El Chisme
El Chisme
El Chisme
Introducción:
Se cuenta una historia que:
“Cuatro predicadores se reunieron para tener compañerismo. Durante
la conversación un predicador dijo: “Nuestra gente viene a
nosotros, abriendo sus corazones a nosotros, confesando ciertos
pecados y necesidades. Vamos a hacer lo mismo. La confesión es
buena para el alma.” Todos estuvieron de acuerdo. Uno confesó que
tenía un problema con la bebida. El segundo dijo que le encantaba
fumar puros. El tercero dijo que él tenía un problema con jugar
cartas y apostar. Al llegar al cuarto, él no quiso confesar nada.
Los otros le presionaron, diciendo: “Vamos, nosotros confesamos
nuestros secretos. ¿Cuál es tu vicio?” No quería decir. Después de
mucha insistencia, finalmente admitió su problema: “A mí me gusta
el chisme Ya se imaginarán lo que sucedió después con estos 4
predicadores. Puesto que el chisme es una práctica tan común y en
muchos no esta tan clara la malignidad de esta práctica, me ha
parecido bien hablar de uno de los pecados de la lengua llamado,
el chisme.
B. Definición bíblica.
Esta definición se encuentra en Proverbios 11:13 “El que anda en
chismes descubre el secreto; Mas el de espíritu fiel lo guarda
todo”. La definición bíblica del chisme es “descubrir el
secreto”.
Se trata de revelar información ajena, hacerla pública, cuando
debería estar en secreto.
Nótese que el chismoso no revela mentiras como en la definición
secular, sino que revela secretos. Revela información que
escucho o que le confiaron como secreto destruyendo así la
confianza depositada en él.
¿Porque es capaz alguien de defraudar a quien le abrió su
corazón para confiarle sus secretos y sus intimidades? El texto
lo dice porque “anda en chismes”. Este es su oficio. Esto es lo
que le place hacer. A esto se dedica. Es como un comerciante
ambulante que anda de un lugar a otro llevando su producto que
en este caso es, el chisme. Por eso es que una persona es capaz
de divulgar y hacer público los secretos que le fueron
confiados, porque a eso se dedica. De allí que el chismoso tiene
varios dichos: “Mi pecho no es bodega”, “No soy chismoso, soy
comunicativo” y hasta en son de burla dice: “Comer prójimo es un
deporte universal”.
Estas frases son advertencia para nosotros que nos está haciendo
el chismoso, de que va a contar a otros lo que nosotros le
estamos diciendo.
Un ejemplo de alguien que revelo secretos es Dalila que era
mujer de Sansón y estaba enojada con Sansón porque éste no le
revelaba en qué consistía el secreto de su fuerza. Y de tanta
insistencia que le hacía a Sansón y de tantos berrinches que le
hacía a Sansón termino por revelarle en qué consistía el secreto
de su fuerza y Dalila ni tarda ni perezosa inmediatamente se lo
revelo a los filisteos y de esta manera pudieron aprender a
Sansón y ponerlo cautivo (Jueces 16:4-22). Por eso debemos
asegurarnos a quien le revelamos nuestros secretos.
Afortunadamente la última parte del verso dice: “Mas el de
espíritu fiel lo guarda todo”. Es decir, que el hombre fiel sabe
guardar las confidencias que le hacen. Por eso es que es digno
de confianza.
B. Crea conflictos.
El Proverbio dice: “Sin leña se apaga el fuego, Y donde no hay
chismoso, cesa la contienda”
(Proverbios 26:20). Aquí se hace una comparación entre la leña y
el chismoso. Así como la leña mantiene vivo el fuego, pues es su
combustible, de la misma manera el chismoso mantiene vivo el
conflicto. Pues el chisme es el combustible que alimenta los
problemas. En cualquier lugar y en cualquier grupo en el que
haya chismosos de seguro abra conflictos.
Alguien escribió como si el chisme hablara: “Soy más mortal que
un cañonazo. Gano sin matar. Destrozo hogares, desgarro
corazones y arruino vidas. Viajo en las alas del viento. No hay
inocencia que lo bastante fuerte para intimidarme, ni pureza que
sea lo suficientemente pura como para amedrentarme. No tengo
respeto alguno por la verdad ni por la justicia, ni misericordia
para con los indefensos. Mis víctimas son tan numerosas como la
arena del mar, y suelen ser inocentes. Nunca olvido y pocas
veces perdono. Muchos de los conflictos que existen en las
iglesias, en las familias y en los trabajos se acabarían si los
chismosos dejaran de avivar el fuego. Así que debemos alejarnos
de los chismosos y no dar pie a que sigan echando más leña al
fuego.
C. Destruye relaciones.
El Proverbio dice: “El hombre perverso levanta contienda, Y el
chismoso aparta a los mejores amigos” (Proverbios 16:28). Un
chisme es capaz de destruir la relación de los que se creían ser
los mejores amigos. Un solo chisme puede destruir años de
amistad. Porque el chisme produce sospechas, dudas y malos
entendidos. Generalmente al chismoso le da envidia la amistad
que tienen otros y va a tratar de meter su cizaña porque él no
sabe lo que es tener un verdadero amigo. Porque nadie quiere
tener como amigo a un chismoso. El chismoso piensa que
comunicando chismes puede hacer amigos, pero dichas relaciones
están basadas en la falsedad y en la traición y por tanto son
relaciones que no van a perdurar.
Porque la verdadera amistad está basada en la lealtad, en la
verdad, en la honestidad, etc. cosa que el chismoso no entiende.
El chisme no solo puede destruir amistades, sino también puede
destruir matrimonios. Hay matrimonios que se han divorciado por
un chisme. Incluso un chisme puede ocasionar un asesinato. El
chisme puede destruir familias. Hay hermanos que se han
distanciado por un chisme. El chisme puede destruir ministerios.
Hay quien empieza hablar mal de quien está desarrollando un
ministerio en la iglesia y hace que quien lo desarrolla ya no
quiera continuar haciéndolo. Alguien dijo que “el chisme es como
un virus, el peor de todos, ya que destruye el sistema
inmunológico de la víctima”.
Conclusión:
De una cosa debemos estar seguros, los chismosos siempre van a
existir. Pero esto no significa, que debemos permitírselos o
tolerarlos para que florezcan en nuestras familias o
congregaciones. Porque los chismes con como granadas explosivas
que van haciendo hoyos hasta que finalmente todo se derrumbe, todo
lo que ha costado tanto construir. Nosotros mismos debemos evitar
caer en este pecado. Porque hay una advertencia de Dios: “Al que
solapadamente infama a su prójimo, yo lo destruiré…” (Salmos
101:5). Así que, Dios nos ayude a controlar nuestra lengua. Dios
les bendiga.