Altruismo y Conducta Psicosocial
Altruismo y Conducta Psicosocial
Altruismo y Conducta Psicosocial
Los comportamientos prosociales son los intentos de satisfacer la necesidad de apoyo físico
y emocional de otra persona.
En el dominio de la ayuda se incluyen comportamientos de rescate, donación, asistencia,
voluntariado y apoyo social se han considerado como prosociales conductas tan diversas
como donar órganos, ser voluntario en organizaciones sociales y corregir una información
incorrecta.
Un ejemplo es la definición de Olivar que entiende como conducta prosocial solamente a
aquel comportamiento que favorece a otra persona, grupos o metas sociales y aumenta la
probabilidad de generar una reciprocidad positiva, de calidad y solidaria en las relaciones
interpersonales o sociales consecuentes, salvaguardando la identidad, creatividad e iniciativa
de las personas o grupos implicados.
Para González Portal (2000) el término de conducta prosocial surgió, justamente, como
alternativa históricamente justificada con el fin de romper con lo restrictivo del concepto
altruismo, tan ligado desde sus orígenes a un criterio motivacional específico y del que aún
hoy no ha podido desprenderse.7
La preocupación empática se concibe como una respuesta específica ante una situación en la
cual un observador es testigo de una situación difícil por la cual está atravesando otra
persona. Es así que se genera el comportamiento altruista, realizado principalmente como
un intento de reducir el sufrimiento ajeno.
Es así que toda conducta altruista puede ser considerada prosocial, pero no toda conducta
prosocial puede ser considerada altruista.