Abono Orgánico Fermentado Tipo Bocashi

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Abono orgánico fermentado tipo bocashi.

La palabra bocashi es del idioma japonés y para el caso


de la elaboración de los abonos orgánicos fermentados, significa cocer al vapor los materiales del
abono, aprovechando el calor que se genera con la fermentación aeróbica de los mismos.

Principales aportes de los ingredientes utilizados para elaborar los abonos orgánicos fermentados
tipo bocashi y algunas recomendaciones.

El carbón vegetal. Mejora las características físicas del suelo, como su estructura, lo que facilita una
mejor distribución de las raíces, la aireación y la absorción de humedad y calor (energía). Su alto
grado de porosidad beneficia la actividad

macro y microbiológica de la tierra, al mismo tiempo que funciona con el efecto tipo “esponja
sólida”, el cual consiste en la capacidad de retener, filtrar y liberar gradualmente nutrientes útiles a
las plantas, disminuyendo la pérdida y el lavado de éstos en la tierra. Por otro lado, las partículas de
carbón permiten una buena oxigenación del abono, de manera que no existan limitaciones en el
proceso aeróbico de la fermentación, otra propiedad que posee este elemento es la de funcionar
como un regulador térmico del sistema radicular de las plantas, asiéndolas más resistentes contra
las bajas temperaturas nocturnas que se registran en algunas regiones (Restrepo, 2008).
Finalmente, la descomposición total de este material en la tierra dará como producto final, humus.

Recomendaciones: La uniformidad del tamaño de las partículas influenciará sobre la buena calidad
del abono que se utilizará en el campo. Con base en la práctica, se recomienda que las partículas o
pedazos de carbón no sean muy grandes; las medidas son muy variadas y esto no se debe
transformar en una limitante para dejar de elaborar el abono, las medidas desde medio o un
centímetro a un centímetro y medio de largo por un centímetro y medio de diámetro constituyen
el tamaño ideal aproximado. Cuando se desea trabajar con hortalizas en invernadero sobre el
sistema de almácigos en bandejas, las partículas del carbón a utilizarse en la elaboración del abono
fermentado deben ser menores (semi-pulverizadas o cisco de carbón), pues ello facilita llenar las
bandejas y permite sacar las plántulas sin estropear sus raíces, para luego trasplantarlas
definitivamente al campo.

La gallinaza o los estiércoles. Es la principal fuente de nitrógeno en la elaboración de los abonos


orgánicos fermentados. Su aporte básico consiste en mejorar las características vitales y la fertilidad
de la tierra con algunos nutrientes, principalmente con fósforo, potasio, calcio, magnesio, hierro,
manganeso, zinc, cobre y boro, entre otros elementos.

Dependiendo de su origen, puede aportar inoculo microbiológico y otros materiales orgánicos en


mayor o menor cantidad, los cuales mejorarán las condiciones biológicas, químicas y físicas del
terreno donde se aplicarán los abonos.

Recomendaciones: La experiencia desarrollada por muchos agricultores en toda Latinoamérica


viene demostrando que la mejor gallinaza para la elaboración de los abonos orgánicos es la que se
origina de la cría de gallinas ponedoras bajo techo y con piso

cubierto con materiales secos mezclados con harina de rocas. Ellos evitan el uso de la pollinaza que
se origina a partir de la cría de pollos de engorde, porque presenta una mayor cantidad de agua, es
putrefacta y muchas veces en la misma están presentes los residuos de coccidiostáticos y
antibióticos, los cuales interfieren en muchos casos, en el proceso de la fermentación de los abonos.
Algunos agricultores han venido experimentando con éxito la utilización de otros estiércoles de:
conejos, caballos, ovejas, cabras, cerdos, vacas, codornices y patos, para no utilizar la gallinaza. En
algunos casos muy puntuales, la gallinaza o el estiércol puede ser sustituido en parte o totalmente
por harinas de sangre, plumas, hueso y pescado, esta situación dependerá de las condiciones de la
oferta de los materiales en cada lugar y de las condiciones económicas de cada productor.

La cascarilla de arroz. Este ingrediente mejora las características físicas de la tierra y de los abonos
orgánicos, facilitando la aireación, la absorción de humedad y el filtrado de nutrientes. También
beneficia el incremento de la actividad macro y microbiológica de la tierra, al mismo tiempo que
estimula el desarrollo uniforme y abundante del sistema radical de las plantas, así como

de su actividad simbiótica con la microbiología de la rizosfera. Es, además, una fuente rica en silicio,
lo que favorece a los vegetales, pues los hace más resistentes a los ataques de insectos y
enfermedades. A largo plazo, se convierte en una fuente de humus. En la forma de cascarilla
semicalcinada o carbonizada, aporta principalmente silicio, fósforo, potasio y otros minerales trazos
en menor cantidad y ayuda a corregir la acidez de los suelos.

Recomendaciones: La cascarilla de arroz puede ocupar, en muchos casos, hasta un tercio del
volumen total de los ingredientes de los abonos orgánicos. Es recomendable para controlar los
excesos de humedad cuando se están preparando los abonos fermentados. Puede ser sustituida por
cascarilla o pulpa de café seca, bagazo de caña o pajas bien secas y trituradas o restos de cosechas
o rastrojos. En algunos casos, y en menor proporción, los pedazos de madera o el aserrín también
pueden sustituirla, dependiendo del tipo de madera que los origine, dado que algunas tienen la
capacidad de paralizar la actividad microbiológica de la fermentación de los abonos por las
substancias tóxicas que poseen, principalmente taninos y sustancias aromáticas.

La pulidora o salvado de arroz o afrecho. Es uno de los ingredientes que favorecen, en alto grado, la
fermentación de los abonos, la cual se incrementa por la presencia de vitaminas complejas en la
pulidora o en el afrecho

de arroz, también llamado de salvado en muchos países. Aporta activación hormonal, nitrógeno y
es muy rica en otros nutrientes muy complejos cuando sus carbohidratos se fermentan, los
minerales, tales como fósforo, potasio, calcio y magnesio también están presentes.

Recomendaciones: En muchos casos, dada la dificultad de los agricultores para conseguirla, la


sustituyen por otro tipo de materia prima más fácil de obtener, como son los salvados de maíz y
trigo. Esta experiencia es una adaptación que los productores de Centro América y México han
venido probando en las diferentes comunidades rurales.

La melaza de caña o chancaca o piloncillo. Es la principal fuente energética para la fermentación de


los abonos orgánicos. Favorece la multiplicación de la actividad microbiológica; es rica en potasio,
calcio, fósforo y magnesio; y contiene micronutrientes, principalmente boro, zinc, manganeso y
hierro.

Recomendaciones: Para lograr una aplicación homogénea de la melaza durante la elaboración de


los abonos orgánicos fermentados, se recomienda diluirla en una parte del volumen del agua que
se utilizará al inicio de la preparación de los abonos, en muchos casos se viene sustituyendo por
panela, piloncillo chancaca, jugo de caña o azúcar morena.

Tierra de floresta virgen o manto forestal y bocashi.

Estos tres ingredientes constituyen la principal fuente de inoculación microbiológica para la


elaboración de los abonos orgánicos

fermentados. Es el arranque o la semilla de la fermentación. Los agricultores centroamericanos,


para desarrollar su primera experiencia en la elaboración de los abonos fermentados, utilizaron con
éxito la levadura para pan en barra o en polvo, la tierra de floresta o los dos ingredientes al mismo
tiempo.

Después, y ya con la experiencia, seleccionaron una buena cantidad de su mejor abono curtido, tipo
bocashi (semilla fermentada), para utilizarlo constantemente como su principal fuente de
inoculación, acompañado de una determinada cantidad de levadura. Eliminaron así el uso de la
tierra de floresta virgen, evitando consecuencias graves para el deterioro del suelo y del manto de
los bosques.

Recomendaciones: Después de haber logrado elaborar el primer abono fermentado y ensayarlo con
éxito en los cultivos, es recomendable separar un poco de este abono para aplicarlo como fuente
de inoculación en la elaboración de un nuevo abono; puede ir acompañado con la levadura para
acelerar el proceso de la fermentación durante los dos primeros días. Dadas las dificultades para
conservar la levadura en barra, por la carencia de un sistema de refrigeración debido a la falta de
energía eléctrica en muchas zonas rurales, se recomienda usar levadura granulada ya que su
conservación es más fácil.

La tierra común. En muchos casos, ocupa hasta una tercera parte del volumen total del abono que
se desea elaborar. Entre otros aportes, tiene la función de darle una mayor homogeneidad física al
abono y distribuir su humedad; con su volumen, aumenta el medio propicio para el desarrollo de la
actividad microbiológica de los abonos y, consecuentemente, lograr una

buena fermentación. Por otro lado, funciona como una esponja, al tener la capacidad de retener,
filtrar y liberar gradualmente los nutrientes a las plantas de acuerdo con las necesidades de éstas.
Dependiendo de su origen, puede aportar variados tipos de arcillas, microorganismos inoculadores
y otros elementos minerales indispensables al desarrollo normal de los vegetales.

Recomendaciones: En algunos casos, es conveniente cernir la tierra con la finalidad de liberarla de


piedras, grandes terrones y maderas. Esta tierra puede ser obtenida de las orillas del terreno de las
vías internas de la propia finca, o de las orillas de carretera. Las mejores tierras para la elaboración
de estos abonos son las de orígenes arcillosos, porque las mismas facilitan la formación de
complejos silicatados y arcillo húmicos, junto con la materia orgánica.

El carbonato de calcio o la cal agrícola. Su función principal es regular la acidez que se presenta
durante todo el proceso de la fermentación, cuando se está elaborando el abono orgánico; Propicia
las condiciones ideales para el buen

desarrollo de la actividad y reproducción microbiológica, durante todo el proceso de la fermentación


cuando se están elaborando los abonos orgánicos.
Recomendaciones: Tanto la falta de humedad como su exceso son perjudiciales para la obtención
final de un buen abono orgánico fermentado. La humedad ideal del abono se va logrando
gradualmente, en la medida que se incrementa poco a poco el agua a la mezcla de los ingredientes.
La forma más práctica de ir probando la humedad ideal es por medio de la prueba del puñado o
puño, la cual consiste en tomar con la mano una cantidad de la mezcla y apretarla, de la cual no
deberán salir gotas de agua entre los dedos y se deberá formar un terrón quebradizo en la mano. Al
constatar un exceso de humedad, lo más recomendable es controlarla aumentándole más cascarilla
de arroz o de café a la mezcla o en algunos casos se le puede agregar más tierra seca al abono,
dependiendo de su origen, natural o fabricado, puede contribuir con otros minerales útiles a las
plantas. En el medio rural de América Latina, comúnmente se le conoce con el nombre de cal
agrícola o cal dolomítica.

Recomendaciones: En muchos casos, los campesinos vienen sustituyendo este ingrediente por la
ceniza de sus fogones, presentando excelentes resultados por el aporte de otros elementos
minerales para los cultivos. La utilización de harinas de rocas o el reciclaje del polvo de piedras que
sobra en las empresas de la construcción que quiebran o trituran las mismas, son un excelente
material para remplazar la utilización de la cal agrícola, el empleo de 25 a 50 kilos de polvo o harina
de piedras es una buena medida para ser utilizada por cada tonelada de abono bocashi que se quiera
preparar.

El agua. Tiene la finalidad de homogeneizar la humedad de todos los ingredientes que componen el
abono.

Observación: Para preparar los abonos fermentados tipo bocashi, el agua se utiliza solamente una
vez; no es necesario hacerlo en las demás etapas del proceso de la fermentación. Finalmente,
mientras que agarramos la práctica de la humedad ideal, inicialmente, es mejor que el abono tienda
a seco y no a muy húmedo.

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El local.La preparación de los abonos orgánicos fermentados se debe hacer en un local que esté
protegido del sol, del viento y de la lluvia, ya que éstos interfieren en el proceso de la fermentación,
sea paralizándola o afectando la calidad final del abono que se ha preparado.

El piso preferiblemente debe estar cubierto con ladrillo o revestido de cemento, o en último caso,
debe ser un piso de tierra bien firme con algunos canales laterales, de modo que se evite al máximo
la acumulación de humedad en el local donde se elaboran los abonos.

En cuanto a las medidas de los espacios necesarios para elaborar los abonos, de una forma general
es recordable considerar de 1,0 a 1,30 metros cuadrados de área, por cada metro cúbico de materia
prima que se desea preparar o compostar.

Recomendaciones: En algunos lugares donde existen dificultades económicas para construir un


mínimo de infraestructura para elaborar los abonos, los campesinos lo vienen preparando al aire
libre protegiéndolo con una capa de pajas secas o alguna lona de plástico, la cual debe quedar
separada de la superficie del abono, para evitar acumular un exceso de humedad. Por otro lado,
también consideran las estaciones de verano para evitar las lluvias en la preparación de los abonos.

Las herramientas. Palas, bieldos o tenedores metálicos, baldes plásticos, termómetro, manguera
para el agua, mascarilla de protección contra el polvo y unas buenas botas, son las herramientas
más comunes y fáciles de conseguir en cualquier lugar, para preparar este tipo de abono.

Recomendaciones: Para los casos donde se tengan que preparar grandes volúmenes de abonos, ya
existen en el mercado máquinas diseñadas para producir o procesar desde 10 hasta 300 toneladas
de abono por hora.

El tiempo de duración para elaborar los abonos. Los agricultores que están iniciándose en la
elaboración de los abonos orgánicos fermentados, por lo general realizan esta actividad en
aproximadamente quince días. Los productores más experimentados lo hacen en diez días. Para
ello, durante los primeros cuatro o cinco días de fermentación,

revuelven o voltean el preparado dos veces al día en algunos casos (en la mañana y en la tarde).
Luego lo revuelven solamente una vez al día, controlando la altura (un metro y cuarenta
centímetros, en lo máximo) y el ancho del montón (hasta dos metros y medio), de manera que sea
la propicia para que se dé una buena aireación. Ver documento anexo, Razones por las cuales una
hilera alta es menos eficiente que una hilera de tamaño adecuado en la preparación de los abonos
o compostas. Cuando es necesario calcular o estimar el tiempo que un agricultor debe dedicar para
elaborar sus abonos, y partiendo del principio que los materiales se encuentran en el local de
trabajo, éste gastará aproximadamente 20 horas de trabajo para elaborar de tres a cuatro toneladas
de bocashi. En un mes, con jornadas normales de trabajo diario y dedicación exclusiva para esta
tarea, un agricultor o un trabajador es capaz de elaborar de 25 a 30 toneladas de abonos.

Ingredientes básicos para la preparación de los abonos orgánicos fermentados tipos bocashi
• Gallinaza de aves ponedoras u otros estiércoles

• Carbón quebrado en partículas pequeñas (cisco de carbón)

• Pulidura o salvado de arroz

• Cascarilla de arroz o café o pajas bien picadas o rastrojo

• Cal dolomita o cal agrícola o ceniza de fogón

• Melaza o miel de caña de azúcar o jugo de la misma

• Levadura para pan, granulada o en barra

• Tierra arcillosa bien cernida

• Agua (solamente una vez y al momento de prepararlo)


FUNCIONES DEL BOCASHI

¿QUÉ ES EL BOCASHI?

Es un abono orgánico, rico en nutrientes

necesario para el desarrollo de los cultivos; que se obtiene a partir de la fermentación de materiales
secos convenientemente mezclados.

Los nutrientes que se obtienen de la fermentación de los materiales contienen elementos mayores
y menores, los cuales forman un abono completo superior a las fórmulas de fertilizantes químicos.

¿PARA QUÉ SE USA?

Para suministrar los nutrientes necesarios

y adecuados al suelo, donde son absorbidos por las raíces de los cultivos para su normal desarrollo.

Se debe utilizar la mayor diversidad posible de materiales, para garantizar un mayor equilibrio
nutricional del abono.
ABONO: su función es engorda el suelo y los microorganismos disponibles ponen a disposición los
minerales para que lo utilicen las plan-

tas o por medio de la erosión. Los nutrientes son asimilados por las plantas y puestos a disposición
de las plantas, con lo que estimula el crecimiento de sus raíces y follaje.

DOSIS A UTILIZAR

En terrenos con proceso de fertilización orgánica se pueden aplicar 4 libras por metro cuadrado de
terreno. La aplicación debe realizarse

15 días antes de la siembra, al trasplante o en el desarrollo del cultivo.

En terrenos donde nunca se ha aplicado bocashi, las dosis serán mayores (10 libras por metro
cuadrado aproximadamente).

Para cultivos anuales (granos básicos, yuca, caña y otros), será necesaria una segunda aplicación,
entre 15 y 25 días de la emergencia del cultivo, en dosis de 2 libras por metro cuadrado.

Para cultivos anuales (granos básicos, yuca, caña y otros), será necesaria una segunda aplicación,
entre 15 y 25 días de la emergencia del cultivo, en dosis de 2 libras por metro cuadrado.

Para cultivos de ciclo largo (frutales), se aplica una libra por postura al momento de la siembra y tres
aplicaciones de 1 libra por año, esta dosis se utilizará durante el período de crecimiento. En árboles
productivos se harán aplicaciones de 2 libras, tres veces por año.

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Para hortalizas se hará una sola aplicación de 4 libras por metro cuadrado, 15 días antes de la
siembra o el trasplante.

PROCESO DE ELABORACIÓN

La elaboración de este tipo de abono, dependerá del lugar y tipo de terreno donde va a ser
empleado, de los materiales disponibles

en la zona, y de los cultivos que serán fertilizados. Se deben usar materiales altos en fibra, para
poder así mantener los suelos más sueltos, lo que nos va a ayudar a obtener mejor infiltración de
las aguas y del aire, con este tipo de materiales también buscamos que los abonos sean ricos en
carbono y bajos en nitrógeno.

Materiales a utilizar

Para preparar 10 quintales de Bocashi se necesitan:

3 Quintales de rastrojos verdes: pichones de huerta, malezas (cuidar que no lleven semillas),
follaje de leguminosas, desperdicios de frutas y hortalizas.

4 Quintales de rastrojos secos de: maíz, arroz, maicillo, cascarilla de arroz, maleza seca (cuidar
que no lleven semillas), aserrín, carbón en partículas pequeñas, etc.

1 Quintal de estiércol fresco de ganado 1 Quintal de gallinaza (seca)

10 Libras de cal o ceniza

1 Galón de miel de purga o melaza. (Bagacillo de caña previamente humedecido por un período de
3 á 5 días) 1 Quintal de pulimento de arroz ya seco (abono ya fermentado u hojarasca de bosque ya
descompuesta)

100 Gramos de levadura de pan (de preferencia en perdigones) o se pueden utilizar 1 ó 2 galones
de suero de leche sin cocer. De 5 á 6 cantaradas de agua (cántaro de 25 botellas)

Equipo a utilizar

Machete, pala, azadón o suache


Plástico negro (el tamaño dependerá de la cantidad de abono a preparar).

Pasos para la elaboración del Bocashi

Paso No.1

Picar los rastrojos verdes y secos en trozos de 2 á 3 centímetros.

Paso No.2

Se procede a tender los materiales sobre el suelo, y se mezclan sin ningún orden, hasta lograr una
textura homogénea. La altura de la abonera no debe ser superior a los 50 CMS. El proceso de
preparación y mezcla de los materiales, se realiza en forma ágil, la miel se prepara en forma de agua
miel, y se le aplica poco a poco de manera que quede bien distribuida por toda la abonera.

La levadura de pan, se espolvorea, sobre los materiales que se van agregando al abono en pequeñas
cantidades.

Se utiliza abono ya fermentado, u hojarasca de una zona boscosa, con esto se pretende incorporar
las bacterias que se encargarán de realizar el proceso de fermentación de la abonera.

Los materiales se deben mezclar en la siguiente proporción: 60% de materiales secos y 40% de
materiales húmedos.

Es importante determinar la cantidad de materiales verdes en comparación con los materiales


secos, ya que de ello depende la cantidad de humedad que tendrá la abonera, si lleva muchos
materiales secos se necesitará incorporar más agua, si lleva muchos materiales verdes, no se
necesitará incorporar más agua, si lleva muchos materiales, no se necesitará agua. La humedad que
aportan los materiales influye sobre la regulación de la temperatura, la que puede afectar el
desarrollo de las bacterias que realizan el proceso de fermentación del abono.
La cantidad de agua a utilizar (Foto 3.)Depende de los materiales usados, cuidando que ésta no se
aplique en exceso (al tomar una porción de material y apretarla con la mano, no debe escurrir agua),
si esto sucede deben agregarse más materiales secos.

Paso No.3

Luego de terminada la abonera, se debe realizar el primer volteo (Figura 4.), tratando que el material
de encima quede abajo y el de abajo quede encima.

Recomendaciones

a) En la preparación del abono se debe evitar la penetración de los rayos solares, y del agua
lluvia, por lo que se recomienda hacerlo bajo techo y si es posible en piso de cemento, lo que nos
facilita el volteo de los materiales. Si esto no es posible, se debe compactar el suelo lo mejor posible,
evitando que este se humedezca, todo esto ayuda a producir abono de mejor calidad.

b) Se deben voltear los materiales 2 ó 3 veces al día, esto permite regular la temperatura, la
cual no debe de excederse de 45° C. Una forma práctica de verificar la temperatura es introduciendo
un machete dentro de los materiales durante 5 minutos, al sacarlo se toca con la mano, si quema
tiene demasiado calor y será necesario voltearlo inmediatamente, en caso contrario (demasiado
frío), será necesario colocar los materiales a una altura promedio de 70 centímetros, con la finalidad
de aumentar la temperatura. Con una aireación de dos o tres veces al día podemos obtener un
abono maduro en cuestión de 7 días, y a los 8 días ya está frío.

c) Utilizar plástico para proteger la abonera de la lluvia y el sol, cuando se ha elaborado fuera
de techo, si se elaboró bajo techo, este no será necesario.

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d) Se debe tener cuidado de no aplicar más agua una vez iniciado el proceso de fermentación.
Este abono puede almacenarse hasta 6 meses lejos de la humedad y el sol..

e) Se debe tener cuidado durante la aplicación que el abono no quede en contacto directo con
la raíz o el tallo de las plantas, porque puede causarle quemaduras, (debe quedar a 10 ó 15
centímetros del tallo y mezclado con la tierra).

f) ) La utilización del bocashi, debe realizarse acompañada de obras de conservación de suelos,


(Encamado, terrazas individuales, bar- reras vivas y muertas, acequias de ladera) para evitar que el
agua de las lluvias arrastren el abono, con lo cual se pierde el esfuerzo realizado.

COSTO ESTIMADO

El costo para la elaboración del bocashi depende principalmente de la disponibilidad de los


materiales y de la distancia a que se encuen- tran los mismos.

Cuadro 1.: Presupuesto para la elaboración de Bocashi

Material / actividad Cantidad Unidad Costo por Unidad ($) Costo Total ($)

Gallinaza 1 Quintal 1.5 1.5

Cal 10 Libras 1.5 1.5

Miel de Purga o Melaza 1 Galón 2.0 2.0

Tierra de bosque (tierra negra) 1 Quintal 1.0 1.0

Levadura 100 Gramos -- 0.5

Recolección de materiales 1 ½ Jornal 4 2

Elaboración y volteo 1 ½ Jornal 4 2

Plástico 1 -- -- 2

TOTAL $12.50

El quintal de bocashi costará $12.50, lo que da como resultado un precio de $ 0.125 por libra de
abono, que es un costo bajo comparado con el precio de fertilizantes químicos.
BENEFICIOS DEL USO DEL BOCASHI

e• duRcción de costos de producción, ya que el precio de los fertilizantes sintéticos es alto en el


mercado comparado con el costo del Bocashi, permitiendo mejorar de esa manera la rentabilidad
de los cultivos.

• Reducción sustancial de productos sintéticos, disminuyendo el riesgo de contaminación de


suelo, aire y agua.

• Se contribuye a la conservación del suelo, existe mayor captación de agua lluvia, disminuye
el calor ambiental y se protege la biodiversidad, con lo que se colabora en la protección del medio
ambiente.

• Se reduce la acidez de los suelos al dejar de usar sulfato de amonio y sustituirlo por el
bocashi.

• Si la técnica es aplicada dentro del sistema de agricultura orgánica (sin utilizar productos
agroquímicos), se pueden lograr mejores precios de los productos en el mercado.

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