Art. Ecumenismo
Art. Ecumenismo
Art. Ecumenismo
La renovación de la Iglesia
y la unidad de los cristianos.
Desafíos y perspectivas ecuménicas
para la Iglesia Católica de cara al futuro
Jorge A. Scampini*
Resumen:
Volver a las inspiraciones y aportes del acontecimiento
conciliar, como lo afirma el autor, es el propósito de este
artículo que muestra el empeño ecuménico del Vaticano
II enfocado en una clara renovación de la Iglesia que
relaciona una metodología ecuménica, la centralidad
del ecumenismo espiritual y el itinerario abierto a las
mociones del Espíritu. Estos elementos se enmarcan en
una necesaria consideración que la Iglesia Católica se
repiense a sí misma y sea realmente signo de unidad y
catolicidad, de esta forma el ecumenismo no es una nota 607
marginal de los trabajos y quehaceres de la Iglesia sino
una actitud propia que toca la naturaleza misma de la
medellín 169 / Septiembre - Diciembre (2017)
*
Sacerdote Dominico. Licenciado en Teología de la Pontificia Universidad Santo Tomás
de Aquino (Roma). Doctor en Teología de la Université de Fribourg (Suiza). Investigador
y Docente del Centro de Estudios de Filosofía y Teología de la Orden de Predicadores
Universidad del Norte Santo Tomás de Aquino (Buenos Aires). Profesor de Ecumenismo
en la Facultad de Teología de la Universidad Católica Argentina. Ha sido miembro de
la Comisión de Fe y Constitución del Consejo Mundial de Iglesias. Correo electrónico:
jorgeascampiniop@gmail.com
The renewal of the Church
and the unity of Christians
Challenges and ecumenical
perspectives for the
Catholic Church of the future
Summary:
Por eso, las relaciones de la Iglesia Católica con los otros cris-
tianos, fundadas en el vínculo sacramental del único bautismo, no
1
Cf. UR 4 §10.
2
Cf. UUS 20.
Jorge A. Scampini
Cf. JUAN XXIII, Discurso Gaudet Mater Ecclesia, AAS 548 (1962), 786-792.
3
La renovación de la Iglesia y la unidad de los cristianos
4
De la fundación del CMI (1948) habían participado sólo el Patriarcado ecuménico y la
Iglesia de Chipre.
5
Cf. UR 1 §2.
Jorge A. Scampini
6
Cf. LG 8, §3; 15; UR 3, § 2.
7
La encíclica Ecclesiam suam se publicó el 6 de agosto de 1964, y el decreto sobre el
ecumenismo se aprobó el 20 de noviembre de ese año. Según señala E. Lanne, el texto
aprobado de UR no debería nada a la encíclica, porque el n. 4 del esquema del decreto
había llegado a su redacción final el 21 de marzo precedente; cf. E. LANNE, “L’Encyclique
Ut unum sint. Une étape en œcuménisme”, Irénikon 68 (1995), 218, nota 4.
8
Cf. UR 4, 9, 11, 14, 18, 19, 20, 21, 22 y 23. Dos teólogos habrían contribuido a asumir
esta visión: G. Thils e Y.-M.J. Congar. G. Thils había publicado La théologie œcuménique,
notions, formes, démarches (Louvain, E. Warny, 1960), donde trataba ex profeso del
diálogo ecuménico, inspirado en el existencialista E. Mounier y el ecumenista R. Mehl.
Más tarde, retomará y desarrollará la idea en la segunda edición de su Histoire doctrinale
du mouvement œcuménique (Louvain: E. Warny, 1963, 294ss). Y. Congar había dado una
conferencia en Ginebra en septiembre de 1963: Le dialogue, loi du travail œcuménique,
structure de l’intelligence humaine, publicada al inicio de su libro Chrétiens en dialogue
(París: Cerf, 1964). Congar se remitía a M. Buber, J. Lacroix, N. Berdiaev y C. Lialine.
Jorge A. Scampini
9
Cf. UR 9.
10
Cf. UR 11 § 3.
11
UR 4 § 2.
12
Cf. G. THILS, Histoire doctrinale du Mouvement œcuménique, op. cit., 296.
13
Cf. Id., Chrétiens en dialogue, op. cit., 6ss.
La renovación de la Iglesia y la unidad de los cristianos
14
Cf. UUS 33-35.
15
Cf. UUS 28.
16
UR 7.
17
UR 8.
La renovación de la Iglesia y la unidad de los cristianos
sitando por eso toda la esperanza “en la oración de Cristo por la Igle-
sia, en el amor que el Padre nos tiene, en la fuerza del Espíritu Santo”.
18
UR 24.
Jorge A. Scampini
19
Me he detenido en este tema en otras oportunidades: J.A. Scampini, “El ‘consenso
diferenciado’ católico-luterano sobre la doctrina de la justificación”, Studium. Filosofía
y Teología 4 (2001), 223-246; Id., “El estatuto y las implicaciones de la Declaración
Conjunta sobre la Doctrina de la Justificación. Dando razón de los pasos dados”, Teología
48, Nº 108 (2012), 55-90.
20
Cf. A. OLMI, Il consenso cristologico tra le chiese calcedonesi e non calcedonesi (1964-
1996), Roma: Editrice Pontificia Università Gregoriana, especialmente 706ss.
La renovación de la Iglesia y la unidad de los cristianos
sido posible22.
21
Una constatación ya hecha, por otra parte, por el mismo Pío XII antes de la apertura
oficial de la Iglesia Católica al diálogo ecuménico; cf. Sempiternus Rex (1951), AAS 43
(1951), 636.
22
Cf. G. WENZ, “Esquisse d’un projet de «Déclaration commune concernant la doctrine du
répas du Seigneur», Positions luthériennes 58 (2010), 141-154.
Jorge A. Scampini
24
Cf. UR 4 §2.
25
UUS 16.
Jorge A. Scampini
26
UUS 17.
27
Cf. J.M.R. TILLARD, “Préparer l’unité. Pour une pastorale oecuménique”, Nouvelle revue
théologique 102 (1980), 165.
28
Cf. UUS 94-96; EG 32. 246.
La renovación de la Iglesia y la unidad de los cristianos
29
Se refiere a su estudio previo: Para la conversión de las Iglesias. Identidad y cambio
en la dinámica de comunión, Centro de Estudios orientales y ecuménicos Juan XXIII,
Salamanca, 1998.
30
Groupe des Dombes, «Un seul Maître». L’autorité doctrinale dans l’Église, Paris: Bayard,
2005, n. 425.
Jorge A. Scampini
Por eso, como afirmaba Juan Pablo II, “el auténtico ecume-
nismo es una gracia de cara a la verdad”32.
Ibid., n. 426.
31
UUS 38.
32
La renovación de la Iglesia y la unidad de los cristianos
33
Cf. S. HEANEY, “From the Canton of Expectations”, New Selected Poems: 1966-1987,
London: Faber & Faber, 1990, 236s. El hecho de reparar en esta imagen de Heaney y
aplicarla a los tiempos del movimiento ecuménico se lo debo a A. Falconer, cf. id.,
“Beyond the Limits of Familiar Landscape”, en A. Falconer (ed.), Faith and Order in Moshi.
The 1996 Commission Meeting, Geneva: WCC Publications, 1998, 51s.
Jorge A. Scampini
(…) Cristo murió “para reunir en uno todos los hijos de Dios
que estaba dispersos” (Jn 11,52). (…) Cristo oró por todos,
para que todos sean uno (…). No podemos, por lo tanto, per-
manecer indiferentes ante nuestras divisiones. Ciertamente,
sólo Dios puede reedificar a Jerusalén y reunir a los dispersos
de Israel. Pero, si sólo Dios puede hacer lo que supera toda
posibilidad humana, también es cierto que no prescinde de
las criaturas en su acción, y que lo que se haga, aun siendo
obra de Dios, será hecho por hombres. Tenemos, pues, que
hacer algo y, al menos, prepararnos a ser instrumentos de
Dios el día en que a Él le plazca hacernos misericordia. (…)
El que una vez ha sentido la angustia de la unidad que es
preciso reconquistar ha perdido el derecho a no llegar hasta
el límite de su lealtad, de sus esfuerzos, de su coraje y del
absoluto en la entrega de sí mismo34.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
JUAN XXIII, Papa. Discurso Gaudet Mater Ecclesia, AAS 548 (1962),
786-792.
E. Warny, 1960.