BERENICE

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“Berenice” es un cuento publicado en 1835 en el periódico Southern Literary

Messenger.
El narrador que se llama Egaeus se prepara a casarse con su prima Berenice. El
narrador está enfermo, padece de la enfermedad monomanía y su prima sufre de
epilepsia y catalepsia. Egaeus vive meditando en la soledad, lo que le separa del
mundo exterior. La salud de su prima poco a poco va degradándose. Cercana la fecha
de la boda Egaeus se obsesiona con los dientes de su prima, un día de invierno resulta
que es encontrada muerta. Luego un criado llama a Egaeus porque escuchó un grito
pavoroso y encuentra éste lleno de sangre y Egaeus descubre los dientes de su prima
en una caja que pertenencia al médico de la familia.
Este cuento evoca varios temas cadentes como el terror la muerte, la soledad, la
obsesión, la locura, la memoria, la imaginación, la abstracción. Sin embargo, el tema
que domina el cuento es el terror por eso veremos cómo Poe crea un ambiente de
miedo para el lector en este cuento. Para eso veremos primero cómo el lector se
familiariza con el cuento “El sufrimiento es muy complejo…no en materia de mi
existencia cotidiana, sino realmente en mi completa y absoluta existencia.”, segundo la
oposición entre el narrador y Berenice “Berenice y yo éramos primos… ¡Ojalá no los
hubiera visto nunca, o, al menos, después de verlos, me hubiese muerto!” y para
terminar el desenlace de la obsesión del narrador “El golpe de una puerta al cerrarse
llamó mi atención” hasta el final.
El cuento empieza con una cita Ibn Zaiat, lo que de por sí indica el clima de terror, de
duda que el lector va a estar confrontado. El lector espera que el narrador va evocar en
algún momento del cuento el tema de la muerte. Con ésta cita el cuento muestra ser
un cuento estructurado, esquematizado, el autor desde las primeras líneas sabe
adónde va. Con la cita el autor cautiva su lector, éste se preocupa, siente curiosidad
para entender por qué el cuento empieza con una cita.
El primer párrafo del cuento es una meditación, ella es intensa, paradójica gracias a las
comparaciones, a las interrogaciones y a las exclamaciones. Y nosotros sentimos una
oralidad, escuchamos al narrador. Nosotros pensamos que la meditación que hace el
narrador es sobre el desenlace de lo que va a narrarnos, así el cuento es entonces
circular. Esa meditación anticipa al lector que una tragedia va a ocurrir. El narrador usa
la retórica énfasis en ese párrafo para insistir que la angustia que vive en el momento
que narra la historia es algo que proviene del pasado “o las agonías que son tienen su
origen en los éxtasis que pudieron haber sido”, el lector desea conocer lo que pasó y el
narrador evidentemente va a crear un clima de suspense antes de desvelarlo.
Luego el narrador se presenta a sí mismo, pero de manera curiosa “Mi nombre de pila
es Egaeus, no voy a mencionar mi apellido.” A partir de allí el lector se siente el
confidente del narrador que entonces le hace una confesión de forma un poco
anónima, empieza una cercanía entre ellos y en algunos momentos del cuento el lector
va a identificarse con éste.
Estamos frente a un monólogo absoluto, utiliza descripciones, enumeraciones para
demostrar que pertenece a una “raza de visionarios”.
Allí nos encontramos frente a lo gótico con la descripción del espacio “Sin embargo, en
mi país natal no hay torres más vulnerables que las de mi sombría y melancólica casa
señorial.”
Después nos menciona sus recuerdos diciéndonos más de sí, “de los que no volveré a
hablar. Allí murió mi madre.” Tenemos compasión por él, pero captamos que es

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evidente que no quiere tardarse en esos hechos, ““Pero es inútil decir que no había
vivido con anterioridad, que el alma no conoce una existencia anterior. ¿Lo pueden
negar? No voy a discutir el asunto Yo ya estoy convencido, pero no trato de
convencerles” nos plantea ya un poco más de su carácter, parece ser arrogante,
implícitamente dice que nosotros no podemos cambiar la ideología de los demás.
“Hay, sin embargo, un recuerdo de formas etéreas, de espirituales ojos expresivos, de
sonidos musicales y tristes, un recuerdo que no va a ser excluido; una memoria
semejante a una sombra, vaga, invariable, indefinida, insegura; y también como una
sombra en la imposibilidad de librarme de ella mientras brille la luz de mi razón.” Con
esto el narrador despierta más curiosidad en lector, personifica el recuerdo, lo que lo
intensifica, las comparaciones plantean en él lector inquietud ya que son paradójicas.
Nosotros nos asustamos con la manera en que termina el párrafo, nos llama la
atención las repeticiones de las palabras “asombrosa”, “como simples visiones, o solo
como visiones”. Con esto vemos claramente que éste cuento es un cuento fantástico.
Egaeus percibe el mundo de una forma lejana y distinta de la nuestra; vive a través de
la imaginación desde su existencia y es lo que lo define “no en materia de mi existencia
cotidiana, sino realmente en mi completa y absoluta existencia.”, pasó su niñez en los
libros y su juventud en los sueños. Pero se sorprende al transcurrir los años que no ha
dejado “la mansión de” sus “ancestros” y que no ha cambiado.
Todos estos rasgos de lo fantástico en el principio del cuento alerta al lector a
prepararse para lo que llega. Vamos a cambiar de enfoque y focalizarnos más sobre el
protagonista.
En el inicio de éste párrafo estamos mediante una oposición entre el narrador y su
prima. Podemos analizar gracias a las descripciones que eran personalidades distintas,
aunque crecieron en el mismo ambiente, tenían pasatiempos opuestos “suyos eran los
paseos por la colina; míos, los estudios en el claustro”. El narrador se representa a sí
mismo como “enfermizo, envuelto en la tristeza”, vivía en la soledad, pasaba su
tiempo en espacios cerrados, mientras que su prima que era “ágil, graciosa, plena de
fuerza”. Berenice es un ser libre, la descripción nos evoca un águila, que es un ser
fascinante, por eso ella atrae a su primo.
Cuando evoca el nombre de su prima se halla en un estado de éxtasis, el lector admira
su manera de narrar que se parece a la escritura del renacimiento, notamos la oralidad
que torna la historia visual para el lector. Parece que nos describe un lugar ameno
“¡Oh sílfide entre arbustos de Arnheim! ¡Oh náyade entre sus fuentes!”
Destacamos que el narrador prepara el lector para lo que se prepara a contarle y toma
un tono trágico, nos narra semejante a los narradores de la tragedia “Y entonces, todo
se vuelve misterio y terror, una historia que no debe ser transmitida. La enfermedad-
una enfermedad mortal cayó sobre ella como el simún.”” El lector allí actúa como un
cura. La comparación es para que no quede duda que la enfermedad es devastadora.
La enfermedad metamorfoseó a Berenice físicamente y moralmente “incluso a alterar
su identidad”.
El narrador juega con la ambigüedad “una especie de epilepsia que solía terminar a
menudo en una catalepsia”.
Captamos la simultaneidad en su manera de escribir “Mientras tanto, mi propia
enfermedad- me han dicho que no debo darle otro nombre-, mi propia enfermedad
avanzaba con rapidez, asumiendo, al final, un carácter obsesivo de una nueva y
extraordinaria especie, cada vez que ganaba más vigor, y que por fin tuvo sobre mí la

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más incomprensible influencia.” Es más cómodo echar la culpa en algo, el narrador se
muestra resignado aceptando su enfermedad.
El narrador decide darnos más informaciones de su enfermedad y empieza a
abarcarnos el tema de la obsesión, “Esta Obsesión, si debo llamarla así”. Utiliza el
procedimiento del énfasis para que no olvidemos en que consiste la obsesión
“atención” “intensidad del interés”. Al darnos más detalle lo vemos como un ser
extraño, sobrenatural “pasar la mayor parte de un día de verano absorto en una
extraña sombra que caía oblicuamente sobre un tapiz o sobre la puerta; perderme
toda la noche observando la tranquila llama de una lámpara o las ascuas del fuego;
sonar días enteros con el perfume de una flor” sueña despierto, sueña
constantemente. Se ve a sí mismo como un ser único “tales eran algunas de las
extravagancias más comunes y menos prejudiciales provocadas por un estado de las
facultades mentales, no único, por cierto, pero si capaz de desafiar a todo análisis o
explicación.”
El lector no puede meterse en su lugar “Es más que posible que no me comprendan;
pero temo, en verdad, que no haya manera posible de comunicar a la inteligencia del
lector corriente una idea adecuada sobre esa nerviosa intensidad del interés con que,
en mi caso, los poderes de la meditación -por no utilizar términos técnicos” además el
narrador desafía el lector, el lector entonces quiere comprenderlo costara lo costara,
el narrador es una especie de guía para nosotros y haciendo esto tiene el poder
absoluto en su narración y así puede manipularnos.
El tema de la obsesión es un tema que fascina a Poe por ejemplo en “el retrato de
oval”, pero lo menciona de una manera distinta, aunque encontremos puntos
comunes (un hombre está obsesionado en pintar a su mujer).
Cuando el narrador dice “Pero que no se me entienda mal” es exactamente lo que el
lector hacía se siente comprendido. Con eso va a dar un paso a lo sobrenatural, para
que todo nos parezca verosímil y lógico.
Para evitar la confusión y que no asimilemos su enfermedad con el fanático y el
soñador nos explica la diferencia entre ellos minuciosamente.
Entonces la monomanía es una paranoia en el que el paciente sólo puede pensar en
una idea, el narrador finaliza el párrafo definiéndola como “las meditaciones no eran
nunca agradables, y al final del ensueño, la causa original, lejos de perderse de vista,
alcanzaba ese interés sobrenaturalmente exagerado que consistía el rasgo
fundamental de la enfermedad. En unas palabras: las facultades mentales, ejercidas de
una forma especial en mi caso, eran, como ya he explicado, las de la atención,
mientras que en un soñador son las de la especulación.”
Sus lecturas eran las que interesaban a un sabio, evocaban el tema del misterio, de la
espiritualidad y el narrador estaba confrontado a meditar sobre el mundo, sobre los
fenómenos que la ciencia no puede explicar.
Emplea la comparación “mi razón se parecía a aquel peñasco de mar del que hablaba
Ptolomeo Hephestion, que resistía firme sin vacilar los ataques de la violencia humana
y la más feroz furia de las aguas y de los vientos, pero que sin embargo temblaba con
el más leve toque de una flor llamada asfódelo”, paradoja para mostrar que en fondo
es un ser frágil.
Observamos que la crisis de identidad de Berenice atrae al narrador, lo conmueve
“sobre los poderosos medios por los que había llegado a producirse una revolución tan
repentina y extraña”. “Pero tales reflexiones no compartían la idiosincrasia de mi

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enfermedad”, es de destacar que usa en el cuento un lenguaje culto como los
científicos, aunque ha intentado no emplear términos tan científicos para que el lector
el cuento no sea inaccesible y discriminatorio para el lector.
Es fiel a sí mismo en todos los campos, es decir que es un ser pensativo, imaginativo
“mis sentimientos nunca habían surgido del corazón y mis pasiones siempre tenían que
ver con la mente.”
Volvemos a notar lo gótico aquí es mediante la locura, la melancolía y la inconsciencia
“En las tempranas y densas horas matutinas, en las enredadas sombras del bosque a
mediodía, y en el silencio de mi biblioteca durante la noche, había pasado rápido ante
mis ojos, y yo la había observado, no como la Berenice viva y conmovedora, sino como
la Berenice de un sueño; no como un ser terrenal, sino como una especie de
abstracción; ni como algo para admirar, sino para analizar; no como objeto de amor,
sino tema de la más inconexa y obtusa especulación.” Las palabras de Egaeus provocan
escalofríos al lector, miedo, inquietud. Para nosotros Egaeus es una mente perturbada,
confusa, oscura, en conflicto permanente.
Fijamos que el tema de la fatalidad aparece en el cuento ‘en un fatídico momento, le
hablé de matrimonio”, es como si nos anunciara una tragedia.
El tiempo en que la escena final ocurrió es importante “una tarde de invierno de aquel
año” por eso el uso del énfasis “nodriza de la bella Alción” y la intertextualidad a la
mitología, pero mantiene la ambigüedad de la temporalidad. El invierno es una
estación considerada nostálgica, todo es calculado por el autor en la escritura de éste
cuento.
Observamos que nos avisa que lo que perseguirá será lleno de ambigüedad, a nosotros
de prestar atención a los mínimos detalles “¿Fue una estimulada imaginación, el influjo
de la atmósfera cargada, la luz incierta y crepuscular del gabinete, o las grises vestidos
que adornaban su figura, los que le proporcionaban un contorno e indefinido? No
sabría decirlo.”
Al lector le pasa lo mismo “Un helado escalofrió recorrió todo mi cuerpo; me sometió
en una sensación de ansiedad intolerable”, pero nosotros clavados en el cuento. El
lector en ese instante sabe que el desenlace se está acercando “¡Ojalá no los hubiera
visto nunca, o, al menos, después de verlos, me hubiese muerto!” y se encuentra en
un estado de extrema inquietud, se interroga sobre lo que va a pasar, aunque al fundo
de sí mismo sabe lo que lo espera.
Egaeus cambia de tono lo que provoca una ruptura y llegamos al desenlace.
Egaeus nos narra una locura extrema “¡ay!, no había salido, y no se podía alejar de él el
blanco y horrible espectro de aquellos dientes” habla de él como si hablara de una
persona distinta, los dientes de Berenice lo enloquecen, ha perdido control de sí
mismo.
Estado de éxtasis, fascinación “¡Los dientes! ¡Los dientes! Estaban aquí y allí, y en
todas partes; visibles y palpables ante mí; largos, estrechos, blanquísimos”, igual que
cuando evocó a Berenice parece que estamos confrontados a una otra persona, no al
narrador sensato, parece que está descontrolado y que no domina su narración en ése
instante.
“De la señorita Sallé se ha dicho bien que tous ses pas étaient des sentiments” coge un
hecho general para intensificar su argumento “y de Berenice creía con más serenidad
que tous ses dents étaient des idées. Des idées!” Berenice es una abstracción para
Egaeus.

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Está consciente de lo que provocó su desgracia “¡Ah, ese era el motivo por el que los
codiciaba tan locamente! Sentía que solamente su posesión podía devolverme la paz y
restituirme la razón.”
“Y así cayó la tarde sobre mí; llegó la oscuridad, se quedó un rato y se fue, y amaneció
otra vez el día, y las brumas de una segunda noche se acumularon alrededor, y yo
continuaba sentado inmóvil en esa habitación solitaria, encerrado todavía en la
meditación, y el fantasma de los dientes mantenía su dominio terrible” emplea la
retórica hipérbola para exagerar para que entendamos que es una tragedia, el
fantasma de los dientes lo royeron interiormente durante muchos días.
“Me levanté de la silla y, abriendo de par en par una puerta de la biblioteca vi a una
sirvienta en la antecámara, deshecha en lágrimas, que me contó que Berenice ya no
existía”, aquí el narrador parece siniestro, nos cuenta la muerta de su prima como si
fuese un detalle mínimo. El narrador es egocéntrico en ese instante, está concentrado
en sus emociones, algo que es normal en la condición humana. Reparamos la
ambigüedad ‘Parecía haber despertado de un confuso y emocionante sueño” ¿lo que
nos narra es sueño o realidad?.
Egaeus está angustiado, atormentado, perdido “Sin embargo, su recuerdo estaba
plagado de horror, un horror más horrible por su vaguedad y un terror más terrible por
su ambigüedad”, “un agudo y penetrante grito femenino parecía continuar sonando en
mis oídos. Yo había hecho algo… Pero…, ¿qué era? Me lo pregunté en voz alta y los
susurrantes ecos de la habitación me contestaron; ¿Qué era?”
La frase subyugada de Zaiat en el libro abierto y el criado ayudan a desvelar el misterio
y eso muestra que la memoria del ser humano es débil. “Entonces ¿por qué al leerlas
se me erizaron los cabellos y se congeló la sangre de mis vanas?”, aquí también el
lector se encuentra en el mismo estado que el narrador, lo que muestra que posee el
arte de contar. “y entonces, sus palabras se tornaron emocionalmente claras cuando
me habló en susurros de una tumba profanada, de un cadáver amortajado y
desfigurado, pero aún respiraba, aún palpitaba, ¡aún vivía!” Emplea el procedimiento
de la repetición para insistir y torturarse a sí mismo.
El cuento termina así: “y de la caja, entrechocándose, rodaron unos instrumentos de
cirugía dental, mezclados con treinta y dos objetos blancos diminutos, de marfil, que
se desparramaron por el suelo.” El narrador no necesita decirnos mucho más todo ya
está dicho implícitamente, así podemos imaginar más intensamente, es más fuerte,
más asombrador, quedamos pensativos. Dice menos y expresa más.
Poe en “La unidad de impresión” dice lo siguiente: “el punto de mayor importancia es
la unidad de efecto o impresión”. Aquí el efecto final del cuento provoca en el lector
miedo de la condición humana.
El lector se siente manipulado y dopado.
Por consiguiente, podemos deducir que Poe logra a crear un clima de miedo para el
lector en el cuento mediante los rasgos de lo fantástico, de lo gótico.
Podemos preguntarnos si la manera en qué narra el narrador es como si estaríamos
ante un guion de cine, si es como si nos montara un cortometraje.

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