Errores Mas Comunes de Los Inversionistas
Errores Mas Comunes de Los Inversionistas
Errores Mas Comunes de Los Inversionistas
MERCADOS
Algunos de estos desaciertos se originan por vender en pánico, suponer que todas
las inversiones son liquidas o acostumbrarse a que la emoción prime sobre la
racionalidad.
En un artículo publicado en el diario El Mercurio se señaló algunos errores que suelen
cometer los inversionistas que nos les permite alcanzar una mayor rentabilidad de sus
acciones. Aquí les detallamos algunos ejemplos.
Falta de disciplina.
El invertir debe ser un proceso de largo plazo y con estrategias definidas para los siguientes
15 ó 20 años, en función al perfil y objetivos del cliente. El cambiar de rumbo
permanentemente no solo puede resultar caro en términos de costos operativos, sino
también puede ser riesgoso.
No dimensionar el riesgo.
Aparte de fijarse en la rentabilidad esperada, es necesario evaluar los retornos y riesgos de
la inversión. Conocer la probabilidad de perder dinero, el tiempo de recuperación de las
caídas, la dependencia en un equipo ejecutivo, los riesgos políticos y tributarios son
aspectos a tener en cuenta antes de decidir la inversión. Para ello, se puede utilizar la
tecnología que permite estimar potenciales perdidas en determinados escenarios.
Suponer que todas las inversiones son líquidas. La liquidez permite convertir los
activos en dinero de manera rápida, sin que se pierda su valor real. Pero también es
importante examinar la potencial iliquidez de un activo.
Mala diversificación.
No sólo se debe comprar las compañías más grandes y sólidas, sino que también las
pequeñas y no tan sólidas, para garantizar en la medida de lo posible la diversificación de
portafolios.
Vender en pánico.
Muchas veces cuando el inversionista vende acciones con pánico, haciendo pérdidas
importantes, accede a cambiarse renta fija, pero deben tener en cuenta que con esa
decisión se les hará más complicado recuperar lo invertido. En momentos de pánico en los
mercados el inversionista debe diferenciar los activos “buenos” de los “malos”.