Calabaza Calabacin
Calabaza Calabacin
Calabaza Calabacin
¿QUÉ ES LA CALABAZA?
La calabaza (Cucurbita maxima), también conocida como zapallo, es el fruto de la
planta llamada calabacera, que pertenece a la familia de las Cucurbitáceas. Las especies
suelen ser dioicas; no es raro que den flores sólo de un sexo. Las flores, de buen tamaño,
están adaptadas a la polinización por abejas de los géneros Peponapis y Xenoglossa. Los
frutos son el producto por el que se cultivan habitualmente: técnicamente son pepónides
(un tipo de baya), y varían espectacularmente de tamaño entre especies, alcanzando 70
kg de peso en C. maxima, y de forma; los hay alargados, cilíndricos y esféricos, más o
menos bulbosos, y de colores que van del amarillo pálido al verde intenso. La piel del
fruto se endurece a medida que avanza la temporada; a su aparición a comienzos del
verano es tierna y frágil, pero se endurece y engrosa. Necesitan de un clima cálido y
húmedo.
HISTORIA
Su origen es incierto, pero parece ser que es de Asia Meridional, que de allí llegó a
América Central extendiéndose por todo el país de norte a sur. Los colonizadores
españoles la trajeron a España en el siglo XV y de nuestro país se extendió por toda
Europa. Actualmente, se cultiva en todo el mundo, principalmente en los terrenos de
climas más calurosos. Existe suficiente evidencia arqueológica para considerar que las
cucurbitáceas comenzaron a cultivarse por primera vez, de manera sistemática, en
Mesoamérica, en la zona que corresponde a los estados de Puebla, Oaxaca y el Estado de
México. Su cultivo también se practicó en épocas prehispánicas en prácticamente todo el
resto de Mesoamérica, en la trilogía milpera, junto con el maíz y el frijol, conocida a
veces como “las Tres Hermanas”. También se conoció y se cultivó en otras culturas
americanas, como en el caso del Perú, donde se ha encontrado cerámica Mochica con
representación del zapallo. Más tarde, a partir del siglo XVI, se llevó a Europa, Asia y
África.
VARIEDADES Y TEMPORADA
La familia de las Cucurbitáceas son más de 850 especies. A ella pertenecen también el
pepino, el calabacín, el melón y la sandía.
Calabazas de verano
Contienen más agua, la piel es más fina, y aguantan menos tiempo. Entre ellas están:
Calabaza bonetera.
Calabaza espagueti.
Calabaza Rodín.
Calabazas de invierno
De piel más gruesa, menor proporción de agua, y más duraderas que las de verano, ya
que aguantan hasta 6 meses. Algunas especies de invierno son:
Calabaza banana.
Otras clases de calabaza son: americana, amarilla gruesa de París, llena de Nápoles, roja
de Etampes, verde española, calabacita de Brasil.
Calabacitas decorativas,
oriundas de Almonaster
la Real, en la sierra de
Huelva
PROPIEDADES
La calabaza contiene un 90% de agua, poquísimas calorías, pocos hidratos de carbono, y
mucha fibra. Es ideal para quienes quieran seguir dietas de adelgazamiento.
Composición nutricional
Vitaminas: Muy rica en vitamina A, contiene vitamina C en menor cantidad y
una pequeña proporción de vitaminas E, B1, B2, B3, B6.
CONSERVACIÓN
Cuando se compran calabacines deben seguirse diferentes criterios de calidad. Se
elegirán aquellos ejemplares que sean firmes al tacto, compactos, pequeños o medianos,
sin manchas en la piel y pesados en relación con su tamaño.
La intensidad del verde que presente su piel no influye en la calidad de la pieza, ya que
éste depende de la variedad a la que pertenezca el calabacín.
También se pueden conservar los calabacines congelados, siempre que con anterioridad
se escalden en agua hirviendo durante unos tres o cinco minutos.
PROPIEDADES
El calabacín pertenece a la misma especie que la calabaza. Sin embargo, presenta
propiedades nutritivas propias. Su principal componente es el agua, seguido de los
hidratos de carbono y pequeñas cantidades de grasa y proteínas. Todo esto, unido a su
aporte moderado de fibra, convierte al calabacín en un alimento de bajo aporte calórico,
idóneo para incluir en la dieta de personas con exceso de peso.
En la acelga, el mineral más abundante con diferencia es el potasio. Sin embargo, esta
verdura destaca respecto al resto por su mayor contenido en magnesio, sodio
(responsable en parte de su marcado sabor), yodo, hierro y calcio, estos dos últimos de
peor aprovechamiento que los que proceden de los alimentos de origen animal (lácteos,
carnes y pescados).
El calabacín presenta una pequeña cantidad de hierro, pero este mineral apenas se
asimila en nuestro cuerpo en comparación con el hierro procedente de los alimentos de
origen animal.
Esta hortaliza contiene además unas sustancias denominadas mucílagos que son un tipo
de fibra que suaviza y desinflama las mucosas del aparato digestivo.
El calabacín es una hortaliza de bajo aporte calórico gracias a su alto contenido en agua.
Además, contiene fibra que ejerce un efecto de saciedad. Por ello se considera un
alimento idóneo en dietas de control de peso.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que, según el modo en que se preparen los
calabacines, su contenido calórico puede variar de forma notable. Por ejemplo, si se fríe
el calabacín en vez de hervirlo, asarlo o cocinarlo a la plancha, su valor calórico puede
llegar a duplicarse porque es una hortaliza que tiene la capacidad de absorber gran
cantidad de aceite.
Efecto diurético
Los calabacines son alimentos ricos en potasio y pobres en sodio, lo que les confiere una
acción diurética que favorece la eliminación del exceso de líquidos del organismo.