Roca - Desarrollo Del Aprendizaje de La Escritura PDF
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En este artículo se pasa el énfasis de los alumnos con
discapacidad desde su limitación a su proceso de construcción y
desarrollo, analizando desde ahí muchas de las estrtegias de tareas
y destrezas y sus efectos, con frecuencia negativos, apoyándose por
el contrario en su proceso de construcción y viendo sus errores
como mecanismos constructivos en la Zona de Desarrollo
Próximo hacia formas progresivamente más elaboradas de
escritura. El artículo, aún siguiendo el hilo expositivo de una
investigación, ofrece un modelo alternativo claro para el diseño
didáctico.
INTRODUCCION
Objetivo
El objetivo de este estudio ha consistido en la comprobación de si las etapas
del proceso de adquisición del sistema alfabético notacional, en muestras am-
plias de población, descritas por las autoras antes mencionadas, serviría para
comprender las escrituras de estos alumnos y alumnas con diversas deficiencias
o alteraciones en su escolaridad y si la sucesión de tales etapas serviría también
para describir un proceso de adquisición del sistema alfabético en ellos.
En este sentido, cabría considerar que tanto la lectura como la escritura son
dos actividades de uso del sistema antes mencionado y que no se identifica la
primera con desciframiento ni la segunda con copia de un modelo.
Desde esta perspectiva psicogenética, los criterios de evaluación de las es-
crituras no se referirán solamente a la escritura alfabética convencional. Serán
también tenidos en cuenta los conocimientos que muestra el niño sobre ésta en
momentos anteriores al uso del sistema de forma convencional y el tipo de pro-
greso que se va definiendo. La escritura y la lectura alfabéticas serán el final
de un largo proceso y no su comienzo.
Desde que el niño y la niña no conocen nada acerca de la escritura hasta
que la usan de forma convencional se ha podido categorizar el desempeño en
la producción escrita en diferentes etapas (Ferreiro y Teberosky, 1979; Ferreiro
y Gómez Palacio, 1982; Tolchinsky y Levin, 1982; Teberosky y Bellés, 1984, etc.).
Presentamos una síntesis en estos niveles (Teberosky, 1989):
a) escrituras presilábicas
a.1)escrituras indiferenciadas. Igual serie de grafías cualquiera que sea el enun-
ciado que el niño se propone escribir. Las grafías pueden ser convencionales,
seudoconvencionales o garabatos.
a.2) escrituras diferenciadas: a enunciados significativamente diferentes co-
rresponden series gráficas diferentes. Dos objetos o estímulos diferentes no pue-
den ser representados de la misma manera. La diferenciación se realiza por
variaciones en el repertorio, la cantidad y la posición de las grafías. En ,estas
variaciones suele influir el recuerdo de algún modelo de escritura.
b) escrituras silábicas: la representación gráfica se pone en correspondencia
con la sonoridad del enunciado. Esta relación no es la convenionalmente espe-
rada, se trata de una correspondencia en que la sílaba es la unidad del análisis
sonoro que se hará corresponder a una unidad gráfica, habitualmente una letra
(primero vocales y luego consonantes). Paulatinamente, se va adquiriendo una
correspondencia de tipo cualitativo en la que determinadas letras y no otras «va-
len» para determinadas sílabas, usando así las letras con el valor sonoro conven-
cional.
c) escrituras alfabéticas: la correspondencia que se establece entre el enun-
ciado y la producción gráfica sigue a través del análisis sonoro del enunciado
pero esta vez la unidad es ya el sonido. La correspondencia es de tipo alfabético
(sonido-grafía) y habitualmente se apoya en el valor sonoro convencional. •
En el transcurso de este aprendizaje el niño desarrolla unas exigencias que
usa para interpretar y escribir. Se trata de la exigencia de una cantidad mínima
de grafismos para que algo escrito pueda ser interpretable, y la exigencia de va-
riedad gráfica interna en dos grafismos seguidos para que pueda «decir» algo. Se-
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gún el nivel de desempeño en el que se encuentre resolverá de una forma u otra
los conflictos que le provoquen tales exigencias.
Condiciones de escolarización
Todos ellos están escolarizados en escuelas públicas ordinarias, y en situa-
ción de enseñanza-aprendizaje de la lectoescritura correspondiente a niveles de
parvulario y ciclo inicial. Todos ellos son considerados alumnos con necesida-
des educativas específicas y especiales, sean cuales fueran las enfermedades, los
transtornos o circunstancias que haya provocado tal consideración. Se encuen-
tran integrados o en el aula ordinaria (aula común) o en la escuela común.
El método de enseñanza de la lecto-escritura que se aplicaba —tanto en el
aula común como en el aula de educación especial— era mayoritariamente un
método de tipo fonético (presentación y ejercitación progresiva de cada una de
las asociaciones grafía-sonido a partir de las palabras que sólo contengan las
letras presentadas hasta el momento y de una correcta pronunciación de los so-
nidos). Se acompañaba de la estimulación de habilidades supuestamente prepa-
ratorias de la madurez para tal aprendizaje (orientación espacial, organización
perceptiva, atención, memoria, reproducción de estructuras rítmicas, grafomo-
tricidad, etc.). Estas habilidades preparatorias son recomendadas por numero-
sos textos de ejercicios, tal como se encuentran en el mercado, para alumnos
con dificultades en la lectoescritura, con el objetivo de corregir sus errores e
incluso para prevenirlos.
Desde el inicio de nuestro estudio —y solamente en el aula de educación
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TABLA
especial— todos ellos pasan paulatinamente a ser enseñados con criterios peda-
gógicos basados en un enfoque psicolingüístico y constructivista y teniendo en
cuenta los sistemas de desarrollo de la escritura propios del niño (siguiendo la
propuesta de Teberosky, 1982, 1984, y Teberosky y colaboradoras, 1987, 1989).
Entre otros, los principales criterios en que nos basamos son: partir de los co-
nocimientos, hipótesis e informaciones del alumnado, uso de textos escolares
(cuento, poesía, etc.) y no escolares (listas de compra, otras listas, carteles, logo-
tipos, comics, notas, etc.) en sus funciones correspondientes y con sus aporta-
ciones habituales, y facilitar al alumnado la ejercitación y contraste de sus propias
hipótesis (actividades de escritura de nombres y textos sin modelo desde los
inicios de su aprendizaje). Tanto la lectura como la escritura han sido objeto
de enseñanza, y además de forma simultánea como usos complementarios que
son. En el aula común siguieron en un principio con el método y enfoque antes
mencionado. Al cabo de unos años del inicio de este trabajo en el aula de edu-
cación especial, algunas aulas ordinarias —en ciclos— iniciaron la aplicación
de un enfoque constructivista.
La prueba de evaluación
En cada curso escolar suelen realizarse tres pruebas de escritura, general-
mente al principio del primer trimestre, a principios del segundo trimestre y
al final del curso. Los datos para este estudio han sido recogidos de esta tarea
de evaluación continuada que realizaban las maestras y la asesora piscopedagógica.
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La prueba de escritura trata de un dictado de cuatro palabras (con diferen-
tes números de silabas: mono, bi, tri y letrasilabas) y una frase, en el marco de
una entrevista semiestructurada, en la que la niña o el niño escriben sin modelo
las palabras que el entrevistador sugiere. Se han usado los protocolos y las plan-
tillas de evaluación de la prueba F/T (Roca Cortés, 1986), material elaborado
y validado a partir de la sistematización de las situaciones experimentales usa-
das por Ferreiro y colaboradores en sus investigaciones.
El paso de la prueba es individual. En la entrevista y el registro, a diferencia
de otras pruebas de escritura, se incluyen las vocalizaciones y todos los enun-
ciados verbales que el sujeto emite antes y mientras escribe (tanto si se refieren
a la palabra a escribir, a preguntas acerca de la escritura o del acto de escribir,
como a comentarios sobre las grafías, sobre sus posibilidades, etc.), el repaso
de su propia producción y al final se le pide la interpretación (qué has escrito?)
y señalamiento (adónde lo has escrito?) de su producción escrita.
Resultados
Siguiendo la misma descripción de niveles de Teberosky (1989), veamos al-
gunos ejemplos del desempeño en la escritura de los sujetos de la muestra es-
tudiada:
a) escrituras presilábicas:
a.1) escrituras indiferenciadas: ver figura 1, de la sujeto 1 (retraso mental leve,
hemiparesia y transtornos del lenguaje), escrito a los 7 arios y 11 meses. La es-
critura de la palabra viernes y su propio nombre es copia (escritura con mode-
lo), el resto es escritura al dictado (sin modelo).
FIGURA 1
canica
barco
bicicleta
tren
FIGURA 2
1\kJÍ1, ardilla
león
serpiente
pez
DIA)
Sujeto 5, 5 años y 5 meses
ESCRITURA DIFERENCIADA
FIGURA 3
cotxe
tren
pilota
bicicleta
pilota
cotxe, «osha»
bicicleta
A? dg
tren
«bi-cie-ta»
Sujeto 3, 9 años.
ESCRITURA SILABICA
CON Valor Sonoro Convencional
FIGURA 5
canica
bicicleta
«bisiqueta»
barco, «baco»
tren, «ten»
ardilla, «adiya»
serpiente
«efeiente, fepiente»
león, «eón»
pez, «pes»
La sujeto 1, en esta ocasión, nos expone claramente sus dudas. Este fenóme-
no se observa también en las palabras canica, barco y pez. A medida que aumenta
el dominio de la correspondencia alfabética, controla paulatinamente la posi-
ción de las letras (ver figura 9). Este fenómeno evolutivo también aparece en
muestras amplias de población (ob. cit.).
La siguiente producción es del sujeto 7, afectado de parálisis cerebral no puede
mover ni manos ni dedos, tampoco habla, y sólo emite sonidos inidentificables,
su audición no padece deficiencias. A sus 11 años y 8 meses, es el tercer curso
que está en proceso de enseñanza —aprendizaje del lenguaje escrito, y escribe
con el procedimiento que llamamos «escriba maquinizada» (con las letras de com-
poner a vista del alumno, la profesional las va colocando— sobre una tabla, se-
gún órdenes de éste comunicadas a través de signos no vocálicos). Algunas
palabras han sido enunciadas por la profesional más de una vez, ya que puede
tardar de 3 a 4 minutos en escribir una sola palabra.
pelota PELOTA bicicleta VISA
coche COHKE tren TEA
las niñas juegan con el tren A NA JEGACONT
Se trata de una ESCRITURA casi ALFABETICA
d) escrituras alfabéticas: ver figura 6, escritura de la sujeto 1 a los 10 arios
y 10 meses (3 años y 3 meses después de las escrituras de la figura 1), entre
comillas se encuentra la palabra tal cual la pronuncia ella. Y la figura 10, de
la sujeto 2, a los 10 arios y 8 meses, escritura con imagen.
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FIGURA 6
pilota
C t4 7 os.
cotxe, «cotxa»
AI.:1 c. r e r„, #
bicicleta
«bisiteca»
tren, «ten»
esquirol, «astico»
papallona
«palalona»
tigre, «tigue»
Rosa, «Dosa»
ESCRITURA ALFABETICA
CONCLUSIONES
TABLA II
parálisis cerebral
Alteración de la escolaridad
Algunas peculiaridades
Presentan transtornos:
Transtornos en la pronunciación y la estructuración
No presenta transtornos:
bastante más largo que el que generalmente emplean alumnos y alumnas sin di-
ficultades. Es de notar que aquellos alumnos con retraso mental límite han em-
pleado menos tiempo que los alumnos con retraso mental leve (ver edades en
tabla I). Las imposibilidades motrices, las deficiencias en la abstracción, etc.
son motivo de este enlentecimiento. No sabemos cómo incide este factor tiem-
po en la cantidad y calidad del proceso y en su resultado final.
B. En otro orden de cosas, cabría decir que la adquisición de la correspon-
dencia cualitativa ha sido también posterior, en el tiempo, a la cuantitativa. Pe-
ro este desfase parece haber sido mayor en sujetos con retraso mental leve
acompañado de alteraciones lingüísticas en la pronunciación y la estructuración
(Sujetos. 1 y 3).
Los resultados aportados hasta el momento suponen una primera aproxima-
ción a la aplicación de esta perspectiva a alumnos con discapacidades. Tal vez
un estudio a la vez más específico y amplio permitiría la identificación (si se
dan) de algunos comportamientos pecualiares y/o exclusivos favorecidos por un
perfil diferenciado de combinación de capacidades y discapacidades de los su-
jetos. Este ha sido el objetivo de Bellés (1989) en su estudio de la adquisición
del sistema notacional alfabético en niños sordos.
Por la evolución y los resultados de los sujetos del estudio, podemos esbozar
qué relaciones se dan (tal como las entenderíamos desde este enfoque) entre ca-
racterísticas de las discapacidades y el proceso de adquisición de la escritura:
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1. Las deficiencias motrices interfieren en la plasmación gráfica del producto
escrito y en la cantidad de posibilidades de ejecución, pero no impiden el apren-
dizaje del sistema de escritura. Debidamente compensadas por letras de com-
poner, máquinas de escribir o por escribas maquinizadas, estos alumnos han
podido realizar producciones de niveles más elevados que trabajando con su pro-
pia mano, o si no podían mover sus manos han tenido ocasión de aprender a
escribir (Sujetos 1, 6 y 7).
2. en cuanto a las alteraciones lingüísticas.
a) Las dificultades de pronunciación (entendiendo los déficits de articulación)
no han sido un obstáculo para llegar al uso del sistema alfabético de correspon-
dencia sonora, en su aspecto de correspondencia cuantitativa. Tampoco ha sido
un grave obstáculo para la consecución de la correspondencia cualitativa, es de-
cir, atribuir el valor sonoro convencional a la letra según el fonema pronuncia-
do, a pesar de necesitar más tiempo aquellos sujetos que presentaban ambas
dificultades, la de pronunciación y las de categorización (con similares resulta-
dos se ha encontrado Bellés, en su estudio con niños sordos). Se ha alcanzado
paulatinamente la correspondencia alfabética, a medida que el análisis sonoro
del enunciado ha sido más fino. Y ello también ha ocurrido en el caso del sujeto
7, que no habla por imposibilidad motriz, aunque oye perfectamente. La dif
cultad real encontrada es que escriben tal cual ellos pronuncian (en ,e1 caso del
sujeto 7 suponemos que es tal como rememora).
Así pues, el problema radica en la comunicabilidad de sus escritos (más que
en no conocer la correspondencia alfabética sonorá convencional), en tanto que
las palabras tal cual están escritas («arilla» por ardilla, «reinte» por serpiente,
etc.) no tienen significados socialmente compartidos.
En este sentido hemos observado en ellos un esfuerzo consciente y adicio-
nal en pronunciar según el uso socialmente correcto, o ensayar variaciones en
la pronunciación mientras están escribiendo (también cuando leen; no obstan-
te, este aspecto merece consideración aparte). Pero este comportamiento sola-
mente se ha observado cuando- el sujeto está usando la hipótesis alfábética
(ejemplo de la segunda escritura del sujeto 6,). Ello puede ser explicado desde
dos vertientes: desde la interpretación de la evolución de los niveles, en tanto
que en etapas anteriores no se ha establecido aún una correspondencia sonora
alfabética que afecta a la precisión fonética; y desde la interacción social insti-
tucional, el adulto y los demás compañeros informan de la norma: hay una ma-
nera de pronunciar un significado y no otra.
Debido a la toma de conciencia del aspecto fonológico que supone este ni-
vel, podemos pensar que se trata de un momento especialmente idóneo para
los tratamientos foniátricos.
b) Las dificultades de categorización y estructuración del lenguaje (concor-
dancias incorrectas, omisión de nexos, etc.) se ven siempre reflejadas en sus com-
posiciones escritas espontáneas y, por tanto, pueden ser más o menos
comunicables.
c) En algunos alumnos creemos se han dado, con bastante claridad, las con-
diciones de pobreza en su experiencia social interactiva con el lenguaje escrito (des-
crito por varios autores, entre ellos G. Wells, 1988): al sujeto 6 (parálisis cerebral),
se le había enseñado, en tres años, solamente las pocas palabras que tienen las
vocales y las consonantes p, 1, m, n; al sujeto 8 no le suponemos contacto activo
alguno, por pertenecer a una cultura tradicionalmente oral, vivir en el campo
y no haber estado nunca escolarizado. En ellos hemos podido comprobar la im-
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portancia de este factor en el desempeño en la escritura y las peculiaridades
de su producción, en tanto que la evolución del aprendizaje de estos alumnos
ha sido muy rápida desde el momento que inciaron el trabajo con nosotras y
por otra parte no presentan deficiencias mentales.
IMPLICACIONES
Con la cautela necesaria derivada de las características metodológicas de es-
te estudio, los datos empíricos aportados con sus conclusiones abren preguntas
y suscitan revisiones de conceptos y prácticas de diagnóstico y enseñanza espe-
cial a la vez que propuestas alternativas, que intentaremos esbozar aquí.
FIGURA 7
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Resumen: Exponemos en este artículo cómo las producciones escritas de alumnos con di-
versas discapacidades (parálisis cerebral, deficiencia mental, retraso mental límite, etc.) o
alteraciones de su escolaridad también pueden ser entendidas desde la descripción de ni-
veles realizada en alumnos de amplia población. Siendo ello así, se nos permite compren-
der escrituras no convencionales hasta el momento tratadas como síntoma de transtorno
o dificultad en la escritura y, por tanto, revisar y redefinir algunos criterios psicopedagógi-
cos al uso en educación especial. Los «errores» de la escritura pueden ser avances (cons-
trucciones evolutivas). El trabajo previo con habilidades «prerrequisitas» no ayudaría al
desarrollo de la escritura sino que lo retrasaría. Se matizan algunos efectos de los transtor-
nos de lenguaje en el aprendizaje de la escritura. De individualizar y parcializar como es-
trategias de adaptación se propone la adecuación cognitiva. Se alerta sobre el
empobrecimiento excesivo que algunas prácticas derivadas de tales criterios provocan en
los entornos de enseñanza de este tipo de alumnado, consiguiendo efectos contrarios a los
propuestos. Se propone una evaluación que al permitir conocer lo que ya saben se pueda
plantear una enseñanza que vaya más allá de lo que ya saben, también para los alumnos
y alumnas discapacitados.
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