Poemas de JCU

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A un roble tarde florecido

Un desmedrado roble sin verdor


que seco ayer a todos parecía,
hijo del páramo y de la sequía,
próxima víctima del leñador,

Que era como una niña sin amor


que en su esterilidad se consumía,
con la lluvia de anoche ¡oh, qué alegría!
ha amanecido esta mañana en flor.

Yo me he quedado un poco sorprendido


al contemplar en el roble florido
tanta ternura de la primavera,

Que roba en los jardines de la aurora,


esas flores de nácar con que enflora
los brazos muertos del que nada espera.

1
Cantada

Por ti me he vuelto sincero


como en la guerra el guerrero
y en la mar el marinero.

Porque en la ley de a tierra


cada cosa en su lugar
como el guerrero en la guerra
y el marinero en la mar.

2
Dos canciones de amor para el otoño

Cuando ya nada pido


y casi nada espero
y apenas puedo nada
es cuando más te quiero

II

Basta que estés, que seas


que te pueda llamar, que te llame María
para saber quién soy y conocer quién eres
para saberme tuyo y conocerte mía
mi mujer entre todas las mujeres.

3
Hipótesis de tu cuerpo

Se que no me creerán como a espejo sin fondo


que el movimiento clava tu vórtice de armadas
donde momentos miles primeros segundos en roca a pique
ya me esperaban en ti girando.

Aunque dijera que no tenias mar


ni que toda tu espuma en tu interior de piedra habita
ni por sangre espumosa esculpida menos viva
ni carcomida,
ni por la frecuencia de tus pecas algo se congregaba.

Porque esperaban la que eras visible


si es que alzabas las manos de concreto
puesto vestido de labrador ya no tarjeta de visita
mientras hay llamamiento de flores a piano
y con tu duelo gigantesco gastas otra violeta
si solitaria,
lo cual no puede aunque posible.

4
Todo ello en brisa regular compuesta a sentimiento...

Porque esperaban miedo que te clamara a muerte:


«Yo te comparo a un faro»
explicando tu pelo despacio de noche.

No es comparando.

II

Yo te proyecto desnuda por dentro


como paloma leona interior a la tierra
sin otra sustancia marina que tormenta.

Muerte vida.

Pues o no pasajero por tu frente


(no en pensamiento aquí ni con veneno
que ya serpiente río al pie descabezado
no deja a playa crespa a cantos de sirena
que foca hieda espuma se deshile
ni húmeda luna en brama de animales
largo del arca, dentro quedas mansa

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de leonas de palomas de elefantes)
por tu carne de piedra a tu pecho de leche.
Mito en resumen, pero toco.

Vida muerte.

Cuanto camino da a tu ombligo


si hecho raíces ánclote a fondo puerto de tierra
puerta a mi tierra tuya a cerrojo sagrada.

Tesomosme, Mesomoste.

Cávote sepultura en mi otro sexo.


Cávame sepultura en tu otro sexo.
Muéreme Vívote Víveme Muérote
No nos distingo.

Sesamo.

III

Confieso que te arribo puerto si subterráneo


como a la roca en sueño vegetal dormida viva

6
tengo mi casa allí donde mi araña espero ciego
lo mismo vivo o muerto que tu secreto como silencio.

7
La cazadora

Mi señora, tan luego se levanta


va a cazar un venado matutino,
sin miedo a los colmilos del zaíno,
ni al mortal topetazo de la danta.

Entra con ojo alerta y firme planta


en la espesura donde no hay camino,
y de los matorrales, repentino,
salta un venado que su paso espanta.

Ella rápida apresta su escopeta,


veloz le apunta, le dispara y mata
—y después el marido—, que es poeta,

cuando regresa la mujer que adora,


en un someto clásico relata
la bella hazaña de la cazadora.

8
Nihil Novum

No busques nada nuevo, ¡oh mi canción!;


nada hay oculto bajo el rascacielo,
nada en la máquina que sube al cielo,
nada ha cambiado desde Salomón.

Es muy antiguo el hombre y su pasión,


guarda en el nuevo día el viejo anhelo,
bajo la nueva noche igual desvelo
y el mismo palpitar del corazón.

No te engañen los nuevos continentes,


con sus plantas, sus bestias y sus gentes,
ni sus canciones con su nuevo acento.

Todo lo que dice algo ya está dicho:


sólo nos queda el aire y su capricho
de vagos sones que se lleva el viento.

9
Oda a Rubén Darío (II)
(Acompañamiento de tambores)

He tenido una reyerta


con el ladrón de tus corbatas
(yo mismo cuando iba a la escuela)
el cual me ha roto tus ritmos
a puñetazos en las orejas...

Libertador, te llamaría,
si esto no fuera una insolencia
contra tus manos provenzales
(y el Cancionero de Baena)
en el Clavicordio de la Abuela,
—tus manos, que beso de nuevo,
Maestro.

En nuestra casa nos reuníamos


para verte partir en globo
y tú partías en una galera
—después descubrimos que la luna
era una bicicleta—
y regresabas a la gran fiesta

10
de la apertura de tu maleta.
La Abuela se enfurecía
de tus sinfonías parisienses,
y los chicuelos nos comíamos
tus peras de cera.
(¡Oh tus sabrosas frutas de cera!)

Tú comprendes.
Tú que estuviste en el Louvre,
entre los mármoles de Grecia,
y ejecutaste una marcha
a la victoria de Samotracia,
tú comprendes por qué te hablo
como una máquina fotográfica
en la plaza de la Independencia
de las Cosmópolis de América,
donde enseñaste a criar centauros
a los ganaderos de las Pampas.

Porque buscándote en vano


entre tus cortinajes de ensueño,
he terminado por llamarte
—Maestro, maestro—,

11
donde tu música suntuosa
es la armonía de tu silencio...
(¿Por qué has huido, maestro?)
(Hay unas gotas de sangre
en tus tapices).

Comprendo.
Perdón. Nada ha sido.
Vuelvo a la cuerda de mi contento,
¿Rubén? Sí. Rubén fue un mármol
griego. (¿No es esto?)

—All’s right with the world—, nos dijo


con su prosaísmo soberbio
nuestro querido sir Roberto
Browning. Y es cierto.

12
Ausencia de la esposa

Todo es tranquilidad en tu presencia.


Contiguo el mundo entero es nuestra casa
a cuya vera el tiempo lento pasa
dándole eternidad a la experiencia.
Más qué desolación y qué inclemencia,
qué cruel angustia la que me traspasa,
qué ardiente sed de ti la que me abrasa
en el desierto de tu larga ausencia.

Vuelve a llenar de sol, calor y vida


mi cuerpo que se ajusta a tu medida
y mi alma que hace veces de la tuya.
Ven a calmar las ansias de mi pecho,
y a llenar el vacío de tu lecho
para que mane miel y leche fluya.

13
Credo

Gracias porque abro los ojos y veo


la salida del sol, el cielo, el río
en la mañana diáfana de estío
que llena hasta los bordes mi deseo.

Gracias, Señor, por esto que poseo


que siendo sólo tuyo es todo mío
aunque hasta una gota del rocío
para saber que es cierto lo que creo.

Creo que la belleza tan sencilla


que se revela en esta maravilla
es reflejo no más de tu hermosura.

Qué importa pues que esta belleza muera


si he de ver la hermosura duradera
que en tu infinito corazón madura.

14
Escrito en la corteza de una ceiba

Esta ceiba que da sombra a mi casa


es propiamente heráldica. Sería
el emblema perfecto de tu escudo
si esto que grabo aquí fuera tu lema:
Ella no sabe de lo que de ella escribo
pues ser lo que es y no saberlo es ella

15
Idilio en cuatro endechas

De nuevo. Sí De nuevo
siento que voy, que llevo.

En el tren, en los trenes,


siento que vas, que vienes.

Inútil preguntar
a la tierra, a la mar,
a la estrella polar.

Ni la arena, ni la espuma, ni la estrella


darán razón de ti. De ella.
Pero te esperaré. Te espero en las esquinas,
a ver si vas, si ves, si lo adivinas.

II

Te quiero
en diciembre, en enero.

16
Te quiero día a día, el año entero.

Te quiero
bajo el naranjo y bajo el limonero.

III

Ya parece que sí, que te das, que te entregas.


Pero te busco a tiendas, busco a ciegas,
busco donde no estás, donde no llegas.

Tus manos en mis manos tiemblan de frío.


¿En dónde está tu corazón, en dónde el mío?
En tu abandono estás desfallecida.
¿Qué se hizo tu sangre, tu vida?

No sabes tú, ni quieres


saber quién soy, quién eres.
Despierta. Escucha, escucha lo que digo.
Lejos estás de mí si estás conmigo.

IV

17
Olvida
mi vida, tu vida.
Mira que el día nuevo
es tiempo de relevo
y deber militar.

Vienen tiempos de guerra


y de sangre en la tierra,
en el aire, en el mar.

Deja el recuerdo perdido


en el mar del olvido.
Deja el recuerdo en el mar.

Mira que tú has nacido


sólo para el olvido,
sólo para llorar.

Olvidar y llorar en el mar.

18
La gran plegaria

El tiempo es hambre y el espacio es frío


orad, orad, que sólo la plegaria
puede saciar las ansias del vacío.

El sueño es una roca solitaria


en donde el águila del alma anida:
soñad, soñad, entre la vida diaria.

19
No volverá el pasado

Ya todo es de otro modo


Todo de otra manera
Ni siquiera lo que era es ya como era
Ya nada de lo que es será lo que era
Ya es otra cosa todo
Es otra era
Es el comienzo de una nueva era
Es el principio de una nueva historia
La vieja historia se acabó, ya no puede volver
Esta, ya es otra historia

Otra historia distinta de la historia


Otra historia contraria de la historia
Precisamente lo contrario de la historia
Precisamente lo contrario del pasado
No volverá el pasado

Precisamente es el pasado lo vencido


Precisamente es el pasado lo abolido
Precisamente es el pasado lo acabado
Ya el pasado realmente ha pasado

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Ya el pasado realmente es pasado
El presente presente el futuro futuro
Antes era el pasado el presente el presente el pasado
Era imposible separar el presente del pasado
El pasado el presente el futuro eran solo el pasado
Pero el pasado ya ha cambiado aun de significado
Todo el pasado ha sido juzgado y condenado
No volverá el pasado

Aun la misma palabra pasado tiene ya otro sentido


Y lo mismo la historia y la palabra historia
Porque la historia no era ya sino pasado
Historia ya estancada, fosilizada
Desde 1936 estaba detenida, empantanada
Era ya historia muerta, historia sin historia
Historia en la que el pueblo no contaba
Pero la historia es ya otra historia, nueva historia
Puesta de nuevo en marcha por el Frente
Puesta de nuevo en marcha por el pueblo
Ya es solo historia lo que el pueblo quiera
Ya es solo historia lo que el pueblo diga
Ya es solo historia lo que el pueblo haga

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La historia ahora cambiara de nombre
Tal vez se llame simplemente pueblo
Tal vez se llame simplemente vida
Tal vez revolución. Verdad. Justicia.
Tal vez se llame solo Nicaragua

No hay ya palabra que no tenga otro significado


Ya las palabras tienen significado verdadero
Quiero decir, ya tienen verdadero significado
Quiero decir que ya significado quiere decir significado
No otra cosa distinta y mucho menos lo contrario
Lo que debe decir, no lo que quiere callar o falsear
No lo que quiere disimular o simular
Sino sencillamente lo que quiere decir
La lengua ya estaba del todo corrompida
Una lengua que no servía más que para mentir
Una lengua que era a la vez mal español y mal ingles
No la lengua nicaragüense que habla el nicaragüense
Sino solo un galimatías confeccionado para engañar y robar
y matar y mantenerse en el poder
Una angloalgarabia comercial para explotar el pueblo
consumidor
Y sobre todo un modo de convertir en dólares el sudor del

22
pueblo trabajador

Pero la lengua como todo lo que te fue robado


Como todo lo que te fue robado en el pasado
Todo ha sido por fin recuperado
Solo de ti depende que sea tuyo ahora
Ya veras que tu lengua va a renacer purificada
Cada palabra ha sido pasada por el fuego, tratada en el crisol
Cada palabra tiene nuevo sentido
El sentido de cada palabra, su propio sentido
Con el que fue inventada y acuñada, puesta en circulación
Aun su sentido original es ya un sentido nuevo
El sinsentido mismo tiene sentido
Como diría Joaquín Pasos, en el sentido de sentido y de
sentido
Porque si no es sentido no es sentido
Si no se siente no es sentido
Es, pues por ti, por vos, por todos
Que por primera vez en Nicaragua
Todo es sentido
Es con sentido, consentido
Todo tiene sentido
La verdad ya es verdad

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La mentira mentira
La patria Patria
y Nicaragua Nicaragua

La libertad por primera vez es libertad

Ya las palabras pronto serán las mismas


Ya pronto serán lo mismo las cosas y las palabras
Pronto será la misma cosa la palabra y la cosa
Como serán lo mismo las palabras y las obras
Como decía Santa Teresa las palabras son obras
Pronto vendrá la clarificación de las ideas
La redefinición de las palabras
La redefinición de la palabra revolución
La redefinición de la palabra sandinista
(Sandinista quiere decir nacional
—ha definido Tomas Borge
Sandinista quiere decir nicaragüense
—ha definido Tomas Borge)
Y la Revolución va a definir lo que es nicaragüense
Como el pueblo va a definir lo que es revolución
Como ha pasado ya el pasado y viene ya el futuro por la
Revolución

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Como por la revolución es ya todo es por primera vez
Es por primera vez en Nicaragua que una revolución es la
Revolución
La primera revolución contra todo el pasado
La primera que en realidad lo ha derrotado
La que de viaje lo ha borrado del mapa de Nicaragua
Hasta dejarlo todo en blanco o mejor dicho, en negro
Un agujero negro, un hueco negro, un hoyo negro como los
hay en las
galaxias
Eso es todo lo que ha quedado de todo el pasado
Por lo que solamente los del pasado viven en el pasado
Únicamente los del pasado añoran el pasado
Pero no se equivoquen. Ya nadie en Nicaragua será
engañado
No volverá el pasado.

25
Pequeña oda a tío Coyote

¡Salud a tío Coyote,


el animal Quijote!

Porque era inofensivo, lejos de la manada,


perro de soledad, fiel al secreto
inquieto
de su vida engañada
sufrió el palo, la burla y la patada.

Fue el más humilde peregrino


en los caminos de los cuentos de camino.

Como amaba las frutas sazonas,


las sandias, los melones, las anonas,
no conoció huerta con puerta,
infranqueable alacena,
ni propiedad ajena,
y husmeando el buen olor de las cocinas
cayó en la trampa que le tendieron las vecinas
de todas las aldeas mezquinas
y se quedó enredado en las consejas

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urdidas por las viejas
campesinas.

Y así lo engendró la leyenda


como el Quijote de la Merienda.

Pero su historia es dulce y meritoria.

Y el animal diente-quebrado,
culo-quemado,
se ahogó en la laguna
buceando el queso de la luna.

Y allí comienza su gloria


donde su pena termina!

También así murió


Li-Tai-Po,
poeta de la China.

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Canción de amor para el otoño

Cuando ya nada pido


Y casi nada espero
Y apenas puedo nada
Es cuanto más te quiero.

II

Te quiero
en Diciembre, en Enero.
Te quiero día a día, el año entero.

Te quiero
bajo el naranjo y bajo el limonero.

28
Dos canciones

I
Cuando ya nada pido
y casi nada espero
y apenas puedo nada
es cuando más te quiero.

II
Basta que estés, que seas
que te pueda llamar, que te llame María
para saber quién soy y conocer quién eres
para saberme tuyo y conocerte mía
mi mujer entre todas las mujeres.

29
Febrero en La Azucena

Ya está seco el camino del río al valle y secos los senderos.


Ya el río enseña el espinazo de piedra de su raudal como
un potrillo flaco la fila de sus vértebras
Ya un friso oscuro marca en los paredones de la orilla el
nivel que alcanzó la crecida en el invierno
Ya brilla el sol en los bancos de arena
Verano

Ahora es cuando salen a calentarse en los bancos


de arena los lagartos. Donde sale una
hembra salen pequeños machos. Sale uno
grande que los ahuyenta con ruidosos
colazos. Como un hombre pesado que intenta hacer la
palanca, torpemente se
levanta sobre sus cortas patas y avanza
hacia la hembra inconmovible, oscilando
el extremo de la cola. Con la palanca
de su larga trompa quiere volcarla. Varias veces la empuja
bajo el codillo.
Por fin la vuelca y la tiene indefensa.
Ahora es cuando bajan las manadas de chanchos de
monte de las montañas a los llanos para
30
comer coquitos. Se oyen de lejos los
chasquidos de sus dientes. Las crías van
aparejadas a las madres rozándoles las
costillas. Los machos buscan las hembras
cuando sombrean y se bañan en los charcos.
Ahora es cuando los tigres siguiendo a las manadas
de los chanchos amenazan a los ganados
que también han bajado a los llanos. Los
leones pumas cazan terneros. El tigre
osado y el león ya cebado de la carne del
cerdo, roban chanchos caseros junto a los
mismos ranchos del caserío. Se oyen
las hembras bramar de noche y el ronco bramido
bajo los machos. Y el grito, el grito,
el grito insondable del oso caballo.
Ahora es cuando aparece una pareja solitaria
de pelícanos que llegan todos los años
desde el mar. Y las parejas de martimpeñas
bailan con lento paso militar durante días.
Ahora es cuando suben al río los róbalos de
mar para el deshove.
Ahora es cuando encuentran viscosos nudos de
víboras.

31
Celo
Es el tiempo en que abunda la caza en donde quiera.
Cususcos o armadillos cruzan por los senderos
meterse en sus hoyos. Los perros se fastidian de perseguir
guatusas. En criques y quebradas se ven guardatinajas o
tepescuintes.
Se hallan venados en los tacotales. Venados
de ramazón. Venados cabros. Es posible agarrar cachorrillos
de tigre y manigordas
o tigrillos de piel de terciopelo. Dantitos pintos y
venaditas temblorosas. Y también nutrias o perros de agua de
piel más suave que la gamuza.

Es el tiempo de las pavas, las perdices, las gongolonas, las


becadas o chochas que llaman chúes los niños y
sobre todo de las palomas. Paloma tora. Paloma
posolera. Paloma azul. Paloma patacona. Y la paloma
penadora que da un quejido breve, profundo y espaciado que
no se sabe de dónde viene cambia de sitio y causa angustia.

Es el tiempo que dan los marañones en el marañonal de


Larios
Es el tiempo de los nidos y de los huevos de colores.
Fecundidad
Han florecido todos los árboles. Los corteses

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están tupidos de flores amarillas y alzan sus copas en
el sol haciendo alarde de su amarillo apasionado.
Brillan, refulgen a lo lejos como las legendarias cúpulas de
oro de las siete ciudades. Los robles están
cuajados de crespas flores nacaradas. Laurel y sota caballo
perfuman todo el aire con la fragancia de sus
blancos ramilletes. El capirote de flores de un blanco
de espuma. El almendro de monte, moradas,
el hombre grande, rojas. Y la coaba, lilas.
Han florecido los matorrales, las orillas de los caminos, las
cercas, la humilde escoba de sus florecitas amarillentas.
Cuando ha soplado el viento el río se cubre de
flores y hasta las criques arrastran pétalos.
Vuelan abejas y mariposas.
Han florecido las yedras y las enredaderas de la montaña.
Amapolas. Veraneras.
Han florecido las orquídeas.
Polen
Ya desde ahora anuncia el tiempo de Semana Santa, con
un silbido de penitencia, un pajarito pardo casi invisible.
El pajarito del Espíritu Santo
Misterio.

Verano en La Azucena.
33
Irrevocablemente

Por donde quiera que escudriña la mirada,


sólo encuentra los pálidos pantanos de la Nada;
flores marchitas, aves sin rumbo, nubes muertas...
Ya no abrió nunca el cielo ni
la tierra sus puertas!
Días de lasitud, desesperanza y tedio;
no hay más para la vida que el fúnebre remedio
de la muerte, no hay más, no hay más, no hay más
que caer como un punto negro y vago
en la onda lívida del lago,
para siempre jamás...

34
Lo dicho, dicho

Si amarga el dedo sed para mi labio


sufro al tocar tu frío como amigo
si sierpe al corazón la hiel al hígado
no me despeja el cielo y me despeja.

Si colmena en tu rosa era mi nido


y yo de miel en tus venas corría
corro tu vida vivo y muerto muero
mas súbito el abismo amor vacío.

No quiero ser no puedo sola nada


sola te quiero sólo tierra y cielo
sé tú mi cuerpo sólido en tu cuerpo
que abismo me hundo y nada me desdigo.

De presencia absoluta ansia te oprimo


si bajo espera tierra que te caiga
si subo estrella sube que te siga
sea o no sea soy donde te quemo.

Quiero de tu ojo el otro insospechado

35
que antes que pensamiento es ojo vivo
quiero el eje del mundo en que tú giras
y tu estrella natal sexo de fuego.

No te sospecho más que mi sospecha


porque si eres verdad lo dicho, dicho
la dicha dicha si presente siento
que todo lo demás mentira miento.

36
Nota en un libro de historia

Mientras hojeo historiadores y toma notas


un pajarito canta entre las hojas de una rama
y su canto
un silbido, tal vez una llamada
me saca de la Historia.

37
Soneto para invitar a María a volver a San
Francisco del Rio

Si mi vida no es mía, sino tuya,


y tu vida no es tuya, sino mía,
separados morimos cada día
sin que esta larga muerte se concluya.

Hora es que el uno al otro restituya


esa vida del otro que vivía,
y tenga cada cual la que tenía
otra vez en el otro como suya.

Mira pues, vida mía, que te espero


y de esa espera vivo mientras muera
la muerte que, sin ti, contigo muero.

Ven, mi vida, a juntar vida con vida


para que vuelva a ser la vida que era
que la vida a la vida a la vida convida.

38
ODA A RUBÉN DARÍO
"¿Ella? No la anuncian. No llega aún."
Rubén Darío. Heraldos
I
(Acompañamiento de papel de lija)

Burlé tu león de cemento al cabo.


Tú sabes que mi llanto fue de lágrimas,
i no de perlas. Te amo.
Soy el asesino de tus retratos.
Por vez primera comimos naranjas.
Il n’y a pas de chocolat —dijo tu ángel de la guarda.

Ahora podías perfectamente


mostrarme tu vida por la ventana
como unos cuadros que nadie ha pintado.
Tu vestido de emperador, que cuelga
de la pared, bordado de palabras,
cuánto más pequeño que ese pijama
con que duermes ahora,
que eres tan sólo un alma.

Yo te besé las manos.

39
"Stella —tú hablabas contigo mismo—
llegó por fin después de la parada",
i no recuerdo qué dijiste luego.
Sé que reímos de ello.

(Por fin te dije: "Maestro, quisiera


ver el fauno".
Más tú: "Vete a un convento").

Hablamos de Zorrilla. Tu dijiste:


"Mi padre" i hablamos de los amigos.
"Et le reste est literature" de nuevo
tu ángel impertinente.
Tú te exaltaste mucho.
"Literatura todo —el resto es esto".
Entonces comprendimos la tragedia.
Es como el agua cuando
inunda un campo, un pueblo
sin alboroto i se entra
por las puertas i llena los salones
de los palacios —en busca de un cauce,
del mar, nadie sabe.

40
Tú que dijiste tantas veces "Ecce
Homo" frente al espejo
i no sabías cuál de los dos era
el verdadero, si acaso era alguno.
(¿Te entraban deseos de hacer pedazos
el cristal?) Nada de esto
(mármol bajo el azul) en tus jardines
—donde antes de morir rezaste al cabo—
donde yo me paseo con mi novia
i soy irrespetuoso con los cisnes.
II
(Acompañamiento de tambores)

He tenido una reyerta


con el Ladrón de tus Corbatas
(yo mismo cuando iba a la escuela),
el cual me ha roto tus ritmos
a puñetazos en las orejas...

Libertador, te llamaría,
si esto no fuera una insolencia
contra tus manos provenzales
(i el Cancionero de Baena)

41
en el "Clavicordio de la Abuela"
—tus manos, que beso de nuevo,
Maestro.

En nuestra casa nos reuníamos


para verte partir en globo
i tú partías en una galera
—después descubrimos que la luna
era una bicicleta—
y regresabas a la gran fiesta
de la apertura de tu maleta.
La Abuela se enfurecía
de tus sinfonías parisienses,
i los chicuelos nos comíamos
tus peras de cera.

(Oh tus sabrosas frutas de cera)

Tú comprendes.
Tú que estuviste en el Louvre,
entre los mármoles de Grecia,
y ejecutaste una marcha
a la Victoria de Samotracia,

42
tú comprendes por qué te hablo
como una máquina fotográfica
en la plaza de la Independencia
de las Cosmópolis de América,
donde enseñaste a criar Centauros
a los ganaderos de las Pampas.

Porque, buscándome en vano


entre tus cortinajes de ensueño,
he terminado por llamarte
"Maestro, maestro",
donde tu música suntuosa
es la armonía de tu silencio...
(¿Por qué has huido, maestro?)
(Hay unas gotas de sangre
en tus tapices).

Comprendo.
Perdón. Nada ha sido.
Vuelvo a la cuerda de mi contento.
¿Rubén? Sí. Rubén fue un mármol
griego. (¿No es esto?)

43
"All’s right with the world", nos dijo
con su prosaísmo soberbio
nuestro querido sir Roberto
Browning. Y es cierto.
FINAL
(Con pito)

En fin, Rubén,
paisano inevitable, te saludo
con mi bombín,
que se comieron los ratones en
mil novecientos veinte i cinco.
Amén.

44
LA PALOMA
I
Buscando qué tirar subí la loma
y en la rama florida de un espino,
que se mecía al borde del camino,
estaba, entre las flores, la paloma.
Vi su pecho cenizo, su ala ploma,
su pico pardo y su ojo purpurino
y oí su ronco canto matutino
con que saluda alegre al sol que asoma.

¡Lástima, oh Dios, que esta paloma muera!


Pero fiel cazador, corazón duro,
mano que no vacila, ojo seguro,
Tomé la mira y izas!: bala certera,
cayó a mis pies sangrando el ave herida,
batió las alas y quedó sin vida.
II
Llorad por la paloma patacona,
cedros, robles, laureles y maderos;
llorad, tordos y mirlos y jilgueros;
flores del campo, hacedle una corona.
Por la amiga del higo y de la anona,

45
la que amaba la sal y los graneros,
llorad peones, compistos y vaqueros,
con la guitarra, el cuerno y la llorana.
Vedla, acechada por rapaz destino,
muerta a traición, asada en la cocina
y aquí en mi mesa en el platón de china;
Mientras, cruel cazador, frío asesino,
sin pensar en su viudo, en su palomo,
yo, con indiferencia, me la como.

46
SOL DE INVIERNO

Cuando ha llovido toda la mañana


y el sol, de pronto asoma y dora el llano,
—y parece que el ángel del verano
cae sobre el invierno y lucha y gana—
Y el cielo se abre, el campo se engalana
y el viento barre hasta el confín lejano,
para mirar del sol el rostro ufano
con cuánto gozo te abro mi ventana!
Entra el sol y mi cuarto se ilumina,
se despeja el fastidio, huye la pena
que el alma límpida y serena.
Más qué pronto la dicha se termina!
La alegría del sol brilla un momento:
vuelve la oscuridad, la lluvia, el viento.

47
EL TIGRE ESTÁ EN LA NIÑA
Tiger! Tiger! burning bright
In the forest of the night
William Blake
El tigre está en los ojos
Preso entre curvas mansas, perezosas
Despertando del lodo como vegetaciones
Entre panales y gorjeos al borde de la cama
El grifo abierto, el rumor, el vapor de la bañera
El zumo de naranja, las tostadas
Todo lo que se apunta con la lengua del lápiz
El gesto de la mano que suelta una paloma
Los pechos como nidos ocultos en las ramas
Y una serpiente dulce como un canto
Entre viejas consolas y entre jaulas de flores

Buenos días, muchacha hace tiempo olvidada


No despiertes del todo en la visita
Sigue tus infalibles líneas ecuatoriales
Siempre dormida, virginal, obscena

Conoces tú a la dama de la mano en el pecho?


El tigre está en la niña del ojo de la mujer.

48
MATER AMABILIS

Libre ya del amor que aturde y ciega


canto ahora a la dueña de mi casa,
cuando atareada en sus quehaceres pasa,
cuando rodeada de mis hijos llega.
Porque en los juegos de sus niños juega
y la medida de mis dichas tasa,
porque revive en el hogar la brasa
y la maceta de claveles riega.
Por eso y por aquello y por lo mismo
en el misterio del hogar me abismo
juntando compañía y soledad.
Mientras florecen en la amada esposa
—cinco retoños rubios y una rosa—
los frutos vivos de mi libertad.

49
PLENILUNIO

Una gallina en un arado


puso un huevo colorado
puso 1
puso 2
puso 3
puso 4
puso 5
puso 6
puso 7
puso 8
puso 9
puso 10
puso puaff!
La luna

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RUSTICA CONJUX

Sales en tu caballo con la aurora


y vas entre tus mozos la primera
a aventar el ganado a la quesera
donde la ternerada hambrienta llora.
¡Qué bien llevas tu rango de señora
junto con tus oficios de vaquera!
Tu corona es tu roja cabellera
que el sol naciente con sus rayos dora.

Después que ordeñas cuidas los terneros,


prensas los quesos, quemas los potreros,
y haces trabajos de carpintería.
Diosa campestre como Diana y Ceres,
así realiza todos tus quehaceres
desde el principio hasta el final del día.

51
A UN ROBLE TARDE FLORECIDO

Un desmedrado roble sin verdor


que seco ayer a todos parecía,
hijo del páramo y de la sequía,
próxima víctima del leñador,

que era como una niña sin amor


que en su esterilidad se consumía,
con la lluvia de anoche oh, qué alegría!—
ha amanecido esta mañana en flor.

Yo me he quedado un poco sorprendido


al contemplar en el roble florido
tanta ternura de la primavera,

que roba en los jardines de la aurora,


esas flores de nácar con que enflora
los brazos muertos del que nada espera.

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Ritornelo

Como la marea
cuando se retira
como la marea
Como una campana
que suena lejana
como una campana
Como una guitarra
colgada de un clavo
como una guitarra
Como un chunche viejo
vivo arrinconado
como un chunche viejo

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