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TEJEDOR DE HISTORIAS

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LAS 4 FUNCIONES EJECUTIVAS DAÑADAS


EN EL TDAH
16 abril, 2015Jonatan Molina TorresBarkley, Entrenamiento neurocognitivo, Funciones Ejecutivas, Inhibición Conductual, TDAH

El Trastorno por Déficit de Atención/Hiperactividad (TDAH) ha sido históricamente un trastorno muy


complejo y controvertido. A la falta de un marcador biológico claro, se le une una falta de fiabilidad en los
protocolos de evaluación (y por tanto de los criterios diagnósticos) y un crisol de síntomas que empapan
casi todas las áreas de la vida del niño. Si además tenemos en cuenta su alta prevalencia (5% de la
población infantil según el DSM-V), los esfuerzos por alcanzar una base teórica consistente están más que
justificados.
En este sentido, el modelo de las funciones ejecutivas de Russell Barkley (1997) cambia totalmente el
enfoque del TDAH y se desvía de los 3 síntomas clásicos (inatención, hiperactividad e impulsividad) para
identificar en un mal funcionamiento de la corteza prefrontal la causa de lo que el autor denomina “déficit
en la inhibición conductual”.
¿QUÉ ES LA INHIBICIÓN CONDUCTUAL?
La inhibición conductual es definida por Barkley como la capacidad del niño para frenar las respuestas
motoras y emocionales que se producen inmediatamente después de la presentación de un estímulo para
sustituirlas por otras más adecuadas. En definitiva, el niño debe inhibir por un lado la ejecución de la
respuesta impulsiva y evitar por otro los estímulos internos o externos que puedan interferir en dicho
proceso (Orjales, 2000). En el espacio de tiempo que existe entre la inhibición de la primera respuesta y la
segunda, se ponen en marcha las funciones ejecutivas, que ayudan al individuo a resistir distracciones,
fijarse nuevas metas y hacer todo lo necesario por alcanzarlas. Las 4 funciones ejecutivas que Barkley
considera alteradas en el TDAH son la memoria de trabajo, el habla autodirigida, el control de la motivación,
las emociones y el estado de alerta y el proceso de reconstitución.
1. MEMORIA DE TRABAJO
La memoria de trabajo es la que retiene la información para su utilización una vez que el estímulo ya no
está presente. La falta de inhibición provoca que no puedan proteger esta información de la distracción,
por tanto ésta es mucho más volátil. En consecuencia, el niño con TDAH es menos capaz de aprender por
imitación o de utilizar información almacenada en el pasado para resolver problemas presentes. Además,
todo aquello relacionado con el tiempo como la organización, la percepción del paso del tiempo, etc.
también queda alterado.

Estos problemas se verán reflejados en problemas a la hora de manejar los tiempos de trabajo en la
escuela o en casa, en la incapacidad de repetir algo recién aprendido o repetido por la profesora y
dificultades en el área de las matemáticas por olvidar el signo, las llevadas o los datos del problema

2. HABLA AUTODIRIGIDA
Las autoverbalizaciones son consideradas una herramienta muy potente para regular el comportamiento
de los niños desde que se comprobó la eficacia del Entrenamiento en Autoinstrucciones de Meichenbaum
(Meichenbaum y Goodman, 1971). Esta conversación interna permite a los niños guiar su conducta en
base a reglas y perseverar de cara a conseguir metas.

El déficit que poseen los niños con TDAH en esta área no se basa en la inexistencia de este habla
autodirigida, más bien el problema es que sus verbalizaciones son de carácter emocional (“qué rollo”, “qué
cansado estoy”, “soy incapaz de hacer esto”) en vez de estar dirigidas a la acción (“ahora debo hacer
esto”, “debo llevar cuidado para no equivocarme”, “ahora voy a repasar para comprobar que todo está
correcto”), además de que suelen ser verbalizaciones externas o en voz alta en vez de encubiertas o en
voz baja. Esto provoca que realicen las tareas de una manera impulsiva y poco planificada, que no se
autoevalúen durante la ejecución, que no realicen repasos para encontrar errores o que no sepan auto-
reforzarse tras un trabajo bien hecho.

3. CONTROL DE LA MOTIVACIÓN, LAS EMOCIONES Y EL ESTADO DE ALERTA


Identificar y regular las reacciones emocionales facilita la obtención de metas, ya que se podrían bloquear
las emociones negativas para el desempeño de la tarea (ira, frustración, aburrimiento) y potenciar las
positivas (optimismo, energía, percepción de capacidad). La incapacidad que tienen los niños con TDAH
para generar emociones que motiven la acción provoca que dependan en gran medida de reforzadores
extrínsecos e inmediatos que les ayuden a perseverar en su objetivo.

Un déficit de esta función provoca explosiones emocionales en el niño, además de una baja tolerancia a la
frustración al no saber manejar las emociones negativas. La consecuencia de todo esto pueden ser
problemas de conducta asociados a la no aceptación de un “no” o la poca capacidad de perseverar en
tareas relacionadas con objetivos a largo plazo (por ejemplo: estudiar para un examen dentro de un mes o
comenzar un trabajo que se entrega en dos semanas).

4. PROCESO DE RECONSTITUCIÓN
Los niños con TDAH tienen muchos problemas a la hora de analizar y dividir las conductas observadas en
partes pequeñas para poder recombinarlas y diseñar acciones o soluciones nuevas. Esto hace que no
sean capaces de generalizar una estrategia aprendida para otros contextos similares.

Esto tiene impacto en el día a día del niño a la hora de encontrarse con situaciones nuevas en las que
tiene que aportar nuevas soluciones, ya sean situaciones sociales, académicas o familiares. En el ámbito
académico, por ejemplo, será complicado que el niño aplique conocimientos teóricos instalados en su
mente a un ambiente práctico (puede saberse las reglas de ortografía de memoria, pero seguir escribiendo
mal).

CONCLUSIÓN
El enfoque multidisciplinar es el recomendado por las guías clínicas para manejar el TDAH de una manera
más efectiva. La combinación de tratamiento farmacológico, psicológico y psicopedagógico es la
herramienta más potente para aliviar los síntomas del trastorno, unido al entrenamiento parental para
manejar problemas de conducta en el hogar. Sin embargo, los nuevos hallazgos ponen sobre la mesa la
necesidad de incluir una nueva intervención como es la neuropsicológica o neurocognitiva. Lo que parece
claro es que no nos podemos quedar únicamente en resolver aquellos problemas “visibles” que tiene el
niño, sino que debemos aprovechar la plasticidad del cerebro infantil para mejorar las funciones de la
corteza prefrontal para que, consecuentemente, se reduzcan los problemas del resto de áreas.

BIBLIOGRAFÍA
American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders. DSM-V.
Washington, D.C.: American Psychiatric Association.
Barkley, R.A. (1997). ADHD and The Nature of Self-Control. New York: Guildford Press.
Orjales, I. (2000). Déficit de atención e hiperactividad: el modelo híbrido de las funciones ejecutivas de
Barkley. Revista Complutense de Educación, 11(1), 71-84.

Criterios para diagnosticar el TDAH

Home » Criterios para diagnosticar el TDAH: En la actualidad existen dos sistemas de clasificación internacional de
criterios para diagnosticar el TDAH (Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad): DSM-5 (APA, 2013) y CIE-
10 (OMS, 1992). A continuación se explican qué son los sistemas de clasificación, se exponen los criterios de cada
uno de estos sistemas y también se realiza una comparación entre ambos.

¿Qué son los criterios diagnósticos?: Se trata del conjunto de síntomas que deben presentarse para realizar un
diagnóstico. En el caso del TDAH, existen dos sistemas de clasificación que comprenden unos criterios diagnósticos
específicos según han establecido la American Psychiatric Association (APA) y la Organización Mundial de la Salud
(OMS). Con estas clasificaciones, lo que se pretende es establecer las condiciones y síntomas que se deben dar en
los pacientes para poder realizar un diagnóstico.

DSM (APA, 2013): El DSM es el manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (Diagnostic and
Statistical Manual of Mental Disorders). En 2013 la American Psychiatric Association publicó la quinta revisión de
éste, el DSM-5, en vigor en la actualidad. Anteriormente el manual DSM-IV TR se publicó en 2001. Es el sistema de
clasificación de trastornos mentales más utilizado a nivel mundial, aportando descripciones, síntomas y otros
criterios útiles para el diagnóstico de los trastornos mentales. Es revisado de forma periódica, de acuerdo con las
investigaciones, estudios y descubrimientos realizados.

DSM-5: A continuación se detalla la clasificación del TDAH según el DSM-5:


A- Patrón persistente de inatención y/o hiperactividad-impulsividad que interfiere con el funcionamiento o
desarrollo que se caracteriza por (1) y/o (2):
1. Inatención: Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6 meses en un grado que
no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades sociales y
académicas/laborales: NOTA: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición,
desafío, hostilidad o fracaso para comprender las tareas o instrucciones. Para adolescentes mayores y adultos (a
partir de 17 años de edad), se requiere un mínimo de 5 síntomas.

a. Con frecuencia falla en prestar la debida atención a los detalles o por descuido se cometen errores en las tareas
escolares, en el trabajo o durante otras actividades (por ejemplo, se pasan por alto o se pierden detalles, el trabajo
no se lleva a cabo con precisión).
b. Con frecuencia tiene dificultades para mantener la atención en tareas o actividades recreativas (por ejemplo,
tiene dificultad para mantener la atención en clases, conversaciones o lectura prolongada).
c. Con frecuencia parece no escuchar cuando se le habla directamente (por ejemplo, parece tener la mente en otras
cosas, incluso en ausencia de cualquier distracción aparente).
d. Con frecuencia no sigue las instrucciones y no termina las tareas escolares, los que haceres o los deberes
laborales (por ejemplo, inicia tareas pero se distrae rápidamente y se evade con facilidad).
e. Con frecuencia tiene dificultad para organizar tareas y actividades (por ejemplo, dificultad para gestionar tareas
secuenciales; dificultad para poner los materiales y pertenencias en orden; descuido y desorganización en el trabajo;
mala gestión del tiempo; no cumple los plazos).
f. Con frecuencia evita, le disgusta o se muestra poco entusiasta en iniciar tareas que requieren un esfuerzo mental
sostenido (por ejemplo tareas escolares o quehaceres domésticos; en adolescentes mayores y adultos, preparación
de informes, completar formularios, revisar artículos largos).
g. Con frecuencia pierde cosas necesarias para tareas o actividades (por ejemplo, materiales escolares, lápices,
libros, instrumentos, billetero, llaves, papeles de trabajo, gafas, móvil).
h. Con frecuencia se distrae con facilidad por estímulos externos (para adolescentes mayores y adultos, puede incluir
pensamientos no relacionados).
i. Con frecuencia olvida las actividades cotidianas (por ejemplo, hacer las tareas, hacer las diligencias; en
adolescentes mayores y adultos, devolver las llamadas, pagar las facturas, acudir a las citas).

2. Hiperactividad e Impulsividad: Seis (o más) de los siguientes síntomas se han mantenido durante al menos 6
meses en un grado que no concuerda con el nivel de desarrollo y que afecta directamente las actividades sociales y
académicas/laborales: NOTA: Los síntomas no son sólo una manifestación del comportamiento de oposición,
desafío, hostilidad o fracaso para comprender las tareas o instrucciones. Para adolescentes mayores y adultos (a
partir de 17 años de edad), se requiere un mínimo de 5 síntomas.
a. Con frecuencia juguetea o golpea con las manos o los pies o se retuerce en el asiento.
b. Con frecuencia se levanta en situaciones en que se espera que permanezca sentado (por ejemplo, se levanta en
clase, en la oficina o en otro lugar de trabajo, en situaciones que requieren mantenerse en su lugar.
c. Con frecuencia corretea o trepa en situaciones en las que no resulta apropiado. (Nota: En adolescentes o adultos,
puede limitarse a estar inquieto.).
d. Con frecuencia es incapaz de jugar o de ocuparse tranquilamente en actividades recreativas.
e. Con frecuencia está “ocupado”, actuando como si “lo impulsara un motor” (por ejemplo, es incapaz de estar o se
siente incómodo estando quieto durante un tiempo prolongado, como en restaurantes, reuniones; los otros pueden
pensar que está intranquilo o que le resulta difícil seguirlos).
f. Con frecuencia habla excesivamente.
g. Con frecuencia responde inesperadamente o antes de que se haya concluido una pregunta (por ejemplo, termina
las frases de otros; no respeta el turno de conversación).
h. Con frecuencia le es difícil esperar su turno (por ejemplo, mientras espera una cola).
i. Con frecuencia interrumpe o se inmiscuye con otros (por ejemplo, se mete en las conversaciones, juegos o
actividades; puede empezar a utilizar las cosas de otras personas sin esperar o recibir permiso; en adolescentes y
adultos, puede inmiscuirse o adelantarse a lo que hacen los otros).

B- Algunos síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos estaban presentes antes de los 12 años.


C- Varios síntomas de inatención o hiperactivo-impulsivos están presentes en dos o más contextos (por ejemplo, en
casa, en el colegio o el trabajo; con los amigos o familiares; en otras actividades).
D- Existen pruebas claras de que los síntomas interfieren con el funcionamiento social, académico o laboral, o
reducen la calidad de los mismos.
E- Los síntomas no se producen exclusivamente durante el curso de la esquizofrenia o de otro trastorno psicótico y
no se explican mejor por otro trastorno mental (por ejemplo, trastorno del estado de ánimo, trastorno de ansiedad,
trastorno disociativo, trastorno de la personalidad, intoxicación o abstinencia de sustancias).
En función de los resultados se podrán clasificar las siguientes presentaciones:
Presentación combinada: Si se cumplen el Criterio A1 (inatención) y el Criterio A2 (hiperactividad-impulsividad)
durante los últimos 6 meses.
Presentación predominante con falta de atención: Si se cumple el Criterio A1 pero no se cumple el criterio A2
(hiperactividad-impulsividad) durante los últimos 6 meses.
Presentación predominante hiperactiva/impulsiva: Si se cumple el Criterio A2 (hiperactividad-impulsividad) y no se
cumple el Criterio A1 (inatención) durante los últimos 6 meses.
CIE (OMS, 1992)/ La CIE es la Clasificación Internacional de Enfermedades (en inglés, ICD: International Statistical
Classification of Diseases and Related Health Problems) realizada por la Organización Mundial de la Salud.
Actualmente se trabaja con la décima revisión, que se publicó en 1992, pero ya se está trabajando en una nueva
versión, la CIE-11. La OMS publica actualizaciones de carácter menor cada año, y actualizaciones más importantes
cada tres años. En esta clasificación las enfermedades son agrupadas por categorías y reciben cada una un código.
Una de las peculiaridades de la CIE-10 es que se refiere al TDAH como Trastorno Hipercinético.

CIE-10//// A continuación se detallan los criterios diagnósticos para el trastorno hipercinético según la CIE-10:
Déficit de atención
1. Frecuente incapacidad para prestar atención a los detalles junto a errores por descuido en las labores escolares y
en otras actividades.
2. Frecuente incapacidad para mantener la atención en las tareas o en el juego.
3. A menudo aparenta no escuchar lo que se le dice.
4. Imposibilidad persistente para cumplimentar las tareas escolares asignadas u otras misiones.
5. Disminución de la capacidad para organizar tareas y actividades.
6. A menudo evita o se siente marcadamente incómodo ante tareas como los deberes escolares, que requieren un
esfuerzo mental mantenido.
7. A menudo pierde objetos necesarios para unas tareas o actividades, como material escolar, libros, etc.
8. Fácilmente se distrae ante estímulos externos.
9. Con frecuencia es olvidadizo en el curso de las actividades diarias.
Hiperactividad
1. Con frecuencia muestra inquietud con movimientos de manos o pies, o removiéndose en su asiento.
2. Abandona el asiento en el aula o en otras situaciones en las que se espera que permanezca sentado.
3. A menudo corretea o trepa en exceso en situaciones inapropiadas.
4. Inadecuadamente ruidoso en el juego o tiene dificultades para entretenerse tranquilamente en actividades
lúdicas.
5. Persistentemente exhibe un patrón de actividad excesiva que no es modificable sustancialmente por los
requerimientos del entorno social.
Impulsividad
1. Con frecuencia hace exclamaciones o responde antes de que se le hagan las preguntas completas.
2. A menudo es incapaz de guardar turno en las colas o en otras situaciones en grupo.
3. A menudo interrumpe o se entromete en los asuntos de otros.
4. Con frecuencia habla en exceso sin contenerse ante las situaciones sociales.
La CIE-10 establece que para realizar el diagnóstico de TDAH, el paciente cumpla:
– 6 de los síntomas descritos en el apartado “Déficit de Atención”
– 3 de los síntomas descritos en el apartado “Hiperactividad”
– 1 de los síntomas descritos en el apartado “Impulsividad”
Estos síntomas deben además estar presentes antes de los 7 años y darse en dos o más aspectos de la vida del niño
(escolar, familiar, social), y afectar negativamente a su calidad de vida. Tampoco se considerará el diagnóstico de
Trastorno Hipercinético si cumple los criterios de: trastorno generalizado del desarrollo, episodio depresivo o
trastorno de ansiedad.

Comparación entre DSM-5 y CIE-10// ¿Qué es el tratamiento psicopedagógico?

El tratamiento psicopedagógico del TDAH es un recurso muy importante para responder adecuadamente a
las necesidades educativas específicas que puedan tener los alumnos con TDAH, procurando comprender los
procesos de enseñanza y aprendizaje en el contexto escolar y extraescolar. El objetivo de este tratamiento
es conseguir que el alumno aprenda de una forma más efectiva.
Como ya hemos visto, el TDAH no sólo afecta a la conducta, sino que también afecta a nivel cognitivo. Esto quiere
decir, que debemos ayudar al niño con TDAH a que compense esta dificultad a través de diversas habilidades. La
enseñanza de estas habilidades es lo que entendemos por tratamiento psicopedagógico.
Formación de los profesores
El colegio como hemos mencionado en Detectar el TDAH en el colegio, es un entorno ideal para detectar el trastorno
y esencial para su manejo. Por ello es fundamental que los docentes reciban información y formación sobre el
trastorno, para que estén alerta para la detección ante las posibles señales y que sepan cómo atender a cada uno
de sus alumnos en función de las necesidades, para mejorar el rendimiento en el aula y favorecer un entorno
apropiado para el aprendizaje.
Intervenciones psicopedagógicas
Anticipar
En este caso se trabaja sobre la capacidad de prepararse para realizar una actividad o una tarea. De esta forma, el
niño con TDAH puede evitar mediante la realización de un listado, por ejemplo, que se le olviden los materiales que
va a necesitar para realizarla.
Planificar////Desarrollando la capacidad del niño de establecer los diferentes pasos que tiene que realizar para
alcanzar un objetivo. Este trabajo de planificación también le va a ayudar a fragmentar las tareas y que le resulte más
sencillo finalizar lo que empieza.

Monitorizar

 Se pretende desarrollar la capacidad del alumno de monitorizar su actuación durante el desarrollo de una
tarea de acuerdo con las instrucciones que se han dado. Se puede monitorizar durante la tarea o después de
haberla realizado, corrigiendo la acción que no se haya hecho correctamente.
 Organiza rTener una agenda de la cual se lleve un control frecuente ayuda a recordar las tareas pendientes
y los materiales necesarios. Es muy útil también organizar un esquema de asignaturas y aulas, para poder
anticipar el cambio antes de que se produzca.

 Evaluaciones Adaptar las evaluaciones para que les sea más sencillo completar los exámenes es una
medida que puede tener un impacto muy positivo en sus resultados. Por ejemplo, dejarles un poco más de
tiempo para terminarlo, dejar que hagan los exámenes en un entorno más tranquilo o dejar que se levante
cada cierto tiempo.

 Rutina Los niños con TDAH pueden enfrentarse a menudo a muchas dificultades en la jornada escolar debido
a sus problemas de atención y comportamiento. Establecer una buena rutina en el colegio puede:

–facilitar la interiorización de una estructura que permita la diferenciación entre cada asignatura,
profesor y aula.
– ayudar a que el niño esté a tiempo en clase con los deberes y materiales adecuados.
– favorecer que el niño esté más centrado y le resulte más sencilla la consecución de tareas.
 Evaluación del aprendizaje
 Evaluar el aprendizaje, reconocer los avances y facilitar comentarios al respecto es especialmente
importante en el entorno escolar. Las observaciones positivas del profesor, aunque los logros sean muy
pequeños, pueden ser alentadoras y mejorar la autoestima y la motivación de lo niños.
 Puede ser útil tener en cuenta en la valoración:
– un reconocimiento más informal de las conductas positivas que ayudan al aprendizaje diario, como
por ejemplo, estar atento en clase.
– los deberes y tareas que se han completado.

Aunque los niños con TDAH tengan los conocimientos apropiados para obtener buenas notas en los exámenes, les
puede resultar complicado adaptarse al formato y a los tiempos establecidos. Esto suele ser causado por:
distracciones constantes, problemas para gestionar el tiempo, dificultad en el inicio de las tareas y para recordar
hechos concretos.
Aplicar otros métodos de evaluación puede ofrecer al niño más oportunidades de demostrar sus conocimientos.
Como pruebas basadas en conversaciones y proyectos, en lugar de pruebas escritas.
Si la evaluación debe ser por escrito estas son unas recomendaciones que pueden ayudarle a obtener mejores
resultados:
– Concederle más tiempo.
– Colocar a los niños que dispongan de más tiempo para realizarlo en un aula aparte para evitar distracciones y
conflictos entre compañeros.
– Realizar exámenes tipo antes de la evaluación real.
– Colocar al niño en un sitio lejos de distracciones.
– Leer en voz alta las preguntas e instrucciones antes del inicio de la evaluación.
– Hacer hincapié en los elementos que pueden causar confusión dentro del examen
Actividades para trabajar con niños con TDAH
– tienen 18 síntomas descritos
– implican la presencia de síntomas durante más de 6 meses
– requieren que los síntomas afecten a varios ámbitos de la vida del niño
– consideran que debe haber un deterioro funcional causado por el trastorno
– coinciden en que la sintomatología no pueda explicarse por otro trastorno

DSM-5
– los síntomas deben estar presentes antes de los 12 años.
– no tienen por qué darse los 3 síntomas en el paciente
– el TDAH puede coexistir con alteraciones de ansiedad y/o estados de ánimo comórbidos.

CIE-10
– los síntomas deben estar presentes antes de los 7 años.
– deben estar presentes los 3 síntomas en el paciente.
– la ansiedad u otros trastornos del estado del ánimo excluyen el diagnóstico del trastorno hipercinético. Teniendo
en cuenta estas diferencias, se constata que los criterios de diagnóstico del Trastorno Hipercinético por el CIE-10 son
más restrictivos que los criterios diagnósticos del DSM-5 para el TDAH.

ACTIVIDADES PARA TRABAJAR CON NIÑOS CON TDAH


Como ya sabemos el TDAH es un trastorno que se caracteriza por niveles de impulsividad, falta de atención y
actividad que no se adecuan a la edad del desarrollo del niño, debido a la inmadurez que éstos presentan en su
cerebro.Las Funciones Ejecutivas, las cuales son capacidades que tienen que ver con la organización y planificación
están afectadas en este trastorno. Por lo que son niños que tienen muchas dificultades en la regulación de su
comportamiento a la hora de ajustarse a normas y también problemas para adaptarse a distintos entornos.Se deben
utilizar con ellos actividades que van a mejorar su atención, concentración, memoria y función ejecutiva. Actividades
que también les ayudará a tranquilizarse y a controlar sus impulsos, ya que los problemas que estos niños presentan
afectan su bienestar personal tanto en casa como en la escuela.

ACTIVIDADES PARA TRABAJAR TANTO EN CASA COMO EN LAS TERAPIAS Y ESCUELA: recuerda siempre que el
material que vayas a trabajar debe utilizarse según la edad del niño.

 JUEGO DE PARES O MEMORY: un buen ejercicio para trabajar el déficit atencional que presentan estos niños es el
juego de pares, el cual estimula no sólo la atención sino también la memoria. Trabajando según el grado de
dificultad en la edad del niño. Este juego se trata de formar parejas con cartas o tarjetas que se le presenten al
niño. Si deseas puedes elaborarlos tú mismo según los gustos del niño.
 JUEGO DE LA TORRE O JENGA: es un juego de habilidad física y mental donde se trabaja a la vez la atención,
memoria, función ejecutiva, motricidad fina y la coordinación oculo-manual. Especialmente se trabajará el control
de impulsos, debido a que el niño tiene que detenerse a pensar inhibiendo su impulsividad para sacar la siguiente
pieza sin que se le caiga la torre, planificando su siguiente movimiento.
 PUZZLE O ROMPECABEZAS: además de ser una actividad llamativa para los niños, les ayuda a enfocarse en una
tarea, trabajando la atención sostenida, selectiva y a la vez la motricidad fina y función ejecutiva. Debes utilizar
rompecabezas de acuerdo a la edad del niño.
 BUSCAR OBJETOS ESCONDIDOS CON LÁMINAS CON DISTRATCORES: se debe utilizar láminas que tengan varios
estímulos, aumentando poco a poco la complejidad. Por ejemplo una lámina de una ciudad, donde tenga que
buscar determinados elementos, como buscar la estación de bomberos, que cuente cuántas personas hay, etc.
 LABERINTOS: esta actividad sirve para trabajar la atención y sobre todo la función ejecutiva, donde el niño tiene
que elaborar una planificación para llegar a la salida.
 MAPAS: también puedes utilizar una bola del mundo, el niño en esta actividad trabajará la planificación y
conceptos escolares. Consiste en que le pidas al niño que busque un lugar específico. Por ejemplo una ciudad de
un país, si es de España, pídele que encuentre dónde está Barcelona. El niño también trabaja en esta actividad la
atención sostenida y selectiva.
 COLOREAR MANDALAS: esta actividad les ayuda a concentrarse y relajarse. Sobre todo a los niños que están
estresados, les ayudará mucho esta actividad, en la cual también pueden desarrollar su creatividad.
 SOPA DE LETRAS Y CRUCIGRAMAS: actividad que les ayudará en atención, concentración, memoria e inhibición de
impulsos. Especialmente trabajará la atención sostenida y selectiva.
 COLOREAR SIN DEJAR ESPACIOS LIBRES O SIN SALIRSE DEL ESPACIO: se puede utilizar cualquier material para
pintar como lápices de colores, marcadores, temperas, etc. En esta actividad el niño trabajará atención,
concentrar y especialmente el control de impulsos.
 LECTURAS DE CUENTOS: se le contará una historia al niño, donde logremos captar la atención de éste y se le irá
preguntando cosas sobre la historia para ver si está prestando atención. También le podemos preguntar al niño
que cree que seguirá después para que trabaje la creatividad. Finalmente se le puede preguntar sobre toda la
historia que vaya en orden según lo que se le ha contado. Por ejemplo ¿qué pasó inicialmente?.
 TÉCNICAS DE RELAJACIÓN: se trata de ayudarle al niño a centrarse en diferentes partes del cuerpo, es decir cara,
brazos, piernas, etc., para trabajar la tensión y la distensión. Los niños tienden a estar en constante movimiento
pero también es necesario momentos de calma, que por medio de la relajación lo pueden conseguir,
especialmente los niños que presentan TDAH. También se les puede poner música relajante.
 REALIZAR DEPORTE: la actividad física ayudará a que canalicen su falta de atención y a la vez les ayudará a reducir
sus niveles de ansiedad y a descargar toda la energía que poseen de manera adecuada. La natación especialmente
es un buen deporte.

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