas de
este siglo. La emergencia revolucionaria se vio ciertamente plasmada en las artes y tuvo
en el constructivismo su expresión más sobresaliente.
Para introducirnos mas a el entorno en el que se vivía en ese tiempo, y por lo tanto para
comprender mejor el movimiento es importante destacar los siguientes puntos:
La funcionalidad debía de ser aplicada porque se ,creía importante que el arte debía e
ser algo para que la gente lo entendiera, y con diferentes tipos de utilidades para la
sociedad; por lo que Tatlin hizo una fusión de diseños y sus construcciones, llegando a
ser un diseñador poderoso, en donde sus productos llegaron a formar un nuevo orden
estético.
Los nuevos movimientos también atacaron a los presentes en Latinoamérica, ya que tal
y como se sabe, la mayoría de movimientos surgen del viejo mundo, y esto debido a la
antigüedad de tal.
Luego de pocos años que este movimiento surgiera en Rusia, este fue trasladado al
nuevo mundo, en los años de 1920.
Se fue evolucionando con las ideas a través del tiempo, pero a quien se le considera el
propulsor de este tipo de arte moderno en Latinoamérica es Joaquin Torres García, de
origen uruguayo. Fue personaje de gran importancia, por ser clave del desarrollo
movimiento desarrollado en Argentina: Arte Concreto- Invención y Arte Madí en los
años cuarenta.
Así como fue impuesta por Jaqueen en Argentina, asi Edgar Negret y Eduardo Ramírez
Villamizar la introdujeron en Venezuela.
Este arte abstracto geométrico tambien se introdujo en Ecuador, por Manuel Rendón,
quien sirvio de inspiración para Anibal Villacis y Enrique Tábara.
De esta manera, nos damos cuenta que el constructivismo colaboró para buscar nuevos
caminos, por medio de las mezclas de diferentes vanguardias como lo mencioné
anteriormente, lo que puede llegar a significar un avance para los artistas para
redescubrirse.
Las maderas funcionaban para Torres-García como formas a través de las cuales
sintetizaba un número de ideas que abarcaban tendencias geométricas y constructivas y
que lo guiaron hacia el desarrollo de su propia forma distintiva de abstracción. “Las
innovaciones únicas de Torres-García en un medio como la madera se anticiparon a
posteriores desarrollos artísticos en Europa y las Américas del siglo XX.
CONSTRUCTIVISMO SACRIFICIAL
(CA. 1987-1992)
En el origen del trabajo de Jezik estuvo presidido por una pregunta por el origen. Como
integrante del llamado grupo de la X que, a instancias del veterano escultor Enio Lommi
–acompañado por el pintor y teórico Jorge López Anaya- aglutino en un ciclo de
exhibiciones entre 1986 y 1987 a un grupo de artistas jóvenes –Jezik se dio a crear
instalaciones escultóricas que combinaban la operación directa de materiales bastos
como los desechos de madera quemada, piedras, cuerdas, y la intención de evocar
altares y espacios sagrados con un cierto corte primitivista. Ese ciclo de obras respondía
a un clima de búsquedas culturales que tenían, tras el quiebre social y cultural de la
dictadura Argentina, la intención de una cierta recuperación de memoria y un dialogo
intergeneracional. Como Jezik mismo ha señalado, varios de sus contemporáneos
ambicionaban “conectar con las raíces”, lo que en ese momento implicaba la pretensión
de replantear el referente indígena Andino, por parte “de quienes veían hacia Torres
Garcia, Paternosto o los Incas”, Aunque Jezik no se sumó de lleno al regreso a las bases
del arte moderno sudamericano como un “arte telúrico constructivo” que apuntaría a las
“raíces amerindias” de fórmulas personales de abstracción, sí se lanzaría de lleno en una
búsqueda de un lenguaje escultórico que sugería una ritualidad no occidental.
Las obras e instalaciones que realizaba Enrique Jezik produjo a fines de los años
ochenta y principios de los noventa desbordaban, de entrada, todo referente a la
escultura como objeto, para evocar una territorialidad simbólica: desde el espacio de
una ritualidad oscura. Desde 1987, cuando exhibía con el grupo de la X, Jezik producía
instalaciones que en arreglos geométricos, y sin prácticamente otro elemento de
ensamble que cuerdas, disponía huesos, piedras, maderos y otros objetos residuales, a
fin de producir un espacio cargado de arcaísmo. Estas instalaciones efímeras (que no
sólo no eran preservados, sino que, frecuentemente, veían sus elementos reciclados en
nuevos proyectos) friccionaban con la geometría heredada de la tradición modernista, a
la vez que con la geometría de las sociedades antiguas: círculos, líneas espaciales,
triángulos y rectángulos rotos por los materiales y la precariedad de la construcción. Sin
embargo, su comportamiento no era sólo arquitectónico. Lo más característico de esas
obras es el modo en que Jezik empezó a involucrar una serie de procesos de destrucción
que pronto adquirieron un corte performático: el registro de la huella de suciedad que
dejaba una rueda de madera al ser expuesta a la intemperie (Sombra de lluvia, 1989) y
la quema de residuos de madera a fin de obtener material carbonizado (Señal, 1988).
Las instalaciones indicaban una o varios centros focales, a veces indicados con puntos
en las paredes o en el suelo, que localizaban una huella, la marca de un acto o de un
gesto de fuerza. Aunado al hecho de que Jezik incluyó en su factura huesos animales
que, colocados en arreglos en el suelo, o dentro de anillos de madera, sugieren ofrendas
y entierros de restos humanos, esas marcas sugerían claramente la lectura de esos
espacios como recintos sacrifícales.
"Vemos un constructivismo artificial, obras que tienen que ver con las instalaciones
escultóricas que Enrique empezó a hacer en 1986 en Argentina, bajo el grupo de la
llamada X, y luego trae con su llegada a México", detalla Medina. .