Antecedentes Históricos de La Propiedad Intelectual
Antecedentes Históricos de La Propiedad Intelectual
Antecedentes Históricos de La Propiedad Intelectual
La imprenta inventada por Gutenberg a mediados del siglo XV, y el descubrimiento del grabado
producen transformaciones radicales en el mundo. Con la imprenta aumenta la producción y
reproducción de libros en grandes cantidades y a bajo coste.
Con la derogación del sistema de los privilegios nació el derecho de autor como lo conocemos en
la actualidad, y la moderna legislación sobre la materia. El fin de esa etapa comenzó en Inglaterra y
se debió a la influencia del pensamiento de John Locke. Desde finales del siglo XVIII fue tomando
fuerza una corriente de opinión favorable a la libertad de imprenta y a los derechos de los autores,
un movimiento que defendía los derechos de los autores frente a los impresores y libreros que
había obtenido el privilegio de censurar los escritos.
En 1710, a pesar de las fuertes resistencias que opusieron impresores y libreros, llegó a la Cámara
de los Comunes un proyecto de ley conocido como el “Estatuto de la Reina Ana”, que acabó con el
privilegio Real de 1557 establecido a favor de la Stationers Company, quien ostentaba el
monopolio de la publicación de libros en Inglaterra.
En 1763 en España, el Rey Carlos III dispuso, por real ordenanza, que el privilegio exclusivo de
imprimir una obra sólo podía otorgarse a su autor y debía negarse a toda comunidad secular o
regular.
En Francia, el proceso de reconocimiento de derechos a los autores tuvo su origen en los litigios
que, desde principios del siglo XVIII, mantuvieron los impresores y libreros “privilegiados” de París
(que defendían la utilidad de renovación de los privilegios a su vencimiento) con los no
“privilegiados”. El gobierno de Luis XVI intervino en la cuestión dictando, en agosto de 1777, seis
decretos en los que reconoció al autor el derecho a editar y vender sus obras, creándose así dos
categorías diferentes de privilegios, los de los editores y los reservados a los autores.
El reconocimiento del derecho individual del autor a la protección de su obra se afianza a finales
del siglo XVIII a través de la legislación que se dicta en los Estados Unidos de América y en también
en Francia, las dos naciones modernas. Posteriormente a este siglo, muchos países incluyeron en
sus Constituciones nacionales los derechos de autor entre los derechos fundamentales del
individuo.
Este privilegio de impresión fue modificado, primero en Inglaterra con el Estatuto de la Reina Ana
en 1709, transformándolo en un derecho para los autores, concediéndoles la impresión y venta de
su obra por un período de catorce años, renovable por el mismo plazo. En España, por Real Orden
de 1762, de 1763 y de 1764 se concedió a los autores el privilegio exclusivo de imprimir su libro,
con carácter hereditario. Pero fue con la Revolución Francesa de 1789 cuando nació el derecho de
autor que rige hoy en día en Europa. Ya en 1813, las Cortes de Cádiz concedieron al autor el
derecho exclusivo de publicar y reproducir sus escritos durante toda su vida, otorgando a sus
herederos la facultad de reproducirlos por un tiempo limitado.
Por un lado, los Estados Unidos, Inglaterra y los países del Common Law, siguen el sistema del
copyright, que protegen las creaciones, con el fin de estimular la producción de nuevas obras en
beneficio del interés general de la sociedad.
Por otro lado, los países pertenecientes a la Europa continental y Latinoamérica, han adoptado el
sistema de derecho de autor, donde se reconoce la propiedad intelectual como un derecho
natural a la persona, que persigue beneficiar el esfuerzo del creador.
La propiedad industrial protege a los inventores, contra toda utilización de su invención sin la
debida autorización de su propietario. Mientras que el Derecho de Autor protege a los titulares de
derechos contra todo tercero que copie o utilice la forma en que ha sido expresada la obra original
(OMPI).
El Art. 2 del vigente Texto Refundido de la Ley de la Propiedad Intelectual (TRLPI) dispone que “La
propiedad intelectual está integrada por derechos de carácter personal y patrimonial, que
atribuyen al autor la plena disposición y el derecho exclusivo a la explotación de la obra, sin más
limitaciones que las establecidas en la Ley”.
Estos derechos son muy poco conocidos, sin embargo la importancia de su existencia es vital para
que los llamados obtentores, estén protegidos por la ley para explotar de forma exclusiva el
resultado de su trabajo.
El sistema de Protección de las Obtenciones Vegetales, también llamado Derechos del Obtentor,
es una forma de derechos de la propiedad intelectual, que contribuye a propiciar un beneficio en
la inversión al obtentor de una nueva variedad vegetal, mientras, al mismo tiempo, hace que las
variedades protegidas estén disponibles para propósitos de reproducción.
Los derechos de obtentor son los beneficios que obtiene quien descubre o genera una nueva
variedad vegetal y legalmente puede adquirirlos.
n obtentor, de acuerdo a la Ley Federal de Variedades Vegetales, es una persona física o moral
que mediante un proceso de mejoramiento obtenga y desarrolle una variedad vegetal de
cualquier género y especie.
El certificado que se emite como reconocimiento de dicho derecho, se conoce como Título de
Obtentor, el objetivo de su protección, es evidente pues se alienta y promueve la investigación,
innovación y generación de nuevos materiales que beneficiarán directamente a la sociedad en la
adopción, práctica y consumo.
Según dicha ley, los años de protección dependerán de la rama a que pertenezca:
Artículo 4o.- Los derechos que esta ley otorga a los obtentores de variedades vegetales son los
siguientes:
II.- Aprovechar y explotar, en forma exclusiva y de manera temporal, por sí o por terceros con su
consentimiento, una variedad vegetal y su material de propagación, para su producción,
reproducción, distribución o venta, así como para la producción de otras variedades vegetales e
híbridos con fines comerciales. Estos derechos tendrán una duración de:
a) Dieciocho años para especies perennes (forestales, frutícolas, vides, ornamentales) y sus porta
injertos, y
Estos plazos se contarán a partir de la fecha de expedición del título de obtentor y, una vez
transcurridos, la variedad vegetal, su aprovechamiento y explotación, pasarán al dominio público.
Quién es autor?
Es el reconocimiento que hace el Estado a favor de todo creador de obras literarias y artísticas, y
por el cual otorga su protección para que el autor goce de prerrogativas y privilegios exclusivos de
carácter personal (derechos morales) y patrimonial (derechos patrimoniales).
El autor es el único, primigenio y perpetuo titular de los derechos morales sobre las obras de su
creación y el ejercicio de estos derechos corresponden al propio autor y a sus herederos, entre los
que se encuentran: determinar si su obra ha de ser divulgada y en qué forma, o la de mantenerla
inédita; exigir el reconocimiento de su calidad de autor y disponer si la divulga como obra anónima
o seudónima; exigir respeto a la obra, oponiéndose a cualquier deformación, mutilación u otra
modificación de ella; modificar su obra; retirarla del comercio; y oponerse a que se le atribuya una
obra que no es de su creación..
El derecho moral se considera unido al autor y, por lo tanto, no se puede transmitir, no prescribe
por el paso del tiempo, no puede renunciar a él y no puede ser objeto de embargo.
El derecho patrimonial es aquel derecho que el autor tiene para explotar de manera exclusiva su
obra o de autorizar a otros su explotación, en cualquier forma. Estos derechos pueden ser
transmitidos o ser objeto de licencias de uso, exclusivas o no exclusivas.
¿Cuáles son las obras protegidas por la Ley Federal del Derecho de Autor?
Se pueden registrar obras de las siguientes ramas: Literaria; Musical, con o sin Letra; Dramática;
Danza; Pictórica o de Dibujo; Escultórica y de Carácter Plástico; Caricatura e Historieta;
Arquitectónica; Cinematográfica y demás Obras Audiovisuales; Programa de Radio y Televisión;
Programa de cómputo; Fotográfica; Obras de Arte Aplicado; Colecciones de Obras; y demás obras
que por analogía puedan considerarse obras literarías o artísticas, se incluirán en la rama que les
sea más afín a su naturaleza.
Para registrar una obra creada bajo seudónimo, es decir, aquellas obras divulgadas con un
nombre, signo o firma que no revela la identidad del autor, se deben acompañar a la solicitud, en
dos sobres cerrados, los datos de identificación del autor (Nombre real, Domicilio, Teléfono, Lugar
y Fecha de nacimiento, Nacionalidad, RFC y Firma).
Para registrar la obra de un autor que ya falleció, se debe acompañar a la solicitud la adjudicación
de bienes de la sucesión testamentaria o intestamentaria que incluya la(s) obra(s) objeto de
registro.
El trámite deben realizarlo los padres, tutor o quien ejerza la patria potestad sobre el menor,
acompañando a la solicitud el Acta de Nacimiento del menor o, en su caso, la declaración de la
tutela.
¿Qué son los Derechos Conexos?
Son derechos que protegen los intereses de los Artistas Intérpretes o Ejecutantes, Editores de
Libros, Productores de Fonogramas, Productores de Videogramas y Organismos de Radiodifusión,
en relación con sus interpretaciones o ejecuciones, ediciones, fonogramas, videogramas y
emisiones o transmisiones, respectivamente.
Se pueden registrar aquellos actos, convenios o contratos que en cualquier forma confieran,
modifiquen, transmitan, graven o extingan derechos patrimoniales; los contratos relativos a los
derechos conexos; y los contratos de interpretación o ejecución que celebren los artistas
intérpretes o ejecutantes.
Debe constar por escrito; prever una remuneración para el autor o titular de los derechos
patrimoniales (ya sea una participación proporcional en los ingresos por la explotación de la obra o
una remuneración fija y determinada); y tener establecida una vigencia.
Para que surta efectos contra terceros, es decir, que se pueda hacer valer ante terceros y no
únicamente entre las partes que lo celebraron.
Los contratos tipo o de formato son aquellos idénticos entre sí en todas sus cláusulas, variando
sólo sus datos particulares.
¿Qué es un poder?
Es el contrato mediante el cual una persona física se obliga a actuar en representación de otra
persona física o moral.
Se pueden registrar los poderes otorgados para gestionar ante el INDAUTOR y el beneficio que se
obtiene es no volver a acreditar su personalidad y/o la existencia de la persona moral en cada
trámite que realice ante el Instituto respecto de dicha persona.
¿Existe algún trámite para saber si una obra, contrato, poder o documento se encuentra
registrado?
Son modificaciones a las inscripciones existentes en el Registro, ya sea a petición del autor o del
titular de los derechos patrimoniales para, entre otros, modificar el título de la obra, hacer
mención de un autor o colaborador omitido, señalar o agregar al titular omitido, modificar la
vigencia de un contrato, aclarar si la obra es primigenia o derivada o suprimir un nombre que por
error se haya manifestado como autor, colaborador, titular o parte.
Sí, mediante el trámite denominado "Corrección de Registro", los interesados pueden solicitar se
subsanen errores de transcripción o de otro tipo directamente atribuibles al Registro, en un plazo
no mayor a tres meses después de la expedición del certificado.
Procede emitir un duplicado del certificado cuando se pierda, destruya o mutile el original bajo
resguardo del Registro, y por lo tanto, sea imposible la expedición de copias certificadas. Dicho
duplicado debe ser a solicitud del autor, del titular de los derechos patrimoniales o de autoridad
competente.
¿Dónde se deben efectuar los pagos correspondientes a los trámites del INDAUTOR?
Se deben efectuar en cualquier Institución Bancaria, presentando la hoja de ayuda para pago
correspondiente al trámite que se vaya a solicitar, la cual contiene la clave de referencia y cadena
de la dependencia relativa a cada trámite.