Caso
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Gestión en Empresa
Desde niños, los gemelos Ramiro y Roberto Hidalgo aprendieron los fundamentos de los negocios
al trabajar ambos en el hotel familiar. A Ramiro le gustaba recordar cómo el 31 de diciembre se
quedaba despierto hasta altas horas de la noche para recibir a los clientes que celebraban el fin de
año en el hotel o cómo jugaba al Monopoly con su hermano y apilaba hoteles y casas. Al parecer,
todo este aprendizaje precoz rindió sus frutos. El año pasado Ramiro y Roberto Hidalgo, a sus 26
años de edad, fueron nombrados directores generales de la cadena hotelera LELIÁ. ¿Es un buen
negocio para LELIÁ tener a los dos hermanos Hidalgo en puestos de alta dirección? A muchas
empresas les preocupa el nepotismo1 y temen los conflictos entre ambos líderes. Otros opinan
que el nepotismo es un concepto interesante que si se maneja bien, es una buena fuente de
talento. Tras un año trabajando a su lado, Andrea Ramírez, presidenta de la compañía, hace el
siguiente balance: “Los dos son tipos inteligentes, capaces, con personalidad y con los que es
sumamente agradable trabajar; quizás por eso generan tanta lealtad y respeto a su alrededor. Sin
embargo, mientras Roberto, persona carismática donde los haya, se preocupa por ser considerado
y prestar apoyo a sus subalternos, Ramiro es un buen administrador, preocupado únicamente por
la eficiencia de la tarea”. Los dos han conseguido éxitos importantes para la compañía, a nivel
nacional e internacional: negociación satisfactoria para ambas partes (sindicato y patronal) del
convenio colectivo del próximo año, expansión internacional hacia Indonesia y Nicaragua, y diseño
del Plan de Calidad Total para el próximo lustro. Sólo recuerdo una ocasión donde Roberto tuvo un
rotundo fracaso: la puesta en marcha de un nuevo hotel en San Juan del Sur (Nicaragua). A
mediados del pasado año, Roberto parte, con poder absoluto, rumbo a Nicaragua para ejecutar
una tarea con objetivos y procedimientos perfectamente claros; al cabo de un mes, regresa triste y
abatido sin haber conseguido el objetivo que originó su viaje. Una semana más tarde, partió
Ramiro hacia Centroamérica y en tres semanas solucionó el problema. Al ser cuestionado sobre la
rapidez con que había solucionado el problema respondió que sólo había sido necesario enseñar a
los subordinados a realizar las tareas y en eso él era un experto.
Preguntas
4. ¿De quién es la responsabilidad del éxito o fracaso en el logro de un objetivo? ¿Del líder o del
Subordinado? Justifique
5. ¿Qué relevancia adquieren para este caso el uso de las habilidades profesionales?