1 Transmision de La Informacion en El Sistema Nervioso

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TRANSMISION DE LA INFORMACION EN EL SISTEMA NERVIOSO

William Guevara Ortega

1. PRINCIPALES TIPOS DE SEÑALES QUÍMICAS

a) Intracelulares.- La propia célula realiza el envío y la recepción de señales dentro de sus propios
límites. Por ejemplo, los segundos mensajeros.
b) Autocrinas.- la señal secretada por una célula en su ambiente retroalimenta a la propia célula y afecta
su propia actividad.
c) Paracrina.- la señal química liberada se difunde a células diana cercanas a través del espacio
extracelular.
d) Transmisor sináptico.- llamada también función neurocrina, la señal química liberada se difunde a
través de la hendidura sináptica y origina un cambio en la polarización de la membrana postsináptica.
e) Neuromoduladora.- una señal química influye, a menudo en las uniones sinápticas sobre la actividad
de las neuronas. Puede ocurrir de dos formas: 1) puede darse a través de una terminación moduladora
sobre un botón terminal presináptico; 2) la modulación puede producirse a través de una acción más
difusa en varias sinapsis adyacentes, una especie de función de riego.
f) Endocrina.- la señal química es liberada al torrente sanguíneo y captada selectivamente por órganos
diana.
g) Feromonas.- este término se emplea para designar a una señal química que es liberada al exterior del
cuerpo de un organismo y que afecta a otros miembros de la misma especie.
h) Alomonas.- Son señales químicas liberadas por una especie que afectan la conducta de otras especies.
Las alomonas pueden intercambiar mensajes entre especies animales o entre plantas y animales.

2. LA SINAPSIS: ESTRUCTURA Y FUNCIÓN


Al sitio de comunicación entre dos neuronas se le conoce como sinapsis. No se trata de un contacto
directo, puesto que existe una separación infinitesimal entre las dos células, sino del punto en el que las dos
células muestran, según el microscopio electrónico, áreas especializadas identificables tanto a nivel de la
membrana celular como del interior y donde ocurre la transferencia de información entre dos células
nerviosas. Existen varias formas de clasificar a las sinapsis, la más utilizada es de acuerdo a su naturaleza:
las químicas y las eléctricas, en donde las membranas de las dos neuronas están casi juntas, es decir, no se
observa (todo esto con el microscopio electrónico) ninguna hendidura o brecha entre las células. En estas
sinapsis, el impulso nervioso pasa de una célula a otra manteniendo su forma eléctrica, sin pasar por una
transformación de mensaje químico. Anatómicamente, podemos referirnos a sinapsis axodendríticas,
aquellas en las que el impulso nervioso parte del cuerpo celular y viaja hacia la periferia, para establecer
comunicación a nivel de las dendritas (que son las que hemos mencionado); asimismo, podemos hablar de
sinapsis axoaxónicas, axosomáticas (de un axón al cuerpo de una neurona) e incluso dendrodendríticas.

A. El potencial Bioeléctrico
El interior de una neurona (incluyendo su axón) tiene menos cargas positivas que el exterior,
produciéndose una diferencia de voltaje o potencial eléctrico en ambos lados de la membrana neuronal
(aproximadamente -70 milésimas de voltio). Esto es, se encuentra polarizada, siendo el polo negativo el
interior de la célula y el positivo el exterior. Este potencial de reposo se debe a que existen casi 40 veces más
iones del potasio al interior de la célula en relación con el exterior, además de que la membrana neuronal es
altamente permeable a este ión. Por otra parte, el sodio (Na +) y el cloro (Cl-) tienen altas concentraciones en
el medio extracelular, pero la membrana es mucho menos permeable a estos iones que al potasio (K +). Estas
diferencias (gradientes) de concentración a uno y otro lado de la membrana son mantenidas por la presencia
de bombas (para meter o sacar iones) asociadas a la membrana.
Cuando una fibra nerviosa es estimulada (despolarizada) se inicia un impulso nervioso o potencial
de acción. Éste tiene dos fases: una fase inicial producida por la entrada rápida de iones de sodio al interior
de la célula, a través de canales de la membrana del axón que son sensibles al voltaje de la misma. La rápida
entrada de estas cargas positivas hace que el valor negativo del interior de la célula en la región estimulada,
disminuya rápidamente hacia la positividad. La segunda fase del potencial de acción ocurre por la apertura
retardada de canales potásicos que hacen que este ión salga de la célula (recordemos que normalmente los
iones de K+ están mucho más concentrados al interior que al exterior), contribuyendo así a una mayor
despolarización (la falta de polarización significa la ausencia de una diferencia de potencial, o sea, un valor
cercano o igual a cero voltios) de la membrana, pero también a una inactivación de los canales de sodio. Este
último fenómeno ya anuncia la repolarización membranal.
El movimiento de corriente eléctrica alrededor del sitio despolarizado hace que los canales iónicos
situados en la vecindad también se activen, produciendo una cascada de excitación membranal, y de esta
manera, la propagación del impulso nervioso a todo lo largo de la fibra.
Éste es el mecanismo básico por el que un potencial de acción se produce, el fonema fundamental
del cerebro, la letra mayúscula del lenguaje neuronal. Cualquier sustancia que afecte estos procesos puede
ser mortal. Existen venenos que deben su acción mortífera justamente a sus acciones sobre estas etapas de la
producción del impulso nervioso. La tetrodotoxina, extraída de la glándula del pez globo, y la saxitoxina,
proveniente de la almeja, bloquean la primera fase del potencial de acción (el aumento de la permeabilidad al
Na+). La batracotoxina, producida por glándulas de la piel de una rana sudamericana, produce parálisis por
su efecto sobre estos mismos canales, aunque esta vez para activarlos en forma sostenida. Otros venenos de
serpiente o alacrán actúan sobre los mismos mecanismos iónicos (es decir, activación, inactivación y sus
correspondientes: inactivación de la activación o activación de la inactivación).

B. Los Neurotransmisores
El Neurotransmisor (NT) puede almacenarse en vesículas sinápticas, pequeños reservorios
globulares que contienen receptores en su pared exterior y permiten que el NT se libere en sitios específicos
de la terminal presináptica.
Las moléculas de NT son de dos tipos: pequeñas y grandes. Los NT pequeños son de varios tipos,
los NT grandes son todos péptidos. Los NT pequeños se sintetizan en el citoplasma del botón sináptico y
son introducidos en vesículas en el complejo de Golgi del botón mismo, una vez rellenas las vesículas se
almacenan en grupos, justo al lado de la membrana presináptica. Por el contrario, los NT peptídicos, como
otras proteínas, se sintetizan en los ribosomas del citoplasma; luego se envuelven en vesículas del complejo
de Golgi y son transportadas por microtúbulos a los botones terminales, a un ritmo de 40 cms/día. Las
vesículas que contienen moléculas grandes de NT son más grandes que las que contienen moléculas
pequeñas de NT, y no se reúnen tan cerca de la membrana presináptica como las otras vesículas.
Durante mucho tiempo se creyó que cada neurona sintetizaba y liberaba solamente un tipo de NT,
pero ahora está claro que hay muchas neuronas que contienen dos tipos de NT —situación que se conoce
como coexistencia—. Hasta ahora, prácticamente todos los casos documentados de este tipo suponen la
coexistencia de un NT de moléculas pequeñas y un NT peptídico.
La presencia de estas vesículas y de receptores en sus membranas, y de moléculas del NT significa
que existe todo lo necesario en el interior de la terminal para sintetizar todos estos componentes, y de
mecanismos para la regulación de esta síntesis y de la liberación sináptica. La terminal presináptica tiene
autorreceptores que le informan sobre los niveles del NT en el exterior de la terminal. La activación de los
autorreceptores puede tener efectos de estimulación o, generalmente, de inhibición de la liberación sináptica.
La membrana de la terminal presináptica también posee moléculas transportadoras del mismo NT que ellas
liberan. Es un mecanismo de recaptación que sirve no sólo para ahorrar NT al reutilizarlo, sino también
contribuye a limitar sus efectos postsinápticos.
Cuando el potencial de acción llega a la sinapsis, se produce la entrada del ión calcio (Ca 2+), que
hace que las vesículas se fusionen con la membrana celular y liberen su contenido al exterior. Este proceso se
conoce como exocitosis. Normalmente hay vesículas que están liberando neurotransmisor todo el tiempo,
produciendo los llamados “minipotenciales” en la estructura postsináptica. Lo que hace el potencial de
acción, mediante o ayudado por el aumento de calcio intracelular, es provocar la liberación del contenido de
cientos de vesículas al mismo tiempo.
La exocitosis de los NT de moléculas pequeñas se diferencia de la exocitosis de los NT peptídicos en
un aspecto importante. Los NT pequeños se liberan normalmente en un pulso cada vez que el potencial de
acción desencadena una entrada momentánea de iones de Ca ++ a través de la membrana presináptica; por el
contrario, los NT peptídicos normalmente se liberan de forma gradual en respuesta a aumentos generales en
el nivel intracelular de iones de Ca++, como podría ocurrir durante un aumento general en el ritmo de disparo
de la neurona.
Como en el caso del potencial de acción, existen fármacos cuyos efectos se deben a estos
mecanismos. Así, todas las sustancias que interfieran con la entrada de calcio a la terminal presináptica
(porque actúan sobre los canales iónicos de este ión) se comportarán como antagonistas de la liberación del
NT. Todas aquellas drogas que estimulen autorreceptores inhibitorios harán lo mismo. Y a la inversa, los
fármacos que aumenten la entrada de calcio o inhiban los autorreceptores, producirán una estimulación de la
liberación del NT.

C. El compartimiento postsináptico
Cuando el NT liberado por la terminal presinática alcanza la membrana postsináptica, se combina con
receptores específicos allí localizados. Entonces pueden suceder tres cosas: a) aumentar la permeabilidad a
cationes (usualmente el Na+, a veces el Ca2+), lo que produce una despolarización, llamado potencial
postsináptico excitador (PEPS) o, en el caso del músculo esquelético, potencial de placa motriz; b)
aumentar la permeabilidad membranal a aniones (moléculas cargadas negativamente, como el cloro), lo que
producirá una estabilización del potencial de membrana o incluso una hiperpolarización, es decir, un
potencial postsináptico inhibidor (PIPS). En otras palabras, el potencial de reposo conservara sus valores
normalmente negativos o incluso los aumentará; y c) aumentar selectivamente la permeabilidad a iones de
K+. Este aumento de la permeabilidad provoca que el K + salga de la célula (pues es allí donde se encuentra
más concentrado), lo que conduce a una hiperpolarización o estabilización de la membrana, o sea, a un
PIPS. De esta manera, un NT puede excitar la membrana postsináptica (generando un PEPS) o inhibirla (con
un PIPS).

Existen muchos tipos de receptores. Los que hemos mencionado hasta ahora se conocen como
receptores ionotrópicos, por su afinidad o relación con iones. Existen otros receptores llamados
metabotrópicos, por tener relación con el metabolismo celular, es decir, con moléculas presentes en el
interior del compartimiento postsináptico encargados de funciones intracelulares, proteínas señal y proteínas
G. Frecuentemente, la ocupación de estos receptores da lugar a movilización del calcio, el cual activará
diversas enzimas.
Los receptores ionotrópicos responden al NT abriendo o cerrando el canal iónico inmediatamente,
por lo que provoca un potencial postsináptico inmediato.
Los receptores metabotrópicos predominan más que los ionotrópicos, y sus efectos se inician más
lentamente, duran más tiempo, son más difusos y son más variados. Existen muchos tipos diferentes de
receptores metabotrópicos, pero todos ellos tienen una proteína de señal que presenta 7 dominios
transmembranales (atraviesan 7 veces la membrana). El receptor metabotrópico está unido a una parte de
la proteína señal que queda fuera de la membrana; la proteína G está unida a una parte de la proteína señal
que queda dentro de la neurona. Posteriormente pueden suceder dos cosas, dependiendo de la proteína G que
se trate: la subunidad puede moverse a lo largo de la superficie interior de la membrana y unirse a un canal
iónico cercano, lo que da lugar a un potencial postsináptico excitatorio o inhibitorio; o puede desencadenar la
síntesis de una sustancia química denominada segundo mensajero (se considera que los NT son los
primeros mensajeros). Una vez creado por la proteína G, el segundo mensajero se difunde por el citoplasma
y puede hacer tres cosas: unirse a los iones de calcio, lo cual produce un potencial postsináptico excitatorio o
inhibitorio; influir directamente en las actividades metabólicas de la célula; o entrar en el núcleo y unirse al
ADN, lo cual influye en la expresión génica.
Los autorreceptores son un tipo de receptores metabotrópicos que tiene dos características
singulares: se unen a las moléculas de NT de su propia neurona, y están localizados en la membrana
presináptica, en lugar de la postsináptica. Su función habitual es vigilar en número de moléculas de NT que
hay en la sinapsis, reducir la liberación posterior cuando los niveles son elevados, y aumentar la liberación
posterior cuando los niveles son bajos.
Recientemente se ha observado que los receptores ionotrópicos se organizan en familias de proteínas
con semejanzas estructurales y pequeñas diferencias que les permiten interactuar con diferentes transmisores.
En esta familia encontramos los receptores a la acetilcolina, al GABA, a la glicina y a otros aminoácidos que
veremos en detalle más adelante.
El NT termina su efecto cuando su concentración disminuye. Esto puede lograrse por la recaptación
del neurotransmisor en la terminal presináptica, por ataque enzimático a nivel de la hendidura sináptica o
por su captación por las células gliales, que consideraremos como parte del tercer compartimiento sináptico:
el intersináptico.
Las diferencias en las pautas de liberación y de unión a los receptores entre los receptores peptídicos
y los de moléculas pequeñas sugieren que sirven para funciones diferentes. Los NT de moléculas pequeñas
tienden a liberarse en las sinapsis dirigidas y a activar a los receptores ionotrópicos o metabotrópicos, que
actúan directamente sobre los canales iónicos. Por el contrario, los péptidos tienden a liberarse de forma
difusa y a unirse a los receptores metabotrópicos que actúan a través de los segundos mensajeros. Por
consiguiente, parece que la función de los NT pequeños es la transmisión de señales rápidas, breves,
excitatorias o inhibitorias a las células adyacentes; y la función de los NT peptídicos parece ser la
transmisión de señales lentas, difusas y duraderas.

EL COMPARTIMIENTO INTERSINÁPTICO
Consideramos este compartimiento como el espacio formado por la glía y el medio extracelular. El espacio
extracelular contiene, además de los iones que mencionamos, otras sustancias, como hormonas, factores
tróficos, péptidos, etc. En sus membranas, la glía contiene receptores para todas estas sustancias, así como
transportadores que pueden captarlas activamente hacia el interior de la célula, donde serán metabolizadas.
Además, la glía secreta sustancias que permiten a las neuronas crecer y extender sus terminaciones (factores
tróficos y trópicos, respectivamente) hacia el espacio extracelular. La glía se encarga también de formar
cicatrices, en casos de lesión y desempeña un papel importante en funciones inmunológicas en el interior del
sistema nervioso. Finalmente, la glía contribuye con la función de barrera hematoencefálica. En la actualidad
conocemos pocas drogas que actúen específicamente con las células gliales. Sabemos, por el contrario, que
existen enfermedades que afectan exclusivamente a esta población celular, y son tan graves como las
correspondientes a las neuronas (la esclerosis múltiple es una de ellas). El día que se descubran sustancias
que sean específicas para este tipo de células, se podrá actuar contra padecimientos como los tumores gliales
o interferir con la cicatrización anormal que puede ocurrir en casos de traumatismos al sistema nervioso.

3. LOS NEUROTRANSMISORES
Definimos a un NT como una sustancia producida por una célula nerviosa capaz de alterar el
funcionamiento de otra célula de manera breve o durable, por medio de la ocupación de receptores
específicos y por la activación de mecanismos iónicos y/o metabólicos. Las cualidades de una sustancia
neurotransmisora deben ser:
1. La sustancia es capaz de estimular o inhibir rápida o lentamente (desde milésimas de segundo hasta
horas o días).
2. Puede liberarse hacia la sangre (en lugar de hacia otra neurona, glándula o músculo) para actuar
sobre varias células y a distancia del sitio de liberación (como una hormona).
3. Puede permitir, facilitar o antagonizar los efectos de otros neurotransmisores.
4. Puede activar otras sustancias del interior de la célula (los llamados segundos mensajeros) para
producir efectos biológicos (p. ejem., activar enzimas como las fosforilasas o las cinasas).
5. Una misma neurona puede tener efectos diferentes sobre las estructuras postsinápticas, dependiendo
del tipo de receptor postsináptico presente (p. ejem., excitar en un sitio, inhibir en otro e inducir la
secreción de una neurona en un tercero).

Para todas estas posibilidades se han usado términos como el de neuromodulador, neurorregulador,
neurohormona o neuromediador. Aunque el uso de términos diferentes puede ayudar a definir acciones y
contextos de comunicación intercelular, aquí utilizaremos el de neurotransmisor, pues hablamos
simplemente de intercambio de información, de transmisión de señales, de uniones funcionales entre células.
Se han utilizado técnicas de citoquímica y de fraccionamiento subcelular con bastante éxito, las cuales han
permitido aislar estos componentes y así estudiarlos. Los criterios para definir a una sustancia como NT son:
a) Presencia del transmisor en las terminales presinápticas y en los somas estas terminales.
b) El transmisor debe liberarse en la terminal presináptica por estimulación nerviosa.
c) Identidad de acción. Significa que los efectos de la sustancia en cuestión, cuando ésta se aplica al
sitio de estudio, deben ser idénticos a aquellos producidos por la estimulación de la terminal
presináptica.

A) ACETILCOLINA (ACh)
La acetilcolina se elabora a partir de la colina, cuyo origen en general es la dieta, y de la acetil-coenzima A,
que proviene de la glucosa a través de varios pasos metabólicos que ocurren en las mitocondrias.

Vías colinérgicas centrales


En la unión neuromuscular, y en grupos de neuronas situados en el tronco encefálico, que se proyectan hacia
estructuras como el tálamo, la formación reticular y los núcleos cerebelosos y vestibulares, además de hacia
varios nervios craneales. De acuerdo con la región que se estudie, este neurotransmisor puede tener efectos
excitadores o inhibidores.
Los receptores colinérgicos han sido divididos en dos tipos: los muscarínicos y los nicotínicos. Estos
términos se refieren a la sensibilidad de los receptores ante la muscarina, sustancia proveniente de un hongo
(Amanita muscaria) y la nicotina, contenida en el tabaco. La muscarina, en general, estimula los receptores
colinérgicos, mientras que la nicotina primero los estimula y después los bloquea.

Mecanismos y funciones colinérgicas


Se ha relacionado a la acetilcolina con funciones mnésicas, así como en la transmisión del dolor, el calor y
los sabores. También en la regulación de los movimientos voluntarios y el control del ciclo sueño-vigilia.
En ciertas enfermedades neurológicas, claramente se han identificado anticuerpos contra el receptor
colinérgico del músculo esquelético, como en casos de pacientes con miastenia gravis.

B) NORADRENALINA (NA) Y ADRENALINA (A)


Estas sustancias pertenecen al grupo de las catecolaminas, que también incluyen a la dopamina. Se sabe que
en el SNA han sido utilizados los extractos de glándula suprarrenal para producir respuestas fisiológicas (de
allí el término adrenalina). No fue sino hasta 1946 cuando se identificó el verdadero transmisor de los
nervios de la división simpática del SNA: la noradrenalina. A diferencia de la acetilcolina, las
catecolaminas muestran una distribución bastante desigual en el sistema nervioso, es decir, hay áreas donde
son muy abundantes y en otras son muy escasas.

Vías noradrenérgicas
Es un sistema de transmisión notable, se origina en áreas muy circunscritas del tallo cerebral y envía
ramificaciones a todas las áreas del cerebro, cerebelo y médula espinal que se han estudiado. Esta proyección
amplia hace que sus influencias sean generalizadas.
Las principales fibras noradrenérgicas nacen de dos sitios principales del tallo cerebral: el locus coeruleus y
el área tegmental lateral. El locus coeruleus se encuentra en la porción más inferior del tallo cerebral. Estas
neuronas dan lugar a cinco haces de fibras principales, que llegan al tálamo, hipotálamo, hipocampo, bulbo
olfatorio, y muchas otras áreas, para eventualmente terminar en la corteza cerebral.

Mecanismos y funciones noradrenérgicas


Está muy implicada en procesos de recompensa: estado de vigilia y control de la presión sanguínea.
Muchos estudios sugieren que las vías noradrenérgicas están relacionadas con sistemas de recompensa
cuando son estimulados por la NA, provoca aumento del placer. Aumentando los niveles de noradrenalina,
provoca una sensación de placer. Una disminución de los niveles de noradrenalina provoca depresión.
Un aumento de los niveles de noradrenalina provoca manía, estado donde el individuo tiene un exceso de
euforia, hiperactividad, entusiasmo. El aumento de noradrenalina (sobretodo por las anfetaminas) provoca
vigilia (falta de la necesidad de dormir, estado de alerta, estado de insomnio, etc.) Hay una estrecha relación
entre la vigilia y el humor. La falta de sueño provoca estados de depresión.

C) DOPAMINA (DA)
Hasta hace relativamente poco tiempo, se pensaba que la dopamina era sólo un producto intermedio del
metabolismo de las catecolaminas. Sin embargo, al observarse que la distribución cerebral de la dopamina y
la noradrenalina eran francamente diferentes y que la primera era mucho más abundante que la segunda, se le
empezó a considerar más seriamente como un neurotransmisor aparte.

Vías dopaminérgicas centrales


Se han descrito tres sistemas dopaminérgicos principales en el cerebro:
a) El sistema nigro-estriado, donde los cuerpos celulares se hayan localizados en la sustancia nigra y sus
axones proyectan hacia el neoestriado (núcleos caudado y putamen). Se considera parte del llamado sistema
extrapiramidal.
b) El sistema mesolímbico y mesocortical, que se origina en el área tegmental ventral del mesencéfalo, y
envía sus axones hacia estructuras estriatales, límbicas y corticales, y
c) El sistema tuberoinfundibular, con fibras relativamente cortas que nacen en el hipotálamo (núcleo
arcuato y periventricular) y terminan en la hipófisis (lóbulo intermedio) y la eminencia media.
Existen también interneuronas dopaminérgicas en la retina, el bulbo olfatorio y el hipotálamo.

funciones dopaminérgicas
El papel de la dopamina es importante en el control motor y en la motivación. Todas nuestras actividades
placenteras promueven la secreción de dopamina. Inclusive se ha comprobado, por la genética del
comportamiento, que el gen D4DR, promueve una determinada cantidad de receptores, los cuales tienen
influencia en nuestro comportamiento hacia actividades rutinarias o en la búsqueda de nuevas sensaciones.

D) SEROTONINA (5-HT)
Desde el punto de vista histórico, la serotonina ha sido el neurotransmisor que más ha influido en el campo
de la neuropsiquiatría. La mayoría de los llamados alucinógenos posee efectos serotoninérgicos, además de
cierto parecido estructural con la serotonina misma. Cuando se detectó la presencia de la 5-HT en el cerebro
aparecieron las teorías que relacionaban a este neurotransmisor con varias formas de enfermedades mentales.
Aunque existe serotonina en todo el cuerpo, no atraviesa la barrera hematoencefálica, por lo que el cerebro
produce la propia. La síntesis depende del aporte de un aminoácido, el triptofano, proveniente de la dieta
(por lo que sus niveles cerebrales dependen, en parte, de los alimentos).

Vías serotoninérgicas centrales y funciones


El complejo nuclear del rafé, donde nacen fibras que llegan a prácticamente todo el sistema nervioso
(ganglios basales, hipotálamo, tálamo, hipocampo, sistema límbico, corteza cerebral, cerebelo y médula
espinal). Los núcleos más anteriores (en animales) proyectan hacia las partes más rostrales (hacia adelante),
mientras que las más posteriores envían sus fibras hacia las áreas del tallo cerebral y la médula. A través de
estas proyecciones, la serotonina participa en el control de los estados de sueño y vigilia, el ánimo, las
emociones (especialmente la agresividad), el control de la temperatura, la dieta, la conducta sexual, algunos
tipos de depresión, conducta suicida y ciertos estados alucinatorios inducidos por drogas.

E) AMINOÁCIDOS
El sistema nervioso contiene gran cantidad de aminoácidos extremadamente activos para lograr el
funcionamiento neuronal. Durante muchos años no se sabía si estas sustancias eran activas en sí o sólo
representaban precursores de proteínas (recordemos que todas las proteínas están hechas de aminoácidos).
Ahora sabemos que estas pequeñas moléculas son las principales responsables de la conducción nerviosa
rápida en el sistema nervioso.

Aminoácidos inhibidores: el GABA y la glicina


El GABA es el neurotransmisor inhibidor predominante del SNC en su parte supraespinal. En los años 50 y
gracias a técnicas neuroquímicas más sensibles, se observó que el GABA (ácido γ-aminobutirato) no sólo
estaba en el cerebro, sino que además era el órgano que más GABA contenía. El GABA se forma a partir de
otro aminoácido también abundante en el cerebro: el 1-glutamato. Paradójicamente, este precursor es, a su
vez, neurotransmisor, pero excitador.
Las neuronas GABAérgicas muestran una distribución difusa, lo que sugiere que funcionan como
interneuronas. Existen, sin embargo, algunas vías GABAérgicas algo más largas como la estriadonigral y la
cerebelo-vestibular.
Existen numerosas sustancias que interactúan con receptores GABAérgicos. Todas las que
interfieren con su funcionamiento producen aumento de la excitabilidad cerebral hasta el punto de producir
crisis convulsivas. Sustancias que producen sueño (los barbitúricos), o que se utilizan como ansiolíticos (las
benzodiazepinas), actúan en buena parte porque favorecen la transmisión GABAérgica.
El otro neurotransmisor inhibidor de importancia, particularmente en el tallo cerebral y la médula espinal, es
la glicina. Su efecto es similar al del GABA: hiperpolarización (inhibición) por aumento de la conductancia
al cloro. Esta inhibición puede ser antagonizada por la estricnina, otra sustancia convulsivante.

Aminoácidos excitadores: el GLUTAMATO y el ASPARTATO


Estas sustancias se encuentran particularmente concentradas en el sistema nervioso, y ejercen potentes
efectos excitadores sobre la actividad neuronal. Algunas de ellas se han aislado del reino vegetal y muestran
potentes efectos despolarizantes: el ácido quiscuálico, obtenido de semillas, el ácido iboténico, aislado de
hongos, y el ácido kaínico, proveniente de algas marinas. Este último es cerca de 50 veces más potente que el
glutamato mismo, y su inyección intracerebral produce destrucción selectiva de cuerpos neuronales. Este
efecto neurotóxico ha sido utilizado en el ámbito experimental para inducir lesiones en sistemas de los cuales
se quiere averiguar su función. Al eliminarlos y estudiar los déficits que aparecen, podemos inferir el tipo de
función en los que participan. Por otra parte, se ha relacionado esta neurotoxicidad, que induce pérdida
neuronal, con la patología de la epilepsia y enfermedades cerebrovasculares. En ambos casos, se ha
detectado aumento de la concentración extracelular de glutamato después de crisis convulsivas o accidentes
isquémicos (por falta de irrigación sanguínea) o hipóxicos (por falta de oxígeno). Parte de las pruebas de
estos hallazgos radican en el uso de antagonistas del receptor del glutamato, que han mostrado proteger a las
neuronas de este tipo de patologías.
Finalmente, se ha relacionado al glutamato con un tipo de memoria, representado por el fenómeno conocido
como potenciación a largo plazo, a nivel de la sinapsis. Todos estos factores han contribuido a estimular la
investigación sobre los aminoácidos excitadores.
Dada la ubicuidad de los receptores del glutamato, ha resultado difícil establecer con precisión vías
nerviosas que utilicen preferentemente a este aminoácido como neurotransmisor; pero existen pruebas de que
gran número de fibras cuya estimulación eléctrica produce excitación a nivel de las estructuras a las que
proyecta, son de carácter glutamatérgico. El aspartato, otro aminoácido relacionado, podría tener también sus
vías específicas, así como efectos particulares y separables de los del glutamato.

F) PÉPTIDOS
Los llamados neuropéptidos constituyen varias familias de moléculas que han mostrado ejercer efectos
particulares a nivel del sistema nervioso (aunque muchos de estos péptidos se descubrieron en el intestino).
Mencionemos que el sistema gastrointestinal contiene tantas neuronas como el cerebro, las cuales producen
los mismos neurotransmisores que las neuronas centrales.
La β-endorfina es un polipéptido que activa muchas neuronas (p. ej., en el hipotálamo, amígdala, tálamo y
locus coeruleus). El cuerpo neuronal contiene un gran polipéptido denominado pro-opio-melano-cortina,
precursor de varios neuropéptidos (α, β, γ, endorfinas). Este polipéptido es transportado a lo largo del axón y
se divide en fragmentos específicos, uno de los cuales es la β-endorfina, que contiene 31 aminoácidos. Tras
su liberación e interacción con los receptores opiáceos, se hidroliza por acción de peptidasas en varios
péptidos menores y aminoácidos.
La metencefalina y leuencefalina son pequeños péptidos presentes en muchas neuronas centrales (p. ej., en
el globo pálido, tálamo, caudado y sustancia gris central). Su precursor es la proencefalina que se sintetiza en
el cuerpo neuronal y después se divide en péptidos menores por la acción de peptidasas específicas. Tras su
liberación e interacción con receptores peptidérgicos, son hidrolizadas hasta formar péptidos inactivos y
aminoácidos, como son las dinorfinas y la sustancia P.
Los efectos postsinápticos son, en cuanto a mecanismos íntimos, similares a los de los neurotransmisores
"clásicos", esto es, a través de la ocupación de receptores ionotrópicos o metabotrópicos.
Existen varias familias de péptidos, algunos más parecidos entre sí que otros. Unos funcionan por sí solos,
mientras que otros modulan el efecto de aminoácidos: el VIP acentúa la respuesta de neuronas corticales a
concentraciones muy pequeñas (subóptimas) de noradrenalina.
Encontramos otros neuropéptidos que pueden ser considerados aparte: la colecistoquinina (CCK),
somatostatina, angiotensina, péptido relacionado con el gen de la calcitonina (CGRP), factor liberador de la
corticotropina, etc.

G) HISTAMINA, PURINAS, PROSTAGLANDINAS


Histamina
La histamina se ha relacionado clásicamente con los fenómenos alérgicos. A nivel periférico, una reacción
alérgica puede producir la aparición de urticaria, comezón, enrojecimiento de la piel, constricción bronquial,
etc. Estas reacciones alérgicas pueden ser disminuidas con antihistamínicos, agentes farmacológicos que
muestran efectos a nivel del sistema nervioso. Este hecho, aunado al de la imposibilidad para la histamina
que circula por la sangre de atravesar la barrera hernatoencefálica, hizo pensar que esta sustancia podría ser
un neurotransmisor que se producía en el cerebro. La detección neuroquímica de la síntesis de histamina por
las neuronas, junto con la particular distribución de estas neuronas histaminérgicas en el sistema nervioso ha
apoyado esta sospecha. La histamina se concentra particularmente en el hipotálamo. De allí, estas células
envían sus fibras en forma difusa a todo el sistema nervioso, tal como lo hacen las demás neuronas
aminérgicas.
Se han descrito tres tipos principales de receptores a la histamina. El H 1, descrito en neuronas, glía y células
vasculares, es el más prominente y parece actuar por medio de la movilización de calcio intracelular.
Purinas
En esta familia de moléculas se encuentran los nucleótidos de adenosina. La adenosina ha sido encontrada
virtualmente en todas las sinapsis en las que se le ha buscado. Sus principales efectos electrofisiológicos
muestran una tendencia a inhibir la liberación de transmisores, pero también se le han descrito efectos
postsinápticos.
Prostaglandinas
Son derivados del ácido araquidónico, consideradas —como las purinas— más como moduladores que como
transmisores. Las prostaglandinas se forman por medio de la ciclooxigenasa, una enzima presente en
virtualmente todas las células del organismo (curiosamente, esta enzima es inhibida por la aspirina, y esta
inhibición representa parte del efecto terapéutico, analgésico y antinflamatorio de este medicamento).
Existen varias prostaglandinas. En el cerebro se ha demostrado la existencia de prostaglandinas de la serie E
y de la F (PGE y PGF, respectivamente), en las que cada serie tiene varios miembros. A nivel del hipotálamo,
intervienen en la producción de fiebre inducida por bacterias o toxinas.
Para terminar, mencionemos que pueden existir otras moléculas que contribuyen en la comunicación entre
células, ya sea neuronas o glía. La descripción relativamente reciente de los potentes efectos de gases como
el óxido nítrico (NO) o el monóxido de carbono (CO) a nivel de la sinapsis hacen pensar que la lista de
neurohumores aumentará en el futuro. A estos agentes, junto con el ácido araquidónico, se les han
denominado "terceros mensajeros", pues son capaces de transmitir información en "sentido contrario", es
decir, desde la terminal postsináptica a la presinapsis. Son moléculas que seguramente mostrarán su
participación en fenómenos nerviosos en un futuro cercano.
 

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