M5 U3 S6 A1 Mlos

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LICENCIATURA EN DERECHO

M5. FUNDAMENTOS DEL DELITO Y LOS DELITOS EN PARTICULAR

UNIDAD 3 RESPONSABILIDAD PENAL Y PUNIBILIDAD

SESION 6 LOS ELEMENTOS DE LA

RESPONSABILIDAD PENAL Y LA PUNIBILIDAD

ACTIVIDAD 1: LA PENA DE LA DOCTRINA


ACTIVIDAD 2: CAUSAS DE LA EXTINCION PENAL
ACTIVIDAD INTEGRADORA: RESPONSABILIDAD PENAL Y
APLICACIÓN DE LAS PENAS

Docente: José Horus Canacasco Coronel

Grupo: 1802-M5-010

Alumna: Martha Lydia Olivas Saavedra

ES172012054

Septiembre del 2018


ACTIVIDAD 1: LA PENA DE LA DOCTRINA

1. Lee los apartados “La pena” y “Desarrollo de la teoría de la pena”.

2. Identifica las principales corrientes teóricas sobre la pena en el texto de apoyo.

A) Teorías absolutas, también llamadas teorías retributivas

B) Teorías relativas, también llamadas teorías preventivas

C) Teorías mixtas o eclécticas:

3. Investiga en fuentes académicamente confiables cada una de estas teorías.

A) Teorías absolutas, también llamadas teorías retributivas: Para el pensamiento


retribucionista, en todas sus versiones, el sentido de la pena se fundamenta en que la
culpabilidad del autor de un delito solo se compensa con la imposición de una pena. De
ahí que su postulado esencial sea que la pena es retribución del mal causado. Por lo que
la justificación de la sanción penal, en estas teorías, es solo y únicamente la realización
de la justicia como valor ideal.

La pena, por ello, tiene aquí un carácter absoluto, no sirve para nada más, pues
constituye un fin en sí misma. La pena tiene que ser porque debe imperar la justicia. Por
esta razón, además, se explica que la teoría de la retribución tenga directa relación con el
principio de proporcionalidad, dado que la culpabilidad aquí no solo es el fundamento de
la pena sino también su medida. De forma tal que el castigo penal no puede, por principio,
exceder la intensidad del reproche.

Asimismo, las teorías absolutas de la pena se basan en premisas que implican "la
existencia de verdades o valores absolutos anteriores al hombre", en virtud de los cuales
se busca hacer justicia con la pena y establecer, como fines a alcanzar, la justicia o la
afirmación de la vigencia del derecho. Por lo que el Derecho penal se legitima, para estas
teorías, como el instrumento eficaz para el logro de esos fines.

En este sentido, resulta claro que la idea del libre albedrío o el concepto de libertad de
voluntad del ser humano -y desde ella, el principio de culpabilidad- resultan claves para la
justificación de estas teorías, por cuanto solo el hombre libre, dotado de discernimiento y
libertad para decidir entre el bien y el mal, puede ser castigado por el delito cometido.
B) Teorías relativas, también llamadas teorías preventivas: Las teorías relativas de la
pena, buscan en su imposición, frente a las teorías absolutas, utilidades sociales
(prevención general) o individuales (prevención especial). Para ellas, la pena se justifica
por su necesidad para evitar la comisión de nuevos delitos. Por ello, debe imponerse sólo
en los supuestos y en la medida necesaria para cumplir dicho fin. Lo contrario, esto es, la
imposición de una pena inútil, sería una expresión de tiranía y de venganza
absolutamente injustificada. El objetivo de prevención, se puede conseguir, bien de forma
positiva, fortaleciendo el sentimiento de fidelidad al Derecho de los ciudadanos
(prevención general positiva), o reeducando al delincuente (prevención especial positiva);
bien de una forma negativa, esto es, mediante la intimidación, dirigida al colectivo social
para que sus miembros se abstengan de cometer hechos delictivos (prevención general
negativa o clásica), o dirigida a los sujetos que ya han delinquido (prevención especial
negativa). El fin es pues, el mismo, en las dos clases de prevención negativa; la única
diferencia es que mientras que la prevención general actúa sobre la imaginación
(haciendo presente al potencial delincuente el mal que supone la pena), la prevención
especial actúa, en cambio, sobre la memoria de quien ya la ha sufrido

C) Teorías mixtas o eclécticas: En algunos exponentes de éstas teorías mixtas, la


prevención general se presenta como la forma concreta de protección de bienes jurídicos
en virtud de que el fin de protección de bienes jurídicos, por sí solo, no legitima la pena.

Se sostiene que el criterio unificador se concreta en la afirmación de que cada concepción


tiene influencia diversa según el momento en que se la considere. De modo que el criterio
preventivo general es el que más gravita a nivel legislativo, es decir cuando se sanciona la
norma que prevé sanción para todo aquel que realice determinado comportamiento. Los
puntos de vista retributivo pasarían a primer plano durante el proceso y especialmente en
la individualización judicial de la pena, ya que a la sentencia debe establecerse
considerando preferentemente la gravedad del hecho cometido y la culpabilidad del autor.
Pasarían a segundo plano consideraciones preventivas especiales vinculadas a la
personalidad del autor u al pronóstico de reincidencia, limitándose la influencia de la
prevención general a una función residual, relacionada con evitar la imposición de una
pena tan reducida que suponga efectos contraproducentes para el control social.

La teoría de más incidencia durante la ejecución sería la prevención especial en su


versión moderna, debido a que el sistema penitenciario debe orientarse al logro de la
readaptación social del condenado.
En resumen: la teoría de la pena aquí sostenida puede ser resumida de la siguiente
manera; la pena sirve a finalidades de prevención especial y general. Es limitada en su
monto mediante la medida de la culpabilidad, pero puede no alcanzar esta medida, en
tanto esto sea necesario para las necesidades de prevención especial y no se opongan a
ello requisitos mínimos de prevención general.

4. En un archivo de texto señala un representante de cada corriente, su aportación a


ésta y un ejemplo de aplicación de sus ideas.

A) Teorías absolutas, también llamadas teorías retributivas: La retribución y la


prevención son los dos fundamentos acerca de los fines de II la pena estatal que,
históricamente, se han mantenido en permanente pugna. En este contexto, y frente a la
profunda crítica a la denominada prevención general positiva y al aparente fracaso del
ideal resocializador, recientemente se ha venido planteando la necesidad de revisitar las
teorías absolutas o retributivas de la pena, con el fin de reevaluar sus posibilidades de
aplicación. Así, aunque se señala a Ernst-Amadeus Wolff y a Michael Kóhler, junto a sus
discípulos, como los iniciadores de esta tendencia, sin lugar a dudas es el profesor
Günther Jakobs quien, con su cambio radical de Luhmann a Hegel, dio partida de
nacimiento al neo-retribucionismo.

En este sentido, con razón se señala que tanto La metafísica de las costumbres de Kant
como La filosofía del Derecho de Hegel, deben entenderse como productos de la
polémica que dichos filósofos mantenían contra la concepción relativista de la pena que
dominaba en su época, a la que precisamente reprochaba Hegel que trataba al
condenado como a un perro con un palo, en lugar de respetar su honor y su libertad. Y a
la que también Kant criticaba el hecho de que el condenado pudiera ser 'utilizado como un
simple medio de las intenciones de otro y mezclado con los objetos del Derecho
patrimonial', tanto si la pena se imponía en su beneficio, como en el de otro.

Desde la perspectiva jurídico-penal, existe pleno consenso en que la fundamentación


ética de la retribución más absoluta es la propuesta por este brillante filósofo alemán.

Según sostiene Kant (1724-1804), el derecho es el conjunto de condiciones bajo las


cuales el arbitrio de uno puede conciliarse con el arbitrio del otro según una ley universal
de la libertad. El derecho penal, en tanto, es, para Kant, el derecho que tiene el soberano,
con respecto a aquél que le está sometido, de imponerle una pena por su delito.
El único fundamento de la pena, para Kant, es la retribución a la culpabilidad del sujeto.
La aplicación de la pena es, para él, una necesidad ética, una exigencia de la justicia, un
imperativo categórico, por tanto, los posibles efectos preventivos que se pretendan atribuir
a la pena son artificiales y ajenos a su esencia.

Por ello, para Kant, "la ley penal es un imperativo categórico y ¡ay de aquél que se
arrastra por las sinuosidades de la doctrina de la felicidad para encontrar algo que le
exonere del castigo, o incluso solamente de un grado del mismo, por la ventaja que
promete, siguiendo la divisa farisaica es mejor que un hombre muera a que perezca todo
el pueblo! Porque si perece la justicia, carece ya de valor que vivan hombres sobre la
tierra

B) Teorías relativas, también llamadas teorías preventivas: Normalmente, cuando se


trata la prevención general intimidatoria, se suele hacer hincapié en autores ilustrados
como BECCARIA, FEUERBACH, BENTHAM o LARDIZÁBAL. Muchos otros han sido, sin
embargo, antes y después de la Ilustración, quienes han mantenido esta teoría de la
pena, como Thomas HOBBES (1588-1679), Hugo GROTIUS (1625), Samuel
PUFENDORF (1632-1694), John LOCKE (1632-1704), Christian THOMASIUS, Gaetano
FILANGIERI, Gian Domenico ROMAGNOSI, Christian WOLFF o Arthur
SCHOPENHAUER (1844-1900). Si bien, ello es innegable, el mérito de presentar esta
teoría de la pena de una manera ordenada y completa debemos atribuírselo a los autores
ilustrados.

Sin embargo, el recurso a la pena como instrumento de atemorización hacia el potencial


delincuente tuvo, sin duda alguna, una influencia mucho mayor durante la época del
Antiguo Régimen, cuyo Derecho penal se basaba, fundamentalmente, en el recurso al
terror penal. Así, se decía en Las Partidas (Partida VII, Título XXXI, Ley 1), que las penas
se imponen por dos razones: La primera, porque reciban escarmiento de los delitos
cometidos. La segunda, para que todos los que oyeren o vieren tomen ejemplo o
apercibimiento para guardarse de no delinquir por miedo a las penas. La Nueva
Recopilación (Libro II, Título II, Capítulo 2) y la Novísima Recopilación (Libro III, Título II,
Ley 2), afirmaban como razón de las leyes que: por ellas la maldad de los hombres sea
refrenada y la vida de los buenos sea segura, y por miedo a la pena, los malos se
excusen de hacer el mal. Así, durante en Antiguo Régimen, como indica GÓMEZ
BENÍTEZ, a la vez que existía un discurso jurídico escolástico que hablaba de pecado y
de la retribución de la culpabilidad, paralelamente, en el terreno jurídico, el Derecho penal
cumplía de hecho una función fundamentalmente intimidatoria, basada en los principios
de desproporción y falibilidad. Como señala ANTÓN ONECA, el carácter atemorizador de
la ejecución de las penas, derivaba en su ejecución pública, para su mayor eficacia
preventiva y se llegaba hasta el punto de que ni siquiera la muerte del sujeto evitaba el
proceso penal, ejecutándose la pena sobre el cadáver del mismo, para mayor ejemplo.
Pero nada más ilustrativo de ello que la obra del Profesor Francisco TOMÁS Y
VALIENTE, sobre El Derecho penal de la Monarquía Absoluta en la que pueden
encontrarse multitud de procedimientos inhumanos en los que no es necesario detenerse.
Lo que los autores ilustrados aportaron, en verdad, fue simplemente (y no es poco) un
importante grado de humanización en los métodos de ejecución de las penas frente a la
crueldad que caracterizaba la etapa anterior, a la vez que introdujeron, en cierta medida,
la idea de proporcionalidad, pero siempre, asumiendo como fundamental el mecanismo
intimidatorio.

C) Teorías mixtas o eclécticas: Pretenden combinar las teorías anteriores, combinar


retribución y prevención. No obstante, HASSEMER afirma que las teorías absolutas y
relativas “vienen de un mundo completamente distinto”. Para las teorías absolutas, la
exigencia de castigo se deriva de la idea de justicia, por eso no se ocupan de la realidad.
Y para las teorías relativas, la pena viene exigida por la inclinación humana de atacar a
los demás (prevención general), o por la deformación individual reflejada en la comisión
del delito (prevención especial), y siempre tienen en cuenta la realidad.

No cabe una pura teoría retributiva, supondría renunciar a una justificación de la pena
desde el punto de vista de sus efectos prácticos, y al Derecho penal se le exige una
justificación por las consecuencias.

FUENTES CONSULTADAS (CIBERGRAFIA)

https://libros-revistas-derecho.vlex.es

https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/9/4032/12.pdf

https://archivos.juridicas.unam.mx/www/bjv/libros/9/4032/30.pdf

http://www.diputados.gob.mx/LeyesBiblio/declara/cnpp/CNPP_orig_05mar14.pdf

https://www.iberley.es/temas/clases-delitos-estructura-tipo-48371
https://mexico.justia.com

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