ANTEPROYECTO
ANTEPROYECTO
ANTEPROYECTO
Ética Profesional
El profesional en términos estrictos es aquél sujeto que ejerce su profesión; dicho vocablo
lleva implícito que este ejercicio cubra ciertos estándares en términos de capacidad y aplicación,
es decir, que ejerza su profesión desde una práctica competente; pero la formación de un
profesional competente va más allá del profesional experto en su área, pues también requiere de
un ejercicio profesional con valores, de un quehacer profesional con integridad, rectitud y
moralidad.
La exigencia sugiere, más allá del desarrollo de competencias referidas al campo técnico
y del conocimiento, una nueva forma de relacionarse con el saber que incluya prácticas
profesionales con compromiso social y ética (Ruiz, 2009; citado en Irigoyen, Jiménez y Acuña,
2011); pues la tarea educativa no debe limitarse a la transmisión de información, sino también a
la formación y adquisición de conductas éticas como conciencia empática por el prójimo, por el
ambiente que nos rodea y por las dificultades, carencias, retos y dilemas que demandan los
diferentes contextos; esto es, el desarrollo de aptitudes y valores de carácter social e
interpersonal que confabulen para la construcción de una mejor ciudadanía y por supuesto para
una práctica profesional ética.
Ahora, si bien la ética tiene un carácter polisémico, hablar de ética profesional remite a
una construcción social que implica el desempeño y la práctica profesional sujeta a las
cambiantes demandas y complejidades sociales, educativas y profesionales como la
globalización, marginación, desigualdad de oportunidades, la necesidad de especialización
educativa, el saber hegemónico en contraste con la decepción de los meta-relatos, entre otros,
han provocado la sustitución de valores encaminados a un ciudadano solidario por un ciudadano
consumidor (Lampert, 2003; citado en Castillo y Gamboa, 2012). En México, se presume a la
ética profesional como un tema de primer orden, debido al descrédito e invalidación de las
instituciones –incluyendo la educativa- por causas como la violencia, corrupción, falta de
credibilidad de los actores políticos y dirigentes, y se invita a reflexionar sobre la herencia
cultural que la universidad aporta a los estudiantes. (López, 2013)
Tal reflexión no es ociosa, pues en el ámbito académico universitario los esfuerzos se han
centrado poco en la formación ética y se ha puesto el énfasis en la enseñanza de habilidades
teóricas y técnicas bajo el supuesto de que la transmisión de conocimiento por sí mismo,
contribuiría al desarrollo de mejores ciudadanos capaces de realizar una práctica profesional
ética (Bolívar, 2005); sin embargo, se ha visto que esto no ocurre, y es por ello que se ha
incursionado en el replanteamiento de la formación profesional en ética, aludiendo además a la
crítica constante sobre la formación escasa, fuera del ambiente de la práctica profesional, y
meramente teórica. Al respecto, se ha expuesto la preocupación por otorgar mayor relevancia a la
enseñanza formal de la ética profesional, siendo que incluso el alumnado le concede gran
importancia, pero valoran como escala o nula la formación y enseñanza sobre los principios
éticos y deontológicos. (De Vicente, Bolívar et al; citado en Bolívar 2005)
Cabe recordar el significado de eethos como morada o guarida, es decir como resguardo
incluso de la propia moral y sus rigurosidades (Rivero y Pérez, 2006). Se refiere a mirar y
reflexionar sobre cómo lo a veces normativizado no necesariamente es ético, y si en efecto la
práctica ética es un actuar autoreflexivo, libre y conscientemente adquirido, o son sólo hábitos
que se siguen por haberse dictado bajo costumbres y preceptos de la mayoría; y por supuesto, si
la educación está cubriendo el papel de formar tales capacidades autocríticas y de reflexión.
Hay que entender que lo anterior no pretende contraponer a la ética y la moral, por el
contrario, pretende abrir el panorama de la ética que será descriptiva como moral porque
cuestiona y normativiza el actuar, elaborando normas y códigos aplicables para cada situación; y
también será prescriptiva, pues se torna una aspiración que no puede concebirse en el plano de lo
imperativo sino de lo optativo, permitiendo en un acto de libre albedrío y responsabilidad social,
actuar en el plano del deber ser en función del contexto, sobre una base de principios comunes no
tanto universales sino universalizables y perfectibles (González, 2008); de tal forma que, aunque
se asienten códigos deontológicos sobre el actuar profesional, se deberá mantener siempre una
postura reflexiva, crítica y reconstructiva, pues si bien la moral dicta principios, la ética los busca
desde los contextos y actores particulares. (Mondragón, 2008)
La ética profesional pues, al preguntar en su saber filosófico sobre lo que se debe hacer,
indaga en la moral; pero al mismo tiempo, deberá preguntarse en todo momento, porqué se debe
hacer eso que recomienda la norma, indagando así en la ética. Al respecto, se incluyen tres
dimensiones en la ética profesional: la eticidad de la profesión como un conjunto de ideas
agregadas a un código; la moralidad, entendida como la parte procedimental de juicio, cuando
los valores entran en conflicto al momento de tomar decisiones; y el comportamiento moral del
profesionista, esto es, su capacidad de autoregulación para establecer los principios morales
regentes en su conducta como forma de vida. (Yurén, 2013)
La enseñanza de la ética no debería representar un punto ciego en ningún nivel educativo,
y el nivel superior no tendría que ser la excepción; inclusive se ha postulado que la universidad
actúe desde sus capacidades profesionalizantes y educativas en la enseñanza de al menos tres
aspectos: “conocimientos especializados del campo en cuestión, habilidades técnicas de
actuación y un marco de conducta en la actuación profesional”. (Bolívar, 2005, p. 95). Al
respecto, si bien la educación superior ha promovido la formación en ética justo desde marcos
conductuales como códigos deontológicos, no siempre presenta la alternativa de asignaturas en
ética propiamente o asignaturas con temas transversales, y han tenido poco impacto en el
desempeño profesional debido a esta nulidad de la materia, o bien la falta de correlación con su
práctica profesional en cuestión, esto es, una enseñanza de la ética alejada de retos y dilemas
morales reales y contextualizados, distanciando a la educación del compromiso socio-moral con
la sociedad. Como bien se apunta, la ética sigue siendo una asignatura pendiente, pues la ética
profesional en la formación universitaria es más un discurso general que una práctica constante.
(López, 2013)
Ante tal demanda de una práctica profesional ética, ésta habrá de concebirse como un
pilar en el ámbito educativo y fundamento para la formación de las futuras generaciones y más
propiamente, buscando la mejora continua desde los saberes de la profesión, pero también desde
la calidad humana. Ante esto, Hirsch (2003, pp. 248) recoge esta definición de ética profesional:
2
Aunado a esto, cabe destacar que en Estados Unidos de América, además de esta regulación para la práctica profesional que fomenta la APA,
los psicólogos también deben de obtener la licensure, que se renueva cada dos años luego de aprobar un examen escrito. (Ferrero, 2005)
3
De acuerdo a Borrell (2002) “el modelo biopsicosocial es una perspectiva útil para la ciencia médica pues ayuda a considerar todo el espectro de
la complejidad humana, pero debe estar constantemente abierta al método científico para cada afirmación que haga. En la clínica práctica las
creencias del paciente tienen sobre todo interés para la relación asistencial, pero no deben –como norma general– separarnos de una práctica
guiada por las evidencias científicas”. Para adentrarse en algunos rasgos constitutivos de la práctica clínica que el autor sugiere, se recomienda
dar lectura a su artículo El modelo biopsicosocial en evolución.
La enseñanza de la ética profesional incluye necesariamente la revisión de los códigos
deontológicos propios de la psicología. En Latinoamericana, una gran influencia de la práctica
profesional del psicólogo mexicano proviene de Argentina, país con el que se ha tenido gran
intercambio académico. En 1980 la Resolución sobre Incumbencias del Título de Psicólogo por
parte del Ministerio de Educación, prohibía para el psicólogo el ejercicio de la psicoterapia, del
psicoanálisis y la administración de psicotrópicos, aunque en 1985 se modificó dicha
Resolución, incluyendo la práctica psicoterapéutica (Ferrero, 2005). Respecto a esta Resolución,
es muy importante destacar que no es un código proveniente de la profesión de psicología, sino
del Ministerio de Educación; es decir, a nivel pedagógico se retoman aspectos deontológicos, en
combinación sobre lo que debe ser enseñado. Podría parecer un paso insignificante, pero da
entrada a la práctica profesional del psicólogo desde un marco educativo, evidenciando su
competencia no sólo a la profesión, sino al magisterio.
1. Que se insista en la divulgación del Código Deontológico del Psicólogo entre los ya
colegiados, y de manera especial y muy relevante entre los estudiantes de los últimos
4
Otras propuestas dignas de mencionar fueron: 1. Solicitar una normativa que permita controlar la calidad o denunciar la carencia de la misma,
ante la proliferación de la impartición de cursos de especialización. Ante esta cuestión se debe señalar la mal lograda pero muy común práctica de
mezclar estrategias terapéuticas, prácticas y procedimientos, que carecen de fundamento científico, o que no tienen metodologías compatibles.
Recordemos que “la utilización de cualquier tipo de técnica de evaluación o tratamiento requiere el conocimiento del proceso clínico completo en
el que se inscribe y el conocimiento de las bases conceptuales y experimentales que la fundamentan”. (Batres, 2001, p. 30)
2. Difundir el informe “sobre la utilización de hierbas como sustitutivos o coadyuvantes de las terapias que elaboró el asesor jurídico del Colegio
(José Eugenio Gómez) a petición de la Comisión”. (Batres, 2001, p. 30)
3. Recomendar a los colegiados que eviten poner en sus informes calificativos que se usan en el argot de la psicología, pero que sacados de
contexto pueden actuar como etiquetas discriminatorias o devaluadoras.
4. Se propone la formación de peritos en asuntos familiares, debido a que gran parte de las denuncias tienen como fundamento los siguientes
aspectos: “- Técnicas mal elegidas - Técnicas mal utilizadas - Falta de método y planificación en la intervención - Informes mal estructurados -
Respuesta a requerimientos judiciales (en las peritaciones e informes de parte judiciales) sin el suficiente nivel de certeza”. (Batres, 2001, p. 30)
5. Que se solicite el número de colegiado de una persona antes de incluirse en una guía telefónica o similar, para evitar la confusión en los
usuarios que creen estar siendo atendidos por un psicólogo. Esta confusión es especialmente alta en temas como la sexología. Respecto a este
tema, se cree que actualmente también podemos agregar la creciente formación de coaches sin formación clínica ni rigurosa.
cursos o semestres, para que dicho código se convierta en el marco de referencia ética
que integre y de estructura al ejercicio de la profesión en psicología. (Batres, 2001, p. 31)
Este punto resulta muy importante, pues da cuenta de la relevancia de instruir en temas de
ética y moral –códigos deontológicos- a los estudiantes de psicología; revelando la necesidad de
que desde su formación, la práctica ética se vuelva sinónimo de la práctica profesional,
atendiendo y analizando los lineamientos que los códigos sugieren.
En el caso de los países del Mercosur, en 1998 se estableció el Protocolo de Acuerdo Marco
sobre Formación de Psicólogos en los países del Mercosur y países Asociados, el cual estableció
criterios centrales para la formación de grado en psicología. El Protocolo incluye la promoción
del compromiso ético a lo largo de la carrera, beneficiar la capacidad de crítica y reflexión,
competencias ético-axiológicas-deontológicas y su interacción con los diversos contextos de
aplicación. (Ferrero y Andrade, 2007)
Actualmente, del Código Ético del Psicólogo en México se extraen cuatro capítulos que
norman de manera general la práctica profesional: 1. Generalidades, donde se habla de las bases
generales, límites, sanciones y principios básicos que rigen el comportamiento de los psicólogos;
2. De la calidad del trabajo desempeñado por el psicólogo, de donde se extrae la competencia y
honestidad del psicólogo, y calidad de la valoración y/o evaluación psicológica, de las
intervenciones y de la enseñanza y supervisión en la investigación; 3. De los resultados del
trabajo del psicólogo, especificando la comunicación y confidencialidad de los resultados; y 4.
De las relaciones que establece el psicólogo, de donde se extraen relaciones de autoridad, duales
o múltiples, sexuales, económicas, con colegas y otros profesionales, terminación de las
relaciones, consentimiento informado, confidencialidad y relación con la sociedad y la
humanidad.
La teoría del desarrollo moral de Kohlberg (1981) acentúa el desarrollo del juicio moral
en sus niveles preconvencional, convencional y postconvencional. Como se le ha criticado que
el solo juicio no asegura un comportamiento compatible, su discípulo propuso el Modelo de
cuatro componentes, donde ilustra los elementos que interactúan en la acción moral:
- Sensibilidad moral: mostrar empatía, lograr interpretar como moral una situación.
- Juicio moral: juzgar las acciones como moralmente correctas o incorrectas, evaluar los
posibles cursos de acción y tomar una decisión.
De igual forma, varios otros investigadores sugieren que se pueden desarrollar valores
sociales y personales a través de la resolución de dilemas morales, y consideran que los
programas en educación ética y moral, deberán incluir la identificación de las diferentes
variables del entorno de la moralidad y las diferentes consonancias morales, es decir, el diálogo
entre las diversas moralidades. Lo anterior implica contextualizar a los estudiantes, colocarlos en
situaciones de conflicto con sus implícitos dilemas morales, ofreciéndoles la posibilidad de
5
También retoma como contenido importante para la enseñanza de la ética el trabajo con sociología de las profesiones, perspectiva histórica, qué
es una profesión y en qué consiste aquélla que se está tomando, servicios o bienes intrínsecos de la profesión, perfiles profesionales, qué es la
ética profesional y códigos éticos. (Hirsch, 2004)
discusión, análisis, crítica y resolución al respecto. (Romance, 1984; citado en Gutiérrez, Vivó,
2005)
Otros autores también han puesto en práctica la resolución de dilemas para generar
cambios en el razonamiento moral y el desarrollo moral de los participantes. (Wandzilak, 1985;
Wandzilak, Carroll y Ansorge, 1988; Naples, 1987; citado en Gutiérrez, Vivó, 2005)
En España, los cursos de ética profesional que gozan de mayor aceptación, son los que
están basados en el modelo de toma de decisiones y emplean técnicas de solución de problemas,
(Eberlein, 1987; Bersoff, 2003; citado en del Río, 2009); de hecho la mayoría de los programas
incluyen la identificación y resolución de dilemas éticos. Por su parte, las investigaciones han
demostrado la utilidad y comprobado la eficacia de tales cursos. (Gawthop y Uhlemann, 1992;
LaCourt y Lewi, 1998; Borda et al., 2004; citado en del Río, 2009)
Así pues, la presente propuesta recoge los dilemas morales debido a su practicidad y
eficiencia para poner en práctica la reflexión y postura crítica, y se proponen dichos dilemas
morales como estrategia pedagógica de mejora para la enseñanza de la ética.
En la Grecia clásica, Platón establecía que un aspecto que debería conformar a la ética era
el de la capacidad de deliberar a través de la razón y no a través de los sentimientos; (Rivero y
Pérez, 2006) y es que tradicionalmente se ha enseñado que la razón y el sentimiento son entes
separados; sin embargo, en el marco de la neuropsicología, el panorama ha aclarado que de
hecho los sentimientos juegan un papel fundamental en el razonamiento, la organización de la
actividad y programación de conductas dirigidas a objetivos o metas (Mora, 2000); dicho de otro
modo, no podemos eliminar los sentimientos al momento de deliberar, pensar, indagar, meditar
y finalmente tomar una decisión, sin embargo, éstos si pueden educarse para que, en lugar de
conducir las conductas de forma impulsiva, se aprovechen las herramientas que los mismos
sentimientos brindan6, en aras de tomar mejores decisiones, ya que los sentimientos también
repercuten en el desarrollo del comportamiento y la toma de decisiones adaptativas. (Verdejo y
Bechara, 2009; citado en Chicharro, Pérez, Sanjuán, 2011)
Pero inclusive hoy por hoy podemos reconocer que los sentimientos todavía suelen verse
como un sesgo sobre la cognición y la evaluación de los eventos, por ende hay que aclarar que de
hecho, las reacciones emocionales parciales permiten coordinar los sistemas de respuesta
subjetivos y conductuales, dirigen la conducta y juegan un rol comunicativo al revelar los valores
propios y sociales. (Martínez, 2008).
En resumen, para deliberar y tomar una buena decisión, una decisión ética en el caso que
nos compete, no podemos dejar de lado a los sentimientos, por el contrario, debemos
reconocerlos, explorarlos y promover un proceso de enseñanza-aprendizaje sobre éstos. No es
casualidad que a nivel internacional se esté dirigiendo la mirada hacia las competencias
interpersonales, sociales y afectivas.
6
Mora (2000, p.27) resume las múltiples funciones que tienen las emociones, en lo él describe como el “heptálogo de las emociones”:
1). Motivan nuestra acción pues nos permiten evitar estímulos nocivos y nos aproximan a los placenteros; 2). Generan que las
respuestas del organismo ante eventos sean polivalentes y flexibles, dotando de mayor versatilidad a la conducta; 3). “Alertan” al
individuo como un todo, activando múltiples sistemas cerebrales (activación reticular, atencional, mecanismos sensoriales, motores,
procesos mentales), endocrinos, metabólicos y autonómicos; 4). Mantienen la curiosidad y la indagación de lo novedoso, ampliando el
marco de seguridad para la supervivencia; 5). Sirven como lenguaje básico, creando lazos emocionales con claras consecuencias de
éxito para la supervivencia biológica y social; 6). Almacenan y evocan memorias de forma muy eficiente y 7). Juegan un importante
rol en el razonamiento, organización y programación de conductas dirigidas a objetivos.
y proyecto de vida como parte esencial del perfil de egreso”. (SEP, 2018) Si bien Construye T no
es un programa desarrollado para implementarse a nivel de educación superior, es un muy buen
antecesor y referente para evidenciar la necesidad educativa en el manejo del afecto.
Son varios modelos explicativos desde la neuropsicología que buscan dar cuenta de los
procesos emocionales y cognitivos involucrados en la conducta moral, desde la Teoría verbal-
racional de Kohlberg (1958); la Teoría Social Intuitiva de Haidt (2001), la hipótesis del
Embotamiento Emocional, la hipótesis de la Sensibilidad Moral (2003); hasta la hipótesis del
Doble Proceso de Greene (2007), misma de la cual esta investigación partirá, ya que da cuenta de
la relevancia y participación tanto de la emoción como del razonamiento moral al momento de
tomar una decisión. (Carmona, 2014)
Por lo anterior, interesa también la experiencia emocional del individuo, sobre todo la
regulación emocional, que se debe conceptualizar involucrando la conciencia y comprensión de
las emociones, la aceptación de las emociones, la habilidad para controlar conductas impulsivas,
comportarse de acuerdo con los objetivos deseados aun cuando se experimenten emociones
negativas, y la habilidad para usar apropiadamente estrategias de regulación emocional flexibles,
conforme a la situación y el contexto socio-cultural. (Gratz y Roemer, 2004)
Esto resulta de gran relevancia, pues se puede considerar que las dificultades en
disregulación emocional, también tendrán un impacto en la toma de decisiones ante dilemas
morales. Esto es así porque las emociones influyen tanto en el sesgo atencional como en la toma
de decisiones, ya que si bien el procesamiento emocional se ha desarrollado para permitir el
aprovechamiento de oportunidades y enfrentar los desafíos de manera efectiva en el entorno, la
influencia de la emoción es claramente perjudicial si se presenta disregulación emocional.
No está de más mencionar que el afecto constituye hoy por hoy un eje transversal crucial
en la educación como proyecto público, y que “en un plano pedagógico, hallamos aportaciones
que reconocen el papel crucial de las emociones en los procesos educativos, realizando
propuestas y desarrollos científicos en esta área” (Bisquerra, 2000; García Carrasco y García del
Dujo, 2001; Nuñez et al, 2006; citado en Rebollo, Hornillo, García, 2006, p. 32); aunado a las
líneas de investigación que han derivado como Género y Emociones, TIC y Emociones o
Aprendizaje Escolar y Emociones, asociado éste último rubro al fracaso escolar y la exclusión
social principalmente. (Rebollo, Hornillo, García, 2006)
En suma, para procurar un buen juicio moral, esto es, tomar correctas decisiones ante
dilemas morales, debemos evitar la disregulación emocional, cuya propuesta es basarnos en las
estrategias de revaloración y distracción. La promoción de la regulación emocional permitirá
cubrir los rasgos de reflexión y crítica para pasar a nuestro principal rubro, que es la enseñanza
de la ética a partir de los dilemas morales; resguardando así que las decisiones que se tomen ante
los dilemas morales, no estarán sesgadas por disregulación emocional.
Prácticas Profesionales en Psicología: Una propuesta de mejora para la disregulación
emocional y los dilemas morales
Por su parte, si el abordaje más eficaz para la formación ética es la enseñanza a partir del
análisis y discusión de casos y de la resolución de dilemas, las prácticas profesionales ofrecen
una propuesta realista con múltiples y variados casos con sus referentes dilemas morales.
Partiendo de esto, se proponen a las prácticas profesionales como un espacio crítico y de
reflexión, que permita la promoción de la enseñanza de la ética, aprovechando la diversidad y
complejidad de contextos y dilemas que se presentan.
Sin embargo, la revisión teórica de dichas asignaturas en los primeros semestres, tiene
que ver más con psicología del mexicano, idiosincrasia, expresión periodística, cultura,
creatividad y arte, pero no con la enseñanza forma en ética. Posteriormente, a partir de séptimo
semestre los alumnos de psicología empezarán a llevar sus prácticas profesionales, una vez
concluido su servicio social.
Aunado a esto, ayudaría a responder mejor al perfil de egreso, que establece que el
profesional “será capaz de responder prioritariamente a las necesidades del contexto, tomará
decisiones a partir de fundamentos precisos y adoptará una actitud crítica, creativa, propositiva y
con compromiso social.” (BUAP, 2017) Dicho perfil de egreso permite evidenciar la necesidad
de tomar decisiones atravesadas por un discurso axiológico que denote compromiso social. Se
considera entonces que un espacio óptimo y propicio para desarrollar y llevar a cabo tales
prácticas, es justamente dentro de las prácticas profesionales en psicología.
Así pues, se estipula que deberá promoverse la reflexión constante sobre el actuar como
profesionales en formación, y desarrollar una postura crítica ante las situaciones a que apela la
vida profesional, pues son los estudiantes quienes habrán de tener en sus manos la creación de
reformas y cambios en el futuro, apelando a su constitución profesional como sujeto práxico,
transformador de representaciones, prácticas y estructuras sociales. (Yuren, 2013)
En el marco del estado actual del fenómeno, se considera que en educación superior y
propiamente en el campo de la psicología, el énfasis formativo se ha puesto sobre la enseñanza
de habilidades teóricas y técnicas, pero no en la enseñanza de la ética. Como se ha visto, la
enseñanza de la ética no sólo es formativa sino preventiva, por lo que su enseñanza, siendo ésta
escasa y principalmente teórica, tiene repercusiones directas sobre las malas praxis del egresado,
pero incluso tiene repercusiones sobre las malas praxis expresadas en las prácticas profesionales
del estudiante.
7
Pilotaje realizado con 30 jóvenes universitarios cuyo objetivo fue correlacionar la disregulación emocional y la apreciación cognitiva.
-La falta de dilemas morales reales o realistas como recurso pedagógico para la
enseñanza de la ética, lo cual se puede relacionar con las fallas que los estudiantes presentan para
formarse una postura crítica, que permita encontrar soluciones con compromiso social y ético,
así como identificar y tomar decisiones éticas ante dilemas morales.
Por ello se ha establecido una propuesta de mejora para la enseñanza de la ética bajo un
programa de intervención encaminado a la toma de decisiones ante dilemas morales,
promoviendo así el juicio moral, el diálogo y discusión de los mismos dilemas como recurso para
la enseñanza de la ética; la revisión de los códigos deontológicos en psicología; la enseñanza de
técnicas para la mejora en disregulación emocional; y el uso de un protocolo unificado de
retroalimentación para las prácticas profesionales.
No está de más recordar la relevancia de los dilemas morales como una gran estrategia
pedagógica para la enseñanza de la ética, y atender el impacto de la disregulación emocional
sobre la toma de decisiones ante dilemas morales, puesto que ya se ha identificado el sesgo que
producen las alteraciones afectivas sobre la toma de decisiones.
Objetivo General:
Objetivos Particulares:
Correlacionar los puntajes más altos de los factores de disregulación emocional con los
dilemas morales en los jóvenes universitarios de psicología.
Medir el impacto de los dilemas morales como recurso pedagógico para la enseñanza de
la ética en jóvenes universitarios de psicología.
Comprobar el impacto de las estrategias para el enfrentamiento a la disregulación
emocional en jóvenes universitarios de psicología.
Tareas:
Diseñar dilemas morales en materia de psicología, que sirvan de recurso pedagógico para
la enseñanza de la ética en jóvenes de la licenciatura en psicología.
Hipótesis
Relevancia de la Investigación
Por su parte, se considera a esta propuesta como novedosa principalmente por tres
elementos. El primero es amalgamar la enseñanza de la ética con las prácticas profesionales,
promoviendo a la ética como un pilar de las prácticas profesionales, y manteniendo una relación
biunívoca. Se espera que a partir de la presente propuesta se considere a la ética un eje central no
sólo en la licenciatura de psicología, sino en todas las carreras, partiendo de que todas contienen
prácticas profesionales, y se estima que en todas se desea que dichas prácticas se cumplan con
ética.
Esta etapa permitirá brindar mayor claridad para la posterior construcción del programa de
intervención, aunado a que ayudará a comprobar las mejoras en materia de ética (dilemas
morales y disregulación emocional), fruto de la aplicación de dicho programa de intervención.
La evaluación se llevará a cabo con los estudiantes de sexto semestre de la licenciatura en
psicología, antes de que empiecen sus prácticas profesionales.
1. Para indagar sobre la manera en que los estudiantes universitarios toman decisiones ante
dilemas morales se aplicarán los siguientes instrumentos:
Cuestionario de problemas sociomorales. (Defining Issues Test-DIT de Rest, 1979,
1986), adaptación española de Pérez-Delgado, Mestre, Frías y Soler (1996).
Brief Moral Decision-Making Questionnaire (BrMoD) (Carmona, Caracuel, Pérez-
García, Verdejo-García, 2015)
Moral Foundations Questionnaire: 30-Item Full Versión (MFQ30).
Escala de Disregulación Emocional (DERS) (Hervás & Jódar. 2008. Adaptación al
Castellano de la Escala de Dificultades en la Regulación Emocional de Gratz y Roemer
del 2004), con una escala Likert para obtener los puntajes del 1 al 5 (1=Casi nunca; 2= A
veces; 3= Pienso en esto la mitad del tiempo; 4=La mayoría de las veces; 5=Casi
siempre).
2. Puesto que existen alteraciones que pueden presentar comportamientos muy similares a
los observados en la disregulación emocional, o bien presentar esta condición como tal
siendo explicada por patología; es importante realizar un diagnóstico diferencial que
permita identificar que tales alteraciones no son orgánicas; para ello, la aplicación de la
Escala de Comportamiento Frontal (FrsBe) (Grace, Malloy) permitirá establecer dicho
criterio de exclusión.
Descripción de variables:
3. En esta parte, para el análisis de los datos se realizará una prueba de correlación de Ro de
Spearman entre las categorías de los dilemas morales y los factores DERS.
Consideraciones éticas
Cronología de Trabajo
Actividad Periodo
Bibliografía
27. Martínez, S.F. (2008). La emoción. En Palmero F y Martínez S.F. (2008). Motivación y
emoción. España: McGrawhill .
28. Mondragón, L. (2008). El suicidio. ¿El derecho a morir? Una aproximación bioética al
estudio del intento de suicidio diádico. (Tesis Doctoral). Universidad Nacional
Autónoma de México, México, D.F.
29. Mora, F. (2000). El cerebro sintiente. España: Ariel Neurociencia.
30. Pasmanik, D; Winkler, M. (2009). Buscando orientaciones: pautas para la enseñanza de
la ética profesional en psicología en un contexto con impronta postmoderna. Psykhe, 18
(2), 37-49. Recuperado de https://scielo.conicyt.cl/pdf/psykhe/v18n2/art03.pdf
31. Rebollo, M; Hornillo, I; García, R. (2006). El estudio educativo de las emociones: una
aproximación sociocultural. Teoría de la Educación. Educación y Cultura en la Sociedad
de la Información, 7 (2), 28-44. Recuperado de
http://www.redalyc.org/html/2010/201017296002/
32. Rivero, P; Pérez, R. (2006). Ética y bioética. Pérez, R; Lisker, R; Tapia, R. (2007). La
construcción de la bioética. México: FCE. Recuperado de:
http://colegiodebioetica.org.mx/nexos/002-Etica-y-Bioetica.pdf
33. Sociedad Mexicana de Psicología. (2010). Código Ético del Psicólogo. México: Trillas.
34. Tuning América Latina. Proyecto Alfa Tuning América Latina. Consultado enero, 2018.
Recuperado de: http://www.tuningal.org/
35. Tuning América Latina. Competencias genéricas para América Latina. Consultado enero,
2018. Recuperado de http://tuning.unideusto.org/tuningal/index.php?
option=content&task=view&id=217&Itemid=246
36. Urra, J. (2007). Dilemas éticos de los psicólogos jurídicos. Anuario de Psicología
Jurídica, 17, 91-109. Recuperado de http://www.redalyc.org/html/3150/315024768006/
37. Vanegas, J; Gil, L. (2007). La discapacidad, una mirada desde la teoría de sistemas y el
modelo biopsicosocial. Hacia la promoción de la salud, 12, 51-61. Recuperado de
http://www.scielo.org.co/pdf/hpsal/v12n1/v12n1a04.pdf
38. Yurén, T. (2013). Ética profesional y praxis. Una revisión desde el concepto de
“agencia”. En López, Hirsch, Torres, Pérez, López. (2013). Ética profesional en la
educación superior. Perfiles Educativos, xxxv, 142, 1-52.