Módulo Enfoque Sobre Lo Público PDF
Módulo Enfoque Sobre Lo Público PDF
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Presentación
AUTOR:
DR. Jaime Mejía Gutierrez
Jaime Antonio Quiceno / Luis Farley Ortiz / Luis Miguel Cabrera G / Karla Salguero
Diseño Gráfico. Monica Silva Elías / Fredy David Gil R
Curso Básico. Enfoque sobre lo público
Presentación
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Curso Básico. Enfoque sobre lo público
Presentación
Objetivo General
El especialista reconocerá la evolución del concepto “lo público”, desde una perspectiva
histórico política, con el fin de comprender las categorías modernas de la democracia, la
participación, los derechos humanos y las interrelaciones básicas del Estado con la
sociedad y de éstos con las familias y los individuos.
Objetivos Específicos
1. Conocer por parte de los especialistas los periodos y ciclos en la historia humana
más significativa en la construcción de la ciudadanía, los derechos, las formas del
Estado y Gobierno, paralelamente con la conformación jurídica y legal de estos
conceptos.
2. Motivar a los especialistas en el conocimiento de las diferencias participativas y
representativas en los regimenes políticos parlamentarios y presidenciales que
han globalizado la democracia como esencia política.
3. Discernir “Lo Público” en los ambientes administrativos
políticos, culturales y de reracionamiento ciudadano como sustancia principal en
la contribución de la sociedad civil como expresión de opinión o formas
organizativas comunitarias y sociales.
Ideas principales
Filosofía
En la reflexión humana social sobre las formas de gobierno y las expresiones ha abocado
la monarquía, la esfera oligárquica, y la del poder, la democracia.
1
S.N. Kramer, Sumerian Literary Texts; History Begins at Sumer (1958) p. 37. Aynía – Barcelona.
3
Curso Básico. Enfoque sobre lo público
Presentación
Desde el siglo II, en Alejandría se reunían los conocimientos, las ideas que ya expresaban
profundas transformaciones en la consideración de los roles de hombres y mujeres en la
sociedad. El derecho al divorcio para las mujeres, la libertad de empresa y las estructuras
capitalistas comerciales y financieras. La tierra es redonda y gira con los planetas
alrededor del sol; el año ya estaba calculado en 365 días con un error de solo 7 minutos
y 16 segundos. La trigonometría se inventa, Euclides edita los 8 volúmenes de la
geometría. La literatura abarca no solo lo histórico, también lo gastronómico, las artes,
las modas. En Pérgamo se expende el mejor papel para los contratos, cartas,
documentos y los libros. Las bibliotecas albergan escuelas de medicina, matemáticas,
filosofía y artes. El estoicismo enfrenta el escepticismo y consolida las ideas de la
Democracia, la solidaridad y el respeto humano a los derechos culturales y étnicos. Es la
globalización de la idolatría agraria y de los encuentros mediterráneos de los
colonizados helénicos, asiáticos y romanos. Los aportes egipcios, hindúes y Chinos con
sus inventos, instituciones y comercio cruzan el mediterráneo hasta los confines
atlánticos.
4
Curso Básico. Enfoque sobre lo público
Presentación
Puntos de vista
De igual modo, el concepto de capital social, pese a ser tan reciente, no es único. Los
tres conceptos más conocidos son los siguientes: Coleman (1988) señala que el capital
social “es la capacidad de los individuos de trabajar junto a otros, en grupos u
organizaciones, para alcanzar objetivos comunes”. Por su parte, Putnam (1993) define
capital social como un “conjunto de lineamientos de la organización social tales como: los
sistemas, las normas y la confianza que facilitan la coordinación y la cooperación para el
beneficio mutuo” Fukuyama (1995) anota que “es la capacidad que nace a partir del
predominio de la confianza en una sociedad o en determinados sectores de esta”. Estos
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Curso Básico. Enfoque sobre lo público
Presentación
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Curso Básico. Enfoque sobre lo público
Presentación
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LO PÚBLICO EN LA ANTIGUEDAD
Autora:
Dra. Doris Marcela Hernández
Jaime Antonio Quiceno / Luis Farley Ortiz / Luis Miguel Cabrera G / Karla Salguero
Diseño Gráfico. Monica Silva Elías / Fredy David Gil R
Lo Público en la antigüedad
IDEAS PRINCIPALES
La historia nos permite reconocer los periodos, ciclos, épocas y tiempos de la formación
política, económica, social y cultural que proveen ideas de gobierno, estado, ciudadanos
y formas participativas en la toma de decisiones. Así mismo, la perspectiva histórica
puede dar cuenta de las restricciones a los grupos de individuos, pueblos y etnias, en el
contrato productivo y la división del trabajo. Las ideas de ciudadano, democracia,
estado, derechos, dictadura, gobierno, crisis, cambios, desarrollo y participación
económica tienen características propias de cada escenario histórico y deben valorarse
frente a la concepción y evolución en la modernidad de lo público.
COMPETENCIAS
2
Lo Público en la antigüedad
1. Grecia
Una de las primeras nociones de lo público que se tiene en perspectiva histórica hace
referencia a la polis griega que se estructuró en Atenas, entre los siglos VIII a VI a. c. En la
vida política griega del período micénico no existía una diferenciación entre la esfera
pública y la esfera privada tal y como la entendemos en la actualidad. Si bien, el número
de personas que podían participar en la vida política era reducido, -estaban excluidos:
las mujeres, los menos de edad, los esclavos y los extranjeros y los ciudadanos libres no
propietarios de medios de producción-, cualquiera que adquiriera la condición de
hombre político – “zoon politikòn”- podía expresar sus opiniones y hacer valer su palabra
en la esfera pública 1.
1
Advertencia metodológica. Es necesario ser cuidadoso con el uso de categorías modernas, tales como
ciudadano, Estado, democracia, concebidas en escenarios históricos distintos y que pueden servir para
observar realidades anteriores, en retrospectiva, con las debidas limitaciones.
3
Lo Público en la antigüedad
Lo público era un todo –si puede decirse- y en esa medida, el ciudadano ateniense no
precisaba de un representante para la defensa de sus intereses. La otra visión de lo
público se dio en Esparta, donde la democracia fue vivida de manera distinta a como se
vivió en Atenas.
Veamos un extracto de un texto de José Nun que nos ayuda a entender esta diferencia
entre la democracia ateniense y la espartana que de alguna manera prefigura dos
distintas nociones de lo público en la modernidad.
2
Nun, José, 2002. ¿Gobierno del pueblo o gobierno de los políticos? Fondo de Cultura Económica, colección
popular, p. 24
3
ARENDT, Hannah, 1993. La Condición Humana, Paidos, p. 39
4
Lo Público en la antigüedad
Antígona, hija de Edipo, rey de Tebas, y de Yocasta, contra la voluntad de Creonte dio
sepultura a su hermano Polinices. Creonte ordenó enterrarla viva junto a su hermano
pero ella se suicidó antes de ser ejecutada. Hemón, hijo de Creonte quien estaba
enamorado de Antífona, también se suicidó junto a la tumba de su amada.
2. Roma
El concepto de lo público en Roma difiere del de Grecia, ya que allí se prefigura una
esfera distinta del individuo y del Estado (la res pública, la cosa pública), que es la esfera
social, la cual lograría su consolidación en la era moderna en el Estado- nación. La
republica, esa forma de organización política que sucedió a la monarquía etrusca en los
siglos VI y IV A.C. se caracterizó por ser la esfera de las acciones y de los intereses
públicos, una forma de entender lo que era opuesto a lo privado o familiar. Aspecto
central en el pensamiento romano; de ahí, la enorme construcción teórica en torno del
derecho privado y la pobre reflexión sobre lo público. Pero según la propia Arendt,
acaso derivada de una mala traducción al latín del término polis, los romanos
entendieron que por un lado existía la cosa pública (res pública) y, por otro, la civitas, un
espacio donde el individuo realiza transacciones comerciales –fundamentalmente
compra y venta de esclavos- que no es la esfera privada familiar y tampoco es la esfera
pública, según la entendieron los griegos. Este dato es interesante retomarlo más
adelante, cuando se discuta la evolución del concepto de lo público en la modernidad,
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Lo Público en la antigüedad
porque una cuidadosa genealogía podría llevarnos a concluir que la forma de lo público
que trascendió al mundo occidental y, que hoy se encuentra en la mayor parte de las
constituciones estaba más cerca del concepto romano que del concepto griego. No en
vano la ciudad (la civitas), el espacio por excelencia de la decantación de lo público en el
mundo moderno, es una acepción de origen latino.
3. Edad Media
En la edad media –ese período histórico que va desde el siglo V hasta el siglo XV, y que
ha sido recogida por la literatura política contemporánea (de manera equivocada) como
una era oscura para el pensamiento político- surge un espacio distinto al de la polis
griega y al de la res pública romana: el espacio secular.
La Iglesia Católica compartió con los reyes el poder político, pero en el tránsito hacia la
modernidad –influido entre otros fenómenos por la Reforma Protestante- empezó a
evidenciar una fragmentación de ese poder. Por un lado, el poder de los reyes, el poder
terrenal, el poder temporal. Y, por otro, el poder divino, el poder de los Papas.
Expresiones tomadas del Cristianismo como “dar a Dios lo que es de Dios y a Cesar lo que
es del Cesar” o “mi Reino no es de este mundo”, ejemplifican la disputa que reyes y papas,
tenían sobre el ejercicio del poder político. Volvamos a Arendt:
“La desaparición de la zanja que los antiguos tenían que saltar para superar
la estrecha esfera doméstica y adentrarse en la política es esencialmente un
fenómeno moderno. Tal separación entre lo público y lo privado aún existía
de algún modo en la Edad Media, si bien había perdido gran parte de su
significado y cambiado por completo su emplazamiento. Se ha señalado con
exactitud, que, tras la caída del Imperio Romano, la Iglesia católica ofreció a
los hombres un sustituto a la ciudadanía que anteriormente había sido la
prerrogativa del gobierno municipal. La tensión medieval entre la oscuridad
de la vida cotidiana y el grandioso resplandor que esperaba todo lo sagrado,
con el concomitente ascenso de lo secular a lo religioso, corresponde en
muchos aspectos al ascenso de lo privado a lo público en la antigüedad.
Claro está que la diferencia es muy acusada ya que por muy mundana que
llegara a ser la Iglesia, en esencia siempre era otro interés mundano el que
mantenía unida a la comunidad de creyentes. Mientras que cabe identificar
con cierta dificultad lo público y lo religioso, la esfera secular bajo el
feudalismo fue por entero lo que había sido en la antigüedad la esfera
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Lo Público en la antigüedad
Preguntas de autoevaluación
1. Pregunta central: De acuerdo con el contenido de esta unidad, ¿Usted cree que
es en la esfera pública donde el ciudadano ateniense se sentía libre, en oposición
al ciudadano moderno donde es en la esfera privada –la que no puede ser objeto
de intervención por parte del Estado- dónde el ciudadano se siente libre? ¿Es lo
público moderno una negación de la libertad?
2. Pensando en esos tres períodos de la historia ¿Existe alguna diferencia entre lo
público y lo político?
3. ¿Cómo definiría la polis griega y cuáles sus características fundamentales?
4. ¿Cómo definiría la res pública y la civitas romana, y cuáles sus características
fundamentales?
5. ¿Cómo caracterizar lo público en la Edad Media?
6. ¿Qué rasgos de la esfera pública en la Antigüedad trascendieron a la Era
Moderna?
Foro:
Taller
4
ARENDT; O. Cit. p. 45-46
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Lo público en la modernidad
LO PÚBLICO EN LA MODERNIDAD
Autor:
Dr. Jaime Mejia Gutiérrez
Con base en el documento Dra. Doris Marcela Hernández
Jaime Antonio Quiceno / Luis Farley Ortiz / Luis Miguel Cabrera G / Karla Salguero
Diseño Gráfico. Monica Silva Elías / Fredy David Gil R
Lo público en la modernidad
IDEAS PRINCIPALES
Para entender las condiciones presentes del pensamiento político frente a lo “público”,
debemos precisar lo siguiente:
Los contextos cambian, los entornos se modifican. En el siglo XIX, se retoman aspectos
como: las obras y postulados de Juan Jacobo Rousseau; las ideas del gobierno civil de
John locke, del Estado Hobbesiano y del utilitarismo liberal; el positivismo francés sobre
incorporar las ideas, los hechos y las consecuencias del seguimiento de las asambleas y
los parlamentos y la evolución del concepto de “Monarca” moderno; los bill of Rights
ingleses y los derechos del ciudadano en la Revolución Francesa; la globalización
producida por el descubrimiento de América y la revolución norteamericana y de las
colonias españolas; la formación de naciones constitucionales y las luchas por el
sufragio.
La expresión “opinión pública” se toma hoy como la última palabra, que ha de decidir
todas las cuestiones vitales de la democracia. La capacidad funcional de la opinión
pública depende de un elemento esencial: la auténtica publicidad, o el carácter público
de esta vida pública.
A la vida pública, pertenece todo lo atinente al interés general y al bien común. Nicolás
de Maquiavelo ya definía que el control básico de la tiranía no consistía tanto en un
conjunto de fórmulas legales sobre la distribución prescrita de ciertos controles o sea,
una constitución formal, como en una red de hábitos y actitudes inculcados en la
sociedad.
El uso del Estado moderno de la tríada aportada por Montesquieu del ejecutivo, el
legislativo y el judicial incluyendo todas las estructuras: burocrático – administrativas, que
le son necesarias, debe incorporar a la sociedad civil como contraparte que puede
volverse Estado (Ferguson, Hegel, Gramsci, Thoreau). Para el desarrollo de la
democracia como sistema válido de la presencia del saber de lo público, es de
importancia decisiva la generalidad pública de la opinión. Carl Schmitt ha sido el autor
que destaca la fe en la opinión pública como instrumento que se opone a la política
secreta de los reyes absolutos y de estados fascistas. El surgimiento del pensamiento
Lo público en la modernidad
COMPETENCIAS
Si para los griegos la vida privada (ilion) es la vida inútil, la de los necios, y para
los romanos el refugio temporal del ciudadano al margen de la res pública; en el
mundo moderno, la esfera privada, es el dato sobre el que se construye toda la
teoría política; según Arendt, no tanto para oponerla a la esfera pública – a la
sociedad política- sino para oponerla a la sociedad civil, a la esfera social.
En efecto, Hobbes acepta que existe un dominio privado donde no puede tener
injerencia el Estado. Es un dominio privado donde se puede ejercer una serie de
libertades relacionadas con la economía, tales como compra y venta de productos,
la selección de la vivienda, de la alimentación, y el tipo de educación que se
considere más adecuada. Para Hobbbes estos espacios son denominados
“espacios privados”. Este punto es interesante porque prefigura lo que más
adelante, especialmente en las teorías liberales económicas del siglo XIX (Smith,
Ricardo), podría ser la esfera del mercado. Como una esfera que no debería estar
sometida al arbitrio del Estado.
3 Es curioso, pero siempre que se consulta los textos de teoría política, tanto de la Antigüedad como de la modernidad,
se refieren a los hombres, no a las mujeres como el sujeto político desde donde se construye el discurso. Lo que
supone una advertencia para el estudiante sobre que la esfera pública hasta antes de los movimientos feministas de
los años 60 del siglo 20, estaba pensada para los hombres, es decir en la misma lógica de los griegos, excluyendo a
las mujeres. Por lo tanto, no era una esfera pública incluyente.
Para ampliar esta discusión ver: Espacio público, espacio privado y definiciones ideológicas de lo masculino y
lo femenino. Cecilia Amorós. En: www.laneta.apc.org/cidhal/lectura/identidad/texto6.htm
Lo público en la modernidad
Lo cierto es, que la democracia directa que plantea Rousseau, sin intermediación
entre el Estado y el ciudadano, deja muy poco espacio para lo público. Lo público,
se reitera, deviene en político.
En Locke, sí hay espacio para una esfera distinta del Estado y de la intimidad, que
es una primera expresión de lo que más adelante se conocería como opinión
pública; sin duda, un concepto emparentado con lo público y que de alguna
manera lo contiene y le da forma. Locke sostiene que los hombres deben
conservar para sí, ajeno a la intervención del soberano, una ley de la opinión o de
reputación, como ese ámbito que le permite al ciudadano juzgar si las acciones de
sus gobernantes son justas y legítimas. Es una manifestación de la llamada ley
moral, por oposición a la ley civil, que es producida por la Asamblea
representativa.
con vocación de hacerse público por medio de la opinión pública, de la ley moral.
Este aporte de Locke es muy interesante porque permite subrayar uno de los
rasgos característicos de lo público en la actualidad, como es que surge de la
sociedad civil y trasciende el Estado.
Allí caben las actividades económicas, familiares, y está conformada por las
llamadas organizaciones o asociaciones intermedias; como: corporaciones
gremiales, asociaciones de voluntariado, sindicatos, encargadas de administrar el
llamado bienestar general. Las transacciones, en esta sociedad civil, están regidas
por la llamada ley civil y, por tanto, no están subordinadas al Estado. La opinión
pública se forma en el espacio de la sociedad civil.
En Marx hay una denuncia de ese escenario que se abre paso entre el Estado y la
sociedad civil, la opinión pública, en el sentido de llamarla falsa conciencia.
Veamos un pasaje de la “Cuestión Judía”::
“El Estado político acabado es, por su esencia, la vida genérica del
hombre por oposición a su vida material. Todas las premisas de esta
vida egoísta permanecen en pie al margen de la esfera del Estado, en
la sociedad civil, pero como cualidades de ésta. Allí donde el Estado
político ha alcanzado su verdadero desarrollo, lleva el hombre, no sólo
en el pensamiento, en la conciencia, sino en la realidad, en la vida,
una doble vida, una celestial y otra terrenal, la vida en la comunidad
política, en la que se considera como ser colectivo, y la vida en la
sociedad civil, en la que actúa cómo particular; considera a los otros
hombres como medios, se degrada a sí mismo como medio y se
convierte en juguete de poderes extraños.
4 Mateucci, Nicola. 1998. En Diccionario de Política. Fondo de Cultura Económica, undécima edición, página 1077,
tomo II. Méjico.
Lo público en la modernidad
Marx, es ambiguo en este punto, pero una posible interpretación indicaría que esta
falsa conciencia de la opinión pública culminará cuando la sociedad tenga
identidad ante la desaparición del Estado, que es también la desaparición de las
clases sociales, porque el interés de lo público trasciende a la propiedad, para
cuya garantía fue creado el Estado y el derecho burgués y, por lo tanto, para hacer
valer como justa – o natural- la dominación de una clase por otra. Podría pensarse
que en Marx lo público es la sociedad civil sin Estado. Es interesante esta
perspectiva para contraponerla a las nociones de lo público que incorporan el
mercado, porque en el marxismo lo público excluiría lo económico.
autoritarismo. Pensaba que era necesario dejar que la sociedad civil desarrollara
su autonomía
Autor:
Dr. Jaime Mejia Gutiérrez
Con base en el documento Dra. Doris Marcela Hernández
Jaime Antonio Quiceno / Luis Farley Ortiz / Luis Miguel Cabrera G / Karla Salguero
Diseño Gráfico. Monica Silva Elías / Fredy David Gil R
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo
IDEAS PRINCIPALES
1
Cassese Antonio. Los derechos humanos en el mundo contemporáneo. Editorial Ariel S.A. 1993.
PAGS. 31, 37
2
Buchanan James, Tulock Gordon de cálculos of concent. 1988.
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo
COMPETENCIAS
“…Lo primero que hay que destacar es que el concepto de lo público no es una
realidad necesariamente constitutiva de los social, como por ejemplo, lo
sagrado…”.
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo
“¿Cómo podemos, con esos antecedentes históricos, identificar con más precisión
la naturaleza de lo público? Una primera aclaración se impone: lo público no
significa lo mismo que lo colectivo. Todo lo público es colectivo, pero no todo lo
colectivo es público. Lo colectivo es todo aquello que asume un carácter
moralmente obligatorio. Lo colectivo no es una simple sumatoria contractual de
voluntades individuales. La vida colectiva es la vida compartida con carácter
consensual y, por tanto, de carácter obligante, porque surge de un pacto colectivo
silencioso, pero moralmente reconocido y no de un contrato social. Es la vida en la
que se viven los valores de la comunidad. No hay vida colectiva en manicomios o
penitenciarias. La vida pública, por otra parte, es aquel sector de la vida colectiva
que atiende las aspiraciones y anhelos ciudadanos que trascienden la esfera
privada, pero que afectan a ésta. Podría decirse, simplificando, que la vida pública
es la que atiende el destino de la comunidad mientras que la vida colectiva es la
que gravita en torno a un origen”.
“Desde luego que la vida pública y la vida colectiva hacen referencia primordial a
los valores- aquellos objetos ideal y virtualmente deseables para todos- antes que
a los intereses, aquellos objetos sobre los cuales no hay consenso en cuanto a su
deseabilidad o preferencia….””…Pero mientras que la vida colectiva da por
sentado y presupone el acuerdo consensual asociado al orden social, la vida
pública procura, dentro del espacio público, ya sea definir los valores prioritarios
que deben orientar la administración y gobierno de los social y/ o definir nuevos
valores para el mismo efecto…”4
4
URICOECHEA, Fernando. Lo público: historia y estructura. En: revista Trans # 1, Universidad Nacional,
sede Bogotá, Diciembre de 2001.
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo
5
En: TOKMAN, Victor. E; O’DONELL, Guillermo; compiladores, (1999) Pobreza y desigualdades en
América Latina. Paidos, Buenos Aires, Argentina
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo
actúa como la caja de resonancia de los problemas de la sociedad que deben ser
trabajados por el sistema político”.6
Para lograr esto se precisa de ciudadanos libres e iguales; por eso el espacio
público sólo ha sido posible en esa ficción legal, creada por el Estado liberal,
Igualdad formal que, como diría Nieztche, se ha vuelto verdad en el discurso
político y en la reivindicación de identidad de los distintos actores sociales que
conforman la esfera pública.
8
”. HABERMAS, Jurgen, La Inclusión del Otro. Paidos, Barcelona, 2002.
Lo público y las transformaciones del estado contemporáneo
9
Piense en la aprobación de los planes de desarrollo y en los presupuestos por parte de los gobiernos. Su
construcción no se discute porque es realizada desde la legitimidad democrática que concede el poder
delegado. Pero desde lo público puede cuestionarse esta elaboración si no cumple con ciertos requisitos de
exigencia moral, por ejemplo en términos del segundo principio de justicia de Rawls, cual es no satisfacer la
asignación de recursos en favor de los más desprotegidos de los ciudadanos. En últimas nuestra discusión de
lo público indica que puede ser una forma de enfrentar los déficit de democratización que caracteriza la toma
de decisiones en las democracias.
10
GUTIÉRREZ, Claudia; LEVINAS, Emmanuel; o lo excepcional como ética. Universidad de París 8,
Vincennes, Saint Denis, 2003.
Dimensiones de lo público
Jaime Antonio Quiceno / Luis Farley Ortiz / Luis Miguel Cabrera G / Karla Salguero
Diseño Gráfico. Monica Silva Elías / Fredy David Gil R
Dimensiones de lo público
IDEAS PRINCIPALES
C. Wrigth Mills en su libro “Poder, política y pueblo” destaca que los observadores
liberales de todas partes fundan sus interpretaciones y sus esperanzas en la creencia de
la idea del público y la idea asociada a la opinión pública. Los pensadores
conservadores, desde la revolución francesa, han visto con alarma, por supuesto, el
surgimiento del público, al que han llamado generalmente las masas. “El populacho es
soberano, escribía Gustave LeBon y la ola de barbarie sube”. Pero no hay duda que quienes
han supuesto que las masas están en el camino del triunfo se equivocan. En nuestro
tiempo, la influencia del público o de las masas en la vida política está en realidad
2
Dimensiones de lo público
COMPETENCIAS
3
Dimensiones de lo público
Que este mundo global sólo sería posible en la ciudad, es una de las premisas más
radicales y sugerentes que se conoce en el debate político contemporáneo Por
supuesto que aquí no daremos una respuesta definitiva. Se darán los elementos teóricos
necesarios para que el estudiante por sí mismo pueda encontrar una respuesta
satisfactoria.
4
Dimensiones de lo público
supone que sujetos autónomos pautan reglas de convivencia. Como lo señala Italo
Calvino:
“Las ciudades, como los sueños, están construidas de deseos y de miedos, aunque el
hilo de su discurso sea secreto, sus reglas absurdas, sus perspectivas engañosas, y
toda cosa esconda otra”.
“Otro factor que habría que tener en cuenta para poder hablar de ciudad es la
existencia de intercambios comerciales regulares, y no solo ocasionales en la
localidad, intercambios que constituyan un componente esencial en los modos de
vida de sus habitantes, es decir, que la localidad se caracterice por poseer un
mercado”
1
En Revista Ensayo y Error, # 1, Noviembre de 1996, Bogotá Colombia..
5
Dimensiones de lo público
Los bienes públicos económicos son bienes que benefician a toda la comunidad
independientemente de si cada individuo desea adquirirlo o no. El ejemplo clásico de
bien público es la seguridad nacional. Los bienes públicos tienen varias características:
no son excluyentes porque no es fácil -ni deseable- excluir a una persona del beneficio
de disfrutar el bien público, como por ejemplo el aire puro; no son rivales porque en
cualquier nivel de producción el costo marginal de suministrar el bien a una persona
más, es igual a cero –en un salón, si llega una persona más, la cuenta de la luz no se
aumentará- y; como es difícil determinar la disposición a pagar por el disfrute de los
bienes públicos, dado que los individuos no tienen los incentivos para pagar por algo,
que de todos modos será suministrado, los bienes públicos se consideran una falla de
mercado pues la producción de dichos bienes sería ineficiente. En esa medida, se
considera que la provisión de bienes públicos debería estar a cargo del Estado quien la
financiaría con los impuestos de todos.
La intervención del Estado en materia económica se justificaría para corregir las fallas
del mercado, una de las cuales son los bienes públicos. Esta concepción de lo público: lo
que favorece a todos, pero que no es dable financiarlo privadamente, está en el centro
de las discusiones sobre el papel del Estado en una economía globalizada y
necesariamente en la redefinición de lo público, como quiera que el espacio de lo
público también estaría conformado por aquellos bienes públicos que deberían seguir
2
”.WEBER, Max. La Ciudad. Ediciones de La Piqueta, Madrid, 1987)
6
Dimensiones de lo público
siendo proveídos en una perspectiva pública, es decir, con financiación vía impuestos.
Los procesos de privatización han contribuido a la erosión de lo público, entendidos
como procesos de vaciamiento de lo público por razones de eficiencia económica.
Una de las dificultades para encontrar una definición inequívoca de lo público es que las
perspectivas económicas, jurídicas y sociológicas no siempre coinciden y, las políticas
públicas –que sería el modo de conciliar las distintas lec7turas sobre lo público- a
menudo privilegian una perspectiva sobre otra. Para simplificar diríamos que el espacio
público es la manifestación jurídica de lo público. Tal y como lo señala el urbanista
catalán Jordi Borja:
3
BORJA, Jordi. Ciudadanía y espacio público: En Revista Foro # 40, Ediciones Foro Nacional por
Colombia. Diciembre 2000- Enero 2001. Bogotá Colombia).
4
(Una interesante reflexión sobre la construcción de ciudadanía, lo público y la democracia directa aparece
en un texto publicado en los números 4,5 y 6 de la Revista Pretil de la Universidad Piloto de Colombia, La
Ciudad en la Era de la Globalización de Juan Luís Piñón).
7
Dimensiones de lo público
Ahora bien, el espacio público también tiene una dimensión cultural. Como lo señal el
propio Borja en el texto ya referido:
5
KUPER, Adam. La Cultura. La versión de los antropólogos. Paidos, Barcelona, 2001
8
Dimensiones de lo público
credo religioso. Veamos una puesta en escena de ese debate en el texto de una
académica europea, Gema Martín Muñoz:
“Hemos pasado de un discurso políticamente correcto sobre la construcción de
sociedades multiculturales, en el que prácticamente todo el mundo se veía obligado
a decir que la diversidad cultural es una realidad inevitable y positiva, a
pronunciamientos categóricos sobre los males de la multiculturalidad y la amenaza
que supone para nuestros valores. En uno y otro caso ha faltado reflexión y debate
profundo al respecto. La cuestión está, como decía muy bien Iñaki Gabilondo
recientemente, en que nos lanzamos a hablar antes que a pensar, y, añado yo, esto
ocurre de manera sistemática cuando se cruza el Islam de por medio. Porque, seamos
sinceros, la cuestión cultural sólo emerge y ocupa la primera fila de nuestro debate
social cuando se trata de musulmanes. Entonces se abre la caja de Pandora, el
profundo rechazo que existe contra el universo islámico se desata y el proceso se
convierte en una satanización social de los musulmanes en el que todos opinan y
pocos piensan racionalmente y con conocimiento real.
Y esto ocurre cuando en realidad el debate es otro. Primero, plantearse seriamente
qué queremos decir con integración, porque muchas veces, cuando la cuestión
cultural emerge, es el instrumento para ocultar otras deficiencias sociales y laborales
mucho más importantes. Por eso, que nadie pretenda convencernos de que por ser
cristiano o católico se resuelve mejor la cuestión de la integración de los inmigrantes,
eso es un discurso ideológico al servicio de la islamofobia; o que sean los inmigrantes
los que amenazan nuestro laicismo, cuando éste, en realidad, en nuestro país es muy
imperfecto.
En segundo lugar, hay que tener en cuenta que la cuestión de la multiculturalidad
tiene múltiples vertientes que proceden de una variedad enorme de comunidades
nuevas procedentes de muchas geografías con universos culturales y mentales
diferentes que nos llevan inevitablemente a un proceso de transformación y
adecuación mutua, lo cual no es, en efecto, fácil. Pero no lo estamos pensando
globalmente, sólo improvisamos (¡y de qué manera!) cuando surge la visibilidad que
más nos molesta: la islámica, dando a entender de manera irresponsable que esos
complicados reajustes son exclusivos de los inmigrantes que proceden de ese mundo,
cuando sabemos perfectamente que no es así, que nuevos símbolos culturales,
concepciones patriarcales y problemas generacionales se dan también en las otras
comunidades instaladas en nuestro país (y, desde luego, también en las nuestras).
Pero sólo a los musulmanes les exigimos un visado de perfección. A los musulmanes
se les exige siempre presentar sus credenciales democráticas para probar que pueden
ser integrados en la sociedad, en vez de ser al contrario, como hacemos con los
demás: que su comportamiento muestre que no pueden serlo.
9
Dimensiones de lo público
Y en este sentido hay que decir que la cuestión del pañuelo que ha surgido
recientemente responde más a nuestros fetiches anti-islámicos que a un problema de
integración. La asociación marroquí ATIME, nada sospechosa de islamista, sino, por
el contrario, en una órbita muy secularizada, ha explicado insistentemente que el
pañuelo es un signo de identidad cultural, no de un proselitismo islámico partidario
de la discriminación de la mujer. No estamos ante el velo que cubre el rostro de la
mujer porque la quiere usurpar su individualidad en el espacio público. Nos negamos
a entender el carácter multidimensional del velo en el mundo musulmán porque sólo
aceptamos la interpretación inequívoca que nosotros hemos hecho de él. Mujeres
que a ojos de las sociedades europeas y occidentales en general son simplemente
'víctimas de la violencia machista del Islam, o del integrismo islámico', no quieren ser
vistas bajo otros prismas y menos aún como víctimas de la incomprensión occidental
que les impide usar ese símbolo de identidad musulmana.
Nadie pretende ocultar que existen desafíos y reestructuraciones complejas, pero hay
que afrontarlas conociendo bien nuestra realidad y la realidad de los que vienen de
fuera.
Con respecto a nuestra realidad, hay que comenzar diciendo que si no nos
desprendemos de nuestros prejuicios y atavismos anti-islámicos no vamos a ser
capaces de resolver positivamente dichos desafíos. Esto no es nuevo, pero desde el 11
de septiembre se han reforzado nuestros recelos hacia el mundo musulmán de
manera alarmante y los grandes perdedores de esta situación son los musulmanes
que viven en nuestro llamado mundo occidental (de ahí que se haya roto la frontera
y muchos se atrevan a defender que 'no queremos multiculturalismo', sin parecer
darse cuenta de la inadmisible traición a los principios democráticos que ello
supone).
La cuestión está en que tenemos que ser conscientes de que existe un arraigado y
perverso 'paradigma cultural consensuado' en las sociedades occidentales con
respecto a las sociedades árabes y musulmanas que se basa en falaces criterios
esencialistas: como una cultura cerrada, inmodificable en sus aspectos
fundamentales, lo que desemboca en una visión de cultura inferior o atrasada
(portadora de tradicionalismo inmutable, irracionalidad, agresividad) determinada
a ese destino sin solución. Y, por tanto, la diversidad cultural es siempre interpretada
en negativo. No obstante, no somos conscientes de las contradicciones en que
caemos, e incluso la responsabilidad compartida que tenemos con respecto a la
perpetuación de interpretaciones islámicas retrógradas, que, desde luego, existen en
el mundo musulmán.
¿Nos hemos parado a pensar que toda nuestra enorme preocupación y rechazo,
legítimos por supuesto, hacia quienes representan versiones culturales retrógradas
en el mundo musulmán nos limitamos a volcarlas injustamente en contra de los
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Dimensiones de lo público
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Dimensiones de lo público
Preguntas de Autoevaluación
Foro:
6
A partir de este texto, el debate sobre lo cultural en el espacio público, en lo público, queda como un tema de
reflexión personal para este los estudiantes de este curso, teniendo de presente que lo que está en juego en el
debate actual sobre lo público es la redefinición de la esfera colectiva que debe gobernarse con criterios
colectivos, pare decirlo en términos simples. Y que en esa apuesta el reconocimiento de la alteridad –del otro-
de la heterogeneidad y de la decisión de la inclusión, es fundamental. (Nota del tutor)
7
Salcedo Hansen, Rodrigo. El Espacio público en el debate actual. Una reflexión crítica sobre el urbanismo
posmoderno. En Revista Eure # 84, Santiago de Chile, 2002.
www.scielo.cl
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Dimensiones de lo público
Taller
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Formas de administración de lo público
Jaime Antonio Quiceno / Luis Farley Ortiz / Luis Miguel Cabrera G / Karla Salguero
Diseño Gráfico. Monica Silva Elías / Fredy David Gil R
Formas de administración de lo público
I DEAS PRINCIPALES
En el periodo anterior a la votación los actores (los parlamentarios, los jefes de partidos
políticos, los medios de comunicación, los sindicatos, ONG, el gobierno) han formulado
sus planteamientos y críticas. Se han hecho análisis y se han cambiado postulados.
Hecha la ley de acuerdo a los delineamientos constitucionales y la ley 134 del 92 sobre
mecanismos de participación, se ha puesto en la mesa de la tramitación jurídico-política
de la corte constitucional.
Así las cosas, la campaña se avecina con fuerzas de apoyo y contradictores políticos. Si
aceptamos que los contradictores son realmente demócratas, preferirían un llamado a la
participación masiva por un NO en la papeleta de votación. Esta es la soberanía del
pueblo, la presencia en la urna, no su ausencia.
2
Formas de administración de lo público
participación libre y autónoma del ciudadano para confeccionar normas, códigos y leyes
que son necesarias para la modernización de las estructuras políticas, gubernamentales
y de toma de decisiones en la esfera de lo público.
Aprendamos de la discusión que la iglesia católica ha hecho desde 1959 cuando Juan
XXIII anunció la convocatoria del concilio Vaticano II, sobre el código de derecho
canónico promulgado por Benedicto XV en 1917. El cual, es considerado un código lleno
de irregularidades e injusticias. El canonista brasileño, monseñor Moss Tapajos, escribió
al respecto:
1
WEST, Morris y FRANCIS, Robert; (1971) Escándalo en la asamblea. Círculo de Lectores, p. 194 y 195
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Formas de administración de lo público
¿El futuro? Dejemos lo particular para que se legisle en la localidad. Los ciudadanos,
nosotros el pueblo, no podemos marcharnos creyendo que la corrupción no tiene
remedio. Debemos quedarnos para limpiar la casa y mantenerla limpia, un hogar
adecuado para los hijos e hijas del único padre.
COMPETENCIAS
4
Formas de administración de lo público
Para hablar de políticas públicas hay que ir más allá del Estado, justamente a lo público,
y para conformar esa esfera pública es necesario incorporar en el discurso y en la
2
Se recomienda especialmente para este debate la página Web del Centro latinoamericano de administración
para el Desarrollo, Clad www.clad.org.ve
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Formas de administración de lo público
práctica, además del Estado, a la sociedad civil y a la esfera del mercado. Así tendremos
que:
6
Formas de administración de lo público
que un gobierno logre sus objetivos. Parte del supuesto de que tanto todo el
gobierno como todo el mercado han fracasado. A pesar de que el concepto
tenga en la literatura especializada varios sentidos, todos concuerdan en
considerar que el buen gobierno hace referencia a estilos de gobernar que
otorgan una importancia primordial a aquellos mecanismos de gobierno que
no se basan exclusivamente en los mecanismos tradicionales de la autoridad y
de la sanción, sino que más bien crean estructuras que son resultado de la
interacción de una multitud de actores sociales y políticos dotados de cierta
autoridad y que se influyen mutuamente. Es decir, que se trata de crear
escenarios, estrategias y mecanismos de participación o de inclusión de
organizaciones no estatales para aumentar las posibilidades de éxito de su
gestión” 4
El prestigio de lo público se explica por el declive del Estado que fue la forma como los
seres humanos modernos nos hemos sentido vinculados a lo colectivo mediante el
mecanismo de la representación. En la medida en que el Estado se ha desdibujado, ya
sea porque los políticos se han apoderado de él, o porque en su nombre se subvierte lo
social, o porque el ser individual ya no se reconoce en una esfera cuyas pautas
normativas no le conciernen, entre otras cosas porque no ha contribuido con su
deliberación a su formación (Habermas), aparece la esfera pública, una suerte de reserva
moral colectiva que no se subordina al Estado pero que de todos modos le da sentido
social a la existencia. Lo público es el mundo de la política pero también el de la
solidaridad, es el mundo de los intercambios económicos pero también el de la
formación de las identidades.
4
ROYH DEUBEL, Andre N. (2002) Políticas Públicas. Formulación, implementación y evaluación.
Ediciones Aurora, Bogotá. p, 111 y 112
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Formas de administración de lo público
Autoevaluación:
- ¿Qué son las políticas públicas y cómo se asocian con la discusión sobre lo
público?
- ¿Cuál es la importancia del Tercer Sector en la construcción de lo público?
- ¿Cómo se articula la participación ciudadana y la construcción de lo
público?
- ¿Sigue siendo relevante la expresión la gestión de lo público más allá de
lo estatal para caracterizar el debate sobre la reconstrucción de lo
público?
- ¿Qué es el Buen Gobierno y cómo se articula con la discusión sobre lo
público
Taller.
Se sugiere tomar como base la reforma constitucional de 1968, gobierno de Carlos Lleras
Restrepo, en desarrollo de la institucionalidad conocida como la tecnocracia desde los
institutos descentralizados como política pública para la resolución de conflictos en
servicios públicos esenciales.
El trabajo tendrá como máxima extensión 10 paginas y deberá tener en cuenta los hitos
históricos de lo Público hasta el contexto de la reelección presidencial.
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Formas de administración de lo público
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