Contenido de Unidad 1: Acentuación: 1. El Acento
Contenido de Unidad 1: Acentuación: 1. El Acento
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1. El acento
Esa sílaba que recibe, la mayor intensidad de la voz es la acentuada o tónica, y la o las otras
que carecen de dicha energía articulatoria son llamadas inacentuadas o átonas. Por ejemplo, en
la palabra: pregunta, la sílaba acentuada, es “-gun”, porque es la que recibe el golpe de voz, es
decir, la mayor energía articulatoria, las otras dos: pre- y -ta, son inacentuadas o átonas.
El español al ser una lengua de acento libre debido a que la intensidad de voz (o sílaba tónica)
puede recaer en cualquier sílaba al interior de la palabra.
a) Función distintiva, gracias a que el acento puede recaer en la primera, segunda, tercera o
cuarta sílaba, tenemos palabras con funciones y significados distintos: hábito, habito, habitó. La
función del acento, en este caso, es llamada distintiva porque permite distinguir una de otras
palabras.
b) Función contrastiva, al interior de la palabra el acento recae en una sílaba determinada, esa
sílaba es llamada tónica, y contrasta con la otra u otros sílabas que no tienen el acento y que
son llamadas átonas. A esta manera de contrastar sílabas tónicas de las átonas, dentro de una
misma palabra, se la llama función contrastiva.
1.2. Clasificación de las palabras según donde cae el acento de voz. Según la posición de la
sílaba acentuada o tónica, es decir, según donde recae el acento de voz, las palabras
polisílabas se clasifican en: agudas, graves o llanas, esdrújulas, y sobresdrújulas.
b) Graves o llanas, las que llevan el acento de voz en la segunda: casa, árbol, soporte, etc.
c) Esdrújulas, las que llevan la intensidad de voz en la tercera sílaba: índice, máquina, médico,
etc.
Hay que diferenciar el acento fonológico (que se realiza en el acto del habla) y acento
ortográfico (que se realiza en la escritura) y representado con una tilde (´).
2. Sílaba
Se define a la sílaba como cada uno de los golpes de voz que realizamos al momento de
producir una palabra, es decir, las divisiones fonológicas en las que se segmenta una palabra en
la cadena hablada.
2.1. Estructura de la sílaba. La sílaba, al ser la primera unidad superior al fonema, ella abarca
uno o varios de ellos, donde, por lo menos, uno es vocálico.
Esta definición resalta que donde haya una vocal puede haber una sílaba, pero esto no significa
que la presencia de una vocal suponga siempre la existencia de una sílaba.
El Esbozo prescribe que el número de fonemas que componen una sílaba, en nuestro idioma,
varía de uno a seis. Por ejemplo, la palabra agriáis tiene dos sílabas: a – griáis, la primera sílaba
está estructurada con el fonema /a/ y la segunda tiene seis fonemas / g - r - i - á - i -s /.
El elemento fundamental de cualquier sílaba es siempre una vocal; por tanto, la vocal será
siempre núcleo silábico. Así: trompeta es una palabra que tiene tres sílabas: trom - pe - ta; el
núcleo de -trom es la vocal: o, de -pe: e y de –ta: a.
2.2. Sílabas tónicas y átonas. En una palabra polisílaba, no todas sus sílabas se pronuncian con
la misma intensidad de voz. La sílaba que soporta la mayor fuerza de voz se llama tónica y la o
las restantes son átonas.
Veamos con la palabra resumen (re- su –men); de la tres sílabas que conforman la palabra
resumen, la que lleva la mayor fuerza de voz es –su, ésa es la sílaba tónica y las otras –re y
-men, son átonas.
2.3. Clasificación de palabras según el número de sílabas. Conforme el número de sílaba, las
palabras se clasifican en: monosílabas, bisílabas, trisílabas, y polisílabas.
a) Monosílabas, las que tienen una sola sílaba: pez, sal, con, mar, luz, sed, etc.
b) Bisílabas, las que tienen dos sílabas: pluma, casa puerta, torta, etc.
c) Trisílabas, las que tienen tres sílabas: cuaderno, sílaba, caracol, etc.
d) Polisílabas, las que tienen más de tres sílabas: cigarrillo, agricultura, etc.
Sabemos ya que las palabras polisílabas en español se caracterizan porque una de las sílabas
soporta la mayor intensidad de voz, es decir, porque tienen una única sílaba tónica, la misma
puede estar en cualquier lugar, el comienzo, al medio, o al final, indistintamente.
Conforme a la clasificación de las palabras según donde cae el acento de voz en: agudas,
graves o llanas, esdrújulas y sobresdrújulas; se debe tomar en cuenta las siguientes reglas
generales de atildamiento.
3.1. Tilde en agudas. Ya sabemos que todas aquellas que llevan la fuerza de voz o sílaba tónica
en la primera sílaba, contando de derecha a izquierda, se llaman agudas: seriedad, sutil, reloj,
mandil, acentuar, mujer, etc.
Nota: No llevan tilde las palabras agudas terminadas en y (v. Esbozo p. 135).
3.2. Tilde en graves o llanas. Las que llevan la fuerza de voz o sílaba tónica en la segunda
sílaba, contando de derecha a izquierda, se llaman graves o llanas: significa, casa, profeta,
dosis, resumen, crisis, etc.
Las palabras graves o llanas llevan tilde cuando terminan en cualquier consonante,
que no sea: n, s o vocal.
alférez lápiz mármol
3.3. Tilde en esdrújulas. Aquellas que llevan la fuerza de voz en la tercera sílaba, contando de
derecha a izquierda, se llaman esdrújulas. Todas las esdrújulas llevan tilde sin excepción.
3.4. Tilde en sobresdrújulas. Son aquellas que llevan la sílaba tónica en la cuarta sílaba,
contando de derecha a izquierda. Todas las palabras sobreesdrújulas llevan tilde sin excepción.
4.1. Palabras homófonas. En nuestra lengua hay vocablos que se pronuncian y se escriben del
mismo modo, pero tienen significado y función diferente, son
las palabras llamadas homófonas (igual sonido), por ejemplo: dé (del verbo dar),
y de (preposición).
Es en estos casos de homofonía se aplica el acento diacrítico para distinguirlas unas de otras
palabras. Este procedimiento hace con que diferenciemos unas palabras homófonas átonas y
las otras tónicas, porque en la escritura solo se coloca la tilde sobre la voz tónica.
Para el estudio del acento diacrítico, en palabras homófonas, se ha establecido dos grupos de
palabras con características similares: en ciertas monosílabas y en palabras interrogativas.
sé: del verbo saber. Sé tocar el piano desde hace mucho tiempo.
Lo mismo sucede con los demostrativos desde las normas académicas de 1959, la obligación
de la tilde ya no existe para los pronombres demostrativos. La Academia en sus Diccionarios y
Esbozo de una Nueva Gramática, escribe todos ellos sin tilde.
4.3. Diacrítico en palabras interrogativas. Las palabras: qué, cuál, cuánto, cuándo, cómo,
dónde, adónde, quién por qué, porqué, que introducen oraciones interrogativas o exclamativas,
llevan siempre acento diacrítico o tilde. Pero, a estas mismas palabras, no se les aplica tilde
cuando carecen de dicha función.
a) Qué/ Que.
Pronombre relativo, encabeza las oraciones llamadas adjetivos de relativo. Con esta forma
abarca los géneros masculino y femenino, así como los números singular y plural; con el
artículo forma el relativo compuesto (el que, la que, los que, las que, lo que): El
muchacho que entró al curso, es mi vecino.
b) Cuál/ Cual (y sus plurales).
Cual (es). No se atilda cuando funciona como pronombre relativo y encabeza una oración
adjetiva.
Cuanto (a, os, as), No se tilda cuando desempeña la función de adverbio o pronombre relativo.
- Adverbio, en oraciones subordinas, en correlación con (tanto y tan y agrupado con más,
menos, mayor y menor): Te daré cuanto tengo. Cuanto mayor energía positiva, más se puede
avanzar.
Pronombre relativo, con el valor de (todos los que, todas las que). Fueron
inútiles cuantas observaciones se le hicieron. Cuantos le oían le admiraban.
d) Cuándo/ Cuando.
e) Cómo/ Como.
f) Dónde/ Donde.
Donde. No se atilda cuando cumple la función de adverbio relativo de lugar (con el sentido: en
que, en el que, el que, lo que, en el sitio donde, en el lugar donde).
- Adonde, Se escribe junto, formando una sola palabra y sin tilde, cuando se expresa el
antecedente: En el lugar adonde nos dirigimos.
- A donde, Se escribe separado y sin tilde, si el antecedente no se expresa: Nos dirigimos a
donde están ellos. - Iré a donde tú quieras.
Quien (es). No se atilda cuando funciona como pronombre relativo y encabeza una oración
subordinada adjetiva (referido a personas equivale a: a que, el que, la que y a veces, al cual y
sus variantes).
Pronombre relativo, se lo reconoce porque puede substituirse por: el que, el cual, los cuales, las
cuales: La persona en quien piensas no es confiable. Los alumnos a quienes se citó no se
presentaron. Mi padre a quien respeto. Quien mal anda, mal acaba.
j) Porqué/ porque:
Porqué, Lleva tilde cuando está en calidad de sustantivo común y se lo reconoce porque,
generalmente, va acompañado de un artículo.
Haya dos clases de hiato: uno de vocal cerrada + abierta o abierta + cerrada; y otro de dos
vocales abiertas.
5.1. Hiato de vocal cerrada. Es aquel que está conformado por una vocal abierta + una cerrada
o viceversa, pero donde la mayor energía articulatoria o acento de voz está en la vocal
cerrada: Raúl, reía, tía, etc.
5.2. Hiato de vocales abiertas, Es aquel que está conformado por dos vocales abiertas, el
acento de voz puede recaer en cualquiera de las vocales indistintamente: recaer, tarea, caos.
1º. Cuando en una palabra concurren dos vocales contiguas de la serie /a, e, o/, se escriben en
sílabas separadas, porque cada una de ellas constituya núcleo silábico diferente:
2º. Las vocales contiguas están también en hiato, cuando una de la serie /i, u/ lleva el acento
de intensidad (tónica) y la otra vocal, de la serie/ a, e, o/ es abierta (átona):
Observe que la tilde se coloca en la vocal cerrada para destacar que se pronuncian ambas
vocales en sílabas separadas. El acento hiático no sigue las reglas generales de atildamiento,
de ahí que llevan tilde: Saúl, María, transeúnte, etc.
-
búho : bú – ho
ahogado : a- ho- ga- do
El fonema /i/ cuando constituye por sí solo palabra se escribe y: María y José. También se
escribe y cuando va en posición final de palabra siguiendo a otra vocal con la que forma
sílaba: hoy, doy, soy, muy, ley, etc. En cambio, no se pone y sino, i, cuando el fonema /i/ forma
sílaba independiente, en: ahí, caí, oí, reí, etc.
-
5.3. Atildamiento de palabras con hiato. Si al interior de la palabra, dos vocales están en hiato,
estos vocablos se rigen por las siguientes normas de atildamiento.
a) Hiato de vocal cerrada, si una palabra está formada por una vocal cerrada tónica: í, ú, más
una vocal abierta átona: a, e, o, y viceversa como en: alegría, baúl, búho, caída, cahíz, cardíaco,
freír, filosofía, gradúe, policía, moría, llevarían, poderío, período, Raúl. Esta llevará siempre tilde.
b) Hiato de vocales abiertas, si una palabra está formada por dos vocales abiertas, como
en: caer, cráneo, línea, peor, petróleo, teatro, rehén. Estas palabras acatan las normas generales
de atildamiento.
Diptongo. Es el encuentro de dos vocales contiguas al interior de una palabra que se pronuncia
en un solo golpe de voz y conforma una sílaba o parte de ella. Para que se forme el diptongo, es
necesario que una de las vocales de la serie /i, u/ aparezcan combinadas entre sí: viuda,
cuidado, etc. o se hallen en contacto con una vocal de la serie /a, e, o/: dueña, pionera, agua etc.
El requisito fundamental para que haya diptongo es, que la vocal abierta (a, e, o) presente la
mayor abertura, la mayor energía articulatoria, o fuerza de voz y constituye el núcleo
silábico: aire, labio, auto, bailarín, deuda, etc. En cambio, los diptongos de vocales cerradas (u,i)
como en: ciudad, ruido cualquiera de ellas puede recibir el acento o intensidad de voz.
6.1. Diptongos crecientes. Son los que empiezan con una vocal cerrada seguidos de una
vocal abierta, es decir, que la vocal que forma el núcleo silábico está situada en posición
secundaria, por lo que los órganos articulatorios, se desplazan desde una posición cerrada a
una abierta: sucia, diente, ruido, antiguo, etc. La vocal cerrada recibe el nombre de
semiconsonante, y ocupa una posición silábica pre-nuclear.
Observe que en radio, la primera vocal del diptongo /io/ es la vocal cerrada /i/, está ubicada en
posición pre-nuclear, por ello se lo llama semiconsonante; la segunda vocal es /o/ y es el
núcleo. Por tanto, el movimiento articulatorio va del cierre a la abertura, por eso el diptongo es
creciente (>) (semiconsonante + vocal). En español se conocen ocho diptongos crecientes:
ia: hacia ua: guarda
ie: tiene ue: muerte
io: labio ui: ruido
iu: viuda uo: arduo
Nota: Si se asocian dos vocales cerradas /i, u/ como en: triunfo viuda, cuidado, ruido; una de
ellas la primera, se cierra y se acota más, y el segundo elemento se hace más perceptible, es
por ello que pasan a ser diptongos crecientes.
Las palabras anteriores son llanas que terminan en vocal, por ello no llevan tilde. Pero, si el
diptongo se situara en la antepenúltima sílaba pasa a ser una palabra esdrújula: casuístico,
cuídalo, huíamos, en esos casos sí. (v. Esbozo p. 138).
Lo mismo sucede con las palabras aguda benjuí. Como es aguda se acentúa (uì). La academia
prescribe que ambas vocales (u/i) no sean separadas nunca en la escritura, por constituir
diptongo.
Pero, hay unas palabras que histórica y tradicionalmente se pronuncian manteniendo la u y
la i en las sílabas separadas: huir, huida, hui. Se las debe pronunciar como si estuviesen en
diferentes sílabas, pero no se las puede separar al momento de escribirlas.
Si el diptongo es: ui, iu, la tilde se coloca sobre la última vocal. Esto sólo ocurre en las palabras
agudas o esdrújulas que contenga diptongo.
6.2. Diptongos decrecientes. En los diptongos decrecientes la vocal que forma el núcleo
silábico está situada en primera posición, por lo que los órganos articulatorios se desplazan de
una posición abierta a una cerrada: traiga, seis, boina, deuda, etc. La vocal más cerrada recibe,
en este caso, el nombre de semivocal y ocupa una posición silábica posnuclear.
En la palabra cauce, la primera vocal del diptongo es abierta y está en posición nuclear porque
lleva la intensidad de la voz; en cambio, la segunda es cerrada y está en posición posnuclear
llamada también semivocal. El movimiento de los órganos va de la abertura al cierre (>). El
diptongo es decreciente (vocal + semivocal). Existen seis diptongos decrecientes:
ai: aire au: causa
ei: peine eu: feudo
oi: soy ou: bou
Los sonidos: gue, gui; que, qui; no se consideran diptongos porque en estos casos la letra u es
muda (no representa ningún fonema):
gue- rra que- ri- do
Pero, cuando la u deja de ser muda como en las sílabas: güe, güi; entonces sí forman diptongo,
poniendo sobre la u el signo ortográfico (…), llamado diéresis:
iai: cambiáis uai: amortiguáis
iei: limpiéis uei: averigüéis
Es condición necesaria, en cualquier triptongo, que la vocal central sea de la serie abierta y lleve
la intensidad de la voz para que sea el núcleo silábico; las otras dos vocales serán
semiconsonante o semivocal, según vayan situadas antes o después del núcleo. Así en: buey, la
vocal cerrada u es la semiconsonante porque está en posición pre-nuclear, la vocal e el núcleo
silábico, pues lleva la intensidad de la voz, por último la vocal cerrada y es la semivocal porque
está en posición posnuclear.
Nota: El triptongo no se separa en sílabas diferentes por constituir por sí solo sílaba o parte de
ella: averiguáis: a- ve- ri- guáis.
7.1. Atildamiento de palabras con diptongo y triptongo.- Las palabras que contienen diptongo
y triptongo acatan las reglas generales de atildamiento.
Atildamiento de compuestas con verbo más pronombres átonos. Las palabras compuestas por
un verbo + los pronombres átonos: me, te, se, nos, os, lo, la, los, las, le, les, adheridos, formando
con él una sola palabra: escúchalo, tómala, cómpraselas, etc. Acatan las siguientes reglas de
atildamiento.
a) Si un verbo monosílabo o no en su forma simple lleva tilde al aumentarle un pronombre
átono, se mantiene la tilde.
b) Si el verbo monosílabo en su forma simple no tiene tilde, al aumentarle un pronombre átono,
forma una palabra compuesta, este tampoco se atilda.
da + me = dame
ir + se = irse
c) Si a un verbo monosílabo se le aumentan dos pronombres átonos, forma una palabra
esdrújula, esta lleva tilde.
di + me + lo = dímelo
d) Si a un verbo que está en el gerundio se le aumenta uno o dos pronombres átonos, formará
una palabra esdrújula o sobresdrújula, esta lleva tilde.
e) Si a un verbo que está en el imperativo, se le aumenta uno o dos pronombres átonos, formará
una palabra esdrújula o sobresdrújula, esta llevará tilde.
comunique + se + lo = comuníqueselo
amar + te = amarte
decir + le = decirle
Entre los estudios gramaticales de la lengua española, hay una gran mayoría de tratadistas que
explican el campo de la morfología como la rama de la lingüística que estudia la forma de las
palabras, sus variaciones y derivaciones, es decir, su estructura gramatical; por ello, esta
disciplina tiene como centro de estudios los morfemas que conforman las palabras.
Al estudiar la forma de las palabras, la morfología analiza el conjunto de morfemas que las
conforman y, sus reglas de combinación en las mismas. En este sentido, la morfología
responde a las preguntas, ¿cuáles son los componentes mínimos significativos de las
palabras? y ¿cómo están combinados esos componentes al interior de cada una de ellas?
1. Morfología
1.1. Morfemas.
Los morfemas han sido definidos como: “unidades mínimas significativas que componen las
palabras”. Este concepto de morfema fue introducido por I. A. Boudoin de COURTENAY como
un concepto unificador de los conceptos particulares de lexema, prefijo y sufijo.
Desde el punto de vista de su distribución en la cadena del habla, los morfemas son de dos
clases: lexemas, prefijos y sufijos, estos dos últimos también denominados afijos.
Morfemas
1.3. Lexema
También llamado raíz, es la parte común a todas las palabras afines, este morfema es el centro
de la expresión y de la formación del significado léxico de la palabra porque constituye el
núcleo semántico de la misma.
Los lexemas pertenecen a las clases llamadas abiertas porque hacen parte de un inventario
ilimitado ya que son infinitos. Ellos no existen, en realidad, de un modo aislado, sino que tiene
relación de dependencia con los afijos que lo rodean.
Por ejemplo, si agrupamos: blanco, blancas, blancura, blancote, blanquear, etc. Se puede
advertir desde el principio que el lexema blanc- (que significa ausencia de color) está presente
en las distintas palabras, ya que aparece como parte común en los vocablos afines; este
morfema es el que lleva el peso de la significación léxica, por ello se lo denomina lexema o raíz.
Hay que hacer notar que no todas las palabras constan de un lexema o raíz, por ejemplo: hasta,
por, que, etc.
Los afijos no poseen significado léxico independiente; no pueden existir sin la presencia del
lexema o raíz. Su significado puede ser gramatical derivativa (formadores de palabras,
derivativas) o gramaticales propiamente dichas (indicadores de género y número). Según el
lugar que ocupan en la palabra los afijos se clasifican en: prefijos, sufijos, infijos. Este último no
es motivo de estudio en este tema porque son morfemas carentes de significación.
Significativos.
Prefijo Significado Ejemplo
Raíces
vice-, vi-, viz- : en lugar de, en vez de vicepresidente, virrey
2. Sufijos
Son morfemas que aparecen en la palabra después del lexema o raíz, y se consideran afijos
formadores de palabras. Se caracterizan porque ellos van presos o trabados en los sustantivos,
adjetivos, verbos y adverbios.
Sufijos Significativos de
sustantivos
-aje. Forma sustantivos, en unos casos expresa acción: abordaje, en otras, significa
conjunto: plumaje.
-ambre. Forma sustantivos que indican abundancia: enjambre,
-anza. Forma sustantivos que derivan de verbos. En unos casos indica acción y
efecto: matanza, en otros señala cualidad: añoranza.
-azo/a. Forma sustantivos, en su mayoría son derivados de otros sustantivos. Expresa
golpe: Flechazo. En cambio, en forma femenina -aza, generalmente, connota un valor
aumentativo a veces con sentido despectivo: bocaza.
-ción. Forma sustantivos que derivan de verbos. En ciertos sustantivos presenta las
variantes [-ación, -ición, -oción –ución], según que el verbo base sea de la primera,
segunda o tercera conjugación. En unos casos expresa acción y efecto: producción, y en
otros, objeto: habitación.
Por cuestiones ortográficas, el sufijo –ción, y sus variantes se escribe con la letra “s”,
pero siempre mantendrá su significado: agresión.
-dad. Forma sustantivos abstractos derivados de adjetivos. Presenta las variantes [–
edad, -idad]. Significa cualidad: actividad, ansiedad, agilidad.
-dura. Forma sustantivos derivados de verbos. Presenta las variantes [-adura, -edura,
–idura], según que el verbo base sea de la primera, segunda o tercera conjugación.
Significa acción y efecto: soldadura, en otros casos denota objeto: cerradura.
-eda/o. Forma sustantivos colectivos, en general derivados de nombres de árboles o
plantas, y designa el lugar en que abunda el primitivo: rosaleda.
-ento/a. Forma sustantivos derivados de verbos. Significa “que ejecuta la
acción”: pegamento.
-erío/a. Forma sustantivos señala el local donde se ejerce: brujería; en otros casos,
sobre todos cuando aparece –erío, indica pluralidad o colectividad casi siempre de
signo peyorativo: griterío.
-erio. Forma sustantivos derivados de otros sustantivos. Indica lugar: ministerio.
-ez. Forma sustantivos abstractos femeninos, designa la cualidad expresada por el
adjetivo del que deriva: honradez.
-eza. Forma sustantivos abstractos femeninos. Indica la cualidad expresada por el
adjetivo del que deriva: pureza.
-ia. Forma sustantivos femeninos, generalmente, abstractos: eficacia. Aparece
también en nombres propios de personas como de ciudades, territorios y
naciones: Alemania.
-ía. Forma sustantivos derivados de adjetivos o de sustantivos. En unos casos suele
indicar, estado de ánimo: valentía. Los derivados de sustantivos expresan, en general,
lugar donde se ejerce: cancillería.
-ío. Forma sustantivos con el significado conjunto: gentío.
-ismo. Forma numerosos términos científicos. Significa doctrina: capitalismo; escuela
o movimiento: atletismo.
-itis. Forma sustantivos. Significa inflamación: faringitis.
-mento/a. Forma, frecuentemente, nombres concretos. Presenta las variantes [-
amento/a, -imento/a]. Puede significar acción y efecto: juramento; en otros casos
conjunto: reglamento.
-miento. Forma sustantivos derivados de verbos. Presenta las variantes [-amiento,
-imiento]. Suele significar acción y efecto: aburrimiento, estacionamiento.
-ncia. Forma sustantivos femeninos abstractos, de significado muy variado. Presenta
las variantes [–ancia, -encia]: En su mayoría pasa a significar cualidad: arrogancia,
adolescencia.
-o/-a. Forma sustantivos que designan las plantas o sus frutos: banano/ banana.
-oma. Forma sustantivos. La patología lo ha tomado como nuevo sufijo con el
significado de tumor o de otras alteraciones: hematoma.
-ud. Forma sustantivos. Presenta las variantes [-tud, -itud]. Significa cualidad: altitud,
juventud.
-umbre. Forma sustantivos, significa relacionado con. Presenta la variante [–
dumbre]: costumbre, servidumbre.
-ura. Forma sustantivos derivados de verbos o de adjetivos. Los derivados de verbos
pueden significar acción: apretura; o cosas concretas: escultura, abertura y los
derivados de adjetivos suelen denotar cualidad relacionada con la palabra de la que
deriva: ternura.
Sufijos significativos de
adjetivos
-a. Forma adjetivos gentilicios, significado natural de: belga.
-aco/a. Forma adjetivos gentilicios, significado natural de: austriaco.
-áneo/a. Forma adjetivos que indican relación o pertenencia: contemporáneo.
-átil. Forma adjetivos. Indica, entre otros matices, posibilidad (que puede
ser): bursátil.
-ble. Forma adjetivos casi siempre derivados verbales. Presenta las variantes [-able,
-ible]. Indica posibilidad (que puede ser): agradable, bebible, comible.
-e. Forma adjetivos gentilicios, significado natural de: árabe.
-ense. Forma adjetivos gentilicios, significado natural de: estadounidense; en otros,
relación o pertenencia: circense. Presenta la variante [-iense]
-eño/a. Forma adjetivos gentilicios con el significado natural de: madrileño. En otros
casos, significa hecho de, relacionado con: navideño.
-és/a. Forma adjetivos gentilicios con el significado natural de: albanés; en otros casos,
significa relacionado con: descortés.
-í. Forma adjetivos gentilicios con el significado natural de: iraní, israelí.
-iento/a. Forma adjetivos. Indica condición (que posee lo designado por la
raíz): amarillento, calenturiento, hambriento.
-il. Forma adjetivos, indica relación, pertenencia: ágil, débil, dócil.
-nte. Forma adjetivos que derivan de verbos. Significa que ejecuta la acción expresada
por la base: Presenta las variantes [-ante, -ente, -iente], cuando el verbo base es de la
primera, la segunda, o tercera conjugación: Amante, influyente, paciente.
-o/a. Forma adjetivos gentilicios, significado natural de: argentino, búlgaro.
-ol/a. Forma adjetivos gentilicios, significado natural de: español, mongol.
-ón/a. Forma adjetivos gentilicios, significado natural de: anglosajón, nipón, sajón.
-oso/a. Forma adjetivos que derivan de sustantivos o de verbos, significado abundancia
de lo significado por la base: amoroso. En la nomenclatura química, designa
compuestos en los que el elemento principal actúa con la valencia mínima: aceitoso.
-ú. Forma adjetivos gentilicios, significado natural de: hindú, vudú, zulú.
-udo. Forma adjetivos derivados de sustantivos, indica abundancia, (intensifica lo
significado por la raíz): barbudo, bigotudo, petacudo.
-uz. Forma adjetivos gentilicios, significado natural de: andaluz.
Sufijos significativos de
verbos en el infinitivo
Los sufijos significativos de verbos en el infinitivo se presentan bajo las formas: -ar, -er,
-ir. Estos morfemas aparecen tanto en los verbos regulares como en los irregulares y
sirven para indicar que el verbo no está conjugado
-ar. Este sufijo, forma los verbos de la 1era. conjugación como: cantar. Presenta
variantes [-ear, -izar, -ificar]: bromear, evangelizar, electrificar.
-er. Este sufijo, forma los verbos de la 2da. conjugación como: tener. Presenta
variantes [-cer, -ecer]: hacer, adormecer.
-ir. Este sufijo forma verbos de la 3era. conjugación como: salir. Presenta
variantes [-eir, -gir, -luir]: freír, elegir, diluir.
Hay sufijos verbales que, de forma general, denotan desprecio o burla: orrear,
-urrear: chismorrear, canturrear; -otear: gimotear, bailotear; -uquear: besuquear.
Sufijos significativos de verbos
en gerundio
-ado/-ido. Los sufijos significativos de verbos en el participio se presentan bajo las
formas invariables –ado, -ido, para indicar que está formando el participio del verbo. En
cambio, se presentan como formas variables cuando forma los adjetivos.
Los sufijos -ado/ -ido, cuando están como participio del verbo, se los reconoce porque
son palabras invariables van acompañados del verbo haber para formar las formas
compuestas del sistema verbal español; he ganado, había vendido, haya bailado, etc. En
este caso, es también llamada forma no personal del verbo.
En cambio, los sufijos –ado/ -ido, cuando están formando los adjetivos, ahí aparecen
como palabras variables y están al lado de un sustantivo o de cualquier otro
verbo: amado/ amada, dormido/ dormida, bebido/ venida, etc.
Sufijo significativo de
adverbios
-mente. Este sufijo significativo, significa: de manera y forma adverbios a partir de los
adjetivos. Esto sucede cuando se le aumenta el sufijo -mente a un adjetivo lo convierte
inmediatamente en adverbio: ágilmente, hábilmente. etc.
Sufijos apreciativos
Indican una apreciación subjetiva de la persona que los utiliza. Ellos aparecen en los
nombres o sustantivos para denotar mayor o menor tamaño, afecto o desprecio, e
intensidad en los adjetivos.
Hacen parte de los sufijos apreciativos los: diminutivos, aumentativos, despectivos,
superlativos.
a) Sufijos diminutivos. Forman los sustantivos y adjetivos, estos morfemas se
posponen al lexema o raíz de la palabra con la finalidad de modificar su significación en
el sentido de pequeño o menor tamaño. Pero, en ciertos contextos connotan cariño o
desprecio.
Los sufijos diminutivos de nombres y adjetivos son: -ito/a, -illo/a, -ico/a, -ín/a, -ingo/a,
-uelo/a.
-ito/a. Tiene valor diminutivo o afectivo. Presentan las variantes [–cito, -ecito,
-ececito]: agachadita, agüita, tirita.
Nota: En mineralogía y en química, forma nombres de minerales: grafito, magnetita,
pirita, dinamita.
-illo/a. Tiene valor diminutivo o afectivo. Presentan las variantes [-cillo, -ecillo,
-ececillo]: aceitunilla, bastoncillo, cabecilla, camilla, pasillo.
-ico/a. Tiene valor diminutivo o afectivo. Presentan las variantes [-cico, -ecico,
-ececico]: barrica, besico, cieguecico, cubico, gatico, huevecico, pequeñico.
-in/a Tiene valor diminutivos y despectivos. Presenta las variantes [-cín, -ecín, -ececín].
En otros casos, a partir de infinitos denota agente: andarín, bailarín.
-ingo/a. Pospuesto a los adjetivos y sustantivos, con valor diminutivo o
afectivo: boningo, bichingo, casinga.
-uelo/a. Tiene el valor diminutivo. Presenta las variantes [-zuelo, -ezuelo, -ecezuelo]. Algunas
de palabras formadas con estos sufijos tienen valor despectivo: arroyuelo, brazuelo, pecezuelo.
Sufijos Raíces
Sufijos Flexivos
3. Familia de palabras
Tanto los prefijos como los sufijos cuando están unidos a los lexemas, tienen una función
derivativa, sirven básicamente para formar nuevas palabras y constituir, en consecuencia; lo
que corrientemente se denomina: familia de palabras.
4. La Palabra
“Se define a la palabra como: Una unidad lingüística autónoma, tanto del punto de vista de su
forma, de su función y de su significado; susceptible de ser aislada mediante pausas, tanto en
el plano oral como en el escrito”[1]. Por ejemplo: agua, color, yo, café, feliz, sombrero, etc.
4.1. Clasificación
Existen diversas clasificaciones de las palabras, depende del nivel lingüístico en el que nos
situemos.
Clasificación fonética-fonológica
Desde el punto de vista fónico, se hace una doble clasificación de las palabras: Por un lado, se
las clasifica como: tónicas y átonas. Y por el otro,
en: agudas, graves, esdrújulas y sobresdrújulas.
a) Usando como base el acento de voz en la cadena del habla las palabras tónicas serían
aquellas que, en la cadena del habla, tienen la intensidad de voz.
b) Las átonas, en cambio, no tienen autonomía fónica porque se apoyan en las tónicas. Sin
embargo, a este concepto se lo observa la dificultad de reconocer en el discurso una palabra
átona.
Por otro lado, la sílaba que lleva la mayor energía articulatoria (el acento de voz) puede ocupar
distintas posiciones en la palabra, por ejemplo: término, termino, terminó. Al colocar el acento
en sílabas diferentes, se producen palabras con sentido y funciones distintas, como vimos en
los vocablos anteriormente mencionado, de ahí que nace la clasificación en:
b) Graves, las que llevan la fuerza de voz en la segunda sílaba: casa, lápiz, plano, unidades.
c) Esdrújulas, son las que llevan la fuerza de voz en la tercera sílaba: héroe sílaba, plátano.
Conforme su estructura morfológica y su forma que presentan las palabras, se hace una triple
clasificación de ellas, en: 1) Variables e invariables, 2) Monomorfemáticas y polimorfemáticas,
3) Simples, derivadas, compuestas y parasintéticas.
a) Variables, son las que aceptan modificaciones al interior de su estructura, tanto de género
como de número, es decir, aquellas susceptibles de cambiar porque pueden ir acompañadas de
afijos (prefijo o sufijos) a su alrededor.
Estas palabras se caracterizan porque tienen un elemento formal constante (el lexema o raíz) y
otro u otros afijos (prefijos o sufijos). Por ejemplo: azul, es variable porque puedo decir, azules,
azulado, etc. Son consideradas palabras variables los sustantivos, adjetivos, verbos artículos y
la mayoría de los pronombres.
a) Simples, son las palabras que tienen sentido comunicativo por sí solas, sin que
necesariamente, estén acompañadas de prefijos o sufijos, se las llama simples porque están
formadas por una palabra sin morfemas derivados, pero son susceptibles de ser génesis de
otros: agua, azúcar, carpeta, color, calle, carne, látigo, mar, mármol, mártir, mes, pizarra, plan, pez,
sol, etc.
b) Derivadas, son palabras que aglutinan afijos en su alrededor donde, por lo menos, uno de
los elementos (prefijo o sufijo), no es susceptible de ser empleado en forma independiente. Es
decir, se da el fenómeno de la derivación cuando a una palabra simple o a un lexema, se le
añade un afijo. La estructura de las palabras derivadas puede darse de dos maneras: Una
palabra simple más un afijo o Un lexema más un afijo.
d) Parasintética. Se llaman palabras parasintéticas a aquellos nuevos vocablos que se han
formado a partir del uso simultáneo de la composición y derivación, o de la prefijación y de la
sufijación. Ellas están estructuradas de dos maneras: 1) una palabra compuesta + un
sufijo: automovilista, cuentacorrentista, narcotraficante. 2) prefijo + palabra simple + un
sufijo: anaranjado, aprisionar, endulzar.
Desde el punto de vista semántico, el lingüista, Ullmann[1], considera a las palabras como
verdaderas unidades semánticas, vale decir, que palabra sería aquella unidad lingüística que
porta significado. Tomando en consideración esta definición, es decir, por su significado las
palabras se clasifican en: monosémicas, polisémicas, homónimas, parónimas, sinónimas,
antónimas e hiperónimas.
b) Polisémicas, bajo la misma forma una palabra puede contener varios significados: sierra.
c) Homónimas, igual forma, igual producción, pero distinto significado: (Lima / lima). Las
homónimas pueden ser:
Clasificación sintáctica.
Por su forma y el papel que desempeñan en la oración, es decir, por su función gramatical, las
palabras se clasifican en: nombres o sustantivos, adjetivos, pronombres, verbo, adverbio,
preposición, conjunción, artículo
Contenido Unidad 3: El sustantivo
1. Definición
El sustantivo, también conocido como nombre, es una categoría gramatical (clase de palabra)
que sirve para denominar a las personas, animales y cosas concretas o ideas abstractas; son
unidades de pensamiento autónomas que reciben directamente la acción del verbo admitiendo
acompañantes (artículos, adjetivos calificativos u otros determinantes) que concuerdan con él
en género y número.
El sustantivo al ser una palabra variable está sujeta a modificaciones en su forma, es decir, es
susceptible de aceptar modificaciones al interior de su estructura; es por esta razón que al
lexema gat-, (de la palabra gato) se le puede anexar el morfema sufijo diminutivo –ito, o el
aumentativo –azo, resultando: gatito, gatazo.
Sin embargo, no todo sustantivo está dotado de un lexema, porque hay sustantivos carentes de
él. Por ejemplo: ají, pared, sol, etc.; estos vocablos no portan lexema, pero sí son palabras
variables puesto que se puede decir, ajíes, paredes, solazo, etc.
1. Definición
Estos sustantivos tienen sentido comunicativo por sí solos, sin que necesariamente estén
acompañados de prefijos o sufijos. Ellos no preceden de otros sustantivos del español. Se los
llama también primitivos porque están formados por una palabra sin morfemas derivativos,
pero son susceptibles de ser génesis de otros: agua, azúcar, carpeta, color, calle, carne, débil,
látigo, mar, mármol, mártir, mes, pie, pizarra, plan, pez, sol, etc.
Derivados.
Son palabras que aglutinan afijos en su alrededor donde, por lo menos, uno de sus elementos
(prefijo o sufijo), no es susceptible de ser empleado en forma independiente. En otras palabras,
se da el fenómeno de la derivación cuando se añade a una palabra simple o a su lexema un
afijo.
La estructura de las palabras derivadas puede darse de dos maneras: 1) una palabra simple
más un afijo: mar/ marina, marinero; pizarra /pizarrón, látigo / latigazo, azúcar /azucarera; 2) un
lexema más un afijo: cuchillo/ cuchillada, rosa /rosal.
Compuestas.
En nuestra lengua, los nombres o sustantivos compuestos, se forman en la base de: a) dos
sustantivos: baloncesto, b) adjetivo + sustantivo: altavoz, c) sustantivo + adjetivo:
padrenuestro, d) verbo + sustantivo: lavaplatos, e) adverbio + sustantivo: malhumor, f)
preposición + sustantivo: parasol, g) prefijo + sufijo culto: autobús, h) frases enteras: vaivén,
b) Aposición (Apos.), es el término que sirve para explicar, aclarar o especificar algo del núcleo
del SN.
c) Vocativo, (Voc.), el nombre o sustantivo se encuentra en vocativo cuando se lo utiliza para
invocar o llamar a alguien, es como una especie de reiteración del sujeto de la oración. En el
lenguaje escrito va entre comas, en otros casos puede ir aislado fuera de todo enunciado. El
vocativo siempre aparece en enunciados u oraciones exclamativas.
a) Complemento directo. (CD), el sustantivo está en esta función cuando recibe directamente
la acción verbal. El complemento directo es aquel que está exigido por el verbo y completa su
significado al designar la entidad que afecta directamente la acción verbal. Generalmente, se
construye sin preposición.
El complemento directo puede sustituirse y a veces co-aparecer, con los pronombres átonos
(que en tercera persona adoptan las formas: lo, los, la, las). Algunos estudiantes los lanzaban
en la marcha. La esperaba a mi madre.
Complemento del verbo exigido o no por el significado de éste; expresa las circunstancias de
lugar, tiempo, modo, instrumento, medio, causa, finalidad, cantidad, etc., relacionadas con la
acción verbal: Trabajo en un banco. Amanece a las cinco.
a) Atributo (Atrib.), atribuye una cualidad al núcleo (o sujeto) del SN, y concuerda con éste en
género y número. Normalmente, esta función la desempeña un adjetivo, pero en algunos casos,
el sustantivo también puede ejercer esta función.
c) Complemento Agente, (C.A.), aparece únicamente en oraciones en voz pasiva y siempre está
acompañado de la palabra “por” para indicar la persona, animal o cosa que realiza la acción
denotada por el verbo.
En este ejemplo, el sujeto paciente es La carretera y padece la acción de ser destruid, la que
ejecuta el complemento agente la lluvia.
2.2. Sustantivación
Por ejemplo, El azul de tus ojos me encanta. El adjetivo azul está antecedido por el artículo “El”,
en estos casos, se dice que se ha sustantivado ya que lo ha desplazado y está ejerciendo
funciones propias de éste. En la oración cualquier palabra: adjetivo, verbo, adverbio, etc., puede
sustantivarse y ejercer las funciones de él
4. Clasificación semántica
Según ciertos rasgos semánticos que son inherentes a su significado, vale decir, a su
contenido, los sustantivos se encargan de designar a un ser animado u objeto
inanimado: hombre/ lápiz; o también, real / irreal, mujer/ bondad.
Los sustantivos se clasifican en base a una oposición semántica que existe entre ellos
en: animados/animados; concretos/abstractos; comunes/propios; colectivos /individuales.
Animados/ Inanimados.
Los primeros (animados) se refieren a seres que tienen vida como: piloto, gusano, niño, etc., en
cuanto los segundos (los inanimados) designan a objetos o ideas como: cuchillo, mechero,
concepto, etc.
Concretos/ Abstractos.
Los concretos designan seres u objetos perceptibles, reales o palpables al sentido del
tacto: mesa, hombre, árbol, estrella. En el caso de los abstractos, el referente sólo existe en
nuestra mente. Suelen aludir a cualidades como consecuencia de un proceso de abstracción
mental: bondad, calidez, pensamiento, etc.
Hay que aclarar que, muchos sustantivos son difíciles de clasificar como abstractos o
concretos: viento, semana, luz, etc.
Comunes/ Propios.
En el caso de los comunes, éste expresa los rasgos semánticos comunes a todos los
miembros de su especie: cuadro, tierra, hojas, nariz, etc. Y tienen mayor posibilidad de flexión
de género y número, que los propios. Dada sus características semánticas abundan, en torno a
cada uno de ellos las connotaciones, así si decimos. Hoja, podemos pensar en la hoja de un
árbol, como también de un en la hoja de papel, pues ambas tienes cosas en común.
En cambio, los propios designan el nombre particular de personas, ciudades, montañas,
países: Mario, Amazonas, Venus. Los propios son individualizadores y están subdivididos
en: topónimos y antropónimos.
a) Topónimos, son los nombres propios de los lugares: Santa Cruz, Madrid, Montero, etc.
Tanto los topónimos como los antropónimos, salvo excepciones, no suelen ir acompañado de
los artículos, a diferencia de los comunes que sí pueden estar acompañados de artículos.
Colectivos/ Individuales.
Se llama adjetivo a la clase de palabra cuya principal función es la de adyacente del nombre o
sustantivo; es decir, es su modificador directo, pues lo acompaña antepuesto para
determinarlo: Estos perros son de mi vecino. O pospuesto, para poner de manifiesto sus
atributos: Casa grande. El hombre triste
1. Definición
Desde el punto de vista morfológico, o sea, de su forma, el adjetivo, al igual que el sustantivo, se
lo define como la clase de palabra variable, donde se combinan, un morfema lexema, uno de
género (masculino/femenino), y otro de número (singular/plural). Por ejemplo, el
adjetivo blancas, morfológicamente está estructurado por el lexema blanc-, más un morfema –
a indicador de género femenino y el morfema –s como marcador de número plural.
Los adjetivos, al igual que los sustantivos, unos son de género masculino, otros femeninos y
otros de género común. De acuerdo a cómo se verifique en ellos la alternancia de género, se
los puede clasificar en tres grupos basados en el siguiente sistema: a) -o, para el masculino, -
a para el femenino; b) género común, c) –a para el femenino y diferentes terminaciones para
el masculino.
A este grupo pertenece la mayor parte de los adjetivos de nuestra lengua: alerto/alerta;
bueno/buena; despierto/despierta. Íntegro /integra; correcto/correcta; perfecto/ perfecta.
Género común.
No existe variación entre las formas masculinas y femeninas, puesto que presentan una
terminación única para ambos. Son llamados de género común, los adjetivos que no cambian
de género gramatical ante un sustantivo masculino o femenino. Por ejemplo: Este muchacho es
amable. Esta muchacha es amable. Se puede observar que en estos dos casos, el adjetivo
“amable” se usa indistintamente, tanto para calificar a muchacho como a muchacha.
Los adjetivos de género común presentan las terminaciones: -a: aimara, -e: aceptable, -í
(tónica): marroquí, -l: actual, -r: angular, -z: aprendiz y unos pocos que terminan en -n: joven -
ú: zulú.
La mayoría de los adjetivos de género común, pertenecen a la categoría de los calificativos. Sin
embargo, hay algunos determinativos que también son de género común: Mi, tu, su y sus
plurales, mis, tus, sus: Mi hermano. Mi hermana.
En cuanto al género algunos de los adjetivos que están apocopados pertenecen a la categoría
del género común: Gran hombre. Gran mujer.
Los adjetivos masculinos que pertenecen a este grupo, no tienen una única terminación que
los caracterice a todos ellos, sino que serán diferentes unos de otros. Sin embargo, para
referirse al femenino siempre serán representados por el morfema –
a: grandote/grandota. Estos adjetivos masculinos terminan con los sufijos:
-án, -ín, -ón: holgazán /a. guardián /a saltarín /a; mandón /a; coquetón /a.
-dor, -tor, -sor: admirador /a; consultor /a; conservador/ a; delator /a; difusor /a; delator/ a;
doctor /a; impresor /a; impostor /a; perforador /a; relator /a; seductor/ a; sucesor /a;
tomador /a; vibrador /a; violador /a; volador /a.
-és : cordobés /a; irlandés /a; danés /a; francés /a; holandés /a; japonés/a, libanés /a;
pequinés /a; portugués /a.
El plural de los adjetivos se hace con –s o –es, bajo las siguientes normas.
a) Como norma general, se añade –s, a los adjetivos que acaban en vocal átona.
cavernícola cavernícolas
amable amables
cursi cursis
cariñoso cariñosos
marroquí marroquíes
hindú hindúes
azul azules
burgués burgueses
alemán alemanes
regular regulares
1.4. Apócope de los adjetivos
2.1. Calificativos
Cualitativos.
En el cual el adjetivo expresa una cierta cualidad, positiva o negativa: bonito, feo, bueno, malo,
alto, bajo, grande, pequeño, exterior, interior, cruel, tonto, hermoso, etc.
Gentilicios.
b) País: argentino, español.
c) Continente: americano, europeo.
Comparativos.
En el cual el adjetivo expresa una cierta cualidad comparando dos o más individuos o cosas: Mi
cuarto es mejor que aquél. Pertenecen a esta categoría: mejor, peor, superior, inferior, mayor,
menor.
a) De igualdad: tan + adjetivo + como: Tus estudios son tan complicados como los de José.
b) De inferioridad: menos + adjetivo + que: Tus tareas son menos complicadas que las mías.
c) De superioridad: más + adjetivo + que: Tus tares son más complicadas que las mías.
Superlativos.
En el cual el adjetivo expresa una cualidad que cierto individuo posee en mayor medida que
otros: óptimo, pésimo, supremo, último, máximo, mínimo, ínfimo.
También hacen parte de los superlativos aquellos adjetivos que llevan adheridos el sufijo –
ísimo, o –érrimo: buenísimo, feísimo, grandísimo.
2.2. Determinativos
Los determinativos tienen una característica especial; pueden funcionar como adjetivos,
cuando van acompañados al sustantivo y como pronombres, cuando lo substituyen.
Demostrativos.
Como todos los determinativos se colocan, normalmente, antes del nombre. Ellos se encargan
de determinar la situación espacial de proximidad o lejanía del objeto designado por el nombre
o sustantivo con respecto al hablante: Esta mujer es encantadora. Además, presentan
variaciones de género y número.
Los adjetivos demostrativos son: Esta, este, estas, estos, esa, ese, esas, esos, aquella, aquel,
aquellas, aquellos.
Los demostrativos neutros: esto, eso, aquello, sólo funcionan como pronombres y son siempre
invariables para concordancia: Esto que dices no lo entiendo. Prometió no hablar más de eso.
Posesivos.
Este adjetivo concuerda en género y número con el sustantivo al que acompaña y establece
con él una relación de posesión o pertenencia. Se caracterizan del resto de determinantes por
contar con formas átonas y tónicas.
Los adjetivos posesivos son: Mi, mío, mía, mis, míos, mías, tu, tuyo, tuya, tus, tuyos, tuyas, su,
suyo, suya, sus, suyos, suyas, nuestro, nuestra, nuestros, nuestras, vuestro, vuestra, vuestros,
vuestras.
Las formas átonas apocopadas: Mi, mis; tu, tus; su, sus, se las considera de género común
porque siempre aparecen antes del nombre sustantivo masculino o femenino
indistintamente: Luis viaja en su automóvil. Marta está con sus padres.
De las formas tónicas: mío, tuyo, suyo, con sus respectivos femeninos y plurales; se colocan
detrás del sustantivo al que acompañan: Dos amigos míos fueron mis alumnos. Esa mirada tuya
me acobarda.
Indefinidos.
Constituyen un grupo que determinan al sustantivo de manera concreta en algunos casos, y
vaga en otros. Añaden al sustantivo una información sobre la cantidad, la misma que no está
expresada de manera objetiva, sino subjetivamente, según el hablante perciba la cantidad del
nombre. Se subdividen en: gradativos, existenciales y distributivos.
Los adjetivos gradativos son: bastante, cierto, cuanto, demasiado, mismo, mucho (muy), poco,
todo, tanto (tan) varios. Poca gente llegó temprano hoy. Te veo tan contento como siempre.
Recorrió varias librerías antes de comprarse ese libro.
Todos ellos tienen variación de género y número, con excepción de cualquier y de ningún, este
último sólo cambia en género. Los adjetivos existenciales van antepuestos al nombre, salvo
ningún, que puede ir pospuesto y algún que, cuando va pospuesto adquiere valor negativo.
Numerales.
1) Cardinales. Designan números y la mayoría de ellos son invariables: dos, cinco, veinte, diez:
Hay dos mendigos merodeando la plaza. El numeral mil es variable en número a: miles.
El cardinal uno y todos los terminados en uno, usados en función adjetiva, pueden variar de
género: En esta aula caben cincuenta y una alumnas.
Ordinales.
Expresan orden, sucesión, jerarquía y son consideradas palabras variables en género y número:
primero/primera, etc. Actualmente, el uso de los ordinales es muy reducido: La planta
primera. El tercer piso. Pasó a segundo grado.
Los numerales ordinales que se escriben como una sola palabra son: primero, segundo, tercero,
cuarto, quinto, sexto, octavo, noveno, décimo, undécimo, duodécimo, decimotercero,
decimocuarto, decimoquinto, decimosexto, decimoséptimo, decimoctavo y decimonoveno. Los
restantes deben escribirse separadamente: vigésimo primero (21°), centésimo trigésimo
cuarto (134°), milésimo tercer centésimo vigésimo sexto (1326°). Sin embargo, es infrecuente el
uso de numerales ordinales más allá de vigésimo. Los numerales ordinales son los siguientes:
Partitivos. Designa una parte de la unidad. El partitivo medio debe concordar, con el sustantivo
al cual modifica: Un kilo y medio de harina: Media libra de chocolate.
Hacen parte de los adjetivos partitivos las formas fraccionadas: décimas centésimas y los
múltiplos: doble, triple, cuádruplo, quíntuplo, séxtuplo, séptuplo. Todos ellos admiten variación
de género y número: Ha dividido el queso en dos mitades. Hasta el número diez tienen las
mismas formas que los ordinales añadiéndole “parte”: Quinta parte. Para las fracciones
menores de una décima parte, se emplean los numerales cardinales con el sufijo –avo/-
a: Doceava parte.
Interrogativos. interrogativos.-
Introducen oraciones interrogativas. Hacen parte de estos adjetivos: qué, cuál, cuáles, cuánto
(a), cuántos (as)
Exclamativos. Exclamativos.-
Desde el punto de vista sintáctico se llama adjetivo a la clase de palabra que su principal
función es de adyacente o modificador directo del nombre o sustantivo, pues lo acompaña en
posición inmediata antepuesto o pospuesto, para determinarlo o poner de manifiesto sus
atributos. Casa grande. Estos perros son bravos.
Estos adjetivos pueden cumplir funciones tanto dentro del sintagma nominal (SN), como
dentro del sintagma verbal (SV)
a) Atributo (Atr.), los adjetivos calificativos que están pospuestos a los verbos: ser, estar y
parecer tienen una función atributiva, se los reconoce porque concuerdan en género y número
con el núcleo del SN.
d) Apelativo, (Apel.), un adjetivo calificativo cumple esta función cuando lo utilizamos para
llamar o apelar a las personas. Se lo llama así porque está al margen de la estructura oracional.
-¡Tonto!
Determinante (Det.)
El participio de los verbos, es decir, los verbos que terminan en –ado, -ido, se caracterizan por
su doble valor a) como adjetivo, en unos casos, y b) como verbo en otros.
1. Definición
Desde el punto de vista morfológico, es decir, por su estructura, se lo considera como una
palabra en su mayoría variable porque la mayor parte de ellos aceptan modificaciones de
género y/o número: él/ ella, mío/ mía, ellos/ ellas; míos/ mías.
Sin embargo, hay algunos que no aceptan modificaciones al interior de su estructura, por
ejemplo: yo, tú, usted, me, se, etc. son pronombres invariables en cuanto al género, puesto que
pueden referirse, indistintamente a masculino como a femenino.
Hay también, aquellos que son invariables en cuanto a género, número y persona como: nadie,
alguien, etc.
Los pronombres pueden ser de tres géneros diferentes, unos son masculinos: él, otros
femeninos: ella, y otros de género común: yo.
Debido a la variedad de formas que presenta, no sólo variables e invariables según el número y
el género, sino también la persona: 1ª, 2ª, 3ª de singular y 1ª, 2ª, 3ª de plural; además de
masculino y femenino, es considerada una de las categorías gramaticales más heterogéneas.
Desde el punto de vista sintáctico, los pronombres pueden desempeñar distintas funciones en
la oración, tanto en el sintagma nominal como en el verbal.
Las funciones de los pronombres se presentarán, por separado, en el momento que se estudie
cada uno de ellos.
A esta categoría de palabra los gramáticos la definen por su valor semántico; como la palabra
que sustituye al sustantivo común o al nombre propio de las personas que intervienen en la
comunicación:
Este es atento.
También se define al pronombre por su valor deíctico como: “Se llama pronombre a una clase
de palabra no descriptiva (vale decir, que no explican carácter alguno de lo que designan), cuya
significación no es fija, sino que depende del contexto, de la totalidad del discurso en el que
aparecen”.
Otro concepto muy importante que define al pronombre desde el punto de vista del significado,
es el emitido por el académico, Manuel Seco, quien señala: “los pronombres son palabras que
señalan a los seres de una manera provisional y en otros señalan a los objetos”.
b) Clasificación semántica. Desde el punto de vista semántico, los pronombres se clasifican
en: personales, demostrativos, indefinidos, numerales, interrogativos, exclamativos, posesivos,
relativos, reflexivos y recíprocos.
4. Clasificación de los pronombres
Estos pronombres están referidos a personas que realizan la acción de hablar, cuyos nombres
no se los menciona. Por esta razón, desde el punto de vista semántico, lo definen como la
palabra que substituye al nombre propio de la persona o al sustantivo común.
La única función que desempeñan estos pronombres, en el discurso, es como núcleo o sujeto
del sintagma nominal, por ello estarán como la palabra más importante en la oración y
concuerda en número con el verbo.
En este ejemplo, el pronombre personal tónico “Él”, está en función de sujeto porque es de
quien se habla en la oración, es el núcleo del sintagma nominal (SN), y por lo tanto, concuerda
con el verbo en número.
En el sintagma verbal. Cuando están en el sintagma verbal SV, estos pronombres pueden estar
en función de complemento directo, complemento indirecto y atributo.
En el SV, ellos pueden aparecer antepuestos o pospuestos al verbo, pero siempre forman parte
del sintagma verbal y en cualquiera de las funciones arriba mencionadas.
c) Tónicos en función de Atributo, cuando están en esta función hacen parte del sintagma
verbal están acompañado de un verbo de estado: Este regalo es para ti.
Se los llama así porque en la cadena del habla son palabras inacentuadas. Ellos se caracterizan
porque al interior de la oración estas formas átonas sólo hacen parte del SV antepuestos o
pospuestos al verbo: Le entregué el regalo. Cómpralo al crédito.
Unos funcionan como complemento directo e indirecto indistintamente, otros solo como
complemento directo y otros solo como complemento indirecto, conforme el siguiente
esquema.
Me, te, nos, os; lo, los, la, las, se, le, le
Los pronombres: me, te, nos, os, pueden funcionar como complemento directo e indirecto y no
presentan cambio de género. En cambio, Lo, la, los, las, sólo funcionan como complemento
directo y presentan diferencia de género y número. Por último, le y les sólo funcionan como
complemento indirecto y tienen variación de número y no de género, dependiendo a quien se
refieran; en tanto que se, no cambien ni de género ni número.
a) Átonos en función de complemento directo, cuando el pronombre personal átono, está en
función de complemento directo (CD) No lleva preposición y suele ir antepuesto o pospuesto al
verbo.
Antepuesto al verbo, va inmediatamente antes del verbo y (se lo llama también proclítico). Se lo
reconoce porque substituye al complemento directo en la oración. Cumplen esta función: me,
te, nos, os, la, las, lo, los.
El pronombre átono, en función de complemento directo (CD), cuando designa persona puede
ser reiterado en la oración por medio de la forma tónica del mismo pronombre con la misma
función, pero precedido de la preposición.
Le, les, no presentan diferencia de género. Sin embargo, cuando coinciden los pronombres
complemento directo e indirecto en la oración, el complemento indirecto (le, les) cambia
para “se” por razones fonéticas.
Antepuesto al verbo, al igual que ocurre con los pronombres átonos complemento directo, el
pronombre átono complemento indirecto puede aparecer antepuesto al verbo.
Cuando en la oración se quiere dar énfasis a la forma tónica, precedida de preposición, puede
situarse delante de la forma átona.
[1] tónico quiere decir que en la cadena del habla reciben la mayor energía articulatoria, es decir,
la
Son los mismos adjetivos demostrativos con función sustantiva al haberse omitido el nombre
al que determinan. Sin embargo, no permiten el uso del artículo antepuesto. Estos pronombres
indican referencia espacial de proximidad o lejanía con relación al emisor y receptor.
Los pronombres demostrativos son: Este, ese, aquel, estos, esos, aquellos, esta, esa, aquella,
estas, esas, aquellas, esto, eso, aquello.
Los demostrativos presentan variaciones de género (éste/ ésta) y número (aquél/ aquéllos).
Complemento directo (CD.)
Desde el punto de vista semántico, se los clasifica en: animados e inanimados. Ambas formas
son consideradas palabras tónicas.
a) Animados, también llamados existenciales, se los denomina así, por referirse a seres que
tienen vida, pero que no tiene nombre o no se quiere nombrar: ambos, alguien, alguno,
cualquiera, diverso, nadie, ninguno, quienquiera, varios:
a) Tienen variación de género y número: alguno, uno, otro, diversos, mucho, poco. Unos están
contentos. Otros salieron tristes.
b) No tiene variación ninguna, (siempre son masculinos singulares): Alguien, nadie, y algo, el
primero y el segundo designan a personas y el tercero a cosas: Nadie quiere ese puesto. No
están marcados con morfemas de género y número: demasiado, bastante.
a) Funciones de los indefinidos en el SN, unos pocos tienen función exclusivamente como
núcleo o sujeto.
- Núcleo o sujeto, dentro del SN, se los reconoce porque van antepuestos al verbo y concuerda
con él en número.
b) Funciones de los indefinidos en el SV, dentro del sintagma verbal (SV), funciona como
complemento directo (CD) o como indirecto (CI).
- En función de complemento indirecto, (CI.)
Este grupo de pronombres no tiene variación de número. Todos son plurales a excepción
de uno. Variación de género la tiene solamente uno o veintiuno y las series que terminan en –
cientos como: doscientos /as. Además de expresar el número exacto, sustituyen al nombre al
que corresponde tal determinación numérica. Se los clasifica en:
numerales cardinales y ordinales. Todas ellas son palabras tónicas.
a) Cardinales. Nombran la serie natural de los números enteros y que pueden estar
constituidos por una palabra simple: dos, cuatro, diez, veinte, cien, etc., por ejemplo: Quedamos
a las cinco. Por una palabra compuesta: dieciséis, veintiocho, doscientos, trescientos,
setecientos, novecientos, etc. Por ejemplo: Los doscientos dieron su cuota.
A través de ellos sabemos que, la oración de la que forman parte es una pregunta.
Estos pronombres se caracterizan porque, al no aparecer referido a sujeto alguno, hay una
indeterminación, en la estructura oracional, pero se los reconoce porque ellos siempre están al
lado del verbo y concuerdan con éste en número.
Los pronombres interrogativos son palabras tónicas o acentuadas que en el lenguaje escrito
siempre van acentuados gráficamente.
Los pronombres interrogativos son: qué, cómo, cuándo, cuánto (s), cuánta (s) cuál (es), dónde,
quién, quiénes.
Algunos son variables otros no. Invariables: qué, cómo, cuándo, dónde e variables: cuál, quién,
cuánto, cuanta.
a) Qué, se refiere siempre a cosas o ideas, la distinción entre masculino y femenino no existe.
Aparece en preguntas directas: ¿Qué ha ocurrido? e indirectas: Quiero saber qué sucedió. A
veces, este pronombre, puede ir acompañado de la preposición por: ¿Por qué lo hiciste?
Generalmente cumplen la función de núcleo del sintagma nominal o sujeto, por tanto, estarán
siempre al lado del verbo y concuerdan con éste en número.
¿Cuál es tu dirección?
Las formas y funciones son las mismas del interrogativo, excepto cuál, y con las mismas
reglas de acentuación.
¡Cuántos aparecen en el examen!
¡Cómo fuiste capaz!
¡Mira dónde lo puso!
¡Cuándo vas a trabajar!
Son los mismos adjetivos posesivos, pero indican una referencia a alguien de algo que posee.
Estas palabras son consideradas palabras tónicas y se caracterizan porque van pospuestos en
la estructura oracional y casi siempre acompañados del verbo “ser”. El error es suyo.
Estos pronombres son palabras variables que aceptan modificaciones de género y número. Una
de sus características es el uso del artículo antepuesto al este pronombre: El mío se echó a
perder. Incluso, se utiliza el artículo cuando se trata de una elección entre objetos. Éste es mi
abrigo y ése el tuyo.
Pronombres posesivos
Son muy distintos a los otros pronombres porque ellos actúan como palabras de enlace y en la
oración reiteran a su antecedente.
Desde el punto de vista fónico son consideradas palabras átonas y desde el punto de vista de
su significación, ellos se limitan a sustituir al sustantivo al que anteceden. Esto quiere decir que
pueden hacer referencia a una persona, animal o cosa enunciado antes en la proposición.
c) Pueden sustituirse unos a otros.
d) Cuyo (s), cuya(s) funcionan como adjetivos cuando concuerdan en género y número con el
sustantivo que viene después de él: Los Padres cuya hija conoces han llegado; Tengo una casa
en cuyo salón hay muchos cuadros.
a) núcleo o sujeto del SN: El empleado que me atendió era muy amable.
Estos pronombres átonos con sentido reflexivo designan al mismo ser designado por el sujeto,
y en consecuencia, repetir la misma persona a la que se refiere el verbo, en este caso el
pronombre reflexivo funciona como complemento objeto directo o indirecto. Presenta las
formas: me, te, se.
Los pronombres que sólo funcionan como complemento son: los átonos, reflexivos y
los recíprocos.