Alfonso Ramirez Ponce
Alfonso Ramirez Ponce
Alfonso Ramirez Ponce
Cátedra extraordinaria
Esta entrevista fue realizada en 2010 por Michael Ramage, profesor de ingeniería estructural
en el Departamento de Arquitectura de la Universidad de Cambridge y especialista en cons-
trucciones con superficies tabicadas de ladrillo sin cimbra, con la ancestral técnica catalana. El
material que aquí se presenta forma parte de la investigación elaborada durante su año sabático.
Su tema central es el pensamiento y la obra del arquitecto Alfonso Ramírez Ponce, proyectista,
constructor, escritor, articulista, conferencista en México y en 23 países más, además profesor
de la Facultad de Arquitectura de la unam, miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte
y autor de una extensa obra construida en México y el extranjero.
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—Alfonso, conocer tu pensar y tu hacer conlleva cono- El porqué, a la distancia, no me es muy preciso. No tuve
certe. Has escrito que exponer es exponerse, por tanto, ninguna influencia familiar o de algún profesor o amigo cerca-
he agrupado las preguntas, primero en torno a tu perso- no. En mi juvenil y limitada perspectiva, veía claro mi destino
na y después, a tus obras. Para empezar desde el princi- como arquitecto y no como químico. El único recuerdo que
pio, me gustaría, si no tienes inconveniente, me dijeras guardo —relacionado con la construcción—, es haber visto
¿cuándo y por qué decidiste ser arquitecto? desde lejos a unos albañiles que hacían un techo curvado.
Me acerqué y me quedé admirándolos un buen rato, porque
Coincido con tus inquietudes y ambos con una idea de Paul lo construían al aire, sin soporte alguno, cual arañas humanas
Valéry: "tengo la extraña y peligrosa manía de querer em- “tejían su red” atrapando el espacio. Hay un proverbio etíope
pezar siempre desde el principio". Manía que por lo que veo, que dice: “La red de una araña, no puede atrapar a un león.
compartimos, lo cual no augura una entrevista breve. Es muy Muchas redes sí pueden.” Parafraseo el proverbio: “Un humil-
difícil querer explicar todo, en pocas palabras, pero lo in- de ladrillo, no puede atrapar al espacio, pero muchos ladrillos,
tentaré. Iniciaré diciéndote, para tu posible decepción, que a sí. Se define y privilegia el trabajo colectivo, esencial en las
diferencia de algunos iluminados colegas que dicen saber que obras arquitectónicas. La arquitectura es una obra social, por
iban a ser arquitectos, casi, casi, desde el vientre materno, yo antonomasia.
decidí ser arquitecto al terminar el bachillerato. En la prepara- Pasaron muchos años, los escolares incluidos, para empe-
toria estudié química y cambié al inicio de los estudios profe- zar a entender lo que había visto. Claro, después confirmé el
sionales. Suelo decirle a mis alumnos que pasé del área de las porqué de mi asombro, que a la fecha —para mi fortuna— no
ciencias exactas: la química, al campo de las ciencias ocultas: ha desaparecido por completo.
la arquitectura. Al territorio ignoto del: búscale, búscale, sin
más comentarios.
Restaurante Del Lago, Chapultepec, México, D.F. Proyecto: L. Guadarrama y A. R. Ponce. Fotografía: Lourdes Grobet
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Siempre fui admirador del talento de Frank Lloyd Wright y su arquitectura orgánica, de sus espacios
que nada tenían que ver con las “cajas de zapatos” que muchos proyectaban. Otra influencia fue
la de Le Corbusier, no el de los veinte, sino el de los años cincuenta. Para algunos de mis maestros
el modelo a seguir era Mies Van Der Rohe. Nunca compartí su preferencia, más que de volúmenes,
su arquitectura me parecía pictórica; el neoplasticismo de Theo Van Doesburg elevado a la tercera
dimensión. Como los maestros no ocultaban esta preferencia, al realizar mis trabajos, por ejemplo,
cuando dos muros perpendiculares se unían, ponía una ventana en uno de ellos, así en el dibujo se
lograba el efecto neoplasticista que les encantaba. Como consecuencia sacaba buenas notas. Años
después, confirmé mi opinión al visitar Chicago y al contrastar sus obras con las de Wright. Por
ejemplo, el Instituto Tecnológico de Illinois me pareció un conjunto poco expresivo, frío, fúnebre,
pues todas las estructuras metálicas están pintadas de negro, es un detalle que copiaron al instante
muchos arquitectos mexicanos. Hablando de expresividad, la capilla de todo el complejo educativo,
en poco o nada se diferenciaba del cuarto de máquinas. El ejemplo más conspicuo, el Pabellón
de Barcelona de 1929. Un pequeño volumen construido con superficies, planos bidimensionales,
horizontales y verticales. Espacios delimitados en parte y que son por tanto, inhabitables. Es mucho
más una escultura penetrable que una arquitectura para vivir.
De los maestros y arquitectos mexicanos perdurables: Francisco Centeno y la geometría
–tema central de las obras de Agustín Hernández–, otro de mis maestros y además amigo con
quien comparto muchas inquietudes, Eugenio Peschard, el mejor en su materia, estabilidad.
Recuerdo que nos decía, que antes era un verdadero honor ser profesor de la escuela de ar-
quitectura.1 Federico Mariscal y el aprender a ver las obras en el sitio y no en los planos, como
Teotihuacan, Álvaro Sánchez, uno de mis maestros en la vida profesional y claro, el Maestro
con mayúsculas, José Villagrán.
Cuando ingresé a la escuela pensé que lo primero que me enseñarían serían las características
que hacen que una obra sea considerada arquitectónica. Conocimientos indispensables para un
principiante y futuro hacedor de obras, pero no fue así, para mi desconcierto pasaron cuatro
largos años sin que nadie tratara en detalle el tema. Fue hasta el último año cuando encontré
al maestro Villagrán y se hizo la luz al final del túnel. De Villagrán no te digo más, porque no
termino. He escrito el texto: El espeso bosque de la teoría, donde pretendo expresar lo signifi-
cativo de sus enseñanzas.
No sólo influyeron en mi algunos maestros, sino también compañeros. Cito tan sólo a Julio
Sánchez Juárez, quien hizo historia como profesor en la Universidad de Veracruz en Jalapa. Co-
piaba yo sus croquis a mano “temblada”. Su ídolo fue siempre Le Corbusier, discutíamos porque
yo criticaba acremente, por ejemplo, su Plan Voisin. Arrasar con la ciudad de París, una locura.
Desafortunadamente, lo que no le permitieron los franceses, lo vino a ver realizado en Brasilia.
De Félix Candela,2 ahora tan justamente recordado, –por cierto, el gran ausente de la Cáte-
dra Mariscal– recibí una influencia indirecta. Solía acompañar a algunos compañeros que eran
sus alumnos. Lo paradójico, es que más que a otros se me grabaron sus imágenes, su inédita
geometría basada en las superficies regladas, las que yo había dibujado con el maestro Cente-
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Vista de conjunto, capilla Los Clubes, Bogotá, Colombia. Proyecto: A. R. Ponce En la casa de Ignacio Dorantes Espino, en San José Iturbide, Guanajuato
Perspectiva: Mario Ramírez Michael Ramage y A. R. Ponce. Fotografía: Lourdes Dorantes
no en geometría descriptiva y estereotomía. El capialzado de —¿Qué es lo que te hubiera gustado saber al terminar
Marsella, era uno de los temas. Su huella, más subliminal que tus estudios?
consciente, afloró, cuando sin todavía recibirme de arquitecto,
fui el responsable de proyectar el Restorán Del Lago, 3 en la Muchas cosas, más de las aprendidas. Si te digo todas, no
ampliación del Bosque de Chapultepec, la mayor área verde acabo. La principal saber construir y haber proyectado más
de la Ciudad de México. Surgió la imagen de sus paraboloides obras reales. En la escuela no aprendí a construir. No había
hiperbólicos, espejeada sobre la superficie del lago. ni talleres ni laboratorios. Creo que la premisa del proyecto
¿Por qué no intervino Candela, siendo que se trataba de de la escuela de Villagrán era que tanto los ingenieros como
una obra pública significativa? A la distancia, supongo que nosotros compartiríamos los talleres que están entre las dos
fue porque el maestro no sólo calculaba las estructuras, sino escuelas. La realidad no fue así, entre otras cosas, por el en-
que también las contrataba. No era un colaborador sino un foque dominante de los arquitectos como “artistas”. Esto ex-
rival para otros contratistas. No fue por exceso de trabajo, en cluyó la enseñanza en los laboratorios y talleres. Grave error
el registro de sus obras en 1964 sólo se anotan dos, la iglesia que hemos arrastrado desde siempre. Por eso, salimos a la
del Pilar en la carretera a Toluca y un almacén en el Distrito vida profesional a aprender a construir y nuestros profesores
Federal, es el año que menos obras realizó, según el registro en dicha materia son los maestros de obra. Ellos saben cómo
iniciado en 1950.4 hacer las cosas en la realidad, no en un pizarrón o en una pan-
Catorce años después, ya había quienes se atrevían a cons- talla y eso es precisamente, lo que no aprendí. Por eso, ahora
truir y calcular paraboloides, con mayor o menor éxito. La di- me satisface ser de los pocos profesores —en México y otros
ferencia fue que mientras Candela aplicaba su teoría del borde países— que enseña en talleres teórico prácticos, a proyectar
libre, los ingenieros que calcularon el restorán, seguían con y calcular estructuras económicas de ladrillo recargado sin
el “borde prisionero”. Los paraboloides los apoyaron en varios cimbra. Tema inédito en mi época y ahora.
pares de columnas en forma de a . La estructura desnuda era
contradictoria, dos superficies leves y etéreas apoyadas en —¿Cómo ha sido tu trayectoria profesional?
una serie de columnas “muletas”. Las extremas se ocultaron
con dobles muros y los apoyos centrales con vigas horizonta- Pregunta de larga respuesta. Siempre he tenido pocos clientes,
les de madera entrelazadas y vegetación, mucha vegetación. pero a esos pocos les he hecho muchas obras. Uno de ellos me
Surgieron los consejos de Wright a los jóvenes arquitectos. encargó obras en cadena, una tras otra, durante muchos años.
Noches de largos desvelos. Esto permitió y ha permitido que toda mi práctica profesional
De los arquitectos latinoamericanos, sólo recuerdo a Oscar se haya basado en el ejercicio del proyecto y la composición de
Niemeyer, genial formalista que sigue activo a sus más de cien obras arquitectónicas. Además, también me dediqué a la cons-
años. Fue el único a quien imité abiertamente en un proyecto trucción de mis propios proyectos, exclusivamente. Me siento
profesional. Sus columnas de sección variable, siguiendo el privilegiado, porque no es lo común, ni es algo fácil, sujeto a mu-
perfil del sólido de igual resistencia. Para mi suerte, la obra chos factores. Si era difícil antes, ahora creo, lo es mucho más.
no se realizó y me liberé del estigma de la imitación. Esto evidencia la necesidad de revisar el enfoque educativo que
De los mexicanos, no recuerdo la cita de nadie. De Barra- tiene como centro y eje, casi único de la formación, el proyecto.
gán, como no era arquitecto sino ingeniero, y además paisajis- Esto por dos razones, la primera, porque todos los maestros
ta, no era precisamente tomado como un ejemplo. Además, su sabemos que para la abrumadora mayoría de los estudiantes la
vida académica no existió. Dio una sola conferencia y fue en composición no es su mejor virtud. La segunda, porque el campo
California. Se dice que participó en el proyecto de la Ciudad profesional destina y ubica a la mayoría de los egresados en
Universitaria, yo lo dudo. otras actividades, como la construcción, principalmente.
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Salón de fiestas en Pachuca Hidalgo, maestro Antonio Hinojosa Salón de fiestas en Pachuquilla Hidalgo. Proyecto y obra: Eduardo J. García Alonso
Fotografía: Eduardo J. García Alonso Proyecto cubierta y fotografía: A. R. Ponce
falleció un día antes de mi llamada para invitarlo a la cátedra. —¿Qué han significado las cubiertas de ladrillo en tu
Este proyecto fue un parteaguas en mi práctica profesional. arquitectura?
—¿Cómo relacionaste tu práctica profesional con la Creo que he convivido desde siempre con el ladrillo. Si re-
actividad docente? cuerdas mi casa, una de mis primeras obras, en ella hay bó-
vedas tabicadas de ladrillo, como las que tú has desarrollado
En realidad, soy profesor por vocación, no por necesidad. Lo he e innovado. Incluso hice pequeños paraboloides. Allí también
hecho hasta la fecha en forma complementaria y discontinua, intenté la primera recargada, que como te conté, se cayó a la
pues, mi centro ha sido siempre la profesión. Nunca he vivido de mitad y tuve que rehacerla con cimbra.
la universidad. He proyectado y construidoobras en la mitad de Desde mis inicios, una premisa era pensar en las tres dimen-
los estados de la república, desde Quintana Roo hasta Chihuahua. siones físicas del espacio. Los ejercicios ortogonales tienden
De esto me di cuenta en la exposición que hice aunada a la a no pensar en las alturas. Se proyecta un espacio de 2x2 m
cátedra. Así que en ese entonces, no me pareció ético ni tam- y la altura es 2.30 m por ejemplo. Si el espacio crece a 3x3
poco posible por los viajes, aceptar una plaza de tiempo com- m, la misma altura; 4x4 m; 4x8 m y así sucesivamente. La
pleto como profesor y además, tener otros trabajos privados o construcción con bóvedas obliga a pensar en la altura, pues
públicos fuera de la universidad. Tal vez, esto sea un prejuicio es proporcional a las dimensiones en planta. A mayores claros,
personal, pues sé de varios que no sólo no lo tienen, sino que mayores alturas.
en vez de disimularlo, lo celebran.6 Desde el enfoque teórico, hace ya varios años, he plantea-
Ya como arquitecto entendí que primero tenía que ejercer do, junto con otros colegas, la necesidad de una arquitectura
la profesión para nutrirme de experiencias que pudiera trans- propia mexicana. La explicación rebasa el marco de este espa-
mitir. Cuando empecé ya cargaba varios años de práctica. Creo cio, pero anoto la idea principal. En nuestro país, ha existido
que en eso consiste la enseñanza de la arquitectura, sobre una arquitectura autónoma desde siempre. La arquitectura de
todo en áreas básicas como el proyecto y la construcción.7 En tierra en el norte; de madera, especialmente en Michoacán;
esto, ya lo he citado, radica uno de los problemas actuales de de ladrillo en el centro-occidente del país, de bahareque en
nuestra Facultad y otras escuelas. Profesores que pretenden el sureste; por citar las más conocidas. Esas “arquitecturas”
enseñar dichas materias, sin nunca haber proyectado nada, aunadas a las apropiadas, con materiales como el concreto
“ni su sombra” —decíamos de los compañeros negados para o el ferrocemento, forman lo que podemos llamar nuestra
proyectar— y sin haber construido, ni una barda, pero esto es arquitectura propia.8
otra historia.
—¿Dónde aprendiste a proyectar y construir con ladrillo?
Acceso principal a la capilla Los Clubes, Bogotá Colombia. Proyecto y croquis: A. R. Ponce
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Fachada principal de la Clínica Hospital San Luis de la Paz, Guanajuato. Fotografía: Yasumasa Ito
Entonces empecé a estudiar las técnicas donde el ladrillo tiene Recorrimos la fábrica y al principio del proceso vi los pro-
ambas funciones, estructura y superficie o en términos bioló- montorios de donde obtienen la materia prima. Me llamó la
gicos: esqueleto y piel. Encontré nuestra técnica tradicional atención que la arcilla desbastada era notoriamente mayor
de cubiertas de ladrillo sin cimbra. que la necesaria y por fortuna, pregunté. La respuesta fue
Una digresión dirigida a los estudiantes. La pieza de barro sorpresiva. Me explicaron que la arcilla tiene que “descansar”
cocido que usamos para los muros se llama ladrillo, en todos de su forma milenaria, alrededor de seis meses cuando menos,
los países de habla hispana. He estado y preguntado en todos. antes de ser transformada en ladrillos. Si este período no se
En México, no sé por qué, le decimos erróneamente tabique. cumple, la arcilla convertida en ladrillo, se rebela y rompe la
Esta es una palabra de origen árabe, —de tasbik y sabbak— forma regular. Me pareció y me parece algo sorprendente, un
que significa, pared o división delgada.9 Recordemos el tabi- material difícil de llamar inanimado, un material que tiene
que nasal. Así, que aprendí en la práctica de la profesión y mis historia, memoria y que por tanto, recuerda, aunque no lo
profesores fueron los artistas bovederos. sepa. ¡Increíble!. Para tener siempre presente a la memoriosa
arcilla, empleo ladrillos recochos.
—¿Tuviste que aprender a colocar ladrillos cuando em-
pezaste a hacer bóvedas? —¿Proyectas los dibujos de los ladrillos en las bóvedas
o dejas que lo hagan los bovederos?
Por supuesto, creo desde siempre, en la etimología de la pa-
labra arquitecto arkho y tekton, el principal, el primero de En el proyecto, por los requisitos de los espacios, debe quedar
los obreros. El tema es que practicar construir me enfrentó definida la geometría –la arquimetría– básica. Las proporcio-
a mis limitaciones manuales, que no son pocas. Claro, siendo nes, superficies y volúmenes, sus dimensiones. En los modelos
una actividad práctica, tuve que aprender a hacerla, antes de a escala consulto con ellos la propuesta y hacen sus obser-
tratar de enseñarla. Difícilmente se puede ordenar hacer un vaciones. Te pongo un ejemplo, en la clínica hospital de San
trabajo, si desconoces las dificultades que implica. Luis de la Paz, que conociste, proyecté sobre la circulación
central una bóveda en cañón corrido de medio punto –un arco
—¿Qué te llevó a utilizar el ladrillo requemado, clinker, entero, en palabras de Alberti–, de un ancho de 2.40 m. Todo
que ustedes llaman “recocho”? debía hacerse en el menor tiempo posible. Vio Nacho Doran-
tes la propuesta y me dijo: “Si la bóveda es más rebajada, la
Dos razones. Era material de desperdicio que te regalaban a hago más rápido.” Modifiqué la flecha del 50% al 40%. La
cambio de que te lo llevaras. Segundo porque su ageometría, diferencia fue imperceptible y en efecto se redujo el tiempo.
sus torceduras, siempre me han recordado que la arcilla no En general, los dibujos los propongo, pero ellos disponen.
es un material como otros. Es un material que tiene memo- Cuando les pregunto por qué cortan una larga hilada, las
ria. En breve contaré que visité en Zipanquirá, en las afueras respuestas coinciden: “La interrumpí, arquitecto, porque sentí
de Bogotá, una de las más grandes ladrilleras de Colombia. que era muy larga.” Ellos no dibujan ni calculan las cubiertas,
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“sólo” las sienten. Esta es otra consecuencia de la enseñanza ha acompañado en muchas partes del país. En la capital donde
teórica. No se puede enseñar a sentir las estructuras en un ambos vivimos, en Cuernavaca, Tepoztlán, Ticumán, Morelos;
pizarrón o con diapositivas. Además, trato de que se apropien en Jalapa, Veracruz; en Acapulco y Chilpancingo, Guerrero; en
de la obra, que la hagan suya y entonces surgen los resultados Mérida y Tizimín, Yucatán; en Chetumal, Quintana Roo. Ahora
favorables. ya mayorcito, vamos a España y Etiopía.
No sabía hacer bóvedas y por razones de coordinación de
—¿Cuál es tu relación con los artesanos con quienes obra, me interesaba que aprendiera. Lo hizo, por supuesto,
trabajas? por su gran talento constructor, yo simplemente lo motivé
y le di la oportunidad de hacer sus primeras bóvedas. Todas
Supongo que es la mejor, porque con la mayoría de ellos, están en pie, aunque algunas distan de ser las obras de arte
nuestra colaboración data de muchos años. Saben que respeto que ahora construye.
y valoro su trabajo, y ellos hacen lo propio con el mío. Nos Otro maestro es Ignacio Dorantes Espino, originario, de
sentimos partes de un equipo que pretende lo mismo, trato San José Iturbide, Guanajuato. De él aprendí lo principal de
de que aporten su pensar y no sólo su hacer. Al lograrlo, se la técnica, él a su vez, lo había hecho viendo trabajar a otros
sienten y son coautores de la obra no sólo sus realizadores. bovederos. Todo lo que he experimentado hasta ahora, salvo
En general, son personas muy colaboradoras y comprometidas una obra, Nacho lo ha realizado. Así que hemos hecho juntos
con el buen resultado de la obra. trabajos inéditos. Su virtud principal es que cada propuesta de
Por ejemplo, con Gabriel Baldomero Jaramillo González, hacer algo nuevo, la toma como un reto y la realiza. También,
originario de Valle de Bravo, que es mi maestro de obras, nos me ha acompañado en muchos talleres en México, desde Ciu-
conocemos desde que ambos no teníamos canas, puedes cal- dad Juárez hasta Mérida y en Costa Rica; Colombia y Argentina.
cular más o menos. Iniciamos juntos nuestras profesiones, me
De abuelos y padres con el mismo oficio es Manuel Perrus- la técnica que dominas y la nuestra, en posibles combinaciones,
quía del municipio de Pedro Escobedo en Querétaro. Con tan podrías hacer cosas inéditas, tu amplia formación, experiencia
sólo 22 años, construyó las no simples cubiertas de la Casa y talento creo que son una tríada avasalladora.
Ritter en Cuernavaca. Fue la primera, en 1989, que utilicé
perfiles de metal rolados como directrices curvas, en especial, —Gracias, lo intentaré, pero regresando ¿cómo ha cam-
arcos de medio punto de diversos claros y alturas. biado tu estilo a lo largo de los años?
No quiero terminar sin citar a un artista con quien he
trabajado sólo una vez. Se llama Antonio Hinojosa, de Hidal- No siento ni nunca he pretendido tener un “estilo”. No creo
go. Lo encontró mi amigo Eduardo García Alonso, autor del en la imposición del arquitecto sobre la “voz” metafórica de
proyecto para cubrir un salón de 10 m x 26 m; es decir, el la arquitectura. Esto es lo común en los arquitectos “artistas”.
espacio más grande que haya yo construido con bóvedas. En Ellos y su “estilo” son lo más importante, no las personas que
un inicio se pensaba cubrir con trabes y losa de concreto. La van a habitar sus obras. Con su “estilo”, tratan de imponerles
solución pasó de 180 ton a 48 ton de peso. El peso se redujo a las personas modos de vida que no les son propios. Ejem-
casi a una cuarta parte y el costo a 40%. Además mezclamos plos abundan de proyectos y obras fracasados por esta visión
un ladrillo blanco de baja cocción e igual resistencia para equivocada. Cada problema tiene sus condiciones o requisitos
“dibujar” sobre la bóveda. Hice el dibujo inicial y Antonio lo que son imprescindibles de conocer y satisfacen.
superó aportando detalles y una hilada perimetral dentellada, Un ejemplo, he proyectado hospitales y clínicas populares.
una “greca” según sus palabras. Necesito conocer la opinión de los médicos, enfermeras, pa-
cientes, trabajadores, ellos saben más del hospital que yo. Si
—¿Tu trabajo ha inspirado a otros? ¿Puedes darme algu- algo he aprendido en mi práctica es a oír. A mi me correspon-
nos ejemplos? de interpretar y traducir todos los requisitos programáticos
en espacios que satisfagan sus necesidades espaciales, trato
Tengo la influencia que puede tener cualquier profesor sobre de hacerlo con los menos recursos posibles. Recito: hacer lo
sus alumnos. Sé que si les es útil y juzgan interesante lo que más y lo mejor con lo menos, ésta es para mí la finalidad de la
les enseño, lo aplicarán en su trabajo, si no, simplemente lo arquitectura. Intento ser congruente con ella, no me preocupa
olvidarán. He impartido muchos talleres en mi país y en el ex- que el resultado formal sea semejante o distinto a lo que he
tranjero. No llevo una historia sobre los participantes y sus proyectado antes.
obras posteriores, a la mayoría los conozco en los talleres y
poco o nada sé de ellos después. Me entero de algunos casos, —¿Cuál es tu obra favorita? ¿Por qué? ¿Cuál ha sido la
los menos, casos aislados como el de Silvia Decanini, que fue mi más difícil?
alumna desde la licenciatura y es muy buena arquitecta; Ramón
Aguirre, también un inquieto exalumno, quien constantemente Toda proporción guardada es como si te preguntara: ¿cuál es
experimenta y conserva su avidez de aprender. A ambos los tu hija favorita, Hazel o Scarlet? Creo que no podrías contes-
conoces. Un alumno y artesano de nombre Boris en el taller tarme. Todas las obras son, en cierto modo, nuestras hijas, no
de Mallorca, que está ahora construyendo bóvedas en su país, existían y nosotros les dimos, primero, una existencia ideal, de
Bulgaria; Pedro Ramírez que trabaja en Chiapas, entre otros. No la que hablaba Marx y después, en algunos casos, les dimos
considero tener influencia sobre ti, pero estoy seguro que con una existencia material. Ahora bien, el proceso de producción
Casa habitación, Tepoztlán, Morelos. Proyecto y obra: A. R. Ponce Casa habitación, México, D.F. Proyecto, obra y fotografía: A. R. Ponce
Fotografía: A. R. Ponce
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Casa habitación, México D.F. Proyecto y obra: A. R. Ponce Casa habitación, Cuernavaca Morelos. Proyecto, obra: A. R. Ponce
Fotografía: Lourdes Grobet fotografía: A. R. Ponce
de todas es el mismo, pero las que no son las mismas son las
condiciones programáticas, unas son más sencillas, otras, más
complejas. Curiosamente, la más difícil, la que más condicio-
Soy alérgico a las
nes, requisitos, era necesario satisfacer, fue la Clínica Hospital
Popular de San Luis de la Paz, Guanajuato, que pudimos visitar.
autopromociones, el
Las mayores exigencias eran el tiempo y la economía, había
que construirla en tres meses, cuando el tiempo normal eran
resultado es que mi obra
ocho meses y reducir el costo en 25%. es poco conocida, lo que
Sabía de entrada que no terminaría en tiempo si usaba el
sistema tradicional, así que utilicé un sistema constructivo no me quita el sueño
poco ortodoxo. Una estructura de perfiles de lámina doblada,
más económica que la de perfiles comerciales, una cubierta
“seca”, de barro, poliestireno y lámina acanalada, además,
como estaba en el “corazón” de la región donde se inventaron
las bóvedas de ladrillo, hice parte de la cubierta con ellas y necesidad, y que al final no le habían pagado sus honorarios.
resultó. En una ocasión, una señora humilde que iba para dar Creo que era lo menos que se merecía. Aquí, se han construido
a luz, al llegar, le dijo a su esposo: “Este lugar tiene algo que dichos chateaux traídos piedra por piedra desde Francia, un
me gusta”, se sentó y continuó: “Me hace sentirme mejor”. derroche insultante en un país como el nuestro.
Creo que es el mayor halago que he recibido, bueno junto
con el de una niña de escasos cinco años, que al conocer mi —¿Cuáles son las obras que más admiras? ¿Por qué?
casa, vió para todas partes, dijo: “Mamá, ésta es la casa más
bonita que he visto en toda mi vida”. En general, las de los grandes y talentosos constructores que
El hospital es una mezcla de tradición y modernidad; de nos han precedido. La lista es interminable, así que no pre-
eficiencia y economía. Cuando la visitamos tenía doce años tendo que sea exhaustiva. Mencionaré sólo los más cerca-
de edad y parecía nueva. nos, Frank Lloyd Wright, Eladio Dieste, Eduardo Torroja, Lluis
Muncunill —desconocido para la mayoría— Rafael Guastavino,
—¿Cuál es la obra que menos te gusta? ¿Por qué? Félix Candela, Pier Luigi Nervi. Haré dos excepciones; una con
los arquitectos árabes nazarís, autores de La Alhambra de
No creo tener ninguno. Porque los proyectos que me han ofre- Granada, la otra con nuestros antepasados, los arquitectos
cido y no me han interesado, simplemente los he rechazado. indígenas.10 Su manejo del sol, su respeto por la naturaleza
Este es otro de los privilegios que he tenido en la vida profe- —de la relación con el paisaje— como en Teotihuacan, ejem-
sional, nunca he aceptado un proyecto que no haya querido plo de difícil emulación, es algo que no hemos superado los
hacer. En una ocasión, un excompañero de la primaria, admi- arquitectos actuales.
rador de Napoleón, y además, de corta estatura y acompleja-
do, —que suena a redundancia—, quería un chateau francés —¿Por qué crees que la arquitectura se ha desviado tanto
en pleno Ajusco, por cierto, muy cerca del inefable “Partenón” del trabajo artístico?
de un oscuro personaje. Era un proyecto grande con obvias
ventajas económicas, cuando lo rechacé, mi afrancesado ami- En parte por la formación, deformación de las escuelas, la for-
go no lo podía creer. Después, supe que el proyecto, lo había mación arquicentrista. El arquitecto “creador-artista” como
hecho otro amigo arquitecto, con menos ética o con más centro y su hacer como un hacer artístico. Esto ha traído, como
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consecuencia, la devaloración del trabajo de los otros actores: albañiles, bovederos, carpinteros,
herreros y demás trabajadores, lo cual encierra una contradicción, que conforme a la concepción
actual de arte es insalvable. Ahora sólo son artistas unos cuantos: entre ellos pintores, músicos,
arquitectos, escritores, entre otros. Entonces, ¿cómo considerar a la arquitectura un arte, si los
trabajos que la componen no son artísticos?
Aristóteles11 resolvió la actual contradicción al definir al arte como “el hábito de producir,
acompañado de razón verdadera”; en otras palabras, todo hacer racional es un hacer artístico.
Ahora sí, la suma de muchos haceres artísticos, puede ser una obra de arte.
En realidad, no siento que haya hecho nada más allá de lo normal, sobre todo después de varios
años de práctica. Lo común, como ya te dije, han sido clientes repetitivos o nuevos que conocen
alguna obra. En consecuencia, me buscan, porque quieren algo semejante a lo que han visto.
También, siento que siempre he estado, como dices, “en la otra dirección”. Eso me ha hecho
pensar que estoy en la dirección correcta. Cuando la mayoría haga lo que yo hago, creo que
tendré que revisar mi andamiaje teórico, para ratificar o en su caso rectificar el rumbo.
Creo, Michael, que no soy el más indicado para aconsejar a nadie, pero en caso extremo diría
que la originalidad es una consecuencia no un punto de partida. Cada obra es diferente, como
lo he dicho, por sus requisitos programáticos, que el fin de nuestro hacer es servir, satisfacer ne-
cesidades espaciales de los habitadores. Como sabes, originalidad y origen, tienen la misma raíz.
Antonio Gaudí I Cornet, citado por su discípulo César Martinell dijo: “La originalidad es volver
al origen”, Idea aparentemente contradictoria en uno de los autores más originales en nuestra
disciplina, sigue la cita: “… original es aquél que con nuevos medios, vuelve a la simplicidad de
las primeras soluciones.” Éste último concepto, Hegel lo incluye al decir que la belleza necesita,
una técnica desarrollada, una búsqueda práctica y “…lo simple como simplicidad de lo bello”.12
Yo veo el camino por allí, dominar la técnica; buscar, ex-
perimentar y simplificar.
Notas
1 Su crítica tenía dos vertientes. La existencia de profesores que no practi- 4 María E. Moreyra Garlock y David P. Billington, Félix Candela / Engineer,
caban la profesión o que lo hacían sin tener ningún prestigio profesional. builder, structural artist, Princeton University / Art Museum and Yale
Esta situación a medio siglo de distancia ha llegado a límites que dan University Press, 2008, p.185-188.
pie a muchas preguntas de necesaria reflexión. ¿Se puede realmente en- 5 Luca Pacioli, La divina proporción, traducción Juan Calatrava, Ediciones
señar a proyectar y construir, sin nunca haberlo hecho? ¿Puede brindar Akal, España. 1991. p. 23.
una escuela de arquitectura, la formación adecuada a sus estudiantes, 6 “Hoy, después de varios años dedicados, en gran parte a la enseñanza
sin tener talleres ni laboratorios? ¿Se imaginan una escuela de natación siento en forma profunda que enseñar (arquitectura) es transmitir expe-
con maestros que no saben nadar y sin albercas o piscinas? Mi ejemplo riencia… Esta es la razón por la cual la enseñanza debiera estar en manos
favorito es la comparación con las escuelas de música. En ellas, por sus de personas que después de haber hecho su propia experiencia, pueda
capacidades, sólo una minoría –entre 10 y 15%– estudia composición aportar algo propio a sus alumnos”, Eduardo Sacriste (1905-1999), Char-
musical. Su primera composición la hacen después de años de estudio, las para principiantes, Editorial Universitaria De Buenos Aires (eudeba),
jamás al iniciarlos. Los que estudian interpretación lo hacen produciendo Argentina. 1973. P. 4
música, es decir, tocando, en otros idiomas, –play, jouer, spielsen– jugan- 7 Los términos los extrapolo de los aplicados a la cultura por el antro-
do. No lo hacen con teoría o con cursos de didáctica musical. El tema es pólogo mexicano Guillermo Bonfil Batalla (1935-1991), en su ilustrador
extenso. ensayo “Lo propio y lo ajeno”, en Pensar la cultura, Alianza Editorial,
2 A fines de 2011, hubo una exposición de su obra en el Museo de Arte México, 1991, p. 49-57.
Moderno en Chapultepec. Se presentó un excelente montaje y selección 8 Joan Corominas, Breve diccionario etimológico, Gredos, España, 1983.
de su trabajo con material inédito. Lo que no pude explicarme fue el 9 Siempre he pensado que decir, prehispánico no es darle un nombre a un
porqué su obra se presentaba conjuntamente con la de otro arquitecto, período, sino sólo situarlo cronológicamente, lo ubicamos. En cambio,
siendo que tenía la calidad y cantidad necesarias para hacerlo ella sola. Si indígena es lo propio del lugar, lo que le pertenece. Otra discusión es, si
se pretendió equiparar y poner al mismo nivel ambas producciones, creo un cruento hecho histórico como la conquista, merece ser el parteaguas
que el resultado fue todo lo contrario. de nuestra historia.
3 Adjunto los créditos del Restorán del Lago: contratista de proyecto, 10 Nació en 384 a.C. y murió en 322 a.C. Su edad se traslapa 36 años con la
arquitecto Leonides Guadarrama, responsable y residente de proyecto de su maestro Platón, quien falleció en el año 348 a.C.; quien a su vez,
arquitecto Alfonso Ramírez Ponce, contratista de obra Construcciones compartió 32 años con Sócrates.
Civiles Anáhuac "Ing. Mario de Gortari", responsable y residente de obra, 11 Georg W. F. Hegel, Estética, tomo 6, traducción Alfredo Llanos, Ediciones
Jorge Quijano Valdéz; calculistas; diseño racional (dirac) ingeniero David Siglo Veinte. Argentina.p. 20
Zerur; calculistas; ingeniero Fierro; ingeniero Julio Damy Ríos. Año de 12 www.arponce.itgo.com
proyecto y construcción, 1964.