Colera 2-Shigella Completo
Colera 2-Shigella Completo
Colera 2-Shigella Completo
El período de incubación es corto y su duración oscila entre algunas horas y pocos días. En
la persona no inmune, después de un periodo de incubación de 24 a 48 h, la enfermedad
comienza de modo característico con diarrea acuosa e indolora de inicio repentino, que
puede tornarse abundante en muy breve plazo. Asimismo, es importante destacar que no
solo las heces, sino también los vómitos de los enfermos, pueden transmitir la enfermedad.
(Bennett et al., 2015)
En las primeras etapas de la enfermedad la diarrea puede incluir contenido intestinal. Sin
embargo, a medida que progresa se vuelve más acuosa, llegando a ser clara al final, con
veteados de moco blanquecino (heces en agua de arroz), y maloliente. (Kasper et al., 2012)
La hipoglucemia puede ser intensa, sobre todo en niños con reservas de glucógeno
limitadas, y puede contribuir al letargo, las crisis comiciales y el coma. Paradójicamente, el
volumen de las deposiciones puede aumentar a medida que lo hace el grado de
deshidratación, dando mía falsa impresión de mejoría antes de que se produzca mía
insuficiencia circulatoria total. (Bennett et al., 2015)
Las manifestaciones clínicas del cólera causado por las cepas O1 y O139 del V. cholerae
son indistinguibles, al igual que los serotipos Ogawa e Inaba de la cepa O1 también es
indistinguible. (Kasper et al., 2012)
Desde el punto de vista del impacto en la población, la enfermedad causada por el biotipo
clásico del V. choleme O1 es más grave que la causada por las cepas del biotipo O1 El Tor.
Las diferencias en las secuencias de aminoácidos de la toxina colérica producida por los
dosbiotipos pueden ser las responsables de la mayor gravedad de la diarrea asociada al
biotipo clásico. Cepas identificadas recientemente y denominadas híbridas (o alteradas) del
V. cholerae O1 El Tor que expresan la toxina colérica del biotipo clásico pueden asociarse
a manifestaciones clínicas más graves que las causadas por las cepas El Tor tradicionales.
(Kasper et al., 2012)
El cólera es una enfermedad aguda y sus complicaciones, que reflejan una hipoperfusión
grave, pueden consistir en ictus, necrosis tubular aguda con disfunción renal y neumonía
por aspiración secundaria a vómitos intensos. Por tanto, las complicaciones se evitan con
la administración de un tratamiento hidrosalino apropiado, con lo cual se limita el proceso,
que desaparece en unos pocos días. (Kasper et al., 2012)
DIAGNÓSTICO
Los análisis microbiológicos de las muestras de heces permiten confirmar la presencia del
V. cholerae, así como determinar los perfiles de sensibilidad antimicrobiana. Sin embargo,
una vez que se sabe que el cólera es endémico en una zona y se conoce el perfil de
sensibilidad antimicrobiana de la cepa del brote no está indicado realizar coprocultivos
sistemáticos de cada individuo. (Kasper et al., 2012)
TRATAMIENTO
El objetivo fundamental del tratamiento de los pacientes con cólera es controlar los líquidos.
Con base en el nivel de deshidratación y en la edad y el peso del enfermo, antes que nada,
es necesario recuperar con rapidez la euvolemia y, a partir de ese momento, conservar la
hidratación adecuada para sustituir las pérdidas de líquidos constantes.
Los individuos inconscientes o con hipoglucemia persistente deberían recibir 0,25-0,50 g/kg
de glucosa intravenosa, manteniendo el aporte de glucosa hasta que el paciente sea capaz
de beber y de comer para rellenar sus reservas. En los individuos con fleo grave o
persistente deben vigilarse las concentraciones de potasio y bicarbonato, ya que pueden
necesitar más suplementos de potasio. La administración rápida de líquidos intravenosos,
y en especial de aquellos que contienen bicarbonato, puede dar lugar a variaciones de las
concentraciones de calcio que pueden precipitar la aparición de tetania, la cual puede
tratarse administrando gluconato cálcico por vía intravenosa. (Kasper et al., 2012)
La OMS recomienda administrar zinc en los niños con diarrea y en los menores de 5 años,
con independencia de la etiología; los suplementos de zinc se han asociado a una diarrea
de menor volumen y de una duración más breve en niños con cólera. Dichos suplementos
suelen suponer la administración de 20 mg/día durante 10 días en los niños de 6 meses a
5 años de edad y de 10 mg/día durante 10 días en los menores de 6 meses de vida. (Kasper
et al., 2012)
Durante el cólera deben evitarse los fármacos que inhiben la movilidad intestinal, ya que
podrían condicionar que el líquido se acumulase en el intestino (sin reducirla producción de
líquido), generando una falsa sensación de mejoría, además de obstaculizar la
monitorización de las pérdidas mantenidas. (Bennett et al., 2015)
El personal que atiende a los pacientes de cólera, entre los que a menudo se encuentran
familiares cercanos en entornos con recursos limitados, deben saber que la diarrea
persistirá e incluso empeorará una vez que los afectados se rehidraten. La diarrea se
resolverá normalmente en 1-3 días. (Bennett et al., 2015)
ANTIBIOTICOTERAPIA
Los paciente con cólera que son tratados con antibiótico deberían recibir un macrólido,
como azitromicina, o una fluoroquinolona, basándose en los perfiles de resistencia locales.
(Bennett et al., 2015)
DEFINICIÓN
La shigelosis, también llamada disentería bacilar, es una infección causada por bacterias
del género Shigella que contiene cuatro subgrupos con diferente capacidad patogénica.
Es un síndrome clínico caracterizado por fiebre, dolor abdominal tipo cólico y defecaciones
frecuentes de poco volumen, sanguinolentas, mucopurulentas, se atribuye al microbiólogo
japonés Kiyoshi Shiga, quien en el año 1897 aisló el bacilo de Shiga (conocido hoy en dia
como Shigella dysenteriae tipo 1) de las defecaciones de pacientes durante una epidemia
prolongada y devastadora de disentería. (Harrison, 9ª edición)
AGENTE ETIOLÓGICO
patogenicidad. Las tres “firmas” genómicas de mayor importancia para Shigella son: 1) un
plásmido de virulencia de 215 kb que porta la mayor parte de los genes necesarios para
la patogenicidad (en particular su capacidad invasora); 2) falta o alteración de las
secuencias genómicas que codifican productos (p. ej., lisina descarboxilasa) que, si se
expresan, reducirían la patogenicidad, y 3) en S. dysenteriae tipo 1, la presencia de genes
que codifican la toxina Shiga, la cual es una citotoxina potente.
Su baja dosis infectiva, entre 10 a 200 células, predispone a una alta frecuencia en el
contagio por la ruta fecal-oral cuando los hábitos de higiene no son adecuados y en
condiciones de hacinamiento (cárceles, guarderías, hospitales, psiquiátricos,
campamentos de refugiados, residencias de ancianos). (RENAPRA, 2013)
EPIDEMIOLOGIA
Es transmitida por la ruta fecal-oral con una baja dosis infectiva, a través de alimentos
contaminados o bien por contacto directo con personas infectadas. La shigelosis también
se transmite por vía sexual. El periodo de incubación suele durar uno a cuatro días, pero
puede prolongarse a ocho días. El período de transmisibilidad comprende desde la fase
aguda de la enfermedad y hasta que el microorganismo ya no está presente en las heces.
Según el boletín epidemiológico hasta la SE22 las diarreas disentéricas son más
frecuentes por orden de frecuencia en Loreto, Ucayali, Huancavelica, Arequipa y Lima.
(MINSA. 2019)
Un estudio realizado en el Instituto de Salud pediátrico de Lima encontró un marcado
predominio de Shigella flexneri (62,3% de los aislamientos) frente a Shigella sonnei que
representó el 33%. Estos resultados ratifican la marcada prevalencia del serogrupo B en
los países en desarrollo como en este estudio. Llance reportó 67% de Shigella flexneri y
18% de Shigella sonnei en aislamientos realizados entre 1999 al 2001. En un estudio más
reciente Guerrero et al (18) encontraron 72% de Shigella flexneri y 28% de Shigella sonnei
en el 2012, resultados muy similares. (Baca C, Yupanqui L, 2014)
Shigella crece en alimentos con bajo pH como frutas y verduras. Sobrevive durante mucho
tiempo en alimentos de pH neutro, a temperaturas de heladera, en alimentos cerrados al
vacío o bajo atmósferas modificadas, y en el agua.
Es sensible a las temperaturas de cocción de los alimentos, pero bajo ciertas condiciones
puede sobrevivir en los alimentos por largos períodos si la temperatura se mantiene en
25°C. Puede sobrevivir por ejemplo en la harina y leche pasteurizada hasta 170 días, en
los huevos las almejas y los camarones por 150 días, en las ostras por 30 días, y en la
clara de huevo por 20 días.
Sin embargo, en la práctica muy raramente se puede aislar de los alimentos procesados,
dado el tiempo transcurrido entre la recolección y el procesado de la muestra. Los
alimentos comúnmente asociados a la transmisión de la enfermedad son:
- Agua de consumo de fuente no segura, por ejemplo, agua de pozo contaminada por
pozos ciegos, o agua de lagos o ríos sobre los que se vierten aguas residuales.
- Verduras y frutas provenientes de huertas donde se utilizan aguas servidas para el
riego.
- Comidas que requieren mucha manipulación, que se sirven frías sin proceso de
cocción y que ante falta de higiene del elaborador pueden contaminarse: ensaladas
con ingredientes varios, vegetales crudos, lácteos y aves.
FISIOPATOLOGÍA
Shigella dysenteriae además produce la toxina Shiga que difunde extracelularmente del
intestino a la circulación hacia las células blanco específicas. Posee efectos citotóxicos,
inhibiendo la síntesis proteica y llevando a la muerte de células intestinales, células
epiteliales del glomérulo y del túbulo renal y las células de la microcirculación del sistema
nervioso central; causa de esta manera síndrome urémico hemolítico (SUH) y
convulsiones.
MANIFESTACIONES CLÍNICAS
DIAGNÓSTICO
Después del diagnóstico provisional, deben considerarse los métodos serológicos (p. ej.,
aglutinación en portaobjetos con antisueros específicos para el grupo y después para el
tipo). Es posible obtener con facilidad antisueros con especificidad de grupo; por lo
contrario, ante el gran número de serotipos y subserotipos, pocas veces se cuenta con
antisueros con especificidad de tipo y son más costosos; por ello, éstos son del dominio de
los laboratorios especializados. (Harrison, 19a edición)
TRATAMIENTO
1. Rehidratación y nutrición:
La infección por Shigella rara vez causa deshidratación importante.
La rehidratación debe llevarse a cabo por vía oral a menos que el paciente se encuentre
en coma o en estado de choque. La mejoría en la eficacia de la solución de
rehidratación oral de baja osmolaridad (en especial para niños con diarrea aguda no
relacionada con cólera) ha hecho que la OMS y la UNICEF recomienden solución
estándar con 245 mOsm/L (sodio, 75 mmol/L; cloruro, 65 mmol/L; glucosa [anhidra] 75
mmol/L; potasio, 20 mmol/L; citrato, 10 mmol/L). En la shigelosis, puede afectarse de
modo variable el transporte acoplado de sodio con glucosa, pero la forma más fácil y
eficaz de rehidratación, en particular en casos graves, lo constituye la rehidratación
oral.
En pacientes con deshidratación severa, se recomienda el uso de solución Poli
electrolítica por vía endovenosa hasta por 4 horas, luego continuar con SRO hasta que
la diarrea esté en cese.
Es importante iniciar la nutrición lo antes posible, una vez que se completa el ciclo de
rehidratación inicial. La reanudación temprana del consumo de alimentos es inocua y
bien tolerada y brinda beneficios clínicos. El consumo de leche materna disminuye las
pérdidas por diarrea y la necesidad de rehidratación oral en lactantes, por lo que habrá
que continuarla de no haber contraindicaciones.
2. Antibioticoterapia:
Los antibióticos de elección para los adultos son las fluoroquinolonas (levofloxacino,
500 mg/día, o ciprofloxacino, 500 mg/12 h) durante 3 días. La ceftriaxona (50 mg/kg de
peso al día i.m. o i.v.) durante 5 días es el fármaco de elección en niños. La azitromicina,
durante 3 días, puede utilizarse como terapia alternativa, tanto en niños (10 mg/kg de
peso al día) como en adultos (500 mg/día). (Rozman, 2016)
Adultos:
Niños:
MEDIDAS PREVENTIVAS: