Frustración Escolar
Frustración Escolar
Frustración Escolar
Facultad de educación
ENSAYO:
LA FRUSTRACIÓN ESCOLAR
Dicho tema, es bastante frecuente en la enseñanza primaria, puesto que los niños no suelen
contar con las herramientas necesarias para canalizar sus emociones, y ser más tolerantes
ante las adversidades que se presentan en el camino, provocándose así el gran problema de la
frustración en el aula, la cual puede desencadenar dificultades singulares en el individuo (si
ésta no es atendida a un debido tiempo), como también dificultades grupales, al convertirse en
motivo de distracción e impedimento de un desarrollo normal de la clase.
Para abarcar este tema desde su raíz, se expondrán las investigaciones y perspectivas de
pedagogas, psicopedagogas, y demás profesionales acordes, que, tanto de forma individual
como en conjunto, otorgan sus visiones argumentadas ante esta problemática, basándose en
casos puntuales o en fuentes que validan sus aportes. Esto se llevará a cabo, con la finalidad
de otorgar respuestas a interrogantes tales como: ¿Qué es la frustración escolar? ¿Por qué es
considerada una problemática educativa? ¿De qué manera se manifiesta la frustración en
los/las estudiantes?, ¿Cuáles son las causas de la frustración escolar?, y ¿Qué medidas o
estrategias es posible utilizar para resolver dicho problema?, para de esta forma, a partir de las
respuestas que se obtengan dilucidar los aspectos relevantes del tema en cuestión, y adquirir
los fundamentos necesarios que den validez a la afirmación que se busca desarrollar, siendo
ésta, que la frustración escolar es una problemática educativa de carácter solucionable.
¿Qué es la frustración escolar?
Una de las problemáticas educativas que se encuentra más presente en las clases, dado que
se manifiesta en diferentes etapas y de diversos modos, es la frustración escolar, la cual
implica un desorden en la estructura y organización de la clase. En el texto ‘’la frustración en la
etapa de educación infantil’’ Rebeca Rodríguez cita a la pedagoga Baum, autora de ¡Lo quiero
ahora! (2004) quién se refiere a este concepto de la siguiente forma: “la frustración en los niños
es una actitud que tiene lugar cuando éstos no ven cumplido un deseo o una petición. Esta
frustración los lleva a sentirse tristes, enfadados o ansiosos.” (p.20), dicha definición permite
dilucidar dos aspectos muy importantes, siendo estos la naturaleza del tema en cuestión y sus
implicancias o manifestaciones.
Como se ha mencionado con anterioridad, los escolares expresan dicha frustración a través de
la tristeza o el enfado, no obstante, estos sentimientos pueden desencadenar situaciones aún
más complejas, tales como las mencionadas por Antonio Ortuño en El manual para el alumno o
alumna (2016), donde indica que la baja tolerancia a la frustración puede conllevar: Ansiedad
(al sobredimensionar amenazas y no poder afrontar éstas adecuadamente), Cambios
inexplicables de objetivos (al evitar aquello que exija un mínimo de esfuerzo, y crean imposible
de atender), y Procesos internos de justificación y autoengaño (reinventándose vivencias que
se ajusten a sus deseos).
Los aspectos señalados, pueden provocar circunstancias graves en la vida de los niños, en
caso de que éstas se prolonguen en el tiempo, ya que si bien se presentan en una determinada
etapa -lo cual es considerado normal-, es importante manejarlas adecuadamente para que el
sujeto que expresa frustración, sea capaz de regular sus emociones y recuperar aquel
equilibrio sin mayor inconveniente. Es fundamental señalar que su importancia radica en que la
frustración no perjudica únicamente al individuo que la expresa, sino que es una problemática
educativa que afecta también al entorno en el que esta respuesta emocional negativa se lleva a
cabo.
Tal y como lo plantea MINEDUC (2009), se entiende por problema ‘’cualquier situación que
surge de manera imprevista en el desarrollo de un proyecto –ya sea en una actividad general o
tarea puntual– y que provoca un entorpecimiento o detención parcial o total en su
implementación, dificultando o impidiendo que se cumplan los objetivos, actividades o tareas
planificadas.”, esto aplicado al ámbito educativo es posible visualizarlo en las instancias en las
que el proceso educativo se ve interrumpido por diversas situaciones cotidianas, tales como la
falta de disciplina, peleas entre estudiantes, el bullying, entre muchas otras que se vivencian
cada día, y perjudican el desarrollo normal del proceso de enseñanza - aprendizaje.
Causas de la frustración
La psicóloga infantil y autora de libros acerca de la crianza Penélope Leach (2015), hace
mención de cuatro causas que pueden ocasionar la frustración en los escolares, siendo estas:
la frustración causa por los adultos, frustración causada por otros niños, frustración causada
por objetos, y frustración causada por su propio cuerpo y su tamaño. Dicha contribución,
permite abarcar la problemática desde diferentes perspectivas, y de esta forma entender las
razones por las cuales el niño pueda estar manifestando dichas actitudes de frustración, e idear
un plan de acción en base a ello.
Con respecto, a la frustración causada por adultos, la autora indica que ésta suele llevarse a
cabo, cuando los niños se ven apresurados o forzados a hacer cosas, sintiendo una obligación
innecesaria que limita su diario vivir. Es ante esto, que los padres deben actuar de forma rápida
y convincente, respetando las emociones que los niños manifiesten y ayudándolos a
sobrellevar la situación, en lugar de regañarlos, puesto que esto último no otorgará una
solución, y desencadenará que el problema persista en otros contextos.
En cuanto al segundo punto señalado, siendo éste la frustración causada por otros niños, se
indica que suele ocurrir dado que en la etapa infantil no suelen tener sus habilidades sociales
desarrolladas, provocándose así problemas en la comunicación que mantienen entre ellos, lo
cual se traduce en situaciones como: peleas por desear un mismo juguete, herirse con
comentarios sin meditar su relevancia, entre otras, ante las cuales el adulto debe intervenir,
explicándoles aquellas situaciones para ayudarlos a enfrentarlas y aminorar aquel sentimiento
de frustración.
La frustración causada por objetos, se señala como un problema referente al escaso manejo
del niño con diversos artículos, en dónde se ve frustrado al considerar muy difícil la utilización
de algunos de ellos, o porque estos no son ideados para los fines que esperan. Tal y como en
los casos anteriores, es importante que un adulto intervenga en estas situaciones, guiando al
niño en el correcto uso del objeto implicado, y otorgando explicaciones ante las dudas que ellos
manifiesten, puesto que dejarlos solos con este tipo de situaciones sólo logrará mantenerlos
estancados en ese sentimiento, y no dará paso a que logren aprender de los errores y
posteriormente tengan éxito.
Por último, Leach hace referencia a la frustración causada por su propio cuerpo y su tamaño,
señalando que estos se ven frustrados al no poder manipular artículos específicos por no
poseer las características necesarias para ello, ya sea porque no cuentan con la fuerza
suficiente o el tamaño apto para alcanzar lo que desean. Estas situaciones son recurrentes
cuando tienen a su disposición muchos elementos que no son adecuados para su edad, es por
esto, que lo ideal sería que mantengan a su alcance solamente ciertos juguetes (según la edad
que tengan), y así no vean la necesidad de acceder a aquellos que no les competen. Sin
embargo, esta circunstancia no puede ser siempre prevenida, por lo que es fundamental, que
los adultos supervisen el área y en caso de que los niños expresen frustración por un tema
similar, dialoguen con ellos (quitarle el objeto y netamente prohibírselo no será la solución).
Como se ha podido visualizar, son vastas las causas que pueden originar la frustración en los
niños, por lo que es necesario mantenerse al tanto de cada circunstancia, y encontrar la
manera más adecuada de dar respuesta a ellas. Enfrentar de forma errónea estos episodios,
podría simplemente aumentar este tipo de reacciones, y ocasionar mayores problemas en
diferentes contextos, es por esto, que tanto los padres, como los profesores (quienes también
están gran parte del tiempo con los niños) deben conocer y aplicar estrategias que permitan
solventar tal problemática de la forma más apta.
La psicóloga y pedagoga Celia Rodríguez Ruiz (2018), indica que las frustraciones son algo
normal y necesario en los niños, señalando que ‘’Si evitamos a nuestros niños y niñas las
frustraciones, llegará un día irremediablemente en el que tendrán que enfrentarse a esto y no
podrán hacerlo porque no tendrán los recursos emocionales para ello.’’, sin embargo, es
importante que no se estimen como naturales y no se intervenga al respecto, sino que sean
tratadas como parte de un proceso, en el cual un adulto responsable debe manejarlas
correctamente, ayudando a afrontar y superar dichas situaciones.
Ante esto, Celia propone 7 pautas para evitar el fracaso y la frustración en niños, siendo estas
las siguientes:
1. Cambiar la manera de ver los fracasos: ayudar a los niños a que no vean dicha
situación como algo negativo, sino como una oportunidad de aprender de una
equivocación para que ésta no se repita.
2. Haz que haga las cosas por sí mismo: instando al niño para que realice las actividades
sólo, de modo tal que entienda los errores que comete pueden ser solucionados por él
mismo.
3. Enséñale que en toda situación de fracaso puede haber algo positivo: es importante
ayudar al niño, para que se enfoque más en la contribución positiva del hecho, que en la
consecuencia negativa, puesto que al entender que de toda situación se adquiere un
aprendizaje estará creciendo como persona.
4. No refuerces la rabia como respuesta a la frustración: lo cual implica no ceder a las
rabietas del niño, puesto que esto sólo reforzará una actitud negativa, haciéndole creer
que a través de ella dará solución a su problema.
5. Haz de ejemplo para los niños y niñas: entendiendo que los niños imitan lo que ven, es
sumamente importante actuar como un modelo de conducta, para que puedan guiar sus
acciones y enfrentar de mejor manera las situaciones que se presenten.
6. Educa en el esfuerzo, pero marcando objetivos razonables: esto para que los niños
vean en el esfuerzo una solución a sus fracasos, lo cual es posible lograr otorgándoles
objetivos con un nivel de exigencia acorde a su edad.
7. Razona con él sobre sus errores y fracasos: es fundamental que el niño comprenda a
fondo la situación, entendiendo que ha salido mal y así cambiar su forma de actuar.
Aunque la frustración escolar sea un tema difícil, que se presenta en una gran variedad de
casos, actuar correctamente ante dichos episodios puede ser la solución, por lo que es
fundamental conocer las causas de las situaciones que provocan dicho problema y poner en
acción una estrategia acorde, siendo importante la intervención consciente y adecuada de un
adulto responsable.
Conclusión
Si bien, es importante que este tema sea tratado en la familia (dado que es el lugar en el cual
los niños están la mayor parte del tiempo), muchas veces los padres no cuentan con la
información o las herramientas necesarias para atender dichos episodios de frustración, lo cual
desencadena la manifestación de aquellos comportamientos en diversos espacios públicos,
siendo uno de los más habituales: El colegio. Es aquí, donde los docentes cumplen un rol
fundamental, dado que el correcto manejo de estas situaciones puede beneficiar
inmensamente en dos aspectos fundamentales, siendo estos: la superación y progreso del niño
afectado, y el control de la clase en general, puesto que por una parte, mediante el método
adecuado se ayudará a controlar las emociones del niño, y por otra, la situación que se lleve a
cabo no afectará de gran manera al resto del salón, convirtiéndose en una problemática
educativa de mediana intensidad, y considerablemente solucionable.
Evidentemente, las clases no pueden estar exentas de problemáticas educativas, puesto que
éstas se ocasionan por múltiples factores, sin embargo, una correcta acción docente es la clave
para dar solución a éstas, aunque no siempre sean inmediatas, lo importante es la detección de
las estrategias más óptimas para lograr avances y mejoras en aquellas situaciones. En cuanto
a la frustración escolar, se ha hecho evidente que es una problemática habitual y prácticamente
innegable, dado que los niños la expresan en determinada etapa, sin embargo, está en las
manos del profesor seleccionar las pautas adecuadas para solventar aquellos casos, tal y como
las expuestas anteriormente, dónde citando a Cecilia Rodríguez Ruiz se hizo mención de
métodos importantes para responder a estos episodios.
Es importante destacar, que si bien, se han planteado causas y métodos para tratar la
problemática, esto corresponde sólo a una mínima recopilación de información, puesto que las
fuentes disponibles son aún más vastas, lo que nos conduce a la idea de que un profesor
investigador es aquel que otorga solución a este tipo de situaciones disruptivas, dado que, al no
encontrar la respuesta en un autor, la busca en otro, y así sucesivamente. Lo principal es
siempre indagar, poniendo en práctica los conocimientos adquiridos y actualizándose siempre
para dar respuesta a las necesidades que se presenten.
A mi parecer, poseer estas herramientas es una parte fundamental del quehacer docente,
puesto que tal y como se expresa en el criterio A2 del Dominio A del Marco para la buena
enseñanza (2018), es primordial que el docente conozca las características de los estudiantes
para incorporar éstas en el proceso de enseñanza aprendizaje, porque sólo al comprender las
singularidades de los alumnos, se podrá dar solución a problemáticas educativas como las
analizadas en este escrito.
Considerando esto, es importante afirmar que sí, la frustración escolar sí es una problemática
educativa solucionable, siempre y cuando el docente actúe de acuerdo al MBE, conociendo las
características de los estudiantes, y manteniéndose actualizado de forma constante. Cada
situación disruptiva puede ser enfrentada con diversos métodos, los cuales se aplican según el
contexto y la persona, y es ante esto que el profesor haciendo uso de sus conocimientos y
herramientas, debe optar por las decisiones adecuadas para solucionar dicho problema en el
niño, y lograr que el transcurso de la clase se pueda llevar a cabo con normalidad,
consiguiendo al fin reducir la repercusión de la problemática educativa que se efectúe.
Bibliografía
- Hurtado, M., De la cruz, P., Robles, X. (2015). Manejo de frustración en niños. México:
Instituto educativo humanitas.
- Vergara, C. (2017) Piaget y las cuatro etapas del desarrollo cognitivo. Actualidad en
psicología. Recuperado de: https://www.actualidadenpsicologia.com/piaget-cuatro-
etapas-desarrollo-cognitivo/