Cancer de Prostata
Cancer de Prostata
Cancer de Prostata
El carcinoma prostático es un tumor maligno que deriva del epitelio acinar y ductal de la próstata,
que puede variar considerablemente en su diferenciación glandular, anaplasia, comportamiento,
patrones metastásicos y respuestas a la terapéutica 5, 6.
(FISIOPATOLOGIA) Histología
Las características citológicas de esta neoplasia se caracterizan por presentar en sus células
núcleos hipercromáticos y agrandados, con citoplasma abundante y teñido de azul. La ausencia de
tinción de inmunohistoquímica de queratina en las células basales de la próstata es consistente
con un adenocarcinoma de próstata. Aunque este cáncer suele ser multifocal se presenta
mayormente en la zona periférica de la glándula. La penetración de la cápsula prostática es un
evento que sucede con mucha frecuencia y ocurre a lo largo de los espacios perineurales 7, 8.
Los patólogos determinan el grado de los cánceres de próstata utilizando el sistema Gleason, el
cual asigna un grado Gleason usando números del uno al cinco, que dependen de cuánto se
parezcan las células en el tejido canceroso a las células en el tejido normal de la próstata.
Si las células cancerosas y sus patrones de crecimiento lucen muy anormales, se le llama
tumor de grado 5.
Debido a que los cánceres de próstata frecuentemente tienen áreas de diferentes grados, se
asigna un grado a las dos áreas que forman la mayor parte de este. Estos dos grados se suman
para dar como resultado la puntuación de Gleason (también conocida como suma de Gleason). La
puntuación de Gleason puede ser entre 2 y 10. A los cánceres con puntuación de Gleason de seis o
menos, se les llama frecuentemente cánceres bien diferenciados o de bajo grado. A los cánceres
con puntuación de Gleason 7 se les llama moderadamente diferenciados o de grado intermedio. A
los cánceres con puntuación de Gleason de ocho a diez se les llama cánceres pobremente
diferenciados o de alto grado. Cuanto mayor sea su puntuación Gleason, mayor es la probabilidad
de que el cáncer crezca y se propague rápidamente 9-11.
Principales síntomas
La mayoría de los pacientes con esta neoplasia en etapas tempranas son asintomáticos. La
presencia de síntomas sugiere enfermedad con avance local o metástasis y estos son: irritativos u
obstructivos, afectando sobre todo la micción; esto se debe al crecimiento local del tumor en la
uretra o el cuello de la vejiga. Aparecen también síntomas propios de las metástasis a distancia 12.
Los síntomas obstructivos son secundarios al tamaño tumoral, con la progresión caudal de su
crecimiento se origina una disfunción esfinteriana que establece trastornos de vaciado, de
continencia y contracciones involuntarias de la vejiga, estos últimos darán lugar a síntomas
irritativos. Por otra parte, el crecimiento en volumen puede originar la disminución de la capacidad
vesical funcional, ser el origen de contracciones vesicales involuntarias y también de acomodación
vesical disminuida en algunos casos 13, 14.
Diagnóstico
Para el diagnóstico de esta enfermedad se realiza un examen físico general que está destinado a
detectar la presencia del tumor y su repercusión en el resto del organismo. Se debe hacer hincapié
en la columna lumbosacra, la pelvis, el hígado y el pulmón. Para su detección se emplea el tacto
rectal y la prueba sérica del antígeno prostático específico (PSA) 15.
Actualmente, no se define el límite entre los pacientes con alto y bajo riesgo de enfermedad, ni el
límite a partir del cual no hay riesgo de cáncer. En la mayoría de estudios se utiliza un nivel de PSA
mayor de 4 ng/mL para la indicación de biopsia, aunque en los últimos años existe una tendencia
generalizada a disminuir este valor, sobre todo en varones jóvenes entre 50 y 66 años 16.
La biopsia de próstata constituye la exploración esencial para el diagnóstico de este cáncer ya que
permite la obtención de tejido prostático para su estudio anatomopatológico, que determina la
existencia o no de células tumorales y gradación según la escala de Gleason. La biopsia puede
realizarse a través de un abordaje transrectal, con control ecográfico o con transductor de haz
oblicuo, esta última es la más aceptada, especialmente para las lesiones pequeñas y localizadas en
la periferia. Puede ser con aguja fina, perioperatoria o postoperatoria. Para confirmar el
diagnóstico se necesita una biopsia transperineal o transrectal, donde son utilizados el trocar Tru-
Cutcalibre 14 o el más recientemente introducido de calibre 18 spring-driver biopty gun,
usualmente empleado en la biopsia transrectal, con o sin guía ultrasonográfica, el cual por su
calibre posibilita la toma de múltiples muestras18.
Recientemente algunos investigadores demuestran que las biopsias dirigidas más lateralmente a la
zona periférica de la próstata (donde el 80% de los carcinomas prostáticos se originan) pueden
incrementar la detección en un rango del 9% al 30% más que con la técnica tradicional del sextant.
Se propone que sistemáticamente como mínimo ocho muestras deberían ser tomadas para incluir
bilateralmente el ápex, media glándula medio lobar, media glándula parasagital y base bilateral.
Desde que se describiese la biopsia de próstata sextante hasta la actualidad, se desarrollan
distintos esquemas de biopsia ampliados a 8-12 punciones con los que se consigue un aumento en
la tasa de detección de cáncer del 8%-15%, que reduce la tasa de falsos negativos en la primera
biopsia de próstata 19.
Esto subraya el problema de realizar biopsia sucesivamente a pacientes que tienen un alto índice
de sospecha de padecer un tumor. ¿Hasta que punto es adecuado repetir biopsia a un paciente
que quizás tenga un cáncer de próstata que no le suponga una amenaza vital? El diagnóstico de un
cáncer de próstata clínicamente no significativo implica un sobrediagnóstico y el consiguiente
sobretratamiento en la mayoría de las ocasiones. Sin embargo, en la actualidad no se disponen de
factores predictivos clínicos, ni analíticos que ayuden a diferenciar aquellos pacientes que padecen
un cáncer clínicamente significativo o no significativo, es por ello, que el único factor disponible en
la actualidad es el estudio histopatológico de la biopsia prostática 21.
Teniendo en cuenta los valores sanguíneos del PSA e histológicos de Gleason se determina la
estratificación de riesgo de esta enfermedad oncológica 22:
Tacto rectal: un tacto rectal meticuloso es un método directo y útil para descubrir precozmente el
carcinoma de próstata, ya que la localización posterior de la mayoría de estos tumores los vuelve
fácilmente palpables. Con una sensibilidad del 70% y una especificidad del 90% es de suma
importancia para valorar tamaño, consistencia, movilidad, delimitación y regularidad de la
glándula. Tiene el 50% de probabilidad de falsos positivos, pero es lo idóneo para el diagnóstico
precoz 23.
El estudio es complementado con:
La fosfatasa ácida prostática, la fosfatasa alcalina ósea, pruebas funcionales hepáticas, hemograma
completo, parcial de orina, la biopsia de ganglios linfáticos (principalmente los ganglios pélvicos,
obturador, iliacos internos, iliacos comunes y paraórticos) la biopsia de vesículas seminales y
tejidos periprostáticos, la tomografía axial computarizada y resonancia magnética nuclear y la
gammagrafía ósea 24.
Propagación
La diseminación de este cáncer comienza frecuentemente por las vesículas seminales y esto está
relacionado con una elevada probabilidad de enfermedad distante. La afectación rectal es rara y
con frecuencia se afecta el trígono de la vejiga. Las metástasis linfáticas son identificadas
mayormente en las cadenas de ganglios intrabdominales. Los huesos de la cabeza y el tronco son
el sitio más usual de metástasis a distancia y la espina lumbar es la más afectada, así como el
pulmón, hígado y glándulas suprarrenales 25.
Tratamiento
El tratamiento está dirigido a incrementar la sobrevida del los pacientes diagnosticados, así como
su calidad de vida, en períodos largos, libres de recaídas y metástasis. El mismo depende también
de la etapa clínica de la enfermedad en el momento del diagnóstico. Por tanto, en la mayoría de
los casos se realiza invariantemente la cirugía, prostectomía total, seguida de radioterapia,
quimioterapia y tratamiento hormonal según sea el caso 26.
La cirugía, radioterapia y hormonoterapia, son los métodos más adecuados para tratar a los
pacientes con tumores localizados (estadios A y B). En la radioterapia se usan rayos x de alta
energía, los cuales matan a las células cancerosas. Puede realizarse con una máquina para dichos
fines (radiación externa) o a través de siembras de material radiactivo cerca del tumor (radiación
implantada). Esta puede ser usada antes o después de la cirugía.
CONCLUSIONES
El cáncer de próstata es, a pesar de los numerosos estudios realizados, un desafío en la práctica
médica diaria por su tardía presentación y elevada incidencia. Es imperioso que los profesionales
de la salud conozcan los principales avances en el tema con el objetivo de contribuir al diagnóstico
oportuno de esta enfermedad que contribuirá, por tanto, a la aplicación de un mejor tratamiento,
a elevar las posibilidades de curación y a mejores pronósticos.
http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1560-43812017000300021