La Responsabilidad Civil Dominicana

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LA RESPONSABILIDAD CIVIL DOMINICANA.

QUE ES LA RESPONSABILIDAD CIVIL: Los antecedentes de la responsabilidad civil los encontramos en el derecho
romano, especialmente en la Ley Aquilia, la cual estableció una verdadera y propia obligación de resarcimiento de daños, cuando
una serie de hechos dañosos pudieran incidir sobre un patrimonio ajeno, superando así la estrechez de los conceptos de injuria que
era un delito romano que consistía en una lesión directa de la persona física, mas no de un patrimonio; y defurtum que era la figura
delictiva caracterizada porque su autor al realizarlo tenia generalmente un propósito de enriquecimiento.

La responsabilidad civil consiste en la obligación que recae sobre una persona de reparar el daño que ha causado a otro, sea en
naturaleza o bien por un equivalente monetario, (normalmente mediante el pago de una indemnización de perjuicios). Esta se
plantea en todas las materias que conciernen a la actividad humana, tanto en el ámbito público como privado.

La responsabilidad civil supone un daño, un perjuicio y por ende una persona que sufre, una víctima.

Desde que el autor del daño y la victima son dos personas diferentes, nace inmediatamente un conflicto, la victima entonces tiene
derecho a pedir la reparación del daño causado, ampliando mas la noción de lo que es la responsabilidad civil, no solo es causarle
daño al otro, también se compromete cuando se causa daño a uno mismo.

Art. 1382.- Cualquier hecho del hombre que causa a otro un daño, obliga a aquel por cuya culpa sucedió, a repararlo.

Ley aquilia, Se refiere a los daños causados damnum iniuria datum, es decir, "daños causados ilegalmente", una especie de acto
ilícito (o delito), aunque con diferencias de agravio como se conoce en los modernos sistemas de derecho común.

Furtum, Fue uno de los delitos privados que conocieron los romanos. Los otros eran: la rapiña, el daño injustamente causado, y la
injuria.

El furtum consistía en el apoderamiento ilegítimo de una cosa de carácter mueble ajena, sin consentimiento de su dueño, para lograr
con su uso y posesión un provecho pecuniario (animus lucrandi). Se requería el dolo.

Dentro de las clases de responsabilidad tenemos:


 Responsabilidad Moral.- Aquella que afecta el fuero de la conciencia: y el que se manifiesta en el individuo con la reacción
normal de arrepentimiento como sanción menor y el remordimiento como sanción máxima. Socialmente trasciende a través de los
reproches externos mas no llega al aspecto jurídico.

Responsabilidad Penal.- Aquella anexa a un acto u omisión penal por la ley y realizado por persona imputable, culpable y carente
de excusa absolutoria. Se traduce en la aplicación de una pena sea privativa de libertad o restrictiva de derecho.

Responsabilidad Jurídica.- Es la obligación o deuda moral en que incurren los magistrados o jueces que infringen la ley o
incumplen las leyes en el ejercicio de sus funciones especificas. Esta responsabilidad puede ser civil o penal, según sea la intención
dolosa o el carácter de la falta cometida. La responsabilidad jurídica supone, necesariamente la existencia de un perjuicio, este
perjuicio lo puede sufrir la sociedad o un individuo.

Responsabilidad civil.- La que compone el conjunto de responsabilidad contractual y extracontractual derivadas de la culpa o la


inejecución de obligaciones.

Toda responsabilidad constituye una reparación, no una sanción.


En materia del divorcio el articulo 1382 CCD ha readquirido un valor extraordinario y a este lo complementa la sentencia que dicto
la SCJ de fecha 27 de enero de 1984, esta establece que la mujer puede tomar todas las medidas provisionales que juzgue
conveniente, sin autorización del tribunal, porque estas medidas no tienen el carácter de embargo conservatorio, ni acarrean ninguna
responsabilidad para el tercero embargado.

El Art. 1382 además tiene aplicación en materia de responsabilidad patrimonial.

Domat distinguió tres clases de faltas. La penal, la contractual. Y la imprudencia o negligencia (delitos civiles).
En materia de responsabilidad delictuosa, se distinguió el delito (hecho intencional) del cuasi delito (hecho involuntario)

El Código Civil consagra un principio general de responsabilidad civil.


En materia delictuosa o cuasi delictuosa, una falta cualquiera era suficiente para comprometer la responsabilidad civil.

Art. 1382.- Cualquier hecho del hombre que causa a otro un daño, obliga a aquel por cuya culpa sucedió, a repararlo.

Art. 1383.- Cada cual es responsable del perjuicio que ha causado, no solamente por un hecho suyo, sino también por su negligencia
o su imprudencia.
La falta, no es más que la violación a una obligación preexistente. Existen dos tipos de faltas, las cuales son: a) la falta delictual que
se caracteriza por hacer el daño, b) cuasidelictual que se caracteriza cuando el daño ha sido causado sin intención alguna.
Hablaremos mas adelante.

Art. 1384.- No solamente es uno responsable del daño que causa un hecho suyo, sino también del que se causa por hechos de las
personas de quienes se debe responder, o de las cosas que están bajo su cuidado. El padre, y la madre después de la muerte del
esposo, son responsables de los daños causados por sus hijos menores, que vivan con ellos. Los amos y comitentes, lo son del daño
causado por sus criados y apoderados en las funciones en que estén empleados. Los maestros y artesanos lo son, del causado por sus
discípulos y aprendices, durante el tiempo que están bajo su vigilancia. La responsabilidad antedicha tiene lugar, a menos que el
padre, la madre, los maestros y artesanos, prueben que les ha sido imposible evitar el hecho que da lugar a la responsabilidad.

Este artículo declara que uno es responsable del hecho de las cosas que están bajo nuestro cuidado.

RESPONSABILIDAD DELICTUAL Y RESPONSABILIDAD CONTRACTUAL.

Las obligaciones, aplicando los principios de nuestro derecho, la obligación compromete su responsabilidad civil toda persona que
incumpla una obligación preexistente, sea legal, contractual, cuasicontractual, delictuosa o cuasi delictuosa. Significa que, para que
exista responsabilidad civil, es necesario que exista primeramente, una obligación y estas son las fuentes de la responsabilidad civil.

Hay dos clases de obligaciones legales: La obligación legal stricto sensu, no solo el deudor no ha querido convertirse en deudor,
sino que no ha realizado hecho alguno sobre el que quepa fundar su obligación. Así, el deudor de una obligación alimentaria; es la
ley sola la que crea, directamente, la obligación. Por el contrario, en caso de delito o de cuasicontrato, la ley interviene sin duda en
la creación de la obligación, pero indirectamente; la obligación nace directamente del deudor (delito, recepción de un pago indebido,
etc.), y la obligación legal lato sensu, que resulta de la violación del principio general consagrado en el Art.1382 CCD.

Art. 1382.- Cualquier hecho del hombre que causa a otro un daño, obliga a aquel por cuya culpa sucedió, a repararlo.

Diferencia entre la responsabilidad civil contractual y la responsabilidad civil delictual:


-La contractual: Nace del incumplimiento total o parcial de un contrato y se rige por el art. 1146 y siguientes del C. Civil. Cuando
una parte no cumple con sus obligaciones incurre en responsabilidad contractual, también cuando cumple mal (llamado prestación
defectuosa), todo esto a menos que haya causa de exoneración. Las causas de exoneración son generalmente el caso fortuito, la
fuerza mayor y el hecho de un tercero. Un ejemplo es el vendedor que no entrega a tiempo después de recibir el precio y una causa
de exoneración seria el hecho de un tercero.
-La delictual: También llamada extracontractual, nace del delito, del cuasidelito o del incumplimiento de un cuasicontrato (el
cuasicontrato es un hecho jurídico). Su fundamento jurídico o causa son los artículos 1382-1386 y se considera de orden público.
Diferencias Fundamentales:
1-En lo referente a la fuente de las obligaciones, la responsabilidad contractual nace de la violación a un contrato y la delictual
de la violación a una norma legal preexistente.
2-La contractual surge de actos voluntarios, la delictual generalmente de actos involuntarios.
3-Los principios de la responsabilidad civil contractual tienen carácter particular casi siempre referido al contrato y los de la
delictual son principios generales que se aplican a la mayoría de los casos de responsabilidad civil.
4-Ambas tienen diferentes elementos constitutivos.
5-En cuanto al tipo de obligación, en la contractual debe buscarse el fin de las partes al pactar el contrato. En la delictual debe
buscarse el fin perseguido por el legislador al dictar la norma legal preexistente. Por ejemplo, la prueba del incumplimiento es
más fácil cuando la obligación es de resultado. Cuando la obligación es de medios, debe probarse que hubo negligencia.
Semejanzas
1-Ambas suponen el incumplimiento de una obligación.
2-En ambas se exige el perjuicio.
3-En las dos responsabilidades debe haber una falta o culpa consistente en el incumplimiento de una obligación.
4-En ambas, la indemnización representa la reparación del perjuicio.
Además de las obligaciones legales, existen dos categorías de obligaciones que nacen fuera de la voluntad de los obligados,
estas son la responsabilidad civil y los cuasicontratos, art. 1370 CCD..
Art. 1370.- Se contraen ciertos compromisos sin que haya para ellos ninguna convención, ni por parte del que se obliga, ni por
parte de aquel respecto del cual se ha obligado. Resultan unos por la sola autoridad de la ley, y los otros nacen de un hecho
personal relativo a aquel que está obligado. Son los primeros, los compromisos hechos involuntariamente, tales como entre
propietarios vecinos, o los de los tutores y demás administradores que no pueden rehusar el cargo que se les ha conferido. Los
compromisos que nacen de un hecho personal relativo al que se encuentra obligado, resultan de los cuasicontratos, o de los
delitos o cuasidelitos; estos compromisos serán objeto del título presente.
El Perjuicio.   La expresión tradicional de daños y perjuicios designa a la compensación a la persona acordada al acreedor en
caso de inejecución del contrato o la indemnización atribuida a la víctima, con motivo de la falta cometida por un tercero. El
término "daño" se refiere a toda suerte de mal material o moral. Esta definición se debe entender en el sentido de daño
material. El daño también puede ser moral. De este modo, entiende por daño "la pérdida o menoscabo sufrido en el patrimonio
por la falta de cumplimiento de una obligación. Lo que es notorio, es que en materia de responsabilidad civil, el daño se
encuentra generalmente relacionado con el concepto de perjuicio, que resulta ser la categoría opuesta del daño emergente.
Cuando un hecho cause daños y perjuicios a una persona y la ley imponga al autor de este hecho o a otra persona distinta la
obligación de reparar esos daños y perjuicios, hay responsabilidad civil. Los daños y perjuicios cuya reparación impone la ley,
pueden provenir de un hecho ilícito ó de un hecho lícito.
Art. 1149.- Los daños y perjuicios a que el acreedor tiene derecho, consisten en cantidades análogas a las pérdidas que haya
sufrido y a las ganancias de que hubiese sido privado, salvo las modificaciones y excepciones a que se refieren los artículos
siguientes.
Damnum emergens y lucrum cessans que tienen el mismo significado, daños y perjuicios.
Se precisa la existencia de un perjuicio, tanto en materia delictuosa como en materia contractual. El Art. 1382 del CCD habla
expresamente de la existencia de este primer elemento de la responsabilidad.
La doctrina y la jurisprudencia admiten, sin embargo, que cuando se trata de responsabilidad contractual y se ha insertado en el
contrato una clausula penal que establece de antemano el monto de los daños y perjuicios, las partes no solo han querido
dispensar al acreedor de establecer el daño, sino establecer, además, que la suma fijada será debida aun en la ausencia de todo
perjuicio, en otros casos el legislador podría intervenir para valorar si hay perjuicios o no.
Art. 1153.- En las obligaciones que se limitan al pago de cierta cantidad, los daños y perjuicios que resulten del retraso en el
cumplimiento, no consisten nunca sino en la condenación a los intereses señalados por la ley; salvas las reglas particulares del
comercio y de las finanzas.
En este articulo fija en los intereses legales los daños y perjuicios, sin necesidad de que el acreedor este obligado a justificar
perdida alguna.
Hay dos elementos constitutivos del perjuicio que son: A) Las pérdidas sufridas ( damnum emergens) y
B) Las ganancias dejadas de percibir (lucrum cessans).
Art. 1149.- Los daños y perjuicios a que el acreedor tiene derecho, consisten en cantidades análogas a las pérdidas que haya
sufrido y a las ganancias de que hubiese sido privado, salvas las modificaciones y excepciones a que se refieren los artículos
siguientes.
Art. 1150.- El deudor no está obligado a satisfacer más daños y perjuicios, que los previstos o que se han podido prever al
hacerse el contrato, excepto en el caso en que la falta de cumplimiento proceda de su mala fe.
Art. 1151.- Aun en este último caso, o sea el de dolo, los daños y perjuicios que por pérdidas o faltas de ganancias se deban al
acreedor, no pueden comprender sino lo que sea consecuencia inmediata y directa de la falta de cumplimiento del contrato.
Art. 1152.- Cuando el contrato contenga una cláusula que fije una suma determinada, que deba pagar en concepto de daños y
perjuicios el contratante que deje de cumplirlo, no podrá exigirse mayor suma en este sentido, ni reducir tampoco su entidad.
Art. 1153.- En las obligaciones que se limitan al pago de cierta cantidad, los daños y perjuicios que resulten del retraso en el
cumplimiento, no consisten nunca sino en la condenación a los intereses señalados por la ley; salvas las reglas particulares del
comercio y de las finanzas. Deben abonarse estos daños y perjuicios, sin que el acreedor esté obligado a justificar pérdida
alguna. No se deben, sino desde el día de la demanda, excepto en los casos en que la ley las determina de pleno derecho. 220
Código Civil de la República Dominicana
Art. 1154.- Los intereses devengados de los capitales pueden producir nuevos intereses, o por una demanda judicial o por una
convención especial, con tal que, sea en la demanda, sea en la convención, se trate de intereses debidos a los menos por
espacio de un año entero
Art. 1155.- Sin embargo, las rentas vencidas como arrendamientos, alquileres, pensiones devengadas de rentas perpetuas o
vitalicias, producen interés desde el día de la demanda o de la convención. La misma regla se aplica a las restituciones de
frutos, y a los intereses pagados por un tercero al acreedor en liberación del deudor.
Existen dos tipos de perjuicios,
a) el daño moral y
b) el daño material.
Perjuicio Moral. El daño moral es la molestia o dolor, no apreciable en dinero; el sufrimiento moral o físico que produce un
determinado hecho. "Es el sufrimiento o aflicción psicológica que lesiona el espíritu y se manifiesta en dolores e inquietudes
espirituales y pesadumbres". Nuestra jurisprudencia superior considera que el daño extramatrimonial o no económico, un
sentimiento intimo, una pena, un dolor, el atentado a la reputación o al honor puede construir este daño. La existencia del daño
puede ser evidente en razón de su propia naturaleza o ser fácilmente asimilable a los hechos de la causa. El daño moral resulta de los
dolores, sufrimientos, aflicciones mortificaciones y privaciones. Este tipo de perjuicio, puede sufrirse no solamente en ámbito de la
responsabilidad civil delictual o cuasi delictual, sino también en la responsabilidad civil contractual.
Según el art. 1149, del Código Civil Dominicano, dice: Los daños y perjuicios a que el acreedor tiene derecho, consisten en
cantidades análogas a las pérdidas que haya sufrido y a las ganancias de que hubiese sido privado, salvas las modificaciones y
excepciones a que se refieren los artículos siguientes. Es decir que, el daño moral en la doctrina moderna señala que es todo daño no
patrimonial, capaz de comprender otros menoscabos que no admiten apreciación pecuniaria directa como, por ejemplo, el daño
corporal o biológico, el daño a derechos de la personalidad, el perjuicio estético y la pérdida del gusto vital
Perjuicio Material. El daño es patrimonial cuando consiste en una pérdida pecuniaria. Se distingue el daño emergente (pérdida
actual del patrimonio) y el lucro cesante (frustración de una legítima utilidad que hubiera incrementado el patrimonio de no haber
sucedido el hecho dañoso). Se entiende por ello el atentado que se produce contra los derechos pecuniarios de una persona. Para dar
lugar a la reparación, el perjuicio debe ser cierto; no debe haber sido indemnizado anteriormente; debe implicar un ataque a un
interés legítimo jurídicamente protegido; debe ser directo; en principio, debe ser previsible cuando la responsabilidad sea
contractual. Esto nos conlleva a aquello que sufre una persona a consecuencia de un daño a una cosa que le pertenece o posee; así
como los daños corporales que son los que resultan para la víctima de una lesión corporal (Golpes, heridas, lesiones, mutilaciones,
etc.) . Una misma lesión puede dar lugar a daño patrimonial y moral. Ej.: la destrucción de joyas puede acarrear una daño
patrimonial, representado por el valor comercial del bien, y un daño extra patrimonial, por el valor de afección que tenían por ser un
recuerdo de familia.
 El perjuicio para que sea objeto de reparación se encuentra sometido a los requisitos siguientes:
a) El perjuicio debe ser cierto y actual;
b) El perjuicio debe haber sido reparado; y
c) El perjuicio debe ser personal y directo.
Jurisprudencia. Algunas decisiones no admiten la reparación del daño moral en materia contractual, pero la mayoría de los
tribunales se pronuncian en sentido contrario, estos han reconocido que hay lugar a daños y perjuicios, en el caso de inejecución de
un contrato relativo a un retrato de familia, ej. El caso de que a un pasajero no se le asigno el asiento de confort que había comprado
con antelación.

El Perjuicio debe ser cierto y actual. Es decir que debe ser real, efectivo, tener existencia. Con esto se rechaza el daño eventual,
meramente hipotético, que no se sabe si existirá o no. Pero en Francia se está aceptando una cierta categoría de daño eventual: la
perdida de una probabilidad cierta. Pero que el daño sea cierto no elimina la indemnización del daño futuro, que no ha sucedido aún,
con tal que sea cierto, esto es, que no quepa duda de que va a ocurrir. En el fondo el lucro cesante es siempre un daño futuro. Por
ello no se discute la indemnización del daño futuro cierto. Pero por la razón señalada el daño futuro no es indemnizable, puesto que
aun no se ha producido, si no es cierta su sobreviniencia. Pero cabe preguntarse si la posible victima puede accionar para impedir el
daño que fundadamente teme. Si bien no será una acción indemnizatoria, creemos que cualquier persona puede recurrir al juez
solicitándole que tome medidas de prevención cuando exista un daño que fundadamente se teme, y esto es mediante el recurso de
protección. Para que el perjuicio sea susceptible de reparación es preciso que su existencia no sea cuestionada; es decir que debe
existir o haber existido, y que se encuentre fundado en hechos precisos y no hipotéticos. El perjuicio hipotético o eventual no es
reparable. Cuando existen dudas acerca de si el perjuicio se producirá o no se producirá, la acción en responsabilidad civil no puede
ser admitida. Es por tanto que, lo cierto es que el daño nazca de un hecho preciso, no una hipótesis; lo real y actual es que el daño
debe haber existido o existir al momento de la acción en responsabilidad.
El Perjuicio no debe haber sido reparado. en principio no puede exigirse la indemnización de un daño ya reparado, en el caso de
que sean varios los autores la obligación de pagar los daños es solidaria, pero una vez satisfecha no se puede pedir la reparación a
otro de los autores. Se presenta en este punto el problema del "cúmulo de las indemnizaciones", esto quiere decir, que la víctima
haya obtenido de un tercero ajeno al hecho ilícito una reparación total o parcial del daño sufrido.
Este tercero podrá ser una compañía aseguradora o un organismo de seguridad social, así, si tales beneficios, tienden a reparar el
daño, este se extingue, ya no existe, y no puede exigirse nuevamente su reparación.
El que ha pagado esta indemnización no podrá repetir contra el hecho a menos que se le concedan las acciones correspondientes, o
le ley se las otorgue. De la misma manera que no existe responsabilidad civil, sin la existencia de un perjuicio, de esa misma
manera, cuando el perjuicio ha sido reparado, no puede servir de base para el ejercicio de una acción en responsabilidad civil. El
daño o perjuicio origina a favor de la victima una obligación, un crédito que permite demandar al responsable la reparación; un
crédito que le permite demandar al responsable la reparación; pero esa obligación se extingue mediante el pago, es por tanto, que el
pago es un modo de extinción de las obligaciones. Si no, puede hacerse como la jueza que demandó en daños complementarios
cuando el Toyota le atravesó su tienda. Otro ejemplo es el responsable de un accidente que le pagó la clínica y le dio unos chelitos a
la víctima, pero no pidió descargo, eso era un avance de la indemnización debida. Esta posibilidad es consecuencia de que la víctima
es acreedora del autor del daño porque la Responsabilidad Civil no es más que otro tipo de obligación que cuando el deudor paga, la
víctima no tiene derecho ni interés en pedir el cumplimiento de la obligación saldada. Si ha habido reparación parcial y no ha habido
transacción o descargo total, siempre puede demandarse por el daño faltante.
Según el Art. 1236.- La obligación puede cumplirse por cualquier persona que esté interesada en ella, tal como un co-obligado
o un fiador. La obligación puede también ser saldada por un tercero que no esté interesado en ella, si este tercero obra en nombre y
en descargo del deudor, o si obra por sí, que no se sustituya en los derechos del acreedor.
Pero según el Art. 1237 nos dice: "La obligación de hacer no puede ser cumplida por un tercero contra la voluntad del acreedor,
cuando este último tiene interés en que sea cumplida por el deudor".
Como la Responsabilidad Civil es un tipo de obligación, se aplica el Art. 1236 del C.C.D. y cualquier tercero interesado puede pagar
el monto: aseguradora, pariente del autor, etc. Daño reparado, muerta la acción en responsabilidad civil. Si hay interés, puede
subrogarse en los derechos de la víctima, si no hay, puede simplemente demandar en repetición al responsable.
El Perjuicio debe ser personal y directo. Lo normal es que resulte lesionado por el hecho ilícito un derecho subjetivo, ya sea
patrimonial o como el de dominio, o extra patrimonial como el honor de la persona. Si causa del hecho ilícito la persona muere en
ese instante nada transmite a sus herederos, porque nada ha alcanzado a adquirir. Pero si fallece posteriormente la facultad de pedir
la indemnización de perjuicios se transmite a sus herederos. Sin embargo los que no son herederos de la victima pueden tener un
perjuicio personal a consecuencia del fallecimiento de esta, y en tal caso, concurriendo los requisitos legales, habrá derecho a
indemnización, pero no la cobran como herederos, sino que por el daño personal que experimentan. En esto se encuentran en igual
situación que una persona que no es heredera de la víctima, y que el fallecimiento de esta lesiona un derecho, y por ello se le ha
concedido indemnización al hermano del fallecido a quien este proporcionaba alimentos, a pesar de que no tenía derecho
a herencia porque no era heredero, pero el hecho ilícito había vulnerado un derecho suyo: el de alimentos. Pero no sólo hay derecho
a indemnización cuando se vulnera un derecho, sino también un interés legitimo; se exige sin embargo que el interés sea legitimo,
licito, y por ello la doctrina niega en general que los concubinos puedan cobrar indemnización por los daños personales que les
produzca el fallecimiento de su conviviente a causa de un hecho ilícito.
En efecto nadie puede reclamar la reparación del perjuicio sufrido por otro.
Cuando un interés jurídico resulta lesionado sólo el sujeto para quien ese interés representa la posibilidad de satisfacción de una
necesidad disponible de la titularidad de la acción en indemnización. De ahí que todo el mundo convenga en que el perjuicio deba
ser personal. De ahí que nuestra legislación se base en el art. 1382, del C.C.D; nos dice: "Cualquier hecho del hombre que causa a
otro un daño, obliga a aquel por cuya culpa sucedió, a repararlo". El daño debe haber afectado de alguna manera a la persona que
demanda al autor.
Existen casos en los cuales no es la victima directa la que demanda, sino parientes y afines, los cuales no han recibido de manera
directa y personal el atentado. En ese caso consideramos victima a la hora de demandar las que señala el artículo 83 del Código
Procesal Penal: El directamente ofendido, su cónyuge o conviviente notorio, padre o hijo adoptivo o biológico, pariente dentro del
tercer grado de consanguinidad o segundo de afinidad y los herederos cuando el hecho punible cause la muerte del ofendido.
Algunas salvedades respecto a la personalidad y calidad de directo del daño.
A) Los hijos por la muerte de su padre (sin discriminación): Cuando la filiación no es el centro del debate judicial, se puede probar
por cualquier medio.
B) Los padres por la muerte de los hijos: Para admitir demanda por padres de crianza, debe demostrase que ellos tenían la guarda.
C) Los cónyuges o convivientes siempre que cumplan los requisitos de la sentencia 17-10-2001 BJ 1091 p. 500: 1) una convivencia
"more uxorio", o lo que es lo mismo, una identificación con el modelo de convivencia desarrollado en los hogares de las familias
fundadas en el matrimonio, lo que se traduce en una relación pública y notoria, quedando excluidas las basadas en relaciones ocultas
y secretas; 2) ausencia de formalidad legal en la unión; 3) una comunidad de vida familiar estable y duradera, con profundos lazos
de afectividad; 4) que la unión presente condiciones de singularidad, es decir, que no existan de parte de los dos convivientes iguales
lazos de afectos o nexos formales de matrimonio con otros terceros en forma simultánea, o sea, debe haber una relación monogamia,
quedando excluidas de este concepto las uniones de hecho que en sus orígenes fueron pérfidas, aún cuando haya cesado esta
condición por la disolución posterior del vínculo matrimonial de uno de los integrantes de la unión consensual con una tercera
persona; 5) que esa unión familiar de hecho esté integrada por dos personas de distintos sexos que vivan como marido y mujer sin
estar casados entre sí; El 18 de octubre del 2002 se dijo que cuando el concubino no muere, la concubina no tiene calidad.
D) Los hermanos, siempre que demuestren comunidad afectiva o dependencia económica. BJ 764 pág. 3388 fecha 23-12-74.
E) Los subrogados y cesionarios de la víctima o de las acciones de la víctima. La familia innominada no puede demandar sino que
debe hacerlo de manera nominada, con sus nombres generales y calidades .Así mismo, las reglas sucesorales no se aplican en
materia de responsabilidad civil pues la demanda de un pariente no excluye a los otros hijos, cónyuges, padres, etc., por separado.
Daño por pérdida de una oportunidad.  Los padres que por la muerte de un hijo se ven privados de ser socorridos por él durante
la vejez; El cliente que pierde la oportunidad de ver revocada una sentencia condenatoria porque el abogado no interpuso recurso
a tiempo; La concursante de belleza que pierde oportunidad de ganar por accidente; El prometido que pierde la oportunidad de
casarse por la muerte accidental de su futura pareja; El accidente de un caballo de carreras hace perder a su propietario la posibilidad
de ganar el premio, no el premio mismo. La reparación no será integral.

La prueba del Perjuicio. El mismo principio que consagra el art. 1315 del C.C.D; nos dice:"El que reclama la ejecución de una
obligación, debe probarla. Recíprocamente, el que pretende estar libre, debe justificar el pago o el hecho que ha producido la
extinción de su obligación". En cuanto a que el que alega un hecho está obligado a probarlo es aplicable al perjuicio. Corresponde a
la victima el establecimiento no sólo de la obligación incumplida o del hecho que le da nacimiento sino también la prueba del
perjuicio que alega haber sufrido. Sin embargo, tenemos que señalar que si bien es cierto que de conformidad con el artículo 1315,
del C.C.D; se aplica tanto para la prueba del daño como para las calidades de los demandantes, sin embargo, hay cuestiones como el
parentesco y la propiedad que tienen sus medios naturales de prueba (actos del estado civil, certificación de organismos
correspondientes, etc.).
Corresponde al reclamante establecer la prueba del perjuicio, y que en caso de reclamación de daños y perjuicios por la destrucción,
avería o deterioro de una cosa, la carga de la prueba del daño pesa sobre el que reclama la reparación; no es menos cierto que el que
reclama la propiedad de una cosa de la cual tiene uno la posesión de ella se beneficia de una presunción de propiedad y hay que
oponerle la prueba en contrario.
Art. 1610.- Si faltare el vendedor a hacer la entrega en el tiempo convenido por la partes, podrá el comprador, a su elección, pedir la
rescisión de la venta, o que se le ponga en posesión de ella, si el retardo es causado solamente por el vendedor.
Art. 1611.- En todos los casos debe condenarse al vendedor a los daños y perjuicios, si éstos resultan para al adquiriente por falta de
entrega en el término convenido.
pero el art. 1148 del C.C.D; establece que: "No proceden los daños y perjuicios, cuando por consecuencia de fuerza mayor o de caso
fortuito, el deudor estuvo imposibilitado de dar o hacer aquello a que está obligado, o ha hecho lo que le estaba prohibido". Es por
tanto que la a prueba de perjuicio se fundamenta en dos principios básicos:
1.-El perjuicio debe ser probado en el juicio; de lo contrario, no puede ser objeto de indemnización.
2.-La jurisprudencia ha señalado que ello comprende tanto del perjuicio ó daño emergente como el lucro cesante.
El perjuicio indirecto (Remisión). Cuando un perjuicio se proyecta hacia el futuro a consecuencia de otras causas que no es la
inicial, se dice que el perjuicio es indirecto.
Apreciación del perjuicio. Una cosa es la apreciación del perjuicio y otra cosa es la evaluación. En la primera los jueces determinan
si existe o no perjuicio, mientras que la segunda lo que hace es evaluar el perjuicio ya determinado. El daño no se aprecia
subjetivamente "in concreto", sino "in abstracto", lo que la sociedad considera dañino. La cuantía de la indemnización si es "in
concreto".
Según el Lic. Juan Morel, el daño debe evaluarse in concreto porque hay víctimas que por sus especiales condiciones son más
afectadas que otras por los daños.
LA FALTA

La falta, no es más que la violación a una obligación preexistente. Existen dos tipos de faltas, las cuales son: a) la falta delictual que
se caracteriza por hacer el daño, b) cuasidelictual que se caracteriza cuando el daño ha sido causado sin intención alguna.

La falta, es la actitud de una persona que por negligencia, imprudencia, descuido o ligereza, incumple su obligación en violación a
una relación contractual preexistente de la cual ella es parte, o bien, no respeta su deber de no causar daño a otro.

la falta, es la acción u omisión perjudicial en que uno incurre por ignorancia, impericia, precipitación o negligencia, o la omisión del
cuidado y exactitud que uno debe poner en alguna cosa. La mayoría de los autores clásicos franceses definen la falta como un error
de conducta que no habría sido cometido por una persona normal, en igualdad de condiciones exteriores. La Suprema Corte de
Justicia había sustentado el criterio de que la falta no era más que el incumplimiento de una obligación preexistente, consistente en
una acción cuya ejecución estuviera a cargo del agente o en una omisión o abstención de cumplir. En otras palabras, la falta consiste
en no cumplir un hecho prescrito o que se haya cometido un hecho que esté prohibido. (Jorge Subero Isa, 2019).

En otra sentencia más reciente, la Suprema Corte de Justicia consideró que la falta es un error de conducta. Esta sentencia pone un
criterio más amplio que la anterior en cuanto a la apreciación del hecho que puede ser constitutivo de falta, pues no se limita a
sancionar pura y simplemente la violación a un deber jurídico, sino que además completa la idea de que el error de conducta es
violatorio del deber jurídico. Sin embargo, en ocasiones una persona puede cometer una falta aún ejerciendo un derecho; esto ocurre
cuando se comete un abuso de derecho el cual consiste en la realización de una actuación notoriamente anormal. (Jorge Subero Isa,
2019).

En opinión de la famosa cátedra del magistrado Jorge Subero Isa sobre la Responsabilidad Civil, la Suprema Corte de Justicia ha
hecho de la falta un requisito indispensable no solamente para la responsabilidad delictual o cuasidelictual, sino también para la
responsabilidad contractual. En lo relativo a la inejecución de obligaciones contractuales la ha exigido para evaluar el perjuicio y la
falta; toda reparación o indemnización tiene por fundamento una falta; los jueces deben exponer en sus sentencias los hechos
constitutivos de la falta; la demencia hace desaparecer la responsabilidad civil al mismo tiempo que la responsabilidad penal en el
agente del hecho dañoso cometido; para que los tribunales puedan condenar al pago de una indemnización, como reparación de
daños y perjuicios es indispensable que se establezca no sólo una falta imputable al demandado, sino el perjuicio a quien reclama la
reparación, y la relación de causa a efecto.

La falta es intencional cuando una persona actúa con intención de causar un daño a otro. En la responsabilidad extracontractual esa
falta se llama falta delictual y consiste en el deseo y la intención inequívoca de causar daño. Que no es delictual como se concibe en
el derecho penal. Corresponde al juez entregarse al examen subjetivo para establecer la falta intencional.

La falta es inintencional, cuando aquella falta que comete una persona no tiene la intención de ocasionar daño. En la
responsabilidad extracontractual esa falta se denomina falta cuasidelictual.

Como la falta constituye un error de conducta, resulta imposible categorizar o clasificar a priori las diferentes circunstancias en que
una persona puede incurrir en ese error de conducta, y es que solamente los tribunales pueden determinar cuándo se está frente a un
hecho faltazo. (Jorge Subero Isa, 2019).

Conforme a lo que dispone el artículo 1315 del Código Civil el que reclama la ejecución de una obligación debe probarla;
recíprocamente, el que pretende estar libre, debe justificar el pago el hecho que ha producido la extinción de su obligación. De ahí
que corresponde a la víctima probar la existencia de la obligación de reparación que pesa sobre el autor del daño. Cuando se
persigue la reparación por la vía contractual corresponde a la víctima probar la existencia del contrato que ha generado la obligación
no cumplida, y la falta del autor del daño. Si se persigue por la vía delictual, la víctima deberá probar el texto legal o los principios
de justicia cuya violación invoca, así como la falta imputable al deudor. (Jorge Subero Isa, 2019).

Lo importante es, en primer lugar, probar la existencia de la obligación cuyo cumplimiento ha causado el daño; y en segundo lugar,
determinar la naturaleza jurídica de esa obligación. La obligación desde el punto de vista de su cumplimiento puede ser una
obligación determinada o de resultado o una obligación de prudencia y diligencia o de medios. Existe una obligación determinada o
de resultado cuando la ley o el contrato le imponen al deudor el cumplimiento de una prestación consistente en la obtención de un
resultado. La Suprema Corte de Justicia en materia contractual ha sido juzgado que la obligación del transportista es una obligación
de resultado. Siendo estas decisiones vinculantes. Existe una obligación de prudencia y diligencia o de medios cuando el contrato o
la ley imponen al deudor la obligación de conducirse con prudencia y diligencia, o de realizar determinadas diligencias a fin de
obtener un resultado.

A priori- primero

More-uxorio-esposo-esposa

In concreto-en concreto

In abstracte-abstractamente

El LAZO DE CAUSALIDAD.
Para que exista la responsabilidad civil del agente, es preciso que exista un lazo de causalidad entre la falta y el perjuicio; este debe
ser la consecuencia de la causa cometida.

Para que exista responsabilidad civil no se requiere tan solo de la existencia de una falta y de un perjuicio, pues puede haber una
falta que no ocasiona un daño o puede haber un daño sin que haya falta. La necesidad de la existencia del vínculo de causalidad es
un asunto de buen sentido. El autor de una falta no tiene que reparar, sino los perjuicios que sean la consecuencia exclusiva de esa
falta.

Este impone el elemento de la responsabilidad y la necesidad de la relación de la causalidad, en los casos excepcionales de
responsabilidad sin falta, la relación de causa a efecto debe de existir entre el hecho del demandado y el daño.

La Corte de Casación puede controlar las calificaciones dadas a los hechos por los jueces del fondo.

La relación de causalidad es también una cuestión de derechos

Para los Mazeaud: “No es suficiente para que sea exigible la responsabilidad civil con que haya sufrido un perjuicio el demandante
ni con que se haya cometido una culpa por el demandado. Debe reunirse un tercero y último requisito: la existencia de un vínculo de
causa a efecto entre la culpa y el daño: se precisa que el daño sufrido sea la consecuencia de la culpa cometida”.

La falta y la relación de causalidad son distintos en su existencia, puede haber lazo de causalidad sin falta, así como falta sin lazo de
causalidad, cuando la obligación contractual o legal, es una obligación determinada, el lazo de causalidad y la falta se pueden
confundir, porque la falta aquí consiste en no haber ejecutado su obligación.

La existencia de la presunción de responsabilidad.

Art. 1384.- No solamente es uno responsable del daño que causa un hecho suyo, sino también del que se causa por hechos de las
personas de quienes se debe responder, o de las cosas que están bajo su cuidado. El padre, y la madre después de la muerte del
esposo, son responsables de los daños causados por sus hijos menores, que vivan con ellos. Los amos y comitentes, lo son del daño
causado por sus criados y apoderados en las funciones en que estén empleados. Los maestros y artesanos lo son, del causado por sus
discípulos y aprendices, durante el tiempo que están bajo su vigilancia. La responsabilidad antedicha tiene lugar, a menos que el
padre, la madre, los maestros y artesanos, prueben que les ha sido imposible evitar el hecho que da lugar a la responsabilidad.

En principio el demandante debe de establecer la existencia del lazo de causalidad, del mismo modo que el perjuicio y la falta. Pero
cuando la ley establece una presunción de responsabilidad forzada, la misma ley prohíbe al demandado la prueba de ausencia de
falta, al demandado no le queda otro remedio qué demostrar la causa extraña, la carga de la prueba del lazo de causalidad queda,
pues, invertida, la presunción de responsabilidad es una presunción de causalidad.

Presunción de responsabilidad, si le es permitido al demandado demostra la ausencia de falta para destruir la presunción que exista
contra el, pero se acepta generalmente que en este caso la presunción comprenda un lazo de causalidad, de lo contrario dichas
presunciones no tendrían ningún interés practico. En consecuencia, cada vez que la ley establece a favor de la victima una
presunción de responsabilidad, esta presunción comprende el lazo de causa y efecto.

El problema es diferente cuando en la realización del daño, concurren, además del acto imputable al demandado, diversas causas.
(La falta de la víctima, el hecho de un tercero o causa de fuerza mayor). Hay interés, entonces, en determinar cuáles son aquellos
hechos que pueden ser retenidos como causa del suceso, y el efecto que produce la pluralidad de la causa, es necesario precisar las
dos grandes tendencias en las cuales ellos se basan: la teoría de la equivalencia de las condiciones y la teoría de la causalidad
adecuada.

La teoría de la equivalencia, es la teoría de las condiciones o de la condición sine qua non (sin ello). Esta fue sostenida por el
jurisconsulto aleman Von Buri quien dijo que todos los sucesos que concurren a la realizacion de un daño, son causas de este.
Todos desde el punto de responsabilidad, son equivalentes y, todos deben ser retenidos como causas.

El Filosofo Von Kries, defendio la teoria de la causalidad adecuada, quien sostuvo todo lo contrario, diciendo, que no todos los
sucesos que concurren a la realizacion de un daño, que son las condiciones del mismo, son su causa desde el punto de vista de la
responsabilidad, solo pueden ser retenidos como tales, los sucesos que deben normalmente producirlo.Es necesario que la relacion
entre el suceso y el daño que resulta, sea adecuada y no fortuita.

Pluralidad de causas.

Existen acontecimientos que atenuan el vinculo de causalidad. Estos acontecimientod, que constituyencausas eximentes de
responsabilidad como o constituyen la falta exclusiva de la victima, el caso fortuito o fuerza mayor y el hecho de un tercero, son : la
la concurrencia y el daño indirecto.

Concurrencia de causas : cuando se observa detenidamente las circunstancias en que se ha producido un daño, se advierte que ese
daño es la resultante de varios acontecimientos, de varios hechos, y que su acontecimirnto que al conjugarse producenel daño, se
encuentra el hecho imputado al demandado, pero tratandose de un asunto de concurrencia de hechos la accion del demandado no ha
sido exclusivamente la causa del daño. La concurrencia de causas puede consistir en acciones conjugadas de la victima y/o del caso
fortuito o fuerza mayor y/o del hecho de un tercero.

Hechos a retener como causas del daño : El Licenciado Juan Morel en su articulo citadoagrega que el problema que se plantea es el
de la pluralidad de causas. Se trata de saber que hechos son retenidos como causa, entre aquellos que han concurrido al perjuicio, o
entre otros terminos, hasta donde un hecho puede ser considerado como suficiente para desempeñar en determinado caso un papel
casual.

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