ISSN: 0124-8146
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Fundación Universitaria del Área Andina
Colombia
LA CAUSALIDAD EN EPIDEMIOLOGÍA
Celmira Laza Vásquez*.
RResumen
Los modelos causales en Epidemiología son los sistemas conceptuales y teóri-
cos sobre los cuales se ha estructurado la investigación y el desarrollo de la
Epidemiología como ciencia. Mediante éstos se ha abordado el estudio del
objeto disciplinar de la Epidemiología.
Finalmente, frente a las limitantes de este último modelo causal, se han plan-
teado varias propuestas alternativas para la explicación y comprensión del
proceso salud-enfermedad. Entre éstas se encuentra el modelo de la Eco-
epidemiología y el Modelo Histórico-social.
Causa puede definirse como algo que Los modelos de causalidad han variado
trae consigo un efecto o un resultado. En a lo largo de la historia. Susser y Susser
salud, la causa es identificada con los (1996) describen tres eras de la
términos de etiología, patogénesis o Epidemiología, las cuales están muy re-
mecanismos. La relación causal ha sido lacionadas con los modelos causales y
considerada como “la existente entre los paradigmas de salud imperantes en
dos categorías de eventos, en la cual cada momento de la historia. Cada teo-
se observa un camino en la frecuencia ría causal de la enfermedad refleja un
o en la cualidad de uno que sigue a la paradigma diferente que gobernó en
alteración del otro. En ciertos casos se cada época, teniendo en cuenta que los
debe suponer la posibilidad de la alte- paradigmas, según Kuhn9, “son los con-
ración y se puede justificar la clasifi- ceptos de la causa que dominan una
cación presuntiva de una asociación ciencia en particular en un período par-
causal”5. ticular” y que estos sólo pueden ser re-
emplazados por las “revoluciones cien-
Rothman y Greenland (2005), refieren tíficas”. A esto, Susser M10 agrega que
que “se define una cau sa de un evento no sólo por verdaderas “revoluciones
de enfermedad específico como un científicas” se reemplazaron los
evento antecedente, la condición o la paradigmas de salud, sino también por
característica que eran necesarios para desgaste simple y por fuerzas externas
la ocurrencia de la enfermedad al mo- como los cambios sociales y económicos,
mento en que ocurrió. En otras pala- los cuales son capaces de empujar el es-
bras, una causa de un evento de enfer- tado de conocimientos en una ciencia
medad es un evento, la condición o la más allá de sus límites.
característica que precedían al evento
de la enfermedad y sin la cual el even- Estas tres eras son:
to de la enfermedad podría no haber
ocurrido”6. 1. La era de las estadísticas higiénicas
con su paradigma de la nube tóxica,
Según Susser M7 (2001), la causalidad
2. la era de la epidemiología de la enfer-
“describe la propiedad de ser causal, la
medad contagiosa con su paradigma
presencia de la causa, o de las ideas so-
de la teoría del microbio y;
bre la naturaleza de las relaciones de la
causa y el efecto. Ésta puede causar la 3. la era de la epidemiología de la enfer-
relación para provocar a cualquiera la medad crónica con su paradigma de
producción de un efecto, o más. Las cau- la caja negra11.
sas causan o ocasionan un efecto”.
A continuación se describirán cada era
Los criterios para la causalidad, según y paradigma planteado por estas auto-
esta misma autora, pueden ser agrupa- ras, teniendo en cuenta el contexto his-
dos al menos en cinco categorías que tórico en el cual aparece, se desarrolla y
son: la fuerza y la precisión (en la causa fue reemplazado; además de las carac-
y el efecto); la regularidad (replicabi- terísticas de éstos. También se hará re-
lidad y supervivencia), el rendimiento ferencia a los nuevos paradigmas, de la
profético y las coherencias o credibili- llamada época post moderna de la
dad de las causas8. Epidemiología.
I. La era de las estadísticas higiénicas La Teoría del Miasma, que se consolida
con su paradigma de la nube tóxica como modelo conceptual unicausal de
la explicación de la enfermedad, apare-
y la era de la epidemiología de la en-
ce durante la Revolución Industrial en
fermedad contagiosa con su paradig- Europa en los comienzos del siglo XIX.
ma de la teoría del microbio. Durante este período se describen las
condiciones inhumanas de trabajo, la vi-
Se relacionan, de forma intencional, és- vienda miserable y el hacinamiento en
tas eras en un solo apartado, ya que en las ciudades; y por tanto la terrible si-
ambas eras reinaron dos paradigmas tuación de la población que resultó de
que tenían en común la unicausalidad todo ello. Para las condiciones de los
como forma de estudiar e investigar los barrios pobres, la hipótesis de la nube
procesos morbosos en la poblaciones. tóxica puso en tela de juicio el envene-
namiento por emanaciones de la tierra,
Lilienfel y Lilienfeld (1983), refieren que el agua y el aire. Las causas ambienta-
durante la primera época del siglo XVIII se les fueron pensadas como manifestacio-
desarrolló una explicación para el origen de nes múltiples de la morbimortalidad, y
las epidemias: la “teoría miasmática”. Ésta las estadísticas higiénicas se fueron co-
se basó en la idea de que cuando el aire es leccionando como pruebas indiferen-
de ‘mala calidad’, situación que no se defi- ciadas, o sea, que estaban más relacio-
nió con exactitud, pero que se suponía de- nadas a la morbimortalidada en conjun-
berse a la descomposición de la materia or- to que a las enfermedades específicas.
gánica, las personas que respiraban ese aire
se enfermaban”12. El nacimiento y consolidación del Esta-
do moderno en Europa y con ello la idea
Sin embargo, según Terris (1998), duran- de que la riqueza principal de una na-
te el siglo XIX en la Epidemiología “el ción es su pueblo, aliada al acto objetivo
debate teórico de la giró en torno a si las que el poder político es el poder de los
enfermedades eran causadas por conta- ejércitos, hace que sea necesario contar
gio o por miasma. Hasta 1874 los parti- al pueblo y al ejército, o sea, al Estado.
darios de esta última tesis eran los que El pueblo como elemento productivo y
dominaban; su teoría era aceptada. La el ejercito como elemento beligerante
versión del misma versus el contagio, precisan contarse, no sólo de número
según este autor, era una pugna políti- sino también de la salud. Éstas son las
ca. Los defensores de la hipótesis del bases de la Aritmética política de
contagio eran conservadores y reaccio- William Petty y de la Estadística médica
narios, representantes del antiguo régi- de Jhon Graunt14 desarrolladas durante
men, que con el tiempo demostraron el siglo 17. En esta era también se desta-
haber sostenido la posición correcta. Los can los trabajos sobre las estadísticas hi-
liberales y radicales, como Virchow, giénicas en morbilidad y la mortalidad
Villarm y Alison, que atribuían la enfer- en la población adelantados por William
medad a la pobreza y a otras condicio- Farr en Inglaterra en 1839 15 y de
nes sociales, y los propugnadores del Alexander Louis en 182516.
miasma, como Farr y Simon resultaron
haber estado equivocados en su oposi- Durante esta época se implementaron
ción a la teoría del contagio”13 . diferentes medidas para la disminución
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de los mortales efectos de la nube tóxica llo de la teoría del germen fue el realiza-
sobre las poblaciones. La construcción do por Bassi (1816), mediante el estudio
de los drenajes cerrados, la implemen- de la muscardina, una enfermedad del
tación de los sistemas de alcantarillas y gusano de seda, a través del cual “com-
la recogida de basuras de las vivienda, probó por experimentación cuidadosa
fueron entre otras algunas de las medi- que la enfermedad podía producirse por
das efectivas contra la nube tóxica del pequeños organismos que crecían den-
miasma. Sin embargo, éstas no pudie- tro del huésped” y posteriormente,
ron disipar la pobreza de los nuevos Bretonneau (1826) demostró “un claro
pobres urbanos que migraron del cam- concepto de que las enfermedades trans-
po a las ciudades para emplearse en las misibles son específicas y que esta espe-
nacientes industrias. Por esto tomó ma- cificidad está determinada en gran me-
yor fuerza el concepto que sostenía, que dida por la naturaleza de la causa mor-
las condiciones de pobreza en que vivían bosa”18. Finalmente, Grove (1851), decla-
y las terribles condiciones de trabajo de raba que “si se examinamos una epide-
la población, eran las causas de las en- mia o enfermedad infecciosa, sea de
fermedades y no solamente la nube plantas, de animales o del hombre, en-
miamática que los cubría. Defensores contramos que la esencia de la afección
de esta teoría fueron Edwin Chadwick es algo que tiene poder de reproducirse
y Federico Engels. A esta hipótesis tam- en su propia especie” y estimó que esa
bién aportaron el trabajo de John Simon facultad de reproducción como “indicio
(1858), quien relacionó las condiciones de la existencia de un germen, clasificó
de trabajo con el aumento de la mortali- los agentes morbosos entre las cosas vi-
dad en los obreros en Inglaterra. vas y dedujo que era imposible explicar
epidemias e infecciones sobre una base
Sin embargo, a pesar de lo eficaces de química, en vista de que en ningún pro-
las medidas tomadas durante este perío- ceso químico puro había una multipli-
do, la teoría del miasma no pudo resis- cación de los agentes”19.
tir los embates ante los avances de la
microbiología. Se iniciaba la Era de la A pesar de que el microscopio fue inven-
epidemiología de la enfermedad con- tado a principios del siglo XVII, éste no
tagiosa y su paradigma: la Teoría del influyó de forma importante en la en la
microbio en los años finales del siglo formulación de la teoría del microbio.
XIX. Dos hechos fueron determinantes según
Lilienfeld y Lilienfeld (1986): la creencia
“La idea de que la enfermedad es cau- de que las enfermedades tenían un pe-
sada por un contagio viviente necesaria- ríodo de incubación y la práctica exten-
mente dependía del desarrollo de otros dida de la inoculación antivariólica20.
dos conceptos: la especificidad tanto de
las enfermedades como de sus causas y Sin embrago Najera (1998), afirma que
la existencia de organismos microscópi- la consolidación de la teoría del germen
cos”17. Estos dos conceptos no estaban se debió, además de los trabajos realiza-
presente en la teoría del miasma, la cual dos por Finlay, Chagas, Baker, Casal y
no refería especificidad en la enferme- Carrión a finales del siglo XIX que lo-
dad ni la causa del miasma. Un trabajo graron demostrar la especificidad de los
importante que contribuyó al desarro- agentes contagiosos causales de las en-
fermedades infecciosas; a que con la éxito el que creó él interés y no la exis-
Revolución Industrial las enfermedades tencia del problema23.
contagiosas se convirtieron en el gran
problema de salud para la población. Con el modelo de unicausalidad estable-
Éstas fueron el resultado de las condicio- cido con las teorías del miasma y poste-
nes deficientes de vida y de trabajo, de riormente con la teoría del microbio o del
hacinamiento y de falta de saneamiento germen, la Epidemiología “adoptó un
en los tugurios creados por los trabaja- modelo de causalidad que reproducía el
dores pobres en las ciudades de la física, y en el que un solo efecto es el
industrializadas. Sin embargo, en este resultado de una sola causa, siguiendo
momento de la historia sólo se hablaba conexiones lineales”24. Como consecuen-
de microorganismo infecciosos y de las cia de lo anterior, la Epidemiología vol-
enfermedades que éstos causaban, con- vió a utilizarse casi exclusivamente como
figurándose éstas con el carácter promi- un mero apoyo en el estudio de las enfer-
nente en los círculos políticos y de salud. medades infecciosas y dejó de lado la
importancia de los factores sociales im-
Así, se relegaron al olvido los factores plicados en presentación de las enferme-
sociales que se relacionaban con la ocu- dades en las poblaciones.
rrencia de las enfermedades contagiosas.
Según Najera, esto tenía una fuerte Susser y Susser (1996), con relación a las
intencionalidad política: todo el mundo limitaciones de la teoría del microbio,
estaba tratando de descubrir aquellos ésta resultó una perspectiva angosta, al
agentes biológicos nuevos, los “social- explicar las enfermedades por una cau-
mente neutros”, los microbios.21. Para sa específica y al excluir la dinámica so-
ejemplificar lo anterior, se cita la Prime- cial de la enfermedad y reemplazarla por
ra Conferencia Sanitaria Internacional un enfoque único sobre el control de los
celebrada en París en 1851, en la cual se agentes infecciosos mediante el desarro-
debatió si las enfermedades eran llo de vacunas, el aislamiento de los in-
miasmáticas o contagiosas, y en donde dividuos infectados y la cura mediante
salieron a flote consideraciones políticas quimioterapia y antibióticos25.
relacionadas con la imposición de barre-
ras comerciales por parte de algunos De Almeida Filho26 (1992), refiere que la
países europeos. En esta conferencia se teoría del germen aportó al descubri-
concluyó que las enfermedades eran miento de soluciones técnicas para la
contagiosas, que los gérmenes estaban mayor parte de las enfermedades trans-
presentes en la causalidad de éstas y se misibles, sin embargo ésta se mostró in-
desplazó el enfoque de la prevención al suficiente para dar cuenta de los nuevos
cambio de las condiciones socio sanita- problemas que afrontaba la Salud Públi-
rias hacia el desarrollo de las vacunas22. ca en ese momento histórico.
Susser y Susser38 (1996), asumen un sis- Para esta epidemióloga, “El proceso sa-
tema como un concepto abstracto, que lud-enfermedad pasa a ser considera-
permite que un juego de los factores re- do un proceso social concreto. El es-
lacionados sea descrito con relación a fuerzo de naturalización de los eventos
una estructura coherente o la función ligados a la salud es rechazado,
coherente. Cada sistema puede ser des- acentuándose la historicidad de tales
crito en sus propios términos. Cada uno fenómenos y el carácter económico y
define los límites de un nivel especial de político de sus determinaciones. Para
la organización y la estructura dentro de esa interpretación, por más completo
sus límites. Por lo tanto, un juego de los que sea el conocimiento sobre las cau-
factores que hacen un sistema puede ser sas biológicas de una determinada en-
identificado. Su coherencia implica un fermedad, la única posibilidad de negar
título de la perseverancia y la estabili- su carácter social sería admitir su ocu-
dad. Esta estabilidad coexiste, sin em- rrencia y resolución en sujetos bajo un
bargo, con la capacidad para el cambio, régimen de absoluto aislamiento. Este
porque los factores contenidos en un sis- carácter histórico y social de las enfer-
tema se relacionan y el cambio y la acti- medades se expresa por la imposibilidad
vidad en un sector vulneran y afectan de la distribución homogénea o perfec-
otros sectores. tamente aleatoria de las patologías en las
poblaciones. De esta forma, el tema prin-
Modelo Histórico-social cipal de la investigación epidemiológica
deberá ser la distribución desigual de
Otra propuesta alternativa opuesta al de enfermedades entre los diversos grupos
‘caja negra’ multicausal, el denominado de la sociedad”40.
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31 Ibíd..p. 139
32 Organización Panamericana de la Salud (OPS). Organización de la actividad
científica para el desarrollo de la salud en América Latina y el Caribe. En:
http://www.paho.org
33 Susser, M. y Susser E. Elegir un futuro para la Epidemiología I: Eras y paradigmas.
En: American Journal Health. Vol. 86, No. 5 de Mayo de 1996. p. 14.
34 Organización Panamericana de la Salud. Boletín epidemiológico. Vol. 23, No. 1
Marzo 2002. EN: http://www.paho.org/spanish/sha/bsindexs.htm
35 Susser, M. ¿Epidemiología de factor de riesgo pone en riesgo a la Epidemiología?
Mirar con atención el porvenir. En: Journal of Epidemiology and Community
Health. Vol. 52, No. 10, 1998. p. 7.
36 Ibíd. p. 7
37 López-Moreno, S; Garrido-Latorre, M y Hernández-Ávila, M. Desarrollo his-
tórico de la epidemiología: su formación como disciplina científica. En: Revista Sa-
lud Pública de México. Vol. 42, No. 2 Marzo-Abril de 2000. p.140.
38 Susser, M y Susser E. De la Caja negra a Cajas chinas y eco-epidemiología. En:
American Journal Health. Vol. 86, No. 5 de Mayo de 1996. p. 8.
39 De Almeida Filho, N. Clínica e a epidemiología. Salvador de Bahía: Apce-
Abrasco, 1992. p. 34.
40 De Almeida Filho, N. Epidemiología sin números. Washington: OPS, 1992. p.16
41 Organización Panamericana de la Salud. Usos y perspectivas de la Epidemiología.
Documentos del seminario sobre Usos y perspectivas de la epidemiología.
Buenos Aires, Argentina. 7-10 de diciembre de 1983. Washington: OPS, 1982.
p. 112.