Medicina Cientifica PDF
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I. Introducción
Paleopatología y Paleomedicina
Este relato muestra, de manera muy notoria, el elemento empírico que puede
tener la medicina primitiva junto al mágico-religioso. Entre los medios terapéuticos
eficaces que abarca este elemento empírico de la medicina primitiva, destacan las
plantas medicinales. De éstas pertenecen a la farmacopea moderna, entre otras, las
siguientes: ácido salicílico, quinina, opio, cocaína, efedrina, colchicina, digital,
ergotamina. La digital se incorporó a nuestra farmacopea después del redescubrimiento
de Whitering publicado en1785 después de 10 años de experiencia.
En la próxima lección se verá qué pasa con los elementos religioso, mágico y
empírico en la medicina del Antiguo Egipto, que tomaremos como modelo de la
medicina arcaica.
Egipto
Geografía e Historia
No existe otro país en que el nacimiento, apogeo y fin de una cultura abarque
tanto tiempo como Egipto.
La época dinástica abarca los últimos 3.000 años A.C., en que reinaron soberanos de 30
dinastías. En este largo período se suceden: el Imperio Thinita (I-II dinastías hasta el
2650), el Imperio Antiguo (III-VIII dinastías hasta aproximadamente el año 2200 A.C.), el
I Período Intermedio (IX-X dinastías hasta alrededor del 2000), el Imperio Medio (XI-XII
dinastías hasta cerca del 1800 A.C.), el II Período Intermedio (XIII-XVII dinastías hasta
alrededor del 1600 A.C.), el Imperio Nuevo (XVIII-XX dinastías hasta cerca del 1000 A.C.),
el III Período Intermedio o de Decadencia (XXI-XXIV dinastías hasta alrededor del 700
A.C.), el Período Tardío (XXV-XXX dinastías en el período que llega hasta la conquista de
Egipto por Alejandro Magno: 332 A.C.).
Escritura
La escritura hieroglífica, para muchos una de las más bellas, fue descifrada en la
piedra de Rossetta hallada en la localidad de ese nombre, actual Rashid, en la región del
delta del Nilo. Se trata de un mismo texto grabado en hieroglifos, demótico y en griego.
Es un fragmento de un decreto de 196 A.C. de tiempos de Tolomeo V. La escritura
hieroglífica fue descifrada por Jean-François Champollion, un hombre genial, que
falleció a los 42 años en 1832. El principal problema que resolvió Champollion en 1822
fue el que se trata de una escritura mixta, en buena parte alfabética: comprende
fonogramas, que representan letras o sílabas, y logogramas, que representan palabras.
Algunos signos pueden representar una palabra o una sílaba, o una palabra o una letra.
Frecuentemente, en la grafía de una palabra se combinan signos silábicos y alfabéticos.
Las vocales comúnmente carecen de representación gráfica, de manera que hoy día las
palabras se leen usando una vocal convencional. La escritura hieroglífica consta de unos
6000 signos, pero los usados corrientemente en cada época son menos de 1000. Los
hieroglifos comúnmente están escritos de derecha a izquierda, pero pueden escribirse
en sentido contrario o en columnas puestas de derecha a izquierda o al revés.
Medicina
La Medicina Mágico-Sacerdotal
La palabra del sacerdote sin duda podía tener un efecto benéfico en el enfermo.
Desde luego se trataba de un paciente muy religioso y sensible a la sugestión. El
sacerdote daba paz y confianza al enfermo y así el paciente podía colocarse en el mejor
estado anímico para poner en marcha el poder de recuperación de su organismo.
Diríamos que se trataba de una psicoterapia. Naturalmente, esta acción difícilmente era
posible en las heridas, traumatismos y tumores.
En este ámbito de la medicina se sostenía que cada parte del cuerpo -según
algunos se distinguían 36- era un dios o estaba regida por un dios. Así, se invocaba al
dios correspondiente a la parte enferma. Como los dioses eran identificados con partes
del universo, planetas, ríos y montañas, el hombre se convertía en un microcosmos, idea
a la que llegará Demócrito no por vía mitológica sino naturalista. Así también se
desarrollaron una anatomía mitológica y una medicina astrológica. Nuestra
nomenclatura tiene huellas de esta anatomía: la vértebra Atlas, el Monte de Venus, el
laberinto del peñasco.
La Medicina Empírica
Teoría Médica
Ciertamente, uno puede imaginarse las malas condiciones en que se obtenían las
vísceras, pero caben dudas de que fuera esto la razón de fondo.
El asta oriental de esa región que Breadsted llamó media luna fértil, corresponde
a Mesopotamia, cuya parte meridional, la Baja Mesopotamia al sur de la actual Bagdad,
es la región de Babilonia. Allí diversos pueblos participaron en el desarrollo de altas
civilizaciones que se sucedieron con notable continuidad desde tiempos tan lejanos
como los del inicio de la civilización egipcia. La escritura cuneiforme, tan antigua como
la egipcia, era grabada en tablas de arcilla, de manera que la escritura se conserva mejor
que hecha en papiros. El primer documento que se descifró fue la Piedra de Behistún,
se trata de escritura cuneiforme persa, descifrada por el filógogo alemán Grotefend.
Hay testimonios de que en esas culturas hubo una medicina de menor desarrollo
que la egipcia, sin separación de los elementos mágico-religioso y empírico, pero con un
marcado elementos astrológico: puesto que la marcha de las estrellas y el curso de los
planetas siguen leyes fijas, las potencias celestiales debían regir el destino de los
hombres lo mismo que la carrera de los astros. Uno de los documentos más valiosos que
se conservan, es el código de Hammurabi del Antiguo Reino de Babilonia. Es el primer
cuerpo legal que se conoce, data de alrededor del 2250 a.C. y tiene su origen en
preceptos sumerios un milenio más antiguos. Este código y otros documentos muestran
un fuerte sentido de justicia similar al expresado en el Viejo Testamento. De ahí proviene
la ley del talión. Este cuerpo legal contiene disposiciones concernientes a la práctica
médica. Así, por ejemplo, dice: Si un médico...vacía un absceso del ojo y causa al
paciente la pérdida del mismo, sus manos serán amputadas. La pena en caso de que el
enfermo fuera un esclavo, era menor. Otras disposiciones fijan los honorarios en caso
de éxito. Estos testimonios indican también que la limpieza era tenida por virtud, que se
tenía el concepto de contagio y que por esta razón los enfermos de lepra eran aislados.
Estos tres elementos que llegaron a nuestra cultura a través de los judios parecen ser
originarios de Babilonia.
Medicina prehipocrática
Esculapio es una figura oscura que parece haber tenido existencia humana hacia
el año 1.200 a.C. y que después se convirtió en el dios de la medicina. Hijas de Apolo son
Higiea, diosa de la salud, y Panacea, diosa remediadora de todo. La serpiente, con que
suele representarse a Esculapio, es un animal sagrado en la mitología griega y símbolo
de las virtudes medicinales de la tierra.
Hipócrates
De Hipócrates se saben de modo casi cierto, muy pocas cosas. La única biografía
que se conoce de la Antigüedad fue escrita por Sorano unos 500 años después de la
muerte de Hipócrates. Se sabe que nació en la isla de Cos hacia el año 460 a.C., por
tanto, era coetáneo de Demócrito y unos diez años menor que Sócrates. Se sabe,
además, que fue un médico destacado y, como era lo usual, itinerante. Al parecer,
ejerció la medicina también en la isla de Tasos, en Tracia, cerca del Ponto Euxino y en
Tesalia, donde murió, según se cree, en Larisa cerca de los 80 años, esto es, alrededor
del año 380 a.C. Tampoco se conoce con certeza su figura; ninguno de los bustos que se
habían considerado de él, lo son con seguridad. Sin embargo, en la isla de Cos se
encontraron cuatro monedas del siglo I A,.C. grabadas con la efigie y nombre de
Hipócrates: es la cabeza de un hombre robusto, calvo, nariz gruesa y barba corta. Uno
de los bustos existentes tiene estos rasgos.
Hay varios relatos sobre Hipócrates en que aparece como un médico legendario,
y estas leyendas pueden tener algo de verdad. Parece cierto que para los alejandrinos
fue el introductor de la dietética. Desde entonces su fama creció de siglo en siglo y en
particular, desde que Galeno lo consideró el médico perfecto. Para el mundo de
Occidente es el padre de la medicina y personifica el ideal de médico con los valores
eternos de la profesión médica.
La cuestión hipocrática
Tratados teóricos: son dos los más importantes. Sobre la medicina antigua es una
bella obra filosófica, aunque se inicia con una crítica a la filosofía por su intromisión en
la medicina; Sobre la naturaleza del hombre es uno de los textos tardíos, contiene la
doctrina sobre los cuatro humores.
Hay varias obras que versan sobre terapéutica, están las de dietética, entre ellas
Sobre la dieta en enfermedades agudas, y las de cirugía, entre ellas: Sobre fracturas, y
Sobre articulaciones, esta última es muy especial porque está ilustrada. El libro Sobre
las heridas de la cabeza es de cirugía militar.
Entre los tratados ginecológicos son notables los dos libros Sobre las
enfermedades de la mujer, que abarca la ginecología y obstetricia. En ese tiempo en
Grecia las mujeres no solían ser atendidas por médicos, de manera que las
enfermedades ginecológicas y obstétricas no eran de conocimiento corriente entre
médicos.
Están, por último, los tratados deontológicos, entre ellos el Juramento y Sobre el
médico, un libro apologético de la medicina, Sobre el arte, y el magnífico libro de los
Aforismos, uno de los más conocidos de la literatura médica universal.
Fundamento científico
También se observó una relación entre los humores y los temperamentos, así,
en el temperamento melancólico domina la bilis negra. Más tarde los árabes, siguiendo
esta misma doctrina, describirán los temperamentos sanguíneo, flegmático y colérico.
Esto es el germen de la medicina psicosomática y de la teoría de los tipos
constitucionales. Por otra parte, la naturaleza del hombre también encierra una
potencia curativa, la vis medicatrix naturae.
La salud fue concebida como una buena mezcla de los humores, como una
eyctasía, lo que representaba armonía en la naturaleza del hombre. El estado de salud
era justo, fuerte, equilibrado y bello. En tanto la enfermedad era un cambio de esta
naturaleza que resultaba de una mala mezcla de los humores, era una dyscrasía, un
desequilibrio general, y, por consiguiente, el hombre enfermaba en su totalidad. En la
medicina actual es frecuente calificar la salud como un estado de equilibrio y a la
enfermedad, como un desequilibrio.
Las enfermedades tenían días críticos, días en que podía ocurrir la crisis. Así, uno
de los aforismos dice:
El concepto de enfermedad
El Arte Hipocratico
Para hacer este arte el médico hipocrático actuaba en estrecha relación con el
paciente. El enfermo, sus familiares e incluso el medio ambiente, debían todos cooperar
con la acción del médico.
La palabra cirugía viene de chéir, que significa mano y de érgon, que quiere decir
trabajo. Para el médico hipocrático era muy importante tener habilidad manual. Había
una cirugía puramente manual y una instrumental. A la primera pertenecía, por ejemplo,
la reducción de fracturas; a la segunda, el uso del bisturí, por ejemplo, para vaciar
abscesos o para la flebotomía para realizar una sangría. A pesar de que la dietética era
la rama más estimada, la que tuvo mayor desarrollo fue la cirugía.
La salud era el bien más preciado en esa sociedad griega, sin salud no podía haber
belleza, y por lo tanto no podía alcanzarse el ideal de reunir ambas condiciones. Y esto
influyó en que el médico tuviera una buena posición social, a pesar de que su trabajo en
buena parte era manual y retribuido con dinero, dos cosas que eran menospreciadas. Si
bien la medicina era sólo un saber técnico y no ciencia propiamente, no era una técnica
cualquiera, pues el médico se ocupaba de devolver ese bien al enfermo, era la más
elevada de las artes.
Aspecto ético
Este es uno de los aspectos más relevantes del arte hipócratico, en el que la
profesión médica alcanza una alta dignidad. El médico, en su quehacer, debía estar
guiado por dos principios: el amor al hombre y el amor a su arte. En el ejercicio de su
profesión el médico ha de cumplir deberes frente al enfermo, frente a sus colegas y
frente a la pólis. La idea moral culmina con la exigencia de que el médico debe ser bello
y bueno, calós cagathós, y al lograrlo, él se convierte en áristos, es decir, en noble. Con
ello se da cumplimiento al juicio valórico de Homero según el cual el médico es un
hombre que vale por muchos otros.
Juro por Apolo médico, por Asclepio, Higiea y Panacea, así como por todos los
dioses y diosas, poniéndolos por testigos, dar cumplimiento en la medida de mis fuerzas
y de acuerdo con mi criterio, a este juramento y compromiso:
Tener al que me enseñó este arte en igual estima que a mis progenitores,
compartir con él mi hacienda y tomar a mi cargo sus necesidades si le hiciera falta;
considerar a sus hijos como hermanos míos y enseñarles este arte, si es que tuvieran
necesidad de aprenderlo, de forma gratuita y sin contrato; impartir los preceptos, la
instrucción oral y todas las demás enseñanzas de mis hijos, de los de mi maestro y de
los discípulos que hayan suscrito el compromiso y estén sometidos por juramento a la
ley médica, pero a nadie más.
Haré uso del régimen dietético para ayuda del enfermo, según mi capacidad y
recto entender: del daño y la injusticia lo preservaré.
No haré uso del bisturí ni aun con los que sufren el mal de piedra: dejaré esa
práctica a los que la realizan.
A cualquier casa que entrare acudiré para asistencia del enfermo, fuera de todo
agravio intencionado o corrupción, en especial de prácticas sexuales con las personas,
ya sean hombres o mujeres, esclavos o libres.
Los críticos fechan el Juramento a fines del siglo V o en la primera mitad del IV
a.C, es decir, lo sitúan en la época de Hipócrates.
El Juramento comienza invocando a los dioses y concluye señalando las
consecuencias terrenas derivadas de su cumplimiento y trasgresión. Luego de la
invocación viene un contrato y enseguida, un código.
En todo caso, para algunos historiadores la gran enseñanza del Juramento es que
la medicina es un arte inseparable de las más altas exigencias éticas y del amor al
hombre. El autor de los Preceptos dice: Donde hay amor por el hombre también hay
amor por el arte. Por eso el verdadero médico es vir bonus sanandi peritus.
V. La Medicina Alejandrína
Herófilo
Nació en el último tercio del siglo IV, fue médico famoso y profesor en Alejandría.
Es considerado el primer anatomista. Escribió un tratado de varios volúmenes, que no
se ha conservado. El nombre prensa de Herófilo viene de él. De hecho, hizo
descripciones de órganos humanos, pero no se sabe con certeza si para tal fin disecó
cadáveres humanos. Son excelentes sus descripciones del ojo, de las meninges y los
órganos genitales. El dio el nombre al duodeno. Uno de sus descubrimientos más
notables fue haber reconocido la naturaleza de los nervios, Aristóteles no los distinguía
de los tendones. También reconoció el cerebro como asiento de la mente y como órgano
central del sistema nervioso y consideró los nervios órganos sensitivos. Pero Herófilo
siguió siendo humoralista. Le dio un gran valor semiológico a los caracteres del pulso,
especialmente a su ritmo, y sobre esto creó una doctrina muy complicada basada en
música.
Erasístrato
Erasístrato era un poco más joven que Herófilo, ambos vivían en la misma ciudad.
Pero mientras Herófilo en lo doctrinario fue conservador, Erasístrato siguió ideas
propias. Se sabe que hizo disecciones de órganos humanos y que escribió dos obras de
anatomía, de las que se conservan sólo fragmentos. Estos contienen descripciones
magníficas del corazón y sus válvulas, de la tráquea, el hígado, las vías biliares y del
cerebro. Descubrió que había nervios sensitivos y nervios motores. Dijo que existían tres
tipos de conductos: las venas, las arterias y los nervios. Descubrió la epiglotis, con lo que
corrigió el error de creer que los líquidos ingeridos pasaban al pulmón para refrigerarlo.
En Erasístrato influyó mucho la doctrina de Demócrito. Y así, pensó que el
organismo estaba constituido en último término por átomos, átomos rodeados de un
vacío que tenía fuerza de atracción: atraía la sangre desde la venas, el aire desde las
arterias y el pneuma anímico desde los nervios, y así se nutrían los órganos. Observando
en el cadáver las arterias exangües, concluyó que éstas normalmente transportaban
aire. La sangre que fluía de ellas en algunas heridas se debía a un hecho patológico: ella
había penetrado en las arterias y desplazado el aire. En patología reconoció la dureza
leñosa del hígado, la cirrosis hepática de hoy, y correctamente vio en ella la causa de la
acumulación de líquido en el abdomen, de la ascitis, de estos casos.
La medicina en Roma
En el siglo III a.C. el arte médico hipocrático se ve dividido en dos escuelas en que
el pensamiento de los clásicos se desvirtúa en dos formas opuestas. Son la Escuela
dogmática y la Escuela empírica. La primera representa, dicho en pocas palabras, por
una lado, la exageración de la tendencia especulativa de los clásicos, y, por otro, el
carácter inflexible que adquiere la doctrina. Como reacción nace la otra escuela, para la
cual sólo lo práctico era importante. En el siglo I a.C. se consolidó una tercera corriente,
la Escuela metódica, basada en el atomismo de Demócrito, y que sostiene una
concepción muy simplista de las enfermedades, la génesis de las cuales se atribuye al
estado en que se encuentran los poros del cuerpo determinados por los átomos. Esta
fue la escuela más extendida en Roma. Aquí, en los albores del cristianismo, se halla la
figura de Celso.
Celso
De la vida de Celso se sabe muy poco. Era un patricio romano, culto, inteligente,
sensible y de estilo depurado a juzgar por la única obra que se conserva de él: el
imponente tratado De re medica, Sobre la medicina, que formaba parte de su obra
enciclopédica De artibus, Sobre las artes. A decir de los historiadores, De medicina es el
tratado médico más completo, coherente y homogéneo que se conserva de la
antigüedad. Parece que Celso no era médico de profesión, pero que había aprendido
medicina. Son numerosas sus observaciones aparentemente originales, entre ellas, la
descripción del cuadro clínico de la apendicitis. Curiosamente este diagnóstico no
aparecerá en los registros de mortalidad hasta 1880. A los patólogos todavía les asombra
la hazaña de Celso de haber abstraído de ese fenómeno tan multiforme, la inflamación,
los signos que se tienen hasta hoy por cardinales. Celso afirma: en verdad los signos de
la inflamación son cuatro: tumor y rubor con calor y dolo. Pero veamos algunos pasajes
de su famoso Proemio que describen muy bien las distintas corrientes de esa época:
Y en esa misma época la medicina fue dividida en tres partes, de manera que una
era la que curaba mediante la dieta; la segunda, mediante los medicamentos y la
tercera, mediante la mano. A la primera llamaron los griegos "dietética"; a la segunda,
"farmacéutica" y a la tercera, "cirugía". Por otra parte, los autores lejos más ilustres de
esa rama que cura las enfermedades mediante la dieta, tratando de examinar aun más
profundamente ciertas cosas, reclamaron para sí también el conocimiento de la
naturaleza, puesto que sin él la medicina quedaría como trunca y debilitada.
Así pues, los que profesaban la medicina racionalista afirman que es necesario el
conocimiento de las causas ocultas que envuelven a las enfermedades; luego, el de las
causas evidentes; después de éstas, también el de las acciones naturales y, finalmente,
el de las partes internas.
Afirman por otro lado que frecuentemente se dan también nuevos géneros de
enfermedades, sobre las cuales la práctica hasta aquí nada ha descubierto; pero es
necesario advertir de dónde se originan, sin lo cual ningún mortal podría descubrir por
qué debe usarse esto más que aquello.
Dicen que hasta los filósofos podrían ser los más eminentes médicos si esto
dependiera del raciocinio; sin embargo, aquellos sobreabundan en palabras, pero
desconocen el arte de sanar.
Ellos dicen que la medicina, ni siquiera en sus inicios, fue deducida a partir de
estas investigaciones, sino que a partir de la experiencia.
Puesto que estas cosas han sido a menudo tratadas por los médicos en muchos
volúmenes y enconadas discusiones, y lo seguirán siendo, conviene agregar cuáles
pueden aproximarse más a la verdad. Estas ni concuerdan totalmente con una u otra
opinión ni tampoco se apartan demasiado de ambas, sino que ocupan un lugar
intermedio entre diversos pareceres: lo cual puede advertirse en la mayoría de las
controversias que buscan la verdad sin ambición, como en este asunto mismo.
Galeno
Las opiniones que se tienen hoy día sobre su valer como médico, son
controvertidas. Algunos ven en Galeno al médico más grandioso de todos los tiempos;
otros, lo consideran un falso guía, "una estrella de segundo orden". En su época fue un
médico de prestigio, pero comparable al de otros. Sin embargo, en el Medioevo sus
escritos adquieren un valor canónico, y Galeno se convierte en autoridad absoluta, que
se desplomará tan sólo en el Renacimiento.
Galeno vivió 70 años, nació en Pérgamo en 129 d.C. Creció bajo la tutela de su
padre y, llegado a los 18 años, decidió ser médico. Estuvo viajando alrededor de 10 años,
pasó por Alejandría y regresó a Pérgamo, donde fue médico de gladiadores. A los 33
años se trasladó a Roma, donde abandonó la cirugía y alcanzó gran prestigio y tuvo la
protección de parientes del emperador Marco Aurelio. Así, a los 37 años de edad tenía
el camino abierto para alcanzar la mayor aspiración: la corte imperial. Pero sin que se
sepa hasta ahora el porqué, abandonó la ciudad precipidamente y volvió a Pérgamo.
Pero la corte romana lo mandó a llamar, y a los 40 años llegó a Roma para quedarse allí
para siempre.
Sorano de Efeso
Se sabe muy poco sobre la vida de este médico. Ejercía su profesión como médico
romano en el II siglo d.C. en tiempos de Trajano y Adriano. Era un hombre culto, como
médico pertenecía a la escuela metódica. Escribió una biografía sobre Hipócrates, de la
que se conserva un fragmento.
En la Roma antigua la práctica médica era libre tal como en Grecia, pero desde
el siglo I a.C. los médicos tuvieron una posición privilegiada en la sociedad. Julio César
confirió la ciudadanía romana a todos los médicos griegos nacidos libres. Con los años
los privilegios aumentaron, como la liberación de pago de impuestos y de servicio
militar. Así se hizo más atractivo ser médico, y más todavía ya que no había ninguna
regulación para establecer quién era médico. Entonces se fijó un número de médicos
por ciudad, un número variable según el tamaño de la ciudad. Estos médicos se llamaban
valde docti, y para obtener tal rango debían acreditarse los conocimientos y experiencia.
La profesión siguió ejerciéndose sin licencia, pero a lo menos cada ciudad tenía unos
pocos médicos acreditados por la autoridad municipal.
Tres fueron los principales adelantos que hizo la medicina romana: mayor
desarrollo de la cirugía, la construcción de los primeros grandes hospitales y las obras
sanitarias. El mayor desarrollo de la cirugía se circunscribió casi enteramente a la cirugía
militar. Los hospitales romanos, denominados valetudinaria, no tienen parangón en la
Antigüedad, se construyeron principalmente para atender soldados. Las obras de
sanidad pública están representadas por los grandes acueductos, alcantarillas y baños
públicos. Los arquitectos romanos construyeron estas obras tomando en cuenta la
audaz hipótesis de que la malaria era causada por pequeños animales o insectos que
venían de los pantanos. Esta hipótesis fue enunciada por Varro, Columella y por
Vitruvius, el gran arquitecto del emperador Augusto.
La Edad Media
La Edad media de Occidente duró alrededor de un milenio a partir del siglo V d.C.
Suele ser dividida en tres períodos: la Edad media temprana desde la caída del Imperio
Romano, formalmente en el año 476, hasta la desmembración del Imperio carolingeo
en el siglo IX; la alta Edad media, con el florecimiento del régimen feudal, hasta la crisis
del orden medieval en el siglo XIII, y la baja Edad media hasta el siglo XIV en Italia y el XV
en la mayor parte de Europa. En esta última se fortalecen las monarquías y la burguesía,
prosperan las ciudades y las universidades.
El Orden Medieval
Durante la mayor parte de la Edad media y desde su inicio, la clase culta era
clerical, y su afán fue consolidar la Iglesia. Fue ella la depositaria de tradiciones romanas,
entre éstas, desde luego, el latín y la visión de un orden universal; ella también acogió
la nueva cultura germánica y coronó a los nuevos emperadores cristiano-germánicos. Al
mismo tiempo dio amparo espiritual y material a las masas de indigentes aparecidas por
la disolución del Imperio, las invasiones bárbaras, la pobreza producida por el abandono
de los cultivos y el agotamiento de minas de oro y plata, por los estragos del paludismo
y la peste. La civilización europea occidental, dicen algunos historiadores, había
retrocedido un milenio. Solamente una entidad se alzó poderosa para regir
espiritualmente a la naciente sociedad: la Iglesia católica
La figura que marcó el pensamiento de aquella época fue la de San Agustín, que
vivió en los siglos V y VI. La nueva concepción se orientaba hacia el más allá con la mira
puesta únicamente en la salvación eterna del alma. La vida religiosa reclamaba toda la
atención del hombre. La vida de este mundo, la Ciudad terrena, era desdeñable y todos
los ramos del saber estaban subordinados a los fines religiosos. Es una visión
radicalmente diferente del mundo con respecto a la concepción griega. Este nuevo
mundo cristiano se compone esencialmente de Dios y el hombre ligados
espiritualmente. Pero en esa concepción no hay camino hacia Dios por la razón, el
camino para conocer a Dios es que El, Deus ut revelans, se nos descubra. La razón
humana no existe sola, es el reflejo de la iluminación venida de Dios. De ahí el lema de
San Agustín: credo ut intellegam, creo para conocer. Es decir, conocer es aquí en su
esencia fruto de creer, fruto de la revelación e iluminación divinas.
Puesto que, por una parte, los afanes de la clase culta, la clerical, estaban
centrados en la vida del más allá, en la Ciudad de Dios, fue desatendido el conocimiento
de la naturaleza, que se estancó. Y puesto que, por otra parte, el saber racional era fruto
de la iluminación divina, los conocimientos de la naturaleza admitidos tras ser
interpretados en el marco de la fe, pasaron a adquirir también el carácter de verdades
inamovibles. Así surgió el orden medieval, un orden universal absoluto.
En las postrimerías de la alta Edad media, en el siglo XIII, Santo Tomás vio en la
razón humana una potencia independiente de la fe y, como todo lo humano, imperfecta.
Pero siendo Dios también razón, razón perfecta, y siendo su obra también racional, El y
el mundo son accesibles a la razón humana. Así, el hombre con su intelecto, aunque
limitado, se vio fortalecido, y no sólo dio un gran desarrollo a la escolástica, sino que
también vuelve a ocuparse de la filosofía y cosmología.
Hasta entonces el orden medieval era universal, había en él armonía entre fe y razón,
entre Dios, el hombre y la naturaleza, siendo la razón un nexo armónico fundamental.
Este orden universal hizo crisis, y el rasgo distintivo de ella fue el rechazo de la razón
humana como instrumento de prueba de la existencia de Dios. Así, se afirmaba: nada de
lo demostrado por la razón es revelado por Dios, y nada de lo revelado por Dios es
demostrado por la razón. En el desarrollo de estas ideas habían influido Averroes y los
nominalistas, particularmente Guillermo de Ockam.
La medicina monástica
Sin embargo, el ejercicio de la medicina por parte de los monjes estaba circunscrito
a su misión caritativa. En el siglo IX la biblioteca del Monasterio de San Galeno tenía seis
obras de medicina y mil de teología. Los textos médicos, escritos en latín, eran en su
mayoría fragmentos simplificados o resúmenes de las grandes obras griegas y tenían un
marcado carácter práctico. Ya no se sabía griego. Galeno, conocido a través de
comentaristas, era la autoridad indiscutida. Así, de sus obras se dedujo la tesis del pus
laudabilis según la cual el pus era un producto natural que favorecía la curación de las
heridas. Esta tesis hizo más difícil los progresos en el tratamiento de las heridas.
La medicina escolástica
La Medicina árabe
La medicina árabe fue una medicina hipocrática clásica. Tenía sí con la medicina
medieval algunos rasgos comunes: sujeción a los autores considerados autoridades,
abandono de los estudios anatómicos, desinterés por la cirugía, apego a la cauterización,
observancia de la tesis del pus laudabilis en cirugía. Pero ya en el siglo IX se combatía la
charlatanería, se propiciaba una formación general del médico, se estimulaba la
observación, se fomentaba la salud pública, se abogaba por un control central de la
medicina. Los progresos aportados por la medicina árabe fueron la construcción de
hospitales, nuevas observaciones clínicas especialmente en enfermedades infecciosas y
oculares y la ampliación de la farmacopea.
Dos son los médicos más famosos: Rhazes y Avicena, ambos de origen persa. Eran
de mentalidad muy diferente. Rhazes era el artista, inclinado a la historia clínica, al caso
singular. Avicena, en cambio, habiendo también observado mucho, era un aristotélico
interesado en lo general. Construyó un inmenso sistema unitario que comprendía la
totalidad del saber greco-árabe.
Rhazes
De la vida de Rhazes se conoce poco, se sabe que nació en el año 860, vivió hasta el
año 932, que quedó ciego, y que escribió muchas obras. Impresas existen, sin embargo,
muy pocas.
Las obras de Rhazes versan sobre filosofía, matemáticas, física, química y medicina.
Famoso es su Kitab-el-Mansuri, El libro de Mansur, un conciso manual de medicina que
prestó valiosos servicios en la enseñanza. Particularmente estimada hoy es su
monografía sobre la viruela y el sarampión, la primera sobre esta materia. Es una obra
clásica con excelentes descripciones de clínica y en que se diferencian por primera estas
enfermedades. Fue el primero en introducir el uso sistemático de preparados químicos
en la terapéutica. Su fama se difundió sobre todo por su obra enciclopédica de la
medicina llamada el-Hawi, Continens en su traducción latina, obra póstuma recopilada
por sus discípulos. Rhazes fue el gran clínico del Islam. Rechazó la idea de que las
enfermedades podían diagnosticarse mirando sólo la orina.
Avicena
La vida de Avicena se extendió desde el año 980 al 1037. Fue un niño prodigio, a los
10 años recitaba de memoria el Corán y las obras de los clásicos. Primero estudió
filosofía, derecho, matemáticas y en particular, la geometría de Euclides. A los 16 años
comenzó a estudiar medicina, tenía un ansia inmensa por saber, estudiaba hasta
avanzada la noche. A los 18 años ya era famoso. Cuando tenía alrededor de 20 años
escribió su primera obra: una enciclopedia en 20 volúmenes. Después de la muerte de
su padre inició una vida errante, que tuvo altos y bajos. Fue visir, ministro de estado,
estuvo en prisión. En el último período de su vida pudo dedicarse enteramente a la
ciencia. Dejó un gran número de obras, que abarcan todo el saber de su tiempo.
Apareció ante la posteridad como un nuevo Aristóteles. Su mayor éxito lo alcanzó en
medicina con su Canon de medicina, una obra de cincuenta partes que trata de la teoría
médica. Esta obra, que contiene alrededor de un millón de vocablos, es tal vez la de
mayor influencia que haya existido, fue estudiada durante seis siglos, traducida al latín
en el siglo XII.
El Renacimiento
La anatomía
La cirugía
A comienzos del siglo XIII se había fundado en París el Colegio de San Cosme, uno
de los patronos de la cirugía. Este Colegio subió de status a los cirujanos: los maestros
cirujanos, clericales, que sabían latín, vestían toga larga y hacían la cirugía mayor,
incluida en ésta la litotomía; los cirujanos barberos, laicos, que ignoraban el latín,
quedaban limitados a la flebotomía, extracción de dientes y curación de heridas, y para
ejercer debían ser aprobados por los primeros. Los médicos clínicos tenían un status
superior al de los cirujanos. Desde entonces la categoría social de los cirujanos ascendió
poco a poco adelantándose Francia al resto de Europa en suprimir las diferencias entre
médicos y cirujanos. Allí los éxitos y prestigio de la cirugía continuó en ascenso. Entre
aquellos se cuenta la famosa curación de una fístula anal a Luis XIV por parte del cirujano
Félix en 1686. Pero sólo en el siglo XVIII se producen oficialmente los cambios decisivos:
la fundación de la Académie Royale de Chirurgie en 1731, la ordenanza de Luis XV
prohibiendo a los barberos el ejercicio de la cirugía y, después de la Revolución francesa,
la abolición de las diferencias entre médicos y cirujanos con la creación de las Escuelas
de Salud y el título de Doctor.
Ambrosio Paré
El curso ascendente que tomó la cirugía partió en Francia con Ambrosio Paré.
Fue contemporáneo de Vesalio, nació en 1510 y vivió 80 años. Era hijo de un lacayo y,
por tanto, su educación fue muy deficiente. Precisamente el no poder escribir en latín
fue el mayor obstáculo para ser reconocido como maestro cirujano. Comenzó siendo
aprendiz de barbero, y a los 17 años logró ser admitido en el Ho'tel Dieu, un famoso y
viejo hospital fundado en el siglo VII, de pésimas condiciones higiénicas y donde los
enfermos estaban hacinados sin distinción de sexo. No existían entonces las salas de
operaciones, éstas se realizaban en los pasillos. De hecho, una de las razones del
desprestigio de la cirugía era la altísima mortalidad de las intervenciones quirúrgicas.
Paré estuvo allí tres años, después fue contratado como cirujano personal de un oficial
de ejército, cosa que era costumbre de la época. Sin embargo, Paré no dejó de asistir a
los soldados. Y justamente en la curación de heridas a bala hizo su primer
descubrimiento. Como el disparo era entonces de poco alcance se hacía de cerca, y
entonces fuera de la herida a bala se producía una quemadura por la pólvora. Como en
Galeno no estaba contemplado este tipo de herida, no había un método tradicional de
tratamiento, prevalecía la opinión de que la pólvora envenenaba la herida y, conforme
a esto, se vertía en ella aceite de sauco hirviendo. Pero en la batalla de Vilaine, durante
la guerra entre Francisco I y Carlos V, en que Paré asistía a los heridos, se le terminó este
aceite, y en su defecto usó una pomada preparada por él, de yema de huevo, aceite de
rosas y trementina. Al día siguiente de usarla comprobó su efecto benéfico.
La anatomía patológica
La clínica y epidemiología
El clínico más destacado fue el francés Fernel, que vivió de 1506 a 1588. Era
además matemático y astrónomo. Describió la sintomatología de la influenza y
consideró la sífilis y la gonorrea como enfermedades diferentes, aunque la distinción
definitiva se haría sólo a mediados del siglo XIX. De Fernel viene la denominación de lues
venérea. De este período son las primeras descripciones del cuadro clínico de la
coqueluche, escarlatina y varicela y la introducción del concepto de reumatismo. A
mediados del siglo XVI se introduce en Padua la enseñanza junto a la cama del enfermo.
A fines del siglo XV se propagó la sífilis por Europa tras el sitio infructuoso de
Nápoles en 1495 por las tropas francesas de Carlos VIII. La ciudad era defendida por
italianos y españoles. Durante el sitio las prostitutas y vivanderas francesas tomaron
contacto con los soldados españoles, probablemente contrajeron así la lues, que luego
transmitieron a los soldados franceses, pues éstos se retiraron rápidamente abatidos
por una misteriosa epidemia. De ahí el nombre de morbo gallico.
Paracelso
Felipe Teofrasto von Hohenheim era un hombre fogoso, rústico y místico, que
atacó con furia la medicina tradicional de su época y luchó sin descanso por una nueva
medicina.
Nació en 1493 en Einsiedeln, Suiza; su padre era médico. Junto a los bosques,
montes y ríos de su ciudad natal y a los hombres rudos de ese país, su padre le enseñó
las primeras letras y le hizo conocer y admirar la naturaleza. Desde niño acompañó a su
padre en las visitas a enfermos. A los 6 años de edad murió su madre.
Tenía 8 años cuando se trasladaron a los Alpes austríacos, a Villach, junto a una
abadía de los benedictinos. Allí tuvo contacto con otros hombres, también rudos, los
mineros, y conoció las minas y los hornos y el arte de separación de elementos químicos.
Recibió su primera educación de los monjes del monasterio.
Hay pasajes que suenan como Galeno. Pero en fin, el conflicto estaba planteado, la
Facultad de Medicina se sintió ofendida, y se desató una lucha entre ésta y Paracelso.
Fue entonces cuando quemó en la plaza pública los libros de Avicena, Galeno, Rhazes y
otros y danzó alrededor de la hoguera. En fin, al cabo de diez meses abandonó Basilea.
Después de otro peregrinaje se estableció en Alsacia, donde, para sentir justificada su
existencia, publicó el grueso de sus manuscritos: es el Paragranum. Dijo de este libro: En
él me doy a conocer, así que por fin mi corazón está suficientemente descubierto.
Esta obra trata de las cuatro columnas sobre las cuales está edificada la medicina, y
esas son: la filosofía, la astronomía, la química y la virtud, en la que está el amor.
Probablemente influido por las impresiones de su juventud al contemplar la
transformación de los metales en las minas, dio en esa obra una visión química del
fenómeno viviente y de la enfermedad. Paracelso concibió al cosmos como un
organismo, y al hombre, como un microcosmos, ambos formados por las mismas
substancias químicas. Asufre, mercurio y sal son para él las substancias esenciales del
organismo, cuya proporción mantiene o modifica el archeus, principio vital. Pero esos
términos tienen en Paracelso un signficado abstracto, asufre y mercurio no representan
cada uno un elemento químico -el concepto de éste se formuló sólo en el siglo XVII por
Boyle. Asufre es el substrato de la combustión; mercurio, el de la solubilidad y de lo
gaseoso, y sal, el substrato de lo estable.
Paracelso siguió peregrinando, sufrió una crisis religiosa, volvió a Alsacia, retomó la
medicina y escribió sus últimas obras. Por último, aceptó el ofrecimiento del príncipe
Ernesto de Baviera para radicarse en Salzburgo, donde murió en 1541.
Con Paracelso entró en escena por primera vez el pensamiento alemán en la historia
de la medicina con su rasgo de una visión holística. Fue el iniciador de la química
farmacológica y se adelantó en la marcha de la medicina hacia las ciencias naturales. La
continuidad histórica se va a establecer en el siglo XVII con una nueva corriente: la
iatroquímica.
Vesalio
Después de regresar por un tiempo a su patria, se sintió atraido por Italia, el país de
la nueva ciencia. Llegó a Venecia, donde encontró a su amigo Juan Estéban de Calcar,
compatriota suyo y pintor, discípulo de Ticiano. Siguieron juntos a Padua, donde Vesalio
se doctoró en 1537 antes de cumplir 23 años. A esa edad fue nombrado profesor.
Entretanto había tenido que sufrir de sus colegas en Italia la envidia y animosidad
que había despertado su obra. Cambió entonces sus derroteros, y, al igual que su padre,
entró al servicio imperial. Sirvió a Carlos V y a Felipe II como médico particular. De este
período es la segunda edición de su obra, 12 años después de la primera. Entonces sí
indicó que el tabique ventricular era macizo y expresó sus dudas de las partículas más
pequeñas pudieran atravesarlo, y con ello se desrrumbó la fisiología galénica y abrió el
camino al descubrimiento de la circulación de la sangre.
Continuaron las discusiones con colegas que seguían defendiendo a Galeno e incluso
desde Padua recibió ataques. Vivía así en medio de la hostilidad.
Un día de 1564 dejó la corte imperial y se fue a Venecia, 27 años después de haber
pisado por primera vez la ciudad de los canales. Pero de Venecia partió a Jerusalem, y
en el viaje a Tierra Santa se enfermó y murió en la isla de Zante a la entrada del golfo de
Corinto en octubre de 1564. Al parecer, el motivo del viaje se originó durante el examen
post mortem de una mujer noble, a quién el había asistido: vió con horror que el corazón
aún latía. Se cree que fue acusado a la Inquisición y que sólo la intervención del
Emperador lo salvó de la muerte a cambio de una peregrinación a Tierra Santa. Otros
dicen que el viaje se debió al deseo de superar su aflicción.
Vesalio había muerto, mas como un monumento quedaba su Fabrica, el primer texto
completo que de la anatomía humana conoce la historia, y así como en la historia de la
medicina, el año 1543 figura en la de la anatomía con cifras de oro.
Aun fue más aplastante el ataque de Vesalio contra la autoridad de Galeno que el
del propio Paracelso al hacer el descubrimiento objetivo de los errores de aquél. Mas
Vesalio no sólo derrumbó sino que también edificó al crear el método de la anatomía
descriptiva moderna, con lo que consiguió resultados muy valiosos. En una medida
mucho mayor que la que él mismo podía sospechar, la anatomía debía convertirse en
fundamento de la medicina, y en lo sucesivo veremos que la idea anatómica sigue como
un hilo encarnado todo su desarrollo.
El Barroco
Francis Bacon, jurisconsulto que vivió del año 1561 al de 1626, es tenido por el
fundador del método experimental moderno. Bacon había llegado a ser canciller del
reino, se dedicó a filosofar después de retirarse tras haber sido acusado de recibir
sobornos. En su Novum organum sive inditia vera de cognitione naturae Bacon expone
el método inductivo para la adquisición de conocimientos y parte así de los hechos de
observación. De éstos eventualmente podrá ser inferida una ley que los relacione.
Fisiología
Iatrofísicos e iatroquímicos
Pero Baglivi teórico es muy distinto del Baglivi práctico. Fue un talentoso clínico
al punto de ser llamado el Sydenham italiano. En su Praxis medica dice:
Ojalá los médicos vuelvan a la razón, despierten al fin de su sueño profundo y
vean cuán diferente es la antigua y viril medicina griega de la medicina especulativa e
indecisa de los modernos.
Es decir, había una escisión entre la teoría y práctica médicas, sin que la primera
hiciera variar mayormente el arte médico.
La morfología
El italiano Gaspare Aselli describió por primera vez los vasos quilíferos en el
abdomen del perro, pero no supo interpretar su descubrimiento. Veinte años después
el francés Jean Pecquet descubrió el conducto torácico y desmostró que los vasos
quilíferos desembocaban en él. El conducto torácico fue descrito independientemente
por Thomas Bartholin, padre de Caspar, y que completó el estudio anatómico del
sistema linfático.
Cirugía y obstetricia
Thomas Sydenham
Sydenham se dedicó por entero a los enfermos. Era un seguidor de los preceptos
baconianos, de manera que aquilataba su experiencia con todo tipo de observaciones
hechas en su práctica. Y su interés se centró en qué eran las enfermedades, y para ello
consideró necesaria la observación clínica desde la aparición de los síntomas hasta su
desaparición, es decir, el conocimiento del curso natural de la enfermedad. Al aceptar
la existencia de entidades morbosas, había que reconocer qué síntomas eran propios de
tales, y qué síntomas eran atribuibles a peculiaridades del individuo enfermo. Y para
lograr tal propósito había que ser muy buen observador, muy buen clínico. Así nació el
concepto ontológico de enfermedad como entidad morbosa abstracta pero abstraída
de la observación real de los pacientes. Entidades, por lo tanto, que pueden estudiarse
en los libros. Y la importancia de reconocer estas entidades estaba en la posibilidad de
mejorar el tratamiento en lo posible con uno específico. Describió el cuadro clínico de la
gota, de la que él mismo padecía, y de diversas enfermedades epidémicas, y como la
viruela, y la disentería, y el sarampión, y la sífilis y la corea menor, que también lleva su
nombre. Además hizo aportes en la terapéutica: introdujo el hierro en el tratamiento de
la anemia, utilizó la quina en el paludismo e ideó varios derivados opiáceos como el
láudano que lleva su nombre.
El concepto de entidad morbosa se iba a ver reforzado un siglo más tarde con el
fundamento anatómico en la obra de Morgagni, y otro siglo más tarde, en la era de la
bacteriología, cuando muchas de estas entidades clínicas o anátomo-clínicas pudieron
incluir también como causa necesaria un agente bacteriano. Pero hoy en el concepto
ontológico empieza a delimitarse un fundamento genético.
William Harvey
En 1618 Harvey había sido nombrado Physician Extraordinary del rey Jacobo I. A
su muerte en 1625 lo sucedió su hijo Carlos I, a cuyo servicio pasó Harvey. De motu
cordis apareció en 1628 en una edición de sólo 71 páginas. La obra está dedicada al rey,
que años más tarde nombraría a Harvey Physician in Ordinary. Hasta la decapitación del
rey en 1649 hubo entre él y Harvey una estrecha amistad.
Harvey residió en Oxford hasta poco antes de la muerte del rey; allí fue Master
del Merton College. Después de trasladó a Londres, donde murió el 3 de junio de 1657.
Legó sus bienes al Royal College of Physicians.
Harvey era de baja estatura, rasgos finos, ojos oscuros, brillantes, de mente
rápida y vivaz; tenía el hábito de acariciar nerviosamente el puño de su daga. Muy
comentado ha sido su marcado parecido a Shakespeare. A decir de Dryden, poeta inglés
de ese siglo, Harvey era un maestro de la prosa.
De motu cordis
La obra tiene tres partes: dos dedicatorias (una a Carlos I y otra al doctor Argent,
Presidente del Royal College of Physicians), el proemio y el cuerpo del libro, dividido en
17 capítulos.
Proemio. Esta parte está destinada a rebatir doctrinas clásicas. Primero se rebate
la doctrina de una identidad de función de la respiración y el pulso, como sostuvo
Erasístrato, a saber, que en la diástole del pulso penetraba aire a las arterias y que la
función de éstas era de refrigeración. En segundo lugar se refuta la tesis de Galeno de
que el pulso arterial es una función activa de las arterias, ejercida por una vis pulsifica.
Concluye Harvey que el pulso arterial es expresión de un movimiento pasivo de las
arterias, de paredes elásticas. En tercer lugar, hace ver la contradicción de la tesis de
Galeno sobre la función de las venas pulmonares, en particular, de que transportaran
aire al ventrículo izquierdo y vapores fuliginosos, producidos en el ventrículo izquierdo
por la aireación y calentamiento de la sangre, en sentido contrario, es decir, a los
pulmones. No ve cómo la mitral pueda permitir el paso de tales vapores hacia el pulmón
mientras impide el de la sangre en ese mismo sentido. Por último, impugna la tesis
galénica del paso de sangre del ventrículo derecho al izquierdo a través del tabique.
Capítulos VI y VII. Están dedicados al estudio de las vías por las que la sangre pasa
de las cavas a las arterias o del ventrículo derecho al izquierdo. También para esto usó
la vivisección de peces, anfibios, reptiles y mamíferos. En el feto humano describió el
ductus arteriosus y el foramen ovale y verificó que a través de ellos la sangre pasaba de
las cavas a las arterias al igual que en los animales sin pulmones, porque en el feto los
pulmones aún no funcionan. Señaló que la coincidencia del cierre de estas
comunicaciones con el comienzo de la actividad pulmonar hacía pensar que el paso de
sangre se hacía a través de la substancia esponjosa de los pulmones. Más aun, el tabique
ventricular es macizo, y en la vivisección podía observarse que al abrir el ventrículo
izquierdo y vaciarlo no había paso de sangre contenida en el derecho a través del
septum.
"...es hasta tal punto nuevo e inaudito lo que voy a decir, que no sólo
temo el mal que me puede venir de la envidia de algunos, sino granjearme la
hostilidad de todos los hombres: tanta fuerza tiene en todos, como una segunda
naturaleza, la costumbre o la doctrina de que una vez se impregnó la mente...De
cualquier modo que sea, alea iacta est..."
Luego se formulan y demuestran tres tesis, de cada una de las cuales se deduce
el movimiento circular de la sangre.
Primera tesis. La cantidad de sangre que pasa de las venas cavas al corazón y a
las arterias es muy superior a la cantidad de alimento ingerido. Demostración:
suponiendo que el ventrículo izquierdo en cada contracción expulsa alrededor de un
octavo de su contenido, es decir, unos 6 gramos, en media hora, en que se contrae más
de dos mil veces, habrá expulsado más de 12 kilos. Esta cantidad es muy superior a la
que puede haberse formado en el hígado, como lo supone Galeno, a partir de los
alimentos. En un día, la masa expulsada es de más de 500 kilos. Conclusión: la sangre
circula.
Segunda tesis. En los miembros la sangre llega por las arterias y en cantidad
superior muy superior a la que puede ser suministrada por la masa de los alimentos
ingeridos. Demostración: el sentido del flujo por las arterias se demuestra mediante
ligaduras y variación consecutiva de la intensidad del pulso en las regiones proximal
(aumento de la intensidad pulsátil) y distal (disminución) de la ligadura. Puede calcularse
la cantidad de sangre que pasa por una arteria de un brazo en 20 o 30 pulsaciones, y se
verá que es mucho mayor a la que pueden sumistrar los alimentos en ese lapso.
Conclusión: la sangre circula. Además, en una ligadura mediana, es decir, que no
interrumpe el flujo sanguíneo por las arterias, se observa una ingurgitación de las venas
más allá de la ligadura, por lo tanto, la sangre ha tenido que pasar desde las arterias a
las venas.
Tercera tesis. Por las venas fluye sangre continuamente desde la periferia hacia
el corazón. Demostración: en una vena con válvulas no es posible introducir un estilete
desde su raíz a las ramas, pero sí, y fácilmente, en sentido contrario. Practicando en un
brazo una ligadura mediana -que no interrumpe el flujo sanguíneo- y oprimiendo con un
dedo las venas ingurgitadas, se comprueba que la sangre no logra rebasar la válvula si el
dedo se desliza hacia el extremo del brazo, mientras que rebasa la válvula si el dedo se
desliza en sentido contrario. Además, si se hace un cálculo de lo que pasa de sangre por
la vena en un lapso de tiempo, se hallará que en poco tiempo ha pasado tal cantidad por
una sola parte de la vena, que no podrá dudarse de su circulación.
El microscopio
El arte de tallar y pulir piedras y cristales es muy antiguo. Se dice que Nerón se
ayudaba en un ojo con un cristal curvo para ver mejor los espectáculos. Los antiguos
conocían también el poder convergente de las lentes convexas. El primer tratado sobre
las propiedades de las lentes es de Ibn-al-Haitham (965-1040), conocido como Alhazen,
se tradujo al latín en el siglo XII, pero el autor no considera las posibles aplicaciones
prácticas. Al parecer, en la Edad Media se usaron lentes convexas a manera de lupa para
leer, a fines del siglo XIII o comienzos del XIV se inventaron los anteojos. Pero todos
éstos eran de lentes convergentes, y sólo en el siglo XVI se construyeron los de lentes
cóncavas para corregir la miopía.
Marcello Malpighi
Sus primeras contribuciones se refieren al desarrollo del huevo del pollo. Su lema
era omne animal, omne vivum ex ovo, aplicable a animales y a plantas. La descripción
que hace del embrión de pollo, de los somitos, del esbozo cardíaco, del encéfalo con sus
vesículas primitivas, es admirable. En 1661, en su trabajo De pulmonibus observationes
anatomicae, comunicó en las Philosophical Transactions un doble descubrimiento: la
estructura alveolar del pulmón y los capilares pulmonares, lo que despertó mucho
interés entre los médicos ingleses. Había llenado la laguna que dejó Harvey.
Describió por primera vez en la piel el estrato celular que lleva su nombre, las
papilas linguales, los corpúsculos gustativos, los folículos esplénicos, los corpúsculos
renales. Descubrir este nuevo mundo era mucho más difícil de los que hoy uno se
imagina. Desde luego no se conocían los métodos de tinción de tejidos.
La Ilustración
La Ilustración toca todos los aspectos de la vida cultural, fue una época de
importantes proyectos atinentes al desarrollo del individuo y también a la sociedad. Fue,
como todo humanismo, un movimiento elitista. En Francia se formó el enciclopedismo,
en Inglaterra nacieron los clubes. En cuanto al gobierno, se trataba de una revolución
desde arriba, del despotismo ilustrado, de todo para el pueblo, pero sin el pueblo.
Consecuencia de la filosofía de los empiristas es el individualismo: cada hombre con su
mundo dado por su propia percepción sensible. De ahí, en la política, el liberalismo, y de
ahí que la organización supraindividual, en particular el estado, había de surgir y
perdurar según el principio del contrato social, a saber, del libre acuerdo entre los
individuos, aisladamente seres en estado natural. Fue un movimiento en que se valoró
el derecho natural: los derechos del hombre independientes del lugar, del tiempo, de lo
contingente. Sin embargo, esta concepción condujo a la tolerancia religiosa, liberación
campesina, difusión de la cultura al pueblo, a tomar conciencia de los derechos
humanos. La clase culta pasó a ser laica, particularmente en Francia.
Medicina social
Los logros más notables de la medicina del siglo XVIII ocurrieron casi todos en la
segunda mitad del siglo, particularmente los que fueron frutos del movimiento de la
Ilustración. La separación entre la medicina del comienzo de siglo y el precedente, es
artificial. De hecho, siguieron en curso las corrientes de los iatrofísicos y los
iatroquímicos, que a comienzos de siglo dieron lugar a una reacción: el vitalismo,
introducido bajo el nombre de animismo, curiosamente por uno de los químicos más
destacados de la época y también médico: Georg Stahl, fundador de la teoría del flogisto.
Los logros aludidos se dieron en el campo de la salud pública. Por primera vez se
habló de la medicina social, y pasó a primer plano la idea de la prevención de
enfermedades. El médico escocés James Lind descubrió la acción preventiva y curativa
del jugo de cítricos en el escorbuto. El clima, como factor patógeno tan importante en
la medicina hipocrática, pasó a segundo plano frente a las malas condiciones sociales.
Era el tiempo en que comenzaba la industrialización. Se mejoraron las condiciones
higiénicas de cárceles y hospitales y de la canalización de aguas, a lo que contribuyó el
propio Lavoisier. Sistema de una política médica global se llama la obra de seis
volúmenes de Johann Peter Frank dedicada a la salud pública. Se fundaron instituciones
para la enseñanza de la obstetricia y se crearon hospitales pediátricos en Francia e
Inglaterra.
Psiquiatría y ética
De esta época es Galvani, que descubrió que la corriente eléctrica excitaba los
nervios motores. El descubrimiento dio origen a largas discusiones sobre la relación
entre las propiedades de los nervios y la electricidad.
La clínica
Su discípulo predilecto fue Gerhard Van Swieten, que por ser católico no pudo
suceder a su maestro en Leiden. Se fue a Viena, donde transformó la escuela de
medicina según el modelo de Leiden. Así nació la que sería la afamada clínica vienesa.
La cirugía
John Hunter
John Hunter, cuyo nombre quedó asociado al canal del aductor, sentó las bases
científicas de la cirugía con sus estudios sobre la inflamación, la cicatrización de los
tejidos, consolidación de las fracturas, sobre la ligadura arterial. Fue el primero en
considerar la inflamación no una enfermedad, como lo era hasta entonces, sino una
reacción defensiva local frente a diversas noxas. Desde un punto de vista general, su
aporte fue el crear la base de unión entre medicina y cirugía.
John Hunter nació en Glasgow en 1728 y vivió 65 años. Era el más joven de diez
hermanos, de los cuales siete murieron siendo niños o muy jóvenes. Cuando nació John
su padre ya era viejo. Fue muy mimado por su madre, fue expulsado del colegio; era un
niño con gran curiosidad por conocer la naturaleza.
Llegado a los 20 años, antes de tomar casi el único camino que le quedaba: entrar
al ejército, se fue a Londres para probar suerte trabajando de ayudante de su hermano
William, un cirujano de prestigio, anatomista y ginecólogo, educado en Oxford. Era,
además, un coleccionista apasionado de manuscritos, libros, cuadros y preparados
anatómicos. William daba lecciones privadas de anatomía, con ejercicios prácticos en
cadáveres. John trabajó incansablemente, con gran entusiasmo y buen desempeño,
pronto pasó a ser asistente y luego, aprendiz de cirugía en el Hospital de Chelsea, de San
Bartolomé y de San Jorge. Percival Pott fue uno de sus maestros. Tratando William de
que su hermano completase su formación, lo envió a Oxford, de donde John volvió a los
pocos meses diciendo: Querían hacer de mi una mujer vieja, pues pretendían llenarme
con latín y griego; yo rechacé todos estos planes como insectos dañinos.
A los 35 años de edad, después de la paz de París en 1763, se radicó en las afueras
de Londres, donde se compró una finca. Allí se dedicó de lleno a sus estudios
anatómicos, a hacer experimentos y a formar colecciones de animales, especialmente,
de animales raros. Sobornó unos sepultureros para le entregaran el cadáver de O'Bryan,
un hombre gigante cuyo esqueleto pasó a formar parte del museo de Hunter.
Giovanni Morgagni
Habían pasado cerca de dos siglos desde que un morfólogo en Padua, Vesalio,
había hecho cambiar la faz de la medicina. Y entonces otra vez un morfólogo en Padua
producía una obra monumental, que ampliaba la de su antecesor y daba un nuevo
impulso al avance de la medicina. Morgagni, con su investigación morfológica
sistemática y rigurosa, consolidó el método de estudio anátomo-patológico, echó por
tierra la doctrina humoral al descubrir en los órganos el sitio de la enfermedad y, con el
análisis clínico de cada caso de autopsia, sentó las bases del estudio de correlación
clínico-morfológica.
Xavier Bichat
Bichat llegó a Paris en 1793, donde empezó a asistir a la clínica quirúrgica que
dirigía el gran cirujano Dessault. El joven, tímido, modesto e inteligente impresionó al
gran cirujano, que lo acogió en su casa. Allí vivió Bichat hasta la muerte de Dessault en
1795. Bichat abandonó entonces la cirugía para dedicarse a sus disciplinas favoritas: la
anatomía, la fisiología y la patología. Su nombre quedó asociado a la hendidura cerebral.
En 1800 fue admitido como médico del Ho'tel-Dieu, donde desarrolló una actividad
frenética: en un solo invierno disecó cerca de 600 cadáveres sin abandonar la sala de
autopsia día y noche. Poco después aparecieron los síntomas de la tuberculosis. Murió
en ese Hospital después de haber hecho una disección, cayó inconsciente por la escala,
aparentemente se trataba de un compromiso meníngeo de la tuberculosis.
Cuanto más examinamos los cuerpos, tanto más convencidos tenemos que estar
de la necesidad de considerar la enfermedad local no del punto de vista de los órganos
compuestos, que rara vez se afectan como un todo, sino del punto de vista de sus
texturas diferentes, que casi siempre están afectadas separadamente.
Romanticismo
La universidad alemana
Hacia el inicio del siglo XIX se había alcanzado con la clínica y la autopsia, los dos
pilares de la medicina clínica, casi todo lo que podían dar estos métodos. Mayores
progresos había que lograrlos desarrollando las ciencias básicas, y para esto se
necesitaba formar un nuevo tipo de médico, y para esto a su vez se requería crear otro
modelo de universidad. Y esto fue lo que hizo Alemania a comienzos de ese siglo. La
reforma se realizó primero en Prusia y fue encabezada por el barón Wilhelm von
Humboldt, filólogo y humanista, fundador de la filología comparada. Humboldt realizó
la misión junto a Fichte y Schelling, entre otros, la nueva universidad se concibió a partir
del idealismo alemán. La reforma abarcó también el liceo, y así nació el Gymnasium
humanisticum. La primera universidad con este modelo fue la de Berlin, fundada en
1809. El ideario de la universidad humboldtiana -modelo que siguieron muchas
universidades de Europa y los Estados Unidos- consistía en basar la actividad académica
en la investigación y la docencia y en incorporar en la enseñanza los resultados de la
nueva investigación. Los resultados de la reforma no se hicieron esperar. Al poco tiempo
Alemania se ponía a la cabeza de Europa en el campo de las ciencias, lugar que
mantendría por más de un siglo.
La Morfología Idealista
En la primera mitad del siglo XIX tres son los principales representantes de la
anatomía comparada: Georges Cuvier (1769-1832), Étienne Geoffroy-Saint Hilaire
(1772-1844) y Sir Richard Owen (1804-1892).
La Embriología
Una figura destacada fue la de Carl Ernst von Baer. Un siglo y medio después que
de De Graaf describió el fóliculo ovárico y Leeuwenhoeck, los espermatozoides, von Baer
descubrió el óvulo en los mamíferos. Von Baer puede ser considerado el fundador de la
embriología moderna. Descubrió la notocorda y las capas germinales, que pocos años
después Remak delimitaría como ectodermo, mesodermo y endodermo.
La química fisiológica
Von Liebig identificó los tres grupos básicos de subtancias orgánicas: hidratos de
carbono, proteínas y grasas. Descubrió el isomerismo; desarrolló los métodos de análisis
orgánico, entre ellos, uno para determinar la concentración de urea en solución.
Introdujo la idea de medir el metabolismo proteico determinando la concentración de
urea en la orina. En colaboración con su amigo Wöhler, demostró por primera vez la
función de un radical, capaz de permanecer inalterado a lo largo de una amplia serie de
compuestos, comportándose como si fuera un elemento. El descubrimiento del radical
benzoico, el primero descrito, tuvo importancia decisiva para el estudio de los procesos
bioquímicos en el organismo. En 1865 August Kekulé, cansado por el trabajo y
dormitando frente a las llamas del hogar, en su visión de una serpiente enroscada tuvo
la idea de la representación cíclica: el anillo de Kekulé. Von Liebig es considerado el
fundador de la bioquímica.
En 1828 Wöhler sintetizó la urea. Este logro fue un duro golpe a la Naturphilophie
al mostrar que una substancia orgánica no tenía leyes propias de generación.
La fisiología
Thomas Young fue un prodigio, a los 14 años sabía latín, griego, francés, italiano,
hebreo y árabe. Fue discípulo de Hunter, se doctoró en medicina en la Universidad de
Gotinga, ya famosa en ese tiempo, a los 23 años. Siendo estudiante de medicina dio una
conferencia sobre la visión en la Royal Society. A los 28 años fue nombrado profesor de
física. Como filólogo fue el que comenzó a descifrar la piedra Rosetta.
Los clínicos más célebres de la primera mitad del siglo XIX se dieron en Francia e
Inglaterra.
En el Guy's Hospital de Londres trabajaron en esa época los tres grandes del Guy:
Thomas Addison, que descubrió la anemia perniciosa y la insuficiencia suprarrenal;
Thomas Hodgkin, que estudió los linfomas, uno de ellos lleva su nombre, y Richard
Bright, que definió, por estudios clínico, anátomo-patológico y bioquímico, la entidad
constituida por hidropesía, albuminuria y nefropatía (enfermedad de Bright). También
de Londres es James Parkinson, que delimitó la enfermedad que lleva su nombre. En la
escuela irlandesa destacaron en ese entonces Robert Graves, que describió el bocio
exoftálmico, Robert Adams y William Stokes (descripción clínica del bloqueo
atrioventricular), el escocés radicado en Irlanda, John Cheyne (respiración de Cheyne-
Stokes) y Dominic Corrigan (pulso de Corrigan de la insuficiencia aórtica).
Réne Laennec
En cuanto a lo que hizo con el invento: tres años después, en 1819, apareció su
obra de dos voluminosos tomos, De l'auscultation médiate ou traité de diagnostic des
maladies des poumons et du coeur fondé principalement sur ce nouveau moyen
d'exploration. Con la minuciosidad del sensualista había estado delimitando los cuadros
semiológicos y para ello se había apoyado en las autopsias.
Ignaz Semmelweis
Ignaz Philipp Semmelweis vivió 47 años. Nació en 1818 en Ofen, una ciudad de
Hungría con una gran población alemana. Murió en Viena en 1865. Semmelweis, cuya
familia era de origen germano, no hablaba bien ni el húngaro ni el alemán.
Estudió medicina en Viena y Pest. A los 28 años de edad fue nombrado asistente
de la primera clínica ginecológica de Viena. Desde hacía un año el profesor de clínica era
Skoda y el de anatomía patológica, Rokitanksky. La clínica vienesa florecía. Pero la fiebre
puerperal hacía estragos, y curiosamente la mortalidad de las puérperas era mucho
mayor en la primera clínica que en la segunda: 10% frente a 3%. Y otra diferencia: a la
primera clínica concurrían estudiantes de medicina y a la segunda, no. Los estudiantes
iban allí a asistir los partos, pero lo hacían después de haber estado disecando cadáveres
en el pabellón de anatomía. Diversas razones se daban para explicar aquella diferencia:
la angustia que causaba el sonido de la campanilla del acólito que precedía al sacerdote
cuando éste se dirigía allá para administrar los sacramentos a las moribundas; la
vergüenza que sentían las mujeres ante los estudiantes, y cosas por el estilo.
Semmelweis sabía que esas razones eran patrañas, pero no así cuál era la
naturaleza de la fiebre puerperal. El hecho decisivo fue la muerte de su amigo
Kolletschka, profesor de medicina legal: al hacer una autopsia un discípulo lo pinchó en
un dedo. Murió con los mismos síntomas que los de la fiebre puerperal. Semmelweis
demostró metódicamente que las razones que se esgrimían eran falsas -hizo una
rigurosa confrontación de hipótesis tal como se hubiera hecho hoy día- y que la causa
estaba en el material putrefacto de las manos de los estudiantes. Visionariamente
estableció, entre otras medidas, el lavado de manos de los estudiantes con agua de
cloro. La mortalidad bajó y lo hizo a cifras menores que las de la segunda clínica y las de
las parturientas callejeras. Defendió con vigor su descubrimiento y la salud de sus
pacientes, Hay que terminar con la matanza, escribió. Pero la resistencia y hostilidad de
sus colegas fueron grandes. El mismo fue amenazado. Lleno de amargura dejó la clínica,
su mente se alteró, y su vida terminó en un asilo... por una septicemia. Su única obra se
publicó en 1861: Etiología, concepto y profilaxis de la fiebre puerperal.
La anestesia general
El Positivismo
Esta escuela fisolosófica, nacida del empirismo, fue fundada por Augusto Compte
(1789-1857) en la época de la revolución industrial: en un mundo en que se valoraron
por sobre todo la ciencia y la técnica. Partiendo de la tesis del empirismo de que la
fuente del conocimiento es la percepción sensorial, el positivismo amplía la validez de
dicha percepción tanto a la inmediata como a la mediata, esta última, a través de
registros y medidas instrumentales. Se afirma que no es posible conocer los principios y
primeras causas de los fenómenos y que el intelecto humano en el campo de la ciencia
ha de centrarse en establecer relaciones de causa-efecto, en lo posible, cuantitativas
que permitan enunciar leyes científicas. Así, el positivismo elimina de su horizonte la
metafísica.
La teoría de la evolución
La primera edición de El origen de las especies se agotó el día en que se dio a luz.
Un mes después apareció la segunda edición y a fines de ese año, la tercera. En la teoría
que enunciaba en esa obra pueden distinguirse cuatro elementos fundamentales:
Variación casi continua de caracteres intraespecíficos e interespecíficos con
límites imprecisos entre las especies;transmisión hereditaria de caracteres;
lucha por la vida y selección natural.
La variación de caracteres se refería no sólo a la existente en el espacio en un
tiempo dado, cosa que Darwin pudo fundamentar con numerosísimas
observaciones, sino que también a la que supuestamente se producía de
modo muy lento y continuo a lo largo del tiempo a través de generaciones.
Parte de estos cambios son resultados, según Darwin, de la mejor o peor
adaptación al medio ambiente, particularmente del uso y desuso de los
órganos (cambios lamarckianos); otros, de la acción directa del medio
externo (cambios adquiridos no lamarckianos) y unos pocos eran calificados
de espontáneos, según Darwin, porque se ignoraban sus causas. Darwin
suponía la transmisión hereditaria de todos estos caracteres, admitía, por lo
tanto, el lamarckismo. La lucha por la vida corresponde a un mecanismo
hipotético de cómo se produce la selección natural por eliminación de los
menos aptos y la supervivencia de los más aptos. En esta conjetura influjó la
idea de la sobrepoblación expuesta por Robert Malthus en su Essay on
Population. En fin, la evolución es el resultado de la selección natural.
La genética
Así, estudiando la transmisión de los caracteres de las semillas del Pisum sativum,
arveja común, a saber: forma de la semilla (redonda o rugosa), color (verde o amarillo)
y longitud del tallo (gigante o enano), estableció: primero, cuáles caracteres eran
dominantes y cuáles, recesivos y la proporción de homocigotos y heterocigotos en
distintas generaciones; segundo, la existencia de unidades hereditarias inmiscibles, y
tercero, dedujo las dos reglas que llevan su nombre: la de la segregación de los alelos y
la de la combinación independiente de los alelos de cada locus. Esta segunda ley, como
se sabe hoy, tiene restricciones.
Mendel, antes de publicar los resultados, envió su trabajó al botánico suizo Karl
von Naegeli, pero éste los devolvió con un juicio desfavorable. A comienzos de 1865
Mendel expuso sus resultados en dos conferencias y después, en 1866, los publicó en
los Anales de la Sociedad de Historia Natural de Brün. Pero sus descubrimientos no se
conocieron hasta 1900, 16 años después de su muerte, cuando Hugo De Vries encontró
la publicación de Mendel y la dio a conocer. Las leyes mendelianas fueron
redescubiertas en 1900 por Hugo De Vries en Holanda, Carl Correns en Alemania y Eric
von Tschermak en Austria.
La patología celular
Hacia fines del siglo XVIII había decaído la clínica vienesa fundada por van
Swieten, en la primera mitad del siglo XIX florecía la escuela anátomo-clínica francesa y
luego, en la segunda mitad, resurgía la medicina en Viena, representada en la clínica por
Skoda, en cirugía por Billroth -desde 1867 cuando de Berlín se fue a Viena- y en anatomía
patológica por el barón Carl von Rokitansky (1804-1878). Skoda fue un clínico eminente,
que estableció las bases físicas de la percusión y auscultación. Billroth ha sido uno de los
cirujanos más ilustres de todos los tiempos. Fue el creador de las técnicas de
gastrectomía.
Tres son los mayores méritos de Rokitansky: el desarrollo de la anatomía
patológica como disciplina independiente de la clínica, la creación de métodos de
examen de autopsias y la caracterización cabal de numerosísimas lesiones. Hasta poco
antes, en la escuela parisina eran los mismos clínicos, Laennec entre ellos, que
practicaban las autopsias. Rokitansky inaugura, en cambio, la anatomía patológica como
especialidad, realizada en un instituto de patología, en que él mismo practicó con
impresionante rigor y detalle 20.000 autopsias. En 1846 terminó de aparecer su
Lehrbuch der pathologischen Anatomie en tres tomos, del que Virchow, entre otros
elogios, dijo: Se lo puede comparar con los productos cumbres de las ciencias naturales
descriptivas, y hasta hoy día no ha sido igualado. En 1875 apareció su obra sobre los
defectos septales del corazón, la mejor monografía hasta entonces sobre este tema.
Pero Rokitansky, en patología general, fue un humoralista, creador de la idea de
discrasia en la explicación de la enfermedad. Esta concepción fue rebatida duramente
por Rudolf Virchow con argumentos tan demoledores que Rokitansky suprimió en la
segunda edición lo que Virchow había criticado.
Al inicio de la segunda mitad del siglo XIX, en 1858, aparició la obra en que se
funda la patología moderna: la Cellularpathologie in ihrer Begründung auf
physiologische und pathologische Gewebelehre de Rudolf Virchow.
La anatomía y la histología
Los dos grandes histólogos de la época fueron Jacob Henle (1809-1885) y Albert
von Kölliker (1817-1905).
La anatomía y la histología
Los dos grandes histólogos de la época fueron Jacob Henle (1809-1885) y Albert
von Kölliker (1817-1905).
La embriología
La psicología de la forma
La fisiología
Claude Bernard
A los ocho años inició los estudios de latín con el párroco de Saint Julien; diez
años después tuvo que abandonar los estudios por falta de medios económicos. Se
empleó entonces en una farmacia. Un año más tarde se fue a París con un manuscrito:
una obra de teatro, la segunda escrita por él, pero el poeta y crítico Saint Marc Girardin
le aconsejó: aprenda un oficio para vivir y ya le quedarán horas libres para dedicarse a
la poesía. Y así Bernard no se dedicó a la dramaturgia, y a los 21 años, con escasísimos
recursos económicos, comenzó los estudios de medicina. Pronto se convirtió en
discípulo predilecto de Magendie en el Collège de France, donde en 1855 sucedió a su
maestro. Así lo describió Pasteur, su amigo: La distinción de la persona, la belleza noble
de su fisonomía con un carácter de dulzura, amable, seductor al primer contacto;
ninguna pedantería, nada artificial de sabio, una simplicidad antigua, la conversación
natural, alejada de toda afectación, pero nutrida de ideas fuertes y profundas. En el
Collège el laboratorio, en el sótano, tenía pésimas condiciones de trabajo. No obstante,
allí hizo sus grandes descubrimientos y en poco más de una década: 1846 a 1857. El
laboratorio era para él el santuario de la medicina. Bernard es el fundador de la medicina
experimental. Después del nombramiento de Miembro de la Academia de Medicina en
1861, fue colmado de honores.
En esa obra Bernard introdujo la idea de medio interno, uno de los conceptos
básicos de la fisiología y del que Haldane dice lo siguiente: todos los organismos vitales,
por variados que sean, tienen un solo objeto: mantener la constancia de las condiciones
de la vida en el medio interno. En fin, de esta obra Pasteur dijo: Nada se ha escrito tan
luminoso, tan completo, tan profundo, sobre los verdaderos principios del difícil arte de
la experimentación...
Esta idea directriz, bajo la cual los fenómenos vitales parecen estar dirigidos a un
fin, y la de entelechia de Driesch se corresponden cabalmente en cuanto a causa final.
La bacteriología
Los méritos de Pasteur fueron haber demostrado que las bacterias podían
producir transformaciones químicas, como la fermentación, y enfermedades en
animales y haber descubierto la vacunación en el hombre por gérmenes atenuados,
prueba indirecta del poder patógeno de las bacterias en el hombre. Demostró, además,
definitivamente la falsedad de la teoría de la generación espontánea y la pululación de
bacterias en el medio ambiente.
Louis Pasteur
Louis Pasteur nació en 1822 en Do'le, Borgoña, murió en París en 1895. Era hijo
de un curtidor y ex sargento de Napoleón. No fue médico sino profesor de liceo en el
ramo de química, formado en l'École Normale de París. Pasteur era un hombre genial,
impulsivo, imaginativo, de gran capacidad intuitiva, de mentalidad práctica; era un
hombre humilde, noble, patriota y un hombre bueno.
Dos años después recibió otra consulta: a qué se debía la pebrina, una
enfermedad del gusano de seda que impedía que éste terminara su desarrollo hasta
hilar el capullo de seda. Pasteur descubrió el agente: Nosema bombycis, describió su
ciclo e ideó las medidas para evitar la enfermedad. Con ello salvó a la industria sederera
de Francia. Poco después Pasteur sufrió una hemorragia cerebral, menos mal, del
hemisferio no dominante: siguió trabajando con igual lucidez. Se dedicó entonces a
estudiar el cólera aviario y el carbunco, que hacía estragos en el ganado. Sobre esta
última enfermedad ya había aparecido el exhaustivo estudio de un médico por entonces
desconocido: Robert Koch, pero Pasteur no conocía esa investigación. En lo grueso, llegó
a los mismos resultados, pero, además, descubrió la vacunación por gérmenes
atenuados. La casualidad favorece sólo a las mentes preparadas, solía decir Pasteur. Y
así sucedió otra vez: había inoculado a gallinas con un cultivo de bacilos del cólera sin
percatarse de que por descuido el cultivo se había envejecido en un rincón del
laboratorio. Las gallinas se enfermaron pero no murieron. Después de darse cuenta de
lo ocurrido, tuvo una idea genial: reinocular a las gallinas con una dosis mortal de cultivo
fresco. Los animales no se enfermaron. Pero estos resultados primero no fueron
aceptados, Pasteur hizo entonces una prueba pública con ovejas, unas vacunadas contra
el carbunco; otras, no. La prueba fue elocuente. Este procedimiento, de grandes éxitos,
condujo después de años de investigación para atenuar este agente invisible, a la
elaboración de la primera vacuna antirrábica. El procedimiento para atenuarlo, ideado
por Pasteur, fue por desecación de tejido infectado. Discípulos de Pasteur fueron Emile
Roux y Georges Widal.
El día en que cumplió 70 años, Pasteur fue declarado el hijo más insigne de
Francia en una celebración con carácter de fiesta nacional. En su lápida se leen hoy sus
palabras: Feliz aquel que lleva consigo un ideal, un Dios interno, sea el ideal de la patria,
el ideal de la ciencia o simplemente las virtudes del Evangelio.
Robert Koch
Koch era de carácter reservado, modesto, pero digno, sabía ser altivo, era de
voluntad firme y constancia sin fin, paciente, de inteligencia luminosa, penetrante y
lógica, sistemático, riguroso, de muy buena memoria, de gran habilidad técnica, la
exactitud de sus métodos y observaciones todavía admiran a las generaciones actuales.
Se daba tiempo para cultivar algunas aficiones: historia natural, arqueología, fotografía.
La cirugía
La idea que condujo a la asepsia era que los gérmenes del ambiente se hallaban
en mayor cantidad adheridos a objetos y no tanto en el aire. Con estos métodos la
cirugía salvó el segundo gran escollo: la infección.
La clínica
Introducción
Cuanto más cercano al presente se halla un hecho del pasado, tanto más difícil
es juzgar su trascendencia histórica: el tiempo puede ser muy corto para saber cuán
duradero es un aporte o cuán fructífera es la idea que hay tras él.
En la medicina del siglo XX destacan los progresos ocurridos en conexión con las
ciencias básicas. Así, el desarrollo de la bioquímica estrechamente vinculado con la
química y física, el nacimiento de la genética molecular, las aplicaciones de la física en
otras áreas de la medicina, el acelerado desarrollo de la biofísica y el nacimiento de la
biomatemática. Entre los aportes de la física se cuentan: difracción de rayos X,
radioisótopos, electroforesis, cromatografía, ultracentrifugación, espectrofotometría,
absorción de rayos ultravioletas, terapia con láser, microscopio electrónico, ecografía,
tomografía computarizada, resonancia nuclear magnética. Las aplicaciones de la física
no sólo han contribuido a mejorar substancialmente el diagnóstico, como en el caso de
la tomografía computarizada, sino que también hicieron posible obtener una cantidad
enorme de conocimientos, como por ejemplo, con la microscopía electrónica. La
difracción de rayos X fue fundamental en el descubrimiento de la estructura del ácido
desoxirribonucleico.
Bioquímica
La genética
Después que De Vries en 1899 enunció la teoría cromosómica, según la cual los
genes radicaban en los cromosomas, aumentó el interés por estudiarlos. En 1905
Stevens y Watson en los Estados Unidos describieron los gonosomas. En 1912 von
Winiwarter concluyó que el número normal de cromosomas era 47, incluidos un
cromosoma X en el hombre y dos en la mujer. El cromosoma. En1923 Painter concluyó
que el número normal era 48. Sólo en 1956 se estableció que el número normal era 46
(Tjio y Levan y Ford y Hamerton).
Pero hasta los trabajos del gran genetista norteamericano Morgan que
aparecieron a partir de 1910, el gen era un ente abstracto, una especie de símbolo para
operar con las reglas mendelianas. En la Drosophila melanogaster Morgan comprobó la
teoría cromosómica y dotó al gen de un lugar concreto al establecer los primeros mapas
cromosómicos. Además, demostró el linkage, el crossing over y la recombinación. En
1933 recibió el Premio Nobel.
La genética molecular
A fines del siglo XIX la nucleína de Miescher se llamó ácido nucleico todavía en
ese siglo, el alemán Kossel descubrió su composición: los nucleótidos y los componentes
de éstos. Recibió el Premio Nobel en 1910. A comienzos del siglo XX Levene estableció
la existencia de los ácidos ribonucleico y deoxirribonucleico. Pero estos ácidos
mostraban poca variación como para ser el substrato de los genes, tan diversos. Por eso,
hasta 1944, año de aparición de los trabajos de Avery, se pensó que debían estar en las
proteínas, tan polimorfas.
Después de aquel año había que resolver la cuestión de cómo funcionaban los
genes, problema que parecía que parecía insoluble, de ahí el lema atribuido a Crick: si
no puedes estudiar la función, estudia la estructura. Efectivamente, la estructura fue
descubierta en 1953 por el norteamericano Watson y el inglés Crick, laureados con el
Premio Nobel en 1962, y así rápidamente se comprendió la función. El descubrimiento
estuvo precedido de avances importantes, en que participaron químicos físicos.
Decisivos fueron la idea del químico Pauling de una molécula helicoidal y los resultados
que habían obtenido los biofísicos británicos Rosalind Franklin, fallecida a los 38 años de
edad y Wilkins. Recibió éste el Premio Nobel junto con Watson y Crick. En esa misma
década, la de los años 50, se descubrieron los ácidos ribonucleicos mensajeros y de
transferencia y. además, se comenzó a descifrar el código genético con los trabajos de
Holley, Khorana y Nirenberg, laureados con el Premio Nobel en 1968. En 1970 se
sintetizó por primera vez un gen artificial. En 1990 se puso en marcha el proyecto del
Genoma Humano: conocer el mapa cromosómico y la secuencia de bases de los genes
normales del hombre, estimados en 100.000.
En 1961 apareció la publicación de Jacob y Monod (Premio Nobel en 1965) sobre
la teoría del operón referente a la regulación de los genes. Este modelo podía responder
-en términos teóricos- el problema que Spemann, el descubridor del organizador
(Premio Nobel en 1935), había considerado el fundamental de la embriología, esto es el
de explicar cómo a partir de una sola célula, el zigoto, cuyo material genético se va
distribuyendo en las nuevas células en forma de réplicas perfectas, se desarrolla un
organismo heterogéneo en cuanto a la forma y función de las células. A comienzos del
siglo XX Driesch había concluido que el destino de una parte del esbozo embrionario es
función de su posición dentro del todo. Basándose en el modelo de Jacob y Monod
puede decirse que la información de posición se realiza a través del citoplasma con el
efecto de la activación de ciertos genes en determinadas células. La concepción de estos
investigadores se vio apoyada con la comprobación de distintas hemoglobinas en el
individuo normal, la fetal y la adulta, sintetizadas sucesivamente por acción de genes
distintos. En los años 60 se tenía un cuadro claro del control genético de las
hemoglobinas.
La anatomía patológica
El microscopio electrónico
Instrumentación clínica
El primer aparato de hemodiálisis fue inventado por el alemán Haas, que lo puso
a prueba, con éxito, en un enfermo en 1924. Pero la era del riñón artificial comenzó 20
años después, con el aparato inventado por el holandés Kolff.
Farmacologia y terapéutica
La cirugía
En 1944, impulsado por Helen Taussig, Blalock realizó con éxito la operación que
hoy lleva su nombre. A partir de los años 50 se produjo el desarrollo acelerado de la
cirugía cardíaca gracias a la máquina de circulación extracorpórea. En esa misma década
Lawler, en Chicago, realizó el primer transplante renal existoso. En la década de los 60
se realizaron, primero, transplantes de hígado, y en 1967 Barnard hizo el primer
transplante cardíaco. Así comenzaba de la era de los transplantes. En la década de los
80 nació la cirugía endoscópica.
La psiquiatria
La psiquiatría moderna nació en Alemania a fines del siglo XIX, entre otros, con
Kräpelin y Bleuler, cuya labor se extendió al siglo XX. Kräpelin delimitó, a la manera de
Sydenham, las principales entidades psiquiátricas. Los aportes de Bleuler también son
fundamentales en la psiquiatría clínica. A él se deben los términos de esquizofrenia y
autismo, el primero, con un significado algo diferente, substituyó el de demencia precoz
usado por Kräpelin
En 1900 apareció la Interpretación de los sueños, obra en que Freud sentó las
bases del método psicoanalítico y de su doctrina. Aporte metodológico fue la libre
asociación de ideas. En cuanto a la doctrina, concibió una estructura dinámica de la
mente humana, dada por las esferas del yo -consciente y preconsciente-, el ello -
incosciente, ilógico, dotado de los impulsos primitivos, por sobre todos, de la libido, de
lo innato y de lo reprimido- y el superyó -el inconsciente moral, represor: la censura. El
dinamismo se ponía en juego no sólo por la represión -el mecanismo fundamental-,
además, por sublimación, simbolización, desplazamiento, condensación, entre otros. El
psicoanálisis, renovado, ha seguido, en mayor o menor grado, vigente y las ideas
centrales han desbordado la psiquiatría con alcances en el arte, la religión, la
antropología y han pasado a ser patrimonio de la cultura general.
De entre las diversas escuelas surgidas en el siglo XX, entre ellas, el conductismo
de Watson a manera de extensión de la doctrina pavloviana, la constitucionalista de
Kretschmer y la medicina psicosomática -relacionada con el psicoanálisis- cabe
finalmente referirse a la psiquiatría biológica, de vigencia actual. Ella comenzó a
desarrollarse a mediados de siglo con el hallazgo empírico y casual de fármacos eficaces
en ciertos cuadros psiquiátricos. En las últimas tres décadas se desarrolló una base
racional de la psicofarmacología partiendo del supuesto de que el mecanismo de acción
de los psicofármacos eficaces revelaba a su vez el mecanismo fisiopatológico subyacente
del trastorno psíquico. Surgió, por ejemplo, la hipótesis dopaminérgica de la
esquizofrenia. La psiquiatría se acercó así a la neurofisiología.
Historia de la medicina
Bibliografia
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García C., Lucas de Dios JM, Cabellos B, Rodríguez I (1986) Tratados hipocráticos,
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University Press, Cambridge,Massachusetts-Heinemann, London
Terminación del Proyecto Genoma Humano: Preguntas más
frecuentes
https://www.genome.gov/11510905/preguntas-maacutes-frecuentes/
¿Qué es un genoma?
Un genoma es una colección completa de ácido desoxirribonucleico (ADN) de un
organismo, o sea un compuesto químico que contiene las instrucciones genéticas
necesarias para desarrollar y dirigir las actividades de todo organismo. Las moléculas del
ADN están conformadas por dos hélices torcidas y emparejadas. Cada hélice está
formada por cuatro unidades químicas, denominadas bases nucleótidas. Las bases son
adenina (A), timina (T), guanina (G) y citosina (C). Las bases en las hélices opuestas se
emparejan específicamente; una A siempre se empareja con una T, y una C siempre con
una G.
En el método basado en BAC, se hace un "mapeo" de cada clon BAC para determinar el lugar
de donde proviene el ADN del genoma humano en los clones BAC. El uso de este enfoque garantiza
que los científicos puedan conocer la ubicación exacta de las letras del ADN que son secuenciadas en
cada clon y su relación espacial con el ADN humano secuenciado en otros clones BAC.
Para la secuenciación, se corta a cada clon BAC en fragmentos todavía más pequeños que
tienen una longitud de cerca de 2.000 bases. Estas piezas se denominan "subclones". En estos
subclones se lleva a cabo una "reacción en secuencia". Después, los productos de la reacción en
secuencia son introducidos en la máquina secuenciadora (secuenciador). El secuenciador genera de
500 a 800 pares de bases de A, T, C y G en cada reacción en secuencia, por lo que cada bases es
secuenciada unas diez veces. Luego una computadora juntas estas secuencias cortas para formar
tramos continuos de secuencia que representan el ADN humano en el clon BAC.
Sin embargo, la porción del genoma que contiene los genes está completa en
casi todas las formas funcionales para propósitos de investigación científica y está
disponible de manera pública y gratuita. Aunque ahora esté terminado el Proyecto
Genoma Humano, los científicos continuarán desarrollando y aplicando nuevas
tecnologías para los pocos problemas difíciles que restan. Por su parte, NHGRI
continuará apoyando una amplia variedad de investigaciones para desarrollar nuevas
tecnologías de secuenciación, para interpretar la secuencia humana y utilizar la nueva
comprensión del genoma humano para mejorar la salud humana.
El cinco por ciento del presupuesto anual del NHGRI está dedicado al análisis de
las implicaciones éticas, legales y sociales (ELSI, por sus siglas en inglés) relacionadas con
la investigación del genoma humano, incorporando recomendaciones específicas a las
actividades del NHGRI y proporcionando orientación a quienes establecen las políticas y
al público. El programa ELSI del NHGRI, del cual se considera que no tiene precedentes
en las ciencias biomédicas en términos de alcance y nivel de prioridad, proporciona una
base efectiva desde la cual se valoran las implicaciones de la investigación del genoma,
y ha dado como resultado varias mejoras notables al PGH.
Para obtener información más detallada sobre el Programa Genoma Humano del DOE y
el futuro de la genómica, vaya a: