Test Herdas de La Infancia
Test Herdas de La Infancia
Test Herdas de La Infancia
INFANCIA
SEGMENTO 1
1. A lo largo de tu vida has tenido un fuerte sentimiento de falta de
pertenencia, de estar fuera de lugar con tu familia, en la escuela,
etcétera.
2. Eres una persona que prefiere estar sola, la relación con otros nunca ha
sido importante.
3. La forma de ser visto es haciendo las cosas bien.
4. Te cuesta trabajo pedir lo que necesitas y pasar inadvertido.
5. La relación con personas de tu mismo sexo siempre ha sido difícil.
6. Tus temas de salud están en vías respiratorias y en la piel.
7. La relación con el padre de tu mismo sexo es como alguna de estas dos
formas: lejana y fría o demasiado cercana y sobreprotectora.
8. Sientes que tienes un mundo propio en tu interior y pasas mucho tiempo
divagando en él.
9. Te cuesta trabajo sentir que puedes ser importante para las personas.
10. Sueles rechazarte y rechazar a otros, relacionarte es amenazante.
11. Dudas mucho de tus capacidades, te cuesta confiar en que puedes.
TOTAL DEL SEGMENTO 1: ________
SEGMENTO 2
Muy probablemente creciste con una mamá que era igual, aislada y poco
involucrada. En el fondo, sientes un fuerte rechazo hacia ti, no cree en tus
capacidades, piensas que tienes algo malo y por eso eres rechazada.
En las relaciones con tus hijos o pareja, lo que más te duele es no ser
suficiente y ser rechazada, ser ignorada, comparada o descalificada. No
dices lo que sientes, te cuesta ser afectuosa. Se te dificulta el contacto físico
y la primera impresión que das es ser indiferente con los demás.
La mujer que tiene esta herida ve la vida con los lentes de una niña desvalida,
sola y sin recursos para cuidarse y estar bien. Es pasiva en sus decisiones y
necesita que la respalden en todo. Se siente víctima de las circunstancias, sin
responsabilidad que asumir, ni fuerza para cambiar la realidad. Es dependiente y
establece relaciones donde busca que la cuiden, le resuelvan, la protejan, le
digan lo que tiene que hacer.
Con los hijos se activa cuando sientes que se van y te abandonan. Piensas que tus
hijos deben de ser tus compañeros o ser incondicionales. En tu relación de pareja
cuando hay una discusión y tu pareja sale de tu casa se dispara tu miedo al
abandono, hasta un viaje o cuando no te contesta el teléfono y empiezas a sentir
una angustia irracional. Cuanto más dolorosa sea tu herida de abandono, más
eres dependiente e incapaz de separarte de tu pareja, aunque la relación ya no
funcione.
SEGMENTO 3: HERIDA DE HUMILLACIÓN
"La vergüenza"
Eres codependiente, haces todo por ayudar a otros y te enfocas en lo que los
demás esperan o necesitan de ti, casi nunca en lo que tu necesitas.
Ser incondicional genera abuso. Actuar con base en las necesidades de los
demás te desconecta de las tuyas. La película termina en un abandono por
abuso, te sientes una víctima y culpable por haber sido incondicional. .
SEGMENTO 4: HERIDA DE TRAICIÓN
"No hay nadie en quien confiar"
Esta herida te hace perder la confianza en las personas y el entorno, por lo que te
defiendes controlando todo. En el fondo, hay mucho miedo de ser traicionada de
nuevo y, aunque nadie pensaría que es miedo porque tu imagen es de una persona
fuerte y en control, todo tu control es un intento de controlar ese miedo a que las
cosas te sorprendan, salgan de tus expectativas y pierdas el control.
La mujer que tiene esta herida, probablemente, tuvo que crecer rápido y no
desarrolló confianza en ser protegida o en que todo estaría bien. Hoy controlas,
mentalmente te anticipa a lo que pasará, vas rápido, tienes expectativas para todo,
eres impaciente, perceptiva, desconfiada, te gusta tener la razón y no sabes ser
vulnerable.
Cuando esta herida se activa en tu relación con tus hijos, te aterra que te mientan y
desconfías y observas todo el tiempo en qué mienten. Buscas meterte en su mente
para saber qué piensa y anticiparte a todo. Eres muy hábil, con muchos talentos, con
un ego fuerte. Tu arma es lograr que las situaciones y las personas sean lo que
esperas, como dices y cuando dices.
Esta herida no te permite ser vulnerable. En el fondo sientes que todos te traicionan
de una u otra forma, y estás esperando que eso pase como siempre. Te cuesta
reconocer que te equivocas y puedes caer en mentiras y justificaciones. Tu punto más
doloroso es la poca capacidad de recibir, el estado de alerta constante y la defensa
ante personas que en realidad te quieren como tus hijos o pareja.
El enojo, el control, la rigidez, el ego, la defensa, la desconfianza son las señales del
dolor activo y la activación de la película en tu cabeza, que termina diciéndote que
al final te traicionó, que tus expectativas no fueron cumplidas y reafirma que no hay
nadie en quien confiar por lo que hay que estar alerta.
SEGMENTO 5: HERIDA DE INJUSTICIA
"No tengo derecho a equivocarme"
En esta herida predomina la necesidad de justicia. Aquí se aprecia a una mujer que
creció con padre o madre, o en un ambiente severo, rígido, exigente, o que tuvo la
necesidad de poner orden y disciplina a su vida por padres caóticos y sin estructura.
Fue una pequeña sin derecho a ser espontánea, a cometer errores, a jugar y a ser niña.
Hubo exigencia, frialdad y padres con actitud crítica y rígida. Hoy es un mujer adulta
perfeccionista, ordenada, quiere ser justa y hacer lo correcto ante todo. En las
relaciones es estructurada, poco espontáneo, y con ella todo es planeado y está en
orden.
Pierde frescura al buscar que todo sea correcto pues actúa desde el tengo y debo.
Cuando más activa está la película en su cabeza, más dura, más crítica y fría es. Se
exige, se enoja con toda la injusticia y la imperfección, y éstas lo persiguen en todo.
Entonces se convierte en una mujer que disfruta poco y que cae en los extremos. Los
grises le cuestan mucho. Es mental, analítica y físicamente su aspecto es perfecto y su
cuerpo bien proporcionado. Se cuida mucho. Excelente empleada o persona de éxito
laboral, su problema está en el área afectiva. Aunque es una mujer que siente mucho, no
se lo permite, le cuesta mucho ser vulnerable, sacar al Niña interior y disfrutar.
La película está en relación con su poco derecho a ser quien es, a sentir y ser libre.
No se lo permite, quiere todo perfecto y hacer lo correcto. De alguna manera, enseña a
su entorno a exigirle y demandarle. Puede tener relaciones donde el otro se sienta
víctima para estructurar su vida, o bien, hijos rígidos donde compitan con la perfección.
Mientras más exigencia, más perfección, más deber que, tener que, más activa estará la
película. La película se pone en pausa cuando te permites ser tú y haces cosas por querer
y no por deber, cuando te permites sentir y disfrutar lo que eres sin rigidez. De alguna
manera, moldeamos a los hijos con nuestro ejemplo de lo que somos y la forma en la que
nos tratamos.
Si soy muy exigente conmigo, enseñaré eso a los hijos. Entonces, me exigirán de la misma
manera o buscarán que los estructure.
Leslie R. Canche Pech
PSICOTERAPEUTA