Arturo Ballesteros Leiner
Arturo Ballesteros Leiner
Arturo Ballesteros Leiner
Metropolitana
Resumen
El artículo presenta tres ejes de análisis, por una parte se exponen algunos de
los retos más representativos en la sociedad actual, para la educación en
general y para la educación superior en particular y entre los que se destacan
la necesidad de construir un modelo educativo alternativo. Por otra parte se
intenta posicionar, en los debates actuales, a la sociología de las profesiones y
sus aportaciones a las discusiones sobre la mejor manera de responder al
divorcio existente entre la formación profesional y las necesidades del mercado
de trabajo para los nuevos profesionales egresados de las Universidades. Por
último, se expone el curso seguido por las diferentes maneras de trabajar los
análisis en el campo sociológico del estudio de las profesiones, resaltando
aquellas que han seguido una interpretación weberiana. Al final, se subraya la
necesidad, tanto en sentido teórico como empírico, de redoblar esfuerzos para
1
continuar con la investigación sociológica sobre las profesiones en nuestro
país.
Abstract
The article presents three axes of analysis, on the one hand expose some of
the most representative challenges in the present society, for the education in
general and the higher education in individual and between which they stand
out the necessity to construct an alternative pedagogical model. On the other
hand it is tried to position, in the present debates, to the sociology of the
professions and their contributions to the discussions on the best way to
respond to the existing divorce between the professional formation and the
necessities of the labor market for the new withdrawn professionals
of the Universities. Finally, the course followed by the different ways appears to
work the analyses in the sociological field of the study of the professions, being
stood out those that have followed an interpretation weberienne. In the end, it is
emphasized on the necessity as much in theoretical sense as empirical to
redouble efforts to continue with the sociological research on the professions in
México.
2
contemporáneas –reordenamientos de las economías, regionalización,
globalización de la producción y comercio, redefinición de las políticas sociales,
reconfiguración de los mercados laborales, etc.- el sistema educativo se
encuentra frente al reto de adecuarse a las nuevas realidades y anticipar su
evolución inmediata. ¿En qué medida se ha renovado el proceso educativo,
cuáles son las nuevas opciones de formación que se ofrecen? (Dijoud, Paul:
2000:19)
3
tradición humanista que retoma la cultura griega, la filosofía, las letras, las
artes, etc. Pero ¿qué espera la sociedad de la educación?, ¿por qué falta a
menudo la debida correspondencia entre la formación profesional y el empleo?
¿Los sistemas productivo y educativo deberían informarse y corregirse
recíprocamente? ¿Existe algún problema radical en la organización de la
sociedad que demanda respuestas imposibles al sistema educativo y ofrece
expectativas irrealizables a los estudiantes de educación superior? (Barros V.
J: 2000: 18). Este conjunto de preguntas son prioritarias hoy para las
Universidades y se está tratando de responderlas, aunque precariamente aun,
por una subdisciplina de la sociología que se dedica al estudio de las
profesiones. En otros casos, en donde no se ha desarrollado esta subdisciplina
de la sociología, se ocupan de tales problemas desde perspectivas distintas,
enfoques variados y multidisciplinariamente, aunque confluyen en lo que
hemos llamado ciencias de la educación.
4
duda, la educación y la difusión del desarrollo científico y tecnológico son
cruciales para lograr compatibilizar las demandas de productividad y mejorar
las capacidades institucionales del país. La educación en este marco enfrenta
el reto de reformular sus principios básicos como lo es el del aprendizaje. Los
procesos fundamentales de aprendizaje que se requieren desarrollar y utilizar
plenamente son en particular aquellos que: subrayan la importancia de la
práctica, es decir el aprender haciendo; o los que usan los sistemas complejos,
esto es el aprender por la aplicación; o los que fomentan la interacción entre los
agentes del hecho educativo, es decir el aprendizaje por interacción.; o bien, el
aprendizaje basado en problemas y en proyectos, en fin lo importante es
diversificar los ángulos desde los cuales se trabaja el aprendizaje en el proceso
educativo. Además es importante reconocer que el desarrollo educativo no sólo
es una cuestión de innovación y difusión, sino también de aceptación social,
por lo que es fundamental la generalización del acceso a los diferentes niveles
de modernidad y eficiencia, es decir la democratización de la información y del
conocimiento a través de la propia educación.
1
Códigos de la modernidad: conjunto de conocimientos y destrezas necesarios para participar en la vida
pública y desenvolverse productivamente en la sociedad moderna.
5
ajustes y sobretodo de un nivel de experimentación intenso. Con todo, es
necesario recoger y sistematizar la experiencia que se ha tenido desde
diversas profesiones en sus adecuaciones forzadas, espontáneas,
innovadoras, creativas, o bien limitadas frente a esos nuevos retos que la
práctica les ha puesto de frente y de golpe.
6
las profesiones como organizaciones de expertos aplicando conocimientos
esotéricos (Carr-Saunders y Wilson); aquellos que hacen énfasis en las
características especiales del conocimiento y pericia de los profesionales y su
orientación altruista hacia la comunidad (Wilensky, Greenwood, Barber,
Parsons y Good); hasta aquellos en los que: el poder es la pieza clave en los
nuevos estudios sobre profesiones (Freidson, Illich, Ehrenreich), las relaciones
entre profesiones y élites económicas y el Estado define su actuar (Jonson,
Perkin, Derber), o bien la relación de la profesión con el mercado y el sistema
de clases (Larson, Starr, Brint). (Sáez: 2003) (Dubar y Tripier: 1998)
Los estudios sobre las profesiones han pasado por diferentes énfasis.
Comenzaron por estudios de casos y tipologías en donde la idea de
profesionalización2 jugó un papel central. De hecho el proceso de
profesionalización como tal ha sido objeto de varias interpretaciones teóricas:
como medio de control de relaciones sociales, como mecanismo de extorsión
corporativa, como canal de progreso individual o como forma de ocultar
funciones sociales. Al final es de reconocer que todos coinciden en que una
profesión es un grupo profesional con una pericia especial, basada en un
aprendizaje extenso y en un conocimiento abstracto. (Rodríguez y Guillén:
2003: 258).
2
Por cierto, en el plan de estudios de la mayoría de carreras se plantea como objetivo central el identificar
los conocimientos indispensables para la adecuada profesionalización de los egresados. Aunque en
ningún momento, por supuesto, se precisa qué se entenderá por profesionalización de los egresados.
7
De los estudios sobre las profesiones, podemos decir que las tendencias más
recientes en los análisis y teorización sobre las profesiones se centran en la
relación de las profesiones con la estructura social, las organizaciones y la
política. El tema central por ello es el poder y el privilegio. Los trabajos más
novedosos analizan los procesos y mecanismos políticos con los cuales las
profesiones conquistan y mantienen posiciones de poder y privilegio en la
sociedad, en el mercado y en las organizaciones. Si bien el conocimiento
abstracto es un ingrediente necesario, la articulación de proyectos políticos que
utilizan ese conocimiento abstracto para la definición de los problemas sociales
y sus soluciones es el elemento imprescindible para la ampliación de sus
jurisdicciones y el mantenimiento de sus posiciones de poder y privilegio. La
relación política con el Estado, su papel en el proceso político, su dinámica y
estructura política y el análisis de sus redes de influencia y acción colectiva han
sido aspectos centrales en los trabajos teóricos más recientes sobre las
profesiones en la sociedad organizada contemporánea.
Una gran parte del trabajo desarrollado por la SP está dirigido al estudio de
casos, con frecuencia relacionados con la edad, la clase social, el género, la
etnia, el conocimiento y las organizaciones. Otra parte del esfuerzo realizado
se ha dedicado a abordar problemas de definición de fenómenos relacionados
con las profesiones; como por ejemplo, el análisis de las diversas formas que
adquiere la profesión vista como institución social, o las similitudes y relaciones
8
complejas que mantiene con otras instituciones afines como la educación, el
trabajo, las ocupaciones, el Estado y los mercados.
9
Los modelos profesionales son concebidos como sistemas de creencias y en
tanto tales son fuertemente influidos por una concepción religiosa del mundo.
De esta forma tenemos básicamente tres: el católico de los cuerpos
profesionales (cada quien tiene su lugar, provisto o no de un status, en el
marco de una jerarquía), el de la reforma protestante o colegial (individualista
y dependiente del llamado de Dios para lograr la salvación mediante su
profesión) y el liberal (radicaliza las coaliciones corporativas y el individualismo
protestante).
10
Finalmente, nos encontramos en la actualidad con el rescate de dos posiciones
teóricas clásicas, el marxismo y en especial la perspectiva weberiana. Las
que consideran como parte importante del análisis a los mecanismos
económicos del control de mercado y ponen en cuestión las
justificaciones morales o las motivaciones vocacionales de los
profesionales. De tal forma que tienden a considerar a las profesiones como
actores colectivos del mundo económico que han conseguido cerrar su
mercado de trabajo y establecer un monopolio de control de sus propias
actividades de trabajo.
11
ha sido vista como modalidad ideológica del capitalismo burocrático moderno,
teniendo su eficacia en la creencia meritocrática y la superioridad de las elites
universitarias en la competencia liberal. O bien, como la consecuencia de un
movimiento social contingente y reestructurante de las creencias y prácticas
profesionales legítimas y eficaces.
12
racional como principio dominante de funcionamiento. La manera como las
esferas económicas, políticas y sociales se interrelacionan, favorece la difusión
de un mismo modelo de racionalidad y de organización y en el que finalmente
termina imponiéndose la figura de los “especialistas” o del experto profesional
que ha sido reconocido en su competencia por las credenciales obtenidas a
través de las instituciones legitimadas para ello.
Sin embargo, ya desde aquí debemos anotar que la re-lectura de Weber por
parte de un buen número de sociólogos neo-weberianos de la SP, se ha
concentrado casi exclusivamente en una obra que el propio Weber no alcanzó
a publicar: Economía y Sociedad. Por lo que debemos formular preguntas tales
como ¿si sólo en ese texto se concentra la atención de Weber sobre la
temática de las profesiones?. O bien, ¿el planteamiento de la clausura
profesional es el único ángulo desde el cual el sociólogo alemán abordó el
asunto?. ¿Cómo es que la profesionalización se constituyó en un aspecto
esencial del proceso de modernización?. ¿Cómo explicar que las profesiones
son un elemento clave para entender el paso de una socialización comunitaria
a una societaria fundada en criterios racionales de competencia y
especialización?. Evidentemente para abordar estas fuertes interrogantes
tendríamos que remitirnos a la acuciosa investigación histórica que desarrolló
Weber en diferentes campos y en particular en el de la sociología de las
religiones.
Un gran ausente en ese sentido, en los trabajos de una buena parte de los
autores neo-weberianos en el campo de la sociología de las profesiones
(excepción notable de algunos como R. Collins, aunque no se detuvo mucho en
las precisiones sobre la noción de profesión que hizo en otras obras), es la
referencia al importante texto de la “Ética protestante y el espíritu del
capitalismo” y en especial la edición de 1920 (debido a la cantidad de notas de
pie de página que contiene a diferencia de la de 1904) y que es ampliamente
conocida en el medio sociológico. Es probable que una fuerte razón para evadir
este texto sea la señalada por el Dr. Francisco Gil Villegas (Weber: 2003) en su
reciente edición crítica de esa obra. Tal texto –nos dice- ha generado un debate
13
que dura ya cien años y que parte de un equívoco, el de considerar que el
protestantismo adquiere un carácter genético del capitalismo.
Tal polémica ha sido fértil sólo en el sentido de producir una enorme cantidad
de ensayos y libros; pero ha sido muy poco fértil en el sentido de promover con
mayor impulso la interesante veta de investigación que significa el plantear el
tipo de eficiencia que tienen unas ideas sobre otras; esto es, la de una “relación
de afinidad” entre la ética protestante y el espíritu del capitalismo, condensada
en la cultura profesional moderna. ¿En qué sentido las variaciones del
concepto de profesión que confluyeron en la idea de profesión del
protestantismo ascético fueron parte de un amplio proceso de
racionalización de la vida intramundana?. Habermas3 señala, por cierto, que
Weber no aborda la cuestión del por qué esa comprensión del mundo que se
expresa en “imágenes etizadas” (“espíritu del capitalismo”) seleccionó a la ética
protestante y con ello enfrenta el problema del puesto que compete a la ética
protestante en la explicación del racionalismo occidental. Tal vez aquí
Habermas no le dio suficiente atención a la metáfora del “guardagujas”4 que si
subraya la edición de Gil Villegas.5
3
Habermas, J. La Teoría de la Acción Comunicativa. Ed. TAURUS. Tomo II, páginas 429-469
“Retrospección sobre la teoría weberiana de la modernidad”.
4
El excelente trabajo de edición de Gil Villegas, pone en claro el frecuente equívoco en que se ha caído
en la tesis weberiana sobre la relación entre la ética protestante y el “espíritu del capitalismo”, al
considerar que en esta relación el protestantismo adquiere un carácter genético del capitalismo. Esto lo
refuta contundentemente Gil Villegas, con dos ideas básicas: “la afinidad electiva” y la metáfora del
“guardagujas”. Respecto del planteamiento de que entre la ética protestante y el espíritu capitalista existen
“afinidades electivas” nos refiere a “una manera de relacionar en términos flexibles y abiertos, a las ideas
con la dinámica de los intereses”. El término attractio electiva, lo ubica Gil Villegas, en su antecedente de
un tratado de química del siglo XVIII, en el que se refiere sobre ese término a las leyes de asociación y
disociación entre los elementos, siguiendo una tradición que viene desde la alquimia. De ahí pasa al gran
escritor alemán Goethe, el que lo usa como metáfora básica en su novela “Las afinidades electivas”
(1809). En esta novel –comenta Gil V.- se aborda el conflicto entre la naturaleza y el orden social moral a
través del adulterio, en la expresión de acto deseado y no consumado, entre dos parejas que sin confesarlo
desean un “intercambio de parejas”, en un proceso parecido al de la química en el que diferentes
sustancias unidas en primera instancia se desvinculan cuando se presenta otro elemento “más afín”.
Precisa el editor que el atractivo fundamental de esta metáfora para Weber, reside en su carácter flexible y
su gran apertura, que rompe con determinismos y reduccionismos causales y nomológicos, más acordes
con la compleja relación de algunas modalidades de creencias religiosas del calvinismo con la ética
profesional del capitalismo moderno. Por otra parte, la metáfora del “guardagujas” se refiere a que la ética
protestante tuvo un importante impacto en el desarrollo histórico del capitalismo occidental a partir del
siglo XVII, puesto que sirvió como una especie de “guardagujas” que modificó la trayectoria de la
dinámica de los intereses materiales en la que venía encarrilada la locomotora del desarrollo capitalista
moderno. De esta manera, aclara Gil Villegas, que el impacto de la ética del ascetismo intramundano del
calvinismo sobre el desarrollo del capitalismo moderno, tal y como lo vió Weber, es indirecto, esto es de
ninguna manera se presenta como causal genético y esto es porque sencillamente la dinámica del
14
3) Algunas reflexiones sobre la sociología de las profesiones en América
Latina y en México.
desarrollo del capitalismo moderno antecede a la aparición de la reforma protestante. (Introducción del
editor y notas críticas, FCE, 2003).
5
Para un amplio desarrollo del tema consultar: Ballesteros L. A. “Aporías y apotegmas de la noción de
profesión en la sociología de Max Weber”. Tesis Doctoral UNAM-FCPYS, México 2004.
15
más en aspectos externos a la propia profesión: como el reclutamiento de elites
y participación política, la pertenencia a una clase social o los movimientos
políticos o sociales en los que se ven envueltos determinados profesionales. O
la perspectiva explorada desde el sistema educativo sobre las profesiones,
como es el caso de la colección que desde hace 12 años hizo la UAM-X. O
bien, un poco antes en 1985 la investigación de Peter Cleaves sobre cinco
profesiones en México acerca de la relación entre el desarrollo de las
profesiones y la tutela estatal de las mismas, en un contexto de fuerte
clientelismo político por parte del partido gobernante.
Conclusiones
Hasta aquí, hemos sólo anotado algunos caminos que a mi juicio deberíamos
seguir para tratar de definir un nuevo perfil para el profesional frente al siglo
XXI. A saber, la definición de las necesidades básicas de aprendizaje acordes
con un código de la modernidad que permita una actitud flexible, ética, de
dominio del lenguaje, de un debido uso de las formas modernas de información
y comunicación, de una lógica racional que fomente salidas innovadoras a los
nuevos retos, entre otros aspectos. Asimismo, es imprescindible repensar el
catálogo actual de temas de interés e intervención de las disciplinas, ya que sin
duda este ámbito de orden esotérico promueve una necesaria clausura
profesional inherente al desarrollo disciplinario. Finalmente, como hemos
mencionado para el análisis de cualquier profesión es preciso considerarla
como una estructura social en la que intervienen procesos políticos internos y
externos en donde se definen redes de relación que funcionan como matrices
que vinculan al conocimiento con el poder y los privilegios. En fin estas son
sólo algunas líneas de reflexión para el tema que hoy nos ocupa.
16
oportunidad a lo que podría ya ser una especie de balance de dicha disciplina:
su pasado, su presente y su futuro. En este país como en otros tanto europeos
como americanos, el principal trabajo está por delante. Debemos seguir
abundando en el estudio teórico y conceptual, pero también y de manera
urgente desarrollar estudios sobre profesiones específicas, como el
ampliamente realizado por Juan Sáez (Universidad de Murcia) sobre la
profesión de Educación Social en España. De esta manera, avanzaremos en
un piso mas seguro en torno a las salidas que pueden tener los nuevos retos
que hoy tenemos frente a la realidad y que sin duda enfrentan nuestros
egresados universitarios a través de las profesiones recién adquiridas.
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