Escuela Politica Feminista Modulo 5 Sujeto Politico
Escuela Politica Feminista Modulo 5 Sujeto Politico
Escuela Politica Feminista Modulo 5 Sujeto Politico
Sujeto Político
MÓDULO 5
Sujeto Político
Escuela Política Feminista 2
3 Sujeto Político
ESCUELA POLÍTICA
FEMINISTA
MÓDULO 5
Sujeto Político
Conducción:
Asociación Feminista La Cuerda
Asociación de Mujeres de Petén - Ixqik
Alianza Política Sector de Mujeres
Apoyo financiero:
Dirección de Cooperación del Gobierno Vasco
Apoyo administrativo:
HEGOA
Impreso en Guatemala.
Diciembre 2010
Primera Edición.
Los derechos de la Serie “Escuela de Formación Política Feminista” y de cada uno de los módulos
pertenecen a la Asociación Feminista La Cuerda, la Asociación de Mujeres de Petén - Ixqik, y la
Alianza Política Sector de Mujeres. Se autoriza la reproducción total o parcial de este material siempre
y cuando se cite la fuente.
5 Sujeto Político
Contenido General
Diseño metodológico 7
• Diseño metodológico del taller presencial
Materiales didácticos 19
• Guías y materiales de apoyo para el taller presencial
• Claves feministas para la autonomía (Marcela Lagarde)
• Claves feministas para liderazgos entrañables (Marcela
Lagarde)
• Cuadro sinóptico: Asamblea Feminista de Guatemala
ESCUELA POLÍTICA
FEMINISTA
DISEÑO METODOLÓGICO
Módulo 5: Sujeto Político
Escuela Política Feminista 8
Introducción General
Este módulo busca que las participantes se vean como sujetas de la construcción
del sujeto político feminista y a partir de esta reflexión personal y colectiva se
identifiquen caminos para que sus acciones contribuyan a esta construcción.
Se sugiere que las técnicas que se utilicen contribuyan a vernos a cada una de
nosotras como una parte de este proceso político colectivo. En este módulo es
pertinente reflexionar sobre la responsabilidad que tenemos en lo individual y
como colectivos en la transformación de la condición y situación de las mujeres;
“ser sujetas de este objetivo político se conseguirá en la medida en que nuestras acciones tengan la
la construcción intencionalidad de hacer la transformación, para eso se requiere que tengamos la
del movimiento capacidad de formular el sueño de la sociedad que queremos, de poder reflexionar
feminista como críticamente sobre las acciones que realizamos, valorar si estas acciones están
sujeto político siendo efectivas en función de la construcción de un movimiento feminista que
e identifiquen tenga las características de sujeto político, que sus acciones sean transformativas,
caminos para y finalmente plantear los caminos a seguir para asumir las acciones necesarias
realizar sus para dicha construcción, que dependerán a su vez del contexto en cada uno de
aportes a este los territorios, de lo que sucede en el país, en el continente y en el planeta; y de
proceso...” nuestras capacidades como individuas y como colectivos. Puesto que no hay
recetas para hacerlo tenemos que aportar nuestra imaginación y creatividad.
El sujeto colectivo se construye en la interacción de sujetas individuales, sujetas
que se reconocen entre sí, ello requiere aprender a distinguir las capacidades que
cada una tiene, las desigualdades que nos atraviesan y los distintos aportes; son
las diferencias lo que nos permite identificar en qué aspectos podemos hacer
pactos entre nosotras para lograr un objetivo común.
Otro elemento que debe considerarse es nuestra mirada, para hacer análisis crítico
de la realidad y para soñar otras realidades, las feministas hemos construido
términos, categorías (ver módulo sobre epistemología) que nos permiten
colocarnos en otros lugares teóricos, las propuestas han surgido desde distintas
condiciones y problemáticas y eso hace que el feminismo tenga propuestas
múltiples (ver módulo genealogías). Considerando que las transformaciones que
debemos realizar y las acciones son de tal magnitud, requerimos constituirnos
en errantes epistemológicas, es decir, que si bien cada una de nosotras se puede
ubicar desde una postura determinada, ello no implica que no podamos reconocer
y recurrir a otras posturas epistemológica; no podemos conformarnos con una
sola forma de ver, de pensar y de proponer para transformar nuestras complejas
realidades. En ese sentido es importante recuperar el concepto de sujeto político
y su significado particular desde la reflexión feminista.
9 Sujeto Político
Objetivo:
Propiciar que las participantes se perciban como sujetas de la
construcción del movimiento feminista como sujeto político e
identifiquen caminos para realizar sus aportes a este proceso.
TEMA OBJETIVOS CONTENIDOS TÉCNICA/PROCEDIMEINTO MATERIALES TIEMPOS
PRIMER DÍA
Introducción Dar a conocer a las Objetivos Inscripción de las participantes Hojas de 0:15
y Explicación participantes los objetivos Contenidos inscripción
del taller y momentos del taller; Metodología Plenaria: bienvenida y presentación del equipo que
abordar los aspectos Organización apoyará durante el taller Papelógrafo
logísticos. Logística con horarios
Horarios
Recapitula- Que las participantes Proceso general En plenaria: Exposición utilizando el papelógrafo del Objetivo 0:45
ción del tengan una mirada general Objetivo del proceso y la Ruta Temática. Político del
Escuela Política Feminista
Propuesta teórica:
una comprensión
alternativa a la
realidad social
impuesta.
Tiene un
proyecto,
un sueño de
sociedad.
Define caminos
a seguir e
impulsa acciones
transformativas
para construirla.
ALMUERZO 1:00
Construcción Abordar los elementos Se explica que para construir la especificidad de Documento: 1:30
teórica de la constitutivos del sujeto las características y elementos del sujeto político Las
especificidad político feminista feminista se irán tomando partes de la experiencia de características
del sujeto las participantes. del sujeto
político del Sector de
feminista en Mujeres.
Sujeto Político
Guatemala
TEMA OBJETIVOS CONTENIDOS TÉCNICA/PROCEDIMEINTO MATERIALES TIEMPOS
Colectivi- Identificar expresiones Dimensión Se pide a cada una que se de unos minutos para Documento de
zándonos que muestren voluntad de organizativa: recordar el momento en el que decidió participar en apoyo Sujeto
cambio y asumirse parte de Acumulación un colectivo. Las preguntas generadoras son: Político.
un colectivo que comparte de fuerzas del Si se cuenta
dicha voluntad de cambio sujeto político ¿Por qué me uní o formé un colectivo? - ¿Qué quería
lograr? con cañonera y
(contrahegemonía, feminista computadora,
contracultura cuyo impacto (historia y Se explica que este ejercicio es personal y que solo colocar
es modificar las relaciones situación se tomarán dos o tres experiencias para explicar el imágenes
de poder) actual) segundo elemento del sujeto político feminista. de estas
movilizaciones:
Despues de los ejemplos se pide a la plenaria
Escuela Política Feminista
Subjetividad,
emociones,
espiritualidad
y ética para
un liderazgo
feminista
Sujeto Político
TEMA OBJETIVOS CONTENIDOS TÉCNICA/PROCEDIMEINTO MATERIALES TIEMPOS
SEGUNDO DÍA
Pensamiento Reflexionar críticamente en Pensamiento En plenaria se presenta la imagen de la pintura de Cañonera 1:00
feminista: torno a la capacidad que se político. las Meninas de Velásquez. Se explica que el cuadro,
otro lugar tiene para reinterpretar y Propuesta lo que se pinta y cómo se pinta ha sido decidido Imagen de las
para pensar resignificar la realidad feminista. por otros el que contrata, el pintor, las meninas (las Meninas de
y construir niñas), para poder verse tendrían que salirse del Velásquez.
realidades: cuadro. Esta idea se compara con la espitemología
y las categorías patriarcales y la epistemología
feminista, es decir, hay que salirse de las formas de
Escuela Política Feminista
teóricas de
otras autoras y Valcárcel Pongamos las agendas en hora que se cos)
de los avances encuentra en los documentos de apoyo teórico).
conceptuales
realizados en el Se comparten las características del sujeto político
movimiento y propuestas por el Sector de Mujeres: autonomia,
en contexto de memoria historica, capacidad de reintepretacion,
la agenda. acumulacion de fuerza politica, liderazgos,
interlocucion valida
Sujeto Político
identificando
TERCER DIA
Volviendo a la Identificar caminos a seguir Perfilar En plenaria se explica la Guía No. 4 y se organizan Hoja con las 2.30
práctica para constituirnos en sujeto una mirada grupo de manera diversa para que cada grupo quede preguntas horas
Sujeto político: nacional desde integrado por personas que tienen distintas miradas Documento con
personal Pensamiento político lo territorial, territoriales. las reflexiones
y político Agenda política (sociales desde lo de los grupos
caminos a y políticos, simbólico colectivo y Guía 4
seguir en cultural, participación) lo individual
el plano Fortalecimiento como sobre los
nacional a movimiento (organicidad) caminos a
partir del seguir para
análisis de lo fortalecer al
que sucede en movimiento
los territorios. como sujeto
político
REFACCIÓN 0:30
Desafíos Promover nuevas Compartir Identificar cuáles de los elementos abordados Nuestro diario 0:30
colectivos reflexiones y prácticas en las nuevos durante el taller se pueden aplicar a mi territorio feminista
para la los territorios conocimientos y cuales son aquellas realidades territoriales que
construcción en el territorio contribuyen al fortalecimiento del movimiento en su
del sujeto conjunto.
político
Identificando aquellos elementos subjetivos que se
requieren para su construcción.
Evaluación Conocer el impacto del Evaluación Escribir valoraciones sobre aspectos de contenido, Hojas en blanco 0:30
taller en las participantes metodológicos y logísticos del taller con propuestas
para mejorarlo.
16
17 Sujeto Político
Escuela Política Feminista 18
19 Sujeto Político
ESCUELA POLÍTICA
FEMINISTA
MATERIALES DIDÁCTICOS
Módulo 5: Sujeto Político
Escuela Política Feminista 20
Sufragistas latinoamericanas
27 Sujeto Político
Socialistas
Liberación sexual
Escuela Política Feminista 28
¿Cuáles son las frustraciones, dolores, enojos, miedo que arrastro y que arrastramos
en nuestro colectivo y nos pueden obstaculizar para la construcción del sujeto político
feminista así como la capacidad de proponer y transformar nuestra realidad?
¿Qué obstáculos tengo para asumir una ética feminista?
¿Qué obstáculos internos y externos se me presentan para construir pactos entre las
feministas?
¿Qué símbolos hemos desechado y hay que recuperar, y cuáles contribuyen a llevar a
cabo nuestras acciones políticas?
Meninas de Velásquez
Esta pintura se utiliza para
animar la reflexión crítica
en torno a la capacidad que
se tiene para reinterpretar y
resignificar la realidad.
Cuadro Sinóptico
Diapositivas
Se expone cómo se está organizando la discusión para el proyecto feminista en Guatemala.
Proyecto Político:
es la descripción de la sociedad
soñada, la que queremos
construir.
Caminos a seguir:
Programa:
son las rutas inherentes a las
son las grandes luchas que grandes luchas que se definen de
contribuyen a concretar el acuerdo al contexto, y al momento
proyecto. histórico y que contribuyen a
realizar las luchas que concretan el
proyecto.
Debates pendientes:
son aquellos aspectos en los que
se dan diferentes miradas.
• Proyecto político
ESCUELA POLÍTICA
FEMINISTA
DOCUMENTO PEDAGÓGICO
Sujeto político 1
1 Del Cid Vargas, Paula Irene. Extracto del Proyecto de Investigación para optar a la Maestría en Psicología Social y Violencia
Política “Construcción del sujeto político feminista. Reflexiones de feministas sobre el abordaje de la erradicación de la
violencia contra las mujeres en su agenda política. Guatemala 2000 – 2008.
2 Rauber, Isabel. Los Dilemas del sujeto. Movimiento social y organización política en América Latina. Lógicas en conflicto.
Reflexiones acerca del sujeto sociopolítico de la transformación social latinoamericana en el siglo XXI. Cuba, 2003 www.
nodo50.org/cubasigloXXI/.../ponencias.htm, 9-10.
3 Departamento Ecuménico de Investigaciones (DEI) La problemática del sujeto en el contexto de la globalización. Síntesis
del Encuentro de Cientistas Sociales, Teólogos y Teólogas, realizado en el DEI, San José, Costa Rica, 6 al 9 de diciembre de
1999.
4 Ibid.
37 Sujeto Político
5 Ibid.
6 Rauber, Isabel. Los Dilemas del sujeto. Movimiento social y organización política en América Latina. Lógicas en conflicto.
Reflexiones acerca del sujeto sociopolítico de la transformación social latinoamericana en el siglo XXI. Cuba, 2003 www.
nodo50.org/cubasigloXXI/.../ponencias.htm, 9-10.
Escuela Política Feminista 38
Conciencia crítica
Para Celia Amorós (1997), el sujeto es “alguien que pueda interrumpir
reflexivamente la cadena del significado constituida tomando distancia crítica
y ‘alterándola creativamente’” y objetivar “las figuras de la heteronomía’ y
dar pasos en dirección a la autonomía”, dicho sujeto desarrolla una conciencia
particular.
“…, fenomenológicamente, podríamos caracterizar la conciencia feminista como
una peculiar forma de existencia reflexiva del ser mujer (es decir, del ser efecto de
una ‘heterodesignación’ y de la asunción del discurso del otro como un discurso
constitutivo del género, o sea, de las implicaciones culturales normativas de la
pertenencia al sexo biológico femenino). Esta existencia reflexiva del ser-mujer
se caracteriza por una permanente re-interpretación, una re-significación bajo el
signo de lo problemático, la impugnación, la transgresión, el desmarque, la re-
normativización siempre tentativa…”8
El proyecto emancipatorio
El proyecto emancipatorio del feminismo supone ubicar
a las mujeres en la tesitura de su constitución como
sujetos que recogen las características que les han sido
negadas y, simultáneamente, se re-hacen a sí mismas.
Entonces un sujeto político de liberación es su identidad,
más su proyecto. Para el feminismo de la igualdad,
el proyecto político es el fin de la subordinación y la
exclusión, así como la desactivación de las identidades
designadas por el patriarcado y propone que puede
haber tantas individualidades como mujeres existen. 11
Este proyecto pretende la transformación radical de
significaciones culturalmente implantadas como las
adheridas a las posiciones sociales respectivas a los
genéricos masculino y femenino. 12
11 Cobo B. Rosa. 2002. Democracia paritaria y sujeto político feminista en Anales de la Cátedra Francisco Suárez, ISSN 0008-
7750, Nº 36, http://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=26481
12 Amorós, Tiempos de feminismo, 23.
41 Sujeto Político
1 Este documento es parte del proceso de reflexión del Sector de Mujeres, para la definición y construcción del Sujeto Político
Mujeres.
Escuela Política Feminista 42
ESCUELA POLÍTICA
FEMINISTA
1 Paz de las Damas porque en sus inicios diversas reinas, hermanas y familiares de los primeros
contendientes se reunieron a fin de encontrar algún armisticio; lograron uno, por eso aquella primera
paz fue llamada así.
* Trascripción revisada por la autora.
** Amelia Valcárcel es Catedrática de Filosofía Moral y Política de la Universidad Nacional de Educación
a Distancia (UNED) y Consejera de Estado.
47 Sujeto Político
conocido la paz. Sólo sabían lo que era la guerra. Y la gente sabía vivir en la
guerra, era el modo de vida que conocían y tenían.
En la guerra los cuatro jinetes del Apocalipsis corren por sus escenarios. Ayer
vimos las imágenes de El Bosco y nuestro apuesto director y conservador
exclamaba: «¿Cómo podía tener este hombre esa imaginación?». Y yo pensaba
¿cuál otra iba a poder tener según estaba Europa en aquel momento? Era lo que
tenían más claro. Se pasaban el día en aquello. Por eso lo pintaban. Repasemos:
incendios, saqueos, peste, tortura, violación y asesinato; en la guerra todo vale,
toda la legalidad está interrumpida. Toda la moral está interrumpida. Todo vale
con el enemigo, todo. Y con la enemiga, ni te cuento. Y, como todo valía, todo
se hacía. Estos ejércitos mercenarios lo hacían. Y no querían acabar la guerra,
en absoluto, vivían de ella. Entonces, ¿para qué vas a cultivar si no sabes si vas
a recoger? Territorios enteros de Europa quedaron despoblados. La Pomerania
entera, otras regiones de Alemania, quedaron simplemente sin gente. Sin nadie.
La gente llegó a desenterrar a los muertos para tener qué comer, y se los comían.
A toda costa hubo que hacer una paz complicada. Eso había que pararlo.
a Holanda!, que está impreso allí. No vamos a pensar que los holandeses eran
unos seres arcangélicos y desprendidos. Se dedican al trato de esclavos, porque
además de innovar, en efecto, se pasaban los años yendo a los estuarios del
África verde, comprando y llevando africanos para América, de donde sacaban
enormes beneficios. Así eran las cosas.
Pero si estableces el principio, estableces el principio y Holanda ha establecido el
principio de tolerancia, ha establecido el principio de la supremacía de la ley como
un pacto civil y ha establecido la libertad de prensa. Y esto es importantísimo
porque nada menos que abre el periodo en que vivimos, el nuestro, esto a lo
que llamamos Modernidad. Se comienza a cortar con el antiguo régimen. Si has
empezado a decir que los monarcas no tienen autoridad divina, ello quiere decir:
el mundo puede que sea el resultado de un designio creador divino, pero en todo
caso no se gobierna mejor utilizando los textos sagrados como vía de gobierno,
sino la razón humana. La razón humana empieza a adquirir el lugar central, el
lugar de la luz. ¿Quién nos puede ayudar? El uso de la recta razón. ¿Quiénes?
Descartes, Locke, Espinosa, Hobbes, el siglo XVII, la Modernidad... Los grandes
pensadores barrocos. De todos esos somos herederas. No es que ellos nos tuvieran
previstas, es más, no creo ni siquiera que les hubiéramos gustado. Pero, lo siento,
nos derivamos directamente de los principios que establecieron.
expresión política lockeana. Sabemos que es así porque los sucesivos panfletos,
escritos, etc., de este siglo y pico están llenos de sus suposiciones y su terminología.
Esta primera fase en una plétora de escritos. Si buscamos en las bibliotecas se
producirán avalanchas, montones de escritos, de cartas, de pequeños folletos,
que constituyen la polémica feminista durante el siglo ilustrado. Y recordemos
que nadie escribe sobre algo polémico sin haberlo hablado previamente. Existe
una enorme literatura y debió existir un debate aun mayor.
El feminismo viene de la Ilustración europea, aunque arranca previamente de
la filosofía barroca. Pero es en el Siglo de las Luces cuando toma su primer gran
impulso. Ese siglo, que es una larga polémica en torno a la más variada tópica
(el lujo, el gusto, las artes y las ciencias, la superstición, los textos sagrados, las
formas de estado, los temperamentos... y tantas otras), inaugura como polémica la
igualdad de ingenio y trato para las mujeres. El XVIII, que es el origen de nuestro
mundo de ideas, de gran parte de nuestro marco institucional y de bastantes
modos de vida actuales, es también la fuente de nuestro horizonte
político e incluso del horizonte de reformas sociales y morales en el
que todavía estamos viviendo. Ese siglo singular presenta el primer
feminismo como una de las partes polémicas del programa ilustrado.
Subrayar este origen ilustrado del feminismo pienso que consigue
distinguir lo que es literatura política feminista de una serie de
pensamientos, también polémicos, que se producen recurrentemente
en la tradición europea desde el siglo XIII.En los albores de la Baja
Edad Media y en el entorno del nacimiento y expansión del gótico
ciudadano y las formas civilizatorias bajomedievales, nacen toda una
serie de nuevos modos e ideas que suelen resumirse bajo el nombre
de Amor Cortés. En tal entorno surge una literatura peculiar que
llamaré «discurso de la excelencia de las nobles mujeres» que tiene
sus cultivadoras y cultivadores así como usos sociales inequívocos.
Sirve para proporcionar modelos de autoestima y conducta a las
mujeres de las castas nobles. Glosa a reinas, heroínas, santas y grandes damas del
pasado y, a su través, ofrece modelos de feminidad que contribuyan a la creación
de cortesía en el grupo de poder. Este discurso de la excelencia no se produce sin
disenso: tiene como paralelo continuado una literatura misógina, por lo común
clerical pero también laica, que, a su vez, viene de remotos orígenes. Ambos,
el discurso de la excelencia y el misógino, compiten hasta el Barroco en forma
casi ritualizada. Uno exalta las virtudes y cualidades femeninas y da de ellas
ejemplos. Otro se ensaña en los defectos y estupidez pretendidamente ingénitos
del sexo femenino con una plantilla de origen que habría de remitirse a los Padres
de la Iglesia o incluso a Aristóteles. Filóginos y misóginos repiten los mismos
ejemplos y argumentos sin jamás llegar a acuerdo —ni quizá pretenderlo—, en
una disputa tan ritualizada como la de Don Carnal y Doña Cuaresma. Unos y
otros no ponen tampoco en duda el marco común: que las mujeres han de estar
bajo la autoridad masculina, sino que discrepan en lo que toca al respeto que
haya de acordárseles. Porque es eso, el derecho a la dignidad y al respeto de seres
esencial y funcionalmente separados, lo que se pone en común. En el mejor de los
casos la pretensión más alta a la que cabe apelar, si la disputa resuelve a favor de
las mujeres, es la que resume Calderón en El Alcalde de Zalamea: «Puesto que de
ellas nacemos, no digas mal de mujer». Pero tampoco cambies nada. El mundo
estamental, a fortiori, contempla como legítima la desigualdad entre los sexos;
Escuela Política Feminista 54
excesos. Condorcet a favor, completamente. Por citar sólo a los grandes, porque
la polémica es inmensa, casi todo el mundo culto entra en ella. Totalmente en
contra, radicalmente en contra, ninguna minucia, nada menos que Jean Jacques
Rousseau, del cual deriva toda la reforma que es necesario hacer en la teoría
política lockeana para adaptarla y convertirla en fundamentación del Estado
moderno.
Rousseau imagina que el Estado perfecto tiene que excluir completamente a
las mujeres y llevarlas a todas al ámbito doméstico. Jean Jacques Rousseau no
sólo argumenta la desigualdad entre los sexos, que lo hace, es que afirma que la
desigualdad entre los sexos existe y pesa porque es mínima. Que esto tiene más
gracia. Si fuera muy grande no haría falta argumentarla. Hace falta hacerlo porque
casi es inapreciable. Pero por eso precisamente, porque es casi es inapreciable, es
tan importante que siga subsistiendo. Porque es casi inapreciable tiene que ser
la educación la que la haga más fuerte; como bien dice en La educación de Sofía,
Sofía no puede ser educada para que sea independiente, ni para que tenga juicio
ni criterio, porque está destinada a servir a un ser que es defectivo, defectuoso
y si ella tuviera desarrollada su propia voluntad y su capacidad, no lo podría
soportar. Así que es mucho mejor adaptarla, podarla, educarla para que pueda
aguantarlo. Lo tenían claro y no lo disfrazaban. Eso es casi de agradecer. A mí en
particular me gusta, porque yo cuando lo leo me digo, «mira qué bien, qué clarito
está». Este conjunto polémico es la trama teórica del feminismo ilustrado. El
conjunto teórico es nada menos que todo el racionalismo y la tradición moderna,
es ciertamente, inmenso.
Veamos ahora la agenda. ¡Pero la agenda es mínima! La agenda del primer
feminismo se reduce a la libertad en la elección de estado y el poder acceder a una
cierta educación no formal. Esta es toda la agenda: matrimonio por inclinación y
no que tus padres te casen, como se viene haciendo y que se te permita aprender
ciertos saberes, no para ejercerlos, sino como ornato y para distracción. Con dos
trazos estará todo claro. El libro, por ejemplo, de Diderot, La Religiosa, que tiene
que interpretarse en clave feminista, sólo plantea la elección de estado, pero no es
poco. No se pueden deshacer de las mujeres las grandes familias encerrándolas
en un convento para no casarlas a su nivel o para no perder oportunidades en
el ranking del poder familiar. Lo que cuenta Diderot en toda la obra es que las
familias están haciendo esto; que realmente los conventos no son unos lugares a
donde vayan las mujeres a servir para Dios, libres de hacerlo, sino que se sirven
de ellos las familias para librarse de las mujeres y poder mantener el sistema de
mayorazgo; y que se sirven de ello contra la libertad de las mujeres3. Diderot
mantiene que hay algo de atroz en esto.
Y por lo que toca a la elección matrimonial que estaría bien que a las mujeres
en vez de casarlas sin oírlas, se les preguntara por lo menos si la persona con
la que se las va a casar no les repugna. Una de las obras teatrales más famosas
en este periodo en España es El sí de las niñas de Moratín. Su sana doctrina se
cierra en que si se las casa, que ellas estén de acuerdo, pobrecillas. Esa es la gran
agenda ilustrada. Con todo, ¿nos damos cuenta de que hay partes del globo,
tierra, donde vivimos, en las que esta agenda está por cumplir? Y es la de la
primera ola del feminismo. Libertad en la elección de estado.
3 Este tipo de elección de estado sólo es válido para los países católicos que es donde el monacato sigue existiendo,
pues en los países reformados se ha abolido el monacato, con lo cual no tienen este problema.
Escuela Política Feminista 56
LAS DECLARACIONES
El siglo XVIII caminaba deprisa. Lo que la Modernidad barroca simplemente
había imaginado, lo puso por obra. Cuando Locke afirmaba que hemos de pensar
la sociedad como si hubiéramos firmado la ley, y hubiéramos tenido un acuerdo
sobre ella, sólo lo pensaba; el XVIII lo hizo. Realizó la Declaración de Virginia,
la Declaración de Independencia de los Estados Unidos, la Declaración de los
Derechos del Hombre y del Ciudadano, en Francia. Pasó las ideas del limbo
teórico al asunto político-práctico. Inventó nada menos que las constituciones.
La sociedad era, de hecho, un contrato, y además sabíamos en qué consistía el
contrato, podía ser enunciado y podía ser firmado. En el XVIII comienza en los
hechos el movimiento revolucionario que acaba con el Antiguo Régimen y da
origen a lo que solemos llamar el estado burgués. Se produce todo ello cursando
con un formidable relevo de elites.
Del asunto de la agenda hemos de cambiar ahora al movimiento; recordemos,
siempre hay un conjunto teórico, una agenda, un movimiento. En el siglo XVIII
estaba restringido a la opinión y en una parte reducida de las nuevas élites.
Todas las Luces, aun siendo mucho más extensivas que cualquier otro cambio
cultural en su pasado, abarcaban a un segmento numéricamente pequeño. Se
atenían sólo a las gentes que eran capaces de leer, escribir, argumentar y ser
capaces de pagarse una edición de imprenta. Si ahora este grupo es todavía
pequeño, en el XVIII era minúsculo, aunque ello no quita que profundamente
influyente. Y, como ya se dijo, el grupo ilustrado estaba dividido respecto de
la agenda feminista. Casi todo el mundo tomó partido. No hay casi pensador
o pensadora ilustrada —que las había— que no entre en liza y tome partido en
esta cuestión. Los moralistas tomaron partido también. Al principio, el ridículo,
que había funcionado con el preciosismo. Cuando ya la vindicación apareció
clara, se llegaron a predicar cosas como que elección matrimonial, el casarse por
inclinación, era malo y poco inteligente. Moralistas hubo que escribieron, sin que
esto les avergonzara, que no estaba bien que los novios se conocieran antes de
casarse, ni mucho menos que elegir; en la vida todas las cosas van a menos, de
modo que si dos personas se aman al principio, más que probablemente pasados
unos años ya no se amarán, y por lo tanto pasarán de tener algo a no tenerlo.
Mientras que, si no se conocen de nada, o incluso se tienen cierta ojeriza, con el
tiempo y el trato continuado llegarán a tomarse afecto; conseguirán, mediante
un matrimonio obligado, una posición mejor que la que tenían en un principio.
57 Sujeto Político
LAS REVOLUCIONES
1792. Mary Wollstonecraft publica la Vindicación de los derechos de las mujer. Ya
tenemos aquí, como decantado de un siglo de polémicas, un texto, un conjunto
teórico de una entidad mucho mayor que aquella que había presentado Poulain
de la Barre, porque conlleva los sobreentendidos políticos de todo el Siglo de las
Luces. Mary Wollstonecraft es una rousseauniana, una demócrata convencida,
que le reprocha a Rousseau que sea inconsistente. Señala que Rousseau sostiene
que la naturaleza no marca en nadie ninguna diferencia y, sin embargo y a la
vez, que a las mujeres la marca de tal manera, que quedan condenadas a sujeción
perpetua. Wollstonecraft denuncia que las conclusiones no se siguen de las
premisas que emplea. Exige a Rousseau que sea coherente.
Mary Wollstonecraft es más rousseauniana que Rousseau y no se amilana, sino
que se atreve a escribirlo. También es lockeana, si al caso vamos; es racionalista,
profundamente ilustrada y convencida de que la opresión de las mujeres es
injusta y ha llegado el tiempo en que se admita que es política, como las demás.
Pese a Rousseau, pero con sus imágenes y terminología; da igual porque las
ideas no en verdad de nadie, sino verdaderas o falsas, buenas o malas. Es lo que
trasciende en toda su Vindicación, que nos sigue sonando tan cercana cuando la
repasamos.
¿Ha cambiado tanto el feminismo como conjunto teórico explicativo a lo
largo de tres siglos? No tanto. El feminismo es una de las tradiciones políticas
probablemente más homogénea. Ha cambiado poco. Tanto sus recursos
argumentativos, cuanto lo que dice, a quién se lo dice, cómo lo dice, contra qué
argumenta, con qué argumentos... todo es bastante homogéneo a lo largo del
tiempo. Como conjunto teórico es muy estable. Tiene tres siglos a la espalda y se
le nota poco castigado por la edad.
La Vindicación está publicada en plena Revolución Francesa. Es un momento
brillante, efervescente, donde se unen la Revolución Americana primero, la
Declaración de Independencia poco más tarde, la Declaración de los Derechos
del Hombre y el ciudadano muy poco después. Es un momento confuso
también: los reinos europeos comprometiéndose con la independencia de las
colonias británicas en la idea de que lo que pasa allí no nos va a influir, porque
aquello son tierras nuevas, pobladas por gentes nuevas. Los autócratas europeos
simpatizando con los demócratas americanos y creyendo que Europa se
mantendrá inmune.
Todo lo que pasa en América inmediatamente repercute en Europa y nadie
puede decir seriamente que la Revolución Francesa no es hija de la Revolución
Americana. Al final todo influye. Alguien recordaba ayer que la globalización
59 Sujeto Político
empezó hace mucho. ¡Cierto! Comenzó hace mucho, lo que pasa es que ahora
va más deprisa. La Revolución Francesa fue un momento vivido como global
por sus protagonistas. Allí aparecieron por primera vez los clubes de mujeres
que se denominaron a sí mismos clubes de ciudadanas e hijas de la revolución.
Y Mary Wollstonecraft escribe en el París revolucionario su Vindicación. Nunca
olvidemos esto. Las francesas, bastantes, se ocupan de la política por primera
vez y de una forma nueva. Tomemos algún ejemplo sobresaliente.
Olympe de Gouges es una autora entonces muy conocida y seguida; lo es porque
ha entrado en una polémica que a todo el mundo importa, si la esclavitud debe
o no ser abolida en Francia. Se puede entrar en una polémica con un libro,
argumentando, como Wollstonecraft. Se puede entrar como lo hace Olympe de
Gouges, con una obra teatral, como luego lo hizo Harriet Beecher Stowe, con una
novela, en su caso, La cabaña del tío Tom, sobre el asunto de la esclavitud. Olympe
de Gouges accede a la escena pública con una obra que se representa decenas de
veces y que tiene resonancia; en ella la gente llora, aplaude, se conmociona. El
drama trata de cómo un chico negro, naturalmente bonísimo, es raptado, llevado
a otras tierras, esclavizado, cae en manos de un amo malvado, logra escapar de
él, pero lo capturan, lo condenan... en fin, es el tipo de drama que asegura una
catarsis total. El arte existe para convencernos mucho más rápidamente de cosas
que, por el camino inteligible, se nos harían muy duras. Pero el arte nos toca la
sensibilidad. Olympe de Gouges ha saltado a la fama por ser la autora que ha
realizado un poderoso alegato contra la esclavitud. Todo el mundo, que quiere
decir todo París, va a su obra, habla de su obra; y, lo que es mejor, la Asamblea
Francesa declara abolida la esclavitud. Esto no le gustó nada a los tratantes y
traficantes de esclavos. Hicieron suposiciones y sacaron la conclusión de que ya
se verían las caras. En cuanto acabó la revolución, por lo demás, Francia declaró
reestablecida la esclavitud, la volvió a poner en ejercicio.
Sintiéndose fuerte por tal éxito, Olympe de Gouges, cuando leyó la Declaración
de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, decidió completarla. Y escribió la
Declaración de los Derechos de la Mujer y de la Ciudadana, por la buena razón
de que las mujeres no aparecían citadas ni una sola vez en aquel importante
texto. La Declaración de Olympe es igual que la otra, simplemente donde pone
«hombre», ella escribe «mujer». Ese es todo el cambio. La remitió a la Asamblea
por si aquel texto tenía para los padres de la patria cierto interés y podía ser
considerado. Naturalmente lo tomaron como una provocación. Y unos meses
después, por otro asunto, obviamente lateral, Olympe de Gouges fue detenida
tras algunas publicaciones especialmente valerosas, y por algo también oblicuo
—que si conocía a tal o cual, o si había estado no sé dónde—, fue decapitada.
Nadie la subió al cadalso proclamando: «Te decapitamos por feminista y por
atrevida». Nuestros frentes casi nunca son políticos, siempre son, primero el
ridículo y luego el frente moralista, sólo y en último término, el poder explícito
actúa. A Olympe de Gouges se le aplicó primero el ridículo, «esa, que se ha creído
que es un Robespierre con faldas». Después la moral, «esa, que si todas siguieran
su ejemplo, esto se transformaría en la república de la lujuria». Y al final se la
eliminó. Una de las muchas personas que fue entregada a la guillotina, sin nadie
para vindicar su memoria.
Escuela Política Feminista 60
COROLARIO
Así se cerró la primera ola del feminismo tan importante porque logró justa-
mente que se transformara en polémico un asunto que nunca lo había sido: que
las mujeres debíamos estar en posición de sumisión y obediencia y habíamos
nacido para eso. Fue el punto de partida y la condición de posibilidad del resto,
sin embargo, normalmente no se la cita. En la bibliografía hasta ahora acumulada
pesa bastante la norteamericana. Y parece que la fase europea, por así decir, del
feminismo, no les interesa demasiado. Suele comenzar su cronología por la
fase sufragista, donde, en efecto, los países anglosajones tuvieron un enorme
protagonismo; a esa segunda ola, la nombran como la primera y, digamos, cortan
con el imprescindible referente europeo de toda la polémica ilustrada. Pienso
que no es correcto; primero, porque es falso y no conviene mantener falsedades y
segundo, afirma no es buena estrategia: cercena más de cien años de movimiento
y de polémica y lo hace innecesariamente. Por último y sobre todo, nos hace
aparecer a Europa y América como sociedades distintas, siendo así que somos
sociedades continuas. América y Europa pertenecen a la misma tipología, son la
misma sociedad, cosa que no se puede decir, por ejemplo, respecto de Asia.
En cualquier caso, tras la Revolución Francesa vino Napoleón, que primero
se hizo nombrar Primer Cónsul, y más tarde se coronó Emperador. Bajo su
influencia en Europa se desarrollaron las codificaciones conocidas como
napoleónicas. Bajo su imperio, nada menos que se tomó todo el derecho del
Antiguo Régimen y se sometió a medida racionalista a todos los códigos, los
civiles, los penales, los comerciales: unidad a unidad, porque, el derecho del
Antiguo Régimen era un derecho estamental y parcelado. Las codificaciones que
se conocen como napoleónicas, aunque sólo algunas se realizaron a principios
del XIX, pusieron las bases de todo el derecho contemporáneo. Hay un gran
paso adelante en el derecho, porque se declaran cosas tan importantes como
los derechos individuales, se introduce dentro del derecho a Cesare Beccaria,
lo que supone el cambio completo del derecho penal. La tortura deja de ser un
procedimiento legal. El paso adelante es gigantesco. Se acaban las penas aflictivas
que desaparecen del derecho. Las penas sólo pueden ser de multa o de cárcel,
pero nadie puede ser condenado ni a azotes, ni a vergüenza, ni a amputación ni
a todo lo que era corriente en el Antiguo Régimen. Esto sólo ya es enorme.
Sin embargo, el Código Civil, que es el que instituye en qué consiste la ciudadanía
y qué es el Derecho, porque gobierna las relaciones de propiedad y de familia,
se anquilosa. En los códigos civiles de corte napoleónico, las mujeres quedan
declaradas menores de edad y a disposición de sus padres, tutores o maridos,
sin capacidad económica ni jurídica, ni siquiera la patria potestad sobre sus hijos.
Y tampoco cabe ocultar que en el Código Penal aparecen delitos específicos que
sólo las mujeres pueden cometer, como el delito de aborto o el delito de adulterio.
Aquello que denunciaba Poulain de la Barre, la minoría de edad perpetua,
las codificaciones napoleónicas lo afirman como lo más adecuado, al derecho
corriente.
Por lo tanto ¿qué ganaron, por así decir, las mujeres en el paso del Antiguo
Régimen a la nueva sociedad burguesa? Si lo miramos desde un punto de vista
muy estrecho, aparentemente, poca cosa o nada. Pero en estos temas conviene
siempre tener la mirada lo más amplia posible. Cuando aumenta el sistema
61 Sujeto Político
LA SEGUNDA OLA
Acabamos ocupando esas libertades; nos costó, nos costó toda la segunda ola del
feminismo, el movimiento sufragista, que comienza en 1848, en la Declaración
de Séneca Falls. En la capilla wesleyana de Séneca, tan hermosa bonita como
todas las capillas wesleyanas, varias personas —varones y mujeres—, que han
sido parte del movimiento abolicionista, que han trabajado en intentar abolir la
esclavitud, se reúnen y firman lo que llaman la «Declaración de sentimientos».
Esta Declaración es el manifiesto de la segunda ola del feminismo. En
ella se van enumerando todas las trabas que el derecho civil pone a la
libertad de las mujeres y a su ciudadanía, y se afirma que todas ellas
deben ser abolidas. Se enumeran también todas las trabas penales y
se dice que no son equitativas. Y por último, lo que fue más difícil
de todo, porque cada artículo se iba votando y por abrumadora
mayoría iba saliendo, y este salió por poco margen, se dicta: «Que es
deber de las mujeres de este país asegurarse el sagrado derecho del
voto». Sagrado derecho de voto. La Declaración de Séneca la hacen
las grandes feministas norteamericanas, personas Cady Stanton, que
han trabajado en el abolicionismo y que han tenido experiencias muy
notables. Recordemos una. Muchas de estas personas son cristianas.
Más, bastantes mujeres son cristianas cuáqueras. Más aún, recordemos
que los cuáqueros son una iglesia inspirada, es decir, que la letra
importa menos que el espíritu. En las reuniones de los cuáqueros no
hay sermón ni rezo. Toda la comunidad, la Asamblea, se sienta y si
aparece el espíritu y comunica algo, pues se habla, y si no, santamente
nos despedimos. El espíritu puede decir cosas interesantes, como «haríamos bien
en recoger la cosecha más rápido este año» o bien «Dios me hace sentir que desea
que todos nos amemos». No está predeterminado. Pero el caso notable es que
el espíritu se lo puede decir a cualquiera, de manera que en la congregación
cuáquera hay reverendas. Los cristianos cuáqueros son los primeros en admitir
que una mujer puede ser inspirada por el espíritu y por lo tanto también pueden
las mujeres dirigir la congregación. Y varias de estas reverendas, curiosamente,
son las que firman la Declaración de Séneca.
¿Cómo hemos pasado del racionalismo francés al espiritualismo de los
cuáqueros? Así ha ocurrido. El feminismo ha discurrido por todos los meandros
del río. Por eso entendemos tan bien lo que pasa en el fundamentalismo a día
de hoy, porque tenemos los referentes que nos hacen posible entenderlo. Quizás
desde otras tradiciones políticas esto no se perciba, pero desde la nuestra se
ve. Se desarrolla una especial perspicacia para examinar las vueltas y revueltas
de la libertad. En fin, prosiguiendo, ¿qué mala experiencia habían tenido estas
queridas ancestras en este asunto? Nada menos que la siguiente: En el periodo
más activo del abolicionismo esta gente cruzaba el Atlántico sin parar (y
entonces había que cruzarlo en barco de vela, se tardaba y era peligroso), para
reunirse con abolicionistas británicos; primero para intentar abolir la esclavitud
Escuela Política Feminista 62
de uno y otro lado, y más tarde para abolir también la trata. Todo ello tuvo su
complicación como sabemos. Cuál no sería la sorpresa de alguna de ellas, en una
gran convención de abolicionistas en Londres, en un teatro, cuando, llevando
una de ellas sus cuartillas escritas y esperando a ser llamada para leerlas, le
fue indicado que debía dárselas a un hombre para que él las leyera: «déselas
a este caballero que las leerá. Es indecente que una mujer salga a un escenario
a hablar en público; en Inglaterra no estamos acostumbrados a esto. Usted en
su palco, si es posible con la cortinilla algo echada, porque tampoco vamos a
ser exhibicionistas, irá escuchando el discurso que ha tenido la amabilidad de
componer». Aquellas reverendas cayeron rápidamente del caballo. He aquí que
trabajaban sin descanso para abolir la esclavitud y de su liberación no se ocupaba
nadie.
En la Declaración de Séneca llegan a decir que realmente no se puede llamar a
lo que las mujeres padecen, otra cosa que una forma extraña de esclavitud, una
forma de sujeción. Es más antigua y se acepta mejor, pero, en esencia, es casi
la misma. Lo que algunos abolicionistas no admiten para los africanos, lo ven
constantemente a su alrededor sin percibirlo. De nuevo, el trazo del feminismo:
interpretar en clave política lo que aparece como cotidiano.
LA AGENDA SUFRAGISTA
La Declaración de Séneca abre el movimiento sufragista, que fue inmenso. Y
que nos dio todo lo que tenemos, realmente. Debe enumerarse su agenda: los
derechos civiles, los derechos educativos y los derechos políticos. En todos los
parlamentos de todos los países se fueron consiguiendo, dificultosamente, los
“los derechos derechos civiles, algunos hace tres décadas. En cuanto a los derechos políticos,
civiles, los nosotras las españolas conmemoramos ahora el 75 aniversario de su obtención,
derechos que, durante cuarenta años los tuvimos interrumpidos y a la vez que volvíamos
educativos y a la situación legal del Código de 1885: cuando yo calzaba veinticinco años, el
los derechos adulterio femenino era un delito; el Estado se hacía garante y vengador de los
políticos...” cuernos maritales y perseguía a la adúltera a la que encerraba seis años en la
cárcel. A veces yo digo, «qué suerte tuvimos con Franco, nacimos en el siglo XIII
y conocimos el curso de la historia en directo». Es bastante verdad. Conocimos
después grandes transformaciones y las sabemos encuadrar. Hay que sacar
siempre bien de lo que nos toque o nos echen.
Volviendo a la agenda sufragista, hubo que empezar por los derechos educativos.
Argumentándolos, por descontado, dentro del orden; nunca un argumento
fuera del orden compartido pasa la criba. El orden era el de la domesticidad,
el argumentado por Jean Jacques Rousseau, que había ganado en toda la línea:
en la nueva sociedad, todas las mujeres eran menores de edad, en poder de sus
maridos, y además, justificado esto porque eran madres y por ello tenían una
especial sensibilidad. A vivir así para los restos. Lo femenino se había vuelto
esencia.
Para mantener esa pura sensibilidad es muy interesante que seas semianalfabeta,
la conservas mejor y que no tengas en realidad presencia pública alguna; las
mujeres públicas ¿quiénes son? Bien, ya está todo dicho. Todo lo que sea público
y asociado con mujer, va por donde va. Nos lleva al campo semántico de la
63 Sujeto Político
vida alegre, que no sé si ellas se alegran tanto, pero parece ser que a algunos,
la pestaña sí se les alegra con estas cosas. Y fuera con este asunto porque nos
llevaría muy lejos. En el ideal doméstico y apartadas de todo saber, con la
maternidad por horizonte: esa es la vida que la sociedad burguesa reserva a sus
mujeres. Los derechos educativos hubo que argumentarlos dentro del orden de la
domesticidad; no había otra manera de hacerlo. Había que comenzar por admitir
que el mejor destino de una mujer es casarse, fundar una familia y tener todos
los hijos que Dios quiera. Pero pudiera suceder que por cualquier desdicha una
mujer no pudiera alcanzar este fin, que es el objetivo más grande y glorioso de la
feminidad; por ejemplo porque tuviera una enfermedad en una edad —se llega
a decir así—, que impida luego el matrimonio, porque se pase la edad. Imagínate
que tienes una enfermedad a los quince, a los catorce, a los dieciséis. Cuando
acaba esa enfermedad, a los diecinueve o veinte, ya no puedes entrar bien en
el mercado matrimonial, porque eres mayor. O, caso peor todavía, te quedas
huérfana; entonces tus padres no te pueden dar bienes dotales y no te puedes
casar. Las europeas todavía tienen un sistema de bienes dotales, en el siglo XIX.
En conclusión, ¿no sería bueno que las mujeres pudieran ser instruidas en alguna
profesión, que aún con ganancias pequeñas, en caso de desdicha, les permitiera
sobrevivir, sin tener que depender de parientes que no se sabe si serán benévolos
y ser una carga, o peor aún, lanzarse al vicio, porque no tengan cómo subsistir?
¿Por qué no ser institutrices? ¿Por qué no ser enfermeras? Porque además nos
llama a ello nuestra sensibilidad, nos gustan los niños, nos gustan los ancianos,
nos gustan los enfermos... Pero nos gusta mucho más cobrar por cada una de
esas cosas, si tenemos que llegar a hacerlas. Por lo tanto estaría bien que se
crearan instituciones escolares donde aprender profesionalmente esta esencia
tan nuestra, que luego nos den un título, pequeño, pero que con él en la mano,
cobrando un estipendio, nos mantengamos en relativa independencia. ¿Por
qué hasta el día de hoy las profesiones de enfermera y maestra siguen siendo
mayoritariamente femeninas? Porque fueron las primeras que se abrieron. Se
lo debemos a gente con la que normalmente no contamos: a los reformadores
educativos, que de alguna manera pertenecen a nuestra tradición. A Florence
Nightingale, que crea los estudios de enfermería. A quienes abren las escuelas de
institutrices y maestras. Había que abrir las profesiones, pero se tenía que empezar
por las fáciles de ocupar. Se llegaron a decir cosas como que las mujeres maestras
deseaban vehementemente serlo de párvulos, porque resultaba penoso que los
varones, más inteligentes, desperdiciaran su tiempo educándolos. Tratar con la
infancia es lo nuestro, se afirmó. ¿Cómo negar demanda tan bien argumentada
dentro del orden prevalente? Te la tienen que conceder: «Sí, es verdad. Nosotros
somos demasiado listos, entonces hay que dejar que las pobrecillas se dediquen
a esto».
Cuidado, porque estas profesiones tenían parte de atrás. Véanse las ordenanzas
y reglas de decencia que tenían que cumplir las maestras: La independencia al
precio de la virginidad de hierro, el qué dirán como máximo exponente de tal
regla. Los moralistas no habían bajado la guardia. Nunca habían perdido de vista
su primera percepción: «Éstas lo que quieren es perder la vergüenza, empiezan
así, modosamente, pero lo que quieren...». La entrada en las primeras profesiones
se hace al precio moral de asegurar que no sólo no vamos a perder la vergüenza,
sino que vamos a tener el triple de vergüenza que antes. Siempre es igual. Sí, lo
seguimos haciendo. En algunos sitios. Véanse los debates por ejemplo en Irán, o
en Siria.
Escuela Política Feminista 64
Derechos educativos, claro que concedidos, dentro del orden, hasta que se llega
a las profesiones superiores. ¿Cómo argumentarlas dentro del orden? ¿Cómo
argumentas, dentro del orden de domesticidad y exclusión, que quieres entrar
en la universidad? No puedes. No tienes sitio. Sólo cabe pretender que se hace
por excepción. Aparecen las excepciones a su sexo. Son como los animales raros,
parecen una mujer por fuera, pero por dentro tienen temple diverso. En honor
a que son un fenómeno de la naturaleza, como los ornitorrincos, se les da una
oportunidad para educarse donde no está previsto. Ellas, por su parte, deben
prometer que no la usarán. Las mujeres que son admitidas a título de excepción,
argumentan también excepcionalmente: poseen, dicen, excepcionales cualidades
para acudir a los estudios superiores. Y por ello, excepcionalmente, se les da
permiso para acudir, de una en una y por excepción.
En el caso de la universidad española, sólo después de la Primera República,
que admite que entren y la manera de hacerlo (y por favor en la historia de
cada uno de sus países, mírenlo porque esto hay que sacarlo todo a la luz), es
esta: «Fulanita de tal, ante V.M.E. respetuosísimamente expone: Que habiendo
cursado los estudios medios con aprovechamiento, le parece que puede acudir
con provecho a las clases de x en la Facultad de Derecho o de Farmacia o de
Medicina, si V.M.E. está de acuerdo».
V.M.E. es el rector que es, en España, excelentísimo y magnífico. El señor Rector
consulta cada petición al claustro, pero como algún V.M.E. era de nuestra cuerda,
hace la consulta al claustro, en los siguientes términos, que esto en verdad es
maestro. «Hay una señorita que ha pedido ser admitida a clase. Y yo pregunto
a los miembros del claustro si están seguros de que ellos pueden mantener su
autoridad en el aula, ante la presencia de una señorita dentro de ella». ¿Iban a
decir los claustrales que ellos no eran capaces de mantener la autoridad? Con
todo, cada claustral, cada profesor tiene que firmar que está de acuerdo en que
aquella señorita acuda a sus clases; y aquella señorita tiene que acudir de la
siguiente disposición: llegar, acompañada por un familiar hasta la puerta, allí ser
dejada en manos del profesor o un bedel, el cual la lleva a una sala especial, la
sienta y cuando empieza la clase, el profesor y el bedel la van a buscar. La sientan
de nuevo en un lugar especial del aula, donde la señorita asiste a clase, no entre
sus compañeros, que sería indecente, sino cerca del profesor; y cuando la clase se
acaba, la señorita es recogida y vuelta a llevar a la primera sala, donde espera la
siguiente clase, para que no se produzca escándalo. Y esto, así, en España, hasta
1911.
En 1911 las mujeres son autorizadas a matricularse sin más, sin que haya que
pedir todos estos permisos, como cualquier estudiante corriente. Y ¿saben lo que
ocurre? Que las primeras universitarias que aparecen en las facultades de Madrid
son recibidas a pedradas por un selecto grupo de compañeros de carrera. De tal
manera que una feminista española importante, Rosario de Acuña, escribe un
artículo que titula Ruge la caverna, sólo para contar qué es lo que está pasando.
Fue muy duro poder sentar nuestras posaderas en las aulas universitarias.
Extraordinariamente duro. Y lo tuvieron que hacer nuestras predecesoras a
título de excepción. Pero ellas nos consiguieron esto. Y sin ello se podría siempre
seguir argumentando que no estábamos suficientemente preparadas para todo
lo demás. Los derechos educativos fueron el pilar sobre el que se asentaron los
derechos civiles y los derechos políticos. Porque siempre la pregunta es para
65 Sujeto Político
Ahí se cerró la segunda ola del feminismo. Cien años, esta vez. De 1848 a 1948,
con un resultado fantástico: todos los derechos educativos, incluida la educación
superior, aunque no el ejercicio de algunas profesiones, magistraturas, clero, que
“a la alguna sigue cerrada todavía. La consecución de los derechos políticos. La entrada
internacional fuerte en el sistema de los derechos civiles. Una agenda casi completada. Así que
socialista de todo el mundo dijo: «Se acabó el feminismo, ya ha cumplido». Y se escribieron
mujeres le libros que se llamaban El ocaso del feminismo, Se ha acabado el feminismo o Ya
debemos la no hace falta el feminismo. Todo el mundo cerró la carpeta y profirió aquello que
conmemoración siempre se oye cada vez que queremos algo: «¡Pero qué más queréis!». ¿Quién
del 8 de iba a esperar que en el año 68 se volviera a abrir la caja y apareciera otra vez?
marzo...”
Su entramado teórico fue el liberalismo individualista milleano —Stuart Mill
y Harriet Taylor fueron el principal aporte del constructo teórico-político que
tenía detrás—. Su agenda la constituyeron los derechos educativos, derechos
civiles y derechos políticos. El movimiento fue mucho más amplio que antes:
hubo un movimiento feminista en todas las naciones de Occidente, a uno y otro
lado del Atlántico. E incluso en naciones que no eran occidentales, por ejemplo,
en Egipto hay feminismo, en Turquía hay feminismo. En Túnez hay feminismo.
Hasta en China hay feminismo en este momento. El feminismo comenzó a ser un
movimiento global. Es además internacional y se define como internacionalista.
Las sufragistas se daban cita en políticas y en las exposiciones internacionales.
Aprovechaban cada evento para verse, encontrarse, y intercambiar agenda y
programa. Estaban también en las internacionales socialistas, donde aparece
el feminismo socialista. A la internacional socialista de mujeres le debemos la
conmemoración del 8 de marzo, por ejemplo, cuando en 1910 decide que ya no
va a seguir manteniendo que primero va la revolución y luego el sufragio, sino
que toman el 8 de marzo para recordar a toda la Internacional Socialista que las
mujeres socialistas ponen en este momento por delante el sufragio, porque lo
llevarán como primer punto de la agenda. Se unifica la agenda del feminismo
liberal y el feminismo socialista. Y este asombroso movimiento remata con la
Declaración Universal de los Derechos Humanos. Conozcamos siempre el
protagonismo tenido en esto y no lo perdamos nunca de vista. El feminismo tiene
un pasado muy presentable en sociedad. No conozco ningún movimiento que
haya ganado tanto no produciendo víctimas en la parte contraria. Hay muchos
otros que han logrado bastante menos y a un costo terrible.
LA TERCERA OLA
Coloquemos el reloj en 1968. En ese tiempo vivimos. En el 68 comienza esa
enorme agitación juvenilista que también estremece a todo el mundo. En Europa,
pero a la vez en Berkeley, a la vez también en América Latina. Es un bullir. En
el sesentayochismo hay muchas cosas mezcladas. En realidad es una apertura y
un relevo de élites. Pero es un feminismo también. En este caso en el seno de la
contracultura. El feminismo de la tercera ola encuentra el encaje teórico que busca
en la contracultura, un mixto de escuela de Frankfurt y freudomarxismo. Pero,
con bastante suerte, puede entrelazarlo con una obra originalísima y extraña,
porque estaba escrita en el 49, El segundo sexo, de Simone de Beauvoir. Este
libro, compuesto cuando se acaba el sufragismo, se empieza a leer en serio y a
poner en práctica es en el 68, y se convierte en la pauta teórica-explicativa de que
67 Sujeto Político
que ir a la parte dura de la agenda, los derechos sexuales y reproductivos e irlos consiguiendo.
Porque sin estos, no se es libre. «Mi cuerpo es mío» la tercera ola lo afirma radicalmente. Sin esta
libertad no se tiene ninguna de las otras del todo, porque se está a expensas de la voluntad de otro.
O de lo que otro te pueda hacer. Y eso no puede ser.
¿Tiene una mujer que ir a la cárcel por abortar? Considere cada quien, yo misma, que el aborto es
un mal moral. Pero no me diga nadie que es un delito penal. Sí lo es el infanticidio. Y lo seguirá
siendo. Por ello, todas nuestras leyes son leyes de plazo, que dicen cuándo un embarazo puede
interrumpirse y en qué supuestos, incluida la voluntad de hacerlo en los plazos marcados. Lograr
esta parte de la agenda no depende de afinar los argumentos: siempre son los mismos y son
conocidos. Pero hay que saber qué fuerzas tensionan el campo, donde están y cómo se puede
operar con ellas. También hay que buscar la oportunidad. Y sobre todo es importante saber que no
existe el octavo color. No nos podemos inventar el argumento definitivo y nunca oído, como nadie
puede obtener el octavo color del arco iris. Conocer la historia de la vindicación ayuda; conocer
incluso los extraños tratamientos que este asunto ha tenido a lo largo de la historia del derecho
y de la eclesiástica también ayuda a situarlo. Pero, en el fondo, la cuestión no es de argumentos.
Quiénes buscan el debate, los que pretenden detener las medidas. Enredar para que la reforma no
ocurra. Las confesiones religiosas se encallan porque ese es su punto fuerte. Daría igual inventarse
el octavo color del arco iris. Lo que hay es un frente que dice «no» contra cualquier argumento y
casi contra el sentido común. Sólo un fundamentalista es capaz de decir que una blástula, que sólo
se ve con microscopio y dificultosamente, es un ser humano completo. Se juega el último bastión
del control de la decencia femenina, eso es todo. Si es posible, lo mejor es sobrepasar el debate con
los hechos, como Chile con la píldora del día después. No creo que en definitiva se lo ahorre, pero
es un paso.
Tras asegurar los derechos sexuales y reproductivos, advino otra segunda agenda, la paridad. A la
pregunta de qué queremos, tantas veces oída, ya puede responderse: Es muy simple, la mitad de
todo. ¿Y por qué?, ¿y por qué no? Arguméntame por qué no. Dame tú el argumento nunca oído
sobre mi incapacidad, ahora que, además, con las cifras
en la mano, podemos demostrar que no sólo no tenemos
menos formación, sino que comenzamos a tener más
formación que los varones. Cuéntame mi incapacidad y
dime por qué, pese a mis insumos meritocráticos, que se
pueden probar en los títulos, en las escalas jerárquicas
y de poder, sean las que fueren, siempre me enredo y
no subo. El dictamen del feminismo de los ochenta fue
taxativo: la existencia del techo de cristal. La paridad
consiste en abatir el techo de cristal mediante el sistema
de cuotas.
Hay, sin embargo, un error que conviene deshacer: las
cuotas no son discriminación positiva. Discriminación
positiva es que se te dé un plus para que se cumpla
cierto objetivo final. Por ejemplo, maestros y maestras franceses hacen el mismo examen, pero
ellos entran aunque saquen mucha peor nota en las oposiciones. ¿Por qué? Porque es objetivo del
Estado que la educación primaria quede cubierta igualmente por varones que por mujeres, por
lo tanto, aunque ellos saquen peores notas, se les dará un plus y entrarán. Eso es discriminación
positiva. No es discriminación positiva decir que el cincuenta por ciento de una lista electoral
deben ser mujeres. Eso es una exigencia de imparcialidad. Si no lo aseguras por ley, se produce,
como bien sabemos, la discriminación. Con el sistema de cuotas las mujeres no piden que les den
más, sino imparcialidad. Que tu sexo no opere en tu contra.
69 Sujeto Político
El sistema de cuotas puede tener perversiones y las conocemos. Que sea sólo
cuantitativo y no cualitativo. Ese sistema al que el feminismo del 68 llamó
patriarcado, existe y es un pacto fuerte, en verdad muchos pactos muy fuertes,
que excluyen a las mujeres de los bienes y de los derechos. Y el sistema no es
tonto, sabe reproducirse en condiciones adversas. ¿Queréis mujeres? pues las vais
a tener; las que yo os diga. Si sólo se cumple la exigencia numérica, puede estarse
violando el fondo del asunto, porque se copte dentro de la familia, en el sentido
amplio o restringido, o las fieles, buenas y sumisas. Lo vamos conociendo. Por
ello hace falta completarlo y afinarlo.
Tenemos agenda para cuatro siglos por delante. El objetivo paridad, las leyes de “Ahora está
igualdad como la que hoy se está presentando en Comisión en el Parlamento, surgiendo un
son nuestro presente. Pero nos queda bastante más, porque el feminismo tiene «nosotras»
una agenda internacional necesaria. No podemos desentendernos del resto del global. El
mundo. Aquello trotskista de que no se puede dar el socialismo en un solo país, feminismo
para el feminismo es bien cierto. En un solo país o en un solo bloque civilizatorio, nos está
no gana. O el feminismo se internacionaliza realmente en todo el globo, o todo construyendo
lo conseguido corre peligro. No sólo somos internacionalistas por ética, que como sujeto
también, sino por necesidad. Nos duelen en carne propia los abusos sobre político...”
cualquier mujer. Se nos ponen delante de los ojos y nos recuerdan qué frágil es
nuestro estatuto. Sabemos que nuestras conquistas pueden retroceder. Y no es
que lo creamos, es que sabemos que en algunos lugares retroceden.
Necesitamos realmente mucha información y también vernos. Por eso, aliadas
enormes del feminismo son las conferencias internacionales. Por eso no debemos
jamás parar su dinámica, sino acudir a ellas, dentro o fuera del programa. Es
donde hacemos los conteos y la agenda. Es donde calculamos cuántas somos.
Claro que también lo calcula el prójimo enemigo y actúa en consecuencia. Sí,
cierto, todo el mundo calcula, pero a nosotras nos viene bien. El feminismo es
un internacionalismo que en este momento está produciendo algo asombroso:
la autoconciencia de las mujeres como grupo. Las mujeres nunca han tenido la
conciencia de pertenecer a un colectivo, sino de estar todas minorizadas. Ahora
está surgiendo un «nosotras» global. El feminismo nos está construyendo como
sujeto político. Para ello necesitamos solidaridad, solidaridad, política. Yo no
digo que nos gustemos, pero mira, si nos gustamos además, mejor. Si nos caemos
bien, además, mejor. Pero si no nos caemos bien, si tenemos los esperables roces,
hemos de actuar juntas igual. Porque es supervivencial para nosotras y para las
que están mucho peor que nosotras, que todavía son muchas.
Porque decidme, repasadas y refrescadas estas tres inmensas fases, sabiendo que
estamos en la tercera y que le queda mucha vida por delante, ¿cuántas partes del
planeta Tierra nos acompañan en ella?, ¿cuántas no están en la segunda todavía?,
¿cuántas no están en la primera? La Tierra en grande y todas las agendas están
abiertas, por páginas diferentes. Por eso yo sólo quería poner el reloj en hora. Y
os doy las gracias por la paciencia que habéis tenido en seguirme. Ha llevado lo
suyo. Muchas gracias.
1LUCHAS Y RESISTENCIAS DE LAS MUJERES Y FEMINISTAS
Siglos XV – XVIII Las indígenas vivieron secuestro, aislamiento de su 1791 Olympe de Gouges presenta
grupo familiar, servicio doméstico y sexual. “Declaración de la Mujer y la
Ciudadana. Guillotinada el 3.11 por
A partir de los 16 años, mujeres y hombres debían “haber olvidado las virtudes de su
Invasión y Colonia española pagar cierta cantidad de dinero, recolectado en frutos y sexo para mezclarse en los asuntos de
especies. Las mujeres tenían la obligación de hilar. la República”.
Revolución francesa de 1789 y las ideas
de solidaridad, igualdad y ciudadanía. La educación superior se limitó a hijas de funcionarios 1792 Mary Wollstonecraft publica
Se dan los debates sobre la igualdad en la peninsulares y criollos, o hijas de artistas. Algunas “Vindicación de los Derechos de la
educación. contaban con esclavas de origen africano para su servicio. Mujer”
Prevalecía la idea de que las mujeres 1792 Se solicita un decreto a favor
debían de recibir educación para las del divorcio, libertades políticas y
actividades del hogar. derechos comunes para ambos sexos.
1794 En respuesta a la Declaración
francesa de los Derechos del Hombre y
el Ciudadano, la condesa romana Rosa
California escribe “Breve defensa de
los Derechos de la Mujer”.
1 Documento inacabado que preparó por Paula del Cid para discutir con mujeres y feministas en Guatemala sobre en el proceso de construcción de una Agenda Política Feminista. Deberá enriquecerse con la
historia y percepciones de mujeres de las diferentes regiones y pueblos del país. Presentado a participantes de la Escuela de Formación Política Feminista el 9 de octubre de 2010.
70
PERÍODO HISTÓRICO EN EL PAÍS, RESISTENCIAS, LUCHAS Y
SITUACIÓN, LUCHAS Y RESISTENCIAS DE LAS
SU CONTEXTO E IMAGINARIO APORTES FEMINISTAS
MUJERES Y FEMINISTAS EN GUATEMALA
PREVALECIENTE INTERNACIONAL
Primera mitad Siglo XIX: Indígenas y mujeres continúan sojuzgados bajo el 1848 EUA 300 mujeres y hombres
régimen post-independentista. firman la Declaración de Sentimientos
Revolución francesa de 1789 y las ideas de de Séneca Falls donde se plantea
solidaridad, igualdad y ciudadanía llegan Se invisibiliza la participación económica de las mujeres la igualdad entre ambos sexos y el
tardíamente al país. Declina el imperio en artesanía y agricultura. ejercicio de los derechos políticos para
español. las mujeres.
La iglesia sólo permitía una separación temporal, ya que
Independencia 1821: El criollo y el no era posible la disolución del vínculo ni habilitada
hombre constituyen el eje en torno al que a los divorciados a volver a casarse. La mujer recibía
gira el sistema económico social. Derecho un certificado de que había emprendido una acción de
a poseer tierras era privilegio masculino, divorcio, lo que le permitía realizar transacciones legales
71
hasta la segunda mitad del siglo XIX. sin el permiso del marido, esta autorización era suplida
un juez.
1832 Primer rompimiento con el clero.
Mariano Gálvez establece las “Bases para Dolores Bedoya y María Josefa Granados participan en
la instrucción pública”. Se establece la la vida política y artística, rompiendo las normas de la
educación para la perfección del hombre época.
natural y social” y la creación de escuelas
para niñas en otros departamentos,
además de la capital.
1839 Se detiene el proceso de apertura y
se restituye la responsabilidad educativa
al clero.
Sujeto Político
PERÍODO HISTÓRICO EN EL PAÍS, RESISTENCIAS, LUCHAS Y
SITUACIÓN, LUCHAS Y RESISTENCIAS DE LAS
SU CONTEXTO E IMAGINARIO APORTES FEMINISTAS
MUJERES Y FEMINISTAS EN GUATEMALA
PREVALECIENTE INTERNACIONAL
Segunda mitad del siglo XIX Las mujeres debían cultivar el sentido de la vergüenza, Segunda Ola del Feminismo: se
fidelidad de esposas, castidad de hijas y abstinencia continúa la lucha por la el derecho al
El Estado guatemalteco se consolida de viudas. Códigos simbólicos sancionados por los sufragio y el derecho a la educación.
como oligárquico y se constituyó en un mandatos de la iglesia, institución que mandaba
Estado finquero colectivo. El Estado se sumisión a la autoridad paterna y conyugal. El Código
convierte en la parte política de la relación civil establecía obediencia y que las mujeres necesitaban
construida en torno a la finca cafetalera autorización para actuar judicial y económicamente. 1880: Pocas universidades europeas
Escuela Política Feminista
y sus vinculaciones con el mercado No podían vender, hipotecar o adquirir a título gratuito comenzaron a admitir mujeres en las
mundial. La finca organiza las relaciones u oneroso sin la autorización del esposo. (En 1998, se aulas.
de trabajo. Se consolida la servidumbre eliminó la exclusividad masculina en la representación
como forma de relacionamiento social. conyugal).
Dada la mentalidad liberal de la época, Las sufragistas sustituyen el concepto
no se referirían a los indígenas como El Estado administraba los burdeles, las mujeres de fraternidad por el de solidaridad.
siervos, pero dadas las condiciones llegaban a ellos por voluntad propia o voluntad de los
económicas que planteaba la necesidad padres (quienes recibían ingresos por ello), o remitidas
de una condición servil, tampoco se les de cárceles a través de jefaturas políticas, para ello se les
podía ofrecer la categoría de ciudadanos, acusaba de actos inmorales como haber sido vistas en
es en ese sentido que se crea la categoría compañía de hombres que no eran familiares.
de “el indio” con la carga valorativa y
discriminadora como la conocemos en la 1875 Se fundó la Escuela Normal para Señoritas Belén,
actualidad. formó maestras.
El contrato sexual se concreta en relaciones 1891, 16 años después que la de hombres se fundó
racistas, donde se estructuran relaciones una Escuela de Artes y Oficios Femeniles: economía
de servidumbre entre indígenas y doméstica, planchado, higiene, lavado y cocina.
criollos. Se concreta en el derecho de
pernada impuesto como un mecanismo Los oficios femeninos de indígenas y ladinas pobres eran
de control de la sexualidad de las mujeres el de cigarrera y el de elaboración de licor clandestino.
vírgenes indígenas – principalmente – en Las mujeres criollas estaban recluidas en el ámbito
el momento en que iban a casarse con un doméstico.
hombre de su mismo pueblo. Se encuentran menos referencias de mujeres como
Se sostiene que el hombre criollo debe dueñas de tierras.
ser capaz de sostener una casa y un estilo
de vida, proteger y restringir a hijas y
esposas, encerrándolas o rodeándolas de
damas de compañía.
72
PERÍODO HISTÓRICO EN EL PAÍS, RESISTENCIAS, LUCHAS Y
SITUACIÓN, LUCHAS Y RESISTENCIAS DE LAS
SU CONTEXTO E IMAGINARIO APORTES FEMINISTAS
MUJERES Y FEMINISTAS EN GUATEMALA
PREVALECIENTE INTERNACIONAL
La iglesia católica rige la educación y las A través del matrimonio civil queda asignada la
normas sociales. representación conyugal a los hombres, subordinando
legalmente a las mujeres y restringiendo aún más sus
1879: son ciudadanos los guatemaltecos derechos a la propiedad.
varones mayores de 18 años, que sepan
leer y escribir o que tengan renta, Vicenta La Parra De La Cerda escribía en el periódico El
industria, oficio o profesión que les Ideal “educar a la mujer es invertir en el desarrollo del
proporcione subsistencia, los ciudadanos país”
tienen el derecho “de elegir y el acceso a
cargos públicos”.
73
Primera mitad siglo XX El magisterio se convierte en una opción respetable para 1923 V Conferencia Panamericana,
salir al mundo público. Las casadas, aunque tuvieran Chile, se acuerda que en todo programa
Primera y Segunda Guerra Mundial el título de maestras debían dejar de trabajar porque se se trabaje para abolir aquellas leyes y
consideraba inmoral que una mujer embarazada fuera a decretos contrarios a los derechos de
El imaginario conservador se plasma en la escuela a dar clases. El trabajo remunerado para las las mujeres.
las siguientes afirmaciones: mujeres era precario y tenía un doble parámetro moral.
El servicio doméstico y la prostitución eran vistas como 1928 Se crea la Comisión Interamericana
Las feministas “son las feas que quieren de Mujeres dentro de la OEA.
masculinizarse... pero a las que no les sirve un mal necesario, las primeras en relación a las mujeres y
de nada la libertad del amor, las feas son la segunda en relación a los hombres.
· 1933 Haití. Se funda la Liga
tantas, he allí lo peligroso del feminismo.” - La Sociedad Gabriela Mistral. Se niegan a ser Femenina de Acción Social, primera
O a las mujeres hay que “amaestrarlas en reproductoras biológicas y aspiran a tener igualdad de organización de mujeres en plantear
los oficios domésticos”. acceso a la cultura, a la libertad. igualdad de derechos e iniciar campaña
a favor del sufragio.
1921 - 1926 se fundan asociaciones obreras: el Centro
Femenil y el Sindicato Católico de Señoras y Señoritas Derecho al voto en Latinoamérica:
Revolución 1944 - 1954 - Se conforma el Comité Pro-Ciudadanía, integrada 1948 Declaración Universal de los
por Graciela Quan, Gloria Ménéndez Mina, Magadela Derechos Humanos. La dominicana
Reforma agraria Spínola, Romelia Alarcón Folgar, Clemencia de Minerva Bernardino, propugna el
Herrarte, Laura Benfelt, Adriana de Palarea y Marí cambio de Derechos del Hombre por
Albertina Gálvez. Sentó las bases para la construcción Derechos Humanos. La Comisión era
Continúa inalterable el imaginario de la ciudadanía de las mujeres. presidida por Eleanor Roosevelt.
Escuela Política Feminista
1954 – 1980 Las mujeres que participaban en los espacios organizativos 1950 Mística de la feminidad. Bety
y sindicalistas fueron tildadas de comunistas. Friedan analiza el hecho de que en la
Guerra Fría posguerra se intenta que las mujeres
1960: Mujeres se unen a movimientos de protesta regresen al hogar, develando que las
y posteriormente se incorporan a la lucha armada luchas debían de ir más allá del derecho
revolucionaria en el país. al voto y la educación. Se criticaba que
Crisis del Petróleo 1970
las mujeres debían por decisión propia
1965: se decreta el voto para todas las mujeres. regresar a los hogares.
Con la contrarevolución, en Guatemala se
tildan de comunicas a las organizaciones 1980: Mujeres de diversas filiaciones políticas y religiosas,
políticas, sociales y culturales que La política sexual Kate Millet y la
indígenas y mestizas se incorporan a organizaciones
75
1980 – 2008 Las mujeres indígenas se incorporan a la dinámica 1980 Las feministas empiezan a
generada por la guerra y al posterior proceso de participar en la política formal. Lo que
defensa de los derechos humanos, participan en el CUC, implicó enfrentar el dilema de la doble
Rigoberta Menchú, Rosalina Tuyuc, Manuela Alvarado. o única militancia, generalmente entre
Conservadurismo Reagan - Thacher Surgen organizaciones como CONAVIGUA, Mamá espacios de izquierda y feminismo.
Globalización neoliberal Maquin, Madre Tierra, Ixmucané.
Escuela Política Feminista
Se impulsa la minería a cielo abierto y los Nacen organizaciones que reivindican el derecho a la Naciones unidas aprueba la
megaproyectos. diversidad sexual, como Mujeres Somos, Lesbiradas, Declaración sobre la Eliminación de la
Todas Somos. Violencia contra las mujeres “califica
Se plantea que el Estado ha sido cooptado como violencia a la violación a sus
por los poderes paralelos. Después de los Acuerdos de Paz y como impacto del Derechos Humanos”.
Foro Nacional de la Mujer, crece la organización de las
Desde el 2000 se visibiliza el femicidio y mujeres a nivel nacional en los departamentos. Conferencia Mundial de Derechos
feminicidio en Guatemala Humanos.
Irrumpe el movimiento de mujeres con diferentes
procesos. En la Agenda Feminista se determinó que Crea el cargo de Relatora Especial
desde los años 80 el movimiento de mujeres ha mostrado sobre Violencia contra la Mujer.
su rostro feminista al haber orientado sus acciones en los
siguientes procesos: Cairo. Conferencia Internacional sobre
Población y Desarrollo. Se reivindica el
Articulación Política del Movimiento desde las derecho a decidir de las personas.
acciones precursoras en las que incorporan a los
debates con relación a la desmilitarización de la región
centroamericana, las negociación de paz y el inicio
del debate interno autonomía, identidad, alianzas y
sexualidad.
76
PERÍODO HISTÓRICO EN EL PAÍS, RESISTENCIAS, LUCHAS Y
SITUACIÓN, LUCHAS Y RESISTENCIAS DE LAS
SU CONTEXTO E IMAGINARIO APORTES FEMINISTAS
MUJERES Y FEMINISTAS EN GUATEMALA
PREVALECIENTE INTERNACIONAL
Referencias
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del Cid Vargas, Paula Irene. Cuerpo y Sexualidad: Derechos Humanos de Las Mujeres. Inédito. 2003.
Monzón, Ana Silvia. Entre líneas. Participación política de las mujeres en Guatemala, 1944-1955 URL/Fundación Guatemala, 1998.
_______________. Rasgos Históricos de la exclusión de las mujeres en Guatemala. Sistema de Naciones Unidas. Cuadernos de Desarrollo Humano 6. Guatemala, 2001.
Tierra Viva. 2004. Derechos sexuales y reproductivos en Guatemala. Análisis y Propuestas. Guatemala. Pp.34.
Tischler V., Sergio. Guatemala 1944, crisis y revolución. Ocaso y quiebre de una forma estatal. Guatemala. 2001
78
DEMOCRACIA PARITARIA
Y SUJETO POLÍTICO FEMINISTA
Tal y como señala Joan Scott, el aspecto más interesante de este debate sobre
la crisis de la política contemporánea radica en que por primera vez se ha
centrado en la relación entre sexo y poder2. Y también por primera vez el
sector más numeroso del feminismo ha considerado que la conquista del poder
político puede traducirse en alteraciones reales en la jerarquía de género. El
feminismo cuestiona la legitimidad de una democracia en la que la mayoría de
sus instituciones representativas excluye a las mujeres, no legalmente pero sí de
hecho. El feminismo que se inscribe en la tradición igualitaria sostiene que no
1. SCOTT, Joan, “La querelle de las mujeres a finales del siglo XX”, en New Left Review, n.o 3, 2000, p. 105.
2. SCOTT, Joan, op. cit., p. 105.
Escuela Política Feminista 80
El debate sobre la paridad está ganando cada vez más legitimación en las
sociedades europeas, aun en medio de resistencias masculinas, a veces explícitas
y a veces disfrazadas o enmascaradas detrás de otros debates que aparentemente
nada tienen que ver con esta vindicación. La paridad es una propuesta política
discutida porque ataca el núcleo básico de la democracia patriarcal al proponer
una nueva distribución de poder entre varones y mujeres.
3. GASPARD, Françoise, LE GALL, Anne, SERVAN-SCHREIBER, Claude, Au pouvoir citoyennes! Liberté, égalité, parité,
Le Seuil, Paris, 1992. Ver también COLLIN, Françoise, “La parité: une autre démocratie pour la France?”, en Les Cahiers du Grif,
n.o 47, juin, 1993.
4. SCOTT, Joan, op. cit., p. 100.
81 Sujeto Político
5. AMORÓS, Celia, Tiempo de feminismo. Sobre feminismo, proyecto ilustrado y postmodernidad, Cátedra, col. Feminismos,
Madrid, 1997, p. 56.
Escuela Política Feminista 82
El contrato sexual explica que las mujeres fueron pactadas fraternalmente por
los varones y que dicho pacto las apartaba de los derechos civiles y políticos y
las confinaba al territorio de lo doméstico. Al mismo tiempo, el contrato sexual
reaparece en el estado social en forma de contrato de matrimonio y del nuevo
ideal de feminidad. La quiebra de la universalidad ética, política y epistemológica
no ha sido sólo una incoherencia de la Ilustración sino uno de los elementos
más potentes de deslegitimación política de las democracias modernas, pues ha
excluido de la lógica democrática y del principio del mérito a las mujeres y les ha
aplicado la lógica estamental: democracia para los varones y estatus adscriptivo
para las mujeres12. Semejante operación requería construir una ontología
femenina inferior, diferente o complementaria en terminología patriarcal, a la
masculina que pusiese las bases de su exclusión política. Ni sujeto de razón ni
sujeto político. O dicho de otra forma, como no era conveniente que las mujeres
fuesen sujetos políticos era requisito necesario negarles la definición de sujetos
de razón.
Sin embargo, hay que decir que en el siglo XVIII, los contractualistas no sólo
tuvieron la oportunidad de observar posiciones intelectuales coherentes con los
ideales ilustrados de igualdad sino también de polemizar con aquellos autores
9. FRAISSE, Geneviève, Musa de la razón, Cátedra, Madrid, 1991, p. 90.
10. PATEMAN, Carole, El contrato sexual, traducción de María Luisa Femenías, revisada por María-Xosé Agra, Anthropos,
Madrid, 1995.
11. AGRA, María-Xosé, “Introducción” en PATEMAN, Carole, El contrato sexual, op. cit.
12. AMORÓS,Celia,”Interpretacionesalade”ocraciaparitaria” enVV.AA.,Democraciaparitaria, Tertulia Feminista Les
Comadres, Gijón, 1999.
Escuela Política Feminista 84
Por ello no es de extrañar que las reflexiones sobre la paridad vayan acompañadas
de una argumentación acerca del universalismo. “¿Provienen las prácticas de
exclusión del pasado de deficiencias internas al concepto de individuo universal
o de una realización deficiente de sus principios?”15.
La paridad puede ser explicada o bien desde visiones esencialistas de los sexos o
bien desde posiciones racionalistas ilustradas, entendidas estas mismas como la
realización de una universalidad prometida, pero incumplida. En otros términos,
la paridad puede ser argumentada desde un paradigma político de la igualdad y
desde uno de la diferencia. Sin embargo, es necesario señalar que el paradigma
político de la igualdad asume la indiscutible realidad de la diferencia de género,
pero parte del supuesto de que esa diferencia es una construcción socio-histórica
y no una realidad ontológica. De todo ello, los diversos feminismos de la igualdad
infieren la necesidad de superar esa diferencia cultural jerárquica entre las dos
mitades de la humanidad. Como explica Lidia Cirillo, una cosa es que hagamos
de la diferencia una hipótesis de trabajo y otra bien distinta es que hagamos de
ella un paradigma político16.
13. CONCORCET, DE GOUGES, DE LAMBERT Y OTROS, La Ilustración olvidada. La polémica de los sexos en el siglo
XVIII, edición de Alicia H. PULEO, Anthropos, Madrid, 1993.
14. AMORÓS, Celia, Tiempo de feminismo, op. cit., p. 56.
15 SCOTT, Joan, op. cit., p. 104
16 CIRILLO, Lidia, Mejor huérfanas, Anthropos, Madrid, 2002; p. 50.
85 Sujeto Político
Para sustentar esa tesis, Irigaray subraya que las mujeres piensan, sienten, hablan
y actúan de otra manera que los varones. Este argumento lo comparte casi todo
el feminismo. Una de las grandes autoras del feminismo contemporáneo, Kate
Millett, señala que la socialización patriarcal produce dos culturas y dos formas
de sentir radicalmente diferentes. La socialización generizada implica que cada
género tiene que haber interiorizado las pautas necesarias para saber qué tiene
17. Op. cit., p. 63
18. PITKIN, Hanna F., El concepto de representación, Centro de Estudios Constitucionales, Madrid, 1985, pp. 157-159.
19. POSADA KUBISSA, Luisa, Sexo y esencia, op. cit., p. 98. Véase, asimismo, Luce IRIGARAY, Yo, tú, nosotras, Cátedra,
col. Feminismos, Madrid, 1992, p. 10.
20. CIRILLO, Lidia, op. cit., p. 50.
Escuela Política Feminista 86
que pensar o hacer para satisfacer las expectativas de género 21. La diferencia
entre Kate Millett, así como el feminismo que se inscribe en la tradición ilustrada,
y las pensadoras de la diferencia sexual es que la primera vincula las diferencias
entre los sexos al gran poder ideológico y coactivo del sistema de dominación
patriarcal, mientras que las segundas dotan a la diferencia entre los géneros de
rasgos ontológicos y esencialistas 22.
Sylviane Agacinski refuerza la tesis de Irigaray cuando señala que “ser mujer
constituye una de las dos maneras de ser un ser humano” (la cursiva es de Agacinski)
y, por ello, “se debe admitir que un pueblo existe igualmente de doble manera”23.
Para esta filósofa “la división por sexos es humana y debe ser reconocida en la
ciudad”24. Agacinski desarrolla el hilo argumentativo de Irigaray con el objeto
de proporcionar bases epistemológicas a la paridad. Por eso, para esta autora la
paridad no es una estrategia política sino un principio que “consiste en hacer entrar
a las mujeres en tanto que mujeres (la cursiva es de Agacinski) en las instancias de
decisión” 25.
21. MILLETT, Kate, La política sexual, Cátedra, Col. Feminismos, Madrid, 1997, p. 80.
22. POSADA KUBISSA, Luisa, “De discursos estéticos, sustituciones categoriales y otras operaciones simbólicas: en torno a
la filosofía del feminismo de la diferencia” en Celia AMORÓS (ed.), Feminismo y filosofía, Síntesis, Madrid, 2000.
23. AGACINSKI, Sylviane, Política de sexos, Taurus, Madrid, 1998, p. 159.
24. Op. cit., p. 166.
25. Op. cit., p. 164.
26. IRIGARAY, Luce, Yo, tú, nosotras, op. cit., p. 11.
27. LIBRERÍA DE MUJERES DE MILÁN, “Fin del patriarcado. Ha ocurrido y no por casualidad” en El Viejo Topo, n.o 96,
1996, p. 51.
28. PULEO, Alicia H., Filosofía, género y pensamiento crítico, Universidad de Valladolid, Valladolid, 2000, pp. 145-156.
87 Sujeto Político
29. AMORÓS, Celia, “Feminismo y perversión” en POSADA KUBISSA, Luisa, Sexo y esencia, op. cit., p. 139.
30. Para Balibar, la “universalidad ideal” significa que la igualdad y la libertad son interdependientes y que una no puede
rxistir sin la otra. Citado en SCOTT, Joan, op. cit., p. 108.
31. BENHABIB, Seyla, “El otro generalizado y el otro concreto: la controversia Kohlberg-Gilligan y la teoría feminista” en
BENHABIB, Seyla y CORNELLA, Drucilla, Teoría Feminista y Teoría Crítica, Alfons El Magnànim, Valencia, 1990, p. 127.
Escuela Política Feminista 88
32. Para las cuotas electorales, véase RUIZ MIGUEL, Alfonso, “La representación democrática de las mujeres” en Anales de
la Cátedra Francisco Suárez, n.o 35, 2001, pp. 239-264.
89 Sujeto Político
democracia como sean necesarias para que las mujeres se constituyan en sujetos.
Sin embargo, el núcleo del planteamiento de la diferencia sexual es el rechazo
de la vindicación, pues, como afirma Irigaray, hay que poner de manifiesto
la singularidad sexual de las mujeres y su necesidad de articular un ‘singular
propio’33.
Desde este debate, se pregunta Joan Scott si “existe un ‘interés de las mujeres’
que atraviese las barreras de clase, etnicidad y raza y, si así fuera, en qué consis-
te”36. Susan Moller Okin responde a esta cuestión explicando que el sexismo es
una forma identificable de opresión, muchos de cuyos efectos son percibidos por
las mujeres con independencia de la raza, clase o cultura a la que pertenezcan.
Utilizando investigaciones empíricas sobre el trabajo de las mujeres en los países
pobres, concluye que las condiciones de las mujeres del Tercer Mundo son
“similares, pero más agudas y acentuadas” que las de los países ricos37.
32. Para las cuotas electorales, véase RUIZ MIGUEL, Alfonso, “La representación democrática de las mujeres” en Anales de la
Cátedra Francisco Suárez, n.o 35, 2001, pp. 239-264.
33. IRIGARAY, Luce, J’aime a toi: Esquisse d’une felicité dans l’histoire, Grasset et Frasquelle, Paris, 1992, pp. 84-85.
34. OSBORNE, Raquel, “¿Son las mujeres una minoría?” en Isegoría, n.o 14, 1996.
35. BALIBAR, Etienne, “Ambiguous Universality” en Différences, vol. 7, n.o 1, 1995, pp. 67-68. Citado en SCOTT, Joan, op.
cit., p. 108.
36. SCOTT, Joan, op. cit., p. 104
37. OKIN, Susan Moller, “Desigualdad de género y diferencias culturales” en CASTELLS, Carme (comp.), Perspectivas
feministas en teoría política, Paidós, Barcelona, 1996, pp. 190-194.
Escuela Política Feminista 90
Todo grupo oprimido carga con una identidad heterodesignada por quien se
beneficia de esa opresión, en este caso el patriarcado, y ese mismo grupo si aspira
a deshacerse de esa opresión tiene que construir una identidad de resistencia
que sea capaz de transformarse después en lo que Castells denomina una
‘identidad proyecto’. La “identidad proyecto’ se produce “cuando los actores
sociales, basándose en los materiales culturales de que disponen, construyen
una nueva identidad que redefine su postura en la sociedad y, al hacerlo, buscan
la transformación de toda la estructura social”45.
45 CASTELLS, Manuel, La era de la información. Economía, sociedad y cultura, vol. 2, El poder de la identidad, Alianza
Editorial, Madrid, 1997, p. 30.
46 CIRILLO, Lidia, op.cit., p. 110.
47 Op. cit., p. 114.
48 CIRILLO, Lidia, op. cit., p. 114
93 Sujeto Político
LA TIRANÍA DE LA FALTA DE
ESTRUCTURAS
Por Jo Freeman
Traducido por: Fany Rubio
Lo anterior quiere decir que, aspirar a crear un grupo sin estructura es tan inútil y
engañoso como pretender que existan noticias objetivas que las ciencias sociales
estén libres de valores ó que exista una economía libre. Un grupo laissez-faire es
tan realista como una sociedad laissez-faire: la noción de grupo sin estructura se
convierte en una cortina de humo que favorece a los fuertes ó a aquellas personas
que pueden establecer su hegemonía incuestionable sobre los demás. Esta forma
de hegemonía puede establecerse muy fácilmente porque la noción de falta
de estructura no impide la creación de estructuras informales; solo lo impide
de las formales. De forma similar, la filosofía del laissez-faire no impidió a los
económicamente prepotentes establecer un control sobre los salarios, los precios
y la distribución de los bienes; únicamente impedía que el gobierno lo hiciera.
Así, la falta de estructura feminista, es normalmente defendida por aquellas
que tienen mayor poder (sean o no conscientes de ello). En la medida en que
la estructura del grupo es informal, las normas de cómo se toman decisiones
son sólo conocidas por unas pocas, y la conciencia de que existe una relación de
poder se limita a aquellas que conocen las normas. Aquellas que no las conocen,
o no han sido seleccionadas para su iniciación permanecerán en la confusión o
sufrirán la paranoica impresión de que ocurre algo de lo que no tienen plena
conciencia.
El hecho de que las élites sean informales no quiere decir que sean invisibles.
En la reunión de cualquier grupo pequeño quien quiera que tenga un ojo
avizor y una oreja atenta puede darse cuenta de quién influye sobre quién.
Los miembros de un grupo con buenas relaciones entre sí se relacionarán con
mayor frecuencia que otra gente. Se escuchan más atentamente y se interrumpen
menos; repiten los puntos de vista u opiniones de los otros y si hay conflicto
ceden más amigablemente; también tienden a ignorar 6 a luchara brazo partido
con los ajenos (‘out), cuyo asentimiento no es necesario para tomar una decisión,
sin embargo los ajenos (‘out) necesitan mantener buenas relaciones con los in.
Evidentemente las líneas de demarcación no están tan delimitadas como yo he
establecido aquí: en la interacción se producen matices; no se suele actuar sobre
97 Sujeto Político
un guión escrito: una vez que se conoce a quien se debe consultar antes de tomar
una decisión y de quien depende el sello de la aceptación, se sabe quien dirige
los asuntos. Y sin embargo, como cualquier actitud en un grupo está sujeta a
interrelaci6n y reciprocidad, quien se niega a este juego lo ignora. Contar con
todas, consultar a todas.
Las élites no son grupos de conspiración; rara vez un grupo pequeño se reúne
y trata deliberadamente de acaparar a otro grupo mayor para sus fines. Las
élites son nada más y nada menos que grupos de amigas que, incidentalmente,
participan en la misma actividad política, aunque por otro lado, probablemente
llevarían una actividad política independientemente de que mantuvieran o no
una amistad. La coincidencia de estos dos hechos es lo que genera una élite en un
grupo determinado y también lo que hace tan dificultosa su ruptura.
Algunos grupos, depende de su tamaño, pueden tener más de una red informal de
comunicación, incluso éstas pueden entremezclarse. Cuando solo existe una red de
este tipo, ésta se convierte en la élite del grupo sin estructura independientemente
de que sus miembros quieran o no ser elitistas. Si por otro lado, es la única red
existente en un grupo estructurado aquella puede o no equivaler a su élite,
dependiendo de la composición y naturaleza de su estructura formal. Si existen
dos o más redes de amigas, tal vez éstas compitan entre sí por el poder en el
grupo, creando de esta forma tracciones; también puede ocurrir que una de las
tracciones deliberadamente abandone la competición dejando a la otra como élite
del grupo. En un grupo estructurado coexisten normalmente dos o más redes
de amigas que compiten entre sí por el poder formal. Podría considerarse que
ésta es la situación más sana, ya que los miembros restantes pueden actuar de
árbitros entre los dos grupos que compiten por el poder y, de esta forma plantear
determinadas exigencias a aquellos con los que se alían temporalmente.
Podríamos añadir otros criterios de selección pero todos tendrían cierta relación
con los anteriormente enumerados; los pre-requisitos típicos para participar en
las élites informales del movimiento, y, por lo tanto, para ejercer cierta forma
de poder, tienen relación con la clase social, la personalidad y la disposición de
99 Sujeto Político
La normas para participar pueden variar de grupo en grupo, pero las vías de
incorporación de la élite informal -si uno responde a los criterios establecidos- es
muy parecida en todos los lados. La única diferencia substancial reside en que
uno haya estado en el grupo desde un comienzo o se haya incorporado una vez
formado. Si se es parte desde el comienzo es importante que el mayor número
de amigas se incorpore al tiempo. Si por el contrario, ninguno de los miembros
se conoce muy bien, debe entonces establecer amistad con un grupo selecto y
fijar las normas de interacción informal básicas para la creación de cualquier
estructura informal. Una vez creadas las normas informales éstas se mantienen a
sí mismas, siendo una de las mejores tácticas para ello el continúo reclutamiento
de nueva gente que encaje. Una se incorpora a una élite de forma similar a como
una se compromete con una “sororidad”. Si alguien es considerado como una
persona que promete, ésta es ‘empujada’ por los miembros de la estructura
informal y, según el caso, iniciada o dejada de lado. Si la sororidad no tiene
la suficiente conciencia política como para conscientemente iniciar el proceso,
éste puede desencadenarse de forma similar a coma uno se hace miembro de la
élite que goce de respeto en su seno y cultivar activamenfe su amistad. Es muy
probable que en un futuro te introduzca al grupo iniciado.
Aunque esta disección del proceso de formación de una élite en los grupos
pequeños ha sido expuesta desde una perspectiva crítica, no ha sido hecha
en la creencia de que las estructuras informales sean inevitablemente malas,
simplemente son evitables. Todos los grupos crean estructuras informales como
consecuencia de las normas de interacción entre los miembros del grupo, estas
estructuras informales pueden ser muy útiles. Pero sólo los grupos sin estructura
están totalmente regidos por ellas. Cuando las élites informales se conjugan con
el mito de la falta de estructura, es impensable tratar de poner cortapisas al uso
del poder, éste pasará a ser arbitrario.
EL SISTEMA DE ESTRELLAS
La noción de falta de estructura ha creado el sistema de estrellas. Vivimos en
una sociedad en la que se espera que los grupos políficos tomen decisiones y
designen a determinadas personas para que las expongan ante el público en
general. La prensa al igual que el público no sabe escuchar con seriedad a las
mujeres, en cuanto mujeres, quieren saber lo que el grupo piensa. Hasta el
momento existen tres técnicas para conocer la opinión de amplios sectores, el voto
o el referéndum, el sondeo de opinión pública, y la alocución de portavoces en
determinados mítines. El Movimiento de Liberación de la Mujer no ha empleado
ninguna de estas técnicas para comunicarse con el público. Ni el movimiento
en su conjunto ni la mayoría del sin número de grupos que lo componen han
concretado la forma de conocer o dar a conocer su posición sobre temas varios.
Sin embargo, el público está condicionado a que existan portavoces. Si bien
es cierto que el movimiento no ha designado explícitamente portavoces, sí ha
lanzado a muchas mujeres que han atraído la atención del público por diversas
razones. Estas mujeres no representan normalmente a un grupo determinado o
un estado de opinión; ellas lo saben y normalmente así lo dicen, pero dado que no
existe un portavoz público del movimiento para dar a conocer la postura del
mismo ante un tema, dichas mujeres son utilizadas como portavoces. De esta
forma, independientemente de su voluntad e independientemente de que
el movimiento lo acepte o no, las mujeres que gozan de cierta notoriedad se
encuentran por defecto desempeñando el papel de portavoces.
Esta es una de las causas principales del resentimiento que muy frecuentemente
se siente hacia estas mujeres, designadas como las estrellas. Puesto que las
mujeres del movimiento no las designaron para exponer sus puntos de vista
aquellas se sienten agraviadas cuando la prensa presume que sí lo hacen. Pero
en la medida en que el movimiento no designe sus propios portavoces estas
mujeres se verán empujadas por la prensa y el público a desempeñar dicho
papel, independientemente de sus propios deseos.
101 Sujeto Político
Son varias las consecuencias negativas que se deducen de lo anterior tanto para
el movimiento como para las mujeres llamadas estrellas. En primer lugar porque
el movimiento, al no haberlas designado como portavoces, está maniatado para
revocar su mandato, la prensa las situó en ese lugar y sólo
la prensa es quien puede optar por prestarles o no atención.
Aquella continuará buscando estrellas para que actúen como
portavoces, en la medida en que no existan alternativas oficiales
a las que acudir en busca de declaraciones representativas del
movimiento; asimismo, el movimiento carecerá de control
en la designación de sus portavoces en la medida en que siga
creyendo que no debe tener ningún portavoz. En segundo
lugar las mujeres que se encuentren en esta situación son
frecuentemente objeto de ataques virulentos por parte de sus
hermanas, actitud en absoluto positiva para el movimiento y
también dolorosamente destructiva para las mujeres afectadas.
Estos ataques sólo conducen a que estas mujeres abandonen
el movimiento -muchas veces profundamente ofendidas- ó a
que dejen de sentirse responsables ante sus hermanas; tal vez,
mantengan cierta lealtad difusamente manifestada hacia el
movimiento, pero dejarán de ser susceptibles a las presiones de
otras mujeres del movimiento. Uno no puede sentirse responsable
hacia aquella gente que es la causa de tal sufrimiento sin tener
algo de masoquista y, normalmente, estas mujeres son demasiado
fuertes como para someterse a este tipo de presión personal.
De esta forma la reacción ante el sistema de estrellas anima de
hecho el mismo tipo de irresponsabilidad individualista que el
movimiento condena, el movimiento al purgar a una hermana
por actuar de estrella pierde cualquier forma de control que pudiera haber
ejercido sobre ella la cual se siente entonces libre para cometer todos los pecados
individualistas de que ha sido acusada.
LA IMPOTENCIA POLÍTICA
Los grupos sin estructura pueden ser muy eficaces para conseguir que las mujeres
hablen de sus propias vidas pero no son tan eficaces en llevar adelante alguna
actividad política, se estancan, cuando las personas que lo componen no hacen
otra cosa que hablar a no ser que modifiquen su forma y quieran llevar a cabo
otra actividad. Puesto que el movimiento en la mayoría de las ciudades está tan
falto de estructura como los grupos de concienciación que lo componen, no es
más eficaz al enfrentarse con tareas concretas que los propios grupos aislados. La
estructura informal que lo caracteriza rara vez tiene la suficiente cohesión o está
lo suficientemente arraigada entre las mujeres como para lograr una incidencia
real, en consecuencia el movimiento genera mucha actividad y pocos resultados.
Desafortunadamente las consecuencias que se desprenden de esta actividad no son
tan inocuas como sus escasos resultados, siendo su víctima el propio movimiento.
Escuela Política Feminista 102
Algunos grupos cuando no son muy grandes y trabajan en pequeña escala, han
centrado su actividad en proyectos locales. Sin embargo, esta opción restringe
la actividad del movimiento a nivel local y no opera en un ámbito regional o
nacional. Así mismo estos grupos, con objeto de tener un funcionamiento
operativo quedan finalmente reducidos al grupo informal de amigas que
inicialmente lo controlaban, lo que excluye a otras muchas mujeres. En la
medida en que la última forma asequible de participar en el movimiento sea a
través de los pequeños grupos de mujeres no gregarias se encuentran en notable
desventaja. Finalmente, en la medida que la vía principal para llevar a cabo
una actividad organizada se limite a los grupos de amigas, el elitismo quedará
institucionalizado.
La crisis de los grupos de concienciación deja a la gente sin lugar al que acudir,
y la falta de estructura les deja sin punto de referencia. En este caso, las mujeres
del movimiento se repliegan sobre sí mismas o sus hermanas o buscan otras
alternativas para actuar, aunque pocas asequibles. Algunas mujeres se dedican a
sus asuntos lo que puede desencadenar una explosión de creatividad individual
de la que, en gran parte, se beneficiará el movimiento, aunque esta no sea una
alternativa válida para la mayoría y desde luego, no propicie un espíritu de
esfuerzo conjunto de grupo. Otras abandonan el movimiento porque no quieren
desarrollar un proyecto individual y tampoco encuentran la forma de sumarse o
iniciar un proyecto colectivo que
les interese.
liberación como uno de los muchos temas a los que las mujeres deben dedicar
su tiempo, encuentran en el movimiento un camino de reclutamiento de nuevas
afiliadas. Estas organizaciones no necesitan infiltrarse, (aunque esta opción no
quede excluida) ya que el desea de una actividad política coherente generada
en las mujeres a partir de su participación en el movimiento, es suficiente para
animar a incorporarse a otra organización cuando el movimiento no ofrece cauce
a sus energías y proyectos.
En los grupos del movimiento las nuevas élites informales son frecuentemente
consideradas como una amenaza por las antiguas, dicho sentimiento de amenaza
responde a la realidad.
Estas nuevas redes políticamente encadenadas rara vez se conforman con limitarse
a ser meras sorodidades como de hecho lo eran las antiguas y quieren hacer
proselitismo de sus ideas políticas y feministas, actitud por otro lado absolutamente
natural, aunque sus implicaciones no han sido plenamente analizadas por el
movimiento feminista. Las antiguas élites rara vez están dispuestas a exponer
abiertamente sus diferencias porque ello implicaría descubrir la naturaleza
de la estructura informal del grupo. Muchas de estas élites informales se han
protegido bajo la bandera del anti-elitismo y la falta de estructura. Con objeto
de contrarrestar eficazmente la competencia de una nueva estructura informal
del grupo tendrían que manifestarse públicamente alternativas que estarían
cargadas de arriesgadas consecuencias. Así, para mantener su poder es más fácil
racionalizar la exclusión de la otra estructura informal por el procedimiento de
acusarlas de rajas reformistas, lesbianas o la única alternativa real consiste en
estructurar formalmente el grupo de forma tal que la estructura de poder inicial
quede institucionalizada. Pero esto no siempre es posible. Lo es, si con anterioridad
las élites informales gozaban de suficiente cohesión y habían en gran medi-
da, acaparado el poder. Estos grupos cuentan en su haber con un pasado de cierta
eficacia política, si la cohesión de la estructura informal se ha manifestado como un
funcionamiento no se modifica sustancialmente, aunque la institucionalización
de la estructura de poder propicia su cuestionamiento formal. Los grupos que
más necesitan de una estructura son frecuentemente los más capaces para
crearla. Sus estructuras informales no han sido suficientemente conformadas
y su adhesión a la ideología de la falta de estructura les lleva a ser reacias, a
cambiar su técnica. Cuanto menos estructurado es un grupo, cuanto mayor es su
Escuela Política Feminista 104
Sus temas son debatidos y surgen grupos de discusión cuyas mujeres no tienen
ninguna conexión explícita con los grupos del movimiento. El movimiento debe
indicar otro tipo de tareas, necesita establecer sus prioridades, articular sus
objetivos, y proseguir en sus campañas de forma coordinada y para hacerlo, ha
de organizarse a escalas local, regional y nacional.
2.- Exigir a las personas en quienes se ha delegado autoridad que sean responsables
ante aquellas que los han elegido. De esta forma el grupo tiene control sobre
las personas que se encuentran en posiciones de autoridad. Individuos aislados
ejercerán el poder pero es el grupo quien tiene la última palabra sobre cómo
aquel ha de ejercerse.
6.- Acceso igualitario a los recursos que el grupo necesita, lo que siempre es
factible, aunque deba proporcionarse un miembro que mantenga el monopolio
sobre un recurso necesario (una multicopista a la que tiene acceso por vía del
marido a un cuarto de revelado) puede condicionar en exceso el empleo de este
recurso. Los conocimientos de los distintos miembros pueden ser igualmente
107 Sujeto Político
Si estos principios son aplicados queda garantizado que, cualquiera que sean
las estructuras desarrolladas por los distintos grupos del movimiento, aquellos
están controlados y responden ante el grupo. El conjunto de personas que se
encuentre en puestos de autoridad será amplio, flexible, abierto y temporal. No
podrán fácilmente institucionalizar su poder porque las decisiones últimas serán
tomadas por el grupo en su conjunto. Este tendrá la capacidad de decidir las
personas que ejerzan autoridad en su seno.
Claves éticas para el feminismo en el umbral
del milenio
*
Etnóloga y Doctora en Antropología. Profesora de los posgrados en Antropología y en Ciencias
Políticas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de México. Coordinadora de los Talleres
Casandra de Antropología Feminista.
Marcela Lagarde y de los Ríos
L
a complejidad de experiencias en el ámbito del Algunas mujeres modernas viven sin conciencia de
feminismo sella el umbral del milenio. Mientras que sus oportunidades, su posibilidad de decidir y sus
cada vez más mujeres sólo pueden vivir su exis- condiciones de vida devienen de luchas seculares que
tencia, incidir en el mundo, imaginar el futuro y crear su han abierto profundas fisuras en la modernidad patriar-
trascendencia desde el feminismo, otras se perciben más cal. No saben que ahí están las huellas de mujeres indig-
modernas y avanzadas porque no necesitan ser femi- nadas o dañadas por la opresión, conmocionadas por sus
nistas. Estas últimas refuerzan su valía al colocar a las condiciones de vida o convencidas de que sus oportu-
feministas en el error. Posicionadas desde una gama de nidades y derechos deberían ser universales y se tornaron
identidades de género que van de la androginia y el uni- entusiastas inventoras de una existencia distinta.
sex, hasta feminidades conservadoras actualizadas; las Hay quienes, aun al participar a favor de los dere-
consideran pasadas de moda. Desde ópticas inquisidoras chos de la mujer, al esforzarse por incorporar la pers-
consideran que a pesar de tanto feminismo, nada ha pectiva de género en políticas públicas, o de regreso de
cambiado. La evidencia es la azarosa vida de quienes sí conferencias mundiales, no asocian que sus quehaceres
son feministas y de quienes no lo son. ¿Para qué com- están vinculados con el feminismo, han sido engendra-
plicarse la vida? dos en su terrenalidad y no pueden ser explicados fuera
Es común la creencia sobre el feminismo como un de esa cultura paradigmática. Al participar en espacios
tiempo o una experiencia localizados, efímeros y pun- simbólicos abiertos desde la causa de las mujeres, lo
tuales. Algunas mujeres ven el feminismo como cosa del hacen desidentificadas de la filosofía política que sus-
pasado lejanísimo de los setentas, lo asocian a otras tenta sus acciones, sin raigambre histórica ni tradiciones
generaciones, con sus maestras, sus madres o connotadas y sin una visión concordante con sus propósitos.
mujeres que miran ancladas en otra época. Su individua- Sin modificar mitos, ideologías y valores patriar-
lidad se afirma al marcar la diferencia generacional cales asumidos como valores propios, creencias y for-
frente al feminismo y las feministas. En su imaginario, el mas de ser, asumen jirones de feminismo y los integran
feminismo es un asunto de viejas y no de jóvenes, y casi en visiones mesiánicas o caritativas. Las oprimidas son
es una marca de la tercera edad. Piensan que en breve se las otras. Se ocupan de ellas mismas a través de
convertirá en arcaísmo del milenio pasado. proyecciones múltiples: las imágenes femeninas que
Hay quienes circunscriben todo el feminismo —los reciben sus intuiciones, necesidades y aspiraciones
feminismos y sus dimensiones—, al movimiento femi- están distantes. Defender el orden y hacer contracul-
Claves éticas para el feminismo en el umbral del milenio
tura, es posible a condición de man- todos los confines, colores y desde sus otras marcas de identidad
tenerse inmunes. sabores. legitimadas, rancias y arraigadas en
Algunas más piensan que la Beijing, es sólo la punta del ice- los paisajes, las maneras de vivir y
perspectiva de género 1 es posterior berg de lo que ocurre en cada macro sentir, enfermar y morir, trascender
y además diferente del feminismo, región y país, en comunidades y ba- o permanecer en la inmanencia na-
incluso los antagonizan y creen que rrios. En la vida de cada mujer. tural.
la perspectiva de género supera al Millones de mujeres tejen el manto Jerarcas poderosos buscan crear
feminismo. Identifican al feminismo feminista sobre la tierra. Coinciden desencuentros entre las mujeres
con un radicalismo que deja fuera a y desarrollan raíces de género para oponiendo esas pertenencias y raíces
los hombres y atenta contra ellos. todas. Dialogan, disienten, aprenden a su exótica identidad de género.
Ven en la perspectiva de género algo y desaprenden, acuerdan y se La voz de la sangre y la cultura,
menos excluyente e injusto porque enredan. Por primera vez son inter- de la nación, la fe o la racionalidad
incluye a los hombres. Esa creencia locutoras universales de género, pac- económica neoliberal, son contra-
les permite revisitar complemen- tantes autoconstituidas y sustentado- puestas a la identidad política de
tariedades y otras fantasías y man- ras de acciones para aterrizar anhe- género en construcción. En esa tesi-
tener firme su lealtad a los hom- los, deseos y urgencias. tura, las mujeres minorizadas, pero
bres y su incontaminación del Los objetivos feministas en los con voz y alternativas, han sido el
feminismo. Con todo, asumen rei- hitos emblemáticos del umbral del campo de batalla por la vigencia del
vindicaciones de género y luchan milenio han consistido en eliminar patriarcado a costa de su huma-
por ellas. los cautiverios,3 desalambrar las nización.
Hay quienes no reconocen al vidas femeninas a través de procesos
feminismo en hechos políticos de de desarrollo y democracia, y hacer
gran importancia, como son las avanzar los derechos específicos de
luchas por eliminar la violencia con- las mujeres; también en convertir los Orfandad y
tra las mujeres, los procesos jurídi- acuerdos en normas de convivencia
cos por la equidad civil y política civil, de estado y supraestatal. Y,
genealogía
entre mujeres y hombres, o la con- desde una ética de la justicia, redis-
C
ada día surgen nuevas femi-
creción de los derechos sexuales y tribuir recursos —en parte expropia-
reproductivos. A la par, cada vez dos a las mujeres— y crear oportu- nistas sin historia. Creen ser
más mujeres son concientes y ven la nidades de desarrollo. La clave las primeras verdadera-
impronta feminista en conferencias política de género ha sido potenciar mente feministas. Distintas de las
como las de Belem do Pará, Viena y los poderes y las incidencias de unas sufragistas, de las mujeres que en los
el Cairo o Beijing.2 Hitos cuya en espacios de reverberación, com-
marca de agua consiste en que por promiso y responsabilidad, en bene- sesentas hicieron el día a día de la
primera vez en la historia los asun- ficio de todas. liberación sexual, o de quienes al
tos, las necesidades y aspiraciones El objetivo patriarcal sigue sien- enunciar la palabra ciudadana, pro-
de las mujeres y los problemas del do preservar el orden en cada mujer baron los límites de la democracia
mundo contemporáneo vistos desde y en el mundo al ponderar jerár-
patriarcal en la guillotina.
las mujeres, son prioridades en quicamente a los otros sobre las
canales de la globalización y la mujeres. Todo es más importante Mujeres del umbral del milenio
modernidad. Han sido encuentros que cada una y que todas: la moral, no saben que otras las reivindican y
mundiales de reunión de miles de la estabilidad, la familia, la preser- eso agrava la orfandad genérica 4: el
mujeres. Su diversidad in situ es re- vación de la vida. Su estrategia es desamparo, la falta de raigambre
presentativa de la diversidad que impedir el avance de la más pequeña
femenina autorizada, el miedo ante
pretende eliminar la globalización iniciativa de las mujeres. Escatimar
homogeneizadora. Gobiernos, igle- recursos, disminuir espacios y eli- la vulnerabilidad frente a las violen-
sias y organismos internacionales minar derechos. Descolocar a las cias, la sensación subversiva a la
han debido negociar con mujeres de mujeres pactantes y apelar a ellas menor identificación política de
Marcela Lagarde y de los Ríos
género, la experiencia de extranjería en la propia tierra, sobreleído la obra consideran indispensable romper con
la casa, el cuerpo. Simone de Beauvoir. La analogía con la muerte del padre
¿De quién es la tierra que habitamos, la casa en que se queda corta. Ignoran el daño feminicida 5. La historia
vivimos y el cuerpo en que somos? y la memoria, las conciencias y las identidades femi-
Desconocer los afanes lúcidos, los aportes, las inter- nistas se construyen como bagaje en procesos que
pretaciones y las acciones de las mujeres contem- eslabonan y suman dialécticamente. Así, cada sitio de
poráneas no es una elección. Los hechos transgresores reconocimiento crea y multiplica espacios de la memo-
de género y la existencia simple y llana de las mujeres, ria para ser ocupados por ancestras redescubiertas y
su vida cotidiana, sus esfuerzos vitales o los obstáculos futuras milenarias.
y desigualdades que enfrentan, se ocultan y desvirtúan,
son minimizados. Desaparecen en un mundo sobrein-
formado de actos heroicos y mundanos de los hombres
en pos de sus intereses —llamados intereses de la Diferencia, desigualdad y
humanidad— y saturado también con la depredación
masculina del tejido social, del medio ambiente, del
supremacía
capital cultural. Ellos ocupan espacios radiales, televi-
A
sivos, periodísticos, literarios y académicos, hasta el lgunas intelectuales se consideran posfe-
cine y los videojuegos. Los hombres son noticia y sus ministas desde una vertiente posmoderna en
hechos son trascendentes; materia de investigación o de que la igualdad ya está establecida y no precisa
reflexión filosófica y política para todos. Las mujeres recelos y resentimientos infundados de género. O, desde
deben ser espectadoras y corifeas. una diferencia sexual primigenia 6, la igualdad no
La navegación internética incluye 30% de mujeres. aparece en el horizonte —como si la diferencia no pu-
Sin embargo, los mensajes, los códigos y los sitios dis- diese afirmarse en la igualdad o fuese su opuesta. Para
cursivos son en su mayoría androcéntricos. La expe- algunas, los hombres, las instituciones y el estado están
riencia internética feminista se cuela por espacios no fuera de su mira; los cambios políticos de género son
acotables. Millones de mujeres del siglo XX han pasado mascaradas o conducen a hacer el juego al sistema; las
por las aulas, arribado a la era de Gutenberg, la tec- mujeres más afines se ubican en el siglo XIII, a miles de
nología y las profesiones y, en su inmensa mayoría, no kilómetros culturales de distancia o varios escalones de
aprendieron teorías, acciones, ni hechos históricos vivi- clase más abajo; y las contemporáneas más semejantes
dos por mujeres. Ni una idea reivindicativa de género o quienes buscan la ciudadanización de las mujeres y la
fue estudiada en sus libros de texto ni anotada en sus civilidad, son el rostro del equívoco. Lo feminista se
cuadernos. La tarea de las niñas y adolescentes, y los demuestra al señalar que las otras, no lo son. Y, en el
ensayos de las jóvenes, no han incluido algo con- límite, en volverse autónomas de las demás mujeres, de
cerniente a su género. Los exámenes y las evaluaciones sus espacios y sus causas.
no muestran qué saben acerca de su historia y de sus La diferencia y la desigualdad son enunciadas de
ancestras, ni de su propia existencia y ubicación en el manera confusa. En un giro de 360 grados en la historia
mundo, de las precauciones mínimas para evitar expe- del pensamiento crítico feminista, con renovado esen-
riencias dañinas o de sus derechos como mujeres. Han cialismo, se resignifican las diferencias sexuales como
ido a la escuela, espacio emancipador e iluminador, a naturales y positivas. Las loas al género sustentan un
reafirmar desde el saber y la razón científicas que las supremacismo femenino de nuevo cuño, amalgamado
mujeres no existen y, que si existen, no importan. con la exaltación de magias, conjuros y religiosidades
Algunas contemporáneas reaccionan con extrañeza sincréticas new age (reencarnaciones, transegridad, kar-
al ser invitadas a abrevar en la escritura de Simone de mas, regresiones uterinas y a vidas pasadas, coexisten-
Beauvoir y a mirar su experiencia como cercanísima cia con diosas y brujas que son a la vez Gaia y la cone-
congénere. La conmemoración del cincuentenario de El xión cósmica). La trama resulta de elecciones binarias
segundo sexo no ha sido —como quisimos—, fecha en que lo femenino es mágico y religador, frente a lo
onomástica de género —como estoy segura de que será masculino asociado con lo racional y político en su ne-
la de su centenario. Paradójicamente, algunas que han gatividad.
Claves éticas para el feminismo en el umbral del milenio
Distanciadas de la lógica de la igualdad, algunas El conflicto que alcanza su cima cuando se experi-
feministas abjuran de esa equívoca tradición. menta la identidad feminista escindida entre deberes éti-
Fascinadas por lo femenino, aunque sea desde una cos e impotencias vitales, y entre discurso y práctica,
estética sexual de la virilidad, restablecen una jerarquía repercute en nosotras como dolorosa descolocación.
de género en que lo femenino es per se superior, ético y Ciertas incoherencias reprochadas a mujeres feministas
trascendente, aunque no lo sea para el mundo. Hay son parte de los ajustes entre pensar y hacer, querer y
quienes antes del año 2000, con precocidad o a modo de poder, desear y concretar. Para nosotras son inherentes a
anunciación, ya saborean el fin del patriarcado.7 procesos complejos. La huella profunda, la escisión, es
La complejidad de posturas y creencias expuestas no superable: va desapareciendo si al vivir nos adentramos
agota el panorama, pero da color a las experiencias de en la cultura feminista y se diluye al ser cada vez más
cada quien y va sedimentando un imaginario personal y feministas. No en el sentido de un feministómetro —por
social en torno al feminismo y a las feministas. Se difi- cierto patriarcal y deplorable—, sino el ser más femi-
culta crear la legitimidad del feminismo porque las nistas como una metamorfosis de compenetración
feministas ignoramos, nos desentendemos, nos antici- filosófica que nos hace sintonizar de manera positi-
pamos a enterrar a otras feministas y sus aportes, al va y grata al ser disidentes del oprobio y concordantes
ignorarlos o excluirlos. A veces, atrapadas por el orden, en la creación de horizontes, poderíos vitales y liber-
al ocupar posiciones, al disentir o sobresalir en las tades.
fisuras del orden patriarcal, se producen enfrentamien- La complejidad subjetiva ante el feminismo no
tos excluyentes entre compañeras, colaboradoras, mili- sucede en la asepsia. Proviene también del antifemi-
tantes y amigas, debido a la competencia por pequeñísi- nismo beligerante. Nunca antes la historia del
mos recursos y oportunidades. Restos misóginos8 en antifeminismo12 había enfrentado la conjunción de
nuestra subjetividad emergen como manchas en un paño. acciones poderosas de fuerzas económicas, políticas y
religiosas: ideologías conservadoras, antidemocráticas
y misóginas, descalifican, ridiculizan y deslegitiman al
feminismo y a las mujeres; organismos, instituciones y
Identidad feminista escindida personas —mujeres y hombres, pero mayormente
hombres—, nos hostilizan de manera permanente y
L
as feministas contemporáneas pasamos por pro- sofisticada desde posiciones de verdad —poder—, a
cesos complejos de sincretismo y escisión, través de acciones y mensajes hegemónicos, visibles o
reparación y recreación. El sincretismo de género implícitos. Todos ellos promueven la enajenación
9
de todas las mujeres contemporáneas, sintetiza con- femenina en torno al feminismo a través de la ignoran-
tradicciones que provienen de la configuración premo- cia impuesta contra las mujeres y se resienten de nu-
derna y moderna de la condición de género de cada una. estros avances por pequeños que parezcan.
El grado de conflicto que suscita se concreta en la El antifeminismo es la misoginia convertida en ideo-
escisión de género: herida identitaria resultante del logía política. Daña con el descrédito y con la tesis
choque entre la ética de la entrega derivada del ser- política de que lo nombrado o protagonizado desde el
para-otros 10; y la ética de la mismidad concordante con feminismo está superado; hace mella o refuerza ideas y
el ser-para-sí 11 y con la libertad. Quienes han desarro- actitudes de distanciamiento que experimentan en oca-
llado una conciencia feminista viven conflictos existen- siones las feministas en sus conciencias y en sus vidas.
ciales y disyuntivas de relación entre las necesidades y
los intereses de los otros y los propios. La contradicción
ética se complejiza acorde con el sincretismo feminista El feminismo es una cultura
de cada una. Es decir, con la síntesis de los diversos
C
feminismos amalgamados en la experiencia vital. ualquiera que se zambulla en la historia de los
La contradictoria y polivalente experiencia feminista feminismos, verá con claridad que el feminismo
a lo largo de la biografía de cada una y en la historia, no puede ser pensado sólo como un movimiento
pasa por las marcas que dejan en nosotras las olas y los concreto o como el movimiento feminista.13 Han habido
movimientos, la internalización y la práctica ética en la centenas de movimientos feministas y habrá muchos
cotidianidad.
Marcela Lagarde y de los Ríos
más. El feminismo tampoco puede ser identificado sólo con la era de la modernidad. El feminismo ha ido desa-
con movilizaciones públicas, protestas y demandas, con rrollándose a ritmos distintos en regiones, países y cul-
mujeres con el puño en alto, con la quema de brassieres, turas durante ese tiempo. Podemos conceptualizar ese
o con mujeres vestidas de negro como duelo y límite tiempo/espacio como un horizonte cultural feminista.
ante el genocidio; el feminismo sucede también en Luego están los horizontes culturales feministas
soledad. No sólo está en las luchas públicas, sino tam- regionales, locales, nacionales, y hoy también el hori-
bién en las nuevas formas de convivencia y cotidia- zonte global. Cada proceso, movimiento, grupo o even-
nidad. Transcurre en torno a fogones y mesas de cocina, to tiende a eliminar formas de opresión de género y a
en los mercados, los hospitales y las iglesias. Está en las crear alternativas de vida. El feminismo se inscribe en
aulas, las salas de conciertos y los proyectos produc- dichos horizontes históricos. Y, finalmente, en la
tivos. biografía de cada mujer se concreta el horizonte cultural
El feminismo tampoco se restringe a algunas organi- feminista, definido por los hitos y momentos en que se
zaciones y sus acciones, aun cuando son evidente entrecruza la propia vida con los micro o macro proce-
creación del tejido social o alternativas culturales. Lo sos feministas.
conforma la totalidad de organizaciones y procesos que En el umbral del milenio, el horizonte cultural femi-
se han reivindicado del feminismo y habrá más. Asociar nista es universal por primera vez en la historia. Y, más
sólo con algunas destacadas feministas la totalidad de la allá de las agendas comunes, los temas, las vocaciones
causa, invisibiliza al resto de millones de feministas. y las semejanzas iconográficas y estéticas, cada quien
Pensar que sólo han contribuido a sedimentar el hori- experimenta el feminismo a su manera, desde su especi-
zonte histórico del feminismo las mujeres que asumen ficidad personal, social y cultural; se vale la diversidad.
una identidad feminista, reduce el hecho histórico a su
conciencia. Cantidad de mujeres y hombres, institu-
ciones privadas y públicas, contribuyen aun sin con-
ciencia a la extensión paradigmática del feminismo. La mismidad
Además de protagonistas y de procesos políticos, el
C
feminismo ha implicado interpretaciones del mundo y ada mujer vive en su propio horizonte cultural
de la vida, desarrollos filosóficos, reelaboración de va- feminista cambiante, y su biografía es su expe-
lores y renovación ética, acciones políticas, legisla- riencia particular. Ante la expropiación del ser-
ciones, procesos pedagógicos y de comunicación, refor- para-sí y para lograr la génesis de la libertad y del yo, la
mulaciones lingüísticas y simbólicas, conocimientos mismidad como experiencia vital es la más radical
científicos e investigación, arte y literatura, transforma- creación feminista. Sin autonomía subjetiva y concreta
ción directa de creencias religiosas y de formas de vida. es imposible construir la autoidentidad cifrada en el yo,
Su huella más profunda está en el mejoramiento de las condición necesarísima para las individuas libres que
condiciones y la calidad de la vida de millones de per- queremos ser. Sin recursos de vida el yo languidece sub-
sonas. El feminismo se halla en el rostro y las leyes de sumido en los otros y se consuma la colonización iden-
las democracias, y el desarrollo humano sería inimagi- titaria y vital de las mujeres.
nable sin su impronta. Porque abarca esa complejidad Por eso, lograr la centralidad de cada mujer en su
histórica y mucho más: el feminismo es una cultura. propia vida y la prioridad de sus necesidades en sus
afanes, son pautas éticas de mismidad del feminismo del
umbral del milenio. En esta hora no es posible seguir
por donde sea. Es preciso saber cuáles son los funda-
Diversidad y sintonía mentos imprescindibles en las mujeres para eliminar la
opresión e ir construyendo la humanidad de cada una y
P
or eso, desde una dimensión temporal es preciso de todas como seres humanas.
considerar en cada periodificación un horizonte Tal es el contenido de la micro orfebrería de ajuste
cultural feminista. La periodificación macro- individual. O se avanza en la mismidad, o cada inacción
histórica permite apreciar que ya han pasado más de tres abre espacios del yo a ser habitados por otros. La mis-
siglos de feminismo en Occidente, los que corresponden midad supone transformar los deseos de fusión por los
Claves éticas para el feminismo en el umbral del milenio
de vínculo; desechar el regreso al pasado, a la cultura Para mujeres en cautiverio, los hombres siguen sien-
madre o al paraíso, para dar lugar a la preservación del do el referente de lo humano, lo social, lo político, lo
yo-misma y del propio mundo, sus espacios y recursos; económico y sus poderes parecieran intocables. Aún
arraigarnos y pertenecer se conjugan con la fluidez. Se entre mujeres empoderadas, personal y socialmente
trata de aprender a devenir en un presente ampliado y esforzadas, constructoras de nuevas relaciones, los
habitado por cada una y vislumbrar siempre un hori- hombres ocupan el centro de sus vidas y del mundo y es
zonte posible. con ellos con quienes hay que negociar los mínimos
para las mujeres.
El sentido de mismidad lleva a buscar que cada Por ello, es preciso que avancemos en el desmontaje
mujer sea conciente de ser prioritaria e impres-cindible de esta supremacía política masculina, tanto a nivel sim-
para sí misma y de que ni los otros entrañables ni los bólico como práctico. Requerimos construir la igualdad
renovados simbólicos, el planeta o la causa, pueden a cada paso y en cada ámbito y no suponerla idealmente
desplazarla de su propio centro. Hacer de la mismidad como un punto de partida.
una política de género, es uno de los afanes que más El feminismo contemporáneo ha acuñado la equidad
esfuerzos ocupan a las mujeres, en todo el mundo. como el camino de la igualdad entre los géneros.
Nuestras claves son muy sencillas: la primera, eliminar
la real brecha de desigualdad entre mujeres y hombres a
través de una cadena de procesos.
Solidaridad y convivencia Frente a la posición entre supremacía/inferioridad: la
horizontalidad para ir creando pisos sustantivos no je-
C
reer que la relación con los hombres es eterna- rarquizados de coincidencia incluyente para mujeres y
mente jerarquizada o pretender que hemos arri- hombres.
bado al territorio de la igualdad entre mujeres y Frente a la preponderancia masculina y la mino-
hombres, son mitos activos en la modernidad. Mirar con rización de las mujeres: la paridad política y numérica
claridad el estado de las relaciones de poder entre los sin techo de cristal ni escalón jerárquico.
géneros no es posible todavía para muchas mujeres y, Frente a la expropiación de cuerpos, sexualidades,
desde luego, es intangible para muchos más hombres. creaciones y riquezas: los derechos sobre la propia per-
La afirmación masculina y el sentido del yo y de sona como la desconcentración y la distribución con
propiedad y pertenencia para la mayoría de los contem- equidad de la riqueza económica y cultural.
poráneos, siguen basados en la sujeción de las mujeres Frente a la expropiación y la marginación: la accesi-
y en la equivalencia sólo entre los hombres, aun entre bilidad a recursos vitales, a espacios y, desde luego, a
los más oprimidos y enajenados. Cada hombre se oportunidades de desarrollo.
reconoce en el simbólico patriarcal hoy global y en los Frente a la estructura política que basa la supremacía
hombres concretos indispensables interlocutores, deu- en la relación centralidad/periferia: la descentración, la
dores, consumidores, votantes, opositores, aliados, ene- eliminación de un centro privilegiado de poder que se
migos, dirigentes y líderes, herederos, propietarios, expresa como centralidad supremacista —etnocentris-
familiares, compañeros de causa. Desde esa identifi- mo, androcentrismo, patriarcalismo—, la alternativa es
cación los hombres se representan o se excluyen. el multicentrismo comunitario dinámico.
En contraste, la mayoría de los hombres no reconoce Cada pueblo, cada comunidad, tiene derecho a tener
a las mujeres como un sujeto colectivo al que contribuye derechos y no sólo estancias compulsivas en la historia;
a someter, ni a las mujeres más allá de estereotipos cada mujer y cada hombre tienen derecho a coincidir en
tradicionales actualizados. Aún hombres de avanzada se paridad, con equidad e igualdad.
defienden hasta de los mínimos derechos de las mujeres, Los mecanismos para avanzar en la construcción de
escatiman recursos y se oponen a políticas públicas de estas opciones consisten en desempoderar al género
género. Y, una cantidad no censada de ellos revive for- masculino, a los hombres y a las instituciones
mas de opresión de género que deberían estar en los excluyentes y eliminar los poderes de dominio. A cam-
museos.
Marcela Lagarde y de los Ríos
bio, resignificar a los hombres y a las instituciones con excluyente. Pero si además se dan cuenta de que sus
derechos y responsabilidades de convivencia y desarro- grupos no son sólo de hombres, sino que hay mujeres
llo colectivos. sin tierra y sin techo, mujeres pobres y también deshe-
En consecuencia, los territorios acotados a la usanza redadas, si los humanistas reconocen la profundización
de siglos anteriores deben abrir sus puertas y compartir del feminismo, los demócratas miran a las mujeres
la vecindad del agua, la tierra y las letras; la poesía y los demócratas, los ecologistas reconocen a las ecologistas,
recursos; el trabajo y los derechos. La democracia que los filósofos a las filósofas, y los ciudadanos se percatan
queremos desde la cultura feminista no podrá sobre- de la proliferación de ciudadanas insumisas, estaremos
vivir si las libertades en reciprocidad no se convierten en condiciones de iniciar la más radical de las diversi-
en sus cimientos. Se trata de la libertad individual cobi- dades: la humanidad irreductible y diversa en primer
jada en espacios transcomunitarios con la eliminación término entre mujeres y hombres, diversos y seme-
de cotos, guetos y fronteras erigidas contra las personas. jantes.
Es la libertad de acceder al capital cultural y al patrimo- Los nuevos sujetos emergen a veces fantasmagóricos
nio histórico donde quiera que se le necesite y más si es como los sin tierra, y festivamente, como las mujeres en
con urgencia. cuanto foro, congreso o cumbre mundial. Sin embargo,
Nuestra prioridad democrática está en satisfacer las las mujeres, los pueblos oprimidos, los excluidos por
necesidades vitales, reparar los daños y eliminar violen- enfermedades, los sin trabajo y sin pan, son minorías
cias y privaciones. políticas fragmentadas e insulares. Sus esfuerzos son
Las mujeres y los otros sujetos emergentes requeri- extremos pero insuficientes. Para tener mayores logros
mos de una gran capacidad para develar lo que ocurre e es preciso un esfuerzo subjetivo y político que definirá
inducir el rechazo ante las atrocidades, el desaliento y la este siglo; es el esfuerzo de conexión. Enlazar a los
reprobación real a la violencia y a la expropiación inconexos a través de puentes de afinidad en la condición
devastadora que produce hambre de pan, de selvas, de política y en las visiones de transformación y de futuro.
derechos, de derechos humanos y de un lugar en el Tejer redes y tramas que produzcan la diversidad que
mundo. queremos basada en la implicación de unos y otras en la
Es urgente una conciencia reparadora de daños y pri- convergencia de sus causas. Asociarnos y enredarnos es
vaciones. No basta cantar la libertad, es preciso decons- el camino para enfrentar particularismos excluyentes y
truir —en las mentalidades—, libertades ideales y cons- reivindicativos que contienen gérmenes supremacistas.
truir —en la vida cotidiana y en las instituciones—, las La diversidad que queremos desde el feminismo
libertades al enfrentar las brechas, dominios y carencias implica los soportes de la mismidad y las especifici-
que conculcan libertades tangibles. dades, la ciudadanía real 14 de todos los anhelantes cons-
La memoria y la conciencia son indispensables y la truida por voluntad de respeto mutuo, y la capacidad de
autoconciencia reubicadora en un mundo hostil sobre el universalidad. Ser universales es la base de una diversi-
que no tenemos la influencia que necesitamos. Cuando dad de nuevo cuño, sólo posible si compartimos un
asume su mismidad, cada mujer genera la base de la ver- paradigma que no es la suma de causas y sujetos aisla-
dadera diversidad al poner límites a los otros y existir en dos y ajenos, sino por la asunción colectiva de valores
primera persona para-sí y en el mundo. Si cada pueblo de convivencia con recursos disponibles y circulantes,
oprimido asume su historia y la coloca en el universo de un compromiso mutuo de reconocimiento incluyente
histórico, establece la pauta para asumirse con los y la consolidación de libertades de acción en la vida y
demás, solo como los otros pueblos. Si los sin tierra y en el mundo. Se trata de hacer del siglo XXI el tiempo
los sin techo, los deudores de todas las deudas que no les civilizatorio propicio, por fin, a la democracia vital 15 y
benefician, los desheredados, desposeídos aun de pre- el desarrollo humano entre mujeres y hombres, como
sente, se niegan a ser posicionados y designados así, los únicos referentes reales en el mundo.
deberán inventar otros nombres para existir en el
mundo; se me ocurren algunos: deslindadores y cobija-
dos. Y, si quienes han decidido que la pobreza no es
ontológica, ni castigo divino, serán abridores de los
candados económicos y de cualquier sectarismo
Claves éticas para el feminismo en el umbral del milenio
L
a diversidad, respetada y alentada, es resultado
de una intencionalidad ética y política que crea investidas de derechos que dialogan, suman, sustentan
entre las mujeres la experiencia de sintonía cul- y, sobre todo, disienten sin exclusión ni exclusividad,
tural feminista en momentos de identificación, auge y porque saben que construyen juntas y, al hacerlo, con-
consecución de logros. El feminismo ha avanzado en el vergen.
siglo XX, se extiende, es visible, se legitima. Se dan La sororidad 16 es la dimensión feminista prioritaria
pasos entre feministas en los movimientos, las esferas y para consolidar la herencia de la que somos portadoras
los campos de acción más diversos. Las conexiones y nuestra construcción vital. El pacto sororario es el
feministas se producen ya como un tejido reticular per- más terrenal de los pactos y es el fundamento ético de
manente y maleable que potencia el encuentro en la las prácticas políticas entre mujeres para deconstruir la
diversidad. enemistad patriarcal, el racismo, el adultismo y todas las
La enredadera feminista es la marca del feminismo formas de supremacía, desigualdad y dominación entre
del umbral del milenio. Es un encuentro sórico, basado las mujeres, con acciones prácticas de cooperación,
en el respeto al género, a las otras mujeres, a la causa, la alianza y sustentabilidad entre nosotras.
La sororidad es el humus del paradigma feminista
entre las mujeres, cuando desmonta desigualdades e
injusticias y redistribuye el poderío individual o colecti-
vo para avanzar de manera acompasada. Sólo se pro-
duce entre mujeres sabias y osadas. Sólo a partir de
experiencias de este signo se desidealiza lo femenino y
a las mujeres, y por eso fluyen la aproximación, el
asombro, la calidez, el amor feminista affidado 17, o
cuando somos capaces de hacer política asociadas. No
se trata de la aceptación total ni del acuerdo automático.
La sororidad implica un principio ético de
aceptación identitaria fundante que requiere del acuerdo
y del disenso. Las feministas arribamos a esa capacidad
pactante después de lastimaduras, exclusiones y rivali-
dades, de enemistades que nos han producido grandes
daños. Pero la conciencia sórica proviene también de
los avances reales logrados en conjunción y sabemos
que el mutuo respeto a la ciudadanía entre las mujeres,
es la base de relaciones democráticas de género.
Por eso la sororidad ha sido un descubrimiento y una
innovación ética y política para sobrevivir y construir la
igualdad entre nosotras. Al vivirla, realizamos la
humanización de todas que exigimos al mundo. Es, en
acto, marca relacional y norma, forma ejemplar de trato
y compromiso entre mujeres transgresoras del dominio.
Como experiencia compleja, la sororidad transforma la
condición de género y el horizonte personal y colectivo
al hacer frente a la enajenación intragenérica. La soro-
ridad es política en tanto pacto de alianza que decon-
struye la misoginia y construye la igualdad entre las
mujeres. Con la mismidad, conforma la mayor transgre-
“La visita” sión del patriarcado. Es la sororidad la real capacidad de
Marcela Lagarde y de los Ríos
incidencia, negociación y avance colectivo de las toria política de las mujeres y la historia toda desde esa
mujeres. posición simbólica. La autobiografía, la historia en
El saber/hacer sororal, la mismidad, nuestra memo- primera persona, la genealogía personal de género, la
ria e identidad feministas, la solidaridad como principio historia de la ciudadanía de las mujeres, una socioetno-
de convivencia entre mujeres y hombres, son claves éti- grafía de género del mundo contemporáneo son cimien-
cas imprescindibles para avanzar al tercer milenio si en tos para asumir el poderío que nos da pertenecer a
verdad nos urgen pan y rosas para las mujeres, y paz genealogías femeninas y feministas y ser parte de redes
para quienes viven en guerra. y conexiones locales y mundiales de mujeres diferentes
Si queremos lograr la transfiguración histórica de en la era de la globalización.
nuestros cuerpos y nuestras vidas en intocables frente a Deseamos fertilizar el nuevo milenio con nuestra
los riesgos de la violencia de género, si nos orientamos cultura feminista como la más grande contribución
por un planeta vivible y por aterrizar los derechos de las colectiva de las mujeres creadoras de mundo. Vivir esta
humanas —que cada mujer posea un territorio, una casa, conmoción intransferible desde la propia biografía y cir-
un cuerpo y una vida propios; cada niña tenga un libro cunstancia y re-conocer-nos en ancestras personales y
feminista que leer, enseres de escritura y una caricia emblemáticas; habitar con ellas nuestro árbol genealógi-
acogedora; cada joven y cada adulta sus papanicolaus a co. Instalar esta ética y esta política en la historia es el
tiempo y el derecho a decidir, recursos, dinero, trabajo y camino para dar el viraje del milenio y que el feminis-
espacios; y cada vieja todo eso en su larga vida y una mo deje de ser contracultura, disidencia y minoría, y sea
dentadura, alimentos, sosiego y quien la cuide—, si parte de la cultura/ambiente, de los usos y las costum-
queremos extender las innovadoras relaciones entre bres de las mujeres y de los hombres, de la política
mujeres y hombres no ajenos, sino copartícipes vitales, democrática y del aire que respiramos. Es preciso ha-
es imprescindible la democracia genérica como la nueva cerlo, para que sea inalienable la humanidad en las vidas
política de género emancipatoria. de las mujeres mismas y en el mundo.
Si queremos un milenio feminista, es imprescindible
urdir sus días desde nuestra eticidad.
Notas
El viraje 1
“La perspectiva de género hace referencia a la concepción
académica, ilustrada y científica que sintetiza la teoría, la filosofía y
E
l feminismo empieza en mi cuerpo, en mi subje- la política liberadoras, creadas por las mujeres en la cultura femi-
tividad, en mi casa; continúa en el mercado, las nista. La perspectiva de género permite analizar y comprender las
instituciones, los movimientos sociales, las características que definen a las mujeres y a los hombres de manera
comunidades; impacta la democracia, el desarrollo y la específica, así como sus semejanzas y diferencias. Esta perspectiva
de género analiza las posibilidades vitales de las mujeres y los hom-
cultura. Su prioridad es ser experiencia vital y lograr el bres: el sentido de sus vidas, sus expectativas y oportunidades, las
beneficio personal y compartido. complejas y diversas relaciones sociales que se dan entre ambos
Requerimos alentar procesos de aculturación femi- géneros, así como los conflictos institucionales y cotidianos que
nista 18 entre nosotras, ciudadanas mutuamente autori- deben enfrentar y las maneras en que lo hacen. El análisis de género
feminista es detractor del orden patriarcal, contiene de manera
zadas por estar investidas de los derechos de las
específica una crítica a los aspectos nocivos, destructivos, opresivos
humanas indispensables para la buena vida y la paz. y enajenantes que se producen por la organización genérica basada
Necesitamos aprender, estudiar y analizar críticamente en la desigualdad, la injusticia y la jerarquía política de las personas
nuestro bagaje desde el propio mundo, e integrar con basadas en el género.” Lagarde, Marcela, “Género y feminismo:
creatividad los valores, la lógica, los conocimientos y desarrollo humano y democracia” en Cuadernos Inacabados No. 25,
Madrid, Horas y HORAS, 1996, pp. 15-16.
las alternativas feministas en nuestras cosmovisiones 2
Un resumen sobre la importancia de las conferencias mundiales
y cotidianidades. Es nodal impactar positivamente el en la construcción de la ciudadanía y del empoderamiento de las
entorno en un vaivén dialéctico entre yo y mi mundo, yo mujeres en la era de la globalización, se encuentra en Lagarde, M.,
y los otros, nosotras. “Género y feminismo…”, pp. 189-237.
3
“Cautiverio es la categoría antropológica que sintetiza el hecho
Nuestra asertividad será mayor, integral, si hacemos
cultural que define el estado de las mujeres en el mundo patriarcal:
comprensiva y próxima la historia feminista como his- se concreta políticamente en la relación específica de las mujeres con
Claves éticas para el feminismo en el umbral del milenio
los poderes y se caracteriza por la pérdida de la libertad. Las mujeres humanos, Tomo IV, San José de Costa Rica, Instituto Interamericano
están cautivas porque han sido privadas de autonomía, de indepen- de Derechos Humanos, Comisión de la Unión Europea, 1996, pp.
dencia para vivir, del gobierno sobre sí mismas, de la posibilidad de 84-125.
escoger y de la capacidad de decidir.” Lagarde, Marcela, Los cau- 9
La categoría antropológica del sincretismo me permite abordar
tiverios de las mujeres: madresposas, monjas, putas, presas y locas, varias dimensiones de las mujeres en el mundo contemporáneo: el
Colección Posgrado No. 8, México, DGEP/FFyL/PUEG, Universidad sincretismo de género, el impacto de este sincretismo en la vida de
Nacional Autónoma de México, 2001, pp. 151-152. cada mujer y en particular en la autoestima, la relación entre las
4
La orfandad genérica es una categoría que caracteriza el impacto mujeres y la sobremodernidad, así como el particular sincretismo
de “ser mujer sin historia ligada al género, lo que produce un vacío feminista debido a la diversidad de las mujeres y a la diversidad de
en la subjetividad y es fuente de daños a la autoestima de las procesos feministas que constituyen a cada una y a los movimientos
mujeres”. Lagarde, Marcela, “Claves feministas para la autoestima y experiencias feministas. Lagarde, M. “Claves feministas…”.
de las mujeres”, en Cuadernos Inacabados No. 39, Madrid, Horas y 10
Franca Basaglia define filosóficamente a la mujer bajo dominio
HORAS, 2001, pp. 182-184. patriarcal como ser-para-otros y plantea que la condición opresiva
5
La idea y la categoría de feminicidio se deben a Jill Radford y radica en tres ejes fundamentales: la mujer como naturaleza, la mujer
Diana Russell (Femicide: the polítics of women killing, New York, cuerpo-para-otros y la mujer madre-sin-madre. Véase su libro Mujer,
Twayne publishers, 1992). El feminicidio remite “al conjunto de locura y sociedad, México, Universidad Autónoma de Puebla, 1983.
agresiones, daños y violencia contra las mujeres que incluso pueden 11
“La mismidad es la síntesis filosófica de la autoestima y la
conducir a la muerte”. La invisibilización, la ignorancia, la omisión autoidentidad, es la experiencia de afirmación de cada mujer en su
y las descalificaciones hostiles contra las mujeres y las creaciones de propia vida, en su cuerpo y su subjetividad, a través de sus poderes
las mujeres, además de ser una muerte simbólica, son parte de su vitales y sus libertades. Como experiencia filosófica, la mismidad se
exterminio político y cultural. Por eso, la crítica interna feminista y define por el ser-para-sí-misma.” Lagarde, M. “Claves femi-
el debate precisan desmarcarse de esa política misógina y contribuir nistas…”, pp. 194-195.
a demostrarla, al crear entre nosotras formas de reconocimiento dis- 12
Janet Saltzmnan realiza un análisis documentado, preciso y pro-
crepante/coincidente que contribuyan a la memoria histórica y a la fundo de la realción entre cambios sociales, cambios políticos, y
autoridad entre feministas. De hacerlo, lograremos contribuir a avances y retrocesos en las mujeres, y comprueba la magnitud de los
la acumulación de un capital histórico y cultural imprescindible para esfuerzos y las fuerzas antifeministas y su organización. En ese sen-
avanzar individual y colectivamente no sólo las feministas, sino cada tido considera que “…tanto por los éxitos [limitados] de las activis-
mujer y las mujeres como género. Las feministas necesitamos tas del movimiento, como por los problemas creados por el ritmo,
debatir críticamente y hacerlo de manera diferente para que seamos siempre desigual, del cambio social en los sistemas complejos, la
reconocidas por nuestra forma de disentir en el respeto y la valo- sociedad va disminuyendo su apoyo a la profundización de los cam-
ración que nos otorgamos unas a las otras, sin desmedro de nuestra bios del sistema de sexos. El activismo antifeminista organizado…
solidez y nuestra firmeza. con frecuencia acelera un declive de la presión pública y del entu-
6
El debate entre teóricas e ideólogas de las corrientes de la igual- siasmo de las elites por profundizar el cambio”. Véase Equidad y
dad y de la diferencia, ha permitido develar la necesidad de conjugar género: una teoría integrada de estabilidad y cambio, Madrid,
propuestas individuales y grupales en la elaboración feminista, y ha Cátedra, 1992, 274 p.
enriquecido el feminismo actual. Sin embargo, en ocasiones 13
Una visión histórica sobre los hitos políticos de los movimien-
adquiere la forma de un antagonismo hostil que oscurece aquello que tos que han impulsado el avance de las mujeres en la modernidad
se propone aclarar. Para consultar parte de este debate véanse por occidental, es la de Amelia Valcárcel en su trabajo “La memoria
ejemplo: Amorós, Celia, Feminismo: igualdad y diferencia, México, colectiva y los retos del feminismo” en Valcárcel, Renau y Romero,
PUEG, Universidad Nacional Autónoma de México, 1994. Rivera- Los desafíos del feminismo ante el siglo XXI, Sevilla, España,
Garretas, Ma. Milagros, El fraude la igualdad, Madrid, Planeta, Instituto Andaluz de la Mujer, 2000, pp. 19-55.
1977. Valcárcel, Amelia, “Del miedo a la igualdad”, en Crítica, 14
Plantear la ciudadanía de las mujeres conduce a confrontar la
Barcelona, España, 1993. igualdad igualitaria y homogeneizadora, y a replantearla en reco-
7
Me refiero al texto clásico de Rosso, Sottosopra, El final del nocimiento de la diferencia. Para Ana Rubio “La igualdad en la
patriarcado (ha ocurrido y no por casualidad), Italia, Librería de diferencia no sólo permite distinguir el plano normativo del plano de
Mujeres de Milán, 1996. La idea del final del patriarcado se entiende la efectividad, en la igualdad de derechos, también hace lógicamente
y extiende con la idea de que en la actualidad “…la oposición tradi- compatible el reconocimiento de iguales derechos fundamentales y
cional derecha/izquierda está perdiendo sentido en lo que se refiere diferentes garantías en atención a las diferencias de identidad. Así
a la política de las mujeres y, por tanto —a la larga—, a la política, como un debate respecto al catálogo de derechos fundamentales para
porque cada vez más la política es la política de las mujeres.” (p. 10) adecuarlo a las exigencias socioculturales y económicas”. Véase
8
“Hay misoginia en las relaciones entre las mujeres cuando nos “Feminismo y ciudadanía”, en Estudios No. 8, Sevilla, España,
descalificamos y enjuiciamos con la vara de medir de la sexualidad Instituto Andaluz de la Mujer, 1999, p.69.
o de cualquier deber, como buenas o malas, y cuando calificamos 15
Para enfrentar la real democracia parcial y su pacto cínico, sus-
como enfermas, inadecuadas o locas, a quienes no comprendemos… tentados en el cambio de paradigma, Elena Simón propone la
La misoginia está presente entre nosotras al obtener valor de la democracia vital como forma de convivencia basada en la filosofía
desvalorización de otras mujeres y al adquirir poderes apoyadas en del pacto de vida que se concreta en un pacto cívico y un compro-
su discriminación, su sometimiento o su eliminación”. Lagarde, miso ético. La democracia vital es integradora e implica diferentes
Marcela, “Identidad de género y derechos humanos”, en Guzmán, niveles que abarcan desde la persona individual y su necesario pacto
Laura y Gilda Pacheco (comps.) Estudios básicos en derechos intrapsíquico, hasta las relaciones intergenéricas y su pacto de perte-
Marcela Lagarde y de los Ríos