REBELIÓN

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‘REBELIÓN’: UNA OBRA MAESTRA PERDURABLE La grandeza de nuestros artistas y compositores se

aprecia por sus obras perdurables. Solo los que trascienden lo episódico de una temporada de fi
estas, se convierten en símbolos de un conjunto social. Es el caso de Joe Arroyo, uno de los
protagonistas indiscutibles de la música del Carnaval de Barranquilla que ha pasado a la posteridad
por un tema que no se inscribe en la picaresca tradicional e irreverente, sino que conduce a la refl
exión aun en la atmósfera risueña de nuestras fi estas. Se trata de ‘Rebelión’, canto al ancestro de
esclavos del artista en cada una de sus presentaciones, que quizás sin proponérselo ha alcanzado
un impacto universal al convertirse en objeto de análisis de la ciencia política norteamericana. Ha
sido muy grato para mí encontrar en Internet un estudio galardonado y especializado de Mark Q.
Sawyer, PhD de la Universidad de California, titulado: “Du Bois’ Double Consciousness versus Latin
America Exceptionalism: Joe Arroyo, Salsa and Negritude”, Western Political Science Association
Annual Meeting, Portland, Oregon, March 2004 (Award for Best Paper in Black Politics) [La Doble
conciencia de Du Bois frente al excepcionalismo latinoamericano: Joe Arroyo, salsa y negritudes].
En el mencionado trabajo, Sawyer —profesor asistente de UCLA (Universidad de California),
doctor en Ciencia Política de la Universidad de Chicago y quien forma parte del Departamento de
Ciencia Política y del Center for African American Studies de la Universidad de California—, retoma
un clásico aporte conceptual de Web Du Bois, pionero en la lucha por la Justicia Social para los
afroamericanos denominado la doble conciencia, según el cual, los Estados Unidos de América,
[ CARNAVAL DE BARRANQUILLA. Patrimonio musical y danzario del Caribe colombiano ]
68Universidad Simón Bolívar ha tenido una histórica incapacidad para aceptar la condición
humana de los negros norteamericanos, propiciando que este numeroso grupo racial haya perdido
su historia para verse a través de la versión ofi cial blanca europea y protestante de la realidad
(WASP), constituyéndose en el “otro”, cuya cultura había que civilizar. Según Du Bois, siempre se
experimenta esa dualidad: un americano, un negro, dos almas, dos pensamientos, dos esfuerzos
irreconciliables, dos ideales en pugna dentro de un solo cuerpo oscuro, cuya sola fortaleza pertinaz
le evita ser despedazado. Esta peculiaridad del negro afronorteamericano ha alimentado, según
Mark Sawyer, una creciente literatura que ha tendido a diferenciar el caso de la inclusión-
exclusión política en Estados Unidos del acontecer latinoamericano, tomados como casos
ejemplares a Cuba y Brasil, para sostener que los afrolatinos conquistaron, por su participación en
las luchas de independencia, una mayor integración con los ideales en procura de una igualdad
política, cultural, social y económica. Con evidencias empíricas que abarcan estudios en Cuba
postrevolucionaria, República Dominicana y Puerto Rico. Sawyer demuestra que, si bien los negros
de Latinoamérica eran unos patriotas, históricamente han sufrido una “discriminación
inclusionaria” que les ha vedado o limitado un acceso al poder político, social y económico, razón
por la cual han participado en las luchas contra la desigualdad y la opresión racial. Uno de los
campos donde la gran población afrodescendiente en América Latina ha logrado imponer la
fortaleza de su legado es el de la cultura, donde se ha producido una amalgama que recoge
elementos lingüísticos, musicales y gastronómicos, para no hablar de manifestaciones artesanales
y organológicas, que reciben aportes de las razas comprometidas en el abrupto encuentro
colonial. Si bien la cultura y, entre sus manifestaciones, la música en América Latina recibieron el
fuerte contingente rítmico y organológico de África, Jairo Solano Alonso • Rafael Bassi Labarrera
Joe Arroyo: El rey del Carnaval 69Universidad Simón Bolívar que llegó a conquistar su presencia
vigorizando los aportes melódicos de Europa y los cantos rituales indígenas, Sawyer, apoyado en
Du Bois, sostiene que en América Latina, y particularmente en el Caribe, persiste la discriminación
y la inequidad extensiva a los sectores mestizos y mulatos de los sectores marginales rural y
urbano, lo que explica que no hay una disolución de las diferencias. En Colombia, a lo sumo, se
acepta que regiones como el Caribe, con fuerte presencia negra, pueden descollar en la fi esta y el
folclor, que es funcional para la diversión, pero los hilos del poder han estado ligados por siglos a
los blancos, a pesar del inevitable mestizaje. Diversos autores abordan un conjunto temático afín
con Peter Sawyer; es el caso de Wade, quien en su libro Música, raza y nación asigna al mestizaje y
el hibridismo manifestaciones de la consolidación de la identidad nacional como pluriétnica y
multicultural; igual procede Néstor García Canclini. En una postura más radical, Sawyer se inscribe
en la generación que examina, desde el punto de vista de los afrodescendientes, aspectos de la
cultura, y las interacciones de raza, género y política tanto en la América del Norte como en la de
infl uencia latina. Una de sus características es la reivindicación del legado de Web Du Bois y de
C.L.R. James, quienes han sido los intelectuales orgánicos del movimiento de la “diáspora africana”
que busca reescribir la historia negra en América Latina. En esa pesquisa, Sawyer hace uso, entre
otras, de la teoría de la “doble conciencia” de Web Du Bois, para contrastarla o verifi car con los
instrumentos de las Ciencias Sociales y Humanas, entre ellas la Historia, si sus premisas se cumplen
en el mundo de la América ibérica, gala y lusitana. Sus trabajos, por eso, versan sobre diversas
expresiones políticas de los afrolatinos, que estarían sujetas al mestizaje o manifestaciones
excepcionales en la literatura y la música de negros que no se sujetan al sincretismo, al melting pot
o a la deculturación. [ CARNAVAL DE BARRANQUILLA. Patrimonio musical y danzario del Caribe
colombiano ] 70Universidad Simón Bolívar El hallazgo importante para el Caribe colombiano
consiste en que el máximo intérprete de nuestra música popular afroantillana, Joe Arroyo,
adquiere una gran dimensión analítica para Sawyer, porque invita a rescribir la Historia negra en
su clásica obra ‘Rebelión’. Observemos el análisis del profesor investigador de la Universidad de
California, que contrasta el aporte del cartagenero original con la tradición salsera y merenguera
que considera el cuerpo de los negros y negras, como objetos de placer y deseo para el consumo
ya sea del sexo o con metáforas alimenticias que hablan de ricura y de sabor. A diferencia de
estos, destaca Sawyer, Joe Arroyo ubica conscientemente al cuerpo de la negra azotada por el
amo español en un contexto de violencia. Según el autor norteamericano, el mérito de Arroyo se
acrecienta por cuanto verso por verso, la canción cuestiona la percepción de una historia de
Colombia unifi cada, y saca a relucir la historia de opresión y luchas que marcan en especial la
historia afrocolombiana. De hecho, afi rma que nuestro ídolo replantea en ese trabajo la presencia
que tradicionalmente se le asignaba a la mujer en la música salsa. Sawyer invita a hacer una
lectura profunda del tema porque, según él, constituye un fuerte cuestionamiento sobre las
representaciones tradicionales de lo negro en la música salsa. Emprende Sawyer, por tanto, un
recorrido de cada frase de la canción desde la invitación, en la que Joe habla con su voz de tenor:
“Quiero contarles, mi hermano, un pedacito de la historia negra, de la historia nuestra,
caballero...”; paso a paso traduce para sus lectores académicos ingleses toda la canción, en una
ponencia académica que realiza en Portland (Oregon), mostrando cómo Arroyo desliga la
experiencia negra del contexto nacional y plantea la africanidad de los esclavos, en contraste con
lo español y con la cultura europea que disuelve la “democracia racial”. Muestra Sawyer cómo,
mediante el relato del matrimonio africano, Jairo Solano Alonso • Rafael Bassi Labarrera Joe
Arroyo: El rey del Carnaval 71Universidad Simón Bolívar nuestro cantautor convierte a la mujer en
centro de la protesta política y las luchas históricas, enalteciendo su condición; por otra parte,
destaca que al asignar al esposo negro que toma venganza de la afrenta (“¡No le pegue a mi
negra...!”), el carácter de “guapo”, lo convierte en “adalid” o en héroe de una causa política, a
diferencia del discurso del negro “gozón” o perezoso que se ha acuñado. En una brillante
conclusión, el profesor Mark Sawyer destaca las contribuciones musicales de Joe Arroyo, que
adquiere la estatura de un autor a escala universal. Sinteticemos: 1. Joe Arroyo desvirtúa la
historia ofi cial tradicional que marginaliza lo negro, y por el contrario reivindica las vivencias de
afrodescendientes como relatos con contenidos histórico-críticos. 2. Utilizando un género musical
caracterizado por el mito de la democracia y el mestizaje racial como la salsa, permite una crítica a
quienes asignan a Norteamérica las “muestras de identidad y resistencia negras”. 3. Por su
condición de artista colombiano popular y famoso, Joe Arroyo logra demostrar la existencia de una
“discriminación inclusionaria en la música y en las sociedades latinoamericanas”; sus canciones
son “formas fractarias de respuestas a la opresión y la cultura”. 4. Joe llama a una segunda
aproximación a la historia colombiana mostrando las diferencias, la violencia y la opresión. 5. Las
propuestas musicales de Arroyo se inscriben en una relectura de la democracia racial en la música
y se vinculan con expresiones como el rap hispano, o el reguetón puertorriqueño, o el olodum
brasileño; yo agregaría la champeta cartagenera, que incuba formas de protesta racial y política.
Por mi parte, considero que al ligar la canción ‘Rebelión’ de Joe Arroyo con las teorías del gran
autor negro Web Du Bois, Sawyer y la “diáspora africana”, y al presentar su obra en universidades
norteamericanas, [ CARNAVAL DE BARRANQUILLA. Patrimonio musical y danzario del Caribe
colombiano ] 72Universidad Simón Bolívar se enaltece el trabajo surgido del espíritu de un artista
genial que, con sus medios de expresión musical, ha logrado trascender la escena local, para
convertirse en un protagonista internacional de la cultura, como portador de unas ideas que han
permitido que estudiosos internacionales se ocupen de sus cantos de reivindicación de una raza
cuya fortaleza histórica nos hace gozar, pero también nos invita a pensar y a actuar. La refl exión
de catedráticos universitarios norteamericanos sobre estos temas como ‘Rebelión’, que hemos
gozado y seguiremos bailando en Carnaval, ofrecen un nuevo ángulo de análisis y obligan a que
Barranquilla brinde un reconocimiento elocuente a quien ha sido el Supercongo de nuestra magna
fi esta, y del cual a veces parecemos olvidar su grandeza. Esta vocación hacia lo étnico no la
abandona aun con trabajos de otros autores, como el magnífi co tema de José Jeremías Rivas
‘Blanco y negro’, donde abunda en las desventuras de la esclavitud del siglo XVII. En esta misma
orientación de los ancestros africanos, se desenvuelve el trabajo ‘Llanto ven, llanto va’: Raza
blanca que maltrató... a mi gente que del África llegó... Construyeron las murallas de mi bella
Cartagena, Amarrados con cadenas, Ahí libraron su batalla. En el tema ‘Mi libertad’, ofrece una
sugestiva e “imaginada” visión de la participación mestiza en la gesta del 11 de noviembre desde el
pueblo en el marco de: A Cartagena y Palenque llegó mi raza africana que derramó su sangre
todita a la orilla del mar Cargándole al español todo el oro que llevó y tan solo le ha dejado su
tambor; al indio lo mancilló, al negro lo esclavizó Confundiéndose lágrimas con su voz. Jairo Solano
Alonso • Rafael Bassi Labarrera Joe Arroyo: El rey del Carnaval 73Universidad Simón Bolívar Como
la India Catalina, fue virtuosa su vida y Cartagena con hambre todita se liberó, fue en un 11 de
noviembre, indios farotos anunciaron, llenos del espíritu de libertad. Pero igualmente, también
compuso temas de gran factura ideológica y protesta ciudadana como ‘La Guerra de los callados’,
que era un reclamo hacia los terroristas delirantes que sembraron en un mes de mayo de bombas
a Medellín a fi nales de los años ochenta y sometieron al silencio a sus gentes: La noticia se ha
regado... ¿qué cosa será? La guerra de los callados... declarada está. Todo el mundo está
enterado... confusión total. La guerra mata al hermano... sin discriminar. ¡Ay! que pena, señores,
todo el mundo en vela, [...] las puertas están cerradas [...] y selladas, las ventanas clavadas, [...]
lenguas inmovilizadas por la fuerza del terror... la noche que la ciudad murió. EL CANTO AL AMOR,
AL DOLOR Y LA ENSOÑACIÓN DEL CARIBE Esta temática es una constante en la producción de Joe
Arroyo. Sus grandes amores han recibido versos de lira y otros adoptados pero escogidos e
interpretados por él en forma insuperable. Todo el Caribe disfruta de estas creaciones que
enmarcan su matizada voz de tenor con el adorno de clásicos danzones y boleros, en la digitación
mágica de los pianos de Chelito de Castro, el Nene del Real o Hugo Molinares, que tienen la
seducción de noches y lunas tropicales, brindando serenatas a las amadas: Déjame que te cante,
dulce como tu mirada... Cómo me duele tu ausencia, déjame que te cante, la mariposa de tu jardín
tiembla en la niebla. [ CARNAVAL DE BARRANQUILLA. Patrimonio musical y danzario del Caribe
colombiano ] 74Universidad Simón Bolívar La profesión de fe romántica del Joe se expresa en
escasos boleros: quizá debió grabar un álbum de este ritmo tan latino y tan nuestro. Son
memorables temas como ‘Mary’, ‘Corazón romántico’ y ‘Noche de arreboles’: Hay noches de
arreboles que incitan al amor... y en los alrededores se enciende el ardor, son noches de ilusiones
como hoy te llaman, temblando de pasiones como hoy cual fl ama, son noches que me llaman, que
me dicen, que me impulsan, que me dicen que me entregue a la pasión. TEMAS DE ALEGRÍA Y
DOLOR También hay temas donde la alegría del ritmo no permite ver el dolor y la frustración; es el
caso de ‘Por ti no moriré’, ‘Ella y tú’, o en los boleros de excelente factura vocal ‘Volvió a mentir’,
‘Buenos días, tristeza’, etc. Esta línea temática sobre la base del drama personal del artista alude a
sus éxitos y fracasos. En esa orientación están ‘Fuego en mi mente’, ‘Centurión de la noche’, ‘La
noche’, ‘Musa original’, ‘Son apreta’o’, ‘A mi Dios todo le debo’, ‘Droga’, que, si bien parten de una
problemática subjetiva, no dejan de tener un sello social, dado que están dirigidas a los habitantes
de la noche y a los bohemios irredentos, que creen en Dios, tienen sus musas y viven seducidos
por las noches tropicales. En este capítulo se ha tratado de ofrecer una síntesis de la lírica del
legado del más internacional de los cantantes colombianos –Joe Arroyo–, que lo sitúan en el
ámbito de los cantores sociales del Caribe, inmerso en una visión crítica de la realidad desde su
percepción especial que le permite un uso ambivalente, tanto del lenguaje popular de las zonas
marginales de las urbes de la Costa colombiana, como de giros literarios en la búsqueda de un
lenguaje poético para la canción tropical. En el compositor Joe Arroyo encuentra el oyente y el
bailador, el Jairo Solano Alonso • Rafael Bassi Labarrera Joe Arroyo: El rey del Carnaval
75Universidad Simón Bolívar mensaje existencialista, el amor sublime, el desengaño amoroso,
donde demuestra –en su voz y en su lenguaje–, su amor al bailador, que es un hombre del pueblo
que sufre, ama y llora, pero que siempre está vivo entre nosotros. Álvaro José Arroyo falleció en
Barranquilla el 26 de agosto de 2011 pero cumplió su promesa de quedarse en tierra
barranquillera y seguir alimentando con su voz cada uno de nuestros regocijos

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