02.CANTATA - Folleto Digital A4 PDF

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El Instituto de Artes Mauricio Kagel

y Lectura Mundi UNSAM, junto con la


Municipalidad de San Martín presentan:

Tucumán
Canto de amor
y llanto
por la tierra
de uno
De Juan Falú y Néstor Soria
Podría haber sonado como mera expresión de deseo aquella
manifestación terminante del poeta al músico, hacia fines
del 2016: “tenemos que hacer una cantata a Tucumán”
Pero se habían juntado el deseo con la decisión.
Evidentemente la idea ya estaba instalada en nosotros,
casi como un mandato de la tierra.
En una Cantata las canciones constituyen en sí mismas
una suerte de guión. Y el guión, de un modo natural, fue
atravesando asuntos cruciales de nuestra historia: un
manifiesto del habitante originario y del criollo; el cañaveral
del trabajo y las penas; las epopeyas; la mujer tucumana; las
luchas, resistencias, dolores y esperanzas de nuestra gente.
Elegimos los géneros musicales más arraigados en nuestra
región (Zamba, Vidala, Gato, Chacarera, Cueca, Huayno) y
nos permitimos incluir otros que forman parte de nuestro
memorioso acervo musical, como la Vidalita, el Triste y un
aire de vals. La vidalita, por su carácter mensajero; el Triste,
por su profunda melancolía a la hora de expresar un dolor;
el aire de vals, como un reconocimiento de otras cunas que
también fueron fundacionales de culturas nuestras.
Trabajamos dos años, acortados por el entusiasmo y
por el tesón puesto al servicio de la idea. Y, claro, por ser
tucumanos y amar nuestra cuna con sus luces y sombras.
Encontramos en Lilian Saba una música y arregladora de
gran estatura y un compromiso cabal con la obra propuesta.
Y en los elencos estables participantes, sus directores, así
como en las músicas y músicos convocados, una compañía
talentosa idónea y solidaria.
Estamos profundamente agradecidos a la UNSAM y la
Municipalidad de San Martín, por abrazar y apoyar esta obra.
De la tierra vino. A la tierra y nuestra gente, se la dedicamos.

Juan Falú y Néstor Soria, noviembre de 2019


Elenco

Coral Alemana de Villa Ballester y Coro Polifónico


de la Municipalidad de San Martín
director: Federico De Ferrari

Ensamble de Cuerdas de la Licenciatura


de Música Argentina de la UNSAM
violines: Elis Roig - Lucas Cáceres
viola: Vera Seyda
cello: Cecilia Jury
dirección: Carolina Cajal - Ramiro Gallo

Solistas
contrabajo: Carolina Cajal
guitarra: Juan Falú
piano: Lilian Saba
canto: Liliana Herrero
canto: Lucho Hoyos
vientos: Marcelo Chiodi
percusión: Rubén Lobo
recitados: Néstor Soria

Arreglo musical
Lilian Saba
Tucumán
Canto de amor y llanto por la tierra de uno

secuencia temática
El invasor colonizador
Manifiesto del habitante originario
Canto a la tierra india y criolla
Nacimiento de la caña de azúcar
Recordación de epopeyas históricas
Elogio de la mujer tucumana
La represión de las luchas populares
El duelo por los que no están
La resistencia del pueblo
La esperanza, hoy
Cancionero
y coplas
Soy tu semilla
Huayno

Voy a cantarle a mi tierra


porque de ella nací,
Tucumán me dio esta boca
agridulce es mi sentir…

Denlé licencia señores


y escuchen de buena gana,
de verdades viene llena
esta boca tucumana.

La tierra que canto me aguaita allá lejos


yo la estoy nombrando por pueblos ajenos,
la tierra que canto de astilla zafrera
se vuelve en mi pecho tendón de chirlera.

Sos flor de retamo soplada en el viento


mi tierra te llevo en el corazón.
Sos cuna mecida que arrulla mis sueños
y amparas mis muertos igual que yo.
Canto milenario
Zamba

Ellos vagaron sobre la tierra en cierne


despejaron pedreras de tosca-lava,
hincados ante un dios nacido en el empíreo
casi sobreviviendo a la intemperie brava.
Ellos, los indios, chusma tan temida y no deseada
diaguita, colalao, tafinisto, samaicha.

Valle de las penurias, un arcabuz llegaba

Años diezmaron incomparable ayllu


se bebieron a sorbo sangre barata,
negros, bandeirantes, arrearon recambios
de una áfrica sombría al río de la plata.
Ellos, los negros, almas laceradas, terror, angustia
Cautivos sudaneses, bosquimanos y saras.
Tierra de los azotes y la desesperanza

Ruin de modales sangriento encomendero


te nacieron los hijos lejos de España.

La ley mandó a escribir con su gesto severo


“gestando en estos lares, criollo es el que nazca”.
Ellos, mezclados, con indios, con negros, corajuda alianza,
al grito de Argentina crearon nuestra patria.

Tierra de valentías con tu sangre misturada

Soy el habitante de esta tierra donde el sol


se derrama en savia reventando en el maíz,
dedo de la mano milenaria de mi dios
sangre que subleva su raíz.

Roto mi linaje por el rayo que escupió


la palabra extraña erigida en salvación,
se quedó morando dolorido en la región
junto al viento que anda por ahí.

Vivo en el Guayaco, duro fruto vuelvo a ser


por las sementeras que dejé,
piedra inamovible que despeina al manantial
canto en el kakano que aún está.
Dentro la sangre que llevo
un indio roza mis venas
parece que sigue viva
la raza que me emparenta.

Yo no soy indio señores


pero no siento vergüenza,
que un diaguita ande conmigo
en la estirpe de mi abuela.

Subo por el clima dulce quena y soledad


hablo con los siglos de este ayllu que aún está,
vengo en la corzuela monte arisco que quedó
esperando ver la rendición.

Soy la Sudamérica trigueña y ancestral


un sobreviviente del amargo Potosí,
traigo del diaguita su mensaje inmemorial
y hasta su fiereza ronda en mi.

Vivo en el Guayaco, duro fruto vuelvo a ser


por las sementeras que dejé,
piedra inamovible que despeina al manantial
canto en el kakano que aún está.
A la tierra mancillada
Kaluyo

Hubo un tiempo de antes en mi tierra


un antes de palabras conocidas,
lengua madre de la boca nativa
abia yala, sangre viva, tierra plena.

Era un antes de mansos cazadores


bellas ñustas lavando en la ribera,
y ocurrió que musgosas carabelas
irrumpieron trayendo usurpadores.

En el libro que anota las infamias


hay un trazo de muerte ¡abia yala!

Tierra mía. Colón, puerto de palos,


arribando a tu edén de playas castas.
Cargamento de pestes y de ratas,
marinero con rumbo equivocado.

Carabelas con curas y soldados


destruyendo tus dioses y tus lanzas.
Asesino arcabuz cargando a ultranza
contra el noble señor de tus reinados.
Tierra mía, violada en tus doncellas
sobre piras humeantes, sobre escombros,

no habrá siglos que mengüen el asombro


ni habrá reyes que eviten tus querellas.

Aquel sino de sangre ¡tierra amada!


y un olor como a muerte por octubre,
son cadáveres que la historia pudre
insepultos, testigos de la infamia.

El Callao, Potosí, mis rotos valles,


el aymara, el kakan, el kejchua sabio,
que propaguen al mundo tanto escarnio
¡Que la América india no se calle!
Vidala de tierra y llanto

Dicen que la vidala para ser honda


debe ser llanto de alma, gota por gota,
pues si sus dichos no son llorados
es que en el pecho no se adentraron.

Cuando en la ausencia
siento un quebranto
se hace vidala
mi propio llanto.

Gólpio los cueros y yapo la voz


tierra te me haces joi joi
traigo una copla de ayer
pura arrobita de miel.

Patria pequeña destello de un azul


yo me arrodillo los brazos al sol
aura bendita tu luz.

Senda de azahares tu aroma será


oro por el naranjal
tarco lloviendo su añil
roja en la flor del ceibal.
Patria pequeña destello de un azul
yo me arrodillo los brazos al sol
aura bendita tu luz.

Mi tierra me muerde sentida nostalgia


cantando mis coplas acorto distancia,
quisiera aquisito tener tu regazo
y echarme de antarcka a dormir en tus brazos.

Yo soy tu semilla mi tierra norteña


tristezas me apremian cuando me voy.
Pedazos de mi alma se quedan marchitos
bienhaiga el hechizo que tienes voz.

Patria pequeña destello de un azul


Yo me arrodillo los brazos al sol
sangre soy de Tucumán
(bendita tu luz, bendita tu luz).
Nacimiento de la caña
Chacarera

Leche’i burra, cuatro trece,


la violeta, miel de java,
cimbreando entre los tablones
si parece que bailaran.

Con mi carro, cinco mulas


y una machete cabo de asta,
cargar’éstas danzarinas
tiempo adentro de la zafra.

Acequias y tajamares
ensayan su mejor copla
y cantan tu nacimiento
de niña fina y dulzona.

El sol ni bien se levante


vendrá a ofrecerte su manta,
porque es de invierno tu cuna
y es surco pobre tu casa.
Ahijada del malacate
te has de mecer en sus brazos,
cuando despeine la brisa
tu verde cabello lacio.

Origen de noble tierra


por el sudor germinada,
bailarina de los cercos,
mielcita llamada caña.

Te invitarán a su ronda
los hijos de los zafreros,
ni bien se escurra la escarcha
que les paspa cara y sueños.

Irás creciendo de savia,


maduro color tu tallo,
para volverte esperanza
sobre la panza del carro.

Después por los callejones


irás buscando el ingenio,
virginidad consagrada
a un negro templo de fierro.

Origen de noble tierra


por el sudor germinada,
bailarina de los cercos,
mielcita llamada caña.
Himno de amor por Tucumán

Lo que no escriben los libros


lo que no talla la historia,
con su cincel la poesía
desentierra y rememora.

Porque el renglón de’ste pueblo


aunque parezca vacío,
se’scribe con tinta sangre
y es indeleble lo escrito.

Te admiro Tucumán porque tu aldea


pequeña cual la palma de una mano,
contuvo tanto anhelo americano
dispuesto a terminar con las cadenas.

Te alabo Tucumán por tu coraje


cuando plural, la voz emancipada
de todas las provincias convocadas,
quería libertad y no el ultraje.

Concédeme la gracia del talento


y el argentino don de la palabra,
que busco humildemente, tierra amada,
cantarle un madrigal a tu portento.
Tucumán, el pueblo
Zamba carpera

Quién te puede falsear o querer soslayar


viviente renglón del pueblo,
talladura indeleble golpe a cincel
chispazo de fuego
miel la palabra, bravo el empeño.

Dicen que en tu ayer con honor se te vio batallar


forjándonos tierras claras
sin solemne blasón ni vivo pendón
tu altura flameaba
triunfos sin nombres, chusma olvidada.

Vengo aquí de mi pueblo a exhumar


epopeyas de un libro que nadie escribió
sangre anónima que regó
los confines tiempo atrás
quién te puede falsear o querer soslayar
de esta tierra vengo yo.

En tus venas brotó un clamor por cuidar


tu suelo tan codiciado
nunca desfalleció el torrente toral
febril de tus manos
muerte en silencio, nervio ignorado.
Solo una canción al pasar se escuchó por ahí
más tuyo nada decía
eras pueblo y tu inmenso afán se cobró
monedas de vida
sombra hecha polvo, secas pupilas.
Añurita
Zamba

Soy Belgrano

En la noche de amable algarabía


un rimario desaté para nombrarte,
niña te vi y yo viejo para amarte
flor clavellina, tucumana mía.

Tu silueta llevé como armadura


batallando sin temer en llano y cumbre,
eras en mí refulgente y tibia lumbre
rezo carnal, hiriente extrañadura.

Vuelto a tierras del amor, mi tucumana,


despojé mi soldado, mi uniforme,
una gota de mí sumé a tu néctar
y brotó dulce vagido con mi nombre.

Hoy resoplan los belfos de la muerte


Violentando viejos goznes de mi puerta,
Entra un gorgeo por la ventana abierta
Réquiem de adiós sin ti, mujer ausente.
Amor mío, María de los Dolores
de tu tersa adolescencia fui cautivo,
en mi penumbra te siento y alucino
que te desposo en un campo de flores.

Esperando está en la estigia un nao ligero


Ni Caronte sabrá que fui Belgrano,
Territorio vital suelta mi mano
Voy a dar mi detrito al hipogeo.
La capitana
Vals

María Remedios del Valle


tenía las manos negras,
muy negros eran sus ojos
y negra la cabellera,
venía de padre esclavo
ya se sabía con verla,
más la María Remedios
era patriota de veras.

Llegó a Tucumán un día


del año mil ocho doce,
huyendo junto a las huestes
que retroceden del norte,
mujer que en todo momento
apaciguaba dolores,
con sanadores yuyitos
a caballares y a hombres.

De dónde sacaba bríos aquella mujer morena.


La vieron entre balas, campos de la Ciudadela.
Dicen que venía bendita y acompañada a la vez,
por aquella virgencita, señora de la Merced.
Les hablo a los tucumanos
les pido tener memoria,
o recurrir a los libros
severos de nuestra historia,
donde Belgrano nos cuenta
cómo llevó la derrota,
al invasor realista
que fue Tristán con su tropa.

En Campo de las Carreras


fue duro el enfrentamiento,
nosotros blandiendo chuzas
los otros a sable y fuego,
“dragones” y “decididos”
eran heridos o muertos
y entre las balas perdidas
prestaba auxilio Remedios.

Calmada aquella contienda


apaciguadas las lanzas,
la soldadesca celebra
el triunfo en esa batalla,
y un grito ahí nomás la erige
¡”Madrecita de la Patria”!
y don Manuel con honores
la llamó “La Capitana”.
Esas mujeres
Chacarera doble

El hombre fue a las batallas


pero en aldeas y villas,
quedaban nuestras mujeres
alertas en la vigilia,
jinetas de amor cuidando
los bienes y la familia.

Pero hay mujeres insomnes


que a la noche la hacen días,
algunas en las trincheras
otras carpiendo las trillas,
bienhaiga estas compañeras
madres puntal de la vida.

Maestras de humildes pueblos


cuando ni escuelas había,
guerreras de punta y hacha
pero oquedad siempre tibia,
les canto a mis tucumanas
madres puntal de vida.

Calostro de cuño antiguo


si hablo de las madres indias,
morenas madres de leche
guapas criollas y gringas,
mujeres de hondos silencios
leudan a vientre semillas.

Las veo cuando hace tiempo


fuego en las calles ardía,
mezcladas en la humareda
eran compañas bravías,
plantadas cual palo a pique
ni un “asinito” cedían.

Ellas dibujan los sueños


que desveladas desmigan
y aunque las tape el olvido
-ciego mirar sin retina-,
les canto a mis tucumanas
madres puntal de vida.

Romances cantan sus bocas


si es que el amor las domina,
se amañan a lo que venga
echan a andar sin fatigas,
bienhaiga mis tucumanas
piel de melaza dulcita.

Sujetas a un Cristo viejo


van los domingo de misa,
rodeadas por sus comadres
ante un amén se santigüan,
rogando con esperanzas
por todo el pueblo y familia.

Las veo cuando hace tiempo


fuego en las calles ardía,
mezcladas en la humareda
eran compañas bravías
plantadas cual palo a pique
ni un “asinito” cedían.
Vidalita del viento frío

Gélidas noches y días


viento de los presagios,
mirando tras lo visillos
mis ojos desorbitados,
me dicen que vienen tiempos
de desconcierto y espanto.

Cierren las ventanas


vidalitay
llega un viento frío.

Busquen los cobijos


vidalitay
para nuestros hijos.

Es de cruz y sable
vidalitay
este viento negro.

Busquen al más viejo


vidalitay
pidanlé consejo.
Que no duerma nadie
vidalitay
es un tiempo incierto.

Anden por las calles


vidalitay
ojos bien abiertos.

Dejen las inquinas


vidalitay
seamos uno sólo.

Si rebrama el viento
vidalitay
arrasa con todo.

Viene consagrado
vidaliaty
este viento artero.

Desde el sur al norte


vidalitay
pero aquí lo espero.

Solo anuncia males


vidalitay
y hasta lloraremos.

Solo anuncia males


vidalitay
pero aquí los espero.
Triste del pensamiento
Aire de Triste

En el albor de la vida
yo tuve un sueño,
le dibujé bellas formas
con trazos frescos,
pero borrascas malsanas
lo acometieron.

Tristeza de ver truncado


aquel intento,
soñar una tierra clara
con aire nuevo,
tristezas canta mi triste
triste me siento.

Fragante la tierra mía


manto floral de la patria
he visto agostar tus campos
calamitosas desgracias.

Cuánto ideal te cegaron


esos mesías sangrientos
lo nombra testigo al tiempo
mi pensamiento, mi pensamiento.
Que callen los temerosos
este es decir de juglares
sumadas van las mujeres
pura firmeza y coraje.

Que oiga la oreja del cosmos


cuánto ha sufrido mi pueblo
es un arcón inviolable
mi pensamiento, mi pensamiento.

Iremos tierra mía hasta el final


sepan que los vamos a buscar
la muerte no es asunto que nos dé pavor.

Ya sé que por tus calles pasan hoy


aquellos hijos huérfanos que van
buscando aquella luz cegada.

lo nombra testigo al tiempo,


mi pensamiento, mi pensamiento.
Pa’ que nadie quede atrás
Bailecito

Sobre la mesa
lo pusimos todo
única manera,
no había otro modo,
pensamiento agudo
cual caliente plomo,
¡cuchillo de lucha
no puede ser romo!

Andoy
aguantando mucho
tucumano soy, desde mi dolor
vengo y lucho.

Andoy
con la sangre en ristre
ya ni el familiar me podrá callar
lo que grite.

Venga aquí mi ñaño


arrime el brazo y marchemos
dos o cuatro, diez más diez,
somos tantos por vencer.
Lai, ra
lara laralaira
la protesta es filo en el puñal
de mi Tucumán.

Dirán
los que me persiguen
que soy malhechor, que ningún perdón
me redime.

Sabrán
los que me detestan
que en el Manchalá les podemos dar
lo que quieran.

Venga aquí mi ñaño


que estando brazo con brazo,
somos más de los que ven
y hay trincheras por doquier.

Lai, ra
Lara laralaira
Ya verá el traidor donde amamantó
tanto corazón.

Ay sol
vuélvase amarillo,
que su pubertad será libertad
cielo limpio.
Se irá
por fin la alimaña,
la pondrá a correr para no volver
nuestra saña.

Canta bailecito
memorias del renacido,
pues la historia nos dirá
que no quede nadie atrás.

Lai, ra
lara laralaira
cojeando estoy, cuando vienen, voy,
tucumano soy.
Gatito de la esperanza

Es de alabar al pueblo
que en tierra escasa,
madura sembradíos,
familia y casa.

Es ponderado siempre
si el pueblo lucha,
aunque sus desventuras
parezcan muchas.

De estirpe bien criolla la gente mía


crisol de muchas sangres que l’asemillan
cantora por herencia boca sencilla.

Tucumano es mi gatito que entre giros y mudanzas


se me ha puesto alabancioso y un poquito palangana.

La gente de mi tierra me sabe a breva.

Como un santo relicario lleva airosa en su memoria


los renglones de un pasado que la vuelven luchadora.

La gente de mi tierra me sabe a breva.


Si trepa cerro arriba verá compadre
que el hombre dobla el lomo sin un alarde
carpiendo entre las piedras dale que dale.

Si mi gente busca frutos no conoce tierra avara


gota a gota con su temple, sol a sol con su esperanza.

La gente de mi tierra nunca se quiebra.

Nadie quiera encadenarla ni acallarle la palabra


que si le crujen los dientes la cuestión se pone brava.

Mi gente es pura breva y no se quiebra.


Soy tu semilla
Huayno

La tierra que canto me aguaita allá lejos


yo la estoy nombrando por pueblos ajenos,
la tierra que canto de astilla zafrera
se vuelve en mi pecho tendón de chirlera.

Sos flor de retamo soplada en el viento


mi tierra te llevo en el corazón.
Sos cuna mecida que arrulla mis sueños
yamparas mis muertos igual que yo.

Mi tierra me muerde sentida nostalgia


cantando mis coplas acorto distancia,
quisiera aqusito tener tu regazo
y echarme de antarcka a dormir en tus brazos.

Yo soy tu semilla mi tierra norteña


tristezas me apremian cuando me voy.
Pedazos de mi alma se quedan marchitos
bienhaiga el hechizo que tienes vos.
Tucumano soy
Malambo

Con un sino imborrable de nobleza sin igual


y un sonoro bautismo que el diaguita puso en vos,
llevo henchidas mis venas cuando digo Tucumán
porque pueblo sos, porque pueblo sos.

Si te beso en la zamba mi decir se hace nupcial


te coronan mis cuerdas de la prima hasta el bordón,
pedacito de patria donde busco arrinconar
a mi corazón, a mi corazón.

Provinciano es m canto para qué voy a negar


por el pueblo voy con mi corazón
permiso tucumano soy.

Telúrica danza briosa


libertad de patio abierto,
tropel casi caballada
atosigándolo al viento,
sos primicial como el hombre
sos territorio sin dueño.

Nacido en las cuerdas tripas


o al golpe de tenso cuero,
brillaron tus nazarenas
o a puro talón en suelo,
malambo de arisco temple
aTucumán te aquerencio.

Busco el verbo más alto para hablar de mi raíz


me recuerdo aquel niño que intentaba balbucear
tanto nombre querido que habitaba ese país
donde sin notar comencé a volar.

Te improviso un malambo con el músculo vivaz


que contiene mi sangre y en sonoro borbotón
echo andar este pulso taco y punta que te da
en el diapasón melodía mayor.

Provinciano es mi canto para qué voy a negar


por el pueblo voy con mi corazón
permiso tucumano soy.
organizadores
Municipalidad de San Martín
Universidad Nacional de San Martín

autoridades

Municipalidad de San Martín


Intendente Gabriel Katopodis
Secretaria para la Integración Cultural,
Educativa y Deportiva Nancy Capelloni
Subsecretaria de Cultura Lucía Santarone

Universidad Nacional de San Martín


Rector Carlos Greco
Decana Instituto de Artes Mauricio Kagel Laura Malosetti Costa
Director DGE Lectura Mundi Mario Greco

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