Hermanos Grimm - La Dama Duende

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La Dama Duende

Hermanos Grimm

textos.info
Biblioteca digital abierta

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Texto núm. 1251

Título: La Dama Duende


Autor: Hermanos Grimm
Etiquetas: Cuento infantil

Editor: Edu Robsy


Fecha de creación: 30 de agosto de 2016

Edita textos.info

Maison Carrée
c/ Ramal, 48
07730 Alayor - Menorca
Islas Baleares
España

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La Dama Duende
Vivió hace mucho tiempo, en un país muy lejano, una linda muchachita
curiosa, indiscreta y desobediente. Sus padres no conseguían sacar
partido de ella, tan rebelde como era, y les preocupaba que siguiera
creciendo sin poder domar su testarudez. Un día se dirigió a ellos con
estas palabras: — Mamá, papá, he decidido ir a conocer a la famosa
Dama Duende.

— ¡No vayas hija mía!, — Le advirtieron ellos — Pues su fama proviene de


su maldad. Es una mujer siniestra que no guarda nada bueno y no será
una visita provechosa para ti. — Sin embargo, — contestó la muchacha —
yo he oído que es capaz de hacer prodigios y que dispone de poderes
mágicos que le permiten realizar las mayores maravillas. ¡Iré a conocerla!

De nada sirvieron las advertencias, súplicas y consejos de sus


progenitores, y a la mañana siguiente la chiquilla partió en busca de la
misteriosa Dama Duende. Caminando por la vereda que conducía a lo
más recóndito del bosque, al fín halló la cabaña donde habitaba la extraña
mujer: — Entra y cálmate, estás temblando como un ratoncillo asustado —
Observó la enigmática Dama al verla.

— Señora, viniendo hacia aquí he encontrado a un hombre verde que me


ha dado un susto de muerte — Explicó la muchacha. — No había razón
para tanto miedo, seguramente sería un cazador. — Alegó la dama
dulcemente. — También me topé con un hombre negro que me hizo
temblar. — Sería un carbonero, no había motivo para temerle. — Razonó
la mujer acercándose a la niña.

— Dama Duende, debo deciros que mientras venía hacia aquí para
conoceros hubo otro incidente que me provocó mucho miedo: se cruzó en
mi camino un hombre rojo. — A buen seguro era un carnicero: no había
motivo para tu miedo. — Respondía la Dama Duende con paciencia. En su
cara, una enigmática mueca comenzaba a perfilarse y su voz se tornaba
más zalamera con cada palabra pronunciada.

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— También me ocurrió, Señora, que antes de llamar a vuestra puerta
atisbé por la ventana y ví al demonio en persona, echando fuego por la
boca, con afiladas garras y lanzando estertóreos aullidos. — ¡Ja, ja, ja! —
La dama no pudo evitar una sardónica carcajada, al tiempo que cambiaba
su agradable y dulce aspecto por el de una horrible bruja, encorvada y fea.

— Lo único que viste — continuó hablando la mujer a la niña cada vez


más espantada —, fue a la Dama Duende ataviada con sus mejores galas
y luciendo su verdadero aspecto. Pero no te preocupes, porque llevo
mucho tiempo esperándote y tu misión a mi lado va a comenzar en breve.
¡Acércate a mi lado, que me alumbrarás! "Sin duda requiere mi ayuda", —
pensó la incauta niña.

Pero cuando se acercó a la bruja, ésta la convirtió en un tronco de leña


que echó a la lumbre de la chimenea, y cuando ya había prendido con el
fuego, la horripilante bruja se sentó cerca y dijo en voz alta: — ¡Esta si que
da luz! ¡Otra alma inocente en mi hoguera aumentará aún más mi poder! Y
nunca más se supo de la curiosa niña y nunca se apagó la llama de aquel
tenebroso hogar.

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Hermanos Grimm

Los Hermanos Grimm es el nombre usado para referirse a los escritores


Jacob Grimm (4 de enero de 1785, Hanau (Alemania) - Berlín, 20 de
septiembre de 1863) y Wilhelm Grimm (24 de febrero de 1786, Hanau - 16
de diciembre de 1859, Berlín). Fueron dos hermanos alemanes célebres
por sus cuentos para niños y también por su Diccionario alemán, las
Leyendas alemanas, la Gramática alemana, la Mitología alemana y los
Cuentos de la infancia y del hogar (1812-1815), lo que les ha valido ser
reconocidos como fundadores de la filología alemana. La ley de Grimm

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(1822) recibe su nombre de Jacob Grimm.

Jacob Grimm (1785-1863) y su hermano Wilhelm (1786-1859) nacieron en


la localidad alemana de Hanau (en Hesse). Criados en el seno de una
familia de la burguesía intelectual alemana, los tres hermanos Grimm (ya
que fueron tres, en realidad; el tercero, Ludwig, fue pintor y grabador) no
tardaron en hacerse notar por sus talentos: tenacidad, rigor y curiosidad en
Jacob, dotes artísticas y urbanidad en Wilhelm. A los 20 años de edad,
Jacob trabajaba como bibliotecario y Wilhelm como secretario de la
biblioteca. Antes de llegar a los 30 años, habían logrado sobresalir gracias
a sus publicaciones.

Fueron profesores universitarios en Kassel (1829 y 1839 respectivamente).


Siendo profesores de la Universidad de Gotinga, los despidieron en 1837
por protestar contra el rey Ernesto Augusto I de Hannover. Al año siguiente
fueron invitados por Federico Guillermo IV de Prusia a Berlín, donde
ejercieron como profesores en la Universidad Humboldt. Tras las
Revoluciones de 1848, Jacob fue miembro del Parlamento de Fráncfort.

La labor de los hermanos Grimm no se limitó a recopilar historias, sino que


se extendió también a la docencia y la investigación lingüística,
especialmente de la gramática comparada y la lingüística histórica. Sus
estudios de la lengua alemana son piezas importantes del posterior
desarrollo del estudio lingüístico (como la Ley de Grimm), aunque sus
teorías sobre el origen divino del lenguaje fueron rápidamente
desechadas.

Los textos se fueron adornando y, a veces, censurando de edición en


edición debido a su extrema dureza. Los Grimm se defendían de las
críticas argumentando que sus cuentos no estaban dirigidos a los niños.
Pero, para satisfacer las exigencias del público burgués, tuvieron que
cambiar varios detalles de los originales. Por ejemplo, la madre de Hansel
y Gretel pasó a ser una madrastra, porque el hecho de abandonar a los
niños en el bosque (cuyo significado simbólico no se reconoció) no
coincidía con la imagen tradicional de la madre de la época. También hubo
que cambiar o, mejor dicho, omitir alusiones sexuales explícitas.

Los autores recogieron algunos cuentos franceses gracias a Dorothea


Viehmann y a las familias Hassenflug y Wild (una hija de los Wild se
convertiría después en la esposa de Wilhelm). Pero para escribir un libro
de cuentos verdaderamente alemán, aquellos cuentos que llegaron de

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Francia a los países de habla alemana, como El gato con botas o Barba
Azul, tuvieron que eliminarse de las ediciones posteriores.

En 1812, los hermanos Grimm editaron el primer tomo de Cuentos para la


infancia y el hogar, en el cual publicaban su recopilación de cuentos, al
que siguió en 1814 su segundo tomo. Una tercera edición apareció en
1837 y la última edición supervisada por ellos, en 1857. Las primeras
colecciones se vendieron modestamente en Alemania, al principio apenas
unos cientos de ejemplares al año. Las primeras ediciones no estaban
dirigidas a un público infantil; en un principio los hermanos Grimm
rehusaron utilizar ilustraciones en sus libros y preferían las notas eruditas
a pie de página, que ocupaban casi tanto espacio como los cuentos
mismos. En sus inicios nunca se consideraron escritores para niños sino
folcloristas patrióticos. Alemania en la época de los hermanos Grimm
había sido invadida por los ejércitos de Napoleón, y el nuevo gobierno
pretendía suprimir la cultura local del viejo régimen de feudos y
principados de la Alemania de principios del siglo XIX.

Sería a partir de 1825 cuando alcanzarían mayores ventas, al conseguir la


publicación de la Kleine Ausgabe (Pequeña Edición) de 50 relatos con
ilustraciones fantásticas de su hermano Ludwig. Esta era una edición
condensada destinada para lectores infantiles. Entre 1825 y 1858 se
publicarían diez ediciones de esta Pequeña Edición.

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