Ciclos de La Materia
Ciclos de La Materia
Ciclos de La Materia
Los seres vivos están formados fundamentalmente por oxígeno, hidrógeno, carbono y nitrógeno
que, en conjunto, componen más del 95% de su peso.
Son captados por los vegetales (autótrofos) de la tierra y el aire y transformados en moléculas
orgánicas como carbohidratos, lípidos, aminoácidos, etc., base de la alimentación para herbívoros
(heterótrofos) de donde obtienen energía.
Los ciclos de la materia o también conocidos como ciclos biogeoquímicos, son activados directa o
indirectamente por la energía que proviene del Sol.
Una sustancia química puede ser parte de un organismo en un momento y parte del ambiente del
organismo en otro. Gracias a estos ciclos es posible que los elementos se encuentren disponibles
para ser usados una y otra vez por otros organismos; sin estos la vida se extinguiría.
Ciclos gaseosos, los nutrientes circulan principalmente entre el agua y los organismos vivos y los
elementos son reciclados rápidamente (horas o días). Los principales ciclos gaseosos son los del
carbono, oxígeno y nitrógeno.
Ciclo hidrológico; el agua circula entre el océano, el aire, la tierra y los organismos vivos. Este ciclo
también distribuye el calor solar sobre la superficie del planeta. Las superficies cubiertas por
bosques ejercen un efecto regulador sobre el micro-clima local, ya que son áreas boscosas que
regulan el agua que cae en el invierno y permite en época estival constituirse en refugio de
distintas especies de fauna y permite la germinación de especies nativas.
¿Qué es el agua?
El agua está constituida por hidrógeno y oxígeno, que son gases que no tienen color ni olor, por
eso el agua tiene esas características.
Existe gran cantidad de agua salada, pero la cantidad de agua dulce, que es la más utilizada por el
hombre para usos domésticos, industriales, comerciales o turísticos, es reducida.
Del porcentaje de aguas dulces solo un 0,014% se encuentra disponible para el hombre y los
demás seres vivos. El resto se encuentra formando por glaciares, casquetes polares o como aguas
subterráneas.
El agua forma parte de los tejidos de plantas y animales, permitiendo, entre otras funciones, la
distribución de los nutrientes y la regulación de la temperatura corporal. En el caso del cuerpo
humano, cerca del 90% está constituida por agua, al igual que en un tronco de árbol.
¿En qué forma el agua está disponible para los seres vivos?
El agua se encuentra en distintos estados en la naturaleza, estado líquido, (en un río), estado
gaseoso (como nubes), o en estado sólido (témpano de hielo).
Este camino que recorre el agua entre la atmósfera, la tierra y el mar, pasando por los diferentes
estados, es conocido como ciclo hidrológico, el cual es aprovechado por todos los seres vivos,
regulando además la temperatura ambiental de la Tierra.
Se denomina Ciclo Hidrológico o ciclo del agua al movimiento general del agua, ascendente por
evaporación y descendente, primero por las precipitaciones y después en forma de escorrentía
superficial y subterránea. El ciclo hidrológico es un proceso en el cual una pequeña cantidad de
agua que existe en la atmósfera tiene la particularidad de moverse o circular de forma constante
entre la atmósfera, la tierra y el mar, lo que se produce mediante la precipitación y la evaporación.
El movimiento del agua a través del sistema tierra-atmósfera se inicia con la producción de vapor
de agua por evaporación y transpiración procedente del agua y la superficie terrestre (incluida la
vegetación); el agua permanece en la atmósfera por condensación (nubes) y se deposita en la
tierra y las superficies de agua por precipitación (lagos, glaciares) o pasa al subsuelo como agua
subterránea, o bien se evapora o transpira (para iniciar el ciclo siguiente), volviendo al mar por
medio del flujo de los ríos.
Para comprender este ciclo, es necesario entender algunos conceptos importantes como:
b) Infiltración: Divide al agua entregada a la superficie del suelo en flujo superficial y agua en
el suelo, pudiendo seguir caminos como:
La lluvia que cae sobre un terreno que tiene una capa vegetal, se distribuye aproximadamente de
la siguiente manera:
El 80% del agua lluvia cae al suelo en forma directa, pero pierde su acción erosiva al amortiguarse
con las partes del árbol.
El 20% del agua lluvia es interceptada por las copas de los árboles y se devuelve a la atmósfera
mediante la evaporación.
Del agua que se infiltra, el 50% llega a los depósitos subterráneos; el 25% es usado por las plantas
y devuelto posteriormente a la atmósfera por medio de la transpiración de los vegetales y el 25%
restante, se evapora desde las capas superficiales del suelo y se devuelve al ciclo del agua.
Según el tipo de árbol se necesitan hasta 4 milímetros de lluvia para humedecer la superficie de
las hojas. Luego las gotas de agua alcanzan un tamaño que supera la tensión superficial de las
hojas y caen al suelo. A la vez, gran parte del agua retenida en la superficie de las hojas se evapora.
Es decir, la intercepción produce pérdida de agua.
¿Cuál es la importancia de los bosques para el ciclo del agua?
Los bosques filtran y limpian el agua, amortiguan las lluvias fuertes que de otra manera
erosionarían los suelos al golpear directamente, y ayudan en mantienen los caudales de los ríos. A
su vez, el agua transporta nutrientes disueltos y los distribuye por todo el suelo del bosque.
Los bosques actúan como "esponjas", capaces de recoger y almacenar grandes cantidades del
agua de lluvia. Los suelos forestales absorben cuatro veces más agua de lluvia que los suelos
cubiertos por pastos, y 18 veces más que el suelo desnudo.
Con sus profundos sistemas de raíces, los árboles son capaces de extraer agua de zonas profundas
del suelo. El agua se mueve por el árbol y se usa en la fotosíntesis, en el enfriamiento, y en otros
procesos de crecimiento. Se evapora, como vapor de agua, desde las hojas. En este ciclo, los
árboles son "fuentes de agua" vivientes que redistribuyen el líquido: la humedad, que se quedaría
atrapada en forma subterránea si no fuera por los árboles, es liberada a través de sus hojas hacia
el aire, donde luego se condensa formando nubes y cae de nuevo en forma de lluvia.
El bosque evita que la erosión ya que, el agua que cae en el dosel del bosque, luego cae
suavemente al suelo con mucho menor fuerza que la lluvia directa.
La calidad del agua, para cualquier tipo de uso, depende de sus características físicas, químicas y
biológicas.
Sin embargo, la cubierta vegetal, y el bosque como estrato superior de un ecosistema forestal,
contribuye a que a través de las escorrentías, tanto superficiales como subterráneas, el agua se
acerque progresivamente, a la composición del agua destilada (agua que es sometida a un proceso
de pureza, eliminando microorganismos, sales minerales y otros agentes extraños a la constitución
propia del agua).
La inexistencia de sedimentos en las aguas que drenan las áreas del bosque, dan lugar a una gran
calidad de agua en cuanto a materias en suspensión. Por otro lado, hay que considerar la menor
temperatura del agua en estos cursos, que propicia un mayor contenido en oxígeno y, por tanto,
una mayor capacidad de depuración.
Un curso de agua que fluye por una zona deforestada mantiene una temperatura entre 3 y 7
grados por encima del que corre entre una zona con bosques.
Los árboles controlan además la cantidad de nutrientes que salen del ecosistema arrastrados por
las aguas de escorrentía, frenando los procesos de eutrofización.
Completamente diferente, cuando no hay una vegetación que proteja los suelos o las laderas que
forman una cuenca hidrográfica, el agua de lluvia que precipita al no encontrar algo que la retenga
con sus hojas, ramas y raíces en el suelo, escurre rápidamente hacia las partes bajas, provocando
bruscas subidas de caudales, pero también violentas disminuciones. Además, como no hay
vegetación que produzca sombra, el agua está totalmente expuesta a los rayos solares, lo que
aumenta su evaporación disminuyendo su utilidad.
El agua es esencial para la vida en el planeta y por lo tanto para las sociedades humanas.
El carbono representa alrededor del 18% de la materia viva y fuera de la materia orgánica, el
carbono se encuentra en forma de dióxido de carbono (CO2) y en las rocas carbonatadas (calizas,
coral).
Las redes alimentarias ( a qué se refiere?) dependen del carbono, no solamente en lo que se
refiere a su estructura sino también a su energía.
Todos los seres vivos requieren de átomos de nitrógeno para la síntesis de proteínas. El aire
contiene 79% de nitrógeno y se utiliza como el reservorio de esta sustancia. A pesar del gran
tamaño del patrimonio de nitrógeno, a menudo es uno de los ingredientes limitantes de los seres
vivos. Esto se debe a que la mayoría de los organismos no puede utilizar nitrógeno en forma
elemental, es decir: como gas N2.
Para que las plantas puedan sintetizar proteína tienen que obtener el nitrógeno en forma "fijada",
es decir: incorporado en compuestos. La forma más comúnmente utilizada es la de iones de
nitrato, NO3. Sin embargo, otras sustancias tales como el amoníaco NH3 y la urea (NH2) 2CO, se
utilizan con éxito tanto en los sistemas naturales como en forma de fertilizantes en la agricultura.
Por consiguiente los átomos de oxigeno pueden: (1) volver a la atmósfera a través de la
respiración o por descomposición de organismos o (2) son incorporados a la materia orgánica.
El ciclo se completa en la fotosíntesis ya que el CO2 y agua utilizada en este proceso es reducida
liberando átomos de oxigeno molecular.
Por cada molécula de oxígeno utilizada en la respiración celular, se libera una molécula de bióxido
de carbono.
Inversamente, por cada molécula de bióxido de carbono absorbida en la fotosíntesis, se libera una
molécula de oxígeno.
Las tres principales fuentes no vivas de átomos de oxígeno para los seres vivos son por tanto, gas,
oxígeno (O2), gas carbono (CO2) y agua (H2O). Esos tres tipos de moléculas están constantemente
intercambiando átomos de oxigeno entre sí, durante los procesos metabólicos de la biosfera.
FOTOSINTESIS
Las plantas necesitan la luz para fabricar su alimento. La luz es utilizada como fuente de energía
para transformar el CO2 en compuestos orgánicos indispensables para la vida en un proceso
denominado Fotosíntesis.
¿Qué es la fotosíntesis?
Consiste en una serie de procesos mediante los cuales las plantas, algas y algunas bacterias captan
y utilizan la energía de la luz para transformar la materia inorgánica de su medio externo en
materia orgánica que utilizarán para su crecimiento y desarrollo.
Las plantas tienen la capacidad de captar el CO2 y con ayuda de la luz solar convertirlo en azúcares
y otras substancias que requieren para vivir (fotosíntesis), De manera general se puede decir que
las plantas, a través de la fotosíntesis, convierten al CO2 en biomasa. Así, las plantas extraen el
carbono de la atmósfera (en forma de CO2) y lo almacenan en las ramas, los tronco, las raíces etc.
La cantidad de nutrientes disponibles en una planta depende directamente de los nutrientes que
contenga el suelo donde se encuentra plantada.
El suelo debe tener todos los nutrientes necesarios para el crecimiento de las plantas, una
estructura que las mantenga firmes y derechas. La estructura del suelo debe asegurar suficiente
aire y agua para las raíces.
Por lo tanto, los cultivos saludables crecerán solamente si el suelo tiene suficientes nutrientes.
FASE I o Fase luminosa: ocurre en los tilacoides, donde se capta la energía de la luz y ésta es
almacenada en dos moléculas orgánicas sencillas (ATP y NADPH).
FASE II o Fase oscura: Se llama así porque no requiere de la energía de la luz, a pesar de que puede
haber luz presente. Tiene lugar en los estomas y las dos moléculas producidas en la fase anterior
son utilizadas en la asimilación del CO2 atmosférico para producir hidratos de carbono e
indirectamente el resto de las moléculas orgánicas que componen los seres vivos (aminoácidos,
lípidos, nucleótidos, etc).
Porque las plantas deben su crecimiento casi completamente a la fotosíntesis, es decir, gracias a la
reducción fotoquímica del dióxido de carbono con electrones provenientes del agua. Los factores
que inciden sobre este proceso determinan directamente la productividad agrícola y el
rendimiento de los cultivos.
La cantidad de luz solar que alcanza el suelo depende de la cantidad, disposición y tipo de hojas de
árboles o arbustos.
Las hojas de los árboles que crecen en la sombra son más anchas para interceptar mayor cantidad
de luz solar, que las que están zonas más altas de los árboles.
Los árboles se distribuyen verticalmente formando estratos, en los cuales se absorbe o atenúa la
luz, limitando su llegada al suelo.