Memoria y Literatura en Sandor Marai
Memoria y Literatura en Sandor Marai
Memoria y Literatura en Sandor Marai
Filósofo
Director:
AUTOR
LILIANA ACOSTA SALAZAR∗∗
PALABRAS CLAVES
Memoria, Recuerdo, olvido, vida, verdad, verosimilitud.
RESUMEN
La memoria es una noción que ha estado de diversas maneras dentro del pensamiento
filosófico y las obras literarias, sin embargo en la mayoría de casos no se le ha prestado la
suficiente atención. Por esta razón, en la presente disertación empiezo por indagar los
aspectos más relevantes que definen y conceptualizan la memoria, para considerar que
vivimos en un constante movimiento donde el presente se desvanece con el correr del
tiempo y sus huellas desparecen en el silencio del olvido.
Con esto en mente, se debe tener en cuenta que la memoria seguida del conocimiento, se
presenta como una forma de superar la efímera temporalidad de la existencia; porque ésta
no sólo es una facultad que almacena información, también crea y constituye una estructura
de la vida de cada hombre; el conocimiento, por su parte, es el que permite tomar
conciencia de las experiencias de la vida, entendiéndose conciencia como una forma de
saber dar cuenta de algo, de un objeto, una cualidad, una situación o hechos particulares de
la vida exterior. En tal sentido la memoria permite recobrar “desde nuestra instantánea
mismidad”, todos los momentos que han capturado nuestro sentidos e incluso las
experiencias en apariencia ya olvidadas.
Como resultado del trabajo realizado el contenido ha quedado dividido en cuatro capítulos
desarrollados dentro del marco del diálogo filosofía y literatura: I. La verdad de la filosofía
frente a lo verosímil de la literatura, II. Hacia una conceptualización de la memoria a través
del pensamiento griego, III. La manifestación de la memoria en El último encuentro de
Sándor Márai y finalmente, IV. La reconstrucción de la vida del general a través de la
memoria en El último encuentro.
∗
Monografía de Grado.
∗∗
Facultad de Ciencias Humanas. Escuela de Filosofía. Judith Nieto López.
TITLE
AUTHOR
KEY WORDS
Memory, Remind, oblivion, life, truth, likeliness
ABSTRACT
Memory is a notion that has been in various ways inside philosophical thinking and literature,
however, it hasn’t been studied with enough thoughtfulness. Therefore, in the present
dissertation, I start to investigate the most relAevant aspects that define memory to consider
the constant movement that we live into, were present vanishes with the running time and his
traces go away with the silence of oblivion.
With this idea, we have to keep in mind that memory follow by knowledge, its presented as a
way to go over the ephemeral temporality of existence; because this is not just a faculty to
keep information, it is also creative part of an structure of every men’s life. Knowledge, by its
side, is what allows being conscience of life experiences, understanding conscience as a way
to know to report something, of an objet, a quality, a situation or particular facts of outer life.
In this sense, memory lets to recover “since our instantaneous mismidad”, every moment that
has been picked up by our senses and even the experiences apparently already forgotten.
As a result of the work done, the contended has been divided in four chapters developed
inside the talking frame of philosophy and literature: I. the truth of philosophy in front of
literature likeliness, II. Towards a memory conceptualization of memory though Greek
thinking, III. Demonstration of memory in the novel El último encuentro de Sándor Márai and
finally, IV. The reconstruction of the General’s life trough the memory in El último encuentro.
∗
Degree monograph.
∗∗
Facultad of Human. Sciences.Philosophy School.Director. Judtih Nieto López.
CONTENIDO
INTRODUCCIÓN 7
CONCLUSIONES 65
BIBLIOGRAFIA 66
INTRODUCCIÓN
Con esto en mente, se debe tener en cuenta que la memoria seguida del
conocimiento, se presenta como una forma de superar la efímera
temporalidad de la existencia; porque ésta no sólo es una facultad que
almacena información, también crea y constituye una estructura de la vida
de cada hombre; el conocimiento, por su parte, es el que permite tomar
conciencia de las experiencias de la vida, entendiéndose conciencia como
una forma de saber dar cuenta de algo, de un objeto, una cualidad, una
situación o hechos particulares de la vida exterior. En tal sentido la memoria
permite recobrar “desde nuestra instantánea mismidad”, todos los momentos
que han capturado nuestro sentidos e incluso las experiencias en apariencia
ya olvidadas.
7
resulta muy interesante y más en la actualidad donde vivimos en medio de
una creciente presencia del olvido, pues la trasformación social, los cambios
culturales y los avances tecnológicos brindan comodidad y
“despreocupación” pero a la vez impiden que se recojan los recuerdos,
“apagan” la memoria. Porque el presente siglo, continuación del anterior en
sus afanes, progresos y vicisitudes, se ve afectado por el “fenómeno
contemporáneo de la desmemoria", del creciente olvido. Es por ello que es
necesario emprender un viaje hacia el pasado y descubrirnos en él a
través del recuerdo; recuerdo que al revivir conduce a la reconstrucción de la
memoria, pues la evocación de los hechos pretéritos que se da mediante el
ejercicio de la memoria es la razón de ser de toda vida. No hay nada fuera
del recuerdo.
8
1. LA VERDAD DE LA FILOSOFÍA FRENTE A LO VEROSÍMIL DE LA
LITERATURA
9
Es así como Platón, en su discurso filosófico presenta un sistema de defensa
de la oralidad, considerándola esencial para la comunicación y el
aprendizaje; a la vez, inicia una implacable condena contra la poesía, por ser
ésta imitación de la apariencia y no de la realidad, por estar lejos de la
verdad. Del mismo modo, el rechazo de Platón frente a la escritura resulta
paradójico al elegir el diálogo como su más fuerte medio de comunicación,
siendo este último una forma velada de aceptación de la misma.
Con todo, Platón se inclina por el diálogo, y así deja ver implícitamente la
paradoja de su escritura; lo muestra como una forma de comunicación y un
método para hacer filosofía, a la que no accede ningún arte como la
escritura o el discurso retórico de los poetas. Pues, para Platón el auténtico
valor de la filosofía reside en la interacción maestro y discípulo; cuyo método
consiste en interrogar al segundo y con ello hacerlo partícipe y consciente
de sus propias opiniones. De ahí que, Platón para explicar sus tratados
filosóficos en los Diálogos plasma en ellos una representación dramática,
donde se observa la participación activa de cada uno de los personajes. Con
la obra de Platón asistimos a una discusión viva, la cual se dirige al lector
para que participe activamente en la búsqueda de la verdad; lo ilustrado en
10
sus obras se fundamenta en el debate y la refutación. Por tanto, gracias a
su carácter abierto, se crea una segunda relación dialéctica con el lector, a
quien invita a entrar crítica y activamente en la discusión.El diálogo es
menos “silencioso” que cualquier tipo de escritura criticada por el
mencionado autor.
1
Nussbaum, Martha. “El teatro antitrágico de Platón”, en: La fragilidad del bien. Traducción.
Antonio Ballesteros. Madrid: Visor; 1995.p.187.
11
discípulo; la cual se dirige exclusivamente a la parte intelectual de su alma y
deja de lado los sentimientos y todo aquello que provoque la excitación de
las pasiones.De modo que, el poder de convencimiento de un filósofo a
diferencia de los retóricos debe apelar solamente a las facultades racionales,
con esto se evita distraer a la razón en su búsqueda perpetua de la verdad.
Es olvido lo que producirán en las almas de quienes las aprendan, al descuidar la memoria,
ya que, fiándose de lo escrito, llegarán al recuerdo desde afuera, a través de caracteres
ajenos, no desde dentro, desde ellos mismos y por sí mismos. No es, pues, un fármaco de la
memoria lo que has hallado, sino un simple recordatorio. Apariencia de sabiduría es lo que
proporcionas a tus alumnos, que no verdad. Porque habiendo oído muchas cosas sin
aprenderlas, parecerá que tienen muchos conocimientos, siendo, al contrario, en la mayoría
de los casos, totalmente ignorantes, y difíciles, de tratar porque han acabado por convertirse
en sabios aparentes en lugar de sabios de verdad2.
2
Platón. “Fedro”, en: Diálogos. Traducción. J. Calonge Ruíz y otros. Madrid: Gredos; 1997.
275 a 2- 9, b 1-5.
12
Las palabras escritas adquieren el extraño poder de estar más allá de los
hombres y de su historia, de sus pensamientos mediatos; pero la escritura
como manifestación literaria proporciona apariencia de sabiduría, no la
verdadera sabiduría, en esto consiste la gran preocupación de Thamus. La
escritura aunque pervive más allá del tiempo no puede actualizar el uso del
saber en situaciones nuevas; es estática, carece de sensibilidad. Por eso, la
crítica de platón no se refiere sólo a la exposición escrita, el problema de
fondo no se centra precisamente en la escritura, pues su debilidad y con ello
el problema de ésta radica en la inflexibilidad frente al discurso hablado. No
obstante, el discurso escrito necesita de un lector que le de vida y sirva de
intermedio, para que el mensaje impreso allí se pueda descifrar.
13
los atenienses. De tal modo, el seguimiento que realiza Platón es muy
minucioso y resalta las características fundamentales que todo discurso
debe tener: la sencillez y la sobriedad; evita ante todo el ornamento, la
retórica y cualquier elemento emocional que pueda desviar el carácter serio y
filosófico de éste. Frente a su posición acerca de la poesía Platón nos explica
la razón y el por qué no la debemos alabar; el discurso poético mimético
utiliza el adorno y de ahí su poder de engaño. Por el contrario la disertación
filosófica muy alejada de su contraparte, intenta buscar la transparencia y la
sencillez despojadas de todo disfraz. Con lo anterior, señala la artimaña del
discurso poético para persuadir al auditorio. Razón principal por la cual no
justifica dicho arte, porque contribuye a la deformación de la verdad.
14
Tenemos, en consecuencia, la no aceptación de la poesía imitativa en el
Estado de Platón, pues éste lo ha fundado ─como lo expresa en el Libro X de
la República─ de un modo íntegramente correcto y como precursor del
mismo le corresponde no sólo protegerlo de todo aquello que corrompe,
destruye y es nocivo, sino que también tiene que implantar y dar a conocer
las diferentes pautas que deben seguir los poetas al concebir los mitos y de
las cuales no pueden, ni deben apartarse. Desde este ángulo, resulta preciso
enumerar las principales falencias del trabajo poético mimético:
Teniendo en cuenta que los niños son irreflexivos, todos los poetas deben
ajustar cada cosa que digan, para así evitar fuertes impresiones que se
impregnan en el alma y pueden llegar a causar inconvenientes futuros. De
esta manera, se debe persuadir a los poetas para que eviten engendrar en
los jóvenes, ideas como que los héroes y dioses actúan malévolamente; es
imposible que se generen males a partir de ellos. Por eso, cualquier acto que
denigre a los dioses, se debe rechazar, para lograr que los niños hechos
3
Platón. “República”, en: Diálogos. Traducción. J. Calonge Ruíz y otros. Madrid: Gredos;
1992. 378 d 9-11, 378 e 1-6.
15
hombres los respeten y se aproximen sin problema a lo divino; otra de las
razones por las cuales no se debe permitir que la poesía sea utilizada para la
educación.
Además, Platón prohíbe toda canto o narración que involucre y hable mal
de los hombres y de los temas de gran relevancia en el Estado, como lo que
se refiere a la Justicia; por ejemplo, decir que, “hay muchos injustos felices y
en cambio justos desdichados, y que cometer injusticias da provecho si pasa
inadvertido, en tanto la justicia es un bien ajeno para el justo, y lo propio de
éste su perjuicio”4. Pues llegadas estas palabras a oídos ignorantes, pueden
inducir a los hombres a actuar antagónicamente y sin moderación;
desobedeciendo a los que gobiernan, para proceder con vileza, inclinados a
los placeres que conciernen la bebida, la comida, el sexo entre otros.
Por otra parte, la poesía se caracteriza por la imitación de mitos, los poetas
persiguen lo verosímil para persuadir y dominar en los discursos, pero éstos
no están versando en lo que es, sino en lo que parece y engañan a
hombres y niños insensatos, haciéndoles creer que lo que narran es la
verdad. Cabe preguntarse entonces: si el poeta imita a la apariencia, quién
construye lo que imita éste, es decir, la realidad. Platón afirma que existe un
“maestro maravilloso” creador y productor de todas las ideas y por ende de
todo cuanto hay en la naturaleza, por tanto, el poeta “si no fabrica lo que
realmente es, no fabrica lo real sino algo que es semejante a lo real mas no
es real. De modo que, si alguien dijera que la obra del fabricante de camas o
de cualquier otro trabajador manual es completamente real, correría el riesgo
4
Ibid. 392 b 2-5.
16
de no decir la verdad”5
Para ilustrar mejor lo anterior, Platón compara la poesía con la pintura, pues
esta manifestación artística imita objetos de la apariencia, el pintor dibuja lo
que le parece a él que es, pero no puede dibujar la realidad, la idea de dios,
del maestro maravilloso productor de la totalidad. Por ejemplo, el carpintero
construye la cama, el pintor retrata a ésta y hace creer con sus cuadros que
lo que él plasmó en el lienzo es una cama de verdad, desconociendo por
completo el arte de la carpintería. De ahí que, el imitador por ende, no tiene
conocimiento de lo que imita, no sabe de su bondad o maldad y aunque su
trabajo resulte encantador, es simple imitación y engaño. El poeta se desvía
de la verdad y como diría Platón, su arte es sólo un juego que no debe ser
tomado en serio, porque produce cosas inferiores en relación con la realidad.
De modo que, el poeta al narrar o cantar, debería saber a quién se dirige,
cuáles son las particularidades de su público y dado el caso adaptar el
discurso según las circunstancias. Porque si existe un poeta digno de
admiración y habitante del Estado de Platón, éste deberá componer cada
verso con conocimiento.
5
Ibid. 597 a 5-10.
6
Platón. “Ion”, en: Diálogos. Traducción. J. Calonge Ruíz y otros. Madrid: Gredos; 1981.
17
Y aunque la poesía está cargada de belleza, el poeta generalmente no sabe
nada de lo que dice, porque no produce conocimiento. Habría que decir
también que, la poesía se aleja de la razón, porque quien se adentra en ella,
aparta la cordura racional e irrumpe en el mundo de los dioses,
experimentando con ello un estado de encantamiento, un algo misterioso
que no es otra cosa que la inspiración procedente de éstos, que lo alejan de
la realidad y de todo conocimiento verdadero.
De modo que, una vez desterrada del Estado de Platón, la poesía y con ella
los poetas “mentirosos”, el filósofo no niega que ésta sea fuente de
enseñanza ni tampoco desconoce del todo el trabajo pedagógico realizado
por Homero. Pero advierte que en cuanto a la poesía, sólo debe admitirse los
himnos a los dioses y las alabanzas a los hombres buenos, porque “si la
poesía imitativa y dirigida al placer puede alegar alguna razón por la que es
necesario que exista en un Estado bien gobernado, la admitiremos
complacidos, conscientes como estamos de ser hechizados por ella. Pero
sería sacrílego renunciar a lo que creemos verdadero”7; una vez más, Platón
rechaza el arte poético mimético, considerándolo ajeno a la filosofía y con
7
Platón. Op. Cit. 607 c 4-9.
18
ello resalta su interés personal, empeñado en la búsqueda de la verdad.
Según lo dicho, resulta evidente que no es tarea del poeta referir lo que realmente sucede
sino lo que podría suceder y los acontecimientos posibles, de acuerdo con la probabilidad o
la necesidad. El historiador y el poeta no difieren por el hecho de escribir en prosa o en
verso. Si las obras de Herodoto fueran versificadas, en modo alguno dejaría de ser historia,
tanto en prosa como en verso. Pero [el historiador y el poeta] difieren en que el uno narra lo
que sucedió y el otro lo que podría suceder. Por eso, la poesía es algo más filosófico y serio
que la historia; la una se refiere a lo universal; la otra, a lo particular8.
8
Aristóteles. Poética. Traducción. Angel J.Cappelletti. Caracas: Aguilar; 1990. 1451 a 42-
51.
9
Eurípides. “Hécuba”. En: Tragedias .Traducción. Alberto Médina Gonzáles y otros. Madrid:
Gredos; 1998.
19
en un estallido irracional e impulsada por la venganza se convierte en
homicida y en protagonista de un acto cruel y sangriento. Contraponiendo la
poesía a las narraciones de una crónica histórica, la universalidad de la obra
poética radica en que el poeta fundamenta su argumento o representación
en las verdades de la naturaleza humana e interviene en su aspecto
sicológico y es por esto que los poetas son capaces de conmover
profundamente al espectador.
20
compasión y del temor, a la purificación de estas pasiones”10.
10
Aristóteles. Op.Cit. 1449 b 27-31.
21
vida y de las acciones humanas, cuya belleza conmueve y produce la
impresión de que el poeta comunicó una verdad. Por tanto podemos ver
claramente las discrepancias entre los ideales perseguidos por Platón y los
planteamientos que sobre lo literario expone Aristóteles.
Ahora bien, el mundo de los hombres como contingente que es, desarrolla
una infinidad de situaciones trágicas como la mencionada anteriormente en
donde se hace evidente sus condiciones de fragilidad e incumplitud. Sin
embargo, el análisis aristotélico de la tragedia en Poética11 no es
precisamente una reproducción de esta clase de dilemas, lo que resalta es el
objetivo de la obra trágica que consiste en despertar la sensación de piedad
y temor en el espectador por la caída de los poderosos y los nobles, que es
un caso que ejemplifica ampliamente la vulnerabilidad humana, que tiende a
resultar temible para el espectador.
11
En el capítulo 13 Aristóteles recalca la debilidad permanente que existe en ser humano y
como esta misma debilidad e inconsistencia lo conduce a la desgracia, que es muy bien
representada en la tragedia: “(…) el argumento bien logrado sea simple antes que, como
algunos pretenden, doble, y que no represente un cambio de la desdicha a la felicidad sino,
por el contrario, de la felicidad a la desdicha , no a causa de la perversidad sino de cierto
enorme error propio de quien es como se ha dicho o es justo más bien que injusto”.
Ibid.1453 a 14-19.
22
pesar de su carácter ficticio puede llegar a afectar y a conmover
profundamente.
Los atenienses, sin embargo montaron en cólera de inmediato ─tanto los de la bulé como
quienes se encontraban fuera, en cuanto se enteraron─ y rodeando a Lícides, lo acribillaron
a pedradas (…) ante el tumulto que se produjo en Salamina con lo de Lícides, las mujeres de
los atenienses se enteraron de lo que ocurría e, instigándose las una a las otras y
solidarizándose entre sí, se dirigieron espontáneamente a la residencia de Lícides y
12
Del griego boule que significa consejo; la bulé estaba integrado por quinientos miembros
y sus atribuciones eran proponer leyes y entender en las declaraciones de guerra; para
posterior a ello ser votados y aprobados por el Consejo de Ancianos.
23
lapidaron tanto a su mujer como a sus hijos13
Por otra parte, Aristóteles considera la poesía trágica como un medio para
reflexionar en torno a un conjunto de acciones complejas sobre la condición
humana. “El poeta, en general, opone vívidamente las actitudes e intereses
de los personajes, concede parte de la razón a cada una de las demandas en
pugna, y, a través de ello, pone en discusión las creencias, actitudes, los
valores, ideales e instituciones de la cultura heroica y de la polis griega”14.
Pero, al respecto conviene advertir: Una cosa es que el filósofo admita que la
poesía trágica se utilice para examinar ciertos comportamientos y acciones
y otra muy diferente es afirmar que la tragedia en general aporta una verdad
estricta sobre la existencia o la condición humana; y aunque Aristóteles
sostiene que la mimesis poética es una fuente de aprendizaje placentera,
no le atribuye una naturaleza cognitiva, ni le otorgan conocimientos
profundos.
13
Heródoto. Historia IX. Traducción. Carlos Schrader. Madrid: Gredos; 1989. 5, 8 – 19.
14
Trueba, Carmen. “Poesía y filosofía”, en: Ética y tragedia en Aristóteles. Barcelona:
Anthropos; 2004.p.70
24
la capacidad de los mismos para gozar con las representaciones poéticas.De
ahí que, “el aprender no solo resulta sumamente placentero para los filósofos
sino también para los demás, aunque participe menos en ello. Por eso se
regocijan al mirar las imágenes, porque resulta que quienes las contemplan
aprenden y deducen lo que cada objeto es, como que esto es aquello. Pues
cuando no ha habido una visión previa, la imitación no produce placer por sí
misma, sino por su perfección, por el color o por alguna otra causa
semejante”15. También admite esa fuerza expresiva especial que hay en ella
para producir la catarsis; entendiéndose ésta como la comprensión
profunda de los hechos representados que producen compasión y temor.
“Y como aprender es placentero, lo mismo que admirar, resulta necesario que también lo sea
lo que posee esas mismas cualidades: Por ejemplo, lo que constituye una imitación, como la
escritura, la escultura, la poesía, y todo lo que está bien imitado, incluso en el caso de que
;(el objeto) de imitación no fuese placentero; porque no es con éste con lo que se disfruta,
sino que hay más bien un razonamiento sobre que esto es aquello, de suerte que termina
por aprenderse algo”16.
15
Aristóteles. Op.Cit.1448b 13-20.
16
Aristóteles. Retórica. Trad. Quintín Racionero. Madrid: Gredos; 1999.1371b 7-14.
25
generación de temor y compasión que el público siente por sus iguales. Para
alcanzar el fin catártico y como condición de toda tragedia, es necesario que
quien escuche o vea el drama se estremezca ante ello cuando su alma se ve
afectada por éste.
Para los poetas trágicos, el carácter del actor que imita o representa el
drama se hace muy importante y en la escena éste tiene que brillar con luz
propia. En lo que se refiere a las fuerzas que impulsan a sus personajes a la
acción y que constituyen uno de los elementos más importantes en sus
tragedias. Por ejemplo, Eurípides es un innovador, pues introdujo la pasión
amorosa, sobre todo en sus personajes femeninos, a los que les dio gran
poder y autonomía en las decisiones que tomaban. Por eso, la poesía trágica
tiene la capacidad de impresionar de manera penetrante a pesar de su
carácter ficticio y nos ofrece una visión de la realidad, más no la realidad;
reflejando los hechos como pudieron haber sido.
26
conceptuales─ ha podido trasmitir una visión amplia de la realidad. De ahí
que, a pesar de los límites que se han intentado trazar entre lo filosófico y lo
literario, entre la razón y la ficción, no ha sido posible separar el saber
creativo del reflexivo y en vano han sido las distancias que muchos autores
como Platón pretendieron imponer entre las mencionadas disciplinas, pues
con todo y sus diferencias no podemos negar el intercambio permanente
entre ellas; tanto la filosofía como la literatura aportan información y
conocimiento sobre el mundo, la política, las creencias, la condición humana,
entre otros.
27
2. HACIA UNA CONCEPTUALIZACIÓN DE LA MEMORIA A TRAVÉS
DEL PENSAMIENTO GRIEGO
Conviene entonces y una vez anunciado el motivo de estas páginas, dar los
primeros pasos en el pensamiento de uno de los filósofos mencionados y eje
principal de la presente búsqueda: Platón. La memoria en el sentido
Platónico, hace referencia a la retención de las percepciones y las
impresiones y con ello a la evocación de los contenidos pasados, a la
facultad del recordar sensible; en tanto que el recuerdo ─la reminiscencia─
es un acto por medio del cual, el alma ve en lo sensible lo inteligible. Para
sustentar lo mencionado se trabajará con las obras Menón y Fedón; al
mismo tiempo la teoría de la reminiscencia, la inmortalidad del alma y la
importancia de llevar una vida filosófica para alcanzar ─en palabras del
autor─ una eterna bienaventuranza; finalmente se ilustrará con el mito de Er
presente al final del libro X de la República la importancia de saber
atravesar “el río del Olvido” para alcanzar el camino hacia el conocimiento y
el bien.
28
Platón en Menón cita el ejemplo de un esclavo1 quien sin conocimientos de
geometría responde con opiniones verdaderas al interrogatorio de carácter
mayéutico implantado por Sócrates. Entendiendo el arte de la mayéutica
como un método que consiste en llevar al interlocutor hacia la verdad a
través de unas determinadas preguntas. Por esta razón el esclavo al ser
sometido al interrogatorio por parte de Sócrates descubre por sí mismo el
conocimiento que hay en él, es decir reconoce la verdad a través de la
reminiscencia. De modo que el objetivo de Platón en dicho diálogo es
mostrar cómo aun carentes de conocimientos en la vida presente, somos
capaces de emplear los conocimientos que se han conservado en nosotros a
través del tiempo o como diría Platón “las ideas eternas” de la geometría u
otras ciencias que han quedado impresas en el alma y que se manifiestan
en forma de recuerdo, como bien lo expresa en el pasaje siguiente:
El alma, pues, siendo inmortal y habiendo nacido muchas veces, y visto efectivamente todas
las cosas, tanto las de aquí como las del Hades, no hay nada que no haya aprendido; de
modo que no hay de qué asombrarse si es posible que recuerde, no sólo la virtud, si no el
resto de las cosas que, por cierto, antes también conocía. Estando, pues, la naturaleza toda
emparentada consigo misma, y habiendo el alma aprendido todo, nada impide que quien
recuerde una sola cosa ─eso que los hombres llaman aprender─, encuentre él mismo todas
las demás, si es valeroso e infatigable en la búsqueda. Pues, en efecto, el buscar y el
aprender no son otra cosa, en suma, que una reminiscencia2
1
Platón. “Menón”, en: Diálogos. Traducción. J. Calonge Ruíz y otros. Madrid: Gredos; 1999.
82b – 86b.
2
Ibid.81c, 5 -10.
29
─aprehensión─ ni de la enseñanza adquirida en una academia o por la
práctica de una determinada ciencia, sus conocimientos geométricos
proceden del recuerdo que tiene su alma de una vida anterior. Pero, ¿cómo
puede el alma recordar lo aprendido en una vida anterior? :
30
encontrar la felicidad si durante el recorrido de su vida se ha dedicado al
cuidado de su alma, por esta razón Sócrates recibe la muerte con alegría y
sin preocupación ya que es consciente que durante su existencia en la tierra
ha estado alejado de los placeres que brinda el mundo. Por el contrario el
sabio se ha dedicado consagradamente a buscar un saber más completo,
que trae en consecuencia la sabiduría:
(…) por tales motivos debe estar confiado respecto de su alma todo hombre que en su vida a
enviado a paseo los demás placeres del cuerpo y sus adornos , considerando que eran
ajenos y que debía oponerse a ellos , mientras que se afanó por los de aprender , y tras
adornar su alma no con un adorno ajeno, sino con el propio de ella , con la prudencia, la
justicia , el valor, la libertad y la verdad, así aguarda el viaje hacia el Hades, como dispuesto
a marchar en cuanto el destino lo llame3.
3
Platón. “Fedón”, en: Diálogos. Traducción. J. Calonge Ruíz y otros. Madrid: Gredos; 1997.
114d, 10 –15, 115a, 1-3.
4
Platón. “República”, en: Diálogos. Traducción. J. Calonge Ruíz y otros. Madrid: Gredos;
1992. 614b, 621d.
31
vuelve a la vida y relata según sus recuerdos todo lo que ha presenciado y lo
que le acaece al alma en el más allá, hace referencia a cada uno de los
padecimientos de ésta y sus respectivas sentencias, dependiendo del modo
de vida que llevó en la tierra ; con el relato mítico lo que intenta el filósofo es
corroborar la validez de su argumento sobre la muerte, el enjuiciamiento de
las almas , la encarnación de las mismas y la importancia de la conservación
de la memoria.
Ahora bien, retomando el relato, una vez las almas eran sometidas a juicio y
purgado sus penas, tenían que elegir un modo de vida para reencarnar y
regresar a la tierra; las que habían sufrido las inclemencias del castigo
eligieron con cuidado su nuevo modo de vida, por el contrario las que venían
del cielo al desconocer el calvario del castigo, en una decisión apresurada no
advirtieron que le acaecería la desgracia con su elección; una vez escogido
su modo de vida, fueron hacia una planicie desértica y calurosa, llamada
─según Er─ La planicie del olvido. “Llegada la tarde, acamparon a la orilla
del río de la desatención cuyas aguas ninguna vasija puede retenerlas.
Todas las almas están obligadas a beber una medida de agua, pero algunas
no las preserva su sabiduría de beber más allá de la medida, y así, tras
beber, se olvidan de todo”5 y regresaban a la vida mortal.
32
distinguir el modo de vida valioso del perverso, y elegir siempre y en todas
partes lo mejor en tanto sea posible…”6 . De modo que, teniendo en cuenta
que la pérdida del conocimiento es el olvido y éste a la vez significa la
perdición de las almas quienes se narcotizan con su silencio, se hunden
en las aguas de la ignorancia y no pueden diferenciar lo bueno de lo malo, ni
aprovechar los premios que trae consigo la justicia; por el contrario son
almas vagabundas quienes en la vida no podrán evitar los excesos y una vez
llegada la muerte de su respectivo cuerpo al marchar al Hades estarán
condenadas al sufrimiento.
6
Ibid.618c, 1-6.
33
conocimiento sensible que es derivado directamente de la sensación
─percepción de una cosa─ conocimiento definido también como inmediato
y fugaz, porque desaparece con la misma sensación que lo ha generado. De
ahí que, “la experiencia surge de la sensación y la memoria. Tan importante,
pues, como el contacto de los sentidos con el mundo, es, para la experiencia,
la memoria. Pero la memoria no es sólo una facultad que almacena
informaciones. La memoria constituye, crea, estructura la sustancia de la
historia y, por supuesto, de la historia personal de cada autor”7 , de cada
hombre que intenta conservar a través del conocimiento y la memoria la
efímera temporalidad de su existencia.
34
momento que aunque es del pasado hace parte de lo que somos.
8
Aristóteles. “De la memoria y el recuerdo”, en: Obras. Traducción. Francisco de
P.Samaranch. Madrid: Aguilar; 1967.449 b, 46 - 49.
9
En relación con todos los sentidos en general ha de entenderse que sentido es la facultad
capaz de recibir las formas sensibles sin la materia…Aristóteles. Acerca del alma, libro II,
capítulo .12. Traducción. Tomás Calvo Martínez. Madrid: Gredos; 1999. 424 a, 27-29.
10
Aristóteles. “Analítica Posterior”, en: Obras. Traducción. Francisco de P.Samaranch.
Madrid: Aguilar; 1967.99b-100b.
35
ella que podemos reconocer el pasado y cada uno de los capítulos que
conforman nuestra vida. Por eso, cuando somos afectados por alguna
situación en particular, conservamos la imagen del objeto donde se guardan
todas las cosas ausentes: en la memoria; por tanto, cuando hacemos
memoria nos apoderamos de la imagen ausente para posterior a ello
reconocerla a través del recuerdo ─en el presente─ como testimonio del
pasado y aunque creemos que el objeto desaparece por ser como se decía
en líneas anteriores un conocimiento inmediato y fugaz, éste por el contrario
se conserva y permanece en nosotros como un tatuaje impregnado en la piel;
los conocimientos y las experiencias se imprimen en el alma y por esto
podemos recordar lo que ya pasó y dejarnos afectar por ciertas imágenes
que a través del recuerdo permiten en el presente percibir el dolor, la alegría
y toda una serie de sentimientos que se relacionan directamente con un
suceso u objeto del pasado.
Por ejemplo, “cuando se experimentan las afecciones propias del que está
aterrorizado sin que esté presente objeto terrorífico alguno. Por consiguiente,
y si esto es así, está claro que las afecciones son formas inherentes a la
materia”11 De ahí que, no necesitamos tener un amigo de antaño enfrente
para recordarlo, sólo con el simple hecho de poder oler determinada
fragancia que le caracterizaba podemos relacionarla con la persona ausente.
Por eso, cuando se puede recuperar la experiencia o la imagen de un objeto
percibido con anterioridad, decimos que es recuerdo de la cosa; “cuando uno
recupera algún conocimiento anterior, alguna sensación o experiencia, el
estado continuado de lo que antes hemos descrito como memoria, este
proceso por tanto, es el recuerdo de uno de los objetos antedichos. No
11
Aristóteles. Op. Cit. 403 a, 38-42.
36
obstante el proceso de recuerdo implica la memoria y va acompañado de
memoria”12.
12
Aristóteles. “De la memoria y el recuerdo”, en: Obras. Traducción. Francisco de
P.Samaranch. Madrid: Aguilar; 1967. 451a.
13
Ibid. 449 a.
37
fundamental tener conciencia de que se ha realizado una actividad, se ha
visto un objeto o también padecido por ejemplo una enfermedad en
determinada situación o estadio de la vida. Por tanto, tener conciencia hace
referencia a la capacidad de reconocer algo tanto interior como exterior.
38
3. LA MANIFESTACIÓN DE LA MEMORIA EN EL ÚLTIMO ENCUENTRO
DE SÁNDOR MÁRAI
39
mostrar cómo a través de una obra literaria se puede llegar a pensar en el
lugar privilegiado que ocupa la memoria en todo ser humano. Para ello se
resaltarán los principales textos que en la novela hacen referencia a la
memoria y se analizará detenidamente el sentido de los mismos, por ser
estos las moléculas que conforman la riqueza mnemotécnica de la
mencionada obra.
40
cacería (…)”2 Así lo manifiesta entre “susurros” el personaje, y una vez más,
la memoria se hace presente en la páginas del El último encuentro. De modo
que, es evidente que con el correr del tiempo, con el pasar de los años y las
décadas, en la novela y en la realidad de nosotros los lectores, el calendario
es como un biblioteca donde están guardados al igual que los libros todos los
momentos que en el pasado vivieron y fueron testigos de una determinada
situación, es el calendario y sus fechas el que permite recordar lo más
agradable de la vida e incluso permite también recordar aquello que por
estar teñido de dolor se hubiese preferido olvidar. De ahí que, pese a lo
punzante que resulta su evocación, el general tiene muy presente aquella
fecha inmemorial y dolorosa que marcó su vida para siempre, que cortó el
vínculo que lo mantenía unido a Konrád, a su gran amigo.
2
Ibid. p.9.
3
Ibid. p.10.
41
mencionada cacería. Después de aquella amarga expedición en el bosque y
sin despedirse, Konrád se marchó al extranjero, llevando consigo un secreto
malvado e incomprensible que envenenó su amistad para siempre, como se
lee textual en la novela. El general por su parte se quedaba allí, confundido,
decepcionado, solo; con el recuerdo de la infancia, de la juventud y con el
dolor de una amistad traicionada.
4
Ibid. p.18.
42
Ahora bien, en medio de la espera, el narrador a través del general, subraya
que “el tiempo lo conserva todo, pero todo se vuelve descolorido, como en
las fotografías antiguas, fijadas en placas metálicas. La luz y el paso del
tiempo desgastan los detalles precisos que caracterizan los rostros
fotografiados. Hay que mirar la imagen desde distintos ángulos y buscar la
luz apropiada para reconocer el rostro de la persona cuyos rasgos han
quedado fijados en el espejo ciego de la placa. De la misma manera se
desvanecen en el tiempo todos los recuerdos humanos. Luego, en algún
momento inesperado, nos llega un rayo de luz y entonces volvemos a ver el
mismo rostro olvidado”5.
5
Ibid. p.20.
43
inmortalicemos las presencias del pasado, los hombres del ayer. “Fueron
una excelente generación, pensó el general, mirando los retratos de los
parientes, amigos y compañeros de su padre. Fueron una excelente
generación, pensó el general: hombres un tanto solitarios que no lograban
fundirse con el mundo; eran orgullosos, creían en cosas, en el honor, en las
cualidades de los hombres, en la discreción, en la soledad y en la palabra
dada, y también en las mujeres”6. Observamos nuevamente cómo a través
de las diferentes manifestaciones de la memoria, dado el caso de los
cuadros y fotografías que observa el general, éste tiene contacto con
aquellos personajes que hicieron parte de la época vivida por sus padres,
quienes, ahora desde el recuerdo aportan de alguna manera a la
reconstrucción de su historia, de su historia familiar.
6
Ibid. p.70.
7
Ibid. p.35.
44
del jardín que no le permiten olvidar a sus seres amados, “aparece” Krisztina,
caminando de repente en medio de las flores rosadas de la mansión y se
muestra bella como siempre, el piano suena de vez en cuando a través de la
evocación de las melodías que interpretaba su madre, Konrád y la misma
Krisztina. Todo vuelve, todo viaja desde el pasado hasta el presente, gracias
a la memoria que guarda cada detalle de la vida. Por eso “la estancia donde
nadie ha comido desde hace décadas se parece a un museo, lleno de
muebles y de objetos, testigo de épocas pasadas”8; éstos también son
vestigios del pasado.
8
Ibid. p.84.
9
Ibid. p.45.
45
melodías de Chopin, esas notas extrañas que componen la Polonesa
fantasía, que destacarse con un buen montador.
10
Ibid. p.57.
11
Sándor Márai. La hermana. Traducción. Mária Szijj y J.M Gonzáles Trevejo. Barcelona:
Salamandra; 2007.p.253.
12
Borges, Jorge Luís. “Funes el memorioso”, en: Ficciones. Buenos Aires: La Oveja Negra;
1984.p.101.
46
olvido que no perdona, que no deja huella, por eso “el mundo no es nada. Lo
que de verdad es importante no lo olvidas nunca. De esto me di cuenta más
tarde, cuando empecé a envejecer. Claro, todo lo secundario, todo lo
accesorio desaparece, porque lo echas por la borda, como los malos
sueños. No me acuerdo del regimiento ─repite con terquedad─. Desde hace
algún tiempo solamente me acuerdo de lo esencial (…) La memoria lo pasa
todo por su tamiz mágico. Resulta que después de diez o veinte años te das
cuenta de que algunos acontecimientos, por más importantes que hayan
parecido, no te han cambiado absolutamente en nada”13.
13
Ibid. p.96.
47
en el castillo de Buda”14; cada medalla representaba las victorias y triunfos
que durante el recorrido de su carrera militar le habían sobrevenido, triunfos
materializados que refrescaron la memoria del general, quien se pudo
desplazar en instantes a un lugar, a un momento solemne de su carrera,
reconocimientos significativos que ahora, después de muchos años parecía
no importarle. La memoria más allá de su capacidad receptora permite que
viajemos a través del tiempo, pues estamos en el presente pero podemos ir
más allá, al pretérito y como en los sueños, vivir lo extraordinario, eso que ya
pasó. De igual modo, Konrád también buscaba el sabor preciso de los
momentos esenciales de su vida y por esta razón aún los conservaba en la
memoria: “Los paseos por el parque de Shonbrunn. La Luz azulada del
dormitorio de la Academia, su gran escalera blanca con aquella estatua
barroca. Las cabalgatas por las mañanas en el Prater. Los caballos blancos
de la escuela española. Todo esto lo recordaba perfectamente y quería
volver a verlo (…)”15 en Viena, aquella ciudad que guardaba los momentos
más felices de su vida, lo que es grato recordar, lo que de verdad no se
puede olvidar así hayan pasado los años.
14
Ibid. p.67.
15
Ibid. p.88.
16
Ibid. p.93.
48
que estructura la obra, por esta razón con las copas de vino tinto nos
tomamos los mas gloriosos recuerdos de la adolescencia de dos
inseparables amigos, nos tomamos la ilusión y la satisfacción de un padre
─el guardia imperial─ que de manera simbólica a través del vino, conservó
para siempre, tal vez uno de los mejore momentos de su vida, ver convertido
a su único hijo en un servidor de la Patria.
El vino añejo, permitió que el padre del general pese a su muerte lograra su
objetivo, recordar aquel momento; el vino también es testimonio de los años
transcurridos que en el presente de la obra se manifiesta en las manos
arrugadas de dos viejos que se han reunido para ajustar las cuentas
pendientes del pasado, para recuperar todo aquello que habían creído
olvidado. Con melancolía y tal vez con cansancio nuevamente se manifiesta
el general: “(…) Ahora que estoy viejo pienso a menudo en mi infancia. Dicen
que es un proceso natural .Uno se acuerda del principio con más fuerza y
precisión cuando se acerca el final. Veo rostros y oigo voces. Veo el
momento en el que te presento a mi padre, en el jardín de la academia”17.
Todos han muerto y ahora solo están ellos dos y Nini, esperan que llegue el
día donde sus cuerpos fríos y sin respiración se conviertan en polvo y todo
quede reducido al recuerdo, guardado en la memoria de quienes sobreviven
al tiempo.
17
Ibid. p.106.
49
decía todo : acordamos que me contaría y se contaría a sí misma todos sus
pensamientos , todos sus sentimientos , todos sus deseos , esos deseos del
alma humana de los cuales nadie habla en voz alta, por vergüenza, o porque
piensa que se trata de detalles irrelevantes; de todo ello dejaba huellas en
aquel diario peculiar (…)”18. Así como Sándor Márai nos presente una novela
de líneas memorables, donde todo gira en torno a la recuperación de la
memoria y con ello a la reconstrucción de la vida y de los escenarios donde
habitaba el general, encontramos dentro de esa gran memoria, dentro del El
último encuentro, otra manifestación de la misma: el diario de Krisztina; en
éste se “ocultaban” sus experiencias, los deseos inacabados y las huellas de
la vida de esa mujer enigmática, “agradecida” y silenciosa.
El diario contenía sus vivencias y tal vez ahí, en las líneas escritas por
Krisztina estaba la verdad, la verdad perseguida por el general. Sin
embrago el general e incluso después de la muerte de ella, nunca se detuvo
en sus páginas, lo guardó con recelo, con respeto y prefirió que el fuego en
aquella noche donde Konrád lo visitó después de muchos años de ausencia,
devorara aquellas palabras ocultas en el papel. La memoria escrita de su
esposa hecha ceniza, al igual que un libro guardado en un anaquel no
existe, ha dejado de ser memoria. Todo ha quedado en silencio, en el olvido;
en la muerte. “El libro de la sinceridad, aquel cuaderno de confesiones, de
confesiones incondicionadas sobre los amores, las dudas, los miedos de
Krisztina, sobre su ser oculto. Ese diario vivía su propia vida y yo lo encontré,
más tarde, mucho más tarde, entre las pertenencias de Krisztina (…)”19. La
mujer lo había ocultado y atrás había quedado la promesa de dos esposo en
luna de miel que deciden no tener secretos, atrás había quedado la confianza
y en el diario, tal vez, la verdad, el secreto, todo eso que lo ocultaba.
18
Ibid. p.155
19
Ibid. p.198.
50
Pero en la conversación que ocupa gran parte gran parte de la narración en
El último encuentro, la que sostienen Konrád y el general, la imagen de
Krisztina “recobra vida” pues aunque la mujer ha muerto, su recuerdo a pesar
de los años sigue presente en la memoria de los dos. Por tal afirmación,
pregunta Konrád: “No hay en esta casa ningún retrato de Krisztina, no ─dice
con firmeza, casi satisfecho, como si estuviera relatando una pequeña
hazaña─. Pero a veces veo su rostro, en sueños, o al entrar en una
habitación. Y ahora que estamos hablando de ella, nosotros dos que la
conocimos también, veo su rostro con absoluta nitidez, como hace cuarenta y
un años, la última noche que estuvo sentada entre nosotros”20. El general se
ha encargado de aislar toda presencia material que le evoque a su difunta
esposa, sin embargo ha sido inevitable a través de los recuerdos dibujar su
rostro, su cuerpo, escuchar las notas de su música favorita; Krisztina ha
muerto pero sin embargo permanecen vivas en la memoria del general las
imágenes de los viejos tiempos junto a ella.
Se ha ido la noche y con las primeras luces del alba termina el diálogo entre
Konrád y el general, fue una noche sorprendente y llena de detalles que
permitieron reconstruir con exactitud el escenario donde los personajes
creados por Sándor Márai recobraron vida para mostrar la importancia de la
reconstrucción de la memoria y con ello de la historia propia: “Los detalles
son a veces muy importantes. Dejan todo bien atado, aglutinan la materia
prima de los recuerdos (…) es preciso conocer todos los detalles, porque
nunca sabemos cuál puede ser importante, ni cuándo una palabra puede
esclarecer un hecho”21. Todo lo dicho hasta aquí explica lo fundamental de la
reconstrucción de la memoria, la cual a través de la evocación de los
20
Ibid. p.173-174.
21
Ibid. p.96.163.
51
recuerdos del general, se manifiesta nítidamente como un testimonio de vida
durante todo el recorrido de El último encuentro.
52
4. LA RECONSTRUCCIÓN DE LA VIDA DEL GENERAL A TRAVÉS DE LA
MEMORIA EN EL ÚLTIMO ENCUENTRO
53
realidad ficticia; el narrador nos involucra en el universo al que pertenece el
personaje, deja ver la belleza del paisaje, nos ubica en la historia de su
tiempo y es por esta razón que nosotros los lectores de la obra literaria
podemos llegar a conocer los primeros amores del general, la familia, sus
costumbres , los temores y hasta llegar a sentir esa puñalada fría e
inesperada del desengaño producido por una amistad traicionada, una
amistad que creció con los años, que se fortaleció ante las adversidades,
pero al igual que las flores rosadas de la mansión del general, se marchitó y
perdió la belleza.
54
El último encuentro, es una novela que narra la historia de dos amigos
inseparables, dos amigos que de jóvenes se unieron en una profunda y
sincera amistad; una historia que muestra por medio de las invenciones del
autor un escenario nocturno donde todo está preparado como para una gran
fiesta; ahí se ubica Henrik y Konrád, quienes viejos, cansados y golpeados
por los años vuelven a estar juntos después de cuarenta y un años y
cuarenta y tres días de espera. El encuentro los lleva a rememorar
momentos, evocar los recuerdos y con ello los hechos de la memoria que se
han fijado en el tiempo. Con absoluta nitidez y sin omitir detalles, recapitulan,
─en particular el general─ cada uno de los instantes que se dieron en el
pasado y que en el presente son el testimonio de su vida.
55
De acuerdo con lo anterior, llevaré un seguimiento del diálogo entre el
general y Konrád, tomando como referencia principal la evocación de los
recuerdos del general1, quien a través del trabajo literario de Sándor Márai en
El último encuentro permite corroborar cómo la memoria es el testimonio más
fiel de nuestra vida y cómo ésta misma a pesar de los años permite que el
pasado siga “vivo” aunque haya dejado de existir. La memoria es el recurso
mediante el cual el narrador procura la reconstrucción de la vida del
personaje principal de la novela; da a conocer todo lo que hizo parte de su
vida durante sus setenta y cinco años de existencia, pues éste permite que
nos adentremos en el mundo ficticio de la obra. Además, aunque el relato
se da en lo transcurrido de una noche, podemos conocer mediante la
evocación de la memoria los momentos de antaño más relevantes de la
vida del general y con ello los personajes que se involucran en los mismo: la
soledad, la amistad entrañable con Konrád, la imagen de su padre, la
traición, la presencia constante y silenciosa de Nini, su esposa Krisztina y
finalmente la venganza.
1
Aunque la noción de memoria se manifiesta en toda la novela mediante la voz del narrador,
en este apartado tomaré como punto de partida la evocación de los recuerdos del general en
el diálogo con Konrád, que se da a partir del capítulo 13 hasta casi todo el final de El último
encuentro.
56
El general por su parte estuvo consumido por la soledad, una soledad
peligrosa y llena de dilemas; atrás han quedado los buenos tiempos de la
infancia y la adolescencia, los títulos junto con su brillante carrera militar, su
familia, la cacería, entre otros. Además ha evitado todo relación con el
mundo y durante cuarenta y un años y cuarenta y tres días ─apartado de la
sociedad─ se ha preparado para el encuentro con su amigo Konrád,
encuentro que los llevará a poner en evidencia un secreto que se interpuso
en el pasado entre los dos y que deterioró su amistad para siempre. Por esta
razón, pese a sus enfermedades, el general se mantuvo con vida en medio
de la tensión y la incertidumbre, pues lo que le interesaba primordialmente
era develar el secreto y con ello adquirir la verdad, dado que la soledad no
pudo responder a sus preguntas. Pero se llegó el momento, Konrád y el
general vuelven a estar juntos y se acaba la espera en medio de la noche,
una noche sin continuación, un último encuentro.
2
Sándor, Márai.El último encuentro. Traducción. Judit Xantus. Barcelona: Salamandra; 2005
.p.103.
57
diferencia de los demás, ha permanecido a su lado.
Veo rostros y oigo voces. Veo el momento en el que te presento a mi padre, en el jardín de
la Academia. Él te aceptó en aquel mismo momento como un amigo, porque eras mi amigo.
Le costaba aceptar a los demás como amigos. Pero se podía contar con su palabra hasta la
muerte (…) mi padre te aceptó como amigo. Sabes muy bien lo que esto significaba para él,
supiste desde aquel mismo instante que cuando él le daba la mano a alguien, ese alguien
podía contar con su apoyo, en cualquier momento de apuro o de infortunio, hasta la muerte.
Raras veces daba la mano a alguien. Pero cuando la hacía, lo hacía de verdad4
3
Ibid. p. 105.
4
Ibid. p. 107-108.
58
quien escoge una amigo lo conoce y por tanto debe aceptarle sus virtudes y
con ello las debilidades, el general apenas con doce años de vida eligió a
Konrád como su amigo y ahora después de muchos años y pese a las
adversidades y el desengaño que le trajo esa amistad, el general sin olvidar
las palabras sabias de su padre, mantiene la amistad con Konrád, pues la
verdadera amistad lo perdona todo, e incluso la infidelidad, porque la
amistad, es para toda la vida.
59
lamentables de otros hechos. Uno no peca por lo que hace, sino por la
intención con que lo hace. Todo se resume en la intención”5. El general
nunca dudó de las verdaderas intenciones de su amigo, siempre supo que
esa mañana en medio del bosque, Konrád lo iba matar, por esta razón
aunque pasaron los años, nunca salió del asombro, se negaba a aceptar la
triste y dolorosa realidad que le presentaba su vida; intentó en cada detalle
buscar explicación para lo sucedido, buscó el motivo que llevó a Konrád a
levantar el arma contra el, pero no lo halló. Mientras tanto, en medio de la
búsqueda y la sospecha, la vida del general se parte en dos, atrás quedan
los buenos momentos de la infancia y de la academia y en la otra orilla, la
decepción, la incertidumbre y la espera, pues Konrád, se marcha ese mismo
día de Viena, muy lejos, después de cenar con Krisztina y el general, se fue
sin despedirse dejando una deuda, pues la cacería representaba una deuda
─palabras del narrador─ y un sin sabor, con sabor amargo.
5
Ibid. p. 112.
60
Todo se rompe con la huida de Konrád, la que ignagura la distancia entre el
general y Krisztina, quien vivió en la mansión durante ocho años, tiempo
durante el cual no se volvió a dirigir la palabra con el general. Finalmente
enfermó y murió. Tras su muerte se conservaba joven y bella; su cuerpo
hecho polvo yace en el jardín de la mansión y con ella se llevó a la tumba, el
secreto. Pero antes de seguir adelante, conviene advertir que el silencio y la
indiferencia entre Krisztina y el general, se ampliará en la mediada que se
avance en la historia de la novela.
Por esta razón, el general fue a buscar a Konrád a la ciudad, para que él le
explicar lo acontecido en la mañana anterior. Pero ya no estaba, sólo se
6
Ibid. p. 155.
61
encontró con el refugio abandonado de su amigo, se encontró con una casa
de alquiler arreglada a su antojo; el general en medio del diálogo evoca ese
instante y con ello cada objeto que conforma la escena. Pero allí no solo se
encuentra con los muebles sencillos del joven Capitán, allí en esa casa
cargada de dilemas también encuentra a Krisztina, su único y verdadero
amor, su esposa quien se muestra sorprendida ante la partida de Konrád.
Las palabras del narrador dejan ver su rostro tenso e inconforme.
La mujer en silencio se detiene en cada rincón del lugar, y sólo profiere estas
breves palabras: “<<Era un cobarde>>, eso fue lo único que dijo, fue lo último
que yo oí de su boca, su último juicio verbal sobre ti. Y yo me quedé solo,
con estas palabras. Cobarde, ¿para qué?, me pregunto mucho más tarde”7;
en ese momento todas las sospechas del general empiezan a tomar fuerza,
y tal vez esa era la justa razón para que Konrád después de un intento
fallido, se marchara dejando su casa, su oficio y su amigo, para no tener
que afrontar su cruel realidad, la realidad que le atormentaba a cada instante
y lo haría tal vez sentir, un ser miserable.
7
Ibid. p. 195-196.
62
pero el silencio y la muerte le ganaron la batalla.
Finalmente, con las primeras luces del alba, se da por concluido el “diálogo”
entre el general y Konrád; ha sido una noche cargada de recuerdos, porque
aunque los recuerdos humanos tienden a desvanecerse con el tiempo, hay
momentos que aunque hubiera sido preferible olvidar, Henrik siempre los
mantuvo presentes, entre ellos, el deseo de conseguir la verdad y la
venganza. Por esta razón, esperó a su amigo y logró sólo uno de sus
objetivos: vengarse. Pues, como diría el general, “la venganza se resume en
esto: en que hayas venido a mi casa; a través de un mundo que está en
guerra, a través de unos mares llenos de minas has venido hasta aquí, al
8
Ibid. p. 138.
63
escenario del crimen, para que me respondas, para que los dos conozcamos
la verdad. Ésta es la venganza”9.Y aunque la verdad parece evidente y se
muestra silenciosa en todo el recorrido de El último encuentro, el autor la
deja oculta; en lo supuesto, en lo “mal entendido” y en el imaginario
pensamiento del general y por ende del lector de la obra.
9
Ibid. p. 179-180.
64
CONCLUSIONES
65
BIBLIOGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA PRINCIPAL:
66
BIBLIOGRAFÍA SECUNDARIA:
67
• Macherey, Pierre. (2003), “¿En que piensa la literatura?”, en: ¿En que
piensa la literatura? Traducción. Rubén Sierra Mejía. Bogotá: Siglo del
hombre.
68