Garantías en La LPT
Garantías en La LPT
Garantías en La LPT
I.- Introducción.-
1
A la mentada ley, aunque contiene normas sobre procedimiento, no puede
calificársela como “ley procesal” en sentido estricto, toda vez que incluye
disposiciones sobre aspectos de índole sustancial, pudiéndose citar, v. gr.: lo
relacionado a la interpretación de las normas tributarias, domicilio fiscal, sujetos
de los deberes tributarios, prescripción, e infracciones y sanciones.
2
gasto público demandado por la atención de los cometidos del Estado” 3. También
por la aludida normativa se tutela el sistema de Seguridad Social.
Ha menester señalar que la última ley de cita –y pido una vez mas al lector
retenga la norma a la que seguidamente haré mención- establecía en el art. 15
que: “La pena de prisión establecida por esta ley y las accesorias en su caso, serán
impuestas sin perjuicio de las sanciones fiscales o previsionales.” (debiéndose
entender por tales las contenidas en la ley de procedimiento fiscal, en la ley
17.250 respecto de los recursos de la seguridad social, y en las propias de los
impuestos).
Sin embargo, el nuevo precepto, pese a la censura que desde las cátedras
y la doctrina se había hecho del citado art. 15 de la derogada ley, mantuvo una
norma similar a la anterior, dado que el art. 17 prescribe que: ”La penas
establecidas por esta ley serán impuestas sin perjuicio de las sanciones
administrativas fiscales”; añadiendo en el art. 20 que: “La formulación de la
denuncia penal no impedirá la sustanciación de los procedimientos administrativos
y judiciales tendientes a la determinación y ejecución de la deuda tributaria o
previsional, pero la autoridad administrativa se abstendrá de aplicar sanciones
hasta que sea dictada la sentencia definitiva en sede penal [….]”, agregando en el
tercer párrafo que: “Una vez firma la sentencia penal, la autoridad administrativa
aplicará las sanciones que correspondan sin alterar las declaraciones de hechos
contenidas en la sentencia judicial.”.
3
Cfr. Arístides Horacio M. Corti, “Acerca de la política punitiva y de la llamada condición objetiva de
punibilidad en los delitos tributarios y previsionales de la ley 24.769”, en “Derecho Económico”, suplemento
especial de La Ley, febrero de 2004.
3
dilucidar si la mencionada norma infringe o no la garantía que prohíbe la doble o
múltiple persecución penal.
II.1.- DOCTRINA.-
Esta garantía impide que una persona sea sometida a doble o múltiple
persecución penal por la realización de una misma conducta.
4
CSJN, “Fallos 303:1548, sentencia del 15/10/81, autos “Usandizaga, Perrone y Juliarena c/DGI”. El
23/06/09, en autos “Fiszman y Cía. SCA c/DGI”, la Corte Suprema de Justicia de la Nación dejó sin efecto una
multa fiscal (art. 46, ley 11.683) en una causa que se prolongó por más de 20 años. Sostuvo el aludido
tribunal que: “(l)a prosecución de un pleito inusualmente prolongado –máxime si tiene naturaleza penal-
conculcaría el derecho de defensa del recurrente en tanto `debe reputarse incluido en la garantía de defensa
en juicio consagrada en el art. 18 de la Constitución Nacional el derecho de todo imputado a obtener –
después de un juicio tramitado en legal forma- un pronunciamiento que, definiendo su posición frente a la
ley y a la sociedad, ponga término del modo más rápido posible, a la situación de incertidumbre de
innegable restricción que comporta el enjuiciamiento penal´….”.
5
Julio B. J. Maier, “Derecho Procesal Penal. Fundamentos”, Editores del Puerto, Buenos Aires, 1999, pág.
595
4
no enumeradas, pero que surgen del sistema republicano y del Estado de
derecho.” 6.
6
Op. cit., pág. 596
7
Op. cit., pág. 602.
8
CSJN, H. 521. XL - 'Heredia, Ramón Claudio s/ tenencia de arma de guerra (causa Nº 26.458/04)', de fecha
20/03/2007). En el precedente "Recurso de hecho deducido por la defensa de Yong Soo Kang en la causa
Kang, Yong Soo s/ causa Nº 5742", del 15 de mayo de 2007 el mentado tribunal sostuvo “Esta regla
constitucional, no sólo veda la aplicación de una segunda pena por un mismo hecho sino también "la
exposición al riesgo de que ello ocurra" (Fallos, 314:377; 319:43; 320:374; 321:1173, disidencia de los jueces
5
Existe cierto grado de coincidencia en que para que pueda afirmarse que
existe una doble persecución penal deben constatarse tres requisitos: 1) identidad
de la persona perseguida (eadem persona), 2) identidad del objeto de la
persecución (eadem res), y 3) identidad de la causa de persecución (eadem causa
petendi).
Petracchi y Bosert, 321:2826, entre otros) por lo que la decisión recurrida resulta equiparable a definitiva,
pues en ese aspecto la garantía en cuestión está destinada a gobernar decisiones previas al fallo final. En
efecto, llegado el momento de la sentencia definitiva, aún siendo absolutoria, resultaría inoficioso examinar
el agravio invocado por la defensa, pues para aquel entonces “el riesgo” de ser sometido a un nuevo juicio
ya se habrá concretado”.
9
Op. cit., pág. 603.
6
no la haya sufrido y sea que en el primer proceso haya recaído pronunciamiento
remisorio o condenatorio10.
III.1.1 Quienes pretenden conciliar los postulados del art. 17 de la Ley Penal
Tributaria y la garantía constitucional que veda la doble o múltiple persecución
10
CSJN, Fallos: 310:2845.
11
CSJN, Fallos: 272:188; 305:913, entre otros.
12
Del dictamen del Procurador General al que remitió la Corte Suprema, in re “Alcaráz, Oscar Antonio
s/p.s.a. de robo calificado” del 21/03/07.
7
penal, echando manos a las reglas del concurso ideal. Así, autores como Carlos
Edwards predican que la manera de conciliar los postulados del art. 17 de la ley
penal tributaria con la garantía constitucional de mentas, será a través de las
reglas del concurso ideal. El mencionado autor considera que se está frente a una
misma unidad delictiva, por lo que concluye que debe aplicarse la sanción penal
mayor que es la de la pena de prisión. Esto, conforme prescribe el art. 54 del
Código Penal.
13
Lilian Gurfinkel de Wendy y Eduardo Ángel Russo, “Ilícitos tributarios en la leyes 11.683 y 23.771”, 3º
edición actualizada, Edit. Depalma, 276 y 277.
14
Cfr. Horacio D’Angelo y Roberto Falcone, “Comentario de la ley penal tributaria y previsional nº 23.771”,
Del Plata, Mar del Plata, 1992, pág. 59.
8
una nueva sanción, adunando que la solución adoptada por el legislador se exhibe
como inconstitucional en cuanto puede infringir el principio ne bis in idem15.
15
Cfr. Conferencia brindada por el autor en el “Seminario intensivo de régimen penal tributario y previsional
de la AAEF”, PET Nº 74, 1994.
16
Carlos M Giuliani Fonrouge y Susana Navarrine, “Procedimiento Tributario”, Edit. Depalma, Buenos Aires,
1999, pág. 812.
17
Ricardo Thomas, “Regimen Penal tributario ley 24.769. Análisis de los tipos penales. Ley más benigna”,
edit. Ad hoc, Buenos Aires, 1997, págs. 155/117.
18
Héctor Belisario Villegas, “Curso de finanzas, derecho financiero y tributario”, edit. Astrea, 9na. Edición
actualizada y ampliada, pág. 583.
19
Miguel Bajo Fernández y Silvina Bacigalupo, “Delitos tributarios y previsionales”, edit. Hammurabi, 2001,
pág. 21.
9
puede afirmar que la cosa juzgada, constitutiva de un amplio óbice procesal,
protege al contribuyente contra un segundo proceso.”20.
Finalmente, para mencionar tan sólo a algunos de los autores que han
abordado este tema, Juan M. Álvarez Echague sostiene que: “…entiendo valedero
reiterar la adhesión a la postura que sostiene la naturaleza penal del ilícito
tributario, pues ello implica entender que aplicar en forma conjunta, por un mismo
hecho, una sanción administrativa y otra judicial, es atentatorio del principio
constitucional que prohíbe la multiplicidad de sanciones cuando medie identidad
de sujeto, hecho y fundamento.”22.
III.1.3.- Por último, en posición que cuenta con menos adeptos, están
quienes sostienen que es posible aplicar ambas sanciones. En la actualidad, milita
casi solitario Carlos Alberto Chiara Díaz, quien sustenta que “[….] si bien puede
existir identidad de persona juzgada y de comportamiento reprochado, lo diferente
radica en la causa petendi, esto es, cuando la acusación y condena tuvieron en
cuenta en un proceso penal el carácter de delito de aquél, mientras en sede
administrativa fiscal tal accionar será revelado en el plano disciplinario
contravencional, con alcances y principios distintos respecto de la culpabilidad y de
las características típicas de las faltas [….] se trata de órbitas distintas de ejercicio
de poder represivo estatal: una de naturaleza penal…..y otra contravencional
[….]”23.
20
Vicente Oscar Díaz, “Límites al accionar de la inspección tributaria y derechos del administrado”, edit.
Depalma, segunda edición actualizada, pág. 207.
21
Alejandro Catania, “Régimen Penal Tributario. Estudio sobre la ley 24.769”, Editores del Puerto s.r.l., pag.
244.
22
Juan M. Álvarez Echagüe, “Las sanciones tributarias frente a sus límites constitucionales”, edit. Ad-hoc,
Buenos Aires, 1ra. edic., 2004, pág. 249.
23
Carlos Alberto Chiara Díaz, “Ley penal tributaria y previsional Nº 24.769”, edit. Rubinzal Culzoni, Santa Fe,
1997, págs. 316/317.
10
proceso penal a un sujeto en base a un mismo hecho por éste llevado a cabo, ya
que en ambos procesos se persiguen responsabilidades de distinta naturaleza24.
24
CSJN, Fallos, 273:66
25
CSJN, Fallos, 305:246.
26
CSJN, Expediente B 1167, XLII, causa “Barolo, Guillermo por El Lomo y Cía. SRL c/AFIP s/amparo ley
16.986”, del 2 de diciembre de 2.008.
11
En cuanto a estos supuestos, el Tribunal Constitucional de España, que
anula una resolución penal por haberse aplicado anteriormente una sanción
administrativa con motivo de una misma conducta, textualmente ha sostenido que
“ […..] irrogada una sanción, sea ésta de índole penal o administrativa, no cabe,
sin vulnerar el mencionado derecho fundamental, superponer o adicionar otra
distinta, siempre que concurran las tan repetidas identidades de sujeto, hechos y
27
fundamentos.” .
27
(sent. del 11/11/1999).
12
se podía examinar el suceso que constituía su objeto de investigación desde todos
los ángulos legales posibles o desde todos los puntos de vista jurídicos, en sentido
amplio.”28.
28
CNCP, causa “Rojo, Teodoro Mario s/rec. de queja”, sent. del 23/02/1999.
29
CSJN, Fallos, 316:687, in re “Moño Azul S.A. s/ ley 11.683” del 15/04/93 en el que se señala: “El art. 43 de
la ley 11.683 (t.o.1978) tiene en miras aquellos deberes formales que tiendan a determinar la obligación
tributaria o a verificar su cumplimiento, en cambio en el art. 44 de dicha normativa, el cumplimiento de los
deberes formales constituye el instrumento que ha considerado el legislador para aproximarse al marco
adecuado en el que desenvolverse las relaciones económicas y de mercado y ejercer el debido control del
circuito económico en que circulan los bienes.”.
30
CSJN, Fallos, 303:1880, sent. del 26/11/1981.
13
Como ya lo anticipáramos, entiendo que el art. 17 de la ley penal tributaria
y previsional 24.769, de cara a los postulados de la Ley Fundamental deviene
absolutamente inconstitucional por violatoria del principio ne bis in idem, dado
que de su propio texto surge la posibilidad -al menos legal- de aplicar una sanción
penal y acumular a ésta otra sanción de la misma naturaleza, aunque
inapropiadamente establecida en una ley administrativa como lo es la 11.683 o en
la ley 17.250 para el caso de las infracciones al sistema de seguridad social.
14
Asamblea General Constituyente de 1853 estableció en el art. 18 de la Constitución
Nacional que “nadie puede ser obligado a declarar contra sí mismo…”.
31
En tal sentido, el art. 8.2.G de la Convención Americana sobre Derechos Humanos establece que:”Toda
persona inculpada de delito tiene derecho *…..+ a no ser obligado a declarar contra sí mismo ni a declararse
culpable…”. En tanto, el art. 14.3.G del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos prescribe que
“Durante el proceso, toda persona acusada de un delito tendrá derecho, en plena igualdad, a las siguientes
garantías mínimas: A no ser obligada a declarar contra sí misma ni a confesarse culpable.”.
32
Julio B. Maier, “Derecho Procesal Penal argentino”, t 1-B, Fundamentos, edit. Hammurabi, Buenos Aires,
1989, pág. 330.
15
Ha menester analizar si de acuerdo al alcance de la cláusula y al sistema de
determinación de la obligación tributaria, el obligado tributario tiene el derecho a
negarse a aportar la documentación e información que requiere la administración
en el curso del procedimiento de verificación y fiscalización, y si las disposiciones
legales que imponen sanción, en caso de incumplimiento a los deberes de
colaboración, constituyen normas cuya creación se encuentra prohibida por ser
contrarias a la cláusula constitucional.
33
Fernando Sainz de Bujanda, “hacienda y Derecho”, 1967, t. IV, pág. 252.
16
Por tanto, uno de los primeros deberes del contribuyente u obligado para
con la administración lo constituye la presentación de declaración jurada. Empero,
esa declaración se encuentra sujeta a verificación administrativa. Para el
cumplimiento de ello la Administración está facultada a exigir una serie de
prestaciones, a saber: 1) llevar libros o registros especiales de las negociaciones y
operaciones propias y de terceros que se vinculan con la materia imponible; 2)
poseer comprobantes que respalden las registraciones contables; 3) requerir
informes verbales o escritos al firmante de la declaración jurada o terceros, entre
otras.
Ahora bien, puede la AFIP utilizar los datos obtenidos de manos del
contribuyente durante el transcurso de un proceso de determinación en una
postrer imputación penal.
17
administrativas han sido previas al inicio de la causa penal, dado que lo contrario
significa infringir el precepto de presunción de inocencia”34.
34
Vicente Oscar Díaz, “Garantías mínimas que resguardan los derechos de los administrados ante los
permanentes excesos en que incurre la inspección tributaria”, en D.T.E, t. XX, pág. 783.
35
Vicente Oscar Díaz, “Derechos de los administrado ante procedimientos de inspección violatorios de
garantías constitucionales”, en D.T.E., t XXIV, pág. 775.
36
Miguel Ángel Ekmekdjian, “Tratado de Derecho Constitucional”, edit. Depalma, Buenos Aires, 1994, t. II,
pág. 323.
18
aplicación encuentra sustento constitucional y hace a la dignificación de la persona
humana37.
Por último, por mencionar tan sólo a parte de la doctrina que predica cada
una de las posturas, María Verónica Straccia en un meduloso trabajo sobre este
tópico, sostiene que: “(f)rente a los requerimientos que pueda efectuar la
administración en el curso de un procedimiento de fiscalización y verificación
tributaria, [no corresponde] invocar la garantía constitucional, puesto que
constituye un deber legal cumplir en tiempo y forma los requerimientos cursados
por la administración, en el ejercicio regular de sus atribuciones legales, y ello no
implica obligar a una persona a que efectúe manifestaciones o que aporte
elementos de prueba que importen su propia incriminación, pues al contribuyente
únicamente se le requieren aquellos elementos e información necesarios y
legalmente exigibles para posibilitar la exacta percepción de los tributos.” Sin
perjuicio de lo anterior, la mentada fiscal del fuero penal tributario añade: “En el
momento en el que surjan circunstancias objetivas acerca de la comisión de un
hecho ilícito, cualquier requerimiento de información, bajo apercibimiento de
sanción, a quien pueda resultar imputado podrá resultar contrario a la garantía
contra la autoincriminación, en la medida que importe compelerlo a que colabore
en la adquisición de la prueba de cargo.”39.
37
Rodolfo R. Spisso, “”La imposibilidad de utilizar en el proceso penal pruebas aportadas por el
contribuyente durante la fiscalización tributaria, en Impuestos LVII-B-2378.
38
Susana Navarrine, “El derecho constitucional a no declarar contra sí mismo en el Derecho Penal
Tributario”, en P.E.T., La Ley, 2001, pág. 226.
39
María Verónica Straccia, “Derecho Penal Tributario-temas críticos”; Juan P. Galván Greenway coordinador,
edit. Rubinzal Culzoni, págs.. 75/76.
19
una actuación procesal de la que resulte la imputación de un delito fiscal.
Consecuentemente con ello, no sería razonable sostener que la apertura de un
procedimiento de inspección fiscal implique por sí mismo una de aquellas medidas
que “conocidamente tiende a proceder contra alguien por un hecho punible”.
Concluye en que esta situación se habrá de verificar en el momento en que existan
razones que –objetivamente- lleven a pensar que el sujeto pasivo ha eludido el
pago del mínimo establecido por la ley40.
María Teresa Soler Roch señala que le asiste razón al Tribunal Constitucional
Español cuando sostiene en sus resoluciones que la aportación de datos por parte
del contribuyente no es una declaración en la que se admita la culpabilidad,
agregando luego, “(p)ero no es menos cierto que el poner de manifiesto –aunque
sea mediante una simple declaración de conocimiento- la realización de hechos
imponibles no declarados en su día o declarados o valorados insuficientemente,
aportando además la documentación justificativa de estos hechos, constituye,
indefectiblemente, una declaración de conocimiento con aportación de pruebas
sobre la comisión de conductas de infracción tributaria”. Agrega, en referencia al
Derecho español, que esta materia “se caracteriza porque unos mismos hechos
inevitablemente conectados y, por tanto, ambivalentes en cuanto a su alcance
probatorio (la realización del hecho imponible y la conducta infractora que consiste
precisamente en su ocultación total o parcial), constituyen la base de un mismo y
único procedimiento.” Para la catedrática de la Universidad de Alicante, la
ambivalencia de los efectos de la información suministrada por el sujeto pasivo
constituye el nudo gordiano de la cuestión, el que sólo podría deshacerse de dos
formas: “o prohibiendo expresamente la intercomunicabilidad de efectos
probatorios entre el procedimiento de gestión tributaria, estrictamente destinado a
determinar la existencia y cuantía de la deuda tributaria y los procedimientos o
40
Enrique Bacigalupo, “El delito fiscal. Curso de Derecho Penal Económico”, edit. Marcial Pons, Madrid,
1998, pág. 230.
41
Op. cit. en la nota 16, pág. 48.
20
procesos penales, o bien revisando el actual carácter punitivo del procedimiento de
regularización tributaria”42.
42
M.T. Soler Roch, “Deberes tributarios y derechos humanos”, RRTT, Nº 30, 1995, págs.. 112/113.
43
El texto completo de la sentencia puede consultarse en internet en el sitio del tribunal Europeo de
Derecho Humanos.
44
Cuadra destacar las particularidades fácticas del hecho para poder apreciar apropiadamente los alcances
del criterio del tribunal europeo respecto de la garantía de marras. Resulta que un grupo de inspectores del
departamento británico de comercio e industria (DTI) inició una investigación acerca de las posibles
irregularidades cometidas por la empresa británica Guinness. Posteriormente, los inspectores informaron a
la DTI la existencia de pruebas concretas sobre actuaciones delictivas por parte de los responsables de la
aludida firma, situación que -a su vez- fue anoticiada a la Fiscalía. Sin perjuicio de aquella noticia, la
inspección continuó con la investigación e interrogó a Saunders en distintas oportunidades, quien se vio
obligado a responder los requerimientos, pues la legislación inglesa castiga la resistencia con pena de multa
y privación de la libertad hasta dos años. Saunders fue interrogado -entre otras cosas- sobre el pago de
cierta suma de dinero a la vez que se le exhibió el recibo mediante el cual se había documentado la
operación. De tal modo, Saunders reconoció que había acordado el pago en concepto de honorarios. Luego
la DTI solicitó formalmente a la policía el inicio de una investigación penal, a la vez que se continuó con el
interrogatorio a Saunders a quien -luego– incluso se le requirió información. Durante el juicio Saunders negó
tener conocimiento del dinero pagado, negativa que fue contrastada con las transcripciones de las
declaraciones prestadas ante la instrucción. Saunders fue condenado. Como puede advertirse, lo más
21
En el caso “Bendenoun c/Francia”, si bien se rechaza lo solicitado por
el actor, se reconoce que el derecho a no declarar contra sí mismo juega no solo
en presencia de un procedimiento penal, sino que también de un procedimiento
administrativo sancionador. Como puede colegirse el tribunal dejó sentado que en
la medida en que las sanciones tributarias impuestas presenten una connotación
penal, el derecho a no declarar contra uno mismo podría ser alegado por el sujeto
afectado en un procedimiento sancionador tributario45.
destacado del caso es que el departamento británico ya habiendo anoticiado a la fiscalía prosiguió no
obstante con la investigación, interrogando –incluso- a Saunders.
45
CEDH, Causa 3/1993, Sent. 24/2/1994.
22
Posteriormente, se inició una investigación judicial contra el demandante, quien
fue acusado de evasión fiscal y de fraude, toda vez que las autoridades públicas
consideraron que su residencia habitual estaba fijada en Holanda. El sujeto
afectado se dirigió a la comisión Europea argumentando que su derecho a no
autoincriminarse fue violado por el Estado Holandés, puesto que éste ha utilizado
la contestación a la carta realizada por el demandante para acusarle, sin haberle
avisado de su derecho a no contestar ante la posible incriminación. La Comisión
declaró inadmisible la demanda entendiendo que la labor realizada, en aquel
momento, por la inspección era exclusivamente de comprobación, y que, por
consiguiente, en el instante en el que se produjo la contestación el demandante
todavía no había sido acusado ni se había iniciado ningún procedimiento judicial
contra él. Adujo que el señor Abas estaba obligado a colaborar con la inspección
Tributaria en su labor investigadora, y no podía elevar el derecho a la no
autoincriminación como motivo para negarse a facilitar la información requerida.
46
116 US 616 (1886).
23
Otro antecedente que cuadra resaltar es “Shapiro vs. United States” del
año 1948. La Corte sentó el criterio de que con respecto a una determinada
actividad el gobierno exige que se obtengan licencias para funcionar y que se
lleven determinados registros de las mismas, los cuales deben estar a disposición
del gobierno, por tanto no puede alegarse el privilegio contra la autoincriminación
47
.
47
335 US 1 (1948).
48
25 US 391 (1997).
49
CNCP, Sala I, Reg. 6833. Entre los fundamentos vertidos para rechazar los planteos de la defensa mediante
los cuales se criticaba la sentencia del Tribunal Oral en lo Federal de Santa Fe, la Casación sostuvo –además-
“(e)n punto al supuesto “carácter confesorio” de la declaración jurada y de otras informaciones
proporcionadas por el contribuyen ante la A.FI.P. planteado por la defensa, Giuliani Fonrouge y Navarrine
(pág. 126) dicen: “La prohibición clásica de obligar a declarar contra sí mismo ha cedido en materia fiscal por
la institución de las declaraciones juradas, equivalentes a una confesión del responsable de la que pueden
nacer hasta sanciones en caso de falsedad, ocultación o simples errores”. Bajo el subtítulo “Trascendencia
del juramento”, siguen diciendo los autores que “en principio, la violación de lo afirmado bajo juramento
sólo debería tener consecuencias morales y no jurídicas, de modo que el fisco tendría que calificar las
infracciones según las verificaciones que realice, como si no existiese la declaración jurada. Por otra parte,
llamar declaración jurada a la presentación de un formulario impreso que el contribuyente completa
conforme su leal saber y entender, es desnaturalizar la solemnidad del juramento y debilitar los
fundamentos éticos de su institución. De cualquier manera, la obligación tributaria nace de la realización del
hecho generador y no del juramento. Y la policía del impuesto se hace verificando la existencia de esos
hechos estén declarados o no”.”.
24
considerado el legislador para aproximarse al marco adecuado en el que deben
desenvolverse las relaciones económicas y de mercado‟ –Fallos 320:1221-.”50.
50
CNCP, Sala I, causa “Florido, Raúl s/ rec. de casación”, sent. del 2 de octubre de 2006.
51
CNCP, Sala I, causa “Boggiano Rudi s/rec. de casación”, del 24/09/2004.
52
CNAPE, Sala A, en causa N° 51759, Reg. 546/04, del 16/7/04.
53
CNAPE, Sala B, reg. 061/97.
25
mera diferencia cuantitativa: las primeras tienen menor contenido de injusto
que los segundos.
No obstante lo anterior, aún hoy en día se sigue hablando de infracciones
objetivas e inaplicabilidad del principio de culpabilidad 54.
La Ley Penal Tributaria contiene 12 tipos penales principales, de los
cuales los 3 que integran el tercer título son delitos de peligro concreto, no
obstante lo cual se encuentran conminados con penas de dos a seis años de
prisión. A más de ello, el cuarto título “Disposiciones Generales” comprende
tres normas que incrementan las escalas penales de los ilícitos principales
cuando, por ejemplo, tomase parte un funcionario o empleado público en
ejercicio o en ocasión de sus funciones 55; concurrieren dos o más personas
para la comisión de alguno de los delitos tipificados en ella 56; o se formare
parte de una organización o asociación compuesta por tres o más personas que
habitualmente esté destinada a cometer cualquiera de los delitos tipificados en
la citada ley 57.
Por su parte, la ley 11.683 de procedimientos tributarios tipifica
infracciones formales y materiales con sus respectivas sanciones.
Si el derecho penal es última ratio, al momento de diseñar la política
criminal debemos ser coherentes y seguir aquel postulado. En esa línea, es
prudente tipificar pocos delitos tributarios en el Código Penal. Por ejemplo, las
evasiones simples y agravadas de los actuales artículos 1º, 2º 58, 7º y 8º,
relativos a tributos y a aportes y contribuciones de la Seguridad Social, y el 3º
referido al aprovechamiento indebido de subsidios, para proteger las haciendas
públicas y los sistemas de seguridad nacional, provincial y municipal 59. Estos
delitos estarán conminados con pena de prisión, sin perjuicio de que a ella se
pueda añadir –si el caso lo amerita-, sea como principal o accesoria, alguna
otra especie de sanción: llámese multa, inhabilitación, pérdida de la personería,
etc.. Por ende, los imputados de la comisión de aquellos hechos estarán al
amparo de todas las garantías individuales propias del enjuiciamiento penal y
del Estado de derecho.
En cuanto a las infracciones materiales dolosas consagradas en la ley
11.683 deberían ser tipificas en una ley penal especial dictada por el Congreso
54
Predican Eugenio Raúl Zaffaroni, Alejandro Alagia y Alejandro Slokar que: “*…..+ el principio de culpabilidad
es el más importante de los que se derivan en forma directa del estado de derecho, porque su violación
importa el desconocimiento de esencia del concepto de persona. Imputar un daño o un peligro para un bien
jurídico, sin la previa constatación del vínculo subjetivo con el autor (o imponer una pena sólo fundada en la
causación) equivale a degradar al autor a una cosa causante.” (“Derecho Penal, Parte General”, edit. Ediar,
Buenos Aires, pág. 132).
55
Art. 13 de la Ley 24.769.
56
Art. 15, literal b) de la Ley 24.769.
57
Art. 15, literal c) de la Ley Penal Tributaria y Previsional.
58
Este artículo tipifica en el párrafo c) la utilización fraudulenta de beneficios fiscales indirectos.
59
Así lo diseñaba el Proyecto de Código Penal presentado en el año 2.007.
26
de la Nación que tutelen tanto la hacienda pública nacional como la provincial
y municipal –incluida la Ciudad Autónoma de Buenos Aires-. Las penas que en
aquellas se determinen deberán ser proporcionales al contenido de injusto que
contengan, sin exceder el límite cuantitativo que las convierte en delitos.
También en éstas operaran las garantías individuales del enjuiciamiento penal,
dado que su investigación y juicio deberá ser estrictamente judicial.
Por último, deberá mantenerse la potestad de las provincias y municipios
–incluida la Ciudad Autónoma de Buenos Aires- de establecer infracciones a los
deberes formales (análogas a las denominadas infracciones formales de la ley
11.683), tendentes a proteger el derecho tributario formal o administrativo, es
decir aquellas que sostienen la función administrativa de los distintos entes
recaudadores. En estos casos, nunca la pena podrá ser la privación de la
libertad, sino que la reacción estatal deberá ser acorde al contenido de injusto
de la falta.
A fin de evitar la violación de la garantía constitucional que veda la
autoincriminación, la ley de procedimiento tributario deberá contener un norma en
la que se establezca que los inspectores de la Administración tributaria, cuando se
encuentren en el contexto de un procedimiento de verificación y adviertan la
posibilidad de imputar una conducta delictual al contribuyente, tengan el deber, al
formular al obligado los requerimientos del art. 39 de ordenamiento procesal
fiscal, de hacerle saber aquella circunstancia al contribuyente, y de que pueden
legítimamente abstenerse de cumplir con tales solicitudes.
27