Las Aventuras de Toni

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Las aventuras de Toni, el grumete

Cuentos originales
Autor:
Eva María Rodríguez
Edades:
A partir de 4 años
Valores:
aprendizaje
A bordo del barco capitaneado
por el pirata Barbaespesa viaja
Toni, un joven grumete que el
capitán había reclutado meses
atrás. Toni era un muchacho
que se colaba de polizón en los
barcos para ir de puerto en
puerto buscando a sus padres.

El día que el capitán


Barbaespesa lo encontró
escondido en la bodega,
comiéndose las provisiones de
la tripulación, se enfadó
mucho. Pero cuando Toni le
contó su historia decidió
ayudarle.

-Yo te llevaré por todo el


mundo para que busques a tus
padres -le había dicho el
pirata-. A cambio, serás mi
grumete. Trabajarás y te ganarás el pan que ahora robas.

Toni se había sentido muy agradecido y, desde entonces, trabajaba duro. El trabajo era
agotador, no cabía duda, pero al menos no tenía que robar y estaba mucho más seguro.

Cada vez que llegaban a un puerto, el capitán Barbaespesa mandaba a Toni a por
provisiones. El muchacho aprovechaba para indagar sobre sus padres.

-Haz tu tarea y, cuando acabes, busca a tus padres -le decía siempre el capitán-. Pero no
olvides estar aquí antes del amanecer. Si no estás zarparemos sin ti.

El niño apuraba el tiempo todo lo que podía, pero siempre llegaba puntual.

-Cualquier día te quedas en tierra, chaval -le decía el capitán Barbaespesa siempre que lo
veía llegar tan tarde.
Pasaron los meses sin que Toni consiguiera noticias de sus padres. Y con el tiempo se fue
olvidando de su cometido, y a lo que se dedicaba era a divertirse con la gente que
encontraba. Hasta que se olvidó definitivamente de buscar a sus padres. Pero él seguía
llegando justo antes de que zarpara el barco, porque se dedicaba a pasarlo en grande hasta
el amanecer. Hasta que un día se quedó dormido. Y cuando abrió los ojos ya había
amanecido.

-¡Oh, no! -exclamó Toni-. ¡Me he quedado dormido! ¡El barco!

Toni salió corriendo al puerto, pero no había ni rastro del barco pirata. Toni se quedó muy
triste, apoyado contra un barril.
-Ahora que había encontrado una familia la he perdido por irresponsable -se lamentaba el
muchacho.

Pero cuando levantó los ojos puedo ver el barco pirata, que volvía al puerto. Toni se lanzó
al agua y fue nadando hasta el barco, pues no sabía si le había visto o no y no quería
quedarse en tierra. Cuando estuvo arriba, el grumete Toni se tiró en brazos del capitán
Barbaespesa.

-Me has dado un susto de muerte, chaval -le dijo el capitán al grumete-. Creí que habías
subido, como siempre, pero cuando ví que no estabas....

-Lo siento, capitán -le interrumpió el


muchacho-. Me quedé dormido.

-¿Tan dura fue la búsqueda anoche? -preguntó el capitán.

El grumete Toni pensó decirle que sí, que había encontrado la primera pista en mucho
tiempo y que seguirla le había agotado, pero se lo pensó mejor y dijo la verdad.

-¿Así que a lo que te dedicas es a ir de fiesta? -dijo el capitán-. Vaya, vaya, eso sí que es
una sorpresa. Tendría que tirarte por la borda. Pero por tu sinceridad te perdono. Espero que
no vuelvas a fallarme.

-Gracias, capitán -dijo el grumete.

Esa fue la primera y la última vez que Toni llegó tarde. Aún sigue buscando a sus padres,
pero nunca más volvió a fallar a la nueva familia que le había acogido y que tanto le había
ayudado.

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