Bandidos S.xix
Bandidos S.xix
Bandidos S.xix
SALINAS
iY
El bandido Guarapoco
se h e a saltear a Berlin
pas6 por Curacautin
con una flor en el choco.
.......................
Era Falcato un bandido
ya celebre en la naci6n
porque no habia tenido
rival en su profesi6n.
.......................
Joaquin Murieta
recorria las montafias
con sus hombres cocorocos,
cien versos serian pocos
para contar sus hazafias.
(Oreste Plath, Geogmfia del canto
y la leyenda chilenos, 1873.)
I
El marc0 del siglo XVIII
57
Los vagabundos, el sector mis oprimido y explotado del sector rural, en-
frentan dos alternativas para conseguir su subsistencia: la mendicidad, CO-
mo asimilaci6n pacifica de su condici6n de tal, O el bandolerismo, como
expresi6n agresiva de descontento y rebeldial. La mendicidad es la sumi-
sion; el bandolerismo, la protesta, el camino de la insubordinaci6n al sta-
tu quo, el traspaso de 10s limites del orden social, el enfrentamiento, en
fin, con 10s garantes de dicho orden: 10s detentores del poder y la riqueza.
Si bien se pueden encontrar expresiones de cuatrerismo en la primera
mitad del siglo XVIII, como se observa en las medidas represivas contra
10s ladrones de ganado dictadas por el Gobernador Jost Antonio Manso
de Velasco en 1739, es en la segunda mitad del ultimo siglo colonial, don-
de se revela la magnitud del bandolerismo rural chileno. Observa el histo-
riador Mario Gbngora: <<Particularmente,desde la dtcada de 1750-60, 10s
contemporineos tienen la sensacibn de una epidemia de bandolerismo ru-
ralJ. Y aiiade que la abundancia de causas judiciales alcanza su mdxima
hacia 1750-90’. Un Bando de Buen Gobierno emitido en 1773, y citado
por Gbngora, afirma que acrece cada dia el clamor por la repeticibn de
robos en ciudades y campos de este Reyno para que se pueda sujetar la
plebe, gente vagabunda y ociosa, acostumbrada a r~bar.,~. El historiador
colonial Miguel de Olivares sostenia que. a mediados del siglo XVIII, exis-
tian alrededor de doce mil bandoleros en el territorio chileno, 10s que eran
el terror y el desconsuelo de 10s ricos hacendados, especialmente si estos
ultimos hubiesen intentado denunciar a 10s cuatreros. Dice textualmente
el jesuita:
.Los hacendados del campo, en especial en parajes mis infestados de estas aves
de rapifia, como Colchagua, Maule y Chillin, lloran inconsolables la calami-
,
dad de lo que ellos cuidan y agencian, y aun lo que se mezquinan y defraudan
a si mismos y a sus hijos mucho tiempo, se lo toma en un momento el l a d r h
con sus manos lavadas, que llegan a la intolerable insolencia de agavillarse.
para hacer mis perjuicio a aquel hacendado y honrado labrador, que alguna 2
vez pus0 algdn l a d r h ante justicia y que hizo padecerle pena de la ley; y es
tan continuo el daiio que reciben, que 10s mis de estos hacendados aseguran.
y con verdad, que si tuvieran existente cuanto les han robado en el discurso
de algunos aiios, fueran absolutamente ricos, . .. D ~ .
I G6ngora. Mario, Vagubunduje y sociedad fronteriza en Chile (siglos XVII a NX), cua-
dernos del CESO, 2, 1966, pp. 2 , I .
2 Ibid., p. 25.
3 Ihid., D. IO.
4 Ibid.
’ Cit. en VicuAa Mackenna, Benjamin, El bandolerisrno antiguo J, el bundolerismo m-
derno en Chile, El Ferrocurril, 21 de septiembre de 1878
58
Ten0 y de 10s <<maulinospelacaraw. Ya no s610 no se permitia salir del
pais, sino que se prohibia por necesidades de seguridad, el trinsito de 10s
caminos pliblicos y de 10s rios. No se viajaba sino en caravanas como en
la Arabia, y est0 practicabase en el camino de Taka a Santiago, hasta hace
apenas medio siglo>>6. AI finalizar el siglo XVIII, la historia nos consigna
la existencia de un bandido chileno famoso, Pascual Liberona, apodado
.El Brujom, quien actda entre 1780 y 1790. En 1793 asaltd a grandes co-
merciantes santiaguinos, y lleg6 a desafiar al oidor de la Real Audiencia
Juan Rodriguez Ballesteros, colocando un cartel en la carcel con estas pa-
labras: nBallesteros a ahorcar / y nosotros a saltear>>.Fie1 a1 designio en-
cerrado en estas palabras, el aBrujor Liberona termin6 sus dias en la hor-
ca, asumiendo hasta el final su destino de ilegalidad'. Se puede notar, de
paso, que en 10s versos del bandido colonial ya existen una convicci6n del
enfrentamiento de 10s elementos opuestos, protesta y represi6n.
Ihid.
' Cf. Dantel A., Elvira, El bandido en la literatura chilena, Boletin de la Academia Chi-
Ienu de la Historia, 2. 1935, p. 254.
Vicufia Mackenna, B., art. cit.
W d . , en El Ferrocarril, IO de octubre de 1878.
I" Encina, Francisco A,, Historia de Chile, Santiago, 1948, tomo XI, p. 558.
' I Vicutia Mackenna, B., art. cit.
59
zacidn y sus problemas caracteristicos. Llegan a la Frontera cuatreros y
salteadores provenientes de toda la Repliblica, 10s que se alian a 10s indios
despojados de sus tierras, para robar ganado. Hacia 1886, cientos de ani-
males robados eran vendidos en las ferias de Angol, TraiguCn, Victoria
o Temuco'*.
El sentido de protesta social inherente al cuatrerismo parece no haber
pasado inadvertido a las clases dirigentes del siglo XIX.El escritor, aca-
dCmico, parlamentario y ministro de Estado, Salvador Sanfuentes (1817-1860)
escribid al respecto una leyenda en verso titulada El bundido donde se na-
rra, en un escenario del sur de Chile, la rebeldia y la venganza de un es-
clavo contra sus opresores blancosI3. La represidn de las autoridades con-
tra el bandolerismo continud ejercikndose en el siglo XIX como en tiem-
'
pos de la Colonia. El castigo de la horca, empleado por el oidor Balleste-
ros de la Real Audiencia, a fines de la Colonia, era igualmente utilizado
por el ministro Diego Portales durante la temprana Repcblica. La actitud
de Portales frente 10s bandidos puede gratificarse en las siguientes pala-
bras pronunciadas al ser informado de la muerte de 10s liltimos Pincheiras
en 1832: .Esa noticia ha endulzado mi alma y parece que me hubieran
regalado cien talegos. Felicite usted en mi nombre al presidente, y digale
que cuando escriba a Bulnes le diga de mi parte muchas cosas, especial-
mente por la viveza con que ha hecho jugar el fusil.I4. Portales organiz6
batidas con el concurso de 10s grandes propietarios agricolas, dandole un
evidente caracter de clase a la represidnl5. El destino que esperaba al ban-
dino, transgresor rebelde del orden social establecido, era la muerte vio-
lenta, a manos de las autoridades del sistema.
el curso del siglo XIX, destacando algunas figuras que alcanzaron espe-
cial prestigio popular y, en especial, la admiracidn y la veneracidn de 10s
pobres del campo.
De la Cpoca de la Independencia destacamos al bandido JosC Miguel
Neira y su banda de ~ L ONeirinos,,
S y la montonera de 10s Pincheira. El
<<maucho,Neira, nacido hacia 1775 y fusilado en 1817, es conocido por
su vinculacidn con 10s patriotas, a travCs del guerrillero Manuel Rodri-
guez. Abandonando a temprana edad su trabajo de ovejero en la hacienda
'2 Encina, Francisco A,, Historia de Chile, Santiago, 1951, tom0 XVIII, p. 271; Queza-
da, Jaime, La Frontera, Santiago, 1973.
13 Cf. Montt, Luis y Nuiiez, Abelardo, Leyendas nucionales, Santiago, 1885, cit. por Ace-
vedo A,, Elisa, El bandido chileno, Memoria UTE, Santiago, 1967, InCd., (profesor a s e m <
,Oreste Plath), pp. 4 - 4 5 ;
14 Cf. Vicufia Mackenna, B . , art. cit.
60
de Cumpeo, al noreste de Taka, va a terminar unikndose a la banda de
paulino Salas, alias <<ElCenizo., que operaba en 10s cerrillos de Teno, pa-
ra <<desquitarsede una vida de sufrimientos y privaciones, de miseria y
de humillaciones, ... > > I 6 . El prestigio popular de Neira y <<ElCenizo,, al-
canza un punto importante cuando ambos logran escapar en Santiago de
una escaramuza con el regimiento de 10s Dragones de la Reina. Separado
despuks de Paulino Salas Neira formari la banda de Neirinos., la
que cuenta con amplia proteccidn por parte del pueblo17. A partir de 1813,
Neira presta sus servicios a la causa patriota. Se hace famoso su asalto
a1 rico avariento apodado <<ElZorro de Peor es Nada,,, un hacendado de
dicho lugar, a orillas del estero Cliimbarongo, de apellido Guzmin, defen-
sor de la causa del Rey, y cruel y despiadado con 10s inquilinos. En 1816
asalta y se apropia de las casas patronales de la hacienda de Cumpeo, don-
de vivi6 cuando nifio, matando al mayordomo, en un gesto de Clara ven-
ganza por su pasado de opresi6n. En 1817, despuks de la victoria de Cha-
cabuco, Neira quiere seguir asaltando, pues, segun 61, *debe permitirse
que se siga atacando a 10s realistas emboscados y a 10s ricos avarientos
y cobardes que no ayudaron a la revolucibnnI*. Las autoridades patriotas
rechazan esta actitud, y Ram6n Freire lo manda fusilar19. La extraordi-
naria montonera de 10s Pincheira, pequefios propietarios de San Carlos, en
la zona de Ruble, actu6 en el periodo comprendido entre 1817 y 1832. Esta
montonera, que lleg6 a contar con bandas de mil y dos mil hombres esta-
ba formada tipicamente por vagabundos. Sus principales asaltos en la dk-
cada de 1820, fueron a Chillin en 1820, Linares en 1823, San Fernando,
Curic6 y San Carlos en 1824, Parral en 1825, Taka y Mendoza en 1828,
y las haciendas del Caj6n del Maipo en 1829. Nos interesa, sobre todo,
destacar aqui el apoyo de 10s campesinos a la montonera. Esta guerrilla
de vagabundos tenia muchos adictos entre 10s campesinos de la pre-
cordillera. Ramdn Freire habla en 1820 de la simpatia de 10s campesinos
de Cat0 por 10s Pincheira. En 1823 se estimaba que 10s campesinos de
Vega de Saldias y de la orilla izquierda de Coigueco, se pensaban sumar
a la montoneraZ0.Tanto <<LosNeirinosD como 10s Pincheira contaban con
sus propios poetas y cantores que exaltaban sus hazafias, como verdaderm
juglares2I. Ello hace suponer la existencia de toda una expresi6n artistica
ligada al bandolerismo de la Independencia, que el pueblo contemporfineo
debi6 conocer.
Pasado el periodo de la Independencia, uno de 10s mis famosos bandi-
l6 Leon Echaiz, RenC, El bandido Neira, Santiago, 1965, p. 29.
.Par la comarca 10s Neirinos tienen siempre, entre la gente modesta, amplia protecci6n.
Unas veces es el mayordomo desleal, que da informes de la hacienda; otras, el arriero que
- oue
transmite noticias Y recados; o el labriego . ofrece su rancho.. Ibid.., D.r 47.
Ibid., p. 109.
l9 Se ha dicho que Neira es ncomo un simbolo de la libertad popular, el huaso sublevado,
* el hombre que de$ la esclavitud de inquilino para vivir la vida libre del merodeador o del
montonero., en Dantel, E., op. cif., p. 259.
zo Cf. Gbngora, Mario, op. cif., pp. 33-35.
2 1 Cf. Dantel, E., p. 249; Leon Echaiz, R., p. 75.
61
jos del siglo pasado fue Francisco Rojas Falcato, conocido comtinmente
:om0 Pancho Falcato. Nacio en Santiago, entre 1813 y 1819, y su vida se
oierde en 10s aiios de la Guerra del Pacifico, hacia 187922.Su fama cun-
jio especialmente por su astucia desplegada para engaiiar a las autorida-
jes, sus espectaculares fugas, y su pensamiento rebelde. Su primer asalto
jata de 1837. Libr6 providencialmente dos condenas a muerte, sentencia-
jas en 1839 y 1847. En 1877 afirmaba que en seis oportunidades se habia
fugado de sus aprehensores, una vez de la carcel, dos veces de 10s .ca-
rros>> o presidios ambulantes, y tres veces en el camino, mientras era con-
jucido a prisidn. En una oportunidad, se disfrazd de religioso dominico,
3ara burlar a la policia, despuis de un asalto a un fundo en Las Condes.
En otra oportunidad, asalto un fundo en Renca, engafiando al dueiio de
Fundo, ofreciCndole un esquinazo de Nochebuena. DespuCs de reducir a1
xopietario agricola y a su familia, engaiib a la propia policia, hacikndose
m a r por el duefio de fundo, llegando incluso a celebrar con 10s agentes
je seguridad una fiesta en las casas patron ale^^^. HaciCndose pasar por
In ganadero argentino, engaiia a1 propio intendente de la provincia de Co-
quimbo, hasta vivir en la casa de Cste, en La S e ~ - e n aHizo,
~ ~ . en fin, de
;us atracos, una permanente burla de 10s ricos y 10s poderosos. Ademis,
iizo gala de un pensamiento rebelde, y de critica a las autoridadesjudicia-
es y policiales de su tiempo. En una oportunidad, le dijo a un juez, el
nagistrado Jost M. Cerda: (<PuedeUS estar seguro que me fugart porque
~ ~ .1840, estando en 10s <carrow
10 puedo sufrir una condena i n j u s t a ~ En
3 presidios ambulantes, en la bajada del puerto de Valparaiso, no trepidd
:n incitar a la sublevacion de 10s presos, debido al rigor y al exceso de
rabajo a que se 10s sometia. Haciendo de paso una critica a la religidn
i
lominante, junto a la critica de la justicia oficial, expresaba: 4 0 s jueces
;on lo mismo que 10s religiosos. Le dicen a uno: tenga paciencia, hijo;
iunque le est& arrancando 10s ojos>>26.
Falcato era un hombre orgulloso de sus acciones y de su actitud frente
i la vida. En la entrevista hecha por el periodico El Ferrocarril en 1877,
p e venimos citando, le decia al reportero: <<Mivida es muy linda. iQuC
mportan esas vidas que cuentan de extranjeros! Ninguna vale lo que la
nia. Toda mi vida es una serie no interrumpida de emociones, una agita-
:ion continua, un batallar incesante, ... Reconocia no haber jamis per-
>pZ.
II. 3.
2'6 Cf. entrevista .... en El Ferrocarril, I 1 de febrero de 1877.
Ibi'd.
t32
con una enorme maza a1 pie; despuCs de cuarenta afios de tragedias, mi
bmzo, mi espiritu y mi coraz6n estBn robustos,,28.AdmitiCndose enemi-
go declarado y explicit0 de la justicia dominante en Chile, enrrostraba a
10s chilenos su temor servil hacia Csta y su rigorz9. El si que no le temia,
afrontando con entereza la feroz persecuci6n que desataba en su contra,
especialmente, el intendente Mhximo Mfijica (1812-1872), juez del Crimen,
Ministro de la Corte de Apelaciones y Ministro de Justicia de su tiempo,
conocido por ser el fiscal acusador en el juicio contra Francisco Bilbao.
Por todo lo dicho, Pancho Falcato era como un gran seiior del bandoleris-
mo, un bandido cabal y valeroso, cuyo prestigio en el pueblo y entre 10s
pobres, adquiri6 considerables proporciones. Era tal su popularidad, que
10s revolucionarios del 20 de abril de 1851, requirieron su presencia para
estirnular a la masa30.
IIn poco mBs adelante en el transcurso del siglo se alza la destacada
figu1ra de otro bandido famoso, Ciriaco Contreras. Nacido en la hacienda
de f IuaquCn, a orillas del rio Mataquito, acompaiiaba a su padre en las
labores agricolas, hacia 1847. En 1851 contrae matrimonio en Talca, esta-
blec iCndose con un negocio de carniceria en San Fernando. Por encubri-
dor en un proceso de cuatrerismo, es condenado injustamente a la chrcel
. poricinco aiios. Alli comenzarhn sus desgracias. Ya puesto en libertad es
rech azado en todas partes. EstarB por temporadas en Rancagua o en San-
tiagc), donde le cup0 actuar en 10s grupos de salvamento durante la catis-
trofe' de la Iglesia de la Compaiiia en 1863. Con Bnimo de establecerse de-
finit ivamente, se va a Chillhn, donde, por una fatalidad, mata a un huaso
en u na reyerta ocasionada por una topeadura con jinetes borrachos. Huye
4
a San Javier, donde se instala con un negocio de carretas fletadoras, pero
es descubierto. Desde entonces, tomar6 contactos definitivos con bandi-
dos de Talca, Maule y Linares. Participa en salteos en Curepto, Lircay,
Claro y Pelarco. En Curic6, Molina, Cerrillos de Teno y Mataquito asalta
a comerciantes y se bate en enfrentamientos con la policia rural.
Ciriaco Contreras se transforma asi en un temido bandolero. Se da cuen-
ta que la policia no lo busca para rehabilitarlo, sino para afrentarlo, y C1
no esti dispuesto a que 10s poderosos se ensaiien con 61. Por el contrario,
CI se dedicara especialmente a atacar s610 a 10s poderosos, a abatir a 10s
solberbios, y a defender a 10s pobres, a 10s dCbiles, a 10s campesinos, a
las, mujeres y a 10s niiios3'. El orgulko de Contreras por la libertad de su
vi(ia, y por no tener que deberle nada a 10s poderosos, se aprecia en un
Pe'culiar encuentro que sostuvo con el copropietario de la hacienda Nila-
hu e, y subdelegado del lugar, Nepomuceno Merino. A1 no ser apresado
64
I1
El bandido y la justicia popular: la reiviindicaci6n de la ofensa
41 Vicuiia Cifuentes, Julio, Romances populures y vull;ares, Santiago, 1912, pp. 329-330.
Recitador de Taka, nacido en 1842.
. /hid nr . 117 ____..-__.
42 ..... __
Rpritnrlnr r l Cnihiiern
~
l_.___I__,narirln en .1 %
3 2 . J. Vicufia Cifuentes recogid cin-
'rsiones de este romance, dos de Nuble, una de T_alca, otra de Colchagua y otra de
6 , cf. ibfd., pp. 329-340. Dos versiones mis de Nuble, provenientes de Nipas y de
;abiin de Alico, en Montaldo, C., op. cit., pp. 116-1 18.
65
Si en el trasfondo hispanico de la cultura popular ya existia la com-
prension del bandido como vengador de las ofensas y 10s agravios, en la
tradicidn propiamente chilena aparece esta misma conception justiciera.
En el caso del antiguo romance llamado (<Elhuaso Perquenco, aparece 1
66 I
Una historia pavo)rosa y lo habia amenazado
escrita con el puiial de lanzarlo mui lijero,
con un valor sin igual cuando llega un caballero
terrible y mui do lorosa; que venia mui cansado.
con actitud mui hiermosa
en la frontera un bandido, Le pregunt6 el caballero
el terror del rico ha sido por q u i estaba Ilorando,
por su arrojo i SLI valor, y el pobre le fue contando
y su temple supeirior entre sollozos lijero;
que el pueblo ha reconocido. el rostro del pasajero
Lo llaman el .Ga rras Mujas. se alter6 de modo tal,
temblando cuandc> lo nombran que acarici6 su putial
porque sus hazaiias asombran de modo disimulado,
i tiemblan hasta 1as brujas; y billetes un puiiado
el hombre no usa tapujas a1 pobre le h e a obsequiar.
i es caballero baridido,
defendiendo al de:svalido Garras Mujas se marcno
con rev6lver i pu Aal, caminando en lo extraviado,
sin dejarse intimi dar y en un paraje adecuado
61 socorre al aflij ido.
en el suelo se sent6,
Un dia un pobre inquilino el hacendado lleg6
lloraba desesperado, desputs de haberse pagado,
porque lo habia insultado y Garras Mujas a su lado
el patrdn de modo indino; de un salto se coloc6,
le dijo que era un cochino y el dinero le quit6
que no le habia pagado, al rico tan d e ~ p i a d a d o ~ ~ .
4b Cf. LLI Voz del Pueblo. lmprenta Carmen 477, precio 20 centavos, en Coleccidn LENZ
de la Lira Popular. Versos publicados alrededor de 1918.
47 Dantel, E. art. cit., p. 270.
67
vena, titulada .Glorificacibn de Manuel Rodriguez,, , hay una exaltaci6n
del hiroe, a partir del tema que seiialamos. Citamos la cuarteta y dos de
las dkcimas:
dad. Ciriaco Contreras y Pancho Falcato, 10s bandidos mas populares del
siglo XIX, eran priJfundamente religiosos.
- Ciriaco no se desamparaba nunca
de su detente reli:gioso, acostumbraba persignarse y santiguarse, y, en su
. .
guarida, venerabzI una imagen y un escapulario de la Virgen del Perpetuo
S o ~ o r r oPanchc
~ ~ . 3 Falcato era devoto de la Virgen del Carmen, y con su
escapulario y la s,eiial de la cruz, espantaba a1 Diablo, que podria apare-
cerse en la figura de un perro negro. Tenia conciencia, ademas, que Dios
lo protegia visiblr:mente, y que lo salvaba en sus fugas espectaculares, en
la conviccih expresada de que .Dies (que) me quiere para biendO.Cier-
tos simbolos relig,iosos en el bandido permitian que Cste pudiese esquivar
las adversidades (le su peligroso destino. Antonio Acevedo Hernandez en
su drama El Znqui:Zinopresenta la figura de .El Ralo~,el bandido de Lina-
res y Maule en el siglo XIX, que, segdn la leyenda popular, no podia mo-
rir porque una bruja le habia incrustado un crucifijo, entre cuero y carne
68
sobre el pecho. Mariano Latorre nos refiere la religiosidad de otro bandi-
do, llamado <<ElPicoteado>+'. El Huaso Raimundo andaba con seis me-
(Virgen de Lourdes, Virgen del Rosario, Inmaculada Concepcion,
Santo Domingo, San Benito y San Ignacio de Loyola). <<ElRat0 Eloy.
(1896-1941)andaba con escapulario de la Virgen del Carmen y un devocio-
cionario. Con seguridad 10s bandidos sabian de oraciones y conjuros es-
peciales para rezar en 10s momentos de desamparo, implorando la protec-
ci6n de Cristo y de 10s Santos. Cuando fue capturado <<ElNato Eloy., se
le oy6 pronunciar extraiios y peculiares conjuros.
A continuacih vamos a reproducir dos oraciones de 10s antiguos ban-
doleros del P e d que, en muchos aspectos, eran iguales a sus compafieros
, de Chile5*.Estas dos oraciones tienen fragmentos idknticos a un antiguo
conjuro chilero contra el Diablo, conocido en la zona de C a u q u e n e ~ ~ ~ .
La primera es una oraci6n a San Lino, y que, a1 mismo tiempo, pide
la protecci6n de Dios, Cristo, y la Virgen:
Padre mio, Santo Lino: librame de todo mal; de mis enemigos por ser muchos.
La mano de Dios me Ileve; la de la Virgen me guie de nochz y de dia; la de
mi padre San Blas por delante y por detras. iVilgame el poder divino! Y como
todo es verdad, me valga la Santisima Trinidad. No permitas, Seiior, que rnis
enemigos me persigan. Extraviales por caminos desconocidos. C ~ b r e m ebajo
tu sudario. Ampirame bajo tu corona de espinas y dame poder para vencer
a mis enemigos. Am$d4.
I
La segunda es una oraci6n que se lleva junto a1 escapulario del Car-
men, y que invoca al Justo Juez, en una inequivoca referencia a unajusti-
L cia divina, mucho m6s alta, poderosa, y verdadera que la de la tierra:
r Hay leones que vienen contra mi, detingase en si propios, como se detuvo mi
Seiior Justo Juez. Ea, Seiior. A mis enemigos veo venir y tres veces repito:
ojos tengan, no me vean; boca tenga, no me hablen, manos tengan, no me to-
quen; pies tengan, no me alcancen; la sangre les beba y el corazdn les parta.
Por aquella camisa en que tu Santisimo Hijo fue envuelto, me ha de ver libre
de malas lenguas, de prisiones, de hechicerias y maleficios, para lo cual me
encomiendo a todo lo angilico y sacrosanto, y me han de amparar 10s Santos
Evangelios y llegarkis derribados a mi, como el Seiior derribd el dia de Pascua
a sus enemigos. Por la Virgen Maria y la Hostia consagrada, me he de ver libre
de prisiones y no serC herido, ni atropellado, ni mi sangre derramada ni moriri
de muerte repentina. Dios conmigo y yo con El; Dios adelante y yo atr6s. Je-
S l i s , Maria y JO.@.
I'tiago.
Cf. Dantel, E., art. cir., p. 296; Lihn, Enrique (ant.), Diez cuentos de bandidos, San-
1972.
52
Varallanos, Jose, Bandoleros en e/ Peni, Lima, 1937. El Ciriaco Contreras peruano se
;',""OLuis Pardo, quien s610 asaltaba para robar a 10s ricos y socorrer a 10s pobres, ibid., p. 80.
LaVal, Ram6n, Oraciones, ensalmos y conjuros del pueb/o chileno, Santiago, 1910, pp.
93-94.
69
Es interesante destacar la similitud de estas oraciones y conjuros PO-
puiares con la experiencia espiritual de 10s salmos biblicos, del justo per-
seguido y acosado por sus enemigos. Llama la atenci6n tambiCn la centra-
lidad del tema de la Pasi6n de Cristo, y la solicitud de amparo en el Seiior
doliente, en su corona de espinas y su sudario.
El tema del desamparo y la soledad de Cristo en su Pasibn, y la indife-
rencia del pueblo frente al que es condenado injustamente, debe haber 1Ia-
mado la atenci6n del bandido, quien experimentaba en carne propia tales
sentimientos, en sus enfrentamientos con la justicia. Pancho Falcato, que, ,
ademhs de bandido, era un poeta a lo Humano y lo Divino, nos ha dejado
una dCcimas por el Padecimiento de Cristo, cuya cuarteta dice asi:
*
No hay quien a1 caido levante
ni quien la mano le dC
cuando lo ven que ha caido
todos le dan con el pie56.
70
, E ~naturalmente el pueblo, quien pondri mas que nadie todas sus aspiracio-
nes ocultas, sus vagos deseos de redenci6n en este hombre fuera de la ley, per-
seguido por 10s policfas, que representan a 10s poderosos de la tierra y, en el
fondo, protegido por alguna milagrosa manda a un santo o a la Virgen. Asi
el hecho delictuoso se tornari, por un fen6nemo extraordinario de wgestibn,
colectiva, en un hecho santo, en un cas0 de martirologio. El bandido serri de
eSte modo, un intermediario entre el pueblo y el mis all& impreciso y supers-
ticioso. Sobre todo, si cae en el campo acribillado de balas. En el lugar donde
agoniz6 el bandido se pondri una cruz, en torno a la cruz se prenderin velas
todas las noches que un mont6n de ladrillos o algunas hojalatas ahumadas de-
fenderin del viento. Empezari la leyenda en torno al pobrecito, muerto por 10s
pacos. Le robaron su mujer y por eso se hizo bandido. El atacaba siempre a
10s ricos, nunca a 10s pobres, a quienes mis bien llenaba de regalos y de bue-
nas pa la bra^^^..
71
Fue un capitin mui despierto A tiempo de ir a besarlo
I con nadie tuvo alianza, I lprometid de ampararlo
Manej6 mui bien la lanza Hasta que espir6 en la cruz.
con heroism0 altanero;
Y se entr6 de bandolero, Con ira en su gran idea
Dimas por cobrar venganza. Para cumplir su deseo,
En tiempos del Idumeo
Triste i descorazonado Hizo temblar la Judea.
March6 a1 castillo aquel dia, Por Sumarra i Galilea
I lleg6 a la compaiiia Fue harto reconocido
Pronto i entr6 de soldado; Aquel caudillo aguerrido
Por lo diestro y esforzado Por su valentia tanta,
De todos h e distinguido, En toda la tierra santa
Apreciado i mui querido Fue el hombre m8s temido.
Fue CI por ser tan atento,
De pena i de sentimiento A1 fin, al monte de Hebal
Se transform6 en un bandido. L:eg6 i se entr6 a1 castillo,
Tranquilo, humilde i sencillo
Dijo, serC un criminal En el momento casual.
En aquel momento infiero, Sentado estaba formal,
I le pidi6 a un armero Cuando catorce llegaron
Fiado un cortante puiial. Bandidos que alli le hallaron
Tom6 en las sendas del mal Con mucha capacidad;
En sus brazos a Jesiis, De ver su serenidad
El cual le di6 Clara luz La vida le perdonarod2.
P I rlirfnlte A1p
U I Uuu 1
ILU
3 vVLUU,
.
;Aa
~ ~ ~
n iv ~
n fn ~ I P Afc.lt-r
pubub L LP ibibIbiic.ia -a
L L ~ L L ~ulla raf-rarrAn 11 h --A;A-
uauuiuu .7-l-.--on
v a il G l W 3 U
que trae algo del gozo popular, a1 brindar una buena nueva a 10s pt3bres,
y la humillaci6n de 10s grandes de la tierra.
VCase la siguiente referencia de Pancho Falcato en este antiguc aire,
de contenido festivo:
Cuando buscaba Falcato aire, airb, air6,
por antojo de una estrella no sC si me muero yo.
como hombre de buen olfato
me encontrt con esta bella, Hoy que me veo en la buena
y otro trago por Falcato. nada me asusta
que el tenerte y el ponche
Aire, airee, airee, s610 me gustan63.
no s t si me morirk
72
~1 bandido es un homb‘re que comparte 10s gozos y alegrias del pue-
blo. Est0 hace que el Pueblo lo sienta intimamente como suyo, adherido
a sus gustos y regocijos. M[as, a1 mismo tiempo, es un hCroe trigico, que
cornpafieel dolor del puebdo, la mala suerte que lo conduce a un destino
fatal. LOS siguientes versos referidos a1 famoso bandido de Chillh Viejo,
I
57-59.
73
Muri6 Ciriaco Contreras I hacian el desacato
El ladr6n mis afamado Subalterno fue Gaspar Matu
En Chile no se ha encontrado De este dicho mencionado
Otro igual en su carrera. A 10s indios ha dejado
En una suma pobreza
Mui necesario es narrar Otro de mis agudeza
La vida del buen pollino En Chile no se ha encontrado.
Que s61o era su destino
De ocuparse en el robar TambiCn iba a la Arjentina
Se solia remontar Con sus buenos arreadores
Internado a la frontera I ambos 10s tres salteadores
Pasaba la cordillera Ejecutaban la ruina,
Buscando su porvenir Don Ciriaco era la mina
I ahora queda el decir I la guia verdadera
Muri6 Ciriaco Contreras. Arreaba una hacienda entera
De aauel panado mis listo
- 1 -
74