Textos Literarios Modernos (Apuntes Generales)
Textos Literarios Modernos (Apuntes Generales)
Textos Literarios Modernos (Apuntes Generales)
modernos
Lengua y literaturas españolas
Apuntes
*NOTA: las obras señaladas en cursiva junto a los autores presentados son las que recoge
el manual de la asignatura. ¿Por qué algunas están provistas de extractos y otras no? Porque,
de todas, sólo he recogido aquellos extractos que me han llamado la atención, más por su
contenido que por su significación histórico-literaria
Textos literarios modernos
Características de la Modernidad:
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o De lo humano frente a Dios (el Humanismo desde el siglo XVI)
o De la ciencia frente a la teología Fe en el progreso: de La ciudad de
Dios y San Agustín al racionalismo y el empirismo (Descartes, Hobbes,
Locke, Hume…) Fin de las sociedades gregarias y el conocimiento
colectivo > Gutenberg 1452: primera Biblia escrita. Lutero anima a leer
la Biblia por uno mismo
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Textos literarios modernos
1. Ilustración y neoclasicismo
I. La Ilustración (nociones generales)
Sería un error creer que la literatura de la edad clasicista consiste en una abstracción
deshumanizada y meramente cerebral; por el contrario, aporta un tono ético ‒elitista,
incluso‒, inaudito desde antes del cristianismo. La razón, lo intelectual y lo conceptual, son
las anclas a que se aferra el espíritu para ir viviendo y salir de la angustia barroca. Hasta la
época de Kant, la matemática es para el espíritu humano lo que en el Renacimiento había sido
la armonía artística. Por estas razones, es evidente que la poesía tenía poco que hacer en la
edad clasicista, y el golpe genial de creación lo dan los ingleses cuando, aprovechando
algunas de las lecciones que dejó Cervantes, crean la novela moderna, con Robinson y
Gulliver. Pero al principio, es Francia la que toma la vanguardia en esta dirección
prolongando su manera de entender el Renacimiento, que había consistido en buscar orden y
renegar de su abigarramiento medieval.
Las dos grandes interpretaciones del clasicismo propuesto por Francia son la inglesa y la
alemana. Inglaterra, por ejemplo, entiende el clasicismo en forma pragmática, como
contribución a la buena convivencia en tono burgués y sin doctrinarismos éticos: su ética es
elástica y para uso social con horror a la abstracción metafísica. Pues si la literatura ha de
ser pedagógica, lo más práctico ‒y agradable‒ no es proponer altos ejemplos genéricos y
redondas verdades que parezcan teoremas matemáticos, sino educar por simpatía, por
contagio de buenos sentimientos, por ejemplos individuales de temperamento. En cambio, en
Alemania, el clasicismo, arraigado tardíamente, quema las etapas, y apenas llega su
racionalismo iluminado y educador, ya tenemos el sentimiento agitado de Klopstock y el
Strum und Drang.
La Ilustración
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para comprender mejor lo que fue el inmenso movimiento cultural del Siglo de las Luces o
Siglo de la Razón, hemos de tener en cuenta lo que supuso el empirismo inglés. Hume y sus
seguidores, a través de su racionalismo fundado en bases empíricas, despierta en Francia una
corriente de admiración, encabezada por Voltaire. En los círculos, salones y universidades se
leen y se discuten las obras de Locke y de Newton y de los llamados “librepensadores”. Va
naciendo así lo que se llama «movimiento ilustrado», que se caracteriza por una fusión de
intelectualismo y empirismo, de rigor metódico y de observación de lo real, que
pretende alcanzar una visión total del universo, sistematizar las directrices de la cultura
y fijar una norma de organización pública. Surge así el mito del progreso. Además, a los
«ilustrados» les correspondía la tarea de conducir y educar al pueblo. A este fin responde,
por ejemplo, la creación de la Enciclopedia a la que Diderot dedicó todas sus fuerzas. En
consecuencia, una corriente de optimismo racionalista va apoderándose de la conciencia de
los espíritus ilustrados por toda Europa.
La Ilustración en España
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Textos literarios modernos
En conjunto, se comprende que el siglo XVIII es una fase de franca decadencia para la
literatura española. Se extiende el dominio de una literatura cuyos méritos residen sobre todo
en valores morales e intelectuales, en el afán didáctico, en el deseo de orden y simetría,
en la sensatez razonable, etc. Esto quiere decir, por supuesto, que el género menos interesante
en esta fase española resulta, en contra de lo acostumbrado antes y después, la poesía. ¿Qué
pudo propiciar esa lentitud en la incorporación de innovaciones en España? Entre otras
cosas…
Asimismo, el siglo XVIII es, para España, un siglo reformador, que incluye la difusión de
la cultura mediante la secularización de la enseñanza, la fundación de escuelas primarias y
profesionales, y la reforma universitaria mediante la intervención del Estado. Además, el
espíritu que informa el «despotismo ilustrado» conduce a la creación de gabinetes,
laboratorios, jardines botánicos, escuelas de ingenieros, agrimensores y veterinarios, las
Reales Academias de la Lengua, la Historia y la Medicina, así como la Biblioteca Pública de
Palacio.
Neoclasicismo
Pero si forma y fondo han de ir siempre unidos, la imitación de lo clásico para expresar lo
nuevo puede producir el efecto de fría “inactualidad” y su mitología puede resultar lejana,
ajena y muerta.
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II. La prosa española del siglo XVIII
Características…
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Textos literarios modernos
iii. Durante este período, se entenderá por prosa «obras de elocuencia». Debido a
ello, se crean nuevos géneros (textos costumbristas, didácticos, utópicos…), así
como LIBROS DE VIAJES, con un florecimiento de diversas modalidades del
diario y de la epístola. También se redactan informes, memorias y discursos.
iv. Incluso tuvo cabida la RETÓRICA como literatura: discursos, oraciones,
apologías…; en sintonía con la tradición clásica:
Retórica, de Aristóteles.
De inventione, de Cicerón.
Institutio Oratoria, de Quintiliano.
5) Con la modernización de la historiografía y la ciencia se crean o construyen por primera
vez en castellano ciertas formas nuevas de lenguaje: lenguaje divulgativo, periodístico,
político, pedagógico.
La literatura del siglo XVIII no puede entenderse sin el ensayo. Los ensayos de Montaigne
y Bacon publicados a finales del siglo XVII prestigiaron el término y contribuyeron al
creciente cultivo de este género, dotado en el siglo XVIII de un fuerte CARÁCTER
PEDAGÓGICO. Ahora la literatura se mide generalmente por su «utilidad», y el ensayo, por
tanto, es cultivado en detrimento de otras formas literarias que no persiguen primordialmente
este fin. Esto puede entenderse mejor mediante la metáfora de la «Luz contra la Oscuridad»,
de la que se infiere esa lucha de la ciencia contra la religión que termina, en cualquier caso,
exaltando la educación. Ya lo decía el lema de la RAE: «Fija, limpia y da esplendor»
Está considerado el primer ensayista español y el creador del lenguaje científico en nuestra
lengua. Sus escritos ensayísticos se reúnen en dos grandes colecciones: Teatro crítico
universal y Cartas eruditas y famosas. Se ocupó en ellos de muy variados asuntos, desde la
medicina a la física y las ciencias naturales con un afán didáctico (“para desengaño de errores
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comunes”). Su método: la observación y la experiencia («La razón es un instrumento para
conseguir la claridad y coherencia, pero prima la experiencia, para no dejarse vencer por los
prejuicios y la superstición»). No consideraba digno de fe nada a excepción de las cuestiones
teológicas (si bien es cierto que, a raíz de la contrarreforma, mantuvo una actitud crítica ante
el dogma) y trató siempre de dar una explicación a los fenómenos que pudieran considerarse
extraordinarios.
Tres son los temas de su obra:
o Estudios de historia (por la admiración a la Antigüedad)
o Propagación del espíritu crítico y lucha contra la superstición
o Superación del racionalismo puro
Además, su prosa se caracteriza por…
o Eficacia persuasiva
o Fluidez
o Claridad
o Tono sencillo.
Teatro crítico universal. Discursos varios en todo género de materias para desengaño de
errores comunes
El gran magisterio de la experiencia, donde menciona el reino de Cosmosia, con
Solidina, la sabia pero sencilla, y con Idearia, la ignorante pero charlatana.
o «Observaron que los argumentos con que cada uno impugnaba las
opiniones opuestas, era sin comparación más fuertes que los fundamentos
en que apoyaban las propias. De aquí infirieron que una y otras eran
evidentemente inciertas y muy probablemente falsas».
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Gregorio Mayans y Siscar (1699-1781): fue una de las más importantes figuras de la
Ilustración española.
Juan Pablo Former (1756-1797): fue uno de los espíritus más críticos y polemistas del
siglo XVIII. Su obra más importante es Exequias de la lengua castellana, donde estudia la
evolución de nuestra literatura.
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o «Servirse de palabras muy nuevas o muy anticuadas sin necesidad, de metáforas
muy duras y desproporcionadas y de expresiones y términos más graves de lo que
pide la materia»
o Excesivo coloquialismo o arcaísmo (esto es difícil que nosotros lo analicemos
desde las lentes del siglo XXI)
o Excesivo retoricismo («¡También hay retoricismo en la sencillez!», diría).
…y propone instaurar en poesía el criterio del sentido común, pues, como diría
Aristóteles, «la virtud está en el punto medio». Además, es un gran defensor de la sencillez y
de la recuperación de las métricas y formas de la tradición clásica, idóneas para ser
imitadas. Y todo ello, fiel al ideal de que «la utilidad es producida por lo bueno, o sea, por la
bondad unida con la verdad, así el deleite poético procede de la belleza fundada en la
verdad». No olvidemos que a esto se le suma la asunción de la poesía como arte didáctico,
el cual no va a estar exento de enciclopedismo, como manifestarán las fábulas de Iriarte y
Samaniego.
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Textos literarios modernos
Fue, entre otras cosas, un coronel que desenterró el cadáver de su amada y murió
heroicamente en un asalto a Gibraltar. La generación del 98 vio en Cadalso un anticipo de
Larra y, por tanto, de sus propias desazones de amargura nacional. Es considerado uno de los
introductores del espíritu romántico en España por sus Noches lúgubres. En sus Cartas
Marruecas (imitación de las Cartas Persas de Montesquieu), Cadalso, mediante el
fingimiento de un intercambio epistolar entre dos marroquíes y un español, realiza un examen
crítico de España, desde el carácter de los españoles y la política interna de nuestro país, hasta
las costumbres, la educación, la filosofía… Es también autor de Los eruditos de la violeta,
obra en la que satiriza la moda de divulgar conocimientos eruditos de manera superficial para
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proporcionar un cierto barniz de cultura que pudiera exhibirse en las conversaciones de los
salones.
Cartas Marruecas. Carta VI, Atraso de las ciencias por falta de protección
Libros de viajes
Fue hijo del escritor Nicolás Fernández de Moratín (el autor del poema Fiesta de toros en
Madrid). En sus cuadernos de viajes muestra grandes dotes de observación y rebosa agilidad
y agudeza. Su teatro tiene el acierto de estar en prosa. Su producción dramática la
constituyen El sí de las niñas, La comedia nueva o El Café, El viejo y la niña. También
tradujo el Hamlet de Shakespeare y adaptó La escuela de los maridos y El médico a palos de
Moliere.
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Textos literarios modernos
Sus mejores obras las escribió en inglés y en Londres editó el periódico El Español y la
revista Variedades o El mensajero de Londres, en los que publicó numerosos artículos de
temas religiosos y políticos, además de crítica literaria.
Durante las primeras décadas del siglo XVIII, Gracián y Quevedo fueron los modelos que
más influyeron en la prosa española. Durante la segunda mitad del siglo, se condena la
ornamentación excesiva y se aúpa la contención al uso de tropos, antítesis y juegos de
palabras, en favor de la naturalidad y la claridad. Aun así, la falta de creación nueva llevó
a la constante reedición de obras del siglo anterior que muy poco tenían que ver con las
preocupaciones e intereses de los lectores ilustrados del siglo XVIII. Dentro de esa tradición
se encuentran Diego de Torres Villarroel y el Padre José Francisco de la Isla, grandes
prosistas pero que, anclados al pasado, no aportaron nada nuevo al género.
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Nacimiento, crianza y escuela de don Diego de Torres y sucesos hasta los
primeros diez años de su vida, que es el primer trozo de vulgarísima historia
o «Salí de la escuela sin saber lo que leía […], bien alicionado en la
doctrina cristiana porque repetía todo el catecismo sin errar».
Jesuita cuya obra más importante y famosa la publicó con el nombre de Francisco Lobón
de Salazar, y no es otra que Historia del famoso predicador Fray Gerundio de Campazas,
alias Zotes (1758), inspirada en el Quijote. La Inquisición puso trabas a su publicación, ya
que la obra es una sátira del cultismo oratorio de los sermones de la primera mitad del siglo,
con sus exageraciones barroquizantes y disparatadas, que Isla, partidario del concepto
ilustrado de la razón, pretende desterrar, propugnando por el contrario, un uso del lenguaje
claro y natural, acorde con los ideales estilísticos de la Ilustración, defendidos por Luzán.
Sus Noches lúgubres, por su tema lúgubre, el ambiente nocturno y los sepulcros, que dan
la base a una reflexión desesperanzada y melancólica sobre la condición humana, son
consideradas como una de las más importantes aportaciones al naciente romanticismo
español.
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Textos literarios modernos
En la Poética de Ignacio LUZÁN se propugna una poesía más clara, más ordenada y más
útil, a la vez que deleitable. Ésta cobrará forma en las poesías filosóficas, anacreónticas,
fabulescas, “rococó”, “galante” y eróticas (con sensualidad, como El arte de las putas, de
Nicolás de Moratín), que triunfarán sobre la barroca, y cuyo máximo exponente será Juan
Meléndez Valdés.
Adquirió fama con su sátira Los literatos en cuaresma. Sus Fábulas literarias son también
una sátira de la vida literaria del momento, al mismo tiempo que reflejan su credo estético,
que supedita el estilo a la didáctica.
El burro flautista
El ratón y el gato
La criada y la escoba
La fábula de la lechera
Los dos amigos y el oso
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La poesía erótica
La poesía neoclásica
Sus poesías se dividen entre las de carácter lírico (Primicias y Poesías líricas) y las
patrióticas (muy divulgadas en Poesías patrióticas). Su poema Profecía del Pirineo inspiró a
Goya su cuadro El coloso.
Destacó en su época más como poeta que como dramaturgo. Cadalso le llamó “el Píndaro
español”. Cultivó la poesía anacreóntica, ya impregnada del incipiente rococó, la poesía
narrativa (Las naves de Cortés destruidas), la didáctica (La Diana o El arte de la caza) o la
erótica (El arte de las putas, prohibida por la Inquisición). Su obra más célebre es quizá
Fiesta de toros en Madrid, escrita en quintillas, de ambientación histórica medieval.
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Textos literarios modernos
Consigue un gran dominio de todos los registros: elegías, églogas, odas filosóficas o
morales, epístolas, letrillas festivas y satíricas, romances que van desde lo pastoril hasta lo
meditativo e íntimo… Fue maestro en la poesía rococó de delicados tintes eróticos tanto
como en la poesía reflexiva filosófico-moral. En esta sus temas van desde la frustración de
los deseos humanos y la injustica del mundo a la defensa de una religiosidad sin fanatismos
ni supersticiones, acorde con las creencias deístas de la Ilustración y con una moral de
tolerancia y benevolencia. En su lenguaje priman los vocablos que tienden a lo dulce y los
diminutivos. Usó el heptasílabo con gran habilidad. Sus títulos más representativos son La
paloma de Filis (treinta pequeñas odas), Odas anacreónticas, los siete Idilios y Besos de
amor. Murió en Montpellier exiliado por su condición de afrancesado.
No te me disculpes
A la mañana, en mi desamparo, y orfandad
A unos lindos ojos: es un preciosísimo ejemplo de musicalidad y estribillo.
Tus lindos ojuelos
me matan de amor.
Ora vagos giren
o páranse atentos,
o miren exentos,
o lánguidos miren,
o injustos se aíren
culpando mi ardor,
Tus lindos ojuelos
me matan de amor.
[…]
El lecho de Fili
El despecho
La lluvia
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Manuel José Quintana (1772-1857)
Es uno de los máximos representantes del liberalismo español. Participó en las cortes de
Cádiz, sufrió prisión perseguido por Fernando VII y por la Inquisición y apoyó la
independencia de Hispanoamérica.
Sus temas y tono contienen ya muchos de los rasgos del prerromanticismo europeo.
Sus Poesías patrióticas constituyen alegatos contra la tiranía que impide el florecimiento de
la inteligencia, el progreso de las artes y la felicidad humana. Sus odas A la expedición
española para propagar la vacuna en América, A Padilla y A la invención de la imprenta,
muy difundidas, pertenecen a la tendencia filosófica propugnada por Jovellanos.
Mientras sus sonetos son todavía neoclásicos, y su composición Los hoyuelos de Lesbia
pertenecen a la corriente rococó en la línea de Meléndez Valdés, su oda Al dos de mayo
puede decirse que es ya romántica.
Elegía al 2 de Mayo
Aunque sacerdote, fue, sobre todo, docente y, como tal maestro de algunos de los más
grandes autores románticos: Espronceda, Bécquer, Patricio de la Escosura, Eugenio de
Ochoa… Aunque escribió sobre todo poesía religiosa, sus composiciones mejores y más
originales pertenecen a la tendencia filosófica.
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Textos literarios modernos
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2. Siglo XIX - Romanticismo
I. Nociones generales sobre el Romanticismo
Contexto
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de Kant). Además, el poeta no deja de ser la vasija por la que se canaliza la voz del pueblo,
estableciéndose una nueva concepción de la imitación: el reflejo de los sentimientos.
El Romanticismo en España
Aunque el romanticismo español nunca fue reaccionario. Pudo ser, eso sí, conservador,
pero dentro de tendencias liberales. Por eso se entiende que, a excepción de Larra y
Espronceda, los autores son mayormente conservadores, sin un claro líder, aunque algunos
propongan al Duque de Rivas. Esto puede entenderse si consideramos que todo romanticismo
es ecléctico, porque se basa en la libertad del individuo. Además, el romanticismo español
seguía bajo el influjo del teatro calderoniano, también presente en sus predecesores, el
clasicismo.
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Textos literarios modernos
Bien pudiera ser que los románticos asocien la imaginación a la poesía; la naturaleza a la
idea del mundo; y el símbolo y el mito al estilo poético. No obstante, como hay quienes
incluso hallan imposible caracterizar el movimiento general («La palabra “romántico” ha
llegado a significar tantas cosas que, por sí misma, no significa nada»), Paul van Tieghem,
entre otros, renunció a buscar una definición general del romanticismo, buscando la unidad
del movimiento en sus características, las cuales se encuentran también en los autores/as
españoles:
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o ACTITUDES FRANCÓFOBAS. Rechazaron el afrancesamiento porque, entre
otras razones, les repugnaba en él su actitud ante la cultura española.
o COSTUMBRISMO y “COLOR LOCAL”, los cuales ponen su interés en los
hombres dentro de su diversidad histórica y local, descuidando con frecuencia la
delicadeza del dibujo por preferir la brillantez del colorido. Quieren ambientar los
hechos dentro de un contexto.
o FANTASÍA. El romántico quiere romper los límites estrechos de la realidad
concreta y remontar el vuelo hacia las regiones inmensas de la imaginación, el
gusto por el misterio y lo sobrenatural. Se recurre al sueño y a la visión.
o LENGUAJE. Se rechaza la distinción entre palabras nobles y plebeyas. Toda
palabra tiene un lugar en el texto si es necesaria. Se sustituye el ideal de precisión
lógica por el de colorido y expresividad. Pero si algo define el nuevo estilo es el
énfasis (signos de interrogación y exclamación, puntos suspensivos, hinchazón
retórica…). Nada se puede decir con sencillez, todo ha de ir envuelto en el exceso
verbal.
Defectos:
Verbosidad (el uso de palabras sonoras y de ningún sentido)
Hipocresía (fingir la fe que no tenían)
Desaliño
Hinchazón retórica
El ser llorones y vacíos.
A pesar de ello, hay quien ha dudado de la unidad del movimiento, como, por ejemplo, K.
Mellor, quien distingue en la literatura británica entre…
Aun así, entiende que la distinción genérica del romanticismo no es de carácter biológico
sino social.
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Temas románticos
El AMOR
o Tema fundamental del Romanticismo. Dos vertientes, pero en ambas el
amor es desgraciado, trágico e imposible.
Vertiente sentimental: melancólica, de profunda tristeza,
donde el amor es un sueño irrealizable y la naturaleza,
compañera y confidente.
Manifestación más pasional: el amor surge repentina y
violentamente. El amor pasión fue vivido ejemplarmente por
Larra. Surge de repente y se plantea en términos de todo o nada.
Rompe con las fronteras de las convenciones sociales: los
amantes saltan por encima de los padres, de los códigos
morales, aun de Dios, para hacerlo posible, cuando es imposible.
La MUERTE
o Es la opción liberadora, sea buscada en la acción heroica y arriesgada
por una causa justa o en la melancólica a través de un suicidio.
El PESIMISMO
o El Angst romántico, la ausencia de serenidad optimista que
caracterizaba a la mayoría de los neoclásicos. En su lugar, se abre sitio
a las inquietudes, a las angustias y a los anhelos de una generación
menos satisfecha con lo existente.
o Además, los románticos, perdida la fe en Dios e incapaces de creer en la
razón como los ilustrados, operan en el vacío. Consecuencias
desprecio por la vida, el cual les empuja a buscar aventuras, peligros,
hazañas, acciones heroicas, donde la muerte es la gran amiga, la
libertadora.
o Tiene su máxima expresión en Larra y Espronceda, unido del dolor y la
soledad.
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La LIBERTAD (como eje de la vida pública y privada)
o Es la bandera y el grito de los románticos, que la reclaman para todas
las actividades públicas y privadas. Socialmente, se elige el lado del
individuo frente a la organización. De aquí la exaltación de tipos
marginales como el bandolero, el verdugo, el pirata o el mendigo que,
con su resistencia a integrarse en la sociedad, representan una
permanente protesta y denuncia de sus males.
o Está libertad se aplica, no sólo como idea, sino también a las
posibilidades de creación literarias. La literatura debía evitar aquel
carácter axiomático.
o Se pide libertad sentimental, convirtiendo al individuo en único árbitro
de sus afectos y deseos.
o Políticamente, se convierte al pueblo en origen y depositario del poder,
criticándose el absolutismo monárquico. Pero cuando el pueblo a su vez
se convierte en tirano, se le condena Ideal burgués
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Rasgos formales
Estilo enfático.
Motivos:
o La NATURALEZA, en todas sus manifestaciones.
Cobra una presencia relevante en la literatura romántica, que
busca la asociación de natura con los sentimientos humanos:
Estado atormentado ‒ Tempestad
Melancolía y tristeza ‒ Otoño
Etc.
Esta correspondencia entre naturaleza y los
sentimientos humanos es quizá uno de los primeros
logros del Romanticismo, pero poco a poco va
reduciéndose a clichés y estereotipos, a fórmulas
retóricas.
Escenarios habituales:
o Naturales: el mar, la selva, los lagos, la noche iluminada
por la luna, la tumba con el ciprés, el sauce llorón…
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o Urbanos: las callejuelas estrechas, las catedrales góticas,
iglesias y ermitas solitarias, ruinas de castillos,
monasterios, palacios árabes…
o Los SUEÑOS en la literatura romántica se asocian con los deseos de
felicidad (sueños de amor, sueños de gloria o simplemente sueño,
como sinónimos de lo deseado) VS Las PESADILLAS, los fantasmas
y los espectros. Espronceda ofrece en El estudiante de Salamanca uno
de los mejores ejemplos de conjunción entre visiones fantasmagóricas
y sueños del Romanticismo español.
o Los PERSONAJES románticos carecen de matices e inflexiones
psicológicas:
La mujer será siempre, o bien un ángel inocente de serena
hermosura, o bien un ser malvado.
Los personajes masculinos ofrecen más facetas: galán
enamorado y valiente, traidor intrigante, caballero leal, víctima
del destino injusto…
La poesía es confesión: que llegue a un público es un defecto ineludible. Por eso el poeta
romántico hace exhibición de sus más profundos, oscuros u ocultos sentimientos, perdiendo
todo el pudor que impedía anteriormente desnudar el alma públicamente.
El amor será uno de los temas más frecuentemente tratados, con la rápida sucesión de
goce y hastío; junto a la rebeldía ante Dios, la compasión y comprensión del Diablo, o la
problemática del hombre perdido en un mundo que no comprende.
A esto se le suma las innovaciones en el léxico, con el auge del lenguaje figurado, tan
poco presente en el clasicismo, lo que resulta en abundancia de analogías, símiles, metáforas,
símbolos, etc., con los que expresar las ideas propias del Romanticismo (volcán ardiente,
nubes negras).
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Por otro lado, la polimetría pasa a ser una tendencia dominante, que lleva a alardes de
combinación de estrofas en un mismo poema. El soneto, por su rigidez estructural, es apenas
cultivado, en beneficio de la silva y la octava real, como muestra Espronceda en la elegía
Canto a Teresa. De hecho, el octosílabo fue un verso muy usado, lo mismo que el
endecasílabo agudo, pero también se ensayaron metros nuevos, como el hexámetro, y se
redescubrió el alejandrino.
Poemas ossiánicos (El himno al sol) [de Ossián, quien es recordado en las leyendas como el
más grande poeta de Irlanda]
Políticos (A la muerte de Torrijos, ¡Guerra!, El dos de mayo)
Narrativos, como El estudiante de Salamanca:
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o Es una nueva versión del tema «donjuanesco» con intención de elevarlo a
símbolo de la actitud de soberanía libertina, típica del romanticismo.
Espronceda ofrece en El estudiante de Salamanca uno de los mejores
ejemplos de conjunción entre visiones fantasmagóricas y sueños del
Romanticismo español.
o Es un relato en verso, antecedente de Don Juan Tenorio de Zorrilla, que ha
sido considerado como el mejor poema de Espronceda. Está dividido en 4
partes, la tercera dialogada. Desde el punto de vista formal destaca su
polimetría (que abarca más de 25 metros diferentes) y que suponga la
primera aproximación española a la «novela gótica» inglesa.
o Su influencia posterior fue grande, y en la rima XV de Bécquer se perciben
ecos del comienzo del final del canto cuarto.
Filosóficos, como El Diablo Mundo, tiene mayor interés (a pesar de su carácter
heterogéneo e inconcluso), con intenciones alegóricas de carácter fáustico. Este
poema se iba a publicar por entregas, y sólo por esta razón accidental uno de sus
pliegos es el célebre Canto a Teresa, en octavas reales, ejemplo de emoción
romántica, pero también de prolijidad retórica y ahuecamiento de la voz.
Sus canciones suelen ser poemas monologados en los que un personaje marginado exalta
la libertad y critica la hipocresía de la sociedad. En ellas Espronceda imita ritmos marciales,
pastorelas, canciones de cuna, barcarolas, etc., enriqueciendo los ritmos poéticos españoles y
anticipando el Modernismo.
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Textos literarios modernos
Enfermo de tuberculosis desde muy joven y autor de la mejor novela histórica del
romanticismo español, El señor Bembibre, así como de algunos de los mejores cuentos o
relatos (El lago de Carucedo), es uno de los poetas de más fina sensibilidad del movimiento.
En su obra destacan el tono delicado y melancólico, su sensibilidad ante los paisajes y la
naturaleza en general, y el ansia de infinitud insatisfecha. Se le ha considerado, tanto en
poesía como en prosa, representante de un nuevo romanticismo más íntimo y melancólico que
tendrá continuidad en la que se llamó la lírica postromántica que culminó en Bécquer.
A él
A las estrellas
Epitafio para gravarse en la tumba de un escéptico
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Zorrilla también tiene el mérito de la redondez y la gracia en la expresión, aunque sea
dentro de un verso de valor casi arquitectónico, como en Don Juan Tenorio. En su versión,
en vez de representar la rebeldía del hombre frente a Dios, como desde Tirso de Molina y
Moliére hasta el Don Juan aux enfers de Baudelaire, el Don Juan de Zorrilla es en el fondo
un buen chico, sin orgullo satánico ni conciencia metafísica de un designio de endiosamiento
humano, y, en cambio, con el sentido católico de que siempre es posible el arrepentimiento y
la salvación. La escena final del Don Juan Tenorio, en efecto, parece casi pertenecer a un
auto sacramental, con la salvación in extremis del seductor gracias a la intercesión de su
amada Doña Inés.
Obras:
La tempestad
Son valioso ejemplo sus Leyendas, en las que el autor se siente muy cómo como
«cantor del pueblo», de lo castizo y tradicional, con un gran colorismo,
musicalidad y riqueza de vocabulario. Ej.: Oriental (tiene una métrica muy
característica).
A buen juez, mejor testigo: genial poema.
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La cuna vacía
El sauce y el ciprés: es interesante, aunque la idea que muestra es similar a la de
La vida es sueño (“¿Habrá otro hombre, más triste y desdichado que yo? […]
Otro hombre recogía las hierbas que él arrojó”)
Poesía narrativa
El aniversario
Maldonado
Su poesía más importante es de tipo narrativa, dedicada a las leyendas (La azucena
milagrosa, Florinda) y a los romances históricos (destaca en ellos su magnífica capacidad
descriptiva):
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III. La renovación de la lírica en la segunda mitad del siglo
XIX
A partir de 1845 la lírica romántica empieza a dar signos de agotamiento, y hacia la mitad
del siglo se inicia una renovación de temas y estilos llevada a cabo por Ramón de
Campoamor que culminará en la poesía de Bécquer.
La nueva visión del mundo y de la literatura del Realismo considera, hacia mitad del siglo,
que los románticos tenían un falso concepto del lenguaje poético. Para los realistas, el
lenguaje cotidiano será el vehículo de su poesía. Para ellos, todo lo humano puede ser tema
poético. Pero la poesía moderna española se inicia verdaderamente con Bécquer, en cuya
obra la fusión de fondo y forma es absoluta y perfecta, produciendo una asombrosa
apariencia de «naturalidad». La nueva poesía será sugerente, no asertiva; intuitiva, no
filosófica; insinuará, no definirá. La poesía de Bécquer será capaz de expresar los matices
más profundos de la sensibilidad moderna con una gran concisión de la forma.
De esta nueva forma de entender la poesía participa Rosalía de Castro, en cuyo poemario
En las orillas de Sar aparece una profunda meditación sobre la condición humana acorde con
la sensibilidad moderna. Tanto en Bécquer como en Rosalía de Castro se observa también
una tendencia hacia la rima asonante que se aleja de la musicalidad grandilocuente del
romanticismo y tiende a una armonía interior más suave.
Campoamor (nacido el mismo año que Zorrilla) quizá sea el exponente más claro de lo
que se puede considerar la poesía del Realismo, incluso se la ha considerado antirromántico.
No obstante, su poesía breve es deudora, en muchos sentidos, de la poesía de Espronceda.
Campoamor considerará a la poesía más adecuada que la prosa para la expresión de ideas,
por lo que sus poemas adolecen frecuentemente de un cierto prosaísmo. Recupera la
tradición del apólogo y el proverbio popular en sus composiciones breves.
34
Textos literarios modernos
Muchas de sus composiciones tienen una estructura dramática más que lirica
(especialmente Pequeños poemas).
Las Dolorosas, como pequeños dramas de la vida cotidiana, un género nuevo en el
cual se ha de hallar unida la ligereza con el sentimiento y la concisión con la
importancia filosófica; pero lo que Campoamor llama “filosofía” es observación
ingeniosa y sátira, sentido práctico y visión paternalista.
Las Humoradas, breves epigramas que no llegan al sarcasmo, sentencias o
máximas de «filosofía práctica». Una «humorada» es una composición precisa,
escultural, corta.
Botánica aplicada
El gran festín (me gusta el desarrollo del poema)
A rey muerto, rey puesto
Sus Rimas:
o Fue inmediato y macizo el éxito de sus Rimas desde su publicación, tanto entre el
vulgo como entre los poetas, aunque unos y otros no vieran exactamente lo mismo
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en su lectura. En ellas se conjugan dos tendencias heredadas del Romanticismo: la
recuperación y revalorización de la poesía popular y la «estética del sentimiento».
Su ideal estético se resume en una lírica intimista, de emociones auténticas
expresadas con sinceridad, sencillez de forma y facilidad de estilo. Desaparecen
por ello de sus Rimas, o se reducen al mínimo, las descripciones y los elementos
narrativos tanto como las metáforas y las rimas consonantes o los versos de arte
mayor. Por el contrario, se tiende al paralelismo, tanto conceptual como sonoro,
a la expresión de la idea desnuda en moldes de poesía tradicional, y al sintomático
uso continuo de la asonancia.
Rimas:
o IV
Podrá no haber poetas; pero siempre
habrá poesía.
[…] Mientras la humanidad, siempre avanzando
no sepa a do camina;
mientras haya un misterio para el hombre,
¡habrá poesía!
[…] Mientras el corazón y la cabeza
batallando prosigan,
mientras haya esperanzas y recuerdos,
¡habrá poesía!
Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
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Textos literarios modernos
o VII
Del salón en el ángulo oscuro,
de su dueño tal vez olvidada,
silenciosa y cubierta de polvo
veíase el arpa.
o XV
o XXI
¿Qué es poesía?, dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía… eres tú.
o XXIII
Por una mirada, un mundo;
por una sonrisa, un cielo;
por un beso… ¡yo no sé
qué te diera por un beso!
o XXVIII
o XXIX
o XXXI
o LXI
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o LXVI
[…] En donde esté una piedra solitaria
sin inscripción alguna,
donde habite el olvido,
allí estará mi tumba.
o LXXVII
Dices que tienes corazón, y sólo
lo dices porque sientes sus latidos;
eso no es corazón… es una máquina
que al compás que se mueve hace ruido.
Fue hija de una hidalga soltera y un sacerdote. Después de casada apenas volvió a salir de
Galicia. Rosalía fue también una mujer de fuerte personalidad y de carácter inconformista. Su
pesimismo tiene el doble origen de la ilegitimidad de su nacimiento y del fracaso de sus
ideales políticos, pero trascendiendo en su obra lo personal. Sus magníficos libros escritos en
gallego son…
Es autora también de novelas, menos destacables que su poesía, como El caballero de las
botas azules (1867), la más interesante, de carácter alegórico e ideas krausistas: la redención
del hombre fundada en la reforma moral y la educación.
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Textos literarios modernos
A mi madre
Idilio, de Salvador Díaz Mirón (1853-1928), en este poema intenta reunir todo lo que
quepa imaginar de hediondo y miserable en un encuentro sexual, pretendiendo, de un modo
deliberado y enseñado, darnos el revés de la belleza y de lo ideal.
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IV. La prosa romántica
Erudición y crítica
El costumbrismo
Los orígenes del costumbrismo romántico suelen asociarse con algunos textos del Siglo
de Oro, principalmente con la novela ejemplar cervantina Rinconete y Cortadillo, El diablo
Cojuelo de Luis Vélez de Guevara y El Buscón de Quevedo. Pero este tipo de literatura, el
costumbrismo, se va a desarrollar en el siglo XVIII vinculado al desarrollo paralelo de la
prensa, configurándose progresivamente los textos costumbristas como artículos
periodísticos. En España, en 1822 se publicarán los primeros, Mis ratos perdidos de Ramón
de Mesonero Romanos, y al cabo de seis años El Duende Satírico del Día de Larra. 1831 será
fecha clave, pues será el año en que comenzará a publicarse la revista literaria Cartas
Españolas (luego llamada Revista Española), editándose en sus páginas numerosos artículos
de Serafín Estébanez Calderón, Ramón de Mesonero Ramos y Larra, a finales de 1832.
En los tres maestros del género, las escenas predominan de una manera avasalladora sobre
los tipos. ¿Por qué? El embrión de la novela realista está en el costumbrismo. Porque el
costumbrismo legó a la novela realista las técnicas fundamentales para la confección de sus 3
elementos más importantes:
o Sus ambientes
o Sus personajes secundarios
o Sus protagonistas
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Textos literarios modernos
Las novelas de Fernán Caballero serán las obras de transición entre el cuadro de
costumbres y la novela realista, caracterizadas en buena medida por su didactismo moral; por
eso la omnisciencia de su punto de vista es claramente ideológica. Si las novelas de
costumbres supusieron un paso importante en la génesis de la novela realista, tampoco es
desdeñable la importancia de la novela popular, publicada en forma de folletín en la prensa
periódica o por entregas.
El artículo de costumbres fue cultivado con gran maestría por autores románticos como
Larra, Ramón de Mesonero Romanos y Serafín Estébanez Calderón, así como por novelistas
del realismo como Pedro Antonio de Alarcón, José María de Pereda, Juan Valera, Emilia
Pardo Bazán y Benito Pérez Galdós.
Características:
Por una parte, se describen modos y actitudes de una forma abstracta, especulativa y
estática, como en un «cuadro», y, por otra, ese cuadro toma vida en una «escena» con un
débil hilo argumental y unos personajes “representativos” de determinado tipo humano,
actitud o defecto.
El artículo de costumbres culmina con la construcción de ese TIPO, cuando del escenario
se destaca con fuerza un personaje representativo de un grupo, que muestra rasgos
psicológicos, ideológicos y de comportamiento estereotipados. Así pues, el costumbrismo fija
los distintos comportamientos del ser humano, generalmente en relación con su profesión u
oficio. A través de esta descripción minuciosa surge también a menudo una sátira
burlona encaminada a corregir los defectos que aquejan a la sociedad del siglo XIX.
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Ramón de Mesonero Romanos (1803-1882): Mis ratos perdidos o ligero bosquejo de
Madrid. En 1820 y 1821
En esta obra se plasma costumbres, usos y características de esta ciudad en el curso de los
doce meses del mismo año. A Mesonero le interesa sobre todo registrar el cambio que estaba
experimentando la sociedad española, con la introducción de nuevas pautas de
comportamiento y nuevos valores morales. Su prosa está cargada de ironía y es rica en
registros idiomáticos tomados tanto del castellano castizo oído en la calle como de los autores
del siglo de Oro.
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Textos literarios modernos
“Y usted que de eso se queja, señor Periquito, usted, ¿qué lee? ‒le hubiese
podido preguntar‒. Todos nos quejamos de que no se lee, y ninguno
leemos».
El día de difuntos del 1836
Fue un gran erudito de su época, buen conocedor de la literatura española del Siglo de Oro
y arabista. En 1830 se traslada a Madrid, donde comienza su carrera periodística y adopta el
seudónimo que lo haría famoso: El Solitario. Los artículos de Estébanez ofrecen páginas
brillantes de la cultura tradicional españolas y un fresco pintoresco de la vida andaluza, pero
adolece del excesivo apego de su autor a las formas de expresión del castellano de los siglos
áureos, que resulta algo pesado y distante para el lector actual. Escribió también trabajos de
divulgación científica, así como cuentos y la novela histórica Cristianos y moriscos (1838).
El Roque y el Bronquis
El asombro de los andaluces, o Manolito Gáspez, el Sevillano
o «La cualidad más contraria al valor es la mentira»
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2) Histórico (de éstos, aquellos que centran su interés en el mundo contemporáneo
suelen denominarse novelas de costumbres).
3) De costumbres.
Bajo ese título se agrupan las narraciones en prosa de Bécquer [22, escritas entre 1861 y 1863]
y publicadas en la prensa en las que convierte el cuento o la leyenda folclórica en vehículo
para la expresión de su visión personal del mundo.
Para sus Leyendas, Bécquer parte de la leyenda tradicional, pero la adapta y la hace suya.
La leyenda tradicional presentaba los escenarios y ambientes de manera escueta, pues sólo
importaba contar la anécdota. En cambio, Bécquer poetiza los ambientes, consiguiendo que
hechos normales aparenten ser sobrenaturales (sin llegar a serlo), y/o eleva a símbolo el tema.
Lo importante, con ser interesante, no es sólo el cúmulo posible de fuentes que graviten
sobre Bécquer, sino el sentido que ha dado éste a sus producciones legendarias, que
fundamentalmente es el que descubrió el poeta Luis Cernuda cuando dice: «Es Gustavo
Adolfo Bécquer quien adivina en España la necesidad de la poesía en prosa y quien responde
a ella y le da forma en sus Leyendas». Algunas veces lo intentó con incursiones a la mitología
oriental («El caudillo de las manos rojas»), o al fantástico mundo de los cuentos de hadas
(«El gnomo»), pero incluso en este último caso, que por cierto subtitula «Leyenda
aragonesa», el ambiente religioso cristiano está muy presente. Es difícil encontrar en
Bécquer la fantasía pura, pagana o de religiosidad meramente deísta; por el contrario, el
espíritu que anima sus fabulaciones casi siempre posee connotaciones cristianas.
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Textos literarios modernos
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3. Realismo y naturalismo
I. Realismo
Contextualización realismo-naturalismo
«El novelista es en parte observador, en parte experimentador. Como observador recoge hechos, fija el
punto de partida, establece el sólido terreno sobre el cual los personajes caminarán y se desarrollarán
los fenómenos. Entonces aparece el experimentador y emprende el experimento, es decir, provoca que
los personajes se muevan en un relato dado para mostrar que la sucesión o el orden de los hechos será
tal como lo requiera la determinación de los fenómenos bajo estudio».
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Textos literarios modernos
este no sólo se volcaron sobre el mundo exterior, sino también sobre el interior, como decía
Dostoievski, jactándose por ello mismo de ser más realistas que los positivistas y
materialistas franceses. Dostoievski descubre el más importante principio de la psicología
moderna: la ambivalencia de los sentimientos (por ej.: la nostalgia de lo sublime VS la
nostalgia de la inmundicia). Todo impulso, toda excitación, todo pensamiento engendra su
contrario en cuanto aparece en la conciencia de los hombres.
Características
Por otro lado, el Realismo está íntimamente ligado a la burguesía y a la clase media,
nueva protagonista de la historia y, por tanto, protagonista también del género literario
predominante de este movimiento: la novela. De las revoluciones ha salido fortalecida una
alta burguesía que se ha vuelto fuertemente conservadora.
Hacía ya tiempo que escritores y artistas habían puesto los ojos en la realidad circundante,
pero la novedad del Realismo radica en el grado de atención que se le presta ahora y del
papel predominante de la realidad contemporánea en el nuevo arte. Ambientes y personajes
hasta entonces ausentes de la literatura, como campesinos, artesanos y obreros, adquieren
también papel protagonista.
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a) Un mayor detallismo en las descripciones.
b) Decoro social, por la abundancia de diálogos y la plasmación del lenguaje coloquial y
las jergas.
Como ni la novela histórica ni la novela social eran del agrado de las clases dominantes en
España, surgió junto a ella otro tipo mucho más inocuo: la novela de costumbres sociales.
La tardía aceptación del Realismo pleno hace que medie apenas una década entre su
implantación y el debate sobre la nueva tendencia del Naturalismo en los años 80, por lo
que ambos conviven o se combaten y muchos de nuestros novelistas participan de ambas
tendencias. Así, Galdós, autor de la primera novela realista, es también el de la primera
novela naturalista española, La desheredada (1881).
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Textos literarios modernos
ideológico, que las circunstancias políticas habían propiciado desde la Revolución de 1868,
tomando por campo de batalla el problema religioso.
El cuento es, sin embargo, un género muy cultivado en la segunda mitad del siglo XIX, y
en España la producción alcanza su mayor apogeo tal vez en la etapa isabelina, pero continúa
durante todo el período. En muchos casos, en él se refugia la fantasía de los autores. El
cuento realista debe mucho al cuadro de costumbres, pero su característica fundamental
es quizá la preocupación por la fidelidad a la realidad actual, el reflejo de los problemas
de la España contemporánea. Los cuentos de mayor calidad del periodo son los de los
grandes novelistas del Realismo: Valera, Alarcón, Galdós, Clarín y Pardo Bazán; siendo los
de Valera los que más se apartan de la norma general y en los que la fantasía adquiere una
mayor relevancia.
II. Naturalismo
El Naturalismo será una tendencia del realismo, formulada por Émile Zola, que
intentará trasladar a la literatura el método hipotético-deductivo-experimental de la ciencia
positivista de la época. Pretende el Naturalismo que la literatura utilice un método de
acercamiento a la realidad parecido al de las ciencias experimentales, basado en la
observación, la experimentación y la impasibilidad ante los hechos, e incorpore los datos
proporcionados por los estudios de las ciencias naturales, la biología, la fisiología, la
psicología y la sociología.
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o Resolución: cierre del relato
o Coda o epílogo: conclusiones, moraleja, etc.
El Naturalismo en España
Podría decirse que el rasgo común de los novelistas naturalistas en España consiste en una
suerte de «conciencia nacional» por la cual se les puede considerar insertos en la «primera
gran generación moderna», que, precediendo a la del 98, florece sobre todo en torno al
tiempo de la Revolución de Cánovas.
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Textos literarios modernos
III. TEXTOS
Cecilia Bóhl de Faber, conocida con el seudónimo con el que firmó sus obras, Fernán
Caballero. La gaviota (1849), su primera novela, se considera el gozne entre la ficción
romántica y la realista. En esta, como en todas sus demás narraciones, predomina el dogma
antiliberal. Sus novelas están construidas aún como series de escenas (muchas de ellas
típicamente costumbristas), unidas por un poco sólido hilo argumental. Dibujan una realidad
fuertemente poetizada e idealizada, al tiempo que la historia narrada sufre continuas
paralizaciones tanto por la inclusión de esas escenas como por las digresiones moralizantes.
Uno de sus mayores valores radica en situar las historias narradas en escenarios
contemporáneos, descritos con gran precisión. Escribió también varias colecciones de
cuentos.
o «No hay cosa más justa que pedir a Dios por los difuntos, y yo me acuerdo de un
cofrade de las ánimas que estaba una vez pidiendo por ellas a la puerta de una
capilla, y diciendo a gritos: “El que eche una peseta en esta bandeja saca a un alma
del purgatorio”. Pasó un chusco, y habiendo echado la peseta, preguntó: “Diga
usted, hermano, ¿cree usted que ya está el alma fuera?” “Qué duda tiene?”, repuso
el hermano. “Pues entonces ‒dijo el otro‒ recojo mi peseta, que no será tan boba
ella (el alma) que se vuelva a entrar”.
Fue uno de los más destacados narradores del realismo inicial. Forma, junto a Fernán
Caballero y José María de Pereda el grupo de «realistas tradicionales». Su primera novela, y
la más conocida, El sombrero de tres picos, es una novela corta basada en un tema folclórico
que narra la historia de un viejo corregidor que requiere de amores a una molinera, pero esta,
fiel a su marido, lo rechaza y entre ambos y la mujer del corregidor le propinan un
escarmiento. Sus siguientes novelas constituyen un débil intento. Son más logrados algunos
51
de sus cuentos y su novela corta La mujer alta, pero en ninguna de sus obras alcanzó las cotas
de frescura y precisión de El sombrero de tres picos.
o Esta interjección que el narrador hace a su discurso es genial: «¿Tan rico era el
Molinero, o tan imprudentes sus tertulianos? ‒exclamaréis interrumpiéndome.».
Por un lado, acapara la atención de los lectores, que sienten interpelados; por otro,
cuestiona si los narradores se dirigen a un lector o a varios. Es decir, ¿plural o
singular?
o Lo poético de esta expresión: «El tío Lucas ahorcó los hábitos en aquel punto y
hora y sentó plaza de soldado»
o «… y una manera de andar que sólo se puede describir con la absurda fórmula de
que parecía cojo de los dos pies».
Fue el menor de 22 hermanos. En sus primeros libros intenta pintar y dar vida permanente
a tipos y paisajes de su tierra que desaparecían ante los nuevos tiempos, mirando al pasado
con nostalgia. Sus mejores novelas son sin duda las dos que a continuación se refieren. Pese a
que el naturalismo había influido ya en él, predomina lo lírico sobre lo narrativo.
Sotileza (1855)
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Textos literarios modernos
A diferencia de otros novelistas del periodo realista, Valera posee, antes de ser creador,
una sólida teoría literaria, formada en sus profundos conocimientos de la literatura, desde
los clásicos hasta los contemporáneos, y solidificada en su rica y copiosa labor como crítico
literario. En sus novelas destaca fundamentalmente el análisis psicológico de sus
personajes. Analiza y muestra el proceso interior que sufren, el cual motiva sus acciones, los
hace obrar de una manera y no de otra, y determina su vida. Él mismo se consideró iniciador
del psicologismo en la narrativa española. Tanto en la novela como en la mayor parte de los
cuentos de Valera, se observa una crítica de los ideales románticos.
Escribió también novelas como Juanita la Larga y numerosos cuentos, artículos y ensayos
de crítica literaria, historia, política y filosofía.
Pepita Jiménez (1874), considerada unánimemente como una de las obras maestras del
siglo XIX, analiza el proceso de enamoramiento de un seminarista a través de las cartas que
dirige a su mentor, y acaba con el triunfo del amor humano sobre lo divino, pues el
seminarista acaba colgando los hábitos por una joven viuda.
En sus cuentos realistas y naturalistas, Juan Valera es quizás donde se siente más libre
para dar cabida a un universo personal en el que conviven, en un mismo nivel, lo real y
cotidiano con lo fantástico y exótico. Se interesó también siempre por la labor de los
folcloristas y recopiladores de cuentos tradicionales. En consecuencia, algunos de sus
mejores cuentos son una recreación literaria de cuentos populares. Él mismo contribuyó a la
labor de recopilación con:
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Benito PÉREZ GALDÓS (1840-1920)
(1) Sus primeras novelas conservan aún el influjo romántico en los fuertes contrastes de
luz y sombra y en la división maniquea de personajes arquetípicos de buenos y malos: La
Fontana de Oro.
(2) Las novelas siguientes, aunque los personajes son más complejos, son las llamadas
«novelas de tesis» [la que se plantea, como objetivo principal, el desarrollo de una determinada opinión o
ideología], en las que ataca el inmovilismo de la sociedad española y los valores del antiguo
régimen: Gloria (1877).
(3) En 1873 comienza a publicar los Episodios Nacionales (20 volúmenes), en los que
novela la historia moderna española tratando de explicar la división y diferencia entre
las dos Españas, que mantuvo a nuestro país en permanente estado de guerra. Fue la parte
más popular de su producción. Los Episodios nacionales, cinco series de 9 o 10 novelas cada
una, a lo largo de las peripecias de un protagonista ‒uno por cada serie‒ van presentándonos
los hechos más salientes de la historia española del siglo XIX.
(4) En la década de los ochenta publica las que él mismo denominó novelas
Miau, la novela del «cesante», que tiene detrás, como el coro de una tragedia, a su
mujer e hijas, en las más completa inconsciencia de su pobreza, fingiendo el
bienestar y obteniendo billetes gratuitos a la ópera.
La de Bringas es un virtuosismo de la pequeñez, acentuado por un hábil contraste:
se trata de la vida de los pequeños empleados del Palacio Real, que vivían muy
modestamente, pero en el mismo edificio del Palacio, con las ventadas a la gran
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Textos literarios modernos
azotea: aquí Galdós sabe llegar al límite del ahogo a fuerza de deliberada
estrechez.
Tormento (amarga historia)
La obra más representativa de este periodo, y tal vez la mejor, es la que quiso ser
su obra maestra, Fortunata y Jacinta, y quedó a medio conseguir: en ella se
reúnen los dos mundos galdosianos, el pueblo bajo de Madrid y la clase media de
origen comercial, pero la pieza que debía enlazarlos ‒‒la dualidad amorosa en
torno a un hombre‒‒ resulta el elemento menos consistente de la obra, en contraste
con la fuerza y vivacidad con que se nos presenta toda una galería de tipos
curiosos, alguno de los cuales, el usurero Torquemada, merecerá posterior
desarrollo aparte. En Fortunata y Jacinta los personajes, hasta los más
secundarios, están dotados de una verdad y una vida propia asombrosa. Las
descripciones, en las que combina lo visual, lo táctil, lo sonoro y hasta lo olfativo
alcanzan unas cotas insuperables.
o La fuerza de esta descripción es genial: Capítulo II. Primera parte. «Nació
Barbarita Arnáiz en la calle de Postas, esquina al callejón de San Cristóbal,
en uno de aquellos oprimidos edificios que parecen estuches o casas de
muñecas. Los techos se cogían con la mano; las escaleras había que subirlas
con el credo en la boca; y las habitaciones parecían destinadas a la
premeditación de algún crimen».
(5) En los años 90 aparecen con fuerza los problemas éticos en Tristana (también amarga
novela) y Misericordia, con influencia del espíritu ruso, y Pérez Galdós retoma los Episodios
Nacionales, con mayor maestría si cabe.
(6) Ya en el siglo XX, después de haber estrenado algunas obras de teatro, publica sus
últimas novelas, como La razón de la sinrazón (1915), novela dialogada.
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Leopoldo Alas, «Clarín» (1859-1901): La Regenta
Es el autor de la que ha sido considerada como la mejor novela del realismo español: La
Regenta. Es también un admirable autor de cuentos y un magnífico crítico.
Los cuentos y relatos de Clarín son, sin duda, de los mejores del realismo español. Los
recogió en cuatro libros:
Pipá
El Señor y lo demás son cuentos
Cuentos morales
El gallo de Sócrates
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Textos literarios modernos
Los cuentos escritos antes de 1890 son los que presentan rasgos naturalistas. En muchas
ocasiones tienen un débil hilo argumental y son más bien sátiras de hábitos y
comportamientos que Clarín consideraba censurables. En los cuentos posteriores, en cambio,
abandona el estilo prolijo de los primeros para ir ganando en concisión del lenguaje,
brevedad, esencialidad, lirismo y ternura. Un buen ejemplo de ello es ¡Adiós, Cordera!,
bellísimo relato que tiene a tres vacas como protagonistas.
Es la más importante escritora española hasta el siglo XX. Ninguna mujer antes
alcanzó un prestigio y una influencia semejantes. «En el día ‒no es ilícito dudarlo‒ la novela
es traslado de la vida, y lo único que el autor pone en ella es su modo peculiar de ver las
cosas reales»
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observarse en la descripción de trabajo de las mujeres en la fábrica de tabaco de La Coruña y
en el intento de reflejar la sordidez de la vida de las clases bajas.
Los pazos de Ulloa (1886). En esta obra logra excepcionalmente superar peligros
de afectación estilística, se presenta una intensa situación anímica: el joven y
tímido capellán de gran casa de campo, para evitar males, logra que su señor
contraiga matrimonio, pero encuentra que la esposa se convierte en una mártir,
terminando el propio capellán por ayudarle a fugarse, con el escándale
consiguiente. El ambiente está vivo, y el paisaje gallego invade la imaginación
eficazmente.
Su evolución narrativa desemboca en una defensa del misterio, que anticipa la estética más
renovadora del siglo XX.
Pena de muerte
En el presidio
o «El hombre era como un susto de feo».
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Textos literarios modernos
o Interesantísima reflexión: «¿No cree usted que en todo hombre, por malo
que sea, hay una centella de sentimiento, un poco de luz escondida allá en
las lobregueces de su espíritu? Yo, a fuerza de ejercer mi oficio, que tanto
instruye y documenta sobre la naturaleza humana, he llegado a adquirir esta
convicción. Y es más: me atrevería a afirmar que las acciones de los
mayores criminales, en lo habitual, no se diferencia tanto, tanto, de las del
hombre normal, de bien. Nadie es criminal a todas horas, a todos los
instantes».
El indulto, ha sido considerado como la primera narración contra la violencia de
género. Me encanta, así como me espanta, este cuento.
Es uno de los representantes más genuinos de la bohemia española de finales del siglo
XIX. Retrataban los bajos fondos, elegían como personajes a los desheredados de la fortuna,
situados en ambientes noctámbulos generalmente, y denunciaban la injusticia con un lenguaje
desgarrado, expresionista y provocador. La prostitución fue uno de los temas de denuncia
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recurrentes. Para obtener algún ingreso tuvo incluso que trabajar como «negro» escribiendo
artículos que luego firmó Rubén Darío, por ejemplo. En 1906 pierde la vista y posteriormente
la razón. Su figura inspiró el personaje de Max Estrella de Luces de Boehmia de Valle-Inclán.
Sus novelas representan la tendencia más radical del naturalismo. En ellas siempre hay
una crítica del orden social y de la iglesia. Declaración de un vencido (1887) es ejemplo de la
actitud desafiante y la crítica demoledora de los valores establecidos.
o «Me salí a la calle más embriagado por la acción corrosiva del pensamiento
sobre el cráneo, que por la del alcohol que había consumido».
o «Siempre he creído digno del grillete, cuando menos, al hombre que se
rebaja hasta dejar caer su mano sobre la mejilla de una mujer o de un niño.»
o El desgarro de esta frase es reseñable: «¡Ay, si yo fuera creyente de la otra
vida, mato a Carmen esta tarde, para vivir eternamente desposado con ella
en el otro mundo!».
o «Yo sé que en todo suicida hay un asesino».
Ha sido considerado como el mejor exponente del naturalismo español a pesar de que,
por edad, estaba más cerca del Modernismo (es 3 años menor que Unamuno y 1 menor que
Valle-Inclán).
Sus novelas de más éxito y que le granjearon mayor popularidad fuera y dentro de España
(Los cuatro jinetes del Apocalipsis y Mare Nostrum) son, sin embargo, las de menor calidad
artística. En cambio, en sus novelas valencianas hay una gran fuerza expresiva y unas
imágenes visuales muy potentes, no exentas de crueldad unas veces y de humor e ironía otras.
La barraca
o «Era una venganza de esclavo, el amargo placer del mendigo que
comparece con sus pestilentes andrajos en medio de una fiesta de ricos».
Entre naranjos
o Poética forma de hablar de la lluvia: «El cielo llorando incesantemente por
sus innumerables ojos».
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