Transición Hasta 1760 y El Nuevo Estilo (1760-1780)
Transición Hasta 1760 y El Nuevo Estilo (1760-1780)
Transición Hasta 1760 y El Nuevo Estilo (1760-1780)
A. LA MÚSICA PRIVADA
1. STYLE GALANT
A finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII había dos estilos musicales
nacionales claramente diferenciables: el francés y el italiano. Sin embargo, a mediados
del siglo XVIII, tal distinción sólo estaba vigente en el mundo de la ópera, pero no así
en la música instrumental. El ideal predominante en música instrumental, tanto la
alemana como la inglesa o la italiana, se encarnaba en un estilo descrito con el término
francés de galant. El estilo galante es una expresión que no está definida de forma
precisa, pero en general, se utilizaba para referirse a lo que era moderno, de actualidad,
que se oponía a lo viejo. El término fue acuñado durante el reinado de Luis XIV, pero
no se generalizó hasta más tarde, empleándose a menudo como sinónimo de “rococó”.
El estilo asociado a Luis XIV era elaborado, recargado, adornado, solemne y, simétrico.
Tenía un carácter cortesano. Era un estilo teatral, particularmente para rodear al rey
cuya vida pública, cuyas acciones eran observadas de la mañana a la noche, por una
multitud de cortesanos que tomaban parte en las ceremonias de la corte. El estilo
rococó, aún dominaba 30 años después de la muerte del rey Sol. Aunque se utiliza en los
palacios reales, su espíritu era más íntimo que solemne. Luis XV continuó con las
tradiciones establecidas.
Por lo tanto, el cambio más notable tuvo lugar en la melodía, ya que ahora tendía a
concentrarse en ella todo el interés. Los compositores del nuevo estilo crearon
regularidades en el fraseo, generalmente en períodos de dos o cuatro compases. Las
frases además debían de ser cortas y separadas unas de otras mediante silencios; se
utilizaban frecuentemente afirmaciones tonales de tipo cadencial, para separar los
materiales. Las texturas se hicieron más ligeras. Progresivamente, la línea del bajo actúa
como simple soporte armónico para la voz superior. Del mismo modo, las partes
intermedias tienden a perder la independencia.
El estilo galante representó, un cambio radical del estilo musical. Se hizo popular entre
el público gracias a su deliberada simplificación. Pero en esta época de cambios rápidos,
su fracaso, se puede comprobar en la repentina profusión de obras para nuevas y
diferentes combinaciones de instrumentos. Si bien hasta ese momento la música
privada se escribía para uno o dos instrumentos y bajo continuo, hacia mediados de
siglo desarrolla la sonata para teclado con acompañamiento y el cuarteto de cuerda.
La fuerza del estilo galante fue también contrarrestada por el desarrollo de un estilo
amanerado de composición, a menudo conocido como el empfindsamer Stil, o “estilo de
la sensibilidad”.
1.1 La Sonata a solo con bajo continuo
La práctica del bajo continuo se mantendría vigente a lo largo de todo el siglo XVIII,
pero hacia 1750 se aprecian signos de declive. El bajo continuo había sido uno de los
principios de composición y una de las prácticas interpretativas más importantes del
siglo XVII, y una de las principales características que definen al Barroco en música.
Como procedimiento compositivo, había permitido al compositor indicar la esencia
armónica del acompañamiento mediante la adición de cifras a la línea del bajo. Los
métodos del bajo continuo ocuparon la atención de maestros y copistas a lo largo de los
siglos XVII y XVIII, y la habilidad para rellenar las armonías con gusto y originalidad
era uno de los atributos más importantes de los profesionales del teclado, necesaria
asimismo para el intérprete aficionado.
El principal mérito del bajo continuo reside en el modo en que una o dos voces solistas
pueden apoyarse en una poderosa línea del bajo, generalmente no relacionada con el
material melódico de las voces superiores.
La sonata a solo con continuo floreció antes de 1760 y se prolongó hasta la década de
1780-90, en manos de violinistas-compositores italianos como Giovanni Battista Somis
(1686-1763), Pietro Locatelli (1695-1764), Francesco María Veracini (1690-1768),
Giuseppe Tartini (1692-1770) y Pietro Nardini (1722-1793); también fue practicada por
los grandes violinistas franceses como Jean-Marie Leclair (1697-1764), Pierre Gaviniès
(1722-1793) e incluso Rodolphe Kreutzer (1766-1831).Las sonatas de Tartini están
claramente emparentadas con la sonata da chiesa y la sonata da cámara. Su op. 1,
publicado en 1734, es una colección de 12 sonatas, donde las 6 primeras están basadas
en los modelos de la sonata da chiesa, y las 6 últimas en la sonata da camera; todas
ellas en tres movimientos. En las 6 primeras hay un movimiento corto y cantabile, bajo
la indicación de Grave, Largo o Adagio y siempre en un metro de 4/4, que permite la
realización de una ornamentación improvisada, tan característica del estilo italiano. El
2º movimiento es invariablemente una fuga en Allegro, tratada con gran libertad, en la
misma tonalidad que el movimiento inicial. En 5 de las 6 fugas, una sección en Adagio
cierra el movimiento. El movimiento final es rápido, bajo la indicación de Allegro,
Allegro assai o Presto, y siempre en una forma binaria.
Uno de los rasgos más característicos de las primeras 6 sonatas es que, en todas ellas,
los 2 últimos movimientos tienen una conexión temática evidente, a través del contorno
y registro de sus motivos iniciales. A veces, el movimiento lento que abre la sonata es
independiente de los otros dos, pero en otras ocasiones, comparte material con ambos.
En el segundo grupo de seis sonatas están presentes algunos rasgos “novedosos”: todos
los movimientos tienen estructuras binarias, que hacen uso de los signos de repetición
utilizados en las danzas; ningún movimiento está basado en los procedimientos de la
fuga. Está clara la derivación de la sonata da camera.
Esto demuestra la unidad que los compositores del estilo galante trataban de obtener
en una composición. En una sola línea melódica, todos los elementos rítmicos,
armónicos, de fraseo, motívicos y estructurales se convierten en uno solo.
Otro género superviviente del Barroco era la sonata para dos instrumentos y bajo
continuo, generalmente denominada sonata a trío. Con anterioridad a 1760, muchos
compositores escribieron para esta combinación al estilo tradicional, que exigía una
igualdad entre las dos voces superiores, conseguida a través de dos procedimientos:
compartir material melódico y hacer uso del contrapunto imitativo. Se comprobó que
este género podría adaptarse a los gustos cambiantes del público y, gradualmente, se
hicieron diversas modificaciones que, manteniendo intacta la instrumentación,
permitieron a la sonata a trío romper su conexión con la sonata da chiesa y la sonata da
camera barrocas, convirtiéndose en una creación totalmente nueva del siglo XVIII.
Evolución (1760-80)
El declive más acusado del bajo continuo se observa en la sonata a trío, para dos
instrumentos melódicos y bajo. Aunque muchos compositores continuaron escribiendo
sonatas a trío, con muy pocas excepciones, desaparecen poco después de 1770. Sin
embargo, era ya una práctica habitual el principio de una primera voz que se había
convertido en la línea melódica principal, mientras que la segunda se la había
restringido a un papel de acompañante. Así, aparte de su conexión con la sinfonía, la
sonata a trío evolucionó en tres direcciones:
Esta combinación permitía, incluso más que el concierto, la exhibición del virtuosismo
de los instrumentos de cuerda (principalmente el violín). Destaca Pietro Nardini, cuyas
interpretaciones fueron descritas por sus contemporáneos como algo maravilloso.
Evolución (1760-80)
El trío de cuerda
El cuarteto de cuerda
Entre 1760 y 1780, la composición y edición de cuartetos de cuerda para dos violines,
viola y violonchelo se incrementó de tal manera en Londres y París, que puede
considerarse el cambio más importante ocurrido en el seno de la música instrumental.
Muchas obras que los compositores habían concebido como cuartetos, fueron vendidas
por los editores como sinfonías (cada voz era interpretada por varios músicos) (Los
cuartetos de Boccherini, Op. 2, publicados en 1767, en su portada se presentaron como
“seis sinfonías” y con letra mucho más pequeña se leía “o cuartetos”. La edición estaba
dirigida, siguiendo la moda del XVIII, “a los verdaderos Aficionados y Entendidos de la
Música”. La estructura del cuarteto solía ser en tres movimientos: rápido/lento/rápido.
Durante este período, en París y Londres se editaron muchos cuartetos para variadas
combinaciones de instrumentos. Los sustitos más habituales del violín primero eran la
flauta o el oboe y muchas publicaciones se anunciaban como “cuartetos para flauta u
oboe, violín, viola y chelo”.
El Quinteto de cuerda
Las obras para combinaciones de mayor número de instrumentos pertenecían a ese tipo
de música que tiene una dimensión pública, ya que la distinción entre una orquesta y un
grupo de cámara no estaba definida estrictamente por el tamaño. Existe una importante
literatura para grupos más amplios, generalmente quintetos formados por un cuarteto de
cuerda y otro instrumento, a menudo de otra familia. Los más numerosos son los
quintetos para dos violines, viola y dos chelos de L. Boccherini, cuya primera colección
fue publicada en 1771. Una de sus características se encuentra en los movimientos
lentos, donde armonías simples están recargadas con caprichosos ornamentos, trinos y
arpegios en todas las voces. Frecuentemente empareja instrumentos que se doblan a la
tercera o la sexta y es capaz de extender una única función armónica hasta límites
insospechados. En numerosos movimientos aparecen elementos provenientes de la
danza, por ejemplo Fandango, o bien simplemente en el colorido rítmico o armónico.
La sonata de Scarlatti es, casi invariablemente, una pieza en un único movimiento: sólo
ocasionalmente contiene movimientos diferentes. Cada obra se titula “Sonata”, con su
correspondiente indicación de tempo. Sin embargo, muchas de estas obras están
asociadas a otra sonata en la misma tonalidad. Frecuentemente, estos pares de piezas se
relacionan también en virtud de su tempo y metro, y es posible que la intención fuese
que se interpretasen juntas. La mayoría de las sonatas en un solo movimiento consisten
en danzas, fugas, tocatas, etc., pero gran parte de ellas hacen uso de una estructura
binaria simétrica, donde abunda la repetición. Sus texturas son casi siempre a dos partes,
con pasajes ocasionales de progresiones armónicas, acompañadas de gruesos acordes. A
menudo hace comenzar sus sonatas destacando una voz, que es imitada por una segunda
voz. Generalmente, el efecto fugado se descompone al entrar la segunda voz. Muchas
veces, estos inicios casi-fugados de Scarlatti realizan la imitación al unísono y pueden
entenderse como un ejemplo de esa típica escritura galante donde la imitación a
menudo se convierte en repetición.
Evolución (1760-80)
En Francia, las sonatas para teclado más importantes del período 1760-1780 fueron las
de los alemanes expatriados. Destaca Johann Schobert (1735-67). Normalmente sus
sonatas tienen tres movimientos, rápido/lento/rápido, con varias posibilidades tonales
para el movimiento central. El principal interés de estas obras radica en sus texturas.
Schobert disfrutaba del gran volumen de sonido producido por el uso de todos los
registros y por las texturas densas en el registro grave. De hecho, las notas más graves
del instrumento se usan con frecuencia y son comunes los pedales en todos los registros.
Debido a que el estilo se caracteriza por la creación de efectos orquestales en el teclado,
sus obras parecen ser reducciones de una partitura orquestal.
Durante los años 1760 y 1770, Emanuel Bach desarrolló al máximo las dos facetas más
importantes de su carácter musical: La fantástica o excéntrica y la conformista. Durante
esta época, Emanuel Bach escribió sonatas a gran escala. En algunas obras se aprecia
que deseaba que las sonatas impresionasen por su tamaño, la riqueza de sus texturas y
por su contenido armónico. Dirigidas a los aficionados, las Sonaten fürs Clavier mit
veränderten Reprisen son una combinación de los estilos galante y empfindsamer.
Todas las frases son de gran refinamiento; los Allegros vivos y enérgicos; los Andantes
y los Largos son cantabile y llenos de melancolía. En 1779 comenzó a publicar lo que
terminaría siendo su legado más importante a la literatura del teclado, las seis
colecciones de sonatas “para entendidos y aficionados”.
Primera colección que apareció en1779, dispuesta como si el compositor hubiese reunido una serie
de obras, escritas previamente, para formar un opus publicable. Sin embargo, pocas colecciones
contienen tal variedad de formas y estilos.
Mientras Christian Bach estaba escribiendo sus sonatas, Maurizio Clementi (1752-1832)
estaba escribiendo otras del mismo género y en el mismo entorno, pero de un carácter
completamente distinto. Inspirándose en las composiciones de Scarlatti, Clementi no
deseaba que sus obras fueran interpretadas por un amplio público de aficionados. En
todo caso, para interpretar sus obras era necesario igualarse a él en técnica (cadenas de
terceras, dobles octavas, rápido pasaje en escalas que cubre todo el teclado, rápida
repetición de notas modificando la digitación, el arpegio de gran ámbito en una sola
mano, escalas rápidas en octavas, acordes quebrados, amplios saltos, etc.).
2. EL EMPFINDSAMER STIL
En la Corte de Federico el Grande, en Potsdam (Berlín), se desarrolló este estilo de
composición que puede traducirse como “estilo de la sensibilidad” o “estilo sensitivo”.
Se interpreta como un estilo en el que la emoción se valora por encima de cualquier otra
consideración. Este estilo tendría una gran influencia en Haydn y Beethoven. Su
principal propagandista fue Emanuel Bach.
Dado que sus características emanan de una especie de exageración de ciertas pautas, se
le suele calificar como un estilo “manierista”.
El estilo de la sensibilidad nunca apeló al gran público del estilo galante. Era un estilo
personal, subjetivo, de melodías angulares donde las apoyaturas abundaban, donde los
vacíos rítmicos servían para tomar un respiro, donde las rarezas métricas rompían frases
similares dándoles un énfasis distinto: un estilo donde la única expectación era lo
inesperado. Donde mayormente aparece es en la sonata y otros géneros de música para
teclado.
Uno de los maestros destacados de este estilo fue Jiri Benda (1722-95). En 1757 publicó
una serie de 6 sonatas para teclado, descritos por C. Burney (1726-1814) como “muy
elegantes” y “al estilo de Emanuel Bach”. Los cuatro primeros compases de la sonata en
Sib serán objeto de una serie de alteraciones:
a) Inicio
b) Reducción armónica
c) Simplificación melódica
Hay que añadir el gusto por las tonalidades menores, utilizadas afectivamente, el
desinterés por evitar las tonalidades lejanas en la armadura, y una armonía condicionada
por el cromatismo, abierta siempre a la posibilidad de modulaciones remotas.
El tercer maestro de l estilo de la sensibilidad fue Wilhelm Friedemann Bach (1710-84),
junto a su hermano Emanuel y Jiri Benda.
B. LA MÚSICA PÚBLICA
Las diversas funciones que tenía la música en la sociedad elegante de los años 1730 y
1740 no eran distintas a las que había tenido en épocas anteriores: la ópera, la iglesia y
las cámaras privadas hacían uso del arte musical como antaño. Pero la aparición del
concerto público generó una demanda de un tipo de música que sólo podía apreciarse a
través del oído, una música donde el resto de los sentidos no tenía relevancia. Esta
música absorbió los rasgos más populares de la música de cámara y de la ópera con tal
éxito, que el concerto y la sinfonía han logrado mantener su atractivo y su posición de
primacía en los programas hasta nuestros días. Esto se debió a que la mayoría de las
orquestas eran pequeñas y la práctica del bajo continuo era universal, y se utilizaba en
todo tipo de géneros musicales. De esta forma, la sinfonía temprana, que tenía sus
raíces en las oberturas de ópera italiana y francesa y en el concerto ripieno, pudo
adoptar la textura típica de la sonata a trío y convertirla en uno de sus rasgos
fundamentales. Por otra parte, el concerto solista adoptó muchas reminiscencias
procedentes de la ópera, trasladándolas a las salas de concierto, ya que el instrumento
solista presenta, en el marco de una estructura similar al aria, un virtuosismo que más
tarde estaría destinado a sobrepasar incluso la capacidad de aquellos maestros de la
técnica del canto, los castrati.
1. LA SINFONÍA
Evolución (1760-80)
En Viena, la obra de Wagenseil muestra una gran devoción por el estilo galante en su
profusión de células melódicas pequeñas y de naturaleza rítmica. Sus sinfonías constan
de tres movimientos y, en muchos casos, el último movimiento es un Minueto y Trío, o
bien un Tempo de Menuet. Su orquestación conserva una textura dominada por los
violines, con figuraciones acompañantes bastante rudimentarias en el resto de
instrumentos. A veces, entre las voces superiores de la cuerda se encuentran ciertas
relaciones que recuerdan a la sonata a trío. Pero en este período se observa una
tendencia a liberar a la viola de su emparejamiento con el bajo y, ocasionalmente se le
permite hacer la función de bajo, o incluso a enunciar una figura de articulación entre
las frases.
La posición de vanguardia de Viena, se debe a un grupo de compositores nacidos entre
1729 y 1739. F. Gassmann, J. Haydn, C. Oróñez, J. G. Albrechtsberger (1736-1809), M.
Haydn (1737-1806), L. Hofmann, C. Dittersdorf (1739-99) y J. Vanhal. Su escritura
muestra un cambio respecto al de Wagenseil y de la mayoría de los sinfonistas de la
generación anterior. Este cambio se observa no tanto en términos de estructura y
orquestación, sino en el modo en que las frases individuales se relacionan entre sí,
proporcionando un equilibrio nuevo a las melodías.
1 Antecedente Consecuente 2
b
a
V - VI 3 V - I
La ciudad de Mannheim fue, durante gran parte del siglo XVIII, el lugar donde se
asentó la corte más brillante de los países alemanes. El Elector del Palatinado Karl
Theodor (1742-99), estaba muy interesado en las artes y las ciencias, y reunió a un
grupo de músicos notables en torno a él, que se convertiría en la agrupación musical
más famosa de toda Europa. Bajo la dirección de Johann Stamitz (1717-1757, director
desde 1745), la orquesta de esta ciudad conquistó renombre a través de toda Europa por
su virtuosismo (el viajero Charles Burney en 1772, afirmó: “Quizás hay en ella más
solistas y buenos compositores que en cualquier orquesta de Europa; es un ejército de
generales, tan preparados para planear la batalla como para luchar como soldados”),
por su extensión dinámica, hasta entonces desconocida, que iba desde el pianissimo más
suave hasta el fortissimo más intenso y por el estremecedor sonido de sus crescendos. El
escritor Schubart escribía hacia 1784 o 1785:
La orquesta estaba integrada, hacia mediados de siglo, por unos cincuenta intérpretes
(34 de cuerda, el resto de viento).
Características:
- La melodía lo domina todo (se elimina el concepto de bajo continuo)
J. Stamitz: Sinfonía en Mib Mayor, ca. 1750, 1er movimiento, disposición y ejemplos de textura
Evolución (1760-80)
En estos años, la sinfonía estaba en manos de dos extranjeros, Abel y Christian Bach. El
éxito que tuvieron hizo que la obra de maestros como W. Boyce, T. Arne y T. Erskine, se
olvidase pronto, aunque todos ellos escribieron gran número de sinfonías entre 1760 y
1780. Fuertemente influidos por la figura de Haendel († en 1759) y por los
compositores italianos del momento, alternaban la idea de obertura y sinfonía. Thomas
Erskine asimiló la influencia de Mannheim (fue alumno de violín de J. Stamitz). Sin
embargo, el público londinense se identificaba con la obra de Abel y Bach. Un arte que
depende de la suavidad de la línea melódica, del brillo ocasional de ciertos pasajes
virtuosistas, rápidos y escalísticos, genera un tipo de obras que demuestran la
proximidad entre el gusto parisino y londinense de la época.
Arpegios en sentido
ascendente ( f ) Escala descendente ( p )
3ª Superior
En el ejemplo anterior, que data de 1761, Abel muestra un dominio de aquellos inicios
de máximo contraste, aunque totalmente equilibrados, que han pasado a la historia por
ser una característica de Mozart. Unos arpegios de movimiento ascendente, al unísono,
en forte, contrastan con una melodía descendente, en piano, armonizada sobre un pedal,
que se repite dos veces. En el compás 3, el arpegio se realiza a distancia de 3ª superior y
este cambio es respondido por la melodía descendente una 3ª más grave. Ciertamente,
el control intelectual del compositor sobre el material que la música le ofrece (la
melodía ascendente y descendente), crea un efecto de donde emerge toda la
estructura sinfónica. Si alguna vez existió el “clasicismo” en música, estos cuatro
compases lo ejemplifican.
Los últimos años del siglo XVIII asistieron al nacimiento de un número importante de
obras destinadas a ser interpretadas por más de una orquesta, para un público que se
regocijaba con los efectos de eco, como sus predecesores en el siglo XVII. Christian
Bach escribió 3 sinfonías para dos orquestas y que figuran entre las obras más populares
y más logradas de este compositor.
Características en las sinfonías escritas entre 1773 y 1776 por Emanuel Bach:
- No emplea los solemnes inicios acordales a los que sigue un tema de carácter
triádico. Por el contrario, Emanuel nos traslada al estilo íntimo del
Empfindsamkeit, ahora en términos de una música pública: un estilo que se
irá haciendo cada vez más personal y original.
Entre los años 1760 7 1780 la sinfonía fue la forma más importante de la música
pública en toda Europa. Se había convertido en un género autosuficiente; la
complejidad había comenzado a suplantar a la simplicidad de antaño, la sofisticación a
la sencillez; se buscaba un contenido melódico más expresivo que se superpusiese a la
vivacidad rítmica; y la necesidad sutil de colorido orquestal había modificado los
aluviones previos de cierta monocromía.
2. LA SINFONÍA CONCERTANTE
Uno de los productos más interesantes de la pasión del público por el colorido orquestal
de gran expresividad fue la sinfonía programática, cuyos ejemplos se pueden encontrar
en las sinfonías nos 6, 7 y 8 de Haydn, Le Matin, Le Midi y Le soir, y el Op. 12 de
Boccherini, una especie de mezcla entre la sinfonía y el concerto grosso. La sinfonía
concertante fue una especie de híbrido donde la sinfonía de concierto se entremezclaba
con una amplia variedad de formas, y cuyo resultado se parece más a un concerto que a
una sinfonía. Desde 1770, en Europa se escribieron muchas obras de esta clase, pero fue
en París donde tuvieron mayor acogida. Allí se escribieron más sinfonías concertantes
que en el resto del continente, con la posible excepción de Mannheim.
En sus inicios, estaba escrita para dos violines y orquesta (en ello, se parecía a su más
claro antecesor, el concerto grosso). Poco después, otros instrumentos como la viola, el
chelo y la flauta se fueron añadiendo al cuerpo de los solistas. Rápidamente les
siguieron el resto de los instrumentos de viento.: así, en 1778 la sinfonía concertante se
había convertido en un género estrechamente relacionado con solos de viento y una
orquestación heterogénea. La sinfonía concertante de Mozart, para flauta, oboe, fagot y
trompa, escrita en París en 1778, es un ejemplo típico del período (nunca ha sido
interpretada).
Evolución (1760-80)
El concierto solista
En este período, los conciertos solistas conservaron la popularidad que habían tenido en
el precedente, debido a la necesidad de satisfacer, bajo una amplia variedad de forma, el
gusto del virtuosismo del público, que era cada vez mayor. La elección de tal
instrumento muchas veces estaba en función del instrumento que tocaba el compositor,
sobre todo cuando la reputación de éste basaba, en la calidad de sus interpretaciones en
público.
Muchos conciertos públicos contenían en su programa dos o tres conciertos a solo y los
instrumentos elegidos iban desde el violín (el más popular), la viola, el chelo, la flauta,
clarinete, oboe, trompa francesa y arpa. También, con cierta frecuencia, se escuchaban
conciertos para órgano, pero no hay ninguna mención del clavecín (clave) o del
pianoforte como instrumentos solista hasta el año 1778, año en que una niña de trece
años interpretó un concierto para clavicémbalo de Christian Bach. El primer concierto
para pianoforte y orquesta data de 1779, el 15 de agosto y del 24 de diciembre. Los
conciertos para clavicémbalo no eran muy populares y muchos de ellos eran
interpretados, con frecuencia, por un órgano o un arpa.
Para Christian Bach el concierto, como la sonata, podía tener dos o tres movimientos. El
prototipo de concierto clásico podría ser:
Exposición orquestal I
Transición orquestal V
Reexposición I
Aunque a veces, el compositor se aparta de este esquema típico. Por ejemplo, Christian
Bach solía introducir material nuevo en sus secciones de desarrollo y, a menudo,
mantiene este principio en sus conciertos.
Los conciertos para teclado de Emanuel Bach no hacían sino añadir instrumentos de
viento a una pequeña orquesta de cuerda. En su evolución hacia la gran orquesta, el
concierto para teclado finalmente se apartó de los ideales del concierto de cámara de
épocas anteriores (o divertimentos, como Haydn los denominaba) y, el culto al
virtuosismo instrumental dominaría el género en el período siguiente, 1780-1800.