El Chisme

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Conferencia: EL CHISME.

Objetivo: Enseñar a los hermanos el peligro que trae el ser una


persona chismosa.

Texto: Levítico 19:16.


“No andarás chismeando entre tu pueblo. No atentarás contra la
vida de tu prójimo. Yo Jehová.”

Introducción:
Se cuenta una historia que:
“Cuatro predicadores se reunieron para tener compañerismo. Durante
la conversación un predicador dijo: “Nuestra gente viene a
nosotros, abriendo sus corazones a nosotros, confesando ciertos
pecados y necesidades. Vamos a hacer lo mismo. La confesión es
buena para el alma.” Todos estuvieron de acuerdo. Uno confesó que
tenía un problema con la bebida. El segundo dijo que le encantaba
fumar puros. El tercero dijo que él tenía un problema con jugar
cartas y apostar. Al llegar al cuarto, él no quiso confesar nada.
Los otros le presionaron, diciendo: “Vamos, nosotros confesamos
nuestros secretos. ¿Cuál es tu vicio?” No quería decir. Después de
mucha insistencia, finalmente admitió su problema: “A mí me gusta
el chisme Ya se imaginarán lo que sucedió después con estos 4
predicadores. Puesto que el chisme es una práctica tan común y en
muchos no esta tan clara la malignidad de esta práctica, me ha
parecido bien hablar de uno de los pecados de la lengua llamado,
el chisme.

I. ¿Cuál es la definición de la palabra chisme?


A. Definición secular.
Según el diccionario es “Noticia o comentario, verdadero o
falso, sobre las vidas ajenas, con el cual se pretende hablar
mal de alguien o enemistar a unas personas con otras”
Según esta definición, el chisme es comunicar a otras personas
algo de alguien no importándole si es verdad o si es falso y
todo con el propósito simple, de hablar mal o de tener el placer
de crear conflictos entre las personas. Por eso sobre esta
verdad alguien dijo que el chisme es la radio del diablo. Hay
muchos que les encanta escuchar esta radio del diablo.
La práctica del chisme es una de las principales armas del
diablo para destruir a la iglesia desde adentro, desde el seno
de la iglesia. Porque divide a los hermanos, desanima a los
nuevos convertidos y desacredita a la iglesia.

B. Definición bíblica.
Esta definición se encuentra en Proverbios 11:13 “El que anda en
chismes descubre el secreto; Mas el de espíritu fiel lo guarda
todo”. La definición bíblica del chisme es “descubrir el
secreto”.
Se trata de revelar información ajena, hacerla pública, cuando
debería estar en secreto.
Nótese que el chismoso no revela mentiras como en la definición
secular, sino que revela secretos. Revela información que
escucho o que le confiaron como secreto destruyendo así la
confianza depositada en él.
¿Porque es capaz alguien de defraudar a quien le abrió su
corazón para confiarle sus secretos y sus intimidades? El texto
lo dice porque “anda en chismes”. Este es su oficio. Esto es lo
que le place hacer. A esto se dedica. Es como un comerciante
ambulante que anda de un lugar a otro llevando su producto que
en este caso es, el chisme. Por eso es que una persona es capaz
de divulgar y hacer público los secretos que le fueron
confiados, porque a eso se dedica. De allí que el chismoso tiene
varios dichos: “Mi pecho no es bodega”, “No soy chismoso, soy
comunicativo” y hasta en son de burla dice: “Comer prójimo es un
deporte universal”.
Estas frases son advertencia para nosotros que nos está haciendo
el chismoso, de que va a contar a otros lo que nosotros le
estamos diciendo.
Un ejemplo de alguien que revelo secretos es Dalila que era
mujer de Sansón y estaba enojada con Sansón porque éste no le
revelaba en qué consistía el secreto de su fuerza. Y de tanta
insistencia que le hacía a Sansón y de tantos berrinches que le
hacía a Sansón termino por revelarle en qué consistía el secreto
de su fuerza y Dalila ni tarda ni perezosa inmediatamente se lo
revelo a los filisteos y de esta manera pudieron aprender a
Sansón y ponerlo cautivo (Jueces 16:4-22). Por eso debemos
asegurarnos a quien le revelamos nuestros secretos.
Afortunadamente la última parte del verso dice: “Mas el de
espíritu fiel lo guarda todo”. Es decir, que el hombre fiel sabe
guardar las confidencias que le hacen. Por eso es que es digno
de confianza.

II. ¿Cuáles son los motivos por las cuales el chisme se


desarrolla?
A. Porque les gusta.
Hay gente que anda en chismes porque le gustan los chismes y no
es feliz si no se entera de las últimas noticias de la colonia o
de la congregación a la cual asiste.
Porque le gusta escuchar chismes y propagar chismes. El dicho
sarcástico: “A mí no me gustan los chismes, pero me entretienen”
lo demuestra. Salomón mismo escribió sobre el chismoso diciendo:
“Las palabras del chismoso son como bocados suaves, Y penetran
hasta las entrañas”
(Proverbios 18:8). Salomón compara el chisme a “bocados
suaves”. Es decir, a “manjares”
(Biblia Textual), a “golosinas” (Biblia de Jerusalén).
Es como si fueran pastelillos o caramelos dulces que a las
gentes les gusta comer. Y que llegan hasta lo más profundo de su
ser.
Según el texto para algunos hablar de la vida de los demás, es
algo muy rico y muy placentero. Si la gente está adieta no va a
comer estos bocadillos que les están ofreciendo.
Pero si la gente no está adieta, de seguro no se va a resistir
comer de estos bocadillos. Para muchos el chisme es algo muy
rico y hasta piden más. Sin embargo, al que no le gustan los
chismes, el que esta adieta de los chismes no querrá oír cuando
alguien le ofrezca un bocadillo suave de chisme, porque no va
alimentar su alma con algo que le pueda causar daño.

B. Porque son rebeldes.


El profeta Jeremías hablo de los rebeldes, diciendo: “Todos
ellos son rebeldes, porfiados, andan chismeando; son bronce y
hierro; todos ellos son corruptores” (Jeremías 6:28). Un rebelde
es alguien que no quiere sujetarse a la autoridad en este caso a
la autoridad de Dios y la autoridad eclesiástica, es decir: al
pastor, el supervisor, y el líder.
Y según el texto, la desobediencia convierte a una persona en un
“porfiado” es decir, en un terco y también en un chismoso. Y
según el texto un chismoso es un corruptor. Aparentan ser
honestos, pero son corruptores. Porque pervierten la mente y el
corazón de la gente que los escucha. Como los chismosos no
obedecen a Dios pues, son rebeldes; ellos no tienen ningún
código de honor. No tienen ningún principio honesto por el cual
guiarse. Por eso es que un chismoso no perdona amigos,
familiares o cristianos. No perdona a nadie. Por eso un chismoso
puede causar un gran daño a la gente, a la hermandad. No se
guían por ningún principio noble porque no les gusta rendir
cuentas a nadie.

C. Porque son ociosos.


Una de las causas que ocasiona que la gente se meta en chismes,
es porque son ociosas. Pablo escribió de algunas viudas jóvenes
que estaban cayendo en este pecado del chisme.
En 1Timoteo 5:13 que dice: “Y también aprenden a ser ociosas,
andando de casa en casa; y no solamente ociosas, sino también
chismosas y entremetidas, hablando lo que no debieran”. Se ha
dicho que “la ociosidad es la madre de todos los vicios”. Si
esto es cierto, entonces uno de esos vicios es el chisme.
Cuando alguien no trabaja, cuando alguien no cumple con sus
responsabilidades, cuando alguien no ocupa su tiempo en cosas
productivas, puede caer en la tentación de invertir su tiempo en
los asuntos de las demás personas. Sobre todo en los asuntos
secretos porque eso es lo que le gusta. Y esto es porque no
tiene otra cosa en que ocupar su tiempo. El no invertir su
tiempo de manera constructiva hará que lo invierta de manera
destructiva, trayendo y llevando chismes.
Así que, la mejor manera de combatir el chisme es trabajando.
Ocupándose en algo productivo. Generalmente en las iglesias lo
que más causan problemas son los que menos hacen.
Hablan demasiado, pero hacen muy poco. Sin embargo, a todos los
cristianos se nos invita a “redimir el tiempo” (Colosenses 4:5),
“aprovechar bien el tiempo” (Efesios 5:16) y a que nos ocupemos
en nuestra “salvación con temor y temblor” (Filipenses 2:12) si
hacemos esto de seguro no tendremos tiempo para andar en
chismes.

III. ¿Cuáles son los efectos del chisme?


Cuando hablamos de los efectos del chisme estamos hablando de
las consecuencias del chisme, que por supuesto son consecuencias
nada buenas.
A. Expone a las personas.
El chisme daña cuando menos a tres personas:
1. Daña a la víctima del chisme, de aquel de quien están
chismeando.
Porque le están revelando su secreto. Porque lo están
exponiendo. Le están desnudando sus secretos. Sin embargo, la
Biblia nos enseña que “El que cubre la falta busca amistad;
Mas el que la divulga, aparta al amigo” (Proverbios 17:9). En
este caso este texto parece referirse al individuo que ha
sido ofendido o dañado por un amigo. Pero en vez de divulgar
a otros lo que le ha hecho, cubre su falta. El que cubre la
falta no la tiene en cuenta. La pasa por alto, porque le ama
y porque no quiere que el bueno nombre del hermano se vea
afectado.
Es cierto que lo ofendieron, es cierto que le causaron un
daño, pero no lo anda divulgando.

2. Daña al chismoso porque su acción lo revela y lo expone


como un chismoso.
Como un deslenguado, como un entrometido en lo ajeno. Sin
embargo, la Biblia nos enseña que no debemos andar de
entrometidos en la vida de los demás. El apóstol Pedro
escribió “Así que, ninguno de vosotros padezca como homicida,
o ladrón, o malhechor, o por entremeterse en lo ajeno; 4:16
pero si alguno padece como cristiano, no se avergüence, sino
glorifique a Dios por ello” (1 Pedro 4:15-16). Andar de
entrometidos en la vida de los demás no trae gloria a Dios,
al contrario lo avergüenza.
Además, puede traer terribles consecuencias para la persona
que anda de entrometido.
Usted puede leer el caso de Josías que se metió en un pleito
de dos hombres y Dios le dijo que se apartara. Pero el rey
Josías como era el rey no hizo caso y se metió en un problema
que no era suyo y el resultado de meterse donde no debía, fue
que murió prematuramente.
(2 Crónicas 35:20-24)

3. Daña al que escucha el chisme, porque lo está exponiendo


como un amante del chisme.
Como un come prójimo. El Proverbio dice: “El malo está atento
al labio inicuo; Y el mentiroso escucha la lengua detractora”
(Proverbio 17:4). La persona que le gusta escuchar las cosas
secretas de los demás está demostrando que clase de persona
es.
Porque según el texto, el malo pone atención al inicuo y el
mentiroso pone atención al detractor. Sin embrago, la Biblia
da un consejo para todos: “Tampoco apliques tu corazón a
todas las cosas que se hablan, para que no oigas a tu siervo
cuando dice mal de ti”
(Eclesiastés 7:21). El consejo es claro, no poner atención a
los chismes porque no traen nada bueno.

B. Crea conflictos.
El Proverbio dice: “Sin leña se apaga el fuego, Y donde no hay
chismoso, cesa la contienda”
(Proverbios 26:20). Aquí se hace una comparación entre la leña y
el chismoso. Así como la leña mantiene vivo el fuego, pues es su
combustible, de la misma manera el chismoso mantiene vivo el
conflicto. Pues el chisme es el combustible que alimenta los
problemas. En cualquier lugar y en cualquier grupo en el que
haya chismosos de seguro abra conflictos.
Alguien escribió como si el chisme hablara: “Soy más mortal que
un cañonazo. Gano sin matar. Destrozo hogares, desgarro
corazones y arruino vidas. Viajo en las alas del viento. No hay
inocencia que lo bastante fuerte para intimidarme, ni pureza que
sea lo suficientemente pura como para amedrentarme. No tengo
respeto alguno por la verdad ni por la justicia, ni misericordia
para con los indefensos. Mis víctimas son tan numerosas como la
arena del mar, y suelen ser inocentes. Nunca olvido y pocas
veces perdono. Muchos de los conflictos que existen en las
iglesias, en las familias y en los trabajos se acabarían si los
chismosos dejaran de avivar el fuego. Así que debemos alejarnos
de los chismosos y no dar pie a que sigan echando más leña al
fuego.

C. Destruye relaciones.
El Proverbio dice: “El hombre perverso levanta contienda, Y el
chismoso aparta a los mejores amigos” (Proverbios 16:28). Un
chisme es capaz de destruir la relación de los que se creían ser
los mejores amigos. Un solo chisme puede destruir años de
amistad. Porque el chisme produce sospechas, dudas y malos
entendidos. Generalmente al chismoso le da envidia la amistad
que tienen otros y va a tratar de meter su cizaña porque él no
sabe lo que es tener un verdadero amigo. Porque nadie quiere
tener como amigo a un chismoso. El chismoso piensa que
comunicando chismes puede hacer amigos, pero dichas relaciones
están basadas en la falsedad y en la traición y por tanto son
relaciones que no van a perdurar.
Porque la verdadera amistad está basada en la lealtad, en la
verdad, en la honestidad, etc. cosa que el chismoso no entiende.
El chisme no solo puede destruir amistades, sino también puede
destruir matrimonios. Hay matrimonios que se han divorciado por
un chisme. Incluso un chisme puede ocasionar un asesinato. El
chisme puede destruir familias. Hay hermanos que se han
distanciado por un chisme. El chisme puede destruir ministerios.
Hay quien empieza hablar mal de quien está desarrollando un
ministerio en la iglesia y hace que quien lo desarrolla ya no
quiera continuar haciéndolo. Alguien dijo que “el chisme es como
un virus, el peor de todos, ya que destruye el sistema
inmunológico de la víctima”.

IV. ¿Cuáles son las prevenciones contra el chisme?


Si hemos caído en el chisme o si no queremos caer en el chisme
hay varias cosas que necesitamos hacer para prevenir caer en él.
A. Hay que Arrepentirnos.
Si hemos caído en el chisme necesitamos arrepentirnos y pedir
perdón. Debemos ser honestos en que el chisme es un mal que
destruye y que Dios prohíbe tanto en el Antiguo como en el Nuevo
Testamento. Porque el chisme atenta contra el al amor al
prójimo, atenta contra la unidad de la iglesia y atenta contra
la santificación cristiana. Es por eso que Dios nunca ha dejado
de invitar a la gente al arrepentimiento. A cambiar de forma de
ser. “Deje el impío su camino, y el hombre inicuo sus
pensamientos, y vuélvase a Jehová, el cual tendrá de él
misericordia, y al Dios nuestro, el cual será amplio en
perdonar” (Isaías 55:7). No podremos avanzar si no nos
arrepentimos por los chimes que hemos propagado.

B. Hay que aprender hablar menos.


Cuanto más hablamos mayor probabilidad hay de decir algo malo
contra alguien. Por eso el hombre considerado el más sabio sobre
la tierra, Salomón, escribió: “En las muchas palabras no falta
pecado; Mas el que refrena sus labios es prudente” (Proverbios
10:19).
Muchas cosas buenas pueden ser destructivas si abusamos de ellas
inclusive la comunicación.
Los que son amantes de las “muchas palabras” lo son por algunas
razones:
1. Porque fueron enseñados así.
2. Porque quieren llamar la atención sobre ellos mismos.
3. Porque no saben escuchar, solo saben hablar.
4. Porque sienten el deseo de controlar todo tema, cualquier
tema.
5. Porque tienen temor al silencio. Piensan que no deben
quedarse callados, porque los pueden ver como “bichos raros”.
Sin embargo, refrenar nuestros labios es un asunto de prudencia.
Es mejor que nos digan que somos muy serios, que hablar de más y
pecar.
Salomón dijo: “El que ahorra sus palabras tiene sabiduría; De
espíritu prudente es el hombre entendido. 28 Aun el necio,
cuando calla, es contado por sabio; El que cierra sus labios es
entendido.” (Proverbios 17:27-28).

C. Hay que tratar los conflictos en privado.


Cuando alguien ocasiona un agravio a otro, es mejor tratarlo en
privado y no ir a contárselo a alguien más. Hay personas que no
tienen el suficiente valor para tratar las cosas de forma
personal y a solas, con el que ha causado el agravio y prefieren
hablar a sus espaldas. Son aquellos que “tiran la piedra y
esconden la mano”. ¿Y que se consigue con esto? Que la brecha
entre ellos se haga más grande, y que otros comenten sobre el
asunto y tomen bandos de lo que realmente no saben. Sin embargo,
la Biblia dice: “Trata tu causa con tu compañero, Y no descubras
el secreto a otro” (Proverbios 25:9).
Ha habido pleitos entre cristianos que han llegado hasta los
tribunales por no tener la valentía de arreglarlos en privado.
Lo que sucedió en 1 Corintios 6:5-6 en el caso de los corintios
a quien Pablo califico como todavía carnales, sigue pasando
hasta en nuestros días, por no querer seguir el consejo Bíblico
de arreglar las cosas en privado. Jesús enseño que siempre en
algún conflicto el primer paso es hablar con esa persona en
privado (Mateo 18:15-18). Y si no pueden arreglarse los dos,
entonces pídanle a dos o a tres hermanos espirituales que les
ayuden y si esto falla, debe intervenir la iglesia. Y si el
responsable reúsa oír a la iglesia, entonces la iglesia lo debe
disciplinar.
Es cierto que a veces nuestro primer deseo es comentárselo a
otros sobre el agravio que nos han hecho, para que nos apoyen y
se pongan de nuestra parte. Pero como se ha demostrado en las
investigaciones sobre las comunicaciones orales, cuando una
persona le narra a otro lo que escucho y esta su vez a otra y
así sucesivamente, la historia original cambia. Por eso es mejor
tratar los conflictos en privado. Pero para hacer esto se
requiere valentía y madurez espiritual. Pablo nos dice: “Así
que, sigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua
edificación” (Romanos 14:19).

D. Hay que evitar los chismosos.


Otra manera de prevenir andar en chismes es evitar relacionarnos
con los chismosos. El
Proverbio dice: “El que anda en chismes descubre el secreto; No
te entremetas, pues, con el suelto de lengua” (Proverbios
20:19). Si tu círculo de amigos, comadres o conocidos es dado al
chisme, es mejor cambiar de círculo de amigos. Es mejor alejarse
de todos aquellos que nos estén motivando andar por el mal
camino.
Porque, “El que anda con sabios, sabio será; Mas el que se junta
con necios será quebrantado” (Proverbios 13:20). Abrirle la
puerta al chismoso es dándole la oportunidad para que hable mal
de los demás, y no dudes que hará lo mismo contigo con otras
personas.
¿Cuántas veces nos hemos formado un mal concepto de una persona
porque permitimos que nos hablaran mal de ella? Llegamos a creer
que es un monstruo, porque nos la pintaron como la peor de todas
las personas, como un demonio. Pero solo hemos escuchado una
versión, solo hemos escuchado un chisme. Pero como dijo
Nicodemo: “¿Juzga acaso nuestra ley a un hombre si primero no le
oye, y sabe lo que ha hecho?” (Juan 7:51). Una vez que lo
conocemos, platicamos con él y lo escuchamos, nos damos cuenta
que lo que nos dijeron no eran más que chismes de personas mal
intencionadas. Una de las características de lo chismosos es que
tienden a exagerar las cosas.
El chismoso generalmente empieza con estas frases: “Te voy a
decir algo, pero no se lo cuentes a nadie”, “Te lo digo a ti
porque te tengo confianza”. Si te lo dice pidiéndote que no lo
repitas, en realidad te está gritando que lo hagas. Porque el
chismoso se alimenta de chismes

Conclusión:
De una cosa debemos estar seguros, los chismosos siempre van a
existir. Pero esto no significa, que debemos permitírselos o
tolerarlos para que florezcan en nuestras familias o
congregaciones. Porque los chismes con como granadas explosivas
que van haciendo hoyos hasta que finalmente todo se derrumbe, todo
lo que ha costado tanto construir. Nosotros mismos debemos evitar
caer en este pecado. Porque hay una advertencia de Dios: “Al que
solapadamente infama a su prójimo, yo lo destruiré…” (Salmos
101:5). Así que, Dios nos ayude a controlar nuestra lengua. Dios
les bendiga.

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