Análisis de La Ley de Armas
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Análisis de La Ley de Armas
En primer término, es preciso anotar que el derecho de portación no es un derecho absoluto, como
tampoco lo es cualquier otro derecho reconocido por la Constitución, si nos apegamos a una
interpretación teleológica del texto constitucional.
Dado que la proliferación de armas en el seno de la sociedad pone en riesgo la vida de los integrantes
de una comunidad, o proporciona ventajas ofensivas a quienes tienen la posibilidad de poseerlas, es
preciso relativizar los derechos atinentes, en atención al cumplimiento de valores superiores del
ordenamiento constitucional, que consisten en el respeto a la vida y a la integridad física, a la libertad, a
la seguridad, a la justicia; así como en el predominio del interés general sobre el particular.
El orden de valores superiores de la Constitución no puede ser tergiversado por leyes ordinarias ni
reglamentarias, y cualquier intento de hacerlo sería nulo de pleno derecho. Una normativa ordinaria
tendiente a regular la tenencia y la portación de armas debe corresponder a su carácter de derecho
relativo, y de interpretación restrictiva en su aplicación, justamente para no lesionar el sistema de
valores establecido en el ordenamiento constitucional.
1 Las normas de la Constitución Política no se pueden entender si no en función de los fines del Estado y de las garantías que para ello se
establecen. Ningún derecho constitucional es ilimitado.
2 Opinión Consultiva solicitada por el Congreso de la República a la de la Corte de Constitucionalidad respecto a la interpretación que
debe hacerse del derecho de tenencia y el derecho de portación de armas de uso de particulares establecido en el artículo 38 de la
Constitución Política de la República de Guatemala, Gaceta 40, expediente No. 682-96, página 4, resolución: 21 de julio de 1996,
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Sociedad Civil y Función del Ejército en una Sociedad Democrática, donde se establece la necesidad de
crear un marco jurídico relacionado con el artículo 38 de la constitución.
La incapacidad del Estado para cumplir con sus fines, deberes y obligaciones con respecto a la
seguridad personal y al resguardo de los bienes de los habitantes, propicia un círculo perverso donde la
proliferación de armas a título individual se pretende justificar por las precariedades del Estado.
Además, este contexto difícil se ve agravado por la ausencia de mecanismos de control que permitan el
registro y la fiscalización de armas. Esto, entre otros efectos negativos, ha propiciado un lucrativo
mercado negro que permite a los particulares y formas organizadas de delincuencia encontrar armas de
fuego baratas, en poco tiempo y sin trámites. Existe en el país prácticamente un ejército de delincuentes
mejor equipado y armado que las fuerzas de seguridad del Estado; y estos grupos y organizaciones
ilegales se convierten en destinatarios de un mercado ilícito de armas que se extiende a lo largo del
país, y que logran movilizar enormes recursos, tanto en el número de personas como en lo financiero.
Tanto el incremento del fenómeno de la violencia y la grave situación de proliferación masiva e ilegal
de armas, así como las claras repercusiones que estos factores tienen sobre la vida cotidiana y el
derecho de las personas, el orden público y el bien común de la población guatemalteca, justifican
plenamente el establecimiento de un marco jurídico de control y regulaciones específicas.
Por tal razón el Estado debe otorgar una efectiva prioridad al control de comercialización y el acceso
por personas, al uso de las armas. Ello implica promover la legislación correspondiente, un sistema
organizado para su respeto que supere a una ley vigente permisiva, que va en detrimento de principios
básicos de la Seguridad Democrática.
No obstante estos aspectos positivos, es necesario fortalecer algunos aspectos que permitan desarrollar
el contenido del derecho de tenencia y portación de armas, bajo la premisa de que el derecho no es
ilimitado; y debido a las consecuencias que puede tener la falta de un control eficiente sobre las armas
en la seguridad ciudadana, el mismo debe ser limitado a través de la ley, por lo cual consideramos
indispensable revisar los siguientes puntos:
a) Objeto de la ley
Entendemos que la iniciativa, según el artículo 1, está orientada a regular la tenencia y portación de
armas en manos de particulares, personas individuales y personas jurídicas. De ese cuenta, en el objeto
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de la ley, artículo 2, debe ir expresada esta misma idea de forma clara y precisa. Por tal razón, la
redacción del artículo 2 de la iniciativa debería ser la siguiente:
b) Sujetos de la ley
Si el objeto de la iniciativa de ley esta orientado hacia la regulación de la tenencia y portación de armas
en manos de particulares, personas individuales y personas jurídicas.3 La iniciativa debe excluir de su
regulación a las fuerzas de seguridad, es decir a la Policía Nacional Civil4 y al Ejército5, ya que ambas
instituciones cuentan con leyes y reglamentos específicos en los cuales se establece el tratamiento del
armamento propio de cada institución (Artículo 3. Fuerzas de Seguridad).
Debido al alto poder de fuego del armamento de uso exclusivo para el Ejercito y la Policía Nacional
Civil, se debe prohibir a los particulares el uso de todo aquel armamento que no se encuentre listado en
el artículo respectivo. Por lo cual, se necesita modificar el artículo 4 en el cual se clasifican las armas, a
efecto de excluir las ya mencionadas.
Los artículos 4, 5, 6, 7, 11, 12, 13, 14 y 15 de la iniciativa de ley deben de ser revisados, pues la
clasificación de las armas no atiende al objeto de la misma, el cual se refiere a regular la tenencia y
portación de armas de fuego para el uso de los particulares. Esa clasificación carece de valor actual, y
el largo catálogo de armas que establece el artículo 4 no tiene un tratamiento adecuado en el desarrollo
de la iniciativa, ya que posteriormente sólo se hace referencia a las armas de fuego de manera general.
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debe permitir la autorización únicamente al tipo de armas que no tengan una potencialidad ofensiva o
excesiva para los fines de la propia seguridad de los individuos"8.
2. Las convenciones y tratados internacionales ratificados por Guatemala9 , en los cuales se establece
los lineamientos generales para la clasificación de armas en manos de particulares; señalando que las
armas de limitado poder de fuego y destrucción son las destinadas al uso de personas, mientras que las
armas de un ilimitado poder de fuego y de destrucción son las destinadas al uso de un grupo de
personas. Ejemplos de armas que según estos instrumentos internacionales puede ser utilizadas por
particulares: los revólveres, pistolas y pistolas semiautomáticas. Las armas de poder ilimitado de
destrucción que pueden ser utilizados por las fuerzas de seguridad y el ejercito: incluyen las
ametralladoras pesadas, algunos tipos de lanzagranadas, los cañones antiaéreos y antitanques portátiles
y los lanzadores portátiles de sistemas de misiles antiaéreos"10.
Es decir, que la ley sólo debe referirse a las armas de limitado poder de fuego y de destrucción y
excepcionalmente a las ligeras para situaciones especiales relacionadas con la prestación de Servicios
de Seguridad Privada.
Algunas de las categorías establecidas dentro de la clasificación de la iniciativa de ley son armas
prohibidas en instrumentos internacionales, como las trampas bélicas, armas químicas 11 y biológicas,
armas experimentales. De manera que si el Estado autoriza su tenencia y/o portación estaría
incumpliendo sus compromisos internacionales en esta materia. Incluso a las mismas fuerzas de
seguridad no les es permitido su uso, como lo establecen las convenciones y tratados internacionales.
d) Armas hechizas
La iniciativa de ley no establece un régimen bajo el cual se dé un tratamiento adecuado a las armas
hechizas. Lo más conveniente es elaborar un régimen que establezca la prohibición de tenerlas,
portarlas, fabricarlas, comercializarlas, almacenarlas, transportarlas, etc. Así también deben ser
incluidas dentro del procedimiento establecido para las armas decomisadas dentro de la iniciativa
(Artículo 72), siempre y cuando se tome en cuenta el compromiso asumido por Guatemala de no sacar
a la subasta pública y a la venta con los particulares las armas que han sido decomisadas.
La iniciativa de ley no agota la regulación de las mismas, simplemente se hace referencia a ellas en
temas específicos como la compra y venta de municiones. Tampoco establece limitaciones adecuadas
con respecto al número máximo que una persona individual o colectiva puede comprar, atendiendo a la
8 Idem.
9 Convención Interamericana contra la Fabricación y Tráfico Ilícito de Armas de Fuego, Municiones, Explosivos y otros materiales
relacionados (CIFTA).
10 Descripción tomada del Informe de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Tráfico Ilícito de Armas Pequeñas y Ligeras en
Todos sus Aspectos, Nueva York, 9 - 20 de julio de 2001, en <http://disarmament.un.org:8080/cab/smallarms/>
11 Convención sobre la prohibición de desarrollo, producción, almacenamiento y uso de armas químicas y sobre su destrucción.
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Por esta razón, la iniciativa debe establecer que sólo se podrán comercializar y fabricar municiones
para las armas permitidas de uso particular, y como son de uso particular el número también debe ser
limitado para adquirirlas. En el artículo 50 de la iniciativa de ley se establece que, por cada arma que
tengan autorizada para su uso, los particulares podrán adquirir 250 municiones mensuales. Esta
propuesta resulta contraria al objetivo de regular la portación y tenencia de armas en manos de
particulares, cuando en la presente iniciativa se permite autorizar tres armas con una sola licencia, lo
que permitiría a un particular adquirir al mes un número aproximado de 1,000 municiones.
f) La tenencia de armas
El artículo No. 53 de la iniciativa de ley, se omite el tema de las directivas de seguridad12 que deberían
regir la tenencia, la guarda y la ubicación del arma en el lugar donde vive. La iniciativa debe limitar el
derecho de tenencia de armas de uso de los particulares únicamente a su residencia y no extenderlo
hasta el lugar en que una persona lleva acabo su actividad económica. La misma norma constitucional,
artículo 38, reconoce el derecho a la tenencia de armas únicamente en la casa de habitación. Así
también se debe limitar el número de armas que una persona puede registrar para tener en su casa. En
todo caso la iniciativa debe definir para fines de aplicación qué se entiende por lugar de habitación.
Asimismo, en este artículo, o en forma separada, se debe establecer que los exámenes serán
practicados por médicos designados por el DIGECAM, los cuales también tendrán que llenar una serie
de calidades: a) ser especialistas en la materia, b) no contar con antecedentes penales ni policíacos y c)
no haber sido sometidos a proceso judicial, d) estar sometidos constantemente a proceso de evaluación
técnica y psicológica para asegurar la idoneidad de la persona que práctica el examen.
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Por la naturaleza de los servicios que brindan las empresas de seguridad privada, el personal de
seguridad de las mismas debe ser sujeto a los mismos requisitos de autorización de licencia de
portación de armas que un particular. Además de ser sujeto a estos requisitos, el personal de seguridad
de las empresas debe estar obligado a portar el carné que acredite el registro del arma, la licencia de
autorización para portar el arma extendida por el DIGECAM en la cual conste la función que
desempeña; así como el carné respectivo que lo acredite como trabajador de una empresa de seguridad
privada. El procedimiento propuesto en la iniciativa puede ser un mecanismo complementario de
control, pero no debe ser el único. (Artículo 70)
Con frecuencia, se reportan hechos violentos, donde propietarios, administradores y guardias disparan a
matar contra campesinos que demandan prestaciones laborales, ingresan sin permiso a la propiedad y
toman frutos en pequeñas cantidades, o plantean conflictos por la tenencia de la tierra. Son homicidios
que suelen quedar en la impunidad, y no se han tomado previsiones para prevenir y sancionar estos
delitos que se originan en la arbitrariedad que gozan quienes tienen ese poder de fuego sobre personas
indefensas, o que se encuentran sin capacidad ofensiva real. Por esto, los propietarios y administradores
de fincas rústicas, así como los guardias a su servicio, deben quedar sujetos a los mismos mecanismos
de autorización y control que los particulares.
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En el mismo sentido, el artículo 71 debe incrementar la lista de personas a las cuales no puede
extenderse el registro de tenencia y la licencia de portación de armas. Sería el caso de aquellas personas
que tengan antecedentes penales y policíacos.
p) El régimen de sanciones
La iniciativa de ley establece una serie de faltas, las cuales no se encuentra clasificadas de acuerdo a su
gravedad, por lo cual es necesario establecer un régimen que contemple: faltas leves, faltas graves,
faltas gravísimas con sus respectivas sanciones. Asimismo, la reiteración de faltas debería contemplar
dentro de la iniciativa la posibilidad de inhabilitación permanente para tener y solicitar licencia
dependiendo en la falta en la que se incurra.
El marcaje debe tener primordial observancia en la iniciativa, tomando en cuenta que éste puede, por
14 Ley de la Policía Nacional Civil, artículo 5.
15 Convención Interamericana contra la Fabricación y el Tráfico Ilícito de Amas de Fuego, Municiones, Explosivos y otros Materiales
Relacionados. Artículo VII. Confiscación o Decomiso de Armas.
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III. Conclusiones
La proliferación y acumulación de armas, así como el tráfico ilícito de ellas, contribuye a la
inestabilidad y al quiebre de las relaciones en una sociedad, favoreciendo el crimen organizado, la
delincuencia común, la violencia intra familiar y otro tipo de comportamientos sociales de orden
criminal.
Entendemos que los esfuerzos de carácter nacional deben ir enfocados hacia la creación de una ley que
desarrolle el derecho de tenencia y portación de armas en manos de los particulares, que regule de
forma más eficiente un sistema restrictivo, con adecuados mecanismos de control, autorización y
fiscalización que permitan alcanzar la finalidad estratégica de poner fin a la proliferación creciente de
armas en manos de particulares y su utilización en hechos delictivos.
La Fundación Myrna Mack desarrolla una pequeña síntesis de los puntos a fortalecer en la iniciativa de
ley y presenta con relación a los mismos una serie de conclusiones:
2. Atendiendo los principios constitucionales y al numeral 33 del Acuerdo sobre Fortalecimiento del
Poder Civil y Función del Ejército en una Sociedad Democrática, la iniciativa de ley no puede incluir
como sujetos del ámbito de la misma a las fuerzas de seguridad (Policía Nacional Civil y Ejército). El
artículo constitucional 38 y el referido Acuerdo de Paz hacen referencia a la generación de una
legislación que regule en forma restrictiva la tenencia y portación de armas en manos de los
particulares. La Policía Nacional Civil y el Ejército cuentan con leyes especiales en las cuales se regula
la tenencia y portación de su armamento de manera exclusiva.
3. La clasificación de las armas no atiende el marco jurídico citado, ni los compromisos asumidos por
Guatemala en el ámbito internacional. Si bien no se puede evitar la proliferación de armas por decreto,
el Congreso de la República puede crear, con esta iniciativa, un régimen más restrictivo que el vigente,
especialmente en relación con el tipo de armas que pueden ser de uso particular. Dentro de la
clasificación de la iniciativa se encuentran listadas armas químicas, biológicas y nucleares así como
armas prohibidas en el ámbito internacional, las cuales lógicamente no corresponden al uso particular.
4. La iniciativa omite el tratamiento que se le debería dar a las armas hechizas decomisadas y se refiere
en forma exclusiva a las armas. Al no establecer un procedimiento concreto a ser cumplido por el
órgano fiscalizador, sobre todo en relación con el resguardo y posterior tratamiento de las armas
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hechizas, refleja en primer lugar una peligrosa discrecionalidad al dejar abierta la posibilidad de que los
funcionarios actúen según crean conveniente. En segundo lugar, al quedar fuera la regulación de las
armas hechizas, la iniciativa de ley no trata en forma integral la problemática de la proliferación de
armas.
5. La iniciativa pierde el carácter restrictivo y no observa el principio universal de igualdad ante ley, al
contemplar una serie de excepciones, basadas en el privilegio que se les confiere a ciertas personas por
su cargo, o por ser propietarios o administradores de fincas rústicas.
6. La iniciativa no establece un límite máximo en el número de armas que un particular puede registrar
para tenencia. En cuanto a la licencia de portación, se indica que por cada licencia se podrá autorizar la
portación de tres armas, pero no establece límite para el número de licencias. Es preciso limitar tanto el
número de armas registradas como el número de licencias de portación y el número de armas por
licencia.
9. La iniciativa de ley deja fuera algunos compromisos importantes ratificados por Guatemala en el
ámbito internacional. Al no contemplar estas obligaciones adquiridas a través de tratados, el Estado
incurriría en irresponsabilidad e incumplimiento. Además, los temas no legislados son de importancia
estratégica para evitar el incremento de la proliferación de armas y el tráfico ilícito de las mismas
dentro del país; así como para reforzar la investigación de crímenes violentos cometidos con armas de
fuego.
IV. Recomendaciones
1. El objeto de la iniciativa debe regular la tenencia y portación, importación y exportación,
fabricación, compraventa, almacenaje, desalmacenaje, transporte y todos los servicios relativos a las
armas y municiones de los particulares, personas individuales y personas jurídicas.
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3. El acceso a la tenencia de armas debe quedar limitado al domicilio registrado en DIGECAM. Así
también debe limitarse este derecho en cuanto al número y tipo de armas.
4. Se debe fijar una cantidad máxima de compra autorizada de municiones por parte de los particulares,
atendiendo a la clasificación de las armas permitidas para el uso de particulares. Con respecto a la
persona jurídica, la cantidad máxima de municiones deberá atender a la actividad para la cual fue
autorizada a operar y al número de armas que tenga registradas y autorizadas para ser portadas. De
igual manera, cuando se trate de armas deportivas el número máximo debe ser establecido en su
respectivo régimen.
6. Para la obtención de la licencia de portación se debe incluir como requisito especial la realización de
un examen de aptitud, médico psicológico y una evaluación de conocimiento del manejo de armas. Por
lo cual, se recomienda adicionar al articulo 63 la obligación de someterse a estas evaluaciones.
7. Se debe establecer en la iniciativa un procedimiento que regule las armas hechizas y determine un
mecanismo definido para disponer de las decomisadas.
8. En el capitulo que regula la venta de armas, se debe suprimir de la iniciativa la venta en subasta
pública de armas decomisadas, especialmente aquéllas que han sido utilizadas en hechos delictivos.
10. Se debe establecer un régimen de sanciones, con respecto al incumplimiento de las obligaciones
administrativas establecidas en la presente iniciativa, con la gradación de faltas en leves, graves y
gravísimas con la respectiva sanción para cada una de ellas.
11. Se debe revisar la tipificación de los delitos y las penas establecidas para cada uno de los tipos, así
como la proporcionalidad de la pena con el bien jurídico que se está tutelando.
12. Es necesario que en la iniciativa se tomen en cuenta algunos compromisos ratificados por
Guatemala y se legisle con respecto a ellos: el marcaje de armas, su desactivación, el funcionamiento
de los corredores y del corretaje, etc. Por ser estos temas de importancia estratégica, especialmente el
marcaje de armas, permitiría a las autoridades policiales controlar estrictamente la distribución de
armamento y municiones. En las investigaciones penales se convertiría en un medio de prueba para
establecer la culpabilidad de quienes cometen hechos ilícitos con ellas.
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