Errores Mas Comunes de Los Inversionistas

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Estos son los errores más

comunes de los inversionistas


Domingo, 02 de febrero del 2014

 MERCADOS

Algunos de estos desaciertos se originan por vender en pánico, suponer que todas
las inversiones son liquidas o acostumbrarse a que la emoción prime sobre la
racionalidad.


En un artículo publicado en el diario El Mercurio se señaló algunos errores que suelen
cometer los inversionistas que nos les permite alcanzar una mayor rentabilidad de sus
acciones. Aquí les detallamos algunos ejemplos.
Falta de disciplina. 
El invertir debe ser un proceso de largo plazo y con estrategias definidas para los siguientes
15 ó 20 años, en función al perfil y objetivos del cliente. El cambiar de rumbo
permanentemente no solo puede resultar caro en términos de costos operativos, sino
también puede ser riesgoso.

No dimensionar el riesgo. 
Aparte de fijarse en la rentabilidad esperada, es necesario evaluar los retornos y riesgos de
la inversión. Conocer la probabilidad de perder dinero, el tiempo de recuperación de las
caídas, la dependencia en un equipo ejecutivo, los riesgos políticos y tributarios son
aspectos a tener en cuenta antes de decidir la inversión. Para ello, se puede utilizar la
tecnología que permite estimar potenciales perdidas en determinados escenarios.
Suponer que todas las inversiones son líquidas. La liquidez permite convertir los
activos en dinero de manera rápida, sin que se pierda su valor real. Pero también es
importante examinar la potencial iliquidez de un activo.

Mala diversificación. 
No sólo se debe comprar las compañías más grandes y sólidas, sino que también las
pequeñas y no tan sólidas, para garantizar en la medida de lo posible la diversificación de
portafolios.

Vender en pánico. 
Muchas veces cuando el inversionista vende acciones con pánico, haciendo pérdidas
importantes, accede a cambiarse renta fija, pero deben tener en cuenta que con esa
decisión se les hará más complicado recuperar lo invertido. En momentos de pánico en los
mercados el inversionista debe diferenciar los activos “buenos” de los “malos”.

“No vendo si estoy perdiendo”.


En el mundo de las inversiones, no siempre se va a ganar. Quizá una buena decisión de
inversión sea la siguiente: vender un activo que ha caído pero que tiene malas perspectivas
y comprar uno que ha caído aún más pero que cuenta con mejores proyecciones.

Mirando el espejo retrovisor.


La decisión de inversión se toma mirando hacia adelante y no hacia atrás. Es un error
común tomar decisiones sobre la base de la rentabilidad pasada de un activo. Milenko
Mitrovic de Octogone recuerda que “el mercado se mueve de acuerdo a expectativas y será
la generación de flujos futuros lo que determinará el precio de la acción”.

Emoción sobre la racionalidad. 


En el mercado financiero es recomendable pensar con cabeza fría y saber identificar los
periodos de “euforia” y de “pánico”. Cuando usted tiene una acción que le ha dado buenos
beneficios, el mantenerla siempre puede ser una decisión errada pues los mercados son
dinámicos y los entornos cambian. La clave es tomar decisiones en base al análisis que
permita determinar si un activo representa un buen valor de compra.

Comprar primero, averiguar después. 


Es importante saber a priori qué hace la empresa, dónde opera y quiénes son sus
controladores, cuáles son sus riesgos. La idea es invertir con fundamentos potentes y no
hacerlos al azar.
Hacer ‘timing’.
Cuando se trata de comprar barato y vender caro generalmente termina pasando lo
opuesto. Lo que es común entre inversionistas individuales es comprar activos financieros
que no están dispuestos a soportar caídas importantes de los mercados y deciden vender
cuando lo adecuado es comprar.

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