Introducción
Introducción
Introducción
INTRODUCCIÓN
a) el estudio de los sistemas terrestres (atmósfera, hidrosfera, geosfera, biosfera) y sus interfases (suelo,
litoral).
b) las interacciones de estos sistemas con el sistema humano, que da lugar al Medio Ambiente, y donde
tienen cabida el estudio de recursos, riesgos e impactos (en especial los grandes impactos globales,
aunque también aquellos que ocurren a escala regional –como la erosión- y a escala local) y aquellos
aspectos que atañen al Medio Ambiente y que se refieren al marco del Derecho (uso, gestión, protección)
o que lo incluyen en el contexto de modelos socioeconómicos (“Desarrollo sostenible”).
En consecuencia, se trata de una ciencia de síntesis y aplicación de otras, entre las que destacan (en
tanto que son ciencias de la naturaleza) Geología, Biología, Física, Química y Ecología, junto a otras
como Geografía, Historia, Sociología e, incluso, Filosofía.
Esta materia tiene como objetivo ser un instrumento útil para comprender de un modo global y
sistémico la realidad que nos rodea, y aumentar la capacidad de percepción y valoración del entorno y de
los problemas relacionados con su explotación por el hombre.
Si hasta hace poco tiempo la sociedad ha reclamado de la ciencia métodos de obtención de materias
primas y energía que permitiesen su desarrollo, y sistemas para evitar o disminuir los riesgos naturales,
ahora se plantea una nueva perspectiva en la que científicos, ciudadanos y gestores sociales deben
colaborar para conseguir un objetivo que, en palabras de la Comisión de Naciones Unidas sobre Medio
Ambiente y Desarrollo puede resumirse en “lograr un desarrollo sostenible y ambientalmente
equilibrado” (partiendo, por supuesto, de que desarrollo social y preservación del medio no son
incompatibles)
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a) Enfoque “reduccionista”. Consiste en dividir el “objeto” de estudio en sus componentes más simples
y observar su comportamiento.
Ej: despiece de una máquina simple (reloj,…)
Este enfoque no es válido para problemas en los que las interacciones entre componentes son grandes (ej:
un ser vivo)
b) Enfoque “sintético” u “holístico”. Consiste en estudiar las relaciones entre las partes para obtener
una visión de conjunto que permita analizar las “propiedades emergentes” (aquellas que no están
presentes en las partes por separado, sino que surgen del comportamiento sinérgico de todos los
componentes).
Una misma realidad dará lugar a modelos diferentes según cuál sea la finalidad de éstos, pues cada
modelo se creará para describir un aspecto muy concreto de esa realidad y, en consecuencia, observará
unicamente un conjunto de variables muy concretas.
a) Modelos mentales: aquellos que intentan explicar la realidad que nos rodea, y que
necesitamos para sobrevivir en ella.
Ejemplo: cómo funciona un sistema político, cómo llegar a algún destino geográfico,…
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B) Teoría de sistemas.
Para realizar un estudio holístico se aplica la Teoría de sistemas, basada en el estudio de las
relaciones e interacciones existentes entre las partes de un objeto de estudio, y elaborando finalmente un
modelo en función de ellas.
- CARACTERÍSTICAS: - Composición.
- Estructura (relaciones de influencia entre los componentes).
-Entorno (elementos ajenos al sistema: materia, energía,
información).
Atmósfera
Hidrosfera
Geosfera
Sistema Tierra Subsistemas Biosfera
Litoral y suelo
Sistema humano
La Conferencia de Naciones Unidas sobre Medio Ambiente (Estocolmo, 1972) acordó definir el
Medio Ambiente como “el conjunto de componentes físicos, químicos, biológicos y sociales capaces de
causar efectos directos o indirectos, en un plazo corto o largo, sobre los seres vivos y las actividades
humanas”.
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La Tierra se puede considerar como un gran sistema constituido, a su vez, por otros subsistemas.
Este gran sistema Tierra posee una gran complejidad, tanto estructural (está formado por un gran número
de elementos) como funcional (relaciones que se establecen entre esos componentes). Las modificaciones
(ya sea en la estructura, en el funcionamiento o en ambos aspectos) tienen como consecuencia un gran
dinamismo del sistema en su conjunto.
La Tierra es un sistema abierto en continua evolución desde su origen, constituido por varios
subsistemas (atmósfera, hidrosfera, geosfera, biosfera), que recibe un flujo continuo de energía (en forma
de radiación solar) y que emite constantemente energía hacia el exterior (en forma de calor). Este flujo de
energía se realiza a través de las relaciones entre los diferentes subsistemas y es el responsable del
dinamismo de los mismos (cambios y evolución). Los intercambios de materia pueden despreciarse.
Los diferentes subsistemas terrestres no son entidades aisladas, sino que interactúan entre ellos,
originando que nuestro planeta funcione como una entidad muy compleja. La energía (tanto externa como
la de origen interno) fluye a través del sistema, provocando transformaciones en sus componentes, y
finalmente es devuelta, en parte, al exterior.
La atmósfera modula la energía procedente del Sol y regula la temperatura del planeta (~ 30% de la
energía solar es reflejada y devuelta al espacio exterior).
Además, la circulación atmosférica contribuye a redistribuir la energía solar recibida por la
superficie terrestre (desde zonas ecuatoriales, que son excedentarias, a latitudes bajas, que son
deficitarias).
La dinámica atmosférica es responsable directa de los fenómenos climáticos, las corrientes marinas
superficiales, el oleaje, la distribución de las precipitaciones.
La atmósfera también es responsable directa de la alteración de las rocas superficiales
(meteorización) e indirectamente del modelado del relieve (al ser responsable de los fenómenos
meteorológicos que provocan éste).
Por último, la atmósfera ejerce un papel decisivo para la biosfera, al actuar como agente filtrador de
las radiaciones solares que pueden llegar hasta la superficie terrestre, y, por otro lado, al regular la
temperatura superficial y permitir la existencia de agua en estado líquido en nuestro planeta.
El suelo edáfico, elemento esencial para el desarrollo de la vida fuera del agua, así como los
nutrientes minerales esenciales para los vegetales tienen su origen en este subsistema.
La aparición de la vida en nuestro planeta fue un elemento decisivo en la evolución del conjunto,
siendo responsable de un cambio drástico en la composición y proporción de los gases atmosféricos, y
permitiendo así la evolución y diversificación de las formas de vida, la conquista del medio terrestre y la
influencia de los seres vivos en los cambios que se producen en superficie.
Además, la aparición de la especie humana, con su capacidad de explotar y manipular el medio en
el que vive, ha llevado al sistema Tierra a padecer grandes cambios, en un período de tiempo
relativamente pequeño (últimos 200-300 años), que afectan al sistema en su conjunto (los llamados
“Impactos globales”: calentamiento global, disminución de la capa de ozono, pérdida de biodiversidad,
lluvia ácida) o, en menor medida, a pequeños elementos o compartimentos del sistema Tierra.
Para finalizar, hacer mención a los ciclos biogeoquímicos (ciclos del C, N, P, agua), procesos en los
que intervienen y se interrelacionan todos los subsistemas terrestres y que manifiestan la dependencia
entre todos ellos.
* La hipótesis Gaia.
Esta hipótesis fue planteada por J. Lovelock en 1969. Considera la Tierra como un sistema
homeostático (en el que los seres vivos tienen un papel fundamental) que se autorregula. La Tierra (Gaia
o Gea) se comporta como un superorganismo que tiende al equilibrio y que usa la energía procedente del
Sol para automantenerse y autoestructurarse.